Está en la página 1de 16

See

discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.net/publication/317531119

REFLEXIONES SOBRE LA EXPLICACIÓN


EVOLUTIVA EN CIENCIAS COGNITIVAS: EL
ORIGEN DE LA COGNICIÓN SOCIAL...

Article · June 2017


DOI: 10.17139/raab.2017.0019.01.09

CITATIONS READS

2 36

1 author:

Andrés Segovia Cuéllar


13 PUBLICATIONS 7 CITATIONS

SEE PROFILE

Some of the authors of this publication are also working on these related projects:

Developmental Systems, Affective Socialization and Intersubjectivity View project

Evolutionary Ethics View project

All content following this page was uploaded by Andrés Segovia Cuéllar on 21 June 2017.

The user has requested enhancement of the downloaded file.


REVISTA ARGENTINA DE ANTROPOLOGÍA BIOLÓGICA
Volumen 19, Número 1, Enero-Junio 2017

REFLEXIONES SOBRE LA EXPLICACIÓN EVOLUTIVA EN CIENCIAS


COGNITIVAS: EL ORIGEN DE LA COGNICIÓN SOCIAL HUMANA
COMO ESTUDIO DE CASO
Andrés Segovia Cuéllar

Grupo de Investigación “Ética, comportamiento y evolución”. Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional de Colombia.
Bogotá. Colombia.

PALABRAS CLAVE desarrollo humano; evolución social; crianza; psicología evolucionaria del desarrollo

RESUMEN Desde el planteamiento original de la teoría de la en la explicación del comportamiento social sugiriendo más
selección natural por Charles Darwin, han sido múltiples las alternativas explicativas que surgen de la crítica a la tradición
disciplinas científicas que han incluido explicaciones evoluti- adaptacionista y genética en ciencias biológicas, y al indivi-
vas en sus dominios de investigación. Sin embargo, es común dualismo metodológico de las ciencias cognitivas. Se discu-
encontrar una adhesión íntegra e irrevocable a las ideas de tirá de forma breve y comprimida en qué medida los estudios
la síntesis evolutiva moderna en estas disciplinas, particular- sobre la crianza cooperativa parecen mostrar una relación
mente en las ciencias humanas y cognitivas que se sustentan entre este fenómeno natural de parentalidad y la emergencia
biológicamente. En este trabajo se presentará una discusión de conductas sociales sofisticadas que posee el género huma-
breve sobre las posibles falencias que los argumentos evolu- no desde etapas tempranas del desarrollo, y que el resto de
tivos tradicionales presentan a la hora de construir hipótesis ejemplares homínidos existentes sólo desarrolla dependiendo
sobre la evolución social humana. En un primer momento, de complejas variables ambientales. Sistemas de desarrollo
fue relevante el planteamiento de un mecanismo diferencial, donde convergen herencias morfológicas, capacidades moto-
adquirido como adaptación cognitiva, que permitía al ser hu- ras y factores socio-ecológicos, serían el escenario explicati-
mano representar los estados mentales de otros individuos y vo ideal para los cuestionamientos revisados. Rev Arg Antrop
con base en ello predecir su comportamiento. Avanzaremos Biol 19(1), 2017. doi:10.17139/raab.2017.0019.01.09

KEY WORDS human development; social evolution; breeding; evolutionary developmental psychology
ABSTRACT Since the original approach to natural selec- social behavior suggesting additional explanatory alterna-
tion of Charles Darwin, several disciplines have included tives that arise from the critics to the ideas of adaptation
evolutionary explanations in their research fields. How- and genetic inheritance in biological and cognitive sci-
ever, it is common to find in them an integral agreement to ences. It will be briefly discussed to what extent the stud-
the ideas of modern evolutionary synthesis, particularly in ies about cooperative breeding seem to show a relation be-
biologically oriented human and cognitive sciences. In this tween parental behavior and the emergence of social skills
work it will be presented a brief discussion about possi- that human possess since birth, and the rest of great apes
ble shortcomings that evolutionary arguments show when only develop depending on complex environmental vari-
constructing hypothesis about social evolution. In a first ables. Developmental systems where morphological inher-
moment, it was relevant the proposition of a differential itances, motor skills and socioecological factors converge
mechanism, acquired as cognitive adaptation, that allowed would be the ideal explanatory scenario to the reviewed
humans to represent others’ mental states in order to pre- problems. Rev Arg Antrop Biol 19(1), 2017. doi:10.17139/
dict their behavior. We will advance in the explanation of raab.2017.0019.01.09

Reflexiones sobre la explicación evolutiva dad biológica y comportamental se explica de


forma intuitiva desde una postura determinista,
Las teorías creacionistas como la del argu- que relega el destino de las formas biológicas al
mento del diseño, pilar fundamental de la teo- curso de acción de elementos externos y tras-
logía humana prehistórica e histórica, plantean cendentales a él mismo, en este caso causas su-
que el origen de las especies vivas, su diversidad ficientes con características sobrenaturales. Fue
y comportamiento, se deben a elementos causa-
les predeterminados, inmutables y externos a los Financiamiento: Sin financiamiento.
propios organismos. En la mayoría de los casos,
*Correspondencia a: Cra 32ª # 25B-75. Torre 2, Apto 1704.
tales elementos causales se corresponden con la Bogotá, Colombia.
existencia de ámbitos trascendentes, ajenos a la
materialidad física y en su lugar asociados con Recibido 30 Julio 2015; aceptado 18 Abril 2016
el ámbito de lo divino y espiritual. La diversi- doi:10.17139/raab.2017.0019.01.09

7
SEGOVIA CUELLAR A./REV ARG ANTROP BIOL 19(1), 2017

Sir Charles Darwin (1872/1982) quién propuso planteó en su Origen de las Especies, que nues-
de manera categórica que las especies vivas no tra ignorancia acerca de las leyes de la variación
han habitado el espacio por siempre y que por es profunda (1982).
el contrario, son frutos del tiempo y el cambio La teoría evolutiva moderna configuró res-
(González Recio, 2004). Darwin fue el respon- puestas al problema del origen cuando adoptó
sable de la construcción primaria de la teoría de las propuestas de la genética mendeliana y de
la evolución, que planteo la diversidad biológica las poblaciones, y estableció lo que se denomina
como el producto de un cambio en el tiempo. la síntesis moderna de la evolución biológica,
Para Darwin, todos los seres vivos tienen un ori- concepción heredada hasta hoy, y que incluye
gen común y por lo tanto no han estado siempre además los principios rectores del marco expli-
como fruto de un diseño inteligente. cativo de Darwin a partir de la idea de selección
Lo que observamos en el planteamiento de natural. Dentro de este paradigma, la explica-
la teoría evolutiva darwiniana, es un esquema de ción causal sobre el origen de las variaciones
procesos interconectados que conforma una ro- se inclinó a dar un papel positivo a la selección
busta interpretación sobre el cambio gradual en natural y a su relación con los programas gené-
las formas vivas y su comportamiento. Ante el ticos de las especies vivas en el proceso de apa-
origen de variaciones en las formas biológicas y rición de variaciones fenotípicas, configurando
su comportamiento (i.e. generación aleatoria de una teoría evolutiva basada en el concepto de
variación heredable), los organismos se suceden adaptación.
de manera exitosa o no en el ambiente que los La síntesis moderna se establece en los años
circunda, siendo seleccionados para permanecer 40’ y 50’ del siglo XX, con el trabajo de perso-
en tiempo y en espacio, mientras algunas formas nalidades de la talla de Theodosius Dobzhansky,
que no logran tal éxito reproductivo desapare- Ronald Fisher, Julian Huxley, Ernst Mayr,
cen. Esto establece un panorama temporal de Sewell Wright entre otros (Amundson, 2005).
cambio constante y gradual que supone la evo- El desarrollo último de la propuesta Darwiniana,
lución biológica a partir de un ancestro común. concretado a partir de la síntesis moderna en el
Como ha sido señalado por varios autores, la siglo XX y fruto de la síntesis entre la selección
propuesta darwiniana se centró en argumentar natural y la teoría genética, ha supuesto para la
cómo las formas vivas provienen de un ancestro teoría biológica el mantenimiento de una tradi-
común y han mostrado divergencia a través de ción determinista en la explicación por el origen
sus relaciones con el medio y la operación de la de la vida, sus formas y su comportamiento, que
selección natural, que escogería aquellas formas se evidencia con la defensa del papel causal que
que mejor se ajustan al medio para que perma- cumplen los genes en el mantenimiento de las
nezcan en el tiempo, mientras aquellas que no, especies y sus formas en el mundo, y un papel
desaparecen. Sin embargo, el origen de las va- positivo de la selección natural en el manteni-
riaciones de las formas vivas, en términos mor- miento de características fenotípicas (Lewontin,
fológicos y comportamentales, fue un elemento 2001; Oyama et al., 2003; Wereha y Racine,
que se escapó a la argumentación de Charles 2012).
Darwin como fue señalado desde muy temprano Esta configuración teórica supone adicio-
por autores como George Mivart (1871). nalmente lo que se ha denominado el programa
Como fue señalado por Mivart, más allá de adaptacionista en biología evolutiva. Concreta-
la lógica argumentativa de la teoría Darwiniana mente, las variaciones morfológicas y comporta-
acerca de la evolución gradual de las formas vi- mentales de las especies permanecen en el tiem-
vas a partir de un ancestro común y debido a su po dado su ajuste al medio en el que se originan.
relación con el entorno, la teoría de la selección Podríamos decir que el medio selecciona las va-
natural parece dar cuenta de la preservación y riantes fenotípicas, y que por tal razón, la misma
aumento de la frecuencia, en tiempo y espacio, causa de su existencia está en su ajuste a las nece-
de características fenotípicas (morfológicas y sidades que ha impuesto ese entorno. La razón de
comportamentales) al interior de una población, ser de cualquier variable fenotípica, es que surge
pero no ofrece explicación consistente sobre el como adaptación a exigencias del medio exterior.
origen de tales variaciones. El mismo Darwin En palabras de García-Azkonobieta (2005), el

