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BandidoS, MiliCianoS Y FUnCionarioS:

Control SoCial rePUBliCano


en laS ProVinCiaS del CaUCa, 1830-1850♣

LUIS ERVIN PRADO ARELLANO

RESUMEN

Este artículo presenta las estrategias del Estado republicano de la Nueva Granada en las provincias
del Cauca, para controlar los territorios de frontera, en los casos del valle del Patía, las inmedia-
ciones selváticas de Caloto - Palmira y los confines al sur del cantón de Almaguer, por medio
de la cooptación de los notables de aquellas poblaciones al nombrarlos funcionarios parroquiales
(alcaldes, jueces o comisarios de Policía) u oficiales de milicias. Esta estrategia, si bien permitió la
penetración de La República en las áreas de frontera, fue precaria, ya que dependió de la mediación
de los notables de las localidades, con lo cual la frontera como forma de organización social alterna
al modelo hegemónico, pervivió y se mantuvo como área conflictiva.

Palabras clave
Control social, Frontera, Jefes Naturales, Patrones, Broker

BANDITS, MILITIA AND OFFICIALS:


REPUBLICAN SOCIAL CONTROL IN THE PROVINCE OF CAUCA, 1830-1850

ABSTRACT

This article shows the Social Control Strategies established in the border territories of “Cauca De-
partment provinces” by “Nueva Granada” State in “Patia” valley, “Caloto” wild environs-“Palmira”
and the boundaries to the southern part of “Almaguer”. In this sense, it is showed how the seizing
of remarkable men from those villages was the mechanism by means of which the Republic pen-
etrated the mentioned areas by naming them clerical officials (Mayors, judges, or police superinten-
dents) or soldiering officials. That action allowing the presence of the Republic in the boundaries
was precarious, since it relied on the mediation of remarkable local people enabling the boundaries
to endure and stand firm as a way to an alternate social organization to the hegemonic model.

Key words
Social Control, boundary, natural chiefs, Patrones, Broker.


Artículo Recibido en Noviembre de 2009; Aprobado en Febrero de 2010. Artículo de Investigación Científica.
Docente Departamento de Historia Universidad del Cauca. El presente trabajo forma parte de un avance
de proyecto de investigación titulado: “Estrategias de control social en el periodo republicano temprano, en
las provincias del Cauca, 1820-1851”, del grupo de investigación Organizaciones e instituciones, adscrito a la
Vicerretoria de investigaciones de la Universidad del Cauca. E-mail: leprado@unicauca.edu,co

Universidad del atlántico, Historia caribe, barranqUilla (col.) no. 16, pp. 143-166, 2010
Universidad del atlántico, Historia caribe, barranqUilla (col.) no. 16, 2010

Introducción para finalmente explicar la conforma-


ción de un sistema de Estados de or-
En el renacimiento de la denomina- den post westafaliano, que aun hoy, a
da historia política en Colombia y en pesar de los cuestionamientos acerca
Latinoamérica en los últimos veinte de la Nación y los resurgimientos de
años han tenido mucho que ver los los denominados movimientos etno-
estudios sobre la construcción de Na- génesicos, sigue vigente.
ción. Temática renovada por el estu-
dio pionero de Benedict Anderson, a Estos trabajos promovieron la re-
partir de un enfoque antropológico y, flexión de nuevas problemáticas so-
posteriormente por una serie de inves- bre la construcción del Estado y la
tigaciones que han contribuido a enri- Nación, que para fines de los noventa
quecer el debate1. se habían convertido en la temática
hegemónica. Este asunto, junto con la
Este revival por los estudios de la Na- inminente celebración de los 200 años
ción, ha venido acompañado por los de independencia en los países allen-
procesos de construcción del Estado, de al río Grande o Bravo del norte,
de investigadores que han dando un ha cobrado una inusitada relevancia,
giro a las interpretaciones tradiciona- haciendo pertinente mirar con cierta
les. En este sentido, Charles Tilly, des- distancia crítica estas nuevas produc-
de los años setenta del siglo XX, ini- ciones historiográficas. Considero,
ció una investigación de largo aliento que en ese afán por mirarnos frente
que puso en el congelador, por así de- al espejo de occidente, podemos dis-
cirlo, las lecturas clásicas sobre la for- torsionar nuestra propia realidad his-
mación de los Estados modernos oc- tórica.
cidentales y el por qué de la tendencia
a configurarse como Estado Nación2. Con lo anterior hago alusión a una
Las dos variables que el sociólogo e serie de indagaciones que han tenido
historiador norteamericano identificó como derrotero las reflexiones del his-
en la formación de los Estados occi- toriador francés Fraçoise Xavier-Gue-
dentales modernos fueron la coerción rra y que en cierta manera han conti-
y el capital, en las cuales expuso las nuado sus epígonos a lo largo y ancho
diversas combinaciones que se dieron del continente, tratando de identificar
a lo largo de un milenio (990-1990), el proceso de modernidad política que
se dio en América hispana, especial-
mente después de las independencias,
1
ANDERSON, Benedict; 1993; Comunidades
imaginadas. Reflexiones sobre el origen y difu- que al decir del historiador francés,
sión del Nacionalismo, México: FCE; posterior- agenciaron uno de los primeros pro-
mente aparecieron los trabajos de Ernest Gellner,
Miroslav Hroch, Armstrong, Eric Hobsbawm, Te-
yectos de Estado-Nación, mucho an-
rence Ranger, entre otros. tes que otros Estados europeos. Este
2
TILLY, Charles. 1992; Coerción y capital y los programa de investigación, parte de
Estados europeos, 990-1990; Madrid; Alianza edi-
torial. una serie de ideas o certezas comunes

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que son sus derroteros para la elabo- dades latinoamericanas independien-


ración de hipótesis, como considerar tes; rastrear formas de sociabilidad
al nuevo mundo colonial y primeras moderna, a partir de clubes políticos,
décadas republicanas sociedades de sociedades masónicas y otras formas
antiguo régimen (Ancien Regimen). de agrupaciones que se articularon
Concepto desarrollado por la historio- en torno a proyectos educativos, po-
grafía francesa, para dar cuenta de la líticos, sociales y filantrópicos. Es un
sociedad francesa pre-revolucionaria, esfuerzo por considerar a un sector de
que en el caso latinoamericano, es las elites latinoamericanas y sus pro-
metáfora, al ser transvasada sin ma- yectos de Estado con referentes en la
yor vigilancia epistemológica, pre- ilustración y la modernidad política
suponiendo que en su aplicación al liberal, bajo los moldes de una difu-
nuevo mundo, por antonomasia, sus sión atlántica, que si bien no se puede
contenidos son aplicables a estas rea- desconocer, también es cierto que este
lidades3. hecho encubre a una sociedad anclada
en unas cotidianidades que distaban
En este resurgimiento de la historia de ser ilustradas y modernas.
política bajo nuevos moldes analíti-
cos, subyace un afán por identificar En este orden de ideas, considero que
procesos de modernidad en las socie- todo esfuerzo por identificar procesos
tipificados en modernidad política, si
3
Esta caracterización de Latinoamérica como socie- bien es válido, conlleva un problema
dades del Antiguo Régimen, es iniciada por Guerra
en su obra de México del Antiguo régimen a la re-
central de fondo que es el referente
volución, donde el autor hace un esfuerzo por ca- con el cual se está contrastando nues-
racterizar la sociedad del antiguo régimen en Méxi- tra realidad histórica. En el caso de
co, partiendo del análisis de sistemas del sociólogo
francés Michel Crozier, que privilegia lo que es “vi- Guerra y sus epígonos, esa realidad
vido por los actores”. El modelo de Crozier, parte de está delineada por la sociedad fran-
un estudio de las organizaciones en una perspectiva cesa y su transito a la modernidad
funcionalista, pero teniendo en cuenta que lejos de
mirar las actitudes de la estructura en los individuos, socio-política. De ahí la pertinencia
pone de relieve los márgenes de libertad que existen de mirar la construcción del Estado
en ella, por lo que se privilegia las estrategias de los
actores y se interroga sobre sus motivaciones y las
republicano en la cotidianidad de sus
lógicas de estos. Pero indudablemente el México de agentes. El siguiente texto girará en
Guerra, es visto bajo el espejo francés, que se agu- las estrategias asumidas por el Esta-
diza en su trabajo: Modernidad e independencias,
en el que evidentemente extrapola y extiende una do en las denominadas provincias del
serie de conclusiones de México a otros puntos del Cauca, para ejercer un control social
mundo hispanoamericano sin un mayor ejercicio en los territorios de frontera. Al mis-
empírico que soporte sus afirmaciones. Cfr: GUE-
RRA, Françoise Xavier; 2001; México: del antiguo mo tiempo pretende identificar las
régimen a la revolución, México; FCE, 2ª reimpre-
sión, 2 volúmenes; Ibíd.; 2001; Modernidad e In-
dependencia. Ensayos sobre las revoluciones his-
pánicas, México, FCE / MAPFRE, 1ª reimpresión.
Sobre Michel Crozier, en: ANSART, Pierre. 1992;
Las Sociologías contemporáneas, Buenos Aires;
Amorrortu editores.

