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INTRODUCCION

For the money or love?


El día del juicio final había llegado.
Hoy lo vería de nuevo, después de 10 meses de haber estado escondido en mi
casa, ocultándome de la sociedad.
Simplemente odiaba ver que las personas me miraran con lastima, algunas sólo
susurraban acerca de mi, mientras que otros se me acercaban para darme sus
palabras de consuelo.
Todos me veían como el pobre muchacho de 16 años que había sido abusado por
un “asqueroso” hombre de 25 años.
Cuando todo comenzó yo me encontraba en una jornada de puertas abiertas. La
gente era un asco, mi familia era un asco, mis amigos eran un asco, mi vida era un
asco.
Tal vez yo sólo lo hice porque estaba aburrido con la patética vida que llevaba, y
tal vez sólo utilicé la frase “mi papá no se merecía eso” para justificar la tremenda
atracción que sentía por Harry Styles.
Tal vez las cosas solo se salieron de control y cuando ya me encontraba muy
adentro me fue imposible salir.
Tal vez me merecía todo lo que me estaba ocurriendo, yo no era una buena
persona, las personas que son calificadas como “buenas” no hacen lo que yo hice.
El día que lo conocí probablemente fue el mismo día que una bomba atómica
explotó en mis adentros. La gente dice que el amor se siente como mariposas en
tu estomago, yo sentí una bomba explotar en mi estomago, tanto así, que vomité
en sus zapatos.
Yo no quería que nada de esto pasara. Sólo quería joderlo, si lo jodía a él podía
joder a su familia y si jodía a su familia, jodía a su padre.
Martin Styles había sido el jefe de mi padre durante 18 años, más de los que yo
tenía vivo. Papá se había estado matando trabajando en esa puta empresa
durante tanto tiempo para recibir un salario que apenas alcanzaba para mantener
a mi familia de una forma humilde.
Él era el velador de esa enorme empresa, ¿Qué tanto dinero puede ganar un
velador? Apenas nos alcanzaba para comer.
Un día sólo decidieron que era tiempo de “hacer un recorte de personal” y votaron
a mi padre fuera de la empresa para contratar gente más joven. ¿¡Cómo mierda
es que se atrevían a hacerle eso a una persona que había dedicado su vida entera
en cuidar su maldita empresa!?
Cuando me enteré de que le habían hecho esa injusticia a mi padre me molesté
demasiado, no era justo eso. Recuerdo que entré a la empresa y me dirigí a la
oficina del “jefe” para gritarle toda clase de maldiciones que conociera.
Ese mismo día conocí a Harry, llevaba un traje negro y una corbata roja, era de
esas personas que todo el mundo considera atractivo. Él, junto con los de
seguridad se encargaron de sacarme a patadas de esa empresa. El coraje que
había hecho era tan grande que una enorme nausea terminó haciendo que
vomitara mi almuerzo en los finos zapatos de Styles.
Tal vez eso fue lo único que hice bien ese día.
Jake era mi mejor amigo, nos conocíamos desde muy chicos, aunque fuéramos
muy diferentes nos divertíamos muchísimo estando juntos.
Él me recogió del departamento de policías cuando me llevaron preso por haber
“agredido” al señor Styles. Me habló sobre Harry, él lo conocía porque sus padres
eran amigos de la infancia y comúnmente iba a cenas a casa de los Styles. Me
contó que era un engreído de mierda, que salía con miles de mujeres a la vez, aún
estando comprometido, también me habló que gastaba dinero en cantidad de
idioteces y que no movía ni un dedo por ayudar a la empresa a crecer, en pocas
palabras era el típico hijo de un magnate.
Fue como si mi odio hacia esa familia comenzara a crecer más.
Ahí fue cuando se nos ocurrió la magnífica idea de cómo me joderia a esa familia
mediante su adorado hijo. Al principio surgió como una idea tonta y sin sentido
alguno, pero después de razonarlo nos dimos cuenta que sería la manera
perfecta.
-¿Por qué no haces que te viole y después lo demandas, le sacas todo el dinero a
su familia y dejas de sufrir porque tu padre ya no puede mantenerlos?- habló Jake
bromeando.
-¡¡Sí, imbécil!! No sé por qué no se me había ocurrido….- susurré rodando los ojos
y dándole un golpe en el hombro.
-jajaja solo bromeo, Louis, no te enojes….
Me quedé pensando la idea… en cierta forma no era algo tan estúpido, hacer que
Harry Styles se liara conmigo para después acusarlo de acosador o algo por el
estilo. Era algo posible, qué va… era lo único posible, ¿¡Qué más podría hacer
para vengar a mi familia?! ¡Nada! No tenía dinero, ni poder, ni nada. Sólo poseía
una gran habilidad para atraer a las personas, a lo largo de los años me había
dado cuenta de eso.
Me acerqué a Harry mediante Jake, al principio fue demasiado difícil poder hablar
con él, era demasiado creído y me recordaba como el niño que había vomitado
sus zapatos.
El proceso para tenerlo a mis pies fue algo…. Complicado, estresante y al mismo
tiempo extremadamente excitante. Ahora ya no solo veía a Harry como mi camino
hacia la forma de joderme a su familia, también lo veía como un especie de reto
sexual.
Cuando por fin lo pude tener, no solo fue una vez, ni dos, ni tres ni cuatro, fueron
cientos. Me gustaba tanto Harry que había mandado a la mierda mi plan sobre “te
lo follas y después finges que te ha obligado”
Él comenzó a tratarme de una manera extraña, diferente a como era al principio.
Un día mientras de la nada dijo las palabras que todo el mundo espera oír,
excepto yo, a mi me tomaron de sorpresa. Ni siquiera imaginaba que él, Harry
Styles, me dijera que me amaba.
Fue raro, pero se sintió bien.
Por desgracia después de eso tenía que escoger entre ver a mi familia sufrir
porque había días en los que no podíamos comer por falta de dinero y ver a mi
padre llorando porque no podía conseguir un maldito trabajo o comenzar con mi
plan para sacarle el dinero a los Styles.
Elegí la segunda opción.
Creo que fue lo más duro que pude hacer en mi vida.
Harry estaba muy confundido, y no entendía por qué yo decía eso de él, por qué
decía que él me obligaba a hacerle favores sexuales para conseguir un poco de
dinero. Fingí que yo lo hice para que mi padre pudiera sobrevivir a la odiosa
diabetes que le estaba quitando la vida.
Mi caso se hizo tan famoso que ahora todo el país estaba enterado de eso, de
cómo un hombre millonario había abusado de un pobre chico que sólo quería
sostener a su familia.
Yo no me sentía bien por eso. No estaba gozando nada esa situación, quería
abrazarlo y pedirle perdón, contarle que las cosas se me habían salido de control y
decirle que yo también lo quería.
No me atreví a darle la cara a Harry después de eso, pero ese día tenía que dar
mi declaración final enfrente del jurado y de Harry para que dictaran sentencia.
Después de eso mi familia no volvería a pasar hambre, vengaría a mi padre, haría
que la familia Styles quebrara y tendría todo lo que algún día deseé.
Pero eso también implicaba dejar de verlo, dejar de tenerlo. Porque ahora todo lo
que necesitaba era tener a Harry a mi lado.
Estaba tan asustado que mis rodillas se doblaban constantemente.
Las personas creían que era porque estaba nervioso por tener que ver a mi
agresor, cuando en realidad estaba nervioso de ver a la única cosa buena que
había tenido en mi vida, Harry.

Capitulo 1
Narra Louis.
Sentía como si el sonido de mis zapatos golpear el piso fuera lo único que se
podía escuchar. Mi pecho subía y bajaba cada vez más rápido. Sabía que ese día
tenía que llegar, pero siendo sincero no estaba preparado para enfrentar algo tan
fuerte como lo era Harry Styles.
El abogado de mi familia me acompañaba y constantemente me daba palmaditas
sobre el hombro para calmar mis nervios. Si, estaba nervioso, pero no era por la
razón que ellos pensaban.
Había engañado a mis padres, había engañado a mis amigos, había engañado a
cada persona que se cruzó por mi camino en el transcurso de mi
plan para joder a la familia Styles. Las cosas se me habían salido extremadamente
de control. Desde mi forma de tratar a Harry, hasta mi mentira frente al mundo.
Estaban acusando a Harry de violación, privación de la libertad y trabajo sexual a
un menor de edad. Ese día dictarían sentencia y yo tenía que dar mi declaración
final y narrar los hechos exactamente como habían ocurrido.
Obviamente nada de lo que acusaban a Harry era cierto. Pero yo no podía
desmentirlo, no podía decir la verdad, no podía decir que yo había sido quien
decidió meterse con Harry Styles para vengarme de su familia por la crueldad que
le habían hecho a mi padre y así también poder conseguir un poco de dinero fácil
y seguro.
No tenía previsto que todo ese estúpido juego terminaría convirtiéndose en lo más
real de mi vida. Nunca me pasó por la cabeza que tal vez él podía enamorarse de
mí, así como ahora decía estar.
Pensaba en mis padres. Me daba cuenta que ellos se sentirían muy
decepcionados si yo decía la verdad. Mi papá estaba enfermo y yo no podía
provocarle un disgusto tan grande como saber que su hijo había montado todo un
teatrito solo para no tener consecuencias por sus estúpidos actos.
Mi abogado me miró cuando llegamos hasta puerta de la sala donde estaban
efectuando el juicio. –Tranquilo Louis.- mencionó antes de entrar. –Estamos frente
a un juez, no tienes por qué mirarlo o hablar con él, solo cuenta tu versión de los
hechos y listo, podrás salir de ahí.- ¿Qué no tenia que mirarlo?
Mierda, mirarlo era lo único que deseaba hacer.

