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Acción Psicológica

ISSN: 1578-908X
accionpsicologica@psi.uned.es
Universidad Nacional de Educación a
Distancia
España

CARRASCO ORTIZ, MIGUEL ÁNGEL


EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA AGRESIVA
Acción Psicológica, vol. 4, núm. 2, junio-, 2006, pp. 67-81
Universidad Nacional de Educación a Distancia
Madrid, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=344030758003

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M. A. CARRASCO Y M. J. GONZÁLEZ / ACCIÓN PSICOLÓGICA, junio 2006, vol. 4, n.o 2, 67-81 67

EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA AGRESIVA

ASSESSMENT OF AGGRESSIVE BEHAVIOR


MIGUEL ÁNGEL CARRASCO ORTIZ
Facultad de Psicología. Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)

Resumen Abstract
En el presente artículo se revisan los princi- This paper offers an overview of current ag-
pales instrumentos y técnicas utilizados para la gressive measures. After some considerations
evaluación de la conducta agresiva. Tras unas about aggression assessment, the article provi-
breves consideraciones sobre la evaluación de la des information about different instruments and
agresividad, el contenido se estructura según measures of aggression: archives, observation
las diferentes técnicas aparecidas: análisis de scales, verbal reports and projective techniques.
archivos, técnicas de observación, informes ver- Finally, it is also provides, some instruments for
bales y técnicas proyectivas. Finalmente se ex- assessing violence risk and potential aggression.
ponen algunos instrumentos para evaluar el This overview of current aggressive measures
riesgo de emisión de una conducta agresiva y su shows two conclusions: a) the instruments more
peligrosidad. La revisión realizada pone de ma- used for conducting an assessment of aggres-
nifiesto que el mayor número de instrumentos sion are verbal reports (self-report or hetero-re-
diseñados para evaluar esta conducta son infor- port), and b) the number of specific instruments
mes verbales (autoinformados o heteroinforma- of aggression is limited at the moment.
dos) y que el desarrollo de instrumentos especí-
ficos que evalúen agresividad no es todavía muy
numeroso.

Palabras Clave Key Words


Agresión, violencia, evaluación, medidas, Aggression, violence, assessment, measures,
instrumentos, técnicas instruments, techniques
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Introducción ferado aún suficientemente en nuestro entorno,


si bien contamos con instrumentos de amplio
La agresividad ha sido evaluada con dife- espectro, diseñados para otros contenidos más
rentes técnicas de gran utilidad para su identifi- globales (personalidad, habilidades sociales, psi-
cación y estudio. Inicialmente, la evaluación de copatología, interacción familiar, etc…) que con-
la conducta agresiva se realiza a través de ob- tienen escalas o dimensiones para evaluar la
servación, entrevistas o técnicas proyectivas, agresividad. Quizás, para población infantil y
pero el posterior desarrollo de los autoinformes, en contextos escolares, se ha producido un ma-
en los años 50, aportó un mayor número de ins- yor desarrollo de estas medidas, pero no es el
trumentos y una mayor especialización de las caso para población adulta y, menos aún, para
medidas. Uno de los problemas que acompa- contextos particulares (laboral, conducción, do-
ñan a la evaluación de la agresividad, que clara- méstico, etc…) en los que la agresividad cobra
mente se refleja en el estudio de los instrumen- un matiz peculiar.
tos diseñados para tal fin, es la falta de claridad La selección de una medida, dada la limita-
conceptual de este constructo y la ausencia de da oferta disponible en castellano, nos obliga, en
un marco teórico único para su comprensión muchas ocasiones, a elegir instrumentos dise-
entre los investigadores. Posiblemente, es ésta la ñados para otro fin. No obstante, y salvando
razón por la que la agresividad es, en ocasio- esta dificultad, la selección de un instrumento
nes, evaluada con instrumentos específicos de que evalúe la agresividad ha de ir acompañado
ira, hostilidad, impulsividad o a través de ins- de adecuadas propiedades psicométricas, de su
trumentos diseñados para evaluar otros cons- ajuste a las características del evaluado (edad,
tructos (ej. Conducta prosocial, empatía, reso- nivel cultural, disponibilidad) y la especificidad
lución de conflictos, desarrollo moral, etc…) del contexto en el que se produce (escolar, labo-
que, si bien están relacionados con ella, no la ral, doméstico, social).
evalúan específicamente. En numerosas ocasio-
nes, la conducta agresiva es evaluada mediante – Evaluación multifuente-multimétodo
medidas más globales (competencia social, ha-
bilidades sociales, adaptación, personalidad, El carácter de no-deseabilidad y censura, al
etc…) que contienen una dimensión, escala o que socialmente la conducta agresiva está so-
factor, referida a la agresividad. En el presente metida, hace que ésta sea negada por el agresor
artículo se recoge una selección de las principa- o que aparezca, a veces, de forma solapada o
les medidas aparecidas en la literatura para la sólo en aquellas situaciones en las que estas
evaluación de la agresividad, las cuales han censuras no están presentes. La información ob-
mostrado adecuadas propiedades psicométri- tenida por distintas fuentes y a través de dife-
cas, con especial mención a aquellas adaptadas rentes métodos controlaría estos sesgos y per-
al castellano. mitiría una mayor validez ecológica derivada
de la recogida in situ por informantes externos
procedentes de diferentes contextos. La evalua-
ción multicomponente (varios métodos, varias
Algunas consideraciones fuentes) ha sido especialmente enfatizada en
en la evaluación de la agresividad población infantil (Achenbach y McConaugh,
1987; Silva,1995; Del Barrio, 2002). La ausencia
Previamente a la descripción de los instru- de concordancia entre fuentes en la evaluación
mentos de evaluación de la agresividad selec- infantil, se explica por dos razones fundamen-
cionados, se apuntan algunas de las considera- talmente: a) las diferencias en el acceso a la in-
ciones que han de ser tenidas en cuenta en formación del niño que tienen cada una de las
relación con la selección de dichas medidas: fuentes que evalúan y b) los diferentes sesgos
– Selección de medidas apropiadas y especifici- que se manifiestan según qué fuentes (padres,
dad de las mismas profesores o amigos) estén o no implicadas. En
general, es conocido que las conductas exte-
La existencia de instrumentos específicos riorizadas son mejor identificadas por profeso-
para la evaluación de la agresividad no ha proli- res, padres o iguales que por el propio sujeto, al
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contrario que las interiorizadas, sobre las que el Archivos