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formas de penetración de la república inicios, fueron fuertes y “marcas” de


en aquellas territorialidades4. una frontera militar5.
Las “provincias del Cauca” y sus De ahí que la ciudad hispana de la
fronteras conquista, constituida para raciona-
lizar el trabajo étnico y la extracción
El territorio de la gobernación de Po- de recursos a través de leyes e institu-
payán y posteriormente las provincias ciones formalizadas por la corona, no
del Cauca, se caracterizó porque las tuvo este carácter tan claro en el su-
dinámicas de conquista y poblamien- roccidente. Si bien la ciudad se cons-
to fueron diferentes frente a los terri- tituyó para mantener el ser hispánico
torio del denominado Nuevo Reino. y vivir bajo los dispositivos de con-
En el suroccidente la conquista no trol social que pretendía imponer la
finalizó en el siglo XVI, sino que se monarquía, para la región en cuestión
extendió hasta las primeras décadas hasta bien entrado el siglo XVIII, el
del XVIII, por la resistencia étnica poder efectivo no pasó de unas pocas
que obliga constituir otra estrategia leguas de distancia. En el caso de la
de poblamiento, con un corredor de ciudad de Popayán cabeza de la go-
ciudades desde Pasto hasta Cartago, bernación, su control territorial com-
que más que centros urbanos, en sus prometió hasta la primera mitad del
siglo XVIII, a los partidos y sitios que
estaban alrededor de la meseta (Teja-
res, Puelenje, Totoró, Julumito, Río
4
Por Frontera es territorialización constituida por
Blanco, Alto Cauca, entre otros). Sólo
una diversidad de grupos humanos, que gestaron a partir de la segunda mitad del siglo
una colonización espontánea y anónima, en donde en mención, se empezaron a nombrar
el hecho fundamental, es que el territorio a pesar de
poseer seres humanos, se constituye como una so- autoridades en Guambía y Patía6.
ciedad sui generis, en tanto los modelamientos de
la vida cotidiana y las construcciones de sentido de En el caso de la ciudad de Almaguer,
los individuos son en parte opuestos a los estable-
cidos por el deber ser del régimen hispánico. Sobre fundada a mediados del siglo XVI,
el concepto de frontera ver: GóNGORA; Mario; con el objetivo de penetrar la abrup-
1966; “Vagabundaje y sociedad fronteriza en Chile
(siglo XII-XIX)”, en: Cuadernos del centro de es-
tudios socioeconómicos, Nº 2, facultad de ciencias 5
COLMENARES, Germán. Op cit; ZULUAGA,
económicas, Universidad de Chile, Santiago; COL- Francisco; 2008; Cartago: la ciudad de los con-
MENARES, Germán; 1997; Historia económica y fines del valle, Cali, Universidad del Valle, 2ª
social de Colombia - II. Popayán una sociedad edición; VALENCIA, Alonso; 1998; Resistencia
esclavista, 1680-1800, Bogotá, TM editores / Uni- militar indígena en la gobernación de Popayán,
versidad del Valle / Colciencias / Banco de la Repú- Popayán, Fris.
blica, 2ª edición, pp. XV-XXVI; GóMEZ, Augusto; 6
COLMENARES, Germán. Op cit, pp. xix-xxiv.
BARONA, Guido y DOMINGUEZ, Camilo; 2000; Ibíd.; 1998; “La Nación y la historia regional en los
“Territorios ausentes: razón y civilización”, en: países andinos, 1870-1930”, en: Varia, selección
Geografía física y política de la Confederación de textos. Colección Germán Colmenares, obras
Granadina. Estado de Boyacá, tomo I, territorio completas, Bogotá, TM editores / Universidad del
del Casanare (Obra dirigida por el general Agus- Valle / Colciencias / Banco de la República, pp. 143-
tín Codazzi), Bogotá, Fundación Puerto Rastrojo / 168, la cita es de la página 152; Ibíd.; 1998; “La ley
Fundación GAIA / COLCIENCIAS / COAMA, 1ª y el orden social: fundamento profano y fundamento
edición, pp.17-37. divino”; Op Cit. pp. 209-229; p. 221.

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ta región del macizo colombiano, fue


una avanzada de frontera al suroeste En conclusión, la gobernación de Po-
de Popayán y, mantendría este carác- payán y posteriormente las provincias
ter a lo largo de las siguientes centu- del Cauca, si bien iban a tener unos
rias, pues la presencia de autoridades términos “claramente determinados”,
civiles y religiosas fue precaria en sus sus jurisdicciones no necesariamente
contornos7. implicaron una presencia efectiva y de
control por parte de las autoridades.
Caloto, localizada sobre una de las Al contrario, fueron provincias con
estribaciones de la cordillera central, centros administrativos en océanos
entrando al valle del río Cauca en el de frontera, en los cuales se gestó una
extremo sur, tuvo también el carácter sociedad al margen de los modelos de
de ciudad frontera, a pesar que para el una civilización hispánica, con prácti-
siglo XVIII se había impuesto la paz cas sociales y formas de organización
a los grupos étnicos de la zona. Sus social, objeto de reproche y malque-
términos que comprendían desde el rencia por los letrados del siglo XIX9.
río Ovejas al sur, hasta una parte de la
banda oriental del río Cauca al norte, Las formas de penetración en la
fue un área de precario control, pues frontera en la república
en sus inmediaciones se abría una
vasto espacio de montes, ciénagas y Fue en los territorios de frontera en
selvas, que servían de refugio tempra- donde las autoridades del departa-
no a negros fugitivos que formaron mento del Cauca y posteriormente las
comunidades cimarronas las cuales provinciales, desplegaron al inicio del
manifestaron abierta resistencia ante orden republicano unas estrategias
cualquier presencia de autoridades de penetración con el claro objeto de
coloniales o republicanas. Similar si- insertar a los grupos humanos a las
tuación manifestó Buga, que a partir formas de control social y las disci-
de la segunda mitad del siglo XVIII,
se inició un proceso de colonización banda”, ver: MEJIA PRADO, Eduardo; 1996; Ori-
gen del campesino vallecaucano. Siglos XVIII y
en las inmediaciones de la ciudad, que siglo XIX, Cali, Universidad del Valle, 2ª edición.
originó diversas comunidades rurales, 9
GONZALEZ, Fernán; 1994; “Poblamiento y
reticentes a la penetración colonial y conflicto social en la historiografía colombiana”,
en: SILVA, Renán (Editor). Territorio, regiones y
republicana8. sociedades, Cali, Universidad del Valle / CEREC,
pp. 13-33; BELL LEMUS, Gustavo; 1991; “de-
7
Sobre Almaguer. BUENAHORA, Gonzalo; 2003; serciones, Fugas, cimarronajes, rochelas y uniones
Historia de la ciudad colonial de Almaguer. Popa- libres: el problema del control social en la provin-
yán, Universidad del Cauca. cia de Cartagena al final del dominio español”, en:
8
COLMENARES, Germán; 1986; “Castas, patrones Cartagena de Indias: de la colonia a la república,
de poblamiento y conflictos sociales en las provin- Bogotá, fundación Simón y Lola Guberak, pp. 75-
cias del Cauca, 1810-1830”. En: COLMENARES, 103; MEJIA, Eduardo; 1996; Op cit; CONDE C,
Germán (editor). La Independencia. Ensayos de Jorge; 1999; Espacio, sociedad y conflictos en la
historia social, Bogotá, Instituto colombiano de provincia de Cartagena 1740-1815. Barranquilla,
Cultura, pp. 137-180. Sobre el poblamiento de la fondo de publicaciones Universidad del Atlántico,
banda oriental del río Cauca, la denominada “otra pp. 29 a la 54.

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plinas de la civilización hispánica. El había gestado una resistencia secular


proceso distó de ser una acción có- frente a las pretensiones de las auto-
moda para el Estado/Notables, pues ridades coloniales de sujetarlos a los
en la región, la guerra de indepen- dispositivos de control que compro-
dencia se prolongó por la resistencia metía además el acceso a sus recur-
realista. Con lo cual se manifestó la sos y su fuerza de trabajo. Solamente
magnitud de la construcción social aquellos personajes de Popayán, Pas-
de la frontera, porque después del de- to o Almaguer, que establecieron vín-
nominado puente de Calicanto al sur culos con aquellas sociedades, a partir
de la ciudad de Popayán, se abría un de relaciones adscritivas: padrinazgo
amplio espacio que apenas en tiempos y clientelismo, lograron formar uni-
recientes habían empezado a penetrar dades de producción agropecuarias y
con el nombramiento de autoridades convertirse en intermediarios entre la
eclesiásticas y civiles10.. “sociedad mayor” y las comunidades.
Desempeñando ya cargos de autoridad
El área realista estuvo constituido o nombrando lugareños que estaban
por una diversidad de grupos socio- vinculados a sus redes sociales; estos
raciales, que habían establecido unas fueron los casos de las familias Diago
relaciones fluidas y un manejo de la de Popayán, los Zúñiga de Almaguer
territorialidad que se sustentaba en y Obando de Pasto. Posteriormente
las relaciones de parentesco y consan- entraron otras familias como los Ola-
guinidad, constituyendo una sociedad no y Segura de Popayán11.
alterna a los procesos de modelamien-
to cognitivo y de cuerpo (comporta- La tragedia republicana en Popayán
miento), que promovía la sociedad radicó en que las familias intermedia-
hispanizada. Este conjunto de forma- rias fueron realistas (como los Oban-
ciones sociales (platanar, comunida- do y Diago), lo cual llevó a la filia-
des campesinas, cimarronas e indias), ción del realismo en la zona; también

10
En el caso del rol de la ciudad de Popayán duran- 11
Utilizo el concepto de intermediario para designar
te las guerras de independencia, se caracterizó por aquellos sujetos de la comunidad, que recoge las de-
ser la línea de una frontera. Popayán marcó el pun- mandas de la base y las presenta ante las instancias
to de transición de un territorio pro-republicano y superiores; al mismo tiempo traduce las normas y
pro- realista. Después del puente de Calicanto al sur, exigencias de las autoridades al lenguaje cotidiano
e incluso antes, en el barrio de San Agustín, fue el de las comunidades para volverlas inteligibles y
inicio de una sociedad incomprensible para los pa- aceptables. La antropología norteamericana del si-
triotas, activamente realista. Este carácter de marca, glo XX, ha identificado este tipo de personaje en el
de frontera militar, se expresó en la constante forma Cacique, que se asocia a un hombre procedente de
en que Popayán cambió de bando a lo largo de los la misma comunidad, para el caso de la provincias
años en contienda. Conclusiones desprendidas de: del Cauca, también podía ser un foráneo, que estaba
CASTRILLON, Diego; 1971; Manuel José Cas- íntimamente vinculado con ella, Cfr: PEÑA, Gui-
trillón (biografía y Memorias, Tomo 2, Bogotá, llermo de la. “Los desafíos de la clase incómoda:
Biblioteca del Banco popular; ESPINOSA, José M; el campesinado frente a la antropología americanis-
1971; Memorias de un abanderado. Recuerdos ta”. En: LEóN-PORTILLA, Miguel (coord.); 2002;
de la patria boba, 1810-1819, Bogotá, Biblioteca Motivos de la Antropología americanista. Inda-
del banco popular, ver especialmente desde la pági- gación en la diferencia, México, FCE, 1ª reimpre-
na 79 en adelante esta interpretación. sión, pp. 134-166.

