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DEFORMACIONES

CAPITULO 2

DEFORMACIONES

2.1. INTRODUCCION.

Existen en los libros dedicados a la teoría de la Elasticidad y a la Mecánica de Medios


Continuos, dos visiones respecto a cómo ordenar los conceptos de tensión y deformación.
Algunos textos optan por explicar en primer lugar el concepto de deformación y de sólido
deformado, lo que tiene su lógica si pensamos que las tensiones sólo pueden generarse en la
geometría deformada, la cuál debería, en esta línea de razonamiento, ser previamente definida. La
mayoría de los textos, como sucede en éste, optan por explicar en primer lugar el concepto de
tensión y a continuación el concepto de deformación. En este texto esta opción se ha tomado
porque se considera que el concepto en sí mismo de tensión es más intuitivo y más facilmente
asimilable. Por contra el concepto de deformación es más abstracto y puede requerir un mayor
esfuerzo de comprensión, esfuerzo que puede verse aliviado por la asimilación previa del
concepto de estado tensional.

Es pertinente para esbozar los objetivos de este capítulo razonar, al igual que se hacía
en el Capítulo 1, sobre situaciones sencillas. El efecto inmediato que se observa en un material de
características apropiadas (lo que llamaremos más adelante un material flexible) es la aparición de
un campo de desplazamientos (piénsese en una barra, ahora de caucho, a la cual se somete a un
sistema de cargas en equilibrio que tiende a alargarla (tracción), a doblarla (flexión) o a retorcerla
(torsión)). Este campo de desplazamientos tiene una característica claramente diferenciable
respecto a los campos de desplazamientos que se han estudiado en la mecánica del sólido rígido:
produce cambio en las posiciones relativas entre las partículas del sólido, o entre los puntos del
mismo en el modelo contínuo de representación que se hace del sólido (piénsese por ejemplo en la
flexión de una barra donde todos los puntos de una cara flectada abandonan el plano en que se
encuentran antes de aplicar las cargas exteriores).

Parece por tanto razonable que sin abandonar el objetivo irrenunciable de determinar
los desplazamientos que sufren los puntos de un sólido, se requiera también la necesidad de
caracterizar el cambio de posiciones relativas entre las partículas a través de unas determinadas
magnitudes. El conocimiento de estas magnitudes debe posibilitar generar la geometría del sólido

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después de aplicar las cargas, a partir de la geometría del sólido antes de aplicar las cargas. Podría
argumentarse que esta función ya la realiza el campo de desplazamientos, pero dos sencillos
ejemplos pondrán de manifiesto las limitaciones de esta magnitud y apuntarán propiedades que
deben satisfacer las nuevas magnitudes a definir.

Supongamos en primer lugar dos varillas de 5 y 50 cm que ante la acción de


determinadas cargas exteriores que tienden a estirarla, se alargan 1 cm. Si uno de los extremos de
las dos varillas hubiera estado fijo el otro se habría desplazado la misma cantidad en las dos
varillas, lo que no sería indicativo de lo que está sucediendo, dado que en la varilla más corta la
separación relativa entre los puntos extremos es de un 20% de la longitud y en la varilla más corta
de un 2%: la varilla más corta se ha alargado, en términos relativos a su longitud, diez veces más
que la más larga.

En segundo lugar y en términos más cercanos aún, podría decirse que un


desplazamiento de 10 cm en cualquier punto de un edificio de obra civil habitada sería inadmisible
mientras que el mismo desplazamiento sufrido por el extremo de una antena de comunicaciones
sería perfectamente admisible. A su vez desplazamientos del orden de milímetros serían
aceptables en un edificio pero no lo serían en el extremo de los álabes de una turbina de vapor.

Todo ello abunda en la afirmación de que los desplazamientos, aunque necesarios


para establecer la posición final del sólido, no son indicativos del cambio de posiciones relativas
entre las partículas y por ende no son adecuados para caracterizar el efecto que las acciones
exteriores producen sobre un sólido.

Los razonamientos anteriores parecen indicar que el cambio de posiciones relativas


entre partículas debe hacerse, para evitar los problemas puestos de manifiesto con los
desplazamientos, a través de magnitudes adimensionales. Ello se desarrolla, utilizando como llave
el cambio de distancia entre puntos, en el apartado 2.2. En él se obtienen expresiones de estas
magnitudes, los tensores de Green-Saint-Venant y Cauchy-Almansi, que son de validez general,
involucrando relaciones nolineales de las variaciones unitarias de los desplazamientos.

En la teoría de la Elasticidad lineal que en este texto se desarrolla se supone que las
variaciones unitarias de los desplazamientos son pequeñas, lo que permite simplificar las
expresiones de los dos tensores anteriores y definir un tensor de pequeñas deformaciones,
apartado 2.3, donde se da una interpretación física de las componentes del tensor de
deformaciones asociándolas al cambio de forma y al cambio de volumen que sufre un sólido
cuando se le somete a la acción de fuerzas exteriores en equilibrio.

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DEFORMACIONES

La suficiencia del conocimiento del campo de deformaciones para establecer a partir


de él el cambio de posiciones relativas entre las partículas y para calcular los desplazamientos del
sólido se aborda en el apartado 2.4. Surgen así los conceptos de tensor gradiente de los
desplazamientos y de tensor de rotación, discutiéndose la relación con el tensor de pequeñas
deformaciones antes definido y estableciéndose la pertinencia de las dos cuestiones planteadas.

Las condiciones que debe cumplir un campo de deformaciones para poder ser
solución de un problema elástico son discutidas en el apartado 2.5. Se demuestra en primer lugar
que necesariamente deben satisfacer las ecuaciones obtenidas por Saint-Venant llamadas de
compatibilidad y sigue la demostración de suficiencia debida a Cesaro. En esta demostración se
obtiene una expresión explícita del campo de desplazamientos a partir del campo de
deformaciones.

Una vez puesto de manifiesto que el cambio de posiciones relativas entre las
partículas de un sólido se caracteriza a través de un tensor de segundo orden simétrico, en el
apartado 2.6 se resumen las propiedades del campo de deformaciones, estableciendo una
correlación entre los tensores de tensiones y deformaciones.

2.2. ESTUDIO DE LA DEFORMACION. TENSORES DE GREEN Y ALMANSI.

Cabe comenzar el estudio de la deformación en un medio continuo recordando que


se entiende por sólido rígido aquél cuya configuración en tamaño y forma no cambia ante
acciones exteriores, no existiendo variación entre las posiciones relativas de las partículas del
sólido. En términos más prácticos esto implica que la distancia entre cualesquiera dos puntos del
sólido permanece inalterable.

Todas las configuraciones posibles que este tipo de sólidos puede ocupar en el
espacio se diferencian en una traslación y una rotación, que reciben por esta razón la acepción
genérica de desplazamientos de sólido rígido.

Entenderemos como sólido deformable aquél en que su configuración se altera, en


tamaño y/o en forma, ante la acción de cargas exteriores. Ello implica por tanto que aparece una
alteración entre las distancias de los diferentes puntos materiales del sólido. Resulta apropiado
consecuentemente hablar de dos configuraciones en este tipo de sólidos, la configuración
indeformada, anterior a la aplicación de las cargas exteriores, y la configuración deformada,
posterior a la aplicación de las cargas exteriores, en la que se generan las tensiones y se produce
el equilibrio que se ha estudiado en el capítulo anterior.

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DEFORMACIONES

En un sólido deformable, el objetivo es determinar el campo de desplazamientos que


acompaña al cambio de posiciones relativas entre las partículas, sin perjuicio de que sobre este
campo de desplazamientos pueda haber superpuesto un desplazamiento como sólido rígido, que
no es objeto de interés en el estudio de los sólidos deformables.

Es preciso puntualizar que todos los sólidos presentes en la naturaleza son en mayor
o menor grado deformables. La distinción entre sólido rígido y deformable no está tanto en la
naturaleza y propiedades del sólido cuanto en el objeto del análisis que se realiza, de tal manera
que un cuerpo de un determinado material puede ser objeto de un estudio como sólido rígido y
como sólido deformable. Tal podría ser el caso del estudio de un mecanismo biela-manivela que
por un lado requiere un análisis cinemático en el que los elementos del mecanismo son
considerados inicialmente como rígidos sin perjuicio de que por otro lado cada elemento
requiere un estudio como sólido deformable en orden a garantizar su resistencia y su rigidez.

Como ya se ha indicado en el Capítulo anterior, en la formulación de la Mecánica de


los Medios Continuos, en la cual se encuentra enmarcada la Teoría de la Elasticidad, la
configuración de un sólido se describe por un modelo matemático continuo cuyos puntos
geométricos son identificados con las partículas materiales del cuerpo. En este sentido, el
estudio del modelo que aquí se plantea no es exclusivo de la Teoría de la Elasticidad sino que
abarca también a sólidos con otros tipos de comportamiento diferentes al elástico (plástico,
viscoelástico, etc.) y también a los fluidos.