niño parece dar una información más precisa.
– Importancia de la evaluación del contexto fun- La investigación de archivos, historias clíni-
cional de la conducta agresiva cas o protocolos de diferentes instituciones (ser-
vicios de salud, servicios penitenciarios etc.), ha
La conducta agresiva es activada bien por permitido el análisis a posteriori de las conduc-
un acontecimiento externo (ej. Un conflicto in- tas agresivas. Aunque esta información está más
terpersonal, laboral o un insulto), bien por un libre de sesgos que la evaluación directa, no es
acontecimiento interno al sujeto (ej. Estado una medida diseñada con el propósito de eva-
emocional, cogniciones facilitadoras, reglas mo- luar la agresión, por lo que la información ex-
rales, expectativas de daño, atribuciones de in- traída suele carecer de una buena precisión.
tencionalidad, etc…) y tiene unas consecuen-
cias que instauran o mantienen su emisión. Por
lo tanto, el estudio de las relaciones funcionales Técnicas de observación
de esta conducta con el contexto externo o in-
trapersonal en el que se produce, puede ser de Las técnicas de observación son otro de los
gran importancia para la comprensión futura y medios que pueden ser empleados para la eva-
modificación de esta conducta. El análisis fun- luación de la agresividad. Su valor reside en per-
cional o narrativo del acontecer de estas mani- mitir una evaluación directa de la conducta de
festaciones pueden ser dos herramientas de interés en situaciones naturales. La aplicación
gran utilidad. correcta de estas técnicas requiere el entrena-
– Evaluación comprensiva miento de los observadores y la especificación
de un procedimiento sistemático y riguroso. Son
La agresividad puede manifestarse de diver- dificultades de estas técnicas las siguientes: la
sas y complejas formas, de ahí la necesidad de posible reactancia del observado, la dificultad de
una evaluación comprehensiva, que abarque acceder a ámbitos privados del sujeto, la difi-
distintos aspectos de la misma así como los fac- cultad de obtener índices de fiabilidad interjue-
tores asociados al comportamiento agresivo. La ces a través de diferentes escenarios y el elevado
evaluación de variables, entre las que destacan, coste que suponen, principalmente, con con-
la historia de agresión previa, impulsividad, em- ductas como la agresiva cuya frecuencia de emi-
patía, personalidad, desarrollo moral, conducta sión no es muy alta.
prosocial, asertividad, resolución de conflictos,
autocontrol o estado emocional, pueden resultar Existen sistemas de categorías, que recogen
de especial interés. En este sentido, la evalua- conductas específicas, para evaluar la agresivi-
ción de los factores de riesgo vinculados con la dad. Patterson (1977) diseñó un sistema de co-
conducta agresiva, es de gran relevancia para dificación que incluye 28 categorías y sus defi-
la prevención e intervención en este campo. niciones correspondientes para evaluar la
conducta disruptiva de los niños. Organiza las
categorías en tres grupos: un primer grupo de
conductas verbales, como ordenar o llorar; un
Técnicas e instrumentos que evalúan
segundo grupo de conductas no verbales, como
la agresividad destruir cosas, ignorar a personas, o conductas
físicas negativas; y un último grupo, que incluye
Las técnicas utilizadas para la evaluación de otras conductas verbales y no verbales, como
la agresividad han incluido, desde investigación obediencia, desaprobación, juego o tomaduras
de archivos, observación, entrevista y técnicas de pelo.
proyectivas, hasta autoinformes (Baron y Ri-
chardson, 1994; Suris et al., 2004). A continua- Otros de los registros de observación utiliza-
ción, se comentan algunas de ellas junto con dos para observar la conducta agresiva, se han
una selección de los instrumentos más relevan- elaborado específicamente para emplearse en
tes que pueden ser utilizados para tal fin (ver ta- determinados contextos: durante la conducción
bla 1). de automóviles, durante la realización de com-
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pras en grandes almacenes, o tiendas, o en el Los autoinformes nos permiten acceder a


ámbito de las investigaciones de laboratorio. En determinados contenidos, principalmente emo-
este último contexto, se han diseñado diferentes cionales y cognitivos, que sólo conoce el eva-
situaciones para evaluar la conducta agresiva: luado. Esto posee un especial interés en el caso
juegos competitivos en los que uno de los miem- de la agresividad, conducta socialmente repro-
bros, previamente amañado, instiga a otro de bada cuya manifestación queda restringida, en
los jugadores; agresión verbal ante disputas pro- muchas ocasiones, a situaciones privadas o fren-
vocadas o ante los insultos de otros; reacciones te a desconocidos. Por esta misma razón, en el
agresivas frente a máquinas dispensadoras de caso de los autoinformes, uno de los grandes
corrientes eléctricas a uno mismo o a terceros inconvenientes está en la posible manipulación
(Baron y Richardson, 1994). de la respuesta por parte del evaluado. Por ello,
se recomienda, la utilización de instrumentos
Entre las escalas de observación halladas es- que contengan escalas de validez y control.
tán las siguientes:
Dentro de los informes verbales se pueden
– Inventario de Agitación de Cohen Mansfield incluir los que se comentan brevemente a conti-
(CMAI; Cohen-Mansfield, Marx y Rosent- nuación:
hal, 1989) consta de 29 conductas, opera-
cionalmente definidas, agrupadas en tres
dimensiones: conductas agresivas, no Entrevistas
agresivas físicamente y conductas verbales
agitadas. Tiene una escala de siete pun- Las entrevistas, tanto las estructuradas como
tos, diseñada para la evaluación de ancia- las no estructuradas, se han utilizado para la
nos en contextos residenciales. evaluación de la agresividad. Esta técnica re-
quiere complejas habilidades por parte del eva-
– La Escala Modificada de Agresión para Pa- luador si se pretende una correcta administra-
cientes Ambulatorios (OAS-M; Coccaro et ción de la misma. No obstante, a medida que el
al., 1991) posee 25 ítems, que evalúan la grado de estructuración es mayor, su fiabilidad y
frecuencia y severidad de conductas agre- validez es más independiente de la habilidad
sivas, referidos a tres dimensiones: agresi- del entrevistador y por tanto, su validez está
vidad, irritabilidad y suicidio. mejor garantizada.
– En castellano, contamos con el Sistema de Para adultos, existen varias entrevistas es-
Observación SOC-III de Interacciones fa- tructuradas que pueden destacarse, entre ellas:
miliares (Cerezo, Keesler, Dunn y Wahler, a) la Entrevista Clínica Estructurada para el
1991). Es un sistema de observación di- DSM-IV (SCID-IV; First, Spitzer, Gibbon y Wi-
recta que mide problemas de relación y lliams, 1997); b) la Entrevista Clínica Estructu-
agresión en niños de 3 a 12 años, a través rada para los trastornos del Eje I del DSM-IV
de numerosas categorías mutuamente ex- (SCID-I; First, Spitzer, Gibbon y Williams,
cluyentes. La observación se cuantifica por 1997); o c) la Entrevista de Diagnóstico Interna-
medio de códigos de interacción y de no cional Compuesta (CIDI; Organización Mundial
interacción, acerca de la conducta del pro- de la Salud, 1993). Ninguna de ellas ha sido es-
pio niño y del padre, madre o hermanos. pecíficamente diseñada para evaluar la agre-
sión, pero contienen preguntas que evalúan las
manifestaciones agresivas de muchos de los
Informes verbales trastornos clínicos (ej. Trastorno explosivo inter-
mitente, trastorno límite de la personalidad,
La información verbal suministrada, bien por trastorno antisocial). Con formato de entrevista,
el propio sujeto (autoinformes) o bien por otras puede también utilizarse la Historia Vital de
personas cercanas a éste, como familiares, com- Agresión (LHA; Life History of Aggression, Coc-
pañeros, conocidos, etc., es otro de los procedi- caro, Berman y Kavoussi, 1997), la cual contie-
mientos utilizados para la evaluación de estas ne 10 ítems acompañados de una escala de seis
conductas. puntos que evalúan cuatro dimensiones: Agre-
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sión, consecuencias sociales de la agresión, con- castellano por Miguel-Tobal, Cano-Vindel,