8
EVOLUCIÓN HUMANA, DESARROLLO Y COGNICIÓN SOCIAL

adaptacionismo “…ha tendido a considerar que vo es que, teniendo en cuenta que el ser humano
la mayoría de las características de los orga- se divide en su línea evolutiva del chimpancé
nismos deben ser consideradas adaptaciones, hace 6 millones de años, y tal ancestro común
es decir, surgidas como respuesta a una presión con paninos también diverge de otra línea evo-
selectiva, a un determinado problema planteado lutiva de primates hace unos 30 millones, los
por el entorno” (García-Azkonobieta, 2005:60). miembros del género Pan poseen una historia
El programa adaptacionista se ha visto seria- compartida de evolución con el ser humano de
mente criticado desde el planteamiento original unos 25 millones de años.
de Gould y Lewontin (1979), quienes caracteri- Hay diferentes elementos que pueden per-
zaron este programa como un paradigma pan- mitir realizar una crítica muy importante a la
glossiano. Según su crítica, un adepto al progra- reconstrucción con base en la idea de ancestro
ma adaptacionista podría dar un inconmensura- común. Empezando, cuando se compara a la
ble número de explicaciones al por qué alguna especie Pan con el ser humano, bien sea en ha-
característica de un organismo es adaptativa, bilidades cognitivas, motoras, o sociales-comu-
pues siempre tendrá una manera de justificar nicativas, la idea principal es que si en ciertas
que esta es un ajuste a determinada exigencia aptitudes se encuentran similitudes y en otras
ambiental. Así, “…si el análisis se hace a pos- diferencias, se deduce que el ancestro común
teriori, lo que necesariamente tiene que hacerse presentaba configuraciones asociadas a aquello
si se trata de analizar el porqué de la existen- similar, y que lo que pueda diferir entre ambas
cia de ciertas características, es sólo cuestión especies se ha adquirido durante la historia evo-
de ingenio encontrar alguna condición del am- lutiva particular del ser humano.
biente que favorezca cualquier tipo de cambio o Esta estrategia la podemos denominar como
al menos que no afecte la supervivencia de una la estrategia de reconstrucción. Inicialmente,
determinada especie” (Yáñez-Canal, 2004:165). existió entonces hace 6 millones de años un an-
De igual manera, una estrategia metodológi- cestro común (LCA) entre paninos y humanos
ca clave dentro de las propuestas evolucionistas que presentaba un conjunto de características
en ciencias del comportamiento y asociada a morfológicas y comportamentales que denomi-
la búsqueda por el origen de las características naremos T. Hoy en día, se propone que aquello
morfológicas o conductuales en las formas vi- que chimpancés y humanos mantengan en co-
vas, es comparar especies taxonómicamente si- mún será la presencia viva del ancestro común
milares buscando dilucidar en cuál momento de (T) y aquello en lo que difieran, supondrá las ad-
su historia de evolución éstas se separan de for- quisiciones que los humanos han tenido durante
ma distintiva, y de esta manera, puedan surgir su historia independiente de evolución y que le
diferencias en su morfología y comportamiento han otorgado diferencias respecto al ancestro
y que sugieran la aparición de éstas como adap- común (T*). Supongamos pues que T* significa
taciones diferenciales. Esta ha sido la estrategia teoría de la mente, intencionalidad compartida
utilizada en la psicología evolucionista, y el o cualquier otro mecanismo adaptativo, en este
contexto de los argumentos evolutivos utiliza- caso de tipo cognoscitivo (ver el origen de la
dos en la ciencia cognitiva apoyada biológica- cognición social desde la psicología evolucio-
mente, incluyendo claramente a las propuestas nista).
sobre la cognición social que nos interesan en Aquí llama la atención una idea en especial.
este trabajo. Se argumenta que chimpancés y humanos deben
De esta manera, un método clave dentro del tener una misma condición debido a su ancestro
pensamiento comparado ha sido encontrar si- común y que estas condiciones cambian con el
militudes comportamentales en otras especies paso del tiempo dependiendo de presiones se-
homínidas emparentadas con el ser humano, lectivas (S). En la estrategia evolutiva común,
especialmente el chimpancé (Pan troglodytes) y se piensa que el ser humano ha sufrido de cierto
el bonobo (Pan paniscus), como ejemplares de tipo de presiones selectivas S que han llevado a
otra lista de especies como el gorila (Gorilla go- configurar las características diferenciales (T*).
rilla) y el orangután (Pongo pygmaeus). La pre- Sin embargo, pareciera que nuestro pariente
misa clave dentro de este programa investigati- más cercano no ha sufrido ningún tipo de presión

9
SEGOVIA CUELLAR A./REV ARG ANTROP BIOL 19(1), 2017

selectiva, y se ha mantenido fiel al modelo del tió la emergencia de diversas teorías en el es-
ancestro común casi que sin variaciones. Aquí lo tudio de la cognición social a lo largo del siglo
que encontramos es que la idea de ancestro co- XX. La cognición social o intersubjetividad, ha-
mún puede llevar equivocadamente a una sobre- ciendo referencia a una particularidad humana,
estimación de las capacidades humanas y a una refiere a la capacidad de establecer relaciones
reflexión casi que exclusiva sobre las presiones sociales de alta complejidad donde dos o más
selectivas que han podido cumplir un rol en el ser sujetos centran su atención y comportamien-
humano y no en otras especies. Así, el chimpancé to sobre algún evento del mundo. Una de las
es el modelo de ancestro común, un fósil vivien- hipótesis más plausibles acerca de la unicidad
te, y comparados con ellos, podemos encontrar la social humana ha venido desde la psicología
clave para el origen de nuestra unicidad. comparativa y del desarrollo, junto a la teoría
Esta caracterización no es cierta. El chim- de la intencionalidad compartida de Michael
pancé pudo haber cambiado también de múlti- Tomasello y colegas (Tomasello, 1999; Call,
ples formas y generado características novedo- 2009; Tomasello, 2014). Esta teoría propone
sas (T*), teniendo en cuenta que nuestro ances- que en el ser humano evolucionó una capacidad
tro común simplemente no está a la mano para muy especial para compartir los estados menta-
su pesquisa. Un ejemplo viene con el estudio les con otros individuos, permitiendo la genera-
sobre la evolución del esqueleto postcraneal de ción de un punto de vista colectivo que genera la
los homínidos, en particular la morfología de las cooperación, la comunicación intencional y las
manos. Si bien se ha caracterizado el uso de he- acciones conjuntas.
rramientas en otras especies de homínidos como Este cuerpo teórico supone que existe en la
los chimpancés o los orangutanes, e incluso en evolución humana un punto de aparición de ca-
otras especies de simios y mamíferos (Whiten, pacidades cognitivas que permiten el estableci-
2012), la cultura material acumulativa del géne- miento de fondos de experiencia compartidos.,
ro homo, compuesta de industrias líticas como lo que da paso a la intersubjetividad: “yo sé que
el olduvayense, achelense y todas las posterio- tú sabes que yo sé que estamos mirando con-
res vinculadas al hombre en Eurasia, parecen juntamente (haciendo, actuando) sobre X”. La
vincular una avanzada capacidad de transmisión atención conjunta, la deixis no verbal o la pro-
cultural, habilidades viso-motoras complejas y socialidad, implican la existencia de un espacio
en particular, una muy fina evolución en el uso de interacciones donde los sujetos interactúan
de las manos por la locomoción bípeda (Rolian con objetos del mundo y otros sujetos, pero ade-
et al., 2010). Sin embargo, recientes aproxima- más, son conscientes que los otros sujetos tam-
ciones han mostrado que estas conclusiones, bién tienen dicha experiencia y conocimiento
siguen la idea que los chimpancés son fósiles (Tomasello et al., 2005).
vivientes que encarnan actualmente lo que pudo Para estos autores, los seres humanos po-
haber sido un ancestro común entre su géne- seen capacidades perceptuales intersubjetivas
ro y el género homo, y que los humanos han básicas propias de nuestra naturaleza homíni-
cambiado mientras nuestros parientes no. Por da como la comprensión de la postura o de la
medio de estudios anatómicos y morfológicos, mirada, pero es la presencia de un componente
Almécija et al. (2015), han propuesto que las cognitivo-motivacional, lo que permite que los
manos de los seres humanos han cambiado muy seres humanos comprendan la mentalidad y la
poco desde su separación de la línea evolutiva perspectiva de los otros, y se muevan a estable-
del género Pan, teniendo similitudes incluso con cer espacios compartidos de acción. Esto por
australopitecinos, mientras otros homínidos han ejemplo explicaría para estos autores, por qué
cambiado la anatomía de su mano en un grado el ser humano puede entender señales y com-
mayor. portamientos cooperativos, mientras los demás
homínidos utilizan sus habilidades de com-
El origen de la cognición social desde la prensión mental solamente para la competición
psicología evolucionista (Tomasello, 2009).
Lo que observamos en estas teorías, no es
La tradición cognitiva en psicología, permi- solamente el compromiso con una visión adap-

