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Politicadevidaymuerte (PP 37-43)
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Nicolas Espinosa
The University of Arizona
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Nicolás Espinosa
Departamento de Antropología
Facultad de Ciencias Humanas
Departamento de Antropología
Facultad de Ciencias Humanas
Pero sin duda esta tesis sólo fue posible gracias al apoyo de campesinos y campesinas de
la sierra de La Macarena, quienes a pesar de las difíciles circunstancias en que viven y
de las duras condiciones que la guerra impone, nunca dudaron en respaldar mi trabajo
ante las presiones de las Fuerzas Armadas y la insurgencia. Apelando a estrategias que
solo las comunidades conocen, y a pesar de los operativos militares y el control que
ejercen las Farc, gracias al acompañamiento campesino me fue posible explorar
suficientes espacios y situaciones para mi trabajo.
Aunque he tomado precauciones para que este trabajo no sea funcional a los proyectos
militares del estado y la insurgencia, y que nada de lo aquí escrito comprometa la
seguridad de los campesinos y campesinas que prestaron su testimonio, prefiero no
mencionar a nadie. En junio de 2008, cuando realicé entrega del trabajo a las
comunidades de La Macarena y Norte del Caquetá, me fue posible extender
agradecimientos personales.
Aclaro, eso si, que lo escrito en esta tesis es responsabilidad del suscrito y no
compromete las posiciones de las personas e instituciones antes mencionadas.
A la memoria de Helena y de la Profe,
quiénes siendo arte y parte de esta historia
se fueron de estas tierras sin poder
discutir mis letras.
“…huyen de la pobreza de una ciudad y se arriesgan
criando hijos lejos de una escuela o un hospital.
Escapan de una violencia entre dueños de poderes
y se encierran en una humillante soledad
para decirse así mismos que viven en libertad”.
INTRODUCCIÓN…………………………………………… 1
Metodología del trabajo
El viaje sin regreso
De la teoría a la práctica: ejes conceptuales
El observador observado
Organización del trabajo.
Capítulo Primero
ETNOGRAFÍA EN ZONA TÓRRIDA………………………… 36
La Sandía
El Yarí.
La triple frontera: el Yarí, La Macarena, el estado colombiano.
La Macarena
El río Guayabero
La vereda
La finca
Epílogo: el regreso
Capítulo Segundo
VIOLENCIA Y VIDA CAMPESINA
Etnografía de la violencia en la vida diaria…………………….. 77
Los marcos de la violencia
Colonización y conflicto
La violencia desde el estado. De lo simbólico a lo militar
La violencia desde la guerrilla
La violencia de la vida diaria.
El destierro
Un fin de semana en la vereda
Formas y dinámicas de la violencia en la región
Capítulo Tercero
POLÍTICA DE VIDA Y MUERTE
La normalización de la violencia…………………………………… 108
Las experiencias del sufrimiento
“Algo tenía que deber”
La injusticia toca la puerta
La comunidad imaginada
La naturalización del sufrimiento
La racionalización
Condiciones y respuesta sociales a la violencia
Capítulo Cuarto
VIOLENCIA POLÍTICA Y
PRÁCTICAS DE LA MEMORIA…………................................. 133
La memoria regional
Memoria constitutiva, sujeto y colectivo
La memoria constituyente como proceso
La memoria constituyente como apuesta de reconocimiento
La memoria constituyente y la construcción de fronteras regionales
Elementos pendientes para una agenda regional
Capítulo Quinto
LA POLITICA DEL LUGAR
Las tensiones del territorio político en La Macarena ……… ..... 159
Dentro y fuera: las fronteras de sentido
A las márgenes del estado
Lo político en el lugar y la política del lugar
CONCLUSIONES……………………………………………… 181
BIBLIOGRAFIA
Foto 1
Amanece en el río Guayabero.
A lo largo del texto, una crónica del trabajo de campo en fotografías.
Autor: Nicolás Espinosa
INTRODUCCIÓN
del norte del Caquetá y los llanos del Yarí (Véase: Mapa 01, página 2), en donde me
retenes y un largo etc. a que se ven sujetas las comunidades, el conflicto armado deja su
permiten tumbar anualmente por finca y otra serie de disposiciones que establecen las
Farc en sus áreas de influencia, son reglas de carácter obligatorio. El conflicto también
se siente en las condiciones que existen para movilizarse de una región a otra, pues
1
La Sierra de La Macarena es un sistema biogeográfico mas antiguo que los andes en donde confluyen los
ecosistemas andino, orinocense y amazónico. Su poblamiento se remonta a un proceso de colonización
reciente cuyos protagonistas fueron, en su mayoría, campesinos expulsados de la región andina a
mediados del SXX por los remanentes de la violencia bipartidista de aquel entonces. En los años 60 la
persecución a grupos campesinos organizados por el Partido Comunista los llevó a abrir frentes de
colonización a los que se sumaron, con los años, miles de familias campesinas que buscaron la
posibilidad de contar con una tierra para vivir. En inmediaciones de La Macarena, a mediados de los
años 60, se fundó la guerrilla de las Farc y desde entonces la región ha sido escenario de múltiples
operaciones militares, conflictos asociados a los cultivos de coca y a la ocupación campesina de zonas
de reserva natural. Para un panorama histórico y regional véanse los trabajos de Molano (1989),
Avellaneda (1989), Sierra (1995), Espinosa (2003).
1
Introducción
2
Introducción
dicho ejercicio implica para los habitantes de la región sortear los controles del ejército,
las regulaciones de la guerrilla; para ello es clave no transitar con ropa oscura y en lo
posible no ir a los cascos urbanos con botas pantaneras, pues el ejército sospecha de la
ropa negra y molestan mucho por la tenencia y porte de botas; suponen que éstas son de
uso privativo de la guerrilla y en la práctica parecieran estar proscritas. Así mismo, para
Como etnógrafo no he escapado a las normas y condiciones que imperan para la gente
(evito ropas oscuras, conservo las cartas de presentación de la Junta, reconozco que
algunas condiciones propias de los controles militares: en los retenes del ejército es más
pregrado). Sin entrar en muchos detalles, la mención de antropólogo hace suponer que
estigma que la relaciona, en muchos espacios y en muchos sectores del país, como
la guerrilla relativas a la máxima extensión de las fincas, la cantidad de selva que cada
año se puede tumbar determina que tanto se ensancha la frontera agrícola. El conflicto
3
Introducción
también se vive cuando las excesivas regulaciones de las Fuerzas Militares limitan de
forma exagerada la cantidad de comida que las familias pueden llevar a sus fincas; la
dificultad que supone superar los retenes militares hacen pensar dos veces a la
población joven si vale la pena ir desde la zona rural a un centro poblado, pues el ser
configurado una serie de respuestas sociales al conflicto que en las esferas más íntimas
como las formas de apropiación territorial encuentra como marco regulador las
capítulo exponer algunos de los contenidos de la investigación, las tensiones éticas que
etnográficos que dieron forma al objeto de estudio, la segunda trata algunos de los
texto.
Abril de 2007 fue un mes muy tenso para los habitantes de la vereda El Socorro en la
4
Introducción
Sierra de La Macarena. Fuertes combates río abajo los hacían temer una incursión
militar cerca de sus fincas mientras que el sobrevuelo de los aviones militares que
fumigan los cultivos de coca se hacía más intenso cada día. Era de esperar que las
anteriores, el veneno arrasara con toda clase de cultivos. De igual forma, y por aquellos
días, pequeños grupos de guerrilleros se movieron de finca en finca esta zona del
Guayabero, realizaron charlas con los campesinos, cobraron impuestos, arreglaron uno
Una familia de la vereda, la familia de don Armando y doña Graciela, tenía aún más
motivos para estar preocupados: desde hacía varios meses estaban entre ojos de un
comandante guerrillero quién les había ordenado “abandonar el área”. Además de eso,
hacía pocas semanas una familia de campesinos (madre, padre, hijos menores, dos
señalaron a don Armando a través la emisora del ejército, en emisión especial, como
desmovilizarse. Este señalamiento, por si fuera poco, hizo temer a la familia de don
Armando y doña Graciela una incursión del ejército. No tenían para donde tomar
2
El programa para la Desmovilización y Reincorporación es una política del estado colombiano orientado
a ofrecer beneficios jurídicos y socioeconómicos a aquellas personas que abandonen un grupo armado
al margen de la ley, según lo contempla la ley. Los desmovilizados son atendidos tres meses en
albergues temporales, para luego recibir durante dos años un estipendio mensual cercano a un salario
mínimo (en promedio) y un préstamo al finalizar este tiempo para iniciar un proyecto productivo. Los
desmovilizados han de comprobar de forma periódica su asistencia a estudios y capacitación para
recibir tales beneficios, así como no verse involucrados en ningún acto delictivo. En un contexto mas
amplio este programa hace parte de una estrategia contrainsurgente que busca la deserción y
desmoralización de miembros de la guerrilla, así como la obtención de importante información para la
inteligencia militar puesto que a cambio de información o servicios de guía en áreas de conflicto los
desmovilizados obtienen mayores beneficios económicos. Un análisis sobre los impactos regionales y
familiares de la desmovilización véase el trabajo de Lorena Carrillo “Cuando para los campesinos la
seguridad no necesariamente significa democracia” (2008).
5
Introducción
camino y aunque en su casa se respiraba un ambiente muy tirante esto no fue motivo
para que la visita que desde hacía varios meses les había prometido se hiciera efectiva.
En aquel tiempo tenía en mente, como trabajo para la maestría, rastrear las narrativas
políticas de los campesinos sobre el estado. Planeaba realizar un video y para ello me
había visitado conmigo La Macarena, por lo que semanas previas al viaje debí informar
a los líderes de la comunidad que iría acompañado de otra persona y que llevaríamos
una cámara de video. Advertencias de este tipo son necesarias, toda vez que por
angustiosos que vivían doña Graciela, don Armando e hijos; momentos que captaron
toda mi atención. Pude observar cómo, a pesar del cruce enorme de fuerzas y poderes
que los superan (el conflicto armado que ha enfrentado al estado y la guerrilla de las
Farc durante más de 40 años), la vida de la familia seguía su curso: los niños
madrugaban para la escuela, don Armando se dedicaba a reparar las cercas de la finca y
doña Graciela ordeñaba de forma paciente las siete vacas que tenían. Nuestro trabajo en
cualquier helicóptero las conversaciones cesaban, las visitas de los vecinos se tomaban
6
Introducción
con tranquilidad, no alteraban el trabajo del día; pero ante el aparecimiento de aquellas
personas que ellos creían cercanas a la guerrilla todo trabajo se aplazaba. Algunos temas
de mis entrevistas fueron vedados en las noches, puesto que en medio de la selva y en
estas casas sin paredes nunca se sabe quién puede estar escuchando.
Esta pareja de campesinos y sus hijos han hecho su vida, toda la vida, a las márgenes
del río Guayabero. Los conocí hace años y por donde quiera que me haya entrometido
encrucijada más complicada a que se halla enfrentado esta familia sino que también me
los campesinos, pues alrededor de la situación de doña Graciela y don Armando pude
identificar y comprender distintas dimensiones del conflicto armado que los pobladores
sugirieron que mejor dejara la historia tal cuál quedó. Eso implicó, por tanto, que el
video que realizamos con César y Juana deba permanecer inédito y que pueda
considerarse como eso que Veena Das ha llamado “conocimiento venenoso3”: aquellas
3
Véase Das (1997 y 1997b)
7
Introducción
regionales a que dieron lugar las decisiones que habrían de tomar don Armando y doña
Siendo así el trabajo de investigación se orientó desde entonces a dar cuenta de las
La pregunta por quiénes son los campesinos, qué experiencia los define como sujetos,
fue una de las cuestiones que dio forma al sentido del trabajo. Los sujetos de esta
historia son campesinos no sólo porque vivan en una zona rural, sino porque su relación
ella qué era: campesina o colona. Me dijo con orgullo, “somos campesinos porque
aserrar madera, trabajar con máquinas como la guadaña o manejar canoas. Mantenía
junto a doña Graciela los sembrados de pancoger, la yuca, el plátano, el maiz. No era su
única ocupación, pero aun así también se asumía como campesino, pues para él ser
campesino significa haber nacido en el campo y vivir en una finca. Colonos fueron sus
padres, quienes fundaron la región, aclaró. Su vida allí les ha permitido compartir las
tradiciones y costumbres, las creencias, los mitos y las supersticiones propias de la vida
8
Introducción
en aras de una precisión conceptual que diferencie a colonos de campesinos, sino en una
apuesta de política cultural (cfr. Escobar 2001). Si por un lado la categoría “colono”
señala una particular forma de relacionarse con el medio, una la racionalidad que
(Molano 1987 y 1989b; Chávez 1998), la acepción oficial del término representa para la
gente de La Macarena una estrategia discursiva que desde el estado desconoce las
raíces que estos habitantes han echado sobre su tierra. Nombrar a los habitantes de la
región como colonos constituye un estereotipo desde el cuál el estado los descalifica
pues los considera como una población flotante, depredadores el medio ambiente cuyo
integró, en una naciente sociedad regional, a colonos que procedían de distintos lugares
del país: Huila, Tolima, Cundinamarca, Santander. Varias décadas después pocos se
reconocen allí como colonos, pues colonos fueron los primeros en llegar. La realidad de
los habitantes contemporáneos es otra, por ejemplo don Armando y doña Graciela (al
baldíos, fue comprada. Hicieron parte de una comunidad que se reúne cada mes para
realizar trabajos en conjunto; una comunidad que tiene escuela, caminos y una Junta de
acción comunal. Su finca les proveía alimentos y el excedente que generaban, a partir
que la finca no producía. En suma, los campesinos que hoy día viven en La Macarena
9
Introducción
Foto 2
Regreso a la vereda. Esta joven campesina comparte con su hija una condición especial:
ambas han nacido en La Macarena. A diferencia de la experiencia de los colonos, quienes
dieron los primeros trazos en la construcción de la región, ellas no tienen la referencia de una
tierra lejana como su lugar de origen.
Autor: N.E
10
Introducción
heredaron del proceso de colonización las bases de una sociedad regional que
Una de esas historias desde la cual se han construido sentidos y representaciones, desde
la cual se han generado una serie de estrategias para negociar en la vida diaria ha sido
la violencia política. Con esto en mente me propuse una vía para interpretar lo
Para darme una idea de cómo se vive la vida en La Macarena he recogido una serie de
la guerrilla) que enmarcan una serie de procesos que inciden de forma directa las esferas
de la cotidianidad.
Desde el estado cabe destacar aquel elemento que configura en buena medida la forma
reconoce el conflicto social que sustenta los cultivos de coca ni el carácter político de
los campesinos; dado que la actividad de los cocaleros se comprende como criminal, el
11
Introducción
De otro lado, desde el ámbito de la guerrilla, el involucrar a los civiles de forma cercana
sospechosos de servir a las Fuerzas Militares. Esos ajusticiamientos les hacen perder
confianza entre las comunidades campesinas. De otro lado, el que las Farc hayan
asumido desde hace varios años la intermediación entre los campesinos productores de
pasta base de coca y los narcotraficantes que procesan la cocaína, ha significado para las
comunidades complejos problemas a los que han de enfrentarse, puesto que esa relación
de la guerrilla con la coca ha permitido que desde el estado se señale que la producción
coquera sea de las Farc, y por ende que todo productor sea acusado de ser guerrillero.
violencia política desde sus agentes, he identificado uno de los impactos por medio de
cotidiana”. Este tipo de violencia implica para los campesinos la rutinización del
sufrimiento humano como algo “normal”, que aparece bajo múltiples formas (Scheper-
2002) por medio de elementos narrativos y simbólicos –historia oral, discursos, ritos-
algunos de los efectos propuestos por los actos mismos de la violencia. No es el terror la
12
Introducción
escenarios que no pueden reducirse a una noción totalizadora de terror. Entre estos
vida diaria: las esferas públicas y privadas de la vida social (Bourgois 2001).
concretas e imaginadas de la vida de los sujetos, experiencias que los guían en la acción
y que lo sitúan en un campo de relaciones de poder (cfr Kleinman, Das, Lock 1997), es
social, donde esa gramática marca el parámetro (de allí la noción de normalización)
armado. Algunas de esas pautas lo son la forma apropiada para hablar de temas
lider social- la elección de testigos seguros con quienes hablar de ello –por lo general el
círculo familiar- y la predilección de un lugar sobre otro para hablar cosas de este tipo.
Legrand (1994) y Alfredo Molano (1989) sobre el carácter revolucionario del Colono
que reivindica este último, contradicho por Legrand al señalar aspectos claves de su
vocación reformista, ofrece pistas para comprender que la respuesta armada de sectores
esclarecerlos (Cómo logra de alguna manera el trabajo de Serje 2006) para trazar
13
Introducción
acciones desde la sociedad civil, la academia incluida, que prevengan esa política de
país4
Por tanto debo insistir en que mi propuesta de gramática social se orienta a comprender,
entre otras cosas, las respuestas que surgen desde las comunidades tras la ocurrencia de
un evento asociado a la violencia política. El análisis de los pasos que le suceden hace
posible ver los significados ocultos, implícitos en el día a día, por medio de los cuales
significados tiene que ver con los procesos de vida y muerte a que se ven sujetos los
campesinos, situación que implica, en cierta medida, una biopolítica donde la vida,
antes que merecer una apuesta política para su conservación (en el sentido original con
necesario dejar morir para poder vivir: varias de las narrativas que he recogido
4
No menos que con sospecha y prevención puede uno observar la posible justificación a que puede dar lugar
un supuesto trabajo académico que el periódico El Tiempo cita, y mal citado, en aras de contextualizar las
posibilidades de una posible “retoma” de las Farc en el céntrico departamento de Cundinamarca. Dice la
nota periodística que “al respecto, el sociólogo de la universidad Nacional Jorge Dueñas Cabra y un grupo
de especialistas que ha hecho un seguimiento del fenómeno de izquierda en Cundinamarca, señalan que
será muy difícil erradicar del todo a este grupo (las Farc) por los nexos familiares que aún mantienen en la
región”. El Tiempo, 15 de Mayo de 2006. Esta nota ha sido reproducida en la página oficial de las Fuerzas
Militares. Véase: http://www.fac.mil.co/?idcategoria=11240 Consulta enero 12 de 2008
Quizás gracias a pretextos de este tipo es que a lo largo de distintas y exitosas operaciones militares
desarrolladas en el país las operaciones paramilitares arreciaron en contra de poblaciones enteras, entre
ellas la población de Cundinamarca, el Oriente antioqueño, y las zonas norte y sur de la Sierra de La
Macarena, entre otras. Véase: “¿Meras coincidencias? Pese a la tregua unilateral que declararon los
paramilitares desde el año pasado (2002), han aumentado su presencia en regiones como Arauca, Cauca,
Antioquia, Cundinamarca y Huila. Operativos militares grandes y exitosos del gobierno de Alvaro Uribe
han coincidido con una fuerte expansión paramilitar en esas zonas”. En Revista Semana, edición digital.
http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=71591 Consulta enero 12 2008
5
Sobre el concepto de biopolítica, como propuesta analítica para comprender las formas que asume la
lucha por la vida y la racionalziación de la muerte en la región véase Michel Focault (1991).
14
Introducción
legitiman los ajusticiamientos de campesinos por parte de la guerrilla, puesto que por
culpa de uno muchos pueden caer, o porque si lo mataron fue por algo.
Dos temas más que hacen parte del trabajo tiene que ver con las características de la
política del lugar, que como proceso que articula las distintas particularidades de la
papel de la violencia política en las prácticas constitutivas (el recuerdo de los hechos
Tras este repaso por los temas tratados en la investigación, en el siguiente apartado
trabajo etnográfico.
método, tanto como la comprensión de mi papel como sujeto que observa, participa, se
relaciona y discute con los sujetos que integran esa comunidad local (Sluka y Robben:
2007:2).
15
Introducción
punto medio de la tensión que existe entre dos grandes tradiciones de las que Robben y
Sluka (2007) se valen para introducir las características del método en antropología: o
cercana a la realidad estudiada; o bien una estancia corta que privilegia el contacto con
Boas.
Esta etnografía se enmarca dentro de un trabajo de larga duración, pues mi relación con
La Macarena se remonta a una década atrás. Desde entonces realizo dos o más viajes
región, pero tampoco me he limitado a un par de viajes y una estancia corta. Se trata de
un ir y venir constante que supera los límites del campo pues la relación que sostengo
con la región y algunos de sus habitantes trascienden esa barrera, mediante un continuo
entre el “estar allá” y “mi estar aquí”. Con el siguiente ejemplo, extractado de mis notas
ilustro la situación:
16
Introducción
hace años, y el límite del campo se hizo borroso. Existe una distancia, es cierto, entre la
esta introducción. Pero estos espacios están relacionados de forma estrecha, pues es en
académico.
Con la llamada que doña Alicia me hiciera fui capaz de dimensionar el alcance de ese
trabajo de campo como una experiencia que no se limita solo a la visita a la región. Al
17
Introducción
definir la naturaleza de mi investigación. Esta tiene que ver no solo con el tema que me
atañe, la violencia política, sino que se desarrolló en una región que la vive de una
fuerte manera; es decir, las condiciones de violencia estuvieron presentes durante todo
importante gracias a las distintas experiencias y matices que sobre la violencia recogen,
analizarlo como una serie de capas en donde al desentramar y examinar cada una de
ellas:
metodológica para desentramar las distintas facetas de la vida diaria que expresan y
peligros: cómo los sortea, que posiciones asume y en que posiciones es asumido (quizá
como terrorista, según la experiencia que narra Zulaika 1995); ó qué tan cercano está de
18
Introducción
peligro una vocación o reconocer el punto en que el peligro determina nuestra vocación
Escapa a los alcances de este apartado realizar un balance sobre este tipo de trabajos y
sus apuestas, pero a lo largo de las páginas que siguen aspiro a responder cuestiones
cómo las anteriores, en cuanto a las estrategias que desarrollé en el terreno para
garantizar la seguridad tanto de las comunidades como la mía, así cómo las reflexiones
las preguntas que allí desarrollo me tracé cuestiones claves en torno al ejercicio
estudios de maestría- que con el tiempo me llevó a definir la vía mas pertinente para
violencia política que impactan la vida diaria. En sintonía con la propuesta de Cohen
apuntes que tego de tiempo atrás aquellas cosas que me propuse buscar en el segundo
6
Un completo balance bibliográfico sobre trabajos centrados en estrategias para conducir investigaciones
en situaciones de violencia puede hallarse en el trabajo de Gasser (2006). Una compilación de
etnografías en contextos violentos se encuentra en el trabajo de Robben y Sluka (2007)
19
Introducción
Foto 3
Campesinos de la Vereda Ayanabe. Detrás de las escenas de la vida diaria –algunas de ellas
plasmadas en estas fotos- se encuentran condiciones de violencia que configuran la vida
regional. Estos vecinos nos cuentan, por ejemplo, mientras arreglan el corral del ganado que
desde hace varios días dos jóvenes guerrilleros, al mando de una comandante, recorren las
veredas anunciando que para este año queda prohibido tumbar selva.
Autor N.E.
20
Introducción
La lectura de la realidad regional (la que ya había observado, la que estaba observando)
textualidad que dan forma a La Macarena. Veena Das (1997) plantea que algunas
realidades necesitan ser hechas ficción antes de ser aprehendidas, y con esto en mente
tracé esas dos figuras metafóricas que me han permitido definir, en primer lugar,
aspectos físicos y sociales que estructuran la región (la textura) y, en segundo lugar, las
representaciones y significados con los cuales se les dota de sentido (la textualidad).
