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LA RUPTURA ENTRE oriente Y OCCIDENTE AL FINAL

DE LA ANTIGÜEDAD: ROMA, CONSTANTINOPLA Y LAS


ECCLESIAE SEPARATAE (SIGLOS V-VII)

Silvia Acerbi
Universidad de Cantabria

RESUMEN: Decía el historiador del Imperio romano Ronald Syme que lo sorprendente de la historia del Imperio
romano no era que éste hubiese terminado por dividirse, sino el hecho de que hubiera logrado mantenerse unido
durante siglos. Fueron muchos los factores que distanciaron entre sí a las dos Partes Imperii, en especial un distinto
pasado histórico, cultural y lingüístico, y su enorme extensión por territorios con condiciones geográficas tan di-
ferentes como Egipto y Britania. La fundación de Constantinopla y la creciente autonomía e independencia de la
Pars Orientis coincidieron con la cristianización del mediterráneo, lo que determinó que la división tuviese carácter
no sólo político, sino también religioso, implicando a los obispos de las respectivas capitales. El proceso –religioso,
político-eclesiástico, ideológico y etno-lingüístico– que empezó a desarrollarse entre los siglos V y VII era lo que
nos proponíamos profundizar en el proyecto de investigación HUM 2007/60628.

PALABRAS CLAVE: Antigüedad Tardía, Cristianismo, Roma, Constantinopla, Ruptura, Iglesias Orientales, Pa-
pado.

THE RUPTURE BETWEEN THE EAST AND THE WEST AT THE END OF ANTIQUITY: ROME,
CONSTANTINOPLE AND THE ECCLESIAE SEPARATE (V-VII CENTURIES)

ABSTRACT: The great historian of the Roman Empire, Ronald Syme, used to say what really surprised him
was not that the Empire was divided into the East and the West but that both sides had managed to stay united
for centuries. In fact, there were many elements involved which created distances between the two Partes Imperii,
especially their distinct historical, cultural and linguist past and its vast expanse of territory with such geographi-
cally diverse conditions like Egypt and Britain. The foundation of Constantinople and the growing autonomy and
independence of the Orient coincided with the move toward Christianity through the Empire which resulted in
the division being not only political but religious involving both bishops from the respective capitals. The religious,
political, ecclesiastical, ideological and linguistic processes which developed precisely between the IV and VI Cen-
turies were what we aimed to study in our Project (HUM 2007/60628).

KEYWORDS: Late Antiquity, Christianism, Rome, Constantinople, Rupture, Oriental Churches, Papacy.
Mainake, XXXI / 2009 / pp. 29-39 / ISSN: 0212-078-X

