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LEIBNIZ “PHILOSOPHIA PERENNIS”

Leibniz fue un espíritu universal, interesado por todos los ramos de la cultura a su alcance, en todos los cuales se mostró
activo y creador.

 Matemática: cálculo diferencial.


 Física: 1° ley de la conservación de la energía.
 Lógica: se encuentra entre los fundadores de la logística.
 Psicología: descubre el inconsciente.
 Las ciencias históricas: Da a su tiempo el ejemplo de un estudio de las fuentes.
 Teología: redacta una justificación de la providencia divina mejor que lo hiciera un teólogo de su profesión.

Nace en 1646 en Leipzig.

MONADOLOGÍA COMO METAFÍSICA:

La monada es el concepto centra de la filosofía del ser y del espíritu de Leibniz, y surge por la problemática suscitada por
Descartes con su definición de sustancia. También surge al insertar el mecanicismo en la metafísica.

La monada es una unidad de acción, una suma de fuerza, inextensas porque son fuerzas últimas, es decir, no se relacionan
con la res extensa, sino con la res cogitans. Por lo tanto, lo últimos elementos constitutivos de la realidad son elementos
anímicos. Tampoco son puntos matemáticos por ser anímicos.

Si las monadas son res cogitans hay que distinguir la noción anímica de la conciencia. Por tal motivo, Leibniz distingue
diversos grados escalonados de representación:

 Simples mónadas: las monadas que carecen en absoluto de conciencia. Sus representaciones son oscuras.
 El alma en un sentido estricto: las mónadas cuyas representaciones se realizan con conciencia, en las que se
dan sensación y memoria. En las plantas y en los animales.
 Mónadas espirituales: representación con plena conciencia de sí (autoconciencia). Es ya espíritu, el específico
representar humano. En él se dan a su vez diferencia de grado.
Las mónadas que se perciben confusamente son como una actividad aun impedida.
La percepción clara de la mónada divina es una actividad no impedida. Es ella pura actividad. (actus
purus)

Según el grado de intensidad de las mónadas particulares se distinguen unas de otras, de forma que cada una es un
individuo, entelequia substantia prima en el sentido de os antiguo; si bien en su contenido potencia, cada una abarca el
universo entero. Pero por ser cada mónada un espejo viviente del universo, esta unidad representativa está ya de antemano
en todas las mónadas enlazadas y como concertadas entre sí, no obstante, la individualidad del grado representativo
característico de cada. Tenemos así una armonía preestablecida. La auténtica base de la armonía preestablecida está en la
igualdad de sus contenidos representativos.

CARÁCTER DE LA METAFÍSICA MONADOLÓGICA.

Psiquismo y dinamismo. Todo ser, aun el material, es interpretado como una realidad y eficiencia de carácter psíquico.
(…) Las cosas materiales no son, es cierto, más que fenómenos bien fundados y entre sí coordinados. El cuerpo es un
fenómeno bene fundatum. No se niega la realidad de os cuerpos, tan sólo se interpreta su naturaleza como ser y obras
psíquico.

La mónada no sólo es la última parte, el átomo, es también sustancia y totalidad. Es totalidad en dos sentidos:

 Un espejo de la totalidad del mundo.


 El ser dominante, como la mónada espiritual humana, con las mónadas primitivas que la circundan.

La mónada comparte unidad y totalidad en su significado. Por eso, la naturaleza en su conjunto, sin excepción alguna, es
una obra de arte infinitamente admirable, pues todo en ella encaja en la armonía del todo. Se sirve del concepto de
entelequia.

Leibniz toma el primitivo sentido de entelequia que quiere decir orden, unidad de sentido, totalidad, finalidad, en una
palabra: forma. La nota de orgánico compete a todo elemento o parte que se suma coordinada y subordinadamente a un
todo que representa para todos sus componentes el centro de unidad y de fin. Quien no ve más que partes, no reconocerá
en las cosas más que agregados artificiales, autómatas al estilo de Descartes y de los mecanicistas, pero quien penetra el
sentido que domina y se embebe en el todo hasta a sus partes infinitamente más pequeñas, tendrá “autómatas naturales o
máquinas divinas, y mirará el conjunto con ojos metafísicos.