ducta antisocial y agresión autodirigida. Casado y Spielberger (2001). Es un instru-
mento para evaluar la ira en adolescentes y
Para niños, se encuentra la Entrevista Diag- adultos. Consta de 49 ítems distribuidos
nóstica para Niños y Adolescentes (DICA; Reich, en tres partes diferenciadas: 1) ira estado
Welter y Herjanic, 1997), adaptada al castellano (sentimiento, expresión verbal y expresión
por Ezpeleta, De la Osa, Doménech, Navarro y física); 2) ira rasgo (temperamento de ira y
Losilla (1995, 1997). Posee diferentes versiones: reacción de ira); y 3) afrontamiento (ex-
para padres (EDNA-IV-P), niños de 8 a 12 años presión interna, expresión externa, control
(EDNA-IV-C) y adolescentes de 13 a 17 años externo y control interno). Además, pro-
(EDNA-IV-A). Entre las áreas diagnósticas que porciona un índice de expresión global de
evalúa este instrumento se encuentra las referi- la ira. El formato de los ítems se presenta
das a los trastornos de conducta, que son las en forma de afirmaciones con cuatro op-
más relacionadas con las manifestaciones agre- ciones de respuesta según la frecuencia de
sivas (ej. Trastorno por déficit de atención con las conductas. Existe una versión para ni-
hiperactividad, trastorno negativista desafian- ños y adolescentes (STAXI-NA), adaptada
te, trastorno disocial y uso y abuso de sustan- al castellano por Del Barrio, Aluja y Spiel-
cias). berger (2004), la cual consta de 55 ítems,
con un formato de respuesta de tres op-
Autoinformes y cuestionarios específicos ciones, que evalúan, como en la versión
para adultos, la experiencia de la ira (esta-
do y rasgo) y su afrontamiento. Aunque
Entre los autoinformes y cuestionarios es- estos no son instrumentos específicos de la
pecíficos para la evaluación de la agresividad conducta agresiva, la ira es una emoción
se mencionan los siguientes: claramente asociada a la agresión y sus
– Cuestionario de Agresividad Física y Verbal manifestaciones exteriorizadas guardan
(AFV; Caprara y Pastorelli, 1993; Pastore- una estrecha relación con ésta, por lo que
lli, Barbaranelli, Cermak, Rozsa y Capra- dichas puntuaciones son una buena medi-
ra, 1997), adaptado al castellano por Del da de la misma.
Barrio, Moreno y López (2001). Es un ins- – Taxonomía de las Situaciones Sociales Pro-
trumento específico para la evaluación de blemáticas para Niños (TOPS; Dodge, Mc-
la agresión física y verbal en niños y ado- Claskey y Feldman, 1985). Consiste en una
lescentes. Se trata de un instrumento de escala de valoración con 44 elementos que
20 elementos que describen conductas evalúa la competencia social de los niños
agresivas tanto físicas como verbales, en las siguientes situaciones: integración
acompañados de una escala graduada en en el grupo de iguales, respuesta a las pro-
tres niveles de frecuencia: 3 “a menudo”; 2 vocaciones, respuesta al fracaso, respuesta
“algunas veces”; 1 “nunca”. Del conjunto al éxito, expectativas sociales y expectati-
de elementos que recoge esta prueba, exis- vas del profesor.
ten 5 ítems control que no puntúan (ej.
Veo mucha televisión), los cuales son in- – Escala Infantil de Tendencias a la Acción
cluidos para evitar fundamentalmente ten- (CATS; Deluty, 1979). Está diseñado para
dencias de respuesta. La escala proporcio- evaluar, en niños de 6-12 años, las res-
na una puntuación total y dos puestas agresivas, asertivas o sumisas en
puntuaciones por factor: agresión física y un total de 30 situaciones problema. Ante
agresión verbal. El instrumento puede ser cada una de estas situaciones, el niño ha
utilizado de forma autoinformada, por el de elegir una de las cuatro respuestas al-
propio niño, o de forma heteroinforma- ternativas presentadas: agresión física,
da, por profesores o padres. agresión verbal, aserción o sumisión.
– Inventario de Expresión de Ira Estado Ras- – Batería de Socialización (BAS; Silva y Mar-
go (STAXI; Spielberger, 1999). Adaptado al torell , 1987), adaptada de la Escala de
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Conducta Antisocial (ASB; Allsopp y Feld- rechazo (situación sociométrica, inciden-


