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El ser humano es un ser gregario por naturaleza. Esto quiere decir que naturalmente
necesitamos a los demás para sobrevivir. En este sentido es importante pensar que necesitamos
de otro y el otro necesita de mí. "Hoy por ti y mañana por mí" dice el dicho. De modo, que si
un compañero necesita ayuda en su trabajo, y yo puedo brindarle esta ayuda, por qué no
hacerlo? Esto se llama solidaridad y nos hace la vida más amable.
Supervisor: Quisiera oír algunas situaciones en las que esta semana Usted ayudó a otra
persona y por qué lo hizo. (Participación del grupo y luego retoma el supervisor que da la
charla).
El día de hoy quiero hablarles también de algunas situaciones de trabajo en que podemos
verdaderamente ayudar. Una de ellas es en el mantenimiento.
Si alguien nos ha prestado una herramienta de trabajo, es lógico que debemos cuidarla, como si
fuera nuestra y aún más. Pero si esta herramienta se llega a dañar, debemos ser honestos con el
compañero que nos hizo el favor y advertirle de lo que pasó, para que cuando la persona la
vuelva a utilizar, no se vaya a lesionar.
Otra forma importante de ayuda en el trabajo es mantener nuestro espacio de trabajo limpio y
ordenado. Esto permite que ganemos tiempo. Las herramientas y los materiales aparecen
rápidamente, están en buen estado, listas para ser usadas.
Los japoneses tienen unas palabras en japonés, que se conocen como las cinco S, porque todas
tienen una S.
El tercer paso consiste en la limpieza tanto del espacio físico, como de las máquinas y
herramientas. Ello permite por un lado evitar accidentes, por otro ayuda a detectar más
rápidamente roturas y fallas de maquinarias, logrando de tal forma un mejor mantenimiento
preventivo, y por otro lado contribuye a incrementar la autoestima y motivación del personal.
El cuarto paso es la del aseo personal y la utilización de los elementos necesarios para las
actividades (ejemplo: guantes y anteojos de protección).
El quinto y último punto es la disciplina necesaria para repetir de manera continua y regular
los anteriores pasos.
Si esto ayudó a un país como Japón a sobreponerse después de una bomba atómica que
destruyó a Hiroshima y Nagasaki, y llegaron a ser potencia mundial después de que estaban
aniquilados, a nosotros también nos puede servir para salir adelante y tener éxito y armonía en
nuestro trabajo.
Con esta reflexión terminamos la charla de hoy, y pensemos de nuevo, como pensaron los tres
mosqueteros, Athos, Porthos y Aramís: "Uno para todos y todos para Uno", en una novela de
un señor francés llamado Alejandro Dumas, que cuenta cómo estos tres amigos llegaron muy
lejos, ayudándose unos a otros.