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alimentado por los conflictos que las nidades rurales determinadas por los
comunidades habían mantenido con vínculos con las haciendas. Dichas
grupos sociales que en la guerra, se unidades de producción, promovie-
habían alineado con el bando patrio- ron de manera espontánea mercados
ta12. Por lo anterior y por la propia en los días de misa en los alrededores
dinámica del conflicto promovido por de las capillas. Inclusive, la lógica de
los republicanos, persistió realismo erigir en muchos casos estas construc-
hasta fines de los años veinte. ciones anexas a la casa de la hacienda,
fue una acción promovida consciente-
Los territorios comprendidos entre mente por el propietario para atraer la
el río Párraga, el Palo y Cauca, que población suelta de las inmediaciones,
comprendían las jurisdicciones de las y, vincularla a formas laborales mas
ciudades de Cali, Caloto y la villa de sueltas. Por ello, en el caso de la suela
Palmira, también podrían describirse plana del valle muchos de los actua-
como zonas de frontera en los térmi- les municipios tuvieron su origen en
nos conceptualizados. Pero en este poblados que se articularon en torno a
caso, los poblados que se constituye- la capilla del hacendado14. Este hecho
ron se asentaron generalmente en las hizo que, si bien el territorio era una
inmediaciones de las haciendas de la frontera, existían formas de control
suela plana del Valle. Germán Col- social más tempranas que provenían
menares identificó esta dinámica de del régimen dominical del propietario
poblamiento como respuesta desde la y de los vínculos que él constituía con
segunda mitad del siglo XVIII a nue- las comunidades15.
vas formas de sujeción laboral alter-
nas a la mano de obra esclava13. Con- 14
Para citar algunos casos, municipios como Ce-
rrito, Palmira, Candelaria, Florida, Amaime, Vijes,
trario a lo sucedido en el sur Popayán, entre otros, tienen sus orígenes en los poblados nu-
en estás áreas se constituyeron comu- cleados en torno a las haciendas coloniales.
15
Este vínculo es el que nos explica en buena me-
dida las razones por las cuales “el Valle” en general,
12
Esta es la interpretación que hace el profesor Zu- salvo contadas excepciones, fue un territorio patrio-
luaga para el caso del Patía, que se inscribe en térmi- ta. Un estudio detallado mostrará claramente que las
nos generales en un modelo de “guerra de clases”, formaciones de poblados, denominados partidos y
como lo ha manifestado el profesor Eric Van Young, sitios, se constituyeron en las inmediaciones de las
que se sustentan que las condiciones socioeconómi- haciendas. La constante que salta a la vista, es que
cas predispusieron a las masas rurales a la acción los poblados que fueron patriotas estuvieron vincu-
colectiva. YOUNG, Eric Van; 2000; “Los sectores lados a haciendas donde sus propietarios apoyaron
populares en el movimiento mexicano de indepen- el proyecto de las ciudades confederadas del valle.
dencia 1810-1821: una perspectiva comparada”, Por ejemplo el poblado de Vijes, en las inmediacio-
en: URIBE, Víctor y ORTIZ, Luis (editores). Na- nes de la hacienda Mulaló cuyo propietario fue José
ciones, gentes y territorios. Ensayos de historia e María Cuero y Caicedo, miembro de las ciudades
historiografía comparada de América latina y el confederadas en representación de Anserma y la
Caribe, Medellín, Universidad de Antioquia / Uni- hacienda San Marcos propiedad del Dr. y procura-
versidad Nacional, 1ª edición, pp. 141-174. dor general don Félix Vergara y Caicedo, hermano
13
COLMENARES, Germán; 1986; “Castas, patro- de don Ignacio Vergara y Caicedo, los cuales eran
nes de poblamiento y conflictos sociales en las pro- condueños e involucrados con las directrices del ca-
vincias del Cauca 1810-1830”. En: La Independen- bildo caleño. En el denominado partido de Quintero
cia, ensayos de Historia Social, Bogotá, Instituto y Riofrío, fueron alienados al patriotismo por los
colombiano de Cultura, pp. 137-180. comisionados don Joaquín Micolta y el escribano

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Junto con este proceso, en la zona Tenemos por lo tanto entre las juris-
también se constituyeron otras diná- dicciones de las provincias de Bue-
micas de poblamiento mucho más naventura, Cauca y Popayán, zonas
“libres”, mientras no estuviesen su- constituidos por una población diver-
jetas a los controles de las haciendas. sa que conformó dos dinámicas de po-
Me refiero a otro tipo de poblaciones blamiento. Pero en líneas generales,
constituidas por negros y mulatos fu- a pesar de la precaria o ninguna pre-
gitivos de las haciendas esclavistas de sencia de control social, los vínculos
Caloto, que originaron asentamientos constituidas por las haciendas expli-
que posteriormente las autoridades re- can el por qué los poblados de la zona
publicanas denominaran Palenques, fueron más abiertamente patriotas,
pero que en el fondo eran caseríos y con algunas excepciones realistas.
dispersos en las orillas de los ríos que La gran mayoría de los hacendados
desde muy temprano ejercieron prác- aceptaron el proyecto de las ciuda-
ticas sociales consideradas delictivas des confederadas del Valle. Por esta
por las autoridades. misma razón, en el periodo de 1818
al 1821, inclusive antes, hubo presen-
cia de guerrillas patriotas que fueron
determinantes para los triunfos repu-
don Nicolás Silva, involucrados en el proyecto re- blicanos sobre los realistas en Guana-
publicano; en este caso contaron con el proselitismo
de los presbíteros Jerónimo Mondragón de Roldani- bano (2 de septiembre, 1819) en las
llo y Tomás Certuche y con hacendados de segundo inmediaciones de Candelaria y Mi-
orden como don Custodio Valderrama, don Narciso
Durán y don Domingo de Torres y algunos otros de
randa; San Juanito (20 de septiembre
las poblaciones vecinas. El partido de Yotoco estuvo de 1819) cerca de Buga, y Santander
fuertemente influenciado por los señores de José Ni- de Quilichao (16 de mayo de 1820) 16.
colás Ospina, Fernández de Soto, Antonio Domín-
guez, Nicolás de Ospina, Pedro Vicente Martínez y Además, por qué fue zona de refugio
Cabal, Diego Salcedo, José María de la Quintana, para las familias patriotas de Popayán
Juan Egmidio Gil de Tejada, de Buga y de los Caice- cuando huían de los realistas17.
do y Cuero, del padre Escobar, Caicedo de la Llera,
Francisco Cabal Barona, José María Cabal en Cali,
sobra decir que todos ellos involucrados con el pro- A pesar de su afiliación a las filas re-
yecto republicano en mención; entre otros.
En definitiva, la hacienda fue el eje que aglutinó las
publicanas, las formaciones sociales
fidelidades y vínculos. Estamos frente a un tipo de rurales de “todos los colores” en el va-
relaciones que se ha denominado Patrón-Cliente, lle, fueron siempre objeto de una mi-
en el cual el patrón (un hacendado) ofrece bienes y
servicios a los campesinos aledaños a su propiedad
y estos devuelven sus favores en lealtad, alianza po- 16
Sobre la batalla de Guanabano en: CASTRILLóN,
lítica. Ver en: RIASCOS, Eduardo; 1964; Procerato Diego; 1971; Manuel José Castrillón. Biografía y
caucano, Cali, imprenta departamental, pp. 205-231; memorias, volumen 1, Bogotá, Banco Popular, p.
HALL, Anthony; 1977; “Patron-Cliente relations”, 159 en adelante; sobre San Juanito en: GARCÍA
y DUCAN POWELL, John; 1977; “Peasant society VÁSQUEZ, Demetrio; 1926; Reevaluaciones his-
and clientelist politics”, in: SCHIMIDT; GUASTI; tóricas. Para la ciudad de Santiago de Cali, Cali,
LAND; y SCOTT, (Edited by), Friends, Followers, Imprenta Palau Velazquez & CIA.
and Factions: A reader in political clientelism, Lo 17
CASTRILLóN, Diego. Op cit., volumen 1; p. 132
Ángeles, University of California Press, p. 510. y en adelante; ESPINOSA, José María; 1971; Memo-
pp. 147-148, respectivamente. De ahora en adelante rias de un abanderado, Bogotá, Banco Popular,
se citará FFFRPC. 1971, p. 94

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rada recelosa por parte de las autorida- nominada guerra magna y cristaliza-
des. Esta lectura va a ser radicalizada da en la historiografía decimonónica.
después de 1819 cuando, después del Hago referencia a la metáfora esgri-
triunfo de San Juanito las ciudades de mida por los patricios de las ciudades
Cali, Buga y poblados como Palmira, del suroccidente: los bandidos, como
serían asoladas por un movimiento denominaron a los grupos de saltea-
socio-racial liderado por el aventurero dores que operaban en el valle del
inglés John Runner, quien promovió Patía y en las selvas o montes, como
con parroquianos y esclavos fugitivos lo expresaban las autoridades, de las
de las haciendas, una abierta rebeldía márgenes del río Párraga, el Palo y el
contra el orden social imperante. Si Cauca. La palabra expresa a mi modo
bien la situación fue conjurada por el de ver dos ejes analíticos.
coronel Concha cuando arribó al terri-
torio, el hecho marcó un precedente en Por una parte, la afirmación bandido,
las mentes del patriciado republicano procedente de los agentes del Estado
sobre la necesidad de controlar estos y los notables locales, denota una mi-
grupos18. Por ello, entrado el régimen rada peyorativa a las prácticas socia-
republicano, los esfuerzos encamina- les de las comunidades de frontera,
dos por parte de las autoridades de las como la de comer ganado en el Pa-
ciudades mencionadas junto con Ca- tía, que dentro de sus cotidianidades
loto, sería dominarlos, particularmen- el “robo de ganado” no era entendido
te los poblados de negros fugitivos en como delito, ya que era una acción
las inmediaciones de los ríos el Palo, social regulada por el acceso demo-
Timba, Párraga y Cauca. Este proceso crático al ganado cimarrón del valle.
se agudizó por el restablecimiento del Esta situación cambió con la entrada
estanco de Tabaco, al ser el territorio de hacendados durante el siglo XVIII,
una de las mayores zonas de cultivo por lo tanto la práctica fue penaliza-
clandestino en el suroccidente. da. Claro está, se presentaron casos
que se pueden conceptualizar bajo
Desde esa perspectiva, se constituyó el pactismo colonial. O sea aquellas
el momento de la construcción de un situaciones donde los hacendados
imaginario sobre los sujetos que habi- consintieron ciertas saqueos de “sus”
taban la frontera, las cuales sus ante- hatos, con lo cual se capitalizaban
cedentes estuvieron en el siglo XVIII, relaciones cordiales con los negros,
pero que fueron reforzadas en la de- mulatos, pardos cimarrones y demás
castas presentes en el territorio19. El
18
COLMENARES, Germán; 1986; “Castas, patro- hecho manifiesto es que muchas re-
nes de poblamiento…” Op cit., p. 147. GARCÍA laciones sociales de las comunidades
Vásquez, Demetrio. Op Cit., p. XXXIX; BROWM,
Mattew; 2003; “Mercenarios británicos e irlandeses
en la guerra de independencia”, en: Humanidades, 19
USSA FERNÁNDEZ, Constanza; 1989; De los
revista de la facultad de ciencias sociales y huma- Empauta´os a 1930, tesis de grado para optar el
nas, volumen 7, Popayán, Universidad del Cauca, título de Antropóloga, Popayán: universidad del
números 9-10, pp. 9-28. Cauca, pp. 52-58.