El hecho de que el medio contínuo lo siga siendo, pese al cambio relativo de


posiciones, después de la aplicación de las cargas exteriores, implica que el campo de
desplazamientos que experimenta el sólido es contínuo y univaluado, por lo que puntos que
están en el entorno de un punto siguen estando en su entorno después de la deformación aunque
ocupando posiciones relativas diferentes. Adicionalmente, la transformación asociada al campo
de desplazamientos debe tener inversa para garantizar que dos puntos diferentes no ocupan la
misma posición.

Ello no obsta para que situaciones en las que estas circunstancias no se dan, como la
presencia de fisuras en un sólido, no puedan ser abordadas con las herramientas generales de la
Teoría de la Elasticidad, si bien su estudio se enmarca dentro de la disciplina de la Mecánica de
la Fractura con unos objetivos de diseño más allá del análisis tensional y deformacional que
constituye el objetivo fundamental de la Teoría de la Elasticidad.

Hay que hacer notar que si bien el resto del libro se ciñe a la teoría de pequeñas
deformaciones, en este apartado se va a introducir el concepto de deformación con mayor

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generalidad, particularizando para el caso de pequeñas deformaciones en el apartado siguiente.

a3 x3

P' Q'' Q'


P'' P (ai) Q (xi)

a2 x2

a1 a) x1 b)

Figura 2.2.1. Sistemas de referencia: a) situación indeformada, b) situación deformada.

Sea un sistema de coordenadas a al cual referimos la configuración indeformada del


sólido, de tal manera que un punto genérico P tiene unas coordenadas ai (i = 1, 2, 3), Fig.
2.2.1.a. Tras la aplicación de las acciones el sólido se deforma y referimos su configuración
deformada a un sistema de coordenadas x, ocupando el punto P una posición Q definida por
unas coordenadas xi (i = 1, 2, 3), Fig. 2.2.1.b. Por simplicidad hemos tomado los sistemas de
referencia inicial y final cartesianos rectangulares aunque podrían ser otros e incluso diferentes
entre sí.

Supuesto continuo el cambio de configuración del cuerpo, la ecuación de


transformación entre las posiciones indeformadas y deformadas puede ponerse en la forma:

xi = xi (a1, a2, a3) (2.2.1)

que tiene una única inversa:

ai = ai (x1, x2, x3) (2.2.2)

Cabe en este instante preguntarse qué sería preciso especificar para poder establecer
la geometría del sólido deformado a partir de la del sólido indeformado. Entre las posibles
respuestas a esta pregunta, parece que el cambio del valor de la distancia entre dos puntos
cualesquiera, dado que un sólido rígido se caracteriza porque las distancias permanecen
inalterables, puede ser una buena opción para satisfacer esta función. En efecto, si
consideramos una geometría particular muy sencilla como es la definida por el triángulo P P ' P ' ' ,

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DEFORMACIONES

Fig. 2.2.1.a, en la situación inicial indeformada, es obvio que el conocimiento del incremento
de longitud de los lados, permite establecer cuál será la configuración final deformada del
triángulo, QQ'Q'' en la Fig. 2.2.1.b. Puede verse que el conocimiento del cambio de longitud
de los lados permitiría calcular el cambio de volumen (cambio de área en este caso) y el cambio
de forma (cambio en los ángulos del triángulo en este caso). Parece por tanto que la llave para la
descripción del estado deformado es la definición del cambio de distancia entre dos puntos, que
pasamos a estudiar a continuación. Es preciso no obstante matizar que el cambio de distancia no
permitirá definir la posición final del sólido en el espacio, posición que no juega un papel
relevante en la Mecánica del Sólido Deformable y que en cualquier caso sólo requiere para su
especificación el conocimiento de la posición de algún/os punto/s del sólido que fije así la
posición final del conjunto.

Consideremos un punto P (a1, a2, a3) y otro P' (a1+da1, a2+da2, a3+da3) de su
entorno. El cuadrado de la longitud del elemento que definen estos dos puntos es:

2
dso = δ da da = da da (2.2.3)
ij i j i i

dado que δij es el tensor métrico euclideo para el sistema de coordenadas rectangular que se ha
tomado.

En el sistema deformado, los puntos P y P' han pasado a ocupar las posiciones Q
(x1, x2, x3) y Q' (x1+dx1, x2+dx2, x3+dx3), tomando el cuadrado de la longitud del elemento
que definen el valor:

ds2 = dxi dxi (2.2.4)

Haciendo uso de las relaciones (2.2.1) y (2.2.2) las expresiones (2.2.3) y (2.2.4)
pueden ponerse en la forma:

2 ∂a ∂a ∂a ∂a
i i i i
dso = dx dxm = dx dxm (2.2.5)
∂x l ∂xm ∂x ∂xm l
l l

2 ∂x ∂x ∂x ∂x
i i i i
ds = da dam = da dam (2.2.6)
∂a l ∂am ∂a ∂am l
l l

La diferencia entre ambos cuadrados puede establecerse en las coordenadas iniciales


ai:

2 2 ∂x ∂x
i i
ds - dso = da dam - da da
∂a ∂am l i i
l

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DEFORMACIONES

o también puede establecerse en las coordenadas finales xi:

2 2 ∂a ∂a
i i
ds - dso = dx dx - dx dxm
i i ∂x ∂xm l
l

Dado que todos los índices de las expresiones anteriores son mudos ambas pueden
ponerse en la forma:

2
ds - dso =
2
( ∂xα ∂xα
∂a ∂a
- δ da da
ij
i
i j
j ) (2.2.7)

2 2
ds - dso = δ -
( ∂aα ∂aα
ij ∂x ∂x
i j )dx dx
i j
(2.2.8)

Si definimos los siguientes tensores de deformación:

E =
1
ij 2 ( ∂xα ∂xα
∂a ∂a

i
ij
j ) (2.2.9)

e =1
ij 2 ( δ -
ij
∂aα ∂aα
∂x ∂x
i j ) (2.2.10)

que son obviamente simétricos pues:

Eij = Eji y eij = eji

los cambios de distancia adoptan en las configuraciones inicial y final las expresiones:

2 2
ds - dso = 2 E da da (2.2.11)
ij i j
2 2
ds - dso = 2 e dx dx (2.2.12)
ij i j

Puede por tanto observarse que el conocimiento de estos tensores (Eij en el sistema
indeformado y eij en el deformado) permite calcular la variación de la distancia en los dos
sistemas de referencia usados. De las ecuaciones (2.2.11) y (2.2.12) puede concluirse de forma
inmediata que la condición necesaria y suficiente para que no exista deformación en un cuerpo y
por tanto para que la situación final con respecto a la inicial sea un desplazamiento como sólido
rígido (traslación y/o rotación), es que todas las componentes de los tensores de deformación Eij

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DEFORMACIONES

y eij sean idénticamente nulas.

El tensor Eij definido está referido a las coordenadas del estado indeformado o
coordenadas lagrangianas mientras que el tensor eij está referido a las coordenadas del estado
deformado o coordenadas eulerianas. El tensor Eij fue formulado por Green y Saint-Venant, y
es por ello llamado tensor de Green-Saint-Venant. El tensor eij fue introducido por Cauchy para
deformaciones infinitesimales y por Almansi y Hamel para deformaciones finitas, recibiendo
usualmente el nombre de tensor de deformación de Cauchy-Almansi. El valor aparentemente
arbitrario del coeficiente introducido en ambos tensores se entenderá a través de la interpretación
geométrica de sus componentes la cual se hace en el apartado siguiente para el caso de pequeñas
deformaciones.

La existencia de dos visiones diferentes de los tensores que definen el proceso de


deformación en los dos sistemas de referencia puede entenderse con un sencillo ejemplo.
Supongamos un elemento rectilíneo de longitud l que pasa a una longitud 2l. La visión
lagrangiana indicaría que ha habido un incremento de longitud igual a la longitud inicial mientras
que la visión euleriana indicaría que ha habido un incremento de longitud igual a la mitad de la
longitud final.

a3 , x3 configuración inicial

configuración
final
P ui Q

ai xi

a2 , x2

a1, x1

Figura 2.2.2. Campo de desplazamientos en el proceso de deformación.

