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Origen de la Literatura

Jesús G. Maestro

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Sabemos decir muchas mentiras con apariencia de verdades; 


y sabemos, cuando queremos, proclamar la verdad…
Las Musas a Hesíodo (Teogonía, vv. 26-29)

Antes de adentrarse en una genealogía de los materiales literarios, y explicar así el origen de la
literatura, es necesario referirse, en primer lugar, al concepto de espacio antropológico, que,
propuesto por el filósofo Gustavo Bueno (1978), utilizaré aquí como punto de partida para
fundamentar la explicación sobre los orígenes de la literatura.

El espacio antropológico es el lugar en el que se sitúan, organizan y codifican, los materiales


antropológicos. La Literatura es uno de estos materiales, puesto que es una construcción
humana, resulta de operaciones racionales humanas, y desde sus orígenes hasta nuestros días
se ha desplegado siempre en alianza con el racionalismo humano. La Literatura siempre brota
de la razón humana, incluso cuando finge simular la reconstrucción de un supuesto, hipotético
o retórico, mundo irracional, siempre extraordinariamente sofisticado, atractivo y seductor. Es
curioso que lo irracional se manifieste siempre a la sensibilidad humana a través de formas
singularmente embellecidas, estimulantes o, en el más común de los casos, fascinadoras. Pero
siempre a través de formas cuidadosamente complejas, que son resultado, sin duda, de la más
sofisticada razón. El inconsciente es la obra mejor diseñada del racionalismo humano. Freud
sólo tuvo que darle forma retórica en sus ensayos, que, a juicio de quien escribe estas líneas,
constituyen las mejores novelas del siglo XX.

Siguiendo —como se verá, con ciertas modificaciones— a Bueno (1978), en el espacio


antropológico es posible distinguir tres ejes: 1) eje circular o humano: designa las relaciones
entre los seres humanos, dadas en una sociedad natural o preestatal (una tribu), en una
sociedad política (Estado), o en una sociedad post-estatal, gentilicia o gremial (una mafia, una
multinacional, un paraíso fiscal, un Estado como el Vaticano, una organización religiosa o
terrorista transnacional, etc.); 2) eje radial o de la naturaleza: se refiere a la relación que el ser
humano mantiene con entidades inanimadas pertenecientes a la naturaleza (minerales, agua,
flora, fuentes de energía, etc.); y 3) eje angular o religioso: apela a las relaciones del ser
humano con referentes religiosos, sean numinosos (animales), mitológicos (divinidades
antropomorfas) o teológicos (una religión articulada filosóficamente, desde un racionalismo
idealista, como el Catolicismo, por ejemplo).
En consecuencia, puede afirmarse que la literatura, desde el punto de vista del eje circular, sólo
existe como tal en las sociedades políticas organizadas como Estado, donde las relaciones
políticas entre sus miembros han hecho posible una relación entre autores, obras, lectores e
intérpretes o transductores (editores, críticos, profesores, agentes mercantiles, etc…) De
acuerdo con el eje radial, la literatura ha experimentado evoluciones decisivas, poniendo al
servicio de su difusión todo tipo de soportes que la evolución tecnológica y científica ha hecho
posible, desde la oralidad hasta el disco compacto, pasando por la litografía, las tablillas de
cera, el papiro, el pergamino, el papel y la imprenta, y actualmente los diversos soportes
informáticos, desde el PDF hasta el libro electrónico. Por último, desde el punto de vista del eje
angular, la fuerza de la razón, a través de disciplinas como la Filología (Valla, 1440)[1] y la
Filosofía (Spinoza, 1670), ha permitido discutir, y negar completamente, el estatuto de
sacralidad que determinadas escrituras o textos, particularmente los más primitivos escritos de
temática religiosa, como los libros veterotestamentarios, por ejemplo, se arrogaban de forma
exclusiva y excluyente.

