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Aspectos Éticos y Pastorales de La Drogadicción
Aspectos Éticos y Pastorales de La Drogadicción
Cualquiera tiene un cierto riesgo, mayor o menor, de acabar dependiendo de una droga
si comienza a utilizarla; la intensidad del peligro depende en buena parte de las
características psicológicas del sujeto, de sus circunstancias ambientales, de la facilidad
que tiene para encontrar alternativas a las drogas.
Esto no quita el que se diga claramente a los jóvenes que el ponerse en peligro de
convertirse en drogadicto (y la marihuana es generalmente el primer paso) es una actitud
incompatible con una vida cristiana auténtica. Dios nos llama a no esclavizarnos y a ser
dueños de nosotros mismos.
de la información y la educación sobre las drogas. Pero para que sean efectivas hay que
completarlas con otras medidas:
promover entre los jóvenes las inquietudes religiosas, sociales y políticas, ya que
la drogadicción se da sobre todo entre aquéllos que no han encontrado un sentido
a su vida;
El narcotráfico es un pulpo que con sus tentáculos domina cada vez más las estructuras
sociales y políticas de los países productores de droga o que son vías de tránsito para
llegar a los países consumidores. Su capacidad para corromper a todo tipo de autoridades
es real mente enorme. Se ha hablado incluso de las “narcolimosnas”.
Por otra parte, las mafias de los narcos a través del lavado de dinero influyen también
poderosamente en las instituciones bancarias. Acerca de una visión teológica y pastoral
del cáncer del narcotráfico recomiendo especialmente la pastoral de los Obispos de la
Región Pacífico Sur de México, cuyos datos se encuentran en la bibliografía.
3. En vista de las perspectivas halagadoras del negocio los campe sinos se confían del
futuro promisorio que se les presenta. Piden créditos cada vez más altos a los promotores
del negocio y deciden ampliar sus áreas de cultivo. En esto viene el ejército o la policía
federal, queman algunos plantíos y detienen a varios de los productores, normalmente
con lujo de violencia.
Ante esto algunos del pueblo reaccionan y deciden abandonar el negocio, pero es
demasiado tarde. Están tan endeudados o compro metidos con el dueño del “negocio” ,
porque los liberó de la policía, que ya no pueden echarse atrás. Los que persisten en
zafarse son amenazados directamente en sus personas o en sus familias y, en último
caso, son asesinados (n° 20).
Desde el punto de vista ético, en el caso de las personas cuya vida o la de sus familiares
corre serio peligro si dejan de plantar la droga, creo que podría aplicarse en ciertas
situaciones el principio del conflicto de deberes. Aunque también hay que recordar que a
veces el tomarse el Evangelio en serio puede llegar a pedir actos heroicos.
Hay, por otra parte, un aspecto de ética ecológica que también hay que tener en cuenta.
Con el trabajo del hombre la naturaleza es ennoblecida y, de algún modo, también
humanizada, pues se convierte en parte integrante del hombre. De ahí que sea ilícito
degradar la naturaleza, destruyéndola o sometiéndola a actividades contrarias al ser
humano y a su dignidad.