Las configuraciones inicial y final están relacionadas a través del campo de


desplazamientos ui, tal y como se representa en la Fig. 2.2.2, cumpliéndose que:

u i = xi - ai (2.2.13)

El campo de desplazamientos ui puede expresarse en las coordenadas indeformadas


o deformadas. En la línea del sencillo ejemplo anterior, el expresar los desplazamientos ui en

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DEFORMACIONES

coordenadas ai representaría la visión lagrangiana y tendrían así el significado de


desplazamientos que actúan sobre la configuración inicial. Expresar ui en coordenadas xi
representaría la visión euleriana y significarían entonces los desplazamientos que ha sido preciso
aplicar para alcanzar la configuración final. Puede por tanto establecerse para ambos casos a
partir de (2.2.13) que:

∂xα ∂uα (2.2.14)


= +δ
∂a ∂a αi
i i

∂aα ∂uα
=δ - (2.2.15)
∂x αi ∂x
i i

Introduciendo (2.2.14) en (2.2.9) y (2.2.15) en (2.2.10) se obtiene:

E =1
ij 2 ( ∂uα
∂a
i

αi )( ∂uα
∂a
j

αj ) -δ
ij
=

∂u ∂u ∂uα ∂uα
1 i j
= + + (2.2.16)
2 ∂a ∂a ∂a ∂a
j i i j

e =
1 δ -
ij 2 ij ( δ
∂uα
αi ∂x
-
i
)( δ
αj
-
∂uα
∂x
j ) =

∂u ∂uj ∂u ∂u
=1
i
+ - α α (2.2.17)
2 ∂x ∂x ∂x ∂x
j i i j

Las expresiones (2.2.16) y (2.2.17) representan las expresiones generales de los


tensores deformación en función del campo de desplazamientos en las configuraciones
indeformada y deformada respectivamente. Dado el carácter simétrico de ambos tensores, ya
puesto de manifiesto, son seis las cantidades que definen el estado de deformación en un punto.

2.3. TENSOR DE PEQUEÑAS DEFORMACIONES. INTERPRETACION GEOMETRICA


DE SUS COMPONENTES.

El valor que los desplazamientos toman frente a las dimensiones del sólido para un
gran número de materiales y geometrías utilizadas en Ingeniería, permite admitir que:

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DEFORMACIONES

∂u ∂u
i i
<< 1 y << 1 (2.3.1)
∂a ∂x
j j

Esta hipótesis conocida como de pequeñas deformaciones permite despreciar los


productos de las derivadas de los desplazamientos frente a las propias derivadas por lo que los
tensores de Green-Saint-Venant y Cauchy-Almansi adoptarían las expresiones:

E =
1
ij 2 ( ∂u
∂a
j
i
+
∂u
∂a
j

i
) (2.3.2)

e =1
ij 2 ( ∂u
∂x
i

j
+
∂u
∂x
j

i
) (2.3.3)

quedando aparentemente como única diferencia entre ellos la referencia a los sistemas de
coordenadas indeformado y deformado. Es inmediato ver que la hipótesis (2.3.1) también
elimina las diferencias de derivar con respecto a uno u otro sistema de coordenadas. En efecto:

∂u
∂x
k

i
=
∂u
∂a
k

j
( ) ∂a
∂x
j

i
=
∂u
∂a
k

j
( ∂
∂x
i
( x -u
j j ) ) =
( )
δ -
ij
∂u
∂x
j

i
∂u
∂a
k

Si tomamos por ejemplo i = 1:

∂u
∂x
k

1
=
( ) 1-
∂u
∂x
1

1
∂u
∂a
1
k
-
∂u ∂u
∂x ∂a
2

1
k

2
-
∂u ∂u
3
∂x ∂a
1
k

expresión que tras (2.3.1) conduce a:

∂u ∂u
k k

∂x ∂a
1 1

y por generalización a:

∂u ∂u
k k
≅ =u (2.3.4)
∂x ∂a k,i
i i

por lo que la hipótesis (2.3.1) no sólo simplifica los tensores de deformación en la forma

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DEFORMACIONES

indicada en (2.3.2) y (2.3.3) sino que los identifica en un único tensor εij que recibe el nombre
de tensor de pequeñas deformaciones:

ε =1
ij 2 ( ui,j + uj,i ) (2.3.5)

que en notación desarrollada queda:

∂u ∂u ∂u
1 2 3
ε = ; ε = ; ε =
11 ∂x 22 ∂x 33 ∂x
1 2 3

ε
12
=ε =1
21 2 ( ∂u
∂x
1

2
+
∂u
∂x
2

1
) ;ε
13
=ε =1
31 2 ( ∂u
∂x
1

3
+
∂u
∂x
3

1
) ;ε
23
=ε =1
32 2 ( ∂u
∂x
2

3
+
∂u
∂x
3

2
)
donde el uso del sistema habitual xi para expresar las derivaciones carece ya de un significado
especial en términos de sistema deformado o indeformado, una vez que se ha aceptado la
hipótesis (2.3.1).

El tensor de pequeñas deformaciones de segundo orden simétrico εij ha sido


obtenido, retomando el proceso seguido para su definición en el apartado anterior, como la
magnitud que permite calcular el cambio de longitud de un segmento infinitesimal orientado de
forma cualquiera en el entorno del punto al que está referido el tensor. De esta forma se
razonaba que el medio deformado podía ser recompuesto a través del conocimiento de las
variaciones de longitud de los infinitos vectores que pueden definirse en el entorno de un punto.
El tensor de deformaciones, por tanto el conocimiento de seis cantidades, queda pues como la
llave para poder efectuar una tal recomposición.

Estas seis componentes del tensor de pequeñas deformaciones tienen una


interpretación física que vamos a obtener tomando, de los infinitos vectores infinitesimales que
salen del punto al que está referido el tensor, tres orientados según el sistema de referencia que
define un paralelepípedo elemental, como se representa en la Fig. 2.3.1, a través de los vectores
OA, OB y OC. Si en el sólido hay definido un campo de desplazamientos contínuo y univaluado
los puntos O, A, B y C ocuparán las posiciones O', A', B' y C' indicadas en la Figura. Los
vectores O'A', O'B' y O'C' no necesariamente representan las posiciones deformadas de todos
los puntos que se encontraban en OA, OB y OC respectivamente antes de la deformación, pues
ello dependerá del campo de desplazamientos ui (xj). En particular, sólo cuando dicho campo
sea lineal las rectas OA, OB y OC se transformarán en O'A', O'B' y O'C'. Así pues, con
carácter general dichas rectas sólo unen los puntos en que se han transformado los puntos
originalmente considerados: O, A, B y C.

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DEFORMACIONES

3 C'

Δx3
B'
O O' B
Δx1 2
Δx2
A

1
A'

Figura 2.3.1. Geometría del campo general de desplazamientos.

Así pues, suponiendo un campo continuo de desplazamientos, las posiciones finales


de los extremos de los vectores infinitesimales que arrancan del origen pueden relacionarse con
los desplazamientos ui del origen. Así con referencia por ejemplo al plano 12:

∂u
uA = u +
1
Δ x + ...
1 1 ∂x 1
1

∂u
A 2
u =u + Δ x + ...
2 2 ∂x 1
1
∂u
uB = u +
1
Δ x + ...
1 1 ∂x 2
2

∂u
B 2
u =u + Δ x + ...
2 2 ∂x 2
2

valores que aparecen reflejados en la proyección de las posiciones inicial y final de las rectas OA
y OB sobre el plano 12, Fig. 2.3.2.

Calculemos el valor límite en el punto bajo consideración del alargamiento unitario


del vector infinitesimal según el eje 1, teniendo en cuenta que debido a la hipótesis de pequeñas
deformaciones:

2
2
O'A' = O'A''
2
+
( ∂u
∂x
2
1
Δx + ...
1 ) ⇒ O'A' ≅ O'A''

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DEFORMACIONES

2 ∂u1
u1 Δx2 + …
∂x2

B'' B'
∂u2
Δx + ...
∂x2 2

u2
B

A'
Δx2 ∂u2
Δx + ...
∂x1 1
O' A''
u2
u2
O u1 A 1

Δx1 u1 ∂u1
Δx + ...
∂x1 1

Figura 2.3.2. Geometría del campo general de desplazamientos. Proyección sobre el plano 12.

por lo que el valor límite buscado es:

O'A' - OA O'A'' - OA
lim ≅ lim =
Δx →0
1
OA Δx →0
1
OA

= lim
( Δx +
1 ∂x
∂u
1

1
Δx + ...

Δx
1 ) - Δx
1
=
∂u
∂x
1 (2.3.6)
Δx →0
1 1 1

que representa la componente ε11 del tensor de deformaciones. El resultado (2.3.6) extendido a
las otras direcciones da por tanto un claro significado a las componentes εij (i=j) de la diagonal
principal del tensor de pequeñas deformaciones, que representan pues los alargamientos
unitarios en las direcciones en que está expresado dicho tensor y que denominaremos
deformaciones normales, en lo que sigue.

Si calculamos ahora el valor límite de la variación del ángulo que formaban los

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DEFORMACIONES

vectores infinitesimales inicialmente orientados según los ejes 1 y 2 obtenemos:

lim A' A' ' B' B' '


+ lim =
Δx →0 O' A' ' Δx →0 O' B' '
1 2

( ) ( )
∂u ∂u
2 1
Δx + ... Δx + ...
∂x 1 ∂x 2 ∂u ∂u
1 2 2 1
= lim + lim ≅ +
Δx →0 ∂u Δx →0 ∂u ∂x ∂x
1 1 2 2 1 2
Δx + Δx + ... Δx + Δx + ...
1 ∂x 1 2 ∂x 2
1 2

habiendo usado de nuevo la hipótesis de pequeñas deformaciones para asimilar los


denominadores a la longitud original de los vectores.

