Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
Introducción ........................................................................................................ 3
Estructura de contenidos ..................................................................................... 3
Mapa Conceptual ................................................................................................ 4
Unidad 1. Concepto de liderazgo y el proceso administrativo. ........................... 5
1.1 El proceso administrativo y el liderazgo ....................................................... 6
1.2 Administradores y líderes ............................................................................. 8
1.3 Cultura organizacional y medio ambiente ................................................... 16
1.4 Sistemas de valores ......................................................................................... 24
Material anexo al desarrollo del tema ...................................................................... 26
Glosario............................................................................................................... 27
Recursos Bibliográficos .......................................................................................... 28
Introducción
El problema de muchas organizaciones, sobre todo aquellas que están en situación crítica,
es que tienden a estar excesivamente administradas y poco dirigidas. En este módulo se
analiza la importancia del liderazgo dentro del proceso administrativo. Hay una profunda
diferencia entre administración y liderazgo; sin embargo, muchos directivos no la
reconocen. La diferencia entre administrar y liderar se debe tener siempre presente, por
un lado, el liderazgo eficaz acepta riesgos: innova, desafía y cambia la cultura
organizacional; de tal manera que los líderes desafían, no imitan. El administrador, por el
contrario, opera con el capital, con las habilidades humanas, con las materias primas, con
la tecnología.
Estructura de contenidos
3
Mapa Conceptual
Unidad 1. Concepto de liderazgo y el proceso administrativo.
“El proceso administrativo es el conjunto de funciones administrativas o elementos de la
administración, a saber: planeación, organización, dirección y control. Es un proceso
cíclico y sistémico” (Chiavenato, p. 504).
La administración de las organizaciones, continua nuestro autor,
Se concibe como un proceso cíclico y continuo que consta de cuatro funciones
administrativas:
1. Planeación: fase del proceso administrativo que establece los objetivos a
alcanzar e identifica las estrategias y acciones que se necesitan para lograrlos.
Los objetivos se definen de forma integrada e indican hacia dónde se dirige la
organización.
2. Organización: fase del proceso administrativo que define la división del
trabajo que será desempeñado por medio de tareas en distintos órganos o
puestos; también se ocupa de coordinar los esfuerzos para garantizar que se
alcance el propósito deseado (integración).
3. Dirección: fase del proceso administrativo que coordina y reúne los esfuerzos
de todas las personas a efecto de garantizar que desempeñen sus tareas de
modo que la organización alcance sus objetivos. Algunos autores se refieren a
esta función como liderazgo en la organización.
4. Control: fase del proceso administrativo que evalúa el desempeño, compara
los resultados con los objetivos y aplica medidas correctivas cuando es
necesario.
5
su trabajo individual, sino gracias al esfuerzo unido y coordinado de las personas
que laboran bajo su dirección.
Para Fayol, administrar es prever, organizar, mandar, coordinar y controlar. Esto implica,
respectivamente, la previsión de las actividades a futuro, la organización de los recursos de
la empresa de modo que ésta realice sus proyectos, la coordinación y el mando de la mano
de obra para la realización de los planes, y el control para comparar los objetivos planeados
con los resultados obtenidos. Fayol adoptó principios generales y universales de la
administración e hizo hincapié en que todas las empresas debían estar organizadas de una
sola manera, que era la mejor para alcanzar la eficiencia (Chiavenato, p. 66).
A esto se puede añadir la elaboración de Robbins y Coulter (2005), que hace la relación
específica con el líder, o gerente:
6
De acuerdo con el esquema de las funciones, los gerentes realizan ciertas
actividades o deberes al tiempo que coordinan de manera eficaz y eficiente el
trabajo de los demás. ¿Qué son estas actividades o funciones?
En todas las organizaciones hay personas y el gerente debe trabajar con ellas y
a través de ellas para alcanzar las metas de la organización. Esta es la función de
dirección. Los gerentes dirigen cuando motivan a sus subordinados, influyen en
los individuos y los equipos mientras hacen su trabajo, eligen el mejor canal de
comunicación o de cualquiera otra manera se ocupan del comportamiento de
los empleados.
7
comparar el desempeño real con las metas fijadas con antelación. Si hay
desviaciones significativas, es deber de la administración retomar las riendas del
desempeño. Este proceso de vigilar, comparar y corregir es lo que entendemos
por la función de control.
