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Varios países en América presentan actividad volcánica.

Por ejemplo, el volcán


Tungurahua, ubicado a 180 kilómetros de Quito y a 5,020 metros sobre el nivel del
mar, lanzó millones de toneladas de ceniza, cubriendo más de 35,000 hectáreas de
cultivos. Entre el 8 y 16 de agosto de 1991, dos espectaculares erupciones del
volcán Hudson, situado en la cordillera sur de los Andes, arrojaron abundante
ceniza sobre una vasta región de Argentina. Hay alrededor de 25 volcanes en El
Salvador, entre extinguidos y activos que presentan cráteres pequeños o enormes y
corrientes de lava. La Cordillera de los Andes es una de las cadenas montañosas
donde se encuentran más de 600 volcanes. En Chile, los volcanes que registran
más episodios de erupción han sido: el Llaima, Villarica, Antuco, Peteroa,
Lonquimay y el Calbuco.

En México, en 1991, el volcán de Fuego de Colima hizo erupción causando flujos


piroclásticos en las barrancas de San Antonio y Cordobán, recorriendo una distancia
de 3.3 kilómetros con velocidad cercana a los 100kph. El 28 de agosto de 2003, a
las 23:52 horas ocurrió una nueva explosión en el volcán de Colima. La imagen de
la cámara de monitoreo del Laboratorio Vulcanológico ubicada a una distancia
aproximada de 15km al sur del volcán, registró una altura de la columna superior a
los 3,000 metros sobre el nivel del cráter. La explosión produjo flujos piroclásticos y
rocas que en el flanco sur alcanzaron cerca de los 2km a partir de la cima. La
explosión se escuchó hasta la ciudad de Colima, a 32km al sur del volcán incluso,
se reportó caída de ceniza en la población de Grullo, en Jalisco, localizada a 60km
al noreste del volcán.

EL VOLCÁN POPOCATÉPETL

En 1999 se registraron algunos temblores con intensidad entre 2.0 y 3.0 en escala
de Richter. Durante el mes de marzo, ocurrieron algunas emanaciones y
explosiones moderadas con material incandescente sobre el flanco norte del volcán
Popocatépetl. La lluvia de cenizas cayó sobre la ciudad de Puebla. Para el mes de
abril las explosiones alcanzaron la intensidad moderada. El 18 de diciembre de
2000 el volcán hizo una erupción importante que pone en alerta a ciudadanos y
autoridades. Desde entonces se monitoriza diariamente su actividad. Dos años
después, el 14 de diciembre, se registró una precipitación abundante de ceniza en
las delegaciones Tláhuac y Milpa Alta. En comunidades cercanas al volcán, se
localizan escuelas de distintos niveles. Durante la emanación se suspendieron las
actividades al aire libre y se cerraron bien puertas y ventanas. El que el volcán
lance estas fumarolas se debe a la acumulación de energía al interior del edificio
volcánico que ha roto el domo; por él escapan, humo, vapores, gases y material
incandescente.

La explosión sucedida el día 4 de abril de 1999 pudo verse y escucharse a


la distancia (Poblado de Calpan).

¿Por qué el Popocatépetl es un volcán activo? Aunque por un tiempo estuvo


"dormido", el Popocatépetl mantiene un potencial activo en cualquier momento. Los
volcanes pueden permanecer por muchos años en "reposo"; quizá las personas que
poblaron sus faldas hace algunos años nunca le vieron activo. La actividad volcánica
no implica sólo desastre, gracias a ella el planeta es habitable. Ha sido fundamental
para el inicio de la vida, modifica la atmósfera y la hace respirable para los seres
con metabolismo basado en el carbono. Los productos volcánicos han sido también
esenciales para formar suelos fértiles.

El Popocatépetl "despierta" nuevamente en 1993 con un aumento de fumarolas y


temblores. En 1994 lanza ceniza, cosa que no había hecho en 75 años. En 1995
aumentan las exhalaciones de ceniza y vapores, que estarán presentes todo el año.
En 1996 se detecta un cuerpo de lava. El 30 de junio de 1997 se registra la mayor
explosión que produjo una leve precipitación de ceniza sobre la ciudad de México.
Desde entonces, el volcán presenta exhalaciones diariamente en mayor o menor
escala.

MONITOREO VOLCÁNICO

El volcán ya había estado activo. Hay registrados al menos 13 episodios similares


en un lapso de 450 años. Su última explosión destructiva data de hace más de
1000 años; por lo mismo su potencial no debe pasar inadvertido. Monitorear
volcanes significa vigilar su actividad constantemente por medio de instrumentos
como cámaras de televisión que transmiten imágenes al CENAPRED (Centro
Nacional de Prevención de Desastres). A este monitoreo se le llama "vigilancia
visual". El monitoreo sísmico consiste en estaciones localizadas en puntos
estratégicos alrededor del volcán, enlazadas por radiotelemetría.

Por medio del monitoreo, sabemos el estado en que se encuentran los


volcanes en su interior.

El volcán de Fuego de Colima tiene un sistema de monitoreo por cámaras ubicadas


en dos estaciones: "El Naranjo" 15km al sur del volcán y "El Nevado". Éstas envían
imágenes al Observatorio Vulcanológico de la Universidad de Colima. Se llevan a
cabo registros sísmicos diariamente y vuelos de rutina sobre el cráter. Se mantiene
el radio de alertamiento preventivo hasta 11.5km de la cima del volcán, el cual
incluye poblaciones como La Yerbabuena y La Becerra en Colima y Causentla,
Cofradía de Tonila, Atenguillo, El Saucillo, El Fresnal, El Embudo, Juan Barragán,
Los Machos, El Agostadero y el Borbollón en Jalisco.

El aumento en la actividad sísmica puede ayudar a saber cuándo se registrará una


nueva erupción. El monitoreo geodésico mide las deformaciones que sufre el
edificio volcánico, esto implica que se sabrán datos sobre la presión interna del
volcán y sobre el estado del magma.

Los volcanes activos emanan cenizas y gas, el cual es tóxico sólo en las
cercanías del cráter.

En el caso del Popocatépetl, puede permanecer por muchos años como hasta
ahora. Después volverá al reposo por tiempo indefinido. También podría aumentar
su actividad, derramar flujos, lava y material incandescente, por supuesto la
población que corre mayores riesgos es la que vive muy cerca del cráter. Por la
distancia y las barreras geológicas que lo separan, el DF no corre peligro.

