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10 DE JUNIO DE 2021

SEMINARIO DE ARTE GENERAL III.


LOS DERROTEROS DE LAS VANGUARDIAS ESCULTÓRICAS DEL
SIGLO XX:
JEAN (HANS) ARP (1886-1966)
HENRY MOORE (1898-1986)
PABLO PICASSO (1881-1973)
CONSTANTIN BRANCUSI (1876-1957)

Equipo #5:
Giselle Arrieta Estrada.
Alejandra García González.
Leonardo Grana Suárez.
Alejandro Malcom Fernández Quintana.
Elizabeth Santa Cruz de Oviedo Santos.

FACULTAD DE ARTES Y LETRAS.


Edificio Dihigo, Zapata y G, Vedado, La Habana Telf. (537) 870-2740 / (537) 873-4591.
ÍNDICE

➢ Resumen ………………………………………………………………………...2
➢ Introducción …………………………………………………………..…………3
➢ Siglo XX y la escultura de la Vanguardia ………………………………………4
➢ Derroteros de las Vanguardias escultóricas ……………………………………..6
• Jean (Hans) Arp …………………………………………………….…...6
• Henry Moore …………………………………………………………...12
➢ Otras figuras…………………………………………………………………….18
• Pablo Picasso …………………………………………………………...18
• Constantin Brancunsi …………………………………………………...20
➢ Conclusiones ……………………………………………………………………25
➢ Bibliografía ……………………………………………………………………..26
Resumen: La ruptura de las Vanguardias no solo llega a la pintura o la arquitectura,
traspasa la deformación de las figuras a la escultura en manos de Jean Arp, Henry Moore,
Pablo Picasso y Constantin Brancusi. La tradición mimética de la escultura se rompe junto a
la perspectiva renacentistas de los cuadros. Los soportes tradicionales se tuercen de manera
distinta en manos de estos escultores. En el estudio de los artistas anteriormente mencionados
podemos encontrar el camino que sigue dicha manifestación en la segunda mitad del siglo
XX.

Palabras claves: Vanguardias, deformación, escultura, Arp, Henry Moore, Pablo Picasso
y Constantin Brancusi.

2
Introducción:

La modernidad trajo consigo numerosos cambios: la acelerada industrialización, los avances


de la ciencia, el surgimiento de la fotografía y el cine revolucionaron el arte, que se vio
obligado a reinventarse una y otra vez. El arte se entiende, una vez más, como reflejo de la
sociedad y expresión de las necesidades del individuo como ente bio-psicosocial.

Desde sus inicios los artistas modernos desdeñaron el arte academicista y la tradición. La
llegada de la fotografía los había forzado a encontrar nuevas maneras de representación. No
paso mucho tiempo antes de que la mimesis fuera considerada un camino indigno para el arte
y sustituida por la creación. A partir de ese momento surgió en el artista moderno una
insatisfacción compulsiva, en la que cada generación negaría a la anterior y algunos casos a
ella misma. Intentarían desesperadamente un acercamiento entre el hombre y el arte, en el
que este estuviese integrada a su espacio vital. El intento quedó evidenciado especialmente
en las vanguardias del siglo XX con el movimiento Dadá, que a pesar de ver sus objetivos
frustrados tuvo la oportunidad de consolidarse en el surrealismo.

La búsqueda de un arte racional, auténtico y novedoso condujo a los artistas de la época por
un largo y complejo proceso de experimentación. Lo cual trajo como consecuencia la llegada
a los salones, museos y galerías ya no solo de la pintura -que había sido una constante en
estos espacios- sino también collages, relieves y esculturas novedosas, a las que estará
dedicado en su mayor parte este trabajo a través de figuras como: Jean (Hans) Arp, Henry
Moore, Pablo Picasso y Constantin Brancusi, que ejercieron gran influencia en su desarrollo
ulterior liberada de los atavismo del clasicismo, el barroco y hasta las figuras futuristas que
le antecedieron, en un marco temporal más estrecho.

3
Siglo XX y la escultura de la Vanguardia.
por Alejandra García González.

El inicio del siglo XX, supone una ruptura total de las formas de vida, lo que juega un papel
decisivo en la sociedad en general, así como en lo relacionado con el arte. Algunos de estos
factores son: las investigaciones científicas de Sigmund Freud (1856-1939) sobre el
inconsciente, el pensamiento de Friedrich Nietzsche (1844-1900), el avance desmesurado de
la tecnología y de la industrialización, que dejan ejemplos impensados como el automóvil, el
avión, la televisión, la llegada del hombre a la Luna y el cataclismo provocado por las dos
Guerras Mundiales, que crean un clima tenso e inestable.

El término Vanguardia con relación al arte apareció por primera vez en el primer cuarto del
siglo XX en textos de socialistas utópicos. En sus inicios no era considerada una tendencia
artística, sino que trataba de transformar la sociedad en esferas como: la ciencia y la industria.
Posteriormente el arte vanguardista se relaciona con cambios sociales drásticos y como un
impulso a todos aquellos límites que se aceptan como norma, principalmente en la cultura.
Con el objetivo de innovar y romper con el pasado, el arte de vanguardia se puede considerar
como una revolución en el arte ya que produjeron cambios profundos en su lenguaje.

