Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Ensayos Sobre Moral y Politica Francis Baconpdf 5 PDF Free
Ensayos Sobre Moral y Politica Francis Baconpdf 5 PDF Free
MS
MORAL Y DE POLITICA.
BACON.
ENSAYO*
MORAL Y DE POLÍTICA
TU \ P U C M - O S i OB.
MADRID.
I M P R E S T A UK M. M I N U É S A,
caile de Jujnelo, num. 19.
1870.
El traductor se reserva los derechos que la ley lo concede.
PRÓLOGO DEL TRADUCTOR.
I.
i)K LA VEIÌDAD.
DK LA MXERTK.
III.
DK f.A VKXCUXZ.V.
V.
DE LA AÍ)\'::KSU)AD.
VII.
VIII.
D E L MATKDIOXIO Y D E L CELIBATO.
X.
DEL AMOR.
d a d . E s n e c e s a r i o e x c e p t u a r a. -.en-;-'. A n t o n i o \.
a. A p i o e i d c o o n m ' r o ; i;u-<s el niiamc- ere m ¡
i i o m b r e entregado á. i o s p i u c o i c ^ \ be c o s t o m -
bres desarregladlas, y e i o t r o , a .•<,~:>v b e s e " d o
i>a c a r á c t e r a u s t e r o , l a m b i o o ' - ' ¡ ¡ c i é e n u A a p a r -
to u n t r i b u t o á l a ¡ l e e > : - a ... as. e - t a p a r e c e
demostrar q u e -A n a m r n o s o l a n a a t e p u e d o p e -
netrar en u n corazón donde encuentre fácil a c -
ceso, sino q u e t a m b i é n sabe deslizarse furtiva-
mente e n el c o r a z ó n m e j o r j'orí Ideado, cuando
s o d e s c u i d a la. v i g i l a n c i a d e l a guardia.. I ' n o d e
ios ponsa.aiPmío-- ;
m á s d e s p r e c i a b l e s fie H p i c u r o ,
es e s t e : «El h o m b r e y la mujer h a n nacido el
u n o para, el o t r o exclusivamente.•,< ( l o m e si e i
h o m b r e , q u e f u é c r e a d o p a r a c a u t . e , a p í ir i o s c i e -
l o s y .io - o m e r o s m a s s u b l i m a n no tuviera q u e
h a c e r orre, e o s : ¡ j m aoriaanoeor perpetuamente
d e r o d i l l a s a a t e u n i d e l o m e z q u i n o , y so" e s c l a -
vo, n o y a rio a p o i i i c s corporales con o ei. bruto,
sino d e l p a m e r J o l o ; (pos: do Je-; . s , r e p i t o , ; (
1
indudable que esta paion es sien me ' e o c v u r m
dida por a g r a d e c i m i e n t o , y que este rrndfi
miento es, o u n amor i g u a l , ó u n sчсгоЮ dos
precio: razón ¡ie solera pai'a e^tar siempre en
— 70 —
XI.
XII,
J)V, LA AUDACIA.
XIV.
XV.
tales.
Todavía h a y otro medio para aplacar ios es-
píritus cuando están irritados y para adormecer
el descontento: consiste en hacer desempeñar á
Prometeo el papel de Epirneteo. io cual es de
seguro el remedio más eficaz. Después que E p i -
rneteo, dice la fábula, hubo visto que todos los
males habían salido de la caja de Pandora, dejó
caer la cubierta, y la esperanza quedó encerra-
da en el fondo. E n efecto, distraer á los hombres
alimentándolos de promesas y entretenerlos con
destreza llevándolos de u n a esperanza á otra, es
el más seguro antídoto contra el veneno del
descontento: v el carácter distintivo do un go-
K *-u?
XVI,
DEL ATEISMO.
DE LA SUTERSTICIOX.
XVIII.
UE LOS VLUKS.
XXII.
