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UNIVERSIDAD NACIONAL EVANGÉLICA

Facultad de humanidades
Psicología del Consumidor
Temas: resumen de todos los temas
Nombre y Matrícula: Edison Jiménez. 2018-3100672
Profesor: Ángela Abad.
Fecha de entrega: 18/08/2021 Día y hora: Lunes de 5:00 p.m.- 7:00 p.m.

Que es la sexualidad humana.


El sexo, la sexualidad y el género juegan un papel fundamental en la vida
de todo ser humano y están determinados en función de la cultura.
¿SEXO?
Conjunto de características biológicas que definen al espectro de humanos
como hembras y machos.
¿GENERO?
Es la suma de valores, actitudes, papeles, prácticas o características
culturales basadas en el sexo. Tal como ha existido de manera histórica, el
género refleja las relaciones particulares de poder entre hombres y mujeres.
La sexualidad humana es un fenómeno complejo, que recorre de forma
transversal la vida de todo ser humano desde que nace hasta que muere, y
que le conforma como persona y marca su identidad. Aunque
tradicionalmente se la ha relacionado sobre todo con la reproducción de la
especie, la sexualidad va mucho más allá, se trata de las vivencias
relacionadas con el placer, con la manifestación de determinados
sentimientos, con la comunicación íntima, con la ternura y con el afecto.
Características de la sexualidad humana
La sexualidad es un componente de nuestra personalidad, que forma un
todo con nosotros mismos. Nos acompaña permanentemente. Sin embargo,
ha pasado a ser en la sociedad tradicional, un aspecto velado, dejado a la
comprensión de los "mayores", y ubicado en aquel lugar que corresponde a
nuestros recónditos secretos. Como consecuencia, ha caído un negro telón
sobre ella.
Esto ha contribuido al atraso en su conocimiento científico y por lo tanto,
en su mejor manejo racional, tanto desde un punto de vista operativo como
educacional. No es raro, por lo tanto, que haya confusión de conceptos
entre sexualidad, genitalidad y pornografía.
Por otra parte, la comprensión del fenómeno sexualidad y su interpretación
ha dependido del momento histórico en que se analiza el problema. Vale
recordar que en los inicios del cine sonoro, el primer beso en una pareja de
40 años fue eliminado de la cinta por atentar contra las buenas costumbres
y fue calificado de pornografía.
Evidentemente que en el campo de la sexualidad se aplica con mayor
énfasis y propiedad aquello de: "Lo que vemos depende del color del cristal
con que se mira"; sin lugar a dudas, el color de este cristal está influenciado
por nuestras propias experiencias, positivas o negativas, y que en forma
inconsciente, proyectamos al mundo que nos rodea". Este hecho es de
fundamental importancia en las y los educadores, que son seres humano
con sus propias experiencias, y por lo tanto, interpreta los hechos con
determinados patrones.
Tema 2: Anatomía y fisiología sexual femenina.

La vulva es el conjunto de los genitales femeninos: incluye los labios


vaginales, el clítoris, la abertura vaginal y el orificio uretral (por donde se
orina). Si bien la vagina es solo una parte de la vulva, muchas personas
dicen “vagina” cuando, en realidad, están hablando de la vulva. Sin
embargo, en la vulva hay muchas cosas más aparte de la vagina.
No hay 2 vulvas que sean iguales, pero, aun así, están compuestas por las
mismas partes básicas.
Labios vaginales
Los labios vaginales son pliegues de piel alrededor de la abertura vaginal.
Los labios mayores (labios externos) generalmente son carnosos y están
cubiertos de vello púbico. Los labios menores (labios internos) están dentro
de los externos. Empiezan en el clítoris y terminan debajo de la abertura
vaginal.
Los labios vaginales pueden ser cortos o largos, arrugados o lisos. A
menudo, un labio es más largo que el otro. También varían en el color:
desde el rosa hasta un negro amarronado. El color de los labios vaginales
puede cambiar a medida que se envejece. En muchas personas, los labios
internos son más grandes que los externos, mientras que, en otras, los
labios externos son más grandes que los internos. Ambos pares de labios
son sensibles y se expanden durante la excitación sexual.
Clítoris
La punta del clítoris se encuentra en la parte superior de la vulva, donde se
juntan los labios internos. Su tamaño varía de persona a persona: puede ser
pequeño como una arveja o tan grande como un pulgar. Su punta del
clítoris está cubierta por el capuchón del clítoris.
Sin embargo, la punta es solo el principio del clítoris. El resto se encuentra
dentro del cuerpo. Se extiende hacia abajo y hacia atrás, a ambos lados de
la vagina. Esta parte, denominada tronco y cruras (raíces y piernas), mide
aproximadamente 5 pulgadas (12,70 cm) de largo.
El clítoris se compone de un tejido esponjoso que se expande durante la
excitación sexual. Tiene miles de terminaciones nerviosas, más que
cualquier otra parte del cuerpo humano. ¿Y cuál es su único propósito?
Hacerte sentir bien.
Orificio uretral
El orificio uretral es una pequeña abertura por donde se orina que está
ubicada justo debajo del clítoris.
Abertura de la vagina
La abertura vaginal se encuentra justo debajo del orificio uretral. Este lugar
es por donde nacen los bebes y por donde la menstruación sale del cuerpo.
En la vagina pueden entrar una variedad de cosas, por ejemplo, dedos,
penes, juguetes sexuales, tampones y copas menstruales.
¿Cuáles son las partes de la anatomía sexual femenina interna?
Vagina
La vagina es un conducto que conecta la vulva con el cérvix y el útero. Por
aquí salen los bebés y la menstruación. También es el lugar por donde
entran el pene, los juguetes sexuales, las copas menstruales y los tampones.
La vagina es realmente elástica y se expande durante la excitación sexual.
Cuello uterino
El cuello uterino divide la vagina y el útero, y está ubicado justo entre los
dos. Tiene forma de rosquilla con una pequeña abertura en el medio. Esta
abertura conecta el útero con la vagina y permite que la menstruación salga
del cuerpo y que el esperma entre. El cuello uterino se estira y se abre (se
dilata) durante el parto.
En general, puedes sentir cuello uterino al final de la vagina al introducir en
ella los dedos, un pene o juguetes sexuales. El cuello uterino separa la
vagina del resto del cuerpo, por lo que cosas como tampones u otros
objetos no pueden “perderse” dentro del cuerpo.
Útero
El útero es un órgano muscular en forma de pera del tamaño de un puño
pequeño. A veces se lo denomina “matriz”, porque es donde se desarrolla
el feto durante el embarazo. Durante la excitación sexual, la parte baja del
útero se eleva hacia el ombligo. Esto hace que la vagina se expanda durante
la excitación sexual, lo que se conoce como “expansión del tubo vaginal”.
Tema 3: Anatomía y fisiología sexual Masculina.
A primera vista, las estructuras del pene pueden parecer bastante simples,
especialmente cuando se comparan con los órganos femeninos. Esta
aparente simplicidad puede haber contribuido a los estereotipos culturales
que califican a los hombres de sinceros y agresivos y a las mujeres de
complicadas y, quizás, misteriosas. La simplicidad del pene es solo
aparente. Su complejidad se oculta bajo su superficie. Los estereotipos del
género con respecto a la anatomía están tan desencaminados. Como
aquellos relacionados con la personalidad.
El pene, como la vagina, es el órgano sexual que se utiliza en la relación
sexual. Sin embargo, a diferencia de la vagina, el pene sirve de
canalización para la orina. El semen y la orina salen del pene a través de la
abertura uretral. Esta abertura se llama meato uretral, que significa
«pasaje».
En lugar de huesos o músculos, el pene contiene tres cilindros de tejido
esponjoso que
Hacen posible su elongación. Los dos cilindros más grandes, los cuerpos
cavernosos están uno junto al otro y funcionan como los cuerpos
cavernosos en el clítoris.
Estos cilindros se llenan con sangre y se endurecen durante la excitación
sexual. Además, un cuerpo esponjoso discurre a lo largo de la parte baja o
ventral de la superficie del pene. Éste contiene la uretra, que conduce la
orina a través del pene hacia la abertura urinaria (el meato uretral) en el
extremo. Al final del pene, el cuerpo esponjoso se hace más grande para
formar el glande, o la cabeza del pene.
Estos tres cilindros consisten en tejido esponjoso que se hincha (se dilata),
llenándose de sangre durante la excitación sexual y produciendo la
erección. La uretra se conecta con la vejiga, que no está relacionada con la
reproducción, y con las partes del Sistema reproductor que transportan el
semen.
El glande del pene, como el glande clitoridianos, es sumamente sensible al
estímulo sexual. Por ello, el estímulo prolongado puede volverse irritante,
incluso doloroso. Por lo general, los hombres prefieren masturbarse
acariciando el tronco del pene en lugar del glande, aunque algunos
prefieren tocarse este último. La corona, o el anillo orinal, separa el glande
del cuerpo del pene. También éste es bastante sensible al estímulo sexual.
Después del glande, las partes del pene que los hombres suelen encontrar
más sensibles son la corona y un área, en la parte inferior del pene, llamada
frenillo. El frenillo es una tira delgada de tejido que conecta la parte
inferior del glande con el cuerpo del pene. Para la mayoría de los hombres,
la parte superior del pene es la más sensible.
La base del pene, llamada la raíz, se extiende dentro de la pelvis. Está unida
a los huesos pelvianos por unas estructuras que tienen forma de pierna,
llamadas crura o crurales, que son como aquellas que anclaban el clítoris
femenino. El cuerpo del pene se llama el tronco del pene. Al contrario que
el tronco clitoridiano, puede oscilar libremente. Así, cuando la excitación
sexual llena el pene de sangre, la erección resultante es obvia.
La piel del pene carece de vello y está suelta, lo que permite su expansión
durante la erección. Está sujeta al cuerpo del pene sólo debajo del glande.
Sin embargo, parte de ella, como los labios menores femeninos, cubre
parcialmente el glande. Este trozo de piel es el prepucio. Cubre parte o todo
el glande, así como el prepucio clitoridianos (capucha) cubre el cuerpo del
clítoris. El prepucio consiste en piel suelta que puede moverse libremente
sobre el glande. Sin embargo, el esperma, una secreción de olor fuerte, se
puede acumular bajo el prepucio, adhiriéndose al glande.
La glándula prostática.
La glándula prostática queda bajo la vejiga y se asemeja a una castaña en
forma y tamaño (de unos 2 cm de diámetro). Contiene fibras musculares y
tejido glandular que secreta fluido prostático. El fluido prostático es
lechoso y alcalino, lo que le da al líquido seminal su textura y olor. La
alcalinidad neutraliza algo de la acidez del tracto vaginal, prolongando la
esperanza de vida de los espermas cuando el fluido seminal se extiende por
el sistema reproductor femenino. La próstata trabaja de manera continua en
los varones maduros, pero la excitación sexual estimula las secreciones.
Estas secreciones son transportadas en la uretra por un conducto con forma
de tamiz.
Allí las secreciones se combinan con esperma y fluido de las vesículas
seminales.
Una vasectomía impide al esperma alcanzar la uretra pero no corta el flujo
de los fluidos desde las vesículas seminales y la glándula prostática. Un
hombre que ha sido vasectomizado produce una eyaculación con un
aspecto normal pero que no contiene espermas.
Las glándulas de Cowper.
Las dos glándulas de Cowper también se conocen como las glándulas bulbo
uretrales, en reconocimiento de su forma y localización.
Están situadas bajo la próstata y descargan sus secreciones en la uretra.
Durante la excitación sexual secretan una o dos gotas de un fluido claro,
resbaladizo, que aparece en la punta del pene. El fluido puede ayudar a
tamponar la acidez de la uretra masculina y lubrica el paso de la uretra,
pero no es suficiente cantidad para lubricar la vagina durante la relación
sexual.
El fluido de las glándulas de Cowper precede a la eyaculación y a menudo
contiene esperma. Así que el coito puede dar lugar a un embarazo aunque
el pene se saque antes de la eyaculación. Por esta razón, las personas que
practican el «método de la marcha atrás» como método anticonceptivo a
menudo acaban siendo llamados «papás».
Tema 4: La excitación y la respuesta sexual.
Descifrando el sexo: el papel de los sentidos en la excitación sexual.