man, 1976). Esta batería consta de 46 cia “agresor-víctima en el grupo”, reper-
ítems de verdadero o falso. Recoge diver- cusión de ésta, estructura del grupo y nivel
sas conductas antisociales relativas a la de cohesión del mismo). Está basada en la
transgresión de normas, vandalismo y técnica del sociograma y consta de dos
otros comportamientos sociales que se formas, una para los alumnos y otra para
agrupan en diferentes dimensiones (lide- los profesores, cada una de ellas con de
razgo, autocontrol, ansiedad social, timi- 10 preguntas cortas.
dez, retraimiento social y agresividad). To-
das ellas ofrecen una medida acerca de la – La vida en la escuela (Smith y Sharp,
adaptación y el comportamiento social del 1994). Es un listado de elementos para el
niño. Posee diferentes versiones, una au- despistaje de la identificación del agresor
toinformada, otra para padres y otra para (bullying) en la escuela. Está diseñado
profesores, a través de las que se obtiene para ser completado por el propio alum-
una medida de adaptación del comporta- no. Consta de 39 ítems muy breves, cada
miento social infantil. uno de los cuales recoge la frecuencia de
las diversas conductas presentadas: a)
– Cuestionario A-D de Conductas Antisocia- agresivas (ej. Me han dicho motes, me han
les y Delictivas (Seisdedos, 1988). Es un dado patadas, intentó hacerme daño, ame-
instrumento para niños y adolescentes que nazarme); b) positivas (ej. Sonreírme, de-
consta de dos partes autoinformadas, cada jarme algo, darme un regalo, ayudarme
una de las cuales posee 20 ítems de verda- en algo ); c) neutras (ej. Hablar de ropa).
dero o falso: la primera, evalúa el com- El instrumento permite obtener un índice
portamiento delictivo (ej. Robar o entrar de víctimización y un índice de agresión
en lugares prohibidos); y la segunda, la general.
conducta antisocial y desviada (ej. Albo-
rotar, salir sin permiso, hacer trampas). – Batería de Cuestionarios sobre Conviven-
cia Escolar (Ortega y del Rey, 2003). Cons-
– Test Evaluativo Multifactorial de Adapta- ta de 8 cuestionarios breves de entre 11 y
ción Infantil (TAMAI; Hernández, 1990). 16 cuestiones cada uno, cuyo contenido
Este cuestionario está diseñado para eva- está referido a la convivencia escolar, las
luar la inadaptación personal, social, es- relaciones y la participación de la familia
colar y familia, así como las actitudes edu- con el centro escolar y las relaciones de
cadoras de los padres desde los 8 hasta los estudiantes y los profesores entre sí.
los 18 años. Consta de 175 ítems de verda-
dero o falso, que pueden ser aplicados de – Cuestionario de Agresión (AQ; Buss y Perry,
forma autoinformada, individual o colec- 1992). Buss y Perry han diseñado para
tivamente. En todos los niveles de edad, adultos (18-20 años) un autoinforme, que
aparece un factor de inadaptación social consta de 52 ítems, distribuidos en cua-
que posee una escala de agresividad social tro escalas: agresión física, agresión ver-
(conflicto con las personas) y otra de dis- bal, ira y hostilidad. La totalidad de las
nomia (conflicto con la norma). Ambas escalas han mostrado una adecuada con-
pueden ser de utilidad para la medida de sistencia interna y una buena estabilidad
la agresividad. en el tiempo.
– Cuestionario BULL (Cerezo, 2000, 2001). – Escala de Actitudes Criminales hacia la
Elaborado para evaluar la agresividad en Violencia (CAVS; Polaschek, Collie y Wal-
el contexto escolar. Permite obtener infor- key, 2004). La escala de actitudes a la vio-
mación sobre la dinámica agresor-víctima lencia CAVS ha sido elaborada a partir de
(bully-victim) (situaciones de abuso, ca- varias escalas de actitudes más amplias
racterísticas del agresor y la víctima, re- cuyo contenido se relaciona con acciones
presentación social que el grupo tiene del físicamente violentas, actitudes hacia la
aula) y sobre las variables de aceptación- agresión y actitudes al crimen. Específi-
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camente, los ítems fueron seleccionados de Personalidad Multifásico de Minesota