Asentí con la cabeza y él me dio una sonrisa, abrió la puerta y todo el lugar se
quedó en silencio. La sala era exactamente igual a los programas de
investigaciones criminales, habían muchas personas, por un lado estaba un grupo
de personas que rápidamente deduje que era el jurado, por otro lado estaba el
juez, él también era igual a todos los que salían en la televisión.
Mis padres se encontraban también, mi madre me miró y pude notar su
preocupación, al parecer temía por mí. Jake también había asistido. Estaba
sentado junto con mis padres y negaba con su cabeza, indicándome que frenara
todo ese asunto. Todos me miraban, yo sentía mis rodillas temblar por cada paso
que me adentraba al lugar.
Distinguí su cabello al final de la sala. Era la única persona que no me miraba, él
estaba sentado mirando hacia el escritorio frente a él. Sentí un calambre recorrer
mi cuerpo y frené dramáticamente. No tenía la fuerza suficiente para continuar.
-vamos Louis, hagamos esto rápido.- susurró mi abogado empujándome
levemente para que continuara caminando.
Respiré lo mas hondo que pude. Ya había llegado hasta ahí, podía continuar, tenía
que continuar y terminar con todo el asunto. Ya no había tiempo para echarme
hacia atrás.
Caminamos hasta el estrado y saludé cordialmente al juez extendiendo mi mano.
Él me indicó que me sentara para testimoniar y yo solo lo hice.
Mantenía la mirada en el suelo, no quería mirar a Harry.

-muy bien joven Tomlinson.- comenzó a hablar el señor juez. –estamos aquí para
dictar sentencia al joven Styles por los supuestos cargos de abuso a un menor de
edad, entre otros. Necesito que me cuente detalladamente cómo sucedieron los
hechos.
Mi mente seguía totalmente concentrada en la presencia de Harry en ese lugar.
Enserio que necesitaba mirarlo. Tenía meses sin verlo o sin hablar con él,
necesitaba mirar sus ojos, sus labios, su sonrisa, solo necesitaba comprobar que
estuviera bien.
Levanté lentamente la mirada hacia la dirección en donde él se encontraba. Sentí
como si mi mundo se derribara al verlo tan mal. Él ni siquiera me estaba mirando,
solo miraba hacia otro lado y esperaba a escuchar mi declaración. Se veía
totalmente agotado, débil, estaba muy delgado y su mirada no trasmitía otra cosa
que no fuera dolor.
Mis ojos se cristalizaron y bajé la mirada. Si quería salir de ahí, tenía que decir las
cosas rápido. Pero… ¿Qué diría?
Fin de la narración.
8 meses antes.
La situación era definitivamente una mierda.
La lluvia se colaba entre las paredes viejas y dañadas de la casa, mojando todo el
lugar. Su madre no dejaba de quejarse porque el sonido de las gotas no le dejaba
escuchar la televisión. Su hermana pequeña corría por toda la sala y gritaba
montón de tonterías para llamar la atención.
Louis solo intentaba estudiar. Realmente estaba preocupado por el examen
que rendiría al día siguiente. Tenía que sacar buenas notas si quería continuar con
la beca del 70% que llevaba en la lujosa escuela donde
estudiaba.
Llevando una beca era la única manera en la que él pudiera estudiar en ese
instituto. Su padre ganaba el salario mínimo como velador de la gran empresa de
publicidad “Sorm” que era propiedad de la famosa familia de la alta sociedad, los
Styles.
Odiaba la vida que llevaba. Odiaba carecer de tantas cosas mientras que sus
compañeros de clases se pudrían en el dinero que sus familias poseían. Odiaba
ver como su padre trabajaba largas horas para ganar un miserable salario que
apenas les alcanzaba para comer.
En esos momentos tenía 15 años, a punto de cumplir los 16. Estudiaba el primer
grado de bachillerato y su mente estaba totalmente repleta de cosas superficiales
como el dinero, el sexo, la diversión poco sana, entre otras cosas.
Intentaba contestar los ejercicios de química que tenia marcado como repaso,
pero le fue imposible hacerlo gracias a que el procedimiento requería de una
calculadora científica para poder ser resuelto. Él no tenía una calculadora de esas.
Era un objeto costoso y por desgracia su papa no había podido ahorrar el
suficiente dinero para comprársela.
Cada vez se sentía mas molesto con todo. Para él era demasiado vergonzoso no
tener siquiera para comprar una puta calculadora. –mamá, necesito una
calculadora para poder presentar mi examen de mañana.- mencionó aun sabiendo
que el intento era estúpido.
-pues consíguela.- su madre ni siquiera le había prestado atención.
-¿Cómo mierda?- la paciencia de Louis era nula. Estaba totalmente presionado a
mantener la beca. Su madre lo miró molesta por la forma en la que él había hecho
la última pregunta.
-no lo sé. No es mi problema- rodó los ojos y volvió hacia la televisión.
Louis apretó con su puño el lápiz con el que contestaba los ejercicios. – ¡SI ES TU
PUTO PROBLEMA! ¡ERES MI MADRE! ¡MIERDA!- gritó lanzando a la mierda la
poca cordura que le quedaba.
-¿QUÉ CARAJOS QUIERES QUE HAGA? ¿Qué me ponga a prostituir a tu
hermana solo porque el rey quiere una estúpida calculadora?- Louis la miró
molesto por unos segundos. Respiró hondo y decidió cortar con su drama.
Tomó sus cosas de la mesa y se levantó para ir hacia su habitación y poder tener
un poco de tranquilidad. La puerta de la casa se abrió. Su padre entró al lugar
empapado por la lluvia.
No era normal esa situación, su padre nunca llegaba de noche, él trabajada hasta
la madrugada y llegaba a casa por la mañana. Fue completamente extraño que
eso ocurriera.
-¿Qué haces aquí tan temprano?- preguntó la madre de Louis dirigiéndose a su
esposo. Louis volvió a dejar las cosas sobre la mesa y miró a su padre esperando
por la respuesta.
El señor Tomlinson solo miraba hacia el piso, entró a la casa, cerró la puerta tras
él y caminó hasta la mesa para después sentarse junto a Louis. Se notaba
desanimado.
-papá, ¿Qué ocurre?- preguntó esta vez Louis.
El hombre tardó unos segundos en contestar, suspiró pesadamente antes de
hablar. –Han hecho un recorte de personal.- la sala se quedó en completo silencio.
Louis miró a su madre preocupado y después volvió hacia su padre. -¿te han
despedido?- su padre asintió con la cabeza. -¿Por qué?
-algo sobre “contratar personas más jóvenes” creo que soy demasiado viejo.Louis
sintió su sangre hervir.
No podía creer que le hicieran eso a su padre, que había sido uno de los primeros
empleados de esa estúpida empresa. Él había dedicado casi la mitad de su vida a
cuidar ese maldito lugar. Habia pasado noches enteras sin dormir para asegurase
que ese lugar estuviera a salvo. ¿y todo para qué? ¡Para recibir un ridículo salario!
-no pueden hacer eso papá, tú has trabajado para ellos siempre.- desde que Louis
nació su padre ya estaba en esa empresa. –Tenemos que hacer algo, no te
puedes quedar sin trabajo.- estaba realmente preocupado. Sabía que no se
encontraban en una buena posición económica y ahora con su padre
desempleado seria mil veces peor.
Su padre negó con la cabeza. –no hay nada que hacer…
-¡MIERDA PAPÁ! ¿¡NO PUEDEN HACERTE ESO!?- se levantó alterado de la
mesa y dio un puñetazo en ella.
-Louis, cálmate, si pueden, ya lo han hecho.- mencionó su madre acercándose. Su
hermanita miraba la escena desde el sillón, estaba algo asustada por los gritos de
su hermano.
-¡no! MIERDA papá, ¡no es justo!
-¿puedes tranquilizarte y dejar de hablar de esa manera? Ya tengo demasiado con
mis propios problemas para que tú me ocasiones más.- rodó los ojos y miró hacia
la televisión.
Louis estaba verdaderamente molesto. A él si le preocupaba todo eso y la actitud
de su padre solo lograba que se molestara más y más. Volvió a tomar sus cosas y
se levantó de la mesa decidido a subir a su habitación.
-louis… ven a cenar.- lo llamó su madre antes de que él comenzara a subir la
escalera.
-no quiero, no tengo hambre.- subió a su habitación y cerró la puerta con un golpe.
Todo estaba jodidamente mal y ni siquiera había podido estudiar para su examen.
Mandó todo a la mierda y se lanzó a la cama. Cerró los ojos y comenzó a imaginar
cómo podría ser su vida si su padre tuviera un buen empleo…
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Al día siguiente Louis llegó al instituto un poco tarde. Para su buena suerte, el
maestro de Química aun no llegaba al aula, así que tuvo problemas.
Entró al salón y se sentó en su escritorio. No saludó a ninguno de sus amigos,
seguía molesto por lo de la noche anterior, no tenía ganas de hablar con nadie.
-¡LOUISA!- gritó Jake al darse cuenta de la presencia de Louis.
Jake era su mejor amigo. Llevaban siendo amigos desde 4 años atrás. Era el
típico alumno desastroso. Él, junto con Louis eran la pesadilla de los profesores.
Jake venía de una familia muy adinerada, al igual que la mayoría de los alumnos
de ese colegio. Su piel era blanca, sus ojos de color verde obscuro, tenía la
barbilla cuadrada y la piel muy suave. Era guapo, pero nada se podía comparar
con la belleza que Louis poseía.
Llegó hasta Louis y le dio un leve golpe en la espalda. Él rodó los ojos y continúo
ignorándolo.
-¿has estudiado para la prueba? Demonios, yo no tengo idea de cómo contestar
un ejercicio.- dijo naturalmente. Obviamente a él no le preocupaba sacar malas
notas, él no tenía ninguna beca que mantener.
-¿tienes una calculadora extra?- mencionó Louis recordando su preocupación del
día anterior.
-no, sólo eh traído una.- Louis elevó las cejas rendido y se recostó sobre la mesa.
-¿pasa algo Louis?- esa no era su actitud normal. Definitivamente algo le ocurría
para poder mantenerlo tan tranquilo. -¿Louis?- volvió a preguntar cuando no
obtuvo respuesta de su amigo.
-nada, es que mierda. Todo es una mierda.- lo miró sin importarme parecer
desesperado. -han corrido a mi padre del trabajo.
Jake abrió los ojos sorprendido y dio un gran suspiro. -mierda Louis, lo siento.- él
estaba enterado de la mala calidad de vida que el castaño llevaba.
-no lo sientas, no sirve de nada. Los idiotas de esa puta empresa se sienten con el
derecho de despedir a cualquier persona sin importarles una mierda las
consecuencias que este puede tener. PUTA VIDA.- estaba frustrado y Jake era la
única persona en la que confiaba.
-así es esa familia, créeme que no les importa una mierda el daño que causan.
-son unos hijos de puta. Las cosas no se van a quedar así. Yo me encargo de eso.
Te lo juro.

