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TASAS Y PRECIOS

LOS PRECIOS PUBLICOS

JOSÉ JUAN FERREIRO LAPATZA


Catedrático de Derecho Financiero y Tributario
Universidad de Barcelona

1. TASAS Y PRECIOS meditada, pues con ella se entra en una


distinción tan tradicional como polémica:
Cuando el Estado, actuando como tal la que trata de marcar la diferencia entre
ente público, trata de satisfacer una nece- tasa y precio.
sidad colectiva por medio de una activi-
dad que se concreta en prestaciones indi- Para ello, para marcar la diferencia en-
vidualizadas a sujetos determinados, des- tre tasa y precio, es necesario repetir la
tinadas directa e inmediatamente a ellos, y afirmación que acabamos de realizar: la
en base a estas prestaciones hace pagar a tasa es un tributo. Pues de ella se derivan
estos sujetos un tributo, tal tributo debe dos consideraciones iniciales que creemos
incluirse entre las tasas. de indudable interés.

La tasa es así, un tributo cuyo hecho La primera se refiere al carácter ex lege


imponible consiste en una actuación de la de la obligación que tiene por objeto el
Administración que se refiere, que afecta, pago de una tasa. La tasa es un tributo y,
directa e inmediatamente, al sujeto pasi- como en todo tributo, es la realización del
vo. hecho imponible la que determina el
nacimiento de la obligación tributaria.
La tasa se distingue, por tanto, del resto Esta obligación, por tanto, no tiene su
de los tributos por su hecho imponible; y fuente, como sucede en los contratos, en
del resto de los ingresos públicos no la voluntad del obligado, sino en la vo-
tributarios, porque es, claro está, un tribu- luntad de la Ley; lo que quiere decir que
to. Esta última afirmación, tan obvia, ne- es la Ley, y sólo la Ley, la que determina
cesita ser, sin embargo, profundamente su nacimiento, su validez, su configura-

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ción y contenido y sus modos de extin- Estas categorías jurídicas son inaplica-
ción. Sin que la voluntad del obligado bles a las obligaciones ex lege, pues en
sea, en absoluto, relevante para la fijación ellas la causa es la Ley y el pago no es
de estos extremos. Pues la voluntad del el pago de un precio, entendido, repeti-
obligado se dirige a la realización del he- mos, en el sentido técnico-jurídico de
cho imponible y no dar nacimiento a una esta expresión, como contraprestación,
obligación que, repetimos, tiene su única sino de una cantidad debida de acuerdo,
fuente en la Ley. únicamente, con el mandato de la Ley.

La voluntad del obligado puede ser re- Resulta así que cuando la Ley prevé
levante, en consecuencia, para determinar un hecho y hace derivar de su realización
si el hecho imponible se ha realizado o la obligación del pago al Estado o a otro
no, pero no lo es para determinar, insisti- ente público de una cantidad estamos
mos, el nacimiento, validez y contenido ante un tributo o una sanción. Pues, al
de la obligación. menos en el ordenamiento español, no se
reconoce otro tipo de prestaciones pe-
De esta primera consideración de la cuniarias de carácter público impuestas
tasa como obligación ex lege, se despren- por la Ley que las sanciones o los tribu-
den otras dos consecuencias fundamenta- tos.
les: de un lado, en cuando a la voluntad
del obligado, su análisis debe realizarse Dicho de otro modo, el ordenamiento
desde perspectivas diferentes, por lo que jurídico español no conoce ningún caso
se refiere a su existencia, vicios y defec- de obligación de pago de una suma de
tos, en el caso de las obligaciones ex con- dinero impuesta por la Ley que no quepa
tractu y en el caso de las obligaciones ex en la definición que de él se desprende y
lege, pues en las primeras la voluntad del él refleja de tributo o de sanción (civil o
obligado quiere la obligación, y en las penal).
segundas, quiere el hecho que la origina.
En consecuencia, cuando se trata de
De otro lado, en cuanto a la voluntad una obligación ex lege, sólo podemos ha-
de la Ley, debe examinarse si ésta se li- blar de precio en sentido jurídicamente
mita a reconocer y regular los efectos de impropio, en el sentido “económico” de
una voluntad dirigida a celebrar un con- una cantidad que se quiere equivalente a
trato y, entre estos efectos, reconoce y re- algo, servicio o utilidad que se recibe y
gula las obligaciones que de tal contrato cuya percepción implica la realización
pueden derivar, o si, por el contrario, la del hecho que según la Ley origina la
Ley establece una obligación que debe obligación de pago.
nacer con la simple realización del hecho
en ella previsto y tipificado. Servicio o utilidad que sólo en el sen-
tido “económico” apuntado hace un mo-
Resulta claro que sólo cuando la Ley mento, ni siquiera en sentido vulgar (el
regula un contrato podemos hablar en D.R.A. dice que la palabra contrapresta-
sentido técnico-jurídico estricto de precio ción significa “prestación que debe una
como contraprestación a la que una de las parte contratante por razón de la que reci-
partes se obliga y que trae su causa de la be o debe recibir”), como así lo hizo la
prestación que de la otra ha de recibir. L.G.T. desde su promulgación, puede en-