de la Escala EXPAGG-M de Archer y (MMPI-II; Hathaway y Mckinley, 1999) y el In-
Haigh (1997) y de la Escala de Actitudes ventario de Personalidad de Millon (MCMI-II;
hacia la Violencia ATVS de Funk, Elliott, Millon, 1987), junto con sus versiones para ado-
Urman, Flores y Mock (1999). Los ítems lescentes, diseñados para evaluar características
finales extraídos de estas escalas fueron de personalidad patológicas y síndromes clíni-
20 (ej. “pelear es la mejor opción que un cos; los Cuestionarios de Personalidad de Ey-
hombre puede enseñar a su hijo”; “algu- senck (EPQ-R, Eysenck y Eysenck, 1997; EPQ-J
nas personas tienen que ser tratadas vio- y EPQ-A, Eysenck y Eysenck, 1986), así como el
lentamente porque carecen de sentimien- Listado Revisado de Psicopatía de Hare (PCL-R;
tos” ) y todos ellos se agrupan en una sola Hare, 1991, 2003).
dimensión, componiendo una estructura
unidimensional. La escala de medida es El primero de ellos, el Inventario de Perso-
tipo lickert con cinco alternativas, desde nalidad Multifásico de Minesota (MMPI-II;
1 (muy en desacuerdo) hasta 5 (totalmen- Hathaway y Mckinley, 1999), en la versión espa-
te de acuerdo). La relación de las actitudes ñola adaptada por Ávila Espada y Jiménez
con la conducta, hacen de esta medida, (1999), contiene diferentes escalas relacionadas
además de un buen predictor del compor- con la conducta agresiva: una escala clínica bá-
tamiento futuro violento, una buena he- sica, Desviación psicopática (Pd), una suple-
rramienta para identificar aquellas actitu- mentaria, escala O-H de Hostilidad excesivamen-
des y creencias susceptibles de ser te controlada, y dos escalas de contenido, la
modificadas en una intervención. escala ANG de Hostilidad (problemas con el con-
trol de la ira) y la escala de conductas antisocia-
– Escala de Tácticas de Conflicto (CTS-II; les. Para adolescentes, está disponible en caste-
Straus, Hamby, Boney-McCoy y Sugar- llano una versión también adaptada, MMPI-A
man, 1996). Esta escala es una versión ac- (Butcher et al., 2003), que contiene tres escalas
tualizada de la Conflict Tactisc Scale (CTS; para evaluar la conducta agresiva: una escala
Straus, 1979), ambas fueron diseñadas básica, Desviación psicopática, y dos suplemen-
para la evaluación de la violencia intrafa- tarias, Hostilidad y Problemas de Conducta.
miliar. Evalúa los conflictos interpersona-
El Inventario de Personalidad de Millon
les violentos y no violentos entre los
(MCMI-II; Millon, 1987), adaptado al castellano
miembros de la pareja a través de 5 di-
también por Ávila-Espada et al. (1998), posee
mensiones: negociación, agresión psicoló-
175 ítems de verdadero/falso, con 26 escalas. De
gica, agresión física, coerción sexual y le-
estas escalas, se relacionan con la conducta
siones. Consta de 78 ítems graduados
agresiva específicamente, los desórdenes de per-
según diferentes niveles de gravedad. Po-
sonalidad Antisocial, Agresivo-sádico, Pasivo-
see una versión para la evaluación del
agresivo y, en menor medida, la personalidad
maltrato infantil por parte de los padres,
Narcisista y la Autodestructiva/Masoquista.
“Parent-child Conflict Tactics Scale”
Craig (2003) encuentra que la personalidad an-
(CTSPC; Straus, Hamby, Finkelhor, Moore
tisocial, la agresiva-sádica y, ocasionalmente, la
y Runyan, 1998).
narcisista, se relacionan con la violencia do-
méstica. Por otro lado, Dutton (1994) encontró
Tests de personalidad que la personalidad pasivo-agresiva y la antiso-
cial eran las que mejor predecían este tipo de
violencia.
Cabe destacar, dentro de los informes ver-
bales, algunos tests de personalidad que contie- Existe también una última versión adaptada
nen escalas para evaluar la agresividad, enten- al DSM-IV (MCMI-III; Millon, Millon y Davis,
dida ésta como rasgo o tendencia habitual del 1994) y una versión para adolescentes (MACI;
comportamiento de un sujeto. En estas líneas se Millon, 2004). La versión para adolescentes es
recogen algunos de los instrumentos más utili- de gran utilidad para la detección de prototipos
zados que incluyen estas escalas: el Inventario de personalidad, síndromes clínicos relevantes y
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detección de sentimientos y actitudes que preo- como el Inventario de Conducta Infantil (CBCL,
cupan en la adolescencia. Entre los primeros, Child Behavior Checklist; Achenbach y Edel-
existen dos prototipos de personalidad relacio- brock, 1983) aplicable a niños y el Inventario
nados con la conducta agresiva: rebelde y rudo y para jóvenes (YSR; Youthth Self Report, Achen-
otros, que se relacionan, como el oposicionista, bach, l991) aplicable a adolescentes; y versio-
autopunitivo y con tendencia límite. Entre los nes heteroinformadas, como las versiones para
síndromes clínicos recogidos, tienen una aso- padres (PRF) y profesores (TRF) (Achenbach y
ciación directa con la conducta agresiva la pre- Edelbrock, 1986). Del total de los 112 ítems que
disposición a la delincuencia, la propensión a la recoge este listado, se obtiene un síndrome ex-
impulsividad y la inclinación al abuso de sus- teriorizado y otro interiorizado. El primero, en
tancias. clara asociación con la conducta agresiva, con-
tiene las dimensiones de hiperactividad, con-
Otra de las medidas utilizadas para la iden- ducta antisocial, problemas de atención y agre-
tificación de las conductas violentas es la Escala sión. Contamos en castellano con una
de Psicoticismo de Eysenck, contenida en el adaptación para preescolares (Osa, Ezpeleta y
cuestionario de personalidad revisado para Navarro, 1997) y una versión traducida y adap-
adultos EPQ-R (Eysenck y Eysenck, 1997) y en tada para adolescentes (Lemos, Fidalgo, Calvo y
las versiones para niños (EPQ-A) y jóvenes Menéndez, 1992). La primera (CBCL-2-3 años),
(EPQ-J) (Eysenck y Eysenck, 1986). Más que consta de seis factores de primer orden (agresi-
una medida de la conducta agresiva, la dimen- vidad, retraimiento, problemas de sueño, de-
sión de psicoticismo es una medida de la pre- presión, destructividad, somatizaciones) y dos
disposición o tendencia a ésta. de segundo (Internalizante y Externalizante) y
La segunda (YSR, Lemos et al., 1992) posee sie-
Finalmente, el Listado de Características de la
te dimensiones, de las que cuatro se relacionan
Psicopatía de Hare (PCL-R; 1991, 2003), permite
estrechamente con la conducta agresiva (con-
la obtención de una medida de psicopatía y de
ducta antisocial, Conducta delictiva; Conducta
los criterios diagnósticos del DSM-III-R del
agresiva y Búsqueda de Atención). Estas se agru-
Trastorno Antisocial de la Personalidad. Es una
pan para constituir una escala exteriorizada.
escala heteroaplicada, de 20 ítems cuyo conte-
nido se refiere a tres facetas de la psicopatía:
Las escalas de Reynolds y Kamphaus (2004)
interpersonal (se muestra con labia, grandioso,
denominadas como Sistema de evaluación de la
mentiroso, falsificador), afectiva (falta de em-
conducta de niños y adolescentes (BASC) tam-
patía, culpa, remordimiento) y estilo de vida
bién se han diseñado para la evaluación multi-
(impulsivo, antisocial, irresponsable, carece de
método y multifuente de los problemas emocio-
metas, parásito). Estos ítems se organizan en
nales y conductuales del niño. Evalúa una
dos factores: factor 1, dureza afectiva e interper-
amplia gama de dimensiones que van, desde los
sonal y factor 2, estilo de vida impulsivo, antiso-
trastornos emocionales y psicopatológicos, pro-
cial e inestable. Se administra junto con una en-
blemas conductuales y de personalidad, hasta
trevista semiestructurada. Además de la versión
problemas adaptativos. También identifica, en-
para adultos existe una versión para jóvenes de
tre sus escalas, rasgos positivos. Consta de tres
12 a 18 años de similares características (PCLR-
versiones: una versión autoinformada, otra para
YV; Forth, Kosson y Hare, 2003). Una traduc-
padres y otra para tutores. Cada una de ellas
ción en castellano de los ítems de la escala para
están disponibles para diferentes edades: nivel 1
adultos está reproducida en Corral (1994).
(3-6 años), nivel 2 (6-12 años) y nivel 3 (12-18
– Listados de conducta años). La batería cuenta, además de las escalas
mencionadas, con una historia clínica estruc-
Otros de los instrumentos que contienen es- turada de desarrollo y un protocolo de observa-
calas para evaluar la agresividad y que requieren ción del estudiante. Específicamente, para la
de una información verbal, son las escalas de evaluación de la agresividad posee una escala
listados y problemas de conducta. Entre éstas, de agresividad (Agr) dentro de las escalas clíni-
se destacan las diseñadas por Achenbach en sus cas y, tanto en el cuestionario para padres como
diferentes versiones: versiones autoinformadas, en el cuestionario para tutores, posee una di-
M. A. CARRASCO Y M. J. GONZÁLEZ / ACCIÓN PSICOLÓGICA, junio 2006, vol. 4, n.o 2, 67-81 75

