Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Si hay un tema complejo en educación es este. Al diseñar un curriculum se pone en juego nuestra
filosofía sobre la educación cristiana, nuestra concepción sobre la infancia y la adolescencia,
nuestra comprensión sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje, nuestros valores, nuestras
prioridades, nuestra teología entre otros aspectos importantes.
Podemos ver el curriculum como el recorrido que vamos a seguir en la tarea educativa, en los
procesos de enseñanza y aprendizaje de la Biblia. Como en todo recorrido es importante ver
hacia dónde vamos (finalidades educativas), cuáles son las estaciones (puntos donde nos
detendremos como objetivos y contenidos claves que van a permitir organizar el recorrido), qué
elementos vamos a llevar (contenidos, actividades, medios de enseñanza, instrumentos de
evaluación), qué elementos vamos a dejar (contenidos que no vamos a enseñar), con quiénes
vamos a hacer el recorrido (quiénes son nuestros alumnos y alumnas, cómo son, cuáles son sus
conocimientos e ideas previas), cómo nos organizaremos para el viaje (¿proyectos o unidades
didácticas? ¿partiendo de los contenidos o libros de la Biblia o de las problemáticas que afectan a
los alumnos y alumnas?)
La tarea de diseño curricular alude entonces a predeterminar cuál será el recorrido que
seguiremos al enseñar la Biblia. Es una tarea muy importante para evitar caer en la improvisación,
la rutina o la repetición. El diseño es en realidad una propuesta tentativa de acción a ser
implementada en determinado contexto, con determinados alumnos y alumnas. Una de sus
1
Ana R. Somoza es Especialista en Didáctica, Profesora en Ciencias de la Educación y Bachiller Superior en
Teología. Se dedica a la formación y capacitación docente. Es Directora Editorial de FORTALECER. Recursos
para familias y comunidades. Junto con su esposo, Nestor Guiriani, pastorea la Iglesia Cristiana de las
Familias de Máximo Paz (Bs. As.). Autora de “Juntos y en paz: Recursos para prevenir la violencia en grupos
de niñas, niños y adolescentes”, ¡Buenas Noticias: Repensar la evangelización y el discipulado de los niños,
niñas y adolescentes de hoy” y de “Aprendiendo a enseñar la Biblia”, entre otros escritos.
Mail: fortalecermaximopaz@gmail.com Página web: www.fortalecerfamilias.org Face: FORTALECER
características es la flexibilidad. Esto significa que podemos hacer un buen diseño pero este puede
sufrir modificaciones a la hora de implementarlo debido a distintos imponderables.
El curriculum es el proyecto educativo. Podemos verlo como un documento que expresa las
intenciones educativas. Es decir, las finalidades, objetivos, contenidos, formas de enseñar y
evaluar que diseñamos con el propósito de enseñarlo en este caso en el marco de las
comunidades de fe. Pero también son las prácticas educativas que desarrollamos. Es decir, qué
ocurre cuando tomamos eso que se planificó y lo ponemos en práctica. A veces hay una distancia
entre lo que se diseña y lo que realmente se enseña o aprenden los alumnos y alumnas. A modo
de ejemplo, podría ser que diseñáramos un contenido a enseñar pero que luego no tuviéramos
tiempo para efectivamente enseñarlo. El curriculum es la síntesis entre los documentos que
escribimos y las prácticas educativas en las comunidades de fe.
El diseño del curriculum anual de la iglesia o proyecto educativo debería ser una tarea de equipo
en la que intervengan las distintas personas implicadas en el proceso educativo con el propósito
de aunar criterios y lograr una buena articulación entre lo que se enseñará a cada grupo.
Pensar el curriculum debería implicar reflexionar no sólo sobre lo que queremos enseñar sino por
qué queremos hacerlo, cuáles son los valores que queremos comunicar, por qué dejamos de lado
algunos contenidos y seleccionamos otros, por qué queremos enseñar de determinada manera y
no de otra, qué aprenden los alumnas y alumnos más allá de lo que enseñamos explícitamente.
Esto nos lleva a definir algunos conceptos importantes a tener en cuenta:
Curriculum nulo o ausente: lo que no enseñamos. Tan importante es lo que enseñamos como lo
que no enseñamos. Lo que una persona no sabe influye en su formación tanto como lo que sabe.
¿Por qué dejamos de lado algún contenido? ¿por desconocimiento? ¿por prejuicio? ¿por falta de
tiempo? ¿lo verán más adelante o ya lo vieron?
Curriculum en acción o real: lo que verdaderamente se enseña y aprenden los alumnos y alumnas,
teniendo en cuenta el curriculum explícito, el oculto y descontando el nulo.
