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Act 10 Ensayo Colombia y La Resistencia Zapatista en Mexico
Act 10 Ensayo Colombia y La Resistencia Zapatista en Mexico
GRUPO C
Es fácil entonces establecer un símil o una relación entre los procesos indígenas
colombianos y el movimiento zapatista del sur de México pues al igual que ellos, los
pueblos de aquí se han propuesto una movilización social y política que incluye ciertos
elementos:
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atraviesan por una profunda crisis de legitimidad porque son verdaderas plutocracias
que de manera vil promueven guerras (a pesar de que Colombia ha abrazado este
incipiente proceso de paz, aún le falta mucho por mejorar en torno a la verdad y
reparación) y devastación promoviendo un supuesto desarrollo para los países han
provocado en gran parte una forma muy sofisticada de autoritarismo y la falta total de
democracia. Todas las instituciones anexas a estos gobiernos están en crisis por el
desbordamiento del despotismo patriarcal (la familia), la erosión del poder sobre el
conocimiento que ejercía el currículo en las escuelas y colegios, el debilitamiento del
poder médico en las instituciones clínicas, en fin… la oferta de una sociedad
humanitaria y equitativa no ha quedado más que en palabras que se las lleva el viento y
en el que muy pocas personas creen. La resistencia civil no violenta promueve la
participación plena y decisoria de todos los grupos poblacionales; tanto en Colombia
como en México habría que comenzar a relativizar el poder de nuestros representantes,
hacer ejercicios de recuperación de la soberanía de los ciudadanos, promoviendo
procesos de autonomías que diseñen pactos flexibles para comunidades concretas,
desatando grandes procesos sociales de desconocimiento de las decisiones inequitativas
o arbitrarias del Gobierno.
Los grupos indígenas que basan su poder en la diferencia han comenzado a ser
absorbidos por una cultura única, a ser homogenizados y pasterizados dentro de las
reglas del mercado internacional o la infeliz adhesión a uno de los bandos de la guerra
(como pasó en Colombia con las guerrillas que reclutaban indígenas y campesinos). No
quieren ser Gobierno, ni quieren tomarse el poder, simplemente piden que los dejen ser
libres en su diversidad, que les dejen afirmar su peculiar forma de vida. Las
comunidades indígenas les solicitan a sus guerreros que les dejen vivir su vida a su
manera, los jóvenes desempleados no quieren empleos, sino un modo creativo de
producir, siendo amigables con el medio ambiente, demandando reconocimiento
mundial a su diferencia.
En esencia, Colombia y México son dos países muy parecidos, pues tienen en
común el narcotráfico y la violencia, la deliciosa gastronomía y la música, como
también que Colombia está tratando de salir de medio siglo de conflicto armado,
mientras que México se hunde más y más en la lucha violenta entre narcotraficantes y
las fuerzas armadas de la nación. También las comunidades indígenas son muy
parecidas, las relaciones con las familias, madres muy devotas de sus hijos, mujeres que
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dedican toda su vida al cuidado de los descendientes, el uso de los textiles también es
algo especial, hermosas telas, bordadas, con maravillosos diseños, pues todavía en
algunas comunidades indígenas se usan algunos telares manuales, se comparte de igual
manera, la creencia en varias figuras divinas con gran influencia sobrenatural, cuyo
propósito principal es la protección.
Las luchas de los indígenas colombianos y los zapatistas nació del empobrecimiento
crónico de ambas comunidades, necesitaban de manera urgente promoción constante de
su sistema político y social; y en gran medida estas revoluciones se han debido a que sus
necesidades básicas han sido ignoradas por muchos años por los Gobiernos centrales, el
descuido de ambos Gobiernos, el desarrollo de la política neo-liberal y las amenazas por
parte de los grupos represivos, provocaron grandes sueños en las comunidades
campesinas y en las mingas, muchos se atrevieron a idealizar una reforma agraria,
rechazando el capitalismo y la globalización, las mujeres han tenido un papel muy
importante en esta lucha revolucionaria y han reconocido los derechos de las
comunidades LGBTI. Lo que estos movimientos han demostrado es que la desigualdad
histórica todavía existe, pero los indígenas y los zapatistas están promoviendo una serie
de alternativas que han llamado la atención y apoyo del mundo entero, los Gobiernos
han empezado a reconsiderar cómo gestionar las relaciones con los pueblos indígenas y
cómo incluirlos en la construcción de una sociedad más equitativa y justa.
Existen muchos elementos que unen y hermanan los procesos indígenas zapatistas y
los pueblos de Colombia, en particular los de la cultura Nasa. En principio ambas
experiencias se toparon con la opción armada como mecanismo de lucha, pero también
como manera de encontrar una reivindicación clara y profunda de sus demandas.