Con un trabajo a dos columnas, en donde identifiqué tanto texturas como textualidades,
hice una serie de preguntas al trabajo previo, al que me esperaba y al que realicé en
conjugó tanto las nociones teóricas que orientan la investigación como la perspectiva
etnográfica que le da forma. De esta forma tres grandes ejes conceptuales orientaron el
gramática social.
esas desigualdades inciden en que los cultivos de coca sean la principal, por no decir
única, fuente de ingresos económicos para los campesinos de la región. Como víctimas
he buscado, por ejemplo, los elementos estructurales que configuran los distintos
21
Introducción
procesos de violencia que allí se viven: los he denominado marcos y los entiendo como
posiciones y actitudes que existen entre los campesinos para referirse y dar sentido a la
violencia estructural, y/o por las respuestas que desde esta se generan. Este tipo de
violencia implica la rutinización del sufrimiento humano como algo “normal”, que
ejemplo, elementos del paisaje que dan cuenta de esa violencia: límites geográficos que
entran en juego para las prácticas campesinas (allí manda tal o cual frente, tal zona es
zona de paracos; esa región tiene dos mil soldados regados por todo lado); extensiones
de fincas que se ven mediadas por regulaciones de la guerrilla (dos kilómetros desde la
margen del río hacia selva adentro), o estrategias de siembra de coca en pequeñas
parcelas para evitar fumigaciones. Las textualidades me dan cuenta, entre otras cosas,
las formas anteriores de violencia. He definido como gramática social aquella serie de
22
Introducción
territorio bajo el parámetro de la guerra: la versión expresión armada del conflicto social
esto, en cuanto las narrativas y la cotidianidad dejan entrever esa serie de reglas
región la que me ha permitido reconocer actitudes que para los comunidades pasan
comunidad (un discurso magnánimo, con fuerza, a veces con justicia); ó las de un
altanería, malas caras, manos agresivas); o los militares (asumidos en los relatos con
actitudes agresivas).
La metodología en práctica.
sobre apuntes, diarios, fotografías y busqué los aspectos relevantes que desde los ejes
habla de las fronteras de sentido que existen en la región, dónde puedo hallar la forma
en que la memoria entra en juego a la hora de enmarcar las posiciones políticas de una
comunidad?
Ahora bien, las técnicas que utilicé en campo fueron varias. Hablar de la observación
23
Introducción
como técnica puede ser complicado porque se trata, en forma llana, “estar allí” y tener
vida diaria. Como mencioné antes, las fronteras del campo han sido borrosas, de manera
momento en donde mi relación personal con los campesinos resulta relevante para la
porque observar está mas allá del mirar: escuchar, sentir, leer, y toda una gama de
entrevistas por cuanto tenía establecidas unas preguntas y temas claves para tratar, pero
no fueron grabadas. Con pocas excepciones evité usar grabadora porque hay temas que
trata, las posiciones que sume un entrevistado pueden ser comprometedoras y así, ante
una grabadora, por lo general se asumen discursos “oficiales” que implican desplegar la
corrección política que la gramática social permite: no hablar ni para bien, ni para mal,
de la guerrilla ni del estado. El ejercicio de grabar entrevistas me ha sido útil para saber
qué se dice de manera oficial, y que se sostiene sólo en privado. La distancia es grande,
y por ello prefiero las conversaciones, y aunque intento no inducirlas, una vez empieza
Los momentos para conversar son importantes, pues me han permitido identificar
24
Introducción
trocha sucede lo mismo, pues la selva y la noche tienen oídos. Así mismo, si entrevisto
generar credibilidad son el paso clave para acceder a las narrativas, condiciones
similares a aquello que escribió Patricia Lawrence (1997: 221) sobre cómo, para hablar
identidad de las personas. Eso me permite ejercicios de libre conversación que hacen
campesinos tiene claros que son apropiados y seguros para ello, no cuando el
investigador cita a una reunión, introduce el tema y prende la grabadora. Y claro está:
esas conversaciones se dan en sitios seguros que la gente tiene muy claro cuáles son.
Otra de las estrategias de investigación fueron talleres de cartografía social que realice
información resultó muy útil para comprender las fronteras de sentido que dinamizan la
región, fronteras que aunque no aparecen en los mapas, la gente de la zona conoce y
maneja muy bien: en una orilla del río tiene jurisdicción el séptimo frente de las Farc, en
la otra el frente Yarí y río arriba el frente 40. Para moverse por una a otra hay que tener
7
Para acercarse a una propuesta de cartografía social véase el trabajo de Restrepo (2005)
25
Introducción
cartas de recomendación y conocer las distintas normativas que maneja cada frente,
como las cantidades de hectáreas de selva que se pueden tumbar, las instancias para
resolver conflictos, entre otras. Los cascos urbanos son zonas de dominio militar del
estado e implican un cambio de reglas, allí la coca no puede ser transportada con
libertad, los líderes sociales de la región han de guardar máximas medidas de seguridad
Uno de los ejercicios de cartografía social lo realice con niños de la vereda, con quienes
dibujamos sobre la tierra un mapa del río, ubicando allí las casas donde han vivido.
Aunque fue difícil capturar su atención, el juego en que se convirtió el construir las
casas, adornar el río, construir las canoas sirvió de excusa para conocer sus historias y la
forma como la violencia política se integra a ellas. Varios niños de una familia han
cambiado sus casas por bombardeos del ejército, otros por las fumigaciones; unos más
por la movilidad propia de la región. El río guayabero ha sido el eje de sus vidas, de
El observador observado.
en la región, romper las barreras del campo y compartir momentos de la vida cotidiana.
reflexiones en torno al papel que he jugado como investigador y para ello me remito a
una reflexión útil para comprender las condiciones de trabajos, que como el mío, se
26
Introducción
Foto 4
El observador observado. Familia del Guayabero rumbo al pueblo.
Autor: N.E.
27
Introducción
Bourgois (1997) discute los dilemas que acompañan la observación participante, pues
éticas que el trabajo de campo supone para la antropología8. Una de ellas resulta
problemática: expresar a las personas que se realiza una investigación y que sus actos y
testimonios son fuente de información. Para lograr ese verdadero consentimiento, dice
Bourgois con ironía, que deberíamos, entonces, “interrumpir las charlas controversiales
y las actividades para recordar a todos que… lo que digan o hagan puede ser escrito en
Este dilema introduce aquello que en mi papel como investigador ha significado los
observarse. Suficiente con presentarme ante el ejército y la guerrilla como alguien que
visita amigos. Eso sí, algunas familias y personas claves sabían de mis propósitos en La
Macarena: líderes sociales reconocidos por sus comunidades, de los que supongo tienen
Ahora bien, la escritura de este texto ha supuesto otros tantos silencios. No sobra
8
Que para el caso de la antropología brasileña, según la ABA – Associação Brasileira de antropología- se
estima un lístado de derechos para las comunidades que son materia de investigación, entre ellos el
negarse a participar de una investigación.
28
Introducción
advertir que los nombres o sobrenombres9 de todas las personas y el de algunos lugares
han sido cambiados; no todas las fechas corresponden a momentos exactos. Al igual que
las preocupaciones que expresa Bourgois, no quisiera que mi trabajo pudiese ser útil
para fines contrainsurgentes o que sirviera a la guerrilla para identificar a sus detractores
en la región.
De igual forma me han sido confiadas muchas historias, problemas y situaciones que he
sabido diferenciar muy bien entre aquella información que, aunque muy relevante para
mi investigación, me fue confiada por amigos en situaciones mas allá del trabajo. No
obliga a mantener una absoluta reserva pues se trata de historias y situaciones muy
comprometedoras y complejas tanto para los campesinos, como para quien sepa de
ellas.
Esta diferenciación ha significado toda suerte de problemas y debates éticos, pues nunca
me ha sido planteado por los campesinos qué puedo o no puedo publicar. La decisión ha
sido mía y de nuevo el criterio ha sido la prudencia y el respeto: hay situaciones muy
personales que por más que se cambie el nombre, a las personas no les va gustar verse
9
En La Macarena son comunes los sobrenombres. Se usan para señalar la procedencia de una persona (el
Boyaco, la Costeña, el Caqueteño), el trabajo que alguien realiza (Cacharrero, Sobandero); o son útiles
para resaltar una muletilla que identifica a su portador (quien repite constantemente la expresión
mexicana “híjole”, es llamado Híjole). Los hay también por el parecido con un animal, un árbol o una
planta (Mico, Mararai, Palodehaba, Cachamo, Vacaberto). Hay sobrenombres que se portan desde la
infancia, se perpetúan toda la vida y que incluso se heredan: hay familias enteras en donde todos
portan un sobrenombre. Me sucedió en San Vicente del Caguán que buscando a un señor que le dicen
Mulo la familia me pidió mas señas, pues allí todos son Mulos (los hombres) y Mulas (las mujeres).
Aclaré que buscaba al Mulo viejo. De igual forma sucede que las mujeres son reconocidas según el
apodo de su marido: si a un señor le dicen care’vaca, la señora se reconoce como la mujer de
care’vaca. Los sobrenombres no son ofensivos, pues se usan con naturalidad y nunca he visto que se
usen para ofender. Cuando las personas con quienes he tratado son llamadas por un sobrenombre, en el
texto los identifico con uno, de no ser así les he asignado un nombre.
29
Introducción
comunidad, la guerrilla o las fuerzas militares. Esas historias no hacen parte de esta
cotidiana, tratarla como un tema abierto de discusión no solo no convoca, sino que
puede resultar peligroso, pues una de las consecuencias del conflicto ha sido el
propósito de ganar entre todas ellas reconocimiento para mi trabajo. En este escenario se
circunscribe el debate ético que supone qué publicar o que no cuando la decisión,
espacio para las respuestas sociales al conflicto existe por vía de las movilizaciones
lograr la libertad de un detenido, dirigir una carta a la guerrilla, citar a una reunión y
cesar un rumor que ronda por la región. Pero el reflexionar sobre la violencia política, el
familiares o de amistades muy cercanas estos temas y estas situaciones son susceptibles
mi atención.
30
Introducción
otro, entre una familia y otra, pues las posiciones que se tienen ante un tema (la política
ante las Farc significa asumir posiciones delicadas de las que depende la suerte de ellos.
nadie le interesa que alguien sepa el grado de su cercanía con la guerrilla. El ser
invitado a una discusión ó reunión familiar en donde se discuten temas delicados supone
prudencia.
aclarado que sus historias son útiles a mis propósitos analíticos; allí no se me ha
advertido que puedo o no publicar, pero se me ha dejado claro que nadie mas en la
vereda debe saber lo que allí han dicho; sólo a ellos les corresponde compartir sus
opiniones con otras personas. Han sucedido casos en donde una familia me pregunta
sobre lo que piensa alguno de sus vecinos; allí les aclaro que así cómo al vecino no le
cuento lo que ellos me han dicho, no podría contarle a ellos lo que el vecino me ha
compartido.
el medio académico, aquellas circunstancias que la guerra implica para los habitantes de
la región. Estos trabajos me permiten varias cosas: por un lado contribuyo al a debate
académico en torno a la guerra y sus efectos, mientras que por otro lado propongo
31
Introducción
derechos ante el estado y la guerrilla. Cabe anotar que, en aras de posicionar mis
trabajos en ese medio del que hago parte, las publicaciones suponen el principal
Finalizo este apartado con una situación ética que centró mi atención durante el tiempo
investigación perdió sus fronteras. Recibí una llamada desde La Macarena en donde me
La reflexión a que dio lugar este episodio reorganizó buena parta de mi trabajo, pues
desde allí decidí que había un límite entre lo que es mi trabajo de investigación y lo que
ejército en sus planes militares. Aquello que corresponde a un ámbito personal, cuando
conservo; y por respeto no la publico. A fin de evitar ese morbo que es necesario
32
Introducción
pretendo dejar patente, y de forma implícita, las formas que asumen las experiencias
campo en la vereda donde he desarrollado dicha actividad. Con este capítulo aspiro a
aquellas historias que resultan claves a la hora de resolver las preguntas que formulé en
torno a los factores que configuran la cultura política en la zona. Los siguientes
33
Introducción
racionalización subjetiva con que es asumido y naturalizado. Allí exploro los sentidos
que adquieren las prácticas que se derivan de los eventos de violencia y las
individuales.
ejercicio de la memoria aparece allí como un elemento central en las prácticas políticas
historia regional con una serie de marcos y pautas para la acción política identificables
una región en donde el “nosotros” que aglutina e identifica a los pobladores está
atravesado por una serie de tensiones que limitan las posibilidades políticas del
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
Capítulo Primero.
recoge una de ellas. Dibuja un contexto regional útil para comprender las texturas y
capítulos subsiguientes.
La crónica da cuenta de las etapas del viaje: el paso por un caserío a las puertas de lo
allí donde la guerrilla mantiene una activa presencia militar, frecuentes combates con el
ejército y una consolidada hegemonía política. Luego el tránsito por los llanos del Yarí,
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
Foto 5
El tortuoso camino hacia la nueva Colombia. Las carreteras construidas por la guerrilla
suelen estar acompañadas por carteles alusivos a la guerrilla. Esta fotografía la tomé en
cercanías los llanos del Yarí hace varios años y su mal estado llamó mi atención, pues le
imprime el accidentado sentido con que los campesinos de la región han vivido esa lucha por la
“Nueva Colombia”.
Autor: N. E
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
una zona de guerra que los campesinos han de sortear de forma rutinaria. Mas adelante
La Sandía.
Día 16. 2007. Llevo dos días en La Sandía. Estoy sentado en la única panadería en
varios kilómetros a la redonda y reviso las notas de los últimos días. Me interesa visitar
una comunidad que acoge a indígenas de varios grupos étnicos, muy adentro en los
llanos del Yarí. Me dicen que está demasiado lejos como para pretender llegar allí en
este momento y pienso que está demasiado profundo, muy lejos de cualquier centro
poblado, en la frontera oriental de la llanura como para entender por qué hay gente que
decide irse a vivir tan lejos. ¿Cómo hacen? Sin escuelas, centros de salud, con una
carretera muy precaria su vida no debe ser fácil. A ello hay que sumarle una complicada
situación de guerra que existe de La Sandía hacia adentro: “por allá está caliente” se me
forma permanente a los indígenas. Eso sí: la situación regional que anuncian con
vehemencia el ministro de defensa y sus generales, “una presencia (del estado) que hoy
se ha vuelto realidad”1 es un poco imprecisa: traigo conmigo copia del documento del
1
“Hoy podemos decir, con satisfacción, que el Estado ha llegado a Cartagena del Chairá, con toda su
acción integral, para quedarse. Y ha llegado también a La Julia y a San Vicente del Caguán y a La
Macarena y a Calamar y a Miraflores y a tantos otros municipios donde la presencia del Estado era
apenas nominal, una presencia que hoy se ha vuelto realidad con obras públicas, con educación, con
salud, con servicios y con la protección siempre presente de la Fuerza Pública”. Palabras del Ministro
de Defensa Nacional, Juan Manuel Santos Calderón, haciendo balance de la actividad de la Fuerza
Pública durante el año 2006 Cartagena del Chairá (Caquetá), 21 de diciembre de 2006.
www.mindefensa.gov.co/descargas/Sobre_el_Ministerio/Discursos_del_Ministro/20061221balance_20
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
ministro donde asegura eso para contrastarlo con la situación regional, y he atestiguado
que a pesar de los miles de soldados que el Plan Patriota ha destinado para la zona, la
militar. Sin mayores pretensiones ofensivas varias comisiones de las Farc, formadas
entre tres ó cinco guerrilleros, patrullan la región. El Yarí es una zona inexpugnable,
conseguir los permisos para adentrarse es materia complicada, y solo pocas personas lo
consiguen: religiosos del vicariato y ocasionadle forma ocasional una brigada de salud.
Comunitario pueden llegar hasta el caserío donde estoy sentado, revisando mis notas.
Las cartas de recomendación que llevo conmigo, otorgadas por la Universidad y por
aquella Junta de Acción Comunal de La Macarena a la que he estado cercano hace una
Universidad certifica que soy estudiante de ella, que realizo mi trabajo de tesis. La Junta
certifica que soy viejo conocido de la vereda, que ellos responden por mí.
Son bastantes los poblados que se encuentran en la región, y todos parecieran haber sido
cortados con la misma tijera. De San Vicente a La Macarena hay por lo menos seis que
fueron célebres durante los fracasados diálogos entre el gobierno y las Farc(1998-2002):
Los Pozos, San Francisco de La Sombra, La Machaca, La Yé, Las Delicias, La Sandía.
No son más que una veintena de casas en madera que bordean una carretera destapada y
que hacen las veces de centros regionales que congregan extensas y lejanas veredas.
Tras finalizar los diálogos, cuando empezó la ofensiva militar financiada por el
06.pdf
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
implica para los habitantes? Me cuenta que nadie habla con los soldados y que la gente
se queja de la brusquedad con que tratan a la población. En esta época ya no se vive con
campesinos. Hace unas semanas el ejército pasó de largo por el caserío y se cuenta la
anécdota de unos panes que los soldados compraron y que fueron envenenados; varios
Es medio día, y hace poco sol, desde ayer ha llovido y la única calle de La Sandía es un
barrial. Me doy una vuelta por el caserío y muchos ojos me siguen atentos. Solo en las
tardes el poblado toma un poco de vida, pues acomodados a las circunstancias y bajo la
Sandía para jugar cartas, dominó o billar antes de las tres de la tarde. Paso a saludar al
las normas convoca a todos los miembros de las comunidades, que cuentan con el
respaldo de la guerrilla para hacerlas efectivas; nadie duda de la potestad de las Juntas
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
de tipo laboral. La Junta arregla los problemas que existan entre los pobladores, avala
De punta a punta, La Sandía no tiene más que 150 metros, y me aventuro a salir un
poco, pero mas allá solo hay potreros y regreso. Aunque me quedo en casa de un amigo,
extraño en La Sandía es cosa rara. Son dos las claves para poder moverse por acá sin
mayor lío: ser conocido, tener quien lo recomiende a uno y no cargar “cosas raras” que
lleven al ejército a pensar que se está del lado de la guerrilla; los militares han dado
exhaustiva cuenta de todas mis pertenencias. Inquietos personajes en los caseríos donde
Aunque intenten pasar desapercibidos, los traiciona su hablar: “¿compañero, para donde
retórica insurgente. Se sabe que las personas que son desconocidas son devueltas, o en
ocasiones son retenidas por la guerrilla para una investigación. Sé que al rato de haber
llegado a La Sandía la gente del caserío ya sabe que voy para La Macarena, que he
llegado con Gabriel, el hijo del señor Pinzón y que me quedo en su casa. La inquietud
destino clave para la asistencia humanitaria, o de agencias estatales donde los foráneos
son identificados como gente que lleva cosas, trae programas u ofrece subsidios. Apenas
Me han dicho que aquí es mejor no tomar fotografías, aunque el amigo que allí me
recibe reniega de la advertencia: “aquí nadie ha dicho nada, ni es una norma de la Junta
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
sumarle mayores motivos de atención y prevención. Tras revisar mis notas camino por
la única calle del poblado para visitar a Buda, un primo de Gabriel con quien quiero
hablar. Si, sigo siendo observado pero no de forma tan insistente. Y dado que esta
caserío, no hay motivos para generar mayores sospechas; mi presencia ha dejado de ser
tan exótica. Esto ayuda a que me pueda mover con mayor propiedad, y pueda hablar con
más gente en espacios informales. Buda nos lleva a tomar cerveza a la única tienda del
comerciante que viene del Valle, tiene 33 años y dos hijas. Llegó hace tres años porque
los negocios prometían. Desde entonces no ve a su familia y cree que dentro de poco lo
va a hacer, porque hoy día se encuentra en una complicada situación que no lo deja irse.
Dos cervezas más y a mi pregunta sobre “¿qué le pasa?” tan solo menciona que:
-“Me muero de las ganas de contársela, pero usted sabe que no puedo”. Sobran las
explicaciones. Cuatro cervezas más y cuenta que pocos días antes un guerrillero se
desmovilizó, las delaciones que hizo ya han costado la vida de siete guerrilleros. Buda
está muy preocupado, pues había hecho muchas vueltas para la guerrilla en compañía
del ahora desertor. Teme haber sido delatado, pero a pesar de su temor se mantiene en la
zona por aquellas razones que no pudo contarme. Seis cervezas y lo perdemos del todo;
dice mas el contexto de las conversaciones y aquellos temas vedados sobre los que los
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
entrevista. He rastreado los silencios y han resultado bastante elocuentes: qué se oculta,
qué se calla, cómo se oculta. Participo de las charlas sin hacer preguntas que generen
problemas y prefiero dejar que los temas de la guerra y del conflicto surjan por
iniciativa de mis contertulios. Temas que, por lo demás, no es difícil llegar porque las
comunitaria. En una charla en una casa vecina se menciona que hace varios días hubo
bombardeos en una zona cercana, y eso impide a los campesinos ir a trabajar a algunas
fincas. Pero el tema central ha sido el que la guerrilla haya levantado la orden de cobrar
impuesto al ganado. En la noche indago más sobre el asunto cuando el señor Pinzón me
presenta a don Jesús y familia, quienes nos invitan a tomar algo. El bar lo atienden los
Llegaron allí hace un par de años, pues el comandante fue trasladado y su familia quiere
estar “cerca” de él, aunque cerca signifique que el comandante se mueva y no pare de
moverse por todos los llanos del Yarí y que por seguridad no aparezca nunca por los
caseríos. Pero de alguna manera tendrán comunicación, pues no es el único familiar que
tienen en el frente.
Día 18. Al medio día pasa la Línea de camino a Macarena. De nuevo supe que la
guerrilla estuvo muy de mañana por el caserío, rara vez se quedan largo rato pues la
movilidad se les ha acrecentado como la mejor estrategia para hacer frente al operativo
pasan por el poblado y se quedan la noche, bailan en la discoteca, hacen sus compras y
dan charlas políticas. Ya en el Jeep que nos lleva a Macarena, y adentrándonos en los
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
llanos del Yarí, a la distancia se ven hombres armados. Son muchos, deben ser soldados.
El Yarí.
última frontera de la Orinoquía, las sabanas del Yarí. Rodeadas de selva amazónica, el
camino que va de San Vicente del Caguán a La Macarena atraviesa un buen trecho de El
Yarí. Se transita por una difícil carretera construida por la guerrilla a la que nadie le
hace mantenimiento.
El grupo de soldados que avistamos acampan en unas caballerizas, ven acercarse el Jeep
y nos detienen; rodean el carro y a diferencia de los retenes que uno encuentra en
carreteras cercanas a las grandes ciudades, donde los soldados saludan, son amables y se
presentan, estos soldados se muestran hoscos, no saludan y solo ordenan que nos
bajemos, abramos las maletas y nos separemos hombres de mujeres. Desde los corrales
algunos militares gritan indicándole al Teniente que pida a todos la libreta militar, para
que quien no la tenga se quede con ellos de una vez. Un cabo me pregunta por qué no
“Mejor que lo dejemos acá prestando servicio y no que se ingrese al Frente Yarí”.
Los solados ríen con ironía, volvemos al Jeep y seguimos nuestro camino.
El frente Yarí que mencionaron los soldados es uno de los frentes mas recientes de las
Farc que fue creado una vez terminó la zona de despeje en el año 2002. Muchos
hombres y mujeres de otras regiones y otros frentes que se encontraban aquí fueron
reunidos y puestos al mando del Bloque Oriental de las Farc, el cual organizó con ellos
un frente que tiene por jurisdicción una enorme zona que comprende los llanos del Yarí.
