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FU T U R O REVISTA POPULAR

Tercera época, No. 4 • Fundada en 1933 • Junio de 1936

Notas Breves
Estado Actual del M ovim iento Cooperativo
en M éxico
Por Joaquín Ramírez Cabañas.
La Huelga de los Ferrocarrileros fue Sofocada.
Editorial
‘ La Participación de la M ujer en el Constructi­
vismo de la U. R. S. S.
Por Armen Ohanian.
Esquem a de la Sociedad Capitalista
Por Jesús Silva Herzog.
La N ueva Liga de Naciones
Por Humberto Tejera.
El Aborto por Causas Sociales Económicas
Crítica Social de Thomas M ore
La Situación Ejidal Según el Censo de 1935
Por Manuel Mesa A.
Tierra y Libertad
Por Xavier Icaza.
UNIVERSIDAD OBRERA DE MÉXICO
La Asociación Pro Cultura Nacional, dos años para que este nuevo tipo de Uni­
S. C., fundada en 1933, con el objeto de co­ versidad, basada en doctrinas científicas in­
operar a la difusión y a la orientación de conmovibles y revolucionarias, alcanzara un
la enseñanza, estableció la Escuela Prepa­ sólido prestigio, tanto en México como en
ratoria Gabino Barreda en el mismo año y, el extranjero. Pero la Asociación Pro Cul­
al siguiente, la UNIVERSIDAD GABINO tura Nacional necesita realizar todavía
BARREDA con una Escuela Secundaria, la obra de mayor trascendencia: convencida
mencionada Preparatoria y las Escuelas de que la tarea más importante que debe
Profesionales de Bacteriología, Ingeniería acometerse en una época de transición co­
Municipal, Economía, Mecánica Dental y mo ésta, es la de crear en la clase trabaja­
Arte, más el Instituto de Investigaciones dora la conciencia de su misión histórica,
Estudios Superiores. Nunca en la historia ha resuelto transformar la UNIVERSI­
de la actividad privada en favor de la cul­ DAD GABINO BARREDA en la U NIVER­
tura se ha realizado en nuestro país es­ SIDAD OBRERA DE MÉ XICO, con las si­
fuerzo semejante con tal éxito: bastaron guientes instituciones:

UNIVERSIDAD OBRERA DE MÉXICO


DIRECTOR
Dr. V IC E N T E L O M B A R D O T O L E D A N O
SECRETARIO GENERAL
Lic. A L E JA N D R O C A R R IL L O
Escuela Superior Obrera Karl Marx. Departamento de la Habitación Popular.
Director, licenciado Víctor Manuel Villaseñor. Director, arquitecto Juan O’Gorman.
Escuela de Derecho Obrero. Departamento de Cultura Estética y Periodismo. (Cine,
Director, licenciado Xavier Icaza. teatro, pintura, escultura y música. Técnica del li­
Escuela de Cooperativismo. bro y del periodismo).
Director, profesor Federico Bach. Director, Leopoldo Méndez.
Escuela de Ciencias Económicas. Departamento de Educación Física.
Director, licenciado Gonzalo Mora. Director, Antonio Ramírez Laguna.
Escuela de Lenguas Vivas. Departamento Editorial.
Director, licenciado Efraín Escamilla.
Director, doctor Demetrio Sokolov. Departamento de Asistencia Social.
Escuela para Extranjeros. A cargo del Grupo Femenil de la Asociación Pro
Director, licenciado Alejandro Carrillo. Cultura Nacional.
Departamento de Investigaciones Sociales. Departamento de Cursos por Correspondencia.
Director, profesor Francisco Zamora. A cargo del profesor Diódoro Antúnez.
Departamento de Problemas Indígenas. Instituto de la Revolución Mexicana.
Director, licenciado Alfonso Teja Zabre. Director, licenciado Luis Fernández del Campo.
Departamento de Riesgos Profesionales. Museo de las Religiones.
Director, médico cirujano Alfonso Millán. Director, licenciado Manuel R. Palacios.
Departamento de Enfermedades Tropicales. Biblioteca y Hemeroteca.
Director, médico cirujano Raúl Fournier. Director, licenciado Agustín Yáñez.

Serán admitidos como alumnos de la UNIVERSIDAD OBRERA DE MÉXICO los obreros, profesores, em­
pleados, técnicos, profesionistas y, en general, todos los asalariados. Los residentes fuera del Distrito Federal y
de la República, podrán inscribirse en la Universidad por conducto del Departamento de Cursos por Correspon­
dencia.
Habrá cursos diurnos y nocturnos. Ya están abiertas las inscripciones.

NOTA.— Las publicaciones periódicas de

CUOTA POR ALUMNO: UN PESO AL AÑO la UNIVERSIDAD OBRERA DE MÉXICO


son: a), FUTURO, (director Vicente
Lombardo Toledano), revista de carácter
popular. b), Revista de Cultura Moderna
U. O. (director Alejandro Carrillo), en

OFICINAS GENERALES: R O SAEric.L E3-10-42


S 2 4 Y 26 substitución de la Revista U; G. B., ór­
gano de la. Universidad Gabino Barreda,
c ) . Cuadernos de Derecho Obrero, direc­
Mex. L-8 6 -G4
Teléfonos: to r Xavier Icaza.
Futuro
R E V IST A POPU LAR
Registrada como artículo de 2a. clase el 12 de diciembre de 1933
P U B L IC A C IÓ N M E N SU A L

Tercera época México, D. F., junio de 1936 Número 4

CO N TEN ID O ensayo social más im portante de los tiem pos m odern os.
Esas n oticias tendrían, adem ás, el atractivo de lo n o­
v ed oso que con tanto ce lo y sin ningún resu ltado buscan
n o t a s b r e v e s .................................................................. 3 las em presas editoras de p eriód icos. P ero en lugar de
Hacerlo así, la prensa burguesa guarda grandes silen cios
estado actual del m o v im ie n t o coopera­
sob re la U. R . S. S., que se interrum pen de repente,
t iv o EN MÉXICO. Por Joaquín Ramírez Caba­
precisam ente en oca sion es de alguna agitación popular.
ñas.................................................................................... 4
E sas in form acion es periodísticas acusan elocu en tem en te
LA HUELGA DE LOS FERROCARRILEROS FUE SO­ dos c o s a s : la prim era, el propósito de llevar al ánimo
FOCADA. (Editorial)................................................... 7 d el pú blico la creen cia de que el E stado socialista rec­
LA PARTICIPACIÓN DE LA MUJER EN EL CONS­ tifica constantem ente su estructura y le introduce en­
TRUCTIVISMO DE LA U. R. S. S. Por Armen m iendas que significan una regresión al régim en burgués.
Ohanian............................................................................ 9 P or la form a en que están contenidas estas in form a cio­
ESQUEMA DE LA SOCIEDAD CAPITALISTA. Por nes, y por el Hecho de que se publican en m om entos
Jesús Silva Herzog........................................................ 11 de agitación popular, no puede ocu ltarse que se d esti­
LA NUEVA LIGA DE NACIONES. Por Humberto nan a advertir a los lectores que es inútil em peñarse
Tejera............................................................................... 14 en una labor de tran sform ación social cuando, precisa­
m ente en el E stado en que esa tran sform ación se operó
EL ABORTO POR CAUSAS SOCIALES ECONÓMI­
radicalm en te, se está v olvien d o a las prácticas d el ré­
CAS.................................................................................. 19
gim en que se repudió. D e esa suerte, se pretende d em os­
CRÍTICA SOCIAL DE THOMAS MORE......................... 22 trar que el régim en fatalm ente adecuado al Hombre es
LA SITUACIÓN EJIDAL SEGÚN EL CENSO DE 1935. el de la socied a d burguesa, a pesar de que ésta tiene
Por Manuel Mesa A ...................................................... 24 com o características actuales la m iseria de las m asas,
TIERRA Y LIBERTAD. Por Xavier Icaza..................... 26 la explotación de los trabajadores por parte de una m i­
noría propietaria, las grandes matanzas organizadas por
el capitalism o im perialista, etc. A cusan tam bién esas
F U T U R O in form a cion es sobre la U. R . S. S. lo que podríam os lla­
mar la ingenuidad agónica d el periodism o burgués.
PUBLICACIÓN DE LA UNIVERSIDAD OBRERA DE MÉXICO
Es cu rioso observar cóm o esas noticias van siem pre pre­
D IR E C T O R , cedidas por un en cabezado esten tóreo, en el cual, por
V IC E N T E LO M B AR D O T O L E D A N O m ed io de unas cuantas palabras, se llam a la atención
d el lector para que se entere de un fra ca so rotundo y
COMITÉ EDITORIAL: d efin itivo d el régim en socialista en práctica. M u c h as
v eces, fren te a uno de esos en cabezados. Hemos visto
V ÍC T O R M A N U E L V IL L A SE Ñ O R
gestos de com placencia rechoncha. P ero siem pre su­
FR AN C ISC O Z A M O R A ced e que esas n oticias, o con tien en precisam ente lo con­
trario de lo que anuncia el en cabezado, o defraudan lo
JESUS SILVA H ERZOG que m alévolam en te se expresó en éste.
H a ce unos cuantos días, en un periód ico de la ciu­
Suscripción: Un peso al año en México y Un dólar en el ex­ dad de M é x ic o apareció un gran en cabezad o anunciando
tranjero. que, por m edio de la proyectada reform a a la C onstitu­
ción de la U. R . S. S., el sistem a ju ríd ico sov iético adop­
Dirección: Universidad Obrera de México
taría “ los principios de la v ie ja dem ocracia europea."
Rosales, 26. - Teléfonos: 3-10-42 y L 86-64
Ya en el cuerpo de esa in form a ción , se da n oticia de
Cable: Uniobrera
que m ediante esas reform a s los ju e ce s serán electos
MEXICO, D. F.
por m ed io de voto secreto en v ez de ser n om brados por
IN G E N U ID A D E S D E L P E R IO D IS M O B U R G U ÉS los com ités e jecutivos sov iéticos, con lo que, según la
m ism a in form ación , “ se relacionará a los ju e ce s más
P or tem poradas, la prensa burguesa publica, con íntim am ente con los trabajadores, lo cual aumentará el
cam paneo im presionista, noticias sobre la U. R . S. S. prestigio de los ju e ce s, quienes llegarán a con vertirse
En el E stado sov iético ocurren a diario h echos im por­ en guardianes de los in tereses del E stado y de los tra­
tantísim os, de gran trascen den cia y de sum o interés b a ja d o re s." Igualm ente se in form a que se va a proveer
Para la clase popular de todos los p a íse s; Hechos que a evitar las acu sacion es sin base y las condenas in ju s­
necesariam ente tienen que ocurrir en el seno de una tas, así com o a ampliar las prerrogativas de los d e fe n so ­
sociedad en constante transform ación. Un propósito pe­ res para que puedan proteger m ejor los in tereses de sus
riodístico Honrado acon sejaría dar noticia de esos acon­ clien tes. L os hechos señalados en las noticias a que nos
tecim ien tos, para Hacer que el pú blico estuviera in form a ­ referim os, y que pueden leerse en “ El U n iv e r s a l"
do de cóm o vive el pu eblo que está d esarrollando el del día 2 de ju n io d el corrien te año, sign ifican
recis am ente lo contrario de una regresión del sistem a j u ­
p la arm onía entre am bos pueblos. La palabra pacifista de
ríd ico sov iético a los principios de la v ie ja dem ocracia los veteran os se h a fo rja d o en el fu eg o de las trincheras.
europea. En ésta no es por el voto secreto de los tra­ Su v oz es la v oz del pueblo explotado que sabe que su
bajad ores que se nom bra a los ju e ce s , sino por la volun­ sangre se ha derram ado para amasar la fortuna de unos
tad y para el servicio de las m inorías burguesas. T a m ­ cuantos capitalistas. En el ánim o d el pu eblo y de los
p oco puede estim arse com o norm a de la v ie ja d em ocracia veteranos alem anes, in d u d ablem en te que ha encontrado
europea el que se proteja a los in d ividuos contra las eco la invitación a la paz y a la con cord ia a pesar de la
acusaciones sin base y las condenas in ju stas. Con cual­ intensa propaganda de n acion alism o rabioso y agresivo
quier criterio que se juzguen las reform a s con stitu cio­ que ha desarrollado el partido nazi. P ero com o en A le­
nales soviéticas sobre las que versa la in form ación mania no puede m an ifestarse librem en te el espíritu
periodística, tiene que estim arse que están dirigidas a popular, pues se halla aplastado por la m áquina de fu e r­
garantizar el respeto por el h om bre, respeto que sólo za d el nazism o, las m asas germ anas no podrán respon ­
adquiere categoría de norm a im perativa en el seno de der en form a positiva a la instancia pacifista de los
una socied ad ju sta en la cual está abolida la explotación veteran os fra n ceses. La guerra es una m agnífica coyun­
del hom bre por el hom bre. tura de la que se aprovecha H itler para m antener so­
m etido al proletariado alem án en provecho de la bur­
UN IN Ú T IL L L A M A M IE N T O A L A P A Z guesía, pues con el pretexto d el peligro de una guerra,
pretende darle carácter de actos de d efen sa nacional a
L os veteran os fra n ceses de la guerra proclam an las rep resion es más bárbaras y de sancionar com o he­
la n ecesid ad de la paz en Europa y exhortan a sus chos antipatrióticos cualesquiera intentos de reivin d i­
com pañeros alem anes a una acción conjunta para lograr cación de los d erech os d el proletariado.

E s t a d o a c t ua l del M o v i m i e n t o
C o o p e r a t i v o en M é x i c o
P o r Joaquín R A M Í R E Z CABAÑ AS

