En la actualidad el sistema de justicia se encuentra cada vez, mas saturado de trabajo motivo por el cual no se ha logrado responder a las expectativas de la sociedad esta sobrecarga de trabajo, tanto de la institución investigadora como de los órganos jurisdiccionales, genera la existencia de procesos temporalmente largos.
Debido a esta se ha buscado poner énfasis en los diferentes métodos
alternativos de solución de conflictos, en contraposición al litigio judicial tradicional. Esos medios constituyen una propuesta que supera la concepción rígida del sistema jurisdiccional e implican un enfoque distinto del derecho procesal, al avanzar en la construcción de posibles soluciones, con la participación de los mismos afectados; lo que resulta en una menor carga litigiosa para el Estado, haciendo énfasis en la co-responsabilidad social.
La justicia restaurativa como forma alternativa de solución de conflictos
legales ha cobrado importancia en el mundo actual, desde la aparición del movimiento victimológico y desde la necesidad de crear formas novedosas de respuesta al paradigma retributivo tradicional del sistema penal
Para el pensamiento victimológico por lo tanto, la inclusión de la víctima y la
consideración del sufrimiento ocasionado por el delito, se convierten en un punto principal. Es por esto, que el paradigma victimológico deja de considerar a la víctima como simple sujeto pasivo, para considerarlo como un sujeto activo, que merece ser considerado con plenos derechos, sin restarle importancia a los derechos del victimario.
De esta forma se busca que se conceda a las víctimas y a los victimarios, la
oportunidad de "curarse" y que se les permita "narrar" sus historias. Lo que se plantea entonces es una perspectiva diferente, que deje de lado la justicia fundamentada en el castigo, el dolor y el sufrimiento del victimario, como un ejercicio de venganza. De esta forma se crea una justicia centrada en la reparación y no en el castigo, en la solución del conflicto desde las partes que lo originaron, en el diálogo y la mediación, en el reconocimiento de que el delito es un hecho concreto que afecta a sujetos concretos, en la búsqueda de la reconciliación y la sanación de sus propiciadores.
Las reuniones entre víctimas, infractores y miembros de la comunidad
afectada, se han dado de manera distinta en las diferentes partes del mundo, dependiendo de las particularidades culturales propias de cada lugar. El procedimiento requiere para su aplicación que el infractor admita la responsabilidad del delito. En nuestro país una de las formas más utilizadas es la mediación.
La mediación es un proceso mediante el cual la víctima y el victimario
pueden, voluntariamente, participar en la resolución de problemas que surgen del delito a través de la ayuda de un tercero imparcial o mediador, alcanzando por sí mismas un acuerdo, todo esto a través del dialogo.
La mediación se muestra como una solución más rápida y de menor costo
que un juicio penal. Evita el enfrentamiento entre las partes, y les permite mantener su relación profesional o personal más allá del conflicto. La mediación también brinda a las partes la oportunidad de resolver el conflicto mediante soluciones que no serían posibles en un pleito judicial, por lo que su uso es especialmente recomendable si las personas involucradas tienen una relación cercana.
Mediante este método se disminuye la ansiedad y el malestar asociado al
conflicto, la flexibilidad está presente siempre en el proceso, y las partes son libres de poner fin a la mediación por lo que se reduce el coste emocional, ayudando así a reparar el daño ocasionado en la victima, el victimario y la sociedad.
Al permitir a la victima reunirse con el infractor sobre la base de su propia
voluntad se le ofrece la oportunidad de comprender mejor el caso y se anima al infractor a comprender el impacto producido por el crimen y contemplar la responsabilidad del daño ocasionado. De igual manera, proporcionar a la victima y al infractor la oportunidad de desarrollar un plan para restaurar el daño.
Se ofrece así a los participantes la sensación de que ellos están
participando del acto de hacer justicia, desde ellos, y no desde lo formal abstracto de la justicia retributiva
Evidentemente, la opción de la mediación no resulta viable cuando se trata
de conflictos de extrema gravedad, pero sí es un recurso válido en muchos procesos civiles, familiares, laborales, etc.
La mediación como instrumento de diálogo al servicio de la pacificación y
resolución de todo tipo de conflictos está cobrando un importante protagonismo, principalmente en nuestro país. La Justicia Restaurativa, a través de la mediación, trata de encontrar soluciones a través del diálogo, y de la ayudar a ponerse en el lugar del otro, dando lugar a la empatía, cuidando los procesos de responsabilización y evitando la frecuente confusión entre responsabilidad ética y la responsabilización criminal.