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Atlas de Conectividad

Cerebral Humana
Julián Marino Davolos & Juan Cruz Arias

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Atlas de Conectividad Cerebral Humana Julian Marino Davolos & Juan Cruz Arias

GUÍA PARA LA LECTURA

Se propone a continuación un atlas tractográfico que indica cuáles son los tractos/
fibras de referencia en la sustancia blanca humana. Para escogerlos se hizo un
rastreo bibliográfico exhaustivo, con especial atención en las técnicas
estandarizadas de segmentación que fueron utilizadas (en los capítulos anteriores se
mencionaron y discutieron).

Cuando se segmenta o parcela un tracto/fibra es necesario mantener un sentido


teórico y de significación. Existen numerosas propuestas de división de una misma
fibra, por lo que cuando se aplica en microestructura de la cognición, se busca que tal
segmentación finalmente tenga una clara utilidad conceptual. Por ejemplo, recien-
temente se aconsejó la división del fascículo longitudinal superior en unidades fun-
cionales I, II y III. Esta división es difícil de realizarla in vivo, ya que hay partes
superpuestas y no siempre la adquisición alcanza una calidad suficiente. Una de las
indicaciones (para ejemplificar dichas dificultades) es hallar la unión en el lóbulo
occipital entre las partes I y III. Esto solo es factible mediante tractografías realizadas
con algoritmos robustos, a partir de datos de difusión provenientes de equipos de
resonancia de alto campo (> 2,99 teslas). Sin embargo, la importancia conceptual que
justifica este esfuerzo estriba en que la parte I, establecida por Thiebaut de Schotten,
cumple funciones ejecutivas atencionales específicas, que conviene diferenciar de la
parte II, que se ocupa de vincular la partes I y III durante la trayectoria parietal.
¿Publica el atlas tal segmentación? Depende de la tecnología de adquisición en un
trade-off con la utilidad conceptual (traducción: ¿cuánto beneficio acarrea el
esfuerzo?).

Este atlas ofrece indicaciones precisas para realizar las disecciones. Recomienda la
colocación de regiones de interés (ROI) en diferentes partes del parénquima cerebral.
Las sugerencias están redactadas siguiendo mojones anatómicos y el código FEFA
de colores, según la dirección de la difusión del agua. El objetivo es que un
investigador que quiera adentrarse en la disección basada en el conocimiento de
expertos tenga una bibliografía de referencia inicial.

Siguiendo tal principio se hizo una revisión de la literatura actualizada, seleccionando


la que vincula procesos cognitivos y afectivos con los segmentos en que se propone
dividir cada fibra/tracto. Esta relación (tractos y procesos) es controvertida, ya que las
investigaciones citan datos provenientes del uso de técnicas muy diversas o adqui-
siciones multimodales. En este atlas se escogió cuidadosamente la bibliografía de
referencia, excluyendo datos provenientes de técnicas que fueron discutidas en capí-
tulos anteriores.

La lectura de un atlas de fibras/tractos, a partir de datos de difusión para segmen-


tación in vivo, supone un punto crucial en la búsqueda de articulación entre conec-
tividad estructural y microestructura de la cognición. Aprender un listado de fibras,
dominar sus conexiones, escoger subpartes y relacionar su conectividad con procesos
permite que el investigador evite un vicio de numerosas investigaciones en microes-
tructura: los denominados fishing papers. Se llaman así a aquellos que no ofrecen

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mayores fundamentaciones de las correlaciones a priori que se harán entre los dos
dominios (tractos y procesos). Entonces, la tecnología permite calcular una gran can-
tidad de correlaciones, porque las zonas de sustancia blanca ofrecen posibilidades
múltiples, y como resultado, es casi imposible que si se va de pesca no se termine
recogiendo alguna correlación moderada y significativa. Un atlas de referencia sirve
para establecer hipótesis a priori, realizar estudios confirmatorios y lograr estudios
más sencillos de interpretar. Resulta habitual encontrar investigaciones que presentan
más de treinta zonas, cruzadas con cuatro o más indicadores cognitivos y afectivos,
lo que redunda en una matriz de correlaciones superior a 120 casilleros. Sin la
corrección que ajuste los umbrales aceptados de significación, por probabilidad de
hallar relaciones por azar (por ejemplo, Bonferroni) los fishing papers complican las
revisiones teóricas.

El sentido, entonces, de un atlas, es asentar una base para investigaciones guiadas por
antecedentes y teoría. Uno de los atlas de conectividad estructural de mayor difusión,
el clásico de Catani y Thiebaut de Schotten (2008), tuvo la enorme virtud de pre-
sentar una lista de fibras estándar. La localización fue realizada en un espacio este-
reotáctico MNI, con criterios de disección basados en la colocación de un único ROI
de captura. En la parte de procesos cognitivos y afectivos, el atlas de referencia fue
conservador, describiendo funciones propias de la literatura neurológica, menos
orientada a la profundización cognitiva y afectiva. Por ejemplo, hay fascículos de
interés que son mencionados: de función desconocida, o bien otros, como el uncinado,
a los que se refiere funcionalmente de manera escueta.

Esto resulta aceptable porque la principal preocupación fue encontrar solidez en la


localización anatómica y tener seguridad en afirmaciones sobre la correlación fun-
cional. Sin embargo, el atlas que este texto creó puede servir de complemento a la
lectura del clásico Catani y Thiebaut, debido a lo siguiente: a) porque indica cómo
diseccionar tractos de manera operativa, empleando lógica booleana. b) Es más rea-
lista en el aspecto a) que el Catani y Thiebaut, ya que en la práctica es casi imposible
pesquisar un tracto con un solo ROI. Se puede indicar localización mediante un
único operador booleano para, por ejemplo, realizar el arqueado. Pero cuando el
objetivo es guiar al experto, resulta imprescindible describir la cantidad de ROI que
realmente tendrá que utilizar. c) En función del punto anterior, es conveniente para
el experto tener guías anatómicas explícitas y verbalizadas (algo así como tricks &
tips) de captura de tractos y criterios de segmentación. Cuando se trabaja con espacios
normalizados se siguen coordenadas, pero los espacios nativos tienen diferencias indi-
viduales que sin normalización se mantienen a pesar de las variaciones de presen-
tación. Los tricks & tips se sustentan a partir de relaciones anatómicas entre tractos
y posiciones relativas. Por ejemplo, la porción en código FEFA azul del uncinado es
clave para segmentar el fascículo en tres porciones.