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“Vemos la lucha armada no en el sentido clásico de las
guerrillas anteriores, es decir, la lucha armada como un solo
camino, como una sola verdad todopoderosa en torno a la cual
se aglutinaba todo, sino que nosotros siempre vimos desde el
principio a la lucha armada como parte de una serie de
procesos o de formas de lucha que van cambiando; algunas
veces es más importante una y a veces es más importante
otra.”1(Entrevista al Subcomandante Marcos, La Jornada, feb
4 de 1994)
Siguiendo la misma línea, consideramos que los puntos de contacto son los
siguientes en lo que se refiere al nacimiento de ambos movimientos:
1
http://enlacezapatista.ezln.org.mx/1994/02/04/entrevista-con-la-jornada-subcomandante-marcos-lo-
decisivo-en-una-guerra-no-es-el-enfrentamiento-militar-sino-la-politica-que-se-pone-en-juego-en-ese-
enfrentamiento/
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3. Adopción de las políticas neoliberales por parte de los Gobiernos, ocasionando
un deterioro general de las condiciones de vida de la población, desempleo
masivo y reducción del gasto social por parte del Estado.
4. Ambas poblaciones sufrieron una violencia renovada institucionalmente,
tratando de destruir su identidad, arrebatarles su dignidad moral y aniquilar su
modo de vida étnico.
5. Cambios globales que implicaron dejar de lado el modelo productivo agrario
tradicional, el despojo de tierras (por guerrilla o paramilitares), la disminución
del pago por el trabajo indígena, en esencia, menos tierras para los más pobres.
6. La ausencia de canales institucionales que pudieran analizar todas sus demandas.
Ahora bien, consideramos que estos son los puntos en común desde la opción ética
de la resistencia social no-violenta:
1. Ambos movimientos han sido fruto de la interacción entre dos grandes actores:
la comunidad indígena y la sociedad civil nacional e internacional.
2. Gran apoyo ideológico (sobre todo por parte de la Iglesia) que promovió nuevas
prácticas organizativas que incentivaban la reflexión intracomunitaria.
3. Un gran símbolo de resistencia han sido las mujeres indígenas.
4. El apoyo incondicional de organizaciones políticas de izquierda, organizaciones
no gubernamentales de derechos humanos, comunidades universitarias,
intelectuales, organismos internacionales como la ONU, la UE y las agencias de
cooperación.
5. Ambos movimientos persiguen la filosofía de la consecución autónoma de
recursos, medios y procesos para las comunidades indígenas.
6. La principal estrategia se ha centrado en la búsqueda y apertura al diálogo con el
Gobierno y con la clase política. El reconocimiento como interlocutor es el
primer paso para ser escuchados y consideran que éste es el paso inicial y más
importante para que se satisfagan las demandas.
7. Han buscado acercamientos y apoyo internacional con el objetivo de articular
otras luchas en contra de la corrupción y la implantación del neoliberalismo a
nivel global.
8. Entre sus acciones colectivas han realizado numerosas marchas, consultas,
encuentros entre las bases civiles y las comunidades indígenas.
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9. Han realizado innumerables escritos como: manifestaciones, demandas,
declaraciones, reflexiones en forma de ensayos, cuentos, proclamas políticas,
producciones plásticas y artísticas como: videos, exposiciones fotográficas,
pinturas, murales, vestimentas y conciertos de música.
10. La cosmovisión de ambos movimientos se caracteriza por una espiritualidad
alejada del individualismo occidental, muy ligada a la naturaleza y a la vida
comunitaria.
11. Usan la paradoja y otros recursos literarios muy importantes: “Detrás de
nosotros, estamos Ustedes”, “Para que nos vieran, nos tapamos el rostro, para
que nos nombraran, nos negamos el nombre; apostemos al presente para vivir un
futuro… y para vivir morimos”, “Que los actores armados no estén más en
nuestro territorio; la guardia indígena está presente (del movimiento indígena del
Cauca)”, “Guerrilla, paramilitares y fuerza pública, en su objetivo de atacar al
otro, causan desplazamiento, muertos y heridos”, “Si toca poner muertos, tocará,
pero este proceso no se parará”, “Nuestra respiración es el mismo aliento que
brota del mundo: el aire, los vientos y la brisa. Todas las razas humanas son
iguales (indígenas arahuacos)”.
12. Su objetivo político es garantizar la integración social y política de todos los
pueblos indígenas, a través de dos elementos fundamentales: el reconocimiento
y el respeto de su territorialidad y autonomía jurídico-política.
13. Ambos movimientos indígenas trabajan en la construcción de una nueva utopía:
“Un mundo donde quepan muchos mundos” construido sin exclusiones y con
una participación activa y plural.
