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Reivindicación, Cambio de Perspectiva y Recursos Alternativos para la Educación

Artística en Colombia

Isabella Barrero Niño

Licenciatura en Educación Artística y Artes Escénicas, Corporación Universitaria Cenda

Docente Héctor Fernando Tinjacá

22 de marzo de 2021
Este texto busca, en sumo principio, el optimismo, pero eso sí, basado en fundamentos reales. El

reconocimiento de que Colombia es poseedor de un pasado artístico y un presente que nos mira

directo a los ojos es la pretensión bajo las líneas escritas. La educación artística en Colombia ha

llevado un proceso que ha determinado lo que es, pero sigue llevando otro que ofrece lo que puede

ser a través de un cambio de óptica, para entender lo que es en esencia. En términos de educación

artística, ya no somos la Colombia de hace 50, 40, 30 o 20 años atrás; somos una nueva realidad

que cada vez necesita renovarse y dejar en el pasado formas anticuadas de enseñanza para aprender

desde lo real, a partir de las experiencias del otro, de problemáticas situadas en el plano de lo

verdadero, de lo existente, que realmente permite un reconocimiento como individuos y como

sociedad: la educación artística.

1. Educación artística en Colombia: pasado y presente en el marco legal

Vamos a hacer una referencia lacónica del “pasado” de la educación artística en Colombia

a partir de la constitución de 1991, ya que esta representa la despuntada determinante que permite

dar un paso adelante y dejar atrás la forma de educar en el arte desde la influencia del siglo XIX,

posibilitando a su vez la entrada de nuevas propuestas y visiones de la educación artística. La

constitución de 1991 despeja el campo de acción artístico decretando en todos los niveles escolares

la inclusión de materias artísticas en el plan de estudios como aquellas que forman parte de las

áreas obligatorias y fundamentales; como resultado abre posibilidades desde la educación formal

como la no formal que dan luz al devenir de la ampliación de la oferta educativa en artes.

1.1 Ley 115 de 1994 (Ley General de Educación)


Esta ley es el declive hacia la concreción de la educación artística en la enseñanza básica y

media, admitiendo la importancia del arte en los procesos formativos como el reconocimiento de

los beneficios que aporta en el desarrollo integral del ser humano.

1.2 Ley 397 de 1997 (Ley General de Cultura)

La ley General de Cultura (1997), en el título 3 en sus Artículos 17° y 18° constituyen el

fomento de las manifestaciones artísticas y los estímulos en el arte y la cultura para la creación

artística y la investigación que emerge del ámbito. Es de carácter fundamental tener esta ley (la ley

completa, no sólo los artículos mencionados) presente, no dejarla a la deriva de los pensamientos

y acciones y usarla a favor propio de la educación artística.

Estas tres partes fundamentales sirven de cohete para que el arte se asome a la ventana de

la educación con certidumbre, con seguridad, con firmeza, para aventarse a un mundo que tiene

mucho por trabajar, por mejorar sus objetivos y reivindicarse: la educación artística.

2. Hablemos de la situación actual de la educación artística en Colombia

Analizar la situación de la educación artística en Colombia, no desde la quimera de lo que

“debería ser” actualmente a nivel económico y a través de los recursos financieros en el afán de

una conquista inmediata, sino desde una óptica que descentralice la idea de que como sociedad

colombiana no somos capaces de ejercer la educación artística, ni mucho menos de revolucionarla,

pese a las situaciones políticas y sociales que pueblan a Colombia desde el agobio, por supuesto

representa todo un reto.

2.1 ¿Falencias en la educación artística en Colombia y/o desviación de la responsabilidad?


No es la carencia de los recursos económicos a quien se le debe aventar la culpa total o la

responsabilidad de los vacíos que sujeta la educación artística, (o más bien, éstos la sujetan). Es

imprescindible observar con detenimiento la escisión producida a causa la desarticulación, la falta

de desarrollo completo en la organización, estructuración y planificación de la educación artística,

pues si las partes no trabajan conjuntamente, esta división desemboca en problemáticas que no

tienen relación directa ni con la educación, ni con el arte, y nunca con la educación artística; a

consecuencia, esto permite asumir que la misma está fuera de foco.

Los objetivos de la educación artística se encuentran en un sentido desviado que orienta (o

desorienta) al arte y su enseñanza hacia actividades que no trascienden (lo que no busca mencionar

que no tengan valor e importancia), que además resta el valor intrínseco propio del arte. Un

ejemplo común es la relación errónea de la acción de “hacer manualidades” (con la que todos están

relacionados) con la educación artística. Esta comparación incluso resulta “graciosa” e inofensiva,

pero es preocupante cómo la primera se superpone sobre la segunda hasta el punto de borrar toda

la significación que gira en torno al arte y a la educación artística. María Acaso en el ICOT