En la línea temática y metodológica de los últimos tres proyectos de I+D dirigidos por Ramón
Teja –Conflictos político-eclesiásticos en Oriente durante la Antigüedad Tardía (DGCYT-PB95-
0593); Constantinopla, Antioquía, Jerusalén: la recepción del Concilio de Calcedonia en las capitales
de Oriente (DGCYT BHA2000-0174); Emperadores y papas en la Antigüedad Tardía (HUM 2004-
02100)– se sitúa el proyecto de investigación HUM 2007/60628 del que soy IP, ahora en su tercer
año de desarrollo en la Universidad de Cantabria, que reúne un equipo de investigación compuesto
por Ramón Teja, Susana Guzmán, profesora asociada de filología griega, y dos becarios predoctora-
les, F. Javier Fuertes y Carmen Eguiluz. A los miembros del equipo cántabro se integran dos inves-
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tigadores de la Universidad de Bolonia con los cesores hasta Heraclio– ha sobrevivido durante
que colaboramos asiduamente desde hace años: mucho tiempo como etiqueta hipocorística de
Giorgio Vespignani, bizantinista, y Luigi Canet- la propaganda pontificia que desde el siglo VIII
ti, medievalista. le negó su prerrogativa imperial, es decir univer-
salista, y romana, es decir supranacional, con-
LAS RAZONES DE LA traponiendo a la Sancta Romana Respublica ese
INVESTIGACIÓN imperiale servicium que bajo la gestión de los ne-
fandissimi Graeci, enemici sanctae Dei Ecclesiae et
En la génesis del proyecto subyacen múl- orthodoxae fidei expugnatores3, había proseguido
tiples estímulos, en particular algunas lecturas su camino en una nueva Roma que nada tenía
que en los últimos años han progresivamente que ver con la primera, la Roma primigenia, la
orientado –en el sentido etimológico del térmi- Roma senior: ad aliam urbem sedem gentem et
no: conducido hacia el Oriente– mi trayectoria linguam per omnia transmigrantes, como reci-
de investigación. tan las fuentes filo-papales responsables de la es-
Il nodo di Gordio. Dialogo su oriente e occi- tigmatización despreciativa del Imperio oriental
dente nella storia del mondo es una confronta- con el adjetivo bizantino, que hoy en día todos
ción entre el jurista Carl Schmitt y el novelista usamos aunque sea tan improcedente.
y ensayista Ernst Jünger escrito en los años 50 Si sólo en 1982 se redescubría en Europa la
del siglo XX (propuesto a la cultura europea, en romanidad de Bizancio, en el resto del mundo,
Alemania, en el 1980 y sólo en el 1987 en Ita- después de casi un siglo de moda bizantino-rusa,
lia1) que plantea una visión polarizada del deve- entre la Urss y Estados Unidos empezaba con
nir histórico a la que subyace la antítesis entre ímpetu un proceso historiográfico de negación
pars Orientalis/pars Occidentalis: por un lado el de su función de raíz histórica y cultural. En
arcano, el hermetismo, la magia, la sacralidad del un conocido ensayo titulado People and Power
saber y del poder, por el otro el espirito libre, la in Byzantium4 Alexander Kazdan, académico
circulación de las ideas, el poder temperado por moscovita exiliado voluntariamente a Nortea-
la razón y el derecho. En sustancia una censura mérica, la definía «contraction», «retrogres-
del Oriente, bajo los mitos y fetiches, heredados sion» respecto al concepto teorizado por Fus-
de la Ilustración, de la crítica decimonónica ha- tel de Coulanges en La cité greque, en definitiva
cia una Bizancio impuesta al imaginario colecti- confusión entre lo divino y lo social-político;
vo como lugar geométrico de las controversias ni siquiera lugar histórico sino «social Myth»
sutiles e inútiles, icono de despotismo, clerica- en palabras de Cyrille Toumanoff5, imperio
lismo, exotismo, intriga, doblez, refinamiento del miedo y de terribles puniciones corporales,
extenuado y decadente2. unidad ideológica cohesionada por el eficien-
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Indudablemente el Imperio de Oriente –el tismo belicista de un poder militar fundado en


heredero efectivo y directo de la primera ecúme- la negación de los ideales filantrópicos y provi-
ne romano-cristiana, la de Constantino y sus su- dencialistas del Imperio romano de Occidente.