Este atlas es el producto de una notable cantidad de disecciones cerebrales in vivo,


realizadas de forma manual, bajo supervisión y en espacios nativos sin normalizar. La
experiencia queda reflejada en la presentación que sigue.

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INTRODUCCIÓN

La tractografía de las imágenes por tensores de difusión (DTI) nos permite realizar in
vivo disecciones virtuales de los fascículos de sustancia blanca en el cerebro humano.
Para ello se utilizan herramientas específicas, en este caso el software ExploreDTI,
desarrollado por Alexander Leemans. Además, para la disección de los fascículos
aquí presentados se utilizó el método de segmentación por expertos, es decir, el
trazado manual de regiones de interés (ROI, por sus siglas en inglés) en el espacio
nativo cerebral de acuerdo con los conocimientos a priori de la anatomía cerebral
humana. A continuación, invitamos al lector a conocer los métodos de disección de
diferentes fascículos. En tal sentido, el primer paso consiste en el mapeo global del
espacio nativo cerebral sobre los ejes X, Y y Z mediante la obser-vación del mapa de
anisotropía fraccional (en adelante, AF). Una vez localizado, el segundo paso implica
colocar los ROI para capturar cada tracto de forma individual. Por último, se
visualiza con las herramientas del Display. Además, en algunos casos las disecciones
virtuales no solo se enfocan en los fascículos completos sino también en las
subdivisiones más relevantes de los mismos. Por ejemplo, la región anterior o genu
del fascículo cingulado es una porción de interés por si misma, debido a su relación
con el control inhibitorio, la monitorización y las funciones atencionales (Lane,
Fink, Chau y Dolan, 1997).

En síntesis, el presente atlas consiste en un total de 11 fascículos estandarizados (9


bihemisféricos y 2 interhemisféricos). A continuación, se detallará el método de
disección de cada uno de ellos y (en el caso que corresponda) de sus segmentaciones
más relevantes. Para ello el lector tendrá acceso a una representación visual canónica
basada en la disección de más de cien espacios nativos cerebrales, más un resumen
de las principales funciones cognitivas y afectivas asociadas. Por último, las abrevia-
turas utilizadas son: ROI (región de interés), AND (operador booleano inclusivo),
SEED (operador booleano amplio), NOT (operador booleano excluyente).

CUERPO CALLOSO

LOCALIZACIÓN

El cuerpo calloso es el haz de fibras comisurales más grande del cerebro humano.
Generalmente se divide en: a) parte anterior o genu, que conecta las regiones pre-
frontales y orbitofrontales, b) cuerpo medial, que conecta las regiones precentrales y
parietales, c) parte posterior o splenium, que conecta las regiones occipitales (Hofer

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y Frahm, 2006). Además, las fibras del genu forman el fórceps menor, mientras que
las fibras del splenium dan origen al fórceps mayor (Catani y Thiebaut de Schotten,
2008). Respecto a sus funciones, el cuerpo calloso permite la transferencia de infor-
mación entre ambos hemisferios, que involucra tanto funciones motoras, perceptuales
como cognitivas, por lo que desempeña un papel fundamental en la integración de
la información (Glickstein y Berlucchi, 2008). Un metaanálisis de estudios de imá-
genes por resonancia magnética (Frazier y Hardan, 2009) encontró una disminución
del volumen total del cuerpo calloso en pacientes con autismo. Esta reducción de
área también se vinculó a otras patologías: estudios de metaanálisis la relacionaron al
trastorno de esquizofrenia (Arnone, Mcintosh, Tan y Ebmeier, 2008) y también a
trastornos bipolares (Arnone, Mcintosh, Chandra y cols., 2008). Se ha sugerido que
el cuerpo calloso proporciona el camino a través del cual cada hemisferio puede
inhibir al otro para que una función predomine. Además, en una revisión realizada
por Bloom y Hynd (2005) se hipotetizó que la asimetría estructural de áreas corti-
cales, asociada con anomalías de tamaño del cuerpo calloso, está relacionada con
dislexia de desarrollo. El cuerpo calloso muestra un rápido aumento de AF durante
el desarrollo y se vuelve estable alrededor de los 11 años (Lebel, Walker, Leemans,
Phillips y Beaulieu, 2008).

Figura 6.1. Desde la vista sagital (a) se observa como las fibras del cuerpo calloso
irradian hacia la corteza frontal, parietal y occipital. Desde las vistas coronal y axial (b y c,
respectivamente) se observa como las fibras atraviesan la línea media del cerebro.

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COLOCACIÓN DE ROI

En la disección del cuerpo calloso se utilizan cuatro ROI. En primer lugar, desde el
plano sagital medial se rodea con un ROI AND al conjunto de vóxeles de gradiente
medial-lateral (Fig. 6.2, ROI 1). Luego, para eliminar fibras espurias se colocan tres
ROI NOT: uno en el plano axial por debajo del límite inferior del cuerpo medio del
cuerpo calloso (Fig. 6.2, ROI 2); y dos ROI coronales, uno posterior al genu (Fig. 6.2,
ROI 3) y otro anterior al splenium de cuerpo calloso (Fig. 6.2, ROI 4).

SEGMENTACIÓN

El cuerpo calloso se puede dividir en 5 partes según el esquema propuesto por Hofer
y Frahm (2006). Por lo tanto, para capturar cada porción se utiliza: a) un ROI AND
que rodee el segmento correspondiente, b) ROI NOT para eliminar fibras espurias.
Las subdivisiones propuestas son las siguientes: 1) se divide el cuerpo calloso en dos
mitades. 2) El sexto anterior de la primera mitad corresponde al genu (Fig. 6.3, fibras
azules), mientras que la porción restante de la primera mitad corresponde a la porción
anterior del cuerpo medio (Fig. 6.3, fibras celestes). 3) El cuarto posterior de la
segunda mitad corresponde al splenium (Fig. 6.3, fibras amarillas). 4) Del cuarto
restante, los dos tercios anteriores corresponden a la porción medial del cuerpo
medio (Fig. 6.3, fibras rojas) y el tercio restante al istmo o porción posterior del
cuerpo medial del cuerpo calloso (Fig. 6.3, fibras violetas).

Figura 6.2. Ubicación de los ROI del cuerpo calloso. a) Vista sagital; b) vista axial; c) vista
coronal.