DE LA ASTUCIA Y DE LA SUTILEZA.
La h o r m i g a os un a n i m a l ü l o que compren-
do m u y Lien sos intereses; pero no por eso deja
do ser >ma plaga para los j a r d i n e s y los campos,
i g u a l m e n t e , el hombre que se ama demasiado
es u n a verdadera calamidad pública. Aprended
á conciliar vuestros intereses con los intereses
comunes: salwd ser justos con vosotros mismos
sin ser injustos con ios demás, y principalmen-
te con vuestra, patria y vuestro r e y . Es la. cosa
más vil y despreciable el hombre que o h i d á n -
dose de todo, so hace él mismo el centro de
todas sus aspiraciones y designios. Esto es con-
vertirse en u n sor material y completamen-
te m u n d a n o , olvidando que si vivimos sobre la
— 108 —
XXIV.
XXVI.
XXVII.
DE LA AMISTAD.
XXVIII.
DE LOS CASTOS.
E n t r a ñ a m u c h a presunción y vanidad la
respuesta que hablando de sí mismo dio Ternís-
tocies en cierta ocasión; pero si sus palabras se
hubiesen referido á otra persona, habrían sido
m u y estimables. De cualquier modo que sea,
pueden servir de m a t e r i a á juiciosas reflexiones.
E n u n festín se Je invitó á que tocase u n laúd,
y respondió que no había aprendido a manejar
aquel i n s t r u m e n t o , pero que de u n a aldea sabía
hacer u n a g r a n ciudad.
Las anteriores palabras pueden expresar en
sentido metafórico dos talentos m u y diferentes
en los que m a n e j a n los negocios del Estado; por-
que si se e x a m i n a n con atención ios consejeros
y los ministros de los reyes, acuso se encontra-
ron a l g u n o s que serón capaces de extender los
límites de un reino pequeño sin que sepan to-
car el laúd; y por el contrario, se h a l l a r á n m u -
chos de e^os ene m a n e j a n con primor este y
otros instrumentos de música, es decir, que son.
diestros en ¡as artes de la corte, pero que t i e n e n
t a n escasa la. capacidad que se requiere para fo-
m e n t a r los intereses do las naciones, que p a r e -
cen más bien formados expresamente por la
naturaleza para a r r u i n a r y destruir los Estados
m á s florecientes.
Ciertamente que estas artes viles y f a j a s ,
por las cuales los consejeros y ministros g a n a n
muchas veces el favor del soberano y u n a espe-
cie de reputación entre el pueblo, sólo les hacen
merecer el titulo de músicos y bailarines; por-
que semejantes habilidades sirven ú n i c a m e n t e
para divertirse, y no pasan de ser u n a especie
de adorno en el que las posee, más bien que u n
medio útil para ei e n g r a n d e c i m i e n t o de las na-
ciones, lis verdad sin e m b a r g o que a l g u n a s v e -
ces se e n c u e n t r a n ministros que son capaces de-
comprender los negocios públicos y de condu-
cirlos acertadamente y evitar los peligros que
se ven claros y manifiestos, hallándose á p e -
sar de esto m u y lejos de t e n e r las disposiciones
necesarias para engrandecer u n Estado reduci-
do. Pero sea cualquiera la naturaleza de los a r -
tífices, consideremos la obra y veamos cuál es
la verdadera g r a n d e z a de un reino y cuáles son
los medios de hacerlo floreciente. Asunto es este
sobre el cual los príncipes deben reflexionar sin
descanse, para no comprometerse en vanas y
ternerarios empresas, á que pueden sor condu-
cidos por u n a presunción exagerada de sus
fuerzas, y t a m b i é n para no prestar oídos á los
consejos tímidos (pie puedan tener por origen
u n a idea demasiado desventajosa de su poder.