mensión global de problemas exteriorizados que proyectivas expresivas de dibujos o gráficos, ta-
incluye las puntuaciones de agresividad, hipe- les como el Test de la familia (Corman, 1967 ), la
ractividad y problemas de conducta. En la esca- Figura Humana (Machover, 1949; Koppitz,
la específica referida a agresividad, se evalúa 1991), Test del árbol (Koch, 1962) o el Test de la
tanto la agresividad física (romper propiedades Casa árbol y persona (HTP, Buck, 1948), se han
de otros, golpear, ser cruel con animales) como identificado como indicadores de posibles ma-
la verbal (discutir, insultar, criticar, culpar y nifestaciones agresivas: ojos bizcos, dientes, bra-
amenazar a otros). El instrumento incluye un zos largos, manos grandes, figura desnuda o
Sistema de observación del estudiante, diseñado aparición de genitales, especial énfasis en el ros-
para que el profesional evalúe al sujeto en el tro, ojos grandes, cuellos cortos, agujeros en la
aula. En este sistema contiene una categoría de nariz, dedos alargados y en forma de punta, más
observación, denominada Comportamientos de cinco dedos (en el caso de adultos). Otros in-
agresivos, que incluye conductas, tales como gol- dicadores relacionados con la conducta agresiva
pear, tirar objetos a terceros, destrozar cosas de han sido aquellos derivados de la conducta im-
otros intencionadamente, empujar y robar. pulsiva tales como, deficiente integración de las
partes, asimetría entre las extremidades de am-
Para adultos, el listado el Listado de sínto- bos lados del cuerpo, sombreados o rellenos
mas SCL-90-R (Derogatis, 1983. Adaptado al densos, tamaño excesivo de los dibujos, predo-
castellano por González de Rivera et cols., 2002) minio de las rectas y los ángulos, presión fuerte
contiene alguna escala relacionada con la agre- del trazo y omisión del cuello. En el test del ár-
sividad. El SCL-90-R es un cuestionario multi- bol, suelo acentuado en zig-zag, tronco ensan-
dimensional, autoaplicado de 90 ítems. Cada chado en el centro o ramas abiertas (Koppitz,
ítem se acompaña de una escala tipo lickert de 5 1991; Xandró, 1991).
puntos, que evalúa el grado de malestar psico-
lógico a través de numerosos síntomas. De las El Test de Rorschach (Rorschach, 1921),
nueve dimensiones que se extraen de sus ítems, como uno de los más destacados dentro de las
existe una escala de Hostilidad, claramente vin- pruebas proyectivas estructurales, permite iden-
culada a la conducta agresiva. tificar también diversos indicadores de agresivi-
dad. Siguiendo a Bohm (1984) y Rorschach
(1921), estos indicadores se encuentran en las
Técnicas Proyectivas respuestas de localización WS (respuesta global
que considera espacios blancos) y las respuestas
Las técnicas proyectivas se han mostrado S de espacio en blanco, que implican la existen-
también de utilidad para la identificación de la cia de cierta carga de agresividad o de energía
agresividad, principalmente, en aquellos casos de la tensión agresiva. En cuanto a los determi-
en los que existe una motivación para falsear u nantes, la agresividad puede ser localizada en
ocultar estas conductas. Aunque son técnicas el bajo porcentaje de Respuestas de Forma (F),
que requieren una formación específica para su indicativo de impulsividad y descontrol emo-
corrección e interpretación y contienen un ele- cional; en las Respuestas de Color puras (C), in-
vado grado de subjetividad, que limita sus pro- dicativas de impulsividad afectiva, falta de con-
piedades psicométricas, su mayor enmascara- trol social, ético o moral. Además de éstos, los
miento frente a otras técnicas, permite desviar contenidos relacionados con sangre, tienen en
el objetivo de la medida y la verdadera intención muchas ocasiones, relación con aspectos de an-
de la misma. Se recomienda el uso de estas téc- gustia, impulsividad y sentimiento de culpa. Fe-
nicas conjuntamente con una batería más am- nómenos especiales, como choque al rojo en las
plia, que permita evaluar la convergencia de los láminas II y III, pueden indicar, igualmente, re-
resultados y obtener algún tipo de contrasta- presentaciones agresivas y sádicas (sangre, gue-
ción de la información entre medidas. rra…).

Existen diferentes tipos de pruebas proyec- En el caso de las pruebas temáticas, el Test de
tivas que pueden ser utilizadas para la evalua- Apercepción Temática (TAT, Murray, 1973, 1996),
ción de la agresividad. En el caso de las pruebas es uno de los instrumentos que evalúan agre-
TABLA 1: Principales medidas e instrumentos para la evaluación de la agresividad 76

MEDIDAS DE OBSERVACIÓN MEDIDAS DE ENTREVISTA


– Sistema de categorías de Patterson (Patterson, 1977) – Entrevista Clínica Estructurada para el DSM-IV (SCID-IV; First, Spitzer, Gibbon y Williams,
– Inventario de Agitación de Cohen Mansfield (CMAI; Cohen-Mansfield, Marx y Rosenthal, 1997)
1989) – Entrevista Clínica Estructurada para los trastornos del Eje I del DSM-IV (SCID-I; First, Spitzer,
– Escala modificada de agresión para pacientes ambulatorios (OAS-M; Coccaro et al., Gibbon y Williams, 1997)
1991) – Entrevista de Diagnóstico Internacional Compuesta de la Organización Mundial de la Salud
– Sistema de observación SOC-III de Interacciones familiares (Cerezo et al., 1991) (CIDI; OMS, 1993)
– Historia Vital de Agresión (LHA; Coccaro, Berman y Kavoussi, 1997)
– Entrevista Diagnóstica para niños y adolescentes (DICA; Reich, Leacock y Shanfeld, 1997).
Adaptación española por Ezpeleta et al. (1995, 1997): versión para padres (EDNA-IV-P),
niños de 8-12 años (EDNA-IV-C), niños de 13-17 años (EDNA-IV-A).