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
un frente de “los duros”. Y deben serlo, pues a pesar de la intensa ofensiva militar hacen
presencia activa en toda la región. Es así que a la media hora de superar el retén militar,
aparece un miliciano y detiene el Jeep. Es un tipo muy alto y delgado, armado con una
nosotros quiénes somos, para dónde vamos y quien nos conoce allí. Pregunta al chofer
si ha visto al ejército y el conductor le cuenta que si, que media hora antes los hemos
Desde hace años la guerrilla ha dicho a la gente que no nieguen la presencia del
movimiento. “Si el ejército pregunta si estuvimos aquí, o si hemos pasado digan que sí.
No tienen por qué negarnos” es algo que me aclara una señora que viaja con nosotros.
La fórmula se hará efectiva en los kilómetros y horas siguientes. Integro varias cosas en
mis notas mentales: en primer lugar la observación meticulosa del paisaje, las fincas, los
helicópteros que sobrevuelan, las inmensas sabanas, las vacas que pastan despistadas,
los guerrilleros que se ven a la distancia. En segundo lugar el registro sensorial de todo
lo que pasa, las conversaciones que se suceden en el Jeep, los imprevistos del viaje y los
siempre previstos, como son las enterradas en las montañas de barro, los retenes de la
guerrilla, el ejército y el daño mecánico que nunca falta. Y en tercer lugar, todo lo
anterior lo ubico en los mapas que llevo conmigo para darle una dimensión geográfica a
mis notas mentales. Un mapa es del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, otro es un
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
Foto 6
Entre comadres. Desde cuando fui profesor de escuela rural a finales de los 90 hice muy
buena amistad con estas alegres comadres. Aunque ya no viven en la región, durante el tiempo
que vivieron en La Macarena fui bien recibido en sus hogares durante las pausas en mi trabajo.
Autor: N.E.
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Etnografía en Zona Tórrida
que realizo: ver lo que se ve, experimentar lo que pasa y no encontrar nada de eso en
mis mapas. Según los cartógrafos del Agustín Codazzi la carretera por la que vamos, no
República, son igual de precisos: consideran que la efectiva acción de las Fuerzas
Armadas han sacado corriendo a la guerrilla del Yarí y sus alrededores. Debo confesar,
eso si, que el mas ajustado de mis mapas es la foto satelital, pues a diferencia de los
otros mapas en este si se ven las carreteras que cruzan por el Yarí, y que hay fincas; y
que hay una distribución espacial cercana a los ríos que evidencia presencia guerrillera
El miliciano nos ha despedido, y alguien mas se cuelga de nuestro Jeep, viaja con un
niño que es recibido dentro del carro. Seguimos nuestro camino. Media hora después, en
acerca. El comandante del grupo ordena por radio a sus hombres regresar por los puntos
dinero de allí, nos lo entrega y lleva las billeteras al comandante, quien nos solicita
bajarnos del Jeep. Es un tipo barbado, no muy alto y tendrá sus 35 años. Habla pausado,
pero nos saluda de mano y nos pregunta quienes somos, qué hacemos, para donde
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
vamos, y cómo no: quién nos conoce. A todas las preguntas respondo con seguridad,
- “Esta es una zona muy peligrosa, no olviden llevar con ustedes las cartas de
recomendación”.
pregunta por sus conocidos. Se tranquiliza al saber que es hijo de don Guille, un viejo
campesino de una vereda cercana. Nos deja ir, pero un daño mecánico hace su aparición
protegernos, a pleno rayo de sol, junto a un grupo de guerrilleros y con varios aviones
Mas adelante nos encontramos con otros dos guerrilleros. Tiene un semblante aburrido,
y sentados de forma perezosa, los fusiles a su lado, las piernas estiradas y la mirada al
horizonte, están a las puertas de una vieja casa de tabla al lado de la carretera escuchan
vallenatos que emite la emisora de la Guerrilla, Radio Resistencia. Saludan al chofer sin
levantarse, hablan con él un par de cosas mientras un pasajero se queda allí. Los
curiosos. El ritual inicia de nuevo: quien soy, para donde voy, a qué me dedico y cómo
no: quien me conoce. Los despacho rápido, indicándoles que, además, esta no es la
primera vez que paso por este camino. Nunca antes un guerrillero me ha pedido mi
libreta militar. Debo explicarles que no presté servicio y que a todos los mayores de 18
años nos exigen libreta militar para firmar contratos, para estudiar y alguna otra
diligencia que no recuerdo. Sin mayor problema me señalan que mas adelante, a un par
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
de kilómetros y donde la selva amazónica marca su frontera con el Yarí, está el ejército.
Voy nervioso y ya siento el cansancio del viaje. Hemos avanzado mas de la mitad del
camino pero nos falta la otra mitad: una vez se supera el Yarí la selva hace de la
encuentro con el ejército. Claro, el chofer se preocupa mas por la carretera que por el
ejército, pues según me cuenta por todos los caminos de la región el panorama es el
puesto que por donde transita hoy, es probable que mañana el barro no lo haga posible.
Nos hacen bajar, separan hombres de mujeres y nos requisan con violencia. Los
soldados ya han tomado posiciones, rodean el Jeep y hacen guardia varios metros
adelante y atrás. La mayoría se amontona junto a una cerca y desde allí nos miran.
Parecen cansados, tienen en los rostros una mirada intensa; están mojados de arriba
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
abajo. Los oficiales no se identifican, pues estamos en “el área” y en el área los oficiales
no se identifican, la guerrilla en especial les dispara a ellos. Un grito nos lleva a una fila,
y de una patada un soldado separa mis piernas y me requisa con desespero. Pero salgo
bien librado, mis acompañantes campesinos son casi desnudados, les hacen quitar las
botas en busca de cicatrices que los identifique como guerrilleros y sin camiseta les
tocan la espalda buscando las marcas de un morral pesado, como el que suelen cargar
pide mirarlo a la cara, durante un minuto me mira a los ojos, le sostengo la mirada sin
No sé hasta que punto la presencia del Estado me hace sentir mas seguro en las
márgenes del mismo, pero siento más miedo aún y es el miedo el que me hace guardar
él, es igualito a un primo mío que alguna vez también fue soldado. Me pregunta el
motivo de mi viaje a La Macarena y le digo voy a visitar familiares. Miro a los otros
militares, y aunque me siento intimidado, detrás en sus rostros veo también miedo,
ansiedad y caras conocidas: algunos se parecen a mis viejos amigos del colegio, y los
recuerdo porque en su mayoría son rostros jóvenes, son mas jóvenes que yo.
Nos hacen bajar las maletas del Jeep al barro, y de nuevo otra requisa. Es la segunda
del día, la quinta para los pasajeros que vienen desde San Vicente. Dos soldados
mayores, mas viejos que el resto, se me aproximan. No le ponen mucho cuidado a mis
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
visto me compromete? ¿Si les digo que no, pero alguien dice que si, también me
compromete?
-“Si, vimos unos guerrilleros (no me detengo en señalar cuantos) hace unos 20 ó 30
minutos”. Los soldados pusieron caras serias, y muy rápido se dirigieron a otro militar.
Ordenan detener la requisa, y apuran al chofer a cuadrar la carga e irse rápido. Siguen
-“Eso cuando están en el área y hay combates son muy bravos” responde.
- “¿Y la gente no se queja. No dice nada?”, le pregunto
-“¿Eso quien dice algo? ¿Qué les cuesta matar a alguien y ponerle un uniforme?”
Y cuenta que hace un mes, en otro camino del Yarí, unos soldados detuvieron su Jeep,
sacaron a toda la gente y los tendieron en el suelo. Rompieron los forros de las puertas,
abrieron las sillas y buscaron como locos armas, coca. Es más: me asegura que en caso
de haber dicho que en el Yarí recogimos al señor que va con un niño, los soldados lo
hubieran dejado ahí mismo. - “Es que así son las cosas por acá”. Insiste.
El camino se hace mas lento. Ha oscurecido, unos soldados nos detienen y nos dan la
bienvenida a La Macarena. Han sido 8 horas de viaje, tres retenes del ejército, tres de la
La Macarena.
La carretera por la que hemos llegado, construida por la guerrilla durante los años del
despeje, respeta el camino que trazaron los primeros colonos que en 1953 llegaron por
primera vez a La Macarena. Otra forma de llegar, ya no desde el Caquetá sino desde el
Meta, es hacer el viaje por aire, viaje que sigue una ruta que en los años 60 condujo en
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
aviones de la Fuerza Aérea a varias oleadas de campesinos que buscaron refugio ante
los últimos rezagos de la época llamada “la violencia”. Otros tantos lo hicieron
buscando mejores condiciones de vida gracias a las bonanzas que ofrecía la región:
El pueblo de La Macarena es uno mas de los pueblos que hay en toda la región y al
igual que los caseríos y pueblos del Caquetá este respeta la tendencia de una sola calle
principal (que conduce al puerto sobre el río) cruzada por calles polvorientas, pocas
casas en material y muchas casas hechas con tablas. El comando de policía se encuentra
eventual ataque guerrillero. Las casas vecinas, el hospital y el colegio del pueblo no
cuentan con trincheras ni hormigón para protegerse, pero de nada han servido años y
años de reclamaciones para que el comando sea ubicado a las afueras. De manera
afortunada para estos los vecinos, dada la presencia de varios miles de soldados en la
He llegado de noche y me alojo en casa de unos amigos, don Ramiro y doña Claudia,
viejos campesinos de la región que han migrado del campo al pueblo puesto que sus
hijos han crecido y el trabajo de la finca se les hace difícil. Hoy no hay toque de queda y
podemos hablar en la puerta de la casa, los soldados ya han tomado sus puestos de
por carretera, pues durante un pasado paro armado los administradores de la Planta
Eléctrica recibieron combustible del ejército y desde entonces el frente Yarí decidió
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
Pero el racionamiento de energía no es el único lío del pueblo: la crisis del comercio de
la coca hace mella en la economía de las familias campesinas, y por ende del municipio.
difícil por la poca facilidad que tiene la guerrilla para asumir un papel que es difícil se
ideólogo de las Farc. A eso hay que sumarle el bajo precio del dólar que redunda en una
menor ganancia para las importaciones nacionales, sean estas legales o no. Pero hay una
alternativa para comerciar la coca, y una de ellas es traerla al pueblo y venderla a manos
campesinos a quienes:
a. se les decomisa la coca; b. son robados por los posibles compradores; c. son
capturados por las fuerzas militares; d. todas o cualquier combinación de las anteriores.
Casos también se han visto de campesinos a quienes los narcotraficantes roban la coca.
¿Ante quién poner la denuncia? No hay nada que hacer, puesto que en las economías
ilegales la regulación, también ilegal, tiende a concentrarse en una sola instancia que
negocio, y que la instancia reguladora no duda en hacer valer. Pero que en este caso no
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
dilema pues que suma una tensión más a la vida de los campesinos de la región, pues
Día 21. Ya es domingo y al puerto empiezan a llegar las primeras canoas que traen
campesinos de río abajo, de río arriba. Con la excusa de acompañar a don Ramiro a
preparar su canoa para un viaje que va a realizar en la tarde, aprovecho para ver una vez
más lo que he visto en todos estos años. Saludo a rostros conocidos. La gente viene a
superar las requisas en el puerto, donde aburridos soldados reciben a la gente y miran
con sospecha a los jóvenes, extremando la requisa: les hacen quitar el calzado y la
camiseta, en búsqueda de las marcas que se supone caracterizan a los guerrilleros; y les
examinan las manos, intentando hallar las manchas que la coca deja en las manos de
quienes la raspan de la mata. Las mujeres son separadas y les requisan los bolsos,
pueden seguir primero que los hombres. Una persona tras otra supera la requisa y debe
registrarse ante los policías, quienes recogen las cédulas, las anotan en un libro y las
ven observando y se me acercan agresivos, qué quien soy y qué hago allí. Don Ramiro
acude en mi ayuda y les asegura que soy un familiar de él. Mas calmados me piden la
regla. No vuelven a molestarme, y en medio del calor mas infernal doy una vuelta por el
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
Foto 07
Cartografía de la violencia. Estas niñas y el niño, junto a sus padres, han hecho sus vidas
junto al río Guayabero. En un taller de cartografía social me ayudaron a ubicar en un mapa del
río las casas que han habitado y a partir de ellas a conocer los principales recuerdos que
guardan: algunas fueron abandonadas por las presiones de las fuerzas militares y de la
guerrilla.
Autor: N.E.
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
La presencia militar es fuerte, hay patrullas en cada una de las seis o siente calles que
Encuentro conocidos en una tienda y me siento con ellos, la música norteña no deja
escuchar muy bien pero es el escenario mas seguro para hablar de ciertas cosas sin
llamar mucho la atención. Me cuentan que los milicianos igual visitan el pueblo, y
hacen sus cosas: convocan comerciantes a reuniones en alguna vuelta del río (donde es
trabajo o citan a personas a reunirse con los comandantes para aclarar alguna cuestión.
Ese fue el caso de una conocida, doña Pilar, a quien un miliciano le entregó un papel
deserción de un supuesto guerrillero. Doña Pilar subió por el río en canoa y llego al
punto de la cita, allí se reunió durante varias horas con un comandante y aclaró las
cuestiones del caso: ni ella ni su familia tuvieron que ver con la deserción de un
trabajador de su finca, quien apareció como guerrillero pero que ni la guerrilla misma lo
Hasta hace un par de años era frecuente que desde la otra orilla del río la guerrilla
hiciera disparos a los policías y militares que patrullan los puertos. Pero ya el ejército
controla ese lado del río frente al pueblo y los soldados pueden bajar hasta allí, donde
otra vez me requisan, pues preparo mi viaje para la vereda. Partir exige anotarse de
familias deben presentar la factura de sus compras ante un oficial del ejercito quien les
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
autoriza sacar mercados que no superen el limite de 150 mil pesos por familia. Aunque
molesto y dispendioso, el trámite y la eterna fila son cosas rutinarias, pues desde hace
casi 30 años (a excepción de los tres años largos de despeje) el ejército lo exige a los
puedo estar seguro que en estas tres décadas la guerrilla se ha multiplicado de forma
exponencial, por lo que dudo que este bloqueo económico les signifique mayor
problema. Problema que si es tal para los campesinos, quienes tienen que mover los
insumos que requieren para trabajar la coca. Hasta hace poco la policía era quien
controlaba los puertos, pero una vez se descararon y empezaron a cobrar chantaje por
cualquier cosa que se moviera, no solo los insumos de la coca, la gente se quejó y el
ejército tomo para sí el control del puerto. Siendo así, los campesinos deben recurrir a
toda clase de ingenio para pasar los insumos del trabajo de la coca.
Las dos de la tarde marca la hora en que las líneas, es decir las canoas que ofrecen el
servicio de transporte público, empiezan a salir. Hay líneas según las veredas, y hay
canoas según el gusto o afinidad que se tenga con el motorista que la conduce. Hace una
movido por el río sin mayor problema. Hace un fuerte calor, y las nubes a lo lejos
presagian un aguacero de padre y señor mío. “Esto es puro sol de lluvia” me aclara una
señora, que con sus tres hijos de 4, 9 y 14 años, mas 100 kilos de carga, se acomoda al
lado mío en una de las tablas que hace las veces de silla. Las empinadas escaleras del
puerto son sorteadas con pericia por los coteros, quienes cargan las canoas con bultos,
canastas de cerveza, barriles de gasolina, tejas, cemento y cuanta cosa. Las canoas las
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sorprendido por la resistencia de estas canoas en medio de los gritos de los motoristas
que apuran a la gente, gritos de la gente que afana al motorista, llamados a la señora a
quien le falta un paquete, señales al señor que ya va a llegar, y alaridos de la gente, del
motorista, del señor y la señora que están hablando y riendo entre si.
El Río Guayabero
Algunos meandros, un par de islas, un difícil paso donde la canoa debe superar dos
piedras en el río y varias paradas para dejar gente me separan de la vereda a la que me
aun mantiene esa estela mítica que la historia del conflicto le ha asignado. En el año
1964, y varios kilómetros mas arriba, Manuel Marulanda junto a los 40 o 60 campesinos
sobrevivientes del ataque a Marquetalia fundaron las Farc, que hoy tiene a varios miles.
Dice el ministro, y aseguran los generales, que los ríos de la región se han “recuperado”,
pero no hace mucho durante un paro armado nadie pudo circular por el río; solo los
guerrilleros. Una tras otra las personas se van quedando, el motorista va algo afanado
porque no tiene permiso para navegar sino hasta las 6pm y ya son las 4pm. Estoy a
media hora de mi destino, y él a dos horas largas de su casa, mas abajo en el río. Junto a
la canoa pasan varios pescadores que a remo tienden una malla en el río; me explica la
señora de los bultos y los niños que se esta pescando muy bien por esos días, pero que
sigue prohibido vender pescado. Hace poco le inventaron el chisme que ella estaba
vendiendo pescado, y tuvo que ir a aclarar que no, que si acaso ella intercambia el
pescado por gasolina para que su marido siga pescando; nada más. Sobra preguntar ante
quién tuvo que ir a explicarse, tanto como todos saben que el motorista va tarde y que le
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Minutos antes de llegar a la vereda empieza a llover. Los plásticos cubren la carga, y
algunas personas se protegen con carpas difíciles de controlar por el viento. Empapado,
veo la casa de mi destino y le señalo a Cachamo que allí me quedo. Arrimar las canoas a
los puertos de las casas es un arte, hay que sortear palos, la contracorriente, los árboles
de la orilla y el barro que se acumula en ella. Cachamo “aterriza” la canoa con presteza.
Le pago los pasajes, que van de mano en mano hasta llegar a su bolsillo, y junto a mis
La vereda.
Durante estos días me quedaré en una finca a varias horas, camino adentro. Las
primeras noches en esta casa, pues hay varias cosas por hacer en esta orilla del río:
visitas por realizar, hablar con la presidenta de la Junta y cómo no: hacer acto de
presencia. He creído que una forma para garantizar mi seguridad, ante la guerrilla y ante
el ejército, es ser muy visible. Dejo mis pasos marcados anunciando a todo mundo en
Día 22. La vereda El Socorro ha cambiado con el tiempo. Madrugo y salgo a caminar
río arriba y veo que familias del Caquetá han comprado sus fincas, algunos jóvenes han
heredado extensiones de sus padres y algún vecino de otra vereda ha venido a vivir aquí.
La movilidad en la región es un proceso lento, mediado por las condiciones del cultivo
de la coca y por los contactos que se dispongan: solo gente conocida y recomendada
recomendación del frente guerrillero del lugar originario. Hoy día es suficiente una carta
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Foto 8
Imagen satelital. Veredas ribereñas del Guayabero medio, cercanas al municipio de La
Macarena (abajo, a la izquierda) y en donde realicé parte de mi trabajo de campo. La
mayoría de carreteras que se observan fueron trazadas por las Farc o abiertas por los
campesinos.
Fuente: Google Maps
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de la Junta de Acción Comunal, y una recomendación ante los vecinos de la persona que
verano. A muy pocas veredas en este sector de La Macarena, el Guayabero bajo, llegan
duras penas escuelas mal dotadas. Tras caminar una hora el camino da paso de la selva a
los potreros ganaderos y entro a predios de la escuela. Este año solo hay 13 estudiantes
justifica un profesor. Me detengo y hablo un rato con el profe, un tipo joven, nacido y
criado en la región y con muy buena voluntad para hacer bien su trabajo. Me cuenta que
la deserción es altísima, muy pocos niños terminan la primaria y casi ninguno entra al
las jóvenes encontrarán maridos con mayor edad que ellas y tendrán varios hijos. Otros
se quedarán trabajando en las fincas de sus padres, raspando coca en fincas vecinas; se
harán a una tierra y labrarán sus fincas con el paso de los años. Esa ha sido la suerte de
hace 10 años.
Con tres niños de la escuela sigo mi camino hacia su casa, que se encuentra a una hora
surcando la orilla del río. La madre de ellos es ahora la presidenta de Junta de Acción
Comunal y desde hace un par de años una comerciante reconocida en la vereda: plantea
(es decir, presta todo lo que alguien necesita) a los campesinos que cultivan coca con
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pasta base, le pagan el plante (la deuda), guardan el excedente y otra vez son planteados.
Ahora, que no hay compra de coca, la señora está quebrada, no hay quien le pague y no
tiene cómo pagar a quienes la plantean a ella. Entro a su casa, la saludo, me ofrece
guarapo para beber. Está tan fuerte que despide burbujas de alcohol, se lo cambio por
paso por un par de casas mas, saludo y llego a mi destino. No hay nadie. Juancho y
Matilde han de estar trabajando, la casa está sola. Es una pequeña construcción en
madera, techo de zinc y en lo alto de una loma sin un solo árbol, donde pastean de con
Matilde enviudó en el 2002, cuando su esposo fue ajusticiado por la guerrilla. Tras vivir
uno duros meses en Villavicencio regresó a Macarena una vez sus familiares
constataron que la guerrilla no tenía nada contra ella. Dos o tres años después conoció a
Juancho y ahora viven juntos. Ambos trabajan fuera de su finca y aunque no tienen coca
la crisis económica también los toca, porque no hay suficiente trabajo. Matilde es nacida
y criada en La Macarena, tiene 37 años. Juancho viene de Mesetas, municipio que esta
afectuoso saludo inaugura la noche. Matilde prende unas velas, Juancho saca sus útiles
para tallar la madera y junto a Matilde empezamos a ponernos al día con nuestras vidas.
Son dos las emisoras FM que a diario se sintonizan en La Macarena: la del ejército,
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música guerrillera (producida por ellos mismos, vallenato, merengue, salsa, corridos,
contenido social, donde cada dos o tres canciones se hace una pausa para emitir
que ellos disponen para los civiles: el movimiento bolivariano, las milicias populares y
La emisora del ejército programa música comercial, enlaza todas las mañanas y a todo
programación diaria, entre canción y canción, se escuchan mínimo dos o tres mensajes
que emite desde La Macarena donde se escucha una voz de un soldado invitando a los
compañías de máximo cinco hombres. Coordine con sus compañeros un plan de escape
y acérquese a la unidad militar mas cercana. Su economía escasea, el avance del Plan
Patriota los tiene diezmados. Guerrillero, regrese a la libertad.” De igual forma se invita
a las mujeres guerrilleras a volver al hogar, a hacer una familia. Otro tipo de
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pormenorizada, sin música de fondo, las enfermedades venéreas que existen en los
campamentos, que en suma vienen a ser todas las conocidas por la ciencia médica con
enfermedades. Así mismo se da cuenta de los maltratos a que se ven sujetos los
guerrilleros. “Mientras a los cabecillas no les falta nada, nosotros hemos pasado hambre
y encima nos toca salir a combatir sin suficientes recursos” decía una de las
propagandas narradas por un joven ex-guerrillero quien invitó a sus compañeros Jair,
Alonzo y Rosa a desmovilizarse. En las noches hay un programa que en especial atrapa
desmovilizados dan cuenta de su vida guerrillera, son entrevistados por soldados que
“¿en dónde delinquían ustedes?”. Una respuesta que escuche daba cuenta en los mismos
términos: “nosotros delinquíamos por los lados del río Cabra”. Vida que el ex-
venéreas.