El planteamiento que aquí se expone, basado en el Materialismo Filosófico como Teoría de la


Literatura, sostiene la triple tesis de que 1) la Literatura nace en el eje angular, es decir, en el
contexto de un conjunto de conocimientos propios de culturas no desarrolladas todavía
racionalmente, y que basan sus saberes en el mito, la magia, la religión y la técnica; 2) que la
Literatura se desarrolla según la expansión radial de los materiales literarios, es decir, de
acuerdo con la aplicación racional y científica que hace posible construir soportes de difusión y
comunicación literaria cada vez más sofisticados, desde la piedra o el papiro hasta la imprenta
o la edición electrónica; y 3) que la Literatura alcanza su máxima dimensión en el eje circular,
es decir, en aquel espacio en el que los seres humanos actúan, esto es, operan, como autores,
lectores e intérpretes o transductores (editores, críticos, promotores, difusores, filólogos, etc.)
de los materiales literarios.

En consecuencia, se distinguirán tres estados fundamentales en los que se objetiva una


Genealogía de la Literatura, relativos 1) al origen de la Literatura, cuyo núcleo estaría como
génesis en el eje angular (conocimientos irracionales de las culturas bárbaras); 2) a la
expansión tecnológica y científica de los materiales literarios, dada sobre todo en el eje radial, y
cuyo cuerpo estaría constituido histórica y estructuralmente por lo que es una Ontología de la
Literatura; y 3) al cierre categorial de los materiales literarios, es decir, a la constitución de una
Gnoseología de la Literatura, que daría cuenta de las diferentes posibilidades de interpretar
formalmente los materiales literarios (autor, obra, lector e intérprete o transductor), y
cuyo curso sólo puede apreciarse con plenitud en el contexto del eje circular del espacio
antropológico, donde el poder de determinadas instituciones políticas, esto es, dadas en una
sociedad política o Estado, es determinante (Academia, Universidad, editoriales, prensa,
teatros, Ministerios de Cultura, Institutos de investigación, etc...)

En este esquema (pág. siguiente) puede observarse la contextualización metodológica que aquí
se propone para una Genealogía de la Literatura, tal como se desarrolla a lo largo del presente
libro.
CONTEXTUALIZACIÓN METODOLÓGICA DE UNA GENEALOGÍA DE LA LITERATURA

Espacio Esencias Estadios Filogénesis2 de los Genealogía


Antropológic plotinianas1 metodológicos materiales literarios de la Literatura
o

Mito, magia, religión, Origen o nacimiento


Eje Angular Núcleo Génesis técnicas de oralidad de la
y de escritura… Literatura

Litografías, tablillas, Expansión radial


Eje Radial Cuerpo Ontología3 papiros, códices, de los
imprenta, materiales literarios
informática…

Autor, obra, lector Cierre categorial


Eje Circular Curso Gnoseología4 e intérprete o de los
transductor materiales literarios

La Genealogía de la Literatura se expone aquí en un contexto paralelo a lo largo de cinco


órdenes o ámbitos coordinados entre sí: 