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de frontera fueron estigmatizadas, por vo régimen de vida y control. Se les


no estar modeladas por el orden moral llamó bandidos, rebeldes, “facciosos”
hegemónico. Por ello el abigeato, la y facinerosos, con el fin de deslegiti-
unión libre, ciertas prácticas jurídicas mar sus resistencias y sus exigencias
(venganzas de sangre, castración), en políticas. Con ello se inauguró un su-
incluso formas de organización coti- jeto social al cual se debía eliminar,
diana, se consideraron incivilizadas pero que en el caso del suroccidente
y bárbaras, no acordes con la vida de pervivió y fue necesario cooptarlo,
policía y campana. De igual manera domesticarlo y controlarlo.
otras acciones como el asalto a tran-
seúntes, especialmente comerciantes La República, incapaz de someter los
o el cultivo de tabaco clandestino, si territorios de frontera, debió desplegar
bien fueron delitos, indudablemente estrategias de regulación social bajo
fueron formas de resistencia social. las lógicas de las relaciones sociales
de aquellas comunidades. No pene-
Por otra parte el sujeto tildado de tró el territorio bajo los dispositivos
bandido no era considerado de esta de intervención del Estado moderno
manera por sus comunidades: Más (la acción directa, sin mediación) con
bien, sus constantes trasgresiones al sus funcionarios letrados y versados
orden republicano los convirtieron en asuntos judiciales, de policía, ha-
en héroes culturales por sus reiterati- cienda y control. Por el contrario, el
vos actos de desacato a la autoridad Estado naciente de la independencia,
y en los arquetipos de la resistencia y al estar limitado de hombres capaces
oposición a los agentes del Estado20. de ejercer las funciones que exigían
Bandido fue por lo tanto, la palabra sus organizaciones, escaso de recur-
que el discurso público oficial 21, uti- sos fiscales para llegar a todos los
lizó para estigmatizar aquellos sujetos rincones de la república con escuelas,
quienes se les quería imponer un nue- obras públicas y promover la integra-
ción de sus “ciudadanos”, debió ple-
20
SCOTT, James; 2003; Los dominados y el arte garse a otras formas de intervención:
de la resistencia, Navarra, Txalaparta ediciones, pp.
68-76.
la mediación fue una de ellas y por lo
21
El discurso público, es un discurso político del au- tanto la patrimonialización de la Re-
torretrato de las elites, que busca imponer una hege- pública22.
monía ideológica sobre los subordinados. Este asun-
to compromete el comportamiento, el actuar de los
dominantes frente a los dominados, pero también un Lo anterior se manifestó en la inde-
lenguaje que busca enmascarar ciertos aspectos del pendencia. Los republicanos ante el
poder y la explotación. En este sentido el discurso
público de las elites, propende a imponer un mono- fracaso de someter a los rebeldes del
polio del conocimiento público sobre los dominados sur, optó por la política de cooptarlos
acerca de la sociedad, el trabajo, el castigo, entre
otras, que no admite explicaciones, mientras no ten-
Una de ellos y bien conocida su his-
ga detractores públicamente. Su función es dar una
apariencia de unanimidad y consentimiento de los 22
TILLY, Charles; 1992; Coerción, capital y los
grupos gobernados. Ver: SCOTT, James. Op Cit., Estados europeos, 990-1990, Madrid, Alianza edi-
pp. 23-110. torial, 1ª edición, Pásimm

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toria, fue la de José María Obando23. los clanes familiares más importan-
Posteriormente otros jefes naturales tes de cada localidad, quienes habían
de las localidades y cabezas de gru- sido activos guerrilleros realistas en la
pos guerrilleros se entregaron al nue- guerra magna. El hecho lo manifestó a
vo orden político24. Era en el fondo un inicios de los años treinta el científico
pacto implícito promovido por el Es- francés Jean Baptiste Boussingault25,
tado. Este hecho se convirtió en una quien no sin asombro, dejó entrever
constante desde los años veinte hasta que quienes hasta no hace mucho
los cuarenta, por que muchos de los eran antiguos guerrilleros realistas
funcionarios nombrados en las parro- y aun ferviente monarquistas, ahora
quias de Timbío, Tambo, Patía, Trapi- eran algunos de ellos los encargados
che, La Horqueta y la Sierra o en los del control social, como los curas. Su
sitios y partidos como Mazamorras, asombro se explica porque él era un
el Bordo, Mojarras, Quilcacé, Chi- hijo de otro tipo de Estado que recien-
ribío, Sotará, Ríohondo, entre otros, temente había constituido un gobier-
fueron los miembros principales de no directo26.

23
ZULUAGA, Francisco; 1985; José María Oban- Si bien la formación del Estado re-
do de soldado realista a caudillo republicano, Bo- publicano de corte liberal compro-
gotá, biblioteca Banco Popular, 1ª edición, pp.51-54; metió un proyecto al decir de Marco
pp. LEMUS GUZMÁN, Antonio; 1995; Obando de
cruz verde a cruz verde. Bogotá, Planeta, 1ª edi- Palacios, de un Estado centralizado
ción, pp. 101 y 118. moderno, la expansión de los dere-
24
Después de la entrada de José María Obando a
las filas republicanas (1822), otros jefes de guerrilla
se entregaron de manera directa e independiente a 25
BOUSSINGAULT, Jean B; 1985; Memorias de
las autoridades republicanas, como Pedro Antonio Boussingault, 1830-1832. Volumen 5, Bogotá,
Córdova. De la misma manera hubieron otros como Banco de la República, pp. 48. Análoga situación
el caso de Jerónimo Toro y Calixto, que se mantu- manifestaba en la costa del pacífica, el juez político
vieron en píe de guerra alarmando a Popayán y al de Iscuandé Manuel de Jesús Zamora, patriota de
Patía en los años siguientes. ZULUAGA, Francisco; origen venezolano, quién comunicaba al intenden-
1993; Guerrilla y sociedad en el Patía. Una rela- te del departamento del Cauca en carta fechada en
ción entre clientelismo político e insurgencia so- Iscuandé mayo 1º de 1823 lo siguiente: “La preven-
cial, Cali, Universidad del Valle, pp. 67 en adelante; ción que VS me hace por su oficio 4 del ppado acer-
Cfr: Carta de Juan José Flores, fechada en Siquitán, ca de la vigilancia para desvanecer los proyectos de
mayo 23 de 1823 al intendente del departamento los facciosos de Tumaco y costa de Esmeraldas; es
del Cauca; carta del clérigo Matías Antonio Gutié- de mi deber siendo cierto que en todos estos terri-
rrez, fechada en el Tambo 20 de mayo de 1823, al torios desde sus principios han sido y lo serán sus
intendente del departamento; carta de los alcaldes habitantes enemigos acérrimos de Colombia. Sus
del Trapiche (Juan Antonio Caicedo y Javier Zúñi- crímenes son públicos y se han visto con admiración
ga, Trapiche 16 de enero de 1823, al intendente del que los caudillos de los asesinatos cometidos en las
departamento; carta del clérigo Domingo Belisario personas de nuestros oficiales y soldados, se hayan
Gómez, Trapiche, mayo 23 de 1823, al intendente dejado libres paseándose con sonrisa, entre tanto no
del departamento, en: Archivo Central del Cauca halla un ejemplar, siempre tendremos después que
(ACC), fondo Archivo Muerto (AM), 1826, sin ín- arrepentirnos (hablo con la moderación debida y
dice. Los documentos citados de esta forma no se como un ciudadano de Colombia). Dios guarde a
encuentran en el denominado Archivo Muerto, de VS. Manuel de Jesús Zamora (La ortografía fue co-
archivo Central del Cauca, que arranca de 1830, son rregida). Cfr: ACC. AM. 1823, sin índice.
otros paquetes que sólo indican los años que con- 26
Lo que implica un gobierno directo ver en: TILLY,
tiene la documentación y abarcan desde el periodo Charles. Op Cit., pp. 165-175, la cita en la página
colonial hasta los años setenta del siglo XIX. 167-168.

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chos de la ciudadanía y la definición viraje del Estado Neogranadino fue


