Está en la página 1de 4

Sofía Vega Arango

Valentina Romero Correa

Análisis del capítulo “El asno y el cardo” desde la pedagogía social y escolar

La educación social y la pedagogía social como lo describe Ortega (2005) se ha convertido


en una necesidad actual para la modernización del sistema educacional clásico, el que se
basaba simplemente en la instrucción de algún conocimiento. La modernidad ha traído
consigo otras necesidades que en el pasado no se tomaron en cuenta o no existían. La
educación social es una herramienta de integración de personas con algún tipo de problema
en su socialización, son los casos presentados en el texto de McCourt (2006) donde sus
estudiantes han perdido el interés de aprender, o poseen otros intereses alejados a lo que la
institución educativa requiere. En este escrito se explicara cómo estos dos textos se
entrelazan, asimismo se unen con la actualidad.

El texto de McCourt (2006) llamado El Profesor, en su capítulo nueve aborda las


dificultades que posee este profesor en la enseñanza de personas adultas en una universidad.
Siendo esto un choque para él y sus expectativas, si bien no tenía que ordenar a sus
estudiantes ni cuidar que hicieran algo imprudente o sucio, sí debía mantenerlos interesados
en el tema de su clase. Entonces los adultos representan otro tipo de dificultad aún mayor que
el de los niños, ya que no solamente era mantenerlos en orden, sino inspirarlos y de alguna
forma desenseñarlos de enseñanzas anteriores, cambiarles sus prioridades, formarlos en su
derecho a expresarse y debatir sus pensamientos. La marginalidad también se presenta en este
texto con el chico Héctor que no es totalmente cubano, es probablemente homosexual y era
hijo de una prostituta de Cuba.

Por otra parte está el texto de Ortega (2005) Pedagogía social y pedagogía escolar: la
educación social en la escuela donde intenta definir qué es la educación/pedagogía social y
cómo se aplica especialmente en la sociedad Española. En primera instancia realiza una
conceptualización de las diferencias entre la pedagogía social y la educación social, procesos
que siempre van ligados a la sociedad y que no están determinados en una sola etapa de la
vida, sino que, en cambio debe ser una constante a lo largo del existir.
Las sociedades desde la anterior perspectiva deben educar para socializar e integrar a los
individuos, ayudándolos mediante la enseñanza a evitar, equilibrar y reparar el riesgo, la
dificultad o el conflicto social. La educación social especializada es la educación para las
personas que tengan algún tipo de dificultad sea riesgo, desamparo, exclusión, maltrato,
abusos, o que puedan tener algún conflicto como la inadaptación o delincuencia; la educación
permanente y de adultos; la educación formal laboral y ocupacional; y la pedagogía del ocio
y tiempo libre. En el texto de McCourt (2006) expresa las vivencias que tuvo con este tipo de
población y su dificultad para conectar con ella.

La educación social según Ortega (2005) tiene como objetivo el desarrollo humano
integral que intenta a su vez disminuir las situaciones de marginación y exclusión social que
afectan a diversos colectivos por distintas circunstancias. En el caso de McCourt (2006) son
personas que estudian y trabajan, tienen una familia y situaciones laborales o educacionales,
hasta personales que los marginan. En el caso del alumno Fernández, encuentra más
enriquecedor ver un partido de futbol americano de su equipo favorito que pasar tiempo con
su propia familia o educarse, situación que lo vuelve un hombre marginal frente a la
sociedad. Por su parte, Freddie Bell quiere encontrar su propia expresión, sin embargo lo
realiza de una forma torpe, donde su maestro no lo impulsa a mejorar sino que lo discrimina y
humilla frente a sus compañeros.

Otro caso que se presenta es un grupo de estudiantes que al llevarlos a la biblioteca se da


cuenta que ninguno de ellos tiene un interés en pensar, discutir o escribir sus pensamientos y
reflexiones. No poseen curiosidad sobre investigar sino más hacia los deberes diarios de
estudiar, trabajar, tener una familia, cuestión que frustra al profesor. Por último se presenta el
caso de Héctor, el chico homosexual y aislado por sus propios compañeros, su profesor al
verse frustrado ante un salón lleno de estudiantes adolescentes que no le prestan atención, y le
pega en la cara con una revista. Todas las anteriores situaciones describen muy bien la
marginalidad de la que habla Ortega (2005).