-si Louis, de acuerdo. Pero ahora tienes que concentrarte en la prueba, ¿has
estudiado?
-ni siquiera tengo una estúpida calculadora.- volvió a recostarme sobre la mesa
para cubrir su rostro.
-podemos conseguir una.- Jake miró por todo el salón, en busca de alguien que
tuviera una calculadora extra. Se dio cuenta que el chico raro y silencioso de la
clase estaba como siempre, mirado a Louis perdidamente. -hombre tienes que ver
esto.- le dio un golpecito en el brazo para que Louis mirada. ese idiota te está
mirando.- intentaba controlar su risa lo más que podía, sin embargo dejaba muy
claro que se estaba burlando del chico.
Louis elevó la mirada y miró al chico. Este se puso totalmente enrojecido ante la
mirada de Louis. Le sonrió tímidamente. -hijo de puta, ¿por qué mierda me mira
tanto?
-seguro está enamorado de ti.- lanzó una carcajada. Louis rodó los ojos
-si estúpido, seguro. -dijo sarcásticamente.
-hablo en serio. Mira como te ve....- los chicos continuaban mirando al joven, sin
importarles causarle demasiada incomodidad a este. -háblale.
Louis miró a Jake frunciendo las cejas. -¿para qué mierda?
-has que te de su calculadora....- lo miró con una sonrisa malvada y Louis
comprendió.

-mira, al final del día no eres tan idiota...- sonrió y se levantó de su asiento para
caminar hacia el chico. Jake comenzó a reír y se acomodó en su silla para mirar el
espectáculo.
-hola...-Mencionó Louis mientras se sentaba junto al él.
-ho..ho..hola.- balbuceó nervioso. Louis se dio la vuelta y comenzó a reír
discretamente. Volvió a mirarlo.
-hola, ¿cómo te llamas?- sonrió y no le quitó la mirada de los ojos, con intensión
de ponerlo aún más nervioso.
-soy Oliver.- el chico bajó la mirada tímidamente.
Louis lo observó, era bastante evidente que ese chico quería algo con él. Así que
le sacaría el mayor provecho a la situación. -¿puedo decirte Oli?
La risa exagerada de Jake se escuchó desde el otro lado del salón. Louis mordió
su labio para no reír.
-claro, di..Dime como tú desees.
-bien... Oli. ¿Me prestarías tu calculadora?- tomó el aparato de la mesa del chico.
-pero... La necesito.
-sí, y yo también la necesito.- sonrió de oreja a oreja.
-lo siento, sin ella no puedo contestar mi examen.
-qué lástima...-dejó la calculadora sobre la mesa de nuevo. -creí que después... Te
la podía entregar mientras tomábamos una helado o algo así....el chico abrió los
ojos como platos.
-de..de acuerdo. Tómala.
Louis comenzó a reír excesivamente, tomó la calculadora y se dio la vuelta para
volver a su lugar. -gracias "Olí"
Llegó hasta Jake y ambos comenzaron a reír por la situación. -mierda Louis, eres
toda una puta.
-me importa una mierda, ese idiota es estúpido si piensa que voy a salir con él,
maricon de mierda.
Jake continúo riendo.
El profesor de química entró al aula, todos los alumnos se sentaron sobre sus
asientos correspondientes e hicieron silencio.
El profesor se acercó hasta Louis. -lo siento Louis, no puedes estar aquí. No
tienes derecho a presentar el examen por falta de pagos. -susurró muy bajo para
evitar que los demás alumnos escucharan.
Louis lo miró sorprendido. -¿qué? Debe ser un error, tengo que presentar ese
examen. No puedo reprobar el parcial.
-lo siento Louis, tienes que salir de aquí.- Su corazón comenzó a palpitar
demasiado rápido. Enserio que no podía reprobar ese examen. No podía porque si
bajaba de notas le quitaban la beca y si le quitaban la beca tendría que dejar el
colegio. -tienes que ir a servicios escolares a preguntar sobre tu situación. -tomó
rápidamente todas sus cosas y sin decir nada más salió del salón de clases.
Jake lo miró confundido, sin embargo no mencionó nada porque ya pensaba de lo
que se podría tratar.