También hay otras combinaciones. Una persona puede ser un líder débil y de
todos modos ser un buen administrador, en particular si resulta que maneja
personas que comprenden a cabalidad las responsabilidades que entrañan sus
puestos y un fuerte impulso de trabajo. Este conjunto de circunstancias es
8
menos probable, por lo que podemos esperar que excelentes administradores
tengan una capacidad de liderazgo razonablemente alta, entre otras
habilidades. Por fortuna, la capacidad de liderazgo se adquiere mediante el
estudio de las investigaciones sobre liderazgo, la observación de buenos
modelos de conducta, la participación en la capacitación administrativa y el
aprendizaje de las experiencias de trabajo (Davis y Newstrom, Comportamiento
Organizacional, pp. 169-170)
Acerca de si los líderes deben ser administradores, y viceversa, nos dicen Robbins y
Coulter (2005):
¿Deben todos los gerentes ser líderes? A la inversa, ¿deben todos los líderes ser
gerentes? Como nadie ha demostrado hasta ahora que la habilidad de liderazgo
sea una desventaja para un gerente, creemos que todos los gerentes deben ser
líderes en forma ideal. Sin embargo, no todos los líderes tienen las capacidades
o destrezas de los gerentes eficaces y, por lo tanto, no todos los líderes deben
ser gerentes. El hecho de que un individuo pueda influir en otros no significa
que también tenga la capacidad de planear, organizar y controlar. Dado que
todos los gerentes deben ser líderes, estudiaremos el liderazgo desde una
perspectiva gerencial. Por consiguiente, nuestra definición de un líder es alguien
que puede influir en otros y que posee autoridad gerencial. Entonces, ¿qué es
9
el liderazgo? Es el proceso que consiste en influir en un grupo para orientarlo
hacia el logro de objetivos.
Jim Estill, en su blog CEO Blog - Time Leadership, publicó esta gran frase, citando un
clásico artículo de Harvard Business Review por Abraham Zaleznik en 1977:
La diferencia entre administradores y líderes se basa en sus concepciones del
caos y el orden. Los administradores idolatran el proceso, buscan estabilidad
y control e instintivamente tratan de resolver los problemas rápidamente a
veces incluso antes de comprender totalmente su significado. Lo líderes, por
el contrario, toleran el caos y la falta de estructura y están dispuestos a
demorar las soluciones para entender los problemas más profundamente.
10
Figura 1: Administrador y líder (elaboración propia).
Los líderes de negocios tienen mucho más en común con los artistas que con
los administradores. Las organizaciones necesitan de ambos, líderes y
administradores para tener éxito, pero desarrollar ambos requiere reducir el
foco en la lógica y los ejercicios estratégicos a favor de un ambiente donde la
creatividad e imaginación puedan florecer. Hay una diferencia profunda entre
administración y liderazgo y ambos son importantes. Administrar significa
lograr, tener responsabilidad, conducir. Liderar es influenciar, guiar en una
dirección, curso, acción, opinión. La diferencia es crucial.
Con respecto a los rasgos que pueden formar parte del perfil de un líder eficaz, explican
Davis y Newstrom (2008)
11
La investigación actual sobre los rasgos del liderazgo señala que algunos factores
distinguen a los líderes de quienes no lo son. Los rasgos más importantes (primarios)
son:
• Alto nivel de impulso personal (caracterizado por dinamismo, determinación,
fuerza de voluntad y tenacidad). Deseo de dirigir (motivación para influir en otros).
• Integridad personal (sentido de la ética, honradez y autenticidad).
• Confianza en sí mismo (optimismo y creencia en la eficacia personal como líder).
Los tres tipos amplios de habilidades que los líderes utilizan son los técnicos, humanos y
conceptuales. Aunque estas habilidades se interrelacionan en la práctica, se pueden
considerar por separado.
La habilidad técnica se refiere al conocimiento y destreza de una persona en cualquier
tipo de proceso o técnica. Ejemplos son las habilidades aprendidas por contadores,
ingenieros, redactores de textos y fabricantes de herramientas. La habilidad técnica es
el rasgo distintivo del desempeño en el trabajo en los niveles operativo y profesional,
pero a medida que los empleados ascienden a responsabilidades de liderazgo, sus
capacidades técnicas pierden proporcionalmente importancia. Como administradores,
dependen cada vez más de las habilidades técnicas de sus subordinados; en muchos
casos, nunca han practicado algunas de las habilidades técnicas que supervisan.