II-Cuestiones importantes a tener en cuenta en el diseño del curriculum
Las finalidades educativas: ¿Hacia dónde vamos al enseñar la Biblia? ¿Cuáles son las finalidades
educativas? Al enseñar la Biblia nuestro propósito no es que los alumnos y alumnas conozcan
solamente lo que ella dice sino que aprendan a vivirla. Que toda la vida sea transformada en
consonancia con la Palabra de Dios. Para esto es necesario nacer espiritualmente y crecer de
modo de madurar y parecernos cada vez más a Cristo. Es que la vida cristiana es la vida de Cristo
desarrollándose en cada persona de modo de que llegue a ser madura como Cristo. Ef. 4: 13. Por
este motivo, al diseñar el curriculum tenemos que recordar esta finalidad que es la que nos
orientará en la tarea educativa, tanto en la etapa de diseño como en las etapas de enseñanza
propiamente dicha y de evaluación.
Las etapas de la niñez y la adolescencia: ¿Cómo consideramos a los niños, niñas y adolescentes?
¿Los consideramos adultos en miniatura? ¿los consideramos una cera blanda que podemos
moldear? ¿pensamos de ellos como un objeto? ¿los vemos como personas incompletas? Es
necesario tener una visión adecuada de la niñez y la adolescencia. La Convención de los Derechos
de la Niñez los considera sujetos de derecho que están en una etapa de desarrollo por lo que
tienen mayor vulnerabilidad y gozan de derechos especiales que los adultos tenemos que respetar
y cuidar que se cumplan.
Otro aspecto a tener en cuenta es la sensibilidad infantil. Los niños y las niñas son muy sensibles
por tal motivo es necesario tener cuidado con historias que les impacten en forma negativa por la
violencia, abusos o situaciones difíciles que relatan.
Otra cuestión a considerar es el desarrollo espiritual de los niños, niñas o adolescentes a quienes
enseñamos la Biblia. ¿Cómo es su vida espiritual? ¿Cuáles son sus dudas e interrogantes? ¿Sus
madres y padres comparten la fe, la viven en forma comprometida y la enseñan a sus hij@s? ¿Son
niños, niñas y adolescentes que se acercaron al Señor hace poco tiempo?
En este momento los niños, niñas y adolescentes están atravesando distintas problemáticas. Ellos
son distintos de nosotros cuando teníamos sus edades pues el mundo en que vivimos es
diferente. Muchos están atravesados por situaciones de violencia, bullying, desintegración
familiar, soledad, pobreza, uso problemático de sustancias, entre otros problemas. Al diseñar el
curriculum es necesario tenerlo en cuenta con el propósito de darles herramientas para poder
enfrentar y resolver los problemas y circunstancias que enfrentan.
Si bien no hay una única manera de diseñar un curriculum, hay algunos elementos claves que
convendría incluir siempre: las finalidades y objetivos, los contenidos, las estrategias didácticas, los
materiales o medios de enseñanza, la evaluación, la gestión del tiempo.
-Los propósitos y objetivos: expresan hacia dónde vamos en el proceso educativo, qué se desea
lograr. Son orientadores de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Están las grandes finalidades
educativas a las que ya nos hemos referido y hay objetivos más específicos relacionados con el
proyecto educativo de la iglesia, el proyecto anual, los proyectos áulicos y las clases bíblicas. 2
Como ya dijimos, la Biblia es central como contenido de la educación cristiana, pero hay que
relacionarla con la vida y el contexto de los niños, niñas o adolescentes a los que estemos
enseñando.
2
En el apartado herramientas de diseño se incluyen objetivos propuestos para las distintas etapas de la
niñez y la adolescencia
Criterios de selección y organización de contenidos bíblicos
¿Cómo seleccionar y organizar los contenidos a enseñar? En realidad no hay una sola manera de
hacerlo y a veces se combinan los distintos criterios. Veamos cuáles son.
-Criterio temático: según los temas o problemas que se desee abordar se seleccionan y organizan
los contenidos bíblicos a abordar.
-Criterio bíblico: se toma un libro de la Biblia y se abordan todos los temas que aparecen en él.
-Priorizar la selección de historias y narraciones en lugar de pasajes expositivos pues necesitan ver
las verdades y principios bíblicos encarnados en las vidas de distintas personas.
-Seleccionar historias que no hieran la sensibilidad infantil. A modo de ejemplo ser cuidadoso con
las historias que muestren hechos de violencia y de sexo distorsionado. Ej. Génesis 34.
-Seleccionar historias que lleven a las niñas y los niños a formarse un concepto de un Dios de amor
para que deseen acercarse y confiar en él. Ej. Es difícil para un niño o una niña comprender que
Dios le pidió a Abraham que matara a su hijo.
-Enseñar las parábolas a niñas y niños sólo cuando son mayores de 8 años pues los más pequeños
tienen dificultad para comprender las enseñanzas que dejan debido a que son abstractas. La
realidad es que muchos niños menores de 12 años tienen dificultades para entenderlas, y algunos
adolescentes también pues no lograron el pensamiento abstracto. Una excepción sería la
parábola del hijo pródigo por tratarse de seres humanos. Las parábolas de la oveja y la moneda
perdidas a modo de ejemplo, requieren un proceso de abstracción para comprender su
significado. Mejor aún sería enseñar las parábolas a partir del momento en que pueden lograr el
pensamiento abstracto, es decir, a los 12 ó 13 años.
