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SUPLEMENTO ESPECIAL

¿Prohibición o Legalización?, la economía


de las drogas: una nueva visión
Fecha de recepción: 18 de octubre de 2011 - Aceptación: 24 de noviembre de 2011

Ernesto Samper Pizano


Resumen economy. It presents the problem from a temporary point
En este documento se desarrollan puntos clave del of view and, when moved away from the moral perspec-
debate sobre la economía de las drogas. Se presenta tive, it provides a structured analysis on the economic
la problemática desde un punto de vista coyuntural y, dynamics going on around drug trade.
al trasladarla lejos de la perspectiva moral, brinda un
análisis estructurado sobre la dinámica económica que Palabras clave
sucede alrededor del comercio de las drogas. Drogas, tráfico de drogas, economía, organización criminal.

Abstract Keywords
This paper develops key points of debate on the drug Drugs, Drug Trafficking, Economic, Criminal Organization

El tema de las drogas se ha estudiado el elevado contenido moral que se le ha


mucho y desde muy distintos ángulos. querido dar al debate, satanizando unos
La polarización del debate internacional el consumo de drogas, mientras que otros
entre “prohibicionistas” y “legalizadores” lo defienden con el argumento del dere-
ha conseguido paralizar, en la práctica, la cho absoluto e inalienable del individuo
búsqueda de alternativas intermedias que a consumirlas como parte del ejercicio de
podrían fácilmente conciliar la necesidad su libre albedrío. Mucho ha contribuido
de regular socialmente el consumo de alu- al proceso de estigmatización del con-
cinógenos y minimizar los costos deriva- sumo de drogas, el solitario empeño de
dos de su persecución, que ya comienzan a los Estados Unidos por convertir la lucha
ser mayores que los beneficios resultantes contra las drogas en una especie de cru-
de la prohibición. Esta “sin-salida” de una zada moral como lo fue, en su momento,
guerra que todos ven perdida pero que la campaña contra el comunismo o, más
nadie se atreve a declararlo, se explica por recientemente, la lucha contra el terro-

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rismo. La diplomacia norteamericana ha tampoco con el daño social del consumo,
conseguido así que la opinión mundial sino con razones de Estado.
no piense que las drogas son buenas o La tendencia reciente a ubicar el debate
malas según sus características intrínse- dentro de lo que podría llamarse “la eco-
cas y el daño que puedan causar a la salud, nomía de las drogas” ofrece una perspec-
sino porque están prohibidas internacio- tiva más objetiva para plantear el debate
nalmente, y esta “prohibición”, como lo sobre la prohibición o la legalización en
demuestra el desarrollo histórico de las escenarios menos comprometidos con los
distintas convenciones e instrumentos prejuicios morales y los intereses políticos.
normativos relacionados con la fiscaliza- El propósito de este trabajo es explorar esta
ción de estupefacientes, ha tenido mucho nueva perspectiva económica del problema:
más que ver con la política que con la cien- ¿cómo funciona realmente el mercado de
cia; son los políticos y no los médicos los las drogas?, ¿qué leyes lo rigen?, ¿cómo res-
que han tomado la decisión final sobre ponde el consumidor a la interdicción de
qué drogas están o no están consideradas ellas?, ¿cuáles son los costos y beneficios
como ilegales. El tono moral del debate se económicos de la interdicción?, ¿quiénes
ha visto reforzado por la posición radical pierden y quiénes ganan realmente con la
de varios países, particularmente musul- persecución de las drogas? En fin, se trata de
manes, donde el consumo de las drogas, sacar el debate del hueco en que se encuentra
como el del alcohol, se rechaza por razones hoy, dividido radicalmente entre el prohibi-
estrictamente religiosas; tratándose en la cionismo fundamentalista y la legalización
mayoría de estos países de regímenes polí- libertaria, y encontrar una explicación más
ticos teocráticos o autocráticos, las razo- lógica, si existe, a la encrucijada en que se
nes de la prohibición no tienen que ver encuentra el tema. Por este camino del
examen económico del problema, se puede
llegar a conclusiones paradójicas y sorpren-
Reseña de autor
Ernesto Samper Pizano dentes como, por ejemplo, por cuenta de
Corporación Escenarios esta peculiar dinámica económica, los inte-
escenarios@corporacionescenarios.org
reses aparentemente yuxtapuestos, como
Abogado, economista y político colombiano que ocupó los que animan a los narcotraficantes y a las
la Presidencia del país de 1994 a 1998, con el apoyo agencias prohibicionistas que los persiguen
del Partido Liberal Colombiano, al que pertenece desde
muy joven. Es especialista en Mercado de Capitales. Fue pueden terminar convergiendo en el apro-
presidente de la Asociación Nacional de Instituciones vechamiento del riesgo; los estudios indican
Financieras (ANIF); gerente de campaña de la reelección
que el mercado de las drogas monopolizado
del ex presidente de Colombia, Alfonso López Michelsen;
diputado de Cundinamarca, concejal de Bogotá, sena- por las organizaciones criminales frente a
dor, Ministro de Desarrollo, embajador de Colombia en una mayor represión y en presencia una
España. Fue el líder del movimiento conocido como el
Poder Popular que concentraba los intereses y apoyo de demanda relativamente inelástica de ellas,
diversos sectores sociales. aumenta las utilidades del negocio y esti-
Tras su gobierno, se ha dedicado al estudio de la
mula el ingreso, al mismo tiempo, de
globalización y gobernabilidad en América Latina, sobre
los que ha publicado varios libros. Es académico y coor- nuevos distribuidores ilegales. Desde tiem-
dinador del Foro de Biarritz, Presidente de la Corporación pos inmemoriales la economía de las drogas
Escenarios y lidera el programa de debates Café País.