Día 23. Hoy voy de vista a casa de Doña Flor. Grito de orilla a orilla en el río y sus
nietas me cruzan en una pequeña canoa a remo. Es una humilde construcción que se
levanta sobre pilotes a un metro de altura del suelo, pues cuando el Guayabero se crece
suele inundar. Doña Flor lleva casi 30 años en La Macarena y nunca mas regresó a
Boyacá, de donde es oriunda. Cuatro de sus hijos viven también en Macarena. A la hora
del almuerzo sintonizan la emisora del ejército. Uno de los problemas que le encuentran
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es que “es una cosa cansona tanta propaganda que ponen”. Cuenta doña Flor que alguna
vio que varios guerrilleros caminaron cerca de su casa. “Por ahí dicen que la guerrilla
prohíbe escuchar la emisora del ejército pero yo no sé, nunca han dicho nada. Pero por
si acaso mejor que no lo vean a uno escuchando la emisora del ejército”, aseguró. En
esta casa me cuentan que por medio de la emisora del ejército y en la “hora del
cuñado. La gente se sorprendió, pues en la vereda se sabía que esa familia en un tiempo
colaboró con la guerrilla y que el hermano del presidente había sido alguna vez
renegando de los sufrimientos a los que se veían sujetos. Así mismo invitaron a varios
Entre los señalados se encontraba Hugo, un habitante de la vereda que hace unos años
llegó desde el Guaviare. Según me contaron, Hugo esperó resignado desde entonces, y
largo de mis vistas a La Macarena la casa de Hugo y su esposa Yeni era un sitio
obligado de visita, pues lleno de historias y anécdotas intercalaba un cuento y otro con
canciones, con invitaciones a pescar o con paseos por su finca. Además era una casa
llena de movimiento: con seis hijos a cuestas, siempre había algo que hacer o un juego
que jugar. Hugo había tenido que ver con la guerrilla años atrás. Había servido para
ellos como conductor de canoa y su trabajo era un trabajo que, aunque como cualquier
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Etnografía en Zona Tórrida
otro trabajo, un trabajo remunerado con unas obligaciones establecidas, no era cualquier
torturaron a un sobrino suyo del que sospecharon era guerrillero, lo allanaron sin orden
judicial ni acompañamiento del ministerio público o la fiscalía (como debe ser según la
ejército se alojó en su casa durante varios días pero no encontraron pruebas que ligaran
de forma directa a Hugo con la guerrilla. El negó todo vínculo y resultó paradójico que
no haya sido detenido, pues le ganó la sospecha del comandante guerrillero, tanto así
que el frente había decidido darle destierro. Hugo, indignado, decidió no irse de la
región, envió una carta a otro frente guerrillero comentando su situación y se pasó a
con la pesadumbre del destierro de la guerrilla que aún no se había resuelto y ante la
desmovilización empezara a rondar como una opción probable. Dadas las implicaciones
que trae consigo la desmovilización me parece una política perversa, pues no saca de la
guerra a los combatientes que desean dejar las armas y a los no combatientes (como es
difícil juzgar la decisión de una persona que ha sido amenazada por la guerrilla,
señalada por unos vecinos y perseguida por el ejército. Hugo y su familia se fueron sin
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Etnografía en Zona Tórrida
Salgo de la casa de doña Flor, camino a la finca donde me esperan. Varios helicópteros
pasan muy bajo, otros lo hacen alto y uno lleva un cañón; han de haber combates río
abajo. Tomo camino río abajo, bordeando siempre el río. Paso por la casa de Hugo y
motivo suficiente para poner la queja ante la guerrilla. Una comandante de la guerrilla
dijo que las cosas aparecían. Y aparecieron. Cruzo un par de potreros mas y escucho
que río abajo, muy lejos, se escuchan bombardeos, explosiones muy fuertes. Todo el día
hay movimiento de helicópteros pero eso no es impedimento para que en una casa por
donde paso, la casa de doña Cristal, me inviten a pescar un rato. Sorteo el cerco que me
hacen los perros, y un palazo los convence de mis buenas intenciones. Puedo entrar y al
rato me voy con los pelados de la casa a nadar en el río. Se hace tarde y decido
quedarme aquí. La casa es una casa normal, de tablas, un techo en zinc, a la que se le ha
Doña Cristal vende carne de vaca. Compra cada semana una res y la sacrifica todos los
viernes y los sábados la vende a los campesinos que se detienen de camino al pueblo y
le encargan tantas libras, para ser recogidas en la tarde, de regreso a sus fincas. De igual
forma la vende a vecinos de su finca. La vaca se vende toda, pero debido a que el dinero
circulante es escaso, el precio de la carne, de los jornales, los insumos, la comida y otras
tantas cosas en la región se tasa en gramos de coca, donde un gramo equivale a dos mil
pesos. Siendo así, la gente le paga a doña Cristal en gramos de pasta base de coca, y ella
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Etnografía en Zona Tórrida
paga al dueño de la res en gramos de pasta base. Hasta que la guerrilla no logre vender
la coca que guarda, y pague las deudas que tiene, circulan gramos de pasta base o los
vales (unos papelitos con un valor en pesos, la firma de un comandante y un sello) que
la guerrilla entrega como pagarés y que hacen las veces de un titulo valor.
Comento a doña Cristal la buena calidad de los caminos, están limpios y los puentes en
en donde decía que los caminos debían permanecer limpios. Hace varios meses que no
bombardeo.
Día 23. Tras amanecer allí, salgo por fin rumbo a la finca. Dos hijos de doña Cristina
me acompañan, es mas prudente que vaya con alguien de la vereda pues con combates
La Finca.
El sitio donde llego es un sitio con historia, y con muchas historias: historias de sus
habitantes, de sus visitantes, de la vereda, historias mías. Allí viví una temporada
cuando fui profesor de escuela, los miembros de la familia son todos amigos míos y me
acogen cada vez que vengo a Macarena. La Finca tiene un par de centenares de
hectáreas, pastos para el ganado, sementeras de yuca y plátano. Alguna vez cultivaron
ganadería. Sin embargo los hijos sí han trabajado con coca haciendo contratos: la
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Foto 9
Finca de El Mono. A mitad de camino, luego de tres horas de marcha desde el pueblo, junto a
varios amigos llegamos a la finca de El Mono, un hijo de viejos colonos de la región que
llegaron atraídos por la promesa de paz y tierra para todos; sus perros salieron a recibirnos. Se
hacía tarde y la guerrilla ha prohibido transitar después de las 6 pm; el Mono ofreció alojamos.
Autor: S.G.
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Etnografía en Zona Tórrida
del centro del país), llego a Macarena con sus hijos en los años setenta y fue uno de los
primeros lazos regionales que el movimiento comunista tuvo en la región. Años después
fue miembro de la UP y concejal del municipio. Cuando sus hijos crecieron uno de
ellos, don Luifer compró esta tierra, vecina a la de su padre, se casó son doña Eneida
con quien ha criado cinco hijos. Alguna vez fueron desterrados por un comandante
comandante fue sancionado. En otra ocasión atravesaron una época muy difícil, don
Luifer andaba de arriba abajo armado con un revólver y nunca quiso contarme por qué;
respeté su decisión y jamás le insistí. Era el año 2003, por esa época fueron allanados
por el ejército y sus hijos golpeados por los soldados. La situación se superó, aunque
años más tarde una de sus hijas fue detenida y acusada de rebelión, y otro de sus hijos
tuvo que irse de la región por problemas políticos. Otra hija salió por la crisis
económica.
Guayabero bajo, son unos reconocidos líderes comunitarios a quienes muchas personas
acuden en busca de consejo o ayuda. Hoy día viven en el pueblo, ya retirados y viviendo
de sus ahorros y algunos negocios que tienen por ahí. La finca la ha heredado uno de sus
hijos, Efraín.
tiene varios cuartos alrededor de un salón principal sin paredes, desde el que se puede
observar la inmensidad del potrero que rodea la casa y la selva que todo lo absorbe. La
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Etnografía en Zona Tórrida
cocina está en la parte de atrás, aunque sin paredes está mas o menos cubierta por unas
tablas que la separan de la casa. Es allí donde la familia discute sus asuntos delicados, y
donde toman las decisiones trascendentales: qué sembrar este año, qué negocio plantear
a un vecino, qué hacer con los hijos, cómo arreglar un problema en la vereda, qué se le
baja y solo soy bienvenido cuando alguien me llama para preguntar algo, o contar una
historia; si no es así, no soy bienvenido y darse cuenta es muy fácil: si entro a la cocina
hacerlo. Con los años he ganado familiaridad y confianza con la familia: discuto sin
tapujos todas mis apreciaciones académicas, podemos hablar de manera libre sobre
nuestras formas de ver el conflicto, la coca, los campesinos, la región… Gracias a esta
familia he podido atestiguar muchos de los eventos que sustentan mi trabajo, algunos de
los cuales sucederán los días que se avecinan y de los que hablaremos en la cocina.
Día 24. Efraín me invita a acompañarlo a su trabajo, damos vuelta a la finca y un par de
horas después, tras haber regresado, le ayudo a arreglar una cerca. Ha evaluado que
rastrojeros (potreros antes intervenidos que la naturaleza recupera) puede quemar para
acondicionar sembrados este año. El frente guerrillero de esta zona ha prohibido la tala
de selva para quemar, solo autoriza preparar cinco hectáreas de rastrojos viejos. En
cambio, un poco mas para el oriente donde hace presencia otro frente guerrillero, el
comandante de allí autoriza tumbar las cinco hectáreas de selva. Efraín se encuentra un
poco confundido, tiene tierras en donde ejercen jurisdicción ambos frentes. En un lado
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Etnografía en Zona Tórrida
vienen del río contando cómo, en una finca sobre una isla muy abajo, el ejército le
Los bombardeos frustran mi propósito de ir río abajo. Pero ya tengo varios planes para
realizar durante las semanas que vienen. Las preguntas que he traído conmigo de las he
formulado de forma permanente a todo lo que veo, a todo lo que escucho, a todos con
quienes hablo, a todo lo que siento. Y así transito por la vereda los próximos días. Pero
guardo algo de miedo y prevención, pues nunca antes me habían tocado combates tan
cercanos y no sé cómo sortear una situación de estas. Efraín se ríe de mis temores y me
dice que mejor me acostumbre, pues al día siguiente vamos a recoger un maíz.
Día 25. Expongo a Efraín algunos apartes de mi trabajo. Antes de salir a trabajar me
escucha de forma paciente y responde algunas de mis preguntas, y el realiza las suyas.
Le parece difícil poder descubrir cosas que de lo mismo normal se hacen invisibles. “Es
como la selva, uno de tanto verla todos los días ya ni se da cuenta que está allí”.
grande con lo que luego las personas me dicen con la grabadora apagada. A diferencia
que fui con Efraín a recoger una herramienta que tenía prestada a un vecino pude
señora de la casa, doña Silvía. Se rieron de que sean campesinos, que no guerrilleros,
los que se desmovilicen. Doña Silvia anotó que lo complicado es que cualquier
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
de nuevo para la finca, de camino se escuchan los helicópteros pero esta vez
acompañados de unas avionetas de guerra con las que el ejército fumiga los cultivos de
coca. “Las fumigadoras –señaló Efraín- ya vienen a hacer daños por acá”. Pero iban de
Día 27. Hoy fuimos a ayudar a otro vecino a limpiar un potrero, a don Heliodoro. A una
hora y medio entre lomas cubiertas de selva se encuentra la finca a la que vamos. Hago
un esfuerzo por no perder el paso de Efraín. Una vez allí, en la casa, echo de menos a
uno de sus hijos, y Efraín me advierte que mejor no pregunte nada. Más tarde mientras
almorzamos, don Heliodoro me cuenta que Yeison, su hijo mayor, el de 15 años, se fue
para la guerrilla. Hace dos meses el chico fue unos días a conocer cómo era lo de la
guerrilla, le dieron dos semanas para que lo pensara y ya está con ellos. No sabe dónde
está, ni cómo está. Los combates de río abajo han tenido muy nervioso a don Heliodoro.
es algo normal. La opción de la guerrilla es eso, una opción de vida más que existe para
político, otros por el prestigio de la guerrilla, otros por salir de sus casas y muchos
Regresamos al trabajo, el sol del medio día cae y aunque hace mucho calor la brisa
facilita la limpiada del potrero enrastrojado que don Heliodoro quiere acondicionar para
sembrar maíz. Una vez cortado el rastrojo, antes de terminar el verano le prenderá
fuego. La familia esta urgida de maíz, pues el año pasado los aviones del ejército
fumigaron sus cultivos y de paso el glifosato, el venenos utilizado, se llevó por delante
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
varias gallinas, enfermó varias vacas, contaminó el pozo de agua y echo a perder varias
hectáreas de maíz. En cambio la coca se salvó, pues los campesinos tiene trucos para
sacarle el cuerpo a la fumigada: soquean muy rápido las matas o las lavan en melaza
con ajo.
Día 35. Mi visita a Macarena termina con una sorpresiva visita de la guerrilla a la casa
de Efraín. No ha pasado una semana desde los bombardeos río abajo y una comisión de
tres jóvenes aparece: al mando un muchacho calvo de nomás 20 años, armado con un
revólver; otro jovencito que no aparenta tener mas de 14 años, también con revolver, y
una joven con el pelo muy largo y castaño, con ojos claros y armada con un fusil AK-
47. No ha de tener mas de 15. Se les ofrece el almuerzo y hablan de los asuntos que han
de hablar con Efraín. Al rato se despiden tímidos, de forma amable y siguen su camino.
Epílogo: el regreso.
Al poco tiempo de haber dejado el pueblo dos guerrilleros muy jóvenes detuvieron el
Jeep en el que iba y pidieron al chofer el favor que los llevara mas adelante; el chofer
dijo que no había ningún problema. Uno de ellos se acercó a mi ventana y, cómo no, me
preguntó mi historia: quien soy, quien me conoce, donde estuve, para donde voy… Sin
mas preámbulos se subieron en la parte trasera del Jeep advirtiéndole al chofer que mas
adelante estaría la otra parte del grupo. Y así fue, a dos minutos de arrancar en la
unos 35 años. En la parte delantera se sentaron dos adolescentes con armas cortas, a mi
comandante, y resultó que varias personas que conozco en el Guayabero eran conocidas
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
por él. Eso hizo que se relajara un poco. Le pregunté sobre las Farc y las razones de su
existencia.
-“Mientras haiga hambre, haigan desigualdades y haiga exclusión política nuestro deber
-“No es un problema para las Farc intermediar en la coca, no les trae esto
desprestigio?”
- “Vea que no, de todas formas nosotros no traficamos cocaína. Y el que le
compremos a los campesinos, como somos una organización seria, el campesino
sabe que puede confiar en nosotros, que no le vamos a robar como antes hacían
los otros. Pero claro, hay gente que cree que las Farc están metidos en eso, pero
no…”
Le comenté que un par de semanas antes, y por estos mismos parajes por donde
cruzamos, había fuerte presencia militar. Yo estaba un poco inquieto y asustado, pues
tranquilo con su grupo es porque sabía que el ejército no estaba por esos lados. Al llegar
a los llanos del Yarí pidió al chofer que lo dejara en una mata de monte y allí se bajó
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Capitulo primero
Etnografía en Zona Tórrida
Foto 10
Gallo fino. La cría de gallos es una tradición bastante arraigada en la región y Yerson un
experto entrenador. Yerson dividía su tiempo entre la cría de estos animales, el sostenimiento
de su finca y el trabajo en un rústico laboratorio de pasta base de coca. A los pocos días de
tomar esta foto, fue detenido por el ejército portando 200 gramos de pasta base de coca,
detenido por ello y luego condenado a varios años de cárcel.
Autor: S.G.
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Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
Capítulo Segundo
A mediados del año 2007 el rumor sobre el inicio de la erradicación manual de las
matas de coca hacia la zona sur de La Macarena se hacía cada vez mas grande. Para
confirmarlo una tarde de septiembre del mismo año me reuní en La Macarena con un
funcionario de la oficina de Parques Nacionales, quien recién salía de una reunión con
las autoridades municipales anunciando que “si Dios quiere, la erradicación manual la
que trabajan el tema de la coca. Una de ellas le contó al funcionario lo que había sido la
La erradicación manual se adoptó en La Macarena luego del ataque en 2005 de las Farc
a una patrulla del ejército que causó 29 muertos. Por tratarse de una zona de reserva los
plantear una erradicación manual, que se hizo efectiva seis meses después. Se sostuvo
hasta octubre de 2006 cuando una mina sembrada en un campo de coca mató a 14
erradicadores. Ese día el gobierno nacional ordenó fumigar de nuevo2, no hubo debate
1
Una versión anterior de este capítulo fue publicada (Espinosa 2006), en el marco de mis estudios de
Maestría y desarrollo de mi proyecto de monografía en la Revista Colombiana de Sociología.
2
“Por atentado de las Farc el Gobierno decidió iniciar fumigaciones en La Macarena” Agosto 4 de
2006 http://www.eltiempo.com/conflicto/noticias/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-
3066609.html
76
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
varios miles de hombres que como mangostas arrasaban con todo a su paso: cultivos,
ocupación de un parque natural, al igual que el cultivo de la coca, las fuerzas militares
gallinas, las casas, las cosas. Es una política literal de tierra arrasada. Pero la
erradicación manual llegó para quedarse. En 2007, tras un sensible recorte de la “ayuda”
cambió y reconoció que resultaba más efectiva la erradicación manual3. Por lo tanto,
me alertó sobre la situación: una familia del pueblo supo que habían empezado a
lo habíamos previsto con algunos lideres campesinos, a quienes les sugerí que se
región. Políticas que en La Macarena se adscriben al gobierno, pero de las que se sabe
solución integral del problema pues si para los campesinos el lograr acercamientos con
3
¿Por qué Colombia cambió el glifosato por la erradicación manual? Julio 27 de 2004
“http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=105184
77
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
Los intereses estadounidenses tienen mucho que ver con el destino de las vidas de los
vía la respuesta política y militar con que la insurgencia resiste y responde al estado.
Sobre este escenario macro, que contribuye a dar forma a la violencia política que se
habita la región, es que quiero explorar en el presente capítulo la forma en que estas
condiciones políticas que se deciden por fuera de la región y superan la voluntad de sus
Una de las manifestaciones que asume ese impacto, y que me ha interesado observar, es
rutinización del sufrimiento humano como algo “normal”, que aparece bajo múltiples
2000). Otros elementos conceptuales ofrecen pistas para trabajar la dimensión social de
este concepto: la violencia cotidiana pueden crecer y unirse a una "cultura de terror"
2004).
Por lo tanto me interesa rescatar de las propuestas de los autores citados la relevancia
cotidiana, la forma que ésta asume en el sentido común y el papel que la experiencia
social juega en ella. Sin perder de vista una condición fundamental: el carácter político
78
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
pertinencia de definir qué hace política la violencia política. Una posible respuesta
puede remitirse a la propuesta de Charles Tilly (1998) quien plantea que una situación
de conflicto político implica dos o mas grupos con intereses en disputa, donde uno de
ellos hace las veces de gobierno. Ahora bien, una versión mas aguda de un conflicto de
este tipo se entendería como violencia política cuando ésta se ejerce “como medio de
con identidad dentro de la sociedad por su afinidad social, política, gremial, étnica,
una serie de marcos reguladores que han tenido un impacto directo sobre la cotidianidad
del país (Plan Colombia 1998, Plan Patriota 2003, Plan Victoria ó Plan Consolidación
2007, o cómo quiera se llame hoy día), y las políticas de lucha contra las drogas que, ha
ido tradición, los gobiernos colombianos han cumplido de forma tan juiciosa a partir de
4
Para efectos del presente capítulo, entiendo por configuración social las formas en que se organiza la
vida comunitaria en la región a partir de una serie de pautas políticas y sociales que han sido
constituidas a partir de la relación que ha existido entre la guerrilla y los campesinos. Relación que se
ha construido en medio de una situación regional donde la fragilidad con que el Estado ha hecho
presencia en las zonas mas profundas de la amazonía occidental no ha significado un vacío ni de poder
ni de legitimidad para sus pobladores, sino todo lo contrario: la consolidación de un poder y una
legitimidad insurgente que desafía al Estado en sus pretensiones hegemónicas. Son varios los trabajos
que dan cuenta de la creciente consolidación del poder guerrillero en regiones campesinas, véanse por
ejemplo: Guillermo Ferro (2000), Fernando Cubides (1988) y Reinaldo Barbosa (1998).
79
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
1997, Tokatlian 1997). Para tener una perspectiva global de las situaciones que
parecieran ser en estricto locales, como lo son el poder regional que ejercen las Farc y la
respuesta militar que reciben desde el estado, vale la pena mencionar algunos de sus
familias, abusos de las Fuerzas Militares sobre las comunidades, daños al medio
sido un proceso creciente: el estado hace buena parte de su presencia por vía de las
Fuerzas Militares, quienes ejercen un estricto bloqueo alimenticio a las comunidades (en
aras de evitar que alimentos y vituallas lleguen a la guerrilla); controlan todos los
cotidianidad campesina.
80
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
Como estrategia para comprender la violencia regional, en este apartado analizo como
regional y los marcos reguladores del conflicto armado que estructura la violencia de la
vida diaria.
La noción de marcos supone para este trabajo un esquema de interpretación que señala
los elementos básicos que sitúan la naturaleza de las fuerzas sociales que ejercen la
acción colectiva de los grupos sociales (Tejerina 1998). La pertinencia de este enfoque
radica en que hace posible identificar en las narrativas campesinas aquellos elementos
que dan sentido al estado y a la insurgencia como fuerzas sociales ligadas de forma
Colonización y conflicto
Alfredo Molano (1989) y Fanny Sierra (1995) dan cuenta de campesinos quienes,
expulsados de sus tierras en el Huila y Tolima por el ejército, en 1953 abrieron camino
desde la cordillera oriental hasta el Caquetá. Llegaron a San Vicente del Caguán donde
no fueron admitidos dada su filiación liberal, pues allí gobernaban los conservadores. Se
adentraron entonces por viejos senderos indígenas en los llanos del Yarí y tras caminar
varias semanas llegaron a orillas del río Guayabero, a la parte sur de la Sierra de La
81
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
Foto 11
La Sierra de La Macarena. En el año 1953 llegaron los primeros pobladores a la sierra tras ser
expulsados del caquetá por el Ejército; durante semanas atravesaron los llanos el Yarí y
fundaron a orillas del río guayabero un pequeño caserío al que llamaron El Refugio y luego La
Macarena. Entre 2006 y 2008 realizamos varios viajes a la región y estas fotos, a manera de
crónica, recogen sus principales incidencias.
Autor: N.E.
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Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
por exploradores petroleros de la Shell. A estas familias años mas tarde se les sumarían
otros tantos campesinos organizados por el Partido Comunista, quienes abrirían nuevos
montañas para llegar al alto Guayabero unos, a El Pato (en el Huila) y la región del
Ariari, otros. Ha sido el libro de Alfredo Molano Trochas y Fusiles (1998) el que recoge
las experiencias vividas en dichas columnas y que da pistas para entender buena parte
anecdótico que trabaja Molano en dicho libro permite ilustrar uno de los impactos de
esa expulsión campesina y la hazaña que significó el desplazarse en columnas por entre
ríos y cordilleras: el comandante del bloque de las Farc que controla los frentes
guerrilleros que hacen presencia en el oriente del país es Jorge Briceño (el Mono Jojoy),
Esta modalidad colonizadora fue la que William Ramírez (1981) hizo célebre con el
término “colonización armada” que aunque no halla sido la modalidad que mas
habitantes halla dejado en la región, sin duda fue la que le imprimió a la naciente
83
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
movilización colectiva en los años 80, cuando los colonos exigieron el relinderamiento
Desde los setentas a los ochenta, distintas bonanzas económicas (pieles, pescado,
muchos de lo cuales se quedaron del todo una vez se agotaron los recursos o dejaran de
Este proceso de colonización estuvo marcado por una dinámica de violencia que
expulsó a los campesinos andinos a tierras bajas, y de nuevo los volvió a expulsar a
profundidades selváticas más lejanas en un ciclo que Darío Fajardo (1989) estableciera
como propio en nuestro país y que implica una dinámica de migración - colonización -
conflicto – migración -donde dicho proceso- traslada a muchos de sus actores, inclusive,
colonización y que detrás de ellos lleva y reproduce las estructuras agrarias y las
presión de terratenientes en el Caquetá y Meta (Molano 1987) y se hizo más aguda por
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Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
colonización y sus conflictos sentaron las bases para el surgimiento de una sociedad
regional que comparte entre si un territorio, una historia y una relación particular de
Uno de los conflictos presentes ha sido la coca, que llegó a la región a finales del
1989:300). Esta primera época adquirió un carácter de “bonanza” y duró pocos años,
hasta 1984 cuando el precio se vino abajo, y quebró a los campesinos. La coca repuntó
de nuevo a comienzos de la década del 90, sin el carácter de bonanza sino bajo una
y ancho de la región logró regular su producción por medio de una serie de impuestos a
la cadena comercial para controlar desde el año 1999 su comercio, intermediando entre
atención del estado, quien se propone erradicarla (sin ofrecer alternativas de sustitución
85
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
a los campesinos) para así acabar con los narcotraficantes y dejar sin fuentes de ingreso
a la guerrilla.
colonización que se remonta a las décadas de 1950, 1960 y 1970 los campesinos de la
sus padres y ha diferencia de ellos no viven el choque que significó, por ejemplo,
son pues los campesinos que hoy día habitan la región y la extienden. Desde su
región, con el conflicto armado y con la coca como única producción económica viable.