La habilidad humana es la facultad que permite trabajar bien con la gente y construir el
trabajo en equipo. Incluye un amplio arsenal de conductas: energizar a los individuos,
retroalimentar, entrenar, interesarse por ellos, demostrar empatía y sensibilidad, y
mostrar compasión y apoyo para las personas que lo requieren. Una encuesta de Gallup
reveló que la mayoría de los trabajadores calificaban como más importante “tener un
12
empleador que se preocupa”, que los pagos y las prestaciones. Ningún líder en ningún
nivel organizacional se escapa del requisito de tener buenas capacidades humanas. Es
una parte importante de la conducta del liderazgo, y se examina ampliamente en todo
el libro. La falta de habilidades humanas ha sido la causa de la caída de muchos
administradores y directores generales.
Flexibilidad situacional
Un buen liderazgo requiere una conducta que una y estimule a sus seguidores hacia
objetivos definidos en situaciones específicas. Los tres elementos —líder, seguidores y
situación— son variables que se afectan mutuamente para determinar una conducta
adecuada de liderazgo. Es claro que el liderazgo es situacional. En un caso, la acción A
puede ser el mejor grupo de actos del liderazgo, pero en el caso siguiente, la acción B
será la mejor. Tratar de que todos los líderes de una organización se ajusten a un
lineamiento estándar suprimirá las diferencias creativas y provocará también
ineficiencias, como tratar que muchas clavijas cuadradas quepan correctamente en
hoyos redondos.
El liderazgo es parte de un sistema complejo, por lo que no hay una respuesta sencilla a
la pregunta: ¿qué hace eficaz a un líder? Algunas veces, los líderes deben resistir la
tentación de ser visibles. Aun cuando un buen liderazgo incluye un conjunto de
13
conductas, ello no debe confundirse con simple activismo cuando no se necesita
actividad. La energía y la interacción constante con otros no garantizan un buen
liderazgo. En ocasiones, la acción más adecuada del liderazgo es quedarse fuera del
escenario para eliminar presiones sobre el grupo, quedarse quieto mientras otros
hablan, estar tranquilo en tiempos de agitación, dudar deliberadamente y retrasar
decisiones. En otros momentos, un líder debe ser más decidido, directivo y controlador.
La tarea clave de un líder es reconocer diferentes situaciones y adaptarse a ellas de
manera consciente.
La condición de seguidor
Con pocas excepciones, en las organizaciones los líderes también son seguidores. Casi
siempre reportan a otro directivo. Incluso el presidente de una empresa que se cotiza
en la bolsa de valores o de una organización sin fines de lucro debe explicar sus acciones
ante un consejo de administración. Los líderes deben ser capaces de ponerse ambos
sombreros y relacionarse bien, tanto hacia arriba como hacia abajo. Además, así como
dan algo a sus superiores y empleados, necesitan validación de la autoridad superior
tanto como necesitan apoyo de sus seguidores. En las organizaciones formales de varios
niveles, la capacidad de ser seguidor (subordinación dinámica) es uno de los primeros
requisitos para un buen liderazgo. Ser un buen seguidor es un terreno de prueba para
futuros líderes, un sitio en que se observa estrictamente a los empleados para ver si
tienen potencial de liderazgo. Un desempeño habilidoso de sus funciones actuales abre
la puerta a futuras oportunidades de liderazgo. En contraste, mucha gente falla en su
trabajo no como resultado de alguna deficiencia laboral, sino porque le falta
capacidades de seguidora.
Estas capacidades ayudan a los empleados a apoyar al líder actual, a ser subordinados
eficaces y a desempeñar funciones constructivas en el equipo.
Las conductas positivas de los seguidores incluyen:
14
• Ser leal y apoyar, jugar en equipo.
• Participar activamente, entablar diálogos y generar sugerencias.
• Actuar como abogado del diablo y plantear preguntas penetrantes.
• Enfrentar de manera constructiva las ideas, valores éticos y acciones del líder.
• Anticipar posibles problemas y tomar la iniciativa para prevenirlos.
