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CONDICIONES SISTEMICAS Y HALITOSIS

Es importante notar que, mientras la higiene oral inadecuada y la saluda bucal deficiente
pueden a menudo crear las condiciones ideales para el desarrollo de halitosis, su concurrencia
no es precisamente indispensable. Otras causas de halitosis se relacionan con la excreción en
la saliva de metabolitos normales (o anormales) de procesos y funciones corporales no-orales,
este es el caso de la trimetilaminuria o "síndrome de olor a pescado", que resulta de la
incapacidad del organismo de destruir completamente colina y que conduce a una acumulación
en la sangre, y otros fluidos corporales del paciente, de trimetlamina, el compuesto responsable
del olor a pescado en el aliento, orina y sudor del paciente. La gente está probablemente más
familiarizada con el olor a cetona del aliento de los pacientes diabéticos, y el olor cetósico del
aliento de los anoréxicos (y de algunos de los que están a dieta). Los problemas renales que
pueden conducir a la uremia, producen un aliento con olor a orina, mientras que los problemas
biliares y trastornos hepáticos, como la cirrosis le dan al aliento un olor a ratonil. La leucemia y
otros trastornos sanguíneos ocasionan asimismo efectos relacionados.

La halitosis es un trastorno secundario común entre los pacientes con xerostomía, o boca seca
crónica, que a menudo es la consecuencia del avance de los años o de la irradiación de la
cabeza y nuca, que se emplea para el tratamiento de muchos cánceres. Los medicamentos de
uso más común, como los antihistamínicos, los antihipertensivos, y los que se utilizan para
combatir la depresión en la enfermedad de Parkinson, pueden provocar xerostomía como
efecto secundario. La función salival de los pacientes con xerostomía se debilita, lo que puede
agravar o precipitar la periodontitis o simplemente aumentar la concentración salival de los
csvs, aumentando por tanto su concentración en el aire espirado. Una disminución en el flujo
salival asociado con los ciclos circadianos del sueño es lo que provoca el aliento matinal, que
tantos conocen.

El hecho que frecuentemente se relaciona la halitosis con la xerostomía o sueño (cuando el


flujo salival disminuye debido a los ritmos circadianos y al cese de la masticación y otra
actividad oral-mecánica), demuestra el importante rol que desempeña la saliva en el control de
la halitosis. La putrefacción bacteriana de las sustancias químicas es la que causa mayormente
la halitosis. La saliva contiene proteínas, carbohidratos e inmunoglobulinas que interfieren con
el metabolismo de las bacterias y con la adherencia bacteriana a las superficies orales, y que
en algunos casos son bactericidas. Además, el rol de la saliva como un solvente en el ambiente
oral químico, sirve para controlar el olor bucal; los compuestos volátiles disueltos en la saliva no
huelen hasta que se hayan evaporado en el aire bucal y nuestras mucosas nasales alcanzan a
registrar los químicos evaporados en el aire. Es lógico, entonces, que si se reducen sus
concentraciones en la saliva por medio de la estimulación del flujo salival, será más difícil para
la presión de vapor en la boca, causada por la inhalación o exhalación, evaporarlos en el aire
bucal, de modo de hacerlos menos detectables para nosotros y para otras personas. Los
productos refrescantes del aliento tienden a ser bactericidas y a estimular la secreción salival.
La masticación de chicle también estimula el flujo salival (y la eliminación de bacteria
acumulada), la capacidad buffer o neutralizante, y la concentración de factores de defensa oral
críticos; el chicle sin azúcar es menos cariogénico que el chicle con sacarosa y otros azúcares,
pero tiende a elevar el pH oral, haciendo el ambiente más acogedor para las bacterias
anaeróbicas halitóticas.

Otras causas bucales de la halitosis pueden ser la ulceración a causa de diabetes, herpes o
trauma, las complicaciones postoperatorias de una amidalectomía, o cirugía reconstructora
oral, cánceres bucales, abscesos dentales, candidiasis, alimentos impactados, restauraciones
inapropiadas de los dientes, uso de productos de tabaco y dentaduras sucias. Desde hace
siglos se ha reconocido que los alimentos ricos en compuestos de sulfuro, como ajos, cebollas
o curries (que contienen ambos), son otras de las causas de olor desagradable. Finalmente
cualquier número de medicamentos (entre ellos, disulfiram, dinitrato de isosorbide, amonio
triclorotelurado, incluso la tetraciclina), puede provocar halitosis como efecto secundario.

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