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LA RENOVACIÓN COMERCIAL

A causa del aumento demográfico por toda Europa es evidente que trajo consigo
un aumento comercial en toda la sociedad europea. La mejora y renacimiento del
comercio en el viejo continente trajo consigo a nuevas aplicaciones comerciales que se
pueden resumir en cuatro: Las ferias y mercados, los medios de pagos, los mercaderes y
los transportes1.

POLOS COMERCIALES. FERIAS Y MERCADOS


El comercio es revitalizado en toda Europa Occidental a partir del siglo XI 2. Las
rutas empleadas podían ser fluviales o marítimas. En general, los grandes centros
comerciales se ubicaban en la Península Itálica y en el mar del Norte (Hamburgo o
actual Ámsterdam). A modo de ejemplo, la ciudad de Pisa se convierte en el siglo XIII
como una potencia comercial del Mediterráneo construyendo, en el año 1063, la primera
catedral. Brujas pasa a ser una ciudad importante comercial desde el siglo XI3.
El comercio y la circulación monetaria produjeron grandes cambios en Europa
en los siglos XI y XIII. Existieron tres elementos que empezaron a fortalecerse: la
tienda diaria, el mercado semanal y la feria anual. La primera demoró en consolidarse y
sus ubicaciones fueron principalmente en puntos urbanos donde circulaban personas
principalmente por rutas de peregrinación o comercio interregionales. El mercado tuvo
más jerarquía, pues contó con un apoyo de seguridad jurídica para que no haya
incidentes en los intercambios. Los mercados solamente se hacían una vez a la semana y
tenía como objetivo el abastecer el alimento cotidiano a una población de una zona en
particular. Vendría ser como un mercado local 4. Se tiene como registro, lo mencionado
el rey de Francia Luis VIII que a principios de 1200 le propone lo siguiente a los
aldeanos de Prissé:

Cuando el rey de Francia, Luis, de feliz memoria, atravesó Prissé de camino a Aviñón,
concedió a los hombres de la aldea un mercado semanal, los lunes. El trigo, cualquiera que
sea el lugar en que se venda, si se mide en la aldea el día de mercado o cualquier otro día,
es tributario… (Le Goff, 2002, p. 38).

Se cambiaban allí en general ropa y utensilios o sal y pescado5.

Las ferias
Nos enfocaremos ahora en el tercer nivel que fueron las ferias siendo
“instituciones que facilitaban el intercambio de productos al por mayor y en ellas
intervenían mercaderes profesionales. Su periodicidad era anual y su radio de acción
mucho más amplio que el de los mercados” (García y Sesma, 2014, p. 206). En estos
grandes centros de intercambios se tenía la premisa que a cuanto mayor era la cantidad
de personas que concurrían era mejor la estadía en la feria, es por ello que “cualquier
individuo, sea cual fuere su patria, cualquier objeto negociable, sea cual fuere su
naturaleza, será bien recibido” (Pirenne, 1952, p. 89). Como máximo se celebraban dos
veces al año porque se requerían de grandes preparaciones. La ubicación de las ferias no
tenía que ver con la densidad de población que habitaba la zona sino que eran puntos

1
García y Sesma, 2014, pp. 202 – 203.
2
Ver anexo.
3
Le Goff, 2002, p. 40.
4
Pirenne, 1952, p. 89.
5
García y Sesma, 2014, p. 206.
estratégicos que unían polos comerciales (el de Italia con Flandes). Solamente el rey de
la zona estaba habilitado para instalar una feria6.
Se comenzaron a instalar en lugares donde habían puertos se comenzaron siendo
las más importantes de la época la de Flandes y la de Champaña. En el siglo XIII ya
tenían un papel internacional. En Champaña por ejemplo se “aseguraban la protección
de los mercaderes, las mercancías y las transacciones, se celebraban una o dos veces al
año en cuatros lados sucesivamente” (Le Goff, 2002, p. 41). El solar de las ferias
contaba seguridad extrema. Los que asistían estaban amparados por el conduit
(salvoconducto) en donde el príncipe debía velar por la seguridad de los participantes 7.
En general, la protección pública de los productos aumentaban cuando se refería a
aquellos elementos de calidad o caros8. Empieza a aparecer la legislación comercial. En
la feria de Champaña, en el siglo XIII, se nombran agentes para que mantengan la
justicia y el orden dentro de lo social y lo económico, acompañados de clérigos que
redactan y registran los contratos de manera que sean auténticos. Esto no es un dato
menor pues

Aunque el tipo clásico, “feudal”, de prueba también está definido en las ferias: fianza de
batalla, prueba mediante juramento, (…) la prueba por excelencia en derecho de ferias es
la carta obligatoria sellada con el sello de las fieras o inscrita en el registro de la feria. De
este modo progresa la fuerza de lo escrito (Le Goff, 2002, p. 186).

