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Empanizados y frituras
Manteca y margarina en barra
Los alimentos de origen animal, como las carnes rojas y los lácteos, tienen pequeñas cantidades de
grasas trans. Pero la mayoría de las grasas trans proviene de los alimentos procesados.
Una vez consumidos, los ácidos grasos trans se absorben por el aparato digestivo y pasan
a la sangre. Se incorporan a la membrana de las células donde sustituyen a los fosfolípidos,
que normalmente son las grasas que componen las membranas celulares y éstas pierden o
disminuyen su flexibilidad y fluidez, por lo que otras moléculas, como las del colesterol, no
pueden acoplarse a la membrana y quedan libres, aumentado los niveles de colesterol
en sangre. Además aumentan la formación de ésteres de colesterol que son causantes del
desarrollo del proceso de aterogénesis.
Como aumenta el colesterol esterificado se incrementa el intercambio del mismo, de
proteínas grandes (HDL) hacia las proteínas pequeñas o de baja densidad, que son las que
tienen capacidad para depositarse en la pared arterial. Este mecanismo de depósito en la
pared de los vasos sanguíneos provoca depósitos de calcio y se forma la llamada placa
de ateroma. La arterioesclerosis es un endurecimiento de las arterias, provocado en parte
por el depósito de lípidos y calcio en la pared arterial. Se ha observado que los ácidos
grasos trans aumentan la incorporación de calcio en las células del endotelio vascular. Este
efecto se atenúa si hay otro mineral, el magnesio, el cual disminuye el flujo de calcio hacia
las células. Si hay poco magnesio y se han depositado ácidos grasos trans en la membrana
de las células endoteliales, aumenta el paso del calcio.
Por eso el primer efecto de los ácidos grasos trans es aumentar los niveles de
colesterol total, sobre todo del colesterol LDL (“colesterol malo”), mientras que
disminuye el colesterol HDL (colesterol “bueno”). En comparación con el consumo de
cantidades iguales de calorías provenientes de grasas saturadas y grasas insaturadas cis,
el consumo de ácidos grasos trans provoca casi el doble de cantidad de LDL.
Por otro lado, los ácidos grasos trans aumentan los niveles de triglicéridos en sangre y
la hipertrigliceridemia está asociada independientemente con el riesgo de enfermedad
cardiovascular. Además, se ha observado que los ácidos grasos trans aumentan la
inflamación a nivel de las células del endotelio, que es la capa más interna de las arterias y
la que está en íntimo contacto con la sangre circulante. Al incorporarse a las membranas de
las células, tanto del endotelio como de los glóbulos blancos y de las células del tejido
adiposo, afectan a la vía que inicia los mecanismos de la inflamación. Los factores
inflamatorios tienen un papel importante en el desarrollo de diabetes, ateroesclerosis,
ruptura de placa y muerte súbita cardiaca.
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