Capítulo dos.
-Levántate.- escuchó la voz de su padre. Abrió los ojos y miró como él abría las
cortinas de su habitación, dejando la luz del sol entrar y encandilando sus ojos.
-tienes que ir a trabajar.
-¿qué mierda te ocurre padre?- talló sus ojos para poder despertar mejor, se echó
de nuevo y cubrió su rostro con las sábanas de la cama.
Los 25 años es una edad demasiado avanzada como para que el señor Styles
continuara aceptando que su hijo siguiera comportándose como un adolecente
rebelde.
Era lunes y como era de costumbre, Harry había llegado de madrugada después
de sus típicas fiestas de fin de semana.
-hablo en serio Harry, levántate ya mismo, tienes que ir a la oficina.- al parecer
estaba molesto, se comportaba muy serio, sin tenerle nada de paciencia a su hijo.
El señor Styles era un hombre muy respetado en todo el país.
Su empresa de publicidad se encontraba en las listas de las empresas que más
producían dinero anualmente en Londres.
Cuando empezó, no tenía absolutamente nada, esa era la razón por la cual ahora
se comportaba tan serio cuando hablaban de trabajo.
Era ambicioso, quería ganar más y más dinero. Quería lograr ser el mejor en la
industria. Quería que cuando él ya no estuviera, su hijo Harry se hiciera cargo de
sus asuntos.
-Para empezar, ¿Qué mierda haces aquí? ¡Largo de mi casa!- Harry tenía un
departamento de soltero desde hace 5 años, aunque continuaba dependiendo
totalmente de sus padres para mantenerse.
-¡Tienes que trabajar!- dijo y caminó hacia la puerta de la habitación. -Si no llegas
en 30 minutos, cancelare tus tarjetas, ¿Entendido?- Harry elevó las cejas y sonrió,
fingiendo que no le importaba lo que su padre dijera. -Estas advertido.- salió de la
habitación.
-Mierda...- susurró mientras tallaba sus ojos con las palmas de sus manos. Tenía
una resaca muy fuerte, no había dormido por más de 4 horas, le dolían los
huesos, lo único que quería era dormir, pero si quería mantener a su padre feliz,
tenía que hacer lo que le pedía.
Llevaba desde el viernes pasado saliendo a fiestas sin control. Fiestas que se
caracterizaban de alcohol, mujeres, drogas, entre otras cosas.
Así era su vida, no necesitaba hacer nada más. Tenía todo lo que alguien podía
desear, salud acompañada de una gran belleza, una hermosa prometida, una
familia que lo quería y dinero, mucho, mucho dinero.
Pero aún así, él continuaba sintiéndose vacío de alguna manera, sintiéndose inútil
en la vida. No había nada que le provocará luchar, no había nada que le hiciera
hacer el mínimo esfuerzo por conseguirlo. Su vida era tan fácil y aburrida, que
había encontrado una salida en las fiestas poco sanas.
Su prometida era otro asunto. Se llamaba Ashley, era alta, casi tanto como él, su
piel era blanca, ojos verdes y el pelo muy lacio, color café obscuro. Llevaban
saliendo por más de 4 años. Ella era la hija de uno de los clientes más importantes
de la empresa de los Styles.
Harry sentía cariño por ella, pero no el suficiente para querer casarse. Ella era
buena, pero no lo llenaba, no lo hacía sentir especial.
Toda la vida que había llevado tiempo antes, le habían hecho llegar a la conclusión
de que el amor no existía. Para él eso era sólo un estúpido invento que se basaba
en estúpidas personas solitarias. Por eso habían creado ese mito del amor, para
saciar su soledad.
Harry no estaba sólo, es decir, podía tener a quien él quisiera en el momento que
quisiera.
Era Harry Styles, él siempre ganaba.
Dio un último suspiro antes de levantarse de la cama con demasiada pesadez.
Ahora tenía que ir a la oficina a hacer absolutamente nada más que estar sentado
en un escritorio, fingiendo que le importaba una mierda los asuntos de la empresa.
Caminó hacia el baño para tomar una ducha, apestaba demasiado después de la
noche que anteriormente había tenido.
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Louis caminaba por los pasillos vacíos de la escuela. A esa hora todas las
secciones se encontraban dentro del aula de clases.
Él había ido a la oficina del director para rogar porque le dejaran hacer el examen.
Como todo lo que hacía, fue inútil.
Tenía tantas colegiaturas sin pagar que ahora no sólo no podía presentar el
examen, tampoco podía volver a la escuela hasta que se pagará mínimo dos
colegiaturas.
Se sentía demasiado impotente. Se sentía como mierda al no poder hacer nada
para mejorar su mediocre situación.
Lo expulsarían del colegio, eso era seguro, pues su padre no iba a poder cubrir las
deudas fácilmente después de quedarse sin trabajo.
Estaba demasiado molesto, no comprendía como alguien quien trabajaba tanto
para lograr estudiar en esa escuela, lo corrieran por el simple hecho de no poder
pagar las estúpidas colegiaturas. Sin embargo había algo que le molestaba aún
más. La situación con su padre.
El señor Tomlinson simplemente no merecía que lo echaran del trabajo de la
manera en la que lo hicieron. Era estúpido, inhumano, era una crueldad quitarle su
única manera de sustento para su familia. Si, era algo viejo, pero lo
suficientemente fuerte como para continuar trabajando en ese lugar o en cualquier
otro.
Salió del colegio y caminó hasta la parada del autobús. Regresaría a su casa y le
contaría a su padre sobre la situación de la escuela. No quería preocuparlo más,
pero era necesario.
Mientras esperaba al autobús, miraba pasar los carros, muchos de esos eran
lujosos, sus conductores manejaban y se veían felices, ¿quién mierda no sería
feliz teniendo un carro como esos?
Louis realmente deseaba cambiar su situación. Quería tener dinero, ser
importante, quería poderle dar a su familia todo lo que su padre no pudo. Quería
vestirse con ropa fina y no con el único par de jeans que tenía.
Odiaba todo, odiaba su vida, odiaba a su madre, odiaba a su padre, odiaba esa
estúpida empresa que había echado fuera a su padre como si se tratara de un
perro, pero sobre todo se odiaba a sí mismo por ser tan inútil y no poder hacer
nada.
El semáforo cambió a rojo. Todos los autos pararon y esperaron pacientemente.
No había tráfico en la ciudad, sin embargo tenían que respetar las normas de
vialidad.
Louis se dio cuenta como un auto deportivo, demasiado lujoso para ser de una
persona común, se acercaba hacia el semáforo en una velocidad demasiado alta
como para alcanzar a frenar frente al rojo.
Cuando el carro se acercó más y pasó frente a él, pudo distinguir el escudo de la
empresa de los Styles en la parte trasera del coche.
El conductor iba manejando tan rápido que provoco que un otro carro frenara
dramáticamente para no estrellarse contra él. Su semáforo estaba en rojo y aún
así eso no le había importado. No le había importado poder el riesgo la salud de
otras personas sólo porque se creía que tener dinero le daba el derecho de hacer
lo que él quisiera en la ciudad.
Louis sintió su sangre hervir. Se dio cuenta de la mierda que era esa familia.
Necesitaba hacer algo, quería hacer algo para sentirse un poco tranquilo.
Quería golpearlos a todos, quería destruir esa estúpida empresa con sus propias
manos.
Se levantó de la parada del autobús y caminó hacia otra dirección. No volvería a
casa, antes le daría una pequeña visita a la familia Styles.
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Harry llegó a la empresa apenas 30 minutos exactos de que su padre salió de su
casa. No estaba dispuesto a perder privilegios solo por una simple resaca.
-Buenos días joven Styles.- mencionó un hombre abriendo la puerta de su coche y
dándole espacio para salir.
-estaciónalo en una parte fría, no quiero que se calienten los asientos.Estacionó
su coche en la entrada de la empresa y entregó las llaves al receptor para que
acomodara el auto en el estacionamiento.
-de acuerdo joven.- sonrió el hombre por educación, pues en realidad detestaba
tener que trabajar para ese estúpido hombre arrogante.
Mientras se adentraba a la empresa, las personas en el lugar lo saludaban
amablemente, él era prácticamente el dueño de toda esa mina de dinero.
Él no regresaba ningún saludo. Llevaba lentes de sol obscuros para cubrir sus
enormes ojeras que llegaban como consecuencia de la noche anterior. Tenía que
llevar traje por obligación, eran normas de vestimenta para los ejecutivos del lugar.
Siempre resaltaba en cualquier lugar, su belleza, su manera arrogante de ser
lograba captar la atención de cualquier persona.
Llegó hasta la recepción y miró a la recepcionista con una sonrisa, como era de
costumbre. -Hola Anna...- la miraba de arriba hacia abajo, mordiendo su labio.
Intentaba coquetearle a la chica, justo como lo hacía con cualquier mujer bonita
que se le presentara enfrente.
-Hola Harry- contestó la chica de igual manera, sonriendo e intentando quedar lo
mejor posible frente a él.
-¿mi padre ha llegado ya?- no quitaba el contacto visual con ella, le gustaba
intimidarlas con la mirada.
-aun no, pero llamó avisando que no tardaría mas.- ella bajaba la mirada
constantemente al no poder soportar la mirada de Harry.
-De acuerdo.- seguía mirándola, sonriendo porque lograba lo que quería.
La empresa era muy grande, era un edificio situado en la zona más lujosa de
Londres. Con la mejor arquitectura, pues dar una buena imagen era gran parte del
éxito.
Había aproximadamente 10 pisos en el lugar, cada zona asignada a un
departamento como ventas, recursos humanos, marketing, finanzas, presidencia,
entre otras.
La empresa había logrado conseguir un premio Cannes el año anterior por un
comercial televisivo, eso había provocado que las ventas se incrementaran a un
20% que en realidad era bastante.
Como siempre, las cosas iban a la perfección para la familia Styles.
-y bueno hermosa, ¿Qué haces esta noche?- preguntó Harry logrando intimidar
mas a la chica.
Ella estaba consciente de que el hijo del jefe era un mujeriego de primera y que
estaba comprometido, pero aun así no desperdició la oportunidad de salir con
Harry Styles. -No lo sé... lo que tú me pidas.- dijo esta vez siendo más atrevida.
-¿lo que yo te pida entonces?- elevó las cejas fingiendo sorpresa, en realidad
estaba acostumbrado a que todas las mujeres se derritieran en sus pies.
-si... ¿tienes algún plan?- la chica se agachó un poco, recargando sus codos sobre
la mesa de recepción para así lograr que sus senos resaltaran mas.
-necesito hablar con el dueño.- escucharon una voz juvenil junto a ellos,
interrumpiendo su sesión de ligue. Louis los miraba de arriba hacia abajo, molesto.
-¿Tiene cita con él?- preguntó la recepcionista recuperando su postura y mirando
hacia la computadora para revisar la agenda del señor Styles.
-no.- Louis continuaba mostrando una actitud arrogante.
-¿Entonces como quieres verlo? Necesitas antes hablar con su secretaria y pedir
una cita con el señor Styles.
-no me interesa, necesito hablar con el dueño.- la chica se quedó en silencio,
intentando entender por qué ese chico actuaba tan grosero.
Harry comenzó a reír ante la situación y no dudó en intervenir. - ¿y tu como para
que quieres hablar con el dueño?
Louis lo miró, rodó los ojos y volvió a dirigirse hacia la recepcionista. necesito
hablar con el dueño.
-te hemos escuchado niño, y yo te estoy preguntando ¿Para qué mierda quieres
hablar con el dueño?- volvió a decir, esta vez un poco molesto por el trato de
Louis. No estaba acostumbrado a que lo trataran así, y menos en su empresa.
-¡Necesito hablar con el señor Styles sobre un asunto importante! Además, ¿a ti
que te importa?- ni siquiera lo habia mirado mientras hablaba.
Harry volvió a reír, esta vez sarcásticamente. -Yo soy el dueño.- Louis lo miró
sorprendido.
-¿tu?- Harry se veía más joven de lo que era, era estúpido pensar que esa
persona era quien dirigía esa gran empresa.
-sí, yo.- sonreía de oreja a oreja. - ¿me vas a decir que quieres?
Louis no supo que decir, pues no iba preparado para hablar con alguien tan joven,
así que decidió decir lo primero que le vino a la mente. -ustedes han echado a la
calle a mi padre, eso no se vale.- sus palabras habían sido demasiado estúpidas,
pero estaba algo nervioso como para controlarse.
Harry elevó las cejas confundido, miró a la recepcionista - ¿de qué está hablando
este nene?
-ayer hubo un recorte de personal, supongo que su padre es uno de esos 15
empleados dados de baja.
-oh.- Harry volvió hacia Louis. -Lo siento niño, pero yo no puedo hacer nada por ti.-
volvió a sonreír y se dio la vuelta para dirigirse hacia su oficina, pues no quería
seguir perdiendo el tiempo hablando con él.
-¿¡Quién te crees que eres como para tratar así a las personas que dedicaron su
puta vida en cuidar tu estúpida empresa!?- gritó a sus espaldas, Harry se
sorprendió ante la valentía de ese niño.
Se giró para volver a mirarlo, dejaría las cosas claras esta vez. - ¿ves todo esto?-
señaló la empresa en general. Louis no comprendía muy bien a lo que él se
refería, así que solo asintió. -soy el dueño de todo esto, ¿crees que eso no es
suficiente como para tratar a las personas como me venga en gana?
Ahora se sentía más enojado que antes. -no.
-¿no? ¿Eso es todo lo que vas a decir?- comenzó a reír escandalosamente.
mierda, y yo que había creído que eras inteligente.
El coraje que sentía no lo dejaba pensar bien, aunque fuera muy estúpido, Harry
lograba intimidarlo. -Tienen que volver a contratarlo.- habló entre dientes.
-¿A si? ¿Por qué?
-necesita el dinero.- decidió que perder toda su dignidad seria valido esta vez.
-realmente necesitamos el dinero.
Harry dejó salir un suspiró y rodó los ojos. Sacó su billetera y contó un par de
billetes de 10 libras, después se las extendió a Louis. - ¿a si o más? Cómprate
algo bonito y deja de llorar.- lanzó los billetes al suelo cuando él no los tomó.
Eso había sido realmente ofensivo, demasiado, eso había derramado la última
gota de cordura que le quedaba en el cuerpo. No dudó más y se lanzó contra
Harry para golpearlo.
Comenzó a golpearlo en el abdomen demasiado fuerte, logrando que Harry
perdiera el aire por sus golpes. Este tampoco dudó en regresarle los golpes y
pronto comenzó a golpearlo en la cara. Ambos estaban muy enojados, sobre todo
louis No pasó mucho tiempo cuando la recepcionista llamó a seguridad para que
la ayudaran a calmar la pelea.
El labio de Louis sangraba al igual que su nariz gracias al puñetazo que Harry le
había dado.
Los guardias de seguridad llegaron al lugar para sepáralos, Louis se mostraba
muy rebelde y continuaba lanzando patadas al aire. Por otro lado Harry ya se
había calmado, pero continuaba muy molesto.
-llévenselo de aquí, llamen a la policía, no lo quiero volver a ver por aquí.ordenó
con un volumen muy alto.
-Perro asqueroso, ¡espero que te pudras en el puto infierno!- Louis continuaba
tomando la situación con poca madurez.
Harry se acercó hasta él, lo tomó de la barbilla obligándole a mirarle. -Y yo espero
que te pudras en la pobreza.- sonrió.
Louis ya no podía soportarlo más, el gran coraje que había hecho provocó que
sintiera una enorme nausea subir por su garganta. Terminó vomitando todo su
desayuno sobre los zapatos de joven Styles.
Bueno, al menos estaban a mano ahora.
Harry se quedó en silencio, a punto de explotar del enojo. Respiró profundo y
decidió no hacer el problema mas grande. -no importa.- lo miró. -yo puedo
comprar los que quiera, preocupate por ti, porque has manchado tu pantalón, que
seguramente es el único que tienes.- se dio la vuelta y caminó hacia el elevador,
aun con los zapatos llenos de vomito.
-¡harry!- lo llamó la recepcionista antes de que él se fuera.
La miró molesto. -Señor Styles, tú y yo no somos iguales, mas respeto.- se
adentró al elevador sin decir nada más.