AUTOINFORMES/HETEROINFORMES AUTOINFORMES/HETEROINFORMES-LISTADOS DE CONDUCTA


– Cuestionario de Agresividad Física y Verbal (AFV; Caprara y Pastorelli, 1993; Pastorelli et – Inventario de Conducta Infantil autoinformada (CBCL; Achenbach y Edelbrock, 1983).
al., 1997). Adaptado al castellano por Del Barrio et al. (2001). Versiones heteroinformadas para padres (PRF) y profesores (TRF); Versión autoinformada
– Inventario de Expresión de Ira Estado Rasgo (STAXI, Spielberger, 2001). Versión para niños para adolescentes (YSR; Adapatación Lemos et al., 1992) y Versión heteroinformada para
y adolescentes (STAXI-NA, Del Barrio, Aluja y Spielberger, 2004) preescolares (Osa et al., 1997).
– Taxonomía de las Situaciones Sociales Problemáticas para Niños (TOPS; Dodge et al., – Manual del Sistema de evaluación de la conducta de niños y adolescentes (BASC; Reynolds
1985) y Kamphaus, 2004)
– Escala Infantil de Tendencias a la Acción (CATS; Deluty, 1979) – Listado de síntomas SCL-90-R (Derogatis, 1983). Adaptación española por González de Ri-
– Batería de Socialización (BAS; Silva y Martorell , 1987) vera et al. (2002)
– Cuestionario A-D de conductas antisociales y delictivas (Seisdedos, 1988)
– Test Evaluativo Multifactorial de Adaptación Infantil (TAMAI; Hernández, 1990)
– Cuestionario BULL (Cerezo, 2000, 2001)
– Cuestionario la vida en la escuela (Smith y Sharp, 1994)
– Batería de cuestionarios sobre convivencia escolar (Ortega y del Rey, 2003)
– Cuestionario de Agresión AQ (AQ; Buss y Perry, 1992)
– Escala de Actitudes Criminales hacia la violencia (CAVS; Polaschek et al., 2004)
– Escala de Tácticas de Conflicto (Conflict Tactics Scale-II) (CTS-II; Straus et al., 1996)

AUTOINFORMES-PERSONALIDAD MEDIDAS PROYECTIVAS


– Inventario de Personalidad Multifásico de Minesota (MMPI-II; Hathaway y Mckinley, 1999. – Tests Gráficos: Test de la familia (Corman, 1967 ); Figura Humana (Machover, 1949;
Adaptación española de Ávila y Jiménez, 1999) Koppitz, 1991); Test del árbol (Koch, 1940); Test de la Casa, Arbol y Persona (http; Buck,
– Inventario de Personalidad Multifásico de Minesota para adolescentes (MMPI-A; Butcher et 1948)
al., 2003) – Test de Rorschach (Rorschach, 1921)
– Inventario de personalidad de Millon (MCMI-II; Millon, 1987). Adaptación española por – Test de Apercepción Temática (TAT, Murray, 1973, 1996) y sus diferentes versiones CAT-H,
Ávila-Espada et al. (Millon, 1998) CAT-A, SAT
– Inventario de personalidad de Millon para adolescentes (MACI; Millon, 1993. Adaptación – Test de Pata Negra (Corman, 2001)
española por Ávila et al. 1998) – Test de los Cuentos de Hadas (FTT; Coulacoglou, 1995)
– Cuestionario de Personalidad de Eysenck (EPQ-R; Eysenck y Eysenck, 1997) (EPQ-A y EPQ-
J; Eysenck y Eysenck, 1986)
– Listado de características de la psicopatía (PCL-R; Hare, 1991, 2003) (PCLR-YV; Forth et al.,
2003)
M. A. CARRASCO Y M. J. GONZÁLEZ / ACCIÓN PSICOLÓGICA, junio 2006, vol. 4, n.o 2, 67-81
M. A. CARRASCO Y M. J. GONZÁLEZ / ACCIÓN PSICOLÓGICA, junio 2006, vol. 4, n.o 2, 67-81 77

sión. Aunque las respuestas dadas a una lámina, La evaluación del riesgo:
pueden ser compartidas por otras o estar rela- una evaluación para la prevención
cionadas con ellas, las láminas cuyo tema central
incluye la agresividad son, las láminas 8BM,
12M, 13MF, 15, 18BM, 18GF. La identificación La evaluación de los factores de riesgo es
con un personaje (protagonista), frecuentemente uno de los aspectos que más pueden ayudar a la
implicado en conflictos interpersonales, es un prevención de la conducta agresiva y violenta.
indicador de agresividad. Los motivos, tenden- Como se recoge en el presente monográfico,
cias y sentimientos agresivos del protagonista existe un conjunto de variables facilitadoras de
pueden evaluarse, mediante las láminas 14 (agre- la agresión, cuya presencia aumenta la probabi-
sión emocional y verbal), 8 (agresión física y so- lidad de que una persona se comporte de forma
cial) y 4 (destrucción). Las presiones agresivas agresiva.
del ambiente o las fuerzas del ambiente del
Mossman (1994) describe cuatro aproxima-
protagonista, relacionadas con la agresión, se
ciones en la identificación de sujetos de ries-
evalúan a través de las láminas 10 (emocional y
go: 1) a través de listados de conductas asocia-
verbal), 11 (física y social), 12 (física asocial) y 2
das a la agresión, que permiten la obtención
(destrucción de la propiedad). Existen diferentes
de un perfil; 2) a través del despistaje de pro-
versiones de este instrumento, uno para niños
blemas de conducta, tanto interiorizados como
con 10 láminas (Test de Apercepción Infantil-Fi-
exteriorizados, junto con algunos indicadores
guras Humanas. CAT-H o animales CAT-A), y otro
de riesgo, tales como, presencia de apoyo so-
para ancianos con 16 láminas (Test de apercep-
cial, relaciones con víctimas potenciales y dis-
ción para la senectud. SAT). En estas dos versio-
ponibilidad de armas; 3) mediante la evalua-
nes, la evaluación de la agresividad no está tan
ción de experiencias adversas escolar es
claramente delimitada como en la versión de
(agresiones recibidas, presencia de violencia o
adultos. No obstante, en esta última versión las
experiencias negativas con el profesor); y 4) me-
láminas 3, 8 y 15 contienen temas relacionados
diante la evaluación de la amenaza, examinan-
con la agresión y la hostilidad.
do las vías y el proceso que pueden llevar hasta
Para niños, el test de Pata Negra (Corman, la conducta violenta (ej. Relaciones, apoyo so-
2001) y el Test de los Cuentos de Hadas (FTT, cial, funcionamiento psicológico, etc…). En la
Coulacoglou, 1995) pueden ser utilizados para tabla 3, se recoge un grupo de cuestiones-guía
obtener indicadores de conductas agresivas. para la evaluación del riesgo, basadas en las