Fe en lo individual y en la auténtica pluralidad del ser es, en general, uno de los principios básicos del pensamiento de
Leibniz.

Principium indiscernibilium: es incluso necesario que cada mónada sea diferente de las demás, porque no se dan jamás en
la naturaleza dos seres que sean perfectamente el uno como el otro, y donde no se posible encontrar una diferencia interna
o fundada sobre una denominación intrínseca. Con ello Leibniz salva al individuo frente al universal allanamiento unitario
de Spinoza.

La armonía preestablecida parece, no obstante, levantar serias dificultades contra esta libre determinación de la libertad
individual, para lo que no queda lugar en el sistema.

EL PRINCIPIO DE RAZÓN SUFICIENTE.

Jamás ocurre algo sin que haya una causa o al menos una razón determinante, es decir, algo que pueda servir para dar
razón a prori de por qué algo existe y por qué existe de esta manera más bien que de otra manera.

 Aspecto lógico: toda verdad no conocida por sí misma, por tanto, verdad sólo de hecho, debe darse una razón
que la funde, pues nada se funda en la nada; es decir, todo predicado, si se apura suficientemente al análisis,
cosa en absoluto sólo posible a un entendimiento infinito, puede demostrarse idéntico con el sujeto.
 Significado real-ontológico: toda esencia es fundamento del ser en el sentido de que doda esencia posible tiende
a la existencia.
 Aspecto teleológico-teológico: Dios es la razón suficiente del mundo realmente existente.
 Aspecto empiriológico: afecta al mundo de la pura facticidad, y tiene el cometido de explicarlos juicios de
existencia como tales, dar razón de ellos por el fin cognoscible y demostrable sólo aposteriori.

OPTIMISMO.

El mejor mundo posible. La lex melioris.

Entre infinitos mundos posibles Dios ha elegido y realizado el mejor. Su voluntad se determinó por lo mejor, “pues si no,
Dios no habría tenido razón suficiente para crear un mundo. (theod, III, 416). Dios no pudo elegir de otra manera; lo
exigen su sabiduría y el conocimiento de lo perfecto que pertenecen a su naturaleza.

El no-poder de Dios: elegir otro mundo que el mejor, este no poder es el mismo que el del matemático perfecto que no
puede calcular sino de modo correcto, o el del sabio que no quiere otra cosa que lo mejor. El sabio quiere sólo lo bueno ¿y
será una atadura el que la voluntad obre conforme a la sabiduría? (theod. Pref y II 227s).

Se inserta en el viejo axioma: omne est verum et bonum.

EL MAL:

Es una realidad y forma parte de toda la discusión de la teodicea.

 Malum methaphysicum: es consecuencia de la finitud de lo creado. Dios no puede crear otros dioses, por tanto,
la criatura es algo imperfecto. El mal en sentido formal no tiene causa eficiente porque consiste en la privación.
 Malum physicum: consiste en el dolor. ¿Dios es malo por permitir el dolor en el cuerpo? El dolor como castigo
debido a la culpa, o como medio adecuado para determinado fin, por ejemplo, impedir mayores males.

El mal sirve muchas veces para gustar mejor el bien, y a las veces contribuye también a una perfección mayor en aquel
que sufre. Como el grano que se siembra está sujeto a una especie de corrupción para germinar; bella comparación que
utilizó el mismo Jesucristo.

 Malum morale. El mal moral consiste en el pecado, es permitido por Dios como condición sine qua non del
bien, pero no en virtud del principio de lo necesario, sino de la lex melioris. Dios nos es culpable del mal; más
bien es culpable el que lo elige, el que abusa de la libertad que se le dio para el bien.

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