Capitulo 3
-Eres un idiota, tienes suerte de que mi padre por alguna extraña razón piense que
eres un buen chico.- habló Jake cuando miró a Louis caminar hacia él,
acompañado de un policía.
Él solo lo miró sin mencionar nada. Se veía muy enojado.
Los guardias de la empresa de los Styles habían llamado a la policía, impidiéndole
poder irse del lugar y olvidarse del asunto. Al ser menor de edad, solo lo llevaron
al departamento de policías para menores.
Por fortuna, el padre de Jake era el secretario de seguridad en la ciudad de
Londres, así que Louis solo tuvo que llamar a su amigo para pedirle ayuda por
parte de su padre.
No había pasado más de dos horas detenido, pero había sido suficiente para
terminar de sentirse como una mierda. Verdaderamente no planeaba quedarse
como si nada, mirando como esa familia de mierda tenía todo con tan solo estar
parpadeando, mientras que la suya hacia lo posible por progresar y aun así no
lograban nada.
-necesito la firma de sus padres para poder dejarlo ir.- habló el hombre que
acompañaba a Louis.
-mi padre se hará cargo.- mencionó Jake señalando a su padre con la cabeza, que
se encontraba hablando con otros policías.
-De acuerdo.- el hombre caminó hasta el padre de Jake y comenzaron a hablar.
-Vámonos Louis.- podía notar que su amigo estaba molesto, su actitud lo dejaba
en claro. Ni siquiera lo había mirado en todo ese tiempo, no hablaba ni mucho
menos agradecía por lo que Jake acababa de hacer por él.
Salieron de la comisaria y caminaron por la calle en silencio. Jake había llegado
hasta ese lugar en el auto de su padre, pero ahora prefería acompañar a Louis.

-¿mi padre se ha enterado de esto?- habló Louis después de unos largos minutos.
-no, bueno, al menos yo no le eh dicho nada.
-Gracias, enserio.- continuó con la misma actitud, caminaba demasiado rápido,
Jake tenía que alcanzarlo casi corriendo. – ¿Y cómo ha estado el examen?-
intentó cambiar de tema. -difícil, obviamente.
-ah... Yo no podré volver a la escuela hasta que se cubran unas colegiaturas
pendientes.- paró y miró a su amigo. No sentía vergüenza de decir eso, al fin de
todo Jake ya tenía que estar enterado, los chismes corrían rápido en esa escuela.
-mierda Louis, ¿qué vas a hacer? La beca está en riesgo.
-no tengo ni puta idea.
Jake se quedó en silencio. Quería decir algo que ayudara a que su amigo se
sentirá mejor, pero en realidad no tenía idea de lo que había pasado Louis con la
familia Styles. -oye Lou...- mencionó tratando de obtener su atención.

-¿mm?
-¿qué ha pasado con los Styles? ¿Qué mierda estabas haciendo en esa empresa?
-tenía que darle su merecido a esas basuras de la sociedad. -pero era estúpido,
¿por qué fuiste tú sólo?
Doblaron en una calle que los llevó hasta un parque, caminaron dentro de él y
terminaron sentándose sobre una banca.
-necesitaba desquitarme con algo. Me sentía impotente y yo sólo quería liberar el
odio.
-¿y qué has hecho para liberarlo?- Jake acostumbraba fumar a pesar de su corta
edad, era algo que estaba de moda en los adolescentes. Sacó un cigarrillo de su
mochila y lo prendió para después comenzar a fumar. – ¿Quieres?- ofreció a Louis
y este negó al instante con la cabeza.
-Me eh peleado con el dueño, a golpes.- el chico se sorprendió al escuchar eso,
comenzó a toser el humo que se había metido a sus pulmones gracias a las
palabras de Louis.
-¿¡QUE HICISTE QUE?!
-que me eh agarrado a golpes como ese riquito de mierda.
Tiró el cigarro hacia la calle, pues no podía concentrarse en las dos cosas a la vez.
–Espera, ¿cómo mierda le hiciste para burlarte a los guardaespaldas del señor
Styles?- Jake conocía muy bien a esa familia. Sabía cómo funcionaban parte de
sus asuntos.
-¿guardaespaldas? Yo eh visto ninguno.- apretaba su sien intentando bajar el
dolor de cabeza que tenía.
-El señor Styles nunca anda sin sus guardaespaldas Louis.
-¿por qué le dices "señor Styles" eh? Ese idiota no tiene nada de señor,
¿cuántos años tiene? ¿Mi edad?- esta vez si había sido una exageración de Louis,
Harry no era viejo pero tampoco lucía tan joven como él.
-espera, ¿no estarás hablado de Harry?- una sonrisa se formó en su rostro, pues
podía imaginar exactamente la situación que se había dado. – ¿Era joven y su
cabello rizado?- preguntó emocionado. Louis sólo asintió con la cabeza sin
comprender muy bien la emoción de su amigo. –mierda Louis, te has peleado con
el imbécil de Harry.- comenzó a reír de manera escandalosa.
-¿se llama "Harry" ese cabrón? Puta madre, hasta el nombre lo tiene de estúpido.

