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Refiere a que las condiciones de acceso al poder no han cambiado mucho a pesar de los movimientos, en los que escalan por el capital social que logran quienes resultan beneficiados por los resultados de esas luchas
Refiere a que las condiciones de acceso al poder no han cambiado mucho a pesar de los movimientos, en los que escalan por el capital social que logran quienes resultan beneficiados por los resultados de esas luchas
Refiere a que las condiciones de acceso al poder no han cambiado mucho a pesar de los movimientos, en los que escalan por el capital social que logran quienes resultan beneficiados por los resultados de esas luchas
México conmemoró 211 años del inicio de la guerra de Independencia integrando al grito el nombre de Vicente Guerrero, consumador de esa lucha que comenzaron en 1810 y que terminó en febrero de 1821, el oficial Abrazo de Acatempan, entre Agustín de Iturbide, quien posteriormente se declaró emperador de México; y quien sería el primer y único presidente negro de México. Desde 1810 que el cura Miguel Hidalgo y Costilla comenzó la guerra de independencia de lo que después se convertiría en México, se comenzó a construir un país que pocos periodos de paz ha tenido. Desde la consumación de esa guerra, en 1821 se sigue disputando la nación. Primero entre monárquicos y liberales, luego entre liberales centralistas y liberales federalistas, y también conservadores monárquicos. Quienes se alzaron en la insurgencia lo hicieron contra el sistema político, pero también incluía el sistema de castas en que se dividía y se limitaba a los originarios y residentes de la Nueva España, novohispanos o criollos. Estos no tenían oportunidad de ascender a los grandes cargos que ostentaban los llegados de la península ibérica. Aquí se llevaba el registro en el libro de los españoles, en el que se databa quienes eran los hijos de los españoles novohispanos, mientras que los que no nacían de los matrimonios de española y español quedaban fuera. Para ellos estaban reservadas las castas, a los hijos de india con español se les llamaba mestizos; a los de español con negra mulato, y de ahí para adelante una serie de combinación de sangre como zambos, saltapatrás, lobos, etcétera. La herencia de sangre determinaba su posición social y pocos podían saltarse ese tremendo obstáculo. Eso fue hace 200 años y ahora sigue igual. La pertenencia a las estirpes familiares garantizaba cargos de importancia y un futuro prominente en el clero, la milicia y la burocracia, en lo que ahora se denomina como capital social, porque los padres con sus redes sociales podían colocar a sus hijos, hacer matrimonios como alianzas para endosar más bienes y más socios para sus actividades. Contra eso se lucho en la Independencia. Y relativamente entraron nuevos personajes a escena política, pero como la mayor parte del tiempo la nación estuvo en guerra, pudieron acceder al gobierno el negro Vicente Guerrero, el indio Benito Juárez y el mestizo Porfirio Díaz. Pero fue en la paz dictatorial del porfirismo cuando volvieron a funcionar las grandes familias como las beneficiarias y que igual se atendieron generosamente con su permanencia en el gobierno. Contra ellos se levantaron los que no podían ascender, la burguesía ranchera como Francisco Madero, en Guerrero los Figueroa y también los campesinos. Nuevos actores entraron a escena. Cuyos herederos, conocidos como los cachorros de la revolución y que a decir del periodista Carlos Denegri se bajaron del caballo para subirse al Cadillac, como muestra de ascenso social, también se hicieron del poder, de los cargos y de los recursos. La movilidad social ofrecida por la Revolución no alcanzó para todos y muchos volvieron a quedar fuera. Surgió la izquierda también con la promesa renovada que se basaba en la Independencia, en la Revolución y ahora con la llamada Cuarta Transformación. Pero los izquierdistas, en los años de lucha tuvieron a sus hijos, y a sus nietos y también de ellos es el reino de las nuevas castas superiores que se forman por derecho de sangre y que por eso mismo están en la primera línea para acceder al poder, sin mayor merito que el de ser hijos e hijas de quienes estuvieron en la brega. Hace 211 años se comenzó una lucha contra la dependencia de España y también contra del sistema de castas y otros ideales que se mencionan para la ocasión, pero que después de 200 años se siguen viendo, como en aquel entonces. El derecho de privilegios por la sangre, por ejemplo, sigue tan vivo y tan campante, como hace 200 años de la guerra de Independencia, como hace 100 años de la Revolución… En fin como dice la novela de El Gatopardo todo cambia para que todo siga igual…