Está en la página 1de 2

UN NEGOCIO TRADICIONAL

En más de 28 países, la mayoría de ellos naciones del norte de África, se acepta la circuncisión femenina (o
mutilación genital femenina, como la llaman sus críticos), la cual se practica a niñas de entre 7 y 12 años de
edad. La operación consiste en extirpar la mayor parte de los genitales externos de la niña, entre ellos el
clítoris y los labios menores. En la mayoría de esos países, el procedimiento lo realiza una practicante
femenina, que usa un pequeño cuchillo o una navaja de afeitar sin aplicar anestesia. Por lo general, las niñas
se resisten, así que varias mujeres las sujetan mientras se efectúa la operación. Quien realiza las
circuncisiones cobra por el servicio y considera su trabajo como negocio. Se estima que en los países en los
que se acepta ampliamente esta práctica, las tarifas anuales de todos los negocios que proporcionan servicios
de circuncisión totalizan decenas de millones de dólares.
Las madres en estos países sienten que deben circuncidar a sus hijas porque, de otra manera, ningún “buen
hombre” querría casarse con ellas. Muchas creen que la circuncisión controla los deseos sexuales de la mujer
y purifica su espíritu de forma que los demás puedan comer lo que ella cocina. Aunque la práctica no se
menciona en el Corán, muchos musulmanes del norte de África creen que se requiere la circuncisión
femenina por ciertas aseveraciones que atribuyen a Mahoma, el fundador del Islam. Los estudiosos islámicos
discuten la autenticidad y la interpretación de tales afirmaciones.
Muchos estadounidenses y europeos creen firmemente que la mutilación genital femenina es una agresión
inmoral a una niña indefensa y reacia a aceptarla, que no le proporciona ningún beneficio médico, pero sí
riesgos de contraer graves infecciones, además de privarla permanentemente de la capacidad de sentir placer
sexual. Ellos han presionado a los gobiernos extranjeros para que eliminen la práctica y tomen medidas
estrictas contra las mujeres que hacen negocio con ello, porque violan los derechos humanos de miles de
niñas.
Quienes están a favor de la circuncisión femenina arguyen que los occidentales que quieren prohibirla tratan
de imponerles su propia moralidad. Una practicante somalí declaró: “Es una gran ofensa y una gran
interferencia en nuestras vidas y nuestros estilos de vida. Durante mucho tiempo, los europeos han venido a
nuestros países y nos han dicho cómo vivir nuestras vidas y cómo comportarnos, y nosotros creemos que eso
es totalmente inaceptable. Ya no permitiremos que los extranjeros nos digan cómo comportarnos o que
pongan nuestros negocios en riesgo. Para que nuestras hijas sean libres, deben someterse a este
procedimiento. Es su derecho como mujeres y nuestra obligación como adultos es hacer de ellas las mejores
jóvenes que podamos. La circuncisión es una parte fundamental de convertirse en joven y no les negaremos
eso por algún sentido de moralidad inapropiado de los extranjeros”.
Phillip Waites, médico y analista de salud de un servicio de noticias comentó: “El tema central aquí es si los
europeos tienen o no el derecho de entrar en un papis y exigir que los habitantes cambien sus tradiciones y
cultura”. Al comentar sobre las muchas practicantes para las que la circuncisión femenina es un negocio dijo:
“No hay muchos empleos en Somalia. En realidad no hay abundancia en ningún sector, y estas mujeres
tienen una especialidad que no solo les permite vivir bien, sino que también les confiere cierto estatus en el
país que, de otro modo, no tendrían”.
Preguntas:
1. ¿Ofrecer servicios de circuncisión femenina es un negocio moralmente incorrecto? ¿Por qué? Si una
practicante pidiera un modesto crédito a un “prestamista occidental de microcréditos”, como
www.Kiva.org, ¿sería incorrecto que el prestamista le negara el crédito? ¿Sería incorrecto que se lo
otorgara? Explique su respuesta.
R/. Ofrecer este tipo de servicios no me parece moralmente incorrecto, ya que el problema no radica
en que una persona ofrezca ese servicio, el verdadero problema es cuando prácticamente te obligan a
realizar este tipo de cosas sin siquiera tener algo de información al respecto o por simple creencia, me
parece algo hipócrita decir que las personas de otros países no pueden hacerlos cambiar de
costumbres y tradiciones cuando ellos fuerzan a su propia gente a seguirlas, las costumbres son algo
bello y que hacen sentirse orgulloso de su nación, pero realizar este tipo de cosas a personas que aun
deben formarse en todos los sentidos no me parece que sea moralmente correcto. En el caso que
alguien decida pedir un crédito para su negocio de este tipo tampoco me parece mal ya que en si el
negocio no esta mal, lo que está mal es que fuercen a sus hijas a esta operación, estas niñas deberían
ser capaces de elegir y de tener un conocimiento suficiente para saber si desean realizar este proceso,
ya que deberían ser libres de escoger sus creencias y no seguirlas por que sus padres lo dicen.
2. ¿Es incorrecto que los occidentales presionen a los gobiernos del norte de África para que impidan la
práctica de la circuncisión femenina?

3. ¿Este caso apoya el relativismo ético, o sugiere que hay determinadas prácticas que son condenables
sin importar cuáles sean las diferentes posiciones al respecto?

Pienso que sugiere que hay determinadas practicas que son condenables sin importar cuales sean las
diferentes posiciones al respecto, ya que ellas se rigen por sus creencias o religiones, estas nacen y
crecen aquí pensando que debe hacerse o es normal, viendo que esta fue creada por ellos mismos.
Apreciamos tambien que para los demas esta es una mala practica, pero estos solo siguen sus
creencias, nacen, crecen y siguen lo que dice su religion , al final pudieran no querer pero es lo que
toca por su religion .

También podría gustarte