-hombre, no puedo creer que lo hayas golpeado, ¿¡POR QUE MIERDA NO


TOMASTE VIDEO!?- continuaba riendo como loco. -¿quién es él? ¿Por qué te
ríes?
-¡Harry es el hijo del señor Styles! ¡Y es un hijo de puta en todos los sentidos de la
palabra!
Eso lo noté.- dejó salir un suspiro y frotó su cara con más palmas de sus manos.
– ¿eso quiere decir que ni siquiera me eh peleado con el dueño verdadero?
Capitulo 4
En realidad, Louis decidió no decir nada a sus padres sobre la situación en la
escuela. Cuando regresó a su casa después de su “ingeniosa” charla con Jake, se
dio cuenta que el ambiente estaba demasiado tenso y que no valía la pena hacer
más presión sobre su padre.
Su madre y su padre estaban sentados en la mesa, haciendo cuentas y tratando
de rascar hasta el último centavo de sus ahorros para poder pagar las cosas que
eran realmente necesarias. Se veían muy preocupados, Louis ni siquiera quiso
pasar mucho tiempo mirando esa imagen, solo servía para alterarse más.
-Louis, ven a cenar.- comentó su madre cuando lo vio subir las escaleras. -Ahora
no madre, no quiero cenar.- no era la primera vez que evitaba la cena, en realidad
llevaba días haciéndolo, quería consumir la menor cantidad de comida posible.
Tan solo se encerró en su habitación y pensó en lo que planeaba hacer.
Se paró frente al espejo que estaba junto a la cabecera de su cama. Comenzó a
mirar su cuerpo, levantó su camisa y se exploró todo el abdomen. Sabía que era
atractivo, pero aun así existía el miedo de pensar que Harry pensara que no lo era,
que el mundo pensara que no lo era.
Todo era demasiado arriesgado, pero aun así estaba dispuesto a intentarlo. Ver a
su padre preocupado por pagar las cuentas pendientes, incluyendo la renta de la
casa en donde vivían era solo un recordatorio de que tenía que hacerlo. Además,
a él no le molestaba tener que joderle la vida a una persona que apenas conocía.
Tenía que admitir que el miedo continuaba llenando su cabeza de ideas. El plan
era lograr que Harry se volviera loco por él, que lo deseara con fuerza, que no le
importara hacer lo que fuese por poder tenerlo.
Sabía que sería extremadamente difícil lograrlo, por eso había hecho un trato con
Jake, este lo investigaría mientras que Louis practicaría el ligue con el sexo
masculino con su compañero de clases Oliver.
Al hacer su plan no solo embarraba a Harry, también a Oliver y a toda la familia
Styles, pero en realidad no le importaba, no le importaba una mierda hundir a
muchas personas al tratar de hundir a Harry, él solo quería lograr su objetivo,
vengarse de la familia Styles.
Dejó de mirarse a sí mismo y se recostó sobre la cama. Estaba cansado, pero
sobre todo muy presionado. El puto tiempo estaba corriendo, y él tenía que hacer
las cosas rápidas si quería evitar que la situación de su familia empeorara, no
podía permitir que la diabetes de su padre volviera a activarse solo por las
preocupaciones que estaba pasando.
Se quitó los zapatos, dejó salir un suspiro y trató de dormir. En su mente apareció
la imagen del rostro de Harry, en realidad no era un hombre feo, ni mucho menos
desagradable físicamente. Había algo en él que lograba hacer que Louis tuviera
ganas de probarlo, pero sobre todo, había algo en el que lograba hacer que la
mente del pequeño se llenara de pensamientos algo extraños, ganas de en serio
lastimarlo, no solo físicamente, no solo meterlo a la cárcel y querer quitarle el
dinero a su familia, quería lastimarlo de la manera más cruel que existe,
enamorarlo.
El hecho de que Jake le contara que Styles solía meterse con miles de mujeres,
ser completamente infiel, un mujeriego desagradable, le daban más ganas de ser
esa persona que “cambiara su vida” pero no de la manera más agradable.
Ahora el juego había comenzado.
---------------
A la mañana siguiente el chico salió muy temprano de su casa, como solía hacerlo
para ir a la escuela, se despidió de sus padres y se fue para llegar puntual a
“clases”.
Había llegado a un acuerdo con Jake, ese día tendría que salir con Oliver y mirar,
identificar qué era lo que a los hombres les gustaba de otros hombres.
En realidad era una idea demasiado estúpida, pues ninguno de esos dos chicos se
puso a pensar que Oli estaba totalmente loco por Louis y eso provocaría que fuera
demasiado fácil atraerlo. Mientras que Harry era un maldito, que probablemente
los mandaría a la mierda al primer intento.
Llegó a su colegio y se quedó en la entrada, llevaba la mochila y el uniforme que
los obligaban a vestir. Miraba a todos lados buscando a Jake.
El clima estaba algo frio, no podía dejar de frotar sus manos para intentar
conseguir un poco de calor. Miró el reloj y decidió actuar por su cuenta, el idiota de
Jake aun no había llegado y no podía seguir esperando, los alumnos estaban a
punto de entrar a clases y tenía que encontrar a Oliver antes de que eso pasara.
Entró al colegio, tratando de esconderse de los directivos y del prefecto, si lo veían
ahí no dudarían en recordarle que estaba suspendido por falta de pagos, no
estaba dispuesto a perder su dignidad. (De nuevo)
Llegó hasta el aula de clases donde impartían química, que era la única materia
que tomaba junto con el chico, lo buscó, pero al parecer ese día no tenían esa
clase. Salió y comenzó a buscar entre los pasillos, las cafeterías, los baños, todos
los lugares, pero no lograba encontrarlo.
Cuando se dio cuenta que solo faltaban 3 minutos para que sonara el timbre de
entrada, decidió que no podía seguir dentro del colegio. Se dirigió hacia la salida,
aun escondiendo su cara un poco.
Estaba por salir del edificio cuando se dio cuenta que Oliver subía las escaleras
apurado para lograr llegar a clases. – ¡Oliver!- gritó captando la atención del chico.
Este lo miró algo extrañado, pues no estaba acostumbrado a que Louis le dirigiera
la palabra, en realidad, solo habían cruzado unas cuantas frases en todos los años
que llevaban compartiendo aula escolar. – ¿si Louis?- miró su

reloj algo alterado, pero aun así decidió atender a Louis.


Louis pensó por unos segundos lo que estaba por decir, pero después de un
tiempo se dio cuenta que era realmente necesario si quería que las cosas con
Styles funcionaran. – ¿Tienes libre?
El chico abrió los ojos como plato. – ¿perdón?
-¿Que si tienes libre?- en esos momentos maldecía a Jake en sus adentros, él
había sido el de la idea de meter a Oliver en el asunto.
-¿pa…para qué?- se escuchó demasiado nervioso, al parecer el poco tiempo que
tenia para llegar a clases se le había olvidado.
El era un chico agradable, tierno en cierta forma. Su cabello era rubio, largo
sobrepasando las orejas. Sus ojos eran de un color muy azul y su piel era blanca,
logrando que cada queé sintiera nervios se tornara de un color muy rojizo.
-¿recuerdas que ayer me quede con tu calculadora? Me gustaría recompensar
eso, no lo sé, podemos ir por un helado o algo así.- se sentía raro haciendo eso,
invitar a un hombre a salir era lo más extraño que había hecho hasta esos
momentos.
-pero Louis, tenemos clases.
-¿entonces no quieres?- de una forma tenía miedo al fracaso. En realidad,
siempre lo había tenido.
-no, digo, ¡sí! Pero… ¿y las clases?- Louis notó la actitud del chico, era obvio que
moría de ganas de salir con él así que eso le hizo agarrar más confianza.
-a la mierda las clases, vente conmigo y te prometo que no te arrepentirás.sonrió
satisfecho, ahora sabía exactamente lo que tenía que hacer.

