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1.

Lea el siguiente relato e indique

a) ¿Que destaca de la vida de la mujer durente el Renacimiento?

b) Que semejanzas y Diferencias vn con la vida de la mujer en la actualidad?

2. Busque información sobre Leonardo Da Vinci y sus inventos destacando en ellos


lo que permanece y cambia hasta la actualidad

La mujer en el Renacimiento, de Margaret L. King historiadora


norteamericana contemporánea

La mayoría de las mujeres en el Renacimiento acababan siendo madre, y la


maternidad era su profesión y su identidad. Sus vidas como adultas (desde
aproximadamente los veinticinco años en casi todos los grupos sociales y desde la
adolescencia entre las familias más ricas) eran un ciclo continuo de embarazo, crianza
y embarazo.

Las mujeres pobres daban a luz cada 24 ó 30 meses. Las mujeres ricas tenían más
hijos que las pobres. La necesidad de asegurar la descendencia, para garantizar una
transmisión efectiva de la riqueza, las forzaba a ser fértiles.

Tener hijos constituye una carga y un privilegio de las mujeres. En Italia y en Francia
la mujer que paría era festejada y mimada. La madre, por un momento, ocupaba un
puesto estelar inigualable. Era por tanto un auténtico honor estar embarazada.

El parto era un momento temible, fruto del castigo especial de Dios a Eva por su
falsedad en el Paraíso. Las madres que sobrevivían se enfrentaban a menudo a la
muerte de la criatura que habían traído a este mundo con tanto sufrimiento. La
mortalidad infantil era muy alta. Los recién nacidos tenían unas posibilidades de
supervivencia que oscilaban, en Europa occidental, entre el 20 y el 50 por ciento. Eran
presas fáciles de las plagas, la diarrea, la gripe, los resfríos, la tuberculosis y el
hambre.

Los niños que sobrevivían eran amamantados entre 18 y 20 meses. En los pueblos y
ciudades de toda Europa la mayoría de las mujeres tenían que dar pecho a uno o más
lactantes durante casi toda su vida adulta.
Algo más que una simple falta de inclinación se esconde tras la negativa amamantar
generalizada entre las mujeres ricas. A sus maridos frecuentemente no les gustaba la
apariencia de una madre dando pecho a su hijo. Sea cual fuere la razón última, casi
todas las mujeres ricas rechazaban amamantar a sus hijos. Los niños de los ricos
mamaban de los pechos de los pobres. Las familias más ricas tenían sus propias amas
de cría.

Con más frecuencia, los recién nacidos de las ciudades de Italia, Francia, Alemania e
Inglaterra, eran enviados al campo al tiempo del parto para que los amamantaran las
mujeres campesinas. Algunas amas de cría tenían una abundancia de leche tal que
podían hacer frente sin problemas a las nuevas bocas. Otras acababan de enterrar a
sus propios niños, o los habían destetado ya, o —seducidas por salarios que llegaban a
ser dos veces mayores que los del servicio doméstico— se los traspasaban a su vez a
otras amas.

Las madres que no podían hacerse cargo de sus hijos, fueran éstos legítimos o
ilegítimos, podían abandonarlos, con la esperanza de que el abandono fuera menos
grave que el asesinato, y de que algún extraño caritativo haría posible la su
pervivencia del niño.

Si las mujeres pobres abandonaban a veces a sus hijos en los hospitales, y las ricas en
manos de las amas de cría, ¿dónde quedaba la feliz imagen de la madre y el niño que
ofrecían los cuadros renacentistas? El dolor del parto, la desesperación por la muerte
del niño, la tensión de la pobreza, la inseguridad de la riqueza, y la ferocidad de la ley
engullían a ambos, madre e hijo.

(Tornado de La mujer en el Renacimiento, de Margaret L.King historiadora norteamericana contemporánea)

La máquina voladora: es un mecanismo similar a un murciélago, su funcionamiento consistía en


volar por medio de la agitación de las alas pedaleando. Esta idea fue tomada años después como
la creación del avión.
Por otro lado, existen muchas diferencias entre la mujer renacentista y la mujer en la actualidad.
En el periodo del renacimiento las mujeres no podian* comprar una casa, estas tenían que estar
casada

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