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La violencia en tinta

Débora Arango, si esa que aparece en el billete de dos mil pesos, si es famosa artista colombiana
entre los años de 1957-1958 se interna en envigado, en su casa voluntariamente en ese periodo
de tiempo hace una obra de arte, el cual yo la declaro abstracta, que tiene un mensaje oculto en el
tema de la violencia en Colombia y obviamente en el tema político del país, en el cual considero
que alcanza a hacer un poco tenebrosa, pero igual como lo dije anteriormente refleja el momento
que afronta el país, no se sabe con exactitud en que año “la señora del billete de dos mil” hace
esta obra de arte que acá dejare en evidencia.

se ve donde que varios chulos se están devorando a una


mujer, mientras que varios hombres alrededor hacen el
famoso saludo nazi se puede interpretar que son
congresistas o senadores de la republica y por ultimo se
puede ver como un perro o un tipo de roedor, que para mi
puede ser un murciélago sostiene a una paloma que tiene
una cabeza humana.

Es muy abstracto como lo dije antes, pero también muy


tenebrosa. La revista semana en un articulo que le dedican
a esta obra en el año de 2014 dice que se trata una obra
que une la religión y la violencia, pero también en una
representación contraria o una parodia de la ascensión de
cristo.

Con representación de lo que esta pasando hoy en día en Colombia con el paro y el exceso de
fuerza ejercido por parte de la policía y el ESMAD podría decirse que el cuadro esta dando un fiel
reflejo, donde en vez de congresistas podemos poner policías, los chulos que podrían ser el
ESMAD devorando a una estudiante que quería pelear por sus derechos y por último Álvaro Uribe
Vélez en representación del murciélago o ese roedor con alas sosteniendo al presidente Iván
Duque, disfrazado de paloma. Es la representación que se le puede dar a la representación de
Débora Arango, es algo fuerte pero es la realidad que estamos viviendo hoy en día los
colombianos, el ver miles de estudiantes marchando pacíficamente luchando por sus derechos y
la fuerza pública en vez de servir como mediadora, de garantizar la seguridad de estos jóvenes que
son el futuro del país, se rebelan contra “el pueblo peleando contra su mismo pueblo”, diría yo.

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