1 JUNGER, E., SCHMITT, C. (1987). El volumen lamentablemente nunca ha sido traducido al castellano
2 «L’immaginario dei viaggi e dei romanza ottocenteschi, sospesi fra morbide sufficienze ed esotismi sensuali, da Pierre
Loti e De Amicis alla Bibesco», como escribe CARILE, A. (2007). Véanse también otros trabajos del bizantinista
italiano: CARILE (1984-1985-1986-1992).
3 M.G.H., Epistolae Merowingici et Karolini Aevi I, ep. 30, p. 536, ll. 14- 15.
4 KAZDAN, A. (1978).
5 TOUMANOFF, C. (1984).
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También la intelliguentsia rusa cayó víctima del liberado y presuntuoso desinterés por parte de
mismo prejuicio cultural eurocentrico: no sor- cierta miope historiografía española7) tuvieron
prende, observa Carile, que un intelectual como su cuna, su centro moral y su destino durante
Josiph Alexandrowich Brodsky, hebreo de San muchos siglos.
Petersburgo exiliado en los Estados Unidos, pre-
mio Nobel de literatura en 1987, en Huida de LENGUAJES Y HORIZONTES
Bizancio, uno de los ensayos recogidos en Menos DISCIPLINARES. ¿CRISTIANISMO O
que uno6, exprese con resentimiento su rechazo CRISTIANISMOS?
hacia la antigua capital –realidad geo-histórica
y frontera interior– en cuanto patria de absolu- Pese a que ningún estudioso del mundo tar-
tismo y autocracia, ambigua encarnación de la doantiguo considere aceptable una connotación
traición y abdicación de la «romanidad» verda- homogénea y unitaria de los siglos que estudia,
dera, la de la lengua y de la cultura latinas. hay que insistir en el hecho de que el simple y
Durante la década de los noventa estudios ineludible llamamiento a la coexistencia de más
historiográficos muy valiosos, especialmente modelos de cristiandades desde la edad apos-
italianos, han rescatado plenamente la nueva tólica hasta hoy, no es suficiente para eliminar
Roma, a la que todos hoy reconocemos no sólo posibles ambigüedades semánticas. Aunque los
como alteridad, antítesis estructural de la cul- tardoantiquistas lo sepan desde tiempo, en su
tura occidental –altrix imperii, hubiese dicho cotidiana actividad de investigación tienden a
el historiador Coripo– sino como presupuesto eludir una evidencia microscópica: es inadecua-
histórico-ideológico de la historia europea. To- do hablar de «historia del cristianismo», cuan-
dos hoy sabemos que se puede huir de Bizancio do desde una perspectiva histórico-cultural se-
sólo a condición de obliterar la grande Iglesia ría quizás más oportuno discutir pluralmente de
ortodoxa bizantina a la que las naciones balcá- «historia de los cristianismos», a su vez decli-
nicas y los pueblos de Rusia deben su identidad nados en distintas expresiones teológicas, litúr-
histórica, aunque no todos reconocen que histo- gicas y disciplinares dialécticamente abiertas ha-
riográficamente se puede huir de Bizancio sólo cia otras manifestaciones religiosas: la hebraica
a condición de menospreciar esa desconocida y y la islámica sin olvidar las metamorfosis de los
luminosa constelación de cristiandades, todavía paganismos y de las religiones de matriz clásica y
vivas y dinámicas en el mundo contemporáneo tardo-clásica ni mucho menos las originales ex-
sobre todo en la Europa medio-oriental: me re- presiones mítico-rituales de esos pueblos y cul-
fiero a las cinco Iglesias ortodoxas monofisitas turas que, desde la segunda mitad del siglo IV, se
–la siríaca, la copta, la etíope, la armenia y la impusieron con cada vez más fuerza, acentuan-
malankar, objeto de nuestro proyecto de inves- do las ya incoativas formas de integración de las
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tigación– que en el Oriens Christianus (comple- antiguas civilizaciones de la ecúmene helenísti-


ja y erudita categoría fenomenológica acuñada co-mediterránea. El problema surge en el mo-
por Michel Le Quien en 1740, víctima de un de- mento en que se pide al historiador que explicite