La mercancía de aquel entonces eran productos de lujo: especies y pieles. Sin


embargo, lo más llamativo y vistoso era la comercialización de paños (“paños tintado”)
como también elementos de primera necesidad: sal, madera y hierro. No se descartaba
tampoco el comercio de esclavos que “a pesar de que no fue la actividad comercial más
lucrativa continuó enriqueciendo a los mercaderes judíos y cristianos, por ejemplo, en
Praga y en Venencia” (Le Goff, 2002, p. 40). Los judíos fueron los primeros que
tuvieron su rédito en el comercio siendo prestamistas. El comercio produjo la
especialización de zonas para cultivos, como sucedió con los viñedos9. García y Sesma
(2014) dividen la mercancía que se comercializaba en aquel entonces en dos grandes
categorías: las de subsistencia o “pobres” (cereales, vino, sal, lana, madera, productos
metalúrgicos) y la de lujo o “ricas” (esclavos, telas de lujo, joyas, especias)10.

Polos comerciales
Entre los polos mercantiles más importantes de Europa entre los siglos XII y
XIII fueron: el báltico, el flamenco – inglés, el italiano y el del vale del Ródano. El polo
mercantil flamenco – inglés tuvo como característica fundamental el intercambio de
lana inglesa y paños flamencos. El polo italiano, al estar ubicado en el Mar
Mediterráneo pudo comerciar con otras regiones como lo son los bizantinos y los
islámicos. También tuvo la acogida de itinerarios alemanes11.

LOS MEDIOS DE PAGO


En las ferias no solamente se realizaba transacciones de mercadería sino que
también eran lugar para realizar cambios de moneda. Al principio el procedimiento era
6
Pirenne, 1952, p. 90.
7
Pirenne, 1952, p. 91.
8
“En 1222 dos mercaderes de Lille que dirigían una caravana que transportaba tejidos (…) fueron
atacados y desvalijados en el camino cerca del monte Surdoi, junto a Como. El magistrado de cómo les
dio una indemnización de 95 libras imperiales” (Le Goff, 2002, p. 184).
9
Le Goff, 2002, p. 40.
10
García y Sesma, 2014, p. 207.
11
García y Sesma, 2014, p. 207.
muy rudimentario en donde el cambio se hacía manualmente. Lo escrito era considerado
como un privilegio. Se comienza a estimular el estudio del cálculo en las escuelas,
apareciendo los primeros tratados de cálculo a principios del siglo XVIII12.
Se comenzaron a implementar nuevas operaciones de cambios y créditos. Se
acuñaban monedas produciendo una gran circulación de ellas. No se puede hablar en
estos siglos de economía mundial ya que hay mucho tipo de monedas y leyes que las
legislan produciendo distintas reputaciones respecto a las monedas. El cambio directo
continúa siendo la principal operación monetaria. En determinadas ferias se instalan en
los bancos personas que se encargaban de las operaciones (de allí el término banquero).
Génova fue un punto muy notorio a lo que refiere a los banqueros en la Edad Media.
Las operaciones de crédito seguían siendo sencillas y limitadas13.
Se deben ajustar los niveles de pago. Se produjo una evolución de las
transacciones en aquel entonces hasta llegar al crédito comercial a finales del siglo XI.
Además se explotó en demasía minas europeas es por ello que aumentó en el circuito
mercantil las monedas de oro y plata. En 1200 los poderes políticos quieren mantenerse
sólidos y encuentran, para lograr este cometido, la acuñación de sus propias monedas,
teniendo por ejemplo los florines de Florencia, el genovés de Génova, el escudo de
Francia, el ducado de Francia y el dobla de Castilla. El aumento de la circulación
monetaria en el comercio produjo también otros cambios en los relacionamientos
comerciales de Europa, ahora el objetivo era la acumulación del capital mediante
monedas14.
Al aplicarse el comercio a grandes velocidades se comenzó a utilizar otros
medios de comercialización para agilizar las transacciones. El préstamo a interés fue
uno de ellos trabajados en general por judíos e italianos. Otro elemento que sigue hoy en
día es el crédito. En este caso “los cambistas aceptaban depósitos de unos clientes, a los
que abonaban los intereses, y negociaban con parte de ellos, brindándoselos a los
comerciales” (García y Sesma, 2014, p. 206). En el siglo XIII se comenzó a
implementar el “contrato de cambio” que sustituía completamente el material de la
moneda y que precede a la letra de cambio que es creada el siglo siguiente.
La feria de Champaña en el siglo XIII no solamente fue un lugar de
transacciones de mercadería sino que también fue el mercado monetario de toda Europa.
Un siglo antes del mencionado, en Champaña se empezó a utilizar otras formas de
crédito para agilizar la comercialización. Pirenne (1952) observa este hecho y afirma
que es el comienzo de las letras de cambio