La organización de asociacion es obreras es recien te p rosa de p erten ecer a una socied a d m ovediza y cam bian­
elig
en M é x ico . Fueron las prim eras algunas m utualistas, te que facilita todas las im provisacion es, así las de fortu ­
que en los casos m ejores evolu cion aron pronto hacia na m aterial com o las de ín dole m oral, y d e sco n oce la
el sin d ica lism o; en seguida com en zaron a aparecer los fuerza de arraigo, lo tradicion al de la previsión, d el aho­
sindicatos y la socied ad cooperativa llegó en últim o tér­ rro, de cuanto pueda constituir un valor estable y d efin i­
m ino, algunas v eces creada com o sim ple órgano de dis­ tivo. Y sem ejan tes con d icion es de vida que han d erri­
tribución de artículos de prim era n ecesid a d , en con se­ bado para siem pre las barreras y perm iten el paso
cuencia de n uestros trastornos re v o lu cio n a rio s; y en fa cilísim o de la clase obrera a la m edia, y de ésta a la
otras, posteriorm en te, creada por los sin dicatos. Sin clase directora, n ecesariam en te han fo rta lecid o el espí­
em bargo, la cooperativa no ha llegado aún a d efin ir con ritu individualista que de m od o tan espontáneo y na­
precisión y seguridad su program a y su cam po de acción tural se vincula con el espíritu de iniciativa, de audacia,
en nuestro país, de fijo porque no ha fran qu eado aún de im previsión y de aventura, que pueden llevar al
su etapa inicial. triun fo en un m o m e n to ; este individualism o ha con sti­
Es n ecesario insistir en con ceptos ya antes enun­ tuido un se rio obstácu lo en el desen volvim ien to de n ues­
ciados. N u estra clase obrera lucha actualm ente por sa­ tro pu eblo, aunque es in du dable que en las últim as
lir d el estado secular de opresión , de explotación co lo ­ inquietudes revolucionarias la fu erza popular, a v eces de
nial, en el cual ha podido existir precariam ente m erced m od o instintivo, ha im puesto conquistas sociales va­
a la ben ign idad d el clim a, que le perm ite adaptarse a liosas.
cualquier clase de albergue y usar cualquier clase de D e m odo instintivo tam bién se ha pensado en que
v estid os, y aun no u sa rlo s; ha podido vivir por causa la organización cooperativa d eb e producir un instru­
sem ejan te, con la m enor cantidad y variedad de alim en­ m ento de lucha y de lib era ción obrera, y así se des­
tos, por lo com ún vegetales y tod os de produ cción d o m é s­ prende aun de la prim era ley esp ecial m exicana de
tica, de suerte que con una m ano de obra depreciada socied a d es cooperativas, la de 21 de enero de 1927; pero
a lo m áxim o, logra apenas proporcionarse una alim enta­ el error ha con sistid o en proyectar que este instrum en­
ción baratísim a. N u estro pueblo resulta así un pueblo de to d e liberación se form ara y actuase en el cam po de
m ínim as n ecesid ad es, que ha red u cid o y puede reducir a las actividades de p rodu cción , ignorando u olvidando
extrem os in creíbles su capacidad de con su m o. L o que en que el ob rero, el trabajador, antes que un agente o un
M é x ico se designa con la den om in ación de “ clase m ed ia " elem ento in d ispen sable en toda actividad de produc­
equivale econ óm ica e in telectu alm en te a las clases o b re ­ ción , es un consum idor, y que la socied a d cooperativa
ras de E stados U n idos y de Europa, con la ventaja coloca , en el prim er plano de su programa, al hom bre en
su aspecto fundam ental de consum idor. In sistir en el Las referen cia s anteriores se ciñen a los años de
primer punto de vista es, a la hora presente, no sólo 1927 a 1932, de seguro por las circunstancias de haberse
un error sino tam bién un peligro, porque provoca una realizado en 31 de d iciem b re d el últim o de esos años
pugna equivocada y estéril contra el m ovim ien to sindi­ la nueva organización prevista en las reform as a la L ey
calista, que ya tiene entre n osotros una fu erza real, O rgánica de S ecretarías de E stado, que cam bió a la
punto sobre el cual h em os de volver páginas adelante. de Industria, C om ercio y T ra b a jo su design ación en
D e h echo, algunas cooperativas de con su m o orga­ S ecretaría de la E conom ía, privándola de ju risd icción
nizadas por obreros sin dicalizados y por em pleados pú­ en m ateria de trabajo para crear el D epartam ento de
blicos, antes de 1925, no lograron é x ito ; en cam bio, E stado del T ra b a jo. En la nueva organización quedó a
algunas socied ad es de p rodu cción , particularm ente con ­ la S ecretaría de la E conom ía la facu ltad de intervenir
sagradas a servicios pú blicos, que adoptaron ese nom bre en el régim en legal d e las socied a d es cooperativas, y
v norm aron su existencia con los preceptos d el C ódigo para atender a tales servicios con tó durante los años
de C om ercio de 1886, sí han ob ten id o bu enos resu ltados 933 y 34, entre sus dependen cias con un D eparta­
pecu niarios; pero de h ech o y d e d erech o han sid o sim ­ m ento de F om ento C oop era tiv o; en el año d e 35 este
ples asociacion es m ercan tiles que han operado con D epartam ento pasó a integrar con los de C om ercio, la
procedim ien tos capitalistas, en todo o en lo principal D ire cció n de C ooperativas y C om ercio que tornó a divi­
de sus actividades. dirse en este año de 36 en dos D ep a rta m en tos: de C o­
En la M em oria de la S ecretaría de la E conom ía m ercio el uno, y de F om en to C ooperativo el otro. En
N acional correspon dien te al período com pren dido entre el año 33 se in ició, por ello, un servicio n uevo de pro­
el 1° de agosto de 1933 al 31 de ju lio de 1934, en con ­ paganda y atención especial en pro del sistem a coop e­
tram os una n oticia com pleta de las cooperativas o fi­ rativo, por m ucho que la autorización, hasta el 31 de
cialm ente autorizadas por esa d ependen cia d el P oder m ayo de 1933, de las socied a d es de esta clase, se con ­
E jecu tivo y por la S ecretaría de Agricultura, que tex­ tinuó hacien do con la s m ism as norm as que había seguido
la S ecretaría de Industria y C om ercio. En los cinco
tualm ente d ic e :
prim eros m eses de ese año de 933 fu eron autorizadas
“ Se hizo una con cen tración de datos con los exis­
33 socied a d es cooperativas, según la M e m o ria corres­
tentes en el A rchivo de la antigua S ección de C oopera­ pondiente.
tivas d el D epartam ento d el T ra b a jo (d e la Secretaría
En adición a las 308 socied a d es que prim ero se ci­
de Industria, C om ercio y T r a b a jo ), la cual arrojó los tan, y a estas últim as, que nos dan una cifra redonda
siguientes resu lta d os; aparecen 308 cooperativas en el de 440, es preciso con siderar otras m uchas asociacion es
período com pren dido entre el año de 1927 y el de 1932; organizadas de acuerdo con el C ódigo de C om ercio de
de ellas 242 están clasifica da s com o industriales, cla­ 1886; pero no deben de ser, seguram ente, en núm ero
sificación que en la nueva le y tom a el n om bre de pro­ siquiera de 50, pues la d iferen cia que acusan los resu l­
ductores, cuenta con 10,167 socios y un capital de tados de la investigación realizada cerca de los P re­
$ 4.476,745.47; y 66 cooperativas de con su m o con 4,272 siden tes M u n icip ales de la R epú blica, es sólo de 84, y
socios y $ 273,734.00 com o capital inicial. A dem ás de ha de tom arse en cuenta que m uchos de estos fu n cio­
este trabajo se está realizando otro de in vestigación narios relacionaron en sus in form es, algunas socied ad es
directa con los P resid en tes M u n icip a les de la R ep ú b li­ agrícolas y de ejidatarios.
ca, y se han obten id o ya in form a cion es de 1,142 de los La situación de las cooperativas de la R epú blica
2,247 de quienes se solicitaron. Estas in form a cion es cam bia n otablem ente a partir de ju n io de 33, puesto
arrojaron un total de 392 cooperativas existentes en la que el día 1° de ese m es entró en vigor la nueva L ey
R e p ú b lica ; pero com o los datos reca b a d os no son lo su­ G en era l de S ocied a d es C ooperativas de 12 de m ayo
ficien tem en te exp lícitos, se ha ocu rrido a las coop era­ de ese año. La S ecretaría de la E conom ía N a cion a l d is­
tivas de cuya existencia se tuvo n oticia por el conducto puso que en tal fech a , prim er día de ese m es de ju n io,
citado, a fin de que proporcionen in form es referen tes se abriera un n uevo registro de autorizaciones, en vista
de que las socied a d es preexistentes gozarían de un plazo
a la fech a d e su fu n d ación , núm ero d e so cio s con que
de un año para reform ar sus contratos de socied ad y
contaban, capital in icial y capital que se tenía en el
solicitar la autorización legal para funcionar. M a s, c o ­
m om ento de la solicitu d (d e esos d a to s ). En vista de
m o este plazo se prorrogó por un año m ás, en precepto
que la autorización y registro se desem peñ aban , según
con ten id o en el R eglam en to de dicha Ley, fech a d o a 12
la costum bre que estaba en uso, por las D ire ccio n e s de
de m ayo de 1934, que entró en vigor el 19 d el propio
Agricultura, F orestal y de Caza y P esca de la S e cre ­ m es, de h echo fu eron en núm ero m uy red u cid o, acaso
taría de A gricultura y F om en to, por la C om isión N a ­ unas 25 ó 30, las que in trodu jeron sem ejan te reform a
cional Agraria y el B anco de C rédito A grícola, se pensó en sus estatutos y solicitaron la autorización ordenada
en la n ecesid ad de concentrar estos datos, h abién d ose por la L ey. Y en este punto cabe añadirse que la prensa
ocurrido a las oficin a s citadas y ob ten ien d o el resultado de la ciudad de M é x ic o dio cuenta, com en zan do en
sigu ien te: 709 cooperativas agrícolas con 35,333 socios m ayo d el año de 1935 que se decretaría una nueva pró­
y un capital de $ 191,922.89; y 130 cooperativas organi­ rroga por plazo de dos m eses, lo cual hacía pensar que,
zadas para la explotación de esquilm os fo re sta le s, con para proteger los in tereses de una d ocen a de a sociacio­
9,395 socios, y un capital de $ 9 ,3 9 5 .0 0 ; com o puede nes que se intitulaban a ellas m ism as cooperativas, no
verse por estos datos, el capital com parado con el nú­ se vacilaría en afectar los d erech os e in tereses de unas
m ero de socios resulta d em asiado c o r to ; ello se d ebe m il socied a d es que se rigen más en con form id ad con
a que estas cooperativas están form adas con grupos las reglas y principios del sistem a cooperativo.
de ejidatarios o cam pesinos de m uy esca sos recu rsos C onsigna la revista “ C oopera tivism o,” que publica
y que viven en region es apartadas de los cen tros de la S ecretaría de la E conom ía N acion al, en su edición
población y de las vías d e com u n icación m ás frecu en ­ correspon dien te al m es de n oviem b re del año de 1934,
tadas.” un estado que con tien e los datos generales referen tes a
las cooperativas autorizadas para fu n cion ar, de acuerdo salarios y su eldos d e ficie n te s, a m ejorar el standard de
con la tantas v eces citada L ey de la m ateria, hasta el vida de nuestros trabajadores y a elevar el am biente
31 de octu bre. D e ese cuadro se d espren de que habían m oral e in telectu al en que viven. La m agnitud de los
sido autorizadas en tal fech a 631 socied a d es, distri­ capitales con que están operando estas socied a d es, asi­
buidas e n : 291 de con su m id ores, 226 d e productores y m ism o, nos d escu bre que en su inm ensa m ayoría están
114 m ixtas, con un total de 27,199 y un capital inicial integradas por ob reros, por cam pesinos, por em pleados
de $ 3.020,010.00, sob re una exh ibición inm ediata de y artesanos, por unidades econ óm icam en te d ébiles de
$ 1.894,491.00. la clase m e d ia ; y acaso, en in sólitos casos, por elem entos
D atos o ficia les llevad os hasta el 30 de abril de ese capitalistas, puesto que en las cifras consignadas com ­
año de 35, nos ofrecen los siguientes re su lta d o s: s o c ie ­ prendidas quedaron algunas cooperativas de venta en
dades autorizadas de ju m o a d iciem b re de 1933: 186, com ún que a v eces se integran por agricultores acom o­
con 6,848 socios, $ 1.017,724.50 de capital s u b scrito ; y dados que exportan los fru tos de sus tierras y, con su
$ 324,008.00 e x h ib id o s; estas 186 socied a d es se dividen acción en provecho propio, ayudan a pequeños agricul­
e n : 68 de con su m id ores, con 3,181 so cio s y $ 136,686.50 tores a m ejorar sus con d icion es social y económ ica.
de capital su b scrito; 78 de producción, con 2,074 socios P or cuanto se r e fie re a las cooperativas de ejid a ­
y $743,678.00 de capital su b scrito ; 40 socied a d es m ix­ tarios y cam pesinos creadas para obten er créditos del
tas con 1,593 socios y $ 135,380.00 de capital inicial. B anco N acion al de C rédito A grícola, que se organizaban
Para el año de 1934 y los m eses d e enero a abril de acuerdo con la L ey de C rédito A grícola para E jid a ­
de 35 estas cifras se han elevado en la form a sigu ien te: tarios y A gricu ltores en pequeño, de 2 d e en ero de 1931,
cooperativas autorizadas, 811, de las cuales son 402 de es de in form arse que han reform a d o sus contratos de
con su m idores, con 16,364 socios y $ 432,285.55 de capi­ socied a d para constituirse en “ U niones de C rédito
tal in icia l; 240 de p rodu ctores, con 7,922 socios y ........... A grícola,” abandonando las norm as cooperativas en lo
$ 2.486,193.98 de capital su bscrito, y 169 m ixtas, con que ellas tienen de esen cial, para a com odarse a los pre­
6,639 socios y $ 640,392.40 de capital inicial. ceptos del orden am ien to en vigen cia, de esta m ateria,
La sum a de las cantidades consignadas nos o fre ce que reform ó el anterior. El servicio que estas uniones
el resum en siguiente de d a to s: socied a d es autorizadas recib en es de crédito o ficia l, que no d e b e con fu n dirse
de ju n io de 1933 a abril de 1935, en total, 997, con con el crédito cooperativo, creado por los m ism os usua­
37,773 socios, capital su bscrito de $ 4.576,596.00 y capi­ rios y por lo tanto vigilado cu idadosam en te por ellos
tal exh ibido de $ 2.913,297.35. D e acuerdo con la clasi­ para su m e jo r em pleo y m ayor eficacia.
fica ción legal, resu ltan : 470 socied a d es de con su m idores, D e la exposición de datos h echa puede con clu irse
que cuentan 19,543 m iem bros, $ 574,988.00 de capital que el m ovim ien to cooperativo de M é x ic o se encuentra
inicial y $267,009.73 de e x h ib id o ; 318 de productores todavía en período inicial, de ensayos y de tanteos, pues­
con 9,996 socios, $ 3.229,872.00 de capital su bscrito y to que son d éb iles su núm ero de a sociados y sus ca­
exh ibidos $2.2 7 2 ,8 0 3 .3 6 ; y 209 socied a d es m ixtas que pitales en actividad, para un país que cuenta con d ieci­
com prenden a 8,292 socios, con un capital su bscrito de siete m illon es de h abitan tes; pero, sob re todo, n ecesi­
$ 775,752.00 y exh ibido $ 373,484.26. ta aún de m ucho tiem po para depurar sus norm as y
En el núm ero correspon dien te al m es de ju nio de acendrar un verdadero espíritu cooperativo. Es d ifícil
935, de la revista “ C ooperativism o,” órgano de la S ecre­ que en las con d icion es actuales se logre alcanzar la
taría de la E conom ía, se publicó un estado que nos o fre ce creación de fu ertes y bien cim entadas uniones de socie­
estas c ifra s : 1,030 socied a d es había autorizadas o fi­ dades cooperativas que realicen plenam ente el o b je to
cialm ente hasta el día d iez de ese m es, con un total de de su instituto, en lo e con óm ico y en cuanto se refiere
41,693 socios y un capital exh ibido de $ 2.287,756.31. D e al program a de elevación m oral y cultural por que pro­
ellas eran 487 de con su m id ores, 321 d e productores y pugna la cooperación . Es verdad que se han organizado
222 socied ad es m ix ta s ; la d istribu ción d el núm ero de hasta ahora varias fe d e ra cio n e s, y aun con fed eracion es
socios daba la prim acía al grupo de con su m id ores, puesto de cooperativas, pero ello ha sid o por socied ad es de
que llegaban a 21,699, un poco más d el cincuenta por venía en com ún, para la reh abilitación de precios de los
cien to d el total de ellos, en tanto que su capital apenas productos de los asociados, que generalm ente son
era una décim a parte del exh ibido en todas. P or últim o, productos agrícolas o de industrias agrícola s; y alguna
en la edición corresp on d ien te a d iciem b re de 1935, se que otra fed era ción de elem entos h eterogén eos y de
inform a d el registro o ficia l de cooperativas hasta el m es programa in cierto que, a pesar d e sanas intenciones
anterior, que alcanzaba a 1,422. En e se n oviem bre se que hayan inspirado el intento, no se libran de asumir
autorizaron n ueve socied a d es de con su m id ores y sólo tintes políticos que las apartan d el recto cam ino de la
una de productores. cooperación . Sin em bargo, el im pulso creador está dado
P ero el análisis más su perficial d e esas cifras nos y las clases trabajadoras están organizando sus coop e­
reserva sorpresas m ayores, puesto que d escu b re una n o­ rativas con fe y entusiasm o capaces de sustentar un
toria in ferioridad de socios de cooperativas de produc­ recio optim ism o. Es preciso tener presente que los pro­
ción com parados con los con su m id ores, lo cual equivale gresos alcanzados correspon den a un período m uy corto,
a recon ocer que el m ovim ien to cooperativo de M é x ic o que no va más allá de unos cin co a ñ o s; y si recordam os
ha com en zado a adquirir, en m od o seguro y firm e, una asim ism o que el desarrollo, tan pujante en la actualidad,
verdadera orientación cooperativista, aceptando que el d el sin dicalism o en M é x ic o , apenas cuenta veinte años,
tipo más acabado, más p erfecto d el sistem a, es la so cie ­ no d eja rem os de recon ocer que los resu ltados d el coo­
dad de con su m o, la que puede alcanzar a suplem entar perativism o son m agn íficos y fundan grandes esperanzas.
7

La Huelga de los Ferrocarrileros


fu e So focada
E D IT O R IA L
P R O T E S T A D E LA C. T . M .

Con la m ism a sinceridad con la que la C o n fed era ­ que la L ey previene, y los representantes d el trabajo no
ción de T rabajad ores de M é x ic o ha aplaudido y pres­ tuvieron oportunidad para expresar su parecer, no o b s ­
tado su apoyo a tod os los actos d el P od er P ú b lico que tante el carácter de tribunal coleg ia d o que tiene toda
tienden a b en eficia r al proletariado y a libertar a la Junta de C onciliación y A rbitraje. En re su m e n : es la
nación de los en em igos d e su autonom ía, censura hoy prim era vez en la historia de la ju sticia obrera en que,
el prim er grave atropello que el G ob iern o com ete en a pesar de la in efica cia proverbial de la ju risd icción
contra de los d erech os sociales de la clase trabajadora. d el trabajo, se atropella de un m odo en fá tico el D erech o
D esd e que surgió el con flicto por el pago d el día O b rero, que es y d ebería ser siem pre d erech o tutelar
de descan so a los em pleados de la em presa de los F erro­ de la clase trabajadora y con ju n to de reglas im perativas
carriles N acion ales, el C om ité N acion al de la C o n fe d e ­ para el propio G ob iern o, cuyos actos están con dicion ados
ración de T rabajad ores de M é x ic o , estudió con atención a norm as ju rídicas.
el caso y prestó su ayuda m oral al S indicato de T ra­
D o s con secu en cias im portantes se desprenden, para
bajadores F errocarrileros, por estim ar que le asistía
la C on fed era ción de T ra b a ja d ores de M é x ic o , d el fallo
la justicia. A cordada ya la huelga por los m iem b ros del
de la Junta F ederal de C onciliación y A rb itra je : la pri­
Sindicato, el C om ité N acion a l hizo declaracion es por es­
m era es la de preguntar si se trata de evitar la huelga
crito reiterándoles su apoyo. N u estro S ecretario G e n e ­
en los servicios pú blicos, a pesar de que el artículo 123
ral amplió tales declaracion es en el mitin celeb ra d o por
con stitucion al recon oce expresam ente a los trabajadores
las S eccion es del S indicato que tienen su d om icilio en
de esos servicios el d erech o de huelga. La suspensión
esta capital, el día 29 de abril próxim o pasado. H izo
de los servicios p ú blicos acarrea trastornos in d u d a b les;
gestiones después con el fin de que tuviera una solu ­
pero el C onstituyente no exclu yó a los trabajadores de
ción satisfactoria el con flicto y, finalm en te, esperó la
tales actividades d el e je rcicio d el d erech o de h uelga:
declaratoria de existencia legal d el m ovim ien to para
al elevar la coacción de los obreros coaligados a la ca ­
convocar al C on sejo N acion al y acordar el apoyo que
tegoría de un acto ju ríd ico, rom pió con la teoría civilista
las organizaciones que integran nuestra C on federa ción
relativa a la fu en te de las ob lig a cion es y de los con ­
deberían prestar a los trabajadores ferroca rrileros.
tratos, basada en el lib re con sen tim ien to de las partes
N o querem os ahora com entar la conducta seguida para que un acto pueda producir e fe cto s exigibles. En
por la em presa ante las dem andas de nuestros com pa­ con secu en cia, d esd e el punto de vista d el régim en legal
ñeros, ni hacer con sid eracion es resp ecto de la form a en en que vivim os, las huelgas en los servicios públicos
que tales peticiones pudieron y pueden aún ser sa tisfe­ tienen la m ism a calidad que las huelgas en otros centros
chas, porque este aspecto del asunto será o b je to de un de trabajo, los trastornos que producen, previstos por
estudio especial que publicarem os en breves días. Lo el legislad or, no pueden ser m otivo para que el P oder
que preocupa la atención de la C on federa ción de T ra­ P ú b lico las con sid ere com o p erju d iciales para la s o cie ­
bajadores de M é x ico en estos m om entos, es la form a dad, porque por encim a de las apreciaciones que en un
em pleada para resolver el con flicto y la trascendencia caso determ in ado puedan h acerse, la C onstitución P olí­
que tiene para el m ovim ien to ob rero de nuestro país tica de la R epú blica re co n o ce a los trabajadores de los
el laudo dictado por la Junta F ederal de C onciliación m encionados servicios el d erech o de huelga. La Junta
y A rbitraje. F ederal de C onciliación y A rbitraje creyó que la viola­
D e l in form e rendido a este C om ité N a cion a l por el ción abierta de la ley en que incurrió, podría com pen ­
Com ité E jecu tiv o del S indicato de T ra b a ja d ores F erro­ sarse hacien do apreciaciones sobre la im p roceden cia de
carrileros de la R epú blica M ex ica n a , se despren den los las dem andas de n uestros com pañeros en relación con
siguientes h ech os: a ), el laudo de la Junta, declarando los in tereses sociales que la huelga a fe cta b a ; pero en
inexistente el m ovim ien to de huelga, se r e d actó y aun lugar de fa v orecerla esta actitud, se convierte en un
se m andó im prim ir antes de que ven ciera el plazo para m otivo más de reproch e, pues no sólo violó la ley en
declarar el m ovim ien to, es decir, antes de que existiera cuanto al p rocedim ien to, com o acabam os de dem ostrarlo,
la h uelga; b ) , la Junta no citó a los trabajadores y al sino que al intentar ju stifica r su fa llo con el análisis
patrón para escuchar sus puntos de vista y valorizar las de las prestaciones exigidas por los trabajadores a la
pruebas que am bos presentaran, com o lo orden a term i­ em presa, com etió otro desacato a la L ey F ederal del
nantem ente el artículo 270 de la L ey F ed eral del T ra­ T ra b a jo, ya que no sólo el texto de este ordenam iento
b a jo ; c ) , la resolu ción de la Junta fu e dictada, por tanto, sino tam bién los p receden tes invariables de la m ism a
sin ju icio previo, con violación flagrante d e la L ey, sin Junta y la ju rispru den cia de la Suprem a C orte de Ju sti­
dar oportunidad a los trabajadores para d e fen d erse, cia de la N ación , m andan que las Juntas no pueden
condenándoles de antem ano el representante d el G o ­ apreciar las causas de las huelgas al determ inar su exis­
bierno en la Junta, ya que no fu e realizada la audiencia tencia ju rídica. La respon sabilidad de la Junta en este
con flicto, resulta, pues, d ob lem en te grave, con virtién ­ hasta hoy, nuestra conducta invariable de d efen sores
d ose las causas in vocadas para ju stifica r su laudo, en d el p roleta ria d o: respaldarem os todo acto gubernam en­
razones que la condenan basta a los o jo s de los sim ples tal que coincida con nuestro estatuto o que en cual­
espectadores de la lu ch a de clases. quier form a b e n e ficie a la clase trabajadora o al pueblo
L a otra con secu en cia que puede traer el fa llo que de M é x ic o , d el m ism o m od o que cen su rarem os, com o
com en tam os, es la de que tal determ in ación puede servir hoy, los actos d el P o d e r P ú b lico que en cualquier sen­
de ejem plo a otras autoridades encargadas de inter­ tido perjudiquen a las m asas, ya sea privándolas de su
venir en los con flictos entre el capital y el trabajo, con­ d erech o a vivir m e jo r o negándoles el e je rcicio de los
virtien do en nugatorio el d erech o de huelga. Si en las esca sos d erech os con que cuentan.
Juntas de C onciliación y A rbitraje establecid as en el P or lo que ve a la actitud de los elem entos d esca­
D istrito F ederal, las ley es se violan con frecu en cia, lifica d o s dentro de la organización obrera, que capita­
tod o el m undo sabe que en las Juntas de los E stados la nean todavía algunos sectores red u cid os de trabajadores
regla para resolv er las disputas ob rero-patron ales, es engañados, pretendiendo aprovechar el laudo de la Jun­
la im posición de la voluntad de los fu n cion a rios que las ta F ederal para ju stifica r su conducta de prevaricadores,
presiden. Una de las armas de m ayor efica cia con que la C on fed era ción de T ra b a ja d ores de M é x ic o no hace
contaban los trabajadores de las provincias para hacer ningún com en ta rio: tales elem entos, re con ocid os com o
que los proced im ien tos d e las Juntas loca les no se rom pehuelgas y com o sim uladores de huelgas para ex­
apartaran totalm ente de la ley, era el con ju n to de pre­ plotar a los patrones, son los m en os autorizados para
ced en tes de la Junta Federal. Ante el atropello com etido hablar de orien tacion es al m ovim ien to obrero. Con su
por esta institución, ¿n o es fá cil prever que las autori­ teoría, idén tica a la de la clase patronal, de que no hay
dades de los E stados se inspirarán en e se lau do para que ir a la huelga para evitar que ese d erech o sea con cu l­
con siderar lícita, en lo su cesiv o, la suspensión, sin c a d o ; de que no hay que exigir nada im portante a los
form alid ad es, de las huelgas que ellos ju zgu en im p roce­ propietarios para evitar que se nieguen a los trabajado­
d en tes? T em em os que no sólo tratándose de las huel­ res sus dem andas, sería p referib le d isolver los sin dica­
gas de los servicios pú blicos pueda aplicarse en los E s­ tos y proclam ar la perm anencia in d efin id a d el régim en
tados el p rocedim ien to segu ido en el caso de los fe rro ­ de in ju sticia socia l en que vivim os.
carrileros, sino tam bién que tal m ed io se convierta en
El proletariado, por ventura, lo m ism o tiene reveses
norm a contra toda clase de huelgas, pues m uchas de las que victorias, con virtién d ose en m uchas ocasion es las
autoridades de la provincia estim an a priori toda huelga derrotas en causas de estím ulo para las luchas futuras.
com o p erju dicial e indebida. En esta oca sión , el golpe recib id o por la clase obrera,
En virtud de lo expuesto, la C on fed era ción de T ra­ a causa d el laudo de la Junta F ed eral de C onciliación y
bajad ores de M é x ic o protesta por la resolu ción dada a A rbitraje, ha sido una victoria rotunda para el sector
la huelga planteada por el S indicato d e T ra b a ja d ores de trabajadores ferroca rrileros, que han sabido dar una
F errocarrileros de la R ep ú b lica M e x ic a n a ; estim a que alta prueba de su coh esión , de su sentido de respon sa­
dicha resolu ción entraña una am enaza para el proleta­ bilidad y de su con vicción de m ilitantes. La huelga vino
riado de nuestro país, y ya con voca a las F ed eracion es de la m a sa ; ella la p la n teó; ella la acordó y la llevó a
locales y E statales, a los Sindicatos y F ed era cion es c a b o ; a pesar de los esfu erzos hechos para dividirla,
N acion ales de Industria, y a las agrupaciones represen ­ n uestros cam aradas han dado un ejem plo brillante de
tativas que la integran, con el fin de poner a su con sid e­ rectitud sindical antes y después de la huelga, y de ver­
ración los diversos aspectos que presenta el laudo de la dadera con cien cia de clase que nos llena de orgullo.
Junta F ed eral tantas v eces d ich o, para el próxim o pri­
P or una S ocied ad sin C lases.
m ero de ju n io, a fin de que el C o n sejo N a cion a l que esos
M é x ic o , D . F., 20 de m ayo de 1936.— P or el C om ité
organism os integran, tom e los acuerdos que estim e
N a c io n a l:
con venien te.
D eclaram os, por últim o, que fie le s al program a que V icen te L om bardo T o ledano.— Juan G u tiérrez. — Fi­
hizo p osible la form ación de la C on fed era ción de T ra b a ­ d el V elázqu ez.— M ig u e l A. V ela sco.— P ed ro A. M ora les.
ja d ores de M é x ic o , m an ten drem os, en el futuro, com o — C arlos Sam aniego G .