10
EVOLUCIÓN HUMANA, DESARROLLO Y COGNICIÓN SOCIAL

tativa clásica de la evolución, dónde un meca- Dentro de esta argumentación, sería un


nismo morfológico o comportamental se man- mecanismo cognitivo, derivado de un proceso
tiene en el tiempo y el espacio como adaptación adaptativo, lo que ha permitido la consecución
y por consecuencia de la selección natural, sino de procesos tan importantes como el aprendizaje
que este mecanismo es ahora un proceso o enti- social, la acumulación cultural y la pedagogía, y
dad cognitiva, con una naturaleza epistémica y a partir de allí, toda nuestra matriz histórica y
ontológica particular. Así, en algún punto de su socio-cultural. Con base en la representación de
historia evolutiva, el ser humano adquiere una los estados mentales - i.e. creencias, deseos, in-
habilidad mental, con potencial causal, que mo- tenciones-, los seres humanos construirían una
difica profundamente la cantidad y calidad de teoría sobre las otras mentes y la forma como
interacciones sociales que puede establecer en ocurre el comportamiento en contexto. La teo-
su medio exterior. La ciencia cognitiva clásica ría de la mente se estudió inicialmente a través
de corte representacional, se une a la biología de los experimentos de falsa creencia, donde
para explicar el origen de la unicidad humana se evaluaba la capacidad que tienen los niños
desde un punto de vista determinista y media- de atribuir estados mentales, en particular las
cional (i.e. los genes y los mecanismos menta- creencias, en condición de falsedad o no ade-
les, son agentes causales en la evolución de la cuación (Wimmer y Perner, 1983).
naturaleza de la especie humana). Para la teoría de la simulación (TS), la inter-
La propuesta de Tomasello es una más den- subjetividad es posible debido a una capacidad
tro de todas aquellas teorías en ciencia cognitiva sub-personal de percepción y comprensión di-
que buscando explicar un fenómeno particular, recta de los estímulos sociales provenientes de
han recaído en argumentos evolutivos con un la conducta de los demás, debido al acoplamien-
alto grado de restricción explicativa. El proble- to entre la percepción y la acción que existe en
ma de la intersubjetividad en psicología, enmar- nuestros sistemas neurofisiológicos. Las llama-
cado dentro de los estudios sobre la cognición das neuronas espejo, ejemplificarían este meca-
social, ha sido abordado por teorías represen- nismo de mapeo que vincula de manera directa
tacionales y computacionales derivadas de los las acciones percibidas, y las reacciones moto-
marcos de explicación propios de la revolución ras propias. (Gallese y Goldman, 1998; Galle-
cognitiva del siglo XX: el cognitivismo infor- se et al., 2009). Las neuronas espejo son neu-
macional y las teorías sobre la representación ronas bimodales –i.e. activadas de igual forma
mental. La explicación asumida desde tales ante estimulaciones motoras y sensoriales-, que
enfoques, siempre ha supuesto una adecuación se ubican en la corteza pre-motora y el lóbulo
unívoca a las implicaciones propias de la sín- parietal inferior del cerebro. Estas células reac-
tesis moderna de la evolución, preformista y cionan tanto a una acción ejecutada como a la
adaptacionista. observación de dicha acción. En consecuencia,
La propuesta que es reconocida en el campo se puede concluir que estas neuronas permiten
cognitivo como teoría de la mente (TT) postula mapear información sensorial con su respectiva
que la capacidad de entender a los otros se logra información motora, generando implícitamente
a través de la adquisición y desarrollo de habi- la comprensión de las acciones observadas, pues
lidades meta-cognitivas consistentes en leer (i.e. genera una simulación, de orden sub-personal,
inferir) los estados mentales de los otros. Los que nos permite el acceso a una experiencia so-
seres humanos podrán establecer relaciones y bre la acción observada (Rizzolatti y Sinigaglia,
formas de entendimiento con los demás gracias 2008; Gallese y Cuccio, 2015).
a que han desarrollado una especial capacidad En nuestro sistema motor está la clave de la
para descifrar las creencias, deseos e intencio- cognición social, pues al convergir la estimula-
nes de sus semejantes, en últimas, representar ción sensorial sobre las acciones con simulacio-
sus estados mentales y a partir de ello prede- nes corporales y disposicionales de las mismas,
cir su conducta (Premack y Woodruff, 1978; los sujetos comprenderían de forma inconscien-
Wimmer y Perner, 1983; Leslie, 1987; 1994a; te y práctica, el sentido de las acciones ajenas
1994b; Carruthers y Smith, 1996; Baron-Cohen, en contexto. Los resultados de los estudios so-
1997). bre la neurofisiología de la acción sugieren que

11
SEGOVIA CUELLAR A./REV ARG ANTROP BIOL 19(1), 2017

las propiedades funcionales del sistema cortical biológica que no fueron consideradas en la
motor y del mecanismo especular, poseen un construcción de la síntesis moderna heredada.
sentido intencional motor muy específico, que En el caso de Baldwin (1896) es conocida su
no puede ser reducido a meros estados mentales propuesta sobre la evolución ontogenética, que
(i.e. creencias, deseos, intenciones, etc.). incluye la herencia de mecanismos de aprendi-
En ambos casos, tanto la TT como la ST, in- zaje adquiridos durante la experiencia de un or-
sisten de manera unívoca en la existencia de me- ganismo (el efecto Baldwin), mientras que para
canismos biológicos adaptativos pre-formados, Waddington (1962), los escenarios de desarro-
que hacen parte del pool genético de nuestra es- llo de los organismos suponen paisajes epige-
pecie y que permiten de una manera compleja, néticos que incluyen no sólo vías ordenadas de
establecer relaciones intersubjetivas de amplia manifestación fenotípica a partir de genotipos
complejidad a partir de procesos como la aten- (creodas), sino la posibilidad de manifestacio-
ción conjunta, la comunicación intencional, la nes no preformadas que constituirían gran parte
cooperación, el lenguaje, entre otros. del desarrollo de los individuos y que implican
siempre una totalidad denominada epigenoma.
Tomando en serio el desarrollo: Biología, Respecto a las ideas constitutivas de la
Psicología y Cognición Social desde un EVO-DEVO, el filósofo naturalista argentino
paradigma relacional Gustavo Caponi (2011) nos dice: “…para que
una variación fenotípica surja y pueda entrar
El rescate del organismo como lógica y or- en competencia darwiniana con otras, algo en
ganización activa, el papel de los seres vivos en el proceso de la ontogénesis tiene que ser atro-
su perpetuación, y su desarrollo como escenario fiado o hipertrofiado, agregado o suprimido,
genuino de surgimiento del fenómeno biológi- transpuesto o deformado, postergado o antici-
co per se, son algunas de las inquietudes que pado; (…) además de física o fisiológicamente
permiten el surgimiento de la epigenética y la posible, un cambio evolutivo también tiene que
biología evolutiva del desarrollo (EVO-DEVO) ser ontogenéticamente posible; y esto nos lle-
durante el siglo XX, versiones que intentan va tener que aceptar que, independientemente
complementar las tendencias explicativas en de recapitularla o no, la ontogénesis también
biología evolucionaria. guía a la filogénesis: sus exigencias, que no son
Las teorías propias a la biología evolutiva menos acuciantes que las ecológicas, limitan y
del desarrollo (EVO-DEVO), han establecido el orientan la senda de la evolución como también
desarrollo de los organismos como crucial para lo hace, paralelamente, la propia selección na-
entender la evolución desde el punto de vista del tural. Lo evolutivamente posible sólo puede ser
ciclo de crecimiento y vida. En estas teorías se un recorte de lo ontogenéticamente permitido;
busca encontrar los principios morfológicos y y, por eso, la secuencia y el margen de manio-
de desenvolvimiento que rigen la variabilidad bra de los fenómenos evolutivos debe someterse
natural y del comportamiento. Para la EVO-DE- a los constreñimientos y a los direccionamientos
VO, el desarrollo informa (da forma) a la evo- que le imponen los requerimientos organizacio-
lución de la misma manera como la evolución nales de la ontogenia” (Caponi, 2011:12-13).
hace con el desarrollo. La aparición de la EVO- Así mismo, la teoría de los sistemas de de-
DEVO supone la inclusión de diferentes debates sarrollo (Oyama, 2000a; 2000b), plantea una
antiguos en el ámbito de las ciencias biológicas: paridad causal en el proceso evolutivo. Los or-
La recapitulación ontogenia-filogenia, la heren- ganismos no son programas genéticos estáticos
cia de caracteres adquiridos, la organización y pasivos, sino una red de interacción de compo-
biológica siguiendo principios internos emer- nentes –i.e. genes, productos, sustratos, elemen-
gentes irreductibles a sus partes, son algunos de tos celulares, extracelulares, ambientales-, que
ellos. permanece estable en el tiempo pues se recons-
En el campo de los estudios sobre la herencia, truye generación tras generación, estableciendo
ya a inicios del siglo XX diversos autores como sistemas de desarrollo diferenciados. Teniendo
James Mark Baldwin o Conrad Waddington pro- en cuenta la idea que no sólo los recursos gené-
pusieron visiones extendidas de la evolución ticos componen lo que es una especie y en últi-