Aprendemos el mundo que nos rodea a través de nuestros sentidos —


visión, oído, olfato, gusto, y los sentidos de la piel, que incluyen el
importantísimo sentido del tacto. Cada uno de los sentidos juega un papel
en nuestra sexualidad, pero algunos son más importantes que otros.

La visión: lo mejor para verte.


Las señales visuales pueden excitar sexualmente. Podemos excitarnos por
la visión de nuestra pareja desnuda, desnudándose o vestida informalmente.
Las marcas de ropa interior esperan convencer a sus clientes de que
aumentarán su atractivo sexual si llevan una ropa que estratégicamente
muestre y oculte su anatomía. Algunas parejas encuentran excitante
observarse haciendo el amor en un espejo en el techo o en vídeo.

Otros se excitan con las películas de sexo explícito, mientras que otros se
aburren o las encuentran ofensivas. Aunque ambos, hombres y mujeres, se
pueden excitar con imágenes eróticas (término técnico para «películas
porno»), los hombres muestran más interés por ellas.
El olfato: ¿la nariz reconoce lo mejor?
Aunque el sentido del olfato juega un papel menor en la excitación sexual
en los seres humanos que en otros mamíferos, los olores pueden excitar o
inhibir sexualmente. Las empresas cosméticas, por ejemplo, pretenden
vender fragancias que excitan sexualmente.
La mayoría de los occidentales prefieren que sus amantes estén aseados y
huelan bien.
En nuestra sociedad eliminamos o enmascaramos los olores con jabones,
desodorantes o colonias. Los antiguos egipcios inventaron los baños
perfumados para desembarazarse de los olores desagradables (Illes, 2000).
Judith Illes (2000) dice que «el perfume... se considera ahora una mera
trivialidad, en el mejor de los casos un ambientador para el hogar o quizás
un regalo caro y romántico, un objeto de lujo superfluo, un objeto
relacionado con las mujeres. Para los antiguos egipcios, sin embargo, la
fragancia y el perfume no solo eran una fuente de belleza, sino también de
potencial espiritual y terapéutico».

La tendencia a encontrar desagradables los olores de las axilas o los


genitales puede reflejar condicionamientos culturales y no predisposiciones
biológicas. En algunas sociedades, las secreciones genitales son
consideradas afrodisíacas.
Sincronía menstrual. Varios estudios sugieren que la exposición al sudor de
otras mujeres puede modificar el ciclo menstrual de la mujer.
En un estudio, mujeres expuestas a las secreciones de las axilas de otras
mujeres, que contienen esteroides que pueden funcionar como feromonas,
mostraron una convergencia de sus ciclos menstruales. Una sincronización
similar se ha observado entre mujeres que comparten dormitorio.
En otro estudio, el 80 por ciento de las mujeres que humedecieron sus
labios superiores con un extracto de la sudoración de otras mujeres
empezaron a menstruar en sincronía con los ciclos de las donantes, después
de unos tres ciclos menstruales. Un grupo de control, que humedeció sus
labios con alcohol, no mostró cambios en sus ciclos menstruales. En otro
estudio con este mismo grupo de investigación, la duración de los ciclos de
mujeres con ciclos a menudo más cortos o más largos se normalizaba
cuando se exponían a un extracto masculino de sudoración de las axilas.
Las sensaciones de la piel: el sexo como experiencia táctil.
Los sentidos de nuestra piel nos permiten sentir el dolor, los cambios de
temperatura y de presión (o tacto). Cualesquiera que sean los papeles de la
visión y el olfato en la atracción y la excitación sexual, el sentido del tacto
es el que produce los efectos más directos en la excitación y la respuesta
sexual. Cualquier zona de esa capa sensible que llamamos piel puede ser
erotizada. La mano de tu amante acariciándote la mejilla, o un masaje de tu
amante en los hombros o en la espalda, pueden ser sexualmente
estimulantes.
Las zonas erógenas.