La variación del ángulo encontrada representa la distorsión que sufre el ángulo recto
orientado según los ejes 1 y 2 y se representa mediante γ12 por lo que extendiendo el valor límite
encontrado para el resto de las direcciones, puede establecerse que:

∂u ∂u
i j
+ =γ =2ε (i ≠ j) (2.3.7)
∂x ∂x ij ij
j i

lo que asocia a los términos εij (i ≠ j) no diagonales del tensor de deformaciones, que en
adelante reciben el nombre de deformaciones tangenciales, con la distorsión (cambio de ángulo)
que experimenta cada plano del sistema al que está referido el tensor. El hecho de que
numéricamente cada término que no es de la diagonal principal esté asociado a 1/2 del valor
físico al que se asocia, la distorsión, puede interpretarse en el sentido de que el valor total de
ésta, γ ij, aparece en el tensor de deformaciones asociado a dos términos del mismo, εij y ε ji,
representando el conjunto de ambos la distorsión total de la cara.

Lo que sí podría cuestionarse es porqué la distorsión total del plano ij aparece


siempre repartida por igual en εij y εji cuando u i,j y u j,i pueden tomar valores diferentes. En el
apartado siguiente se discutirá sobre el hecho de que el valor importante desde un punto de vista
deformacional es la distorsión total de la cara γ ij, no siendo relevante el que esta distorsión se
haya producido porque el lado paralelo al eje i cambie su orientación o lo haga el lado paralelo al
eje j.

Tras los desarrollos realizados, queda claro el papel que las diferentes componentes
del tensor de pequeñas deformaciones juegan en los cambios de volumen y forma. Para asimilar

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DEFORMACIONES

ideas sencillas al respecto es útil visualizar el sólido formado por una serie de cubos
infinitesimales orientados según los ejes coordenados que reproducen el sólido original. Dado
que el tensor de pequeñas deformaciones es función de punto, puede asignarse el valor del
tensor de deformaciones a cada uno de estos elementos infinitesimales haciendo tender sus
dimensiones a cero, aunque por no ser reiterativo esto no se haga explícito en cada una de las
representaciones que sigan y en las ocasiones que usemos esta forma de visualizar un sólido
deformable. Así, con referencia a la proyección de un tal elemento sobre el plano 12, un valor
de ε1>0 representaría una dilatación en la dirección 1, Fig. 2.3.3.a, mientras que un valor ε1< 0
representaría una contracción, Fig. 2.3.3.b.

2 2
B B' C C' B' C C'
B

ε1 > 0 ε1 < 0

O O' A A' 1 O O' A A' 1


a) b)

Figura 2.3.3. Deformación normal: a) dilatación, b) contracción.

El sentido último de una dilatación /contracción en un punto en la dirección del eje i


es que dos planos perpendiculares a la dirección i, infinitamente próximos al punto, cambian sus
posiciones relativas alejándose/acercándose.

Puede verse de forma inmediata que las componentes normales del tensor de
pequeñas deformaciones (que al igual que el de tensiones se suelen representar por εi), definen
el cambio de volumen. Tomemos el volumen infinitesimal de referencia de dimensiones Δxi que
en la situación deformada pasan a ser Δxi (1 + εi). La variación unitaria de volumen sería:

Δx
1 ( 1 + ε1 ) Δx2 ( 1 + ε2 ) Δx3 ( 1 + ε3 ) - Δx1 Δx2 Δx3
lim =ε +ε +ε
Δx , Δx , Δx → 0 Δx Δx Δx 1 2 3
1 2 3 1 2 3
(2.3.8)

Obsérvese que al igual que sucedía con las tracciones el signo de las componentes
de la diagonal del tensor de deformaciones tiene un sentido físico, de tal manera que en este caso
valores positivos (dilataciones) de estas componentes conducen a aumentos unitarios de

-71-
DEFORMACIONES

volumen.

En lo que concierne a las componentes tangenciales no existe una diferencia física


para asignar un signo a las distorsiones. El signo resultante de los desarrollos realizados asigna
un valor positivo a una distorsión en un plano ij que provoca un acercamiento entre los vectores
orientados según las direcciones ij, y negativo en caso contrario, no existiendo nombres
específicos para ambas situaciones, que se representan para el plano 12 en la Fig. 2.3.4.

2 2

γ12 > 0
γ12 < 0

1 1
a) b)

Figura 2.3.4. Deformaciones tangenciales: a) positivas, b) negativas.

Es obvio que dado que γij (2.3.7) es suma de dos términos, el carácter positivo o
negativo no exige que ambos sumandos lo sean, aunque así ha sido representado en la Fig.
2.3.4, viniendo el signo condicionado por el del sumando de mayor valor absoluto. El signo
está en cualquier caso asociado al acercamiento o alejamiento antes mencionado de los dos
vectores infinitesimales, independientemente de la ubicación final en el plano de dichos
vectores.

El sentido último de una deformación tangencial γ ij (i ≠ j) en un punto es que dos


planos ik (i ≠ k) y dos planos jk (j ≠ k) infinitamente próximos al punto deslizan entre sí.

2.4. COMPONENTES GENERALES DEL CAMPO DE DESPLAZAMIENTOS. TENSOR DE


ROTACION.

Una vez establecidos los conceptos básicos que definen el estado de deformación en
un punto de un sólido elástico, en este apartado se va a profundizar en el conocimiento de la
relación que existe entre el campo de desplazamientos y el tensor de deformaciones, lo que
conllevará la definición del tensor de rotación.

Supongamos que ante la acción de cargas externas un sólido deformable

-72-
DEFORMACIONES

experimenta un campo de desplazamientos ui continuo y univaluado. Puede por tanto


establecerse que:

∂u
i
du = dx = g dx (2.4.1)
i ∂x j ij j
j

El tensor gij recibe el nombre de tensor gradiente de desplazamientos y el


conocimiento de sus componentes (nueve pues es un tensor no simétrico) permitiría generar el
campo de desplazamientos a él asociado, integrando (2.4.1).

Sin embargo el estado de deformaciones asociado a un campo de desplazamientos ui


no se ha caracterizado por gij, sino que para el caso de pequeñas deformaciones que nos ocupa
se ha caracterizado por el tensor εij de segundo orden simétrico. Dicho tensor puede hacerse
aparecer en (2.4.1), con una sencilla operación algebraica:

du =
i ( 21u ±1u
2 i,j 2 j,i ) dx = 1 u + u
j 2 (
i,j j,i
dx + 1 u - u
j 2 i,j j,i
dx)j ( ) (2.4.2)

expresión que para el caso de pequeñas deformaciones, admite ser escrita en la forma:

dui = εij dxj + ωij dxj (2.4.3)

donde εij representa el tensor de pequeñas deformaciones introducido en el apartado anterior y


ω ij,

1 u -u
ω =
ij 2 i,j j,i ( ) (2.4.4)

representa un tensor de segundo orden antimétrico ωij = - ω ji, con sólo tres elementos
significativos:

ω11 = 0 ; ω22 = 0 ; ω33 = 0

1 1 1
ω
12
=-ω
21
=
2 ( u1,2 - u2,1 ) ; ω13 = - ω31 = 2 ( u1,3 - u3,1 ) ; ω23 = - ω32 = 2 ( u2,3 - u3,2 )
Para poder proceder a razonar sobre el sentido de la descomposición (2.4.3)
necesitamos dotar a ωij de un cierto sentido físico (que ya poseemos de εij) y que naturalmente
vamos a obtener de la construcción general realizada en la Fig. 2.3.2, que ahora repetimos en la
Fig. 2.4.1 por claridad y para poder introducir algunas magnitudes nuevas.

-73-
DEFORMACIONES

∂u1
2 Δx + …
u1 ∂x2 2
Bisectriz
Situación
B'' B' Indeformada
∂u2 Bisectriz
Δx
∂x2 2 + ... Situación
α 12 Deformada

u2 ω
B φ

Δx2
45° φ A'
Δx2 45° ∂u2
Δx1 + ...
α 21 ∂x1
O' A''
u2
u2
O u1 A 1
Δx1 ∂u1
Δx
Δx1 u1 ∂x1 1 + ...

Figura 2.4.1. Proyección de los vectores inicial y final según los ejes 1 y 2 sobre el plano 12.

Calculemos en primer lugar los valores límites de los ángulos representados en la


Fig. 2.4.1. por α21 y α12:

∂u
2
Δx + ...
∂x 1 ∂u
1 2
lim α = lim = =g (2.4.5.a)
Δx →0 21 Δx →0 ∂u ∂x 21
1 1 1 1
Δx + Δx + ...
1 ∂x 1
1

∂u
1
Δx + ...
∂x 2 ∂u
2 1
lim α = lim = =g (2.4.5.b)
Δx →0 12 Δx →0 ∂u ∂x 12
2 2 2 2
Δx + Δx + ...
2 ∂x 2
2

habiendo utilizado la hipótesis de pequeñas deformaciones.