12
EVOLUCIÓN HUMANA, DESARROLLO Y COGNICIÓN SOCIAL

mas un organismo individual, Oyama reclama el aprendizaje social, y 2) que estas habilidades
una democracia causal, que permita identificar sociales suponen precursores del entendimiento
las formas vivas como sistemas en desarrollo lingüístico y proposicional que adquirimos más
que recapitulan una y otra vez, un proceso de adelante en nuestro desarrollo bajo el nombre de
interacción en red que incluye elementos de teoría de la mente (Carpendale y Lewis, 2004;
todo tipo durante la formación de los sistemas Legerstee, 2005; Reddy, 2008; Rochat, 2009;
biológicos. Gallagher y Hutto, 2012).
Con respecto a los aspectos innovadores de El problema además se ubica en la relación
la EVO-DEVO y la teoría de sistemas de desa- que existe entre factores causales y definitorios
rrollo podemos mencionar que: 1) el organismo de los fenómenos sociales. La simulación o la
como sistema autónomo es central para enten- teoría de la mente, así como la teoría de inten-
der la evolución, 2) la genética se empieza a in- cionalidad compartida, parecen suponer me-
crustar en un contexto dinámico donde no hay canismos sub-personales, de tipo mental, que
predeterminación en la generación de fenotipos, subyacen y permiten la conducta social. Para
3) las propiedades globales (i.e. organísmicas) la teoría enactiva no hay nada más allá de las
influyen en la selección y evolución de los or- interacciones sociales mismas que explique su
ganismos, 4) así como las condiciones de activi- constitución, por lo cual la cognición social se-
dad, organización social y tradiciones compor- ría la emergencia convergente de habilidades
tamentales de los seres vivos (Avital y Jablonka, complejas de interacción y de tal modo un siste-
2000; Fragaszy y Perry, 2008), y por último, 5) ma de desarrollo complejo, y no un mecanismo
la selección actúa sobre entidades previamente que posibilita la vida social. En este sentido, la
organizadas, es decir, la organización biológica teoría enactiva aboga por una pulcritud concep-
tiene una primacía ontológica respecto a regula- tual que evita falacias mereológicas y errores
ridades externas de su existir, como la multipli- categoriales (Bennett y Hacker, 2003; Susswein
cación y la reproducción. Esta es la configura- y Racine, 2009), adicional a reconocer el papel
ción conceptual que hoy se encuadra en la teoría del desarrollo ontogenético en la aparición de
de la síntesis evolutiva extendida (Pigliucci, habilidades cognitivas.
2010; Laland et al., 2015). Jerome Bruner (1990) fue uno de los psi-
Ahora bien, para ciertas propuestas recientes cólogos que con más ahínco criticó el modelo
corporizadas, organísmicas e interactivas en cien- computacional, la representación y la idea del
cias cognitivas (De Jaegher y Di Paolo, 2007; Di niño como teórico en la psicología evolucionis-
Paolo et al., 2010; Gallagher y Povinelli, 2012; ta y del desarrollo. Para Bruner, era necesario
Fantasia et al., 2014), lav cognición social como tener en cuenta que las habilidades cognitivas,
proceso psicológico no requiere como elemento incluso la psicología popular o el conocimien-
causal un proceso de lectura mental en forma de to ordinario que se tiene sobre cómo funcionan
teoría, ni un mecanismo sub-personal, ambos las personas y sus estados mentales, están dadas
heredados como adaptación. La intersubjetivi- por las prácticas sociales y la pertenencia a co-
dad define conductas sociales que son constitu- munidades verbales por parte de los individuos.
yentes de nuestra vida social, y no un elemento Para este autor, hay que tener en cuenta que hay
causal individual (i.e. sub-personal o represen- disposiciones innatas, pero más allá, debemos
tacional), que la permita (Susswein y Racine, prestar atención a los mecanismos de desarrollo
2008). y posteriormente a los mecanismos de comuni-
Las propuestas interactivas de la cognición cación cultural. En sus palabras: “nuestras re-
social han hecho sólidos sus argumentos toman- presentaciones innatas están gatilladas por los
do elementos de la psicología del desarrollo y la actos y expresiones de los otros y por ciertos
cognición corporizada, donde se hace énfasis en contextos básicos en los cuales los seres huma-
un modelo constructivo que permite identificar: nos interactúan” (Bruner, 1990:73).
1) que las relaciones sociales y el entendimien- A partir de estas ideas, nace la inclusión de
to social se construyen y complejizan a partir la interacción social como fundacional para el
de las capacidades sensorio-motrices y afec- estudio sobre el desarrollo cognitivo y del enten-
tivas tempranas, es decir, con la interacción y dimiento social. Vasudevy Reddy (2008), arguye

13
SEGOVIA CUELLAR A./REV ARG ANTROP BIOL 19(1), 2017

que el desarrollo humano sólo ocurre en el con- Estas primeras etapas de interacción social,
texto de ricas secuencias de interacciones socia- preceden una intersubjetividad secundaria que
les experimentadas por los niños desde temprano. surge a partir de los nueve meses, etapa que
Durante los primeros meses de vida, ya existen para Tomasello (1999) supone la introducción
espacios de interacción social donde se generan del niño humano en las habilidades cognitivas
significados y el niño adquiere un conocimiento propias de su especie (i.e. el entendimiento del
práctico de sí mismo como unidad frente a los otro como sujeto de vivencias que posee estados
otros y un conocimiento sobre los otros, siendo mentales en forma de entidades reconocibles
la diada madre-hijo el punto básico de lo social, cuya actividad en contexto puede ser compar-
y las proto conversaciones (i.e. interacciones cor- tida). Esta etapa es consecuencia de la primera
porales y comunicación emocional), el origen y se basa en el mismo tipo de habilidades cor-
del entendimiento social. De hecho son las inte- porales y activas en contexto: poder establecer
racciones con cuidadores y otros sociales lo que relaciones con el mundo junto a otras perso-
permite una primera construcción del sentido de nas, es decir, establecer relaciones tríadicas que
sí mismo. La auto-conciencia, en términos muy componen un segmento sujeto-objeto-sujeto, y
concretos, podría definirse como la habilidad de además, el entendimiento de las regularidades
objetivar el sí mismo a través de los ojos evalua- culturales que ocurren en los contextos de la
tivos de otros (Rochat, 2015). acción y el uso de los objetos, en procesos de
En términos de la conciencia de los otros, atención conjunta, comunicación referencial,
como seres humanos llegamos al mundo con la cooperación, etc.
capacidad de expresar y comunicar. La imitación A partir de los 9 meses, los seres humanos
neonatal (Meltzoff y Moore, 1977) es una de las desarrollan habilidades intersubjetivas como
primeras manifestaciones de enganche afectivo la atención conjunta, la referencia social, los
y social en términos corporales. Esta capacidad, gestos de señalamiento, entre otros. Diferentes
emerge de la disponibilidad para percibir y res- autores han trabajado sobre la hipótesis de una
ponder a los movimientos expresivos de otros relación muy estrecha entre el tipo de vínculo
agentes, enganchándonos con expresiones facia- e interacción emocional en los niños en etapas
les como respuesta. Esta sensibilidad o atendi- primarias y la capacidad de tomar perspectivas
miento corporal, se inicia con las interacciones y tener una capacidad para interactuar de for-
constantes con los cuidadores. Estas interacciones ma tríadica (sujeto-sujeto-objeto) y reflexio-
enseñan al niño sobre su propia subjetividad cor- nar de forma no-predicativa y reflexiva sobre
poral y su cuerpo como vehículo social que pue- la conciencia e intencionalidad de los otros
de significar para otros. Lo que permite el desa- (Bretherton y Beeghly, 1982; Legerstee y
rrollo social es el enganche interactivo, donde, las Varghese, 2001; Legerstee y Barillas, 2003;
expresiones significativas y las formas de acción Legerstee et al., 2007). Esto empieza a confi-
del cuerpo, manifiestan o revelan la subjetividad gurar un escenario constructivo donde el pre-
propia y alterna. Estos encuentros están saturados requisito para la existencia de capacidades in-
de expresión significativa. El desarrollo, se da en tersubjetivas sofisticadas, es el enganche socio-
este espacio desde el comienzo, incluso respecto afectivo temprano en escenarios institucionali-
al desarrollo de la auto-consciencia, pues mi vi- zados de interacción corporal.
vencia de la atenta mirada del otro sobre mí como Con respecto a la psicología comparada, las
objeto, como objeto de su experiencia y atención, críticas a las interpretaciones evolutivas de tipo
es la base de una articulada y luego desarrolla- cognitivo no hay surgido, hasta el momento,
da noción de auto-consciencia (Reddy y Morris, desde las teorías interactivas de la cognición so-
2004). La intersubjetividad primaria (Trevarthen cial que basan su argumentación sobre aspectos
y Hubley, 1978; Trevarthen, 1979; Murray y ontogenéticos, sino desde la psicología compa-
Trevarthen, 1986), refiere a esta etapa donde se rativa y la primatología que han desarrollado ar-
establecen interacciones corporales y afectivas gumentos de tipo analítico y conductual (Racine
entre el niño y los adultos, con base en conductas et al., 2008; Gallagher y Povinelli, 2012; Racine
motoras que se coordinan con las de otros en una et al., 2012).
estructura de turnos o conversación. Los argumentos esgrimidos en estas pro-

