Cuando pensaba en qué podría compartirles, vi una cita del presidente
Howard W. Hunter que tenemos hace un tiempo en la puerta de nuestra heladera, que nos ayuda mucho como familia. Sentí que tenía que compartirla, y la misma dice: “Si nuestra vida y nuestra fe se centran en Jesucristo y en Su evangelio restaurado, nada podrá ir permanentemente mal. Por otro lado, si nuestra vida no está centrada en el Salvador ni en Sus enseñanzas, ningún otro éxito podrá estar permanentemente bien…”1
Al reflexionar en estas palabras, pienso en lo mucho que sucede en
nuestras vidas que hace que perdamos la visión de centrar nuestra vida en Jesucristo. Por ejemplo: nuestros trabajos, estudios, enfermedades, etc. Pero el Señor dijo: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí”2.
Pienso en esto y reflexiono en las pequeñas o grandes cosas que
deberíamos cambiar para poder centrar nuestra vida en Jesucristo y en Su Expiación. Me vienen a la mente otras palabras compartidas por el presidente Hunter:
“Si el yugo bajo el cual nos batimos es el pecado en sí, el mensaje es el
mismo. Cristo conoce el peso íntegro de nuestros pecados, ya que Él lo soportó primero. Si nuestra carga no son los pecados ni las tentaciones, sino la enfermedad, la pobreza o el rechazo, es lo mismo. Él la conoce… Él sufrió por mucho más que por nuestros pecados. Aquel a quien Isaías llamó ‘varón de dolores’ conoce a la perfección cada problema por el que pasamos, ya que Él decidió cargar con el peso íntegro de todos nuestros problemas y dolores…
Hermanos y hermanas, ustedes tienen y tendrán preocupaciones y
desafíos de muchas clases, pero acepten la vida llenos de gozo y de fe. Estudien las Escrituras con regularidad. Oren fervientemente. Obedezcan la voz del Espíritu y a los profetas. Hagan cuanto puedan para ayudar a los demás. En ese camino hallarán una gran felicidad. Llegará un día glorioso en que sus preocupaciones se transformarán en gozo”1.
Es mi deseo que podamos esforzarnos por centrar nuestra vida en
Jesucristo y disfrutar de Su compañía en nuestras vidas. Termino como empecé con la frase que tanto nos ayuda como familia: “Si nuestra vida y nuestra fe se centran en Jesucristo y en Su evangelio restaurado, nada podrá ir permanentemente mal. Por otro lado, si nuestra vida no está centrada en el Salvador ni en Sus enseñanzas, ningún otro éxito podrá estar permanentemente bien…”
Notas 1-Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Howard W. Hunter, (2015), 40–51 2- Juan 14: 6
Si nuestra vida y nuestra fe se centran en Jesucristo y en Su evangelio
restaurado, nada podrá ir permanentemente mal HO WA R D W. HUN TER