Surge una revuelta relacionada con el arte escultórico en la que sus principales exponentes
experimentan todo tipo de ideas, técnicas, conceptos, procedimientos y materiales. La
escultura cobra valor en sí misma y se independiza fuera de un conjunto o ambiente
determinado. En este sentido, las aportaciones del expresionismo, cubismo, futurismo,
constructivismo, dadaísmo y surrealismo han sido fundamentales para la concepción de la
escultura tal como la entendemos hoy. Durante las primeras décadas del siglo XX, se vivificó
el interés por la escultura que, en comparación con la pintura, había permanecido en segundo
plano en épocas anteriores.

Se producen diversos cambios en la concepción de las obras de arte, la figura humana se aleja
de lo tradicional hasta ese momento y da paso a la trasmutación constate de la forma. La
escultura pasa a reflejar las ideas de los artistas, en la que se observan técnicas que dan
protagonismo al vacío y a la representación del espacio. Todos estos cambios despiertan en
los artistas la búsqueda de innovaciones como es el movimiento unido a la energía lo que da
surgimiento a la escultura cinética, además de experimentar con materiales como resinas,
4
hierro y plásticos. Lo anteriormente mencionado provoca que los creadores pasen de un
movimiento artístico a otro y no se cataloguen en uno en concreto.

La escultura del siglo XX se encamina fundamentalmente por las siguientes características:


Se le empieza a dar prioridad al espacio y al vacío, a crear nuevas formas con una estructura
plástica casi arquitectónica, la despersonalización de las figuras con el objetivo de conseguir
nuevas estructuras esenciales de las figuras humanas o animales, destacando la naturaleza
del material. Surgen nuevas técnicas de como el assemblage1, la soldadura y el collage.

A mitad del siglo XX, ocurre un retorno por algunos de los mayores escultores, a formas más
naturalistas. Pablo Picasso (1881-1973) constituye un ejemplo de lo antes mencionado. Por
lo tanto, se puede llegar a decir que la escultura moderna, como todos los demás aspectos del
siglo, ha ido en un estado constante de cambio. El surrealismo de mediados de la centuria,
reemplazó al dadaísmo, convirtiéndose en un movimiento muy influyente de abstracción
geométrica, así como del realismo clásico. Otros escultores del siglo XX fueron explorando
nuevas formas de la abstracción orgánica, de escultura móvil y del movimiento cinético.

Artistas como Jean Arp (1887-1966), figura importante del dadaísmo, el surrealismo y la
abstracción. Y uno de los mejores representantes de la escultura surrealista junto a Henry
Moore (1898-1986), cuyas esculturas de figuras humanas enormes y curvas lograron la
captura de algo abstracto y humano.

1
Consiste en pegar o soldar objetos no artísticos para crear una escultura u objeto tridimensional.

5
Derroteros de las Vanguardias escultóricas.
Jean (Hans) Arp.
por Alejandro M. Fdez. Quintana y Elizabeth Sta. Cruz de Oviedo Santos.

Hans Peter Wilhelm Arp, luego conocido como Jean (Hans) Arp, nació el 16 de septiembre
de 1886 en Estrasburgo, Alsacia2. Su etapa formativa comprende los viajes y estudios entre
Alemania y Francia. De 1905 a 1907 estudia en la Escuela de Bellas Artes de Weimar,
Alemania; en 1908 se traslada a Francia y asiste a la Academia Julian hasta que comprende
lo ineficaz de las tradiciones modernas de las artes en sus manos y necesidades creativas; ni
siquiera la pintura cubista y futurista suplió el ímpetu de creación de Hans.

En el marco de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) Arp busca, como muchos otros
artistas, refugio en el territorio neutral de Suiza. Llega a Zúrich en 1915 y allí funda junto a
Hugo Ball (1886-1927), Tristán Tzara (1896-1963), Richard Huelsenbeck (1892-1974) y
Marcel Janco (1895-1984) el movimiento dadaísta, que tuvo ramificaciones en Estados
Unidos y Alemania. Con el Dadá, la aparente ruptura de las Vanguardias heroicas y la
conquista de la abstracción se colocan como precursores indignos del ready - made3 de
Marcel Duchamp (1887-1968), el fotomontaje4 de John Heartfield (1891-1968) o la
fotografía de Man Ray (1890-1976). Arp era un auténtico Dadá, fue uno de los principales
impulsores del movimiento que más que una tendencia artística, se presentaba como un modo
de pensamiento o un nuevo estilo de vida. La revolución dadaísta se ataña a la actitud anti
sistema y anti arte que se proclama como base de su ideología. La espontaneidad y la anarquía
son los conductores del primitivismo moderno de este estilo. Es así como Arp escapa de la
figuración renacentista y actualiza la abstracción geométrica a sus gustos; promueve el caos,
la provocación y el no sense.

Hans Arp cultiva la pintura, la escultura — a la que debe su mayor reconocimiento — y la


poesía. A su merced estas manifestaciones tienen límites bien difusos y entremezclados que
se supeditan a la forma global de su repertorio. Siempre relacionadas, sus obras poéticas, de
tintes surrealistas, inspiraban esculturas u obras pictóricas que en el empleo (des)medido de

2
Territorio alemán que luego será cedido a Francia al culminar la Primera Guerra Mundial.
3
Objeto de uso cotidiano elevado al calificativo de arte bajo la mirada crítica del artista.
4
Técnica derivada del collage que combina y superpone imágenes parciales para lograr un nuevo y trasvertido
significado.