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está sembrada de este tipo de paradojas. En (Kopp, 2003), sino también en el efecto
Roma cerraron los setecientos expendios distorsivo del movimiento clandestino de
de opio existentes que generaban un 15% flujos de capitales sobre los tipos de cambio;
de los ingresos fiscales del imperio la darse el aumento del contrabando; la especula-
cuenta de que, por cuenta de los altos már- ción inmobiliaria; la concentración de tie-
genes de utilidad del negocio, los capitales rras rurales o la inflación alimentaria. A
productivos podrían fugarse de la capital través del lavado de sus utilidades, las orga-
hacia el Asia para financiar la expansión de nizaciones criminales van minando, como
los cultivos y el negocio. lo han hecho en Colombia, el acervo patri- Aunque los
amigos de la
La primera dificultad que se encuentra monial productivo, representado por propie- legalización
en la difícil tarea de plantear unos supues- dades que cambian su vocación productiva de las drogas
plantean como
tos teóricos de la economía de las drogas por propósitos acumulativos. Como resul-
argumento
es la falta de información asequible, siste- tado de este fenómeno, la propiedad en el derecho
mática y confiable sobre ellas. Las agencias estos países cada día vale más pero produce absoluto del
hombre para
encargadas de la fiscalización han termi- menos. No menos importante en este aná- decidir sobre su
nado por construir sus propios sistemas de lisis es el “costo ético” de esta penetración, vida, lo cierto es
que el entorno
información, pues funcionan como unas que destruye valores como el del mérito al
dentro del cual
tautologías auto referentes, esto es, que se trabajo, y lo sustituye por otros como el del ese mismo
legitiman y refuerzan a sí mismas para jus- enriquecimiento fácil que termina alimen- hombre, libre
de ataduras,
tificar la permanencia de quienes los mane- tando la corrupción pública. ejercería su
jan en el campo de guerra. En Colombia Aunque los amigos de la legalización derecho no
puede ser
se ha sido víctima de este síndrome con las de las drogas plantean como argumento el
ignorado.
informaciones sobre reducción de cultivos derecho absoluto del hombre para decidir
ilícitos; las cifras de unos satélites interna- sobre su vida, lo cierto es que el entorno
cionales muy “obedientes” y a los que pocos dentro del cual ese mismo hombre, libre
tienen acceso, se acomodan según el interés de ataduras, ejercería su derecho no puede
de las agencias norteamericanas o euro- ser ignorado. Aunque el pensamiento neo-
peas de relevar o desestimar el papel de sus liberal (Friedman, 2000) que defiende la
competidores y negociar, así, incrementos alternativa no prohibicionista termina
en sus propios presupuestos. Por supuesto, encontrándose en este punto con los pen-
esta actitud ha terminado por subdividir sadores más radicales de izquierda, difie-
la lucha internacional y abrir el camino de ren, empero y de manera sustantiva, en
una insana competencia entre las distin- el papel que asignan al Estado en caso de
tas agencias encargadas de ella. No menos desarrollarse una política alternativa; para
importante en esta primera aproximación los progresistas la presencia del Estado al
económica al problema, son las distorsiones frente de la estrategia de la legalización o
que las drogas producen en el desempeño descriminalización es tan importante como
de las economías que afectan, al crear y ali- su presencia actual al frente de la estrategia
mentar poderosas economías subterráneas, represiva. El Estado debe estar presente para
cuya amenaza se deriva no sólo de su peso gravar las utilidades resultantes del nuevo
específico en el producto interno bruto negocio permitido; para regular y prevenir

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el consumo; para combatir las organizacio- dan hoy la política prohibicionista, parten
nes criminales que sobrevivan, acostum- del supuesto inaceptable de que el mercado
bradas como están, a vivir de la violencia internacional de estupefacientes se alimenta
que producen. El dilema de fondo es ¿cómo porque éstos se producen, y la existencia de
puede una sociedad regular una mercancía una demanda se explica porque hay drogas
cuyo valor privado es superior a su valor ofrecidas. Contraviniendo la regla clásica
social? (Kopp, 2003). De la respuesta que de que toda demanda genera su propia
se dé a este gran interrogante dependerá el oferta, en el caso de las drogas, y por con-
futuro de la política actual de fiscalización veniencias asociadas a la política criminal
y control del tráfico internacional de estu- internacional se ha abierto camino la idea
pefacientes. Existen evidencias económicas de que la demanda de drogas no existiría si
que llevan a pensar ─sin incurrir en fallas éstas no fueran producidas. Se afirma que
éticas ni sesgos políticos─ que los problemas una reducción de la oferta de drogas, como
de las drogas están más asociados con su resultado de una mayor interdicción, debe
persecución que con su consumo. Y, aún llevar a un encarecimiento de sus precios
más, resultaría más económico y eficiente de venta, y este último a una reducción
ejercer sobre ellas un control vía regulación de la demanda. La evidencia demuestra,
del mercado que insistir en la actual polí- sin embargo, que las campañas contra la
tica represiva. producción y distribución de drogas, en
Finalmente, lo que se discute en esta no pocas ocasiones, han terminado por
nueva perspectiva económica no es si las aumentar su consumo a unos precios sos-
drogas son o no dañinas o si consumirlas es tenidos e inclusive más altos; la distorsión
éticamente correcto; de lo que se trata es de se presenta porque en dichos análisis no se
saber si el costo actual de la política repre- incluye el factor “riesgo” como componente
siva, enfrentado al costo social del daño del precio final de las drogas; los carteles
que está causando (inestabilidad institu- organizados, enfrentados a un aumento de
cional, aumento del crimen, destrucción la represión, responden reemplazando sus
del medioambiente, corrupción), consigue canales de mercadeo, bajando la calidad de
que la política de persecución actual sea la droga ofrecida (al mezclarla con otras
una actividad económicamente “eficiente”. sustancias sucedáneas) o sacando al mer-
Si no lo fuera, la represión, simple y senci- cado inventarios almacenados. Esta capaci-
llamente, no valdría la pena. dad para responder al endurecimiento de la
política prohibicionista se explica porque
El mercado de las drogas: un mercado atípico el mayor riesgo derivado de la represión,
El mercado de las drogas no funciona como se traduce, en el mediano plazo, en un
cualquier mercado; si lo hiciera, resulta- aumento de las utilidades provenientes de
ría fácil sintonizar las acciones de política los mayores precios que están dispuestos
criminal con unos objetivos de reducción a seguir pagando los consumidores más
de la oferta y demanda de las drogas para leales. A diferencia de las industrias legales,
obtener unos resultados previsibles. Los cuyos costos suben cuando cae el consumo
países consumidores, que diseñan y vali- ─en el caso del negocio de las drogas, por