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Figura 6.3. Vista sagital con las 5 porciones del cuerpo calloso propuestas por Hofer y
Frahm (2006).

CORONA RADIADA

LOCALIZACIÓN

La cápsula interna y la corona radiada están formadas por fibras ascendentes que van
desde el tálamo hasta la corteza cerebral, y fibras descendentes que se extienden
desde la corteza frontal y parietal hacia los núcleos subcorticales y la médula espinal
(Catani y Thiebaut de Schotten, 2008). Presenta un aumento paulatino de AF durante
el desarrollo y se vuelve estable alrededor de los 15-20 años (Lebel, Walker, Leemans,
Phillips y Beaulieu, 2008).

En cuanto a sus funciones, este complejo sistema de proyección se encuentra aso-


ciado a procesos perceptivos, motores, cognitivos, emocionales y de memoria aso-
ciativa. Además, estaría involucrado en el desarrollo de trastornos de ansiedad y en
los trastornos del estado de ánimo (véase el Capítulo 5: «Segmentación tractográfica
basada en atlas»). Respecto a los componentes específicos de la atención, la corona
radiada superoanterior estaría asociada a la red de alerta, y la corona radiada anterior

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a la red de conflictos (Niogi y cols., 2010). Un metaanálisis de estudios de morfo-


metría basado en vóxeles (Duerden, Mak-fan, Taylor y Roberts, 2012) encontró que
en niños, adolescentes y adultos que padecían autismo se observa un aumento del
volumen de la corona radiada superoposterior y las radiaciones ópticas en compa-
ración con los sujetos controles. Ewijk, Heslenfeld, Zwiers, Buitelaar y Oosterlaan
(2012) realizaron un metaanálisis de estudios mediante imágenes por tensores de
difusión del trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Las publicaciones
variaban en el tipo de análisis de medidas de conectividad, incluyendo promedios en
todo el cerebro, delimitación de regiones de interés y análisis basado en vóxeles. La
revisión halló una disminución de AF en la corona radiada anterior, superoanterior
y superoposterior, en pacientes con dicha patología. Se hipotetizó que el menor grado
de conectividad en estos fascículos se relacionaría con deficiencia en procesos aten-
cionales y motores, típicos de dicho trastorno.

Figura 6.4. Desde la vista sagital (a) se observa como las fibras de la corona radiada parten
del tronco encefálico, atraviesan la cápsula interna y se irradian hacia la corteza prefrontal,
parietal y occipital. Desde las vistas coronal y axial (b y c, respectivamente) se observa
como las fibras irradian sobre la región media de ambos hemisferios.

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COLOCACIÓN DE ROI

Para diseccionar la corona radiada en su totalidad se utilizan tres ROI. En primer


lugar, se coloca un ROI AND en el plano axial a la altura del mesencéfalo, rodeando
el conjunto de vóxeles de gradiente superoinferior (Fig. 6.5, ROI 1). Para evitar la
obtención de fibras espurias se colocan dos ROI NOT, uno en el plano coronal
rodeando los pedúnculos cerebelosos (Fig. 6.5, ROI 2) y otro en el plano sagital
medial, rodeando la totalidad de la superficie cerebral (Fig. 6.5, ROI 3).

SEGMENTACIÓN

La corona radiada se puede dividir en 4 porciones según el criterio propuesto por


Niogi y cols. (2010). En primer lugar, para obtener cada segmento se deben dibujar
en todos los casos los ROI indicados en la sección 6.3.2. Luego se debe trazar un
ROI AND en las siguientes ubicaciones: a) porción anterior: desde una vista sagital
ubicar un plano coronal inmediatamente anterior al genu del cuerpo calloso (Fig. 6.6,
fibras azules; Fig. 6.7A; Fig. 6.7B), b) porción superoanterior: desde una vista sagital
ubicar un plano axial en el límite superior del cuerpo medio del cuerpo calloso y
seleccionar los vóxeles de gradiente superoinferior, correspondientes a la mitad
anterior de la corona radiada (Fig. 6.6, fibras celestes; Fig. 6.7C, Fig. 6.7D), c) porción
superoposterior: desde una vista sagital ubicar un plano axial en el límite superior
del cuerpo medio del cuerpo calloso, y seleccionar los vóxeles de gradiente supero-
inferior, correspondientes a la mitad posterior de la corona radiada (Fig. 6.6, fibras
rojas; Fig. 6.7E; Fig. 6.7F), d) radiaciones ópticas: desde una vista sagital ubicar un
plano coronal inmediatamente posterior al splenium del cuerpo calloso (Fig. 6.6,
fibras rosadas; Fig. 6.7G; Fig. 6.7H).

Figura 6.5. Ubicación de los ROI de la corona radiada. a) Vista sagital; b) vista axial; c) vista
coronal.

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Figura 6.6. Vista sagital con las 4 porciones de la corona radiada propuestas por Niogi,
Mukherjee, Ghajar y McCandliss (2010).

Figura 6.7. Ubicación de los ROI cada porción de la corona radiada. a) anterior, vista sagital;
b) anterior, vista coronal; c) superoanterior, vista sagital; d) superoanterior, vista axial; e)
superoposterior, vista sagital; f) superoposterior, vista axial; g) radiaciones ópticas, vista
sagital; h) radiaciones ópticas, vista coronal.

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FASCÍCULO UNCINADO

LOCALIZACIÓN

El fascículo uncinado es un haz de fibras asociativas que conecta la porción anterior


del lóbulo temporal con la corteza orbitofrontal (Catani y Thiebaut de Schotten,
2008). Está involucrado en el procesamiento de las emociones, la memoria, el control
inhibitorio y el lenguaje (Damasio, Tranel, Grabowski, Adolphs y Damasio, 2004;
Pessoa y Adolphs, 2010). Además, debido a que se ubica entre las regiones prefron-
tales, insulares y el polo temporal, se ha vinculado a la regulación emocional (Jenkins
y cols., 2016).