Desde 1993 la actividad del volcán ha permanecido estable, según reportes de su


monitoreo. Es común que veamos una pequeña columna de vapor y gas coronando
el cráter. Las lluvias pueden producir aumento en la intensidad de las fumarolas,
observándose como una columna espesa, pero sin estar afectado el interior del
volcán.

Los adultos mayores que habitan cerca del volcán comentan que siempre ha
manifestado actividad de alguna u otra manera; después se queda en reposo por
años. De cualquier forma, es recomendable que los pobladores conozcan los planes
de emergencia, de contingencia y las rutas de evacuación en caso de un evento
mayor.
En el caso del volcán de Fuego de Colima, su actividad se presentó nuevamente los
días 27 y 28 de agosto de 2003. Durante el vuelo de monitoreo del día 27 se
observó la existencia de un cráter de aproximadamente 200 metros de diámetro,
con una profundidad variable de 15 a 30 metros. La actividad en cuanto a
fumarolas se presentó en la parte exterior del cráter, siendo mayor en los sectores
norte y oeste.

TABLA DE VULNERABILIDAD

¿Quiénes y cómo estamos expuestos? Presentamos esta tabla de vulnerabilidad.

1. Las personas sanas pueden presentar irritación en la garganta y vías


respiratorias. En caso de entrada de un cuerpo extraño en los ojos, se puede
presentar desde conjuntivitis hasta abrasiones severas en la córnea. La caída de la
lluvia ácida provoca daños en la piel y ojos.

2. Las personas que padecen enfermedades respiratorias crónicas, en caso de


moderada o abundante caída de ceniza, pueden tener síntomas exacerbados. Niños
y adultos mayores con asma bronquial u otras enfermedades respiratorias crónicas
son considerados como grupos de alto riesgo.

3. En cuanto a los animales, la precipitación severa de ceniza puede ocasionar


ceguera en animales de granja o domésticos. Se recomienda mantenerlos dentro de
refugios, lejos de la intemperie. Los animales que ingieren agua o alimentos
contaminados pueden morir por intoxicación. La lluvia ácida también les afecta la
piel.

4. La ingestión de agua contaminada con flúor y metales como, aluminio, cobre y


arsénico pueden causar desde enfermedades gastrointestinales hasta
complicaciones severas en enfermos crónicos.

5. En caso de ingestión de alimentos contaminados (incluyendo la leche), se


presentan enfermedades gastrointestinales y complicaciones severas. Se deben
lavar frutas y verduras que se encuentren a la intemperie.

6. La lluvia ácida y la ceniza daña las cosechas y en ocasiones producen incendios


forestales. Las cenizas cubren los suelos destinados al cultivo e inutilizan las tierras
por algún tiempo. Los ríos de lodo que aparecen durante una erupción se llevan
todo a su paso, incluyendo sembradíos, animales en la intemperie y casas
improvisadas.

7. En cuanto a la vivienda, hay que recordar que la ceniza se almacena en los


techos y por el peso, pueden desplomarse provocándole traumatismos (golpes) a
sus habitantes. Si la lluvia de ceniza es intensa, se recomienda usar toallas o trapos
húmedos debajo de las puertas. Si vive con personas que padezcan enfermedades
respiratorias crónicas mantenga la vivienda lo más limpia posible.

8. Durante la precipitación abundante de ceniza también se afectan los transportes.


La ceniza en el pavimento hace que las llantas resbalen y haya poca visibilidad, lo
que provoca accidentes viales. A veces se interrumpe la electricidad y los vehículos
que la utilizan, quedan varados.

LAS CENIZAS VOLCÁNICAS


En relación con la expulsión de cenizas y su esparcimiento sobre el área
metropolitana, el grupo de trabajo en contingencias ambientales del Instituto
Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) reporta: La expulsión de ceniza en
grandes cantidades es un fenómeno común en casi 500 volcanes que conforman el
"anillo de fuego" de las placas tectónicas bajo compresión donde se asienta la
República Mexicana. Actualmente, cerca de 500 millones de personas en el mundo
viven en áreas con actividad volcánica. Casi 50 volcanes, en promedio, hacen
erupción cada año.

La ceniza volcánica contiene partículas de distintos tamaños y su


composición varía de un volcán a otro, aun entre exhalaciones de un
mismo volcán.

El Instituto de Geofísica de la UNAM ha analizado la proveniente del Popocatépetl,


encontrando una fracción cristalina compuesta por piroxeno, óxido de sílice, cuarzo
y roca, pH de 3.99 a 5.84. Por microscopia electrónica se encontró que casi el 30%
del total de partículas miden menos de 38mm de diámetro.

CONSECUENCIAS EN LA SALUD RESPIRATORIA

Las partículas pequeñas contenidas en la ceniza volcánica son inhaladas con


facilidad, la mayor parte se aloja en la mucosa nasal y, dada su naturaleza
abrasiva, causan inflamación. Algunas llegan a las vías respiratorias bajas. Este
fenómeno inflamatorio se manifiesta con síntomas como irritación en la garganta,
escurrimiento nasal, obstrucción nasal, tos, flema y en casos extremos en pacientes
con enfermedades respiratorias crónicas se presenta dificultad para respirar y
broncoespasmo de menor a mayor intensidad.

La ceniza también ocasiona daño ocular e irritación en la piel. Respirar


ceniza conlleva cierto riesgo, aun para las personas sanas.

La actividad del volcán registrada hasta ahora se debe a la acumulación de energía


al interior del edificio volcánico que ha roto el domo (una capa magmática que se
había solidificado en la boca del cráter). La ruptura hace escapar humo, vapores,
gases y material incandescente. Según informes del CENAPRED, existen escasas
posibilidades de que la ceniza emanada por el volcán llegue a cubrir todas las
delegaciones del DF, pues los vientos dominantes van hacia Puebla. Hay que
recordar que la acumulación de ceniza hace resbaloso el pavimento y bloquea los
cursos de agua. Combinada con los gases tóxicos puede ocasionar daños a niños,
adultos mayores o personas con afecciones respiratorias crónicas.