6
materiales como el cartón o la madera transformaban al collage en bajos relieves de texturas
realistas. La transgresión de los géneros, de la planimetría a la volumetría, del cuadro a la
escultura, de las formas simples a las metamórficas, de la poética a la plástica o viceversa,
traza el quehacer artístico de Arp que se mueve entre el naturalismo del gesto Dadá y el
mundo de los sueños del surrealismo. Este cambio de afiliación estética bien poco se hace
sentir en la manera de su création5, el paso de un estilo a otro es casi invisible al ojo crítico
que interviene su obra. Se evidencia más claro en la idea detrás de la pieza y las categorías
historiográficas.

Tanto en su obra pictórica como poética evita cualquier elemento que otorgue al espectador
una definición. Utiliza indistintamente objetos animados, inanimados o antropomorfos, que
se mezclan entre sí dando un nuevo significado a la composición. Sus obras están hechas de
la ironía vanguardista acompañada de un toque fabulesco como lo refleja su poema Soy un
caballo, cuyo personaje principal es un caballo que viaja en un vagón. Su obra poética más
allá de su valor individual es también el medio que posibilita un completo y real
entendimiento de su producción visual. Los poemas de Arp constituyen un reflejo genuino
de la ideología sobre la cual versa el resto de su repertorio.

Fig.1 Torso-ombligo/ Relieve, Fig.2 Retrato de Tristan Tzara/Relieve, Fig.3 Labios escoceses/Relieve sobre
madera natural/26x17 cm. madera policromada/ 47x49x9 cm. cartón pintado y vaciado/73.5x61 cm.

5
Término que hace referencia a las etapas en que Jean Arp jerarquizaba su proceso creativo: depuración,
simplificación y destrucción de las formas; la nueva figuración, como primera alienación de lo formal y la
simbología y la concreción, como fase terminal de la polimetamorfis.

7
En lo referente a sus obras visuales, el período dadaísta y el consiguiente a la muerte de este
movimiento anterior al año 1930 fue el espacio de ensayo y prueba de la Leyes del Azar, de
los papeles rasgados y las formas innovadoras de la escultura biomorfica. En el compendio
dadaísta de Arp podemos encontrar los relieves madera que anuncian las formas de su
posterior escultura como Torso-ombligo (1915) [Fig.1] o las obras de carácter abstracto y
nombre referencial concreto como el Retrato de Tristan Tzara (1916) [Fig.2] que nunca fue
excesivamente cromática, la presencia de color es casi siempre en mates, oscuros y grises.
Lo materialista de su obra se justifica, en esta etapa, en la creación y no reproducción de la
realidad. Al decir de su arte concreto Hans expresa: (…) queremos producir (..) como una
planta que produce frutos (…) directamente sin intermediarios. Como no hay la más mínima
señal de abstracción en este arte lo nombramos concreto.6

Trata siempre temáticas sencillas y cotidianas, para ello parte de formas simples,
generalmente el círculo y las ondulaciones pronunciadas en mayor o menor medida, como
en el caso de sus obras Pechera (1926-1927) o Labios escoceses (1927) [Fig.3]. Sus
creaciones no partían de una idea precedente, su origen era la espontaneidad de su genio
creativo, esto explica la simpleza de sus títulos o la ausencia de ellos en ocasiones. Él mismo
afirma en una ocasión: me dejo guiar por mi trabajo sin pensar; sólo cuando no me queda
nada que cambiar busco lo que quiere decir, y le doy nombre.7

Con el año 1930, la innovación vanguardista de la negación del pasado en su escultura


alcanza las formas fluidas de obras precedentes como Dos cabezas (1927) y una
tridimensionalidad unívoca que será el sello distintivo de Arp en los momentos ulteriores.
Una primera muestra de esta nueva escultura es la pieza Cabeza de duende llamado Kaspar
(1930) [Fig.4], en su análisis podemos determinar las particularidades que el artista repetiría
incansablemente en el resto de su repertorio: automatismo surrealista en configuraciones del

6
Arp, Jean. Arte Concreto. Prefacio del catálogo para la exposición Konkrete Kunst en la Kunsthalle de Bâle,
18 de marzo al 16 de abril de 1944. Tomado de 2006. Jean Arp. Retrospectiva 1915-1966. Catálogo,
Ediciones Exposiciones, p.151
7
Jean Arp, Jour effeuillés, op.cit. p.418 y p.323. Tomado de 2006. Jean Arp. Retrospectiva 1915-1966.
Catálogo, Ediciones Exposiciones, p.21

8
azar y contornos pulidos, imágenes oníricas y un
monocromatismo en virtud de la no intervención del
material base, en este caso el bronce -también emplearía el
yeso, la piedra u otros metales-. Entrelazando literatura y
plástica, la obra tiene por inspiración un poema de 1912
titulado Kaspar está muerto, proponiendo una
intertextualidad característica de su obra y trazando el ciclo
de un repertorio que queda estancado en esta manera de
creación.