------------------
Jake llegó hasta la empresa de los Styles. Había decidido faltar a clases para
poder investigar más a fondo el asunto y así ayudar a su amigo para cumplir su
objetivo.
-hola.- habló dirigiéndose a la recepcionista.
-hola Joven, ¿puedo ayudarlo?- ella lo conocía, pero en esos momentos no podía
determinar la estancia del chico en el lugar.
-hola.- observaba todo el lugar detenidamente, llevaba un maletín negro y ropa
casual, lo cual resaltaba demasiado en un lugar donde todas las personas vestían
formales.
-¿te puedo ayudar en algo?- repitió logrando captar la atención del chico.
-ah, sí, avísale a Harry que Jake está aquí, su mejor amigo.- sonrió
cínicamente y mordió su labio. Solo había decidido ir a ese lugar para hacerle
unas cuantas preguntas al rizado.
-De acuerdo, permíteme.- tomó el teléfono y habló por unos segundos. –el joven
Harry pregunta para qué lo quiere.
-dile que es algo importante, que me reciba, que no finja que está ocupado
trabajando, porque sabemos que es inútil.
La mujer elevó las cejas y trató de no reír. –joven, el chico dice es que algo
importante.- mencionó hacia la persona que se encontraba del otro lado de la
línea. –De acuerdo, va para allá.- colgó el teléfono y miró al chico. – adelante, piso
5, oficina 47.
-gracias hermosa.- le guiñó el ojo antes de irse del lugar, la chica solo comenzó a
reír, pues le pareció graciosa la actitud del chico.
Subió al elevador y en poco tiempo llegó hasta el piso donde se encontraba la
oficina de Harry, estuvo unos segundos observando todo que caracterizaba a la
empresa, se dio cuenta que en realidad esa familia tenía demasiado dinero para
ser real.
No tardó mucho tiempo en encontrar la oficia de Harry. Sonrió ampliamente y entró
a la habitación sin tocar si quiera la puerta. –hola Harryyyyyyy.
Harry lo miró extrañado y con cara de desagrado. – ¿Qué quieres?- estaba
sentado en su escritorio, probablemente haciendo nada más que hacer tiempo
para que su padre pensara que estaba trabajando en algo útil.
Jake cerró la puerta y se sentó en la silla frente a él. – ¿Cómo estas Harry?
¿Cómo va tu vida de “ejecutivo”?- fingió tanto interés que fue demasiado obvio
que estaba jugando.
-lárgate enano.- continuaba mirándolo con desagrado. –estoy ocupado. En
primera, ¿a qué has venido? ¿No deberías estar en el jardín de niños o algo así?
-no idiota. El jardín de niños es para NIÑOS de 5 años.- fue algo grosero, pero
estaba acostumbrado a tratarlo de esa manera, se trataban mal mutua mente.
Nunca hubo necesidad de fingir que se agradaban, porque no era así.
-¿y tu cuántos años tienes? ¿6?- sonrió para molestarlo más. –No, ya enserio
Jake, ¿Qué mierda estás haciendo aquí?
La oficina de Harry era muy lujosa, muy amplia y tranquila. El escritorio era de
cristal, la pared estaba pintada de blanco con detalles color rojo tinto. Pero sobre
todo eso, lo que más lucia en el lugar era el rizado y su “gran” personalidad.
-eh venido a visitarte.
-mientes, ¿Qué quieres?
-bueno, mi padre me ha dicho que lo espere aquí, esta con tu padre y vendrá a
recogerme aquí, eso es todo.- mintió, pero tenía que hacer algo para que Harry no
terminara llamando a seguridad para que lo sacaran de ahí.
-¿y no podías haber esperado en la recepción? ¿O en la cafetería? ¿Tenias que
venir a joder aquí?- el menor elevó las cejas algo sorprendido, al parecer a Harry
le molestaba demasiado su presencia.
-ay, no seas exagerado, ni que a mí me encantara estar aquí contigo, como ya te
dije, solo estoy esperando a mi padre.- rodó los ojos y después recordó lo que
llevaba en su maletín. Era hora de comenzar a hacer lo que lo había llevado hasta
ahí.
-Pero, ¿Por qué tienes que estar aquí? Abajo tenemos un área de juegos en la
que te puedes divertir.
-sí, sí, sí, Harry, lo que digas. Pero por ahora me quedare aquí. No hare ruido, lo
prometo, tú ponte a trabajar, anda.- Harry lo miró por unos segundos más, su
paciencia se estaba acabando, pero decidió ignorar al chico, igual, su padre no
tardaría en llegar por él.
-mas te vale que no molestes.- sacó su móvil y comenzó a mandar mensajes.
Hablaba con sus amigos sobre ir al club esa tarde, como era de costumbre.
-De acuerdo, será como si no estuviera aquí.- Jake colocó su maletín sobre sus
piernas y lo abrió para sacar su contenido. Trató de no reír y continuó con lo que
hacía.
Sacó un par de revistas de pornografía gay y las colocó sobre el escritorio del
rizado. Comenzó a ojearlas tratando de llamar la atención del mayor.
Harry ni siquiera se había percatado de lo que hacia el chico, pasaron 5 minutos y
aun continuaba metido en su teléfono, sin prestar nada de atención al mundo
exterior.
Jake se divertía con lo que estaba viendo, reía mucho y a veces sentía dolor solo
de ver como un hombre penetraba a otro en las fotografías.
-mierda, ¿puedes callarte? ¡Tu risa es molesta!- lo miró y abrió los ojos como plato
cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo el chico, o más bien, de lo que
estaba viendo. – ¿¡QUE MIERDA TE PASA!?
-¿De qué hablas Harry?- fingió no entender la actitud del chico. –ah… ¿de esto?-
le mostró la revista. –pues nada, me entretengo un rato, me has pedido que no te
moleste.
-¿¡POR QUÉ CARAJOS ESTAS VIENDO PORNOGRAFIA GAY EN MI OFICINA!?
¿¡No puedes esperarte hasta llegar a tu casa!?- su paciencia se había agotado por
completo.
-pero… tengo libre este tiempo, puedo aprovecharlo en esto. ¿Quieres una?
Tengo muchas.- elevó su maletín y le mostró a Harry todas las revistas que
llevaba, aproximadamente unas 15.
Harry cerró los ojos y colocó la palma de su mano en su frente. -¿¡Y para qué
mierda querría yo eso Jake!?
-puessss…. No lo sé, tal vez estés pensando en experimentar o algo así.- la
capacidad que tenia para decir las cosas directamente era increíble. –hablo
enserio Harry, mira estas, ve como este tío se folla a este otro, ¿no te parece ten-
ta-dor?
Harry lo miró con demasiado desagrado. –De acuerdo, esto es suficiente,largo de
aquí.- comenzó a recoger las revistas del chico y a meterlas dentro su maletín. –
vamos Jake, largo.
La puerta de la oficina se abrió, el señor Styles entró al lugar y se quedó muy
confundido al ver a Jake ahí. –eh… Hola Jake, ¿Qué haces aquí?- Harry lo miró
demasiado molesto cuando se dio cuenta que su padre no estaba con el padre de
Jake.
-aammm, nada, solo… quería venia a dejarle algo a Harry, adiós.- guardó todas
las revistas en el maletín, pero no se lo llevó con él. –me voy, te dejó eso ahí
Harry, por si quieres verlo más tarde.- le guiñó el ojo como si se tratara de algo
travieso.
Harry solo negó con la cabeza mientras lo veía irse del lugar, obviamente no dijo
nada sobre las revistas pornográficas por la presencia de su padre, prefería
arreglar ese asunto después, cuando pudiera decir lo que quisiera sin que su
padre lo escuchara.