14
EVOLUCIÓN HUMANA, DESARROLLO Y COGNICIÓN SOCIAL

puestas analíticas se centran en la limitación con niños occidentales en constante aprendizaje


que las estrategias evolutivas estándar –i.e. ba- social.
sadas en la teoría evolutiva sintética y utiliza- Esto lleva al segundo punto: una inadecuada
das por los autores tradicionales en psicología concepción sobre lo que es una especie y cómo
y ciencias cognitivas-, poseen para dar cuenta tal concepto permea las concepciones sobre la
de la evolución del comportamiento humano relación entre la genética y la fenotipia. Lo que
(Leavens et al., 2005; Wereha y Racine, 2012; se puede observar en los estudios comparativos
Leavens, 2014). Estos autores señalan que la tradicionales, es la idea de que un solo programa
comparación generalizada entre los seres huma- genético estable es el responsable de las caracte-
nos y otros homínidos se basa comúnmente en rísticas fenotípicas y de comportamiento de una
ideas erróneas sobre la adaptación, y la relación especie, y que tales características programadas
entre la genética, factores socio-ecológicos y no pueden variar por condiciones socio-ecológi-
ontogenia, restando importancia a las contribu- cas, haciendo de la especie aquella estabilidad
ciones que las variables ambientales y los siste- en el tiempo de un programa genético manifes-
mas de desarrollo tienen sobre la evolución del tado universalmente. Los chimpancés o prima-
comportamiento humano (Leavens, 2014). tes en experimentación, son ejemplos paradig-
Para los psicólogos comparativos analíticos, máticos de sus programas genéticos, y muestran
las diferencias que seres humanos muestran res- con especificidad las capacidades de cada una
pecto a otros homínidos en la manifestación y de sus especies, en la mayoría de los casos, leja-
comprensión de comunicación, y además en el nas a los logros humanos (i.e. ausencia de teoría
comportamiento prosocial, se derivan de: a) una de la mente, comunicación intencional y coope-
inadecuada selección de grupos de estudio y b) ración).
visiones inconvenientes sobre el concepto de es- En la Figura 1 se comparan algunas capaci-
pecie, derivadas de una controvertida idea sobre dades intersubjetivas que han sido estudiadas
la relación entre genética y desarrollo. Con res- en nuestros parientes más cercanos, los chim-
pecto a la primera crítica algunos autores analí- pancés, dentro de las cuales se encuentra prin-
ticos nos dicen que la comparación inter-espe- cipalmente la comunicación intencional. La
cies que incluyen primordialmente chimpancés comunicación intencional sería aquella con-
u otros primates y seres humanos, no tienen una ducta comunicativa que se acomoda flexible-
correcta preparación de escenarios experimen- mente al estado comportamental de pares so-
tales y una inadecuada selección de grupos de ciales o receptores. Se caracteriza por ocurrir
estudio. Se argumenta que la comparación de socialmente (i.e. ante una audiencia, el emisor
primates humanos en correcto desarrollo, en es- se acomoda al estatus atencional del receptor,
cenarios familiares donde concurren elementos existe alternación visual entre emisor y recep-
positivos para la interacción afectiva y motora, tor, se da de forma persistente ante el error, en-
no puede realizarse con especies que se desa- tre otros (Leavens, 2004).
rrollan en cautiverio con una muy variada limi- Según Bates (1976), los gestos de comuni-
tación de recursos, barreras que constriñen sus cación intencional en el ser humano se pueden
capacidades, y una completa ausencia de intimi- dividir en dos clases: imperativos y declarati-
dad afectiva con figuras de cuidado. vos. Para el primer caso, el gesto tiene como
En este sentido sería evidente que las ca- finalidad la consecución de una acción por parte
pacidades de comunicación intersubjetiva que de quien lo observa y en beneficio de quien lo
muestran los niños humanos en desarrollo serán manifiesta, es decir, es una herramienta en bus-
diferentes de aquellas mostradas por otros pri- ca de un objetivo práctico. En el segundo caso,
mates, pues las historias de crianza y el grado el objetivo del gesto es la atención del receptor,
de contacto afectivo con otros individuos, gene- y la compartición de escenarios intersubjetivos
rará claramente una diferencia en capacidades con este (Brinck, 2004). La comunicación inten-
intersubjetivas. En síntesis, los primates utiliza- cional es además la conducta necesaria para la
dos en experimentos sobre intersubjetividad son deixis, que se traduce como la capacidad para
animales en cautiverio, sin ningún tipo de enri- localizar para un observador una entidad o lugar
quecimiento social, que no pueden compararse específicos (Leavens, 2004). La importancia de

15
SEGOVIA CUELLAR A./REV ARG ANTROP BIOL 19(1), 2017

Fig. 1. Manifestaciones de comportamientos intersubjetivos y comunicativos en chimpancés con diferentes en-


tornos de desarrollo. Fuente: Leavens, D., Bard, K., & Hopkins, W. D. (2010). BIZARRE chimpanzees do not
represent “the chimpanzee”. Behavioral and Brain Sciences 33 (2-3):100-1001. Reproducido con permiso de
Cambridge University Press.

este tipo de comunicación, en especial la deixis sible que se diera una comunicación declarativa.
manual, es que supone una característica única Partiendo de estas ideas, se ha sostenido que los
humana, que aparece en el desarrollo alrededor seres humanos pueden manifestar comunicación
del año de vida (Bates et al., 1975; Carpenter et declarativa mientras otras especies no, así como
al., 1998). personas con autismo, quienes jamás desarro-
Con respecto a la comunicación intencio- llan esta habilidad (Baron-Cohen, 1997).
nal, las teorías clásicas sostienen que mientras La comunicación intencional en el estudio
la comunicación imperativa, de carácter instru- con chimpancés que se refiere en la Figura 1, se
mental, puede compartirse con otras especies evalúo a través del gesto de señalamiento ma-
por su naturaleza asociativa, la comunicación nual (manual pointing), un tipo de comunica-
declarativa necesita de una motivación parti- ción (intencional) no verbal, ejercida con alguna
cular por parte del emisor, quien evidenciaría parte del cuerpo, en este caso la mano; el uso
con su conducta la posesión de una capacidad del dedo índice para los gestos (index finger);
cognitiva particular, en este caso, la teoría de la la presencia de señalamiento declarativo (i.e.
mente (para Tomasello, la intencionalidad com- comunicación intencional con motivación de
partida). Sólo si el emisor tuviera la capacidad tipo prosocial), tanto con seres humanos (decla-
de representar los estados mentales de los de- rative) como entre la misma especie (between
más, y así mismo quisiera cambiarlos, sería po- apes); y comprensión de la comunicación inten-