Se trata únicamente de simples promesas escritas de pagar una cantidad en lugar diferente
de aquel en que se contrae la deuda, o, para emplear términos más jurídicos, “de un pagaré
a la orden a determinado plazo”. El firmante se compromete, en efecto, a pagar en otra
plaza remitente o (…) a su representante (cláusula activa), o mandar a pagar dicho pagaré
por [alguien] que actúe como representante (p. 93).

LOS MERCADERES
En los siglos VIII y IX fueron conocidos como “los polvorientos” debido a que
el gran trajín por los caminos europeos, la ida y vuelta colocando su mercancía hacía
mella en su vestimenta. Recorrían caminos algunas veces solos y otras veces
acompañados de un par de asnos o mulas, trasladando pequeños elementos pero
valiosos. A partir del siglo X comenzaron a instalar almacenes y contratan a personas
para hacer su labor anterior. En este caso, estos nuevos transportistas podían llevar
12
Le Goff, 2002, pp. 188 – 189.
13
Le Goff, 2002, p. 42.
14
García y Sesma, 2014, p. 205.
carga más pesada. La introducción de la moneda le vino como anillo al dedo al
mercader, ya que no tenía que acarrear con otras formas de pago como por ejemplo
muchas ovejas u otros animales15. Ante el estímulo en las ferias de los cálculos y la
escritura, Le Goff (1988) sostiene que “el mercader medieval adquiere en el siglo XIII
un doble carácter profesional que deberá conservar durante mucho tiempo: es un
contable y un escribano” (p. 189). Con el paso del tiempo los mercaderes comienzan a
identificarse con agrupaciones. Se instalan además comercios a grandes distancias, es
por ello que se comienza a utilizar las commendas16 (colleganza o societa maris en
Génova) en donde las ganancias se repartían de la siguiente manera: un 25% le
correspondía al comerciante mientras que el resto quedaba para los invesores. Luego
van a surgir las Compañías17.
En su momento, el cristianismo vio con malos ojos las actividades mercantiles.
Se tiene la constancia de que en el Concilio de Trévis, en el siglo XIII, la iglesia prohíbe
determinante el préstamo con interés. Se pensaba que el precio inicial más el gasto
incidía en el precio de venta que sufriría el comprador en un futuro. También se
cuestionó el préstamo porque “dicha ganancia tenía su fundamento en el transcurso del
tiempo, que es algo divino por esencia” (Fossier, 1988, p. 292), algo que puede ser
comprensible para un marinero que puede tener pérdidas en el recorrido de sus
mercancías pero no de un prestamista que no se ha movido de su domicilio y que
obtiene beneficios. Sin embargo, esta visión con el paso del tiempo se modificó18.