ANÁLISIS FISICOQUÍMICO DE LA CENIZA DEL POPOCATÉPETL

La ceniza contiene diferentes proporciones de vidrio, el cual en comparación con


otras sustancias de la escala de Mohs, tiene una dureza entre 5 (plagioclasa) y 5
(cuarzo), propiedad por la cual se utiliza ceniza volcánica como abrasivo en la
industria. Un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones Nucleares (ININ)
reportó que la ceniza del volcán Popocatépetl contenía del 65 al 68% de SiO2 , 5-
6% de álcalis (óxidos de potasio y calcio) y 3.5% de sílice libre (cristobalita);
azufre, manganeso, cobre, zinc y plomo en PM 2.5. Estos metales de transición son
particularmente importantes debido a su habilidad para activar el factor de
traslocación nuclear NFk-B, el cual controla la trascripción de los genes que
codifican las diferentes citocinas que participan en procesos inflamatorios.
En la mayoría de los países donde existe actividad volcánica y precipitación
de ceniza hasta ahora no se han registrado casos de dificultad respiratoria
grave por estar expuestos a concentraciones elevadas.

El pulmón es un órgano vital para los procesos de detoxificación inducidos por


sustancias xenobióticas, de ahí su alto contenido en citocromo P-450. Además de
ser un órgano blanco, representa una vía de paso a xenobióticos con potencial
tóxico para los órganos más alejados. El manganeso es un elemento importante
para el desarrollo natural de diversas funciones enzimáticas del organismo.
Paradójicamente este elemento es altamente neurotóxico cuando alcanza
concentraciones endógenas elevadas. Se requieren estudios adicionales para
establecer los efectos que los metales pesados pueden ocasionar en la población.

Manténgase informado durante una precipitación abundante de ceniza, ya


sea por la radio o por la televisión. Es mejor que no salga de su casa.

En los estudios toxicológicos que se han llevado a cabo en animales de laboratorio,


se han derivado conocimientos sobre los efectos bioquímicos, inmunológicos y
tisulares. En ratas expuestas a 50mg/m 3 de cenizas, se encontró que las partículas
tienen una vida media aproximada de 39 días y que alrededor de 10% de ellas se
retiene en el tejido pulmonar hasta por dos meses. A esta concentración se observó
un aumento de la frecuencia respiratoria, acumulación de macrófagos alveolares,
proteinosis alveolar, reacción intersticial y linforreticular en la región
peribronquiolar y en nódulos linfáticos mediastinales. En resumen, los estudios
toxicológicos efectuados in vivo e in vitro de la ceniza volcánica muestran
principalmente efectos citotóxicos; los cuales, en el primero de los casos, pueden
iniciar o exacerbar procesos inflamatorios crónicos preexistentes y alteraciones en
la respuesta inmunológica.

¿QUÉ PASARÁ EN EL DISTRITO FEDERAL?

Vivimos en una ciudad donde las cenizas caen como consecuencia de las
emanaciones del Popocatépetl, por ello se recomienda estar informados. Las
personas que habiten cerca del cráter deben conocer las rutas de evacuación, así
como cubrir los depósitos de agua para evitar su contaminación. En caso de una
abundante precipitación de ceniza, se recomienda cubrir con cinta adhesiva las
rendijas de puertas y ventanas, así se impide que ésta entre en los domicilios. Los
visitantes asiduos a zonas cercanas al volcán, deberán mantener su distancia para
evitar posibles flujos de lodo. Durante una precipitación de ceniza, es mejor que
permanezca en casa, vigile a los niños y personas de la tercera edad, además de
aquellos que padezcan enfermedades como el asma. Se recomienda no conducir
durante la emanación y no usar el teléfono.

FASE DE LIMPIEZA

Para evitar acumulación y accidentes, retire la ceniza de los techos planos o con
poco declive, también de los canales para desaguar la lluvia. Recuerde que la
ceniza es piedra pulverizada que en grandes cantidades puede derribar un techo. La
ceniza es también abrasiva, por lo que se atasca y daña el motor de los vehículos.
No la limpie con agua, se recomienda utilizar mechudos para removerla y después
barrerla. No la arroje al drenaje, recójala y colóquela en bolsas de plástico para
desecharla. Limpie el interior de su vivienda, sacuda los muebles y barra los pisos.
ESTUDIOS EPIDEMIOLÓGICOS

Los efectos agudos en la salud respiratoria ocasionados por el aire contaminado con
ceniza volcánica se han documentado ampliamente. Gracias a las medidas
preventivas implantadas en erupciones recientes no se han registrado defunciones
ni complicaciones respiratorias severas en poblaciones expuestas a altas
concentraciones de este material. Sin embargo, pueden presentarse casos en la
población vulnerable si no se siguen las medidas de protección, o bien, si los
servicios de salud no se encuentran preparados para atender eficazmente la
demanda de pacientes con dificultad respiratoria. Los estudios epidemiológicos
realizados en países donde se han registrado erupciones volcánicas demuestran un
incremento importante en el número de consultas por problemas respiratorios en
los servicios de urgencias. Lo anterior se observó en la ciudad de Quito (Ecuador),
durante los episodios del 6, 7 de octubre y del 26 y 27 de noviembre de 1999. Se
registró un incremento porcentual cercano al 200% en enfermedades como la rinitis
y el asma. La ceniza afecta la salud sobretodo de personas alérgicas. En el mayor
porcentaje de los casos los pacientes sólo presentaban molestias leves. La ceniza
no ocasiona cambios en la tasa de morbimortalidad en población sana. Las
personas que padecen asma o bronquitis crónica pueden llegar a experimentar una
exacerbación de sus síntomas, por ello deben seguir con apego las
recomendaciones que la Secretaría de Salud ha divulgado a la comunidad y que se
encuentran en este documento.

Durante una precipitación abundante de ceniza, se debe evitar hacer


ejercicio o actividades al aire libre.

En el INER se han realizado varios estudios epidemiológicos sobre los daños en la


salud respiratoria en comunidades cercanas al volcán después de 1994, cuando el
Popocatépetl aumenta su actividad. Hasta el momento se ha documentado
incremento en las infecciones respiratorias agudas, sin tener un carácter grave y si
bien es cierto que los parámetros medidos (pruebas de función respiratoria)
mostraron reducciones de la CVF y VEF1 (capacidad vital forzada y volumen
respiratorio en el primer segundo), durante el periodo de mayor exposición. Siete
meses más tarde se repitieron las pruebas y los parámetros mencionados ya habían
regresado a sus valores normales.