16
EVOLUCIÓN HUMANA, DESARROLLO Y COGNICIÓN SOCIAL

cional, especialmente el gesto de señalamiento casos, probablemente por las limitaciones que el
(comprehension). cautiverio representa para ellos en términos de
Como se resume, para cada una de las mues- la libre locomoción y la consecución individual
tras de comportamiento existen diferencias cla- y deliberada de alimentos. Esto ha llevado a
ras entre chimpancés en estado salvaje (Wild Leavens et al. (2005) a proponer la hipótesis del
Chimpanzees), chimpancés institucionalizados espacio-problema referencial. Los autores pro-
o en cautiverio (Institutionalized Chimpanzees) ponen que los chimpancés en libertad no tienen
y chimpancés criados con alto grado de afecti- variables que constriñan su desarrollo motor por
vidad y empatía, en contextos de enculturación lo cual nunca dependen de otros para la conse-
o entrenamiento con lenguaje humano (Home- cución de fines particulares, y por ende no ma-
raised or Language-trained Chimpanzees). La nifiestan gestos intencionales de señalamiento
presencia de estos comportamientos sociales, a conspecíficos. En cautiverio, las barreras am-
evidencia de capacidades intersubjetivas desa- bientales que se añaden a sus espacios-problema
rrolladas, es claramente superior en los chim- impulsan la manifestación de gestos comunica-
pancés criados en contextos humanos y de in- tivos para la sucesión de conductas o fines. El
teracción simbólica, si se comparan con los ani- ser humano nace biológicamente débil y con
males en estado salvaje o de cautiverio. necesidad constante de ayuda externa. Sólo des-
Para quién interprete estos datos hay dos pués del año de vida consigue una locomoción
cosas claras: 1) los chimpancés como especie autónoma y deliberada, por lo cual, la necesidad
dan cuenta de un mismo programa genético que de comunicación intencional (dentro de ella los
compone su especificidad, 2) las variables con- gestos de señalamiento) se encuentra presente
textuales e históricas, en este caso la interacción desde los primeros meses de vida (Leavens et
de los individuos con barreras del ambiente o al., 2008).
enriquecimientos (i.e. dependencia de otros para Cabe anotar que teniendo en cuenta los crite-
realizar acciones u obtener algo, crianza en con- rios para definir una conducta de comunicación
textos humanos o de interacción simbólica), son intencional, los diferentes estudios citados cum-
las que modifican la capacidad intersubjetiva de plieron con las diferentes condiciones, a saber,
los animales, lo que implicaría una alteración la manifestación ante una audiencia, la alternan-
comportamental no derivada del pool genético. cia de miradas entre el objeto de referencia y
Para la psicología evolucionista tradicional, ba- el otro social, la persistencia, etc. Estas condi-
sada integralmente en la síntesis evolutiva mo- ciones han sido reportadas en múltiples estudios
derna (genetista y darwiniana), estos fenómenos que se encuentran resumidos en Leavens et al.
no podrían interpretarse con claridad. (2008). Lo más importante, es que algunos de
Se ha encontrado que diferentes grupos de estos criterios parecen verse modificados por la
chimpancés en cautiverio generalmente incu- condición de desarrollo y crianza de los simios.
rren en la manifestación de comunicación inten- Para los chimpancés entrenados en lenguaje o
cional gestual (i.e. gesto de señalamiento) ante criados en ambientes positivos con filiación hu-
conspecíficos o humanos en busca de comida mana, algunas de estas conductas se presentaron
(Call y Tomasello, 1994; Leavens et al., 1996; con mayor probabilidad que para los chimpan-
Leavens et al., 2004), algo que contrasta con la cés sin contacto cercano humano ni entrena-
limitada evidencia asociada a la manifestación miento en lenguaje.
de gestos de señalamiento por parte de chimpan- En otro punto asociado a la manifestación de
cés en libertad (Vea y Sabater-Pi, 1998; Pika y comunicación intencional nos encontramos con
Mitani, 2006). el fenómeno de la comunicación declarativa.
En este aspecto ya encontramos el primer Como ya referimos, la comunicación intencio-
elemento contextual que modifica la conducta nal declarativa es un acto de referencia (flexible
comunicativa de estos ejemplares homínidos. socialmente) cuyo principal objetivo es la aten-
Ante una diferencia clara de condiciones am- ción del receptor, y el establecimiento de una re-
bientales (i.e. la libertad vs el cautiverio), los lación de atención conjunta o experiencia inter-
chimpancés muestran con mayor probabilidad subjetiva con otro social (Bates, 1976; Brinck,
el gesto de señalamiento en el segundo de los 2004). Si bien se ha aceptado que la manifesta-

17
SEGOVIA CUELLAR A./REV ARG ANTROP BIOL 19(1), 2017

ción de comunicación intencional imperativa es La hipótesis de la crianza cooperativa y


probable en simios en cautiverio, particularmen- un entorno ontogenético ancestral
te por una relación de aprendizaje asociativo, la
presencia de comunicación declarativa ha sido Según la teoría de intencionalidad comparti-
negada taxativamente por los autores tradicio- da referida previamente (Tomasello et al., 2005),
nales de la escuela cognitiva. en algún punto de la evolución (y luego de la
A este respecto cabe resaltar que diferentes divergencia con el ancestro común al chimpan-
estudios han demostrado que homínidos con un cé), el género homo desarrolló la capacidad para
grado alto de crianza humana, así como aque- establecer escenarios compartidos con los otros,
llos entrenados en lenguaje, pueden manifestar suponiendo la aparición de una facultad T* aña-
comunicación declarativa. Un primer caso se dida a las capacidades del ancestro común y que
observa en el trabajo de Kellogg y Kellogg du- no se presenta en otras especies homínidas. Ac-
rante los años treinta con el chimpancé “Gua” tualmente esta investigación sobre capacidades
(Kellogg y Kellogg, 1933), y décadas más tar- intersubjetivas, cooperación y prosocialidad,
de con el trabajo de Sue Savage-Rumbaugh dirigida exclusiva hacia los homínidos, ha sido
con simios entrenados en lenguaje, de los cuestionada alternativamente por nuevos acer-
cuales sobresale la bonobo “Kanzi” (Savage- camientos y hallazgos al comportamiento de los
Rumbaugh, 1986). monos del nuevo mundo.
En el caso de chimpancés, Call (2011) cita un La hiper-sociabilidad humana, si bien carac-
escenario experimental donde un chimpancé in- terizada por la cooperación y la conducta pro-
formó a otro del instrumento que necesitaba para social de manera parcial, ha sido comparada con
desarrollar otra tarea (Savage-Rumbaugh et al., la vida social de algunas especies de primates
1978). Según otra fuente (Savage-Rumbaugh et más lejanos taxonómicamente, como lo son los
al., 1998), la madre de Kanzi, “Matata”, dirigía titíes y tamarinos (calitrícidos y leontopiteci-
la atención de la investigadora del estudio hacia nos), encontrando lo que parecieran improba-
sonidos inusuales mirando y gesticulando hacia bles similitudes. La cooperación en algunos mo-
aquella dirección (citado por Leavens, 2004). nos del nuevo mundo, como los titíes, es mucho
En otro estudio reciente, algunos investigadores más alta que aquella presente en los homínidos
observaron al orangután “Bimbo” comunicando no humanos. Es así como se ha establecido que
declarativamente a sus semejantes en un juego una de las condiciones que ha permitido el sur-
programado (Pelé et al., 2009). gimiento de la intersubjetividad humana es la
Ahora bien, algunas reflexiones teóricas crianza cooperativa presente en primates como
comprueban que a pesar de una gran flexibili- los monos tití y nosotros mismos (Burkart et al.,
dad comportamental, la generación de la aten- 2009; Hrdy, 2009; Burkart et al., 2014). En este
ción conjunta, la deixis no verbal, el compor- caso, estudiar el comportamiento social de espe-
tamiento prosocial y específicamente la com- cies con crianza cooperativa, podría darnos más
prensión de comunicación intencional coope- luces sobre el origen de nuestra intencionalidad
rativa, parecen estar limitadas profundamente compartida que el estudio de las especies cerca-
para el caso de los homínidos existentes (Call, nas taxonómicamente, a saber, los miembros del
2011; Moore, 2013; Moore et al., 2015), mien- género Pan. En algunos estudios recientes sobre
tras la manifestación y comprensión de cierto tolerancia social y prosocialidad, se ha eviden-
tipo de comportamientos sociales parece darse ciado que los primates con amplia presencia de
de forma clara en especies como el perro (Hare crianza cooperativa y cuidado alomaterno como
y Tomasello, 2005; Kirchhofer et al., 2012). Homo sapiens, Leontopithecus chrysomelas, o
Lo que termina inquietando luego de esta re- Saguinus oedipus, son los que de manera más
visión, es cuáles serían entonces las funciones amplia muestran dichas conductas (Burkart y
y procesos que permiten el establecimiento de Finkenwirth, 2015).
las habilidades intersubjetivas, sin pensar de Si bien existen dudas al respecto de la natu-
manera inmediata que existe una adaptación raleza cooperativa de la crianza en el ser huma-
cognitiva heredada genéticamente que pueda no, es claro que en especies extintas del género
dar cuenta de ellos. Homo (Homo erectus-ergaster, Homo heidel-

