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Vicerrectoría de Docencia
El texto
Texto uno
Destino
Robert W. Chambers
Al puente que muy pocos logran cruzar llegaron jóvenes y viejos. A todos ellos se les denegó
la entrada. Yo estaba ahí cerca, holgazaneando, y fui contándolos, uno a uno, hasta que,
cansado ya de sus ruidos y protestas, volví al puente que muy pocos logran cruzar.
Texto dos
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por
esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe
semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido
espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba
Texto tres
La felicidad está ligada al tiempo: exige estabilidad y continuidad. Pensar que la felicidad
puede llegar a acabarse es viciar el momento feliz que vivimos, con la angustia de que cesará.
Este carácter temporal permite distinguir entre felicidad y placer. Felicidad no es placer, ya
que este último indica la satisfacción momentánea de una tendencia particular; sigue siendo
limitado, superficial y efímero. La felicidad es, por el contrario, la tonalidad global de toda una
vida, al menos de un período de ésta y, paradójicamente, es poco común que la felicidad sea
vivida como un presente que se eterniza. Si la desdicha entraña el repliegue sobre sí mismo
y aguza la conciencia de sí, el hombre feliz generalmente se deja vivir sin darse claramente
cuenta de su estado, sin interrogarse acerca de la naturaleza de su felicidad. Prueba del
carácter temporal de la felicidad es la de que se suele hablar en pasado del tiempo feliz:
fuimos felices durante un período de nuestra vida. Contrastamos la felicidad pasada con las
desgracias presentes, y nuestro pasado, decantado por la memoria, se ve revalorizado. Y
en este pasado sacamos nuevas fuerzas, hasta nuevas razones de esperar. Es entonces en
el futuro que proyectamos nuestra felicidad. Vivimos demasiado a menudo el presente de
manera pasiva y neutra. La banalidad cotidiana, ni feliz ni infeliz, llena de tareas monótonas,
se desenvuelve bajo el modo del aburrimiento, de la distracción o de la espera. Arrastrada
por la huída del tiempo, rechazada en el pasado, proyectada en el futuro, la felicidad parece,
en efecto, difícil de captar.
Fragmento tomado de: Margot, J. (2007). La felicidad. Prax. Filos, (25). July/dec. https://cutt.ly/SsAZAK0
Texto cuatro
En los juegos de video se trata de recorrer también un laberinto sin caer en las múltiples
trampas escondidas. En sus versiones más recientes están incluso conectados a las
redes en las que se puede jugar con otros, en estos laberintos de laberintos. Más aún, si
lo pensamos bien, la mayor parte de los elementos de la vida moderna remiten a ellos. La
ciudad es un laberinto, las redes de poder y de influencia, los organigramas, las carreras
universitarias, las trayectorias en la empresa están hechas también de una sucesión de
Para ello debemos retornar a las fuentes: el laberinto es una de las más antiguas figuras
del pensamiento humano. Desde los tiempos más remotos era la mejor manera de minar el
tiempo, de impedir que los profanadores se aproximaran a una tumba o a un lugar sagrado.
Algo así como la combinación de una caja fuerte, como un código espacial y mental, como
un rito de iniciación. Se les encontraba por todo lado en Egipto, en China, en la India, en el
Tíbet, en Grecia, en Bretaña, en América, en África. Algunas veces con los mismos diseños,
a millares de kilómetros de distancia. Eran de piedra, de vegetales o simplemente grabados
o pintados sobre los muros. En Egipto representaban la ruta seguida por el alma; en el
Mediterráneo, servían de guía al ritual de las danzas. En todas las culturas simbolizaban el
viaje interior de un hombre en busca de su verdad: nomadismo virtual.