6 BRODSKY, J. A. (1986); trad. esp. de C. Manzano, Menos que uno. Ensayos escogidos, Madrid, 2006.
7 Que las Iglesias orientales sean objeto de un persistente desinterés historiográfico, como si se tratase de una rama
muerta de la tradición cristiana, lo demuestra por ejemplo el hecho de que en una recensión a J. Fernández Ubiña y
M. Sotomayor (coords.) (2003), I. Sanz Sancho se atreva a criticar la atención a éstas concedida por los autores: «Por
otra parte, se agradecería la ausencia de páginas dedicadas a Iglesias orientales, tan alejadas y, además, poco estudia-
das….», vid. Hispania Sacra, 122 (2008): 771. Sobre las Iglesias orientales cf. PERRONE, L. (1995 y 1997), NADAL
CAÑELLAS, J. (2000).
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las implicaciones y los riesgos de una pre-com- Iglesias ortodoxas orientales definidas también
prensión típica de la tradición intelectual euro- «vetero-orientales» así como «Iglesias precal-
pea en cuanto heredera de las polémicas de la cedonianas» o «Iglesias de los tres Concilios»,
edad patrística y del medioevo escolástico, es de- puesto que encarnan el cristianismo anterior al
cir esencialmente latino-católico. Efectivamen- año 451, codificado en los cánones de los tres
te ha existido una persistente tradición latina (o primeros concilios ecuménicos (Nicea, Cons-
más latamente occidental) que ha sintetizado tantinopla, Éfeso I).
el cristianismo en los acontecimientos de aque- Razón fundamental de la elección de este
llas Iglesias que algunos ambientes intelectuales tema de investigación fue no sólo la ausencia
del siglo XIX, herederos de las construcciones de un estudio especifico que analizara las diná-
especulativas de Schelling, han querido poner micas histórico-culturales que entre los siglos
bajo el signo de Pedro y de Pablo: por un lado la V-VII impulsaron el nacimiento de «cristianis-
Iglesia romana de Pedro, defensora de la doctri- mos» distintos en las áreas latina, griega y orien-
na apostólica, por el otro las Iglesias de la Refor- tal, cuanto la falta de una reflexión, historiográ-
ma, de la sola scriptura y sola fides, herederas del fica y no política o confesional, de los procesos
decimotercero apóstol, Pablo. Hoy en día, obli- que desembocaron en la Pars Occidentis en un
teradas las ciertamente fecundas sensibilidades cristianismo mayoritario desde el punto de vis-
eclesiológicas de toda una historiografía católi- ta de la definición social, de las practicas éticas
ca activa en los años cincuenta-sesenta del XIX, y rituales, de la constitución de textos normati-
parece aceptado el rechazo a utilizar categorías vos y de las definiciones dogmático-doctrinales,
interpretativas que eleven a metro universal de y en la Pars Orientis en cristianismos minorita-
juicio histórico un modelo jurídico-eclesiológi- rios, frutos de una distinta enculturación del
co que se elaboró y afirmó solo a finales del siglo mensaje cristiano. En un momento de renova-
XI, culminó a principio del siglo XIII y entró en do interés hacia la dicotomía entre este y oeste
crisis entre los siglos XIV y XVI. Otras cristian- (pienso p. ej. en el Nobel de Literatura recien-
dades precedieron a las latino-germánicas y no temente asignado a Orhan Pamuk, intelectual
hay que olvidar que en la ecúmene oficialmente turco muy sensible al tema de la escisión cultu-
latinófona antes de la revolución gregoriana el ral entre Oriente y Occidente) y hacia el papel
primado de los obispos de Roma tuvo un signi- de las minorías religiosas, me parecía atractiva
ficado exclusivamente honorífico y doctrinal, la perspectiva de poder llegar, a través del estu-
mientras ya se habían impuesto con fuerza, en dio de fuentes de distintas inclinaciones confe-
un plano de autoctonía jurisdiccional y lingüís- sionales e ideológicas, a comprender las causas
tico-litúrgica, algunas Iglesias nacionales hoy que llevaron a un progresivo distanciamiento
ignoradas por la historiografía occidental. Me psicológico, dogmático, político, eclesiástico,
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refiero ciertamente a la bizantino-ortodoxa –la canónico y eclesiológico entre las dos partes de
Iglesia de Juan, el apóstol predilecto, la Iglesia la ecúmene cristiana.
ortodoxa del Oriente griego y eslavo– pero so- Numerosas son, sin duda, las publicaciones
bre todo a las más antiguas cristiandades de la que conciernen ámbitos muy concretos y par-