Los estudios mencionados ponen de manifiesto que el menor tiempo de exposición


a las cenizas volcánicas produce una inflamación totalmente reversible y con
recuperación absoluta. Esta reversibilidad se explica por el bajo volumen total de
ceniza y su composición, ya que el contenido de sílice es menor al 3.5%.

RECOMENDACIONES PARA LAS ESCUELAS

Si la precipitación es muy abundante, las autoridades evaluarán la suspensión de


clases. En caso de que ocurra la emanación mientras los estudiantes están en los
planteles; se recomienda suspender las actividades deportivas al aire libre y
mantener dentro de las aulas a los niños más pequeños. Los profesores deben
exhortar al alumnado a mantener la calma y a seguir las instrucciones pertinentes.
Es importante no exponerse a la ceniza para evitar molestias en garganta, piel y
ojos. Al cubrirse el piso con cenizas, puede ocasionar caídas con los consecuentes
traumatismos, por lo que se recomienda no correr.

La literatura internacional ha descrito incremento en el número de consultas en los


servicios de urgencias durante las contingencias ambientales. Por este antecedente
el INER cuenta con atención especializada en todo momento. Existe una guía
intramuros para el personal en caso de contingencia por exposición aguda a ceniza
volcánica.

Los autores agradecen su apoyo a la licenciada María Paz Avalos León

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-75852004000300009

Contaminación por vulcanismo

La actividad volcánica produce en general, contaminación natural, ya sea a través de las


emanaciones gaseosas o de las denominadas “lluvias de cenizas”.

Los gases disueltos en el magma son liberados durante una erupción, siendo los más
importantes el vapor de agua, dióxido de carbono, monóxido de carbono, óxidos de azufre,
hidrógeno, nitrógeno, flúor, cloro, boro y arsénico. Tanto los compuestos de azufre como los
cloruros y fluoruros reaccionan con el agua para formar ácidos tóxicos, los cuales aún en
concentraciones bajas son nocivos para la vista, la piel y el sistema respiratorio de los seres
vivos. La vegetación puede ser severamente dañada por ésta “lluvia ácida” (ej.: volcán
Lonquimay, Chile, la erupción de 1988 fue inusualmente rica en flúor, con efectos catastróficos
sobre la flora silvestre y cultivos aledaños).

Los efectos nocivos de los gases volcánicos generalmente quedan restringidos a un radio de
10 km. del centro emisor. Sin embargo, las erupciones explosivas de gran volumen, pueden
determinar la formación de un velo estratosférico de polvo y aerosoles ácidos; estos pueden
provocar efectos climáticos de alcance local hasta regional (ej.: volcán Tambora, Indonesia, la
erupción de 1885, considerada como la de mayor magnitud registrada en tiempos históricos,
produjo una prolongada reducción de la visibilidad y disminución de la temperatura media en
0,5°C aproximadamente).

Por otra parte la actividad volcánica es altamente contaminante del medio hídrico
(escurrimiento superficial y subterráneo) en las adyacencias del centro emisor. Tanto los gases
disueltos como las partículas sólidas pueden afectar en diverso grado la calidad del agua,
comprometiendo el abastecimiento de agua potable para los seres humanos y la disponibilidad
de aguadas para los animales. Además, las cenizas ponen en riesgo la salud de las personas y
de los animales debido a los trastornos ocasionados en sus aparatos respiratorio y digestivo.

https://www.mendoza.conicet.gov.ar/portal/enciclopedia/terminos/ContamVulc.htm#:~:text=
Los%20gases%20disueltos%20en%20el,%2C%20cloro%2C%20boro%20y%20ars%C3%A9nico.

Volcanes
SIEMPRE LLAME AL 911 si está en una situación de peligro inmediato y

necesita ayuda de emergencia.  

Los gases volcánicos que imponen los peligros potenciales más importantes son
el dióxido de azufre, el dióxido de carbono y el fluoruro de hidrógeno. A nivel
local, el gas dióxido de carbono puede provocar lluvia ácida y contaminación del
aire desde un volcán en la dirección del viento. Estos gases pueden provenir de
caudales de lava y también de un volcán que entra en erupción violentamente.

Las cenizas volcánicas pueden recorrer entre cientos y miles de kilómetros desde
un volcán en la dirección del viento. La ceniza volcánica fresca es arenosa,
abrasiva, en ocasiones corrosiva y siempre desagradable. Aunque la ceniza no es
altamente tóxica, puede afectar a los niños pequeños, a los ancianos y a quienes
sufren problemas respiratorios. La ceniza también puede introducirse en los ojos
y rayarlos, especialmente cuando hay mucho viento. La ceniza puede ser
peligrosa para el ganado de pastoreo y dañar las instalaciones de tratamiento del
agua potable y de las aguas residuales (u obligar su cierre) al obturar o dañar los
equipos.  