Hoy está de regreso, por razones similares: como el peregrino inmóvil de los conventos, los
laberintos modernos transforman al hombre en un nómada virtual, viajero de la imagen y
del simulacro, que trabaja y consume a domicilio al viajar en las redes de información, si no
cuenta con los medios para ser ese nómada de lujo, viajero de todos los placeres, que dictará
mañana sus valores a la clase media. Será necesario reaprender entonces los secretos de
esta antigua sabiduría, estudiar todas las estrategias fundadas en la intuición y la memoria,
que permiten diseñarlas y no extraviarse. Será necesario que reaprendamos a ver el mundo
a partir de esta metáfora. Por ejemplo, será necesario que comprendamos que el tiempo no
se escurre en una sola dirección, sino que se expande, como el agua en un laberinto, con
vaivenes, espirales y callejones, proximidades lejanas y engañosas distancias.
Texto uno
Preguntas 1 a la 4
1. Luego de leer con atención el texto uno, se puede afirmar que la intención comunicativa
del autor es:
A. Argumentar por qué el personaje de la historia pudo cruzar el puente, aun después
de esperar
B. Narrar la historia de un hombre que pretendía cruzar un puente, lo cual pocos
lograban hacer y, aunque esperó que otros lo hicieran, siempre estuvo a tiempo de
cruzar
C. Dar a conocer la conversación de dos personajes sobre la forma de cruzar un puente
D. Evidenciar la negativa de quienes no pueden cruzar el puente
2. Sabemos que un texto puede tener características de diversas tipologías, pero siempre
tendrá que sobresalir una por encima de las otras. Por las características estructurales del
texto uno, se puede decir que es un texto:
A. Descriptivo
B. Argumentativo
C. Explicativo
D. Narrativo
3. El texto uno habla de un hombre que pretende cruzar un portón, al igual que muchos otros.
Al indicarle que puede seguir, él prefiere esperar para observar qué pasa con los demás. Se
puede deducir que lo que hace el hombre durante el tiempo de espera es:
4. Del texto uno se puede deducir que el hombre no cruza el portón en el momento que el
ángel le abre las puertas porque:
Texto dos
Preguntas 5 a la 8
5. Luego de leer el texto dos, se puede deducir que la intención comunicativa del autor es:
A. Enseñar a llorar
B. Argumentar por qué es importante llorar
C. Describir el proceso para llorar
D. Narrar una historia sobre un niño que llora
6. De acuerdo con el texto presentado, se puede deducir que la tipología textual a la que
pertenece el texto dos es:
A. Narrativo
B. Expositivo
C. Argumentativo
D. Descriptivo
Texto tres
Preguntas 9 a la 12
9. Sabemos que un texto puede tener características de diversas tipologías, pero siempre
tendrá que sobresalir una por encima de las demás. Por las características estructurales del
texto tres, se puede decir que es un texto:
A. Descriptivo
B. Argumentativo
C. Expositivo
D. Narrativo
11. Por la forma como está escrito el texto tres, se entiende que el autor:
A. Es subjetivo en su escritura porque algunas ideas sobre la felicidad hacen parte del
imaginario y no tiene argumentos sólidos
B. Escribe el texto de manera objetiva, evidenciando los devenires de la felicidad con
relación al pasado, el presente y el futuro
C. Determina que toda persona en el pasado fue feliz y duda si lo será en el futuro
próximo
D. Narra su propia historia con relación a la felicidad que puede alcanzar si aprende a
interpretar su pasado
Texto cuatro
Preguntas 13 a la 15
13. Por las características estructurales del texto cuatro, predomina este tipo de texto:
A. Descriptivo
B. Argumentativo
C. Explicativo
D. Narrativo
14. Según el texto cuatro, laberinto es una palabra que adquiere forma en la modernidad.
Las siguientes duplas, propias de esta época, se corresponden con dicha forma, EXCEPTO:
A. Toma distancia de algún posicionamiento con relación al tema del texto y se limita
a describir lo que otros piensan
B. Expresa que los laberintos dejaron de serlo para tomar línea recta con la aparición
de las tecnologías
C. Se mantiene en la importancia de los laberintos como forma de representar la
historia
D. Toma posición sobre el tema de la virtualidad como laberinto y toma postura de la
relación metafórica con la historia