de la nacionalidad27, indudablemente el peso de la estructura colonial con
este proceso quedó postergado por sus jerarquías y privilegios, que en el
otras necesidades más urgentes para caso de las provincias del Cauca estu-
la construcción del Estado en la pri- vieron “endurecidas” por la presencia
mera mitad del siglo XIX, como la ur- de una sociedad esclavista; regímenes
gencia por establecer un control sobre dominicales de las haciendas y gru-
las poblaciones que nominalmente se pos de notables que no quisieron ce-
ejercía una soberanía. Este asunto es der sus privilegios pero si insertarse al
de capital importancia en el Cauca, en mercado mundial, sin una transforma-
tanto la guerra había desarticulado los ción radical de las relaciones sociales
fundamentos del orden social, que en de producción29. También el endure-
la zona se habían constituido sobre las
relaciones Hacienda-Mina-Hacienda, Marco Palacios, uno de los historiadores que más ha
estudiado el Liberalismo en Colombia, la idea era
como el sustrato de las relaciones so- que los procesos económicos promovieran el desa-
ciales de producción y dominación. rrollo del ciudadano, se esperaba que la inserción
en el mercado promoviera en los sectores sociales
impactados la libertad individual y la democracia
Sobre el hecho anterior, los ideales política. Cfr: PALACIOS, Marco; 1983; El Café en
de libertad, igualdad y el equilibrio Colombia, 1850-1870. Una historia económica,
de poderes públicos, debieron poster- social y política, Bogotá, Colegio de México / el
Áncora editores, pp. 29-30.
garse ante los obstáculos de las jerar- 29
Un sector de la sociedad hegemónica, entendió el
quías coloniales y de este modo para liberalismo económico como una forma para insertar
desde el mercado a los sectores subordinados, pero
el caso neogranadino, el liberalismo no integrados a los ideales de nación y ciudadanía.
se circunscribió al ámbito de la políti- Este hecho distó de ser sólo una simple intención,
ca económica, mientras la ciudadanía pues la historia de las economías extractivas a lo lar-
go del siglo XIX en Colombia, lo que manifiestan
fue metáfora, en tanto la inmensa ma- es que no se buscó transformar las relaciones socia-
yoría de la población fue considera- les de producción de corte preindustrial, más bien
da menores de edad, al carecer de las se buscó mantenerlas. Este es un ejemplo diciente
de la verdadera falta de intencionalidad por parte de
calidades para obtener la ciudadanía los notables por expandir el liberalismo. Demuestra,
de forma activa28. Las razones de este particularmente frente al famoso debate de la transi-
ción del feudalismo al capitalismo entre M. Dobb y
P. Sweezy, y que hoy en día tiene sus prolongaciones
27
PALACIOS, Marco; s. f; “El (des)encuentro de en el denominado “debate Brenner”, que no son las
los colombianos con el liberalismo. Algunas notas condiciones objetivas como el mercado, la ciudad,
sobre el déficit estatal crónico”, en: GUERRERO, la demografía, entre otras, las variables centrales
Javier. Iglesia, Movimientos y Partidos: política y que expliquen las transformaciones de las relacio-
violencia en la historia de Colombia, Tunja, Uni- nes sociales de producción, sino que más bien, estas
versidad pedagógica de Colombia, Archivo general se hallan es en la lucha y la resistencia cotidiana que
de la nación, Asociación colombiana de historiado- establecen los dominados frente a los dominantes.
res, pp. 13-30; existe una revisión de este artículo Este asunto pone de manifiesto que los derechos son
por el autor en: PALACIOS, Marco; 1999; Pará- luchas colectivas por parte de cada sociedad con su
bola del Liberalismo. Bogotá, Editorial Norma, Estado y no un acto universal, que se extiende como
colección vitral, pp. 143-336. una mancha de aceite en el mar, impactando a los
28
MARTÍNEz, Armando; 2003; “Debate legislati- demás grupos sociales. Sobre el ideal económico li-
vo sobre las calidades en la Nueva Granada”. En: beral en Colombia, ver en: PALACIOS, Marco. Pa-
Boletín de Historia y Antigüedades. Volumen rábola del Liberalismo. Op cit., pp. Sobre el debate
XC, Bogotá, No. 821, pp. 241-262; como lo expone de la transición del Feudalismo al capitalismo en:

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cimiento de las relaciones sociales de la provincia del Cauca José Ace-


coloniales en el suroccidente, fue pro- vedo, quien comunicaba al gobierno
movida por el temor a que una activa nacional:
participación política de los sectores (…) Remito a Ud. Un oficio para
subordinados podría generar un trans- que resuelva el gobierno lo que se
tocamiento en el orden social, como haga de hacer, puesto que no se
había acontecido en algunos pasajes sabe en que días se publicó la ley
de manumisión en Cali. En todo
de la guerra magna con las guerrillas
este valle se cometen las mayo-
del Patía, de Pasto, el movimiento de res atrocidades con los esclavos,
pardos, mulatos y esclavos de Runnel detestando por supuesto aquella
y Osses en la suela plana del valle y hermosa ley. Todos sin excepción
las luchas autonómicas de las cuadri- están coligados por hacerse alto
llas en el andén del Pacífico. con la mayor impudencia, sobre
la cual pudiera citar mil hechos
Por ello, se considera que el principal escandalosos que causan indigna-
objetivo de la República en el Cauca, ción. Ahora se trata de eludir res-
era restablecer las estructuras de do- pecto de muchos infelices la dis-
posición de la ley que les manda
minación alteradas en la independen-
dar su libertad absoluta a los 18 a
cia y someter los territorios de fron- que se cumpla en este. Se que mu-
tera. Ello implicaba desacelerar las chos andan solicitando donde los
relaciones sociales de corte liberal de curas que se enmienden las fechas
sociedad y procurar reestablecer las de la fe de bautismo, y que en ge-
relaciones de dominación coloniales. neral pretenden que al cumplir los
Se impuso en las provincias del su- 18 años los libertos tienen la obli-
roccidente “el negociamiento faccioso gación de pagarles los alimentos y
de las leyes”, como lo expresa Marco demás costos de crianza, es decir
Palacios30. Los patricios de las ciuda- que quieren perpetuarlos en la es-
clavitud. Para cortar estos males
des de Buga, Cali, Popayán y Pasto,
quiero poner una circular antes de
buscaron mecanismos para sustraerse salir fijando el día que se comienza
de las leyes, en una intrínseca alian- a cumplir los 18 años y explican-
za con los miembros del clero, como do los derechos de esos infelices;
por ejemplo, ocultar las partidas bau- pero si la contestación del gobier-
tismales de los negros esclavos que no no vuelve a vuelta de correo,
según la libertad de partos de 1821, entregará la gobernación sin hacer
debían ser libres cuando alcanzaran este servicio a esos miserables,
la mayoría de edad. Esto lo manifestó que por mi sucesor se callarán, si
patentemente el bogotano gobernador es de aquí. Creo que no sabiendo
cuando se publicó la ley en Cali,
KANYE, Harvey; 1989; Los historiadores marxis- pudiera disponer el gobierno que
tas británicos, Zaragoza, Universidad de Zaragoza, se estableciera a su publicación en
sobre la lucha de los derechos colectivos en: TILLY, Popayán que era capital del valle,
Charles. Op cit, pp. 149-199.
y que debía circular esta resolu-
30
PALACIOS, Marco; 1999; Parábola del Libera-
lismo. Op cit., p. 209. ción en las provincias respectivas,

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puesto que se han callado porque Sobre este eje de una república más
no es león el pintor31. cercana al orden social de los Aus-
trias y no a un orden liberal, se tra-
Por otra parte, los grupos de poder zó las estrategias del orden social.
consideraban a los estamentos subor- Controlar implicaba penetrar en las
dinados carentes de asumir las res- sociedades, pero no integrarlos a la
ponsabilidades de la República, como República como ciudadanos. Era una
lo manifestó en su momento José integración con un sentido mentado
Antonio Arroyo en abril de 1834 en por parte de los notables para integrar
una carta que envió al general Tomás a los hombres de las fronteras a sus
Cipriano de Mosquera, en las cuales unidades de producción y acceder de
literalmente despotricaba de los patia- esta forma a los recursos de sus terri-
nos e ironizaba el considerarlos ahora torios; y, por parte de la República en
patriotas32. Su lectura se fundamenta ampliar la cobertura de tributación y
en una característica de las sociedades conscripción sobre aquellas comuni-
estamentales y jerarquizadas, que los dades. En cualquiera de los dos casos
subordinados no podían manifestar fue una conjunción de intereses, pues
ninguna autonomía, ya que se consi- al fin y al cabo, los representantes del
deraba que cada quien tiene su lugar Estado, los funcionarios eran los mis-
en el “cuerpo social” con sus fueros mos notables de las ciudades, quienes
y privilegios; en otras palabras con lo buscaban con la intervención estatal
que a cada uno le corresponde. Esta controlar las poblaciones y de esta
visión de mundo de la sociedad, pro- manera asegurar el statu quo que le-
movía una mirada negativa a indivi- gitimaba su posición social y les per-
duos o grupos que expresaran abierta- mitía monopolizar los sectores econó-
mente emancipación, inconformidad micos más rentables del momento34.
o cuestionara el orden mismo33.
34
Este hecho se pone de manifiesto en el andén del
Pacífico, territorio que desde su colonización, se
mantuvo como una frontera precariamente integra-
31
Carta de José Acevedo a Pedro Alcántara Herrán, da a las ciudades andinas del Suroccidente. Para el
Buga 16 de febrero de 1839, en: Archivo General periodo republicano, se intentó reactivar la actividad
de la Nación. Fondo Pedro Alcántara Herrán (de minera con el establecimiento del departamento de
ahora en adelante: AGN. Fondo Herrán), Rollo 2. Buenaventura en 1822, el cual tuvo como primer go-
Serie correspondencia personales y políticos. Caja bernador al coronel Tomás Cipriano de Mosquera,
5. Carpeta N. 16, folios 19 - 20 acción por parte del Estado, que tenía como objetivo
32
“… Yo no puedo dejar de ser enemigo de los pa- organizar la actividad económica preponderante en
tianos, hoy son héroes, y porque ayer nos enterraron la zona, enviando para ello a un notable de Popayán,
el puñal y echaron palo a nuestros parientes, amigos el cual como otras familias conectadas entre sí (Ar-
y ciudadanos. De repente se han hecho liberales, no boleda, Angulo, Diago, Quiñónez, entre otras), te-
es extraño que patriotas de nuevo cuño continúen la nían intereses en la región. Pero el hecho paradójico,
política atacándome por el flanco en que hallan dis- es que no se buscó transformar las relaciones socia-
posiciones favorables en el gobierno.”, ver el texto les de producción y dominación, sino que al contra-
completo en: ACC. Archivo Mosquera. Carpeta 1ª, rio, se buscó mantenerlas. De la misma manera los
año 1834, signatura 6986. mineros residentes en la zona, fueron los llamados a
33
SCOTT, James; 2003; Los Dominados y el arte ocupar los cargos de la municipalidad, de hacienda
de la resistencia, País Vasco, ediciones Txalaparta, y de justicia, en los villorrios investidos con cate-
p. 57 en adelante goría de urbanas, los cuales defendieron sus intere-