Las zonas erógenas son partes del cuerpo especialmente sensibles a la


estimulación sexual táctil a las caricias y otras atenciones.
Las zonas erógenas primarias son sensibles eróticamente porque a ellas
llegan gran cantidad de terminaciones nerviosas. Las zonas erógenas
secundarias son zonas del cuerpo que se vuelven eróticamente sensibles a
través de la experiencia.
Las zonas erógenas primarias incluyen los genitales; la parte interior de los
muslos, el perineo, las nalgas y el ano; los senos (especialmente los
pezones); las orejas (particularmente los lóbulos); la boca, los labios y la
lengua; el cuello; el ombligo, y, sí, las axilas.
Las preferencias varían un poco de una persona a otra, lo cual puede
reflejar posibles diferencias biológicas, de actitud y de experiencia. Áreas
que son extremadamente sensibles para algunas personas pueden no
producir virtualmente ninguna reacción, o provocar molestias en otras.
Muchas mujeres, por ejemplo, tienen poca sensibilidad en sus senos cuando
son acariciadas o besadas. Muchos hombres se sienten molestos cuando sus
pezones son acariciados.
Por otra parte, muchas personas encuentran las zonas «entre los dedos de
sus pies» sensibles a la estimulación erótica. Las zonas erógenas
secundarias se erotizan si se estimulan sexualmente. Por ejemplo, una
mujer podría ser excitada sexualmente cuando su amante le acaricia
suavemente los hombros, porque esas caricias se han incorporado como
una característica regular del acto sexual de la pareja. Unas pocas mujeres
observadas por Masters y Johnson (1966) alcanzaron el orgasmo cuando se
les acarició la zona lumbar de su espalda.
El gusto: el sexo sabroso.
El gusto parece jugar un papel menor en la excitación y la respuesta sexual,
a menos que divaguemos un poco y consideremos que una comida
exquisita o un excelente vino pueden contribuir a la excitación sexual. En
todo caso, algunas personas se excitan sexualmente por el gusto de las
secreciones genitales, como las secreciones vaginales o el fluido seminal.
Sin embargo, no sabemos si estas secreciones están mezcladas con
sustancias químicas que tienen efectos biológicos sobre la excitación o si
ésta refleja el significado que estas secreciones tienen para el individuo.
Tema 5: Rol de genero e identidad sexual.
¿Qué diferencias existen entre sexo, género e identidad de género?
Es habitual que las personas confundan sexo, género e identidad de género.
Pero, en realidad, son cosas diferentes.
El sexo (masculino o femenino) es una etiqueta que nos asigna el médico
cuando nacemos según nuestros genitales y cromosomas, y se registra en el
certificado de nacimiento.
El género es mucho más complejo: es una categoría legal y social, y un
conjunto de expectativas de la sociedad acerca del comportamiento, las
características y la forma de pensar de las personas. Cada cultura tiene
estereotipos de la manera en que las personas deberían comportarse en
función de su género. Por lo general, también es “masculino” o
“femenino”. Sin embargo, en lugar de estar relacionado con las partes del
cuerpo, tiene más que ver con cómo se espera que te comportes en relación
con tu sexo.
La identidad de género es cómo nos sentimos acerca de nuestro género y
cómo lo manifestamos a través de nuestra forma de vestir y nuestro
comportamiento y aspecto personal. Es una sensación que surge en la
primera etapa de nuestra vida.
Qué son los roles de género?
Los roles de género en la sociedad definen cómo se espera que actuemos,
hablemos, nos vistamos, nos arreglemos y nos comportemos según nuestro
sexo asignado. Por ejemplo, se espera que las mujeres y las niñas se vistan
de forma femenina y que sean educadas, complacientes y maternales. A su
vez, se espera que los hombres sean fuertes, agresivos e intrépidos.
Cada sociedad, grupo étnico y cultura tiene expectativas en relación con los
roles de género, pero estos pueden variar mucho entre un grupo y otro, y
también pueden cambiar con el tiempo dentro de la misma sociedad. Por
ejemplo, en los Estados Unidos, el rosa era considerado un color
masculino, y el celeste, un color femenino.
¿Cómo afectan los estereotipos de género a las personas?
Un estereotipo es un prejuicio o criterio ampliamente aceptado sobre una
persona o sobre un grupo, si bien es una simplificación excesiva y no
siempre es preciso. Los estereotipos de género pueden ocasionar un trato
desigual e injusto por el género de una persona. Esto se denomina
“sexismo”.
Existen cuatro tipos básicos de estereotipo de género:
Rasgos de personalidad: por ejemplo, se espera que las mujeres sean
complacientes y emocionales, y que los hombres sean seguros y agresivos.
Comportamiento doméstico: por ejemplo, algunas personas esperan que las
mujeres se encarguen de los niños, cocinen y limpien la casa, mientras que
los hombres se encargan de las finanzas, del automóvil y de las
reparaciones.
Ocupaciones: algunas personas asumen rápidamente que quienes se ocupan
de la docencia y la enfermería son mujeres, mientras que quienes se
dedican a la medicina, a la ingeniería o a pilotar aeronaves son hombres.
Aspecto físico: por ejemplo, se espera que las mujeres sean delgadas y
elegantes, mientras que se espera que los hombres sean altos y musculosos.
También se espera que los hombres y las mujeres se vistan y se arreglen de
forma estereotipada según su género (los hombres con pantalones y pelo
corto; las mujeres con vestidos y maquillaje).
Tema 6: Atracción y amor, fuerzas vinculantes.
Los tipos de atracción según la Psicología Social
Si bien la idea de atracción es un concepto propio de la física, esta palabra
suele usarse también en el campo de las relaciones interpersonales, uno de
los objetos de estudio de la psicología social.
Dentro de esta rama de la psicología, junto con la antropología y la
sexología, se han propuesto diferentes tipos de atracción para explicar la
relación que pueden sentir dos o más personas, tanto en lo sexual y
romántico como en la amistad y lo intelectual.
Podemos definir a la atracción interpersonal como una fuerza que despierta
otras personas en nosotros, es decir, es el deseo que nos despiertan los
demás. Decimos que nos sentimos atraídos hacia alguien cuando esa
persona nos produce ciertas ganas de interactuar con ella, conocerla,
mantener una conversación, convertirnos en sus amigos o, incluso,
mantener relaciones más intensas como pueden ser las sexuales.
Las 6 modalidades de atracción entre personas
Podemos decir que, principalmente, existen hasta 6 tipos de atracción
diferentes, uno de ellos subdividido en dos subtipos. Cada una tiene sus
particularidades, habiendo algunas que se relacionan más con la amistad y
la curiosidad y otras en las que se movilizan intereses y deseos más
intensos, como el amor y el sexo.
1. Atracción romántica.
La atracción romántica es un tipo de atracción que, a pesar de lo que
muchos puedan pensar de primeras, no tiene que ver tanto con la
sexualidad propiamente dicha. No se trata de la atracción sexual hacia
alguien, sino más bien el deseo de establecer una relación romántica con
otra persona. Así pues, se trata de un tipo de atracción de tipo emocional y
más profunda.
Este tipo de atracción puede surgir cuando, tras llevar bastante tiempo
manteniendo una muy buena amistad con alguien, de repente sentimos que
queremos profundizar más, establecer una relación sentimental con esa
persona. Queremos dejar de ser amigos y pasar a ser su pareja.