TABLA 2. Cuestiones guía para evaluar la amenaza de actuar violentamente o la peligrosidad

1. ¿Qué motiva a una persona a cometer actos o declaraciones que le puedan traer problemas?
2. ¿La persona ha comunicado la intención de realizar algún acto violento?
3. ¿Ha mostrado interés en temas violentos, como en criminales, armas, grupos extremistas u homicidios?
4. ¿La persona ha estado implicada en actos violentos como acoso o asedio?
5. ¿La persona ha tenido alguna enfermedad mental que le llevara a actuar bajo el dominio de alucinaciones o ilu-
siones?
6. ¿Cómo de organizada es la persona y hasta qué punto es capaz de llevar a cabo un plan?
7. ¿La persona ha experimentado la pérdida reciente de una persona o de su status que le lleve a sentirse desesperada?
8. ¿La persona hace declaraciones o afirmaciones que luego se corroboran con sus acciones (hace lo que dice)?
9. ¿Se conoce algún amigo o amiga de esta persona con ideas inapropiadas (extremistas, sectarias, fanáticas…) de las
que ésta pueda tomar parte?
10. ¿Qué factores existen en la vida de esta persona que puedan incrementar la probabilidad de cometer un acto vio-
lento?
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elaboradas por Burns et al. y Borum et col. en tal de la escala es de 40 puntos. La corrección
el ámbito del contexto escolar (Burns, Dean y del instrumento con ayuda del manual que la
Jacob-Timm, 2001; Borum, Fein, Vossekuil y acompaña permite establecer predicciones so-
Berglund, 1999). bre la emisión futura de comportamientos vio-
lentos en contextos psiquiátricos, forenses o pe-
El desarrollo de instrumentos para la eva- nitenciarios.
luación del riesgo de la conducta violenta no
está aún muy desarrollado. Se citan, a conti- – Evaluación estructurada del riesgo de la vio-
nuación, tres de los instrumentos genéricos más lencia en jóvenes (Structure Assessment of
utilizados en lengua inglesa diseñados para eva- Violence Risk in Youth; SAVRY) (Bartel, Bo-
luar el riesgo de cometer un acto agresivo futuro rum y Forth, 1999).
y de su peligrosidad:
El SAVRY consta de 25 ítems que recogen
– Listado de la evaluación temprana del riesgo variables biográficas, clínicas y contextuales,
para chicos (Early Assessment Risk List for que aparecen en la literatura, asociadas al desa-
Boys; EARL-20B) (Augimeri, Webster, Koegl y rrollo de la agresividad y la violencia en jóvenes.
Levene, 1998) Cada ítem tiene una escala de tres niveles que
son codificados según unos criterios-guía en
Está compuesta por 20 ítems que evalúan la riesgo bajo, medio o alto. Los ítems se agrupan
violencia potencial en niños menores de 12 en tres amplias dimensiones: factores históri-
años. El instrumento recoge información sobre cos (10 ítems; ej. Historia de violencia, suicidio,
tres dimensiones: familia (circunstancias del ho- maltrato, criminalidad parental, pobre rendi-
gar, continuidad del cuidador, apoyos, estreso- miento escolar); factores contextuales (8 ítems;
res, estilo parental, valores sociales y conduc- ej. Compañeros delincuentes, rechazo social, es-
ta), niño (problemas evolutivos, comienzo de trés y pérdidas, escasa supervisión parental) y
las dificultades conductuales, existencia de trau- factores clínicos (7 ítems; abuso de sustancias,
ma, impulsividad, grado de agradabilidad, so- ira, impulsividad, psicopatía, hiperactividad y
cialización entre compañeros, funcionamiento problemas de conducta). Además cuenta con
escolar, actividades extraescolares, antecedentes una escala adicional que provee cuatro factores
policiales, actitudes antisociales, conducta anti- protectores (apoyo social, apego positivo, per-
social y habilidad de afrontamiento) y docili- sonalidad resistente, actitud positiva a la reha-
dad-adaptabilidad (responsividad familiar y gra- bilitación). La prueba ha mostrado adecuadas
do en que el niño es tratable). características psicométricas y un buen valor
– HCR-20, Version 2 (Historical, Clinical, Risk- predictivo.
20) (Webster, Douglas, Eaves y Hart, 1997)
La versión más reciente de la Historia Clíni- Referencias
ca de Riesgo (HCR-20) para la evaluación del
riesgo de la violencia posee 20 ítems, 10 recogen Achenbach, T.M. (1991). Manual for the Youth Self
información de la historia del evaluado (vioen- Report and 1991 profile. Burlington VT: University
cia previa, desempleo, relaciones inestables, of Vermont. Department of Psychiatry.
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copatía, desorden de personalidad, supervisión Achenbach, T.M. y Eldelbrock, C. (1983). Manual for
fallida), 5 se refieren a variables clínicas (falta the Child Behavior Checklist/4-18 and 1991 Profile.
de insight, actitudes negativas, síntomas de en- Burlington: University of Vermont, Department
fermedad mental, impulsividad, no respuesta al of Psychiatry.
tratamiento) y 5 al manejo de los factores de
Achenbach, T.M. y Eldelbrock, C. (1986). Manual for
riesgo (falta de planes viables, exposición a de-
de Teacher´s Report Form and 1991 Profile. Bur-
sestabilizadores, falta de estrés, baja implica-
lington: University of Vermont, Department of
ción en la rehabilitación, falta de apoyo social).
Psychiatry.
Cada ítem se puntúa en una escala de tres nive-
les: 0 (no presente), 1 (posiblemente presente) y Achenbach, T.M. y McConaughy, S.H. (1987). Empi-
2 (definitivamente presente). La puntuación to- rically based assessment of child and adolescent
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