14. En esencia, se busca: el derecho al uso y disfrute de los recursos naturales y al
territorio (hábitat), programas de desarrollo amigables con el medio ambiente,
políticas culturales propias, educación indígena de calidad, defensa de sus
lenguas, gestión de sus medios de comunicación y protección de sus formas de
democracia, en donde lo colectivo cobra mucha importancia frente a lo
individual, la búsqueda del consenso y la autonomía municipal (mandar
obedeciendo).
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cuenta que tenía que ser algo que dejara claro que no era narco-guerrilla. Tenía que ser
algo sobre las ciudades, no podía ser algo en el campo que finalmente dijeran: no, pos
allá quedó en la selva, como hicieron cuando la sierra de la Corralchén, en ese cuartel
que nos encontraron, dijeron no, que son tala-montes, son mariguaneros y otras cosas
que decían; que no, que son guatemaltecos. Nosotros no podíamos hablar porque
estábamos pensando y esperando ver qué pasaba.
Colombia ha buscado con este proceso de paz terminar con el escenario que hizo
posible que decenas de miles de habitantes de territorios asolados por la guerra
terminaran de sufrir, buscando un modo digno de existencia para todos. Este proceso
fue muy influenciado por la resistencia social comunitaria no-violenta, pues muchos
fueron los obstáculos que se presentaron para terminar con éxito los diálogos de La
Habana, pero los participantes mostraron una excelente actitud de resistencia pacífica y
de prácticas de no-violencia activas, garantizando que se ayudaría a sanar el dolor de las
víctimas, sirviendo de soporte a prácticas de vida con calidad para las diferentes
poblaciones y a encontrar otras formas para rehacer el tejido social colombiano.
Este proceso de paz colombiano estuvo muy influenciado por los zapatistas y
rodeado de sus valores positivos, en especial la solidaridad, al decidir dar la vida propia
por el bien de un pueblo, en donde la justicia tenía que ocupar su lugar preponderante (a
pesar de las críticas recientes a la JEP) y con serias aspiraciones a que la justicia tendrá
que condenar el uso de la violencia, a excepción de los casos en defensa propia.
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Gracias a esta influencia se planteó en Colombia un nuevo orden político y
democrático, además de la posibilidad de construcción de nuevas relaciones sociales y
un nuevo ejercicio democrático ocasionado por la reincorporación de los guerrilleros a
la sociedad civil, al principio en las zonas de concentración y luego en toda Colombia.
Todo este gran proceso social ocasionará que en el futuro las clases más desfavorecidas
aspiren a mejorar sus condiciones de vida en todo el país.
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CONCLUSIONES
1. Los insurgentes zapatistas han venido luchando por la autonomía, más no por la
independencia, pues además de ser comunidades indígenas se identifican como
mexicanos, celebran con ambas banderas (la zapatista y la mexicana) y cantan
con orgullo ambos himnos, han conseguido que su mensaje llegue a todos los
rincones del mundo, gracias a las nuevas tecnologías de información.
2. Estos rebeldes defienden el respeto a los derechos y a la cultura indígena, pero
están en contra de los usos y costumbres prehispánicas que atentan contra los
derechos humanos, como la discriminación que sufre la mujer en muchas
comunidades indígenas, como es el caso de la prohibición a las mujeres de
ocupar cargos de autoridad y pudiendo incluso ser vendidas.
3. El movimiento zapatista favorece el encuentro cultural, pues entienden que la
cultura es algo que evoluciona con el tiempo, dinámico y no como algo
permanente o estático.
4. La guerrilla zapatista no promueve la lucha de clases, ni la dictadura del
proletariado, sino la democracia y el combate al capitalismo. Tampoco quiere
tomar el poder, desvinculándose, por tanto, de la táctica revolucionaria de los
movimientos del corte marxista-leninista.
5. Las protestas actuales de las mingas colombianas que tienen paralizada casi a
media Colombia tienen mucha influencia de los movimientos zapatistas, pues
han recurrido al uso de la no-violencia, al diálogo, a la resistencia pacífica, a la
conservación de sus culturas y lenguas. Su lucha es a favor de los más
desfavorecidos, de los más pobres, de los marginados, de los que menos tienen y
a favor de la valentía y la solidaridad.
6. El proceso de paz colombiano estuvo muy influenciado por el movimiento social
zapatista, en especial por su uso de la no violencia, las prácticas de conciliación
asertivas y la preponderancia de la justicia para poderse reincorporar a la vida
civil. A pesar de que nuestra Justicia Especial para la Paz aún requiere algunos
ajustes Colombia va por muy buen camino y esperamos en el futuro vivir en un
país en paz con desarrollo económico sostenible y amigable con el medio
ambiente.
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BIBLIOGRAFÍA
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