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FACULTAD DE AGRONOMIA
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LA POTENCIA
a) fuerza de tracción
Las labores más habituales para las que se emplean los tractores agrícolas son para el
arrastre de aperos, arados, remolques o máquinas agrícolas, por lo que se necesita
disponer de una fuerza de tiro suficiente para cumplir con este objetivo.
Esta fuerza de tiro depende obviamente de la potencia que pueda desarrollar el motor del
tractor, pero además se suele requerir de una cierta velocidad a la que se mueva el tractor
para poder realizar sus funciones correctamente.
La fuerza de tracción disminuye cuando hay otras fuerzas contrarias ejemplo fuerzas de
friccion en las ruedas y en el apero.
Fuerza de friccion de las ruedas que hacen disminuir a la fuerza de tracción: Resulta
intuitivo comprender que la fuerza de tiro necesaria para mover un remolque, por ejemplo,
será mucho más elevada si el remolque está sobre un suelo arenoso o suelto que cuando
se apoya sobre un pavimento firme y más duro como el asfalto. Para explicar este hecho
surge el concepto de resistencia a la rodadura.
La resistencia a la rodadura es una fuerza que se opone al movimiento del tractor, y por
tanto constituye una pérdida de rendimiento en el funcionamiento del tractor.
El valor que alcance la resistencia a la rodadura está en función del grado de hundimiento
que experimentan las ruedas en el suelo y de la deformación de los neumáticos.
El valor de esta resistencia a la rodadura (Fr) se obtiene multiplicando el peso que gravita
sobre las ruedas del tractor (QT) por el valor de un coeficiente, denominado coeficiente
de rodadura (µr), característico del tipo de suelo por el que circula el tractor.
Fr = µr · QT
siendo,
µr es el coeficiente de rodadura.
b) velocidad
El tractor fue diseñado principalmente para realizar trabajos de tracción (fuerza) sobre un
suelo agrícola deformable. Uno de los atributos de mayor interés para los usuarios es la
potencia del motor. Este parámetro es el resultado del producto entre la fuerza y la
velocidad del vehículo; de estas dos variables el tractor prioriza la fuerza por sobre la
velocidad de avance. En consecuencia, para poder realizar trabajos que demandan altos
esfuerzos de tracción, el tractor debe ser lo suficientemente pesado, de lo contrario,
aunque el motor del tractor tenga potencia aceptable, no podrá cubrir esa demanda de
fuerza, independientemente de la relación de transmisión seleccionada y los neumáticos
montados. Por otro lado, la velocidad de avance es un factor clave de labores como
siembra, pulverización y segado, entre otras. Es una variable pocas veces controlada por
el operario que lleva adelante las tareas. En el caso de la siembra, difícilmente se logre
buen copiado del suelo por encima de los 7 km/h por parte del tren de siembra atentando
contra la uniformidad de dicha labor con disminuciones directas en el rendimiento del
cultivo; o como en el caso de la pulverizadora, que al igual que la siembra, aumenta las
desuniformidades de la aplicación generando áreas con subdosis y/o sobredosis de
producto aplicado. Como así también se modifica el caudal de campo, que difícilmente
el operador pueda darse cuenta del inconveniente.
Por ello resulta de suma importancia controlar la velocidad de avance del tractor, para lo
cual se sugiere realizar la siguiente medición: se marca a través de dos estacas una
distancia de 100 m y luego se mide el tiempo transcurrido para recorrer esa distancia con
el tractor y el implemento acoplado en situación de trabajo.
LINKOGRAFÍA:
https://www.redalyc.org/pdf/932/93215944014.pdf
https://ingemecanica.com/tutorialsemanal/tutorialn303.html
https://w3.ual.es/~fmolina/Manuales/Teoria-Motores.pdf
https://inta.gob.ar/sites/default/files/inta_hoja_informativa-
5_2018.pdf