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tenderse como “contraprestación” de la Estas dos notas, obligación ex lege,
cantidad a pagar. obligación de Derecho público, separan
nítidamente a la tasa de los precios, in-
Resulta, por lo demás, obvio que las gresos de Derecho privado, voluntarios,
obligaciones de carácter público, que unen que los particulares pagan a la Adminis-
a un particular con un ente público, tración por alguno de sus servicios. Su
pueden derivar no sólo de la Ley, sino régimen jurídico está claramente diferen-
también de un contrato de naturaleza pú- ciado. En el segundo caso, la obligación
blica, por ejemplo, del contrato de présta- de pagar el precio es una obligación vo-
mo en que se concreta la Deuda pública. luntaria ex contractu, y el acreedor, el Es-
tado, se halla en una situación jurídica
Entendemos que el artículo 31.3 de la similar a la de un particular.
Constitución española, según el cual sólo
pueden establecerse prestaciones patri- La actuación de la Administración di-
moniales de carácter público con arreglo a rigida a los particulares aislada, indivi-
la Ley, sólo se refiere a obligaciones ex dualmente considerados, puede determi-
lege y no a obligaciones ex contractu de nar la exigencia del pago de una cantidad
carácter público. de dinero por los afectados. Este pago
puede configurarse jurídicamente según
Pues “establecer” en el contexto de esta el esquema del tributo, en este caso, la
disposición no puede significar sino tasa, o según el esquema del precio, so-
ordenar una prestación, mandar que se metido, normalmente, a las reglas de De-
haga, que se realice una prestación crean- recho privado.
do la correspondiente obligación a través
de una norma; dando vida, en los supues- Pues, aunque, como ya hemos dicho, el
tos en ella previstos, a una obligación que contrato que une al particular con la
trae su causa de la Ley. Administración puede ser de naturaleza
pública, lo normal es que cuando la Ad-
La tasa determina, por lo demás, y ésta ministración utiliza la técnica del contrato
es la segunda de las consideraciones que para la financiación de los servicios que
se derivan de su carácter de tributo, un presta a los particulares, lo haga some-
ingreso de Derecho público. Un ingreso tiéndose a las reglas del Derecho privado.
que el Estado exige como tal ente públi- Obviamente, la utilización de contratos de
co. La Administración como acreedora Derecho público sometería los pagos a
aparecerá, por tanto, dotada de facultades realizar por el particular a las normas de
extraordinarias, exorbitantes con relación Derecho público, pero no convertiría la
a las normales situaciones reguladas por obligación derivada del contrato en una
el Derecho privado. Fundamentalmente obligación ex lege de Derecho público, en
tendrá la posibilidad de ejecutar por si un tributo. Hecha esta observación, pode-
mismo, sin acudir a la justicia ordinaria, mos seguir con nuestro discurso.
su derecho de crédito, en caso de incum-
plimiento, utilizando la vía de apremio La índole de la actividad administrati-
administrativo. Además, su crédito tendrá va, los fines que se persiguen con su rea-
derecho de prelación frente a otros acree- lización por la Administración pública, la
dores, sus facultades probatorias excede- dosis de utilidad colectiva que se preten-
rán las de un particular, etc. de alcanzar con ella, determinarán, en

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cada caso, entre otras razones, la elección todo caso, de una elección. De una elec-
entre los distintos regímenes jurídicos a ción política que no está condicionada, al
que se deben someter los pagos exigidos menos en el ordenamiento español, por la
a los particulares afectados. Constitución, ni, en general, por concep-
tos ni calificaciones previas, pretendida-
Cuando la actividad administrativa sea mente técnicos, que unan indefectible-
por su naturaleza inherente al Estado, es mente a ellos la exigencia de una tasa o de
decir, cuando (según las concepciones un precio.
políticas del momento) sólo el Estado
puede realizarla y cuando sea necesaria No se puede decir, por ejemplo, que la
para la vida de la comunidad su realiza- tasa ha de resultar elegida cuando se trata
ción por el Estado, parece lógico que los de financiar una necesidad colectiva o un
pagos que se exigen a los particulares servicio público; primero, porque tal
afectados se configuren según el esquema elección no aparece ordenada por la
de la tasa. Es la Ley quien debe configu- Constitución; segundo, porque un servi-
rar de modo uniforme y general, siguien- cio público puede, en principio, financiar-
do los criterios de justicia aceptados por se bien con tasas, bien con impuestos o
el ordenamiento en torno al reparto de las bien con precios; tercero, porque, aun
cargas impuestas por estos servicios a los admitiendo la necesaria ligazón entre ne-
miembros de la comunidad, la obligación cesidad colectiva y tributo, el problema
de pago a cumplir por los afectados. Es el se desplazaría entonces hacia el concepto
Estado, actuando como tal, quien debe de “público” o “colectivo”, un concepto
velar porque estas normas se cumplan. históricamente relativo, imposible de de-
terminar a priori en términos absolutos.
En este caso se sitúan, sin duda, los
pagos exigidos a los particulares relacio- No se puede decir, desde luego, que la
nados con determinados registros (por tasa ha de ser elegida siempre que se trate
ejemplo, propiedad industrial) y con la de un servicio público obligatorio, porque
actividad administrativa de autorización, entonces se incurre en una tautología.
permiso, inspección y policía en general. Pues si el servicio es, en rigor, obligato-
rio, es decir, obligatorio para todos sin
Cuando la actividad de la Administra- que nadie puede sustraerse a él y se exige
ción es similar a la que puede desarrollar por él una cantidad, es evidente que dicha
cualquier particular y su fin primordial es cantidad se exige porque la Ley y sólo la
el lucro (por ejemplo, la actividad publi- Ley lo ha querido sin que pueda hablarse
citaria realizada a través de revistas edita- en estos casos de contrato. La posibilidad
das por los servicios de publicaciones de de elección no existe en estos casos. Ca-
ciertos ministerios), entonces es claro que sos que sólo pueden identificarse con su-
esta actividad de prestación debe ser so- puestos reales muy aislados, como puede
metida al Derecho privado y que los in- ser, por ejemplo, el “servicio” de expedi-
gresos que se logren (por ejemplo, los ción del Documento Nacional de Identi-
pagos de los anunciantes en las revistas dad. En los demás supuestos la utiliza-
aludidas) deben calificarse de precios. ción del servicio es siempre, al menos
hasta cierto grado, voluntaria, como vo-
Pero lo importante, lo fundamental, es luntaria es, en general, la realización del
que nos demos cuenta de que se trata, en hecho imponible de todos los tributos. Y