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la condición inelástica de su demanda que nativa de trabajar en escenarios de legalidad


mantiene el consumo─, los costos no dismi- o ilegalidad, la decisión de perseguir un bien
nuyen o inclusive caen cuando se intensifica es mucho menos efectiva, en términos de
el riesgo por la acción represiva. La política rentabilidad económica para el Estado, que
antidrogas, dirigida estrictamente a reducir la imposición de un gravamen atado a cam-
los niveles de oferta, termina así actuando pañas educativas para reducir su consumo.
como una política de “sustentación de pre- El papel que juegan los consumidores,
cios” que no produce impactos significati- como determinantes de la demanda, es
vos en la reducción del mercado, porque igualmente decisivo en la caracterización La relación
entre la oferta
existen otro tipo de “externalidades” que de este mercado atípico. No todos los con- y la demanda
influyen mucho más en la determinación sumidores se comportan igual, pues existen: de las drogas
es inelástica,
del precio final, como son los niveles de a) los consumidores ocasionales, b) los leales
es decir, que
organización de los carteles criminales, los y c) los adictos. Los consumidores leales se cambios
pagos de corrupción a los agentes controla- comportan “racionalmente” y contribuyen significativos en
las cantidades
dores, las disponibilidades de inventarios y a la estabilidad del mercado porque están ofrecidas no
los enlaces con los distribuidores al detal. dispuestos a aceptar elevaciones del precio se trasladan
necesariamente
Aún durante los periodos de mayor inten- (resultantes de una mayor interdicción)
a los precios ni
sificación de la represión, la elevación de los sin modificar de manera significativa sus a las cantidades
precios de las drogas no ha llegado a unos niveles de consumo; su actitud lleva a que el demandadas.

niveles tan altos como para producir una mayor riesgo se traduzca en más utilidades
retirada masiva de consumidores del mer- para las cadenas delictivas. Siguiendo esta
cado (Wisotsky, 1994). “racionalidad atípica” los consumidores
La relación entre la oferta y la demanda de varían sus decisiones de consumo haciendo
las drogas es inelástica, es decir, que cambios la demanda de drogas más o menos elásti-
significativos en las cantidades ofrecidas no camente según los niveles de precios; si los
se trasladan necesariamente a los precios ni a precios están bajos, ellos están dispuestos
las cantidades demandadas. En presencia de a hacer un mayor esfuerzo económico
mercados fragmentados y carteles organiza- por sostener sus niveles de consumo; si
dos, existen evidencias que demuestran que los precios suben a unos niveles que para
esfuerzos realizados por duplicar la interdic- ellos resultan insostenibles, tratarán de
ción no se han traducido en ajustes de más buscar otras alternativas de consumo que
del 10% al 15% del precio final al consumi- les produzcan la misma satisfacción antes
dor. Cuando la demanda de un producto de reducirlo (Blair & Vogel, 1983). En este
es inelástica, es decir, cuando la cantidad escenario, los aumentos de la demanda de
demandada no depende del precio ofrecido, drogas, independientemente de sus precios,
como sucede en el caso de las drogas ilícitas, sería el resultado de una “adicción racio-
los mayores esfuerzos represivos producen nal” al consumo (Stigler & Becker, 1977).
resultados menores a los que se obtendrían si Los consumidores de estratos altos mantie-
las drogas fueran gravadas con altos impues- nen su lealtad al mercado, mientras que los
tos después de ser legalizadas (Becker & et al, consumidores de estratos inferiores encuen-
2005). Dicho de otra manera, en una alter- tran, generalmente, otras alternativas para