Fig.4 Cabeza de duende llamado Kaspar/


Escultura/Bronce/50x28x19 cm.
En Homenaje a Rodin (1938) [Fig.5] se reiteran las
características antes mencionadas. Con la pequeña
diferencia que estos volúmenes son herméticos al
medio, la explosión de la espontaneidad es
contenida por los trazos pulidos de los límites
físicos, la fiebre del Dadá se borra en la abstracción
de una figuración construida por un discurso
depurado de la fidelidad de los aditamentos
modernos. La forma se desliga de la
representación naturalista y toma una alienación
Fig.5 Homenaje a simbólica de lo que fue, para luego reconstruirse en
Rodin/Escultura/Bronce/26x22x11.5 cm.
una representación polimórfica de talla primitiva.

A priori a la idea de avanzada de los movimientos artísticos del siglo XX que comienzan con
el expresionismo, se puede apreciar una constante negación del pasado moderno o clásico
por las ansías de trascender al futuro. La obra de Arp, circunscrita a este panorama, no es
ajena a las connotaciones paradójicas de estos fenómenos y de la Modernidad misma. Para
ello nos podemos referir a los torsos femeninos de recurrente reproducción en su actividad

9
creativa. ¿En qué consiste la paradoja de estas piezas? Sería en primera instancia en el choque
de los modelos clásicos del desnudo femenino con las prorrogativas machistas y misóginas
de la sociedad moderna, sutiles, pero no desapercibidos. El pasado libérrimo conoce un futuro
retrogrado que gesta en el presente obras que traspasan el erotismo mudo de las curvas
femeninas para una transfiguración grotesca de las mismas.

La mujer es para Arp la madre fértil y el símbolo


de sensualidad reencontrada. En poses que se
erigen en el hieratismo de la piedra y las
serpentinatas de las curvas, el autor crea Torso
(1953), Torso de los Pirineos (1959) y Deméter8
(1960) [Figs. 6, 7 y 8, respectivamente]. En una
mirada rápida las esculturas despersonalizan a la
mujer, la perturban y desmiembran. Desprovista
de cabeza y extremidades, la representación se
enmarca en las placeres y necesidades patriarcales.
En Torso de los Pirineos al tacto frío del mármol
hay una reminiscencia de los modelos greco-
romanos, que preponderaban la sexualidad Fig.6 Torso/Escultura/Mármol/79.4x36x8.34 cm.

femenina, pero en este ejemplo la materialización de la vulva se pierde en la fluidez de las


formas. Con Torso vemos a la maternidad como único deber moral de la mujer, la obligación
primigenia. Lo novedoso, contrario al pasado clásico, es la representación acotada de las
formas orgánicas que desencajan al unísono con la visión surrealista. La violenta figuración
de las féminas degrada la adoración de su sensualidad y los dotes de crear a vida a la
cosificación insensible de la Modernidad.

En la década de 1950, consagrado Arp como escultor, sus obras y creatividad se ponen al
servicio de las organizaciones internacionales y las universidades. Entre todas las piezas
donadas o creadas a petición de las instituciones destaca El pastor de las nubes (1953)
[Fig.9], fiel a su canon de escultura biomorfica, que se encuentra en la Plaza Cubierta de la
Ciudad Universitaria de Caracas, Venezuela. Obra paradigmática del conjunto coetáneo, es

8
Diosa griega relacionada con la fertilidad.

10
ejemplo del naturalismo liso del artista. Al año siguiente recibe el premio de escultura de la
Bienal de Venecia y en 1958 es seleccionado por el Comité Internacional de Asesores
Artísticos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (UNESCO) para contribuir, con una pieza exclusiva, a la decoración de la nueva sede
permanente de dicha organización en Francia. La obra que se expone actualmente en el
edificio del Consejo Ejecutivo es un bajo relieve con soporte a la pared de formas familiares
a su producción de collages y esculturas en madera. Titulada, a posterioridad, Constelación
UNESCO [Fig.10] es ejemplo de la autorreferencialidad de Arp. Muere en Suiza el 7 de junio
de 1966.

Fig.7 Torso de los Fig.8 Deméter/Escultura/Bronce pulido/64.5 cm.


Pirineos/Escultura/Mármol/104x58x31.8 cm.

Fig.10 Constelación
Fig.9 El pastor de las
UNESCO/Escultura/Bronce/Dimensiones variables.
nubes/Escultura/Bronce/305x143x115 cm.