2. Atracción de amistad
La atracción de amistad, o amistad a secas, es una de las más comunes de
nuestra sociedad. Consiste en el deseo de compartir momentos con una
persona a la que consideramos amiga y surge cuando una persona nos
ofrece su confianza, nos otorga bienestar emocional y nos sentimos
satisfechos quedando con ella. Con o sin interés sexual y romántico, esta
atracción tiene que ver con la necesidad y las ganas de disfrutar y pasar
tiempo con una persona.
4. Atracción física o sexual
La atracción física o sexual es, como su propio nombre viene a indicar, un
tipo de atracción más carnal. Es normal que cuando decimos que nos atrae
alguien pensemos en este tipo de atracción, que consiste en sentir un deseo
intenso hacia otra persona en el sentido más físico y sexual.
5. Atracción sexual subjetiva
La atracción sexual subjetiva se trata de la situación en la que nos atrae
alguien físicamente pero porque le atribuimos un cierto poder o fantasía
sexual. Es decir, es la atracción que sentimos hacia alguien que no tiene por
qué ser necesariamente guapa o atractiva físicamente, pero que nos
despierta cierta química por su forma de ser.
6. Atracción sexual objetiva
La atracción sexual objetiva se trata de esa fuerza que sentimos hacia
alguien que es indiscutiblemente atractiva físicamente. Es decir, es el tipo
de atracción que se manifiesta hacia alguien que es objetivamente atractivo,
al margen de cuáles sean nuestros gustos y la posible química que pueda
haber con ella.
7. Atracción sentimental
La atracción sentimental se asemeja a la atracción romántica, puesto que se
relaciona con el aspecto más sentimental y emocional de una relación
interpersonal. Sin embargo, en este caso los sentimientos no tienen por qué
ser de tipo romántico o amoroso, pudiéndose mantener una relación
sentimental con un amigo, una pareja sexual o un familiar. Este tipo de
atracción consiste en que alguien nos despierte sentimientos intensos, sin
necesidad de establecer una relación de pareja con él.

8. Atracción sensual o sensorial


La atracción sensual o sensorial tiene que ver con el contacto físico, pero
no necesariamente implica una relación sexual, sino más bien una relación
de cercanía y proximidad.
Decimos que una relación es sensual cuando las caricias, los abrazos, los
mimos y la cercanía toman mucho protagonismo. Una persona nos atrae
sensorialmente cuando queremos experimentar con nuestros sentidos a la
otra persona, queremos sentirla cerca, ya sea nuestra pareja, un amigo,
nuestros hijos.
9. Atracción intelectual
Por último nos encontramos con la atracción intelectual, que consiste en el
deseo de querer conocer a alguien en su faceta más intelectual, como su
propio nombre viene a sugerir. Es decir, es la atracción que sentimos hacia
alguien que nos interesa, que ofrece opiniones, pensamientos,
conocimientos y otros aspectos del área más del saber que nos llaman la
atención, que nos fascinan.
CAPITULO: 7 RELACIONES Y COMUNICACIÓN.
Las comunicaciones y relaciones, son aquellas que se establecen entre dos
o más personas; dichas asociaciones se basan en las emociones,
sentimientos o actividades sociales y laborales, entre otros. Las relaciones
se originan a través de la comunicación y sus propósitos no pueden
alcanzarse, si el hombre no interactúa con su entorno ni comparte
información; además la comunicación es una necesidad desde el inicio de
los tiempos y si no existiera, las personas no intercambiarían ideas con
otros seres de su especie.
Pese a que las personas se relacionan a diario con otras y con su entorno,
no siempre se medita sobre la importancia de ello, ni acerca de los
inconvenientes que se pueden originar, si la comunicación no se efectúa de
forma adecuada. Tal situación, hace que se complique la manera en la que
los seres humanos se relacionan e interpretan el mundo, evitando que las
afinidades se produzcan de una manera más efectiva.
La comunicación interna de una organización, es un punto relevante para
que todos los miembros de una empresa vayan en un mismo sentido y se
pueda lograr el éxito; por tal razón, resulta esencial que la comunicación
esté bien canalizada para realizar un trabajo más eficiente y obtener
resultados eficaces, como la elevada productividad y mejores vínculos
interpersonales.
El proceso de comunicación en una compañía determinada, engloba varias
interacciones, como las conversaciones informales y métodos de
información muy complejos; igualmente es la conexión que propicia el
entendimiento, la aprobación y la puesta en práctica de los proyectos
organizacionales. Por otra parte, las relaciones de cualquier tipo, son
aquellas interacciones que describen una forma de tratar, el contacto o
comunicación que se da entre los individuos en diferentes momentos.
Son los intercambios recíprocos que se establecen con los semejantes,
llámense compañeros de trabajo, de oficina, conocidos, entre otros. Por
consiguiente, toda empresa debe alcanzar una correspondencia positiva, a
través de un método coordinado de comunicación, razón por la cual, se
busca identificar con frecuencia la forma en que influyen los distintos
mensajes o notificaciones en las relaciones interpersonales y en el
desempeño laboral.
Las relaciones interpersonales, cumplen un rol fundamental en el
crecimiento integral de cualquier persona; mediante las mismas, los
individuos adquieren importantes refuerzos sociales que favorecen su
adaptación al ambiente más cercano. De forma contraria, la carencia de
estas capacidades puede provocar repudio, retraimiento y por supuesto,
disminuye la calidad de vida. Los nuevos sistemas de las organizaciones,
horizontales y con menos niveles jerárquicos, necesitan una interacción
mayor entre las personas, que puede conseguirse sólo con una actitud
colaboradora y no individualista.

Capítulo 9: orientación sexual.