https://espanol.epa.gov/espanol/volcanes

AMENAZAS A LA SALUD POR IMPACTO VOLCÁNICO El evento volcánico amenaza la salud de las
poblaciones afectadas, provoca trastornos en el ambiente alterando las condiciones normales
del clima, y la calidad de elementos vitales como el agua, el aire y el suelo, afecta los cultivos y
además incide en la prestación de servicios de salud por limitación del desplazamiento debido
a daños en las vías de acceso. Tipos de impacto ambiental El grado de afectación del ambiente
por la actividad volcánica depende de varios factores entre ellos: el área afectada, el tiempo de
persistencia de los residuos de material volcánico, el deterioro de los recursos naturales, la
alteración de la vida cotidiana y de los servicios públicos. Los productos que salen del volcán se
clasifican según su forma de emisión en líquidos, sólidos y gaseosos. Las cenizas y gases
arrojados se dispersan en la atmósfera, generando impacto en todos los ecosistemas cercanos
al volcán e incluso a kilómetros de su cono, principalmente por acción del viento. La calidad de
los recursos naturales -como aire, suelo y agua- de los ecosistemas de la zona de riesgo
volcánico se altera cuando se produce el contacto del material expulsado con el medio a su
alrededor. Alteración de la calidad del aire La emisión de una cortina de humo grisáceo o
blanco que contiene gases y cenizas, arrojados por la onda explosiva del volcán; esta cortina
puede prolongarse por muchas horas o días. Dispersándose a grandes distancias por las
condiciones meteorológicas y climáticas de la región hasta que la lluvia viene a eliminar las
cenizas del aire. Puede bloquear los caminos y reducir la visibilidad provocando el aumento de
accidentes de transito Estos productos, sumados a la energía térmica que los transporta,
alteran la calidad del aire en la zona. Los contaminantes primarios son: oxido de azufre, oxido
de nitrógeno, hidrocarburos y partículas. Impacto en la calidad del agua El agua superficial de
lagos, ríos y quebradas tiene mayor riesgo de contaminación porque es más fácil el contacto
de los residuos arrojados por el volcán con el agua. La precipitación de ceniza es uno de los
mayores impactos que altera las características organolépticas (sabor, olor y color) del agua.
Esto no solo impide a los usuarios consumir el agua, sino que además puede afectar a las
condiciones de vida de los organismos acuáticos de cada ecosistema, a causa de los agentes
contaminantes inorgánicos solubles en agua y, en ocasiones, por cambios en la temperatura
del agua y empobrecimiento de la calidad del oxígeno disuelto. Alteraciones en la calidad del
suelo En un primer momento las cenizas y la lluvia ácida queman la vegetación e inutilizan el
suelo por meses. Posteriormente a causa de reacciones químicas la mezcla de ceniza con tierra
aumenta la fertilidad para los cultivos así como el crecimiento de las plantas. Pero los flujos de
lava dañan el potencial agrícola del suelo que queda cubierto de lodo y sólidos inertes que no
permiten su recuperación posteriori Efectos en la ganadería Al contaminarse los campos y el
pasto con cenizas que el ganado ingiere en gran cantidad, en algunos casos esto puede
provocar la muerte de animales de pastoreo. Peligros volcánicos y salud El riesgo de lesión o
muerte depende de: -Tamaño de la erupción, las personas cuyas viviendas estén situadas en
áreas bajas y en valles cercanos al volcán están en mayor riesgo de sufrir lesiones o muerte
debido al flujo de sólidos y de gases densos. -La vulnerabilidad de las poblaciones cercanas al
volcán por ausencia o deficiencia de los sistemas de monitoreo y alertas; desconocimiento del
riesgo1 ; falta de preparación de las autoridades y de la población, etc. Los pacientes con
afecciones pulmonares previas la inhalación de cenizas puede provocar problemas
respiratorios si se inhala partículas menores de 10 micrones de diámetro- y sus efectos
dependen de factores como el grado de acidez (ph) Grupos vulnerables de población son los
niños, ancianos, embarazadas o personas con enfermedades preexistentes. Erupciones
volcánicas y enfermedades trazadoras Ceniza volcánica: Irritación de vías respiratorias (rinitis,
faringitis, laringitis) Irritación de ojos puede causar conjuntivitis y abrasiones en la cornea
especialmente para los que usan lentes de contacto. Dermatitis. Problemas gástricos.
Accidentes de transito por baja visibilidad. Politraumatismos por caída de los techos al tratar
de limpiarlos. Deslizamientos de lodo: Producen politraumatismos severos (fracturas,
quemaduras) a quienes estén dentro del cause del flujo de lodo. En raras ocasiones el lodo
puede causar quemaduras químicas en la piel al descubierto por contener ácido sulfúrico o
ácido clorhídrico. Sepsis. Daños en la infraestructura comunitaria y sanitaria. Gases volcánicos
El magma contiene gases disueltos los cuales escapan a la atmósfera durante las erupciones o
mientras el magma permanece estacionado cerca de la superficie Los gases emitidos por el
volcán son dióxido de carbono, monóxido de carbono, óxidos de azufre, ácido sulfhídrico,
cloro, flúor siendo el vapor de agua el gas volcánico mas abundante (75% aproximadamente).
1 La perdida de la memoria histórica genera falta de conciencia del peligro volcánico Gases
Irritantes: SO2- SH2 – ClH – FH, pueden ejercer sus efectos a menor concentración en muchos
kilómetros a la redonda del volcán. Su acción irritante la efectúan sobre el árbol respiratorio y
resto de las mucosas (ojo rojo, lagrimeo, odinofagia, estornudos), los gases poco solubles
penetran con facilidad hasta el alveolo. En concentraciones elevadas, el ácido sulfhídrico no se
puede detectar pues ocasiona la parálisis del nervio olfativo. Estas intoxicaciones son
generalmente letales. Enfermedad gastrointestinal por contaminación del agua. Gases No
Irritantes: CO- CO2- N- Cianuros, cercanos al cráter o fisuras, actúan sin provocar lesiones
locales, pero generan hipoxia tisular se denominan gases asfixiantes Lluvia ácida: Poco
frecuente, pero existe la posibilidad que los productos químicos o la lluvia ácida contaminen
algunas fuentes de agua. Cuando se producen precipitaciones en las cercanías del volcán en
erupción, se disolverán gases ácidos por ejemplo ácido clorhídrico gaseoso principal
componente de la lluvia ácida. Esta lluvia no representa un riesgo directo en la salud para las
personas, pero corroen tuberías, techos. Se deben examinar las fuentes de agua y alimentos
cosechados en la zona periódicamente para comprobar la presencia de fluoruros o metales
tóxicos (aluminio, plomo, zinc). Relámpagos: Los gases que se emiten durante la erupción
cargan el aire con valencia de los elementos suspendidos, produciendo descargas en torres de
comunicaciones y en transformadores de energía eléctrica. Aumentan la sensación de alarma
entre la población. En caso de incendios se pueden producir quemaduras y politraumatismos.
Otros efectos a considerar El impacto psicológico del desastre puede presentarse en foma de:
fatiga, nauseas, cefaleas, trastornos gastrointestinales, cambio del sueño, de apetito o signos
emocionales (ansiedad, depresión). La preocupación por posibles daños a la salud como
consecuencia de la contaminación puede crear gran nivel de tensión en las comunidades y
generar demandas y protestas. La situación se hace más crítica cuando estos efectos empiezan
a manifestarse explícitamente entre los pobladores. Según los niveles de contaminación
atmosférica pueden aparecer manifestaciones psíquicas, ya sea como consecuencia de la
afectación directa del sistema nervioso central o como respuesta emocional ante la
problemática que están sufriendo. Esto puede comprometer y alterar durante largo tiempo la
calidad de vida de las poblaciones. Una significativa reducción de la visibilidad crea alarma y
tiene efectos psicológicos. Las mujeres suelen ser más afectadas por los daños y las pérdidas.
En ocasiones, tienen que enfrentar casi solas las dificultades económicas de la familia, lo cual
requiere muchos esfuerzos y produce desgaste psicológico. Los niños y niñas también están en
desventaja y son víctimas frecuentes en situaciones de desastres. Son más vulnerables porque
tienen una menor comprensión de lo sucedido y limitaciones en la comunicación porque
manejan códigos diferentes a los adultos. Medidas de gestión en salud ambiental para las
poblaciones. En las horas posteriores a la erupción es necesario establecer zonas prioritarias
para la implementación de medidas de gestión ambiental: en las poblaciones cercanas al área
de desastre, o densamente pobladas con graves interrupciones de los servicios de
saneamiento, o población moderada densidad pero con daños graves. Los servicios esenciales
que reducen el riesgo y protegen el bienestar de los residentes son: - Garantizar
abastecimiento de agua potable, servicios básicos de saneamiento, eliminación de aguas
residuales, residuos sólidos - Un refugio adecuado. - Proporcionar medidas de protección,
manipulación de alimentos y la disposición final de residuos (que se sobrecargan
rápidamente). - Fomentar hábitos higiénicos. - Control de vectores y de enfermedades
transmisibles - Sanidad animal, control de zoonosis. Las estrategias del sector salud para la
prevención, mitigación y atención de los desastres deben incluir el componente psicosocial,
para disminuir el sufrimiento de la gente en la crisis. Vigilancia ambiental. Se sabe que el riesgo
de transmisión de enfermedades se incrementa durante los desastres naturales, por varias
razones: desplazamiento de poblaciones hacia áreas de riesgo, hacinamiento, aislamiento de
poblaciones, cambios ecológicos, interrupción de los servicios públicos, luz, agua,
alcantarillado y otros como dificultad o interrupción de los servicios de atención de salud. La
vigilancia ambiental consiste en monitorizar que estas condiciones no se conviertan en un
riesgo y, de ser así, tomar medidas para controlarlo antes de la aparición de enfermedades de
origen ambiental. Se deben llevar a cabo evaluaciones de: Daños y necesidades en salud de las
poblaciones afectadas en instalaciones y servicios de salud para identificar prioridades y
necesidades urgentes. Se debe verificar con las empresas de aseo la disposición de los residuos
Se debe realizar monitoreo del aire para medir la concentración ambiental de dióxido de
azufre (SO2) y de material particulado. Se debe realizar monitoreo de alimentos cosechados y
de leches Se deben realizar muestreos de calidad de agua que debe cumplir con los
parámetros organolépticos físicos y químicos y microbiológicos. Si el agua de distribución local
presenta algún cambio en su aspecto o composición se debe recomendar solo agua potable. El
almacenamiento de agua se debe efectuar de forma adecuada (recipientes y pozos con
sistemas de distribución libres de contaminación).