región siro-palestina, de Egipto y de Etiopía, y, ciales de la temática elegida que, aunque válidos
todavía más a oriente, las de Armenia y Georgia, y estimulantes, se centran en aspectos puntua-
de Irán y de los grandes altiplanos de Asia cen- les, sin sentir la exigencia de trazar una síntesis
tral, o las originadas por los esfuerzos misione- histórica. Los principales esfuerzos de los estu-
ros de las comunidades nestorianas en las regio- diosos se han dirigido hacia el momento más
nes siro-mesopotámicas de Persia. Se trata de las emblemático de la ruptura entre imperio orien-
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tal e imperio occidental, es decir, lo que común- teológicos son un instrumento privilegiado para
mente se define el «Cisma de Oriente», en un investigar el proceso de separación, pero había
marco cronológico muy posterior al de nuestra otros factores –en particular los políticos, los et-
investigación. Hoy la historiografía concuerda no-lingüísticos, los eclesiástico-jurisdiccionales
en considerar que el episodio del 1054 –signifi- y los eclesiológicos– a los que era necesario pres-
cativamente ignorado por las crónicas griegas– tar la debida atención.
tiene que ser redimensionado en cuanto simple
culminación de un proceso con raíces históricas LOS ÁMBITOS DE LA
mucho más antiguas. El cisma, más que un mo- INVESTIGACIÓN
mento puntual, fue un lento proceso de extra-
ñamiento –como lo definió Yves-Marie Con- El tema de de la ruptura de la unidad del
gar– de Iglesias que se encontraron divididas sin Imperio cristiano, del que he tratado exponer
haberse formalmente separado. el Sitz Im Leben y los presupuestos teóricos (la
Sin duda el paulatino proceso de separa- bipolaridad entre Oriente/Occidente, la diar-
ción del Imperio cristiano había dado lugar, ya quía Roma senior/Nea Rhome, la antítesis cris-
entre V y VII siglo, en áreas distintas del mun- tianismo/cristianismos), se divide y multiplica
do tardo-antiguo, a sistemas religiosos plurales en numerosos contextos, ámbitos y perspectivas
desde el punto de vista étnico-lingüístico, de de la investigación, cuya profundización era ne-
la organización institucional, de las opciones cesaria premisa para comprender la génesis de
doctrinales, de los mecanismos de relación con las Iglesias ortodoxas orientales. Me refiero a los
el poder político. En el plano cultural Oriente contextos:
y Occidente eran ya profundamente distintos. Doctrinales: para explicar las profundas
Desde la edad de los padres (no a caso tradicio- laceraciones que se produjeron en el tejido
nalmente ordenados en dos series, padres grie- eclesial en el arco de los siglos V y VI era im-
gos y padres latinos, según una partición que no prescindible dedicar una atención preliminar a
es ni solamente lingüística, ni solamente geográ- los factores doctrinales implícitos en los opues-
fica) su mutua incomprensión había producido tos esquemas cristológicos adoptados por las
una doble enculturación del mensaje cristiano escuelas teológicas de Alejandría, más proclive
en las dos grandes áreas del Mediterráneo, áreas a la filosofía griega y al dualismo platónico, y de
por sí mismas heterogéneas por cuanto concier- Antioquía, más vinculada a la herencia vetero-
ne a las aportaciones culturales (romano-africa- testamentaria con su fuerte impronta mono-
nas en Occidente, sirio-palestinas-egipcias en teísta. Como varios estudiosos han relevado9,
Oriente)8. El cristianismo latino se caracterizó factores doctrinales con profundas implicacio-
luego por una ulterior síntesis entre el mundo nes soteriológicas llevaron a duros contrastes
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tardo-romano y las nuevas cristiandades germá- entre las corrientes monofisitas y las duofisi-
nicas (que encontrarán, siglos después, su expre- tas y culminaron en el Concilio de Calcedonia
sión más evidente en la Iglesia franca). Este fe- (451). Auspiciado y aprobado por Roma, el sí-
nómeno dividió ulteriormente las dos mitades nodo, IV Concilio Ecuménico, produjo una in-
del imperio cuya recíproca conflictividad se for- curable escisión entre las Iglesias que aceptaron
malizó en ásperas polémicas doctrinales y canó- sin restricciones sus definiciones cristológicas y
nico-disciplinares. Ciertamente los conflictos las que las rechazaron, en la convicción de que,