(INTERNATIONAL CONFERNCE OF THINKING) 2015, en su ponencia pone sobre la mesa

“El paradigma de las manualidades”, en la que circulan visiones de la educación artística desde

conceptos que elevan al máximo a la misma, o en contraste, que disminuyen su valor. La educación

artística no tiene que seguir una ruta obligatoria que acaba en la expresión, pues el arte no solo

desata expresiones emocionales fuertes y profundas con las que siempre se ven relacionadas el

arte; sumándole, la educación artística no gira en torno a una magna técnica relacionada con la

genialidad de un artista o la creación de grandes obras (Acaso, 2015).1

1
Esta conferencia fue llevada a cabo en el año 2015 en Bilbao España. Para ver la ponencia completa de María
Acaso, acceda al siguiente link: https://www.youtube.com/watch?v=PLkg9K5wH0M
3. Descentralizar la educación artística de la escuela

El aforismo “la educación empieza en casa” es un axioma que debe preponderar en el

ámbito educativo, y esto no es gratuito: la ley General de Educación (1994) establece que la familia

es el:

Primer responsable de la educación de los hijos, hasta la mayoría de edad o hasta

cuando ocurra cualquier otra clase o forma de emancipación”. La familia se conjuga

con el Estado, quien “deberá atender en forma permanente los factores que

favorecen la calidad y el mejoramiento de la educación” y con la Sociedad, la cual

“es responsable de la educación con la familia y el Estado. Colaborará con éste en

la vigilancia de la prestación del servicio educativo y en el cumplimiento de su

función social. (1994, Ley 115 de 1994, 1994)

Ampliar el espectro sobre la educación desde estos tres agentes fundamentales (familia,

estado y sociedad) conceden la necesidad de descentralizar la educación artística de la escuela para

hacer reparticiones de igual medida a estos entes para que hagan trayectos significantes hacia la

experiencia, tal y como lo merece. Reconstruir las bases sobre la que se encuentra cimentada la

educación artística es el primer paso.

3.1 La educación artística desde la experiencia y por la experiencia del otro

El común denominador que nos une, nos relaciona y transforma es la experiencia: impera

el mundo humano, es un recurso que todos poseen sin excepción; es fundamental comprender que

debido a esto la educación artística acoge a todo ser humano (en el caso particular educativo,

hablamos de educador y estudiante) y encuentra el horizonte en el desarrollo integral. Estos autores

complementan la idea:
La educación es un “encuentro” entre dos, del que busca y del que ofrece o propone,

desde la propia experiencia, modelos éticos de conducta; es un acontecimiento ético

por el que el educando es reconocido y acogido en la singularidad de su existencia.

(Bárcena & Mèlich, 2000)

4. Reivindicación de los significados y objetivos de la educación artística

Desde la experiencia particular (y hablo de la experiencia del punto anterior) he aprendido

como artista en formación que en todo momento de mi vida, aun saliéndome del ámbito

estrictamente artístico, me veo enfrentada a la enseñanza. Esto ha concluido en la reflexión de que

un artista integral es aquél que también tiene actitudes pedagógicas, pues el arte, como parte

esencial e inherente del ser humano, es transformador, por consiguiente está totalmente ligado a la

pedagogía, a la educación, y ambos, (arte y educación) al concernir con lo humano y con el ser

humano tienen una corresponsabilidad. Como artista no se puede cerrar y salvaguardar los

conocimientos y las experiencias. Es una responsabilidad social el compartir, transmitir como

artista y en calidad de educador enseñanzas formadoras de seres humano integrales.

4.1 Reconocimiento de los recursos y entes con lo que cuenta la educación artística en

Colombia

Como la metáfora del ave Fénix, la educación artística debe resurgir de las cenizas

convencionales que la han encasillado, empobrecido y desacreditado. Para reivindicarla no se debe

esperar, por el contrario, trabajar con lo que se tiene ahora en acciones concretas. Del ocaso al alba

no vendrán cambios goliáticos. La pregunta es ¿Tenemos algo con lo que trabajar ahora en la

educación artística? ¡Por supuesto!

4.2 El plan nacional de educación artística


El plan nacional de educación artística, que se encuentra dentro del compendio de las

políticas culturales, es un tesoro invaluable que no merece el desconocimiento, es una herramienta

primordial sobre la que se puede y se debe trabajar, pues establece unos principios específicos

acerca de la educación artística. Cabe destacar que el plan nacional de educación artística está

apoyado en el marco legal mencionado al principio: La constitución política de Colombia de 1991.

La Ley 115 de 1994 (Ley General de Educación). La Ley 397 de 1997 (Ley General de Cultura).

Es vital el reconocimiento de los principios sobre la educación artística establecidos dentro del

plan nacional de educación artística, pues el desconocimiento de información que da vida y apoyo

a la construcción de conocimiento genera estancamiento y atraso. A continuación los principios2:

 El valor intrínseco de las prácticas artísticas.

 La educación artística es un derecho universal.

 La valoración de la experiencia.

 La educación artística como área fundamental del conocimiento.

 La visión del campo artístico.