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ya sabemos que la voluntariedad en la re- precio, debe tener presente el régimen ju-
alización del hecho imponible nada tiene rídico que tal elección predetermina. En
que ver con la obligación de pago que virtud del régimen jurídico de la obliga-
nace de la realización de tal hecho. ción ex lege o ex contractu que desee es-
tablecer y, fundamentalmente, de los
Tampoco cabe diferenciar entre tasa y condicionamientos constitucionales a que
precio por su cuantía según sean o no está sometido el establecimiento de un
equivalentes los pagos realizados y los tributo.
servicios recibidos; pues ni esa equiva-
lencia puede ser determinada en términos En términos jurídicos, pues, la diferen-
objetivos, ni es inherente, en todo caso, al cia entre tasa y precio es clara.
precio, ni se puede excluir, en todo caso,
en los supuestos en que se exige el pago Una tasa es un tributo, es decir, es una
de una tasa. obligación ex lege de Derecho público.
Un precio es una cantidad que ha de pa-
La cuantía que el particular está obli- garse en cumplimiento de una obligación,
gado a pagar por la utilización de un ser- normalmente de Derecho privado, deriva-
vicio público no determina necesariamen- da de un contrato.
te el régimen jurídico del pago a realizar.
Puede servir, como con toda claridad ex- La tasa es, pues, un tributo, conclui-
puso Einaudi, para diferenciar, en térmi- mos así este epígrafe, cuyo hecho impo-
nos estrictamente económicos, los precios nible consiste en la prestación de un ser-
privados o públicos de los precios políti- vicio o la realización de actividades por
cos o tasas, pero no puede servir para di- la Administración que afecten o benefi-
ferenciar jurídicamente la tasa del precio. cien en modo particular al sujeto pasivo.

Jurídicamente, tasa y precio son dos 2. EL CONCEPTO DE TASA EN LA


institucionales distintas, dos moldes de LEGISLACION ESPAÑOLA
relaciones sociales perfectamente diferen-
ciados: la una incorpora una obligación ex De acuerdo con la disposición adicio-
lege de Derecho público; el otro, una nal primera de la Ley 8/1989, de 13 de
obligación ex contractu, normalmente de abril de Tasas y Precios Públicos
Derecho privado. (L.T.P.P.), el artículo 26.1.a) de la L.G.T.
ha quedado redactado del siguiente
Pero, fijémonos bien, no se trata de modo:
decir que tasa y precio, en términos jurí-
dicos, sólo se pueden diferenciar “a pos- “Las tasas son tributos cuyo hecho
teriori” una vez examinado el régimen imponible consiste en la prestación de
jurídico a que está sometido el pago que servicios o la realización de actividades
en cada ocasión se analice. en régimen de Derecho público que se
refieran, afecten o beneficien a los sujetos
Se trata, precisamente, de lo contrario. pasivos, cuando concurran las dos si-
Tasa y precio son dos figuras jurídicas, guientes circunstancias:
dos técnicas, dos instituciones que incor-
poran un régimen jurídico diferente. El a) Que sean de solicitud o recepción
legislador, a la hora de elegir entre tasa y obligatoria por los administrados.