Bajo los ejemplos de las circunstancias ya descritas la educación social que se ha


construido a lo largo de los años en diferentes partes del mundo intenta mejorar la
socialización de los estudiantes. En el caso de McCourt, que se encuentra en Estados Unidos
es comprensible como el profesor no busca la mejora de sus estudiantes por otros medios
fuera de los tradicionales (aunque lo intenta) o se frustra en el camino, ya que en este país la
educación social se veía más como el Social Work, una herramienta paliativa realizada por
trabajadores sociales muy propio del carácter asistencial. La pedagogía en este aspecto no se
encontraba como herramienta ya que el propio sistema podría volver a encarrilar a las
personas según el estado.

Sin embargo la mejor opción para las personas aquí descritas es la educación social, ya
que esta propuesta inició formalmente en el año 2000, evolucionando la pedagogía clásica
cientista. Aunque este tipo de pedagogía no fue identificada como un algo formal en un
principio, fue invisibilizado y subestimada por los lugares donde era más presente como en la
educación no formal, actualmente se ve como una opción para mejorar la sociedad. La
pedagogía social tiene ciertos vacíos que vienen desde su fundación donde no existió un
mayor rigor conceptual y metodológico en sus formulaciones e investigaciones.

En nuestra era de la sociedad de la información pide una actualización de la educación, los


antiguos métodos no responden a la globalización, tampoco a las necesidades de la sociedad.
Las instituciones de educación formales se han convertido en elementos separados de la vida,
el espacio social común y el tiempo. Por esto es que la educación social y consiguiente la
pedagogía social hace un reencuentro de lo que significó y significa actualmente la
educación, asimismo que debe estar presente a lo largo de la vida y en lo social como un
mecanismo de integración y convivencia.

Toda educación es o debe ser social, un individuo no puede vivir sin su sociedad. En la
cultura centroeuropea y germánica la pedagogía social se ve como una reflexión que
organiza, armoniza o ilumina diferentes aspectos, campos y problemas de la educación social.
Busca fuera del ámbito escolar y la familia, educar socialmente a la juventud, brindándoles
bienestar social y protección, es un término ligado al trabajo social. Por su parte los
francófonos en su tradición racionalista del sistema escolar y de la educación
institucionalizada, hacen un especial énfasis en la democratización de la enseñanza, la
educación cívica/popular y el activismo pedagógico. Con el objetivo de socializar y
reproducir el modelo social de desarrollo, es una disciplina multivariada y participativa.

Entonces la educación social aplicada como dice Ortega (2005) no es la difusión del
conocimiento y la apropiación cultural de los sujetos anulando su identidad, sino que
transmite conocimientos variados como la lengua, tecnología, arte, cultura con la
intencionalidad de socializar e integrar al sujeto. De igual forma, busca la socialización de los
sujetos en su desarrollo grupal, ético, moral, conductual, etc. No desde una perspectiva
moralizadora o higienista sino un servicio social muy alejado de un dispositivo de control
moral.

En conclusión la educación social aún debe ser desarrollada y adaptada a la actualidad.


Los textos al ser escritos en el 2005-2006 están desactualizados de todo lo que significa
realmente la sociedad de la información y el uso de las Tecnologías de la Información y
Comunicación. Conjunto con el desarrollo de la globalización y una economía cada vez más
interconectada es necesario que las personas vuelvan a su realidad, es decir que socialicen
con su entorno para evitar la marginalidad. Actualmente las instituciones educativas siguen
encerradas en sí mismas y no se han abierto a la posibilidad de la educación social en todos
sus ámbitos, es necesario modernizar las instituciones, utilizar las nuevas herramientas y
recordar que somos una sociedad, necesitamos estar unidos y ser funcionales. La
marginalidad es un fenómeno presente en todo el mundo y más que socializar, personalmente
creo más en integrar a las personas en sus diversos circuitos sociales.

Referencias bibliográficas

McCourt, F. (2006). El profesor. Maeva ediciones, 298 pag.

Ortega, J. (2005). Pedagogía social y pedagogía escolar: la educación social en la escuela.


Revista de Educación, Vol. (336), pp. 111-127.

También podría gustarte