Lea Usted

U . O . - Revista de Cultura M oderna


Ó RGANO DE LA UNIVERSIDAD OBRERA DE MÉXICO
Junio de 1936 Futuro 9

La Participación de la M u jer
en el Constructivismo de la U. R. S. S.
P or A r me n O H A N I A N

El ob jetiv o de la lucha em prendida por la m ujer p od id o nunca realizar su prim er plan quinquenal en
de los países capitalistas, o sea la em ancipación políti­ cuatro años, ni sobrepasar, en tres, las cifras de pro­
ca e iguales d erech os ju ríd icos, no existe ya en la U nión d u cción correspon dien te al segundo.
Soviética. La revolu ción proletaria que estalló en octu ­ M e r c e d a esta evolu ción técn ica e id eológica , más
bre de 1917 no ha d eja d o ni rastros de esclavitud eco­ de 2.000,000 de m u jeres tom aron parte en la econom ía
nómica o de in ferioridad en m ateria de legisla ción bur­ nacion al durante el año de 1931; 1.000,000 d e ellas in ­
guesa. Ante la ley, la m u jer soviética es igual al hom bre gresaron a la industria, aum entando así en un 4 2 % la
económ icam ente, re cib e el m ism o salario por el m ism o totalidad de la fuerza d el trabajo. A l finalizar el prim er
trabajo; socialm en te, casi no hay dom inio en el cual plan quinquenal (1 9 3 2 ), el trabajo fem en in o había au­
no ocupe puestos de respon sabilidad, in clu so en el e jé r ­ m entado en un 3 3 % de lo que fu e en 1929. D urante
cito, la flota aérea, los transportes, la policía, la dip lo­ el año culm inante del colectiv ism o, es decir en 1930-31,
macia, etcétera. la cantidad de m u jeres en la industria su bió al d o b le :
El desarrollo actual de la técn ica perm ite aplicar en 1932-33 se logró un 2 0 % m ás en la industria pesada
con igual provecho la fu erza física de la m u jer donde y hasta un 5 8 % en la ligera. Lograda la su ficien te e fi­
antes no era p osible aplicar más que la fu erza d el hom ­ cien cia, se lanzó la consigna econ óm ica de “ A igual
bre. D e tal m od o que la única in feriorid a d de la m ujer, trabajo igual sa la rio ;” consigna que se halla en vías de
o sea su fu erza física , se halla casi elim inada, lo que cabal realización. Sin em bargo, el salario m edio de la
le perm ite una participación cada vez m ayor y más m u je r era en los años de 1932-33 entre 15 y 3 0 % más
eficaz en la industria. b a jo que el del hom bre.
H asta hace poco la m aternidad, los quehaceres d el P ero una serie de institutos técn icos y universida­
hogar, la cocin a, le restaban buena parte de sus ener­ des obreras, adem ás de la “ E scuela especial de p rofe­
gías pues subsistían las v ieja s costu m bres aliadas a la sion es populares,” han procurado ya en orm e cantidad
im posibilidad por parte d el E stado de sa tisfa cer en unos d e especialistas. El 4 0 % de los alum nos en dichos plan­
cuantos años d e con stru ctivism o todas las dem andas. teles, son m u jeres.
Sin em bargo, esta d eficie n cia se ha ven id o rem ed ian d o La m u jer com ienza a tom ar parte m uy activa en
m uchísim o, sobre todo en los años que van transcurri­ ram os d on de antes nunca figuraba, sob re tod o en la
dos de los dos planes quinquenales. econ om ía agraria: por ejem plo, tractoristas en cam pos
El desarrollo d el colectiv ism o, tanto urbano com o de labranza, en carreteras, etcétera, etc. El C om isario
rural, arrancó finalm en te a la m u jer de ese hogar retar­ d el T ra b a jo tiene cla sifica da en sus nóm inas toda una
datario, donde gastaba sus m e jores energías em pleadas serie de p rofesion es esp eciales para m u je r e s ; se abren
en pequeñeces de labores d om ésticas. Las fá b rica s-co ci­ cam ino asim ism o en los puestos industriales de respon ­
nas, con su técn ica m oderna, perm iten a la m u jer tra ­ sa b ilid a d ; en el com ercio o el E stado; en la alim enta­
bajadora recibir las com idas ya hechas al alcance de ción, en la econ om ía com unal, en el aparato adm inistra­
su salario; las casas-cunas, con su constante vigilancia tivo o en el fren te cultural, donde algunas m u jeres ha­
de m éd icos y en ferm eras, le perm iten el cuidado eficaz bían tenido siem pre un papel más o m en os im portante.
de ella y del niño. Su obligación ahora es tom ar parte E l G ob iern o, por su parte, le brinda la posibilidad
en el trabajo social, en pro d e la causa d el Estado, d e tom ar parte activa en la em ulación socialista (B ri­
pues L enin d e cía : “ Aun la últim a cocin era d e b e ser gadas de C h o q u e ). D e cada 100 hom bres 56, y de cada
apta para gobernar el E stado S o v ié tico .” 100 m u jeres 58, participaron en estos trabajos. En las
La edu cación de las m asas perm itió, por otra par­ fábricas de te lé fo n o s el con tin gen te fem en in o ascendió
te, reform ar la id eolog ía de la m u jer. E scuelas de au­ a un 7 8 % . En las brigadas de choque de D n ieprostroi
to d id a ctism o; r a d io ; con fe re n cia s ; m u s e o s ; fiestas ins­ el prom edio de rendim iento de la m u jer fu e m ayor que
tru ctivas; agitación y propaganda, adem ás de la ob liga ­ el d el h om bre gracias a una m e jo r disciplina.
ción que toda m u jer tiene en la U. R . S. S. de d edicar Sin atraer las m asas fem eninas hacia la lucha acti­
dos horas diariam ente a trabajos sociales y de ayudar va contra la guerra, no habría sid o posible evitarla, c o ­
con su presen cia y sus co n se jo s en la in stru cción de m o tam poco hubiera sido posible liberar a toda la p o­
sus propios h ijos en planteles, ejé rcito , fá b rica s y d e ­ blación d e las garras d el capitalism o por m ed io d e la
p ortes; tod o eso une a la m u jer en el esfu erzo d el E s­ guerra civil. Es sabido que el C on greso m undial fe m e ­
tado por crear id eológ ica m en te un nuevo h om bre, un nino celeb ra d o el 4 de agosto de 1934 en P arís, term inó
ciudadano estrech am en te vinculado con el E stado, no con la d ecisión de crear cuadros de m u jeres que garan­
m enos que con el con stru ctivism o socialista. Sin esta tizaran esa d e cisió n : la de atraer a la m u jer hacia los
em ancipación d e la m u jer, la U. R . S. S. no hubiera puestos de respon sabilidad relacion ados con el lugar que
le correspon de en la produ cción y darle un papel activo y en diez años más quedaron recu perados los 18 m illones
durante la guerra. La im portancia de este tra b a jo políti­ de m uertos en la guerra m undial, en la guerra civil y en
co e industrial, aun el F achism o lo ha com p ren d id o, pues las epidem ias. L a E stadística registró un 1 8 % d e au­
en A lem ania hay 300 cam pos de trabajo forza d o para m ento en la p o b la ció n ; es decir, que 150.000,000 de
m u jeres. En la Italia fach ista más de 300,000 m u jeres ciudadanos sov iéticos se han con vertido en la im portan­
han tom ado parte en los preparativos de guerra contra te cifra de 178.000,000.
A b isinia. ***
***
En esta obra de saneam iento, la m u jer desem peñ ó
Tan con sid erable participación fem en in a desarrolló las tres cuartas partes d e las tareas, m ientras que las
la higien e social e individual a un grado in con ceb ib le energías m asculinas se dedicaban a tareas más p esad as:
tratándose, sobre tod o, de un país d on de en los tiem ­ tales com o canalización, acu eductos, con stru ccion es rá ­
pos del zarism o la m ed icin a y la higien e fu eron atri­ pidas de barracas, laboratorios, farm acias, am bulancias,
butos d e la clase d om in a n te; d on de los pocos hospitales exp ed icion es cien tíficas y sanitarias. La m u jer d ed icó
que había servían para aislar a la aristocracia y a la en esta obra, d ecíam os, el m áxim o de sus energías, in te­
burguesía d e elem entos de contagio. Estas In stitu cio­ resá n d ose no sólo com o ciudadano sino com o m adre
nes eran destinadas a recog er m oribun dos; eran “ m or­ que busca ansiosa rem ed ios con que salvar a sus h ijos
gu e” y por eso cuando algún en ferm o de fa m ilia obrera de un porvenir m alsano.
o cam pesina era con d u cid o allí, los dem ás fam iliares La industria quím ica (d estin a da tanto a la futura
lloraban com o si lo hubieran perdido. guerra con que los im perialistas quieren resolv er sus
L os cuatro años de guerra m undial, más cuatro de problem as econ óm icos, colon izan do a la U. R . S. S., com o
guerra civil (d e b id o s estos últim os a la intervención a fertilizar y sanear el p a ís) en globa una enorm e can­
d e los países im perialistas que querían pescar en agua tidad d e m u jeres. M u ch as de ellas son directoras de
turbia, arguyendo d erech os de co lo n iza d o re s ), aum en­ fábricas y talleres.
taron al decu ple las ep id em ia s; el país entero se trans­ “ Si R usia, de país más atrasado de E uropa se con­
form ó en fo c o in feccioso . P ero una de las más n obles virtió en país que pronto sobrepasará a los m ás progre­
tareas de la “ C om isión E xtraordinaria” (co rre sp o n d e al sistas del m undo, econ óm ica y culturalm ente, pues polí­
“ C om ité de Salud P ú b lica ” en la gran R evolu ción fran ­ ticam ente ya los sob rep a só” d ecía L e nin, “ se d eb e a
cesa de 1789) fu e salvar a la población d e los S oviets que h em os aprovechado las experiencias de todas las
de ese con tagio y dism inuir esas en ferm ed a d es sociales revolu cion es, fracasadas o victoriosas.
por m edio de la higiene aplicada colectiva e in dividual­
***
m ente, m uchas v eces con las armas en la m a n o ; cas­
tigando todo d escu id o o crim en contra el E stado con H ay que esforza rse en tod os los países por tratar
la pena de m uerte, verbigracia, cuando lo s fam iliares m ejor al sector fem en in o, que representa la m itad de
escondían por ignorancia las ropas d el d ifun to. M ile s la hum anidad y que gracias a su m ayor disciplina y r e ­
de dispensarios controlaban por fu erza la salubridad sisten cia en el trabajo, gracias a sus aptitudes adm inis­
pública. Sanos y en ferm os por igual debían presentarse trativas y a que la técn ica casi hace ya innecesaria la
ante ese con trol m éd ico. La fu m igación d e e d ificios fu erza bruta en la m ayoría de las industrias, podría ser
públicos, trenes, baños, hogares de gente pobre, e s cu e ­ tanto o más productivo que el sector m asculino, según
las, etc., etc., se hacían m ilitarm ente. ha podido com probarse en ciertos ram os recien tem ente
En el año de 1922, cu an d o los S oviets rechazaron por las interesantes estadísticas soviéticas.
la intervención extranjera y com enzaron la obra gran­ La em ocionan te m isiva que las m odernas poblad o­
diosa de la recon stru cción socia l en m ed io de ruinas, ras de G a ld ib in, antiguo p u eb lecito de U c rania, dirigie­
la higiene social e individual fu e tratada com o el más ron hace poco a M á x im o G o rk i, nos dem uestra a qué
urgente de los problem as para el porvenir d el país. grado la participación de la m u je r en el constructivism o
M illon es d e ciudadanos eran m ovilizados para e l sov iético ha ven ido a cam biar la situación de esclavitud
trabajo de salubridad pública. Faltaban m é d ico s para (sie rv a d el h o m b re ) en estado de em ancipación. La
esa tarea heroica. En vista de la pobreza que reinaba carta d ice a sí:
a raíz de och o años de torm enta, el E stado hizo un lla­ “Q u erido G o r k i:
m am iento a todas las buenas voluntades para que se Q u erem o s que ven ga s a v er nuestra Caldibin, d on ­
in scribiesen en las E scu elas de M e d icin a popular, d on ­ d e com o tú m ism o es c r ib is te en 1894, ja s a s t e e l día m ás
de, rápida y elem entalm en te, se enseñaba la higiene. p en oso d e tu vida. D o n d e con tus p rop ios o jo s v iste cóm o
L os estudiantes en lugar de 7 años disponían de 2 para un bruto castigaba en p lena vía pública, a la que era su
presentar exam en de m éd icos y ser m ovilizad os a los esposa, arrastrándola d etrá s d e una carreta para m os­
rincones más rem otos de las R epú b lica s S oviética s. L os trarla así a toda la aldea, en tre burlas y risas. ¿ P o r
Institutos M é d ico -cie n tífico s , organizaron a toda prisa q u é? P o rq ue, sigu ien d o el in stinto natural, tuvo la auda­
cuadros de in vestigad ores (b a cte rió lo g o s , e tc .), para cia d e s e r le in fie l al d ésp ota e inhum ano a quien había
estudiar in cluso en ferm ed a d es region ales, tropicales o perdido todo resp eto .
septentrionales en los lím ites del país: S iberia, Ural, En esa m ism a C aldib in las m u jeres, liberadas ya
Turquestán, M on g olia S oviética, etcétera, etc. A m bulan­ d el odio que ahí inspiraba la d ob le explotación d el
cias m uchas v eces con una sola en ferm era y su farm a­ capitalism o e igu a les en todo a los h om bres, traba­
cia prim itiva, visitaban sin cesar tod os los nidos de in ­ jan fe l ic e s y lib res com o cam aradas de su s esp o so s en
fe cción , los que se hallaron así m uy pronto b a jo la vigi­ las granjas colectiv a s. La últim a palabra d e la técn ica
lancia sanitaria d el E stado. im pera aquí ahora. Ya no e x is te la plaza d onde tú m ism o
Las grandiosas organ izacion es deportivas, la cul­ v iste m artirizar a aquella in fe liz m u jer. H e m o s co n s­
tura física, la propaganda por m ed io de la prensa y del truido un In stitu to técn ico F e m e n in o ; b iblioteca s, casas-
radio, enseñaban a las m asas las propiedades de la M e ­ cuna y fá bricas-cocina. A sí nos h em os liberado d e la
dicina. D e tal m odo que en 1925 el país entero resp iró: escla vitu d d om éstica .
Ven a vern os, camarada G o r k i. Ven, ten d rás el pla­ s iéticas, basadas en la propiedad colectiva, que sí es
ov
cer d e admirar a las cam ioneras y a otras exp erta s que sagrada, y no ya en la individual com o la de los tiem ­
en brigadas d e ch oque s e dirigen cantando, con la fre s c a pos d el zarism o, son ahora “ m otivo d e honor, de gloria
de la mañana, a su s la bores. V erá s cóm o com piten , alen­ y d e fe lic id a d " (S ta lin) . La tarea colectiva, más que
tadas p or el estím u lo socialista, con su s propios mari­ una pena, es un deporte. L a m u jer, en vez de ser pará­
dos. V erá s cóm o ésto s no son ya los tiranos d e antaño, sito de la clase dom inante, aum enta la productividad
sino camaradas d e h oy.’ ’ del tra b a jo social. D e tal m od o que ésta es cam arada
* * *
d el h o m b re ; su igual en la vida y en la faena.
El régim en de propiedad colectiva, que vino a reem ­
El trabajo no es ya ex p lota ción ; no es yugo. plazar al d e la propiedad privada, h a cam biado en unos
L o que fu e m aldición según la B ib lia ; manantial cuantos años las cosas más de lo que el progreso d e la
de od io durante el régim en capitalista, se h a tran sfor­ técn ica d el capitalism o hizo durante siglos de dom i­
mado en bien estar para las m asas. Las co n d icion es nación.