Se observó que pacientes con trastorno depresivo mayor presentaron una disminución
en sus niveles de AF (de Kwaasteniet y cols., 2013; Hanson, Knodt, Brigidi y Hariri,
2015). Se considera este fascículo como una de las adquisiciones evolutivas más recientes
en la historia filogenética. En investigaciones sobre las afecciones asociadas a la memoria
episódica y al reconocimiento emocional en la enfermedad de Alzheimer temprano, el
fascículo uncinado se considera una estructura crucial por su conexión al lóbulo tem-
poral (Clerx, Jelle, Verhey y Aalten, 2012; Sexton, Kalu, Filippini, Mackay y Ebmeier,
2011). En un estudio de fuerte impacto se encontró que un grupo de niños huérfanos
con privación socioeconómica y afectiva presentaron una reducción significativa de los
valores de fascículo uncinado, correlacionados con un comportamiento asimbólico,
desorganizado e impulsivo (Eluvathingal y cols., 2006).

En una investigación de segmentación por expertos (Fujie y cols., 2008) se analizó la


microestructura del fascículo uncinado en personas con deterioro cognitivo leve
amnésico. Los resultados arrojaron un valor significativamente menor de AF en el
fascículo uncinado izquierdo a diferencia del grupo control. Asimismo, los pacientes
presentaron un bajo rendimiento en pruebas de reconocimiento de emociones nega-
tivas. Se encontró una correlación entre los valores de AF del fascículo uncinado y
el desempeño en el reconocimiento de expresiones faciales negativas. Papagno y cols.
(2011) investigaron pacientes a los que se les debía extirpar un glioma (en la zona
izquierda frontal o temporal) y en algunos casos también remover el fascículo
uncinado. Además, evaluaron pruebas de recuperación de conocimiento conceptual
y de reconocimiento de rostros de personas famosas en diferentes intervalos: preci-
rugía, semanas después y meses después de la cirugía. Los pacientes que fueron
sometidos a la resección de un glioma frontal y del fascículo uncinado rindieron peor
en comparación a los que les fue extirpado el glioma frontal pero no el fascículo
uncinado. Se llegó a la conclusión de que el fascículo uncinado estaría implicado en
la recuperación de nombres propios, ya que no se observaron cambios significativos
en la recuperación de palabras referidas a conocimiento conceptual.

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COLOCACIÓN DE ROI

Para obtener el fascículo uncinado se utilizan dos ROI AND. En primer lugar, se
coloca un ROI AND en el plano coronal por debajo del genu del cuerpo calloso
rodeando el conjunto de vóxeles de gradiente anteroposterior (Fig. 6.8, ROI 1).
Luego se coloca un segundo ROI AND en el plano coronal a la altura del polo tem-
poral, en donde se visualizará también otro conjunto de vóxeles de gradiente antero-
posterior (Fig. 6.8, ROI 2).

Figura 6.8. Ubicación de los ROI del fascículo uncinado. a) Vista sagital; b) vista axial;
c) vista coronal.

Figura 6.9. Desde la vista sagital (a) se observa como el fascículo uncinado posee una forma
de letra «C», la cual permite la conexión de la porción anterior del lóbulo temporal con la
corteza orbitofrontal. Desde las vistas coronal y axial (b y c, respectivamente) se observa
como las fibras se extienden desde la región media de cada hemisferio hasta las regiones
laterales del mismo.

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Figura 6.10. Vista sagital con las 3 porciones del fascículo uncinado propuestas por von der
Heide y cols. (2013). Presenta un aumento gradual de AF durante el desarrollo y se vuelve
estable luego de los 30 años (Lebel, Walker, Leemans, Phillips, & Beaulieu, 2008).

Figura 6.11. Ubicación de los ROI para la segmentación del fascículo uncinado, vista sagital.
a) Porción dorsal; b) porción media; c) porción ventral.

SEGMENTACIÓN

El fascículo uncinado se puede dividir en tres partes según el criterio propuesto


por von Der Heide, Skipper, Klobusicky y Olson (2013): a) porción dorsal (Fig.
6.10, fibras azules), b) porción media (Fig. 6.10, fibras rojas), c) porción ventral
(Fig. 6.10, fibras amarillas). Para obtener la porción dorsal se coloca superpuesto
un ROI AND (1) y un ROI SEED (2) en el mismo plano de corte. Luego se coloca
un ROI AND (3) para indicarle al software ExploreDTI que solo conserve las fibras
que se extienden a través del ROI 3, y cuyos límites los constituyen los ROI 1 y 2

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(Fig. 6.11a). El mismo método se utiliza para porción ventral, cambiando la ubi-
cación de los ROI indicados en el paso anterior por los ROI AND (6), SEED (7)
y AND (8) (Fig. 6.11c). Por otra parte, para extraer la porción media se colocan
solo dos ROI AND (4 y 5) (Fig. 6.11b).

FASCÍCULO CINGULADO

LOCALIZACIÓN

El fascículo cingulado es un haz medial de fibras asociativas que corre dentro de


la corteza cingulada y por encima del cuerpo calloso. Las fibras más largas se
extienden desde el giro temporal anterior hacia la corteza orbitofrontal. Las fibras
más cortas, también conocidas como fibras U-shaped (fibras en forma de U),
conectan el lóbulo temporal, occipital, parietal y frontomedial con las diferentes
porciones de la corteza cingulada (Catani y Thiebaut de Schotten, 2008). El fas-
cículo cingulado es uno de los más reportados en estudios psicológicos. Por ejemplo,
fue asociado con el control inhibitorio, la madre de las funciones ejecutivas (Luna
y cols., 2016). Además, en diversos estudios el fascículo cingulado se relacionó con
los trastornos de impulsividad (Cooper, Thapar y Jones, 2015), el consumo de
sustancias (Gruber y Yurgelun-Todd, 2005; Romero, Asensio, Palau, Sanchez y
Romero, 2010) y también los llamados trastornos emocionales (Giuliani, Drabant
y Gross, 2011; Jenkins y cols., 2016). En la literatura de redes neuronales de la
atención se ha establecido que desempeña un papel crucial en la detección de
conflictos (Botvinick, 2008; Fan, McCandliss, Sommer, Raz y Posner, 2002; Rueda
y cols., 2004). Su conectividad con el lóbulo temporal lateral se asocia con fun-
ciones relacionadas a la memoria, en especial de formación de recuerdos (Kiuchi y
cols., 2009; Lin y cols., 2017). La porción anterior es considerada un hub de notable
relevancia para las funciones ejecutivas (Hayes y cols., 2015; Shenhav, Botvinick y
Cohen, 2013).