LOS TRANSPORTES
Se comenzó a plantear qué medios de transportes eran más baratos y podían
llevar más cantidad de elementos para vender. Por un lado, las vías terrestres no eran
muy viables19. Las vías terrestres más utilizadas fueron las aplicadas en el Imperio
Romano, siendo circulaciones de pavimento con piedras. Luego se destruyeron a causa
de las actividades bárbaras en el suelo del antiguo imperio es por ello que directamente
o se desarma la red de caminos o en algunas partes dejan de existir. El único objetivo de
estos caminos era el de comunicación con puntos estratégicos del Imperio, es por ello
que estas rutas “no tenían ninguna función económica: sus trazados, sus desniveles y sus
revestimientos no las hacían apropiadas ni para el transporte mercantil ni para los viajes
regulares; resultaban prácticas para peatones o jinetes, es decir, mensajeros o soldados”
(Fossier, 1988, p. 282). Nunca se enfocó directamente en los arreglemos de los caminos.
Pirenne (1952) sostiene que fue la iniciativa de los primeros comerciantes los que
aportaron dinero e interés para repararlos. También cabe destacar que la importancia de
rescatar nuevas rutas terrestres fue mediante la implementación de puentes20. Los
comerciantes empezaron a usar a su merced y comodidad los caminos que tuvieran una
mejor geografía y también tuvieron en cuenta los menos costosos ya que los señores
feudales exigían su peaje a la hora de pasar por puentes lo que el precio iba a incidir
directamente en el precio de la mercadería21. Ningún centavo obtenido en los peajes se
dedicó para la reconstrucción de caminos ni para la construcción de puentes. Los
15
García y Sesma, 2014, p. 203.
16
“Consistía en un contrato que asociaba a un individuo que aportaba su capital y a un empleado, un
mercader o un capitán de navío, que aportaba su trabajo y ofrecía para hacer rentable el capital presentado
marchando a comerciar al extranjero” (Le Goff, 2002, p. 43).
17
García y Sesma, 2014, p. 203.
18
Santo Tomás de Aquino en el siglo XIII mencionaba que “si uno se dedica al comercio para la utilidad
pública, si se desea que las cosas necesarias para la existencia no falten en el país, el lucro, en vez de ser
considerado como un fin, sólo es reclamado como remuneración por el trabajo” (Le Goff, 2002, p. 190).
19
García y Sesma, 2014, p. 204.
20
Pirenne, 1952, pp. 81 – 82.
21
García y Sesma, 2014, p. 204.
comerciantes lo veían como una “mala costumbre”, un abuso. Es por ello que en las
primeras villas algunos burgueses lucharon y lograron quitar los peajes 22. En general, el
movimiento de mercadería por vía terrestre lo hacía un hombre (llevándolo en el
hombro lo que quería vender) mediante un balancín como los de tipo asiático, el
cuévano y la carretilla. En algunos casos asnos y caballos y en una cantidad muy escasa
se empleaban carros y carretas23. La eficacia de la utilización del animal es en el cambio
de tiro: se comienza a utilizar una barra transversal y cuerdas con mayor resistencia.
Además al cambiar el agarre hacia el buey o el caballo mediante las colleras rígidas
porque antes se aplicaba para los primeros el yugo frontal que limitaba su capacidad de
movimiento. No debemos dejar de lado la aplicación de la herradura. Sin embargo el
caballo es el animal más interesante a la hora de trasladar mercadería porque “cuatro
caballos, herrados y correctamente dispuestos en fila, podían tirar un carro cargado de
cuatro toneladas y media de lana inglesa a una velocidad de cinco kilómetros por hora”
(Fossier, 1988, p. 284).
Luego se pensó por las vías fluviales. Se empezaron a utilizar barcazas y barcas
para la comercialización. Sin embargo su aplicación fue muy difícil por la continua
presencia de molinos de agua y puentes24. Sin embargo, la vía fluvial fue la más
preferible y utilizable a comparación de la terrestre, existen dos motivos que la superan.
En primer lugar se evitaba el costo de los peajes y de los baches que se encontraban en
los caminos y por otro lado aumenta la cantidad de mercancía trasladada. Fue tanta la
preferencia a este método de comercio que a fines del siglo XI y comienzos del siglo
siguiente la construcción de muelles y aparatos que sirven para la carga y descarga de
mercadería aumentan considerablemente. No por casualidad las ferias (se verá más
adelante lo importante que eran) comienzan a instalarse de forma que tuvieran ríos y
vías fluviales aledañas25. Sin embargo se utilizó otro método. Llegamos así a que el
comerciante empezó a considerar las vías marítimas26. Fossier (1988) afirma que en
estos casos el mercader ya no aspira al comercio local sino que ya está más vinculado
con el internacional, definiéndolo como “el gran comercio”. También remarca el autor
que tenía sus peligros siendo estos las tempestades y la piratería. Aunque aumenta el
cargamento de mercancía también se deja constancia que no todo producto que salía del
origen llegaba a la venta27. Sin peajes, ni molinos, fue el medio que más aprovechó el
comerciante a la hora de hacer sus trabajos mercantiles. Cabe destacar que fue ayudado
por otras innovaciones a lo que se refiere la navegación como la brújula, el timón y la
vela28.

BIBLIOGRAFÍA
Fossier, R. (1988). La edad media 2. El despertar de Europa 950 – 1250. Barcelona.
Crítica
García, J. y Sesma, J. (2014). Manual de Historia Medieval. Madrid. Alianza.
Le Goff, J. (2002). La baja Edad Media. Argentina. Siglo Veintiuno.
Pirenne, H. (1952). Historia económica y social de la Edad Media. México. Fondo de
Cultura Económica.

22
Pirenne, 1952, p. 81.
23
García y Sesma, 2014, p. 204.
24
García y Sesma, 2014, pp. 204 – 205.
25
Fossier, 1988, p. 284.
26
García y Sesma, 2014, pp. 204 – 205.
27
Fossier, 1988, p. 284.
28
García y Sesma, 2014, pp. 204 – 205.
ANEXO

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