Uno de los lugares comunes mas frecuentes en el lenguaje oficial para referirse a los
identidad regional “colona” como lo hacen algunos estudios (Cháves 1998), sino todo
lo contrario: para negar cualquier atisbo de identidad. La discusión no pasaría de ser una
trivialidad semántica de no ser porque esa forma de nombrar tiene sus implicaciones
los habitantes de la región como “colonos”, y por lo tanto les niega su carácter de
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Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
Los hijos de los colonos son quienes expanden y reproducen su cultura dentro de unas
fronteras simbólicas y territoriales que ellos asumen como propias, normales y con-
oficina gubernamental Acción Social publicó una nota periodística relativa al proceso
(la) habitan colonos que llegaron allí hace más de 40 años, cuando aún no había
sido declarada parque, hijos de esos colonos que nacieron allí y consideran éste
como su territorio, y miles de colombianos que en los últimos años llegaron a la
región atraídos por la coca5.
cocaleros; y otra sobre el estricto carácter represivo de las acciones del estado. De esta
forma se justifica que las políticas públicas tengan una orientación penal que asume al
5
Véase: “La erradicación manual forzosa, de experimento a realidad”. Presidencial de Acción Social.
http://www.red.gov.co/Noticias/2006/GME_Macarena_2_20_01.htm
6
Idem
87
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
conflicto ambiental (la presión que existe sobre el medio ambiente) y el conflicto
violencia en la región.
hay que explicarle a esa gente [los cultivadores de coca] que el hecho de que sea
pobre y esté abandonada por el Estado no le da derecho a ser delincuente [...] Es
como si un obrero dijera: me niego a trabajar de obrero en una construcción
porque es que gano más plata de sicario7
Este ejemplo permite observar como desde instancias del estado se construye un símil
entre cocalero y delincuente, a un extremo tal que no solo con cinismo se reconoce la
pobreza y abandono estatal son la razón fundamental de los cultivos de coca, sino que
solo las motivaciones de los campesinos se entienden tan solo como un afán de lucro
(“gano mas plata”). En un plano moral se asemeja la actividad cocalera a las andanzas
de un asesino a sueldo (“gano más plata de sicario”). Siendo así, toda acción en contra
de la coca se legitima, pues es una acción contra avaros delincuentes. Como ejemplo
proporciones, resulta útil remitirse al libro “Si esto es un hombre” del sobreviviente de
7
Publicado en el periódico El Tiempo, Octubre 2 de 2000.
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Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
Aushvitz, Primo Levi (2006). Levi explica la rudeza y feracidad como fueron tratados
los prisioneros en los campos de concentración como una estrategia de los Nazis, y de
los capataces de los campos para deshumanizar a sus víctimas y hacer posible las
prácticas de exterminio: tales nivele de maltrato permitian a los Nazis y sus capataces
medio de la operación “Colombia Verde”, buscando con ello no solo quebrar las
finanzas de las FARC provenientes de la coca sino también afectar a los campesinos8.
Con los hechos se interpreta que para el estado la población se considera un caso
guerrilla. Siendo así, deben desaparecer del panorama si lo que se trata es de derrotar a
la guerrilla.
No cabe duda: dudas las comunidades campesinas representan la muy genérica “base
social” de la guerrilla, pero en medio de esta certeza hay que resaltar que a estas
comunidades les cabe también cierto rango de independencia ante la estructura armada
8
Véase el informe de la periodista Marta Ruiz “Operación Colombia Verde ¿asunto de locos?” en la
edición digital de la Revista Semana www.semana.com
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Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
Foto 12
Es medio día en La Macarena. La presencia del estado no se hace sentir con infraestructura o
con políticas sociales. Sin embargo, los frecuentes sobrevuelos de helicópteros se encargan de
recordar a los campesinos el tipo de respuestas que el estado colombiano ha dado a los
conflictos de la región. El día de esta foto río abajo se produjeron combates con el 7º frente de
las FARC-EP
Autor: S.G.
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Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
el mundo debe saber, los ecologistas deben saber lo siguiente: parques naturales
como La Macarena han sido totalmente violados por el narcoterrorismo de las
FARC, con 3.000 o 4.000 hectáreas de coca sembradas9.
Otro ejemplo en donde se observa la negación del conflictos social: apoyados por la
retórica ambiental que justifica las acciones antidrogas como acciones en pos de la
constataba que:
siquiera una asistencia del estado para los campesinos, supuesto deber de la agencia que
publicó el reporte.
que se resiste a tomar en cuenta las condiciones sociales que han favorecido la
9
Declaración del Presidente Álvaro Uribe al terminar Consejo de Seguridad en Granada, Meta. “Lo que el
mundo debe saber…” Presidencia de la república, Diciembre de 2005.
http://www.presidencia.gov.co/prensa_new/sne/2005/diciembre/28/06282005.htm
10
“Erradicación de coca en la macarena llega al 55% de la meta establecida”. Agencia Presidencial
de acción Social. Julio 10 de 2006
http://www.red.gov.co/Noticias/2006/Erradicacion_Macarena_10_07_06.htm
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Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
de coca por campesinos de la región, son procesos sociales ligados a esas estructuras de
desigualdad (la violencia política y la pobreza) que Paul Farmer (2003) ha llamado
fueron expulsados a las selvas amazónicas (la violencia de los años 50, la pacificación
de los años 60) y por qué la mayoría de ellos recurren a la siembra de coca como la
única actividad que hace posible sobrevivir, puesto que otros medios de vida no resultan
viables (Molano 1987. Mora 1986, Thuomi 1997). Las coca se enraíza en la historia de
¿Cuáles serán esos otros medios (para sustituir la coca)? Mire: por lo menos qué
saca uno con llevar yuca a La Macarena, maíz o plátano si no se lo van a comprar.
¿Usted con qué va a comprar sus cosas? En cambio lleva usted un kilo de coca o
unos poquitos gramos y se la compran rápido. Sale usted a vender una res y no se
la compran. Lleva usted 20, 100, 200 o 600 gramos de coca y ahí sí se ve la plata.
¿Qué hace entonces uno? Entonces nosotros ya no vivimos de los marranos, no es
del ganado, sino realmente de la coca11.
11
El testimonio de un campesino que recogió Alexandra Trejo parece sintetizar en una sola frase la
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Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
No menos complicada que la violencia ejercida desde el estado son las formas de
control militar que practica la guerrilla, pues aunque la relación histórica que existe
entre las comunidades campesinas y las FARC han constituido una serie de órdenes
exacerbarse en épocas en que las Fuerzas Militares adelantan ofensivas, por ende los
ajusticiamientos y destierros están a la orden del día desde que se iniciara el Plan
Patriota.
Es difícil hallar documentos de las FARC sobre su estrategia frente a estas situaciones.
De igual forma es difícil saber cómo se han planteado desde sus directrices la forma de
más altas instancias de las FARC llaman a organizar las comunidades en varias
estructuras políticas y político-militares. Luego cada frente se traza unos planes para
cumplir con estas expectativas y depende de cada uno de ellos la estrategia mediante la
cuestión del problema: “Si en la macarena el maíz se vendiera nosotros entonces seriamos maiceros, en
vez de coqueros” (Trejo 2002;137).
93
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
reuniones realizadas en La Macarena la guerrilla ha insistido desde el año 2000 que solo
las comunidades pueden resolver conflictos, que ellos solo los asumen cuando no hay
En la práctica los campesinos saben, porque lo han escuchado de los guerrilleros que
visitan sus casas u organizan reuniones, que aquellos colaboradores de las Fuerzas
Militares serán ajusticiados. Esto libraría de malestar a quienes con certeza saben que
“nada deben”. Pero las muertes y destierros de campesinos inocentes sobre quienes
apenas cabía una sospecha producto de un vecino celoso, o de asociaciones sin mayor
fundamento (“si viaja mucho al pueblo es porque debe ser informante”) hacen vivir a
todos la incertidumbre de una situación que puede volverse contra ellos en cualquier
momento, pues nunca es clara la forma en que la guerrilla llega a concluir que alguien
Para el caso de la violencia ejercida desde la guerrilla encuentro dos elementos que al
para la guerrilla.
Los ajusticiamientos tienen que ver en la forma como la guerrilla asume a los
campesinos como militares. Esta práctica guerrillera, cuyo diagnóstico fuese realizado
por Mario Aguilera (2001), desnaturaliza a los campesinos como civiles al ser
totalizados como una población apéndice del grupo armado, lo que los hace susceptibles
94
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
Foto No 12
Coca, la última de las bonanzas. La coca es para muchas familias la única opción de sustento
y un serio problema para sus vidas: las políticas antidrogas del estado meten en un mismo saco
a guerrilleros, narcotraficantes y campesinos. La emisora del ejército advierte a los
‘narcotraficantes’ que cultivan coca que serán perseguidos; la emisora de la guerrilla recuerda a
los campesinos que por cada hectárea de coca debe sembrarse una de plátano y otra de yuca.
Autor: S.G.
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Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
de ser castigados cuando se sospecha una posible relación con las Fuerzas Militares. El
internas que toda ejecución debe ser autorizada por el Secretariado de las FARC, pero la
forma expedita como se realizan los ajusticiamientos en la región da lugar a dudas sobre
Otro elemento que tiende a hacer mas compleja la situación de conflicto es la regulación
directa que desde hace un tiempo las FARC realizan sobre la comercialización de la
pasta base de coca. Desde que la guerrilla consolidara su poder y presencia en la región,
ha cobrado toda suerte de impuestos. Entre ellos el gramaje, que consiste en cobrar a los
narcotraficantes el 30% del valor total que han pagado por el kilo de pasta base de coca.
Este impuesto era pagado por los compradores de pasta base, los“chichipatos”, al frente
guerrillero en cuya jurisdicción se encontraran. Desde el año 2000 las FARC decidieron
para así evitar, según se cuenta en la región, que los “chichipatos” pagaran menos de lo
debido a los campesinos y además no pagaran el impuesto completo. Para ejercer dicho
control cada frente guerrillero designa a una persona de la región para que sea el
procesamiento en cocaína. Esto implica que la producción de coca, señalada como una
actividad propia la guerrilla, encuentre nuevos argumentos para que desde el estado
96
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
construido una serie de solidaridades comunitarias que el carácter ilícito del cultivo
exige: en algunas veredas las familias se turnan el trabajo de cosecha de la hoja de coca
(raspa) en fincas vecinas, no se conocen casos donde alguien haya delatado los cultivos
de coca de los vecinos ante las autoridades del Estado. Además cuando no hay moneda
circulante o la compra de la coca se ha visto afectada por una ofensiva de las Fuerzas
intercambien gramos de pasta base de coca por alimentos y enceres. La relación con la
guerrilla, por otro lado, también ha construido otro tipo de solidaridades, donde el apoyo
que las FARC reciben de parte de algunos campesinos es visto por las comunidades
Ahora, desde que las FARC intervienen en la intermediación de la venta de pasta base
de coca entre los campesinos y los narcotraficantes, ambos tipos de solidaridad y las
se ve ahora mediada con una solidaridad casi impuesta para con la guerrilla: así hayan
campesinos que no quieran tener vínculos directos con la guerrilla, el saber dónde están
ubicados los guerrilleros que les compran, o saber quién es el encargado por las FARC
para realizarla, los involucra. Y no solo eso: desde que las Fuerzas Militares
reinserción ha logrado que cada mes sean varios los guerrilleros y campesinos cercanos
encuentran los guerrilleros encargados de realizar las compras, quienes no solo delatan a
sus antiguos compañeros sino que también comprometen a los campesinos que
97
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
producen pasta base de coca, pues tienen conocimiento de quienes tienen coca y en qué
cantidad. De allí que los campesinos le pierdan más confianza a la guerrilla, pues a
a perderse, puesto que con la producción de la coca se ven mas comprometidos con las
Teniendo presente que los campesinos no son agentes pasivos ante la violencia (la
critican, inventan estrategias para hacerle frente, levantan memoriales para dirigirse a la
cuanto la violencia no representa tan solo una serie de sucesos: combates entre guerrilla
condición para la vida comunitaria, y como tal ha logrado sedimentarse de tal forma
entre los campesinos que ésta, al ser arraigarse en el micro-contexto local de la vida
sociales.
En este apartado pretendo transito sobre el amplio contexto marco desde el cual se
12
Como lo fueron, por ejemplo, las mesas de negociación instauradas durante las negociaciones entre el
gobierno Samper y los campesinos cocaleros en 1996. Véase Ramírez (2002).
98
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
Para ello presento dos casos tomados de mi experiencia de campo en la región sobre los
El destierro.
iban mas allá de un conflicto que, como cualquier otro en La Macarena, sería
El Socorro no hace más de un año y dadas las similitudes de su tierra natal con ésta
región, daban por hecho que tras la mediación del Comité de Conciliación, el
mencionado problema sería resuelto. Sucedía que don Julio le adeudaba un dinero a
aduciendo que la crisis en que se encontraba la coca lo tenía sin recursos. Pero todos en
la vereda sabían que don Julio tenía formas de pagar sus deudas, pues ha contado con
suficiente ganado y aunque es cierto que los compradores de la coca demoran mucho en
pagar, en cada compra a don Julio le quedaba suficiente dinero porque es alguien que
Una noche un vecino llevó la razón a Fernando de que la guerrilla lo estaba buscando
para matarlo porque alguien en la vereda había dicho que era paramilitar, se presumía
que ese alguien fuese don Julio pues él había advertido a Fernando que si seguía
molestando por la plata que le debía le iba a “echar” la guerrilla para que dejara de
99
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
doña Ligia, una pareja de viejos fundadores de la vereda, quienes reconocidos por la
como este, por no ser un problema del todo comunitario escapan de la jurisdicción de la
Junta.
Don Diego preguntó por los antecedentes del conflicto y al ver que se trataba de una
posible estratagema de don Julio para no pagar una deuda, no dudó en prestar su apoyo,
pues Fernando le generaba confianza toda vez que tenía fama de ser un muchacho que
trabajaba para su familia sin meterse nunca en problemas. Don Diego consideraba
injusto que una pareja tan joven tuviera que irse corriendo sin deber nada. Ese mismo
día salieron del pueblo y buscaron a la guerrilla allí dónde los campesinos saben que
siempre están. Don Julio puso al tanto al comandante Jairo del problema en cuestión; el
que mientras trabajara y no andara en malos pasos no le pasaría nada y que de todas
formas la guerrilla no funciona así: ellos nunca envían razoneros pues informan en
casas y no se fiaba de nadie: con ningún vecino compartió su historia y evitó asistir a
dedicó a su finca para intentar venderla. Aunque no abandonó la región, al final vendió
su finca y se cambió de vereda. Don Julio fue multado por la guerrilla por no pagar
deudas y aunque no pudo comprobarse que fue él quien incitó el chisme fue advertido
100
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
que de presentarse una situación similar la multa, o un posible castigo, sería mayor.
comprometidos y restringidos gracias a la lluvia que por esos días caía en La Macarena.
Alojados en la finca del Secretario de la Junta, quizá fue la prudencia que nos transmitió
tropa en helicópteros fue constante por esos días y no resultaba seguro caminar por las
trochas pues la guerrilla puede estar en cualquier lugar. Ante tal panorama, iniciamos un
niños que estaban de vacaciones durante esas semanas de junio. El campeonato resultó
exótico para la gente de la casa, puesto que el fútbol es el único deporte practicado por
visitas de quienes trabajan en fincas cercanas o de amigos que pasaron a saludar, pues
mientras transcurría con calma el juego, y el odontólogo era una y otra vez derrotado,
una serie de noticias fueron traídas por los campesinos. El contexto en el que estábamos
Lunes: Inicio del campeonato. Un niño de la casa sacó una grabadora para poner música
y sintonizó una emisora en FM que resultó ser la emisora de la guerrilla. La mamá del
niño, doña Eugenia, salió y cambió de emisora sin decir nada. Sintonizó la emisora del
ejército. Martes: Un helicóptero militar voló a muy poca altura cerca de la casa. Eso
indicaba que hay tropa en la región y que algo, o sucedió o estaría por suceder. Gente
101
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
vereda de más arriba, a una hora de camino, la guerrilla había matado a El Panadero la
noche del lunes y que había dejado encima de su cuerpo un cartel que decía que eso le
pasaba a los informantes del ejército. El helicóptero que se vio ayer fue en el que
recogieron el cuerpo para se llevarlo al pueblo. Doña Eugenia nos contó eso en la noche
y argumentó que si lo mataron, fue por algo. Discutimos sobe la pena de muerte y le
hice saber que yo no estaba de acuerdo con esta medida. Respondió que ella tampoco
estaba de acuerdo, pero que a veces “por culpa de uno pueden caer muchos”.
Jueves: Una señora de la vereda nos contó que cerca de su casa estaba acampanado el
ejército y que no sería extraño que se movieran por la vereda. Aunque el ejército se ve
todos los días en el casco urbano del municipio, cuando sale a patrullar genera inquietud
porque puede dar lugar a combates, bombardeos y son conocidas varias historias de
Viernes: Muy temprano llegó un joven que vive al otro lado del río, venía por unos
encargos que había realizado a doña Eugenia y le contó que por su finca acampaba un
grupo de guerrilleros. Supo que eran guerrilleros porque en el grupo había mujeres y el
comandante era un tipo muy barbado, características que en la región se conocen para
Sábado: Finalizó el campeonato y para celebrarlo asistimos a una riña de gallos que se
realizaba en una finca cercana. Asistieron casi todos los campesinos de la vereda y se
hizo una improvisada fiesta que duró hasta la madrugada. Al parecer, los únicos
preocupados por lo que había pasado durante la semana, y estaba por suceder, éramos
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Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
nosotros. Le pregunté a doña Eugenia como podían estar tan tranquilos. “Son cosas que
En una de mis visitas a La Macarena una mala noticia llegó a la casa de doña Cristina.
solo a los miembros de la guerrilla sino a campesinos que trabajan con coca13. El
miliciano era el encargado de comprar la pasta base, y ya había tenido problemas con
en saldar las deudas. Las quejas llegaron a oídos del comandante que patrulla la zona y
finca hasta pagar el dinero que según se descubrió se había robado. Inconforme con su
pueblo porque habían sido acusados de colaborar a la guerrilla. Doña Cristina concluyó
que no entendía por qué la guerrilla no había matado a ese miliciano, que si lo hubieran
matado se habrían evitado tanto problema. Recordé las palabras de doña Eugenia, quien
me había dicho hacía poco, tras la muerte de un panadero, que “por culpa de unos
13
Dentro de las estructuras de las FARC existen dos tipos de milicia: popular y bolivariana. La milicia
bolivariana la integran civiles que prestan su apoyo a la guerrilla y cumplen funciones políticas en las
comunidades, actuando en la clandestinidad. La milicia popular la conforman civiles que integran la
estructura político-militar de las FARC, y no solo realizan actividades políticas sino que también
apoyan el trabajo militar sin integrar la fuerza guerrillera. Es decir, son campesinos que trabajan en sus
fincas y solo cuando son llamados cumplen funciones militares. Aunque se suponen clandestinos,
muchos milicianos son gente conocida por los campesinos de La Macarena
103
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
Foto 14
Marchas en la Macarena. En junio de 2008 los habitantes de La Macarena marcharon por las
calles del pueblo para exigir el cese a los continuos señalamientos del ejército y la policía hacia
la población civil. Diez personas -entre comerciantes, campesinos y coteros- fueron detenidas
días antes en el casco urbano y presentadas como miembros del anillo de seguridad del Mono
Jojoy capturados en medio de una persecución en zona selvática.
Autor: N.E.
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Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
pueden caer muchos14”. Otras personas en la mesa propusieron que la solución no era
llevado a otra región. En todo caso el daño ya estaba hecho. Aunque no tuviesen
vínculos con la guerrilla algunas personas cambiaron de casa, otras estaban pensando
irse de la región y otras acudían al casco urbano con prevención, pues alguna vez le
regulación de la vida comunitaria. Existen temas que no son tratados más allá del
miliciano desertor. Este carácter de confidencialidad existe puesto que en la región “se
sabe” que es peligroso ventilar comentarios acerca de la guerrilla porque eso da pie a
señalamientos sobre una posible simpatía hacia las FARC o todo lo contrario: una
simpatía con las Fuerzas Armadas. La totalización de la población implica que aquellos
que no se muestren cercanos a una de las fuerzas en conflicto pueden ser acusados de
la violencia. Trasegar por los caminos de La Macarena significa advertir la presencia del
región con San Vicente del Caguán, me he encontrado uno tras de otro retenes
14
Los procesos de vida y muerte a que se ven sujetos los campesinos implican, en cierta medida, una
biopolítica donde la vida antes que merecer una apuesta política para su conservación (en el sentido
original con que Focault propusiera el término biopolítica) se sostiene mediante una serie de
estrategias donde, en ocasiones, la naturalización de la experiencia social indica que es necesario dejar
morir para poder vivir. Sobre el concepto de biopolítica, como propuesta analítica para comprender las
formas que asume la lucha por la vida y la racionalziación de la muerte en la región véase Michel
Focault (1991).
105
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
pasajeros, mientras que la guerrilla establece que todos los viajeros sean gente conocida
Algunas normas obedecen sin duda a una adecuación al poder guerrillero, como lo es
por ejemplo que las FARC prohíben la caza de algunos animales, entonces la Junta lo
adopta como norma comunitaria a razón que la multa por dicha infracción queda en
arcas de la comunidad.
Para comprender esta situación resulta útil la idea de Carolyn Nordstrom, quien
encuentra la viabilidad del concepto de hábitus propuesto por Pierre Bourdieu para
violencia y la naturalización de las respuestas ante esta. La forma en que los habitantes
por aquellos marcos reguladores que la violencia política y el conflicto social entraña.
Producto de esto es la forma antes tratada de “violencia de la vida diaria”, que aparece
como algo “normal”. Es decir: las políticas antidrogas y contrainsurgentes del estado,
junto a las estrategia de la guerrilla que les hace frente y las condiciones de la región
que giran en torno a la exclusión económica y política de los campesinos, han terminado
por interiorizarse en el hábitus campesino, pues han de estar con ellas en su vida diaria.
106
Capítulo Segundo
Violencia y Vida Campesina
mirada”, escribió Foucault (2003:175), donde el poder de esa mirada es casi inmanente.
