por Sunem. Y había allí una mujer importante, quien le invitó insistentemente a comer. Y sucedía que cada vez que él pasaba, entraba allí a comer.” (2 Reyes 4:8). TIEMPOS DE CRISIS • Era una época de crisis. • Políticamente los reinos de Judá e Israel estaban divididos. • Débiles, expuestos a las invasiones y al hambre (2 Reyes 4:38). • Además había decadencia espiritual. • Una situación muy parecida a la que vivimos el día de hoy. • Esas fueron las condiciones en que le toco vivir a la mujer de la que hablaremos esta noche. LA MUJER SUNAMITA
Un día Eliseo iba en el camino a
Sunem, por el que transitaba frecuentemente, cuando conoció a la mujer sunamita, que a su vez lo reconocía como un santo hombre de Dios (2 Reyes 4:8-9) y lo invitó insistentemente a comer en su casa junto con su siervo Giezi. Cualidades de la mujer sunamita 1. Compartía las bendiciones de Dios con otros. • A pesar de la crisis económica, esta mujer anónima, era prospera, tenia una casa cómoda, criados y un esposo respetado. • Uno de los secretos de su prosperidad era que tenia la virtud de compartir. • Una muestra es que invitó insistentemente a comer a Eliseo cada vez que lo veía y sin duda, también lo hacia con los más necesitados. 2. Era hospitalaria • No solo brindó hospedaje al profeta. • Le pidió a su esposo construirle una habitación para que descansara cuando estuviera de paso. • En ese tiempo solo los pudientes podían construir habitaciones para las visitas. • Ser hospitalario trae muchas bendiciones. 3. Tenía temor de Dios • Al distinguir a Eliseo como un santo hombre de Dios (2 R. 4:9). • Al testificar a su esposo para que él también sepa de Dios. • Cuando su hijo murió, solicito la ayuda del profeta Eliseo (4:22 y 30). • Cuando Eliseo se le daba indicaciones y las obedecía fielmente. • Había suficientes evidencias para probar que esta era una mujer de Fe. 4. Era bondadosa. • Su testimonio de bondad. • De amor al projimo. • En agradecimiento, el profeta le preguntó si necesitaba algo (4:13). • Con humildad le respondió que lo que hacia, lo hacia desinteresadamente. • Pero había algo que ella y su esposo anhelaban y era tener un hijo. • Eliseo preguntó a Giezi: ¿Qué haremos por ella? Y él respondió: ella no tiene hijos, y su marido es viejo (4:14). “Eliseo acudía a menudo a este retiro, agradecido por la tranquila paz que le ofrecía. Y Dios no pasó por alto la bondad de la mujer. No había niños en su hogar; y el Señor recompensó su hospitalidad con el don de un hijo.” (P. R. p. 178). 5. Se mantuvo fiel en medio de las pruebas • El niño creció. • Un día mientras trabajaba con su padre, se quejo de un fuerte dolor de cabeza. • Lo llavaron a su madre, lo tuvo recostado sobre sus rodillas hasta el mediodía y murió (4:19-20). • Que terrible tragedia. • La madre del niño busca personalmente a Eliseo. • Manifiesta su fe con estas palabras: “¡Vive Jehová, y vive tu alma, que no me apartaré de ti! “ (4:30). • Llegaron a casa. • Eliseo entró, cerró la puerta y oró a Jehová. • Se echó sobre el niño, su boca sobre su boca, sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre sus manos. Así se tendió sobre él, y el cuerpo del niño entró en calor… siete veces lo hizo y abrió sus ojos (4:32-35). “Así fué recompensada la fe de esta mujer. El gran Dador de la vida le devolvió a su hijo. Así también serán recompensados sus fieles cuando, en ocasión de su venida, el Señor devolverá a sus siervos los hijos que les fueron arrebatados por la muerte” (P. R. p. 180). 6. Obedeció los mandatos de Dios en toda circunstancia. • Nuevamente se avecinaba una etapa de hambruna. • Eliseo habló con ella, le dijo: “Levántate tú con toda tu familia y ve a residir donde puedas, pues Jehová ha llamado al hambre, y vendrá sobre la tierra durante siete años” (8:1). • La mujer obedecio las indicaciones del profeta. • Siete años después, al regresar, fue al palacio del rey. • Cuando llego, Giezi estaba ahí y le dijo al rey quien era ella. • Le contó como Dios resucito a su hijo. • “Entonces el rey le asignó un funcionario, diciendo: Haz que le sean devueltas todas las cosas que eran suyas… desde el día que dejó el país hasta ahora” (8:4-6). Conclusión. • Recordemos algunos de los secretos que ayudaron a esta mujer a ser prospera. • Compartir con otros las bendiciones que Dios. • Usar los bienes que poseemos para apoyar su causa. • Ser bondadosos. • Servir desinteresadamente a Dios. • Obedecer los mandatos de Dios. • Confiar en las promesas de Dios. • La recompensa de servir fielmente a Dios fueron bendiciones abundantes.