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DURACIÓN DE LOS NIVELES EFECTIVOS DE


ANTICUERPOS DESPUÉS DE LA COVID-19
Andrea T. Cruz y Steven L. Zeichner- agosto de 2021.
Pediatrics. 2021;148(3): e2021052589.

Después de padecer la COVID-19, las personas desarrollan una respuesta inmune humoral
para protegerse contra la reinfección, pero los niveles de anticuerpos pueden disminuir con el
transcurso del tiempo. Entender cuánto tiempo los niveles de anticuerpos permanecen lo
suficientemente altos para prevenir la infección, es importante para comprender en ausencia
de vacunación, si los niños pueden ser vulnerables a la COVID-19 y para modelar cómo la
enfermedad se propaga en la población. Los niveles de anticuerpos capaces de neutralizar el
virus con anticuerpos neutralizantes [nAbs], proporcionan un marcador directo de la respuesta
inmune humoral protectora. Los nAbs pueden ser medidos directamente, determinando qué
tan bien el suero de una persona, inactiva el virus cuando una cantidad conocida del virus se
coloca en cultivos celulares. Este procedimiento, se conoce como prueba de neutralización
por reducción de placa. Es notablemente segura y eficaz, la forma en que las vacunas contra
la COVID-19 aprobadas, provocan potentes respuestas de anticuerpos contra porciones del
virus que presentan afinidad a las células hospedadoras, la proteína de la espiga y su dominio
de unión al receptor. La concentración de anticuerpos presentes en una persona contra la
proteína de la espiga y el dominio de unión al receptor, proporciona un marcador de
susceptibilidad a la infección o reinfección (1–3). En un estudio pediátrico, Bonfante y
colaboradores (4) informaron que niños en edad preescolar con COVID-19 asintomático o
levemente sintomático, mostraron altos niveles de nAbs y que estos niveles permanecieron
altos, durante un período de seguimiento de 7 a 8 meses. Por el contrario, los niveles más
bajos de nAbs y respuestas de nAbs más transitorias, fueron documentados en niños en edad
escolar y adultos. Estos hallazgos son intrigantes por muchas razones. Primero, los nAbs
persistieron en niños más pequeños en niveles altos durante varios meses. Esto contrasta
con la experiencia en adultos infectados con el nuevo coronavirus, como con otros virus de la
familia que no eran SARS-CoV-2. En un estudio, los investigadores encontraron que después
de la COVID-19, solo un tercio de los adultos tenían nAbs detectables, e incluso en esos
pacientes, los niveles de nAbs decayeron rápidamente en unos pocos meses (5). Para otros
coronavirus, los nAbs disminuyeron dentro varios meses luego de la infección, lo que resulta
en infecciones repetitivas por muchos coronavirus que causan una significativa fracción de
virus que causan resfriados comunes (6). Las razones para la mejor persistencia de nAbs en
jóvenes y niños, no están claras. Una explicación, podría ser que la respuesta inmune en
adultos que han tenido repetidas exposiciones a otros coronavirus endémicos, podrían
orientar a estos virus anteriores y puede que no responda tan fácilmente al SARS-CoV-2 como
el relativamente menor experimentado (y potencialmente con respuesta inmune más flexible)
observada en niños pequeños. Este concepto se denomina “pecado antigénico original” (7).
Aunque el pecado antigénico original puede resultar en una respuesta más robusta a las cepas
virales previamente encontradas, los anticuerpos fabricados contra un nuevo coronavirus en
personas que tuvieron muchas infecciones por coronavirus, podrían unirse de manera
subóptima a las cepas con más deriva antigénica. La capacidad de generar una respuesta del
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sistema inmunológico en los niños más pequeños, no depende de la gravedad de la