11
Henry Moore.
por Giselle Arrieta Estrada.

Del siglo XX no basta con decir que fue una completa revolución para todos los medios
artísticos y la vida de forma general. Es un momento donde se fecundan nuevas corrientes en
el arte, con ideas que habían fomentado grandes artistas de los siglos pasados. La sociedad
se ve empujada a comprender y apreciar novedosas formas y pensamientos que escapaban,
hasta ese momento, del acervo popular. Tanto como la pintura, la escultura formó parte en
esta vanguardia que había plantado su bandera en el mundo. Aquí se comienzan a destacar
grandes escultores como el británico Henry Moore (1898-1986).
Henry Spencer Moore fue un destacado artista que perduró por su atractiva obra, hasta
nuestros tiempos, como un representante del siglo XX y los ideales que este fomentó en los
artistas. Moore no solo es un renombrado escultor en su país y en el mundo, sino que también
fue querido por su patria y llevado hasta la televisión y el cine, donde documentaron sus
obras y las popularizaron. Fue uno de los primeros artistas en ser tratado como una verdadera
celebridad.
En sus primeros años como estudiante en la academia, trabaja con las representaciones
clásicas y su obra es en esencia eso, un estilo victoriano y romántico típico de la época. Sin
embargo, en este tiempo de juventud y aprendizaje se embarca en un viaje por París e Italia,
donde conoce de primera mano las obras de Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564) y algunos
moldes de yeso de esculturas africanas y de los mayas, pertenecientes a Chichén Itzá. Estos
serán una fuerte inspiración en la obra de Moore, el cual alababa el primitivismo de estos
pueblos y lo clásico del renacimiento italiano.
(…) Moore no comienza mirando a su modelo, sino la piedra. Quiere “hacer algo” de ella.
No rompiéndola en pedazos sino percibiendo su tendencia, tratando de descubrir “que
quiere” la piedra. Si ella se convierte en una sugerencia de figura humana bienvenida sea.
(…)9
De esta forma describe E. H. Gombrich (1909-2001) magistralmente la obra de Moore y
como trabaja el artista. En efecto son palabras acertadas para aquellas obras que produciría
luego de abandonar todo lo que le proponía la academia. Sus obras nunca fueron en su

9
Gombrich, E. H. 1995. La Historia del Arte. México, D.F: Editorial Diana, p.586

12
totalidad abstractas, aunque algunas podemos decir que llegaron a alcanzar este movimiento.
Moore deja en ellas un enlace a la realidad, ya sea por sus títulos sencillos y sugerentes o por
la forma de ser representada la figura.
Estos viajes y el estudio de las artes primitivas llevaron a Moore por un camino que distaba
con gran diferencia de la estética que fomentaba la academia, también lo hicieron varios
escultores como: Constantin Brancusi (1876-1957), Frank Dobson (1886-1963) o Jacob
Epstein (1880-1959). No solo de ellos extrajo la inspiración, sino también una de las técnicas
que provocó escándalo entre sus profesores: la talla directa en el material. Con este método
era posible vislumbrar las imperfecciones de los materiales y percibir la marca de la mano
del escultor y sus herramientas. Se podría decir que esto es otra forma para Moore de
acercarse hacia el arte primitivo que tanto admiró.

Fig.11 West Wind/ Relieve/ Piedra de Portland/ 243.8 cm.

Durante los años treinta, Moore se une a los modernistas, los cuales al igual que él residían
en Hampstead, Londres. Aquí confluyen ideas que marcaran el camino del artista. Por estos
años, realiza una de las piezas más monumentales que le fue encomendada: West Wind (1928-
1929) [Fig.11]. Esta obra en relieve se encuentra en las paredes del Metro en Londres. En
ella se puede apreciar lo que sería el estilo de Moore a lo largo de sus años como escultor. Es
visible la simplificación de la forma que ostenta, convierte las extremidades en consolidadas
figuras geométricas, se unifican y crean algo totalmente nuevo y amorfo. Al igual ocurre en

13
una escultura de 1936, Madre e hijo [Fig.12] en la cual las figuras se fusionan creando algo
compacto y aunque sugerente, totalmente nuevo.

Fig.12 Madre e hijo/Escultura/Piedra de


Ancaster/50x33x27cm.

Ya en el año 1938, el escultor realiza otro encargó de grandes magnitudes (en aquel momento
era la más grande que había hecho en piedra) conocido como Figura recostada [Fig.13]. En
ella se comienza a ver la atracción del escultor por las formas más curvas, como si tratará de
los relieves de algún paisaje. En ella se puede percibir una mujer que se alza entre tanta
sinuosidad de la figura, donde destacan sus senos y rostro. Incluso su postura y trabajado es
comparable a la figura de aquella deidad maya que encuentra Moore en el Louvre10.

Un año más tarde estallaría la Segunda Guerra Mundial, la cual al igual que a otros tantos
artistas, causó gran efecto en la figura artística de Moore. En este entonces, cuando Londres
es bombardeado y las víctimas obligadas a refugiarse, un lugar de su preferencia fue el metro
de la ciudad. Al presenciar estos momentos de angustia, nace la inspiración para crear una

10
Chac Mool, escultura de Chichén Itzá.

14
Fig.13 Figura recostada/Piedra verde arcaica/88.9x132.7x73.7 cm.

serie de pinturas que muestran en ellas toda la desesperación y el abandono que sufrían
aquellas personas. Este proceso creativo y la desgarradora historia de estos hombres, mujeres
y niños, fueron retratadas en el documental Out Of Chaos11. No solo fueron estos sus únicos
dibujos, sino que presentó gran interés en ellos al estudiar las figuras que luego llevaría a las
esculturas. Hoy en día son apreciable estos estudios y su magnífica capacidad en ellos.
En los años cincuenta, realiza una de sus obras más conocidas que son la estatua hecha en
bronce de Rey y Reina [Fig.14], al igual que otras esculturas de Moore, estas tienen varias
reproducciones de distintas dimensiones. La obra no está dedicada al monarca que hoy
conocemos como Isabel II del Reino Unido, pues su coronación fue un año después que el
diseño de esta estatua. Da una visión abstracta, con figuras humanoides, una masculina y la
otra femenina sentadas en un banco. Si no fuera por el título dudaríamos de quienes son
aquellos representados, pues el escultor se aleja demasiado de las representaciones canónicas
de la monarquía, los muestra como seres poco humanos, alejados de todo parecido en este
mundo, evocando las representaciones de antiguas civilizaciones de sus regentes, como los
egipcios.
(...) El grupo de Reyes y Reinas no tiene nada que ver con los Reyes y Reinas actuales, pero
está más conectada a la idea arcaica o primitiva de un Rey. La “pista” del grupo es quizás
la cabeza del Rey, que es una cabeza y una corona, cara y barba combinadas en una forma
y en mi mente tiene alguna ligera sugerencia similar a Pan, casi animal, y, sin embargo,