Esto no puede medirse por la extensión de
un Estado: es cierto que sus contribuciones y
sus rentas se v a l ú a n , que la población se cal-
cula, y que se ven los planos de sus ciudades:
pero nada h a y más difícil n i más sujeto á error,
que el querer j u z g a r por estos datos de la ver-
dadera, fuerza y del poder y valor intrínseco de
las naciones.
El reino del cielo no se h a comparado á
u n a nuez, y sí á u n g r a n o de mostaza, que es
u n a de las simientes más pequeñas, a u n q u e
tiene la propiedad de desarrollarse en poco
tiempo. De i g u a l modo h a y dos clases de esta-
dos de u n a g r a n d e z a considerable, que sin e m -
bargo no son propios para ensanchar sus lími-
— 2 0 5 —-
se e n c u e n t r a n n u n c a r e u n i d a s , es decir, que
un urismo pueIdo no será j a m á s á la vez el j o -
ven león y el asno cargado. Un pueblo agobia-
do en demasía por el peso de las contribuciones,
no puede ser guerrero; pero las que son i m -
puestas por consentimientos del Estado, abaten
menos su vigor que las que nacen de un poder
despótico, como puede observarse en los impues-
tos de ios Países-Bajos y en los subsidios de In-
glaterra. Hablo del vigor y no de las riquezas,
porque no ignoro que contribuciones iguales,
ora sean exigidas por consentimiento del Esta-
do, ora por u n a autoridad tiránica, empobrecen
i g u a l m e n t e oí país, pero producen u n efecto
diferente sobre el á n i m o de los individuos, p u -
diendo concluir de aquí que un pueblo sobre-
cargado de impuestos, no es propio para e x t e n -
der sus conquistas.
Las naciones que aspiren á engrandecerse,
deben cuidar de que la nobleza y ios g e n t i l e s -
hombres no se m u l t i p l i q u e n demasiado, para
evitar el que esclavicen y a b a t a n al pueblo.
Asi corno u n m o n t e donde se h a n dejado dema-
siados resalvos no descansa bien v d e g e n e r a en
matorral, de i g u a l modo en u n Estado donde
h a y a exceso de nobles, el pueblo ciueda sin fuer-
za y sin vigor. E n t r e cada cien cabezas, apenas
u n a será propia para sostener el casco, y toda-
vía más difícil será hallar soldados para la i n -
fantería, que constituye el principal elemento
de los ejércitos: habrá, m u c h a g e n t e y poca
fuerza. Admirable fué la sabiduría con que E n -
rique VII, r e y de Inglaterra, del cual he habla-
do l a r g a m e n t e en la historia que h e escrito de
su reinado, estableció tierras y casas de u n v a -
lor fijo y moderado, cada u n a de las cuales po-
día m a n t e n e r u n a familia con u n desahogo su-
ficiente y en u n a condición apartada de la ser-
v i d u m b r e . Dispuso t a m b i é n que el jefe de cada
familia fuese propietario, ó al menos usufruc-
tuario, y no un colono que sufriese el y u g o y
que cultivase la tierra. Esto produce en u n a
nación lo que Virgilio dice de la a n t i g u a
Italia:
11
oí
Id a , 1
1] a i j e u
quo m m i di m . b a u o m m í<>^ í
•I. u ) » b 'i i J
i ti 11 a > t
IS
.on
е е е е le. r e n ò I r ' . . e a v o o o . е о . п о е
!
uiorcs e os g e e e'b'.. qer; oeeten
;
jo r o n s e s y i e a a i o o _,ooolp p o r Io
esripro>ia.„ е е з г е e n , l ¡ó г ее. g u e r r a
d r n i o de e n g r e n é ; e o^ra E s , p u e s ,
i n -
necesario que u n a nación que aspire á consti-
tuir un imperio, esté m u y alerta sobre las dife-
rencias que nacerán con motivo de sus limites,
de su comercio o del recibimiento de sus em-
bajadores, y que no contemporice cuando se la
provoque, y se halle dispuesta á enviar socorros
á s u s aliados. No do otro modo se han conduci-
do siempre los romanos: si uno de ¡os pueblos
amigos era atacado, a u n q u e tuviese además ron
otras naciones una alianza defensiva, ellos eran
ios primeros en mandarles socorros tan Jneuro
como los pedían, no dejándose j a m á s adelantar
en el honor del beneíicio.