Esquema de la Sociedad Capitalista


P or Jesús S IL V A H E R Z O G

N o es posible h acer un análisis de la socied a d ca­ fundam ental. A sí se lleg a a las épocas culm inantes de
pitalista en que vivim os sin em prender una excursión, G recia y R om a. Esta nueva etapa se denom ina indus­
aun cuando sea m uy rápida, a través d e la historia tria a dom icilio. El trabajador ya no es dueño d el pro­
económ ica. ducto íntegro d e su trabajo, ya se queda una parte en
La prim era form a de p rodu cción fu e la industria m anos d el p erson aje que se ha interpuesto entre él y
fam iliar. En los grupos hum anos de la prehistoria, com o su clientela. E sta etapa de la evolu ción industrial claro
aquellos d e que nos habla H o m e ro en “ L a O d ise a ,” la está que coex iste con los o fic io s y la industria fam iliar,
producción se realiza en sus varias form a s en la casa pero poco a poco llega a ser pred om in an te; la encontra­
fam iliar. Cada fam ilia produce todo lo que h a m en ester m os en la G recia de P ericles, en la R om a im perial y
para la sa tisfa cción de sus n e ce s id a d e s ; lo m ism o se durante toda la E dad M e d ia , aun cuando ya a fin es del
dedica a la agricultura y al pastoreo que a elaborar sus im perio rom ano y de la historia de las ciudades griegas
alim entos y sus v estid os. C ada fam ilia es un centro indepen dien tes aparecen nuevas form as de produ cción
p rod u ctor; y si en una exten sión geográ fica dada había de que después se tratará.
un m illón d e fam ilias, había un m illón d e centros pro­ P ero es n ecesa rio d eten erse un m om ento en la
ductores. En esa etapa de la evolu ción e con óm ica no E dad M e d ia . D urante este largo período el poder polí­
hay in tercam bio de m ercancía, tanto porque no es útil tico lo tiene R om a, es decir, el V aticano. El m ayor poder
com o por la dificu ltad para transportarlas de un lugar político d e O ccid en te lo detenta el Papa, quien llega a
a otro. En una palabra, no se produce para el m ercado ser m ás p od eroso que los reyes, m ás fu erte que los
sino para la satisfacción directa de las n ecesid a d es. más fu ertes señ ores feu d a les e im pone su criterio y
Con el transcurrir d el tiem po aparece una nueva sus norm as d e gobiern o en todas partes. La vida toda
form a de producción. H a y in d ividuos especialm en te há­ gira alrededor de la Iglesia . Las c o rp oraciones de arte­
biles para ejecu tar determ inada tarea y se dedican por sanos tienen su santo patrón, están subordinadas a la
ejem plo a hacer sandalias. E ntonces ya no producen Ig le s ia ; los siervos que cultivan la tierra están su bord i­
para satisfacer sus n ecesid a d es sino para cam biar sus nados a la Ig le s ia ; los com erciantes, están tam bién su­
productos por otros. A sí se llega a una nueva etapa de b ordin ados a la Ig le s ia ; y aun en el orden intelectual
la evolu ción industrial que se denom ina d e los o fic io s ; la subordinación es com pleta. Si un h om bre se siente
el artesano produce directam ente para el clien te, es atraído por el estudio y le inquietan los fen óm en os del
dueño de las herram ientas y d e las m aterias prim as y universo n o hay m ás cam ino que h acerse te ó lo g o ; si es
recibe el producto íntegro de su esfu erzo. C om ienza la arquitecto tendrá que levantar ca te d ra le s; si es poeta
d iversificación del trabajo. cantará alabanzas a las glorias d el cristia n ism o; si es
En estas con d icion es se efectú a un frecu en te inter­ pintor, pintará im ágenes y si escu ltor cincelará figuras
cam bio d e productos y s e red u ce el núm ero de centros de santos. Esta su bordin ación de tod os a la Ig lesia se
productores, de un m illón, de acuerdo con nuestra hipó­ explica porque ella tiene el poder econ óm ico, y por lo
tesis, a cien m il. tanto, el poder político. Es que la Ig lesia es dueña ya
M á s tarde aparece un nuevo p erson a je en la evolu ­ de grandes exten sion es te rrito ria le s; es que los obispos
ción econ óm ica d el m undo, aparece el com erciante, quien son a la vez señ ores feu d a les y guerreros y tam bién
se interpone entre el clien te y el artesano. D a al arte­ poseen extensiones territoriales in m e n sa s; es que la e co­
sano las m aterias prim as para que m anufacture por su nom ía preponderante agraria en aquel tiem po se en cuen ­
cuenta d eterm in ado artículo. El artesano conserva la tra controlada directa o in d irectam en te por el C lero
propiedad de las herram ientas. E l nuevo p erson a je ven­ C atólico.
de al clien te, ob ten ien d o en la operación buenas ganan­ H asta finalizar la E dad M e d ia la produ cción indus­
cias sin que haya realizado una función productiva trial la realiza la fam ilia, los artesanos y la industria
a d om icilio. Las m anufacturas no ocupan todavía lugar seg regar m illon es de fie le s de la Iglesia C atólica lesionan
d e im portancia. seriam ente su poder.
P or otra parte, hay una respuesta y una solución Ahora bien, los varios acon tecim ien tos a que se
satisfactorias a todos los problem as de la existencia, h ace re feren cia , al in flu ir en el progreso econ óm ico,
la solución y la respuesta de los te ólog os. facilitan el desarrollo de una nueva form a de produc­
O curren acon tecim ien tos d e trascen den cia en la ción in du strial: las m anufacturas. El com erciante reúne
E uropa de los siglos X V , X V I y X V II, acon tecim ien tos en un taller a los artesanos dispersos para obligarlos a
que cam bian su organización econ óm ica , socia l y políti­ producir m ás. E stos ya no son dueños ni de las herra­
ca. E stos acon tecim ien tos son los sig u ien tes: 1° El re­ m ientas com o lo eran en la industria a dom icilio, con ­
nacim iento intelectual. 2° La d ecad encia d el poder e co ­ virtién d ose así en sim ples asalariados. El industrial
n óm ico y m oral d el clero. 3° E l descu brim ien to de A m é­ acum ula rápidam ente cuantiosas riquezas com o resulta­
rica. 4° La form ación de las grandes n acion alidades. 5° do d el trabajo de sus ob reros. El núm ero de centros
Las reform as religiosas. productores se red u ce más todavía.
El R enacim ien to con siste en un retorn o a la cultu­ P u ed e decirse, en térm inos generales, que las va­
ra de G recia y d e R om a, en un vigoroso im pulso a las rias categorías sociales durante la E dad M e d ia eran :
bellas artes y a las cien cias y en un desen volvim ien to el clero, la n obleza, los artesanos y los siervos. En rea­
más acelerado de la técnica. lidad había solam ente dos c la s e s : la p oseedora y la des­
La Ig lesia com ienza a perder su poder porque no poseída. La lucha de clases es in evitable, y por eso
sabe adaptarse a las n uevas m odalidades de la econ o­ ocurren reb elion es que presentan en la su p erficie as­
m ía. Las industrias y el com ercio adquieren un auge pectos religiosos pero que en el fon d o no son sino las
extraordinario. La Ig le s ia se sigue apoyando en una pugnas eternas entre los que producen y no tienen nada
econ om ía agraria y la burguesía naciente com ienza a en contra de los que no producen y lo tienen todo.
enfrentar su poder econ óm ico al poder econ ó m ico de la Cada día son econ óm icam en te más p od erosos el
Iglesia. N u ev os person ajes, com erciantes enriquecidos m anufacturero, el com erciante en grande, el dueño de
en las largas n avegacion es, banqueros e industriales au­ navíos y el banquero, form ando una nueva clase s o ci al
d aces y llenos de am bición se adueñan lentam ente de distinta d el clero y de la n obleza por sus in tereses y
am plios sectores econ óm icos. Al m ism o tiem po las d is­ propósitos. Es la clase burguesa o capitalista. A l m ism o
putas frecu en tes entre los m ism os com pon en tes de la tiem po se precisa la form a ción de otra clase nueva
Ig le s ia ; las inm oralidades y los crím enes de algunos creada por el desen volvim ien to e c o n ó m ic o : el proleta­
P apas, el relajam ien to d e las costu m b res en los con ­ riado. La burguesía es cada vez más fu erte y dichosa
ven tos, todo ello quebranta la in flu en cia social de la y cada v ez tam bién es más desventurada y d ébil la
Iglesia. cla se trabajadora.
E l d escu brim iento de A m érica produce una honda H a y que agregar, que la produ cción de los siglos
im presión en la Europa d e fin es d el siglo XV y de prin­ X V I, X V II y parte d el X V II I, estaba su jeta a estricta
cipios d el X V I. A dem ás, A m érica abre p osib ilid a d es nue­ reglam entación. El E stado es in terv en cion ista ; pero en
vas a la econ om ía eu rop ea; produce oro y plata en la el siglo X V II I la organización econ óm ica cam bia cada
N u ev a España y el P erú, oro y plata que se exporta a día más y más. La burguesía se siente dueña de su pro­
España y que de ahí s e envía a otras n acion es eu rop eas; pio d estino porque ya es m ás fu erte econ óm icam ente
la abundancia de m etales preciosos m od ifica en varios que el clero y la n obleza, porque cuenta con hom bres
aspectos la econ om ía europea. A l m ism o tiem po A m éri­ inm en sam en te ricos y tiene banqueros que hacen prés­
ca o fre ce al v ie jo m undo nuevos m erca d os, lo cual trae tam os a los duques, a los príncipes y a los m ism os reyes.
com o con secu en cia que la navegación y el com ercio ad­ E ntonces reclam a reform as políticas y econ óm icas de
quieran proporciones extraordinarias. fon d o y de acuerdo con sus in tereses.
El rey d e un país durante la época m ed ioeval no L os filó s o fo s y econ om istas de m ediados del siglo
había sido sino un n ob le un p oco m ás p od eroso que los X V III inventan principios y doctrinas favorables a l a
dem ás, a quien con frecu en cia los señ ores feu d a les le burguesía. Esta n ecesita de libertad para ensanchar su
disputaban el p od er; pero la posición d el rey se forta ­ poder, y de seguridad en sus propiedades para afirm ar­
le ce en Francia, H olanda, Inglaterra y España, y nacen l o ; y los econom istas y filó s o fo s hablan de la existencia
las grandes n acion alidades m odern as. El rey ya seguro de un orden natural que con siste en la libertad y en
d e él m ism o, porque se halla apoyado en su fuerza m ili­ la propiedad. Y es que, com o d ice M a r x : "n o es la con­
tar y econ óm ica, abandona el castillo m od esto en que ciencia d e los hom bres la que determ ina la realidad,
vivieron sus antepasados, construye palacios suntuosos por el contrario, la realidad social es la que determ ina
en la capital del rein o y esta b le ce la vida cortesana. su con cien cia."
L a vida cortesana fom enta el lu jo, entre otras razones, La revolu ción fra n cesa se produ jo porque al fin a­
porque la m u jer que durante siglos perm an eció recluida lizar el siglo X V II I había en E uropa un d esequ ilibrio
en los castillos feu d ales participa en la vida de la C orte. entre la política y la econom ía. El poder econ óm ico esta­
S e desarrolla la industria de la ed ifica ción , los n o­ ba en m anos de la burguesía y el p olítico en las d el
b les tratan de im itar en sus palacetes la vida cortesana clero y la n o b le z a ; y com o el que tiene el poder econ ó­
y se construyen ed ificio s nuevos en las principales ciu ­ m ico, n ecesariam en te tiene o d eb e tener el poder po­
dades europeas. La industria de la cerám ica progresa lítico, cuando esto no es así, cuando la arm onía se rom ­
tam bién con sid erablem en te, y lo m ism o ocu rre con la pe, la revolu ción resulta in evitable. H a b ía que volver
de los tejid os. A dem ás, las industrias m ilitares adquie­ al equ ilibrio, conquistar la libertad y la seguridad para
ren proporciones inusitadas. El soberan o n ecesita un la clase capitalista.
n um eroso ejército perm anente. A l finalizar el segundo tercio d el siglo X V II I, ocu­
P or últim o, llegan más tarde las reform a s relig io­ rre algo tan im portante com o la revolu ción fran cesa o
sas de L utero y C alvino, reform as que traen con ceptos todavía más im p ortan te: la revolu ción industrial. P or
n uevos sobre cu estion es fundam entales y que, al prim era vez se utiliza en Inglaterra la máquina de vapor
en la industria de hilados y te jid o s y en la m etalúrgica u ades econ óm icas, em presas de un poder sin preceden te
id
n
del h ierro; y la máquina de vapor produce una tran sfor­ h istórico. En los E stados U nidos hay m ás de catorce
m a c ió n profunda en la vida d e todas las n acion es. La com pañías que tienen, cada una de ellas, un capital que
in v e n c ió n de la m áquina es uno de los a con tecim ien tos sobrepasa de m il m illon es d e dólares. En el m undo hay
más im portantes de la h istoria. sólo dos grandes em presas petroleras, adem ás del trust
Con la máquina se pasa de las m anufacturas a la petrolero soviético. Esas dos grandes em presas, una in­
fábrica. Esta quinta etapa de la evolu ción industrial se glesa y otra norteam ericana, se disputan el im perio petro­
caracteriza por la produ cción en gran escala y por m e­ lero d el m undo. " E l Á gu ila," la com pañía m exicana ( ? ) ,
dio de la fu erza d el vapor y de la electricid a d . Si de no es más que una unidad entre m uchas unidades que
conform idad con los ejem plos que nos sirvieron de punto form an una de esas com pañías. Las fábricas de autom ó­
de partida, en la industria fam iliar había un m illón d e viles ya no son en realidad sino d o s : la G en era l M otors
centros productores, y en los o ficio s cien m il, en la y la Ford. Son unos cuantos h om bres los que poseen un
industria a d om icilio se red u jeron a diez m il, en las porcen taje crecid ísim o de las riquezas d el m undo. E sos
m anufacturas a m il y en la fá b rica m odern a a cien h om bres son los du eños de la Standard O il C o., de la
únicam ente. P or con sigu ien te, se ha efectu a d o una fu er­ U nited States S teel C orporation, etc. Fortunas com o la
te con cen tración de la industria. de los m ultim illonarios R o ck e fe lle r y Ford han sido
La máquina ha creado grandes fá b rica s, el fe rro ­ am asadas con el trabajo y la sangre de sus ob reros. La
carril y la nave de v ap or; la máquina ha m o d ifica d o la alquim ia capitalista ha d escu b ierto la m anera de hacer
fisonom ía d el m undo d esd e el punto de vista econ óm i­ oro, pero no con otros m etales sino con la m iseria y el
co, político y social. La burguesía adquirió con la re v o ­
dolor de la hum anidad.
lución industrial una fu erza que parece incontrastable.
En la socied a d capitalista contem poránea no tienen
Son los bu rgueses los dueños de las grandes fá b rica s,
los dueños d e grandes com pañías trasatlánticas y fe rro ­ en realidad el poder p olítico los gob iern os, sino las
carrileras, los d u eños, en una palabra, d e tod os los in s­ grandes unidades econ óm icas. Son unos cuantos hom bres
trum entos de producción. La máquina con stituye uno in m en sam en te p od erosos los que han h echo la historia
de los aspectos fundam entales y característicos de la durante los últim os cincuenta años. Las dos grandes
producción capitalista. Con ella afirm a su dom inio la unidades econ óm icas petroleras, por disputarse unos
burguesía. cam pos en M esop ota m ia , provocaron la guerra de los
En Inglaterra, a principios d el siglo X IX , después B a lk anes. La guerra europea se d eb ió a una lucha por
de que los obreros abandonaron su cam paña de d estru c­ los m ercad os. A lem ania progresó in dustrialm ente desde
ción de m áquinas, la fáb rica crece y crecen las ganan­ principios de la segunda m itad d el siglo pasado. A lem a­
cias y la dem anda de m ercancías. E ntonces se exige nia com en zó a disputar m ercados a Inglaterra. Y com o
más trabajo al o b re ro ; se le obliga a trabajar d o ce y a m ayores ventas m ayores ganancias, y a m ayores ga­
hasta catorce horas diaria s; pero com o el trabajo d el nancias m ayor poder, se alarm aron las n acion es de vieja
hom bre le parece al em presario todavía caro y ya no es tradición industrial. H abía que evitar por tod os los m e­
posible bajar su salario, se lleva a la fá b rica a la m u jer, dios que A lem ania dom inara en los m ercados interna­
haciéndola producir igual que al h om b re por m enos cion ales. El interés de unos cuantos m agnates de la
jo rn a l; y un trabajo aún m ás barato que el de la m u jer industria inglesa, de la industria alem ana y de la de
es el del niño que tam bién invade la fábrica. L a m u jer otros países, desen cad en ó la guerra europea, ese crim en
en v ejecid a prem aturam ente por la tarea ru d a ; el niño espantoso y sangriento d el capitalism o internacional. Es
desnutrido y e n fe rm o ; el h om bre, agotado entre el hum o realm ente d oloroso, algo que estruja y m achaca las en­
y la su ciedad de la fá b rica ; tod o para que el trabajo, trañas, recordar que cuando los fra n ceses y alem anes,
la m iseria y la angustia de ellos se convirtiera en ganan­ in gleses y tu rcos, se batían en el lod o d e las trínch elas,
cia de la m inoría privilegiada. creyen d o que d efen d ían id eales sagrados, algunos ban­
L os proletarios em piezan a organizarse y m anifestar queros y com erciantes, v estid os de fra c, leían tranqui­
su d escon ten to; escriben sus obras de crítica socia l los lam ente los p eriód icos, m ientras iban a la ópera en sus
utopistas de Francia e In gla terra; y p oco m ás tarde autom óviles, para saber cóm o se desarrollaba la lucha,
M arx y E ngels, establecen las bases d e l socialism o que ellos habían oca sion a d o, y así enterarse de si las
cien tífico. a ccion es de sus em presas tenían probabilidades de subir
En el siglo X IX son num erosas las luchas entre la d e precio o de bajar.
clase capitalista y la clase proletaria, entre el obrero
Cuando una gran unidad econ óm ica considera que
que produ ce y nada tiene y el capitalista que tiene todo
ya no le con vien e invertir dinero en su propio país,
y nada produce. El fu erte es el señor que d escan sa, él
entonces lo invierte en los países vecin os o en los de
es el que goza de todos los bien es de la tierra ; el débil
econ om ía atrasada. A l m ism o tiem po, para aumentar
es el que trabaja catorce horas al día, es el que produce
el alim ento, el vestid o, todo lo que vien e a satisfacer la venta de sus m ercan cías, procura encontrar n uevo s
las n ecesid ad es colectivas. m ercad os. C uando una gran institución bancaria am e­
La fábrica se agranda cada vez m á s; se unen varias ricana, por ejem p lo, tiene b e n e ficio s escasos en su t e ­
fábricas hasta constituir grandes unidades econ óm icas, rritorio, manda su dinero a los países de la A m érica
em presas gigantescas. D e esta manera se llega a la Central, a Cuba, Santo D om in g o, P uerto R ico o cualquier
sexta etapa de la evolu ción in du strial: al trust y al otro país colon ial o s e m ic olon ial. L legan los banqueros
cartel. y com erciantes a realizar una obra progresista y civ ili­
En la socied ad capitalista contem poránea existe zadora en la pequeña nación fa vorecid a, y en oca sion es,
una clase dom inante, poco num erosa, que es la p o se e d o ­ con algún pretexto, tras de los com erciantes y los finan ­
ra de los instrum entos de p rod u cción ; existe otra clase cieros llegan las banderas. C uando se llena un vaso de
de m illon es y m illon es de h om bres que no posee sino la agua, el agua se desparram a. C uando abunda el capital
fuerza de su trabajo. Se han esta b lecid o inm ensas se desparram a com o el agua d el vaso. E ste fen óm en o es
lo que se llam a im perialism o. El im perialism o es con se­ tercero, en que se produce para el m ercado y no para
cuencia de la estructura econ óm ica capitalista. satisfacer las n ecesid a d es.
D e m anera que las grandes u nidades econ óm icas La organización de esa socied a d puede representar­
no sólo in flu yen en la vida econ óm ica sin o en las c o s­ se por un e d ificio piram idal. Una parte está construida
tum bres, en la política, en la ed u cación , en todo. Esas d e b a jo de la tierra y la otra se eleva sobre el suelo basta
grandes u nidades son m ás fu ertes que los gobiern os. adquirir altura y gallardía. A b a jo , en la parte subterrá­
En los casos en que algún alto fu n cion ario h a pretendido nea, húm eda y obscu ra, vive el proletariad o; la llam ada
luchar en contra de ellas, no h a ten id o, a la postre, más clase m edia, un tanto más arriba, a v eces todavía en
rem edio que som eterse a su poder. N o h ay que olvidar penosas con d icion es. P oco a poco se va subiendo. En la
que el que tiene el poder econ óm ico tiene el poder po­ parte superior, en donde es más aguda y es lum inosa la
lítico. pirám ide, habitan unos cuantos seres hum anos que d is­
En resum en, la socied a d capitalista se caracteriza, frutan de todos los b ie n e s ; d el sol, d el aire, d e la luz,
en prim er lugar, en que unos cuantos son dueños de los de las riquezas, de la felicid a d . Y es p reciso derribar
m edios d e p rod u cción ; en segundo, en que la inm ensa este absurdo e d ificio y construir uno n uevo en el que
m ayoría de los hom bres no tienen más cam ino para ga­ todos los hom bres se alojen alegrem ente, con com odidad
narse la vida, que vender la fuerza de su trabajo, y en y con d ecoro.

La Nueva Liga de Naciones


P or H u m b erto TEJERA

LA C A ID A D E A D D IS -A B E B A .— Para el historia­ i ugnables com o E stados Unidos en A m érica, Japón en