18
EVOLUCIÓN HUMANA, DESARROLLO Y COGNICIÓN SOCIAL

bergensis, etc.), la crianza cooperativa supuso cies diversas con historias evolutivas, sistemas
una necesidad evolutiva que se extiende hasta sociales y grados de corporización y libertad
hoy en la mayoría de los casos. En los humanos, anatómica similares.
son grupos familiares extensos los que por lo
general se hacen cargo de las crías, morfológi- LITERATURA CITADA
ca y comportamentalmente débiles hasta el año
de vida, e incluso algunos procesos fisiológicos Almécija S, Smaers JB, Jungers WL. 2015. The evolution of
human and ape hand proportions. Nature communica-
asociados a la vejez, como la menopausia en tions 6. doi:10.1038/ncomms8717.
las mujeres, puede haber favorecido la partici- Amundson R. 2005.  The changing role of the embryo
pación de miembros adicionales en la crianza in evolutionary thought: roots of evo-devo. Cam-
bridge: Cambridge University Press. doi:10.1017/
como las abuelas (Hawkes y Coxworth, 2015). cbo9781139164856
Si tenemos en cuenta las características que Andrade E. 2009. La ontogenia del pensamiento evolutivo. Bo-
nos diferencian de los homínidos vivos y en gotá: Editorial Universidad Nacional de Colombia.
Avital E, Jablonka E. 2000. Animal traditions: Behavioural
particular del chimpancé, podemos entonces ar- inheritance in evolution. Cambridge: Cambridge Uni-
ticular una posible hibridación de capacidades versity Press. doi:10.1017/cbo9780511542251.
que habría terminado en la unicidad cognitiva Baldwin JM. 1896. A new factor in evolution.  Amer Nat
536-553. doi:10.1086/276428
humana. A las capacidades comportamentales Baron-Cohen S. 1997. Mindblindness: An essay on autism
propias del linaje homínido, y derivadas de su and theory of mind. Boston: MIT press.
libertad motora y repertorio de acciones inten- Bates E. 1976. Language and context. New York: Academic
Press.
cionales, lo que incluye la posibilidad del apren- Bates E, Camaioni L, Volterra V. 1975. The acquisition
dizaje social, la utilización de herramientas of performatives prior to speech.  Merrill-Palmer Q
sencillas, el entendimiento perceptual básico de 21(3):205-226.
Bennett M. y Hacker PMS. 2003. Philosophical foundations
las intenciones y objetivos del comportamien- of neuroscience. Malden: Blackwell Publishing.
to en otros y la comunicación gestual (Donald, Bretherton I., Beeghly M. 1982. Talking about internal sta-
1991; Leroi-Gourhan, 1993; Zlatev et al., 2005; tes: The acquisition of an explicit theory of mind. Dev
Psychol 18(6):906. doi:10.1037/0012-1649.18.6.906
Malafouris, 2013), se sumó en algún entorno de Brinck I. 2004. The pragmatics of imperative and declarati-
desarrollo ancestral la tradición comportamen- ve pointing. CSQ 3(4):429-446.
tal de la crianza cooperativa, lo que permitió la Bruner JS. 1990. Acts of meaning. London:Harvard Univer-
sity Press.
transformación de estas capacidades para fines Burkart JM, Finkenwirth C. 2015. Marmosets as model
cooperativos y la emergencia de la pedagogía, species in neuroscience and evolutionary anthro-
la prosocialidad, la ayuda, la aversión alocén- pology.  Neurosci Res  93:8-19. doi:10.1016/j.neu-
res.2014.09.003
trica de inequidad, la comunicación declarativa Burkart JM, Allon O, Amici F, Fichtel C, Finkenwirth, C,
la intencionalidad compartida y la cultura cu- Heschl A., van Schaik CP. 2014. The evolutionary
mulativa (Burkart et al., 2009). Esto permitió origin of human hyper-cooperation.  Nat Commun  5.
doi:10.1038/ncomms5747
que cada una de estas habilidades se potencia- Burkart JM, Hrdy, SB, Van Schaik CP. 2009. Cooperative
lizara socialmente permitiendo la creación de breeding and human cognitive evolution. Evol Anthro-
escenarios de actividad conjunta y evolución pol 18:175-186. doi:10.1002/evan.20222
Call J. 2009. Contrasting the social cognition of humans
cultural compleja, estableciendo en lo definicio- and nonhuman apes: The shared intentionality hypo-
nal el marco de la intencionalidad compartida thesis. Top Cogn Sci 1:368–379. doi:10.1111/j.1756-
que gatilla la subjetividad, la intersubjetividad e 8765.2009.01025.x
Call J. 2011. La comunicación de los primates con los huma-
incluso la postura ética del ser humano ante los nos en el laboratorio. Aloma. Rev Psicol Ciències Educ
demás (Rochat, 2015). Esport 28:69-88.  
La idea preliminar de esta reflexión es pro- Call J, Tomasello M. 1994. Production and comprehen-
sion of referential pointing by orangutans (Pongo pyg-
mover una visión crítica sobre la comparación maeus). J Comp Psychol 108(4):307. doi:10.1037/0735-
entre el ser humano y sus parientes más cerca- 7036.108.4.307
nos los primates. Vale la pena hoy en día tener Caponi G. 2011. La segunda agenda darwiniana. Contribu-
ción preliminar para una historia del programa adapta-
en cuenta los factores socio-ecológicos y las cionista. México: Centro de Estudios Filosóficos Políti-
historias de manera extendida, abriendo la posi- cos y Sociales Vicente Lombardo Toledano.
bilidad de encontrar los factores de nuestra uni- Carpendale JI, Lewis C. 2004. Constructing an understan-
ding of mind: The development of children’s social
cidad, tanto en elementos no tenidos en cuenta understanding within social interaction. Behav Brain
hasta ahora como el desarrollo, como en espe- Sci 27:79-96. doi:10.1017/S0140525X04000032

19
SEGOVIA CUELLAR A./REV ARG ANTROP BIOL 19(1), 2017

Carpenter M, Nagell K, Tomasello M, Butterworth G, Moore chable, and linkable resource. Wiley Online Library.
C. 1998. Social cognition, joint attention, and commu- doi:10.1002/9781118900772
nicative competence from 9 to 15 months of age. Mo- Hrdy SB. 2009. Mothers and others: The evolutionary ori-
nog Soc Res Child Dev i-174. doi:10.2307/1166214 gins of mutual understanding. Cambridge: Harvard
Carruthers P, Smith PK, editores. 1996. Theories of theories University Press.
of mind. Cambridge: Cambridge University Press. Hutto DD. 2012. Folk psychological narratives: The socio-
doi:10.1017/CBO9780511597985 cultural basis of understanding reasons. Cambridge:
Darwin C. 1982. El origen de las especies (Vol. 38). Madrid: MIT Press.
Edaf. Kellogg WN, Kellogg L. 1933. The ape and the child: A
De Jaegher H, Di Paolo E. 2007. Participatory sense-making: study of environmental influence upon early behavior.
An enactive approach to social cognition. Phenomenol New York: McGraw-Hill.
Cogn Sci 6:485–507. doi:10.1007/s11097-007-9076-9 Kirchhofer K, Zimmermann F, Kaminski J, Tomasello
Di Paolo EA, Rohde M, De Jaegher H. 2010. Horizons M. 2012. Dogs (Canis familiaris), but not Chimpan-
for the enactive mind: Values, social interaction, and zees (Pan troglodytes). Understand imperative poin-
play.  En: Stewart JR, Gapenne O, Di Paolo EA, edi- ting. PLoS ONE 7(2). doi:e30913. 10.1371/journal.
tores.  Enaction: Toward a new paradigm for cogniti- pone.0030913
ve science. Cambridge: MIT Press. doi:10.7551/mi- Laland KN, Uller T, Feldman MW, Sterelny K, Müller GB,
tpress/9780262014601.003.0003. p 33-87. Moczek A, Odling-Smee J. 2015. The extended evolu-
Donald M. 1991. Origins of the modern mind: Three stages tionary synthesis: its structure, assumptions and predic-
in the evolution of culture and cognition. Cambridge: tions. Proc R Soc Lond B Bio 282(1813):20151019.
Harvard University Press. doi:10.1098/rspb.2015.1019
Fantasia V, De Jaegher H, Fasulo A. 2014. We can work it Leavens DA. 2004. Manual deixis in apes and humans. Inte-
out: an enactive look at cooperation. Front Psychol 5. ract Stud 5:387-408.
doi:10.3389/fpsyg.2014.00874 Leavens DA. 2014. The plight of the sense-making ape. En:
Fragaszy DM, Perry S. 2008. The biology of traditions: models Cappuccio M, Froese T, editores.  Enactive cognition
and evidence. Cambridge: Cambridge University Press. at the edge of sense-making. Basingstoke: Palgrave
Froese T, Gallagher S. 2012. Getting interaction theory Macmillan. doi:10.1057/9781137363367_4
(IT) together: Integrating developmental, phenomeno- Leavens DA, Hopkins WD, Bard KA. 1996. Indexical and
logical, enactive and dynamical approaches to social referential pointing in chimpanzees (Pan troglodytes). J
interaction. Interact Stud 13:436 468. doi:10.1075/ Comp Psychol 110(4):346-353. doi:10.1037/0735-
is.13.3.06fro 7036.110.4.346
Gallagher S, Hutto D. 2008. Understanding others through Leavens DA, Hopkins WD, Bard KA. 2005. Understan-
primary interaction and narrative practice. En: Zlatev ding the point of chimpanzee pointing: Epigenesis and
J, Racine T, Sinha C, Itkonen E, editores. The shared ecological validity.  Curr Dir Psychol Sci  14:185-189.
mind: Perspectives on intersubjectivity. Amsterdam: doi:10.1111/j.0963-7214.2005.00361.x
John Benjamins. p17-38. doi:10.1075/celcr.12.04gal. Leavens DA, Hopkins WD, Bard KA. 2008. The hete-
Gallagher S, Povinelli D. 2012. Enactive and behavioral rochronic origins of explicit reference. En: Zlatev J,
abstraction accounts of social understanding in chim- Racine, TP, Sinha C, Itkonen E, editores. The shared
panzees, infants, and adults. Rev Phil Psych 3:145-169. mind: Perspectives on intersubjectivity. Amsterdam:
doi:10.1007/s13164-012-0093-4. John Benjamins Publishing. 
Gallese V, Cuccio V. 2015. The paradigmatic body.  Open Leavens DA, Hopkins WD, Thomas, RK. 2004. Referential
MIND 1-23. communication by chimpanzees (Pan troglodytes).  J
Gallese V, Goldman A. 1998. Mirror neurons and the simu- Comp Psychol  118(1):48-57. doi:10.1037/0735-
lation theory of mind-reading. Trends Cogn Sci 2:493- 7036.118.1.48
501. doi:10.1016/S1364-6613(98)01262-5 Leavens DA, Bard KA, Hopkins WD.  2010.  Bizarre
Gallese V, Rochat M, Cossu G, Sinigaglia C. 2009. Motor chimpanzees do not represent “the chimpanzee”.
cognition and its role in the phylogeny and ontogeny Behav Brain Sci 33(2-3):100-101. doi:10.1017/
of action understanding.  Dev Psychol  45(1):103-113. S0140525X10000166
doi:10.1037/a0014436 Legerstee M. 2005. Infants’ sense of people: precursors to
García Azkonobieta T. 2005. Evolución, desarrollo y (auto) a theory of mind. Cambridge: Cambridge University
organización. Un estudio sobre los principios filosó- Press. doi:10.1017/CBO9780511489747
ficos de la evo-devo. (Tesis doctoral, Universidad del Legerstee M, Barillas Y. 2003. Sharing attention and poin-
País Vasco). ting to objects at 12 months: is the intentional stance
González Recio JL. 2004. Teorías de la vida. Madrid: Síntesis. implied?. Cogn Dev 18(1):91-110. doi:10.1016/S0885-
Gould SJ, Lewontin RC. 1979. The spandrels of San Marco 2014(02)00165-X
and the Panglossian paradigm: a critique of the adapta- Legerstee M, Varghese J. 2001. The role of maternal affect
tionist programme.  Proc R Soc Lond B Bio  205:581- mirroring on social expectancies in three-month-old
598.doi:10.1098/rspb.1979.0086 infants. Child Dev 72(5):1301-1313. doi:10.1111/1467-
Hare B, y Tomasello M. 1999. Domestic dogs (Canis fa- 8624.00349
miliaris) use human and conspecific social cues to Legerstee M, Markova G, Fisher T. 2007. The role of ma-
locate hidden food.  J Comp Psychol  113(2):173-177. ternal affect attunement in dyadic and triadic commu-
doi:10.1037/0735-7036.113.2.173 nication. Inf Behav Dev 30(2):296-306. doi:10.1016/j.
Hare B, Tomasello M. 2005. Human-like social skills in infbeh.2006.10.003
dogs?.  Trends Cogn Sci  9(9):439-444. doi:10.1016/j. Leroi-Gourhan A. 1993.  Gesture and speech. Cambridge:
tics.2005.07.003 MIT Press.
Hawkes K, y Coxworth JE. 2015. Grandmothers and the Leslie AM. 1987. Pretense and representation: The ori-
evolution of human sociality. Emerging trends in the so- gins of theory of mind. Psychol Rev 94:412–426.
cial and behavioral sciences: an interdisciplinary, sear- doi:10.1037/0033-295X.94.4.412

