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¡Construyendo el oficio de enseñar con la convicción de que ser Maestro

vale la pena!
En un día cargado de emociones, en un nuevo día del Maestro, pensé en una
producción de Carina Rattero, colega argentina que tuve el privilegio de conocer e
intercambiar. En su producción recorre la idea acerca de si vale la pena ser Maestro, a
lo que le agregaría ¿vale la pena ser Maestro en tiempos de incertidumbre y de
perplejidad y en una crisis de autoridad al decir de Arendt, Hanna?
En la actualidad el enseñar nos ubica de un modo especial en relación con la cultura,
somos cuidadores y pasadores desde espacios de reflexión que implica el desarrollo
de una relación de responsabilidad hacia lo por venir.
Un maestro es, al decir de Rattero, Carina, un inventor de mundos, un guardián de lo
imposible. Me gusta pensarlo, como aquel que puede habitar la pregunta por el futuro
sabiendo que el movimiento de la vida desencadena lo inesperado y hace posible lo
improbable, continúa diciendo.
Ejercer el oficio de Maestro nos ofrece la posibilidad de habitar la pregunta por el
futuro sosteniendo una ilusión, un mundo nuevo es posible y es a través de este oficio.
Esa misma ilusión que da consistencia al tiempo venidero o al amor, la que se
construye gesto a gesto, sin pedir garantías cuando correspondemos una mirada, o
extendemos la mano hacia otro, de eso trata el oficio de ser MAESTRO. Tender la
mano, proteger, cuidar y acompañar desde verdaderas propuestas que impliquen la
transformación del conocimiento. ¿Lo estamos haciendo?
En palabras de Larrosa, J, prefiero hablar de oficio y no de profesión es porque la
palabra "profesión" está contaminada por la ideología del profesionalismo y de la
profesionalización. Es ahí, a las profesiones profesionalizadas, donde se ha
desplazado eso de las competencias, de las capacidades, de los saberes técnicos y
de los modos de hacer expertos. El oficio aún remite a la artesanía: a la materialidad
del trabajo, a la tradición en que se inscribe, a la huella subjetiva del artesano que lo
realiza, a su presencia corporal. Con total convencimiento desde el hacer, afirmo que
el oficio se construye, desde verdaderos espacios de interacción, con dialogo genuino,
donde se interpela en forma permanente la teoría y la práctica. Es un hacer cuerpo a
cuerpo, donde las palabras, los gestos hacen habitar cada espacio de esos
encuentros.
A quienes han logrado conducirme por esos espacios, en la construcción del oficio,
Maestros, profesores, estudiantes, familias y sin dudas las experiencias recogidas
desde este transitar, les agradezco profundamente. ¡Intento transitar esas huellas!
Finalmente, recuperando aportes de Rattero, Carina, Maestro es quien está cerca,
atento a sostener la mano y a la vez, siempre mirando más lejos. Invitando a transitar
la dificultad, incitando a traspasar las fronteras. Haciendo señas desde un sitio
desconocido, al que vale la pena visitar. ¡Entonces sí, vale la pena!
Invito a todos quienes hacemos la educación a no olvidarnos de construir juntos ese
oficio, a perfeccionarnos cada día con gestos humanizantes.

¡Feliz día a todos los Maestros!


Mtro. Ruben Tiliman

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