1
Esencia genérica (teoría de la): Núcleo / Cuerpo / Curso: Una esencia genérica tiene la forma de una totalidad sistemática que, por sí
misma, sólo pueda expresarse mediante el desarrollo en sus partes (entre ellas, las especies) más heterogéneas y opuestas entre sí,
incluyendo aquellas fases en las cuales la esencia misma desaparece y se transforma en su negación. En otras ocasiones denominamos
«esencias plotinianas» (especies plotinianas, géneros plotinianos, &c.) –contraponiéndolos a las «esencias porfirianas» (esencias
constituidas por la composición de un género próximo y una diferencia específica)– a aquellas totalidades evolutivas o transformativas
que se desenvuelven según líneas muy heterogéneas, sin perjuicio de la unidad dada en su misma transformación (Plotino, Enéadas, VI,
1, 3: «La raza de los heráclidas forma un género, no porque tengan un carácter común, sino por proceder de un sólo tronco»). El
intento, tan estimable por otro lado, del estructuralismo al modo de Lévi-Strauss, en el sentido de entender las esencias (o
«estructuras») como invariantes de grupos algebraicos de transformación, se ha revelado como excesivamente rígido. Ha cultivado un
pseudo-rigor que conduce muchas veces al terreno de la ciencia-ficción. Una ciencia-ficción que además, y dicho sea de paso, resulta
ser más fijista que evolucionista.
2
La palabra "filogénesis" designa la evolución de los seres vivos desde la primitiva forma de vida hasta la especie en cuestión. Por
ejemplo, la filogénesis del hombre abarca desde la forma de vida más sencilla hasta la aparición del hombre actual. 
3
La ontología (del griego οντος 'del ente', genitivo del participio del verbo εἰμί 'ser, estar'; y λóγος 'ciencia, estudio, teoría') es una
rama de la metafísica que estudia lo que hay. Intenta responder preguntas generales como: ¿Qué es la materia? ¿Qué es un proceso?
¿Qué es el espacio-tiempo? ¿Hay propiedades emergentes? ¿Se ajustan todos los eventos a alguna(s) ley(es)? ¿Hay especies naturales?
¿Qué hace real a un objeto? ¿Hay causas finales? ¿Es real el azar? Muchas preguntas tradicionales de la filosofía pueden ser entendidas
como preguntas de ontología: ¿Existe Dios? ¿Existen entidades mentales, como ideas y pensamientos? ¿Existen entidades abstractas,
como los números? ¿Existen los universales? Además, la ontología estudia la manera en que se relacionan las entidades que existen.
Por ejemplo, la relación entre un universal (rojo) y un particular que "lo tiene" (esta manzana), o la relación entre un acto (Sócrates
bebió la cicuta) y sus participantes (Sócrates y la cicuta).
4
La gnoseología (del griego γνωσις, gnōsis, 'conocimiento' o 'facultad de conocer', y λόγος, logos, 'razonamiento' o 'discurso'), también
llamada teoría del conocimiento, es una rama de la filosofía que estudia la naturaleza, el origen y el alcance del conocimiento. La
gnoseología no estudia los conocimientos particulares, como pueden ser el conocimiento de la física, de la matemática o de nuestro
entorno inmediato, sino el conocimiento en general, aunque puede hablar sobre los límites y el fundamento de otros conocimientos
particulares (por ejemplo, al dilucidar qué valor tiene una "medida" usada por la física). Estudia la naturaleza, el origen y el alcance del
conocimiento, es decir que estudia el conocimiento en general.
1) el espacio antropológico, con sus ejes angular o religioso, radial o de la naturaleza y circular
o político; 

2) las esencias plotinianas, desde las que se conciben los materiales literarios como elementos
de una misma familia o tronco, en cuyo conjunto esencial es posible distinguir un núcleo
genético, un cuerpo estructural y un curso evolutivo o histórico; 

3) los estadios metodológicos que, a partir de un momento inicial o de génesis, disponen el


examen de los materiales literarios atendiendo, en primer lugar, a su constitución de hecho
(Ontología), y, en segundo lugar, a la construcción de sus interpretaciones lógico-formales y
lógico-materiales (Gnoseología); 

4) a la filogénesis de los materiales literarios, desde sus configuraciones más primigenias y


primitivas, en torno al mito, la magia, la religión y las técnicas de la oralidad y la incipiente
escritura, pasando por su desarrollo tecnológico a lo largo de la Historia de la Humanidad
(litografías, tablillas de cera o arcilla, papiros, pergaminos, códices, imprenta, libro, PDF, libro
informático, soportes electrónicos…), hasta desembocar en la constitución moderna y
contemporánea de los cuatro materiales literarios fundamentales (autor, obra, lector e
intérprete o transductor). La integración en paralelo de estos cuatro dominios culmina en 

5) una Genealogía de la Literatura, desde la que es posible reconocer y examinar, en primer


lugar, el origen o nacimiento angular y nuclear de la Literatura, esto es, su Génesis; en segundo
lugar, la expansión radial de los materiales literarios, en un cuerpo que, de facto, constituye su
Ontología literaria, abierta tecnológicamente a lo largo de la Historia; y en tercer lugar, el cierre
categorial de esos materiales literarios, que se produce en el eje circular o humano del espacio
antropológico, como consecuencia de la culminación del curso histórico y su evolución, así
como de la constitución de las formas metodológicas de interpretación que hacen posible e
inteligible su operatividad en las figuras del autor, la obra, el lector y el intérprete o
transductor.

A partir de estas premisas, procedo a exponer la presente Genealogía de la Literatura.

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