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Bajo este palio, el orden social se En los territorios allende al puente de


constituyó a partir de una sociedad Calicanto en Popayán, el Estado/No-
estamental que reconocía tácitamente tables, promovieron una estrategia de
la desigualdad social. El control se es- control sobre aquellos “espacios”. Se
tablecía por medio de una “correa de penetró el territorio cooptando a los
transmisión”, que partía de los intere- “jefes naturales” de las localidades,
ses de notables locales, que, como quienes habían sido jefes, miembros
funcionarios o agentes del gobierno o simpatizantes de partidas guerrille-
buscaban integrar a las comunida- ras realistas. Para ello se contó con el
des, en donde el Estado era el ins- apoyo de personajes que durante la
trumento35. segunda mitad del siglo XVIII habían
constituido relaciones sociales con las
ses y el statu quo de la sociedad. Cfr: ALMARIO, comunidades, como don Juan Luis
Oscar; 2001, “Anotaciones sobre las provincias del Obando, la familia Diago, los Castri-
Pacífico sur durante la construcción temprana de
la república de la Nueva Granada. 1823-1857” En.
llón, los Segura y posteriormente los
Anuario de Historia Regional y de las Fronteras. Mosquera y los Hurtado. Estos perso-
Bucaramanga: N. 6, pp. 115 - 161; Ibíd.; 2004; najes con sus descendientes, lograron
“Racialización, etnicidad y ciudadanía en el Pací-
fico colombiano, 1780-1830”. En: MARTÍNEz, Ar- construir alianzas y vínculos con los
mando. Independencia y transición a los estados jefes naturales, y que cómo mayor-
nacionales en los países andinos: nuevas perspec- domos de las haciendas, peones o
tivas. Memorias del 2º itinerario de la cátedra
historia de Iberoamérica, Bucaramanga, ediciones agregados, lograron acceder a favores
UIS / OEI, pp. 317-356. personales para sus parientes y segui-
35
En este sentido la lectura de Estado se acerca a
los planteamientos de Gramsci, que considera que
dores en diversas situaciones.
el Estado opera de manera simbiótica con la clase
dirigente. Dentro de este paradigma, el Estado en Los jefes naturales son los personajes
si mismo no tiene intereses discretos más allá de la
extensión de la hegemonía y liderazgo político de la por medio del cual Estado/Notables,
clase dominante. Si bien el argumento es sugerente penetró el Patía convirtiéndolos en el
para el caso neogranadino, es necesario matizarlo, punto de intermediación o articula-
pues no podemos considerar que existiese en ese
momento una clase dirigente hegemónica en el país, ción entre gobierno y comunidades.
más bien, estamos frente a unos grupos dirigentes Varios factores contribuyeron con
fragmentados y fracturados, que generalmente sus
intereses giran en el ámbito local y provincial. Es
este rol. Por una parte fueron perso-
en lo local donde el modelo gramsciano se ajusta. najes que poseían cualidades que los
Los grupos de notables locales, quienes fueron los hacían superior dentro de su entrama-
funcionarios del Estado en los espacios administra-
tivos cantonales y provinciales los que permearon a do social, cualidades que sólo tenían
las organizaciones del Estado con sus intereses de lógica dentro de racionalidad cultural
grupo y modelaron la institucionalidad (entendién- de sus comunidades. En el caso del
dola aquí como el comportamiento que debe tener
un miembro dentro de una organización), sobre las Patía el ser un empauta`o36, cabeza de
bases de sus relaciones sociales de sus mundos co-
tidianos. De esta manera estamos frente a una patri-
monialización del Estado. Sobre lo que compromete 36
Sobre el significado de ser empauta´o en el Patía,
la institucionalidad ver en: BERGER, Peter y LUC- Cfr: USSA FERNÁNDEZ, Constanza; 1989; De los
KMANN, Thomas; 2003; La construcción social Empauta´os a 1930, Popayán, tesis de grado para
de la realidad. Buenos Aires, Amorrortu editores, optar el título de Antropólogo, Universidad del Cau-
18ª reimpresión, pp. 72-89. ca.

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un clan familiar prestigioso con acce- vez adheridos fueron nombrados au-
so a recursos; capacidad de liderazgo toridades parroquiales: alcaldes, co-
y lucha entre otros aspectos, eran una misarios, cabos de justicia, síndicos,
serie de valores que convertían a una entre otros. De esta manera antiguos
persona en una figura central dentro guerrilleros, denominados bandidos,
de la comunidad. A esta situación se fueron insertados en la República,
le agregaron los vínculos que fueron investidos de cargos municipales que
constituyendo ya el personaje o su fue un reconocimiento tácito de su
clan familiar, por medio del présta- “valimiento” en cada localidad don-
mo de favores, el compadrazgo, entre de tenían influencia. Para el caso de
otros, contribuyendo a convertirlo en Timbío, personajes como Jerónimo
una persona de notabilidad. General- Moreno, la familia Agredo, Mellizo,
mente, este tipo de hombres eran le- Muñoz, activos guerrilleros en la in-
trados, lo cual les permitía ser (como dependencia, fueron una muestra de
también los curas) los encargados de aquel proceso.
redactar documentos y promover que-
rellas ante las autoridades, lo que les El proceso tuvo variantes en el caso
daba un “valor agregado” más37. de los territorios que comprendían los
intersticios jurisdiccionales de Caloto,
Los patricios de Popayán compren- Cali y Palmira. En este caso y como
dieron por lo tanto la necesidad de co- ya lo habíamos anotado, el hacendado
optar los “jefes naturales” asentados era la figura central y eje de los víncu-
al sur de la ciudad. Para ello conta- los establecidos con las comunidades
ron con los primeros hacendados es- agrarias de la zona. Por ello, los pro-
tablecidos en el territorio, los cuales pietarios eran los encargados de ser
lograron adscribir a los “jefes natu- los representantes de la autoridad es-
rales” a sus redes de vínculos, y una tatal y algunos de sus más fieles clien-
tes, se constituirán en algunos casos
37
Prefiero utilizar la metáfora Jefes Naturales, que en funcionarios políticos locales de
caciques o patrones, al considerarla que esta se ajus- segundo orden. El hecho se evidencia
ta más a las realidades que pretendo retratar en la
región, sin falsear el mundo de aquellos seres hu-
con claridad en los llanos del Párra-
manos. Si bien cacique o patrones, son conceptua- ga, Bolo, Desbaratado y en algunas
lizaciones que tiene un valor heurístico, también localidades parroquiales y partidos
considero que las palabras pueden distorsionar la
realidad a describir. Por otra parte en la misma pes- de la zona, en donde buena parte de
quisa documental hecha para el valle del Patía, si los agentes del Estado fueron los ha-
bien los modelos conceptuales de patrón o cacique, cendados. Entre ellos se destacaron:
se ajustan, también es cierto que no estamos frente
a hacendados en el estilo clásico que los estudios Rafael Prado, Francisco Molina Ren-
hechos en América latina han encasillado a este tipo dón, Manuel María Bedoya, Pedro
de actores políticos. Por lo tanto al no ajustarse a los
modelos clásicos de hacendado e incluso al de las
Quintero, Cayetano Escobar, Lucas
mismas comunidades rurales sujetas al dominio de Valdivieso, entre otros, en las inme-
la hacienda y el patrón, me ha llevado a considerar diaciones de Palmira; Antonio Boso
este tipo de personajes mediadores entre su mundo
y el externo como jefes naturales.

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y Manuel A. Pizarro en Candelaria38. se presentó en las inmediaciones de


Con algunos matices, el fenómeno Caloto-Quilichao, y en las parroquias
de Santa Ana, Gelima y Celandia, en
los cuales figuraron la familia Terre-
38
En este caso concreto, nos acercamos mas al
modelo del Patrón, que se pueden entender como ros, y los Tejada39. El punto de varia-
estructuras de solidaridad, que si bien son jerarqui- ción aquí, es que también descollaron
zadas, son centrales para hacer la vida más llevadera
en las sociedades campesinas. Sobre la definición
como funcionarios los mayordomos
de Patrón, ver en: HALL, Anthony. “Patron-Cliente de las haciendas y administradores de
relations”; 1977; en: FFFRPC, Los Ángeles, Uni- las minas de las familias principales
versity of California Press, p. 510; GONZALEZ,
José A; 1997; El clientelismo Político. Perspecti- de Popayán (Mosquera y Arboleda
va socio antropológica, Barcelona, Anthropus, 1ª por ejemplo), que poseían estas uni-
edición, pp. 23 -30. Sobre los personajes mencio- dades de producción en los sitios en
nados: Rafael Prado, hacendado de Palmira, tenía
gran influencia en la población (según informes mención40.
confidenciales del gobierno), especialmente por al-
gunos saberes médicos, desempeñó cargos públicos
parroquiales, pero especialmente fue oficial de las
Nos encontramos, en términos glo-
Guardias Nacionales de Palmira. Pedro Quintero, bales, frente a un tipo de personajes
Manuel María Bedoya, Lucas Valdivieso, Cayetano que se pueden considerar patrones
Escobar, que además de ocupar cargos parroquia-
les y concejiles en Palmira, fueron oficiales de la como la han descrito e identificado
Guardia Nacional, sus nombramientos en la milicia la antropología y la sociología nor-
obedeció a la necesidad de contar con personas que teamericana, especialmente en sus
tuviesen influencia en la zona, para que la asisten-
cia a los ejercicios doctrinales los domingos fuese
cumplida, pues buena parte de la tropa estaba cons- 39
Para el caso de la familia Terreros (Buenaventu-
tituida por agregados y campesinos que mantenían ra, Félix María, Gabriel, Manuel Antonio, Miguel
estrechos vínculos con sus haciendas. Francisco y Nicolás), podemos decir que era una extensa fa-
Molina Rendón, hacendado de Palmira, propietario milia que se ubicó en Caloto, Quilichao y particu-
de la hacienda el Coronao, tenía tanto residencia en larmente en la parroquia de Celandia, donde era sin
Buga y Palmira, pero ejerció diversos cargos públi- lugar a dudas los patrones de la parroquia, dueños
cos en los años 30 en el último poblado. Sobre el de haciendas de mediana envergadura. Mantuvieron
caso de Antonio Bosso, era un propietario acomo- relaciones con la familia Arboleda y Mosquera, al
dado de Candelaria, quién mantenía amistad con el punto de ser en algunos momentos mayordomos de
general Tomás Cipriano de Mosquera, ocupó varios sus haciendas.
cargos concejiles y parroquiales entre los 30 y 40 Para el caso de Manuel Antonio Tejada, propieta-
del siglo XIX. Tuvo una destaca acción durante la rio de las haciendas el Jagual y Pilamo, mantuvo
guerra de los supremos, con el grado de Sargento relaciones especialmente con los Arboleda, que lo
Mayor, pues organizó y llevó la Guardia Nacional convirtieron en su agente para someter y cobrar te-
de su parroquia a Popayán en 1841, y combatió a rraje a los grupos de negros cimarrones que habita-
los rebeldes de la zona. A fines de dicho año y prin- ban las inmediaciones de sus haciendas. Su área de
cipios del siguiente estuvo con su cuerpo ejerciendo influencia fue más extensa que la anterior familia,
tareas de gendarmería en Tunía, Ovejas y Piendamó pues abarcaba hasta Toribio y Tacueyó. Desempeñó
y fue uno de los grupos armados que intervino en la cargos cantonales y parroquiales, aunque más bien
campaña sobre Tierradentro para someter a Lorenzo fue reacio a ocuparlos.
Ibito. Posteriormente en septiembre de 1842 a abril 40
Algunos de los personajes identificados son los
de 1843, estuvo activo en las incursiones militares siguientes: Manuel María Vergara, quien desempe-
contra la rebelión de negros, mulatos y castas de ñó en varias épocas el cargo de mayordomo de la
todos los colores que asolaron desde mediados de hacienda La Bolsa, y alcalde de varios partidos de
dicho año las haciendas que habían entre las inme- la zona como Quebradaseca (1821); Marcos Ma-
diaciones de Caloto y Palmira y que fueron final- ría Vergara, administrador de una mina de Joaquín
mente derrotadas en el llano del Fraile. Fue rebelde Mosquera en Caloto en los años cuarenta del siglo
en la guerra de 1851 en alianza con Julio Arboleda XIX; Nicolás Estela, de Caloto, mayordomo de la
y Manuel Tejada. hacienda La Bolsa.