p
ex
n
dor con tem poráneo, la caída de A dd is-A b eb a en poder Asia, y ahora Italia cortando en el M ed iterrá n eo la arte­
del fascism o, contra el voto de 51 n acion es que con d e­ ria com ercia l y estratégica d el im perio sin que éste pue­
naron, en enero de 1936, d esd e G in ebra, la agresión, da siquiera atreverse a la defen sa.
constituirá sin duda un tem a in sólito. La conquista y el
im perialism o han existido siem pre, d e sd e lu e g o ; pero Es cierto que un núm ero de fam ilias de potentados
nunca rodeados de tan fu ertes vallas ju ríd icas y san cio­ y lores in gleses, siguen explotando las c o lo n ia s; mas la
nados con tan universal op osición . In teresa fija r, por gran masa del pueblo inglés, y en particular, los m illones
tanto, las con d icion es m undiales en que se ha producido d e sin trabajo son tan m iserables y tan parias en In gla­
este agudo síntom a de las con tra d iccion es ya irred u cti­ terra, com o los m ism os " in toca b les" hindúes, o los n e ­
bles entre el capitalism o — im perialista— , d el cual el gros caribeñ os. El oro d el R and, las sedas orien tales,
fa scism o es espolón de proa, y el socialism o que trata las pifias antillanas, no se llevan para distribuirse en los
de im poner sus id eales de ju sticia colectiva sin distin­ barrios ob reros de L ond res, sino para b e n e ficio d el m í­
ción de razas. nim o grupo de los am os, que son am os de B elice y
C eylán, pero tam bién lo son de la población obrera y
EL IM P E R IA L I S M O , C R IM E N IN F E C U N D O .—
rural d el R e m o U nido.
La tradición im perialista más activa y aparentem ente
P o se e Francia m edia Á frica , bastantes jiron es de
fru ctu osa, la representan en la actualidad Inglaterra,
Asia, y el segundo lugar com o potencia colonizadora.
Francia y E stados U nidos. La situación actual de estos
E sto no le da al ciudadano fran cés ni siquiera l a segu ­
tres países, puede decirn os si el im perialism o es un m e­
dio racional y eficaz de resolv er los problem as étn icos, ridad colectiva y el optim ism o n ecesa rios para confiar
econ óm icos y culturales de los pu eblos, tanto de los en su raza y aumentar su clan, ni vivir tranquilo den­
conquistadores com o de las víctim as. tro de sus fron teras de acero y cem en to. En una de
A ctualm ente el im perialism o in glés ha llegad o a una las n ovelas de A natolio, aparece un p erson a je — sim ­
extensión y prosperidad sin paralelo. D om in a 40 m illo­ b ó lico ( ? ) — , cuyo abuelo había sido regañado por N a ­
nes de k ilóm etros cuadrados en tod os los continentes y poleón, y que su fre de tem b lor h ereditario. ¿P a ra qué
500 m illon es de súbditos. ¿Q u ién podría d ecir que este sirve, puede preguntarse, el segundo im perio colonial
im perialism o es la solu ción id ea l para las poblaciones d el m undo, si la m etrópoli, adem ás de tantos m illones
de la India, ham brientas y retrasadas en tod os se n tid o s: de sú bditos, n ecesita buscar a tod o costo m illon es de
ni para los habitantes de las A n tilla s; ni para los egip­ aliados en todas partes, y aun con unos y otros, no puede
cios o b o e ro s? P ero el caso es que tam poco ese dom inio evitar la am enaza perm anente sob re el R h in ?
m undial constituye un éxito satisfactorio para el pueblo En cuanto a los E stados U n idos, sus proyectos ac­
in glés, que dueño del m undo, se v e roíd o por sus m illo­ tuales de abandonar Filipinas y P uerto R ic o , después de
nes de ob reros sin trabajo, y por im puestos que cada gastar m illares de vidas y en orm es sum as en conquis­
día m ayores, am enazan ya convertir en arm am entos to­ tarlos, constituyen una lección . Filipinas se ha con ver­
dos los ingresos británicos. Si siquiera esto significara tido, por su proxim idad al Japón, en el más serio peligro
ventajas p olíticas; pero es eviden te que Inglaterra ya de guerra dudosa para los am ericanos. P uerto R ico, con
no logra, com o antaño, im poner su voluntad en el plane­ su in soju zg a b le carácter in doh ispán ico, al través de un
ta, ante el surgim iento de rivales tan agresivos e tercio de siglo de inútiles in flu en cias yanquis, y con su
trem enda catástrofe econ óm ica, sem ejan te a la de Cuba, corrientes de opinión socialista, cuya represen tación se
ha llegado a ser un problem a de tal m agnitud para la hace oír por m edio de la Liga de N a cio n e s; pero no bas­
m etrópoli, que ya el representante ante el C ongreso de tante fu ertes aún esos partidos para realizar e im poner
W ashington, por N ew Y ork, M a rc A ntonio, ha presen ­ una política efectiva m en te social. E l caso de Francia
tado el proyecto, no sólo para que el g ob iern o am ericano explica todos los dem ás. Francia n ecesita a la L iga de
abandone su introm isión política en la isla, sino para N a cion es com o expresión d el hum anitarism o gen eroso
que recon ozca "q u e le d eb e una fu erte in d em n ización al que ha distinguido siem pre su teoría política, com o po­
pueblo portorriqueño," por los p erju icios que le ha cau­ sib le realización de sus ensueños d e m o crá tico s; y n ece­
sado la dom inación am ericana. En una form a u otra, es sita, adem ás de la Liga com o m ed io de d efen sa contra
cierto que dentro de poco, y no por rev olu cion es, sino la avalancha teutónica. N o obstan te esa d ob le n ecesidad
por desengaño de la política colon izadora m ilitar, E sta­ vital que tiene Francia de la Liga, los grupos derechistas
dos U nidos dejarán de encargarse d el m an ejo directo dom inantes en el G abin ete, los Sarraut, L aval y Flandin,
de estos países. Un cuarto de siglo de experiencia co lo ­ al m ism o tiem po que decretaron las sanciones contra el
nial, ha en señado a los am ericanos que sólo algunos fa scism o, dieron a éste toda clase de apoyo y elem entos,
trust de cau cheros, azucareros y bananeros, derivaron e in clusive, ataron las m anos a la víctim a, im pidiendo
grandes b en eficios de las colon ias arrebatadas a España, que Etiopía recibiera m ed ios de d efen sa por el fe rro ­
pero que la población am ericana no ha ten ido ningún carril fran cés, de D jib o u ti, Inglaterra y E stados U nidos,
provecho, y antes bien, ha visto cerca de sí graves m ientras puritanam ente se escandalizaban de los b om ­
peligros con estas conquistas. b ard eos y lluvias de gases contra poblados in d efen sos,
Si de las grandes potencias colon izadoras pasam os seguían ven d ien do p etróleo y pases por Suez al agresor.
a las m en ores, com o H olan d a y P ortugal, no se ven m e­ H asta varias de nuestras repúblicas hispanoam ericanas,
jores resultados. La explotación de las Indias O rientales, pretorianas y fascistizan tes, burlaron a G in ebra contra­
tan opulentas, y d el petróleo suram ericano, no exim e a bandeando las san cion es, y han sido las prim eras en
los vaqueros de F risia de seguir m adrugando a cuidar pedir su derogación , instigadas por el elem ento clerical
sus rebañ os. D eterd in g y algunos lob os más son los con servador, enem igo nato de la Liga.
b en eficiarios. Y para conservar una parte de los expolios, El ejército fascista había sido preced id o en Etiopía
han tenido que com partirlos con un s o cio de fu ertes por una vanguardia de m ision eros espías d el V aticano.
garras, el inglés. Igu alm en te, los portugueses, tam bién El Papa m ism o ha acabado (n oticia s cablegrá ficas del
am enazados ahora de ver repartidos sus d om inios en 12 de m a y o ) por celebrar “ la triunfal n oticia de l a paz
nuevas com ponendas y equ ilibrism os, han tenido que y considera esta conquista, condenada por la con cien cia
acogerse a la flota británica para con servar siquiera m undial, com o “ el preludio de la verdadera paz." M ie n ­
restos de sus m agn íficos dom inios. tras, m ald ice al com u n ism o, y los esfu erzos que hacen
Aun en las épocas prim itivas, cuando la conquista países com o M é x ic o y España por redim ir a su población
significaba saqueo inm ediato y su jeción y deportación analfabeta y m iserable.
en m asa de pueblos adju d icad os com o esclavos a los La m ayor parte de los países em pezaron por d ecre­
v en ced ores, ni entonces siquiera las más vastas y ricas tar una prohibición de exportar armas a los beligerantes,
presas sirvieron para aliviar la suerte de los pueblos que naturalm ente fu e m ortal para E tiopía, carente de
dom inadores. L os honores d el triun fo, com o el usufructo fábricas de arm am entos. Las san cion es, sin duda, ha­
del m ism o, se quedaban en m anos de los césares y los brían sido una ayuda e fica z si se hubieran aplicado con
procónsules, que regresaban a R om a, no a hacer m ejor le a lta d ; pero en cam bio de esto, un rayo atronador y
a R om a, sino a asom brarla y en vilecerla con sus perso­ a bsorben te, un peligro suprem o, en auxilio del fa scism o,
nales d erroch es. La conquista, por eso, casi siem pre es fu e la ocupación m ilitar de R enania. D e s d e ese m om en ­
tam bién una aventura personal, gloriosa si la logra un to, la guerra africana pareció cosa de ju gu ete, ante la
C ortés, crim inal si la pierde un R a u sset de B oulbon, inm inencia de las reivind icacion es territoriales y co lo ­
ante el criterio burgués que lo m ide todo por el éxito. niales del H itlerism o. Em pujada hacia el abism o, la Liga
En térm inos econ óm icos, la conquista es un mal de N a cion es no encontró apoyo serio de las naciones
n egocio para los pueblos. El trabajo de los esclavos es m ás interesadas en salvarla, com o Francia y los innu­
siem pre m alo y poco p rod u ctiv o; esto se sabe desde m erables países d éb iles amagados tod os por la pro­
C olum ela. Si, com o lo proclam a la hipocresía de los clam ación d el n uevo d erech o de conquista y de supe­
civilizados, la conquista no se hace para explotar escla ­ rioridad de razas y sistem as. A terrorizado por los b om ­
vos, m inas, recu rsos naturales, sino para "m e jo ra r y bardeos aéreos y de gases asfixiantes, m asacrado un
cristianizar” a los v en cid os y transm itirles cultura y cuarto de m illón de casi in d efen sos habitantes, acabó
bienestar, entonces el n egocio sería pésim o y aun hasta por sucum bir un p u eblo cuyo d elito es haber olvidado
in con cebible. Y en ese caso, habría que pedir que los la barbarie de sus m ayores y haber con fia d o dem asiado
conquistadores com enzaran por libertar a sus propios en las fra ses y prom esas de los civilizados.
siervos, por alim entar a sus propios sin trabajo, y por La caída de A ddis-A beba, in cen diada, puede recor­
hacer ju sticia dentro de su propia casa. dar a los preterizantes a Ilion, a Sagunto, a T en och ti­
LA C O M P L I C ID A D D E L O S IM P E R IA L IS M O S tl án. Para el futuro, no será sino uno de los grandes
C O N T R A E T IO P IA .— El h echo de que el fa scism o haya baldon es de la civilización capitalista, que m aniató a
podido invadir y sojuzgar a E tiopía contra la opinión Etiopía con prom esas, la desarm ó prácticam ente, y siguió
claram ente expresada en su contra por 51 naciones, com erciand o y prestando toda clase de auxilios al fa scio,
unanim idad nunca antes alcanzada en la historia, se a espaldas de las sanciones decretadas, in clusive la
explica por la duplicidad en la situación actual de las llam ada de atención estratégica en el R hin, lo que con­
grandes potencias, en cada una de l as cuales hay parti­ tribuyó de manera d ecisiva a una tan rápida d ecisión de
dos izquierdistas bastante vigorosos para im poner la g u erra . (S ig u e e n l a p á g . 1 8 )
La N ueva Liga de N aciones
(V ie n e de la pág. 15.)

EL N U E V O I M P E R I O R O M A N O .— La resu rrec­ y cultura, substituirá, sin duda, los espectros


ción d e l im perio de los C ésares es una am bición que de im perios fu lm in adores e im placables. El m om ento
durante m uchos siglos ha o b se d id o a diversos en sob er­ actual en que los retrógrados conquistadores triunfan,
b ecid os reyes eu ropeos. En esta lista entran innum e­ no es ciertam ente oportuno para exagerados optim ism os.
rables gu erras; Cario M a g n o, los Staufen, los papas El m undo nuevo, organizado y ju sto , vacila aún en po­
im periales, C arlos V, N ap oleón. La últim a guerra euro­ n erse de pie, y por ello los que no lo quieren ni desean
pea habría podido term inar con un im perio rom ano, re ­ se apresuran a declarar que es un m ito. S ólo que no
gido d esd e B erlín o V iena. Esta pesadilla europea renace alcanzan a ver que es un b ello m ito en m archa hacia
ahora con la proclam ación de un n uevo Im perio R om an o, la plenitud de la verdad. Esta es la esen cia de nuestra
que para serlo de veras n ecesitaría com o precio un d e ­ época.
cen io o un siglo de guerras, hasta dom inar por lo m enos
LA N U E V A L IG A .— La nueva y verdadera Liga
la cuenca m editerránea. Esta reversión de la historia
tendrá que integrarse por pu eblos, o n acion es que, por
hacia el esp ejism o de un pasado que por más grandioso
haber realizado previam ente dentro d e sí la ju sticia
que se le adm ire no es sino un pasado m uerto, superado
econ óm ica , estén libres de apetitos de devorar caniba­
ya, es una con cep ción propia de la m ente o bnubilada
le scam ente a sus vecin os y cofra d es.
por el egoísm o capitalista; ese egoísm o que p referiría
regresar a los absolu tism os asiáticos, y aun a la barbarie M ien tra s esa verdadera Liga adviene, verem os des­
prim itiva, antes que aceptar la idea d el progreso uni­ arrollarse n ob les y va liosos esfu erzos preparatorios, por
versal y el advenim iento de una era nueva de ju sticia parte de las clases y partidos con scien tes de tod os los
social igualitaria y con viven cia pacífica para todos los países, por con ten er el perpetuo amago d el im perialism o.
pu eblos. La Liga actual, abundante en excelen tes propósitos y
exigua de posibilid ad es, no ha p odido im pedir el episo­
L a voluntad de dom inación fa scista no encarna, en
dio ca nib a lesco en que ha sido d evorado el más pobre,
ninguna form a, un elem ento nuevo h istó rico ; los m edios
d é b il y digno de ayuda de sus m iem b ros. D esp u és de
de que se vale, las guerras de conquista, tam poco son
este episodio shak espearino desarrollado en escala co­
una n oved ad. Expresan no m ás la resisten cia d el pasado
losal, ante el escen ario de G in ebra, el m undo sabe que
pútrido a adm itir la solu ción nueva, universal, por m e dio
los propósitos de enm ienda que ha h echo el capitalism o
de la ju sticia distributiva d el trabajo y d el consum o,
que im plica el socialism o. La com plicidad de los dem ás en el pacto de la L iga, son hipócritas y peligrosos.
im perialism os, no obstan te el d erroch e de bellas pala­ P ero el m undo tam poco podrá pasarse ya sin una
bras d e sus representantes de G in ebra, com plicidad que Liga de N a cion es. R econ stitu id a o nueva, cada v e z h a
revela sim plem en te la solidaridad de la clase dom ina­ de ser más firm e en sus cim ien tos y e fica z en sus acti­
dora en los d iferen tes países en la lucha contra los pue­ vidades. Y su núcleo expansivo han de ser las nuevas
blos, tam poco es un fen óm en o extraño para quien puede naciones socialistas, o aquellas en que vayan im ponién­
guiarse en este laberin to con el fanal del m aterialism o d ose en m ayor grado los principios d el socialism o, por
h istórico. ser éstas las únicas n acion es que no tendrán reservas
En sín tesis, el nuevo Im perio R om an o, o im itará al m entales ni propósitos de esclavizar y explotar a las
antiguo en su guerra perpetua e im placable para dom inar otras, que son los orígen es d e las guerras.
y m an ten er tributario al m undo co n ocid o, perspectiva E l desarrollo particular y ep isód ico, tanto inm edia­
que p arece exorbitantem en te fan tástica en nuestros to com o futuro, es im previsible. L o ú nico que puede afir­
d ía s; o, lo que es probable, quedará en proyecto, y no m arse sin tem or a ser d esm en tido, es que m ientras haya
tarde, por ju sticia social y extinción de las castas gue­ capitalism o opresor dentro de un país, habrá im perialis­
rreras y ociosas (m ovim ien to in evitable que invade ya m o, o d eseo de las castas privilegiadas y voraces de
el m ovim ien to general de los pueblos hacia la Francia vivir a costa de la sangre y el sudor de otros pueblos.
y España ta m bién ) el pu eblo italiano gravitará hacia Es decir, que m ientras haya capitalism o im perialista,
la reorgan ización interna y la pacífica con venien cia m un­ habrá guerra internacional de conquista o de rivalidad,
dial, basada en el in tercam bio ju sto de m aterias primas de saqueo y devastación en todas las horrendas form as
y m anufacturas, en el reparto equitativo de los bien es p osibles y con elem entos cada vez m ás d estru ctores. La
d e la tierra entre tod os los h om b res, que no ha podido conquista de A bisinia, con su co rte jo de horrores y peli­
ni p u ede lograr el capitalism o, y que es la m eta de los gros de nuevas com p lica cion es, peligrosísim as aun para
partidos socialistas que tratan ya de realizar su ideal el m ism o pu eblo italiano en prim er térm ino, no sirve
en varios países, sin provocar guerras. sino para rem achar en la con cien cia universal, h a cién d o­
E sta es la verdadera d irección actual de los e s fu e r­ la tan clara com o el día para m u ch os que no alcanzaban
zos con stru ctivos, por m ás que en ciertos m om entos se a com prenderla, la verdad vital y profunda d el principio
presen ten aspectos espectacu lares en que parece cola ­ so cia lista : La explotación de clase engendra la lucha y
borar la fantasía cinem ática revolvedora de estilos y de la guerra in tern a ; y ésta a su vez, engendra el im peria­
ép ocas. E l porvenir europeo y m undial, no será patrim o­ lism o y la guerra internacional. S ólo la ju sticia econ ó­
nio de C alígulas y T ib erio s. La técn ica organizadora del m ica y social dentro de cada país, perm itirá la pacífica
trabajo y de la producción, y creadora de ulterior prosp erid
a
d con viven cia de los pueblos.
EL ABORTO POR CAUSAS SOCIALES
Y ECONÓM ICAS
P o n en cia presen ta d a a la C on ven ­
ción d e U nificación P en a l por la
D ra . O felia D o m ín g u ez Navarro, a
tra v és d e la D ra. M a th ild e R odrí­
g u ez Cabo.