Los valores límites calculados están asociados a componentes de la matriz gradiente,


cumpliéndose de acuerdo a resultados del apartado anterior que:

g12 + g21 = γ12 = 2 ε12 (2.4.6)

-74-
DEFORMACIONES

por lo que siendo γ12 la distorsión total del plano 12 en el punto bajo consideración, g12 y g21
representan la colaboración a dicha distorsión por la evolución de u1 a lo largo del eje 2 (g12) y
de u2 a lo largo del eje 1 (g21).

La expresión (2.4.6) puede ser extrapolada de forma inmediata a los otros planos
cumpliéndose:

gij+ gji = γij = 2 εij (2.4.7)

Una vez calculados losvalores límites de los ángulos representados en la Fig.


2.4.1, se puede calcular el ángulo que forman las bisectrices de los vectores originalmente
alineados según los ejes 1 y 2, antes y después de la deformación, representado por ω en la Fig.
2.4.1. Es obvio de dicha Fig. que:

π/4 = α21 + φ + ω
π/4 = α12 + φ - ω

por lo que:

ω= 1 α -α ( )
2 12 21

y tomando valores límites en esta expresión:

ω=1 =1
lim
Δx , Δx → 0
1 2
2 ( lim
Δx → 0
2
α
12
- lim
Δx → 0
1
α
21 ) 2 ( g12 - g21 ) = ω12 (2.4.8)

El sentido físico que la ecuación (2.4.8) asigna a ω12 puede extenderse de forma
inmediata al resto de los términos ω ij, poniendo de manifiesto que las componentes del tensor
representan los giros que las bisectrices de los ejes experimentan al sufrir el sólido el campo de
desplazamientos ui.

Es factible, una vez interpretado ωij, realizar una reflexión sobre el papel que juegan
los tensores involucrados en la caracterización de un proceso de deformación en orden a
justificar su introducción y clarificar su uso. Podemos para ello resumir los desarrollos previos,
relacionando todos los tensores introducidos a través de:

1 1
(
2 4243
1
)
du i = g ij dx j = g ij + g ji dx j + g ij − g ji dx j
2 4243
1
( ) (2.4.9.)
ε ij ω ij

-75-
DEFORMACIONES

Puede observarse según (2.4.9) que un campo de desplazamientos ui lleva asociado


un tensor de segundo orden no simétrico g ij, llamado tensor de gradiente de los
desplazamientos; un tensor de segundo orden simétrico εij, llamado de pequeñas deformaciones;
y un tensor de segundo orden antimétrico ω ij, llamado tensor de rotación, apareciendo estos
últimos como descomposición del primero.

Retomando una cuestión planteada en el apartado anterior, al discutir la


representatividad de los cambios de formas y volumen a través de ε ij, hay que decir que el
tensor de gradientes de los desplazamientos recoge los cambios de volumen, a través de las
componentes de la diagonal principal, y los cambios de forma, a través de las componentes no
simétricas de fuera de la diagonal principal, según se ha puesto de manifiesto en (2.4.7). El
problema de una supuesta elección del tensor g ij para caracterizar el campo de desplazamientos
asociado a un sólido deformable es que no representaría de forma unívoca estados
deformacionales similares dado que una distorsión γij puede alcanzarse por infinitas
combinaciones de gij y gji. Así por ejemplo refiriéndonos al plano 12, la Fig. 2.4.2 representa
tres deformaciones que tienen asociado el mismo cambio de forma, la misma distorsión, y sin
embargo toman valores diferentes las componentes g12 y g21.

Desde el punto de vista de la Mecánica del sólido deformable, las tres situaciones
anteriores son absolutamente equivalentes dado que las tres conllevan el mismo cambio de
forma, la misma distorsión.

2 2 2
γ12 = γ γ12 = γ γ12 = γ
g12 = 0
g12 = γ γ
ω12 = - γ
2 g12 =
ω12 = γ 2 ω12 = 0
2

g21 = 0 1 g21 = γ 1 γ
g21 = 1
2

Figura 2.4.2. Tres posibles situaciones equivalentes con la misma distorsión y diferentes
gradientes de deformación.

La descomposición (2.4.9) persigue hacer una definición unívoca de estados


deformacionales equivalentes agrupando la información significativa sobre el cambio de forma y
volumen en un tensor, el tensor de pequeñas deformaciones ε ij. Así, volviendo al ejemplo
sencillo representado en la Fig. 2.4.2, las tres situaciones representadas, equivalentes desde un
punto de vista deformacional, tendrían asignado un mismo valor γ, repartido en dos

-76-
DEFORMACIONES

componentes ε12=γ/2, en el tensor de pequeñas deformaciones. La diferencia entre los tres


estados representados en la Fig. 2.4.2 estaría en el campo de desplazamientos asociado que se
manifiesta en los diferentes valores que toma ω12 y que intervendrían en la obtención del cálculo
de desplazamientos según se desprende de la ecuación (2.4.9). Queda claro que desde un punto
de vista conceptual, el cálculo del campo de desplazamientos requiere del conocimiento del
tensor de deformaciones y de rotaciones. En el apartado siguiente veremos no obstante, que
puede alcanzarse, mediante una manipulación adecuada de los tensores de deformación y
rotación, una expresión que permite, desde un punto de vista operativo, el cálculo de los
desplazamientos con el conocimiento exclusivo del tensor de deformaciones.

2.5. ECUACIONES DE COMPATIBILIDAD.

Un cuerpo indeformado, sometido a acciones exteriores, pasa a una configuración


deformada que se caracteriza por una variación en las posiciones relativas de los puntos
materiales que configuran el cuerpo.

Es evidente, por un lado, que la caracterización de la configuración deformada


pueda hacerse a través de un campo de desplazamientos ui (xk). Cualquier campo de
desplazamientos continuo y univaluado puede ser la solución de un problema elástico,
entendiendo por esta afirmación que tiene capacidad de serlo, aunque naturalmente para que lo
sea de uno determinado deberá satisfacer unas condiciones que se establecerán en el Capítulo V.
Por otro lado, sin embargo, se ha visto a lo largo de este capítulo que el estado de deformación
ha quedado definido por el tensor simétrico de pequeñas deformaciones ε ij, siendo la relación
con el campo de desplazamientos:

ε = 1
ij 2 ( ui,j + uj,i ) (2.3.5)

El conocimiento de un campo de desplazamientos continuo y univaluado lleva,


mediante la aplicación de (2.3.5) a generar un campo de deformaciones que puede ser la
solución de un problema elástico. A un tal campo de deformaciones lo llamaremos compatible.
Cabe preguntarse si inversamente, cualquier campo de deformaciones permite ser integrado
aplicando las relaciones (2.3.5) para producir un campo de desplazamientos continuo y
univaluado, es decir que pueda corresponder a la solución de un problema elástico o por contra,
el campo de deformaciones debe satisfacer algunas ecuaciones adicionales.

Para plantear la cuestión en términos más sencillos podemos recurrir de nuevo a


visualizar el sólido como formado por infinitos cubos infinitesimales que representan los

-77-
DEFORMACIONES

infinitos puntos del sólido, teniendo cada uno de los cubos, al tender sus dimensiones a cero,
asociado un tensor de deformaciones con unos determinados valores numéricos en sus
componentes. Definir arbitrariamente un campo de deformaciones εij equivale a separar los
cubos entre sí y deformarlos separadamente, cada uno de ellos de acuerdo al valor numérico del
tensor de deformaciones que le corresponde. El que el campo de deformaciones fuera
compatible significaría que una vez deformados los cubos elementales, éstos encajarían
perfectamente reproduciendo un medio continuo sin huecos ni superposiciones. Aunque se ve
que esto podría ser alcanzable para situaciones triviales (εij igual a un valor constante en todos
los puntos del sólido) parece obvio que no lo será con generalidad, por lo que concluimos que
debe haber unas ecuaciones que debe satisfacer un campo cualquiera de deformaciones εij para
que sea compatible.

La forma más directa de encontrar las ecuaciones que deben satisfacer las
componentes del campo de deformaciones es derivar la relación 2.3.5:

= 1
ε
ij,kl 2 ( ui,jkl + uj,ikl ) (2.5.1.a)

permutando índices se obtiene:

= 1 (2.5.1.b)
ε
kl,ij 2 ( uk,lij + ul,kij )
= 1 (2.5.1.c)
ε
jl,ik 2 ( uj,lik + ul,jik )
ε = 1 ( ui,kjl + uk,ijl ) (2.5.1.d)
ik,jl 2

Combinando convenientemente las ecuaciones (2.5.1) para que se produzca la


cancelación de los términos que aparecen en los segundos miembros, se obtiene:

εij,kl + εkl,ij - εjl,ik - εik,jl = 0 (2.5.2)

que representa un conjunto de 34 = 81 combinaciones, aunque muchas de ellas representan


identidades o conducen a ecuaciones idénticas, quedando sólo seis ecuaciones independientes
que vamos a proceder a deducir.