Kubicki y cols. (2003) investigó las propiedades de conectividad del fascículo cin-
gulado en sujetos con esquizofrenia en comparación con sujetos controles. Debido
a su curvatura, el genu y la parte temporal presentaron dificultades para realizar
una medición certera de anisotropía. Por lo tanto, se realizó un análisis mediante
delimitación de regiones de interés del cuerpo medio del fascículo cingulado. Los
sujetos con esquizofrenia presentaron una estructura más pequeña y menor AF que
los controles. Además, la disminución de AF en el fascículo cingulado izquierdo
correlacionó significativamente con las medidas de memoria de trabajo y atención,
evaluadas por el test de cartas de Wisconsin. En conclusión, estos datos proporcio-
naron una fuerte evidencia de que las alteraciones en el fascículo cingulado se
relacionan con anomalías en la atención y memoria de trabajo, frecuentes en el
trastorno de esquizofrenia. Fellgiebel y cols. (2005) analizó las medidas de conec-

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tividad del fascículo cingulado posterior, considerado un sustrato neuronal impor-


tante en la red del procesamiento de memoria. La muestra del estudio se componía
de personas con deterioro cognitivo leve, enfermedad de Alzheimer y personas
controles. Se encontró disminución de AF y aumento de difusión media en los
grupos experimentales, en comparación con el grupo control. También se aplicó
una prueba de recuperación verbal a los tres grupos, y los resultados se correlacio-
naron de forma significativa con los valores de AF y difusión media del fascículo
cingulado posterior.

Figura 6.12. Desde la vista sagital (a) se observa la forma de «hoz» que posee el fascículo
cingulado. Su estructura le permite conectar diferentes zonas corticales y subcorticales. En su
recorrido atraviesa el lóbulo frontal, envuelve por encima al cuerpo calloso y desemboca en el
lóbulo temporal. Desde las vistas coronal y axial (b y c, respectivamente) se observa como las
fibras irradian sobre la región media de ambos hemisferios.

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COLOCACIÓN DE ROI

Para diseccionar el fascículo cingulado se utilizan cuatro ROI. En primer lugar, se


coloca un ROI AND en un plano coronal a la altura del splenium del cuerpo calloso,
que abarque al mismo tiempo el conjunto de vóxeles de gradiente anteroposterior,
ubicado por encima del cuerpo calloso, y el conjunto de vóxeles de gradiente ante-
roposterior, ubicados en la parte anterobasal del splenium (Fig. 6.13, ROI 1). Luego
se colocan dos ROI SEED, uno en un plano coronal a la altura de la porción media
del cuerpo medial del cuerpo calloso (Fig. 6.13, ROI 2) y otro en un plano axial
inmediatamente posterior al splenium, rodeando un conjunto de vóxeles de gradiente
superoinferior (Fig. 6.13, ROI 3). Por último, se coloca un ROI NOT en el plano
sagital medial para evitar la obtención de fibras interhemisféricas (Fig. 6.13, ROI 4).

SEGMENTACIÓN

El fascículo cingulado se puede dividir en 3 partes según el criterio propuesto por


Hagmann y cols. (2003): a) genu o porción anterior (Fig. 6.14, fibras azules), b)
cuerpo medio (Fig. 6.14, fibras rojas), c) porción temporal (Fig. 6.14, fibras celestes).
Para obtener el cuerpo medio se colocan dos ROI AND. El primero (1) se dibuja en
un plano coronal inmediatamente posterior al genu del cuerpo calloso, y el segundo
(2) se traza en un plano coronal inmediatamente posterior al splenium del cuerpo
calloso. Luego, para la obtención de la porción anterior se utiliza el ROI AND 1 y
se dibuja un ROI SEED en un plano axial, anterior al genu del cuerpo calloso. Final-
mente, para la obtención de la porción temporal se utiliza el ROI AND 2 y se dibuja
un ROI SEED en un plano axial posterior al splenium del cuerpo calloso.

Figura 6.13. Ubicación de los ROI del fascículo cingulado. a) Vista sagital; b) vista axial;
c) vista coronal.

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Figura 6.14. Vista sagital con las 3 porciones del fascículo cingulado propuestas por
Hagmann y cols. (2003). Presenta un aumento paulatino de AF durante el desarrollo y se
vuelve estable alrededor de los 18 años (Lebel, Walker, Leemans, Phillips y Beaulieu, 2008).

FÓRNIX

LOCALIZACIÓN

El fórnix es un haz de fibras nerviosas en forma de C, que conecta el hipocampo con


los cuerpos mamilares y luego con los núcleos anteriores del hipotálamo. Las fibras
comienzan en el hipocampo de cada hemisferio y se unen en la línea media del cerebro,
formando el cuerpo del fórnix. Con respecto a sus funciones, pertenece al sistema
límbico y está fuertemente asociado con la memoria de trabajo (sistema de memoria a
corto plazo) (Catani y Thiebaut de Schotten, 2008). Debido a que los procesos de
memoria se ven afectados en la enfermedad de Alzheimer, el fórnix es uno de los fas-
cículos más investigados en la literatura de la patología mencionada. Por ejemplo, Tang
y cols. (2016) realizaron un estudio de segmentación por expertos en el que halló que
en pacientes con enfermedad de Alzheimer el valor de AF de este fascículo se encuentra
disminuido, mientras que el valor de difusión media se encuentra aumentado en com-
paración con sujetos controles. También se ha reportado una menor difusión axial y

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una mayor difusión radial en el fórnix en pacientes con Alzheimer (Pievani y cols.,
2010). Un estudio de morfometría basada en vóxeles, Copenhaver y cols. (2006) encon-
traron que en pacientes con enfermedad de Alzheimer el volumen del fórnix y los
cuerpos mamilares se encuentra significativamente reducidos.

Figura 6.15. Ubicación de los ROI del fórnix. a) Vista sagital; b) vista axial; c) vista coronal.

Figura 6.16. Desde la vista sagital (Figura A) se observa al fórnix como un haz de fibras con
forma de signo de pregunta «?». Se puede apreciar que no posee fibras con formas de U.
Desde las vistas coronal y axial (Figuras B y C, respectivamente) se observa como las fibras
se unen en la parte medial (cuerpos mamilares) y se lateralizan a medida que conectan con
el hipocampo.