https://www.sap.org.ar/docs/profesionales/volcanp.pdf

La actividad volcánica y su relación con el medio ambiente y salud José Antonio Rivera Tapia1 1
Posgrado en Ciencias Ambientales y Centro de Investigaciones Microbiológicas del Instituto de
Ciencias de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (ICBUAP). cepción global de los
aspectos que se involucran en la generación de dichos problemas. Por tanto es necesario
enfocar los estudios desde un punto de vista interdisciplinario, promover y propiciar la
participación de los diversos sectores gubernamentales, académicos, industriales y de la
sociedad en general.1,2 Para identificar oportunamente los riesgos ambientales para los
ecosistemas y la salud es necesario conocer las rutas de acceso de los agentes contaminantes
al ambiente y, en cada caso, su velocidad de traslado y degradación, su acumulación en los
ecosistemas y sus interacciones con los seres vivos, especialmente los que causan efectos
adversos a la salud de la población.3 Los efectos adversos de la contaminación pueden
manifestarse a corto plazo como se ha visto en el aumento de las consultas médicas por
afecciones respiratorias, oculares, y de la piel. Además se plantea que la contaminación
también contribuye de forma importante a incrementar diversos padecimientos degenerativos
(cardiovasculares, respiratorios y neurológicos), y en particular, al aumento en la frecuencia de
cáncer, alteraciones del desarrollo y de padecimientos hereditarios.4-6 La actividad del volcán
Popocatépetl hasta ahora no ha significado un grave peligro en cuanto a destrucción física por
su grado de explosividad, pero las emanaciones de gases y cenizas pueden llegar a deteriorar
el ambiente y el estado de salud de las poblaciones circundantes por la cantidad de partículas y
gases que exhala. Su ubicación geográfica (19º 01´ latitud norte y 98º 37´ longitud oeste, y con
una altitud que alcanza los 5,452 metros sobre el nivel del mar), lo coloca en una situación
especial por los numerosos asentamientos humanos que rodean sus laderas. El objetivo de
este trabajo es presentar una revisión que permita considerar a la contaminación natural,
exhalación de gases y ceniza propias de la actividad volcánica, como un factor de riesgo para la
salud. Actividad volcánica La actividad volcánica fascina e inquieta y en la denominación de
erupciones explosivas se agrupan erupciones con diversas características, desde las que
emiten fuera del cráter Artículo original 201 edigraphic.com columnas verticales, de una altura
de diez a cuarenta kilómetros, cargadas con fragmentos de variados tamaños, hasta las
caracterizadas por la expulsión de una emulsión de ceniza caliente y densa, particularmente
devastadora debido a su temperatura que puede alcanzar los 500ºC, y una velocidad entre
diez y cien metros por segundo.7,8 Donald Peterson, del Servicio Geológico de los Estados
Unidos de Norteamérica, afirma que la prevención de riesgos volcánicos depende del tipo de
actividad que presente el volcán en estudio, como puede ser la cantidad y características de las
cenizas arrojadas a gran distancia, con flujos rápidos y avalanchas de lodos.9-11 En 1815 se
registró una explosión volcánica en Indonesia, donde se produjeron efectos claramente
perceptibles por la cantidad de ceniza liberada, y por medio de las corrientes atmosféricas
dieron vuelta a todo el planeta, lo que provocó el llamado año sin verano, a causa del
oscurecimiento generalizado, y como resultado del material suspendido se presentó un
descenso en la temperatura terrestre. También las erupciones del volcán Irazú en Costa Rica y
del volcán Redoubt, en Alaska, han propiciado disturbios en los ecosistemas circundantes.12-
14 Las erupciones explosivas como las del Monte Santa Helena en 1981 y la del Pinatubo en
Filipinas durante 1991, representaron un importante riesgo en la salud, ya que este último
arrojó una cantidad colosal de ceniza a la estratosfera, lo que provocó una caída en la
temperatura mundial que se prolongó dos años.15,16 La erupción del volcán Chichón, en
México (abril de 1982), emitió una cantidad considerable de azufre, el cual al reaccionar con el
vapor de agua en la estratosfera dio como resultado una bruma de gotas de ácido sulfúrico,
tales gotas son químicamente estables y tardan en sedimentarse desde la estratosfera. Las
predicciones del efecto final de las exhalaciones de El Chichón sobre el clima son todavía
provisionales, pero se espera un enfriamiento global en la superficie de la tierra de 0.3ºC. Son
trece los volcanes que han producido erupciones en tiempos históricos en nuestro país,
algunos de ellos “dormidos”. El volcán Tres Vírgenes en Baja California, el Sanganguey y
Ceboruco en Nayarit, el volcán del Fuego en Colima, el Paricutín y el Jorullo en Michoacán, el
Popocatépetl y el Citlaltépetl dentro del eje neovolcánico, el Xitle en el D.F., el Chichón y el
Tacaná en Chiapas, el Bárcenas y Everman en las Islas Revillagigedo. El vulcanismo en México
es originado por la dinámica en la zona de subducción del Pacífico, las fallas Motagua-Polochic,
la falla Rivera y la reactivación de la falla que corre de Este a Oeste y que configura el eje
neovolcánico transmexicano. En Colima se encontró un depósito de productos conocidos
genéricamente como de “caída libre de ceniza”, que incluye fragmentos de roca y ceniza que
se depositaron sobre el terreno cuando una columna eruptiva se elevó sobre el volcán en un
evento explosivo. Por gravedad y ayudadas por el viento se han distribuido en una amplia zona
alrededor del volcán. La lluvia de ceniza implica riesgos al cubrir cultivos, áreas de ganado,
interrumpir el tránsito terrestre y aéreo, además de los riesgos a la salud por el contacto con
partículas impalpables.17 En el periodo de febrero a diciembre de 1994 el volcán Popocatépetl
tuvo una producción de 24,261 toneladas métricas de bióxido de azufre, representando una
fuente natural de contaminación. El análisis de la ceniza reportó ser roca pulverizada rica en
cuarzo y silicio, material de origen preexistente producto de un tapón en el cono del volcán.18
Efectos en la salud por la actividad volcánica. Los efectos en la salud por la exposición a cenizas
volcánicas se han documentado en diferentes regiones, como es el caso de los volcanes La
Soufriere, Sakurajima, Masaya, Yasur y el Monte Santa Helena.19-23 Durante los cuatro años
siguientes a la erupción del Monte Santa Helena que ocurrió entre el 27 de marzo y el 18 de
octubre de 1980 al Sureste del estado de Washington, las personas expuestas manifestaron
disminución en el flujo espiratorio forzado (FEV), aumento en la sintomatología respiratoria y
efectos oculares. También se observó que en 18 de 23 autopsias la muerte fue causada por la
inhalación de ceniza, los estudios de laboratorio mostraron que la ceniza no presentaba
características tóxicas, sin embargo la porción respirable contenía de un 3 al 7% de silicio