El D erech o P en al ha ten ido que ir su frien do m od i­ p royectos. El aborto co m o resu ltado de un delito — in­
ficaciones en su estructura, pero lo ha hecho opon ien do cesto, viola ción , etc.— , está sien do aceptado en una gran
siem pre resisten cia a las in n ovacion es, con virtiéndose, cantidad de có d ig os. Plasta estos últim os tiem pos no se
muchas v eces, en una verdadera fu en te de principios había atendido a otro m otivo que in flu ye poderosam ente
antinóm icos, por la m ezcla in congruente que resulta su en la práctica d el a b o rto ; m e re fie ro al econ óm ico. En la
articulado en el que se re fle ja la pugna de escu elas o la actu alidad es fá c il com probar que la m ayor práctica del
estrechez constitucional. En M é x ic o , por fortuna, pero aborto no o b e d e ce sólo a m otivos m orales o dogm áticos
no sin h aber pasado antes por un largo y sangriento pro­ para salvar el h onor con vencion al. Se puede com probar
ceso, la tran sform ación de su O R D E N J U R Í D IC O se fá cilm en te que éste se produce en gran escala en el
realiza casi paralela a la tran sform ación de su O R D E N m atrim onio con form a d o a la m oral burguesa y entre las
S O C IA L , llen án d ose así la n ecesid a d d e garantías po­ m u jeres proletarias que no con dicion an su vida, dentro
pulares ante las fu erzas coaligadas de la rea cción . El de esos m old es, ajustando sus actos a principios que
derecho actual de M é x ic o ha de tender a con solidar las emanan de las teorías m arxistas. Estas m u jeres, cari
conquistas dem ocráticas del pueblo, protegiendo los in­ en su totalidad, practican el aborto obligadas por el
tereses d el proletariado y el cam pesino, en la lucha con­ hecho fatal del p roblem a econ óm ico.
tra los d eten tadores de los m edios d e producción, d ic ­ L os m otivos apuntados han suscitado un fu erte m o­
tadores hasta ahora de la ley. v im ie nto m undial contra la punición de este acto que ha
P ero no podem os silenciar que aún quedan fu erte­ d eja d o d e ser d elito en dos o tres países. H asta 1933, en
mente arraigados en el D e re ch o P rivad o M e x ica n o pre­ la U. R . S. S. y en E stonia, sólo se penaba la práctica
ceptos que chocan con el am biente revolu cion ario del d el aborto cuando d e ja b a de realizarse con form e a las
m edio. La su bsistencia d el aborto punible en la leg is­ norm as legales establecid as. En los pueblos don de el
lación contrasta fu ertem en te con las audaces in n ovacio­ aborto se pena es in ca lcu la b le el núm ero d e casos que
nes que en otro sentido ha aceptado la ley, m áxim e escapan a la esfera ju ríd ica por ser éste uno de los d eli­
cuando la punibilidad no ha dism inuido su com isión , tos más fá ciles d e m antener en la im punidad. En reali­
aum entándola sí, de m od o pavoroso, a m edida que au­ dad, son m uy pocos los casos de aborto, en relación a
menta la proyección de la crisis econ óm ica. A ten dien do los que se practican, que llegan a ser en ju icia dos. El
a esa realidad, abordaré en esta ponencia el caso con ­ m éd ico especialista español, J o sé M a ría O talaola, d ice :
creto de la supresión d el aborto d el catálogo de los d eli­ “ N o es d escon ocid a de los especialistas la aterradora
tos por causas econ óm icas y socia les. frecu en cia con que el aborto crim inal se prodiga, y re ­
El D erech o C anón ico, con su teoría del C O R P U S visando nuestras notas clín icas, podríam os com probar
F O R M A T U M y el C O R P U S IN F O R M A T U M , in flu ye la opinión de C hristian i, que d e cada cuatro o cinco
poderosam en te — produciendo en el orden punitivo una m u jeres que acuden a la consulta d el g in ecólogo, una,
variada calificación — en la exacerbada penalidad que por lo m en os, lo hace com o con secu en cia de un aborto
recae sobre la práctica d el aborto. D urante m ucho tiem ­ crim in al.” Esta opinión es una de las m uchas que vienen
po las sanciones fu eron la pena de m uerte, torturas, tra­ a corroborar el aserto de que ni las m ás violentas san­
bajos forza d os, cadena perpetua, etc. Las m ism as penas cion es han podido lograr la dism inución d el aborto, que
que recaían sobre el asesinato y el h om icidio. M á s tarde se in ten sifica a partir d e la guerra m undial. G uiándonos
aparecen en los C ódigos m otivos de atenuación, siendo por las estadísticas crim inales n o podríam os más que
el más atendido el d el honor, que consagra la ley penal con ocer su aum ento progresivo allí donde las con d icion es
de casi todos los países de un m od o expreso o tácito. econ óm icas d el m ed io dificu ltan la vida.
El aborto terapéutico, para salvar a la m ujer, plantea El d octor E ugenio C uello C alón, en sus “ C U E S T IO ­
a los juristas el con flicto de bien es de valor desigual N E S P E N A L E S R E L A T IV A S A L A B O R T O ,” presenta
y es im pugnado por la iglesia. E ste m otivo, que se pre­ estos datos de elocu en cia v iv a : “ En Francia, en 1909, el
senta com o exim ente de respon sabilidad, es lleva d o a Jurado co n o ció de 27 d elitos de a b orto; este núm ero
m uchos p royectos y aceptado por algunos cód igos, entre ascendió en 1915 a 4 4 ; en 1921 a 130.” E l d octor Lao­
ellos el m exicano. El aborto eu génico es aún m otivo de cassagne, evaluaba en 500,000 el núm ero anual de abor­
especu lacion es cien tífica s en los centros de estudio, pero tos en F ra n cia ; el doctor M o n in , evaluaba en 100,000
tam bién ha sid o presentado recien tem ente en algunos los efectu a d os en P arís, d on de el núm ero de nacim ien tos
FUTURO juzga interesante publicar esta iniciativa porque su contenido y tendencia fueron presentados por la prensa diaria en una forma torpe y
maliciosamente alterada. Como se verá no se trata de proteger el vicio ni solapar el crimen sino por el contrario. Se enfrenta con una dura realidad,
que es lamentable consecuencia de nuestra actual organización económica y sugiere el remedio.
Cerrar los ojos ante esa realidad cruda como los avestruces, adoptar ante ella pudibundas, actitudes gazmoñas, es cobarde y es tonto.
Creemos, pues, que debe ponérsele cuidadosa atención y meditar hondamente sobre sus conclusiones.— (Nota de FUTURO.)
es de unos 60,000; el p rofesor Budín, para toda m ediare v iolen cia física o m oral, se im pondrá al delin­
Francia les estim a en 500 por día. cuente de 6 a 8 años. En el artículo 331 se d ic e : “ Se
En A lem ania, el g in ecólogo p rofesor Bum m , en el im pondrá de un año a seis m eses de prisión a la madre
año de 1922 calculaba que de cada cin co em barazos uno que voluntariam ente procure su aborto o con sien ta en
term inaba por aborto. Se calculan en más de 400,000 el que otro la h aga abortar, si concurren estas tres circuns­
núm ero de abortos crim inales en A lem ania por año. En ta n cia s: I. Q u e no tenga m ala fa m a ; I I . Q u e h aya logra­
España, la estadística penitenciaria nos dem uestra de do ocultar su em b a ra zo; I I I . Q u e éste sea fru to de
un m od o claro el form id a b le aum ento d el aborto crim i­ unión ilegítim a.”
nal. Claro que las estadísticas no señalan la realidad, Faltando alguna d e las circunstancias m encionadas,
pero sí m arcan el aum ento progresivo de los casos que se le aplicará de uno a cin co años d e prisión.
no h an podido escapar a los tribunales. N o es punible, d ice el artículo 333, el aborto causa­
N osotros no podem os o fre ce r datos estadísticos exac­ d o sólo por im prudencia de la m u jer em barazada o
tos tam poco, pero pod em os recurrir a la con cien cia m édica cuando el em barazo sea el resultado d e una violación.
en apoyo de lo que afirm am os, es decir, de que el aumento En el 334, se con sig n a ; “ que no se aplicará sanción cuan­
progresivo y alarm ante d el aborto crim inal no se d eb e do de no provocarse el aborto, la m u je r em barazada
ya sólo a m otivos de ín dole m oral, sino tam bién, y en corra peligro de m u erte.”
m ayor escala, al grave e in solu b le problem a que presenta D e la lectura de estos artículos se in fie re tanto la
la socied ad capitalista, en relación con la desigualdad in flu encia de la m oral d el régim en, co m o la influencia
econ óm ica que le caracteriza. de las distintas escu elas penales. L os vestig ios severos
La crisis ba aum entado el núm ero de los abortos y d el D e re ch o C anón ico, encontrando e co en la in flex ibi­
la punición de este acto va a afectar, por lo tanto, a las lidad d el artículo 330, contrastan con lo s m od ern os prin­
clases m ás pobres de la p oblación, debid o a que éstas no cipios q u e aparecen en los artículos sigu ien tes que
pueden recurrir a los servicios de especialistas, ni a los señalan las atenuantes y exim entes d e responsabilidad
m étodos an ticon cepcion ales de que sólo pueden disponer crim inal en el aborto realizado en determ in adas circuns­
los ricos. L os m illares de niños en ferm os, d esn u trid os; tancias. Aquí vem os aceptados los m otiv os su bjetivos
lo pavoroso de la m ortalidad in fa n til; el aum ento de la d el honor para atenuar la resp on sa b ilid a d , así com o el
d elincu en cia in fa n til; los m illon es de parados en m ed io aborto terapéutico, el realizado por im p ru d en cia, o el
de la in estabilidad característica d el sistem a, plantea a que sea resultado de un delito, com o en el ca so de la
las parejas pobres el dilem a de ser los autores de la violación .
desventura de in fe lice s víctim as d e un sistem a de enor­ El C ódigo m exicano de 31 no podía d e ja r de reflejar
m es desigu aldades de base econ óm ica, o de enfrentarse la inquietud m undial surgida alrededor de esta figura de
con terribles sanciones que castigan un acto que, en delito. La id ea de la punición d el aborto se abre paso
estos casos, es de alta prevención social. en los distintos p royectos de cód ig os m o d ern os, bien
El h echo de la carencia de m edios econ óm icos o b li­ adm itiendo determ inadas exim entes, algunas de tan
ga a la m u jer a recu rrir al aborto. P or ese m ism o h ech o m arcado con ten id o social com o el aborto eu g én ico, el
va a m anos de m u jeres y de h om bres no capacitados terapéutico y basta el de “ in d icación s o cia l” que tiene
cien tíficam en te, d escon o ce d o re s m uchas v eces basta de en cuenta el núm ero de h ijo s en rela ción con el estado
los más elem entales con ocim ien tos de higiene. E sto, e con óm ico de los padres. A este resp ecto señalam os el
unido a la serie de m edicam en tos y brebajes que se in ­ anteproyecto c h e co e slovaco de 1926. S eñ alam os, asim is­
gieren, sin prescripción facultativa, viene a arruinar el m o, que en el V II C on greso C ie n tífico am ericano cele­
organism o de la m u jer. Si se realiza un estudio detenido brado en el D istrito F ed eral en 1935, se a b ord ó este
de los casos de aborto que nos presentan las estadísticas trascendental problem a, habiendo llega d o a conclusiones
crim inales y penitenciarias, llegarem os a la con clu sión m uy avanzadas.
de que en su totalidad se h an practicado entre m u jeres T o d o s los delitos, en m ayor o m en or grado, son,
que, d ebid o a su situación econ óm i ca, no h an podido en últim a instancia, resultantes de la estructura econó­
eludir la acción de la ju sticia. P or ello es n ecesario en­ m ica de la socied ad . P or ello el le g isla d or d e h oy no
foca r este problem a con sen tido social, adm itiendo la puede prescindir de un criterio cie n tífico revolu cion ario.
realidad de que el aborto, con sid era d o com o delito, agu­ Y si el h e cho econ óm ico, m otivo fu n dam en tal del aborto
diza, en v ez de resolv er un problem a de esa índole. en la actualidad, h a escapado basta ahora, a la valori­
Al estudiar la reform a d el articulado d el C ódigo zación ju rídica, no puede ya adm itirse la persisten cia de
que se contrae al aborto crim inal, lo harem os prescin­ esa actitud de com pleto d esa cu erd o con la realidad
dien do d el fárrago de teorías ju rídicas contradictorias social.
que h a suscitado . T o d o precepto legal nuevo h a de ten ­ En la U nión S oviética , con una clara v isión sobre
der al fortalecim ien to de los principios re v o lu cio n a rio s; el problem a penal d el aborto, d esd e 1918 a 1920, se
h a de ir de acuerdo con la con sistencia socialista que consagra en m edidas legislativas su no punición. El
se le quiere im prim ir al sistem a. D e no hacerlo así. no C ódigo de 1922 acoge este criterio. M á s tarde, en 1926,
podem os d ecir que prestam os un servicio al pueblo queda d efinitivam ente reglam entado el aborto b a jo el
m exicano. con trol d el E stado, m arcando el C ódig o P en a l las san­
En el artículo 329 d el C ódigo Penal, se d efin e el cion es que tienen com o principal o b je tiv o proteger la
aborto com o “ la m uerte d el producto de la con cep ción salud de la m u jer, ya que según el artículo 140, se incu­
en cualquier m om ento de la preñ ez,” y la pena que se rre en ellas cuando “ es ejecu ta d o con el con sen tim ien to
aplica a los que lo practican, según el 330, es de uno a d e la m adre por personas que carezcan d e la necesaria
tres años, sea cual fu ere el m ed io que se em pleare, preparación m éd ica o en con d icion es p erju d icia les a la
siem pre que lo h aga con el con sen tim ien to de la m u jer. sa lu d ” o cuando “ el aborto ejecu ta d o en las con d icion es
Cuando falte éste, la prisión será de 3 a 6 años, y si previstas en el párrafo anterior, se practique con carácter
profesional sin el con sen tim ien to de la m adre, o si N o se derivan, pues, de la práctica legal d el aborto,
causare la m u erte.” otros b ien es que. el de conservar la salud de la m u jer
La legalización d el aborto en R usia, no quiere decir y el d e evitar todos los m ales que se le presentan al niño
que allá se recom ien d e sino que, por el contrario, es el en estos m ed ios d on de las d ificu lta d es de la vida con­
más efectiv o m edio de lucha contra el aborto. La no form an la conducta antisocial. L os m éd icos y los juristas
punición h a sido acom pañada de una intensa campaña saben que las m ás fu ertes san cion es no h an podido evi­
contra el m ism o. La doctora R od ríg u ez C abo, J e fe h oy tar el aborto clan destino y que éste se practica en con d i­
del D epartam ento de P revención S ocia l d el D istrito F e­ cion es fatales para las que no tienen fa cilid a d es econ ó­
deral, en el in form e rendido al D epartam ento de Salu­ m icas.
bridad P ú blica, después de su v ia je a R usia en 1929, P o r lo expuesto, com o uno de lo s m otivos básicos
com ision ada por el G ob iern o de M é x ic o para estudiar d e la reform a penal, y la m ayor p rotección a las clases
la organización soviética de p rotección a la m adre y al trabajadoras d el país, proponem os las siguientes
niño, detalla la reglam entación d el aborto en ese país, la
que puede con sid erarse com o m od elo, desde el punto C O N C L U S IO N E S :
de vista cien tífico y social. Es evidente, y así h a sido
puesto de m an ifiesto en R u sia, la íntima ligazón que
P rim era. Q u e por el E stad o se con trole y regule la
existe entre la legalización d el aborto y la utilización de
práctica d el aborto, recom en d á n d ose que la Secretaria
los m étodos an ticon cepcion ales, los que funcionan co ­
d e G ob ern a ción y el D epartam ento de Salubridad P ú­
m o m edida de prevención d el m ism o, lo que supone
blica design en una com isión que estudie conjuntam ente
la obligación del E stado de poner al alcance de las clases
la reglam entación d el aborto, así com o el em pleo de los
pobres en los países capitalistas el em pleo de estos
m étodos an ticon cepcion ales. E sta reglam entación h a de
m étodos, com o ya se h a realizado en la U nión S oviética
realizarse atendiendo a las siguientes b a s e s :
donde, con el carácter de una m edida social, existen
a ). Q u e el aborto sólo pueda practicarse por m é ­
consultas m éd icas con ese o b je to , así com o “ se da a la
m u jer rusa — dice M a thild e R od ríg u ez C abo— la p osib i­ d icos autorizados por el D epartam en to correspon dien te,
lidad de controlar a su gusto las fu n cion es de reprodu c­ en los lugares que se indique y dentro de los tres pri­
ción que en los países capitalistas casi es exclusiva de m eros m eses d el em barazo.
la m u jer bu rguesa.” b ). Q u e la legalización d el aborto tenga la signi­
Para los que se alarm en pensando que estas prác­ fica ción de lu ch a contra el m ism o, al h acer obligatoria
ticas contribuirían a un aum ento desproporcion ado de a los m éd icos autorizados para intervenir en su práctica,
los abortos y al relajam ien to de las buenas costu m bres, la más amplia divulgación cien tífica sob re los m ales que
podem os presentar el dato con creto del aum ento de la acarrea al organism o d e la m u jer la interrupción del
natalidad en R u sia y de la dism in ución del aborto en em barazo.
estos últim os tiem pos al operarse la transform ación del c ). H a ce r que en los con su ltorios m éd icos, tam bién
sistem a. T od o lo contrario d e lo que ocurre en A lem ania autorizados, se recom ien d e el em pleo de m étodos anti­
y en otros países. Y es que hoy en aquel país ni en el con cep cion ales y los pongan al alcance de las m adres
orden m oral ni en el orden e con óm ico el hijo viene a pobres.
desequilibrar la vida de los padres.
d ). H a ce r que un cuerpo in vestigador com pruebe
Es una realidad a cuyo con ocim ien to no puede su b s­
las con d icion es econ óm icas y sociales en que se d esen ­
traerse el legislad or m exicano, que el proceso de la
vu elve la m u jer que solicite se le practique el aborto.
transform ación p olític o -e con óm ica de este pueblo, tiene
que in flu ir de un m od o fu n dam en tal sobre sus tipos Segunda. Q u e Se deroguen los artículos com pren­
delictivos y en la valorización de los distintos delitos. didos en el Capítulo V I d el T ítu lo D e cim onoven o del
P or ello su legislación revolu cion aria no puede d eja r de C ódigo P enal, vigen te en el D istrito Federal.
actuar en fu n ción social y política, en este m om ento T ercera . Q u e se red acte un artículo contentivo de
especialísim o en que se produce un m arcado cam bio que las sanciones que h an de recaer sob re el aborto practi­
afecta la estructuración d el sistem a. T od a ley penal que cado con el con sen tim ien to de la m adre, por personas no
se dicte hoy h a d e estar con secu en te con esa realidad. autorizadas para ello o en con d icion es p erju d iciales a la
La persistencia aún de algunas instituciones jurídicas salud d e la m u jer, así com o cuando el aborto sea e je ­
anacrónicas, aparece com o reza g os lam entables que en­ cutado con carácter profesional, sin el con sen tim ien to
torpecen la d efen sa social, e je que determ ina una postu­ de la m u jer o de una com isión d ictam inadora, aun den­
ra nueva de la ley. tro de las con d icion es previstas.

LA UNIVERSIDAD OBRERA DE MÉXICO


Invita a los trabajadores que deseen cursar la Instrucción Primaria, a
inscribirse en la Escuela Nocturna situada en la Calle de las Estacio­
nes No. 38, de 7 a 9 de la noche
La Crítica Social d e Thomas M o r e
T hom as M o re , cuyo apellido ha sido castellanizado V ien do que gastan sólo n ueve horas en trabajar,
con la palabra “ m oro,” pu blicó en el año de 1518, su tal vez pudiera pensarse que ha de sobreven ir por ello
céleb re obra titu lada: “ U topía.” El autor re fie re que un la falta de algunas cosas n e ce sa ria s; pero no es así de
viajero visitó una isla en la que existía una organización ningún m od o, porque ese pequeño tiem po no solam ente
com unista. es bastante, sino tam bién m ucho para el atesoram iento
En la época en que M o re escrib ió “ U topía” com en ­ y abundancia de todas las cosas que se requieren, ya
zaba a d esen v olv erse en Inglaterra el capitalism o. La sea para las n ecesid a d es o para la com od idad de la vida.
in ju sticia y la desigualdad que ya sufrían los trabaja­ P u ed e p ercibirse, si se con sidera este punto con d eten ­
dores, con m ovieron el ánim o d el autor, llevándolo a ción, que gran núm ero de gentes viven ociosa s en otros
pensar en una socied ad ideal. países. P rim ero que todo, las m u jeres, las cuales form an
La obra de M o r e con tien e una vigorosa crítica a la la m itad de todo el n ú m ero; pues si las m u jeres en al­
socied ad de su tiem po, crítica que parece redactada en guna parte están ocupadas, lo más com ún es que en su
nuestros días. lugar los hom bres estén holgando. A dem ás, qué grande
L os fragm en tos que a continuación se insertan son y cuán desocupada es la com pañía de los prestes, o re­
extrem adam ente interesantes para el proletariado que ligiosos com o los llam an.. . A grégu en se en seguida todos
lucha en contra de la burguesía, y fu eron entresacados los ricos, especialm en te tod os los terratenientes, que
de la citada obra. com únm ente son llam ados gen tilesh om bres y n obles.
* * * H a y que agregar en este núm ero, el de sus sirvientes,
con lo que quiero d ecir todo este rebaño d e forn id os y
El principal y casi ú nico o fic io de los isleñ os es ver
ja cta n ciosos escu d eros. Júntense a ellos, adem ás, los
que ningún h o m b r e esté o cio s o , sino que cada uno se
porfiados y valientes m en digos arrastrando su estéril
aplique a su propio arte con la más seria d ilig en cia ; pero
vida, su color de alguna lacra o en ferm edad. Y en verdad
nadie d ebe estar su jeto a continuo trabajo d esd e tem ­
que se acabará por descu brir que son m uchos m enos de
prano en la mañana basta tarde en la n oche, com o bestia lo que se piensa aquéllos por cuya labor son forjad as
de carga, pues esto es peor que la m iserable y d esven ­
todas estas cosas que se usan d ia n a y fr e c u entem ente
turada con d ición de los esclavos. N o obstante, ésta es en la vida de los h om bres.
casi en todas partes la vida de los trabajadores y arte­
Ahora pónganse a considerar de estos pocos que
sanos, excepto en U topía. P orque ellos dividen el día y
trabajan, cuán pocos todavía están ocupados en trabajos
la noche en 24 horas ju stas, dedican do y señalando
n ecesarios. P orque don de la m oneda sostien e todo el
solam ente seis de estas horas al trabajo, antes del m e­
m ovim ien to, existen m uchas ocu p acion es superfluas y
diodía, llegando el cual van derech am en te a c o m e r ; y
vanas, que se hacen n ecesarias únicam ente para servir
después de com er, cuando han pasado dos horas, vuelven
escan dalosas su perflu idades y desh on estos placeres.
a trabajar tres horas, al fin de las cuales regresan a
P ues la m ism a m ultitud por ahora está ocupada en tra­
cenar. A l dar las och o de la n och e van a acostarse, ocho
bajar, si se dividiera en tan pocas ocu pacion es com o el
horas se les dan para dorm ir.
uso n ecesario de la naturaleza requ iere, sería tan grande
T od o el tiem po lib re, esto es, entre las horas de
la abundancia de cosas com o lo exigiera la n ecesidad,
trabajo, sueño y com ida, se perm ite que lo em plee cada
y sin duda los precios bajarían un poco para que los
uno com o m ejor le parezca. N o se piense que ellos d eben
artesanos sostuvieran m ejor sus vidas.
malgastar este tiem po en borracheras y h olg a za n ería s;
sino que al dejar el trabajo de sus propios o ficio s , deben P ero si todos éstos que ahora vem os ocu pados en
invertir el tiem po bien y con provech o, en alguna otra ocu pacion es sin provech o, con toda la grey d e aquellos
actividad que les plazca. P orque existe allí una solem ­ que viven en la holganza y la d esh onestidad y que con ­
ne costu m bre, de em plear diariam ente en c o n fe ­ sum en y derrochan cada uno de ellos m ucho más de
rencias la prim era parte del día, con feren cias dictadas estas cosas que son el resultado d el trabajo de otros
por aquellos que son expresam ente escog id os para en­ hom bres y que los trabajadores m ism os h a ce n ; si todas
señar. Una gran m ultitud de personas de toda esp ecie, éstos, repito, fueran puestos a trabajar de m anera pro­
lo m ism o h om bres que m u jeres, van a escuchar las vech osa, fá cilm en te podría percibirse cuán poco tiem po
con feren cias, escog ien d o aquellas que más les agradan. sería su ficien te, en verdad, y aun dem asiado, para apilar
Sin em bargo, y no obstante esto, si cualquier h om b re y surtirnos de todas las cosas que pueden ser requeridas
em plea más bien este tiem po en su propia ocupación ya por la n ecesid a d , por la com od ida d o por el placar,
(c o m o su ced e con algunos cuya inteligencia se levanta siem pre que el m ism o placer sea con m ed ida y natural.
a la contem plación de alguna cien cia o arte lib e r a l), no Y en Utopía todo esto se hace por sí m ism o m an ifiesto
se le estorba ni prohíbe, sino que se le alaba y recom ien ­ y llano.
da com o con venien te para la riqueza com ún. Ahora bien, ya he declarado y d escrito ante ustedes,
D espu és de cenar dedican una hora al ju e g o : en tan fielm en te com o puedo, la form a y orden de esta
verano en los jard in es, en invierno en salas generales, riqueza com ún, que verdaderam en te a m i ju icio es no
d on de com en y cenan. A llí se ejercitan unos en la m úsica sólo la m ejor, sino tam bién la única que con buen d ere­
y otros en honestas y saludables reuniones. N o saben cho puede reclam ar y tom ar para sí el hom bre de riqueza
jugar a los dados, ni otros n ecios y perniciosos ju egos. com ún y prosperidad pública. P orque en otras partes
hablan todavía d e riqueza com ún, pero cada h om bre pro­ lo contrario, deja de aprovisionar a los que aran, a los
cura su propia ganancia particular. Aquí donde nada es m ineros, labradores, carreton eros, h erreros y carpinteros,
privado, los asuntos com u n es son m irados con m ayor sin los cuales ningún bien estar puede continuar? P ero
seriedad, porque en otros países que no con ocen esto, todavía m ás. D esp u és que se ha abusado de la vigorosa
el que corre riesg o de m orir de ham bre únicam ente hace y lozana edad de los trabajadores, cuando éstos se ven
provisiones para sí m ism o. Y por tanto, aquél es obligado oprim idos por la v e je z y las en ferm ed a d es, quedando
por la n ecesid ad absoluta de tener cuidado con sigo m is­ n ecesita d os, m íseros e indigen tes de todas las cosas,
mo, más bien que d el pueblo, es decir, de otro. P or lo entonces se les olvida y su fren las más penosas vigilias,
contrario, donde todas las cosas son com unes a todos y sin recordar sus m u ch os y grandes b e n e ficio s, se les
los h om bres, no es du doso que a cualquiera pueda fa l­ recom pen sa y libera, de la m anera más ingrata, con
tarle lo n ecesario, siem pre que los alm acenes y g raneros m iserable m uerte.
se encuentren bien provistos.
Y más aún: estos h om bres ricos no sólo por m ed io
Y a que allí nada se distribuye con form e a la suerte d el fraude privado, sino por m ed io de leyes públicas,
ciega, ni allí hay pobres o m en digos. Y aunque ningún cada día arrancan y arrebatan a los pobres alguna
hom bre es propietario de ninguna cosa, sin em bargo, parte de su diario pasar. A sí, m ientras pareció anterior­
cada uno es rico. P orque, se puede ser más rico que vivir m ente in ju sto recom pen sar con ingratitud sus esfu erzos
gozosa y sim plem ente sin afliccion es ni pesadum bres, que han sido b e n e ficio so s al bien estar público, ahora se
sin tener que cuidarse por la propia subsistencia, sin agrega a este agravio e in ju sto p roced er ( l o que es a
ser v eja d o o perturbado por las im portunas quejas de todas lu ces m ucho más gra ve) el darles el n om bre de
sus m u jeres, sin tem er la m iseria para sus h ijos ni la ju sticia, y nada m enos que por m ed io de una ley. P or
angustia por la dote de sus hijas. Ciertam ente que ellos con sigu ien te, cuando yo con sid ero y repaso en m i m ente
no sienten inquietud por su riqueza ni la de los suyos, todas estas riquezas com u n es, que en n uestros días flo ­
de sus m u jeres, sus h ijo s , sus sobrin os, sus nietos y recen dondequiera, así D io s m e ayude, no puedo perci­
toda la su cesión que d ebe seguir en su posteridad. bir sin o una cierta conspiración de los hom bres ricos
que procuran su propia com od ida d b a jo el n om bre de
Y a pesar de todo, adem ás, allí no hay m enor pro­ riqueza com ún. E llos inventan y prom ueven tod os los
visión para los que fu eron trabajadores y se encuentran arbitrios y estratagem as, prim ero para guardar con se­
ahora d ébiles e im poten tes, que para los que en la actua­ guridad, sin tem or de pérdida, lo que inju stam en te han
lidad trabajan y reciben paga. Aquí ahora querría ver re cog id o ju n to s; y en seguida cóm o alquilar y abusar del
si alguno se atreve a ser tan tem erario para com parar trabajo de los pobres por tan poca m oneda com o pueda
con esta equidad, la ju sticia de otras naciones. En éstas, lograrse. Estas in ven cion es, cuando los ricos han d e­
que reniegue yo de D io s, si puedo encontrar cualquier cretado que deben ser guardadas y observadas so color
signo o rastro de equidad y de ju sticia . P u e s, ¿qu é ju s ­ de am enaza, es decir, tam bién en n om bre d el pueblo po­
ticia es ésta, de que un rico platero, o un usu rero, o bre, entonces las con vierten en leyes. P ero éstos son los
para ser breve, cualquiera de los que no hacen absoluta­ m ás inicuos y v iciosos h om bres, cuando con su insacia­
m ente nada, o de aquellos que lo que hacen es de tal b le cod icia h anse ya d ividido entre sí todas las cosas
suerte, que no es n ecesa rio para el bienestar com ún, que habrían bastado para todo el m undo.
d eben tener una agradable y próspera vida, sea por o c io ­
sidad o por in n ecesarios n eg ocios, cuando al m ism o Fuera de esto, com o el u so de la m oneda está ab­
tiem po los pobres labrad ores, ca rreteros, h erreros, car­ solutam ente exclu id o y d esterrado aquí, term ina su d e­
pinteros y gañanes, por su grande y constante esfu erzo, seo, y con esto, cuán in m en so núm ero de afanes se te r­
com o si fu esen bestias de tiro y carga, apenas s í son minan. Q u é gran ocasión de d eb ilid a d y engaño se arran­
h ábiles para sosten er y continuar tan n ecesarios o ficio s, ca d e raíz. P ues, ¿qu ién ignora qué enorm idad de frau­
que sin ellos ninguna riqueza com ún podría perdurar ni des, rob os, rapiñas, cam orras, querellas, alborotos, lu­
seguir por un año siqu iera ; y d eb en soportar tan áspera chas, represion es, contiendas, asesinatos, traiciones y
ponzoñas, que m ediante el castigo diario son más bien
y pobre con d ición , y vivir una tan lastim osa y m iserable
vida, que el estado y con d ición de las bestias de carga vengados que refren a d os, acaban cuando la m oneda aca­
b a ? Y tam bién, cuántos tem ores, angustias, cuidados,
pueden parecer m ucho m e jo r y más gratos? P u es las
sudores y vigilias se econom izan cuando falta la m o­
últim as no son som etidas a tan continuo trabaje, y tam ­
neda, si la m oneda fuera ida, aquélla tam bién d e cre ce ­
poco su vida es m ucho peor, ya que no se preocupan por
ría v desaparecería. Y todo esto puede com pren derse
el futuro. P ero estos pobres m isera b les y azotados, son
m ucho m ás llanam ente, si se piensa en algún año in fru c­
atorm entados ca d a día con estéril e infructuosa labor.
tuoso y estéril, en que m uchas gentes perecen por ham ­
Y la visión de su pobre, indigente y pordiosera v e je z
bre. Y o m e atrevo a asegurar que al fin de esta penuria
los mata de antem ano. P orque sus salarios diarios son
se encontrará tanto m aíz o grano en los graneros de los
tan pequeños, que no les bastan para el m ism o día, m u­
ricos, si se busca en e llo s ; y que si se hubiera repartido
cho m en os pueden d ejarles un ex ced en te que pudieran
entre aquellos a quienes con su m ieron el ham bre y la
ir reservando día por día para el a l i v io de su ancianidad. peste, ningún h om bre en absoluto había sido víctim a
de plaga y p en u ria ......... ”
¿ N o es ésta una injusta y una ingrata prosperidad
pública la que da grandes su eld os y recom pen sas a los
** *
caballeros, com o ellos se llam an, y a los o rífice s , y a
tantos otros, los cuales son ya personas ociosas, o sola­
m ente aduladores, o inventores de vanos placeres; y por S e leccion es de J. S. H .
La Situación Ejidal según el Censo de 1935
P or M anuel M E S A A.

