Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
“Ha sido un año muy negro para Bolivia”, dice Miguel Ángel Crespo, director de
Productividad Biosfera Medio Ambiente (Probioma), al hacer un balance del 2019
en términos ambientales y recordar los cinco millones de territorio calcinado.
Sin embargo, más allá de los incendios, el 2019 fue un año controversial en el
panorama ambiental. Normas polémicas, protestas contra proyectos extractivos,
amenazas a las áreas protegidas y conflictos por el litio marcaron la agenda de
este año.
Más de cinco millones de hectáreas del bosque seco tropical Chiquitano y del
Gran Chaco Americano fueron arrasados como consecuencia de los incendios
forestales sin precedentes que se iniciaron a fines de julio y se extendieron hasta
setiembre.
Las imágenes de árboles calcinados y animales que no lograron escapar del fuego
dieron la vuelta al mundo. Durante semanas, bomberos, voluntarios, personal del
Ejército y la población local trataron de controlar el fuego pero los esfuerzos
resultaron inútiles.
Aunque los chaqueos son una práctica común en la zona, este año el gobierno de
Morales autorizó la ampliación de la frontera agropecuaria y las quemas
controladas, medidas que según los expertos consultados, actuaron como
detonante de la tragedia.
En marzo de este año, el gobierno de Evo Morales firmó un acuerdo con los
agroindustriales de Santa Cruz, mediante el cual autorizaba el uso de soya
genéticamente modificada. La negociación significaba también ampliar la frontera
agrícola en 250 000 hectáreas. La decisión fue criticada por los expertos. Pero no
fue la única controversial. En julio el presidente Morales modificó el Decreto
Supremo 26075 para que se autorice el cambio de uso de suelo en Santa Cruz y
El Beni con fines agropecuarios y las quemas controladas.
Para Pablo Solón estas normas del gobierno anterior deben ser derogadas y se
deben suspender las actividades que tienen incidencia en la deforestación. “Se
debe frenar el envío de carne a China y frenar la producción de soya, actividades
que incentivan la deforestación”.
La ampliación de la frontera agrícola para la ganadería cuasó controversia en
Bolivia. Foto: Eduardo Franco Berton.
De hecho, mientras los bosques bolivianos aún ardían, Morales anunció el primer
envío de carne a China, un negocio que el expresidente promovió decididamente
durante su mandato.
Las decisiones tomadas por Morales durante el 2019 confirman la orientación que
el gobierno del expresidente había tomado en temas ambientales, una política que
se contradecía claramente con la defensa del medio ambiente que aseguraba
seguir.
Evo Morales y Abdon Nacif Abularach durante la firma de la norma que modifica el
cambio de uso de suelo en el Beni. Foto: Fegabeni
Las contradicciones en la política ambiental de los 14 años de gobierno de
Morales fueron reseñadas en la investigación Un año crucial para la política de la
conservación en Bolivia, que se publicó en mayo de este año en la revista
científica Nature Ecology and Evolution.
“Las decisiones políticas apuntaban y permitían una visión de país que significaba
entregar Bolivia al agronegocio”, sostiene Vincent Vos, biólogo e investigador en
Riberalta, en el Beni.
Protestas en Bolivia tras las elecciones en las que resultó elegido Evo Morales
para un cuarto periodo. Foto: Alex Villca.
“Sería interesante que el nuevo gobierno pueda revertir lo dejado por Evo
Morales”, dice Crespo citando la reciente decisión del ministro de Hidrocarburos,
Víctor Hugo Zamora, quien ordenó la paralización de los trabajos de exploración y
explotación de hidrocarburos dentro de la Reserva Nacional de Flora y Fauna de
Tariquía, en Tarija.
Para Crespo, sin embargo, el anuncio que ha hecho la gestión de Añez sobre la
reforestación en la Chiquitanía siembra dudas. La decisión fue anunciada por la la
ministra del Ambiente y Agua, María Elva Pinckert, acompañada de empresarios
agropecuarios de Santa Cruz. “Desde el punto de vista científico, lo que
corresponde es una recuperación natural de la Chiquitanía. Pero cuando la
ministra y otros sectores hablan de reforestación, me temo que se esté buscando
introducir definitivamente la agroindustria a este territorio y que la reforestación se
haga con eucaliptos”, sostiene Pablo Villegas, del Cedib.
Alipaz dice que los pueblos indígenas se han declarado en emergencia y han
solicitado una audiencia a la presidenta. “Somos el 42 % del país y el más
afectado por la política extractivista”, agrega.
Pablo Villegas, también del Cedib, menciona los efectos perversos que ha tenido
la legislación que entregó derechos a los mineros sobre los suelos de territorios
indígenas y de áreas naturales protegidas. Estas autorizaciones, otorgadas por el
gobierno a las llamadas «cooperativas mineras», han agudizado las presiones
extractivistas sobre estas tierras. Los resultados son concretos: aparición de
nuevas empresas mineras formalmente legales aunque con prácticas bastante
informales para el ambiente.
“El problema está en la Ley de Minería que entrega las autorizaciones a las
empresas sin que cuenten con registro de personería jurídica. La informalidad ya
está en la ley”, explica Villegas. Según el experto, el ingreso de los denominados
“dragones” de propietarios chinos, colombianos y brasileños ha contado con la
aprobación del gobierno. “Este año hubo denuncias de empresas chinas con
dragones y nuevos tipos de instrumentos de extracción de oro a gran escala que
no se habían visto hasta ahora”, reafirma Gandarillas.
Villegas indica que este acuerdo se estaba haciendo con una empresa junior, es
decir, una compañía que se adjudica una mina para luego venderla a otra
compañía de capitales más grandes. “Esta empresa se había formado siete meses
antes de firmar el contrato y apenas cuenta con 20 empleados”, asegura.
“Son muchos los intereses sobre los pueblos indígenas y las áreas naturales
protegidas que tienen que ver con los recursos mineros y petroleros”, dice el líder
indígena Alex Villca de la Coordinadora de Defensa de Territorios Indígena,
Originario, Campesino y Áreas Protegidas (Contiocap).
Por ahora, el proyecto de Tariquía ha quedado en compás de espera según el
anuncio que hizo el gobierno de Janine Áñez.
Se calcula que solo quedan 800 individuos de la paraba frente roja. Foto:
Asociación Civil Armonía.
Este año, una historia de vida y protección de especies giró alrededor de dos
ranas: Romeo y Julieta, una pareja de la especie Telmatobius yuracare que está
en peligro de extinción.
La dupla se hizo famosa luego de que científicos del Museo de Historia Natural
Alcide d’Orbigny encontraran a la hembra, a quien bautizaron como Julieta, pues
hasta el momento de su hallazgo Romeo era el único individuo vivo de su especie
en cautiverio y, en diez años, no se había visto otra en los bosques nubosos de
Bolivia.
Más allá de toda la historia romántica que se organizó alrededor de estos dos
animales, lo interesante han sido los esfuerzos que realizan científicos y
ambientalistas en Bolivia para evitar la extinción de muchas especies.
Romeo y Julieta es una pareja de ranas que enfrenta la extinción. Foto: Museo de
Historia Natural Alcide d’Orbigny.