cristalino libre, lo cual representaba un riesgo potencial para la salud.24-26 Warheit y
colaboradores (1988), demostraron que las cenizas del Monte Santa Helena no inducen la
acumulación de macrófagos después de la exposición a ésta; sin embargo se sugiere que
debido a la amplia variedad en las características físico-químicas de la ceniza, en ciertas
ocasiones se puede activar el complemento y consecuentemente atraer macrófagos. Por su
parte, los datos experimentales permiten observar cambios histológicos en la estructura
pulmonar después del cuarto día de exposición a la ceniza volcánica.27 Durante la última
semana de diciembre de 1994, el volcán Popocatépetl inició una nueva etapa de actividad,
expulsando cenizas y óxidos de azufre. Por tanto se aplicó el cuestionario de enfermedades
respiratorias de la American Thoracic Society y se realizó espirometría cronometrada a 80
personas que estuvieron expuestas de uno a cinco días. La mayoría experimentó ardor y
resequedad orofaríngea, tos, disnea de medianos y grandes esfuerzos y expectoración. En las
espirometrías, 34 personas resultaron normales, 44 mostraron alteraciones restrictivas y 2
obstrucción. Estos resultados preliminares muestran alteraciones funcionales pulmonares en
una proporción similar a la exposición a humo de tabaco o leña. La inhalación de bióxido de
carbono provoca constricción del tracto respiratorio y aumenta las resistencias al flujo José
Antonio Rivera Tapia MG 202 edigraphic.com sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c
cihpargidemedodabor :rop odarobale FDP VC ed AS, cidemihparG arap acidémoiB arutaretiL
:cihpargideM sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c del aire, por lo que se observan cambios en los
patrones normales de la función pulmonar.19 La inhalación de ceniza en modelos animales
demuestran disminución en la movilidad ciliar a nivel del epitelio traqueal, el tejido traqueal
presenta cambios citomorfológicos moderados después de dos horas de exposición a
concentraciones de ceniza de 1, 10 y 100 µg/mL. El grado del daño epitelial y los cambios en la
movilidad ciliar están relacionados con las dosis y el número de exposiciones a la ceniza
volcánica.28,29 La inhalación experimental de ceniza (10 µg/m3 ) en hámsters, proveniente de
la actividad del volcán Popocatépetl, provocó foco neumónico con detritus celulares, reacción
inflamatoria aguda y crónica e infiltrado de linfocitos a nivel del tejido pulmonar.30 La
actividad volcánica no sólo se relaciona con emisión de ceniza, ya que también se despiden
otros contaminantes que representan riesgo para la salud y los ecosistemas circundantes
(cuadro 1). El futuro del medio ambiente y salud. El ambiente físico y biológico del planeta está
cambiando de forma significativa como resultado de la actividad humana, y estos cambios
pueden representar un enorme impacto en la salud humana. Una de las prioridades del
desarrollo es la protección a la salud en un escenario de rápido cambio ambiental. Por tal
situación, se requieren de políticas sociales que conviertan el crecimiento económico en
verdadero desarrollo sustentable. Por tales razones es necesario que los sectores económico,
social y ambiental se involucren en real colaboración.36,37 Los países desarrollados,
recientemente han considerado al ambiente como parte fundamental en el desarrollo de la
planeación y política de un país, y que el estudio del medio ambiente puede favorecer, desde
el punto de vista del costo-beneficio, a las empresas. Los primeros resultados, permiten
observar que los instrumentos económicos y políticos con objetivos y aplicaciones al medio
ambiente tienen una gran relevancia en el sector salud. Es necesario que a nivel mundial los
ministerios de salud o dependencias encargadas influyan considerablemente en la política
económica de los gobiernos.38,39 Hay que tener en cuenta que los procesos de urbanización
se pueden considerar como uno de los principales cambios ambientales globales que afectan
directamente la salud. Las poblaciones más afectadas se localizan en países desarrollados,
donde un rápido crecimiento urbano se ha acompañado de una masiva pobreza urbana y por
ende la aparición de diversas enfermedades.40 Así, el término de salud de la población se ha
visto influido por “fuerzas económicas y ambientales”, donde el cambio ambiental incluye
alteraciones en el clima, calentamientos globales, disminución de los recursos naturales,
ecotoxicidad y disminución de la biodiversidad, pronosticándose que estos cambios
ambientales generarán impactos en la salud a mediano y largo plazo.41-44 Los niños
representan un grupo de la población que requiere de una consideración especial en lo
referente a la exposición de riesgos ambientales, ya que sus tejidos y órganos crecen
rápidamente, desarrollándose y diferenciándose. Estos procesos crean ventanas de gran
vulnerabilidad a los tóxicos ambientales. Y debido a que los patrones de exposición a
contaminantes ambientales son muy diferentes entre niños y adultos se deben investigar los
siguientes puntos: a) explorar y cuantificar patrones de exposición, b) implementar y/o utilizar
pruebas o técnicas para el reconocimiento de consecuencias por la exposición durante el
desarrollo temprano, c) identificar, por medio de estudios clínicos y epidemiológicos la
etiología posible por la asociación entre la exposición ambiental y la(s) enfermedades, d)
elucidar a nivel celular y molecular los mecanismos patogénicos de las enfermedades
ambientales.45 Conclusiones La ecología de la salud es un subsistema que representa el
interés de la salud pública, desde el punto de vista del monitoreo de la exposición a
contaminantes, tanto naturales o antropogénicos, y de su impacto en la salud. Se plantea que
si las exhalaciones volcánicas son frecuentes y las condiciones climáticas influyen en la
dispersión de cenizas, como es el caso del volcán Popocatépetl, se puede favorecer la aparición
de alteraciones en la salud. Estudios multidisciplinarios en países desarrollados respecto a la
actividad volcánica han permitido mitigar los riesgos en la salud. El futuro de la relación
ambiente-salud depende de la integración de diversos grupos en la sociedad, siendo necesario
involucrar profesionales de los campos de la economía, tecnología, socioculturales, salud y
otras áreas más. Cuadro 1. Contaminantes emitidos por la actividad volcánica. Volcán Emisión
Referencia Popocatépetl SO2 Rojas, 1995 Chichón NO, NO2, HCl Michelangeli, 1989 Sakurajima
Hg Tomiyasu, 2000 Copahue Cd, Cr, Cu, Hg, Pb, U, V, Zn Gómez, 2002 Monte Etna Rn, CO2 D´
Alessandro, 2003 Soufriere (Montserrat) BrO, SO2, HCl Bobrowski, 2003 Artículo original 203
edigraphic.com Si consideramos que la economía y la salud pública están sustancialmente
determinadas por las condiciones del medio ambiente, entonces se debe insistir que los
valores, la visión y la capacidad de los dirigentes puede tener un impacto extraordinario en el
futuro del medio ambiente y la salud