La orientación sexual es una atracción emocional, romántica, sexual o


afectiva duradera hacia otros. Se distingue fácilmente de otros
componentes de la sexualidad que incluyen sexo biológico, identidad
sexual (el sentido psicológico de ser hombre o mujer) y el rol social del
sexo (respeto de las normas culturales de conducta femenina y masculina).
La orientación sexual existe a lo largo del continuo que va desde la
heterosexualidad exclusiva hasta la homosexualidad exclusiva e incluye
diversas formas de bisexualidad. Las personas bisexuales pueden
experimentar una atracción sexual, emocional y afectiva hacia personas de
su mismo sexo y del sexo opuesto. A las personas con una orientación
homosexual se las denomina a veces gay (tanto hombres como mujeres) o
lesbianas (sólo a las mujeres).
La orientación sexual es diferente de la conducta sexual porque se refiere a
los sentimientos y al concepto de uno mismo. Las personas pueden o no
expresar su orientación sexual en sus conductas.
¿Qué hace que una persona tenga una orientación sexual
determinada?
Existen muchas teorías acerca de los orígenes de la orientación sexual de
una persona. La mayoría de los científicos en la actualidad acuerdan que la
orientación sexual es más probablemente el resultado de una interacción
compleja de factores biológicos, cognitivos y del entorno. En la mayoría de
las personas, la orientación sexual se moldea a una edad temprana.
Además, hay pruebas importantes recientes que sugieren que la biología,
incluidos los factores hormonales genéticos o innatos, desempeñan un
papel importante en la sexualidad de una persona.
Es importante reconocer que existen probablemente muchos motivos para
la orientación sexual de una persona y los motivos pueden ser diferentes
para las distintas personas.
¿Es la orientación sexual una elección?
No, los seres humanos no pueden elegir ser gay o heterosexuales. Para la
mayoría de las personas, la orientación sexual surge a principios de la
adolescencia sin ninguna experiencia sexual previa. Si bien podemos elegir
actuar de acuerdo con nuestros sentimientos, los psicólogos no consideran
la orientación sexual una elección consciente que pueda cambiarse
voluntariamente.
¿Puede la terapia cambiar la orientación sexual?
No, aun cuando la mayoría de los homosexuales viven vidas felices y
exitosas, algunas personas homosexuales o bisexuales pueden buscar un
cambio en su orientación sexual a través de la terapia, a menudo como
resultado de coacción por parte de miembros de su familia o grupos
religiosos. La realidad es que la homosexualidad no es una enfermedad. No
requiere tratamiento y no puede cambiarse. Sin embargo, no todas las
personas gay, lesbianas y bisexuales que buscan la ayuda de un profesional
de salud mental desean cambiar su orientación sexual. Las personas gay,
lesbianas y bisexuales pueden buscar ayuda psicológica con el proceso de
la revelación de su orientación sexual o el desarrollo de estrategias para
lidiar con el prejuicio, pero la mayoría opta por la terapia por los mismos
motivos y problemas de la vida que conducen a las personas heterosexuales
a la consulta de los profesionales de la salud mental.
Capítulo 10: Sexualidad en niños y Adolescentes.
Por norma general, a partir de los dos años o dos años y medio, una vez que
tengan adquirido el lenguaje, es conveniente hablarles sobre las inquietudes
que manifiesten. Muchas de ellas, suelen estar relacionadas con las
diferencias en el cuerpo de hombres y mujeres (“mamá, ¿por qué yo tengo
un pito y tú no?”), todo lo relacionado con la reproducción (fecundación,
embarazo y parto: “¿de dónde vine yo?”, “¿cómo salí de tu barriguita?”,
“¿cómo me hicieron?”). Todo lo preguntado puede ser contestado, al igual
que respecto a cualquier área de la vida del niño/a, adaptándonos por
supuesto, a su capacidad de compresión y madurez.
A partir de los 7 u 8 años, suelen tocarse los genitales teniendo ya una idea
sobre la connotación sexual que implica, y aumenta su interés por jugar a
juegos con algún comportamiento sexual (ej. jugar a los novios), miran a
los demás cuando están desnudos, pueden mostrarse más resistentes a
desvestirse delante de los otros… Este tipo de comportamientos forman
parte del desarrollo evolutivo de los/as pequeños/as, y han de ser
entendidos y tratados con naturalidad mostrando una actitud abierta para
responder las cuestiones que planteen y ayudarles a forjar una actitud
favorable hacia el diálogo con los padres sobre lo relacionado con la
sexualidad.
Ya sobre los 11 años aproximadamente, los/las preadolescentes suelen
cuestionarse si son “normales” en relación a su cuerpo o sus emociones, se
preocupan por el tamaño del pene, pechos o glúteos, y se interesan en
hablar sobre sexualidad con los iguales, aunque no sepan con seguridad el
significado de lo que hablan. Así, es importante anticipar las cuestiones
relacionadas con el desarrollo madurativo. Conviene hablarles antes de que
estos cambios aparezcan para que los vivan de forma natural (p. ej. a los
chicos: aparición de las primeras vellosidades, eyaculaciones, cambio físico
general, cambios de voz; y a las chicas: qué es y qué significado tiene la
menstruación, la aparición del vello en determinadas zonas del cuerpo, o el
cambio físico que va a experimentar su cuerpo…). Asimismo, es muy
importante atender a las emociones que manifiestan, hablar con ellos/as
cuando se muestren preocupados por su cuerpo o su identidad, dialogar
sobre las diferentes orientaciones sexuales, etc.
En la etapa adolescente, además de lo anterior, también es preciso
informarles acerca de las enfermedades de transmisión sexual, los distintos
métodos anticonceptivos, cómo o cuándo empezar a tener los primeros
encuentros sexuales… siempre favoreciendo el diálogo con ellos, y
promoviendo una actitud responsable y respetuosa respecto al sexo (con
quién, cómo y dónde, uso de anticonceptivos, ETS…).
Como conclusión, el desarrollo de una sexualidad saludable se indicia ya
en la infancia, siendo la misma uno de los pilares para el auto concepto, la
autoestima y la seguridad en la vida adulta. Es responsabilidad de los
adultos ocuparnos de que nuestros hijos/as, alumnos/as y pacientes puedan
vivir su sexualidad con tranquilidad, curiosidad y aceptación.

La masturbación en niños y niñas.


La masturbación es un aspecto de la sexualidad infantil que los padres
encuentran difícil de tratar de manera confortable y adecuada. Parte de la
dificultad puede ser la necesidad de reconocer que los niños son seres
sexuales. Los malentendidos y el sigilo acerca de la masturbación les
añaden molestias a los padres e hijos.
Por definición, la masturbación es el auto estimulación de los genitales. Lo
hacen los niños y las niñas y es un comportamiento normal. ¿Qué tan
común es la masturbación en las diferentes etapas de la infancia? Hasta la
edad de cinco o seis años, la masturbación es bastante común. Los niños
pequeños sienten mucha curiosidad acerca de sus cuerpos y encuentran que
la masturbación es placentera y reconfortante. Los jóvenes también tienen
curiosidad acerca de las diferencias entre las niñas y los niños y por lo tanto
en la edad preescolar y el kindergarten, en ocasiones pueden explorar el
cuerpo de otros niños, incluyendo sus genitales.
A partir de los seis años de edad, la incidencia de la masturbación en
público tiende a disminuir, en gran parte debido a que la conciencia social
de los niños aumenta y las costumbres sociales cobran mayor importancia.
La masturbación en privado continuará hasta cierto punto y sigue siendo
normal. Cuando inicia el desarrollo en la pubertad, acompañado de un
aumento de las hormonas, pensamientos y curiosidad sexual, la conciencia
corporal y las tensiones sexuales aumentan. La masturbación es una parte
común de la adolescencia normal. La mayoría de los adolescentes jóvenes
descubren que la masturbación es sexualmente placentera y reconocen que
la autoestimulación es una expresión de su propia sexualidad en desarrollo.
A pesar de que los mitos que rodean a la masturbación se han disipado
científicamente, todavía persisten. Un niño que se masturba no está
demasiado interesado en el sexo, ni es promiscuo ni tiene una desviación
sexual. Tampoco se quedará ciego o loco, ni le saldrán granos o verrugas o
quedará estéril. Sin embargo, muchas culturas todavía desalientan
activamente la masturbación, en parte debido a las restricciones morales
generales que a menudo se le cargan al comportamiento sexual.
Cuando los padres de niños en edad escolar descubren el juego o actividad
masturbatoria de su hijo, algunos reaccionan con vergüenza, ira e incluso
indignación moral, otros lo toman con calma y lo reconocen como un
comportamiento normal en el desarrollo. Idealmente, este descubrimiento
es una magnífica oportunidad para educar a los niños acerca de su propia
sexualidad y sobre las diferencias entre las actividades públicas y privadas.
La masturbación excesiva o en público puede indicar un problema
psicológico o personal más grave. Podría ser una señal de que el niño está
estresado, está demasiado preocupado por los pensamientos sexuales,
fantasías o impulsos, o no recibe la atención adecuada en el hogar. A veces,
la masturbación es una forma de proporcionarse tranquilidad personal
cuando se siente abrumado emocionalmente. La masturbación incluso
podría ser una señal de abuso sexual; los niños que están siendo abusados
sexualmente pueden llegar a preocuparse demasiado de su sexualidad, lo
que sugiere la necesidad de una mayor investigación.
Capítulo 11: La sexualidad en la edad madura.