11
Documental de 1944, realizado por el director Jill Craigie.

15
creo, algo Rey. No sé cómo surgió el grupo, a menos que pueda ser que en el último año o
dos haya leído historias a mi hija en las que Reyes y Reinas han aparecido mucho y esto
podría haber abierto la mente a tal tema (...)12

Detalle.

Fig.14 Rey y Reina/ Escultura/ Bronce/


163.5x138.5x84.5 cm.

No se podría decir que Moore se aleja completamente de la realidad, aunque es quizás


evidente en algunos años un estilo más sintetizado y abstracto. Sin embargo, es fiel a la
búsqueda del primitivismo que tanto admiraban él y sus contemporáneos.
Otra de las series más conocidas del artista es la de Madre e Hijo, este tema fue recurrente
desde sus inicios. Al nacer su hija y morir su madre, realiza obras en su mayoría que serán
catalogadas en la misma tipología. Aunque como dije antes, ya desde los años treinta Moore
había realizado esculturas de este tema, con gran síntesis y acercándose mucho más a aquello
que serían sus obras abstractas. Es visible en ellas la influencia del renacimiento y las más
clásicas representaciones de vírgenes con el niño Jesús, sobre todo en aquellas que se muestra
la mujer cargando a la criatura en su regazo.
Este tipo de obras fueron recurrentes para Moore, fue un tema que nunca abandonó. Todas
ellas muestran algo único a pesar de pertenecer a la misma serie, ya sea por los diferentes
materiales, técnicas o incluso estilo de representación. Algunas se sintetizan hasta solo
quedarnos la idea del título al ver las obras, en otras son perceptibles las figuras. Siempre

12
Moore, Henry. 1954. Catálogo de exposición en Curt Valentin Gallery de Nueva York.

16
contará con aquellas formas sinuosas y que convergen en el espacio, creándonos esa
sensación de familiaridad que podemos tener al presenciar una Madonna del Renacimiento.
Toda la escultura de Henry Moore contiene esa capacidad evocativa en cada una de sus
piezas, ya sea que llame a la familiaridad entre curvas que convergen, la sensualidad en sus
figuras, o sus pinturas capaces de ilustrar los horrores de la guerra. Sus títulos siempre fueron
de su preferencia simples y cumplen el objetivo de instruir el espectador. Moore siempre
sería aquel escultor sencillo, dado a su arte con pasión y amado por su pueblo. Un
vanguardista del siglo XX que alzó hasta nuevas esferas el arte primitivo como basamento
de muchas de sus obras.

17
Otras figuras.
por Leonardo Grana Suárez.

Pablo Picasso:
Es innegable el hecho que Pablo Picasso (1881-1973) fuese mucho más conocido por sus
pinturas que por otras de sus talentosas habilidades como lo fue la escultura, el grabado y
hasta la cerámica. Aun así, si hipotéticamente todos sus cuadros desaparecieran de la
existencia, Picasso hubiera sido igual de famoso y reconocido gracias a su maestría y
excelente virtuosismo con demás muestras de las artes plásticas, como lo fuesen las
anteriormente mencionadas. Es decir, además de sus famosas pinturas, Picasso demuestra un
inmenso talento en las demás artes, delatándose así sus indiscutibles capacidades que lo
acercan a muchos de los grandes maestros del Renacimiento, quienes demostraban sus
habilidades en más de una manifestación.
Pablo Picasso siempre se encontraba en una constante necesidad de innovar, negándose de
esta forma a aceptar un condicionamiento de manos de la ortodoxia académica. De esta forma
se alejó de los convencionalismos usando nuevos materiales inusuales como chapas o arena
y renovando las técnicas, conduciéndolo a provocar un cambio en la propia concepción de la
creación escultórica. Poniendo en uso su desbordante imaginación y habilidades manuales
llegó a transformar cada objeto o material de apariencia inservible en parte de algo que en
sus manos llegaría a convertirse en una obra de arte.
Cerca de 1901, Picasso comienza a interesarse por la escultura,
inicia con una de sus obras más populares, Mujer sentada
[Fig.15]. Más adelante, correspondiendo con su etapa azul en
la pintura, gesta otras dos obras escultóricas relevantes, El
ciego y El picador (1903) [Fig.16]. Continuando con la
cercanía a su cronología pictórica, durante la etapa rosa crea en
1905 Le Fou [Fig.17] y Cabeza de Fernande Oliver en 1909
[Fig.18]. Durante su etapa de cubismo sintético crea una de las
obras más brillantes en esta etapa, durante el año 1914, una
serie constituida por seis ejemplares nombrada Copa de ajenjo
[Fig.19]. Lo novedoso de dicha obra, que sorprende a sus
Fig.15 Mujer sentada/ Escultura/ espectadores, es la confluencia que genera Picasso a partir de
Bronce/ 14x11x8 cm.
los tres niveles de la realidad representados: una cuchara real
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representando a la realidad, la reproducción de un terrón de azúcar a partir de la cera,
delatando la imitación, y para culminar la disociación, determinada por el aspecto alterado
de la copa representada. La obra llega a alcanzar el objetivo de presentar una escultura donde
confluyen la realidad y la ilusión de algo real en su conjunto, casi paradójico.

