Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Augé, M. - Por Una Antropología de La Movilidad
Augé, M. - Por Una Antropología de La Movilidad
V?x
POR UNA ANTROPOLOGÍA
DE LA MOVILIDAD
Marc Augé
Diseño de la colección: Sylvia Sans
ISBN: 978-84-9784-235-8
Depósito legal: B. 44635-2007
Impreso en España
Printed in Spain
t
i
orden. Los análisis que propone Paul Virilio acerca de
la visión estratégica del Pentágono recobran todo su
sentido en este punto, ya que, de hecho, corresponden
a la visión global de un sistema mundial o, más bien,
de un mundo sistematizado, de momento controlado,
en materia política, económica y tecnológica, por los
Estados Unidos, aunque también otras potencias
aspiren a dirigirlo.
Y así es, ya que en el interior mismo del sistema
aparecen otros candidatos que pretenden volver a
definir el mundo y a hacerse con el control, aun cuan
do aparentan oponerse al sistema. Estos candidatos se
definen a sí mismos como pertenecientes a los «mun
dos», mundos que se definen en un primer momento
como particulares y como una parte única del plane
ta, pero que, posiblemente, aspiren a la unidad o a la
hegemonía. Por ello se habla del mundo musulmán o
del mudo árabe como si se estuviera tratando del fra
caso del mundo comunista.
Así pues, el término mundo, debido a su ambiva
lencia (ya que designa a la vez la totalidad y la dife
rencia), refleja algo de nuestra actualidad, la cual
aúna la realidad de la globalización (es decir, las dos
formas que adopta la universalización), las extremas
diferencias con las que nuestras antiguas ideas (cla
ses, ideologías, alienación) recobran sentido y un sis
tema de símbolos cuya crisis se mantiene, aunque las
tecnologías de comunicación (Internet, las imágenes
de vídeo y la televisión) traten de disimularlo. El
personaje de Verne Phileas Fogg podría, de vivir hoy
en día, dar la vuelta al mundo en mucho menos de
ochenta días, sin que cambiase el decorado (ya que se
alojaría en las mismas cadenas de hoteles, de una
punta a la otra del mundo), siguiendo las mismas
series de televisión, viendo y escuchando en directo
{live) las noticias de su país a través de la BBC News
y manteniéndose permanentemente en contacto con
sus amigos, ya fuera por teléfono o por Internet.
Podría atravesar, aun sin verlos, los mundos más
diversos y más perturbados por la historia, puesto
que la uniformización de los espacios de consumo
turístico es, desde este punto de vista, la consecuen
cia directa de la aceleración del tiempo.
Así pues, partiendo de estas condiciones, ¿cómo
imaginar la ciudad del mañana?
Es cosa conocida que, hoy en día, ya no es posible
imaginar una ciudad que no esté conectada con la red
de las otras ciudades. Se puede decir que la «metaciu-
Marc Amé
— HO —
resume la cultura histórica, geográfica y cultural del
mundo. Sin embargo, la paradoja de la época actual
es que la ciudad, al desarrollarse, parece desaparecer:
sentimos que hemos perdido la ciudad, cuando es
ella la que sigue estando...
El ideal de la ciudad griega, según el helenista Jean-
Pierre Vernant, aunaba el espacio privado -prote
gido por Hestia, diosa del hogar- con el espacio
público, protegido desde el umbral de la puerta por
Hermes, dios del umbral, de los límites, de las
encrucijadas, de los mercaderes y de los encuentros.
Hoy en día, lo público se introduce en lo privado o,
en otras palabras, Hermes ha ocupado el lugar de
Hestia: podría simbolizar tanto la televisión -que es,
sin embargo, el nueve) centro de la vivienda- como el
ordenador o el^ teléfono móvil. Esta sustitución se
debe a lo que el filósofo Jean-Luc Nancy llamó «cri
sis de la «comunidad». Sin lugar a dudas, se podría
hablar acerca de este «descentramiento»: al descen-
tramiento del mundo se unen (con la aparición de las
nuevas megalopolis y de los nuevos polos de referen
cia), en efecto, el descentramiento de la ciudad (enfo
cada hacia lo exterior), el descentramiento de la
vivienda (donde el ordenador y la televisión ocupan
el lugar del hogar) y el descentramiento del mismo
individuo (originado por el conjunto de instrumentos
de comunicación de los que dispone —auriculares, telé
fonos móviles- y que le mantienen en permanente
relación con el exterior y, por así decirlo, fuera de sí
mismo).
Desde este punto de vista, la ciudad constituye una
total ilusión: como utopía realizada que es, no existe
en ninguna parte. Sin embargo, los términos propios
de esta ilusión (transparencia, luz, circulación) hacen
alusión a lo que quizás pudiera existir algún día (un
mundo unificado y plural que resulte transparente a
sí mismo, que hoy en día no existe ni puede ser con
cebido, aunque su hipótesis dé un sentido -aunque
quizás ilusorio— al sentido de nuestra historia). De
esta manera, lo que se está perfilando ante nuestros
ojos, con la urbanización del mundo, parece ser el
desplazamiento de la utopía, la aparición de un
mundo del presentimiento a nivel de todo el globo
terráqueo, de todo el planeta, al igual que la ciudad,
que fue el motivo de presentimientos y de proyectos.
En este sentido, la historia está empezando o reempe-
zando, aunque en otra escala. No obstante, como ya se
sabe, nunca se ha asemejado a un río largo y tranqui-
Marc A ugp'
1977 \
30 aniversario
2007
ISBN: 978-84-9784-235-8
gedisa
W editorial
9 788497 842358
30 4 0 0 I