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b) Que no puedan prestarse o realizarse por razones de seguridad, salubridad, de
por el sector privado por cuanto impli- abastecimiento de la población, de orden
quen intervención en la actuación de los urbanístico, o cualesquiera otras.”
particulares o cualquier otra manifesta-
ción del ejercicio de autoridad o porque, En las normas que acabamos de trans-
en relación a dichos servicios, esté esta- cribir pueden, a nuestro juicio, distinguir-
blecida su reserva a favor del sector pú- se dos partes claramente diferenciadas.
blico conforme a la normativa vigente.”
En la primera se establece el concepto
Esta redacción trata de armonizar el de tasa de acuerdo con la definición teóri-
artículo 26 L.G.T. con la propia Ley de ca generalmente aceptada, y que se refle-
Tasas, de la que, como acabamos de ver, ja por otra parte con claridad en las tasas
trae su causa, y que define de modo idén- que conoce el ordenamiento español: la
tico las tasas en su artículo 6, y con la tasa es un tributo cuyo hecho imponible
Ley Reguladora de las Haciendas Loca- consiste en la realización de un servicio o
les, que en su artículo 20 nos dice que: de una actividad por la Administración
(directa o indirectamente, piénsese, por
“1. Constituye el hecho imponible de las ejemplo, en los modos de gestión indirec-
tasas la prestación de un servicio público ta de las Corporaciones locales) que afec-
o la realización de una actividad adminis- ta o beneficia de modo particular al sujeto
trativa de competencia local que se refie- pasivo.
ra, afecte o beneficie de modo particular
al sujeto pasivo; cuando, en todo caso, En la segunda, no se trata ya, como
concurran las circunstancias siguientes: veremos ahora, de precisar este concepto,
sino de fijar límites al campo de apli-
a) Que sean de solicitud o recepción cación de las tasas diciendo que éstas
obligatoria. sólo deben de establecerse cuando el ser-
vicio cuya prestación determina la reali-
b) Que no sean susceptibles de ser presta- zación del hecho imponible sea de “soli-
dos o realizados por la iniciativa privada, citud o recepción obligatoria” o cuando
por tratarse de servicios o actividades que no pueda prestarse por el sector privado
impliquen manifestación de ejercicio de la por entrañar el ejercicio de autoridad o
autoridad, o bien se traten de servicios porque esté reservado legalmente al sec-
públicos en los que esté declarada la re- tor público.
serva en favor de las Entidades locales
con arreglo a la normativa vigente.” Los límites reseñados incorporan,
como con acierto ha indicado Martin
Aclarando en su número 2 que: Queralt, una opción política. El legislador
entiende que en los supuestos indicados
“Se entenderá que la actividad admi- las prestaciones exigidas a los particula-
nistrativa o servicio afecta o se refiere al res han de establecerse y configurarse
sujeto pasivo cuando haya sido motivado como tasas.
directa o indirectamente por el mismo en
razón de que sus actuaciones u omisiones Tal opción debe de calificarse, sin
obliguen a las Entidades locales a realizar embargo, como imprecisa en sus térmi-
de oficio actividades o a prestar servicios nos y de corto alcance en sus efectos.

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Pues al estar incorporada a una Ley a) Cuando venga impuesta por disposi-
ordinaria (la L.G.T., la L.T.P.P. y la ciones legales o reglamentarias.
L.R.H.L., lo son) carece de efectos res-
pecto a leyes futuras, y esto en un doble b) Cuando constituya condición previa
sentido: para realizar cualquier actividad u obte-
ner derechos o efectos jurídicos determi-
Primero. El Estado puede, desde lue- nados.”
go, establecer tasas sin atender a los már-
genes señalados por la L.G.T. Pues una Esta respuesta, en nuestra opinión,
ley ordinaria del Estado no puede condi- conduce inexcusablemente al absurdo,
cionar sus leyes futuras. pues en todos los servicios que se prestan
a solicitud del sujeto pasivo la solicitud
Segundo. Cuando el Estado o las Co- funciona como condición previa para su
munidades autónomas decidan, en el prestación, o sea, para “realizar cualquier
marco de sus respectivas competencias, actividad u obtener derechos a efectos
financiar un servicio exigiendo a los par- jurídicos determinados”. Y, en este sen-
ticulares que lo utilicen el pago de una tido, serían todos ellos, según el criterio
obligación ex lege de carácter público es- sentado por la propia Ley, “obligato-
tarán, en todo caso, en cada caso, estable- rios”.
ciendo una tasa y deberán, en todo caso,
en cada caso, cualquiera que sea el pre- Lo cierto es que la voluntariedad en la
supuesto de hecho contemplado, obede- realización del hecho imponible de un tri-
cer las prescripciones constitucionales buto no puede servir para marcar su cam-
que regulan el establecimiento de los tri- po de aplicación, porque, salvo en casos
butos. muy aislados, a los que ya hemos aludi-
do, los hechos imponibles de todos los
La reserva marcada para las tasas en la tributos son siempre, en rigor, de realiza-
L.G.T., la L.T.P.P. y la L.R.H.L. sólo es ción voluntaria.
efectiva en cuanto viene establecida por
esta última Ley en la esfera local, pues en Por lo demás, la imprecisión de estos
ella el Estado sí puede acotar el campo de límites aparece subrayada en la propia
acción de las tasas que pueden establecer L.T.P.P. al indicar los casos concretos en
y exigir las Corporaciones locales. los que procede o no la imposición de
tasas. Procede, por ejemplo, según el artí-
Tales limites no pueden, por lo demás, culo 13, por los “servicios académicos”,
y como ya antes habíamos apuntado, con- aunque no en los de nivel superior (disp.
siderarse demasiado precisos. En efecto, adic. 5ª) y, aunque tales servicios pueden
¿cuándo podemos decir que la actividad o prestarse también por el sector privado.
el servicio son de solicitud o recepción No proceden, por ejemplo, según su ar-
obligatoria?. tículo 24, por “la utilización privativa o el
aprovechamiento especial del dominio
La L.T.P.P. intenta, en su artículo 24.2, público”, aunque para lograr la concesión
ofrecer una respuesta general a esta sea necesaria la previa solicitud del sujeto
pregunta al decir que: “... no se conside- pasivo y aunque la concesión implique el
rará voluntaria la solicitud por parte de los “ejercicio de autoridad” y no pueda ser
administrados: realizada por el sector privado.