20
EVOLUCIÓN HUMANA, DESARROLLO Y COGNICIÓN SOCIAL

Leslie AM. 1994a. Pretending and believing: Issues chol 14(5):647-665. doi:10.1177/0959354304046177.


in the theory of ToMM. Cognition  50(1):211-238. Rizzolatti G, Sinigaglia C. 2008. Mirrors in the brain: How
doi:10.1016/0010-0277(94)90029-9 our minds share actions and emotions. New York:
Leslie AM. 1994b. ToMM, ToBy, and agency: Core ar- Oxford University Press.
chitecture and domain specificity. En: Hirschfeld Rochat P. 2009. Others in Mind. Social origins of self-
L, Gelman S, editores. Mapping the mind: Domain consciousness. New York: Cambridge University Press.
specificity in cognition and culture. New York: Cam- doi:10.1017/CBO9780511812484
bridge University Press. p 119– 148. doi:10.1017/ Rochat P. 2015.  Origins of Possession. Cambridge: Cam-
CBO9780511752902.006. bridge University Press.
Lewontin RC. 2001. The triple helix: Gene, organism, and Rolian C, Lieberman DE, Hallgrímsson B. 2010. The coevo-
environment. Cambridge: Harvard University Press. lution of human hands and feet. Evol 64(6):1558-1568.
Malafouris L. 2013. How things shape the mind. Cambrid- Savage-Rumbaugh ES. 1986. Ape language: from conditio-
ge: MIT Press. ned response to symbol. New York: Columbia Univer-
Meltzoff AN, y Moore MK. 1977. Imitation of facial and sity Press.
manual gestures by human neonates. Sci 198(4312):75- Savage-Rumbaugh ES, Rumbaugh DM, Boysen S. 1978.
78. doi:10.1126/science.198.4312.75 Symbolic communication between two chimpanzees
Mivart GJS. 1871. On the genesis of species. London: (Pan troglodytes). Sci 201(4356):641-644. doi:10.1126/
Macmillan. science.675251
Moore R. 2013. Evidence and interpretation in great ape Savage-Rumbaugh S, Shanker SG, Taylor TJ. 1998. Apes,
gestural communication. Humana. Mente. 24: 27-51. language, and the human mind. New York: Oxford Uni-
Moore R, Call J, Tomasello M. 2015. Production and versity Press.
comprehension of gestures between orangutans Susswein N, Racine TP. 2008. Sharing mental states.  En:
(Pongo pygmaeus) in a referential communication Zlatev J, Racine, TP, Sinha C, Itkonen E, editores. The
game. PloS one 10(6), e0129726. doi:10.1371/journal. shared mind: Perspectives on intersubjectivity. Amstetr-
pone.0129726 dam: John Benjamins Publishing. 
Murray L, Trevarthen C. 1986. The infant’s role in mother– Tomasello M. 1999. The cultural origins of human cogni-
infant communications.  J Child Lang 13(01):15-29. tion. Cambridge: Harvard University Press.
doi:10.1017/S0305000900000271 Tomasello M. 2009.  Why we cooperate. Cambridge: MIT
Oyama S. 2000a.  Evolution’s eye: A systems view of the press.
biology-culture divide. Durham: Duke University Tomasello M. 2014. A natural history of human thin-
Press. doi:10.1215/9780822380658 king. Cambridge: Harvard University Press.
Oyama S. 2000b. The Ontogeny of Information: Develop- doi:10.4159/9780674726369
mental Systems and Evolution. Durham: Duke Univer- Tomasello M, Carpenter M, Call J, Behne T, Moll H. 2005.
sity Press. doi:10.1215/9780822380665 Understanding and sharing intentions: the origins
Oyama S, Griffiths PE, Gray RD. 2003. Cycles of contin- of cultural cognition. Behav Brain Sci 28:675–735.
gency: Developmental systems and evolution. Cam- doi:10.1017/S0140525X05000129
bridge: MIT Press. Trevarthen C. 1979. Communication and cooperation in
Pelé M, Dufour V, Thierry B, Call J. 2009. Token transfers early infancy: A description of primary intersubjectivi-
among great apes (Gorilla gorilla, Pongo pygmaeus, ty. En: M. Bullowa, editor. Before speech, Cambridge:
Pan paniscus, and Pan troglodytes): species differences, Cambridge University Press. p 321-348.
gestural requests, and reciprocal exchange. J Comp Ps- Trevarthen C, Hubley P. 1978. Secondary intersubjectivity:
ychol 123(4):375-384. doi:10.1037/a0017253 Confidence, confiding and acts of meaning in the first
Pigliucci MM. 2010.  Evolution-the extended synthesis. year. En: Lock A, editor. Action, gesture and symbol:
Cambridge: MIT Press. The emergence of language. London: Academic. p 183-
Pika S, Mitani J. 2006. Referential gestural communi- 229.
cation in wild chimpanzees (Pan troglodytes).  Curr Veà J, Sabater-Pi J. 1998. Spontaneous pointing behaviour
Biol 16(6):191-192. doi:10.1016/j.cub.2006.02.037 in the wild pygmy chimpanzee (Pan paniscus).  Folia
Premack D, Woodruff G. 1978. Does the chimpanzee have Primatol 69(5):289-290. doi:10.1159/000021640
a theory of mind?.  Behav Brain Sci  1(04):515-526. Waddington CH. 1962. New patterns in genetics and develo-
doi:10.1017/S0140525X00076512 pment. New York: Columbia University Press
Racine T, Leavens D, Susswein N, Wereha T. 2008.Concep- Wereha TJ, Racine TP. 2012. Evolution, development, and
tual and methodological issues in the investigation of human social cognition. Rev Philos Psychol 3:559-579.
primate in-tersubjectivity. En:  Morganti F, Carassa A, doi:10.1007/s13164-012-0115-2
Riva G, editores. Enacting intersubjectivity: A cogni- Whiten A. 2012. Culture evolves. New York: Oxford Uni-
tive and social perspective on the study of interactions. versity Press.
Amsterdam: IOS Press. p 65–80. Wimmer H, Perner J. 1983. Beliefs about beliefs: Repre-
Racine T, Wereha T, Leavens D. 2012. Primates, motion and sentation and constraining function of wrong beliefs in
emotion: To what extent nonhuman primates are inter- young children’s understanding of deception. Cognition
subjective and why. En: Foolen A, Lüdtke M, Racine 13:103–128. doi:10.1016/0010-0277(83)90004-5
T, Zlatev J, editores. Moving ourselves, moving others: Yáñez-Canal J. 2004. La estrategia de la reina roja. La dis-
Motion and emotion in intersubjectivity, consciousness cusión biológica sobre la evolución y el progreso y sus
and language. Amsterdam: John Benjamins Publis- implicaciones para la psicología. Diálogos 3. Discusio-
hing Company. p 221-242. doi:10.1075/ceb.6.09rac. nes contemporáneas en la Psicología. Universidad Na-
Reddy V. 2008. How infants know minds. Cambridge: Har- cional de Colombia.
vard University Press. Zlatev J, Persson T, Gärdenfors P. 2005. Bodily mime-
Reddy V, Morris P. 2004. Participants don’t need sis as “the missing link” in human cognitive evolu-
theories knowing minds in engagement.  Theor Psy- tion. LUCS 121.

21
View publication stats

También podría gustarte