Aunque paradójico, la selva de La Macarena guarda para sí una forma de panóptico que
espacio es la cocina. Nadie quiere ser visto con alguien comprometedor: alguien de
La guerra, mas allá de las balas y los bombardeos, deja su huella en la región por medio
fuerzas militares. Estas son situaciones extremas, no suceden todos los días, pero son
hechos comunes que se reflejan en varias esferas de la vida diaria: las relaciones
sociales (de quien soy amigo, a quién mejor no vuelvo a visitar), el tránsito por los
caminos (después de las seis pm no se puede, si hay un camino “caliente”, pues hay
combates, está el ejército, mejor no tomarlo); la conversaciones (qué se habla, que no),
las visitas al pueblo (ir muy seguido pede ser sospechoso, para el ejército, para la
guerrilla); los planes para cultivar el año que entra (la guerrilla deja tumbar un año 4
hectáreas de selva, otro año no permite sino quemar rastrojos). Todo este amplio
107
Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
Capítulo Tercero
moldeado las formas en que la colectividad y los individuos se comportan y asumen las
Das, Arthur Kleinman y Margaret Lock, definen sufrimiento social como aquellos
heridas que las fuerzas sociales pueden infligir en la experiencia humana” (1997:IV). El
sufrimiento como una experiencia social, y dado su carácter relacional, implica que el
dolor aunque tenga una dimensión subjetiva, la forma como se asume obedece a un
1
La versión original de este capitulo corresponde al trabajo final del seminario “Sufrimiento,
desigualdades sociales y desarrollo” orientado por el profesor Cesar Abadía. Una segunda versión fue
publicada (Espinosa 2007), en el marco de mis estudios de Maestría y desarrollo de mi proyecto de
monografía en la Revista de la Asociación Iberoamericana de Antropología, AIBR.
108
Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
y que en la actualidad propicia la existencia de los cultivos de coca como principal, por
en general las zonas campesinas deprimidas del país, no solo una base social proclive a
sus propósitos sino la principal fuente de hombres y mujeres que desde hace 50 años
han naturalizado (es decir, se incorporan en la cotidianidad) sino que también se han
normalizado (es decir, cuentan con una serie de pautas y regulaciones). A esta
consuetudinario (Espinosa 2003), otros tantos momentos de la vida diaria cuentan con
una normatividad propia, pues existen formas para comportarse de tal o cual forma en la
casa, en una casa ajena; para vestirse de forma apropiada el día de mercado, para hablar
con un hombre o una mujer; para dirigirse a los padres, para educar a los hijos. En fin,
109
Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
vecinos.
A fin de ilustrar los procesos que entraña la gramática social me valgo de tres momentos
naturalización que estos eventos generan y en tercer lugar abordo la forma como estas
obtener distintas versiones, las historias coinciden cuando se trata de hechos ajenos en
donde las personas que narran no han sido protagonistas. Cuando las historias las
cuentan las personas que han tomado parte activa en ellas, sus versiones no toman en
cuenta algunos parámetros desde los cuáles se califican socialmente algunas acciones,
pues por lo general asumen un papel de víctimas donde la inocencia esta por fuera de
toda duda. El colectivo tiende a legitimar, por ejemplo, sanciones impuestas por la
Como narrativas que son, las historias las he trabajado de tal forma que he llenado en
ellas los vacíos que existen con mi propia experiencia como testigo de los eventos, sin
perder de vista que en ocasiones esos vacíos son los que dan significado al relato y
dicen qué hay detrás de él. Los silencios serán motivo de análisis mas adelante pues
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Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
Foto 15
Atarraya. La pesca en los ríos de la región está controlada por las Farc: sólo se permite pescar
para el autoconsumo. Incluso Jorge, quien es familiar de varios guerrilleros, sólo puede sacar
los peces necesarios para proveer a su esposa y seis hijos, y algunos más para intercambiar
por yucas en la vereda. Tiempo después de tomada esta foto Jorge tuvo problemas con la
guerrilla y, a pesar de sus antecedentes familiares, huyó de la región.
Autor: S.G.
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Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
resultan claves para comprender las implicaciones personales y sociales del narrar los
eventos.
histórica, comparten con ellas la dinámica que enlaza silencio y expresión, pues “las
de esos vacíos para cumplir con los propósitos de este capítulo, y es que en primera
instancia ofrecer un panorama que recoge distintos momentos y versiones sobre eventos
“El Pollo” fue uno de los campesinos que discutió con mayor vehemencia los
presupuestos con los que trabajé hace algunos años algunos aspectos de la relación entre
experiencia de la Unión Patriótica2 era bastante crítico con las Farc, pues no compartía
la forma autoritaria como se relacionaban con las comunidades. A pesar de ser un líder
la actividad política. Según él, tantos muertos de la UP eran el mejor ejemplo de que no
guerra no hay nada que hacer” insistía. Como todos los campesinos ante mis preguntas
2
Movimiento político que acogió a numerosas fuerzas sociales, cívicas y de izquierda, entre ellas
miembros de la guerrilla, que tras fundarse gracias la tregua decretada por las Farc en 1984 durante el
gobierno de Belisario Betancourt fue sometida a un proceso sistemático de exterminio desde grupos
paramilitares y sectores de la fuerza pública que la hicieron desaparecer por completo.
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Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
siempre se mostró reservado y cauteloso, incumplió muchas de las citas acordadas para
entrevistarnos y al final tuve que quedarme en su casa varios días, hasta que, fastidiado
de tanto verme, cedió. Su interpretación jurídica sobre la forma como se resuelven los
presentes, pero sus familiares decidieron guardar esta noticia varios meses hasta el día
en que me llamaron.
La guerrilla “ajustició” a “El Pollo” mientras trabajaba en una finca cercana a su casa. A
finales de 2002 las Farc, no se sabe si de forma deliberada o por una perversa
guerrilla había advertido meses antes que en la vereda “El Socorro” había un “sapo” que
pronto iba a pagar sus cuentas. Según me comentaron varias personas mas de uno se
implacable, pero en eficacia no tanto. Es decir, son eficientes para ejecutar a cualquiera
pero “no siempre con razón”, pues casos se conocen de errores cometidos. En el caso de
“El Pollo” las narrativas sobre la forma en que fue asesinado coinciden. Toda la vereda,
incluso, asistió a su entierro. Pero las narrativas sobre su muerte varían, pues a
excepción de la familia de “El Pollo” quienes hasta no verlo muerto no creyeron que lo
hubieran matado “si el no le hacia nada a nadie”, varios campesinos dejaban notar
entrelineas que la probabilidad de que “El Pollo” si fuese un sapo. Tras su muerte las
sospechas empezaron a aparecer. “¿Por que iba tanto al pueblo?”; “El Pollo” siempre
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Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
guerrilla y la guerrilla lo escuchó y por eso lo mataron”; “El policía que recibió el
cuerpo en el pueblo dijo “que pesar, mataron al señor que siempre nos ayudaba”. “Si lo
La casa de don Ramiro fue allanada por el ejército sin orden judicial y en su ausencia.
guerrilleros y preguntando por las armas escondidas; los dos niños fueron golpeados y
al llegar don Ramiro y doña Magnolia los insultos y las amenazas arreciaron. La
situación se calmó y la familia pudo convencer a la tropa que allí no había guerrilleros.
saludaban en el pueblo a los soldados que ingresaron a su casa sin mostrar rencor
aparente. en el 2006, el hijo mayor de la familia, Gabriel, fue detenido por el ejército
cuando caminaba con sus hijos por el pueblo y judicializado como guerrillero. Hoy día
la región, corren rumores que hablan sobre una posible colaboración de Gabriel con las
autoridades, pues no de otra manera la gente se explica que en un control policial hayan
capturado a otro joven a quien la fiscalía acusa de complicidad con Gabriel. Algunas
personas duda que Gabriel esté en la cárcel y aseguran que este recibió una recompensa.
que los rumores se complicaran, pues para algunas personas el cambio de vida de la
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Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
familia sólo se explica por los supuestos tratos judiciales de Gabriel y el dinero que éste
que regrese, pues creen que la guerrilla puede pensar que si salió es porque ha hecho
algún tipo de trato. Gabriel y su familia, por tanto deberán buscar nuevas formas de
vida.
La comunidad imaginada
De don Rogelio se dice que desde llegó a La Macarena hace 30 años siempre fue
me han contado que en su casa los comandantes guerrilleros siempre se detenían y que
allí se realizaron, más de una vez, reuniones entre los alcaldes y los comandantes de
turno. Una vez terminó el despeje, el ejército lo capturó en el pueblo mientras hacía el
mercado y lo detuvo sin orden judicial en una casa junto a varias personas de la vereda
El Roble, entre ellas un joven de 13 años, Ferney, que tiene dos hermanos en la guerrilla
la libertad de Ferney, de quien dieron fe era un buen trabajador que nada tenía que ver
con los asuntos de sus hermanos. De igual forma los miembros de la Junta de El Roble
liberó a don Rogelio y Ferney. El muchacho prefirió nunca más volver al pueblo para no
tentar la suerte y evitar una posible detención, a pesar que no tiene ningún vínculo con
la guerrilla. Don Rogelio, entre tanto, al ver que sus vecinos de la comunidad donde
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Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
la vereda vecina y desde entonces la vereda El Roble es mas grande, pues ganó una
familia y una finca más. don Rogelio rompió todo lazo con la vereda que fundó.
No solo el escenario de conflicto genera las realidades de sufrimiento a las cuales están
expuestos los habitantes de la región sino que también define los sentidos que adquieren
serán castigados. La vida para los habitantes de La Macarena, y de otras regiones del
conflicto debido a sus distintas formas de construir la legitimidad. Para ello no importa
que se de-construya y contradiga esa legitimidad: la lucha por el pueblo pasa por el
representaciones sociales, de la manera como las propone Jodelet, hay que tomar en
cuenta que estas condensan un saber cotidiano y práctico que implica una toma de
posición, una actitud (Rodríguez 2002:122). La actitud que asumen los campesinos
tiene mucho que ver con que la política en la región define la vida y la muerte de
manera que la lucha por la vida pasa por la legitimidad de la muerte. Así como se vive,
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Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
y se reivindica la vida, se deja morir como una estrategia perversa para seguir viviendo.
Las muertes en la región viene cargadas de significado, donde el acto de matar, según lo
a luz del día y con testigos cercanos. La interpretación inmediata, como se verá mas
adelante, viene ligada a la razón de la muerte: los mataron por algo. La divulgación está
región y su ritualización social se modela según la forma misma como esta sucedió:
como advertencia, como ejemplo, como muestra de poder y presencia. Nadie retiró el
letrero que la guerrilla dejó encima de El Panadero sino hasta que el ejercito levantó el
cadáver.
Este proceso de naturalización cuando la guerrilla ejecuta a alguien evoca una distancia
sufrimiento que se experimenta en la orilla de la vida diaria, que luego viaja hacia otra
orilla, un lugar abstracto donde se representa3. Allí, en esa orilla abstracta, la violencia
sobre alguien se moldea de tal forma que se reconstruye como un dolor y un sufrimiento
3
Para esta analogía he tomado prestado la figura metafórica de S. Cavell: la filosofía como río que fluye
entre dos orillas, la de la metafísica y la de la vida diaria (Das 1997:68).
117
Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
Aun así, y a pesar de la distancia con que los individuos pretendan separar el
sufrimiento ajeno del propio, ese sufrimiento naturalizado asume una figura colectiva,
pues aunque el asesinado, el desterrado, el amenazado sea lejano, a todos les puede
tocar la misma suerte. La forma colectiva de esta experiencia configura en últimas las
supone que
De allí que las afrentas infringidas por el estado o por la guerrilla sean distintas.
¿Cómo entender, entonces, no sólo el sufrimiento sino las distintas forma como se
presentan sus distintas apropiaciones? Esta inquietud implica una serie de retos
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Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
bajo estudio) construye una unidad de sentido que institucionaliza un saber normativo
(2002:6). Así aquellas personas que algo deben ya estaban advertidas, doble condición
situación. Así que puede entenderse que la representación cultural del sufrimiento lo
La racionalización
como fuente del sufrimiento, como responsable de las desgracias, como culpable de los
victimización. “Victimas de cinco guerras4” es quizá el recurso que mas utilizan, donde
trata de afrontar sus propios excesos y su papel como victimarios, la culpa recae, en
abstracto, sobre la guerra y el responsable el estado, pues éste no ofrece las condiciones
4
Véase www.farc-ep.org en la sección documentos.
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Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
Foto No: 16
Yisela y su hija Yeimi. Yeimi vive con su esposo, a cuatro horas de la orilla del río, en zona que el estado
reconoce como área de reserva natural. Esta joven pareja se reparte las labores de la finca: él trabaja con
ganado y ella se encarga de los cultivos y de pilar el arroz. Ni Yeimy ni Yisela tienen coca, pero las
fumigaciones efectuadas sobre estos cultivos han afectado sus fuentes de agua y algunos de los cultivos de
su vereda.
Autor: S.G
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Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
entre las comunidades campesinas, puesto que tanto el reclutamiento cómo las simpatías
desatención gubernamental de las comunidades y la forma con que son tratados los
campesinos durante las operaciones militares. La historia de las Farc ofrece así mismo
social cercana a las Farc han sufrido en su historia. La invasión a Marquetalia, las
columnas de marcha, los bombardeos a El Pato y el Guayabero son hitos históricos a los
que se suman eventos contemporáneos tales como el asalto a casa verde en 1991, la
operación Destructor I y II llevada a cabo en los llanos del Yarí a mediados de la decada
que hacen las Farc en sus reuniones. Una lectura crítica de sus responsabilidades se
En el caso del estado la argumentación que se esgrime ante sus responsabilidades frente
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Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
a los avatares de la guerra, y aquellos que no lo son de forma estricta pero que tiene que
De aquella época nefasta para la historia del país llamada La Violencia parece que
lugar común propio de esta circunstancia histórica es que los mas de 300 mil
Hoy día la culpa genérica recae también a la mención generalizada de “los actores
armados” como directos responsables de todo tipo de sufrimiento. Este tipo de lenguaje,
ilegales” como responsables del conflicto armado, donde las Fuerzas Militares no son
Así las victimas del conflicto pueden remitir a la responsabilidad abstracta de ese
violencia” es la firma que llevan los letreros de las personas que inundan lugares
5
Al escribir el texto me sorprendí con la facilidad con que escribí esta cifra, pues no cuento con una
referencia directa y no recuerdo a ciencia cierta donde me enteré sobre ésta. Quizás la cifra de las
300mil muertes no cuanta con una fuente a quien referenciar porque, como otras tantas, como los
3.500 muertos de la U.P., hacen parte de un conocimiento colectivo compartido propio de los
colombianos. En todo caso el libro de Monseñor Guzmán (1962) fue quien inspiró el uso retórico de la
cifra en cuestión.
6
Véase la página web del ministerio de defensa www.mindefensa.gov.co
122
Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
la lógica “si lo desplazaron fue por algo” es fácil ser señalado de guerrillero si alguien
alguien cometió algún atropello ese alguien tiene color: fue la guerrilla, fue el ejército e
incluso tiene nombre o distinción: fueron guerrilleros del séptimo frente, fue el
comandante Alejandro, fue tropa de la Marina, fue tal sargento. Como anoté antes, la
muerte de El Pollo no fue a causa del conflicto, fue la guerrilla y fueron guerrilleros que
que los campesinos ya habían visto por la región al mando de oficiales con quienes se
saludan en el pueblo.
Esta cercanía quizá normalice mas las situación de guerra en tanto situación que se
espera sea mas previsible. Es decir, cuando el control tiene nombre propio, está
regularizado, se sabe como actuar ante éste. Distinto sucede cuando no se sabe a
ciencia cierta quien asesinó a una persona y por qué, o no se sabe quien ordena un
comportamiento y por qué. Ante un conflicto que se presenta de forma tan abierta la
distintos rostros pero son rostros reconocibles. El trabajo de Martín Suárez “Speakeing
desde los cuales entiende los procesos de racionalización e interiorización del terror. De
123
Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
proceso de ón como el cato de justificar las prácticas de violencia y las respuestas que
éstas generan. Corresponde a la explicación lógica que los sujetos otorgan a los
apunta Suárez- como otros sistemas culturales, posee una estructura subyacente, su
releer los casos que he recogido en La Macarena puedo encontrar aspectos de negación
(“no creíamos que fuera él porque el no le hacia nada a nadie”) y racionalización (“el
que anda por el camino correcto nada le pasa”). Aún así este autor propone que el
calmado. El exilio o la superación total de la situación son los contextos que permiten
que la elaboración del terror regrese en forma de una nueva conciencia de eventos e
cuenta con estrategias que lo normalizan de manera que no hay que preocuparse ante las
situaciones irregulares (cf. Baró:1990). “Hay que seguir adelante porque si no qué” me
dijo alguna vez una campesina, resignada ante los hechos de violencia que se
desencadenaron en la región tras una ofensiva militar en enero de 2007: bombardeos río
amenaza de destierro para quienes no pagaran un impuesto al ganado que por entonces
la guerrilla cobraba.
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Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
Suarez (1990)7, la falsa seguridad que otorgan las fórmulas “si lo mataron fue por
cuando las reglas de comportamiento que se supone la soportan, el “andar por el camino
Esto ocurre con alguna frecuencia en La Macarena donde por ejemplo, a pesar que solo
los que deben algo tienen que temer, en noviembre de 2002 se generó un ambiente de
temor colectivo ante una serie de ajusticiamientos sumarios que realizaba el séptimo
frente de las Farc. Nadie debía nada, pero en las veredas del Guayabero bajo todos sus
refleja sus lesiones no solo en el cuerpo sino también en la mente, analogía que permite
ver entonces cómo que las personas ocultan de su memoria los eventos inquietantes
(Young:1997:245). Esto es clave porque, dice Young, que “aún así, por fuera de la
supuesta certeza de la justicia de las ejecuciones, nadie se sintió seguro por completo.
7
El autor trabaja en el caso argentino la falacia del teorema “no estuve en actividades subversivas ergo no
seré castigado” pues se comprobó que existieron asesinatos “por error” de personas que no estuvieron
involucradas en actividades subversivas (Suarez 1990:369).
125
Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
consideraciones que, si bien recuerdan el miedo generalizado “eso todos los viernes
esperábamos a ver quien caía, esperábamos si la guerrilla venía por uno”, no hay una
reflexión sobre quienes fueron ajusticiados y que tuvieron que haber vivido la misma
angustia de todos. Quizá el haber sobrevivido demuestra que nada se debía, pero pocos
reivindican la inocencia de las victimas de entonces, pues ello supondría que nadie
puede estar seguro. De alguna forma alivia saber que aquellos ejecutados lo merecían.
políticas pos-conflicto del estado en cuanto a la facilidad paradójica con que se aceptan
distintas formas de sufrimiento cómo las ejecuciones de vecinos, las amenazas que
recaen para familias o veredas que son acusadas de colaborar con el enemigo y que
pueden dar lugar a destierros. Estas situaciones se somatizan en un olvido que siempre
está presente, una memoria colectiva de carácter traumático. Por ejemplo la noción de
“ajusticiamiento” que rodea los asesinatos de carácter político o social, encarnan una
significación de justicia como aplicación de una sanción justa que debe ser discutida en
del control social. Aún hoy día, con la memoria fresca sobre los hechos e injusticias del
año 2002 cuando la amenaza fue general para los habitantes del Guayabero bajo, la
sanción justa y merecida. Es difícil saber si las Farc han analizado el efecto perverso
que las ejecuciones y destierros tienen para sus propósitos políticos y militares, pero es
un hecho que éstas prácticas disminuyen no solo la confianza que existe entre las
126
Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
es un hecho menor, se debe a años de trabajo político, a su papel como garantes del
tienen por qué dejar de lado la crítica que desde las comunidades y las organizaciones
campesinas se pueden realizar sobre las injusticias y errores que las Farc cometen. Esto
internacionales que protegen y hacen respetar a los civiles en medio del conflicto.
Con la guerrilla los campesinos viven a diario desde hace décadas, su poder en la región
irregular, su fuerza militar aun significa un desafío para el Estado. Durante el año 2003
nacional ligó la fuerza de ese ataque al avance de los cultivos de coca en la región, y
réplica de las FARC no se hizo esperar y a comienzos de 2006 a pesar del avance del
Plan Patriota, la más fuerte ofensiva contrainsurgente lanzada por el estado colombiano,
127
Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
la guerrilla impuso un paro armado que se extendió durante dos meses en toda la región.
esa violencia. Esa normalización la entiendo como una gramática social que comprende
las condiciones que regulan las respuestas sociales a la violencia, al sufrimiento social.
carteles donde las comunidades han establecido una normatividad social algunas veces
8
La propuesta de sedimentación en las identidades colectivas véase en el trabajo de Charles Tilly (1998)
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Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
Foto No. 17
Oscar se prepara para ir a cazar. Sus hijos lo acompañan mientras prepara, con pólvora y
balines, los cartuchos para su fisto, un arma artesanal que él mismo construyó. La caza y la
pesca complementan la dieta campesina. La guerrilla prohíbe cazar animales grandes y sólo
permite la caza de armadillos, lapas y animales que hagan daño a los cultivos, como los zainos
y los chiguiros. Cazar un animal no autorizado acarrea sanciones y multas carísimas.
Autor: S.G.
129
Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
amparada y legitimada por la guerrilla; allí se establece el cronograma para los trabajos
comunitarios y las respectivas multas para quien no asista, de igual forma se sancionan
actitudes tales como los chismes, la caza de animales protegidos como la danta y el
venado.
que después de las seis de la tarde transitar por ríos y caminos no solo es prohibido por
por cuanto de noche los aviones de la fuerza aérea suelen ametrallar cualquier
movimiento fluvial en determinados puntos del río. Estas prohibiciones se han hecho
consideraciones quizá mas sutiles den cuenta de la extensión de la gramática social: por
ejemplo las consideraciones que se toman en cuenta para escuchar o no la emisora del
ejército o de la guerrilla. De igual forma, aunque las acciones de las Fuerzas Militares
son criticadas de forma abierta, las críticas a la guerrilla suelen hacerse en voz baja, y es
quien enseña esas cosas. Primero se sorprendió porque nunca se había cuestionado ese
tema. Luego porque hay muchas cosas en la vida, asegura, que se hacen sin que nadie
las enseñe: se sabe que al final del invierno se roza, que en el verano se quema, y que
130
Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
sobre los que “es mejor no hablar”. Por ejemplo el caso expuesto sobre el asesinato de
El Pollo; sus vecinos y amigos lo recuerdan con cariño, pero nadie sabe dar razón sobre
las causas de su muerte o sobre si ésta fue una muerte “justa”. Dicho ocultamiento no
significa la negación del hecho, sino la puesta en práctica de la gramática social que se
decir, los campesinos han de plantearse que si a El Pollo lo mataron por “hablador”, es
mejor no ser muy “hablador”. Veena Das (1997:221) afirma que ante la importancia de
hallar caminos para hablar sobre lo vivido (witnesing), como forma de vivir y superar el
dolor, cuando una persona encuentra que una vía del estar con otros fue herida de
hace parte de un pasado que como otras tantas historias de la región encarnan ese
Por último, cabe señalar según propone A. Kleinman (2000) que estas manifestaciones
131
Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
como campo de luchas no solo el plano militar sino también los espacios sociales de la
región: por ejemplo, tanto la guerrilla como el estado orientan esfuerzos para controlar
las instancias de participación comunitaria, las Juntas, los comités, las asociaciones.
las prácticas sociales de los campesinos, en donde se ponen en juego las contradicciones
que suponen estar a merced de la lucha por el control político y militar de la región.
puede analizar la subjetividad como aquella forma singular que adquiere la hegemonía
que la gente experimenta las ideologías dominantes en sus propias prácticas (Briones
2005, citando a Grosber 2003). Las formas de participación política, las relaciones
sociales que se encuentran reguladas por la dinámica de conflicto y sobre las que el
clave para comprender la aceptación de las regulaciones. Actitud que tiene mucho que
Ahora, una vía posible de respuestas sociales a la violencia tiene que ver con las formas
en la región, también es cierto que los espacios de resistencia tienen su lugar. En ello
tiene mucho que ver la memoria como recurso simbólico del que se valen las
el análisis en aquellas prácticas de memoria que, en su carácter más político, hacen las
132
Capítulo Tercero
Política de Vida y Muerte
133
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
Capítulo Cuarto
En este capítulo me propongo dar cuenta de las prácticas de memoria campesinas que se
indígena y campesina del Yaguara II, que se encuentra en los límites de los llanos del
Ubicado en la cabecera del río Apaporis a las márgenes del río Tunia y cercano a la
serranía del Chibiriquete, Yaguara II fue fundado por indígenas Pijaos expulsados de
Yaguará, Tolima, en 1964. Con el correr de los años a los Pijaos se les sumarían varias
familias indígenas provenientes del Vaupés (Fajardo 1989). Cuando el caserío aparece
en los mapas lo hace en terrenos del departamento del Guaviare, aunque su jurisdicción
pertenece, dada su cercanía, al municipio de San Vicente del Caguán, Caquetá. Pero,
como en otros tantos poblados del país, no es la cartografía tradicional la que permite
control allí lo ejercen las Farc desde hace más de dos décadas.