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enfrentar las reducciones esporádicas de las el precio de la heroína entre 1,4% y 2,5%
cantidades ofrecidas antes de pensar seria- (Wagstaff & Maynard, 1988). Los agentes
mente en limitar el consumo. menos organizados adoptarán una actitud
Hacia adelante, es imposible predecir defensiva y algunos podrán salirse, mien-
cuál será el patrón de respuesta frente a una tras que otros, involucrados en distintos
alternativa distinta a la fiscalización, como mercados ilícitos afines a las drogas (como
podría ser una descriminalización progre- el contrabando), podrían sentirse atraí-
siva de la venta y el consumo de las drogas dos a entrar, especialmente atraídos por
o inclusive su legalización definitiva; es las nuevas utilidades obtenidas por los
posible prever que no todos los consumi- agentes ya establecidos. Este tema se desa-
dores responderán de forma igual a un rrollará más adelante cuando se examine
cambio en las reglas de juego, las cuales el tema de la racionalidad económica que
son resultantes de un sistema alternativo mueve a las organizaciones criminales
al prohibicionista, porque habrá un grupo, involucradas en la economía de las drogas.
la mayoría, que seguirá absteniéndose de El resultado final de las campañas de
consumir; otro que aumentará sus niveles interdicción, medido en términos de las
de demanda, en la medida en que sus ingre- cantidades incautadas, sugiere un impacto
sos se lo permitan, y un tercero que podría apenas “marginal” respecto a los niveles
sentirse inclinado a probar las nuevas sus- de producción y comercio de las drogas
tancias permitidas (Kopp, 2003). Es difí- prohibidas. En Perú, por ejemplo, en el
cil hacer pronósticos al respecto sin tener año de 1992, considerado un buen año en
en cuenta el papel a jugar por el Estado la lucha contra las drogas, se decomisaron
para conseguir que, en una primera etapa, siete toneladas de cocaína que equiva-
aunque pueda aumentar el consumo, no lo lían a uno poco más del 1% del total de la
haga al mismo ritmo, el mismo número de cocaína demandada en los Estados Unidos
consumidores. para ese mismo año. Para estimar el valor
El papel que juega el sistema de distribu- del tráfico de cocaína, se consideran que
ción es igualmente relevante en este análisis. los precios de compra/venta en los puertos
Friedman piensa, simple y sencillamente, de destino en los EE.UU. y en 11 países de
que la represión aumenta las utilidades de Europa occidental, es igual al valor mínimo
los narcotraficantes y su deseo de estar en de los precios al por mayor en el interior de
el negocio. Frente a un aumento de la inter- esos países. Para 1992, fueron 11.000 dóla-
dicción los agentes comerciales involucrados res por Kg., en los EE.UU. y 47.000 dóla-
en el mercado de las drogas responderán res por Kg., en Europa. Si estos precios se
de manera distinta: los más organizados multiplican por las cifras del volumen total
aprovecharán la coyuntura para justificar de las importaciones en EE.UU. y Europa,
un aumento de utilidades que les resulta estimadas sobre una base de incautacio-
fácil hacer efectivo. En el caso del mer- nes de alrededor de un 39% del tráfico real
cado de la heroína, en el Reino Unido se (correspondiente al año inmediatamente
demostró que un incremento de las políti- anterior ), y sumando los datos de los
cas represivas del 2,5% al 5% aumentaba países que importan cocaína (una cantidad

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que ronda las 5 toneladas), se llega al valor lanzó una propuesta de cultivos alternativos
mínimo probable del tráfico mundial. (PLANTE) que pretendía, precisamente,
El costo mínimo de las importaciones “competir” con los productores cocaleros
de cocaína en el año 1992 ─un año bastante apoyando a los campesinos con facilidades
representativo del tráfico promedio del de crédito, transporte y asistencia técnica
primer lustro de la década de los años 90─ que hicieran más rentable la sustitución de
habría sido de 7.205 millones de dólares sus cultivos; la falta de recursos para expan-
en los EE.UU., 2.250 millones en Europa dir masivamente el programa y de interés
y 55 millones de dólares en el resto de los internacional por apoyarlo, con algunas
países importadores. Lo que da un total de excepciones, como la del Presidente François
9.500 millones de dólares para el total de Chirac de Francia, que propuso la creación
las importaciones mundiales de cocaína; de un Fondo Mundial para comprar a pre-
manteniendo también como indicador los cios de mercado las cosechas ilícitas, frustró
precios mínimos mayoristas y los valores los objetivos. La fumigación aérea de cul-
de compra/venta en los puertos de destino tivos se ha mantenido como la forma más
de EE.UU. y Europa —que son con seguri- importante de erradicación de los mismos;
dad demasiado bajos—, pero aplicando el los cultivadores han respondido a las asper-
límite inferior para el índice de intercepta- siones aéreas, trasladando sus parcelas a
ción, otorgado por la Dirección de Lucha sitios más seguros, mimetizados en medio
contra la Droga de los EE.UU, fue del 24%, de la selva o inclusive, mejorando las condi-
las importaciones mundiales de cocaína ciones de productividad de sus plantaciones
para el año 1992, y de 14.500 millones de para conseguir lo mismo con menos matas
dólares para el mismo año? (Druetta). de cultivo. La presencia solitaria de culti-
El comportamiento de los cultivos ilí- vos de coca, hace ya algunos años, ha hecho
citos ayuda a entender, puntualmente, la hoy “metástasis”, como respuesta a la inter-
condición atípica del mercado de las drogas, dicción, a 23 departamentos. Las zonas de
porque los cultivos ilegales de coca en el sur cultivos ilícitos, mientras tanto, han sufrido
de Colombia son prácticamente irreempla- los efectos de una especie de “enfermedad
zables por cultivos alternativos que ofrezcan holandesa” por el aumento exagerado de
rentabilidades comparables, salvo algu- salarios y el precio de los bienes y servicios
nos productos como la palma africana y el básicos que distorsionan los patrones de ren-
caucho. Existen factores externos como el tabilidad de los cultivos tradicionales en el
costo del riesgo, la distancia entre los cen- área (CEPAL 1997). La reducida presencia
tros de producción, la disponibilidad de del Estado colombiano en las aéreas de cul-
semillas, la asistencia técnica, el crédito para tivos ilícitos (las zonas que tienen el 47% de
el consumo durante el tiempo de cultivo y los cultivos ilícitos apenas reciben el 6% de
el transporte entre el sitio de producción y la inversión nacional), el impacto producido
el de recogida, que influyen mucho más en por el recién abolido Plan Colombia, cuyo
la determinación del precio final de la mer- componente militar para destrucción de
cancía que los precios de transacción de la cultivos siempre estuvo por encima del com-
misma. En el 1994 el gobierno de Colombia ponente social necesario para legitimarlo, y

