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3.

PROSPERIDAD EN MEDIO DE LA CRISIS

BASE BÍBLICA

“Aconteció que cierto día pasaba Eliseo por Sunem. Y había allí una mujer importante, quien
le invitó insistentemente a comer. Y sucedía que cada vez que él pasaba, entraba allí a
comer.” (2 Reyes 4:8).

TIEMPOS DE CRISIS

• Era una época de crisis.

• Políticamente los reinos de Judá e Israel estaban divididos.

• Débiles, expuestos a las invasiones y al hambre (2 Reyes 4:38).

• Además había decadencia espiritual.

• Una situación muy parecida a la que vivimos el día de hoy.

• Esas fueron las condiciones en que le toco vivir a la mujer de la que hablaremos esta
noche.

LA MUJER SUNAMITA

Un día Eliseo iba en el camino a Sunem, por el que transitaba frecuentemente, cuando conoció
a la mujer Sunamita, que a su vez lo reconocía como un santo hombre de Dios (2 Reyes 4:8-9) y
lo invitó insistentemente a comer en su casa junto con su siervo Giezi.

Cualidades de la mujer Sunamita

1. Compartía las bendiciones de Dios con otros.

 A pesar de la crisis económica, esta mujer anónima, era prospera, tenía una casa
cómoda, criados y un esposo respetado.
 Uno de los secretos de su prosperidad era que tenía la virtud de compartir.
 Una muestra es que invitó insistentemente a comer a Eliseo cada vez que lo veía y sin
duda, también lo hacía con los más necesitados.
2. Era hospitalaria
 No solo brindó hospedaje al profeta.
 Le pidió a su esposo construirle una habitación para que descansara cuando estuviera
de paso.
 En ese tiempo solo los pudientes podían construir habitaciones para las visitas.
 Ser hospitalario trae muchas bendiciones.
3. Tenía temor de Dios
 Al distinguir a Eliseo como un santo hombre de Dios (2 R. 4:9).
 Al testificar a su esposo para que él también sepa de Dios.
 Cuando su hijo murió, solicito la ayuda del profeta Eliseo (4:22 y 30).
 Cuando Eliseo se le daba indicaciones y las obedecía fielmente.
 Había suficientes evidencias para probar que esta era una mujer de Fe.

4. Era bondadosa.

• Su testimonio de bondad.
• De amor al prójimo.
• En agradecimiento, el profeta le preguntó si necesitaba algo (4:13).
• Con humildad le respondió que lo que hacía, lo hacía desinteresadamente.
• Pero había algo que ella y su esposo anhelaban y era tener un hijo.
• Eliseo preguntó a Giezi: ¿Qué haremos por ella? Y él respondió: ella no tiene hijos, y su
marido es viejo (4:14).
“Eliseo acudía a menudo a este retiro, agradecido por la tranquila paz que le ofrecía. Y Dios
no pasó por alto la bondad de la mujer. No había niños en su hogar; y el Señor recompensó
su hospitalidad con el don de un hijo.” (P. R. p. 178).

4. Se mantuvo fiel en medio de las pruebas

• El niño creció.
• Un día mientras trabajaba con su padre, se quejó de un fuerte dolor de cabeza.
• Lo llevaron a su madre, lo tuvo recostado sobre sus rodillas hasta el mediodía y murió
(4:19-20).
• Que terrible tragedia.
• La madre del niño busca personalmente a Eliseo.
• Manifiesta su fe con estas palabras: “¡Vive Jehová, y vive tu alma, que no me apartaré
de ti! “ (4:30).
• Llegaron a casa.
• Eliseo entró, cerró la puerta y oró a Jehová.
• Se echó sobre el niño, su boca sobre su boca, sus ojos sobre sus ojos, y sus manos
sobre sus manos. Así se tendió sobre él, y el cuerpo del niño entró en calor… siete
veces lo hizo y abrió sus ojos (4:32-35).
“Así fue recompensada la fe de esta mujer. El gran Dador de la vida le devolvió a su hijo. Así
también serán recompensados sus fieles cuando, en ocasión de su venida, el Señor devolverá
a sus siervos los hijos que les fueron arrebatados por la muerte” (P. R. p. 180).

6. Obedeció los mandatos de Dios en toda circunstancia.

• Nuevamente se avecinaba una etapa de hambruna.

• Eliseo habló con ella, le dijo: “Levántate tú con toda tu familia y ve a residir donde
puedas, pues Jehová ha llamado al hambre, y vendrá sobre la tierra durante siete
años” (8:1).
• La mujer obedeció las indicaciones del profeta.
• Siete años después, al regresar, fue al palacio del rey.
• Cuando llego, Giezi estaba ahí y le dijo al rey quien era ella.
• Le contó como Dios resucito a su hijo.
• “Entonces el rey le asignó un funcionario, diciendo: Haz que le sean devueltas todas las
cosas que eran suyas… desde el día que dejó el país hasta ahora” (8:4-6).
CONCLUSIÓN.

• Recordemos algunos de los secretos que ayudaron a esta mujer a ser prospera.
• Compartir con otros las bendiciones que Dios.
• Usar los bienes que poseemos para apoyar su causa.
• Ser bondadosos.
• Servir desinteresadamente a Dios.
• Obedecer los mandatos de Dios.
• Confiar en las promesas de Dios.
• La recompensa de servir fielmente a Dios fueron bendiciones abundantes.

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