La atención d el país nunca d eb e distraerse d e la Sin em bargo, los resu ltados d el censo agropecuario
constante observ ación d el problem a agrario m exicano. d e 1930 h an dem ostrado que a pesar de todas las d e fi­
E specialm ente la opinión revolucionaria, la que repre­ cien cias, se com prueban fen óm en os y situaciones eco ­
senta el sentir de quienes son socialistas, d eb e estar nóm icas y sociales con las cifras obten idas. Son num e­
inform ada sobre los aspectos tan diversos y los p roble­ rosos ya los estudios que se h an h echo de las estadísti­
mas tan com p lejos de la situación agraria de M é x ic o . cas del cen so de 1930, y tod os ellos h an perm itido ra­
Entre éstos, el m uy im portante y trascendente del ejid o. tificar afirm acion es hechas antes sin con ocim ien to exac­
En el m es de abril de 1935, fu e realizado el prim er to de un problem a, ampliar con ocim ien tos y com probar,
cen so ejid a l en la R epú blica. T od avía no se con ocen en m u ch os aspectos, la situación d el país. L os resulta­
los resu ltados d efin itivos, pero el país entero d ebiera dos d el prim er cen so ejid a l, serán, pues, m uy ilustrati­
estar pen dien te de con oce r la situación, que a través de vos. Servirán para orientar esa labor tan desorganizada
cifras estadísticas, se presentará com o resultado d e ese y dispersa que se ha llam ado la organización ejidal, la
cen so. La econ om ía general de M é x ic o depende fu n d a­ más trascen den te, la más urgente para con solidar la eco ­
m entalm ente de su econ om ía a g rícola ; de ésta se d eri­ nom ía del ejid o y m ejorar la con d ición socia l de los e ji­
va la con d ición social del 7 0 % de la población econ óm i­ datarios. R epetim os que la opinión entera d el país y
cam ente activa, agricultores y cam pesinos, que, con s­ especialm en te la opinión revolu cion aria de M é x ic o , d e­
tituyen la base de nuestra estructura s o cia l; entre éstos biera estar pendiente de con ocer los resultados d el cen ­
se encuentran los ejid ata rios, que derivan su vida de la so ejidal, con esa im paciencia e interés de quien espera
explotación de las tierras de cultivo que les h an sido un m en saje urgente, una noticia in dispen sable para nor­
restituidas o dotadas y con stituyen , con el e jid o, la base mar su vida o su conducta, para d efin ir su cam ino o su
de una nueva econ om ía agrícola distinta a la feu d a l del futuro.
sistem a latifundista colon ial. P o r lo tanto, nada más in ­ H asta ahora sólo se con ocen los datos recolectad os
teresante que con ocer y com entar la situación del ejid o hasta el 31 de agosto de 1935, que la D ire cció n G en eral
y de los ejidatarios. d e E stadística presentó com o provisionales, su jetos a
Claro que los cen sos son im p erfectos com o tod o lo rectifica ción , que o fre ce substituirlos en form a d efin i­
que es p osible realizar en M é x ic o , porque ni contam os tiva durante el año de 1936.
con elem entos técn icos y pecuniarios bastantes para lle ­ P or estos datos se sabe que el núm ero de ejidatarios
varlos a cabo, ni la p oblación cam pesina está educada hasta el 31 de agosto de 1935 era de 895,284, correspon ­
para entender lo que son y ellos significan y las venta­ dien do a 487,165 fam ilias ejid a les. E l cen so con sideró
jas que se derivan de proporcionar los datos m ás com ­ com o ejid os las explotacion es creadas por la legislación
pletos y veríd icos. C uando la U n iversidad N a cion a l A u­ agraria que tiene com o base la L e y d el 6 de enero de
tónom a de M é x ico , en el año de 1931, quiso con ocer la 1915 y el artículo 27 de la C onstitu ción de 1917, in clu ­
situación de los e jid os, planeó un trabajo de in vestiga­ yen do los poblados dotados en posesión provisional y
ción m uy com pleto que h abía de llevarse a cabo, m inu­ d e fin itiv a ; dos nuevos centros de población y dos distri­
ciosam ente, en cada una de las entidades federativas. tos ejid a les. Las com u n idades, con gregacion es o pobla­
Q u ien esto escribe realizó el estudio en los E stados de dos que conservaban tierras com unales, pero cuya pose­
G u errero, O axaca, C hiapas y V eracruz, y a pesar de no sión no había sid o con firm ada por las leyes agrarias,
tener representación gubernam ental alguna y, por lo tan­ no se consideraron com o e jid os. El núm ero de ejid ata­
to, no h aber m otivos de descon fian za para proporcionar rios se r e fie re al que había realm ente en la época del
in form es que podrían servir para un aum ento en los im ­ cen so y no al que sirvió de base para la dotación.
p u estos; a pesar de encontrar la m e jo r disposición entre D e l núm ero total de ejidatarios correspon de la m a­
los ejidatarios para contestar las preguntas que les ba­ yor proporción a la Z on a d el C entro, que contaba con
cía y proporcionar tod os los datos pedidos, encontró 485,367 en la fech a en que se realizaron los cen sos. El
siem pre la im p osibilid ad m aterial de recabar una in fo r­ m en or núm ero de ejidatarios los había en la zona P a ci­
m ación com pleta y veríd ica. L os C om ités A dm inistrati­ fico -N o rte , sólo 39,459, habiendo entidades dentro de
vos de los e jid o s, en m uchos casos, ignoraban cuántos esta zona, com o el D istrito N orte de la B aja C alifornia,
eran los ejidatarios que habían cultivado tierras en ese que no registraron un solo ejidatario. La zona P a cifico-
m ism o año en que bacía la in vestigación . L os cam pesi­ Sur que com pren de los E stados de población indígena
nos ejidatarios, los más en ten didos (lo s leíd os y escri­ más densa (O a x a ca , G u errero y Chiapas, adem ás de
bidos, com o se d ice en el ca m p o ), en lo general, eran C o lim a ), sólo registró 90,595 ejid atarios, cantidad m uy
incapaces de proporcionar datos sobre costos de cultivo, pequeña si se tiene en cuenta que la población ocupada
ren dim ientos, cantidad de sem illa em pleada por unidad en la agricultura en esta m ism a zona es, según los da­
de su p erficie, etc., etc., y era cu rioso observar en las tos d el cen so agropecuario de 1930, de 613,260, y el de
reu nion es que con ellos se tenían, que ni siquiera esta­ jorn a leros de cam po, de 445,347.
ban seguros sobre el núm ero de yuntas o anim ales que A pesar d el aum ento in du dable en el núm ero de
cada uno d e ellos poseía. ejidatarios, que representa un 6 7 % con relación a los
que había en 1930, y de que ellos constituyen ya en 1935 del ejid o han h echo desd e hace m uchos años a los agra­
la cuarta parte de la p oblación ocupada en la agricultu­ r is ta s : El cam pesino no tiene aptitudes ni posibilidades
ra, si se tiene en cuenta que el núm ero de jorn aleros de trabajo, es un ser sin aspiraciones, sin iniciativa ni
de cam po para tod o el país en 1930 era de 2.780,260 in ­ d eseos de trabajar. Para quienes juzgam os el problem a
dividuos, puede apreciarse que aún está m uy le jo s de d esd e un punto de vista d iferen te, para quienes usam os
satisfacerse el propósito de que los que labran la tierra cristales que perm iten ver las cosas de un color distin­
sean propietarios de la que cultivan y no peones asala­ to, esos datos sólo con firm an que la dotación no basta
riados, su jetos a las con d icion es que todos con ocem os. para alcanzar el bien estar e con óm ico y social que la
A este resp ecto d ebe con siderarse, tam bién, que el ac­ R evolu ción m exicana d esea conquisten los cam pesinos.
tual C ódigo A grario estatuye que los peones acasillados
Y claro que se explica que sea en la Z ona d el Centro
tendrán d erech o a recibir parcela en las d otaciones, so­
d on de se cultiven en m ayor proporción los terrenos de
lam ente cuando dentro del radio de 7 kilóm etros, con ­
labor co n ced id os, porque es en esa región donde había
tados a partir de cualquier punto de los linderos de la
un gran núm ero de aparceros o arrendatarios, no propia­
finca en que presten sus servicios, existan ejid os con
parcelas va ca n tes; cuando dentro de un radio de 10 ki­ m ente peones acasillados su jetos al salario de los lati­
lóm etros existan expedien tes agrarios en tram itación fu n d ios, y porque han sid o tam bién los E stados que
donde soliciten figurar en el cen so agrario; o cuando com pren den G uanajuato y P u ebla, M o r e lo s y el Estado
dentro del m ism o radio se tram iten o se puedan tram i­ de M é x ic o , J a lisco e H id a lg o, d on de el crédito agrícola
tar expedientes de am pliación. S e su jeta así a los p eo­ im partido prim ero por los B ancos A grícolas E jid a les, y
nes acasillados, a la exigen cia de abandonar el lugar de después por el B anco N a cion a l de C rédito A grícola, ha
su resid en cia habitual, allí d on de el peón tiene arraigo perm itido al ejidatario cultivar en m ayor proporción su
en la tierra, su casa habitación propia que ha construido parcela. Claro que tam bién resulta eviden te que sea en
personalm ente, su fam ilia, sus anim ales. la Z on a d el G o lfo que com pren de C am peche, Quintana
La su p erficie total de tierras repartidas hasta el 31 R o o , T a b a sco, V eracruz y Y ucatán, d on de la proporción
de agosto de 1935, era de 11.741,191 hectáreas, que cultivada sea la m enor, porque a excepción d el E stado
com parada con la de 1930 da un aum ento de un 4 1 % . de V eracruz, d on de el B anco N a cion a l de C rédito Agrí­
D e esta extensión, correspon de la m ayor proporción a cola ha operado m uy lim itadam ente en las zonas de C ór­
la Z on a N orte, con 4.709,894 hectáreas, le sigue en or­ doba y Jalapa, en tod os los dem ás E stados no ha exis­
den d ecrecien te la Z on a Central, con 3.117,907 h ectá­ tido el crédito agrícola. En Yucatán sólo han sido cu lti­
re a s; después la Z on a d el G o lfo , con 1.925,851, en se­ vadas 73,143 hectáreas de las 818,826 dotadas, porque
guida la Z on a P acifico-S u r, con 1.055,261 hectáreas y, el h enequén requ iere para su cultivo algo más que los
por últim o, la Z on a P a cifico -N o rte , con 932,276 hectá­ brazos del ejidatario, y porque en esta entidad es donde
reas. ha sido más tenaz y m ás en érgica la acción de los la ti­
A pesar de este aum ento indu dable en la extensión fundistas, quienes han com batido el ejid o por todos los
de las tierras dotadas, un exam en de los datos del cen so m ed ios y con todas las armas.
con relación a las posibilid ad es de cultivo de los terre­ O tra ob serv a ción m uy im portante que perm iten
nos ejid a les, dem uestra que éstos no constituyen, en su hacer los datos d el cen so ejid a l, es la sig u ien te: que di­
totalidad, un elem ento de trabajo para el agricultor. vidida la cantidad de tierra cultivada entre el núm ero de
En e fecto, el tanto por ciento de la su perficie de las tie­
ejid atarios, resulta que en 1930 les correspon día a éstos
rras de labor dotadas con relación a la extensión total
una exten sión de 2 .0 4 hectáreas com o prom edio gene­
de los ejid os, es de 68 para la Z ona del G o lfo , de 39
ral para todo el país y de 2 .1 6 hectáreas en 1935.
para la Z ona del C entro, de 31 para la Zona N orte, de
30 para la Z ona P acifico-S u r, y de sólo 16 para la Z on a E ste últim o dato es d em ostrativo de la situación
P a cifico-N orte. Estas proporcion es dem uestran que, con in sosten ib le en que se ha co loca d o el ejidatario. Un
excepción de la Z ona d el G o lfo , en todo el resto d el agricultor, en M é x ic o y en m uchos otros países, que
país la su p erficie de labor en los ejid os es m uy lim ita­ cuente sólo con 2 .1 6 hectáreas de terreno de cultivo,
da, sobre tod o si se tiene en cuenta que el ejid o se con ­ nunca podrá cubrir las n ecesid a d es m ás elem entales de
cibió com o una propiedad agrícola que había de dar al su vida y las de sus fam iliares. C ualesquiera que sean
agricultor los elem entos de trabajo y de sustento n e­ sus aptitudes, su actividad, su perseverancia en el tra­
cesarios. b a jo , esa extensión no le perm itirá salir de la con dición
m iserable en que ha vivido com o peón y ahora com o e ji­
Otra con sid eración im portante que perm ite hacer
datario. Si a lo anterior se agrega que ha ca recid o de
los datos d el C enso E jid al es la relativa a que la super­
créd ito agrícola su ficien te y se recuerda que no ha exis­
fic ie cultivada de los ejid os no abarca toda la extensión
tido ni existe una organización ejid a l con venien te, que
de los terrenos de labor que han sid o dotados. Según
en m uchas entidades federativas existen guardias blan ­
estos datos, en la Z ona d el C entro se cultivó un 7 5 %
cas que persiguen a los ejidatarios y gobiern os que com ­
de las tierras de labor, en la Z ona P acifico-S u r, un 5 1 % ,
baten la con solida ción econ óm ica d el e jid o, podrá apre­
en la Z ona N orte la m ism a proporción, en la Z on a P a­
ciarse en toda su m agnitud los problem as por resolver.
cifico -N orte un 4 0 % , y en la Z on a d el G o lfo solam ente
1 9 .5 % . La su p erficie cultivada in cluye la que se sem ­ In sistim os, la nación entera d e b e estar pendiente
bró y cosech ó durante el año agrícola 1934-1935, la que d el cam ino que se siga en la solu ción d e estos p roble­
se sem bró en épocas anteriores, pero que se cosech ó m as. D e b e n exam inarse las cifras estadísticas para ju z­
en el período m en cion ad o y la ocupada con cultivos per­ gar y apreciar la situación existente. N ecesita m os preo­
m anentes. cuparnos por con ocer los esfu erzos n uevos que se en ca­
Las proporcion es anteriores podrían ju stifica r, sin m inen a cam biar la situación actual, a corregir errores
discusión, ese cargo que los latifundistas y los enem igos y reparar injusticias.
26

TIERRA Y LIBERTAD
Por X a vier IC AZA

PEQUEÑA BU RG U E SÍA

La situación h a llegado a su lím it e ; los bienes de la la energía d el jov en , la cautela del v iejo y la sabiduría
Iglesia, sus tierras y sus casas, pasaron a extranjeros que presta la experiencia.
y criollos de cepa europea no española. Fueron así el
origen de los explotadores nuevos. D e allí nació la CORO DE M ADRES
abom inable oligarquía finan ciera, la poderosa burguesía M as, com o decía bien, se trata de un alum bram ien­
que dom ina al país. ¡H a y que acabar con ella ! ¡H a y que to. Y no hay ninguno sin sangre ni dolor. P ero ya que
arrancarles esos bien es que d eb ieron ser nuestros, y es inevitable, roguem os a la divinidad que no se prolon­
salvar de su constante inedia al ca m p esin o! ¡H a y que gue dem asiado, puesto que hará nacer de entre nosotros
destruir tan inicua situación p rivilegiada! un país joven .