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Tal imprecisión revela con toda clari- no a la hora de decidir el modo de finan-
dad que los limites señalados por la ciación, por medio de tasas o precios, de
L.G.T. al campo de acción de las tasas ni un servicio público.
lo determinan, ni pueden servir para pre-
cisar el concepto de tasas que en esta La L.R.H.L. impone, por el contrario,
misma ley se establece. tales criterios, en la medida en que pue-
dan ser precisados, a las Corporaciones
Pues resulta evidente que si el Estado Locales, marcando así el posible campo
en el futuro establece, por medio de una de acción de las tasas locales.
Ley, como quiere el artículo 31.3 de la
Constitución, de modo expreso, es decir, Las tres leyes señaladas nos dicen, de
llamándole por este nombre, un tributo esta forma, cuál debe ser a su juicio el
cuyo hecho imponible consiste en la pres- ámbito de aplicación de estos tributos con
tación por la Administración de un servi- la única intención de marcar el terreno en
cio público al particular, este tributo será que deben aplicarse otras prestaciones pa-
una tasa, sea o no su solicitud obligatoria trimoniales de carácter público, los “pre-
o implique o no ejercicio de autoridad. cios públicos”, a los que inmediatamente
pasamos a referirnos.
En efecto, la clasificación tripartita del
artículo 26.1 L.G.T., que abarca a todos 3. LOS PRECIOS PUBLICOS
los tributos, no permite otra alusión. Y en
ella las tasas se contraponen a contribu- El artículo 24 de la L.T.P.P. dice que:
ciones especiales e impuestos por su dife-
rente hecho imponible y no por otra cosa. “Tendrán la consideración de precios
No, desde luego, por el diferente campo públicos las contraprestaciones pecunia-
de acción reservado a unos y otros por el rias que se satisfagan por:
legislador en cada una de las leyes que
promulga. a) La utilización privativa o el aprove-
chamiento especial del dominio público.
Debemos entender, pues, como con-
clusión y como ya se dijo al principio de b) Las prestaciones de servicios y las en-
este epígrafe, que la L.G.T., la L.T.P.P. y tregas de bienes accesorias a las mismas
la L.R.H.L. recogen el concepto tradicio- efectuadas por los servicios públicos pos-
nal y general de tasa que se desprende de tales.
las múltiples figuras tributarias que en
nuestro ordenamiento han recibido y reci- c) La prestación de servicios o realización
ben este nombre y entienden por tal aquel de actividades efectuadas en régimen de
tributo cuyo hecho imponible consiste en Derecho público cuando concurra alguna
la prestación de un servicio o la realiza- de las circunstancias siguientes:
ción de una actividad por la Administra-
ción que beneficia o afecta de modo par- – Que los servicios o las actividades no
ticular al sujeto pasivo. sean de solicitud o recepción obligato-
ria por los administrados.
Además, la L.G.T. y la L.T.P.P. reco-
gen ciertos criterios orientativos para el – Que los servicios o las actividades no
legislador futuro que éste puede seguir o sean susceptibles de ser prestados o

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realizados por el sector privado, por mos enseguida, de escapar de este modo a
no implicar intervención en la actua- la necesaria aplicación a estos ingresos
ción de los particulares o cualquier del principio constitucional de legalidad.
otra manifestación de autoridad, o Nada puede extrañar, por tanto, que la
bien por no tratarse de servicios en los parte dispositiva de la Ley contradiga el
que esté declarada la reserva a favor pretendido carácter “contractual” que el
del sector público conforme a la nor- preámbulo parece querer atribuir a los
mativa vigente.” precios públicos.

De esta forma, la Ley 8/1989, de 13 Al servicio de esta contradicción, el


de abril, de Tasas y Precios Públicos artículo 24 L.T.P.P., como acabamos de
(L.T.P.P.), introduce en el ordenamiento ver, dice que los precios públicos son
jurídico español una nueva expresión, “contraprestaciones”. Tampoco podemos
unos nuevos términos, “precios públi- conceder un valor fundamental a esta ex-
cos”, para designar determinados ingre- presión, pues nuestro Derecho financiero
sos públicos. ha utilizado y utiliza (cfr. artículo 26
L.G.T.) este vocablo no en su sentido téc-
Resulta, pues, necesario fijar la natura- nico-jurídico de prestación debida, por
leza de los ingresos públicos así designa- una parte, en un contrato por razón de la
dos con el fin de integrarlos bien en una debida o realizada por la otra, sino en su
de las categorías generales tradicionales sentido económico, como ya hemos teni-
de ingreso público que se desprende de do ocasión de decir, de prestación equiva-
nuestro ordenamiento, bien en una nueva lente en su valor al beneficio recibido por
categoría general, de tal forma que poda- un servicio o actividad de la Administra-
mos trascender la interpretación pura- ción. La Ley de Tasas y Exacciones Para-
mente literal de los preceptos que regulan fiscales, de 26 de diciembre de 1958, uti-
los precios públicos e integrar coherente- lizó el término refiriéndolo a las tasas al
mente esta normativa en el resto del orde- decir que “se consideran tasas las presta-
namiento. ciones exigidas por la Administración
como contraprestación de un servicio pú-
Para ello, entiendo, no podemos buscar blico”. La L.T.P.P. de 1989 la utiliza
apoyos demasiado consistentes en el ahora refiriéndola a los precios públicos.
preámbulo de la Ley. Pues, aparte del El vocablo pierde así todo valor seguro
nulo valor normativo de todo preámbulo, para decidir la naturaleza de unas y otros.
nos encontramos en este caso ante una
Exposición de Motivos contradictoria en Debemos, pues, buscar apoyos más
si misma, ya que proclama, de un lado, seguros para calificar los pagos hechos en
como fin de la Ley, el sometimiento de concepto de precio público.
las tasas al marco jurídico de la Constitu-
ción, y declara, de otro, su intención de El primero de ellos nos lo proporcio-
expulsar del marco jurídico de las tasas, y na, con toda claridad, la propia L.T.P.P.:
del sometimiento de este marco a la los pagos realizados en concepto de pre-
Constitución, calificándoles como precios cio público son prestaciones de carácter
públicos, la mayoría de los ingresos pú- público. Son prestaciones de Derecho
blicos que hasta ahora se calificaban público sometidas a las normas de Dere-
como tales. Con la intención, como vere- cho público y a los procedimientos admi-