Muchas personas quieren y necesitan tener una relación cercana con los
demás a medida que envejecen. Para algunas personas, esto incluye el
deseo de continuar una vida sexual activa y satisfactoria. Con el
envejecimiento, eso puede significar adaptar la actividad sexual para
amoldarse a los cambios físicos, de salud y de otro tipo.
Hay muchas maneras diferentes de tener relaciones sexuales y de logar una
sensación de intimidad, solo o solo con la pareja.
La expresión de su sexualidad podría incluir muchos tipos de contacto
íntimo o estimulación. Algunos adultos pueden optar por no participar en la
actividad sexual, y eso también es normal.
Aquí exploramos algunos de los problemas comunes que los adultos
mayores pueden enfrentar con la sexualidad.
¿Cuáles son los cambios normales?
El envejecimiento normal trae cambios físicos tanto en los hombres como
en las mujeres. Estos cambios a veces afectan la capacidad de tener y
disfrutar de las relaciones sexuales.
Una mujer puede notar cambios en su vagina. A medida que las mujeres
envejecen, la vagina puede acortarse y estrecharse. Las paredes vaginales
pueden volverse más delgadas y un poco más rígidas. La mayoría de las
mujeres tendrán menos lubricación vaginal, y puede tomar más tiempo para
que la vagina se lubrique naturalmente. Estos cambios podrían hacer que
ciertos tipos de actividad sexual, como la penetración vaginal, sean
dolorosos o menos deseables. Si la sequedad vaginal es un problema, usar
un lubricante a base de agua o condones lubricados puede hacer que la
penetración sea más cómoda. Si una mujer está usando terapia hormonal
para tratar los calores súbitos (sofocos) u otros síntomas de la menopausia,
es posible que desee tener relaciones sexuales con más frecuencia que antes
de la terapia hormonal.
A medida que los hombres envejecen, la impotencia sexual (también
llamada disfunción eréctil o DE) se vuelve más común. DE es la pérdida de
la capacidad de lograr y mantener una erección. La DE puede hacer que un
hombre tarde más en lograr una erección. Su erección puede no ser tan
firme o tan grande como solía ser. La pérdida de la erección después del
orgasmo puede ocurrir más rápidamente, o puede tomar más tiempo antes
de que otra erección sea posible. La DE no es un problema si ocurre de vez
en cuando, pero si ocurre con frecuencia, hable con el médico.
Hable con su pareja sobre estos cambios y sobre cómo usted se está
sintiendo. El médico puede tener sugerencias para ayudar a que las
relaciones sexuales sean más fáciles.
¿Qué causa los problemas sexuales?
Algunas enfermedades, discapacidades, medicamentos y cirugías pueden
afectar su capacidad de tener y disfrutar de las relaciones sexuales.
Artritis. El dolor en las articulaciones debido a la artritis puede hacer que el
contacto sexual sea incómodo. El ejercicio, los medicamentos y
posiblemente la cirugía de reemplazo de articulaciones pueden ayudar a
aliviar este dolor. Descansar, baños tibios y cambiar la posición o el
momento de la actividad sexual pueden ser útiles.
Dolor crónico. El dolor puede interferir con la intimidad entre las personas
mayores. El dolor crónico no tiene que ser parte del envejecimiento y a
menudo puede ser tratado. Sin embargo, algunos medicamentos para el
dolor pueden interferir con la función sexual. Siempre hable con el médico
si tiene efectos secundarios de cualquier medicamento.
Demencia. Algunas personas con demencia muestran un mayor interés en
la sexualidad y la cercanía física, pero es posible que no puedan juzgar qué
comportamiento sexual es apropiado. Las personas con demencia severa
pueden no reconocer a su cónyuge o pareja, pero aun así desean tener
contacto sexual y pueden buscarlo con otra persona. Puede ser confuso y
difícil saber cómo manejar esta situación. En este caso también puede ser
útil hablar con un médico, enfermera o trabajador social con adiestramiento
en el cuidado de personas con demencia.
Diabetes. Esta es una de las enfermedades que pueden causar disfunción
eréctil en algunos hombres. En la mayoría de los casos, el tratamiento
médico puede ayudar. Se sabe menos sobre cómo la diabetes afecta la
sexualidad en las mujeres mayores. Las mujeres con diabetes son más
propensas a tener infecciones vaginales por hongos, las cuales pueden
causar picazón e irritación y hacer que las relaciones sexuales sean
incómodas o indeseables. Las infecciones por hongos pueden ser tratadas.
Enfermedad cardiaca. El estrechamiento y endurecimiento de las arterias
puede cambiar los vasos sanguíneos de manera tal que la sangre no fluye
libremente. Como resultado, los hombres y las mujeres pueden tener
problemas con los orgasmos. Tanto para los hombres como para las
mujeres, puede tomar más tiempo excitarse, y para algunos hombres, puede
ser difícil lograr o mantener una erección. Las personas que han tenido un
ataque al corazón, o sus parejas, pueden temer que tener relaciones
sexuales cause otro ataque. Aunque la actividad sexual generalmente es
segura, siempre siga los consejos del médico. Si sus problemas cardíacos
empeoran y tiene dolor en el pecho o dificultad para respirar incluso
mientras descansa, es posible que el médico quiera cambiar su plan de
tratamiento.
Incontinencia. La pérdida del control de la vejiga o el escape de orina es
más común a medida que las personas, especialmente las mujeres,
envejecen. La presión extra en el vientre durante las relaciones sexuales
puede causar un escape de orina. Cambiar las posiciones o vaciar la vejiga
antes y después de las relaciones sexuales puede ayudar con esa situación.
La buena noticia es que la incontinencia generalmente puede ser tratada.
Derrame cerebral. La capacidad de tener relaciones sexuales a veces se ve
afectada por un derrame cerebral. Un cambio en las posiciones o algunos
dispositivos médicos puede ayudar a las personas con debilidad continua o
parálisis a tener relaciones sexuales. Algunas personas con parálisis de la
cintura para abajo aún pueden alcanzar orgasmos y sentir placer.
Depresión. La falta de interés en las actividades que solía disfrutar, como la
intimidad y la actividad sexual, puede ser un síntoma de depresión. A veces
es difícil para una persona saber si está deprimida. Hable con el médico; la
depresión puede ser tratada.
Cirugía. A muchos de nosotros nos preocupa tener cualquier tipo de
cirugía; puede ser aún más problemático cuando se trata de los senos o del
área genital. La mayoría de las personas vuelven al tipo de vida sexual que
disfrutaban antes de la cirugía.
La histerectomía es una cirugía para extirpar el útero de una mujer debido a
dolor, sangrado, fibromas u otras razones. A menudo, cuando una mujer
mayor tiene una histerectomía, también se le extirpan los ovarios. Decidir
si someterse a esta cirugía puede hacer que las mujeres y sus parejas se
preocupen por su futura vida sexual. Si le preocupa cualquier cambio que
pueda sufrir con una histerectomía, hable con el ginecólogo o cirujano.
Tema 12: Disfunción Sexual.
¿Qué es la disfunción sexual?
La disfunción sexual es un trastorno que dificulta o impide el
mantenimiento de relaciones sexuales satisfactorias. Esto se produce
durante cualquier etapa del acto sexual (deseo, excitación, orgasmo y
resolución).
Este tipo de disfunciones afectan tanto a hombres como a mujeres, que
pueden experimentar una aversión o rechazo al contacto sexual, aunque
afecta de modo diferente a cada género. Los tipos más frecuentes de
problemas sexuales en los hombres son: la disfunción eréctil, que es la
incapacidad de lograr o mantener una erección suficiente; la impotencia
sexual, la incapacidad para mantener una erección suficiente para mantener
el coito en el 25% de los intentos como mínimo; o la disfunción
eyaculatoria, que se da cuando no se puede liberar el semen durante el
orgasmo.
Síntomas de la disfunción sexual
Los síntomas de la disfunción sexual pueden ser varios:
Eyaculación precoz
Vaginismo
Anorgasmia
Disfunción eréctil
Enfermedades de transmisión sexual
Dolor en la vulva o en la vagina durante el acto sexual
Deseo sexual inhibido
Insatisfacción sexual
Diagnóstico de los trastornos sexuales
El diagnóstico de los trastornos sexuales cambia según el tipo de trastorno
en sí: en algunos casos, de hecho, es necesario un examen ginecológico o
andrológico y en otros, es necesario iniciar un programa psicológico.
¿Cuáles son las causas de la disfunción sexual?
Las causas de la disfunción sexual en los hombres pueden ser
enfermedades (diabetes, problemas hormonales, depresión…) o consumo
de ciertos medicamentos o sustancias, entre otras. En cambio, la disfunción
sexual en las mujeres puede manifestarse como un bajo deseo sexual, dolor
o dificultad para excitarse o para alcanzar el orgasmo.
Estos trastornos también pueden deberse a diversos problemas psicológicos
o físicos como el estrés, las infecciones o el vaginismo.
¿Se puede prevenir?
No existen formas concretas para prevenir la disfunción sexual. Sin
embargo, la pérdida de peso, dejar de fumar o dormir lo suficiente pueden
ayudar al bienestar y al interés por las relaciones sexuales.
Tratamientos de los trastornos sexuales
Al igual que con el diagnóstico, el tratamiento de los trastornos sexuales
varía según su naturaleza. Por ejemplo, en el caso de la disfunción eréctil,
hay que consultar a un andrólogo para entender si está provocada por una
patología física o psicológica, mientras que en el caso del vaginismo se
pueden iniciar programas psicosexuales o considerar la cirugía.
¿A qué especialista dirigirse?
En caso de trastornos sexuales, se debe consultar a especialistas en
Psicología, Ginecología, Andrología, Urología.
Capítulo 13: variaciones sexuales atípicas.
Una aproximación común para definir la normalidad se basa en la
estadística. Desde este punto de vista, las conductas sexuales raras o
inusuales son consideradas anormales o desviadas.
La aproximación estadística puede parecer carente de valor, porque el
criterio de normalidad está basado en la frecuencia de la conducta, no en el
juicio acerca de su aceptabilidad social. Mantener el coito estando de pie, o
más de siete veces a la semana, podría considerarse una desviación, según
este criterio. Lo mismo podría decirse de mantener una erección completa
entre eyaculaciones, pero la mayoría de las parejas probablemente no
estarían de acuerdo con eso.
Más aún, nuestra elección de qué conductas deben ser comparadas
estadísticamente no está exenta de valores subyacentes. Tendemos a
considerar conductas sexuales anormales o desviadas, por ejemplo, cuando
están en contra de nuestros valores religiosos, cuando a la mayoría nos
resultan desagradables (como el sadismo o el masoquismo) o cuando
parecen inexplicables (como sentirse atraído más por el zapato de una
mujer que por la mujer en sí). Las conductas que van en contra de los
valores religiosos de alguien pueden ser bastante comunes, pero esa
persona las etiqueta de desviadas porque se alejan de lo que a esa persona
se le ha hecho creer que es normal (o «apropiado).
Lo que es considerado normal en una cultura o en un tiempo particular
puede ser considerado anormal en otras culturas y en otros momentos. Una
orientación sexual gay masculina o lesbiana ha sido considerada anormal a
través de la mayoría de la historia occidental y fue etiquetada como un
trastorno mental por la Asociación Americana de Psiquiatría. Pero en 1973,
la clasificación de una orientación sexual gay masculina o lesbiana como
un trastorno mental se eliminó del Manual de Diagnóstico y Estadística de
la asociación (el DSM). La que es una conducta «normal» para el
adolescente de las islas Trobriand (véase el Capítulo 1) podría ser
considerada una desviación —incluso ninfomaníaca— por las culturas
occidentales convencionales.
En nuestra cultura, las prácticas sexuales como el sexo oral y la
masturbación fueron consideradas alguna vez desviadas o anormales. Sin
embargo, hoy son practicadas tan ampliamente que pocas personas podrían
etiquetarlas como desviadas. Los conceptos de «normalidad» y
«desviación», entonces, reflejan los hábitos y las costumbres de una cultura
particular en un momento dado.
El diagnóstico psiquiátrico de parafilia requiere que la persona haya
actuado siguiendo sus impulsos o esté visiblemente angustiada por ellos.
Las personas con parafilias normalmente sienten que sus impulsos son
persistentes, de difícil control o compulsivos (Seligman & Hardenburg,
2000). Se describen a sí mismas como superadas por ellos de vez en
cuando. Las personas con parafilias tienden a experimentar que sus
impulsos están más allá de su control, de una manera parecida a como los
adictos a las drogas y los mentirosos compulsivos se ven a sí mismos
indefensos ante unos impulsos irresistibles. Por estas razones, los teóricos
han especulado que las parafilias pueden representar un tipo de compulsión
sexual o una adicción.
Las parafilias varían en intensidad. En algunos casos, la persona puede
funcionar sexualmente en ausencia de la estimulación inusual propia de la
parafilia, y raras veces, si es que ocurre alguna vez, actuar siguiendo sus
impulsos desviados. En otros casos, la persona recurre a la conducta
parafílica solo en momentos de estrés. En algunas formas extremas, la
persona mantiene repetidamente conductas parafílicas y puede obsesionarse
con pensamientos y fantasías acerca de estas experiencias. En esos casos la
persona puede no ser capaz de excitarse sexualmente sin fantasear acerca
de los estímulos parafílicos o sin tenerlos presentes. Para algunas personas,
la conducta parafílica es el único medio de conseguir la satisfacción sexual.
La persona con una parafilia típicamente reproduce el acto parafílico en
fantasías sexuales para estimularse y excitarse durante la masturbación o
las relaciones sexuales. Es como si él o ella estuvieran viendo la secuencia
de la escena parafílica. Pero la escena llega a aburrirle después de un
tiempo y el individuo siente la necesidad de vivir la realidad de otro acto
parafílico para «grabar un nuevo vídeo».
Algunas parafilias son en gran medida inofensivas, como el fetichismo y el
travestismo, como forma de alcanzar la excitación sexual (fetichismo
travesti). Incluso ser humillado por la pareja puede ser relativamente
inofensivo si la pareja consiente. Otras conductas parafílicas, como
exhibirse desnudo en público o seducir a niños para mantener relaciones
sexuales, producen víctimas y pueden causar daño, a veces un daño físico o
psicológico severo.