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las precarias condiciones económicas de las Andes muestran, con claridad, cuantas veces
regiones afectadas, indican que en Colombia se ha intensificado la erradicación de estos
el tiempo de la fumigación aérea de cultivos sembrados en una parte de la zona andina.
ilícitos ya pasó, y que lo que viene hacia ade- Por ejemplo, en el sur de Colombia, la pro-
lante es la necesidad de construir un nuevo ducción se ha desplazado hacia la región del
espacio para el manejo social de cultivos ile- Chapare boliviano o del peruano. Lo propio
gales y sus desarrollos alternativos. ha sucedido con las rutas del narcotráfico;
Entre las características que hacen sui cuando se concentra la interdicción en
generis el mercado de las drogas está el prin- una zona marítima o terrestre, el mercado
cipio de los vasos comunicantes, según el encuentra nuevas rutas alternativas con
cual, por la dinámica misma de su mercado, asombrosa eficiencia. Así sucedió cuando
cuando se ejerce una determinada presión la fuerte interceptación marítima ejer-
sobre un punto del mismo, el fenómeno cida sobre el Caribe, a finales de la década
se traslada a otra parte donde, inclusive, se de los 90, desplazó las rutas hacia México
manifiesta con mayor fuerza. Un claro ejem- desde donde hoy se están moviendo hacia
plo de esta condición, está en el comporta- Guatemala, Honduras y el Salvador, en la
miento de los cultivos ilícitos. Los registros misma medida con la que avanza la repre-
históricos de producción de coca en los sión en el norte de la península azteca.

San Diego
Mexicali
Tijuena Nogales El Paso
Douglas
Nogales Agua Ciudad Juárez
Prieta

Nuevo
Laredo
Laredo
McAllen
Reynosa FROM COLOMBIA,
Culiacán VENEZUELA,
BRAZIL

Mazatlan
Puerto Tampico
Vallarta Cancún
Cocaine Mérida
Lázaro Mexico City
Ephedra Cárdenas Veracuz
Marijiana and Acapulco
methamphetamine
All drugs (further
distribution)

FROM COLOMBIA

Un fenómeno similar sucedió cuando la biana. El principio se cumple también en


fuerte represión ejercida sobre los cultivos relación con el consumo, cuando la presión
de marihuana en México en los años 70, ejercida sobre un determinado grupo de
desplazó su producción a la Sierra Nevada consumidores, definido social o geográfica-
de Santa Marta, en la costa Caribe colom- mente, desplaza rápidamente la demanda

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hacia otros lugares o drogas sucedáneas. La Corte Suprema de los Estados Unidos en
Lo que explica el funcionamiento de los dos oportunidades (1990-1992) autorizó
vasos comunicantes son los elevados már- a fuerzas de seguridad de los EEUU para
genes de utilidad del negocio, que otorgan efectuar allanamientos, en desarrollo de
a los comerciantes un alto nivel de flexibi- operaciones antinarcóticos, en territorios
lidad para introducir cambios rápidos en extranjeros sin mediar órdenes judiciales y
sus políticas de producción, exportación y omitiendo el respeto de normas contenidas
mercadeo, consistentes con las amenazas de en tratados de extradición bilaterales vigen-
que son objeto. En algunos casos los narco- tes. En buena hora, la discusión internacio- Entre las
características
traficantes pueden estar jugando a la sico- nal entre “legalización” o “prohibición” ha que hacen
sis de la interdicción para trasladar “algo comenzado a girar sobre la necesidad de sui generis el
mercado de
más” del riesgo del negocio al precio final controlar y reducir el daño producido por
las drogas está
cuando los mercados se ven amenazados y el prohibicionismo, mientras se abre paso el principio
los consumidores tienen margen suficiente una política alternativa a la represiva. Un de los vasos
comunicantes,
para mantener sus preferencias (Becker & ejemplo bastante ilustrativo del fenómeno según el cual,
et al, 2005). del daño colateral producido por las drogas, por la dinámica
misma de
tiene que ver con el uso de jeringas usadas
su mercado,
El daño social de la represión ¿cuánto cuesta? para la aplicación de dosis de heroína que cuando se
Si los costos de mantener un bien en un ha disparado, en algunas partes del mundo, ejerce una
determinada
mercado son superiores a las utilidades los niveles de la contaminación por SIDA presión sobre
que produce su venta, la actividad produc- ¿Cuál sería el mal menor en este dilema, un punto del
mismo, el
tiva de dicho bien dejará de ser rentable. entre el consumo de una droga o la mayor
fenómeno se
Este fenómeno, precisamente, es el que contaminación por efecto del SIDA? Se trata traslada a otra
comienza a presentarse desde hace varios de escogencia económica para encontrar la parte donde,
inclusive, se
años con el mercado de las drogas; el costo política pública que consiga el menor con- manifiesta con
de su prohibición, medido por el daño que sumo de droga con el mínimo costo social mayor fuerza.
causa la política represiva –aumento de cri- al combatirla.
minalidad, corrupción, congestión judicial El problema del daño colateral produ-
y carcelaria, destrucción medioambiental cido por la lucha contra las drogas es en
por fumigación de cultivos lícitos etc.– han Colombia particularmente sensible. Por
empezado a ser mayores que los beneficios cuenta de la lucha contra el narcotráfico
económicos y sociales conseguidos por la que ha vivido el país en los últimos treinta
reducción del consumo. Entre estos costos años, que deriva en la entrada tumultuosa
colaterales, particularmente los que afectan de capitales clandestinos, se ha revaluado
a los países productores, se encuentra la vio- el peso colombiano al punto tal de que la
lación de los derechos humanos y las garan- tasa de cambio negro ha permanecido
tías sociales. El belicismo surgido a raíz de durante muchos años por debajo de la
la guerra contra las drogas se ha convertido tasa oficial; las zonas donde se producen
en un instrumento para desconocer y violar los cultivos ilícitos han quedado, por su
las libertades civiles en éstos países y justifi- parte, devastadas tanto ambiental como
car expediciones punitivas (CEPAL, 1997). socialmente por las fumigaciones aéreas,