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estudios de campos sobre los siste- aquellos territorios de los cuales unos
mas políticos latinoamericanos hace fueron elevados de categorías urbanas
ya más des cuarenta años41. Son los y con ello una penetración por parte
individuos denominados bajo la me- del gobierno. Pero este último proceso
táfora “cacique”, que emergieron con no se puede ver como un proceso de
fuerza en la vida de las sociedades centralización política, porque si bien
rurales hispanoamericanas, poste- se puede afirmar que hubo intentos
rior a la independencia y que debido por parte del Estado republicano por
a un doble proceso de cambio social generar dinámicas centralizadoras, el
en las comunidades, ya de orden eco- hecho distó de ser homogéneo, pues
nómico y político se convirtieron en las leyes y las directrices republicanas
Broker. Para el caso de los territorios se estrellaron en las áreas rurales con-
de frontera de la antigua gobernación tra el peso de las cotidianidades y los
de Popayán, no se puede manifestar mundos de quienes los habitaban.
que se presentaron cambios de or-
den económico que comprometiera En este orden de ideas, se pone de
la especialización y diferenciación manifiesto que en el suroccidente, el
económica. Pero indudablemente se Brokarage no se presentaron necesa-
vivió un cambio en el orden político riamente en sociedades rurales some-
posterior a la guerra magna, en cuanto tidas a procesos de cambio económico
se promovió una apertura política en y centralización política, como lo ma-
nifestó en su momento Eric Wolf. Las
41
En este punto considero pertinente aclarar que esta
definición de intermediarios culturales, fue señalada
redes de intermediación se presentan
seminalmente por Eric Wolf a fines de los años cin- en el caso caucano sin un cambio de
cuenta para el caso mexicano y posteriormente otros orden económico, y con mayor clari-
autores han contribuido a precisarla e identificar al-
gunas variantes. El punto central del argumento de dad en los llanos de Palmira, el Bolo,
Wolf, es que las comunidades campesinas sometidas Párraga y Desbaratado, en tanto son
a procesos de penetración por parte del Estado y la los hacendados (patrones) quienes
ampliación de sus redes mercantiles, compromete
una transformación en las relaciones Patrón-Cliente, asumieron el rol de intermediarios en-
en el cual el patrón se transforma en un Broker. Con tre las comunidades campesinas y la
esta metáfora, expone la forma como un patrón tra-
dicional se adapta a un nuevo contexto político-eco-
administración estatal, pues al desem-
nómico, al convertirse en intermediario (brokerage) peñar los cargos oficiales, los convir-
entre las autoridades del Estado y la comunidad. tió tácitamente en los representantes
Esta capacidad la logra por una parte por el status
alto que tiene en la comunidad, al tener recursos que de los grupos humanos que se encon-
ofrecer a los campesinos pobres, y, de otra parte, traban adscritos a sus vínculos.
por algunos rudimentos cognitivos y jurídicos (ser
letrado y tener nociones de leyes) que lo hace capaz
de representar al Estado en la comunidad y a su vez Pero de igual manera la lucha por
representar la comunidad ante el Estado. Consultar controlar los territorios de frontera
a: DUCAN, John; 1977; “Peasant society and clien-
telist politics”, en: FFFRPC, p. 149; BRANDING,
por la República no concluyó en el
G. (Editor); 1995; Caudillos y campesino en la re- nombramiento de funcionarios loca-
volución mexicana, México, FCE, 3ª reimpresión, les y parroquiales, el nuevo Estado
1995, especialmente ver el artículo de Gilbert M.
Joseph. también promovió en su agenda la

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constitución de un monopolio de la fue aprovechada por el Estado que


fuerza-violencia, representado en la institucionalizó de facto las clientelas
formación de un ejército con alcance al convertir al “jefe natural”, el líder
nacional. Lo fue en intención, en tanto de una partida armada (bandidos) o el
los recursos del erario público no per- patrón de una hacienda en oficial, y
mitieron la constitución de un cuerpo sus seguidores en los soldados de la
armado lo orgánicamente consistente compañía o del escuadrón. Este he-
para hacer presencia en todo el terri- cho se manifestó en los años veinte,
torio que ejercía su soberanía. Por ello en la zona sur de Popayán, cuando las
se debió recurrir a las Guardias Na- autoridades republicanas al aceptar a
cionales, especie de cuerpo armado los jefes de las partidas guerrilleras
de reserva que buscaba promover la realistas en su ejército, lo hicieron re-
participación de “los ciudadanos” en conociendo sus grados militares y los
la defensa del Estado y los ideales re- ascensos que estos habían otorgado a
publicanos: la “Nación armas”. Pero sus clientes. Este modelo de inserción
en el fondo, la Guardia Nacional, más a la República continúo a lo largo de
que promover ideales liberales, fue la los treinta y cuarenta, ya que los oficia-
alternativa que encontró una precaria les de las guardias nacionales no eran
hacienda Estatal para hacer presen- otros en el valle del Patía y Almaguer,
cia armada en todos los rincones de que aquellos antiguos jefes de guerri-
la República. En sus reglamentos se llas y “bandidos” que, por medio de la
consideraba que todos los sectores formación de las Guardias Nacionales
sociales debían formar parte de ella, el Estado los insertó en la República e
pero la constituyeron los sectores su- institucionalizó sus redes de adscrip-
bordinados, mientras que los sectores ciones. De esta forma se obtuvo el
sociales altos y medios, lograron por control por la mediación de sus jefes
medio de una serie de artimañas pro- de las zonas que tradicionalmente las
pias de una sociedad estamental patri- autoridades habían considerado foco
monial, eludir el engorroso servicio de barbarie, nido de ladrones y ban-
de las armas42. didos. Los casos más emblemáticos
fueron Manuel Delgado, Juan Grego-
En los territorios de frontera, el pro- rio López, Matías Mosquera y Jacinto
ceso de constitución de las Guardias Córdoba43.
Nacionales fue particular: las redes de
vínculos que habían constituido los 43
Los datos de Manuel Delgado y Matías Mosquera,
“jefes naturales” o los hacendados, naturales del Patía; Juan Gregorio López, de Merca-
deres y Jacinto Córdoba, de la Horqueta (hoy Ro-
sas), son extraídos de la base prosopográfica que en
42
Este hecho se pone de manifiesto en el proceso la actualidad elabora el autor y en CASTRILLóN,
de organizar la guardia nacional de Popayán en no- Diego; 1971; Biografía y memorias de Manuel
viembre de 1834, en el cual las autoridades militares José Castrillón, Tomo II, Bogotá, banco popular;
y la jefatura política del cantón se vio en la necesi- ARBOLEDA, Gustavo; 1990; Historia Contem-
dad de hacer un nuevo sorteo, pues personajes de la poránea de Colombia, tomo II. Bogotá, Banco
notabilidad de la ciudad de Popayán fueron eximi- central hipotecario (de ahora en adelante se citará
dos Cfr: ACC. AM. 1834. Paquete 24, legajo 25. HCC); ARBOLEDA, Gustavo; 1962, Diccionario

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El problema más serio que enfrentó Entre los hombres que logran ser in-
el Estado/Notables en la provincia termediarios figuran Guillermo An-
de Popayán en los años treinta y cua- tonio y José Antonio Segura, quienes
renta, fue la necesidad de ganarse la compartían intereses comunes: eran
adhesión incondicional de aquellos dueños de estancias agropecuarias
“jefes naturales” del valle del Patía y con mano de obra esclava en el valle
Almaguer, vinculados con José María del Patía y Timbío; redes comerciales
Obando, personaje que no representa- que se extendían hasta la provincia de
ba los intereses de los clanes familia- Pasto y en algunos casos hasta Quito.
res más poderosos de la otrora capital En un informe redactado en 1842, so-
de gobernación. Por ello, una de sus bre las personas importantes e influ-
políticas fue adherirlos por fuera de la yentes en la provincia, eran considera-
mediación de Obando. Esta estrategia dos hombres con amplias relaciones.
fue promovida por un sector del go- Otro personaje fue Tomás Olano no-
bierno nacional con el interés en lo- table de la ciudad de Popayán, quien
grar alinear a estas comunidades que durante la década del treinta se radicó
hasta ese momento, no eran del todo en el Patía, y aun se hallaba en aquel
garantía del orden y sometimiento, en valle en 1842, muy posiblemente para
tanto sus filiaciones se articulaban en administrar personalmente su hato ga-
un personaje que no era de la confian- nadero y cómo síndico de la Univer-
za de los gobiernos que emergieron sidad, la hacienda Quilcacé. El hecho
después de 1837. es que Tomás Olano, entabló una es-
trecha amistad con Manuel Delgado,
Para ello otorgaban recompensas y sin duda el hombre más importante e
privilegios a los “jefes naturales”, influyente en la parroquia del Patía y
como ascensos al escalafón militar, alrededores. De igual manera lo hizo
pensiones o cargos, o solucionando con Juan Gregorio López y Matías
problemas de las comunidades, faci- Mosquera, todos ellos oficiales de las
litado porque Obando no se encontra- Guardia Nacional. Olano no sólo se
ba en capacidad de otorgarlos, por no había granjeado una estrecha amistad
contar con las conexiones necesarias
en el gobierno provincial y nacional44. diario, por lo tanto solucionar problemas y otorgar
recompensas a sus clientes. Esto permitió que otros
personajes de la provincia de Popayán lo reemplaza-
Biográfico y Genealógico del Antiguo Departa- ra y obtuvieran las lealtades de los jefes naturales de
mento del Cauca, Bogotá, Horizonte; ARAGON, aquellas comunidades. Esta incapacidad se reflejó
Arcesio; 1977; Monografía histórica de la Univer- en su más fiel seguidor, Juan Gregorio Sarria cuan-
sidad del Cauca, Tomo II, Popayán, Universidad do a fines de la década en cuestión, debió recurrir a
del Cauca; “Informe privado de los gobernadores José Hilario López, para que este le solucionara un
de las personas notables de su provincia” en: Ar- problema jurídico que tenía pendiente en Popayán:
chivo General de la Nación, fondo Pedro Alcántara Carta de José Hilario López a Herrán, Pirabete 7 de
Herrán, Rollo 3, legajo 6, 75 folios. febrero de 1839; carta de Juan de Dios Aranzazu a
44
Las derrotas electorales que sufrió Obando, desde Pedro A. Herrán, Bogotá 25 de octubre de 1839, en:
1836, junto con la derrota de su agrupación política Archivo General de la Nación (AGN). Fondo He-
que fue convertida en una minoría en el congreso rrán, rollo 5, caja 9 y carpeta 40, Op cit. Rollo 5,
nacional, lo llevó a perder capacidad de interme- caja 8 carpeta 36.