15
Figura 2: Características del gerente y del líder (fuente: Chiavenato, Comportamiento
Organizacional, p. 340)
16
normas, los códigos de conducta y las expectativas. Estas influencias son
resultado de variables como los factores económicos, políticos y legales, que se
reflejan en la cultura. Las características nacionales y socioculturales influyen en
el desarrollo y la perpetuación de variables culturales, que a su vez determinan
las actitudes básicas ante el trabajo, el tiempo, el materialismo, el
individualismo y el cambio. Estas actitudes tienen un efecto sobre la motivación
y las expectativas de las personas en relación con el trabajo y las relaciones
grupales, y determinan los resultados que se pueden esperar de cada persona y
de la organización. Además, la cultura influye y condiciona las interacciones
entre personas y el proceso de comunicación.
Por otra parte, no es fácil definir lo que significa la cultura en una organización. Acerca del
término cultura organizacional nos dice Robbins (2011):
Parece haber mucho acuerdo en que cultura organizacional se refiere a un
sistema de significado compartido por los miembros, el cual distingue a una
organización de las demás. Este sistema de significado compartido es, en un
examen más cercano, un conjunto de características claves que la organización
valora. Las investigaciones sugieren que hay siete características principales
que, al reunirse, capturan la esencia de la cultura de una organización.
17
5. Orientación a los equipos. Grado en que las actividades del trabajo están
organizadas por equipos en lugar de individuos.
6. Agresividad. Grado en que las personas son agresivas y competitivas en lugar
de buscar lo fácil.
7. Estabilidad. Grado en que las actividades organizacionales hacen énfasis en
mantener el statu quo en contraste con el crecimiento.
Para entender un poco mejor lo que está implicado en la cultura organizacional, veamos lo
que señalan Robbins y Coulter (2005):
Nuestra definición de cultura implica tres cosas. En primer lugar, que la cultura
es una percepción. Los individuos perciben la cultura en lo que ven, oyen o
experimentan en la organización. Segundo, aunque los individuos tengan
antecedentes diferentes o trabajen en diversos niveles de la empresa, describen
la cultura de la organización con términos semejantes. Tal es el aspecto
compartido de la cultura. Por último, “cultura de la organización” es una
expresión descriptiva. Se refiere a la manera en que los integrantes perciben la
organización, no lo que les gusta. Describe, no evalúa (Robbins y Coulter,
Administración, p. 52).
La cultura organizacional tiene una gran influencia sobre cada una de las personas que
convive en la organización. Acerca de esto nos dice Chiavenato (2009):
18
El primer paso para conocer a una organización es conocer su cultura. Formar
parte de una empresa, trabajar en ella, participar en sus actividades y
desarrollar una carrera implica asimilar su cultura organizacional o su filosofía
corporativa. La forma en que interactúan las personas, las actitudes
predominantes, los supuestos subyacentes, las aspiraciones y los asuntos
relevantes de las interacciones humanas forman parte de la cultura de la
organización.
19
Figura 3: El iceberg de la cultura organizacional (fuente: Chiavenato, Comportamiento
Organizacional, p. 125).
Esta comparación con un iceberg tiene una explicación: la cultura organizacional presenta
varios estratos, con diferentes grados de profundidad y arraigo. Para conocer la cultura de
una organización es necesario analizar todos esos niveles.
Cuanto más profundo sea el estrato, mayor será la dificultad para cambiar la cultura. El
primer estrato, el de los artefactos que caracterizan físicamente a la organización, es el más
fácil de cambiar porque está constituido por elementos físicos y concretos, por
instalaciones, muebles y otros objetos que se pueden cambiar sin mayor problema. A
medida que se profundiza en otros estratos, la dificultad para cambiar se vuelve mayor. En
el estrato más profundo, el de los supuestos básicos, el cambio cultural es más difícil y lento,
como veremos en el capítulo dedicado al cambio y el desarrollo organizacional (Chiavenato,
pp. 124-125).
20
Aparte de la cultura organizacional también existen elementos dentro de una organización
que afectan a las personas y sus decisiones. Sobre este tema, Paredes Esponda (2012)
explica:
Ambiente son aquellos factores que pueden y deben influir en las decisiones
que se toman dentro de la organización y que tiene relación con todo lo que nos
rodea. Una organización existe dentro de un ambiente que está compuesto por
varios factores (el gobierno o administración, el sistema legal por el que se rige,
las fuentes de trabajo, suministradores, clientes y estado tecnológico existente)
que pueden afectar el funcionamiento organizacional. La organización debe
adaptarse a los cambios que se presenten en el ambiente para poder sobrevivir,
entonces es significativo tener en cuenta las dimensiones del ambiente
organizacional.