8 TAYLOR, D. G. K. (2000).
9 GRILLMEIR, A. (1995-1996), FREND, W. H. C. (1980), SOTOMAYOR, M. (2003).
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traicionando la herencia doctrinal de Cirilo de nacional también en sus literaturas y liturgias


Alejandría, el concilio había irremediablemen- como elemento de identidad13. La conciencia
te renegado de su tradición teológica. Pero el de ser miembros de una comunidad fundada
monofisismo, además de opción cristológica en un vínculo étnico, era prioritaria respecto al
fue una herejía de fuertes implicaciones polí- pertenecer a una realidad estatal. Sólo afirman-
ticas10. do su propia autonomía u oposición al gobier-
Políticos: además de infranqueables dife- no central, cada etnia religiosa logró protegerse
rencias teológicas, el elemento político fue de- alrededor de su patriarca permaneciendo im-
terminante en agudizar las disensiones. Varios permeable a la dominación árabe y sobrevivir
estudiosos han leído en las protestas frente a en virtud de una cohesión etno-confesional
la ortodoxia impuesta por el Estado (el duofi- que neutralizaba el peligro de desaparición o
sismo), el grito de reivindicaciones autonomis- absorción.
tas en contra de la opresión militar y fiscal del Jurisdiccionales: factores determinantes en
imperialismo bizantino, los anhelos indepen- la ruptura de la unidad político-eclesiástica fue-
dentistas de nacionalismos regionales hacia el ron también la rivalidad y la competencia por
centralismo de Constantinopla11. El anticalce- la supremacía eclesiástica entre las grandes sedes
donismo se transformó en la bandera de movi- metropolitanas de Alejandría, Constantinopla y
mientos separatistas en lucha contra el Estado Antioquía14. Éstas, junto a la de Jerusalén, vin-
cuya presión fiscal estaba llevando al colapso las culaban la excelencia de su rango al «principio
débiles economías locales. En muchas Iglesias de de adaptación» (en base al cual las estructuras
la Pars Orientis del imperio se instauró una do- de la Iglesia se moldeaban a las del Estado) y al
ble jerarquía: una filo-calcedoniana, expresión «principio de apostolicidad» (expresión que
de la ortodoxia imperial, apoyada por los buró- define la relevancia jurídica asumida por una
cratas y los notables de la administración civil, Iglesia que se pretendía fundada por un apóstol
despectivamente llamada «melquita» por los o por un discípulo directo de un apóstol)15. An-
antagonistas; la otra monofisita, de inspiración tes de que Constantinopla hubiese sido promo-
popular, cuyo objetivo era la autonomía política vida a «Nueva Roma», Antioquía y Alejandría
con respecto a la capital12. habían asumido una fisonomía patriarcal defi-
Etno-linguísticos: pese a que el problema nida de facto por los concilios de Nicea (325) y
de la etnicidad en el mundo tardoantiguo sea de Constantinopla (381), y sucesivamente re-
extremadamente complejo, y que su discusión afirmada por el canon 28 del Concilio de Cal-
se vea dificultada por pre-comprensiones que cedonia y, más tarde, a través de la organización
alteran el juicio de los estudiosos, es unánime- pentárquica16.
mente aceptado que un común denominador Eclesiológicos: a mitad del siglo V se con-
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de las Iglesias monofisita es el carácter étnico, al suma en Occidente un paso significativo en la


que se vincula estrechamente el uso de la lengua relectura del papel de Pedro dentro del colegio

10 ACERBI, S. (2001).
11 MACMULLEN, R. (1964), FREND, W. H. C. (1972), WIPZSYCKA, E. (1996).
12 ACERBI, S. (20096).
13 La evaluación del factor autóctono en las formas de vida y en las literaturas propias de distintos ambientes y len-
guas del oriente mediterráneo ha sido y sigue siendo un fecundo tema de discusión: GIACCHERO, M. (1986),
PATLAGEAN, E. (1993), MILLAR, F. (1987 y 1998), ACERBI, S. (20096).
14 De VRIES, W. (1962 y 1974); ACERBI, S. (2001).
15 MORINI, E. (1980-1981): 1-69.
16 Sobre la Pentarquía cf. PERI, V. (1988), ACERBI, S. (20104).
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de los apóstoles y de la transmisión de su come- tóricamente el nacimiento formal de estas últi-