Fig.16 El picador/ Bronce. Fig.17 Le Fou/ Busto/ Bronce.

Más adelante, en 1942 crea una de sus esculturas más conocidas, la famosa Cabeza de Toro
o Bucranio [Fig.20]. Dicha escultura está formada por la unión del sillín de una bicicleta y
su manillar, haciendo alusión este a sus cuernos. Esta escultura es uno de los más grandes
ejemplos de cómo Picasso podía transformar con sus manos simple chatarra en obras de arte,
solo bastaron dos objetos comunes e imaginación para lograrlo. Toda esta mezcla de
elementos que pudiesen ser encontrados en las calles como basura desembocaron en la
alusión de una cabeza de toro que resulta dramática y cómica a la vez. Debido al uso de estos
materiales llegó a ser nombrado por el poeta Jean Cocteau (1889-1963) como “El rey de los
traperos”. Este tipo de esculturas fueron concebidas por Picasso con el fin de que fueran
fáciles de entender, para que pudieran llegar al pueblo de manera sencilla y sin intermediarios
retóricos. Se caracterizaron por su frescura y alegría contagiosa, por su cualidad de brindar
deseos de vivir y de ser feliz.
Picasso es definitivamente un genio de sus tiempos, un revolucionario con habilidades
artísticas multifacéticas. Sus esculturas nunca llegan a aburrir, siempre te dejan con ganas de

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más, de presenciar más de su arte, un arte para el público, comprensible y sencillo a la vez
de creativo y aparentemente improvisado.

Fig.18 Cabeza de Fernande Oliver/


Fig.19 Copa de ajenjo/ Escultura/
Escultura/ Bronce patinado/
Bronce vaciado y plastilina con
41.3x24.7x26.6 cm.
cuchara de ajenjo en plata/
21.5x16.5x8.5 cm.

Fig.20 Cabeza de toro/ Escultura/ Bronce a dos piezas/


42x41x15 cm.

Constantin Brancusi:
Constantin Brancusi, magnífico escultor y uno de los más grandes artistas de su siglo, nació
el 21 de febrero del año 1876 en Hobita, Rumanía. Proveniente de una familia humilde de
campesinos, muy joven aprendió del arte de la talla de madera, labor conocida por ser de
gran relevancia en su país. Es de esta tierra natal de donde parece haber surgido su mayor
fuente de inspiración, alimentándose de estos conocimientos de la cultura popular y
creaciones artísticas arcaicas rumanas. Gracias a sus habilidades con la madera, siendo

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bastante joven logró captar la atención de un filántropo quien pagó sus estudios, comenzando
así su ascenso en el mundo del arte.

Fig.21 La Musa Dormida/ Mármol.

Poco a poco logró llegar a París donde continuó sus estudios y participó en 1906 en sus dos
primeras exposiciones. Entre las obras escultóricas más importantes expuestas en estos años
por Brancusi se encuentran su primera versión de La Musa Dormida (1906) [Fig.21] y La
Oración (1906) [Fig.22], la primera mármol y otra en bronce, con una notada influencia de
Auguste Rodin (1840-1917) y otros impresionistas. La influencia transmitida durante su
tiempo de estudio en Francia junto a la ejercida por la cultura popular de su tierra se encuentra
delatada en una gran extensión de su obra, lo que sirvió a Brancusi para convertirse en uno
de los más grandes escultores de su tiempo.

Fig.22 La Oración/ Escultura/ Bronce/ 34x50.9 cm.

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Aproximadamente en 1908, Brancusi gesta una obra
y estilo más personal y completamente diferente a lo
que había hecho hasta el momento. Alcanzando un
estilo propio da origen a la escultura El Beso
[Fig.23], cuya forma geométrica despierta en otros
autores un afán por ver en el arte de Brancusi una
gran influencia. Dicha escultura es considerada una
obra maestra, donde su autor logra alcanzar un
equilibrio entre la forma y el fondo y donde los
cuerpos esculpidos geométricamente se juntan
Fig.23 El beso/ Escultura/ Mármol/
formando un bloque, los límites de ambos cuerpos 58.4x33.7x25.4 cm.