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y se han producido movimientos telúricos butariamente los niveles de venta y con-
de desplazamiento de campesinos e indí- sumo mediante la imposición de una “tasa
genas por todo el territorio nacional; los retributiva” que redistribuya en función del
grupos alzados en armas han fortalecido consumo de cada país los costos mundiales
con dineros obtenidos de actividades rela- de la lucha contra las drogas (Universidad
cionadas con el narcotráfico su capacidad Nacional, 1994). Se trataría de trasladar a
subversiva y terrorista; el Estado ha debido los países consumidores, sean o no pro-
aplazar inversiones sociales para financiar ductores, en proporción a sus niveles de
el combate de la producción y exportación consumo, parte de los costos que hoy están
de cocaína y heroína; sin embargo se han pagando principalmente los países produc-
pagado a muy altos costos institucionales tores por cuenta de una política desigual,
en materia de justicia, transparencia demo- asimétrica y por tanto, injusta. Siguiendo
crática y libertad de opinión por cuenta de una lógica parecida a las contribuciones
esta misma lucha. La pregunta que nos reparativas del medio ambiente según las
hacemos muchos colombianos, todos los cuales “el que contamina paga”, aquí se
días, es si se justifica en términos económi- trataría de acordar una tasa retributiva
cos, esta inversión de varios puntos del PIB cobrada en función de que quien consuma
para producir en la cadena final del negocio pague para ayudar a financiar los costos de
un efecto apenas marginal en la reducción la lucha.
del consumo. La imperiosa necesidad de minimi-
En los países consumidores el daño social zar el costo social del daño causado por la
se asocia con mayores niveles de accidentali- represión de las drogas –que es la tesis que
dad, bajos rendimientos escolares, crímenes se ha venido abriendo campo en los últimos
relacionados con la distribución criminal, años– es combatida por los prohibicionistas,
costos de funcionamiento de la justicia y quienes saben que por este camino se puede
pérdidas institucionales por la corrupción terminar en la legitimación de una política
de autoridades. Una reducción en el costo alternativa, cuando los beneficios sociales de
social de la lucha contra las drogas parece- la represión sean superados (como comienza
ría implicar, no sólo una reducción en los a suceder) por los costos de ella misma.
costos derivados de la criminalización, sino Esta política alternativa podría consistir
también una disminución en los costos de su en una salida “negociada” (basándose en
abuso. En Estados Unidos es evidente que la Coase), que integre elementos de las dos
ilegalidad lleva a la corrupción de los oficia- políticas, o una legalización regulada que
les encargados de la represión legal y mono- compense los costos sociales, reduciendo
poliza los esfuerzos de fuerzas honestas de la el consumo a unos niveles manejables en
ley que deben sobrevivir buscando recursos términos de salud pública (Kopp, 2003).
para combatir rebeldes ladrones y asaltos Es claro que si, además de la reducción de los
(Friedman, 2000). costos de la represión derivados del tránsito
El daño social producido por las cam- de una política punitiva a una preventiva,
pañas punitivas podría manejarse a través se obtienen nuevos ingresos fiscales, que
de una política alternativa, que regule tri- servirían para cubrir costos sociales actua-

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les que hoy no se están cubriendo como el Estas organizaciones están prepara-
deterioro ambiental por la aspersión aérea das para enfrentar los ciclos económicos
de cultivos ilícitos o el consumo en las resultantes de las campañas represivas y
escuelas, la “salida económica” que aquí para intervenir con rapidez en el mercado
se propone fortalecería la decisión política mediante el empleo del poder intimidante
de minimizar el costo social del crimen de sus armas, o el disuasivo de sus pode-
(Becker & et al, 2005). Algunos autores rosas chequeras; narcotraficantes menores
(Hicks y Kaldor) han desarrollado mode- que operan en el mismo mercado se com-
los niveladores de políticas públicas con portan con menos racionalidad y son, con
los que se puede calcular el efecto neto de frecuencia, “sacrificados” por los grandes
enfrentar el costo social de la lucha contra carteles para mantener su preeminencia;
las drogas y el costo social de consumirlas, el aumento de la represión “saca” del mer-
así como también clasificarlas en función cado a los nuevos traficantes y consolida las
de su capacidad para acercarse a la eficien- organizaciones tradicionales, que obtienen
cia económica (Kopp, 2003). En Estados así la posibilidad de ganar más puntos de
Unidos se ha llegado a estimar en 3,8% del ventas y utilidades (Friedman, 2000). El
PIB, el costo social derivado del control del monopolio del crimen, en poder de unas
tabaco, el alcohol y las drogas; éstas últimas pocas organizaciones criminales, genera
pesan un 0,4% frente al 2,4% que cuesta el menos costos económicos que la compe-
tabaco. tencia entre ellas. Con la notable excepción
de la marihuana, la droga más vendida y
La racionalidad económica de las organizaciones de mayor volumen, cuya producción se
criminales encuentra repartida en más de 120 países
Las mafias que actúan en el mercado de las y concentrada en los Estados Unidos, tiene
drogas se comportan como organizaciones unas dimensiones reducidas que lo hacen
criminales: conforman estructuras monopó- bastante manejable: la producción mun-
licas apoyadas en el uso de la violencia, porque dial de heroína cabe en 40 camiones y la de
se mueven según sus propios códigos, tienen cocaína en 90; Afganistán y Myanmar pro-
sus jurisdicciones territoriales y sus propios ducen entre el 85% y el 90% de la heroína
árbitros, desarrollan formas punitivas para mientras Bolivia, Colombia y Perú concen-
hacer cumplir sus reglas y reaccionan atí- tran el 80% de los cultivos ilícitos de coca.
picamente a las señales del mercado. Sus El mayor valor agregado de las drogas se
estructuras no son jerárquicas (Kopp, 2003) produce en el momento de su distribución
pues operan a través de redes que les permi- al por menor; el campesino andino apenas
ten compartir la información, y así impedir recibe un 1% del precio de venta final de
que tanto productores como distribuidores la cocaína, mientras que al exportador le
se conozcan, y de esta manera contrarrestar corresponde el 12%. Con márgenes tan
la acción de las autoridades para asegurar su altos, las posibilidades de actuar flexible-
permanencia en un mercado donde el precio mente cambiando sitios de cultivo, rutas
de salir es el de la libertad: demasiado alto de exportación y lugares de consumo o
para no tratar de evitarlo. liquidando inventarios para contrarrestar