1
Una versión preliminar de este capítulo fue presentada en el Noveno Congreso Colombiano de
Sociología, en noviembre de 2006, y se deriva de discusiones sobre mi tesis en los seminarios de los
profesores Fabricio Cabrero (Teoría) y Gonzalo Sánchez (Comisiones de la verdad y memoria
histórica), cursados durante el segundo semestre de 2006.
134
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
política sobre la que se enmarca el análisis que propongo en este capítulo: las prácticas
Un poco de historia sobre Yaguara II puede ilustrar mejor el contexto al que me refiero.
Los medios de la época dan cuenta de cómo fuertes bombardeos sorprendieron hace 10
años a los habitantes del caserío2. En ese entonces la operación militar Destructor II
llegó a sus inmediaciones en búsqueda del secretariado de las Farc. El paso de los
militares diezmó el ganado, arrasó muchas de las casas confinó a los habitantes al centro
del caserío acusándolos de colaborar con la guerrilla. No fue sino hasta varios días
después que una comisión humanitaria de la Defensoría del Pueblo hizo presencia y
denunció los hechos. Los daños nunca fueron cubiertos por el estado colombiano y
actualidad, como siguiente etapa del Plan Colombia, se ha superado el Plan Patriota del
Consolidación, que en principio fue bautizado por los estrategias militares como “Plan
victoria”; semejante triunfalismo generó una momentánea expectativa que muy rápido
fue frustrada por la contundencia de los hechos3. Para la gente de la región resultan
2
Véase: “Exclusivo: cómo se lucha en la selva colombiana” El Clarín, 22 de Septiembre de 1997.
www.clrarin.com
3
Véase: “Derrota total de las Farc es el objetivo de la nueva fase de operaciones militares en el sur de
país” El Tiempo, Diciembre 10 de 2006. http://www.eltiempo.com/conflicto/noticias/ARTICULO-
WEB-NOTA_INTERIOR-3360295.html Véase también: ”Palabras del Ministro de Defensa
Nacional, Juan Manuel Santos Calderón, haciendo balance de la actividad de la Fuerza Pública durante
el año 2006 Cartagena del Chairá (Caquetá), 21 de diciembre de 2006”
135
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
actualidad su poder territorial y su control político. Y bajo este escenario de guerra cada
vez más grave las comunidades siguen con su vida y con su historia.
experiencia toma cuerpo en un juego de la memoria que hace las veces de recurso
simbólico para sobrellevar el impacto de la guerra en la vida diaria. En esta parte del
octubre de 2007. Es por ello que en este capítulo me atrevo a ampliar el margen de mis
algunas de las formas materiales y simbólicas por medio de las cuales se sobrelleva la
sociales y estrategias ante el conflicto armado a partir de una serie de marcos sociales
http://www.mindefensa.gov.co/descargas/Sobre_el_Ministerio/Discursos_del_Ministro/20061221balan
ce_2006.pdf
4
Región del piedemonte andino, que se extiende en los departamentos del Putumayo, Caquetá, sur del
Meta y Guaviare.
136
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
significados.
occidental no quedan guardadas como cosas superadas, historias del pasado. Todo lo
contrario: hacen parte del presente como fuente de significación que permite a los
pobladores dar sentido al contexto de guerra. Uno tras otro, los conflictos que
exterminio de líderes sociales)- aparecen bajo nuevas formas. La anterior reflexión tras
un viaje a las puertas de los llanos del Yarí. Allí conocí a dos indígenas del Yaguara II:
los presentó un amigo comerciante quien les contó sobre mi investigación. Se mostraron
Alcibíades llegó al Yaguará hace más de 30 años proveniente de ríos lejanos que surcan
137
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
el departamento del Vaupés, mientras que Sergio migró desde el Guaviare hace 20 años
junto a su familia por el mismo camino que alguna vez recorriera don Alcibíades. La
vida en el Yaguara no es fácil y son varios los eventos de violencia que ellos han vivido
conversación trajeron a cuento la historia que abre este capítulo; desde hace un par de
años han vivido situaciones similares sin que en esta oportunidad hayan merecido
Al preguntar las razones por las cuales ellos y varias familias del Vaupés subieron los
difíciles ríos que circundan la Serranía de Chibiriquete para asentarse en este caserío,
Sergio remontó su historia a los tiempos en que su madre, una indígena Piratapuyo,
que rondaba la región hacía varios años tras escapar hacia allí de la guerra de los
colores.
amazónica, junto a los indígenas que la habitaban, una serie de conflictos que alimentan
desde hace décadas el conflicto armado. Los testimonios de don Alcibíades y Sergio
138
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
configuración regional. En este marco general de conflicto han nacido y crecido varias
de habitantes de la Amazonía occidental, indígenas o no, que han vivido bajo las reglas
jurídico-militares que ejercen los frentes de las FARC, el radio de acción de las Fuerzas
Militares y las políticas de erradicación de coca, entre otros factores que operan como
tal forma que hace parte de la construcción del universo de sentido que integra a las
Dar cuenta de ese universo de sentido encarna una dificultad especial: el reconocimiento
de la identidad del colectivo. ¿Tienen los campesinos y las campesinas amazónicas una
identidad? Son varias las respuestas a esta pregunta. Uno de los primeros trabajos sobre
la región, el realizado por Cubides, Jaramillo y Mora (1985) en el medio y bajo Caguán,
dio cuenta del proceso de poblamiento en esta región del Caquetá. Centraron su análisis
En el terreno los autores se encontraron con ese proceso en ciernes; fueron tiempos en
139
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
Foto No 18
Campesinos del Yarí. Las familias que viven en los Llanos del Yarí suelen tener banderas
blancas en sus casas para evitar ser bombardeados. Esta familia en particular ha migrado por
distintas zonas de la región y desde hace casi dos décadas viven en Yagaura II, cerca al río
Tunia. Son ellos un antiguo fundador, su hijo y los nietos de la colonización.
Autor: N.E.
140
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
realizado en La Macarena,“El guayabero: una cultura que nace” (Sierra 1995) señaló los
Jairo Gonzáles hizo referencia a una condición singular del proceso de poblamiento
movimiento social, articula una sociedad regional que resiste al despojo de la tierra
Los ya clásicos trabajos de recolección de historia oral realizados por Molano (1987,
(Legrand 1994).
Mas de una década después del boom de trabajos sobre la colonización, y casi medio
siglo desde que el proceso de colonización iniciara, se ha propuesto que los pobladores
(2006) a partir de una investigación realizada por María Vásquez (2006) sobre la
141
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
esa identidad, afirma José Jairo Gonzáles, “dada la itinerancia de las familias de las
inmersas” (Gonzáles 1996:6) Esa identidad del colono, sugiere Margarita Chávez
1996, los campesinos del piedemonte amazónico desarrollaron una política de identidad
(2002).
diferencia de lo dicho por algunos autores antes citados- sienten como suya la región y
hoy día la pueblan, migran de una subregión amazónica a otra y se asientan en los
minifundios en que hoy día se han convertido las enormes fincas que un día sus padres y
abuelos abrieron entre la selva. La última generación de trabajos sobre la región (Trejo
2001, Ruiz 2002, Espinosa 2003 y 2008, Carrillo 2008) gracias a sus perspectivas
territorial de la población amazónica. Así las cosas, uno de mis propósitos en este
que allí juega la memoria, para dar cuenta del momento actual del poblamiento del que
hablo. Los hijos y nietos de la colonización han heredado de sus padres la adaptación al
142
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
medio, las representaciones sociales a que dio lugar el encuentro entre campesinos (en
su mayoría andinos) y la selva amazónica; y la realidad social de una región que inició
entonces su construcción.
Los nuevos habitantes han nacido y vivido con una serie de situaciones que a diferencia
adopción de los cultivos de coca, la agresividad del estado marcan el contexto que hace
hacen Brito y Soto (2005) del trabajo de Henri Desroche (1976), pretende conjugar los
como parte fundamental del hábitus campesinos que la hace práctica5. La noción de
práctica social implica la noción de hábitus que acuñase Pierre Bourdieu: aquel sistema
misma. Desde esta perspectiva se puede explicar, por ejemplo, cómo se reproducen las
5
En el doble sentido que esta palabra ofrece a partir de la propuesta de P. Bourdieu, de quien también se
ha tomado el concepto de hábitus (1995)
143
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
respuestas ante esta; la memoria sobre los eventos y las experiencias asociadas a la
violencia una de ellas, pues permite explicar los sucesos vividos, la construcción de un
hacia el conflicto armado ha generado una suerte de memoria constituyente que permea
las prácticas sociales. Cierto tipo de protomemoria que designa aquella memoria que
funciona sin una toma explícita de conciencia (Candau 1998, citado por Sobral
2004:141)
expresión de un proceso social construido a partir de sucesos que han marcado cambios
Macarena. Para ello trabajé algunas historias de vida con el objeto de conocer de qué
lugar eran los campesinos. Una corrección sistemática la hicieron presente varias
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
no se trata de donde son los campesinos, me aclararon, sino de donde vienen, pues ante
todo aquellos que colonizaron la región son de La Macarena. Una de las historias de
vida, de un fundador del Guayabero bajo, don Plínio trascendió el orden temporal y
narrativa bajo el marco de linealidad textual propia de las historias de vida: nació en
Restrepo, Meta; vivió su infancia entre Girardot, Fusa y Cumaral. Llegó a La Macarena
el 23 de marzo de 1972 a la edad de 7 años a abrir monte, pues allí “no había nada”.
Plínio se refería, por ejemplo, a la dureza del terreno de La Macarena la comparó con la
situación que vivió su padre cuando salió de Viotá, por problemas con el ejército porque
“mi papá estuvo metido en las guerrillas de esa época. Le tocó salir y vivó unas épocas
muy duras”. Eso dio pie para recordar que él es del Castillo, Meta, pero que salió de allí
muy pequeño porque la violencia llegó a la región y muchas personas tuvieron que huir.
Violencia de la que años más tarde se refugiarían con otras tantas familias en La
Macarena, pero por poco tiempo, pues luego de que la guerrilla hizo su aparición, la
políticas se convirtió en foco de ataques del Ejército y presión de parte de las FARC.
Hice una observación a don Plínio: me pareció impactante su capacidad para recordar
eventos que se remontan a su mas temprana infancia, cuando tenía cinco o siete años.
La esposa de don Plínio explicó que eso suele suceder con la gente, pues desde que
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
Foto 19
Memoria de las marchas. Entre sus fotos familiares, Doña Luz guarda una de sus padres en
las históricas marchas de los años 1980. En ese entonces, miles de campesinos de La
Macarena se movilizaron hacia San José del Guaviare exigiendo el realinderamiento de la zona
de reserva. Fueron los tiempos de la Unión Patriótica, muy activos y bastante trágicos: fueron
asesinados cientos de dirigentes sociales que luchaban por causas todavía vigentes.
Autor: N-E.
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
niños les enseñan cosas que luego toman como recuerdos propios. Este apunte de doña
vivida por don Plínio cuenta con varios plurales que señalan la experiencia colectiva. Su
Macarena, por ejemplo, estuvo precedida por reuniones comunitarias en donde los
¿Trabajar con ellos? Las historias de don Plínio concuerdan con versiones de otros
campesinos, por lo que ahora puedo encontrar en esa narrativa un componente social
que constituye, para don Plinio y otras tantas personas, la estructura de su narrativa, la
recuerdos que, según explica Bodei, “está ligada a la necesidad de volverlos coherentes
con el horizonte del presente y con las tradiciones aceptadas por la comunidad o por el
la memoria individual no está sostenida tanto por recuerdos subjetivos como por
marcos sociales y por prótesis externas (señales, escrituras, ritos, monumentos)
que la sostienen y buscan perpetuarla, volviendo así comunicables las
experiencias compartidas…. no hay memoria fuera del sistema de cooordenadas
utilizadas socialmente por los hombres para fijar y encontrar sus propios
recuerdos (Bodei 2000:10).
consolidación de las FARC se han constituido como hitos de la memoria para la acción
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
colectiva. Y ha sido que, como lo han señalado los trabajos de Ramírez (2002) y Chaves
pero aún permanente discurso político, han significado una reivindicación de las
comprender la forma como las comunidades campesinas se han adaptado al medio y sus
registro de sucesos. Más bien, en la línea que propusiera Halbwachs (2004), se trata de
fundación de las Farc, las ofensivas militares) incorpora los nuevos elementos que van
territorial pues define la serie de significados sobre los cuales se ejerce la ocupación del
espacio amazónico.
Ahora bien, al abordar la memoria como narrativa colectiva que configura el universo
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
la existencia de una “memoria en sí” y “memoria para sí”, donde la memoria colectiva
1997:11, quien señala la importancia del análisis gramsciano para comprender dicho
(visible en las prácticas orientadas a hacer frente a la violencia política). El tránsito del
lugar exploro el papel de la memoria en la vida cotidiana, donde ésta hace las veces de
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
Las marchas campesinas del año 1996 son referencia obligada cuando se habla con
campesinos del Caquetá acerca de vida política de la región. En Cartagena del Chairá,
en mayo de 2007, tuve la oportunidad de discutir estos temas con algunos líderes
La organización social que allí existe, alguna una vez impulsada por las Farc, con el
tiempo ganó autonomía y se hizo tradición gracias a una dinámica de “inercia política”.
Es decir, el trabajo que hiciera la guerrilla en los años 80 redundó con el tiempo en un
fuerte capital social que adquirió vida propia y que en la actualidad se expresa en un alto
nivel asociativo, pues a lo largo del río Caguán existen comités de caucheros, comités
coteros, entre otros. Organizaciones sociales que desde hace varios años no solo no
ganar legitimidad, sino que con su ejemplo inspiran y motivan la fundación de nuevas
organizaciones en la región.
150
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
Entre todos comparten el hito y la tragedia que marcaron las marchas campesinas de
1996. Los jóvenes que hoy rebasan los 23 años junto a sus mayores recuerdan con
existencia como movimiento social se hizo sentir ante el gobierno y para el país con una
llamaban la atención sobre la necesaria legitimidad que encarna para los campesinos el
como la única atención y presencia que tiene el estado para tratar (no para solucionar) el
conflicto cocalero del país. En suma, ese posicionamiento como colectivo se encausó en
A jóvenes y viejos el hito de las marchas significó la tragedia de una experiencia que
6
Cuyo papel ha generado una discusión entre los trabajos de Guillermo Ferro & Graciela Uribe (2002) y
Ma. Clemencia Ramírez (2000): si para el primero el apoyo hace parte de una estrategia política para
ganar adeptos en sus planes estratégicos a largo plazo y demostrar su poder en la reguón, para Ramírez
se trató de un apoyo conducente a exigir que el estado cumpla sus funciones.
7
Una nueva discusión que de igual forma convoca a Ferro & Uribe y Ramírez tiene que ver con el
carácter de los campesinos y su movilización como propia o no de un movimiento social: si de un lado
Ramírez (2000) propone la existencia de un movimientos social en el putumayo, al contrario (y
hablando del Caquetá) Ferro & Uribe (2002: 82) plantean que, dado el carácter variable de la
autonomía de la movilización, y el bloqueo de la movilización social ante fuerzas que superan a los
campesinos, los campesinos interesados en su emancipación optan por ser invisibles. La discusión
sigue abierta y supera los alcances de este trabajo la posibilidad de contribuir al debate analizando la
tención que supone la presencia de la guerrilla como expresión política que dinamiza y configura las
posibilidades de las acciones colectivas.
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
obtuvo como respuesta la represión militar, por un lado, y los incumplimientos a todos y
cada uno de los puntos pactados con el gobierno Samper (1994-1998), por el otro. La
del movimiento. La cultura política que allí existe debe leerse en clave de sentidos, sus
Ramírez 2002). Las reivindicaciones actuales del movimiento campesino apuntan a una
solución como una política de ciudadanía ejercida por los campesinos, buen ejemplo de
lo que significa la política cultural. Ella se hace visible, por ejemplo, en los
Acatm y Asocolpaz, donde exigen atención y reconocimiento del estado para dialogar.
Al revisar mis notas y transcripciones he encontrado que en el tema de las marchas del
memoria que recuerda los eventos, los hitos y las tragedias, en una forma tal que los
recuerdos se reconstruyen en una sola voz desde la cual se analizan y juzgan las
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
decir: en medio de la guerra los silencios hacen parte de una amplia estrategia de
comunicación para referirse a los asuntos peligrosos, los temas delicados, los hechos y
calla para decirlo (véase por ejemplo la historia de Buda, tratada en el capítulo primero).
La narrativa política regional, que se nutre de cuestiones prácticas como las anteriores,
incorpora un silencio muy grande cuando se habla sobre las posibilidades para ganar
reconocimiento del estado. La impotencia se traduce en silencio. Allí donde priman los
Los silencios en las narrativas políticas campesinas apuntan hacia las Farc con una
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
Foto No 20
El cruce del vaquero. Tras pasar varias reces de una orilla a otra, atadas a las bandas de la
canoa, uno de los vaqueros -con su caballo y sus perros- se embarca hacia el margen derecha
del río Guayabero.
Autor: N.E.
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
condición muy particular: esos silencios señalan a las Farc como la vía mas expedita de
reivindicaciones sociales y políticas que desde el estado no son atendidos sino negados
ocupación de zonas de reserva natural, que son tratados por el estado como asuntos
De igual forma una de las lecciones de la fallida negociación del Caguán (1998-2002)
dejó como enseñanza que mientras el estado atendía a la guerrilla, los movimientos
sociales no solo no encontraron ese espacio de negociación sino que fueron diezmados
paramilitares. Esa estrategia paramilitar encausada por las fuerzas armadas en el Oriente
regiones del país, comprende una historia que transita y se multiplica entre las
organizaciones campesinas del país; historia que o bien se ha vivido o ha llegado a las
campesinos.
defienden las Farc para legitimar la lucha armada. Esta memoria no se remonta solo a
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
los mitos fundacionales de las repúblicas independientes sino que se alimenta de forma
estrategia de las Farc no tiene que realizar demasiados malabares semánticos para ganar
armados para sus filas guerrilleras, pues a fuerza de los hechos y las circunstancias la
memoria regional señala que la forma para hacerse sentir es por medio de las armas.
Cabe recordar pues que el genocidio de la UP no está muy lejano, la represión de las
Uno de los aspectos relevantes en la construcción del universo de sentido que integra a
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
guerra. Los campesinos se desplazan de una región a otra tendiendo en cuenta las
paramilitares, qué frente guerrillero opera allí? Son preguntas interiorizadas, entre otras,
que orientan la migración, las redes comerciales, las relaciones sociales. En su versión
más perversa es corriente señalar a los habitantes de una región controlada por la
caseríos y poblados donde el ejército y los paramilitares hacen fuerte presencia. Esta
lógica introduce entre muchos habitantes de la región que asumen las sospechas como
propias y verdaderas, marcando una pauta de mutua desconfianza para las relaciones
sociales. En ese universo de sentido es difícil que existan vacíos o pequeños espacios
para que sea reconocida la neutralidad y en todo caso la condición de los habitantes
que funcionan como jurisdicciones políticas y marcan los límites internos y externos de
la región. Se encuentra en los caminos, por ejemplo y tal como lo señalo en el capítulo
Cómo moverse por la región, quién manda en dónde y las posibilidades para los
experiencia de alguien que fuese devuelto o secuestrado es una experiencia que se hace
157
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
En el año 2004 los Pijaos de la comunidad del Yaguara II fueron expulsados por las
los miembros de dicha comunidad viven como desplazados en san Vicente del Caguán.
hechos sin prevenciones o me pueda dar mayores detalles. Don Alcibíades y Sergio
apenas comentaron la situación como un ajuste de cuentas de la guerrilla con los Pijaos
por una historia ocurrida en el Tolima, 33 años antes. Otras personas con quienes hablé
mostraron cierta incomodidad con los hechos y con evasivas cambiaron el rumbo de la
conversación. Dejaron claro que sobre el tema es mejor no hablar. Sus silencios pueden
Las experiencias campesinas permiten entender las distintas formas en que la memoria
hace las veces de puente dinámico entre el pasado y el presente, pues como recurso la
memoria no se encarga solo de narrar el pasado sino que sirve como estrategia para
afrontar las situaciones de violencia política a las que se enfrentan diariamente las
comunidades que viven en este contexto de conflicto armado. Esta práctica narrativa, a
la manera de un marco social, construye una serie de significados comunes para los
eventos del conflicto armado a partir de los cuales se dota de sentido a esa violencia de
individuales se encuentran cruzadas por la violencia política de tal forma que es posible
8
La historia de don Escolástico se puede consultar en el trabajo de Alfredo Molano (2002) “Apaporis
viaje a la ultima selva”.
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
occidental no solo resulta útil para los análisis académicos que pretenden comprender
y su vida política, sino que también puede servir para las organizaciones sociales de la
agenda política y para aprender junto a las nuevas generaciones los retos y las
posibilidades que el camino recorrido por el movimiento social campesino tiene para
enseñar.
personas, las comunidades y la región para hallar la forma en que esa historia estructura
la vida presente. Esa recuperación sistemática puede contribuir a los colectivos sociales
a salvar algunos de los silencios a que el contexto de guerra los ha obligado, ayudando
llegar a acuerdos con el estado colombiano para superar así, mediante una negociación,
algunos de los conflictos que hacen a la Amazonía un territorio fértil para la lucha
armada. .
159
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
Capítulo Quinto
Muchas de mis opiniones se han forjado en esos momentos, pues fue allí cuando mis
observaciones, preguntas e incluso los primeros avances de esta monografía los puse en
debate. Así mismo este capítulo recoge apreciaciones motivadas por las preguntas
maestría. En principio se suponía que el tema tratado en este apartado sería el eje central
la violencia asumió una complejidad no supuesta. Por lo tanto algunas de las preguntas
que motivaron ese proyecto siguen pendientes, pero es a partir del análisis de este
capítulo que cuento con más y mejores herramientas para comprender las condiciones y
“nosotros” que está atravesado por tensiones que, como analizaré mas adelante, limitan
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
Dada la amplitud del tema, y los propósitos de este trabajo frente al impacto de la
violencia en la vida diaria, la mirada cultural identifica el papel que en esa relación
intentado no perder de vista las distintas escalas de violencia y de conflicto (que antes
una vez hemos comprendido cómo las relaciones concretas y las relaciones
abstractas se conectan, empezamos a ver cuestiones de escala y
complejidad bajo una diferente luz (Das 2007:3).
sociabilidad) toman sitio en una política del lugar. En esta política del lugar me ha sido
concepto no hay acuerdo, pero es posible encontrar una clave para su definición en el
trabajo de Arturo Escobar (2001). Este autor concibe la cultura como un sistema de
política, en este trabajo comprendo por cultura política las prácticas sociales que
territorio de La Macarena y el mismo colectivo campesino. Son las pautas mediante las
162
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
se explican las situaciones que se viven y se significan las respuestas que ante dichas
Las preguntas que orientan este aparte son: allí donde la política esta aparejada con la
Para comprender ese panorama, y cómo se vive la vida política en la región, el capítulo
fronteras de sentido sobre la región, analizando el papel que juega en las narrativas
campesinas el reconocimiento del “afuera”, ese lugar lejano de la región que abarca
tanto al resto de la sociedad como al estado; en esta misma sección analizo las fronteras
internas que marcan la diferencia que existe entre una zona y otra según sea la
parece asumir una vocería regional que han ganado a fuerza de la negación sistemática
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
Foto No. 21
El profe Yamid y sus estudiantes de la Escuela El Carmen. Algunos de estos niños y niñas
han de caminar un par de horas para llegar a la escuela. Pocos terminarán la primaria y
prácticamente ninguno podrá cursar bachillerato, pues estudiar en el pueblo es muy costoso. La
alcaldía ha amenazado con cerrar la escuela por el bajo número de niños. Muchos niños y niñas
no pueden estudiar porque en sus veredas sólo hay 3 ó 6 estudiantes.