LAS M A S A S EL A P Ó S T O L
Y nosotros igual com o en los siglos pasados. Q u e O rgan icem os nuestras filas. H ay que desterrar al
el rico sea español o criollo, o que lo sea la Ig lesia o los tirano para que florezca entre n osotros la ansiada lib er­
actuales fin an cieros, segu irem os siem pre m iserables. tad. Y con ella el anhelo de igualdad y de fraternidad
S u frim os h am bre y sed. C a recem os de abrigo. N uestra y de justicia. ¡A votar, a v ota r! ¡M u e r a el tirano a ltivo!
horrible situación secular se encuentra inalterable. ¡S e apartó d efinitivam ente de su p u eb lo! ¡C o n cu lcó los
d erech os d el h o m b re ! ¡L o s intenta violar una vez m á s!
CORTESANOS ¡O lv id a sus prom esas y lla m a d os! ¡A im poner por las
armas el sufragio e fe ctiv o y la no r e e le cció n !
¡A ca llem os las destem pladas v o ce s ! ¡C on tra rres­
tém oslas con alegres h osa n a s! ¡T o d o el país glorifica C A M P E S IN O S D E L N O R T E
al C au d illo! ¡P a z , paz, paz! La verdad, no enten dem os bien tales dem andas,
pero algo se obtendrá. Lo que nos hace falta es ser m e­
UN E C O L E JA N O
nos m iserables. Es que el patrón no abuse ni de n ues­
¡L ibertad , libertad, lib erta d ! tras m u jeres ni de nuestras h ija s ; es que nos pague en
plata y no con “ v a les.” Es. . . .
EL D IC T A D O R
¡Q u ie n sabe lo que pasa, pero algo está pasando!
Es tiem po ya de darla. H e esperado paciente el día N os hablan, nos llam an, nos o fr e c e n ......... ; pero ¿qué
en que el pueblo estuviera preparado y no hubiera pe­ nos o fr e ce n ? En realidad lo que nos hace falta es ya
ligro de revolu cion es o trastornos. ¡C re o que ese día no ser e scla v o s; que nos d e je n a gusto, y para eso lo
ha llegado y a ! M é x ico tiene ahora una clase m edia de que nos hace fa lt a . . . ¿qué es lo que nos hace fa lt a ? . . .
que antes carecía. Y es ella la que hace la política y
prom ueve el adelanto en general. El futuro de M é x ic o EL C A U D IL L O D E L SUR
está asegurado. L os principios dem ocráticos se desarro­ ¡T ie r r a !
llarán con firm eza en nuestra patria. P ued o retirarm e
tranquilo. Q u e venga, si así lo desea, la op osición; M e EL A P O S T O L
sentiré feliz ante un gobiern o dem ocrático en mi patria. (sin com pren derlo b ien .)
Es mi m ayor satisfacción haber visto a M é x ic o levan ­
tarse entre las n aciones útiles y pacíficas. ¡A ejercer, Y sufragio efectiv o y la no reelección .
pues, la d em ocra cia !
EL C A U D IL L O D E L SUR
D E M Ó C R A T A S Y A N T IR R E E L E C C IO N IS T A S (c o n firm eza .)
¡N o s ha llam ado el anciano ca u d illo! ¡A conquistar ¡T ierra , tierra, tierra!
la libertad y el v o to ! ¡D e b e m o s ejercitar nuestros indu­
dables d erech os ciu dadan os! S U R IA N O S
Eso, eso es lo que nos falta, ¡tie rra !
C O R O D E A N C IA N O S
¡T ierra y ju sticia y lib erta d !
M irad a nuestros h ijo s hacien do valer con entusias­
C A M P E S IN O S D E L N O R T E
m o sus d erech os. C om o en los v ie jo s tiem pos de la R e ­
form a, se alista el pueblo para com batir a los tiranos. ¡V iv a el A p ó sto l! ¡V iv a nuestro ca u d illo ! ¡Q u e
P ero se trata de un nuevo alum bram iento. H abía dorm i­ mueran los “ catrines” ! ¡N o más tiendas de raya! ¡N o
do el pueblo por treinta años y ahora tiene que actuar m ás lazadores de m u jeres ni verdugos de h om b res!
com o si no hubiera dorm ido nunca. Y d eb e p roceder con ¡J u sticia a secas y pareja para ricos y p ob res!
S U R IA N O S fija rá el núm ero m áxim o de sa cerdotes que pueda tole­
rarse. Surge el d erech o obrero y con él el d erech o de
¡A quitarles su tierra a los “ catrines! huelga, el de sin dicalism o, la participación en las utili­
dades, el de gozar d el m ínim o salario, el de la jornada
EL A P Ó S T O L
máxima de och o horas, el de protección a la m u jer y al
¡A b a jo el cruel tirano! ¡Y sufragio efectiv o y no niño, el del día de descan so, el de que se construya la
más reelección ! habitación obrera, el de la indem nización por accidentes
y en ferm ed ad es p rofesion a les, el de que se som etan los
EL C A U D IL L O D E L SUR con flictos obreros a tribunales adecuados.
¡A repartir la tierra! ¡A todo el que trabaja, tierra,
EL C A U D IL L O D E L SUR
justicia y libertad!
¡P e r o vam os a realizar en toda su integridad esas
LA IG L E S IA leyes, que no sean letra m u erta! Las harem os cumplir
Se trata de con cu lcar el orden social establecid o. n osotros m ism os en todo su alcance y amplitud co n for­
Se va a desatar una vez más la trem enda anarquía por m e a nuestro plan. N o con vien e que extraños a n osotros
in calificables am bicion es. ¡E s una h erejía atroz y con ­ nos entreguen la tierra. N unca les tendríam os confianza.
d en a b le! ¡A d efen d er la paz! N osotros la tom am os porque es nuestra. Porque es de
todos, com o el aire y el agua y la brillante luz del sol.
LA A LT A B U R G U E S Í A Y d eb e de quedar en m anos de quienes la trabajen y
¡A d efen d er la paz! ¡N o hay ninguna razón para extraigan de ella su sazonado fruto. T al es nuestra ban­
violarla! O rden , paz y progreso. A agruparnos en torno dera y nuestro em peño y lo h em os de cum plir n osotros
del caudillo que los supo im poner. T o d o está en orden. m ism os. ¡T ie rra y ju sticia y lib erta d !
T od o bien. El pueblo entero ama al v iejo caudillo.
M IL IT A R E S
EL P O L E M IS T A ¡A o b e d e ce r al je f e ! ¡A so m e te rse ! ¡R e cib irá n lo
¡C on qu e todo está en o rd e n ! ¡C on q u e todo va b ie n ! que él les d é ! ¡N o reco n o ce m o s otro plan que la C on sti­
¡C on q u e no hay un problem a y disfrutam os de limpia tu ción ! Las C om ision es agrarias la harán cum plir con
paz orgán ica! ¿Y la guerra del y aqui y la del m aya? ¿Y el respaldo de las armas. ¡A o b e d e ce r y a som e terse!
el im borrable “ m átalos en ca lien te” ? H a y un gran m a­
lestar social. H ay con tin u ism o, caciquism o, peonism o, LA T R IS T E V O Z D E LA M O N T A Ñ A
fabriquism o, h acendism o, fin an cierism o, extranjerism o. ¡H a n asesinado al m ejor de m is h ijos, al C audillo
d el S u r! ¡E l que ofre n d ó su vida por el pueblo de esta
LA M A S A
cálida y sufrida región ha m uerto a sesinado!
¡V iva la R ev o lu ció n ! ¡V iv a el A p óstol! ¡A rrib a el
C audillo del S u r! S ufragio efe ctiv o , nunca más re e le c­ UN ECO
ción.
"A d ió s, m ontes del A ju sco,
L O S S U R IA N O S adiós, cerro d el Jilguero,
adiós, m ontañas y cuevas,
¡Y tierra y ju sticia y lib erta d ! donde anduve de gu errero."
LA R E A C C IÓ N LA M A SA
¡V erán si nos d eja m os y lo que dura su obra de
¡A vengarlo y a hacer cum plir su plan! ¡T ie rra y
d estru cción y d e m a g o g ia ! C om batirem os firm es con las
ju sticia y lib e rta d ! ¡V iv a nuestro ca u d illo! ¡V iv a el pa­
armas que sean.
dre d e n uestros h ijos, nuestro paño de lágrim as, nuestro
EL P U E B L O fie l c o n se je ro y nuestro gu ía! ¡A vengarlo, a ven garlo!
¡T ierra y ju sticia y lib erta d !
¡H a n m atado felon es al A p ó sto l! La revolu ción está
en peligro. ¡A vengarlo, a v en g a rlo! ¡A luchar otra vez C O M IS IO N E S A G R A R IA S
y hacer valer n uestros d e re ch o s ! ¡L a reacción intenta
Se cum ple ya su plan. Se revisan las en ajen acion es
recuperar sus fu eros y sus descarados p riv ile g io s! ¡A
de tierras, aguas, m on tes. A nulam os las con cesion es in ­
vengarlo, a ven garlo!
debidas sobre antiguos e jid os. A nulam os tam bién abu­
EL P R IM E R JE FE sivos d eslindes y ex cesiv os apeos. D otam os de e jid os a
los pu eblos, com u n idades, rancherías. L es restituim os
V engam os ya al A póstol. P roclam a el C onstituyente
los e jid o s y fu n dos y terrenos de que los d e sp o jó la ti­
por mi boca la nueva Carta M agn a. D isp osicion es tras­ ranía. H a cem os de la reform a agraria tangible realidad.
cendentales que protegen al pueblo. C am pesinos y o b re ­
ros encuentran recon ocid os sus d erech os. L os del E s­ M A E ST R O S RURALES
tado y de la socied ad prevalecen fren te a los d el sim ple
individuo. La nación reivindica el subsuelo. D e l Estado Y nosotros educam os al cam pesino y a sus h ijos.
emana la propiedad, a la que puede im poner m odalida­ L es enseñam os a reclam ar con la ley su derech o. D e
des. L os pueblos, rancherías y com unidades serán dota­ n osotros aprenden cuáles son sus conquistas y prerro­
dos de tierras su ficien tes. S e les restituirán los ejid os gativas y a despreciar religion es y sociales preju icios.
y tierras de que los d e sp o jó ilegal d eslinde. Las iglesias
LA IG L E S IA
no tendrán propiedades. N o habrá m on opolios, no exis­
tirán estancos. La iglesia no podrá im partir educación ¡S e trata de arrebatarnos la n iñ e z! ¡D e arrebatar­
primaria. Intervendrá el E stado en m ateria de cu ltos: nos a la m u jer con fingidas conquistas de m ejoría
e óm ica basadas en cruel exp ropiación ! ¡Y a n osotros
con del m undo y de la vida, pero no la com bate, ni reem pla­
tam bién se nos d esp oja y se nos quita el lib re cu lto ! za. Y hay que hacerlo y crear la escu ela socialista con
¡E s atroz h e re jía ! ¡A la lu ch a ! ¡S e nos im pone nueva firm e orien tación . D ará una con cep ción ob jetiv a , m ate­
guerra sagrada! rialista y dialéctica d el m undo y de la vida y de la his­
toria. O rientará a la juventud para transform ar esta
LA M A S A socied a d d e explotación en otra, en la que no haya sino
una sola cla s e : la productora, sin grandes d e fe ctos de
¡C o m o siem pre, a través de nuestra historia, la
la actual y sin los p reju icios que contribuyen a la opre­
iglesia d el lado de los r ic o s ! ¡C o m o siem pre, el más
sión de cuantos su fren la m iseria.
fu erte pilar de la re a cció n ! N o era J esú s así. ¡L o recla ­
m am os para el p u eb lo! ¡ É l fu e siem pre den odado patrón
LA IG L E S IA
del op rim id o!
¡A tro z h erejía , in soportable y v il! ¡S e trata de
LA IG L E S IA
sum ir a la ju ven tu d en d esp recia b le m aterialism o m io­
¡F a lso, fa ls o ! Y o poseo y d efin o la verdad, y el p e ! H a y que luchar por el id eal y por la libertad.
católico d ebe ob ed ecerla . ¡A la guerra, a la gu erra!
LA M A S A
L E G IS L A D O R E S
¡U ste d e s por el id eal y por la libertad, u stedes qué
D estru yam os la rea cción con leyes nuevas. L ey han oprim ido y traicionado a M é x ic o a través de la H is­
de fraccion am ien to forz o so , ley del seguro ob rero, ley toria ! ¡A ja já , a ja já ! Si no fu era cruel y trágico por la
del inquilinato, ley d el cultivo de las tierras ociosa s, lucha que en cien d e, sería grotesco y por dem ás risible
ley de expropiación, ley de b ien es inm uebles nacionales, y d espreciable.
de participación en las utilidades. ¡L e y para destruir
los nuevos m o n o p o lio s ! C R IS T E R O S Y M O C H O S

LA P R E N S A P O R R A D IO ¡A arrancar las oreja s a quienes tales desatinos


predican y tan desatentadas opiniones expresan ! P ero la
Es una rev olu ción p acífica la que ahora se realiza.
m asa engañada los sigue y no nos bastam os para su
Es m ás honda que la que hasta hoy se hizo. N o hay am­
destru cción . ¡A n osotros. C aballeros de C olón y rotarlos!
paro en la cuestión agraria. En la C orte se da absoluto
¡M ira d n o s postrados e im plorantes a vuestras plantas
predom inio al d erech o social. N o cabe la suspensión con­
p od erosa s! ¡V e d cóm o se nos persigue y se nos b e fa !
tra las huelgas. N o prescriben los salarios porque son
¡A n osotros, en n om b re de la lib erta d , a n o so tro s!
alim entos, son preferen tes sobre tod os los créditos. Es
indudable el d erech o a las utilidades. La prueba es siem ­
LA IZ Q U IE R D A
pre a cargo d el patrón. L os trabajadores in telectu ales
se incorporan a la L ey d el T ra b a jo . El d erech o d e h uel­ N o nos im porta su traición, ni sus trucos, ni esa
ga es absoluto y no queda su jeto al arbitraje. La edu ca­ actitud cob a rd e y b a ja , repetida en la H istoria. A e d ifi­
ción socialista tiende a la desaparición- del régim en ac­ car un M é x ic o m e jo r, un m undo nuevo, una socied ad
tual. C onvierte en dogm a el m aterialism o h istórico y la amplia y com prensiva, sin barreras ni clases, d on de pue­
lucha de clases. da vivirse lim piam ente.

U N G R IT O R A D IC A L LA M ASA
¡E s cla ro ! y habrá verdadera revolu ción cuando se ¡P o r fin parece que se van a satisfacer nuestros
diga al cam p esin o: la tierra es tuya, y se le entregue la d e re ch o s! ¡ D iría se que va a brillar la aurora! ¡F orm a ­
tierra. Y cuando se le diga al o b r e r o : aquí está la fábri­ rem os un fren te popular in con m ov ib le y a g r e s iv o ! ¡E v i­
ca, y se le entregue para que la trabaje. tarem os así que la rea cción estorbe la obra definitiva
y profunda. ¡A apoderarnos de la tierra ! ¡A destruir las
M O C H O S Y TRANSFUGAS h a cien d a s! ¡N o pueden coexistir con el e jid o ! ¡A ob te­
¡E s com u n ism o! ¡E s dem agogia y va a llevar al ner aperos de labranza y crédito b a n c a r io ! ¡A participar
c a o s ! ¡A la lucha, a la lu ch a ! ¡A d efen d er la segura tra­ en las utilidades y a que se nos pague el día fe s tiv o ! ¡A
dición m exican a! ¡S e trata de im poner inadecuada id e o ­ exigir amplio salario rem u n era d or! ¡A obten er todo eso
logía extran jera! ¡E s agitación que provoca y que paga m ientras llega la hora de apoderarnos de los instrum en­
tos de la p rod u cción ! ¡P o r la revolu ción social com bati­
el oro s o cia lista !
rem os siem p re!
U N A V O Z P O R EL R A D IO
LA R E A C C IÓ N
L o que pasa es que estam os en el cru ce ! P or ello
nos sacude dura tragedia intensa. N u estros pies se arrastran Es com unism o. Es dem agogia. Es una atroz locura
todavía por el m undo que acaba, y en alto nuestras que acabará con el incipiente progreso m aterial de que
m anos tocan el m undo nuevo. Im p osib le herm anarlos. gozam os. A im pedir la suicida la b or d el ex trem ism o! ¡A
O queda el m undo v iejo o se crea el nuevo. Y para el la lucha, a la lu c h a !
m undo nuevo, norm as nuevas y m edidas distintas.
UN NUEVO EDUCADOR
EL NU EVO ED U C AD O R
¡C a lifica r de com unistas las m ínim as dem andas de
E s, pues, in d ispen sable m od ifica r la edu cación . La nuestra m asa m ise ra b le ! ¡H a b la r de com u n ism o ante
que im parte el E stado no da una explicación religiosa su desastrada co n d ició n ! ¡S i lo único que pide es no
romirse de ham bre, tener siquiera un m ezquino alim ento EL L ID E R
que le perm ita dejar de b eb er pu lqu e! ¡S i todavía es
¡Q u e se armen los cam pesinos y ob reros para ga­
bestia de carga, fá cil víctim a de la tu b ercu losis, el palu­ rantizar el reparto de tierras, d efen d er su disfrute y
dism o y el hongo d el c h ic le r o ! ¡S i sus h ijos m ueren en h acer e fe ctiv o s el m ejora m ien to econ óm ico de la clase
m ayor proporción que en parte alguna de la tierra ! ¡S i trabajadora y sus d e re ch o s!
los m ineros no pueden vivir m ás de diez años y m ueren
¡E l ejército d eb e de con vertirse en amparo de las
en asquerosos y pútridos cu biles com o perros abando­
clases desvalidas y en vanguardia de las ideas que ha­
nados por sus am os! ¡S i el país es sólo o b je to de la cu­
gan de los h om bres fa ctores c o le ctiv o s!
riosidad picares ca y piadosa de los turistas extranjeros,
y territorio de señ ores feu d a les al servicio del peor im ­ ¡L a juventud d eb e de prepararse para la tran sfor­
p erialism o! ¡T a l es su verdadera situación dolorosa y m ación d e nuestro actual régim en e c o n ó m ic o !
amarga, y a los intentos de la más lev e m ejoría la lla­ ¡Q u e se unan cam pesinos y o b r e r o s ! ¡Q u e se unan
man com u n ism o! ¡V a m os a rem ediarla seriam ente y a en un único fren te in con m ovib le y lim p io!
preparar y educar a la m a sa !

LA IZ Q U IE R D A N O T A : Fragm entos d el libro T R A Y E C T O R IA , que


¡A gru pém on os todos en fren te popular contra el con tien e nuestra H istoria en form a de T ragedia y que
fascism o y la rea cción ! ¡P o r la revolu ción social pro­ acaba de ponerse a la venta en nuestras oficin a s, agen­
pugnarem os siem p re! cias y todas l as librerías de prestigio de esta capital.

TRAYECTORIA
P or X A V IE R IC A Z A

EDICIONES UNIVERSIDAD OBRERA

UNA INTERESANTE Y MODERNA


INTERPRETACIÓN DE LAS FUERZAS
QUE SE HAN MOVIDO A TRAVÉS
DE LA HISTORIA DE M ÉXICO

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R O S A L E S 2 4 Y 26 Y E N L A S L I B R E R Í A S D E P R E S T I G I O
AMIGOS DE LA UNIVERSIDAD OBRERA
DE MÉXICO
La Universidad Obrera de México necesita, para subsistir debidamen­
te, de la ayuda que por una sola vez o en forma periódica le presten
agrupaciones o personas que simpaticen con su labor de interés social.
Estas personas y agrupaciones serán, consideradas como afines a
nosotros y constituirán el grupo de “ Amigos de la Universidad Obrera
de México’’
La ayuda de nuestros AMIGOS será importante no sólo por su
contribución económica, sino por el apoyo y respaldo moral que
entraña.
Esperamos, pues, que todas las personas y agrupaciones que juz­
guen útil nuestra labor, se apresuren a inscribirse como Amigos de la
Universidad Obrera de México.
Al recibirse su adhesión y su primera ayuda, nos será grato en­
viarles un distintivo que acreditará su carácter.

A M IG O S DE L A UNIVERSIDAD OBRERA DE MÉXICO


Me adhiero con este carácter, contribuyendo con la cantidad
mensualmente, anualmente o por una sola vez [*]
Q ue acompaño en
Nombre ..................................................................................................
Profesión u oficio
Domicilio
Población................................................................................................
P a ís...........................................................................................................
Fecha

[*] Indíquese la forma de pago subrayándose la que se desee.

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Director de la Universidad Obrera de México. Rosales, 26.—México, D. F.

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