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COLOCACIÓN DE ROI

Para obtener el fórnix se utilizan tres ROI. En primer lugar, se coloca un ROI AND
en un plano coronal por debajo del istmo del cuerpo calloso que abarque tanto el
conjunto de vóxeles mediales de gradiente anteroposterior y el conjunto de vóxeles
de gradiente anteroposterior, laterales a las fibras ascendentes de la corona radiada
(Fig. 6.15, ROI 1). Luego se dibuja un primer ROI SEED posteromedial al núcleo
lenticular (Fig. 6.15, ROI 2) y un segundo ROI SEED en la región anterior del lóbulo
temporal (Fig. 6.15, ROI 3).

FASCÍCULO FRONTOOCCIPITAL INFERIOR

LOCALIZACIÓN

El fascículo frontooccipital inferior es un haz de fibras asociativas que conecta el


lóbulo occipital ventral con la corteza orbitofrontal. En el polo posterior se entre-
cruza con el fascículo longitudinal inferior, mientras que en el polo anterior se vincula
con las fibras del fascículo uncinado. El fascículo frontooccipital inferior está aso-
ciado con funciones de atención, lenguaje y procesamiento visual (Catani y Thiebaut
de Schotten, 2008). Además, es considerado crucial para la lectura y el desarrollo de
esquemas semánticos. (Almairac, Herbet, Moritz-Gasser, de Champfleur y Duffau,
2015; Beaulieu y cols., 2005; Martino, Brogna, Robles, Vergani y Duffau, 2009). Pre-
senta un aumento sostenido de AF durante el desarrollo y se vuelve estable alrededor
de los 10 años (Lebel, Walker, Leemans, Phillips y Beaulieu, 2008).

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Figura 6.17. Desde la vista sagital (a) se observa como el fascículo frontooccipital Inferior
hace un recorrido extenso y directo desde la corteza occipital hacia la corteza orbitofrontal.
Desde las vistas coronal y axial (b y c, respectivamente) se observa como las fibras se
extienden por la región central de cada hemisferio. Además, algunas fibras del extremo
anterior irradian de forma lateral en la corteza prefrontal.

En un estudio de solución de problemas emocionales en espacios semánticos incon-


gruentes fue el tracto que mayor asociación tuvo con un desempeño exitoso en la
tarea (Luna y cols., 2016). Los estudios de conceptual tracking (arribo de conceptos
a la toma de decisiones) permiten conjeturar que el fascículo frontooccipital inferior
está fuertemente involucrado en dicho proceso (por ejemplo, véase Kumaran, Sum-
merfield, Hassabis y Maguire, 2009). Un metaanálisis de estudios de esqueletoni-
zación de la sustancia blanca (Chen y cols., 2016) encontró disminución de AF en
este fascículo en pacientes adolescentes con trastorno por déficit de atención con
hiperactividad. Kvickstrom y cols. (2011) plantearon que por su conexión con el
lóbulo frontal está involucrado en set-shifting atencional. Por lo tanto, la disminución

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del grado de conectividad explicaría la frecuente susceptibilidad a la distracción en la


patología mencionada.

COLOCACIÓN DE ROI

Para obtener el fascículo frontooccipital inferior se utilizan dos ROI AND. En primer
lugar, se coloca un ROI AND en el plano coronal a la altura del tercio anterior del
cuerpo calloso (Fig. 6.18, ROI 1). Luego se coloca un ROI AND de mayor superficie
en un plano coronal ubicado en la región ventral del lóbulo occipital (Fig. 6.18, ROI
2). Como es uno de los fascículos más extensos del cerebro humano, generalmente
no es necesario emplear ROI NOT para eliminar fibras espurias.

Figura 6.18. Ubicación de los ROI del fascículo frontooccipital inferior. a) Vista sagital; b)
vista axial; c) vista coronal.

FASCÍCULO LONGITUDINAL INFERIOR

LOCALIZACIÓN

El fascículo longitudinal inferior es un haz de fibras asociativas ventrolaterales, con


fibras de extensión moderadas a largas, que conectan los lóbulos occipitales y tem-
porales —en especial las áreas visuales— con el hipocampo y la amígdala. El fascículo
longitudinal inferior está asociado con la percepción visual, el reconocimiento de
rostros, la memoria visual, la lectura y otras funciones relacionadas al lenguaje (Catani
y Thiebaut de Schotten, 2008).

En estudios clínicos se relacionaron los trastornos de ansiedad y anomalías como la


agnosia visual y la prosopagnosia con lesiones en el fascículo longitudinal inferior
derecho (Benson, Segarra y ML, 1974). Ashtari y cols. (2007) realizaron un estudio de

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segmentación por expertos para investigar las propiedades microestructurales del fas-
cículo longitudinal inferior en adolescentes con esquizofrenia. Se observó disminución
de AF y aumento de difusión radial en el fascículo longitudinal inferior izquierdo.
Además, en análisis exploratorios se halló que los pacientes que tenían un historial de
alucinaciones visuales presentaban aún menor AF en estas fibras, a diferencia de los
pacientes sin alucinaciones visuales. Cho y cols. (2008) llevaron a cabo un análisis
mediante delimitación de regiones de interés para estudiar la sustancia blanca en
pacientes con deterioro cognitivo leve. Se encontró disminución de AF e incremento
de difusión media en el fascículo longitudinal inferior, entre otras fibras de sustancia
blanca. Por último, estudios clínicos en personas que padecían Demencia con Cuerpos
de Lewy (por ejemplo, véase Kantarci y cols., 2010) encontraron que los pacientes se
caracterizaban por tener elevada difusión media en la amígdala y disminución de AF
en el fascículo longitudinal inferior. Niveles altos de difusión media en el fascículo
longitudinal inferior fueron encontrados en pacientes que padecían alucinaciones
visuales, explicadas entonces por la desconexión occipitotemporal.

El fascículo longitudinal inferior presenta un rápido aumento de AF durante el desa-


rrollo y se vuelve estable entre los 8-10 años (Lebel, Walker, Leemans, Phillips y
Beaulieu, 2008).

COLOCACIÓN DE ROI

Para diseccionar el fascículo longitudinal inferior se utilizan cuatro ROI. En primer


lugar, se coloca un ROI AND en el lóbulo temporal sobre un plano coronal ubicado
a la altura del istmo del cuerpo calloso (Fig. 6.19, ROI 1). Luego, se traza un segundo
ROI AND en un plano coronal ubicado en la región anterior del lóbulo occipital
(Fig. 6.19, ROI 2). Finalmente, son necesarios dos ROI NOT para evitar la obtención
de fibras del otro hemisferio y fibras del fascículo frontooccipital inferior (Fig. 6.19,
ROI 3 y 4).