En este caso, además son ilegales. El sadismo sexual, en el cual la


excitación sexual está relacionada con hacer daño o humillar a otra
persona, puede ser una parafilia más dañina cuando es ejercida sobre una
persona sin su consentimiento. Algunas violaciones brutales involucran
sadismo sexual.
Todas las parafilias, excepto el masoquismo sexual, se cree que ocurren
casi exclusivamente entre hombres (Seligman & Hardenburg, 2000). El
porcentaje de parafilias en la población general es desconocido, porque las
personas, por lo general, no están dispuestas a hablar sobre ellas.Mucho de
lo que hemos aprendido sobre las parafilias nos ha llegado por las
experiencias descritas por personas que han sido detenidas por cometer
actos ilegales (como exponerse desnudos en público, con evidente actitud
ofensiva) y a través de algunos individuos que voluntariamente han
solicitado ayuda. Las características de las personas que no han sido
identificadas o estudiadas permanecen virtualmente desconocidas.
En este capítulo trataremos los tipos principales de parafilias, comenzando
con el fetichismo. Este capítulo no hablaremos de la pedofilia. En la
pedofilia, los niños se convierten en objeto de excitación sexual. A menudo
la pedofilia adquiere la forma de características de las personas que no han
sido identificadas o estudiadas permanecen virtualmente desconocidas. En
este capítulo trataremos los tipos principales de parafilias, comenzando con
el fetichismo. Este capítulo no hablaremos de la pedofilia. En la pedofilia,
los niños se convierten en objeto de excitación sexual. A menudo la
pedofilia adquiere la forma de coacción sexual de niños, como en el incesto
y el acoso sexual.