 La definición de educación artística. (Ministerio de educación nacional &

Ministerio de cultura, 2007-2010)

4.3 Educación no formal en alianza con las TIC: fuente de conocimiento

La ley General de Educación (1994) enuncia que:

2
Estos principios son tomados del plan nacional de educación artística en el orden específico tal como se
encuentra consagrado dentro del documento del compendio de las políticas culturales.
La educación no formal es la que se ofrece con el objeto de complementar, actualizar,

suplir conocimientos y formar en aspectos académicos o laborales sin sujeción al sistema

de niveles y grados establecidos en el artículo 11 de esta Ley. (1994, Ley 115 de 1994, 08

de agosto de 1994)

Tomar la educación no formal como fuente de conocimiento propio y para propagarlo es una

estrategia que al día de hoy se facilita en gran medida gracias a las tecnologías de la información y

comunicación (TIC). Transportar los recursos tecnológicos al aula de clase para complementar los

contenidos es una estrategia conveniente que pide a gritos la adaptación a los nuevos tiempos de este

siglo y lo que deviene con la virtualidad, de la cual se puede afirmar que se afianzó en medio de la

pandemia del virus Covid-19. Como se mencionó previamente, la educación no sólo le compete al estado,

sino también a la familia y a la sociedad. De estas dos últimas se deben derivar acciones que muestren a

las TIC’s como un gran aliado de la educación.

4.2 Actitudes recursivas

Recordemos que el objetivo de la educación artística no es la formación de artistas sino la

de seres humanos; que si en el camino sucede que los estudiantes encuentran su horizonte en el

arte, claramente sucede, pero no es su pretensión crear artistas, sino individuos preparados para

enfrentarse a sus nuevas realidades y experiencias propias a través de las sensibilidades otorgadas

por el arte. A partir de este asentamiento es imprescindible generar actitudes recursivas que

permitan vivenciar el arte desde la realidad, desde problemáticas cotidianas que facilitan la

verdadera relación entre la educación artística y las experiencias. Ejemplo de actitudes recursivas

es no necesitar (no porque no sean importantes) de materiales artísticos para educar a través del

arte, pues la finalidad no es tener componentes económicos y/o tangibles. No, ese no es su objetivo.

Con o sin estos la educación artística ni empieza ni acaba, pues ella es lo que es por sí misma, no
genera dependencias en banalidades. La educación artística tiene la capacidad de generar reflexión

sobre el sentido de la realidad y para esto no necesita un caballete, ni zapatillas de ballet, o un

teatro.

4.5 La mirada fundamental del maestro

La óptica desde donde se mira al estudiante debe ir mutando al tener como principio que

la única constate es el cambio; ir de lo general a lo particular para atender, entender y compartir la

existencia, la experiencia del otro, del estudiante. Como nos advierte Fernando Vásquez Rodríguez

(1992) “La mirada es la primera manifestación artística del hombre; un arreglar el mundo. La

mirada es ya principio estético”. Ser miradores de otras experiencias es parte de lo que recoge la

esencia de la educación artística.

4.6 Aulas fuera del aula

Sí, aulas extraescolares, que incluso actúan más de aula que las propias institucionales.

Obviamente no se trata de desmeritar el valor de éstas pero sí de reconocer que no es el único

espacio de aprendizaje, agregando (y retomando) que el hogar también cuenta como un escenario

de conocimiento. A grandes pinceladas se pueden analizar otros contextos que generan

conocimiento que complementan a la educación artística también en calidad de educación no

formal: museos, bibliotecas, teatros, estadios, parques, casas de cultura, grupos artísticos,

fundaciones artísticas. También existen numerosos talleres, cursos, ciclos formativos, diplomados,

encuentros, mesas de trabajo, proyectos de investigación, estímulos para la creación artística a

través del Ministerio de Cultura y aquí podríamos dedicar hojas describiendo muchos otros.

5. Reconocimiento cultural
El hecho de conocer un marco legal que revela la importancia y el valor de la educación

artística, de identificar las falencias que obstruyen el avance de la misma, permitir el cambio de

perspectiva, trabajar desde las experiencias y reconocer los recursos (estos recursos que surgen y

se proponen a través de la pregunta “¿Tenemos algo con lo que trabajar ahora en la educación

artística?”) que tenemos a favor, todo esto, en compendio, podrán permitir el reconocimiento del

pasado y el resultado de lo que somos ahora, la transformación de un arraigo cultural de más peso.

De todo lo que constituye a la educación artística nos podemos valer para construir cambios y una

sociedad que al verse al espejo se logre y quiera reconocer.


BIBLIOGRAFÍA

1994, L. 1. (08 de agosto de 1994). Ley 115 de 1994. Bogotá.

1994, L. 1. (1994). Ley 115 de 1994.

Bárcena, & Mèlich. (2000).

Ministerio de educación nacional, & Ministerio de cultura. (2007-2010). Plan Nacional de Educación
Artística.

Acaso, INTERNATIONAL CONFERNCE OF THINKING, 2005


(youtube.com/watch?v=PLkg9K5wH0M)
Vásquez, Más allá del Ver está el Mirar, 1992.
Constitución política de Colombia, 1991
Ley General de Educación, 1994
Ley General de Cultura, 1997

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