.Respecto de las g u e r r a s que se hacian a n t i -
g u a m e n t e por unos pueblos en favor de ios que
t e n í a n i g u a l clase de gobierno, no comprendo
sobro qué derecho se fundaban: de esta especie-
eran las de los romanos por la libertad de la
Grecia, y la de los lacedemonios y atenienses
para estableceré para destruir las democracias y
las oligarquías. Tales son a ú n las que sostienen
los príncipes ó las repúblicas para, librar de la
tiranía á otros pueblos extranjeros. Pero baste
advertir, con respecto á este particular, que una
nación no debe aspirar á u n a grandeza consi-
derable, si no aprovecha todas las ocasiones de
armarse que se le puedan ofrecer.
N i n g ú n cuerpo, sea físico ó político, puede
conservar su salud sin ejercicio. Una guerra
justo, y honrosa es para u n listado la ocupación
m á s saludable. Una lucha i n t e s t i n a es semejan-
te al calor de la liebre; pero u n a g u e r r a e x t r a n -
jera puede compararse al calor causado por el
ejercicio, que conservada salud do los cuerpos.
L'na paz prolongada acaba con el vigor y cor-
rompe las costumbres, lis ventajoso para .la,
g r a n d e z a de u n a nación, a u n q u e no io s e a para
su comodidad, que esté casi siempre armada,; y
por más que sea m u y costoso el t e n e r perpetua-
m e n t e un ejército en pié de g u e r r a , cu esto
embiste m pac un pueblo sea arbitro de sus ve-
cinos (i -a uue i o g u a r d e n por lo menos u n a
.amado consideración. La España es u n a prue-
ba, de lo (pie decimos, y se ve que desde nace
(domo veinte anos tiene siempre u n ejército
eutrelenido en una parto ó en otra.
El listada que consigue el imperio do los
•;nares, va por el camino m á s corto á la m o n a r -
quía universal. Refiriéndose á los preparativos
de Poní peyó contra César, decía Cicerón á Ático
¡o s i g u i e n t e : (!s>,>..siliioa Puiujtci pla-ne Tfa'Hiis-
focuoil ('.VA' ¡/"[«i eiiiiii (¡".i hUli'l fiOl'd-nr. CHiit
i-ti'i<i,'. ¡ntliri.» Y sin duda que Pompeyo h u -
biera vencido á César, si por u n a confianza
m u y i m p r u d e n t e n o l i u b i o m m cambiad.
mor ¡don.
, omos jos 1
o r m o : s s e r n e m n o mm :
то i v o Ir ; p o r l a d e A c c i o , o o o d e m ' i o d.
•m (im a m u m o , у ¡ r o r i o . n o jy.ea son 00.0
immolos ; s n o ; : ; . o o s rio l o s A n . о u An-- -
:
A ; n : on. ••' or; о US ' o t o d o i ' en , ¡,o :
0 uni ; ••; : : и; ,•<) Osi и CS ' m m •, m o ¡
imml'o s m n o m s .m c o m p : o m o . o a ,oA
!
Sido s o m m a n o e s e v i d e n t e m 0 e m m re
uno ' mo 0 0 io.s .uoi'ns. mm, • : .....
:
."opa o r n e n r o m a n i . . . s d o umе., •.о".;," .
imo. 0 m A y m n lAor.u. n i n o P m u p e io u m
o's mbius " s b á n p r o m e t i d o s a i earioa e
•u : е е n : e,s r u a r e s .