tido jerárquico a la Iglesia de Roma, supuesta- mas configuraciones religiosas –dos satélites al-
mente fundada por él. No sólo la Iglesia romana, rededor del patriarcado de Alejandría (la copta,
sino también la Iglesia universal traería su ori- la etíope) y tres alrededor del de Antioquía (la
gen de Pedro, del cual, por lo tanto, emanaba la sirio-antioquena, la malankar y la armenia)–
disciplina eclesiástica17. El mayor avance en esta dentro de la koiné mediterránea; examinar sus
dirección tuvo lugar bajo el papado de León I, procesos de autolegitimación teológica e ideo-
pero antes de la disputa acerca del canon 28 del lógica, y en relación con las funciones desarro-
Concilio de Calcedonia. Ya en intromisiones lladas por los rituales y las prácticas litúrgicas, y
anteriores –cuya legitimidad es avalada en una con los fundamentos autoritativos (institución
perspectiva meramente occidental por una his- sinodal, organización de Iglesias locales) y ca-
toriografía confesional que intenta justificarlas rismáticos a los que estas tradiciones autóno-
en base a una consolidación canonística de los mas tuvieron que recurrir antes de constituirse
derechos primaciales de Roma que en realidad en jurisdicciones territoriales; investigar la di-
tardó siglos en realizarse– se encuentran las pre- mensión conflictiva como medio de exclusión
misas de la incomunicación eclesiológica que de formas antagonistas y las relaciones con las
marcará las relaciones entre catolicismo romano jerarquías eclesiásticas para vislumbrar la com-
y Oriente ortodoxo18. De hecho la Ecclesia la- pleja realidad política, además de la espiritual,
tina será repetidamente acusada de absolutismo que caracteriza este nuevo tipo de Iglesias cris-
doctrinal y de autoreferencialidad por parte del tianas; verificar que los procesos de diferencia-
Oriente cristiano que siempre se sintió tratado ción significaron conflictos externos e internos
como una «anomalía eclesial»; además en la (defecciones individuales, excomuniones recí-
óptica oriental, la Iglesia de Roma ha sido res- procas, cismas temporales, disidencias políticas,
ponsable de una acción pastoral de proselitis- enfrentamientos entre grupos socio-religiosos),
mo y colonialismo espiritual no aceptado por pero, al mismo tiempo, interesantes interaccio-
las jerarquías ortodoxas que durante siglos han nes en los contextos espaciales y temporales fija-
reivindicado el derecho de sus fieles a seguir los dos por la investigación; reinterpretar, a través
ritos litúrgicos tradicionales de las comunidades de una lectura renovada y crítica de las fuentes,
de pertenencia19. la pluralidad de las distintas tradiciones de las
Iglesias no latinas como un dato originario y no
LOS OBJETIVOS como una desviación de un cristianismo unita-
rio, normativo y «ortodoxo». En suma, obte-
Los objetivos que el equipo se proponía ner en el cuadro geopolítico del cristianismo
para los tres años de ejecución del proyecto tardoantiguo y dentro de límites cronológicos
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eran: estudiar desde un punto de vista histórico, que abarcan desde el Concilio de Calcedonia
en áreas geográficas, culturales, políticas, ecle- (451), hasta el pontificado de Gregorio Mag-
siológicas, que van desde Roma a Constantino- no (604) –pasando por momentos cruciales
pla, Siria, Egipto y Palestina, las diferencias de como el Henotikon (482) y el cisma acaciano
identidades entre las Iglesias de cultura latina, (484-518) y el de los III Capítulos– una nueva
las de cultura griega, las orientales; situar his- comprensión de la evolución de las cristianda-

17 HORN, S. (1957 y 1982).


18 BLAUDEAU, Ph. (2001), ACERBI, S. (20103).
19 EAD. (20084).
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des orientales, de su autodefinición ideológica y Monacato espontáneo: eremitas y eremitorios en


de su posterior institucionalización en Iglesias el mundo medieval que se celebrará en Aguilar
autocéfalas. de Campo entre el 2 y el 5 de agosto de 2010.