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nistrativos correspondientes a “la cobran- éste se perfeccione, y depende de su naci-
za de los tributos y de las cantidades que, miento y existencia de la voluntad del
como ingresos de derecho público, debe obligado, estaremos ante una obligación
percibir” la Hacienda Pública (cfr. artí- “ex contractu”.
culo 31 L.G.P.).
Pues bien, la L.T.P.P. señala con abso-
En efecto, el artículo 27.6 L.T.P.P. se- luta claridad (cfr. artículo 27, núm. 2) que
ñala que “las deudas por precios públicos “los precios públicos podrán exigirse des-
podrán exigirse mediante el procedimien- de que se efectúe la entrega de bienes, se
to administrativo de apremio”. conceda la utilización privativa o aprove-
chamiento especial del dominio público o
Los precios públicos son, por tanto, se inicie la prestación de servicios que
prestaciones de carácter público percibi- justifique su exigencia”. Y corrobora este
das por el Estado y demás entes públicos mandato en el número 5 de este mismo
actuando como tales. Son ingresos públi- artículo al decir que “cuando por causas
cos de Derecho público. Las obligaciones no imputables al obligado al pago del
que de ellos derivan son, pues, en el sen- precio no se realice la actividad, no tenga
tido en que antes, al hablar de las tasas, lugar la utilización privativa o aprovecha-
hemos utilizado esta expresión, obliga- miento especial del dominio público o no
ciones de Derecho público. se preste el servicio, procederá la devolu-
ción del importe que corresponda, o, tra-
La pregunta clave para resolver sobre tándose de espectáculos, el canje de las
la naturaleza jurídica de los precios públi- entradas cuando ello fuera posible”.
cos se plantea, así, con toda claridad. La
obligación de pago de un precio público Y es sabido que una obligación no
es una obligación de derecho público. ¿Es sometida a plazo ni condición es exigible
también una obligación ex lege?. ¿Se tra- desde el momento mismo de su naci-
ta de una obligación impuesta por la Ley o miento.
se trata de una obligación derivada de un
contrato?. En el mismo sentido y de modo aún
más claro la L.R.H.L. nos dice en su artí-
La parte dispositiva de la Ley no res- culo 47 que: “la obligación de pagar el
ponde de modo directo y expreso a estas precio público nace desde que se inicie la
preguntas, pero sí responde a nuestro jui- prestación del servicio o la realización de
cio de modo suficientemente claro a ellas la actividad o se conceda la utilización
al señalar la fuente de la obligación. privativa o el aprovechamiento espe-
cial...”.
Pues parece claro que si la obligación
nace de un hecho previsto en la Ley, La L.T.P.P. y la L.R.H.L. nos dicen
siempre que éste se realice y con inde- así, con toda claridad, que es la realiza-
pendencia, en cuanto a su nacimiento y ción del hecho y sólo la realización del
contenido, de la voluntad del obligado, hecho previsto en la norma lo que origina
estaremos ante una obligación ex lege, y la obligación del pago.
si la obligación nace, por el contrario, de
un encuentro de voluntades, de un contra- En efecto, en los términos estrictos de
to, cualquiera que sea el momento en que la ley, es la realización o no realización