Figura 6.19. Ubicación de los ROI del fascículo longitudinal inferior. a) Vista sagital; b) vista
axial; c) vista coronal.

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Figura 6.20. Desde la vista sagital (a) se observa que el fascículo longitudinal inferior posee
una estructura diagonal y descendente. Desde la vista axial (c) se observa como el recorrido
de las fibras se extiende en diagonal desde la corteza occipital hacia el lóbulo temporal.

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FASCÍCULO ARQUEADO

LOCALIZACIÓN

El fascículo arqueado es un conjunto de fibras asociativas que conecta la corteza


perisilviana de los lóbulos frontales, parietales y temporales (Catani y Thiebaut de
Schotten, 2008). Está asociado con el lenguaje y el procesamiento visoespacial (Catani
y Mesulam, 2008). Fue uno de los primeros fascículos en ser diseccionados post
mortem. Los modelos más antiguos del lenguaje consideraban que el AF izquierdo
era responsable de unir la zona de almacenamiento conceptual con la evocación. Se
han realizado estudios de resonancia magnética funcional que apoyan esta conclusión
(Balsamo y cols., 2002; Binder y cols., 2000; Wood y cols., 2004). Además, la lite-
ratura de segmentación por expertos coincide en que el volumen estructural y el
grado de conectividad del fascículo arqueado izquierdo están relacionados con la
lateralización de la función de lenguaje (por ejemplo, véase Lebel y Beaulieu, 2009 y
Sreedharan, Menon, James, Kesavadas y Thomas, 2015).

En cuanto al ámbito clínico, el trastorno esquizofrénico fue asociado a disminución


del grado de conectividad en el fascículo arqueado izquierdo. Geoffroy y cols. (2014)
llevaron a cabo un metaanálisis de estudios mediante delimitación de regiones de
interés, el cual reveló AF disminuida en este fascículo en pacientes con esquizofrenia.
La hipótesis tras esta vinculación es que las alucinaciones audioverbales estarían cau-
sadas por baja conectividad entre las zonas de producción y percepción del lenguaje
(Psomiades y cols., 2016). Respecto al fascículo arqueado derecho, recientemente se
ha considerado que su parte anterior es un prometedor biomarcador del síndrome
de fatiga crónica (Stiles y Hrozanova, 2016). Zeineh y cols. (2015) realizaron un
estudio de cuantificación tractográfica automatizada (para detalles sobre esta técnica
se recomienda al lector el trabajo de Yeatman, Dougherty, Myall, Wandell y Feldman,
2012) y encontró aumento de AF en la parte anterior del fascículo en pacientes con
la patología mencionada. Este resultado presenta cierto interés, porque no es común
encontrar aumento del grado de conectividad de la sustancia blanca en condiciones
patológicas. Los autores proponen dos explicaciones: la primera y más sencilla es el
fortalecimiento de las fibras del fascículo, la segunda plantea que la razón es el debi-
litamiento de un conjunto de fibras cruzadas (crossing fibres) en esa región. Como se
explicó en capítulos anteriores, la AF se ve disminuida en el modelo de tensor de
difusión en los vóxeles en los que hay más de una orientación dominante de difusión.

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Figura 6.21. Desde la vista sagital (a) se observa como el fascículo arqueado posee una
estructura con forma de «C» cuyas fibras se extienden hacia la corteza parietal, motora
y temporal. Desde las vistas coronal y axial (b y c, respectivamente) se observa cómo las
fibras se extienden por la región posterolateral de cada hemisferio.

COLOCACIÓN DE ROI

Para obtener el fascículo arqueado se utilizan tres ROI. En primer lugar, se coloca
un ROI AND en el plano coronal, en el conjunto de vóxeles de gradiente antero-
posterior laterales al splenium del cuerpo calloso (Fig. 6.22, ROI 1). Luego se
dibuja un segundo ROI AND en un plano axial a la altura del splenium del cuerpo
calloso (Fig. 6.22, ROI 2). Finalmente se traza un ROI NOT en un plano axial que
se ubique entre el genu y el splenium del cuerpo calloso, a la misma altura que el
ROI AND 2 para eliminar fibras espurias (Fig. 6.22, ROI 3).

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Figura 6.22. Ubicación de los ROI del fascículo arqueado. a) Vista sagital; b) vista axial;
c) vista coronal.

FASCÍCULO LONGITUDINAL SUPERIOR

LOCALIZACIÓN

El fascículo longitudinal superior es un haz de fibras asociativas que conecta la


corteza parietal con la corteza frontal, aunque los estudios más minuciosos indican
la presencia de conexiones occipitales (Thiebaut de Schotten y cols., 2012). Este
fascículo es uno de los más controvertidos en cuanto a su disección. En trabajos
recientes se segmentó en tres porciones (Catani, Jones y Ffytche, 2005), las cuales se
superponen con las fibras del fascículo arqueado. Respecto a sus funciones, está
asociado con las redes atencionales, la detección de conflictos perceptuales, la gene-
ración de estrategias y la realización de ajustes perceptuales (Merchant, 2011). En
trabajos sobre los trastornos del estado de ánimo se observó una disminución de AF
del fascículo longitudinal superior (Lai y Wu, 2014). Por otro lado, Karlsgodt y cols.
(2008) realizaron un análisis mediante esqueletonización de la sustancia blanca y
hallaron que pacientes con esquizofrenia presentaban un valor de AF significativa-
mente menor que los controles, particularmente en el fascículo longitudinal superior
izquierdo. Los autores hipotetizaron que las anormalidades estructurales y funcio-
nales en estos circuitos están asociados con el déficit de la memoria de trabajo. Final-
mente, otras investigaciones plantearon que lesiones en el fascículo longitudinal
superior derecho, principalmente en el lóbulo parietal inferior, desempeñan un papel
crucial en el desarrollo de negligencia espacial (Shinoura y cols., 2009; Vestergaard y
cols., 2011).