-Seleccionar historias que respondan a las distintas necesidades y problemáticas que atraviesan
de modo que la enseñanza bíblica sea relevante y vital para ell@s.
-Tener en cuenta las distintas necesidades y problemáticas por las que atraviesan para seleccionar
historias y pasajes bíblicos que respondan a ellas.
-Una posible selección y organización de los contenidos puede apuntar a restaurar las relaciones
que el pecado quebró: del adolescente consigo mismo, con Dios, con sus semejantes y con la
creación. A partir de estos cuatro ejes podrían organizarse los contenidos a enseñar.
Enfoque didáctico: alude a cómo se llevarán a cabo los procesos de enseñanza y aprendizaje, qué
estrategias de enseñanza se realizarán, qué actividades se diseñarán para el alumnado.
Convendría implementar un enfoque constructivista que favorezca la participación activa de los
niños, niñas y adolescentes para poder apropiarse de los contenidos propuestos. Podemos
mencionar la resolución de problemas, la participación en técnicas dramáticas que favorecen el
aprendizaje de actitudes y valores, las actividades grupales que contribuyen al aprendizaje de
formas adecuadas de relación en el grupo, las estrategias narrativas que favorecen el aprendizaje
por medio de la identificación con distintos modelos entre las que podemos mencionar las
historias bíblicas, las dramatizaciones, la observación y análisis de películas, los títeres. También
sería importante favorecer el aprendizaje entrando por distintas vías o puertas considerando que
las personas tenemos distintas inteligencias y aprendemos de distintas maneras. Así, algunos
preferirán entrar por la inteligencia interpersonal o por la intrapersonal, otros por la inteligencia
lógico-matemática, otros por la inteligencia musical, otros por la inteligencia espacial, otros por la
inteligencia natural, otros por la lingüística y otros por la corporal.
Otro aspecto importante al enseñar la Biblia es no sólo enseñar qué dice ella sino enseñar a
estudiarla por sí mismo. Por este motivo con los adolescentes son muy importantes los estudios
bíblicos participativos utilizando en lo posible pasajes narrativos para que puedan identificarse con
los personajes bíblicos.
Materiales y medios de enseñanza: son todos los elementos que utilizamos en los procesos de
enseñanza y aprendizaje, desde los tradicionales como el pizarrón, las láminas, el franelógrafo o
los libros y manuales de lecciones bíblicas, hasta las nuevas tecnologías de la comunicación como
Internet, los teléfonos celulares con sus distintas aplicaciones, las redes sociales. Influyen mucho
en el diseño curricular pues muchas veces éste se realiza según los materiales disponibles. Por este
motivo profundizaremos en cómo analizarlos y utilizarlos.
Gestión del tiempo: alude a cómo se distribuirán los contenidos a lo largo del año. Pueden
desarrollarse proyectos áulicos o unidades didáctias bimestrales, mensuales o cuatrimestrales.
¿Qué etapa evolutiva están atravesando? ¿Cómo es su desarrollo físico, social, intelectual, moral?
¿Cómo es su familia?
¿Qué saben acerca de Dios, Jesús, la Biblia, la iglesia, la vida cristiana, la relación con Dios, con sus
semejantes, consigo mismo, con la creación?
¿Cuáles son los conocimientos claves que tienen que aprender sobre Dios, Jesús, el Espíritu Santo,
la iglesia, la Biblia, la salvación, la vida cristiana, su relación con sus semejantes, su relación
consigo mismo, su relación con la creación de acuerdo con sus distintas edades, desarrollo físico,
socioemocional, intelectual y espiritual, su contexto familiar y social, sus conocimientos y
experiencias previas? ¿Qué actitudes, valores, hábitos y acciones tienen que cambiar en relación
con estos conocimientos?
¿Cuáles son los pasajes bíblicos más apropiados para enseñarles de acuerdo con sus distintas
edades, su desarrollo físico, socioafectivo, intelectual y expiritual, su contexto familiar y
sociocultural, sus conocimientos y experiencias previas?
¿Con qué materiales o medios de enseñanza contamos para enseñar esos contenidos? Analizar su
pertinencia, accesibilidad, posibilidades de uso, necesidad de adaptación.
¿Qué bibliografía consultaremos para profundizar nosotros en el estudio de esos temas a enseñar?
Este cuadro es un antiguo documento que puede ser de utilidad a la hora de comenzar a pensar en
el diseño del curriculum de educación cristiana. No figura su autor, sólo el traductor que es Floreal
Ureta. Lo damos sólo a nivel orientativo. Hemos introducido pequeños cambios y seguramente se
deberá adaptar e incluir otros objetivos importantes a lograr. A modo de ejemplo, podrían
incluirse propósitos y objetivos relacionados con la creación.
Se ofrecen algunos ejemplos para distintas edades. En el ítem contenidos se podrían incluir los
pasajes bíblicos, o dejar este trabajo para cuando se diseñen los proyectos áulicos o unidades
didácticas.