21
información-conocimiento, y las transformaciones organizacionales, establecen
nuevas políticas que impactan los ambientes de manera significativa.
22
Fuente 4: En el ambiente de la organización.
La cultura de una organización no está definida por una sola arista, sino que
comprende un conjunto dinámico de valores, ideas, hábitos y tradiciones,
compartidos por las personas que integran una organización y que regulan su
accionar dentro de la misma.
23
1.4 Sistemas de valores
24
A medida que nuevos miembros ingresan en la organización deben incorporarse
a sus funciones por medio de la socialización organizacional, que consiste en la
interacción entre el sistema social y los miembros de nuevo ingreso. La
socialización implica cierta pérdida de individualidad. Es un conjunto de
procesos por medio de los cuales un nuevo miembro aprende el sistema de
valores, las reglas y las normas de comportamiento requeridos por la
organización para adaptarse correctamente a ella. Este aprendizaje específico
es el precio de ser miembro de la organización.
25
5. Conjunto de reglas o principios que aseguren la conservación
de la identidad y la integridad de la organización.
Argos, J., & Ezquerra, P. (2014). Liderazgo y educación. Madrid: Editorial de la Universidad de
Cantabria. Recuperado de:
https://ebookcentral.proquest.com/lib/udiglobalsp/detail.action?docID=3221583
26
Glosario
27
Sistema de valores: Hace la descripción del individuo que ingresa a una organización, pues
allí encuentra un sistema de vida y cultura propia a la cual se llega con cierta escala de
valores y creencias personales.
Valores: Juicios éticos sobre situaciones imaginarias o reales a los cuales nos sentimos más
inclinados por su grado de utilidad personal y social.
Recursos Bibliográficos
Alegre, L., Berné C. y Galve C. (2000). Fundamentos de economía de la empresa: perspectiva
funcional. México: Editorial Ariel.
Barnes, T. (2003). Cómo lograr un liderazgo exitoso. Bogotá: Mc Graw Hill.
Davis, K. y Newstrom, J. (2008). Comportamiento Humano en el Trabajo, (11a edición).
Editora McGraw-Hill, 734 p.
Estill, J. (2008) Managers and Leaders - Are They Different? CEO Blog - Time Leadership
[Entrada de blog]. Recuperado de: http://www.jimestill.com/2008/03/
Fernández A. y José A., (2011). El Proceso administrativo. Editorial Diana.
Hellriegel, D., Slocum, J. y Woodman, R. (2011). Comportamiento organizacional, 12ª.
Edición. México: Editora Cengage.
Hurtado, D. (2010). Principios de Administración, ITM. p.47
Kotter, J. (2011): La verdadera labor de un líder. Harvard Bussines School Press / Ed. Norma.
Bogotá.
Lupano, M., y Castro A. Estudios sobre el Liderazgo. Teorías y Evaluación. Trabajo subsidiado
por la secretaria de ciencia y tecnología e innovación productiva de la nación.
Subsidio No. 29 – Argentina, 122pp
Paredes Esponda, E. (2012). El ambiente y la cultura organizacional, elemento presente en
los sistemas de gestión de la información en las organizaciones. En: Contribuciones a la
Economía. Recuperado en: http://www.eumed.net/ce/2012/
Robbins, S y Coulter, M. (2005). Administración. Pearson Educación.
Robbins, S. y De Cenzo, D. (2009). Fundamentos de administración: conceptos esenciales y
aplicaciones. Pearson Educación.
Robbins, S. (2011). Comportamiento Organizacional, Editora Prentice-Hall, México.
Rodríguez, F. (2008). Introducción a la Psicología de las Organizaciones, 1ª edición.
Madrid: Ediciones Alianza.
Toppelberg, I. (2013). El liderazgo auténtico. http://liderazgoautentico.blogspot.com/
consultado: 10 de septiembre 2017.
Warren B. (2003). Al convertirse en un líder. Editorial Perseus Books. Cambridge. Estados
Unidos de Norteamérica. 218 pp
Zapata, A., Murillo, G. y Martínez, J. (2006) Organización y Management. Universidad del
Valle, p.64
28