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AÑOS
El tratamiento del asma en niños mayores de 12 años requiere pasos diferentes que en los niños más
pequeños
El asma es una inflamación continua (crónica) de las vías respiratorias en los pulmones. Esta inflamación
hace que las vías respiratorias sean vulnerables a los episodios de dificultad para respirar (ataques de
asma). Los desencadenantes frecuentes de los ataques de asma son las alergias, los resfríos y el ejercicio.
El asma en los niños más grandes puede interferir con el sueño, el rendimiento escolar, los deportes y las
actividades sociales. Los cambios emocionales, sociales y del desarrollo relacionados con la adolescencia
pueden, en ocasiones, complicar el control de la enfermedad.
El control del asma depende del control de la inflamación con los medicamentos, evitar
desencadenantes siempre que sea posible y tomar los medicamentos para tratar los ataques de asma. Tu
hijo puede aprender a reducir al mínimo los síntomas siguiendo un plan de acción escrito que se haya
desarrollado junto con su médico para controlar y ajustar el tratamiento según su necesidad.
Síntomas del asma en niños mayores de 12 años
Los signos y síntomas comunes del asma en niños mayores de 12 años pueden incluir los siguientes:
● Tos
● Sibilancia, un sonido agudo parecido a un silbido al exhalar
● Dificultad para respirar o falta de aliento
● Una sensación de opresión e incomodidad en el pecho
La gravedad y los patrones de los síntomas pueden variar:
● Tratar la inflamación de las vías respiratorias, generalmente con medicamentos diarios, para
prevenir los ataques de asma
● Usar medicamentos de acción rápida para tratar los ataques de asma
● Evitar o minimizar el efecto de los desencadenantes del asma
● Mantener niveles de actividad normales
● Incluir al adolescente en la creación y gestión de un plan de tratamiento
El médico usará un método gradual para tratar el asma de tu hijo. El objetivo es el manejo general con
una cantidad mínima de ataques de asma que requieran tratamiento a corto plazo. Esto significa que
inicialmente el tipo o dosis de tratamiento puede incrementarse hasta que el asma se estabilice.
Cuando el asma de tu hijo se estabilice durante un período de tiempo, el médico puede entonces dejar
el tratamiento; esto asegura que tu hijo tome el tratamiento farmacológico mínimo necesario para
permanecer estable. Si el médico determina en algún momento que tu hijo está usando un
medicamento de acción rápida con demasiada frecuencia, el tratamiento a largo plazo se intensificará
hasta alcanzar una dosis más alta o medicamentos adicionales.
Este enfoque gradual puede dar lugar a cambios al alza o a la baja con el tiempo, dependiendo de la
respuesta de tu hijo al tratamiento y del crecimiento y desarrollo generales, así como de los cambios
estacionales, cambios en los niveles de actividad u otros factores.
Medicamentos para el control a largo plazo
Los medicamentos de control a largo plazo, o de mantenimiento, por lo general se toman diariamente.
Habla con tu médico sobre los riesgos asociados con las opciones de tratamiento y conoce los signos de
reacciones adversas.
Los tipos de medicamentos de mantenimiento incluyen los siguientes:
● Mediciones regulares del flujo máximo que no sean de ataques, según lo solicite el médico
● El tiempo, la duración y las circunstancias de un ataque de asma
● Respuestas al tratamiento de los ataques de asma, incluidas mediciones de flujo máximo
● Mediciones de flujo máximo después del ejercicio
● Efectos secundarios de los medicamentos
● Cambios en los síntomas
● Cambios en los patrones de sueño
Control de los desencadenantes del asma
En función de los factores desencadenantes del asma de tu hijo, haz los ajustes necesarios en casa, en la
escuela y en otros entornos para minimizar la exposición de tu hijo a los factores desencadenantes.
Entre estos se encuentran las siguientes:
La neumonía es la principal causa individual de mortalidad infantil en todo el mundo. Se calcula que la
neumonía mató a unos 920 136 niños menores de 5 años en 2015, lo que supone el 15% de todas las
defunciones de niños menores de 5 años en todo el mundo. La neumonía afecta a niños —y a sus
familias— de todo el mundo, pero su prevalencia es mayor en el África subsahariana y Asia meridional.
Pueden estar protegidos mediante intervenciones sencillas y tratados con medicación y cuidados de
costo bajo y tecnología sencilla.
Causas
Diversos agentes infecciosos —virus, bacterias y hongos— causan neumonía, siendo los más comunes
los siguientes:
Los factores ambientales siguientes también aumentan la susceptibilidad de los niños a la neumonía:
● la contaminación del aire interior ocasionada por el uso de biomasa (como leña o excrementos)
como combustible para cocinar o calentar el hogar;
● vivir en hogares hacinados;
● el consumo de tabaco por los padres.
Tratamiento
La neumonía causada por bacterias puede tratarse con antibióticos. El antibiótico de elección es la
amoxicilina en comprimidos dispersables. La mayoría de los casos de neumonía requieren antibióticos
por vía oral los cuales suelen recetarse en centros de salud. Estos casos también pueden ser
diagnosticados y tratados con antibióticos orales baratos a nivel comunitario por los trabajadores de
salud comunitarios capacitados. Se recomienda la hospitalización solamente en los casos graves.
Prevención
Una nutrición adecuada es clave para mejorar las defensas naturales del niño, comenzando con la
alimentación exclusiva con leche materna durante los seis primeros meses de vida; además de prevenir
eficazmente la neumonía, reduce la duración de la enfermedad.
También puede reducirse el número de niños que contraen neumonía corrigiendo factores ambientales
como la contaminación del aire interior (por ejemplo, proporcionando cocinas de interior limpias a
precios asequibles) y fomentando una higiene correcta en hogares hacinados.
A los niños infectados con el VIH se les administra el antibiótico cotrimoxazol diariamente para reducir el
riesgo de que contraigan neumonía
Respuesta de la OMS
● protección de los niños de la neumonía, entre otras cosas promoviendo la lactancia natural
exclusiva y el hábito de lavarse las manos y reduciendo la contaminación del aire en interiores;
● prevención de la neumonía mediante la vacunación, el lavado de las manos con jabón, la
reducción de la contaminación del aire doméstico, la prevención del VIH y la profilaxis con
trimetoprim-sulfametoxazol en los niños infectados por el VIH o expuestos a él.
● tratamiento de la neumonía, sobre todo procurando que todos los niños enfermos tengan
acceso a una atención sanitaria correcta (dispensada por un agente de salud comunitario o bien
en un centro de salud cuando la afección revista gravedad) y reciban los antibióticos y el
oxígeno que necesitan para sanar.
Varios países, entre ellos Bangladesh, la India, Kenya, Uganda y Zambia, han elaborado planes distritales,
estatales y nacionales para intensificar las medidas destinadas a combatir la neumonía y la diarrea.
Muchos otros han integrado en sus estrategias nacionales de salud y supervivencia del niño medidas
específicas contra la diarrea y la neumonía. Para muchos países, la agenda para después de los Objetivos
de Desarrollo del Milenio ha incluido explícitamente como acción prioritaria el acabar con las muertes
prevenibles por diarrea y neumonía.