poliantea 265
movimientos cíclicos represivos es muy como edificios de lujo, latifundios, billetes
alta. Aunque los carteles y sus intermedia- ganadores de lotería, caballos, obras de arte,
rios puedan contrarrestar las campañas de equipos de futbol, espectáculos con impor-
interdicción, su actuar no es libre. Pueden, tantes taquillas o, simplemente, canecas
jugando con la inelasticidad de la demanda, repletas de billetes de dólares. La disponibi-
trasladar al consumidor el mayor precio lidad de dinero en efectivo les permite pagar
resultante del “nivel de interdicción” sin gastos legales, sobornos y transferencias
llegar a desestimularlo. También pueden y adquirir bienes como armas, vehículos,
recurrir a las mezclas de sustancias, alte- radioteléfonos y refugios que utilizan para
rando la calidad de lo que vendían original- proteger su negocio. Aunque algunos estu-
mente, con un mayor riesgo para la salud dios (Yitzhaki & Slemrod, 1987) muestran
de los compradores. En estas condiciones que las políticas públicas contra el lavado
no es de extrañar que la política prohibicio- de activos producen resultados superiores
nista –en términos de rentabilidad de una a los que se obtendrían luchando contra la
política pública– no esté dando resultados. evasión tributaria de una actividad legal,
Las organizaciones criminales se com- no incluyen los costos institucionales deri-
portan dentro de una racionalidad que vados de la formación, por parte de estas
puede compararse con la de los grandes organizaciones criminales, de verdaderos
conglomerados legales. La diferencia es que “para-estados” que buscan combatir, de
utilizan instrumentos como el de la violen- manera persuasiva o coercitiva, las autori-
cia y la corrupción para consolidar sus mer- dades que los reprimen. Al final la lucha de
cados, desarrollar entornos monopólicos y los Estados contra estas poderosas organi-
mantener la fidelidad de sus consumidores zaciones –como se demostró en Colombia
y redes comerciales. En este caso, la compe- y se está viendo en México– no tiene que
titividad geográfica de las empresas legales ver con “sacarlos del mercado”, sino con la
es reemplazada por el concepto de terri- defensa del Estado de Derecho que no tiene
torialidad y la seguridad institucional por precio ni cabida en ningún modelo econo-
su capacidad intimidatoria o corruptora métrico.
en medio de una clandestinidad que es su
mundo (Kopp, 2003). Prevención o represión. Legalización o prohibición
Se ha sobredimensionado el papel del La política preventiva como alternativa,
lavado institucional de activos a través del total o parcial, de la política represiva
sistema bancario en el sostenimiento y encuentra su fundamentación en el com-
reproducción de estas organizaciones cri- portamiento del consumidor como agente
minales, que siguen utilizando formas de económico individual frente a la criminali-
acumulación primitiva de activos o divi- dad, la eficacia represiva de las autoridades
sas en efectivo para esconder las ganancias y su propio entorno familiar. Más allá de
obtenidas (Kopp, 2003). En Colombia ha la discusión sobre el derecho que tiene el
sido frecuente que los carteles recurran, Estado a intervenir en las decisiones eco-
para esconder sus ganancias, cuantiosas nómicas de los ciudadanos, inclusive indi-
inversiones en bienes muebles e inmuebles cándoles qué les conviene y qué no les con-

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SUPLEMENTO ESPECIAL

viene, el problema se plantea en términos torio las disminuye en US 700.000. Otras