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del hecho en ella previsto (utilización del de provocación de coste que complemen-
dominio público, prestación del servicio, ta el principio del beneficio que, general-
realización de la actividad) lo único que mente, se trata de aplicar con estos tribu-
determina el nacimiento y existencia de tos. La actividad de la Administración,
la obligación. provocada por el particular, se realiza
hasta el punto en que se precisa, para al-
Ninguna alusión se contiene en ella a canzar su fin, el concurso del interesado.
un posible contrato preexistente del que Si éste no se produce, provocado el coste,
deriven las recíprocas obligaciones. Nin- la Ley entiende también realizado un he-
gún efecto se prevé en ella derivado de la cho (la obligación de resarcir el daño) y,
posible invalidez de ese contrato. La Ley en consecuencia, niega su devolución. La
no puede ser más clara. Si se realiza el presencia de la norma contenida en el ar-
hecho en ella previsto, existe la obliga- tículo 27.5 L.T.P.P. en el régimen jurídi-
ción. Si no se realiza, no existe. co de los precios públicos aproxima a és-
te el régimen jurídico típico, normal y ca-
Cierto; el artículo 27.5 dispone la no racterístico de la tasa, el régimen normal
devolución del precio público pagado aun y característico de una obligación ex lege
cuando, por causas imputables al sujeto de Derecho público.
pasivo, no llegue a realizarse en su totali-
dad el hecho que origina la obligación de Podría argumentarse, quizá, que la
pago. Pero esta es una norma tradicional L.T.P.P. regula los precios públicos como
en el régimen jurídico de las tasas. En obligaciones de pago que nacen de un
efecto, ya el artículo 347 de la Ley de contrato que sigue el molde del contrato
Régimen Local de 1955, disponía que: real. Tal argumentación no podría contar
“El importe de los derechos o tasas a que tampoco, a nuestro juicio, con una sólida
se refiere este número se devolverá al in- base. En primer lugar, porque la categoría
teresado siempre que, por causas no im- del contrato real, en el sentido que tradi-
putables al mismo, se dejase de prestar el cionalmente ha dado nuestro Derecho a
servicio o de realizar el aprovechamien- esta expresión, no parece pueda entender-
to”. Y el artículo 12 de la L.T.P.P. dispo- se, como indican Díez Picazo y Gullón,
ne que: “Procederá la devolución de las reflejada en nuestro sistema con trazos
tasas que se hubieran exigido cuando no muy seguros y se concreta en él en su-
se realice su hecho imponible por causas puestos muy concretos (mutuo, comoda-
no imputables al sujeto pasivo”. Se trata, to, depósito, prenda) que cabe entender
pues, de una norma que puede insertarse como excepción a la regla general (cfr.
indistintamente en el régimen jurídico de artículos 1.254 y 1.258 C.c) de que los
un tributo o de un contrato y que, por tan- contratos se perfeccionan por el consenti-
to, nada dice a la hora de determinar si miento. Y, en segundo lugar, porque las
estamos ante una obligación ex lege o reglas de fondo que habrían de aplicarse
ante una obligación derivada de un con- a los pretendidos contratos que podrían
trato. dar lugar al pago de un precio público
(compraventa, suministro, arrendamiento
La colocación de esta norma en el ré- de servicios, transporte, etc.), configuran
gimen jurídico de la tasa deriva, sin em- éstos siempre, en nuestro ordenamiento,
bargo, con toda coherencia, del principio como contratos, sin duda, consensuales.

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La L.T.P.P. no hace, sin embargo, no pueden por sí solas desvirtuar la ver-
como acabamos de decir, alusión alguna dadera naturaleza jurídica de las institu-
al mutuo consentimiento como fuente de ciones que designan. Naturaleza jurídica
la obligación de pago de un precio públi- que deriva de su entero régimen jurídico.
co, sino que, por el contrario, impone el Y que en esta ocasión revela la identidad
pago y hace exigible la obligación cuando esencial de precios públicos y tasas.
considera realizado el hecho en ella
previsto. En efecto, como ha dicho Martín Que-
ralt, “comparando el régimen jurídico de
Configura la obligación de pago del la prestación integrante de la tasa, con el
precio público como una obligación ex de la prestación calificada como precio
lege de Derecho público que se exige pa- público, se observa una total homogenei-
ra financiar necesidades públicas, es de- dad entre una y otra. Por mucho que en
cir, como un tributo. el primer caso sea obligatoria la solicitud
o recepción del servicio, este dato es
Llegados a este punto debemos pre- irrelevante en cuanto al aspecto jurídico
guntamos por el tipo de tributo en el que financiero del ingreso, pues tanto la tasa
deben ser encuadrados los precios públi- como el precio público son obligatorios,
cos. sujetos al Derecho público, y devengados
por la realización de ciertos hechos tipifi-
La respuesta viene dada “a contrario” cados por las normas, que coinciden ade-
por el artículo 26.2 L.G.T., según el cual: más en tratarse de un servicio o actividad
“Participan de la naturaleza de los im- de la Administración que afecte o benefi-
puestos las denominadas exacciones pa- cie de modo directo al particular. Y para
rafiscales cuando se exijan sin especial la consecución de ambos cuenta el ente
consideración a servicios o actos de la público con las potestades administrativas
Administración que beneficien o afecten propias de los procedimientos tributa-
al sujeto pasivo”. Según el cual, por tan- rios”.
to, participan de la naturaleza de las tasas
las denominadas exacciones parafiscales Dos puntos diferencian, sin embargo,
cuando se exijan con especial considera- en la L.T.P.P. las tasas de los precios pú-
ción a servicios o actos de la Administra- blicos en los que conviene detenerse. El
ción que beneficien o afecten al sujeto primero se refiere a los hechos que pue-
pasivo. den determinar la exigencia de una y
otros. Con la indeterminación y los cortos
Los precios públicos se configuran así efectos que ya hemos dicho pueden des-
en la L.T.P.P. como tributos, y, dentro de prenderse de este señalamiento de límites.
ellos, como tasas de carácter parafiscal. La ley establece la exigencia de precios
públicos por la utilización privativa o
Los precios públicos se añaden así a la especial del dominio público o por la
larga lista de denominaciones (derechos, prestación de servicios de solicitud vo-
cánones, gravámenes, exacciones, etc.), luntaria o que puedan prestarse en concu-
que en nuestra historia tributaria han reci- rrencia con el sector privado.
bido las tasas parafiscales. Denominacio-
nes que, como es obvio y ya había indica- Debemos aclarar que, en todo caso,
do la S.T.C. de 16 de noviembre de 1981, con ello la Ley se limita a declarar su vo-