En primer lugar, dado que cada término tiene cuatro índices y cada uno de ellos
puede tomar valores de 1 a 3, es obvio que siempre habrá al menos un índice repetido. Puesto
que la ecuación (2.5.2) es cíclica en i, j, k y l, puede ser reescrita sin pérdida de generalidad en

-78-
DEFORMACIONES

la forma:

ε(i)(i),kl + εkl,(i)(i) - ε(i)l,(i)k - ε(i)k,(i)l = 0 (2.5.3)

donde la repetición de índices en i no significa suma por lo que se han enmarcado entre
paréntesis.

El sistema (2.5.3) representa ya solamente 33 = 27 combinaciones, cuyo número se


puede continuar reduciendo. En efecto, puede observarse que las combinaciones en que k, l o
ambas coincidan con i, generan identidades lo que conlleva una reducción a 12 combinaciones
significativas de las que por simetría sólo 9 deben considerarse. Finalmente, las combinaciones:

i = i1, k1 = l1 ≠ i1
i2 = k1, k2 = l2 = i1

conducen a ecuaciones idénticas por lo que sólo quedan las seis combinaciones que a
continuación detallamos como ecuaciones significativas.

2 2 2
∂ ε ∂ ε ∂ ε
11 22 12
i = 1, k = l = 2 + -2 =0≡S (2.5.4.a)
∂x2 ∂x2 ∂x ∂x
1 2
33
2 1
2 2 2
∂ ε ∂ ε ∂ ε
22 33 23 (2.5.4.b)
i = 2, k = l = 3 + -2 =0≡S
∂x2 ∂x2 ∂x ∂x
2 3
11
3 2
2 2 2
∂ ε ∂ ε ∂ ε
33 11 13 (2.5.4.c)
i = 3, k = l = 1 + -2 =0≡S
2 2 ∂x ∂x 22
∂x ∂x 3 1
1 3
2

i = 1, k =2, l = 3 -
∂ ε
∂x ∂x
2
2
+ ∂
11
∂x
3 1
( -
∂ε
∂x
23

1
+
∂ε
∂x
13

2
+
∂ε
∂x
12

3
) =0≡S
23
(2.5.4.d)

i = 2, k =3, l = 1 -
∂ ε
∂x ∂x
3
+ ∂
22
∂x
1 2
( -
∂ε
∂x
13
2
+
∂ε
∂x
12
3
+
∂ε
∂x
23
1
) =0≡S
13 (2.5.4.e)

i = 3, k =1, l = 2 -
∂ ε
∂x ∂x
1
33

2
+

∂x
3
( -
∂ε
∂x
12

3
+
∂ε
∂x
23

1
+
∂ε
∂x
13

2
) =0≡S
12
(2.5.4.f)

Las seis ecuaciones (2.5.4), conocidas como ecuaciones de compatibilidad de Saint-

-79-
DEFORMACIONES

Venant que las obtuvo en 1860, representan las seis ecuaciones que necesariamente debe
satisfacer un campo de deformaciones para que sea compatible, o sea para que admita ser
integrado según (2.3.5), conduciendo a un campo de desplazamientos continuo y univaluado.

Nótese que una vez demostrada la existencia de sólo 6 ecuaciones significativas,


éstas podrían obtenerse combinando linealmente las ecuaciones (2.5.2), haciendo l=k por
ejemplo. Con posterioridad, combinando linealmente las seis ecuaciones que saldrían de esta
operación podrían encontrarse las seis ecuaciones (2.5.4).

Se ha introducido una notación Spq, junto a cada una de las ecuaciones porque ello
permite expresar de forma alternativa a (2.5.2) las ecuaciones de compatibilidad:

Spq = epik eqjl εij,kl = 0 (2.5.5)

que sólo representan ya seis ecuaciones.

En cualquier caso, la razón de escribir las ecuaciones de compatibilidad en esta


nueva nomenclatura es que en ella puede expresarse de forma muy sencilla una relación
existente entre las seis ecuaciones de compatibilidad, ya que se cumple que:

∂Spq
=0 (2.5.6)
∂xq

Estas ecuaciones eran conocidas como condiciones de Bianchi en la geometría de


espacios de Riemann y fueron aplicadas por Moriguti (1947) al caso de pequeñas
deformaciones. Washizu (1958) profundizó en las implicaciones de las condiciones (2.5.6)
poniendo de manifiesto que sólo es necesario satisfacer tres de las ecuaciones de compatibilidad
en el dominio y las otras tres en el contorno. En concreto sería suficiente forzar:

Spq = 0 (p = q) en D y Spq = 0 (p ≠ q) en ∂D (2.5.7.a)

o bien:

Spq = 0 (p = q) en ∂D y Spq = 0 (p ≠ q) en D (2.5.7.b)

Aunque las ecuaciones (2.5.7) tienen un claro valor conceptual, desde un punto de
vista operativo es habitual forzar el cumplimiento de las seis ecuaciones de compatibilidad en
todos los puntos del dominio y así se hará en lo que sigue tanto en el desarrollo de la Teoría

-80-
DEFORMACIONES

como en la ejecución de problemas de aplicación.

3 c P1

D
2
1 Po

Figura 2.5.1. Diferentes trayectorias de integración del campo de desplazamientos.

Queda en cualquier caso el desarrollo de una demostración general sobre la


suficiencia de las ecuaciones de compatibilidad de Saint-Venant. La demostración que se va a
desarrollar a continuación fue presentada por Cesaro (1906) y trata de establecer las condiciones
de unicidad en la definición de los desplazamientos en un punto genérico de un sólido
deformable.

Sea un dominio genérico D, Fig. 2.5.1, por ahora simplemente conexo, en el que
hay definido un punto Po de coordenadas xio en el que se conocen los desplazamientos ujo y las
componentes del tensor de rotación ω ijo. Deseamos calcular los desplazamientos en un punto
genérico P1, uj1, conociendo el campo de deformaciones εij (xk).

Siguiendo (2.4.1), el campo de desplazamientos en P1 se puede poner:

P P
1 1 (2.5.8)
u1 = uo + ∫ du = uo + P u dx ∫
j j Po j j o j,k k

y recordando la descomposición de uj,k:

u =1 1
( uj,k + uk,j ) + 2 ( uj,k - uk,j ) = εjk + ωjk
j,k 2

la ecuación (2.5.8) adopta la forma:

P P
1 1 (2.5.9)
u1 = uo + ∫P ε dx + ∫P ω dx
j j o jk k o jk k

-81-
DEFORMACIONES

expresión que tal y como se había comentado en el apartado anterior indica que el cálculo de los
desplazamientos requiere, al menos conceptualmente, el conocimiento de los tensores de
deformación y rotación. Esta expresión puede, sin embargo, ser manipulada para eliminar
explícitamente la presencia de ωjk, aunque no naturalmente su efecto. Comenzamos por integrar
por partes el último término de (2.5.9), teniendo en cuenta que puesto que P1 es un punto
arbitrario, pero fijo, el diferencial que aparece en (2.5.9) puede ser sustituido en la forma que se
indica:

P P

1
ω dx =
P o jk k ∫P
1

o
ω d
jk (x - x )
k
1
k

y haciendo:

u = ωjk du = ωjk,l dxl

dv = d (x - x )
k
1
k
v=x -x
k
1
k
se obtiene:

P P P

1
ω d
P o jk ( x -x
k
1
k ) =ω
jk ( x -x
k
1
k ) Po
1
- ∫P ( xk - xk1 ) ωjk,l dxl =
o
1

P

o
jk ( x1 - xo
k k ) ∫ (
+ P x1 - x
o k k
1
)ω jk,l
dx
l
(2.5.10)

Sustituyendo este resultado en (2.5.9) se obtiene:

P
u1 = uo +
j j ( k k jk o
)
x1 - xo ωo + P ε +
jl ∫
1
(x - x ) ω
1
k k jk,l
dx
l
(2.5.11)

Vamos ahora a expresar ωjk,l en función de las derivadas de εjk:

= ∂ 1
ω
jk,l ∂x
l
2 ( uj,k - uk,j ) =

1 1
= (u -u
2 j,kl k,jl
+ u -u
2 l,jk l,jk )
= ( )
= ∂ 1 u +u - ∂
1
(
u +u =ε -ε ) ( ) (2.5.12)
∂x 2 j,l l,j ∂x 2 k,l l,k lj,k kl,j
k j

-82-
DEFORMACIONES

expresión que sustituida en (2.5.11) conduce a:

P
u1 = uo +
j j ( k k )
x1 - xo ωo + P U dx
jk o jl l ∫
1
(2.5.13)

donde:

U =ε +
jl jl (x - x ) (ε
1
k k lj,k

kl,j ) (2.5.14)

En (2.5.13) y (2.5.14) se pone de manifiesto que gracias a (2.5.12), los


desplazamientos en un punto pueden expresarse en función únicamente del campo de
deformaciones que sufre el sólido, lo que cierra la discusión sobre la aprobiabilidad del campo
de deformaciones para caracterizar el cambio relativo de posiciones entre las partículas de un
sólido.