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con los antiguos bandidos y guerrille- poder de los vínculos establecidos


ros realistas del valle, sino a la misma con las familias de Popayán, reacios a
comunidad ya que se decía que pro- cualquier procedimiento abolicionista
movía asistencia cristiana en la zona, y cómo lograron establecer un orden
lo cual se infiere que ayudó a personas patrimonial en aquellas sociedades de
necesitadas y muy posiblemente cola- frontera, que no buscaron integrarlas
boró con las fiestas parroquiales de la a la República, sino someterlas a los
zona; un acto que lo convertía en una modelamientos de su orden moral he-
persona influyente y del querer de las gemónico, que reconocía tácitamente
gentes del común45. las jerarquías sociales. Su derrota en
1851, abre una nueva historia que aun
Lo descrito es básico para explicar no está por ser narrada.
sólo el fracaso del general José María
Obando en la guerra de los supremos, En el caso de los territorios de Calo-
si bien llegó a contar con algunos to, Palmira y Cali, la formación de las
seguidores en Patía y Almaguer, los guardias nacionales siguió el modelo
hombres más importantes, aquellos adscriptivo de la hacienda: los oficia-
que he denominado “jefes naturales” les fueron los propietarios, los hom-
(en tanto no se adaptaban bien al mo- bres más influyentes y poderosos de
delo de un hacendado patrón), fueron la zona y los soldados, los miembros
gobiernistas y por lo tanto fueron el de las comunidades rurales vincula-
talón de Aquiles a la hora de contar dos a los universos de relaciones de
con un apoyo homogéneo en el te- las haciendas. Con esta estrategia, el
rritorio. Sus servicios después de la Estado no sólo logró la asistencia de
guerra se encuentran documentados, los campesinos los domingos a sus
fueron recompensados con nuevos as- ejercicios castrenses, sino que ade-
censos militares (lo mismo que sus lu- más se convirtieron en agentes del
gartenientes) y gozaron de pensiones control de sus comunidades, ya que
de retiro; a su vez siguieron desempe- eran estos cuerpos armados los encar-
ñándose como alcaldes, miembros de gados de perseguir contrabandistas y
los concejos de las localidades y ofi- cultivadores de tabaco y partidas de
ciales de las Guardias Nacionales. De bandoleros que esporádicamente sur-
igual manera, su adhesión a los clanes gían en aquellos inmensos “montes”.
familiares de Popayán explica el por- Y al igual que aconteció en el Patía y
qué muchos de estos personajes a pe- Almaguer, fue desde los vínculos, en
sar de su condición racial, ser negros este caso articulados por la hacienda
o mulatos, participaron en la reacción con sus estructuras de poder y univer-
antiesclavista de 1851, en la que fue- sos de relaciones, donde surgió la re-
ron derrotados. El hecho expresa el acción de mayo de 1841, que llevó a
la caída del efímero Estado rebelde de
45
Los datos de Guillermo Antonio y José Antonio José María Obando durante la “guerra
Segura y el Sr. Olano fueron extraídos de la base
prosopográfica del autor. de los supremos”.

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En este caso, los hacendados fueron trol por medio de unos agentes que
los grandes protagonistas del ejerci- tenían acceso a aquellas sociedades,
cio del control sobre las comunidades los cuales difícilmente estaban com-
rurales cercanas. El Estado institucio- prometidos con la construcción de un
nalizó su poder por medio de cargos nuevo orden social.
civiles o militares, y con ello obtuvo
la forma de penetrar sobre unas comu- Pero no todo fue control, siempre
nidades constituidas al margen de la quedaban unos sectores que no fue-
sociedad mayor hispánica. A su vez, ron sometidos. Estas manchas de un
los campesinos ganaron una repre- tejido punteado por un orden social
sentación mediada por sus patrones patrimonial, mantuvieron una férrea
hacia el Estado. En todo caso, ambos resistencia a la penetración de la Re-
grupos ganaron, ya que la República, pública Hago referencia a las comu-
debió ceder su gobierno a agentes que nidades cimarronas que en la primera
no eran los más adecuados para pro- mitad del siglo XIX y que los docu-
mover una acción directa. A su vez el mentos oficiales denominaron “palen-
mecanismo patrimonializó al Estado, ques”, como fueron los casos de los
pues los vínculos comprometían rela- sitios de Gallinazas, Playa Larga, Co-
ciones reciprocas de bienes y servicios lorada y Cocoroco, en los intersticios
establecidos entre el hacendado-cam- de las haciendas de las inmediaciones
pesino, con lo cual se institucionalizó de Caloto. Allí se asentaron princi-
el clientelismo. palmente comunidades negras de las
cuales algunas databan de fines del si-
En los casos expuestos, los mecanis- glo XVIII y que se multiplicaron con
mos de penetración, si bien promovie- la independencia. Poblaciones que se
ron un control sobre las sociedades de dedicaron al robo de ganado, cultivo y
frontera, fue una acción precaria, al comercio ilícito de tabaco y se convir-
depender el Estado de una mediación tieron en refugio de todos aquellos que
y porque el mismo ejercicio del po- no querían someterse a los controles
der no contribuyó a construir otro tipo de una sociedad patrimonial. En estas
de relaciones sociales más adecuado comunidades donde muchos excom-
según los lineamientos liberales. Al batientes rebeldes de la guerra de los
contrario, la forma de penetración fue supremos se refugiaron y promovie-
una forma de negociación entre las ron posteriormente una rebelión que
formaciones sociales de frontera con asoló a las haciendas de la zona entre
los agentes del Estado, las cuales sus fines de 1842 a abril de 184346.
modelamientos de mundo siguieron
vigentes y explican aun hoy, porque 46
Esta ha sido una rebelión desconocida por la his-
toriografía oficial, en la cual Gustavo Arboleda hace
la frontera en el Estado colombiano una mención marginal en su: Historia Contemporá-
es conflictiva. No se “domesticó” la nea de Colombia. Los hechos fuertes se iniciaron el
sociedad bajo los regulamientos de un 13 de abril de 1843, cuando una partida de hombres
armados asaltó una casa en el sitio de Quebradaseca
nuevo orden, solo se mantuvo n con- y dieron muerte a un cabo y dos soldados que venían

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Similares casos se presentaron en el cia de estos espacios, fue la ausencia


valle del Patía donde surgieron espo- de agentes mediadores que hubiesen
rádicamente partidas de “bandidos” establecido vínculos con aquellas so-
que operaban entre las montañas de ciedades y que garantizaran el control
San Pablo, La Cruz, Capellanías y en y los intereses de los clanes de las fa-
las márgenes del río Mayo, hasta el milias asentadas en las poblaciones
Tablón de los Gómez ya en jurisdic- coloniales de antaño .
ción de la provincia de Pasto. En este
último sitio operó en 1843 una guerri-
lla que fue derrotada por las Guardias
Nacionales de Chachagüí, considera-
da por las autoridades de Pasto como
el último movimiento rebelde durante
la guerra de los supremos47.
En los casos mencionados, se eviden-
cia la falta de penetración por parte
del Estado en aquellos contornos de
una geografía ignota, descrita por
algunos intelectuales del siglo XIX
como territorios de barbarie, desidia
y pereza. Las razones para la presen-
de Buga a Popayán. Después de este suceso la par-
tida cobró inusitada fuerza y saqueó a las haciendas
de los alrededores del cantón de Caloto y posterior-
mente se trasladó a Palmira donde finalmente fue-
ron derrotados en el Llano del fraile (19 de abril),
por una partida de la guardia Nacional Auxiliar de
Palmira dirigida por el coronel José María González
Camacho y el sargento Mayor Antonio Bozo: ACC.
AM. 1842. Paquete 35, legajo 42; Sobre esta rebe-
lión consultar a: ARBOLEDA; 1990; HCC. Tomo
III; Op cit. p.161; también en: carta del juez subro-
gante de hacienda, Popayán 22 de mayo de 1843,
ACC. AM. 1843. Paquete 37, legajo 66; carta de la
comandancia de armas de la provincia de Popayán,
19 de julio de 1843, en: Op Cit. 1843. Paquete 37,
legajo 69; representación de María Encarnación
Zúñiga, procesada por el delito de complicidad en
la rebelión, Popayán 23 de mayo de 1843; en Op cit.
1843. Paquete37, legajo 77; proceso judicial contra
Antonino Arboleda, esclavo de Manuel Esteban
Arboleda, en: Op Cit. República, Judicial Criminal
167.
47
Sobre esta rebelión, el cabecilla era Santiago
Acha, ver en: carta del gobernador de la provincia
de Pasto, 26 de diciembre de 1843, en: ACC. AM.
1843. Paquete 37, legajo 74;Op cit. 1844. Paquete
38, legajo 7; proceso contra Santiago Acha en: Op
cit. 1844. Paquete 38, legajo 36.

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