de externalidades: cuánto daño social obje- estimaciones (Kopp, 2003) muestran que
tivo puede causar la decisión racional de un una reducción de un 50% de la coca pro-
individuo de consumir drogas y cuál debe ducida en los Andes, afecta el precio final
ser la política más eficiente para manejarlo. de venta de la cocaína en un 3%. Se pueden
Si de lo que se trata es de conseguir la mayor conseguir mejores resultados en términos
eficiencia, la política debe empezar por dis- económicos, destinando el presupuesto de
tinguir entre distintos niveles de aplica- la aspersión aérea de cultivos ilícitos a su
bilidad según el tipo de drogas y diseñar sustitución social, y a la destrucción de ins-
un tratamiento selectivo para cada una de talaciones industriales como laboratorios y
ellas, buscando la minimización del costo cadenas de precursores químicos. La inver-
de aplicarlas. Es claro, por ejemplo, que el sión en prevención es más rentable que en
tratamiento que se debe dar a la marihuana, persecución, porque la diferencia entre el
cuyo cultivo y consumo se encuentra social costo de la materia prima y el precio de su
y culturalmente extendido, es muy distinto venta al de tal, diez o doce veces superior
al que se debe dar a la cocaína, la heroína o al precio que recibe el distribuidor mayo-
las drogas artificiales. rista, justifica cualquier esfuerzo que se
Los comportamientos delictivos aso- haga en el campo de la prevención del con-
ciados con la criminalidad resultante del sumo y la sustitución social de los cultivos.
tráfico de drogas, son mucho más racio- Becker concluye que se pueden conseguir
nales frente a bienes legales (o legalizados) mejores resultados fiscales, compensando
que frente al control de bienes legales res- la posible reducción de precios resultantes
pecto a los cuales operan ciertos controles de una política de descriminalización, con
sociales como las campañas educativas o una mayor imposición y la regulación del
de abstención del consumo para determi- consumo tal y como se está haciendo con
nados individuos y lugares (Becker & et al, relativo éxito con el alcohol y el tabaco. Así
2005). Dado el comportamiento atípico de lo entendieron los cleros de Lima y Cuzco
un consumidor, que no responde al menos en el Perú, mientras disfrutaron el 10% de
de forma inmediata a los aumentos de pre- las ganancias obtenidas por la venta pública
cios disminuyendo su consumo, parece más de la coca decretada por la Ordenanza pro-
rentable dirigir recursos públicos hacia las ferida en 1573 por el Virrey Toledo.
campañas preventivas que hacia las repre- La prohibición del consumo de alcohol
sivas. Las políticas alternativas frente a la durante la guerra, aprobada en 1917 por el
interdicción parecen económicamente jus- Congreso de los Estados Unidos, se volvió
tificables, en el caso de la destrucción de permanente luego, con la enmienda No. 18
los cultivos ilícitos y a la eliminación de los de 1920; desde entonces se vio que el mer-
laboratorios de procesamiento industrial de cado clandestino del alcohol se compor-
cocaína; en efecto, la erradicación de una taba atípicamente, frente a los parámetros
hectárea sembrada de coca disminuye las a través de los cuales se regulaba el mercado
ganancias de la cadena en US 400 a US 500, de bienes legales. El consumo no solamente
mientras que la destrucción de un labora- no disminuyó con el aumento de los precios

poliantea 267
resultantes de la prohibición, sino que se y maestros, no es por supuesto una tarea
incrementó, especialmente entre los jóve- fácil; la historia muestra que las distintas
nes que encontraron así la posibilidad de agencias encargadas de la lucha contra
expresar su rebeldía. La historia se repeti- las drogas, compiten abiertamente por
ría varios años después cuando los Estados el presupuesto asignado a ellas, y que en
Unidos, para paliar los efectos del consumo no pocas ocasiones esta competencia ha
de marihuana en medio de la guerra de conseguido el efecto contraproducente
Vietnam, convirtieron en ilegal su uso y de anular o disminuir la efectividad de la
abrieron el camino para el florecimiento de política prohibicionista. El que se adopte
una cultura contestaría que tuvo su apogeo una política u otra dependerá de la capa-
en los años 60. Hoy, más de cien millones cidad que tengan los actores del mercado
de norteamericanos han probado por lo para internalizar los costos del daño social
menos una vez la marihuana. que ellos mismos están creando (Kopp,
Independientemente de las considera- 2003). Si los “culpables” del consumo y
ciones políticas y morales que escapan al la distribución pueden asumir los costos
objetivo de este trabajo, es posible decir infringidos a terceras partes, por ejemplo
que el comportamiento de la economía a los campesinos que viven en regiones de
de las drogas avala la necesidad de pensar cultivos ilícitos o los jóvenes inducidos al
en una nueva estrategia que haga más efi- consumo, se mantendrá el statu quo del
cientes las políticas públicas relacionadas mercado. Si, por el contrario, las transgre-
con su producción, distribución y con- siones de las leyes se hacen más agresivas e
sumo. Está claro que un dólar gastado insostenibles, el cambio del esquema será
en el control coercitivo de la producción inevitable.
agrícola de las drogas produce, como ya Este documento de discusión, pre-
se señaló, menores resultados que uno s e n t a d o p o r l a C O R P O R AC I Ó N
invertido en la interdicción de la dis- ESCENARIOS al Foro Biarritz 2011, tiene
tribución, y que la inversión de dineros la pretensión de mostrar un ángulo dis-
en la restricción del consumo, a través tinto del difícil debate abierto en torno a
de controles policíacos, resulta mucho la eventual adopción de una política alter-
menos eficiente que la que se gasta en su nativa, frente al reconocido fracaso de la
prevención y educación. El costo de redu- política prohibicionista que ha orientado el
cir al 1% el consumo de cocaína, a través manejo del problema de las drogas desde
de la educación de los usuarios, es de US hace casi un siglo. No se trata aquí de entrar
34 por cada uno de ellos contra US 246 al debate de los argumentos éticos, políti-
que cuesta la punición del tráfico y US cos o médicos, esgrimidos con frecuencia
783 que demanda el control de la oferta para oponerse a quienes pretenden acabar
mediante la destrucción de cultivos ilíci- con la prohibición como respuesta. Se
tos (Rydell & Everingham, 1996). busca simplemente, concluir que, desde el
El cambio súbito de una política res- punto de vista estrictamente económico,
trictiva a una permisiva, que implica en la actual política antidrogas también está
la práctica cambiar policías por médicos fracasando.

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SUPLEMENTO ESPECIAL

Bibliografía de referencia:
1. REF. LIBRO DROGAS- ECONOMIA DE LAS DROGAS

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