Dado que los desplazamientos son una función continua y univaluada, la integral
que aparece en (2.5.13) debe ser independiente del camino de integración, c en la Fig. 2.5.1,
seguido para ir de Po a P 1 . Esto implica que el integrando U jl dxl debe ser una diferencial
exacta, siendo la condición necesaria y suficiente para ello que:

Uji,l - Ujl,i = 0 (2.5.15)

Desarrollando (2.5.15) según la definición (2.5.14) se obtiene:

ε
ji,l

kl ( εij,k - εki,j ) - εjl,i + δki ( εlj,k - εkl,j ) +
+ (x - x ) (ε
1
k k ij,kl

ki,jl

lj,ki

kl,ji )=0 (2.5.16)

Los seis primeros términos de (2.5.16) se anulan entre sí y puesto que la expresión
anterior se debe cumplir para cualquier punto de coordenadas xk, ello conlleva que:

εij,kl - εki,jl - εlj,ki + εkl,ji = 0 (2.5.17)

Las ecuaciones (2.5.17) representan las condiciones suficientes para la


integrabilidad de (2.5.14). Puede por tanto concluirse que en un dominio simplemente conexo
las ecuaciones de compatibilidad de Saint-Venant representan la condición necesaria y suficiente
para que un campo de deformaciones sea compatible, o sea para que tenga asociado un campo
de desplazamientos continuo y univaluado. Es inmediato observar que si un campo de

-83-
DEFORMACIONES

deformaciones ha sido obtenido aplicando las ecuaciones (2.3.5) a un campo de


desplazamientos continuo y univaluado, la aplicación de las condiciones de compatibilidad es
superflua dado que se satisfacen sustituyendo (2.3.5) en ellas.

La expresión (2.5.13), con la definición (2.5.14), conocida como fórmula de


Cesaro es una representación explícita del campo de desplazamientos en un sólido deformable
en función del campo de deformaciones e incluyendo el desplazamiento y el giro del punto
tomado como referencia. Es obvio que ello no implica que necesariamente sea preciso conocer
los valores de ujo y ωjko en el punto de referencia para calcular la expresión completa del campo
de desplazamientos. La expresión (2.5.13) lo que pone de manifiesto es que cuando se integra
un campo de deformaciones en coordenadas cartesianas rectangulares, se obtiene siempre un
campo de desplazamientos que tiene la siguiente estructura:

{}{} {}{}
u a 0 d e x u
1 1
u = b + -d 0 f y + u (2.5.18)
2 2
u c -e -f 0 z u
3 3
sd

donde ui)sd representa los desplazamientos como sólido deformable que sufre el dominio bajo
estudio; a, b, c representan traslaciones en las direcciones coordenadas; y d, e, f representan
giros como sólido rígido de todo el sólido. Estas constantes a, b, c, (ujo en (2.5.13)) y d, e, f
(ωjko en (2.5.13)) se determinan con las condiciones de contorno del sólido. En el caso de que
estas condiciones no permitieran calcular total o parcialmente estas constantes el campo de
desplazamientos total no quedaría completamente determinado, quedando compuesto de un
desplazamiento especificado como sólido deformable y de un desplazamiento genérico como
sólido rígido (traslación y/o rotación). En el Capítulo 4 se detalla el tipo y la aplicación de las
condiciones de contorno de un sólido.

En el caso de un dominio múltiplemente conexo con N cavidades de contorno ∂Dα,


Fig. 2.5.2, es preciso añadir 3N ecuaciones más para garantizar la integrabilidad del campo de
deformaciones:

∫S α
U dx = 0
jl l
j = 1, 3 ; α = 1, Ν (2.5.19)

donde Sα como se indica en la Fig. 2.5.2 puede ser cualquier trayectoria cerrada que incluye a
∂Dα.

-84-
DEFORMACIONES

∂D
∂D α
∂D 1
D SN

S1 Sα
∂D N

Figura 2.5.2. Dominio múltiplemente conexo.

2.6. CORRELACION TENSION-DEFORMACION.

Dado que como se ha mostrado el estado deformado queda caracterizado por un


tensor de segundo orden simétrico, cabe aplicarle todas las propiedades y representaciones
geométricas que se establecieron en el Capítulo 1 para el tensor de tensiones y que pasamos
sucintamente a mencionar:

- Existen tres autovalores reales del tensor de pequeñas deformaciones que


representan las deformaciones principales asociadas a los tres autovectores del tensor
que definen los planos principales de deformación, planos en los que no hay
distorsión o deformación tangencial.

- Todo estado de deformaciones admite tres invariantes J i, el primero de los


cuales, después de (2.3.8), está relacionado con el cambio de volumen unitario θ:

J =ε +ε +ε = ε + ε + ε = Δv = θ (2.6.1)
1 I II III 1 2 3 V

- En un punto donde haya definido un estado de deformaciones ε, a una dirección


n hay asociado un vector deformación εn que se calcula mediante:

n
ε =ε n (2.6.2)
i ij j

- El vector deformación εn asociado a un plano de normal n se suele descomponer


en sus componentes intrínsecas, deformación normal εn y tangencial ε t, como se
indica en la Fig. 2.6.1, de acuerdo a:

-85-
DEFORMACIONES

εn = εn n = ε n n (2.6.3)
i i ij j i

εt = εn s = ε n s (2.6.4)
i i ij j i

εn

n εn

s
εt 2

Figura 2.6.1. Componentes intrínsecas del vector deformación.

cumpliéndose naturalmente que:

2
εn = ε2n + εt
2

Los valores máximos de εn se producen en los planos principales de deformación


y el valor máximo de εt se produce en un plano que contiene al eje II y cuya normal es
bisectriz de los ejes principales I y III (εI > εII > εIII).

- El lugar geométrico de los vectores deformación asociados a las infinitas


direcciones que pasan por un punto es un elipsoide que se transforma en una esfera si
εI = εII = εIII y en un elipsoide de revolución si dos componentes principales
cualesquiera son iguales.

- Dado un estado de deformaciones en un punto en el sistema principal, puede


obtenerse el vector deformación en componentes intrínsecas asociado a una dirección
y viceversa, a través de la representación de Mohr.

- Todo tensor de deformaciones puede descomponerse en parte esférica y

-86-
DEFORMACIONES

desviadora:

ε = εoct δ +
ij ij (ε ij
-ε δ
oct ij )=ε
o
ij
+ εd
ij
(2.6.5)

con εoct = J1/3, por lo que después de (2.6.1) cabe indicar que el tensor esférico de
deformaciones representa el cambio de volumen unitario que conlleva el estado de
deformaciones εij.

La correlación presentada entre los tensores de tensión y deformación no condiciona


la identificación de los sistemas principales en los que esta correlación se produce. Esta cuestión
será objeto de estudio en el Capítulo 3.

PROBLEMA 2.1.

Calcular los desplazamientos asociados al campo de deformaciones dado por:

ε11 = A (Bx1 + Cx2) ; ε22 = A (Bx1 + Cx2) ; ε33 = D (Bx1 + Cx2)


ε12 = ε13 = ε23 = 0

sabiendo que el origen de coordenadas (0, 0 , 0) es un punto fijo:

∂u1 ∂u ∂u 2
u 1 = u2 = u3 = = 1 = =0
∂x 2 ∂x3 ∂x3
SOLUCION

Antes de integrar el campo de deformaciones, habrá que comprobar que dicho


campo es compatible. Para ello, se deberán satisfacer las ecuaciones de compatibilidad. Dado
que dichas ecuaciones son en derivadas segundas, y que el campo de deformaciones dado en el
problema es lineal, dichas ecuaciones se satisfacen. El campo de desplazamientos, puede
obtenerse bien aplicando la fórmula de Césaro o bien por integración directa del campo de
deformaciones.

A) Fórmula de Cesaro

La fórmula de Cesaro (2.5.13) con (2.5.14) permite calcular los desplazamientos en


un punto genérico (P1) a partir del campo de deformaciones y de los desplazamientos y giros de
un punto de referencia (Po).