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luntad respecto a qué hechos concretos del Ministerio de que dependan, cuando
deben determinar la exigencia de una tasa se trate de precios correspondientes a la
o un precio público. Sin que las diferen- prestación de servicios o la venta de bie-
cias entre los distintos hechos concretos nes que constituyan el objeto de su activi-
que originan la obligación de pago deter- dad”.
minen otras diferencias en el régimen ju-
rídico de tal obligación. De la obligación Esta es la única diferencia real que la
que en ambos casos nace por la sola vo- L.T.P.P. señala entre los regímenes jurí-
luntad de la Ley, de la realización de tales dicos de tasas y precios públicos. Y es,
hechos. No se trata, pues, en realidad de por tanto, la única que puede revelar con
marcar de este modo diferencias en el ré- claridad la voluntad del legislador que no
gimen jurídico de tasas y precios públi- puede, en nuestra opinión, ser otra que la
cos, sino de señalar, repetimos, los distin- de eludir el mandato constitucional que
tos hechos que según la L.T.P.P. deben ordena el establecimiento de todos los tri-
de dar origen a unas y otros. Dando ori- butos “con arreglo a la Ley”.
gen en ambos casos, repetimos, al naci-
miento de una obligación ex lege de ca- Con el burdo sistema de un simple
rácter público. cambio de nombre, llamando al tributo
precio público, el legislador quiere así
Por el contrario, y este es el segundo evitar las consecuencias del principio de
de los puntos de distinción marcados por legalidad consagrado en el artículo 31.3
la Ley entre tasas y precios públicos, ta- de nuestra Constitución. Quiere vaciar de
sas y precios públicos se diferencian radi- contenido este artículo atribuyendo a los
calmente en la Ley en el régimen que de- órganos del Ejecutivo un poder que la
ben seguir para su establecimiento y para Constitución, siguiendo una tradición his-
la determinación de sus elementos esen- tórica no interrumpida ni siquiera en los
ciales. dilatados períodos no democráticos de
nuestra historia, reserva de modo expreso
Pues, mientras la L.T.P.P., aplica, aún a la Ley y sólo a la Ley.
de forma harto confusa, como veremos
enseguida, el principio de legalidad al es- Pero la L.T.P.P. es, como ya hemos
tablecimiento de las tasas, señala, olvi- dicho, una Ley ordinaria y, por tanto, al
dándose totalmente de tal principio, que: margen de su, en nuestra opinión, carác-
“La fijación o modificación de la cuantía ter inconstitucional en este punto, no pue-
de los precios públicos se realizará salvo de servir de base para que las disposicio-
que una Ley especial disponga lo contra- nes concretas que se establezcan en el fu-
rio: turo y en cada caso un precio público
puedan evitar o sustraerse a la observan-
a) Por Orden del Departamento Mi- cia del principio de legalidad incorporado
nisterial del que dependa el Organo o Ente al artículo 31.3. de la Constitución.
que ha de percibirlos y a propuesta de
éstos. Serán estas disposiciones, en su caso,
las puedan tacharse también, sino poseen
b) Directamente por los Organismos el adecuado rango legal ni obedecen a las
Autónomos de carácter comercial, in- exigencias mínimas de tal principio, como
dustrial o financiero, previa autorización contrarias a la Constitución.

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Y las que puedan, si poseen el adecua- titucional) basados en pretendidas dife-
do rango para variar las normas conteni- rencias sustantivas de los servicios que
das en la L.T.P.P., configurar los concre- con ellas se han de financiar.
tos precios públicos según el molde de la
obligación voluntaria que deriva de un Segunda. La diferencia tasa-precio es
contrato, es decir, sobre el molde real de una diferencia de régimen jurídico: la
un precio aún, si se quiere, sometido al tasa es un tributo; el precio la contrapres-
Derecho público. Pues la eleccción entre tación debida en un contrato.
tasa y precio continúa, claro está, en ma-
nos del legislador, sin que pueda verse Tercera. La elección entre tasa y pre-
condicionada, en absoluto, por las pres- cio es una elección política que ha de ba-
cripciones de la L.T.P.P. sarse en consideraciones prejurídicas de
todo tipo: económicas, políticas, caracte-
Lo único que no puede hacer el legis- rísticas del servicio, etc.
lador, y concluimos así este epígrafe, es
cambiar el nombre del tributo y sobre la Cuarta. La elección del tributo implica
base de este simple cambio de nombres privilegios para la Administración y, co-
eludir el mandato contenido en el artículo mo contrapartida, la intervención del le-
31.3 de la Constitución. Pues precisamen- gislativo en su establecimiento y los con-
te, entre otras posibles razones, para evi- troles propios de los tributos en su aplica-
tar esto, la Constitución no emplea en su ción.
artículo 31.3 la palabra tributo, sino que
nos habla, para someter a todos ellos y en Quinta. La elección del precio propor-
la misma forma al principio de legalidad, ciona una mayor libertad de acción pero
de prestaciones patrimoniales de carácter no comporta para la Administración los
público. privilegios propios del tributo.

4. CONCLUSIONES Sexta. La elección no puede, sin em-


bargo, tratar de conseguir la libertad de
De lo expuesto en el cuerpo de esta acción del precio con los privilegios del
ponencia cabe arrancar, a nuestro juicio, tributo. Todo intento en ese sentido, me-
las siguientes conclusiones: diante regímenes legales híbridos o atípi-
cos no puede sino ser entendido como un
Primera. El establecimiento de una intento de eludir las normas que en todas
tasa o de un precio para la financiación las comunidades democráticas garantizan
de un servicio público no está condicio- el ejercicio de un poder tributario ejerci-
nado por criterios apriorísticos (si éstos do sobre ciudadanos libres y no sobre
no vienen impuestos por una norma cons- súbditos de un Estado no democrático.

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