llegan a ser pobremente insinuados por la delgada línea que los divide. Es evidente que en
dicha pieza el primitivismo, casi lo neolítico, evidenciado por la textura tosca de la superficie
de la figura, es hecho a propósito para lograr dicho fin, donde se manifiesta además la talla
directa en la piedra y la notabilidad de cada instrumento empleado en esta. Los elementos
faciales y morfológicos que nos hacen comprender que son humanos, como lo son los ojos,
los brazos o el cabello representado de forma ondulada, pueden ser también considerados
como marcados rasgos del primitivismo. La obra se encuentra desprovista de cualquier
elemento anecdótico o sentimiento, no transmite nada que podría representar el abanico de
sensaciones que puede llegar a experimentarse durante un beso. Su principal objetivo es la
búsqueda de la simplificación, la esencia del momento y la acción, es decir, el momento de
la unión de dos personas al besarse. Esta falta de narración y ausencia de elementos
anecdóticos llevado todo a lo esencial puede ser considerado como uno de sus principales
acercamientos a los valores de la abstracción.
Fue en 1910 con una nueva versión en bronce de La Musa Dormida [Fig.24] donde Brancusi
marca una pauta que lo condujo hacia la abstracción escultórica, predominando en esta la
forma ovoide. Aun así, no se puede considerar que perteneció a alguna tendencia artística en
específico, pues su principal objetivo fue siempre plasmar en su obra la esencia de las cosas,
la forma que él consideraba primaria de dichos objetos. Esculturas como el Recién nacido
[Fig.25] de 1920 y El comienzo del mundo, también conocido como Figura para ciegos,
[Fig.26] de 1925 son testigo de dicha afirmación.

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Fig.24 Musa Dormida/ Escultura/ Bronce/ Fig.25 El recién nacido/ Escultura/ Bronce pulido/
17.8x29.2x20.3 cm. 14.6x21x14.6 cm.

Fig.26 El comienzo del mundo/ Escultura/ Mármol, alpaca


y piedra.

A partir de la experiencia alcanzada durante sus años de estudio junto a un importante


redescubrimiento de sus orígenes y del folklor de sus tierras, Brancusi logra alcanzar un
mayor nivel en sus esculturas, donde en vez de imitar o copiar la tradición rumana, logra
moldearla y concebir algo completamente nuevo y revolucionario, llegando a ver el mundo
justo como lo hacían sus ancestros a la hora de trabajar la escultura. Dentro de las obras más
importantes durante esos años es imprescindible mencionar La columna infinita a la que
dedicó diecinueve años de su vida y veintiocho al ciclo de los Pájaros.
Durante los años 1912 y 1940, Brancusi logra terminar veintinueve versiones en diversos
materiales de los Pájaros, destacándose para su realización materiales como el bronce y el

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mármol. Entre las más conocidas en este ciclo se encuentra Pájaro en
el espacio (1923) [Fig.27], a la que Brancusi concebía como un pájaro
a partir de una nueva interpretación artística de este ser, en sí del
concepto que tenía de volar, misterio de las aves que deseaba
comprender desde muy pequeño. Para llevar a cabo dicha
representación, desnuda al ave de su forma morfológica concreta, le
retira sus plumas, alas y patas, simplificando su cabeza, pico y cuerpo
en una forma alargada y cilíndrica con el objetivo de representar de la
forma más sencilla posible la impresión visual que le producía observar
un ave en pleno vuelo.
En cuanto a La columna infinita
(1934-1938) [Fig.28] se
encuentra evidenciado la
Fig.27 Pájaro en el innegable influencia del folklor
espacio/ Escultura/
Mármol/ 144.1 cm (con rumano, tema de la mitología de
pedestal)
su tierra natal, considerándose “la
columna del cielo” una creencia arcaica de antes de
Cristo. A la hora de presenciar dicha columna que llega
a alcanzar los veintinueve metros de altura, es casi
imposible evitar notar la ausencia de una forma pura en
su fuste, en cambio, está conformado por una forma
romboidal repitiendo su ritmo a todo su largo, lo que
brinda la impresión de un árbol, como tratando que el
Fig.28 La columna infinita/ Escultura/ Hierro
espectador sienta la necesidad de treparlo, de ascender fundido/ 29.3 m.

hasta su cúspide.
La obra de Brancusi está rebosante de contrastes, de la belleza de lo liso y pulido, de la
enfatización de la naturaleza y el aprovechamiento de las cualidades de los materiales. Es
incuestionable el excelente escultor que fue este artista, convirtiendo sus obras en el reflejo
de una realidad bellamente distorsionada y simplificada, sin un lujo de detalle, provocando
un equilibrio entre sensaciones y percepciones del mundo concreto y llevándolo a sus formas
primarias y esenciales.

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Conclusiones:
En manos de los artistas anteriormente tratados la mirada hacia las formas primitivas y las
poses del clasicismo se funden para la creación de una figura transmutada y más moderna
que las perspectivas y funcionalidades de la escultura futurista o del constructivismo. El
estatismo de estas obras se considera moderno y groundbreaking en un contexto donde hasta
no hace mucho tiempo lo revolucionario era el dinamismo desmedido y los contrarrelieves a
soga y cartón. Tratados de manera independiente Pablo Picasso y Constantin Brancusi fungen
como las bases para la transmutación total de la figura hacia las estructuras básicas de las
obras de Jean Arp y Henry Moore.

La metamorfosis de esta sección de la escultura vanguardista viene en la negación misma de


la Modernidad. Cada uno de los autores aprende de las academias, del canon, de lo mimético
y de la cultura popular imperante para encontrar su método particular de creación. Para el
Picasso escultor sería el reciclaje de materiales nunca incluidos en esta manifestación; para
Brancusi las formas ovoides y pulidas; con Arp la figuración exagerada de estructuras
orgánicas y los collages a relieve y para Moore le geometrización de las estructuras fluidas
en volúmenes compactos.

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