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Aristóteles en su Ética Nicomáquea, afirma que “la felicidad radica en el ocio”. “Para
este autor la felicidad radica en el ocio y se realiza plenamente, del modo más
excelente en la contemplación (teoría), en la actividad de la mente, que tiene su
propio placer. Para Aristóteles es la actividad superior que nos asemeja a los dioses
y es la más apropiada por naturaleza para la realización del ser humano”. [ CITATION
Ami14 \l 11274 ]
Consideramos que es un error confundir tiempo libre con ocio, ya que en no todo
tiempo libre se practica el ocio, en su sentido clásico, como tiempo destinado a la
contemplación del ser de las cosas. La definición del diccionario soviético también
incluye en el ocio el tiempo de descanso y los pasatiempos anticulturales, como el
abuso de alcohol, realidad con la que tampoco estamos de acuerdo.
Para Sebastián de Grazia (1966) “El ocio es el estado de verse libre de las
necesidades diarias y las actividades del ocio son aquellas a las que uno se
dedicaría por su propio gusto”. (pp. 13-14) Para este autor el ocio es el tiempo libre
de la persona y las actividades que se realizan por su propio interés o gusto.
Según Ieda Maria Rhoden, <<el ocio es una experiencia personal “permitida” y “que
permite”, sea el descanso, el disfrute o el desarrollo humano>>. Esta autora también
sostiene que <<” muchos autores utilizan las expresiones diversión, juego,
recreación, distracción, entretenimiento, tiempo libre, como si fuesen lo mismo”...
que ocio... “aunque, al profundizar en el estudio de estos términos, percibimos que
no lo son.”>> (Elizalde, 2010, p. 444)
Juan Alfredo Casaubon (2006), filósofo tomista del siglo XX, define el ocio como
“estado de reposo anímico,en el que es posible que broten las preguntas filosóficas,
y en el que son posibles también la contemplación filosófica o teológica. No debe
confundirse con la pereza”. Para este pensador, el ocio es una de las raíces
humanas de filosofar, o una de las condiciones de donde nace la Filosofía. “El ocio
es una cesación de las actividades prácticas cotidianas, no para vagar, divagar o
dormir, sino para ponerse en disposición de contemplar los entes y en especial de
captar en ellos el ser”. Casaubon sostiene que “el ocio que permite filosofar es a
menudo despredeciado por la mentalidad del hombre moderno, pletórica de
activismo” y que “la vida del individuo medio actual consiste fundamentalmente en el
desarrollo de una actividad incesante y mecanizada”.
Josef Pieper (1979), en la misma tradición intelectual tomista que Casaubon,
sostiene que el ocio es el tiempo y el estado del alma dedicado a la contemplación
de la totalidad del ser de las cosas, lo más importante para el ser humano y el
fundamento de toda verdadera cultura.
Bibliografía
Amigo Fernández de Arroyabe, M. L. (2014). Ocio estético valioso en la Poética de
Aristóteles. Pensamiento, 70(264), 454.
Pieper, J. (1979). El ocio y la vida intelectual (4ta ed.). Madrid: Ediciones Rialp,S.A.