Autor: N.E.
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
que darse cierto proceso de acercamiento con la guerrilla para dar las explicaciones del
caso: varias personas de la vereda hicieron saber que la acción del presidente de Junta
fue cosa de él y su familia, la vereda no tuvo nada que ver ni nadie les ayudó. Para
alrededores con militares señalando gente: personas que trabajan con coca, campesinos
2006: guerrilleros del séptimo frente acusaron a una joven mujer de ser auxiliadora del
ejército. La joven estaba embarazada, pero esto no importó para que en presencia de
sus hijos los guerrilleros la ajusticiaran. Su esposo era en ese entonces un reconocido
aquellos a quienes el sabía trabajaban con la guerrilla, e incluso a todos aquellos sobre
165
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
Tiempo después nuevos problemas se vivieron en las veredas. Uno de ellos, que
que autorizan el tope máximo de hectáreas para tumbar. Esto confundió a la gente que
tenía fincas en ambos lados del río. ¿Debían hacer caso cuál frente? ¿O en cada finca
había que obrar distinto? Esta situación fue inédita para los habitantes de la vereda. Y
como no había antecedentes, cada quien obró bajo su criterio: unos respetaron las
órdenes, según el lado donde se encontraba cada finca; otros cumplieron la orden del
frente que dejaba tumbar selva, pues cómo las familias viven bajo la jurisdicción de ese
frente, a ellos hay que hacerles caso. Se decidió que una comisión de la vereda hablara
esperaba que lo hicieran en el 2008, pues la erradicación forzada sigue su curso. Las
En la vereda el Socorro, la Junta eligió nueva directiva y recién posesionados tenían que
discutir con la alcaldía si para el próximo año les enviarían profesor para la escuela,
tenían además una cita con una institución del estado, el Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar, que ofrece programas de seguridad alimentaría y a los poco días
fueron invitados a una reunión con la guerrilla. La vida política siguió su curso,
166
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
Llegó octubre de 2007 y en el país se dieron las acostumbradas elecciones para alcaldías
y consejos. La Macarena vivió esa “gran fiesta democrática” como suelen titular los
medios aquella “cita de los colombianos con la democracia”. La cita y la gran fiesta no
estuvo exenta, faltaba más, de las consabidas prácticas electorales que hacen de la
rifa al mejor postor del erario público. La guerrilla aunque no dañó la fiesta, tampoco
dio a entender que la votación estaba permitida; motivo por el cuál no fue masiva la
concurrencia de gente del campo al casco urbano. La abstención fue alta, solo votó el
45% del potencial electoral (2318 votantes entre 5089 personas inscritas)1. Desde hace
años la gente que vota es la gente de los cascos urbanos, la gente del campo votó cuando
En las veredas no se hizo campaña y lo único que alcanzó a llegar no fueron las ideas,
ni los programas de gobierno de los candidatos; solo dinero, tejas de cinc, bultos de
cemento, cuadernos para los niños y mercados de parte de dos candidatos de la derecha,
avalados por partidos gobiernistas. Uno de ellos ganó con 741 votos, el otro le siguió
con 729. Y de lejos, muy de lejos, quedó el candidato de izquierda con una ridícula
tendría un papel importante en las elecciones, aprovechando esa historia legendaria del
1
Cifras y estadísticas de la votación pueden consultarse en la página de la Registraduría Nacional del
Estado Civil, de donde fueron tomados estos datos:
http://www.registraduria.gov.co/reselec2007/1028/index.html (Consultado el 15 de febrero de 2008)
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
campo y las nefastas políticas agrarias que los distintos gobiernos han tenido hacia los
campesinos; ni que decir del impacto de las fumigaciones, o los excesos de las fuerzas
la campaña estuvo mas bien pobre de ideas, baja en recursos económicos y corta de
habría sido muy peligroso por cuenta de los fuertes señalamientos que existen desde la
Nadie quiere repetir la historia del genocidio de la UP, son muy pocos los que se
ha redundado en que sea solo la guerrilla la que enarbole el discurso político a favor del
campesinado, y que esto contribuya, vaya paradoja, a que sea la derecha la que gobierne
168
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
a la guerrilla muy querida en el casco urbano. Según he observado con los años (es la
tercera votación de la que puedo ser testigo en La Macarena) aquellos candidatos que
guerra, compran votos y ofrecen clientelas, llevan las de ganar. Antes que un debate
ideológico, en estas localidades como en otros tantos municipios del país, las
encuentra sin energía porque no ha sido posible ingresar combustible para la planta3. Es
de defensa en enero de 2007 aseguró, y desde hace varios años lo ha sostenido, que
La realidad dista bastante del deseo del ministro, pues ese entorno que controla la
propongo analizar las condiciones políticas de ese entorno, la otra orilla del río que
3
Véase: “Farc tienen sin luz a La Macarena hace 20 días” El Tiempo, 18 de enero de 2008.
http://www.eltiempo.com/nacion/llano/2008-01-19/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3925482.html
4
Véase: El Espectador. Martes 16 de enero de 2007.
http://www.elespectador.com/elespectador/Secciones/Detalles.aspx?idNoticia=4449&idSeccion=39
(Consultado el 15 de febrero de 2008)
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
municipio del departamento del Meta, que limita al sur y occidente con el departamento
del Caquetá, y al oriente con el departamento del Guaviere, se le sobreponen otra serie
de fronteras que resultan más útiles para los pobladores: las fronteras de sentido. Estas
fronteras lo son tal en la medida que permiten organizar el territorio a partir de una serie
entre la región y el “afuera”. Cuando se viaja a una ciudad se viaja “afuera”. Cuando
llegan funcionarios del estado central, son funcionarios que vienen de “afuera”. Los
soldados que llegan a Macarena, los helicópteros y todo el andamiaje militar viene de
“afuera”.
autocomprensión del “nosotros” regional. Del afuera se tiene conocimiento por lo que
se ve en televisión (aunque es muy poca la gente que en las veredas tiene planta
eléctrica y televisión), por lo que se escucha en el radio, por las historias de los
familiares que viajan e intentan convencer a todos que afuera se vive mejor. Afuera es a
donde se van los desmovilizados, y de afuera es que vienen los erradicadores, los
aviones que fumigan; es desde donde hablan los generales, donde se deciden las
políticas que luego se aplicarán en la región. De afuera viene el Plan Patriota. La región
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
Es así que a su carácter inalcanzable (afuera está muy lejos) y desconocido (es muy
guerrilla, y las intenciones militares del estado para hacerse con el orden, acabar con la
coca y derrotar la guerrilla. Bajo este marco regulador, esta espacialización del
dentro y de lo de afuera figura lo de adentro como algo concreto, que marca su distancia
de afuera por medio de barreras. A esas y otras barreras, que no son tal en sentido
Ahora bien, con una estrecha relación a esa dinámica dentro-fuera, las fronteras internas
dinamizan la región. La presencia militar en los cascos urbanos marca la línea mas
notoria: allí el poder del estado es fuerte y señala una distancia con la zona rural, donde
pero se sabe que “están allí”. Los límites no son rígidos, pues el ejército desembarca y
avanza por cualquier lugar, en algunos con mayor dificultad que otros. Y la guerrilla
hace presencia en los cascos urbanos gracias a sus redes de milicianos. La frontera en
las márgenes del estado no separan con mojones un país de otro; sus límites se
Salir de los cascos urbanos es adentrarse en una zona donde la jurisdicción es clara: allí
171
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
manda la guerrilla.
Al mediar el año 2007, junto a varios campesinos, nos reunimos con don Luis Pachón,
proyectos, su trabajo y las expectativas que tienen. Don Mario lo invitó a visitar la
vereda y compartir la experiencia con la comunidad. Don Luis aseguró que no había
ningún problema, pero bajó la voz y su mirada, y hablando muy despacio preguntó si
“el cucho” autoriza las reuniones en esta zona de La Macarena. Don Mario le respondió,
bajando la voz y la mirada también, que no había ningún problema, que ellos se
entienden con “el cucho” y le explicarían de qué se trata; que por acá no molestaban.
Por cucho se entiende, de forma coloquial, a los dirigentes guerrilleros de mayor nivel,
los máximos comandantes de los frentes guerrilleros. Son personas con mucha
experiencia, comisarios políticos que conocen la zona desde hace años. Algunos incluso
son de allí mismo y los existe legendarios: como el camarada Cesar, quien fue el
primero que habló sobre lo que la guerrilla buscaba; ó el camarada Hermides, quien
fundó uno de los frentes en la zona (Leal 1995). El Cucho es el que autoriza que los
La Macarena operan cuatro frentes guerrilleros, y cada uno tiene sus cuchos.
Dependiendo de la zona en donde se viva, cambia el cucho a quien hay que remitirse.
Así, a don Luis lo inquietó la posibilidad del permiso para ir a hablar al Guayabero,
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
otro frente guerrillero, que marcan los límites para la vida diaria: si un frente permite
tumbar cinco hectáreas de selva, otro bien puede no hacerlo. Si un frente no arregla
ningún tipo de problemas entre vecinos, otro frente tiende a concentrar para sí esos
menesteres. La gente sabe que está hablando de la misma guerrilla, que uno y otro
frente se apoyan en las campañas militares, que siguen la misma línea de las Farc. Pero
también saben que en el manejo de sus territorios cada frente es distinto, y con cada
frente hay que entenderse. Cuando en La Macarena se migra de un lugar a otro, por
pueden ser las pautas para la migración, pues existen zonas mas o menos “calientes”
violencia política) que se toman en cuenta para definir dónde alguien quiere irse a vivir.
Las fronteras de sentido circunscriben las filiaciones políticas con las que se representan
“afuera” se les toma a todos por guerrilleros, dentro existen definiciones que señalan a
habitantes de cierto casco urbano como integrantes de la red de cooperantes del ejército.
Esta organización espacial de las identidades políticas dibuja límites: es peligroso que
una persona de un caserío transite por el río, tanto como resulta riesgoso el ir al pueblo
173
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
Según Gerardo Ardila (2006) uno de los instrumentos del poder para legitimar la
compartido que puede identificarse como universo de sentido que reconoce los límites
en este caso la territorialidad que demarca las condiciones del “adentro” regional,
He encontrado en esa territorialidad una política del lugar sobre la cual concentraré el
insurgentes y sus posibilidades de victoria pues, por así decirlo, es según la sintonía
cultural con que actúe una organización con su población de base se puede garantizar un
suficiente apoyo. El carácter conflictivo del asunto radica en que, según propone el
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
Foto no 22
En 2008 varios medios publicaron la noticia de la captura, en medio de la selva, de 10
milicianos que pertenecían al anillo de seguridad del máximo comandante del Bloque Oriental
de las Farc. Se trató de varios comerciantes de La Macarena que fueron detenidos en sus
casas y que fueron acusados de colaborar para la guerrilla. La comunidad se manifestó en
contra de los señalamientos. Autor: N.E.
Autor: N.E
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
país, por tanto, una serie de realidades culturales que se adecuan de forma distinta al
conflicto armado y sus agentes. Ante semejante panorama analítico, donde las formas
Esa versión de la relación cultura-política la comprendo como una política del lugar,
significados, sentidos y memoria sobre la vida allí, son los aspectos característicos de
medio, Ruiz 2002), junto con la configuración de las fronteras de sentido en el contexto
La forma de vivir la política tiene mucho que ver con la forma como se vive la
violencia. Cuando en la región se rastrean ambos fenómenos, uno lleva al otro de forma
directa. Por eso el sufrimiento social analziado en el capítulo tres tiene mucho que ver
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Capítulo Quinto
La Política del Lugar
guerra configura el sentido político regional de la manera como mas adelante propongo:
marcando una distancia entre las responsabilidades y costo político de las acciones y
excesos del estado y de la guerrilla; la victimización que viven los campesinos gracias a
somos campesinos, somos víctimas del estado. Y por otro a identificar para su marco
Cómo traté en el capítulo tres, la disparidad que existe en la experiencia del sufrimiento
entre los campesinos, bien sea infringido por el estado o la guerrilla, marca diferencias
estructurales en la definición del discurso político campesino, puesto que las agresiones
situación extrema de violencia, las respuestas políticas a las agresiones del estado son
Ahora bien, en la política del lugar hay que hacer dos precisiones, una referente a la
177
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
campesinas con las Farc, y de otro lado la paradoja que identificara María C. Ramírez
(2002) en la relación de los campesinos con el estado: han recibido atención de este
las Farc tienen con las comunidades no se trata de una relación entre un actor armado
ajeno, extraño, sino con una instancia que se integra a las mismas comunidades: la
guerrilla es de allí, los comandantes son personajes muchas veces nacidos y criados en
politización. Pero tras el genocidio de la UP, las Farc perdieron capacidad política y
margen de acción, pues muchos de los líderes campesinos afines al proyecto político
fueron asesinados o desterrados. El trabajo político de las Farc se hizo desde entonces
contradicción que genera la convivencia con las Farc es que esta guerrilla, aunque
cercana en sus raíces a los campesinos, no deja de ser una estructura independiente de la
no justifica para sus pobladores que en las Farc se tomen el derecho de presumir que las
Ramírez (2002) ha destacado las paradojas alrededor de las relaciones con el estado a
partir de su estudio sobre las movilizaciones campesinas del año 1996. Según la autora
178
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
colombiana:
los campesinos cocaleros solo han recibido atención del estado central a raíz de la
expansión de la economía de la coca en esta región del país… campesinos que han
sido estigmatizados como auxiliadores de la guerrilla, delincuentes que actúan
fuera de la ley, pero que, a la vez, demandan reconocimiento político y
participación ciudadana (Ramírez 2002:20)
Pero la historia ha tomado otro rumbo, pues por lo menos en las zonas de la amazonía
occidental en las cuales hice esta investigación (Norte del Caquetá, Sierra de La
Macarena, y una sección del Guaviare) no existe el movimiento social campesino. Hay
organizaciones campesinas, sí. Existe un discurso político, y hay una apuesta de política
cultural (Escobar 2001) para redefinir aquellos conceptos con los que el estado pretende
desinterés de las comunidades campesinas lo que explique esta ausencia, sino las
condiciones extremas de represión que existen. Las resistencias son muy focalizadas y
reprimidas de forma muy fuerte (como ha sido el caso, por ejemplo, del bajo Ariari y
bajo Guayabero).
179
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
encuentra una vía expedita para su expresión política por vía de las acciones armadas de
las Farc, pues ha sido la guerrilla quien ha asumido el discurso político a costa de la
En medio de estas paradojas la pregunta lógica que han formulado los campesinos con
preguntara Lenin, ni tampoco un giro retórico cuya respuesta remita de forma directa a
necesaria a todos los campesinos para sumarse a la lucha armada. Muchos de quienes
político, otros los observan como parte natural de la región; algunos están vinculados a
las Farc. Pero otros tantos quisieran tener espacios de deliberación y participación por
fuera de las presiones armadas de las Farc; espacios de negociación con el estado para
asociaciones campesinas, por ejemplo, intentan esto: ser reconocidas por el estado en
tanto insisten en ganar independencia frente a la guerrilla a la hora de decidir si, por
gubernamentales.
180
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
prioridad de los campesinos con quienes he hablado; la política del lugar, constreñida
económica.
encontrar valerosos ejemplos de resistencia ante las agresiones del estado y las
pesar del trauma regional que ha significado tanta violencia, existen comunidades que
han incorporado en sus vidas un proyecto regional. Gente que convoca reuniones de
vecinos y buscan la forma de ser reconocidos por el estado bajo figuras jurídicas de
Con el pasar de los años, la guerra se ha hecho más agresiva y hace más difícil la vida
de las comunidades. Es de esperar que nuevas alternativas surjan y espero que con esta
mediante los cuales las comunidades son criminalizadas, denunciar las practicas
181
Capítulo Quinto
La Política del Lugar
espera a las organizaciones campesinas para articular un discurso que convoque a las
acción, un acumulado histórico que al tenerlo presente podría motivar de nuevo una
Tras discutir el agrio panorama regional con Don Plínio, él coincidió conmigo en que la
tarea muy difícil, pero urgente. Le pregunté si a se había planteado irse de la región.
“Cuarenta años en esta Macarena, desde que era un peladito. Llegué con papá, con
mi mamá y mis tres hermanos que son menores que yo cuando por acá no había
nada, sino tres ranchitos. Nosotros tampoco teníamos nada ¿Y ud cree que me voy
a rendir? No se han ido mis hijos, que sienten esta región como suya, menos me
voy a ir yo, que ayudé a construirla”.
182
Conclusiones
CONCLUSIONES
espacio a campesinos provenientes de las mas lejanas zonas del país: Santander, Tolima.
heterogénea en un espacio nuevo e inhóspito, como lo fue la selva amazónica para los
colonos, Juntas de Acción Comunal), la comunicación fluida entre los distintos frentes
de colonización y el trabajo político que realizaran los frentes guerrilleros de las Farc a
lo largo del piedemonte amazónico, dieron los primeros pasos para lo que sería una
naciente sociedad regional. Sociedad que hoy día integra a los herederos de la
colonización, hijos y nietos de los primeros pobladores para quienes no existe mas
referentes en sus experiencias de vida que la región en sí misma, pues ellos (a diferencia
y han vivido bajo una situación de conflicto regional y violencia política que no les es
extraña.
Y ha sido sobre este panorama regional identificado, que se orientó el trabajo de esta
monografía: analizar las formas que la violencia política adquiere en la vida diaria de las
comunidades campesinas.
Conclusiones
Foto 23
Antes de tomar esta foto, la escena que se vivió en esta casa me hizo pensar que desde muy
pequeños las niñas y niños de la región aprenden las difíciles condiciones del medio. Sobre la
mesa está la base de coca que sostuvo a está familia hasta que sus cultivos fueron fumigados.
Autor: N.E.
Conclusiones
rasgos que caracterizan la vida diaria de los campesinos. Para ello me enfoqué en
personas en reuniones comunitarias y la relación que existe entre las veredas y el casco
connotaciones políticas.
Pero mas allá de las asambleas comunitarias, de las charlas que dictan las Farc o de las
donde se encuentran aquellos elementos tradicionales del mundo rural que parecieran
El seguimiento que realicé sobre el quehacer campesino me permitió hallar que, por el
doce meses cuando el verano está próximo a iniciar: discuten qué productos sembrar, en
qué cantidad, quiénes se harán responsables, cuantos jornales se podrán contratar. Otras
necesario saber cuántas hectáreas permite tumbar la guerrilla para decidir qué producto
privilegiar, ¿yuca o maíz? Luego hay que estimar en qué lugares de la finca existen los
mejores suelos para uno u otro cultivo; es bueno averiguar que dicen los vecinos sobre
forma si el almanaque Bristol augura inundaciones, hay que tomar las precauciones del
en los bombardeos, o mejor venderlo antes de que eso suceda? Pero antes que nada, hay
que hacer un rezo para que los animales de la selva no hagan daño a los cultivos. Este
en la vida diaria.
Me fue posible dimensionar esta situación gracias a la cercanía que tuve con familias
anécdotas que han acumulado con los años y temas un poco mas delicados: la intensidad
de los combates que por esos días se sintieron (enero de 2007), el papel que juegan los
distintos funcionarios del estado que se ven en la región (el alcalde, los representantes
del gobierno central, los miembros de las Fuerzas Militares) y las normas y
Esta perspectiva sobre la vida campesina dio forma al cuerpo de la investigación, cuyo
conflicto. El marco que estructura dicho proceso lo encontré en los impactos sociales
Conclusiones
respuestas sociales ante el conflicto, como lo son la forma en que los campesinos
sobrellevan el sufrimiento social, las prácticas de memoria que existen en la región y los
analítica desde la que me ha sido posible identificar la forma en que los campesinos
que pudiese identificar algunas de las consecuencias políticas de dicho proceso, como lo
han sido su impacto en la organización espacial de La Macarena (por medio de una serie
conflicto armado en la cultura política. Pero dado que encontré que todo aquello que en
la región remite a la definición de lo político (quienes son los amigos, quienes los
enemigos) y al ejercicio de la política (en dónde participar, de qué forma hacerlo) está
vida diaria, la pista que le seguí a esta última concentró todos mis esfuerzos analíticos.
Al respecto espero haber acertado en el análisis sobre el papel que juegan allí los
detención; cuando el conflicto armado se expresa en sus versiones más extremas estos
sucesos hacen que el trabajo en la finca se detenga, los niños no vayan a la escuela ó
que las reuniones comunitarias se aplacen. Es decir, eventos de este tipo hacen parte de
lo ordinario, de lo que puede suceder, mas no por ello significa que pasen
desapercibidos, pues resulta que la atención que reciben de parte de las comunidades,
las propuestas que se generan y las demandas que se levantan ante el estado y la
guerrilla son las que en cierta medida dinamizan la cultura política de La Macarena.
Al proponer la violencia en la vida diaria como el eje desde el cual se articulan los
sentidos y representaciones que dan forma a la cultura política regional, con esta
de la pertinencia de los estudios antropológicos sobre violencia política como vía para
negociación política del conflicto armado cuando los excesos de la guerrilla tienen a
situado los aportes de este trabajo en un punto de inflexión entre teoría y metodología:
procesos de memoria y las fronteras de sentido son conceptos que quizá resulten útiles a
la hora de realizar análisis similares. Ejes conceptuales que para mi, antes que
El reto que encuentro a futuro radica en hallar espacios sociales y políticos para
deberá tomar en cuenta las condiciones regionales para adelantar negociaciones no solo
entre los muy genéricos “actores armados” sino también dentro de las mismas
Pero una de las grandes inquietudes que encuentro en mi trabajo es si éste puede resultar
ejercicio de investigación para concretar mis estudios de maestría, condición que fue
Conclusiones
aceptada por los líderes sociales de la región a quienes les expuse los objetivos del
resulten útiles para las organizaciones sociales. Bien sea para añadir nuevos elementos a
los debates que algunas organizaciones realizan sobre la situación regional, o bien sea a
la hora de sustentar sus reclamos ante el estado y la guerrilla. Pero no se trata solo de
llevar una copia del trabajo y dejarla en las bibliotecas de algunas escuelas o en los
Quizá resulte redundante llamar la atención sobre situaciones de violencia y política que
los campesinos experimentan a diario, más aspiro a que este trabajo de investigación
contribuya, con los elementos tratados a lo largo del texto, a la discusión sobre la
dinámica que regula la vida regional y las consecuencias que conlleva; y permita
reconocer a las comunidades su historia, los retos que tienen para hacer frente al
conflicto y los desafíos que enfrentan las organizaciones que se han propuesto la
Foto 24
Anochece a orillas del Guayabero.
Autor: N. E.
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