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b) “El conflicto en las instituciones educativas”

El conflicto es un proceso dinámico que acontece en el trascurrir de la vida


institucional, que lejos de construir un elemento obstaculizador constituye una
fuente de crecimiento y aprendizaje. El conflicto es inherente a las relaciones
humanas.

Las diversas situaciones conflictivas que tienen lugar en las instituciones, deben
manejarse con herramientas adecuadas para su resolución. En este sentido el
autor propone que para solucionar estos acontecimientos conflictivos, es
necesario analizar las causas del mismo y para ello es ineludible indagar acerca
de sus componentes.

Componentes del conflicto

1. Los orígenes de las situaciones conflictivas

Identificar el origen del conflicto implica una primera mirada que permite
reconocer:

 Las partes involucradas: El conflicto puede darse entre dos o más


individuos (interpersonal), dentro de un mismo grupo (Intragrupal) o entre
varios grupos de la misma institución (intergrupal). Es pertinente, el
análisis de los niveles involucrados, en una escuela suele ocurrir que sea
en distintas “clases” institucionales (equipo de conducción, docentes, etc.)
las que están atravesando una situación de enfrentamiento.
 Las diferencias culturales: en toda institución se encuentra presente una o
varias culturas, el individuo pertenece y es influenciado a su vez por
diversas culturas. Los factores culturales están presentes en los conflictos
en un doble sentido: pueden generarlo, en la medida en que se confrontan
visiones, o explicarlo a través de algunos comportamientos de los
individuos involucrados. La comprensión de los códigos culturales del otro,
es una tarea necesaria para la negociación de significados. Este punto es
crucial en todo proceso de resolución de conflictos, ya que los
enfrentamientos pueden tener su origen en la diversidad de
interpretaciones.

2. Las fuentes

El autor propone que es adecuado analizar el motivo que origino el conflicto. Esta
mirada del conflicto no implica un registro anecdótico, donde cada uno dará su
versión, sino que representa un esfuerzo por reconocer el tema o categoría que da
lugar al conflicto.

Por lo tanto, no se debe realizar inventarios de conductas sino más bien ubicar la
mirada en los aspectos involucrados de manera general. Esto permitirá ir
depurando la información obtenida o clarificar sobre qué aspectos hay que indagar
para obtener mayor información que permita orientar las acciones.

3. Los tipos de conflictos

Se debe identificar el tipo de conflicto:

Cada uno de estos tipos representa una caracterización, es decir ofrece una
perspectiva donde situarse para pensar estrategias de intervención.

4. Las creencias
Este componente se relaciona con el modo en que los involucrados perciben el
conflicto y con la manera en que piensan que la situación puede modificarse.
Desde esta perspectiva cabe preguntarse: ¿Qué creen las partes en relación con
los objetivos y resultados de la resolución de conflictos? Es decir ¿qué piensan
que puede ocurrir?

Las posibilidades de resolver conflictos, dependen de las creencias y actitudes


asumidas por los involucrados.

5. Las posturas de los involucrados

La postura que asumen los implicados frente a cualquier situación de conflicto está
relacionada con tres factores:

1) Las posiciones refieren a lo que las personas creen que quieren. Se centran
en los resultados esperados y en ese sentido suelen ser rígidas ya que
condicionan las acciones en función de la meta que desean alcanzar.
2) Los intereses representan el contexto en el que se plantea una posición, le
otorgan sentido en la medida que enmarcan.
3) Las necesidades representarían el contexto mayor que engloba a las
posiciones y los intereses.

Cada uno de estos factores puede moldear las posturas que asumen las personas
implicadas en el conflicto.

La potencialidad del conflicto en las escuelas

La escuela en tanto institución social está atravesada por una multiplicidad de


demandas provenientes de distintos ámbitos sociales, como:

 La familia.
 Políticas educativas.
 Carencias sociales propias del contexto.

Asimismo en el interior de la institución ocurren una serie de situaciones que


constituyen el marco habitual de la organización que demandan y condicionan las
prácticas, tales como:
 Carencia de recursos.
 Distribución de roles.
 Canales insuficientes de comunicación, etc.

Por lo tanto, la naturaleza conflictiva de las escuelas está determinada por un lado
por las particularidades del contexto en el que se inserta su accionar y por el otro
por las características propias que se expresan en su organización y gestión.

Encontramos, para un mejor análisis los siguientes niveles:

Por último, el autor afirma que las contradicciones y demandas que recaen sobre
la institución educativa intervienen en su organización construyendo una fuente de
conflictos. Esto no tiene su origen en un mal desempeño de aquellos que dirigen la
institución sino que constituye un rasgo inherente de la misma. Tener el claro que
la escuela es un tipo de organización cuya naturaleza es conflictiva permitirá el
desarrollo de nuevas estrategias de gestión que tomando este rasgo en cuenta
faciliten los procesos de resolución de conflictos.

c) “La participación y el trabajo en equipo”

En primer lugar, partimos de la idea que toda institución está conformada por
individuos que forman grupos particulares con una cultura propia, en estas
relaciones interpersonales se ponen en juego varios factores como la
comunicación, la participación y el consenso al momento de tomar decisiones que
en ciertas ocasiones está relacionada con la resolución de situaciones conflictivas.

Con respecto a ello, el autor plantea que el grupo que se reúne para tomar
decisiones en equipo debe partir de la base de que cada uno puede tener una
parte de la solución del problema, que esta solución se construye a partir de la
información y el punto de vista que aporta cada uno y que el compromiso colectivo
es la mejor manera de garantizar el éxito de la puesta en marcha.

Es necesario la existencia de una gestión de la participación, en la cual la


integración se basa en la involucración de los miembros del equipo, para lograr la
construcción de una realidad institucional y un análisis de los conflictos que
generan cambios estructurales. Por lo tanto es de suma importancia el equipo de
trabajo, que es entendido como un grupo de personas que realizan un proceso
colectivo, donde cada persona aporta sus conocimientos, experiencias,
habilidades, motivaciones y sentimientos en beneficio del grupo para conseguir
que el resultado final sea superior a la suma de los aportes de cada uno. Si esto
no se da es que el equipo no funciona correctamente.

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