https://www.medigraphic.com/pdfs/facmed/un-2004/un045e.pdf

Cuando los volcanes están inactivos las personas pueden subestimar el riesgo
que estos representan, especialmente si desconocen los peligros volcánicos.
Este desconocimiento incrementa la vulnerabilidad de las personas, sobre todo
de aquellas comunidades que viven cerca de un volcán.

Los volcanes tienen diferentes estilos de erupción. Algunos generan flujos


piroclásticos o expulsan rocas balísticas y ceniza que pueden caer encima de
las comunidades, como fue el caso de Volcán de Fuego en Guatemala, el
volcán Soufrière Hills en Montserrat y el volcán La Soufriere en San Vincente y
las Granadas; otros volcanes producen flujos de lava (por ejemplo, Hawái). En
ocasiones, flujos de lodo (lahares) ocurren cuando el calor magmático derrite el
hielo, como ocurrió en Colombia con la erupción del volcán Nevado del Ruíz. En
otros casos, flujos de lodo también aparecen por fuertes lluvias que movilizan
el sedimento volcánico en las laderas.

Los efectos más comunes sobre la salud causados por las erupciones
volcánicas incluyen lesiones traumáticas, quemaduras, asfixia, enfermedades
en la piel, lesiones oculares, problemas respiratorios, conjuntivitis y hasta la
muerte. 

Particularmente, la caída de ceniza o expulsión de gases, generan riesgo de


contaminación del agua y de los alimentos, así como la afectación del ganado y
animales domésticos, de cultivos y en general del medio ambiente,
comprometiendo también los servicios básicos (agua, transporte,
comunicaciones) y el acceso a los servicios de salud. Igualmente, el cúmulo de
cenizas sobre techos o cubiertas puede causar daños o colapso de
edificaciones, tanto de forma inmediata como posterior al evento, como en la
fase de limpieza. Esto ha generado la ocurrencia de accidentes con
politraumatismo por el colapso de los techos.

Las instalaciones de salud pueden ser completamente destruidas o ver


comprometido su funcionamiento por restricción o acceso a los servicios
básicos. Para minimizar los impactos, la preparación para una erupción debe
incluir un escenario de monitoreo, conocimiento sobre los tipos de eventos
eruptivos, comunicación permanente con las autoridades técnicas, sistemas de
alerta, preparativos adelantados y al personal entrenado y debidamente
equipado.

Las autoridades locales y las entidades de protección civil y técnicas


responsables son aliadas fundamentales para brindar asesoría sobre el tipo de
erupción que se espera, lo que permite prepararse para una respuesta
apropiada y prevenir daños y pérdidas.
https://www.paho.org/es/temas/erupciones-volcanicas

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