enfermedad. En adultos, varios estudios han demostrado que las respuestas de anticuerpos
fueron mayores en personas más severamente enfermas, que levemente enfermas (8). Dado
que hasta el 50% de los niños con SARS-CoV-2 tienen síntomas subclínicos o leves (9), la
capacidad de montar una respuesta inmune que produzca buenos niveles de nAbs durante al
menos varios meses, es tranquilizadora porque las vacunas aún no están disponibles para
niños más pequeños. Incluso después de que las vacunas estén aprobadas para los niños
más pequeños, existen barreras para aplicación de la vacuna (incluida la fabricación de la
vacuna y las barreras logísticas para la distribución global generalizada), significa que muchos
niños no podrían beneficiarse de una vacunación próxima futura. Como tal, los datos
presentados en este estudio, sugieren que la reinfección puede ser una ocurrencia menos
común, dada la magnitud y durabilidad de la respuesta de anticuerpos. Esto no significa que
los niños que ya han tenido SARS-CoV-2, deberían permanecer sin vacunar una vez que las
vacunas estén aprobadas para los niños más jóvenes. Datos recientes de individuos
vacunados y las cohortes de adultos convalecientes, indican que los niveles de nAbs se
correlacionan bien con la inmunidad (10). Los niveles medios de nAbs observados después
la vacunación, son superiores a los niveles vistos en adultos convalecientes (10,11). Los
niveles de nAbs decaen con el tiempo, por lo que la eficacia de una vacuna, no permanece
estática en el tiempo. Esto puede ser una razón para que sea necesario, aplicar refuerzos
también podría ser necesario para apuntar a las variantes más nuevas del SARSCoV-2, ya
que las vacunas existentes pueden proporcionar una inadecuada protección. Otra razón para
que individuos previamente infectados se vacunen, es que los nAbs son solo parte de la
respuesta inmune del hospedador. La inmunoprotección puede provenir de otros brazos del
sistema inmunológico, algunos de los cuales pueden ser más duraderos (por ejemplo,
respuestas de células B o células T de memoria). Por ejemplo, en un estudio, los
investigadores evaluaron cómo la inmunidad a los coronavirus endémicos, podría afectar la
respuesta del hospedador al SARS-CoV-2. Encontraron que, aunque había poca evidencia
de reactividad cruzada, los anticuerpos séricos contra el SARS-CoV-2, y las células B de
memoria preexistentes, fueron activadas durante la infección por el SARS-CoV-2 (12). El
estudio de Bonfante y colaboradores, se centró en las respuestas con anticuerpos de las
personas frente al SARS-CoV-2, pero es importante recordar, que la inmunidad celular juega
un papel importante en la capacidad de un paciente para controlar el SARS-CoV-2 (13). Para
entender completamente la durabilidad de las respuestas inmunes de los niños a la COVID-
19 y en qué se diferencian de los adultos, será necesario para describir el estado inmunológico
pediátrico a largo plazo, las respuestas mediadas por células, además de la respuesta
humoral. Aunque muchos aspectos de lo que comprende un sistema inmunológico eficaz
requiere un estudio adicional, el trabajo de Bonfante, aumenta nuestra comprensión,
demostrando una respuesta en niños más pequeños más duradera (y probablemente más
efectiva). Dado que los niños constituyen una importante contribución a la propagación de la
COVID-19 a través de la población, el conocimiento de la susceptibilidad potencial de los niños
a la reinfección, es importante en el modelado de la epidemiología de la COVID-19.

BIBLIOGRAFÍA
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4. Bonfante F, Costenaro P, Cantarutti A, et al. Mild SARS-CoV-2 infections and neutralizing antibody titers. Pediatrics.
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5. Aziz NA, Corman VM, Echterhoff AKC, et al. Seroprevalence and correlates of SARS-CoV-2 neutralizing antibodies from a
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6. Dyrdak R, Hodcroft EB, Wahlund M, Neher RA, Albert J. Interactions between seasonal human coronaviruses and implications
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9. Soriano-Arandes A, Gatell A, Serrano P, et al. Household SARS-CoV-2 transmission and children: a network prospective study
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10. Khoury DS, Cromer D, Reylandi A, et al. Neutralizing antibody levels are highly predictive of immune protection from
symptomatic SARS-CoV-2 infection [published online ahead of print May 17, 2021]. Nat Med. doi:10.1038/s41591-021- 01377-8

11. Widge AT, Rouphael NG, Jackson LA, et al; mRNA-1273 Study Group. Durability of responses after SARS-CoV-2 mRNA-
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13. Sette A, Crotty S. Adaptive immunity to SARS-CoV-2 and COVID-19. Cell. 2021;184(4):861–880

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