-87-
DEFORMACIONES

( ) ( ) (
u j = u oj + x11 − x1o ω oj1 + x12 − x 2o ω oj2 + x13 − x3o ω oj3 + )
x11
+
∫ (ε + (x − x ) (ε
x1o
j1
1
1 1 ) (
1
1 j,1 − ε11, j + x 2 − x 2 ) (ε1j,2 − ε21, j ) + (x13 − x3 ) (ε1j,3 − ε31, j ) ) dx1 +
x12
+
∫ (ε + (x − x ) (ε
x o2
j2
1
1 1 ) (1
2 j,1 − ε12, j + x 2 − x 2 ) (ε2 j,2 − ε22, j ) + (x13 − x3 ) (ε2 j,3 − ε32, j ) ) dx2 +
x13
+
∫ (ε + (x − x ) (ε
x 3o
j3
1
1 1 ) (
1
3 j,1 − ε13, j + x 2 − x 2 ) (ε3 j,2 − ε23, j ) + (x13 − x3 ) (ε3 j,3 − ε33, j ) ) dx3
Para ir del punto P o al P 1 , puede tomarse cualquier camino de integración. Si se
sigue una recta de ecuación:
x1 − x1o x 2 − x 2o x3 − x3o
= =
x11 − x1o x12 − x o2 x13 − x3o

Las variables x2 y x3 pueden ser expresadas en función de x1 como:

x12 − x o2
⎛ x1 − x o2 ⎞
x2 = 1
x - xo 2
o 1 ⎜ 1 1
+ x o2 ⎟ = k1 x1 - k 2
x1 − x1 ⎝ x1 − x1o ⎠
x1 − x3o ⎛ o x13 − x3o ⎞
x3 = 13 o
x1 - ⎜ x1 1 o
+ x3o ⎟ = k 3 x1 - k 4
x1 − x1 ⎝ x1 − x1 ⎠

Los diferenciales dx2 y dx3 también pueden ser expresados en función de dx1:

dx2 = k1 dx1 , dx3 = k3 dx1

Introduciendo los cambios en la expresión general se tiene:

x11
u j = u oj + (( x11 − x1o )) ω oj1 + x12 − x o2 ω oj2 + x13 − x3o ω oj3 +
( ) ( ) ∫ x1o
(ε j1 + k1 ε j2 + k 3 ε j3 +

(
+ x11 − x1 ) ((ε1j,1 − ε11, j ) + k1 (ε2 j,1 − ε12, j ) + k3 (ε3 j,1 − ε13, j )) +
(
+ x12 − k1 x1 + k 2 ) ((ε1j,2 − ε21, j ) + k1 (ε2 j,2 − ε22, j ) + k3 (ε3 j,2 − ε23, j )) +
(
+ x13 − k 3 x1 + k 4 ) ((ε1j,3 − ε31, j ) + k1 (ε2 j,3 − ε32, j ) + k3 (ε3 j,3 − ε33, j ))) dx1
Esta es una forma explícita de la fórmula de Cesaro cuando se integra a lo largo de

-88-
DEFORMACIONES

una línea. Conviene hacer notar que εij será en general una función de x1, x2 y x 3 . Dado que en
la expresión anterior aparecen las derivadas de εij se tendrán que efectuar primero dichas
derivadas y luego habrá que poner x2 y x3 en función de x1. Para nuestro problema:

x1 x1
x1o = x o2 = x3o = 0 , k1 = 21 , k 3 = 13 , k2 = k4 = 0
x1 x1
u1 = u1o + x 2 ω12
o o
+ x3 ω13 +
x11
+
∫o
(ε11 + (x2 − k1 x1 ) (ε11,2 − k1 ε22,1) + (x3 − k3 x1 ) (ε11,3 − k3 ε33,1)) dx1
donde:
ε11 = A(Bx1 + Cx2) = A(Bx1 + C (k1 x1 - k2))
ε11,2 = AC , ε11,3 = 0 , ε22,1 = AB , ε33,1 = BD

Integrando se llega a:

AB 2 AB DB
u1 = u1o + x 2 ω12
o o
+ x3 ω13 + x + x 2 x1 AC − x 22 − x32
2 1 2 2

Análogamente para u2 y u3 se obtiene:

AC 2 AC 2 DB 2
u 2 = u o2 + x1 ω o21 + x3 ω o23 + AB x1 x 2 − x + x − x
2 1 2 2 2 3

u3 = u3o + x1 ω 31
o o
+ x2 ω 32 + DB x1 x3 + DC x2 x3

Tomando Po como el punto (0, 0, 0) e imponiendo las condiciones de contorno del


enunciado:

∂u1
u1o = u 2o = u3o = 0
o
= ω12 , o
+ x1 AC - ABx2 = 0 → ω12 =0
∂x 2
∂u1 ∂u
o
= ω13 o
- DBx3 = 0 → ω13 = 0 , ∂x2 = ω o23 - DCx3 = 0 → ω o23 = 0
∂x3 3

luego:
AB 2 x 2 AB 2
u1 = − x − DB 3 + x + AC x1 x 2
2 2 2 2 1

x2 x2 x2
u 2 = − AC 1 − DC 3 + AC 2 + AB x1 x 2
2 2 2

u3 = DB x1 x3 + CD x 2 x3

-89-
DEFORMACIONES

B) Integración Directa

Las relaciones entre las deformaciones y los desplazamientos, vienen dadas por las
ecuaciones (2.3.5). Una posible forma de integrarlas es como sigue:

1) De la tercera ecuación de (2.3.5), se puede obtener u3 apareciendo una función


genérica F1 (x1, x2)
2) Introduciendo este valor de u3 en las ecuaciones quinta y sexta se obtienen u1 y
u2 apareciendo dos funciones genéricas F2 (x1, x2) y F3 (x1, x2).
3) Los valores de u1, u2 y u3 se sustituyen en las ecuaciones primera, segunda y
cuarta deduciéndose las funciones genéricas F1, F2 y F3.

Procediendo así para el caso bajo consideración:

u3 = DB x1 x3 + DC x2 x3 + F1 (x1, x2)

De las ecuaciones quinta y sexta se obtiene:

DB 2 ∂F DC 2 ∂F1
u1 = − x − x3 1 + F2 (x1, x 2 ) , u 2 = − x − x3 + F3 (x1, x 2 )
2 3 ∂x1 2 3 ∂x 2

Introduciendo u1, u2 y u3 en las ecuaciones primera, segunda y cuarta de (2.3.5):

∂F2 ∂2 F1
ABx1 + ACx 2 = - x3 (2P1.1)
∂x1 ∂x12

∂2 F1 ∂F3
ABx1 + ACx 2 = − x3 + (2P1.2)
∂x 22 ∂x 2

∂2 F1 ∂F ∂2 F1 ∂F
− x3 + 2 - x3 + 3 = 0 (2P1.3)
∂x1∂x 2 ∂x 2 ∂x1∂x 2 ∂x1

de donde se deduce:
2 2 2
∂ F ∂ F ∂ F
1 1 1
2
=0 , 2
=0 , ∂x ∂x = 0 ⇒ F = mx + nx + p
1 1 2
∂x ∂x 1 2
2 1

De la Ec. (2P1.3) se deduce que:

-90-
DEFORMACIONES

∂F2 ∂F3
+ = 0 (2P1.4)
∂x 2 ∂x1

De las Ec. (2P1.1) y (2P1.2) se obtiene:

x12 x2
F2 = AB + ACx1 x2 + G(x2) , F3 = ABx1x 2 + AC 2 + H(x1 )
2 2

que introduciéndolas en (2P1.4) conducen a:

∂G ∂H
ACx1 + + ABx 2 + = 0
∂x 2 ∂x1
de donde se deduce:

∂H x12
ACx1 + = q → H = -AC + qx1 + s
∂x1 2
∂G x 22
ABx 2 + = -q → G = -AB - qx 2 + g
∂x 2 2

siendo por tanto el campo de desplazamientos buscado:

x22
x32 x12
u1 = g - qx2 - x3m - AB 2 - DB 2 + AB 2 + AC x1 x2
x2 x2 x2
u2 = s + qx1 - x3n + AB x1 x2 + AC 2 2 - AC 21 - DC 3 2
u3 = p + mx1 + nx2 + DB x1 x3 + DC x2 x3

expresiones que pueden escribirse en la forma:

{ } { } { }{ } { }
u x f ( x1, x2, x3 )
1
1 g 0 -q -m 1
u
2 = s + q 0 -n x
2 + f ( x1, x2, x3 )
2
u p m n 0 x
3 3 f ( x1, x2, x3 )
3

Imponiendo las condiciones de contorno en el punto x1 = x2 = x3 = 0:

u1 = u 2 = u3 = 0 ⇒ g = s = p = 0
∂u1
= -q - ABx2 + ACx1 = 0 ⇒ q=0
∂x 2

-91-
DEFORMACIONES

∂u1
= -m -DBx3 = 0 ⇒ m = 0
∂x3
∂u 2
= -n - DCx3 = 0 ⇒ n = 0
∂x3

luego el campo de desplazamientos adopta la forma:

x 22 x2 x2
u1 = - AB - DB 3 + AB 1 + AC x1 x 2
2 2 2
x2 x2 x2
u 2 = - AC 1 - DC 3 + AC 2 + AB x1 x 2
2 2 2
u3 = DB x1 x3 + CD x 2 x3

que naturalmente coincide con la deducida empleando la fórmula de Cesaro.

-92-

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