аОГоПО;П.о> p i s m n e r r e s d o ПО: t u o a p i
ri o r n o s e l e u e n e n За o s c u r i d a d , спара:
m e n o con aquella puoria a m m a n a у cam
;
l í o s h e n о г е o n e t a n t o r e s p ì a . m .oc! о о m; .!
217
l i t a r o s , у.г) t e n e m o s p o r a e s t i m u l a r el v a l o r d e
las n o u e s , n a d a m á s q u e a m a n a s ó r d e n e s q u e
'a m i s m o se d i s p e n s a n á la. t o g a o s e á l a e s p a
d a . a!p а . г ' d i s t i n c i o n e s e n h e m e e n y a l o r e
1
r o s h a " ' d a h s pura, les sold : . 1 r s / е ю era.'S' e d a d
pi» sea " ' o d d n s m) se m ü h e c.e carado d e
:
•••••vir: a.a*a a u í l g m m m m e ie M;d ее e :V"dos
a . ".amo de b i i ' u l ' u , l a s a " ed a . a f"; " ) a ? i
oe',:.' '•: • : : a n i d a s .
XXX.
00 do;),. ч Г | ' : 1
, e y ' a i d e a , Y' eZ, :
00 l: : Г " М.Г de ' 00: 'O.lì < a":'. : i ; 00;s '''d'i Г 0
:
re e; o r ••• a :
л . eVO, a ó. ed'.', • о , : :
oe' • :
r
s O r a : . : . O'..è ' ¡00. ;o/ea';v;. 0 0 ' 0 OÓ*. .''..'a 0) 7'er'O
O!Ì'O.:0a. 0.1. : é a e " ; i o màxima (00!. e u r o p e e:
p o e o o a o i e v ¡ o a re o'O r o o m m г . е . Г •' иг; о."
e ! О" ;>е ; '. ' O r e : ;_ Ovvi 0! ,. ; г, ; О;;) ООО ! ¡ .-•! ( • e o e : ,
; (
eì p a o i e u l e trausigen i a m b i e n c o n la o m b r i n e -
àvà. Otrcsg p o r ci c o n t r a r i o , son d e m a s i a d o rr-
gidos y eseiavos do las r e g i a - de ir ciocci;., y
por n o separarne de é d a e , n o c o n c e d e r na-be a i
t e i u p e r a a t e n ' o i n d i v i d u a i , a la, s i t a a e i o e ó a ias
o i r e u n s t a n c i u s p a r t i c r d a r o s de doni-ermi a L i m o a d
dna. mèdico c a v a , m a r c i l a se;», u n térryim> m e -
d i o e u l v e e s b a e x i r o m o s , y si n o e s a o s i b i o en-
c o n t r a r i o ani, c o m b i n a i ! r e u n i d o s io* d e a i g e m a
opuedo; pero a i c o n s u l t a r a cualcjr.ic-va d o e l i o * ,
no dispenscis ineuor (um d a n z a ad <e e eonoce
bien v u e s t r o t e m p e r a m e n t o (pie al q a c g o z a de
mayer reputacior..
XXXI.
DE EA SOSPECHA.
XXXII.
XXXIII,
XXXIV.
i » ! T.A A M i i K j r n X .
XXXVIII.
DE LOS i i . í l i l I O S Y DE LA EDUCACIÓN.
~-^Sfü>^g^^.~—
XXXIX.
DE TA FORTCXA.
m: i . A usur I .
W. LA J T V K X T U D Y LA VL.TEZ.
XL1ÍI.
XLIV.
*
COXSIUEKACIOXES SOliRE LOS JAUDIXES.
¿ti
XLVI.
XLVIII.
!)!•: L O S KSTl'Dk
XJLIX.
LI.
DE LA ALABANZA.
LII.
DK L A VANIDAD ó DK LA V A N A 0 T . 9 P J . V .
Lili.
DE L A GLORIA Y LA REPUTACIÓN".
i-rs
INDICE
Piçincei.