El fetichismo.
Las raíces de la palabra «fetiche» están en el término francés fétiche, que a
su vez viene del portugués feitico, que significa «amuleto mágico». En este
caso la «magia» reside en la habilidad de un objeto para excitar
sexualmente a una persona. En el fetichismo, un objeto inanimado provoca
la excitación sexual. Las prendas de ropa (por ejemplo, la lencería
femenina, los guantes, los zapatos o las botas) y los objetos hechos de
goma, cuero, seda o piel están entre los objetos fetiches más comunes. Las
botas de cuero y los zapatos de tacón alto son especialmente populares.
El fetichista puede actuar cediendo a sus impulsos para mantener una
conducta fetichista, como masturbarse acariciando un objeto o fantasear
sobre él, o puede sentirse angustiado por esos impulsos o fantasías, y no
actuar sirviéndose de ellos. En una parafilia relacionada, el parcialismo, las
personas se excitan exclusivamente por una parte concreta del cuerpo,
como los pies, los pechos o las nalgas.
El travestismo.
El travestismo puede considerarse un tipo de fetichismo. Mientras que otros
fetichistas se excitan sexualmente manejando el objeto fetiche al
masturbarse, los travestis se excitan llevando puestas ciertas prendas de
ropa —los objetos fetiche— del otro género. Un fetichista puede encontrar
sexualmente estimulante el objeto en sí o el sexo que involucra el objeto.
Para el travesti, el objeto es sexualmente encantador solo cuando ha sido
puesto. Casi todos los travestis son hombres. El travestismo se ha descrito
entre hombres gays y heterosexuales. Muchos están casados y, por lo
demás, se comportan y visten de manera masculina.
El travestismo se puede solapar con el transexualismo, pero no es
exactamente lo mismo. En primer lugar, advirtamos que algunos travestis y
algunos transexuales parecen estar motivados por la autoginefilia, una
condición en la cual el individuo se estimula sexualmente por la fantasía de
que su propio cuerpo es femenino (Bailey, 2003b). Pero existen diferencias
entre los travestis y los transexuales. Normalmente, los travestis se sienten
suficientemente gratificados cuando se visten con ropas propias del otro
género; también pueden encontrar muy gratificante masturbarse mientras
fantasean acerca de episodios en los que se visten con ropas propias del
otro género. Pero muchos travestis tienen identidades de género masculino
y no desean cambiar su sexo anatómico. Sin embargo, algunos travestis son
gays o muestran algunos aspectos de una identidad de género femenina.
Tema 14: La Coacción Sexual.

La violación: La violación tiene sus aspectos sexuales —de hecho, aspectos


desagradables y extremadamente sexuales—, pero también supone la
subyugación de las mujeres por los hombres por la fuerza o por la amenaza
de la fuerza (Mardorossian, 2002; Rozee & Koss, 2001).
En los primeros miles de años de historia, las únicas violaciones que eran
castigadas eran aquellas que deshonraban a las vírgenes. Estas violaciones
eran consideradas crímenes contra la propiedad (las vírgenes eran
propiedad de sus padres), no crímenes contra las personas. En la antigua
Babilonia, las leyes de la violación se aplicaban también a las mujeres
casadas. La ley babilónica exigía que el asaltante y su víctima fueran
maniatados y lanzados al río. Como parte dañada (después de todo, su
propiedad había sido dañada), el marido podía elegir entre dejar que su
esposa se ahogara o salvarla. Responsabilizar a la víctima de la violación
es, por tanto, una vieja tradición.
Los antiguos hebreos lapidaban a la mujer casada que había sido violada,
junto con su asaltante. En las antiguas culturas babilónica y hebrea, la
esposa esa considerada culpable de adulterio.
Las vírgenes que eran violadas dentro de la protección de los muros de la
ciudad también eran lapidadas por los hebreos. Se pensaba que podían
haber conservado su pureza si hubieran gritado.
La definición actual de violación varía entre los Estados.
La violación forzada se define normalmente como la relación sexual, con
una persona que no consiente, mediante el uso de la fuerza o la amenaza de
la fuerza. La violación legal es la relación sexual con una persona menor
que no tiene edad para consentir, incluso si la persona actúa con
consentimiento.

Tradicionalmente, un hombre no podía ser acusado de violar a su esposa


aunque la hubiera forzado a mantener relaciones sexuales por la fuerza o
con amenazas. Esta exclusión marital tiene su origen en la ley común
inglesa que mantenía que una mujer «se entregaba » a su marido cuando se
convertía en su esposa y no podía retractarse de su promesa.
Sin embargo, hoy en día la mayoría de los Estados tienen leyes que
contemplan la
Persecución de los maridos que violen a sus esposas.
Las leyes que hacen referencia a la violación también se aplican a los
hombres que violan a otros hombres y a las mujeres que coaccionan a los
hombres para que mantengan relaciones sexuales con ellas o que ayudan a
los hombres a violar otras mujeres. La violación forzada es una forma de
asalto sexual. Incluso cuando el ataque sexual no coincide con la definición
de violación, como una penetración forzada anal con un objeto, como una
botella o un palo de escoba, puede ser perseguido como un asalto sexual.
Existen dos razones por las cuales el Estudio Nacional de Delitos con
Víctimas subestima la incidencia de la violación en Estados Unidos (Watts
& Zimmerman, 2002). En primer lugar, muchas mujeres creen
erróneamente que el sexo coactivo es violación solo cuando el violador es
un extraño.

En segundo lugar, muchas mujeres asumen erróneamente que solo la


penetración vaginal forzada se define como violación, mientras que
muchos Estados definen la violación más ampliamente. En cualquier caso,
el peso de la evidencia sugiere que entre una de cada siete y una de cada
cuatro mujeres en Estados Unidos son violadas a lo largo de su vida (Koss
& Kilpatrick, 2001). La frecuencia de las violaciones denunciadas en
Estados Unidos es casi siete veces mayor que en Gran Bretaña y más de
diez veces mayor que en Japón (Newsweek, 1990). Más adelante
consideraremos algunas de las influencias culturales que hacen de la
sociedad estadounidense un caldo de cultivo para la violación.

Tipos de violaciones.
Uno de los mitos centrales acerca de la violación en nuestra cultura es que
la mayoría delas violaciones son perpetradas por extraños que merodean en
callejones oscuros o intrusos que se cuelan a través de ventanas abiertas en
mitad de la noche. La verdad es que la mayoría de las mujeres son violadas
por hombres a los que conocen —a menudo, por hombres en los que
confían—. La Figura 14.1 muestra que solo el 4 por ciento de las mujeres
en el estudio de la NHSLS fueron «forzadas a realizar algo sexual que no
querían hacer » por un extraño. Según el Departamento de Justicia de
Estados Unidos (2003), cerca de dos tercios de las violaciones son
cometidas por conocidos de la víctima. Los tipos de violación incluyen
violación por desconocidos, violación por conocidos, violación en una cita,
violación colectiva, violación masculina, violación marital y violación por
mujeres.
Violación por un desconocido. La violación por un desconocido es la
violación cometida por un asaltante (o asaltantes) que la persona atacada no
conoce previamente.
El violador desconocido a menudo selecciona objetivos que parecen
vulnerables —mujeres que viven solas, que son mayores o con alguna
discapacidad, que caminan por calles desiertas, que están dormidas o
drogadas—. Después de elegir su objetivo, el violador puede buscar un
momento y un lugar para cometer el crimen: un lugar desierto de la ciudad
o una calle oscura.
Violación por un conocido. Las mujeres que son violadas, frecuentemente
lo son por una persona a la que conocen, como compañeros de clase,
compañeros de trabajo e incluso amigos de sus hermanos, más que por
desconocidos (Schafran, 1995). Las violaciones por conocidos son mucho
menos denunciadas a la policía que las violaciones por desconocidos
(Fisher et al., 2003). Una razón es que los supervivientes de una violación
pueden no percibir el asalto sexual por personas conocidas como
violaciones. Solo cerca de una cuarta parte de las mujeres, en un estudio
nacional universitario, que han sido asaltadas sexualmente, se consideraron
a sí mismas víctimas de una violación (Koss et al., 1987; Koss &
Kilkpatrick, 2001; Rozee & Koss, 2001). A pesar de la conciencia pública
creciente de la violación por conocidos, muchos todavía piensan en los
violadores como desconocidos acechando en las sombras y creen que una
mujer debería ser capaz de resistir un avance sexual, a menos que el
hombre utilice un arma. Los violadores conocidos tienden a racionalizar su
conducta, asumen convicciones, como el enfoque tradicional en el que se
espera que los hombres asuman un rol sexualmente agresivo en la cita, y la
creencia de que los violadores son personas desconocidas. Incluso cuando
los violadores conocidos son denunciados a la policía, pueden ser tratados
como «malentendidos» de las riñas entre amantes más que como delitos
violentos.

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