Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Después de padecer la COVID-19, las personas desarrollan una respuesta inmune humoral
para protegerse contra la reinfección, pero los niveles de anticuerpos pueden disminuir con el
transcurso del tiempo. Entender cuánto tiempo los niveles de anticuerpos permanecen lo
suficientemente altos para prevenir la infección, es importante para comprender en ausencia
de vacunación, si los niños pueden ser vulnerables a la COVID-19 y para modelar cómo la
enfermedad se propaga en la población. Los niveles de anticuerpos capaces de neutralizar el
virus con anticuerpos neutralizantes [nAbs], proporcionan un marcador directo de la respuesta
inmune humoral protectora. Los nAbs pueden ser medidos directamente, determinando qué
tan bien el suero de una persona, inactiva el virus cuando una cantidad conocida del virus se
coloca en cultivos celulares. Este procedimiento, se conoce como prueba de neutralización
por reducción de placa. Es notablemente segura y eficaz, la forma en que las vacunas contra
la COVID-19 aprobadas, provocan potentes respuestas de anticuerpos contra porciones del
virus que presentan afinidad a las células hospedadoras, la proteína de la espiga y su dominio
de unión al receptor. La concentración de anticuerpos presentes en una persona contra la
proteína de la espiga y el dominio de unión al receptor, proporciona un marcador de
susceptibilidad a la infección o reinfección (1–3). En un estudio pediátrico, Bonfante y
colaboradores (4) informaron que niños en edad preescolar con COVID-19 asintomático o
levemente sintomático, mostraron altos niveles de nAbs y que estos niveles permanecieron
altos, durante un período de seguimiento de 7 a 8 meses. Por el contrario, los niveles más
bajos de nAbs y respuestas de nAbs más transitorias, fueron documentados en niños en edad
escolar y adultos. Estos hallazgos son intrigantes por muchas razones. Primero, los nAbs
persistieron en niños más pequeños en niveles altos durante varios meses. Esto contrasta
con la experiencia en adultos infectados con el nuevo coronavirus, como con otros virus de la
familia que no eran SARS-CoV-2. En un estudio, los investigadores encontraron que después
de la COVID-19, solo un tercio de los adultos tenían nAbs detectables, e incluso en esos
pacientes, los niveles de nAbs decayeron rápidamente en unos pocos meses (5). Para otros
coronavirus, los nAbs disminuyeron dentro varios meses luego de la infección, lo que resulta
en infecciones repetitivas por muchos coronavirus que causan una significativa fracción de
virus que causan resfriados comunes (6). Las razones para la mejor persistencia de nAbs en
jóvenes y niños, no están claras. Una explicación, podría ser que la respuesta inmune en
adultos que han tenido repetidas exposiciones a otros coronavirus endémicos, podrían
orientar a estos virus anteriores y puede que no responda tan fácilmente al SARS-CoV-2 como
el relativamente menor experimentado (y potencialmente con respuesta inmune más flexible)
observada en niños pequeños. Este concepto se denomina “pecado antigénico original” (7).
Aunque el pecado antigénico original puede resultar en una respuesta más robusta a las cepas
virales previamente encontradas, los anticuerpos fabricados contra un nuevo coronavirus en
personas que tuvieron muchas infecciones por coronavirus, podrían unirse de manera
subóptima a las cepas con más deriva antigénica. La capacidad de generar una respuesta del
2
BIBLIOGRAFÍA
1. Dispinseri S, Secchi M, Pirillo MF, et al. Neutralizing antibody responses to SARSCoV-2 in symptomatic COVID-19 is persistent
and critical for survival. Nat Commun. 2021;12(1):2670
2. Lucas C, Klein J, Sundaram ME, et al. Delayed production of neutralizing antibodies correlates with fatal COVID-19 [published
online ahead of print May 5, 2021]. Nat Med. doi:10.1038/s41591-021- 01355-0
3. Guo L, Wang Y, Kang L, et al. Cross-reactive antibody against human coronavirus OC43 spike protein correlates with disease
severity in COVID-19 patients: a retrospective study. Emerg Microbes Infect. 2021;10(1):664–676
4. Bonfante F, Costenaro P, Cantarutti A, et al. Mild SARS-CoV-2 infections and neutralizing antibody titers. Pediatrics.
2021;148(3): e2021052173
3
5. Aziz NA, Corman VM, Echterhoff AKC, et al. Seroprevalence and correlates of SARS-CoV-2 neutralizing antibodies from a
population-based study in Bonn, Germany. Nat Commun. 2021;12(1):2117
6. Dyrdak R, Hodcroft EB, Wahlund M, Neher RA, Albert J. Interactions between seasonal human coronaviruses and implications
for the SARS-CoV-2 pandemic: a retrospective study in Stockholm, Sweden, 2009-2020. J Clin Virol. 2021;136:104754
7. Francis T. On the doctrine of original antigenic sin. Proc Am Philos Soc. 1960;104(6):572–578
8. Cervia C, Nilsson J, Zurbuchen Y, et al. Systemic and mucosal antibody responses specific to SARS-CoV-2 during mild versus
severe COVID-19. J Allergy Clin Immunol. 2021;147(2):545–557.e9
9. Soriano-Arandes A, Gatell A, Serrano P, et al. Household SARS-CoV-2 transmission and children: a network prospective study
[published online ahead of print March 12, 2021]. Clin Infect Dis. doi:10.1093/cid/ciab228
10. Khoury DS, Cromer D, Reylandi A, et al. Neutralizing antibody levels are highly predictive of immune protection from
symptomatic SARS-CoV-2 infection [published online ahead of print May 17, 2021]. Nat Med. doi:10.1038/s41591-021- 01377-8
11. Widge AT, Rouphael NG, Jackson LA, et al; mRNA-1273 Study Group. Durability of responses after SARS-CoV-2 mRNA-
1273 vaccination. N Engl J Med. 2021;384(1):80–82
12. Song G, He W-T, Callaghan S, et al. Crossreactive serum and memory B-cell responses to spike protein in SARS-CoV-2 and
endemic coronavirus infection. Nat Commun. 2021;12(1):2938
13. Sette A, Crotty S. Adaptive immunity to SARS-CoV-2 and COVID-19. Cell. 2021;184(4):861–880