LOS RESULTADOS NUEVAS PERSPECTIVAS PARA LA


FUTURA INVESTIGACIÓN
La investigación ha dado lugar, en los últi-
mos tres años, a algunas publicaciones (que por De la convicción de que la hermenéutica de
comodidad recojo en bloques temáticos): las corrientes cristianas cismáticas fuera del ám-
bito cultural y académico católico es completa-
Aspectos dogmáticos: mente distinta a causa de una opuesta recepción
ACERBI, S. (20081) y (20091). del tema del primado romano y de una diferen-
Temas ius-políticos: te lectura del fenómeno conciliar, nació la idea
ACERBI, S. (20071), (20072) y (20092). de solicitar una estancia de investigación, en el
Jerarquías eclesiásticas: marco de ayudas José Castillejo para jóvenes in-
ACERBI, S. (20073), (20082) y (20093). vestigadores, en una universidad alemana y en
Movimiento monástico: una facultad protestante. Y efectivamente aquí,
ACERBI, S. (20074), (20075), (20083), en la Ev. Theologische Facultät y en el Zentrum
(20094) y (20101). für ökumenische Forschung de la Universidad
Cuestiones hagiográfícas relativas a la Iglesia de Múnich, donde me encuentro escribiendo
copta: estas páginas, he podido comprobar hasta qué
ACERBI, S. (20095) y (20102). punto la «identidad antirromana» que carac-
Factores etno-nacionales y jurisdiccionales: teriza las prácticas disciplinares, dogmáticas y
ACERBI, S. (20096) y (20104). litúrgicas de las Iglesias ortodoxas orientales fue
Motivos eclesiológicos: decisiva en el proceso de su institucionalización
ACERBI, S. (20084), (20085) y (20103). en Iglesias autocéfalas. De estas reflexiones y de
apasionados debates con el miembro senior del
Quiero mencionar las dos ponencias más equipo, Ramón Teja, se gestó la propuesta de un
estrechamente relacionadas con la temática del nuevo proyecto de investigación, lógica y nece-
proyecto: la primera –titulada «Origen e his- saria prosecución del anterior, que acabamos de
toria del Monacato oriental con posterioridad a presentar a evaluación, titulado «Dinámicas ju-
los concilios de Éfeso y Calcedonia en las Igle- risdiccionales y político-eclesiásticas en el Me-
sias nestorianas y monofisitas»– ha sido pre- diterráneo cristiano tardoantiguo: Pentarquía
sentada en el curso de verano de la Universidad frente a primado romano», un estudio histórico
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de Burgos Monjes y monasterios en las Iglesias de las modalidades a través de la cuales las prin-
orientales y en la Iglesia occidental prebenedictina cipales sedes episcopales del Mediterráneo, una
(Santo Domingo de Silos, 15-17 de julio 2009); vez organizadas en patriarcados, se componen
la segunda sobre «El monacato en la Iglesia Or- en la taxis jurisdiccional y jerárquica del Oriente
todoxa de Armenia», está programada en la cristiano. La unidad de trabajo, a la que se uni-
sección «El otro monacato» del XXIV Semi- rían Claudia Rapp (University of California)
nario sobre Historia del Monacato, dedicado a y Philippe Blaudeau (Université de Angers),

20 EAD. (20104).
La ruptura entre Oriente y Occidente al final de la Antigüedad... 37

se propone en particular analizar la génesis de nar, la dirección colegial de la Iglesia dentro de


la Pentarquía, institución de la Iglesia imperial los extensos confines de la ecúmene cristiana20.
que formalizaba la existencia de una jerarquía Nuestra idea es centrarnos no tanto en las pre-
de cinco sedes episcopales –cuatro en Oriente: rrogativas ius-políticas y eclesiales de las sedes
Constantinopla, Alejandría Antioquia y Jeru- patriarcales, cuanto, sobre todo, en el papel,
salén, y Roma en Occidente– a las que además dentro del colegio pentárquico, del obispo de
de ser reconocida la autoridad ejercida sobre sus Roma intentando refutar la compatibilidad en-
respectivos y legítimos ámbitos territoriales era tre la teoría en la que se basaba esta institución y
encomendada, en materia dogmática y discipli- la doctrina romana del primado universal.

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38 Silvia Acerbi

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