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COLOCACIÓN DE ROI

Para obtener el fascículo longitudinal superior se utilizan tres ROI. En primer lugar,
se coloca un ROI AND coronal en el conjunto de vóxeles de gradiente anteropos-
terior, lateral al splenium del cuerpo calloso (Fig. 6.23, ROI 1; similar al ROI AND
del fascículo arqueado). Luego se traza un segundo ROI AND por delante del
primero, en un plano coronal ubicado a la altura de la mitad del cuerpo medio del
cuerpo calloso (Fig. 6.23, ROI 2). Por último, se dibuja un ROI NOT en un plano
axial a la altura de la base del splenium del cuerpo calloso con la finalidad de evitar
la obtención de fibras espurias y del fascículo arqueado (Fig. 6.23, ROI 3).

Figura 6.23. Ubicación de los ROI del fascículo longitudinal superior. a) Vista sagital; b) vista
axial; c) vista coronal.

PEDÚNCULOS CEREBELOSOS

LOCALIZACIÓN

El cerebelo envía y recibe información de los hemisferios cerebrales a través de los


pedúnculos cerebelosos (Catani y Schotten, 2012). También recibe información peri-
férica del tracto espinocerebelar, a través de los pedúnculos cerebelosos inferiores.
Además, el mayor envío de información del cerebelo está representado por los
pedúnculos cerebelosos superiores. En cuanto a sus funciones, el cerebelo está invo-
lucrado en el aprendizaje motor y en la coordinación de algunas funciones cognitivas,
emocionales y de la conducta (Catani y Thiebaut de Schotten, 2008). Esta estructura
suele verse afectada en la esclerosis múltiple, lo que llevó a pensar que los pedúnculos
cerebelosos podrían presentar baja conectividad. Anderson y cols. (2011) realizaron
un estudio de disección semiautomatizada de tractografía probabilística y encon-
traron AF disminuida en los pedúnculos cerebelosos en pacientes con esclerosis múl-
tiple. Uno de los síntomas de esta patología es la pérdida de la coordinación motora,
una de las funciones principales en la que estarían involucradas estas fibras de sus-

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tancia blanca. También se ha vinculado menor grado de conectividad en los pedún-


culos cerebelosos al trastorno por déficit de atención con hiperactividad, que suele
presentar problemas en las funciones motoras (Mega y Cummings, 1994). Ashtari y
cols. (2005) hallaron disminución de AF en el pedúnculo cerebeloso derecho y parte
de los pedúnculos cerebelosos izquierdos en los niños que padecían esta patología.

Figura 6.24. Desde la vista sagital (a) se observa como el fascículo longitudinal superior
posee fibras horizontales que conectan los lóbulos frontal, parietal y occipital. La (b) permite
visualizar como las fibras del fascículo longitudinal superior se ubican en cada hemisferio
de manera superolateral. Desde la vista axial (c) se observa como las fibras adoptan una
forma similar a la letra «E».

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COLOCACIÓN DE ROI

Para capturar los pedúnculos cerebelosos se utilizan 4 ROI. En primer lugar, se coloca
un ROI AND en un plano coronal lateral a la protuberancia (Fig. 6.25, ROI 1). Luego
se traza un segundo ROI AND posterior al ROI AND 1 en un plano coronal ubicado
en la parte anterior del cerebelo (Fig. 6.25, ROI 2). En tercer lugar, se dibuja un ROI
NOT en el plano sagital medial para evitar obtener las fibras cerebelares contrahemis-
féricas (Fig. 6.25, ROI 3). Por último, se coloca un ROI NOT en el plano axial a la
altura del mesencéfalo para evitar fibras espurias y de la corona radiada (Fig. 6.25, ROI 4).

Figura 6.25. Ubicación de los ROI de los pedúnculos cerebelosos. a) Vista sagital; b) vista
axial; c) vista coronal.

Figura 6.26. Desde la vista sagital (a) se observa que los pedúnculos forman el nexo de
conexión del cerebelo con el cerebro y el tronco encefálico. Además, la continuación de
los pedúnculos cerebelosos es la corona radiada, pero para su mejor disección deben ser
separados de la misma. Desde las vistas coronal y axial (b y c, respectivamente) se aprecian
ambos pedúnculos como fibras relativamente cortas con dirección anteroposterior.

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COMISURA ANTERIOR

LOCALIZACIÓN

La comisura anterior conecta el lóbulo temporal anterior y ventral (incluyendo la


amígdala) de ambos hemisferios (Catani y Thiebaut de Schotten, 2008). Las funciones
de la comisura anterior han sido poco investigadas, pero diversos estudios sugieren
que tiene la capacidad de mediar los complejos mensajes multisensoriales interhemis-
féricos (Risse, LeDoux, Springer, Wilson y Gazzaniga, 1978). También se asoció la
reducción de la densidad de las fibras de la comisura anterior en la esquizofrenia, ya
que la comisura anterior interconecta las cortezas temporales y orbitofrontales de
ambos hemisferios, estructuras implicadas en la patogénesis de la esquizofrenia
(Highley y cols., 1999).

COLOCACIÓN DE ROI

Para obtener la comisura anterior se utilizan cinco ROI. En primer lugar, se coloca
un ROI SEED en el plano sagital, inmediatamente ventral a la porción anterior del
fórnix, rodeando el conjunto de vóxeles de gradiente medial-lateral (Fig. 6.28, ROI
1). A la misma altura y posición contrahemisférica se coloca un segundo ROI SEED
rodeando la continuación de los vóxeles mencionados (Fig. 6.28, ROI 2). Para
evitar la obtención de fibras espurias se utilizan tres ROI NOT; uno en el plano
coronal, ubicado por debajo del pico del cuerpo calloso, rodeando en ambos hemis-
ferios la parte dorsal del fascículo uncinado (Fig. 6.28, ROI 3). Otro en el plano
axial inmediatamente ventral al genu del cuerpo calloso hasta el foramen interven-
tricular (Fig. 6.28, ROI 4). El último ROI NOT se coloca en el plano coronal
medial, posterior a la comisura anterior, abarcando gran parte de la superficie
cerebral (Fig. 6.28, ROI 5).

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Figura 6.27. Desde la vista sagital (a) se observa que la comisura anterior se ubica en la
línea media por debajo de la columna anterior del fórnix. Desde las vistas coronal y axial
(b y c, respectivamente) se aprecia como la comisura anterior se extiende hasta la porción
anterior del lóbulo temporal.

Figura 6.28. Ubicación de los ROI de la comisura anterior. a) Vista sagital; b) vista axial; c)
vista coronal.

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