Capítulo 5
"Le eh dejado unas cuantas revistas educativas a Harry, espero que las sepa
apreciar y las vea."
Louis leyó el mensaje proveniente de su amigo, pero no pudo comprender a lo que
se refería.
Por un momento pasaron miles de ideas por su cabeza, provocando que sintiera
algo de nervios. Jake era muy directo al hacer las cosas y podía esperar cualquier
acción de su parte. Probablemente ya se le había ocurrido decirle a Harry que
Louis quería follar con él.
Caminaba junto con Oliver por los solos pasillos del centro comercial. A esa hora
todas las tiendas estaban cerradas, pues era demasiado temprano y todos
estaban en clase o trabajando.
La situación se volvía cada vez más incómoda. En realidad no podía lograr abrir
un tema de conversación. Con lo poco que se conocían no tenían ni idea sobre los
gustos del otro. No tenían amigos en común, no tenían nada que no fuera la
misma materia juntos.
Cuando Oliver aceptó salir con Louis, tan sólo salieron del colegio y subieron al
coche del chico, después se dirigieron hacia el centro comercial, pensando que en
ese lugar podrían encontrar algo en que entretenerse.
Louis lo miraba detenidamente, el chico realmente se veía nervioso, movía
muchos sus manos y constantemente se acomodaba el cabello.
No podía comprender por qué hacia eso, pero de una manera sabía que era
necesario, sabía que tenía que aprender a ligar con hombres, para cuando se
diera la situación con Harry, no pareciera un novato.
Es que era obvio, era obvio que Styles estaría acostumbrado a salir con personas
con mucha experiencia, no con niños estúpidos que apenas y sabrían como besar.
No era que Louis nunca antes hubiera besado, sino, nunca antes había tenido una
experiencia con otro chico.
Pensó que lo mejor sería abrir un tema de conversación. –y... ¿Cómo te está
yendo en la escuela?- se sintió estúpido con esa pregunta, pero fue lo único que le
vino a la mente.
Caminaban por el área de comida, pensaban tomar un desayuno.
–Pues, supongo que bien...-Oliver señaló un restaurante de comida rápida,
preguntando con la mirada si ese estaba bien. Louis asintió.
–si... Me alegro.- volvieron a quedar en silencio, caminaron hasta el restaurante y
quedaron frente al mostrador.
-buenos días, ¿qué van a llevar?- habló la cajera amablemente.
Oliver miró a Louis, esperando que él fuera quien ordenara primero.
Louis se quedó mirando el menú, pensando por mucho tiempo sobre qué pedir. La
comida rápida no era una buena opción, no quería comerla, pero tampoco quería
seguir en el silencio incómodo, al menos comer les daría más oportunidades de
abrir algún tema. –creo que una hamburguesa está bien.
-yo también.- dijo y sacó su billetera, ofreciéndose a pagar.
Louis se sentía verdaderamente estúpido, no sólo le había dejado pedir primero,
ahora también tenía que ver como el chico pagaba la cuenta como si se tratara de
una especie de cita hombre-mujer.
La incomodidad de ambos chicos podía notarse a kilómetros de distancia, se
miraban de reojo y sonreían por compromiso mientras esperaban a que les
entregaran la comida.
-creo que iré a escoger una mesa…- comentó Louis después de unos segundos,
en realidad ya no soportaba la estúpida situación.
Caminó atreves del restaurante, alejándose lo más posible hasta llegar a una de
las mesas del fondo. Tomó asiento y sacó su móvil para llamar a su amigo, quería
saber a qué se refería con el mensaje que le había enviado tiempo antes.
-¿hola?- se escuchó la voz de Jake por el otro lado de la línea.
-Hola idiota, ¿Dónde estás?- miró a su alrededor para asegurarse que Oliver
siguiera esperando la comida y no escuchara nada.
-Estoy en mi casa, ¿Qué quieres?- la voz de Jake se escuchaba adormilada.
-¿¡Que no se supone que quedamos de vernos esta mañana en la escuela!?
¿¡Donde mierda estabas!?
-¿quedamos en vernos? ¿No se suponía que tu irías a follar con Oliver mientras
que yo volvía gay a Harry?- Louis dio un leve golpe contra su propia frente, no
entendía por qué mierda se le había ocurrido pedir ayuda a Jake.
-En primera, no estoy aquí para follar con él, y en segunda, ¿volver gay a Styles?
¿Qué mierda hiciste?
-pues nada, solo le llevé unas cuantas revistas pornográficas, obvio gays.
-¿Qué? ¿¡Que hiciste qué!?- Louis seguía mirando hacia Oliver, él ya había
recibido los pedidos y ahora se dirigía hacia su mesa.
-es solo para que se familiarice con el asunto, que aprenda nuevas posiciones y
cosas de ese tipo, tu sabes, para que te de mas placeeeeer.- Estuvo a punto de
responderle un montón de maldiciones, pero decidió callar cuando el chico llegó
hasta su mesa. –además, le eh agregado otro regalito…
-De acuerdo, hablamos mañana.- colgó y miró a Oliver con una sonrisa. No podía
creer que el idiota de Jake hubiera hecho eso, pero en cierta manera le daba
demasiada gracia imaginar la situación que seguramente habían pasado, conocía
a Jake y sabía que era un imbécil que seguro se las había dado sin ninguna
vergüenza.
-Lo siento si tardé, se han tardado en entregarme la comida.- ese chico actuaba
demasiado nervioso, su voz apenas se escuchaba y no se atrevía a mirar a Louis
a los ojos. Se sentó y dejó la charola con la comida sobre la mesa.
-no importa.- Comenzó a fijarse en todos los gestos del chico, sus movimientos, su
manera de hablar, todo. Quería saber lo que más pudiera saber sobre ese asunto.

Capitulo 6
Louis elevaba las caderas violentamente cada que sentía el calor de la boca del
chico rodear su pene.
Al parecer estaba cumpliendo lo que se había propuesto, había logrado que Oliver
hiciera lo que él quisiera, además, se estaban arriesgando demasiado a que
alguien los mirara en ese estacionamiento, haciendo la situación 100 veces más
caliente. La única forma en la que evitaban que alguna persona los mirara, era
porque se encontraban escondidos tras el automóvil del chico.
Tenía que admitirlo, ese sexo estaba siendo glorioso. Había tenido ya antes sexo
oral con algunas mujeres, mas nunca con algún hombre. La gran diferencia era
que ellos no hacían las cosas con delicadeza, chupaban y succionaban el
miembro con demasiada lujuria, sin importar lastimar a compañero.
Oliver mantenía su mano dentro de su propio pantalón y estimulaba su miembro
ante la necesidad de ser atendido. Louis lo tenía tomado del cabello, empujando
su cara más hacia su propia cadera para sentir más placer.
Días antes ni siquiera se hubiera podido imaginar que se encontraría en esa
situación, para él, siempre habían existido algunas reglas, reglas que ahora mismo
estaba mandando a la mierda.
Sabía que no servía de nada que Oliver le hiciera un oral, pero aun así estaba
dispuesto a repetirlo, y repetirlo, y repetirlo. Le estaba gustando y eso era lo
importante. A demás, él sabía que algunos de sus amigos solían hacer eso, tener
sexo oral entre ellos no estaba tan mal, siempre y cuando solo fuera eso, sexo
oral, sin contacto labio a labio o algo mas fuerte como el sexo anal.
-Vamos, hazlo más profundo…- susurró Louis apretando fuertemente el cabello
del chico. Su voz se escuchaba demasiado excitada, pues en realidad sentía que
su clímax estaba por venir. Escuchó un ruido a lo lejos, se sintió algo asustado,
pero después de unos segundos lo mandó a la mierda. –Anda, quiero más.- gimió
perdiendo toda su dignidad, dejándole claro al chico que con su boca lo tenía a
sus pies.
-alguien puede vernos.- Oliver se separó de Louis y lo miró alborotado, él tampoco
podía creer que estuviera pasando eso, pero tenía que aprovechar el momento al
máximo. –Quiero ver cómo te corres.- comenzó a masturbar el miembro de Louis
con su mano, haciéndolo primero lento y después rápido.

Louis sintió eso algo extraño, pero aun así, las manos de Oli estaban logrando lo
que quería. El chico se levantó del piso sin dejar de masturbar a Louis y lo miró,
esta vez directamente a los ojos. Fue algo que Louis no pudo soportar y terminó
bajando la mirada, el contacto visual durante el sexo era algo incomodo cuando se
trataba de una persona no muy cercana.
Mordía su labio y echaba su cabeza hacia atrás, estaba seguro que estaba a
punto de venirse. –Sigue así…- él ni siquiera se había preocupado por devolverle
algo de atención a su compañero.
Se acercó demasiado a su boca tratando de besarlo, Louis rápidamente se lo
evitó. – ¿Qué haces?- preguntó Oliver extrañado, dejando de masturbarlo.
-no quiero que me beses, no lo hagas.- él nunca antes había besado a un hombre
y aunque sabía que tenía que hacerlo, no se atrevía a besarlo, tal vez porque
tenía miedo a que le gustara de igual manera como le había gustado el oral.
-Anda, un beso y ya.- volvió a acercarse a la boca de Louis y comenzó a besarlo
húmedamente, metiendo su lengua adentro y acariciando la de su compañero con
la misma.
Louis sintió alivio, el beso del chico no se sentía nada diferente a como se sentían
los besos dados por chicas, era exactamente lo mismo, nada especial. Comenzó a
devolverle el beso a Oliver, esta vez siendo él quien dominaba el momento. Lo
tomó de la cintura y lo giró para recargarlo contra el automóvil, comenzó a frotarse
contra la cadera del chico para estimular más su erección.
De nuevo Oliver comenzó a masturbarlo y sin dejar de besarse Louis terminó
viniéndose sobre la mano del chico. Había sido un glorioso orgasmo, algo único.
Estuvo por unos segundos intentado recuperarse del éxtasis para después
separarse y mirar a su compañero con una sonrisa traviesa. Se acomodó la ropa,
intentando limpiar cualquier resto de semen antes de que se secara. – Creo que
ahora es tu turno.- mordió su labio al mismo tiempo que se hincaba frente al chico.
Oliver solo se recargó contra el auto y cerró los ojos, preparándose para el paraíso
al que seguramente Louis lo llevaría.
Él no sintió ningún nerviosismo al tener que hacer por primera vez un oral para un
hombre, solo dejó que su boca se moviera por sí sola, chupando todo el miembro
del chico y logrando ponerlo muy duro en segundos. En realidad de eso era de lo
que se trataba ese tipo de acciones, de mover la boca de una manera sin sentido,
solo intentando dar placer.
------------------------------
Jake llegó a la oficina de Harry casi dos horas después de que la secretaria del
rizado lo llamara para decirle que él quería verlo.
Se quedó en la recepción, esperando que el rizado diera la indicación para que lo
dejaran entrar. Antes tuvo una grandiosa idea, la cual era muy arriesgada, pero al
fin y al cabo grandiosa. En realidad, Jake sabía exactamente para qué Harry
quería verlo, pero aun así, llevaba su plan muy bien calculado, sabía lo que haría y
también lo que diría.
Sacó su móvil y marcó un número, esperó muy impaciente a que contestaran.
-¿Diga?- se escuchó la voz de su amigo algo exaltada.
-¿Dónde estás LouLouLouis?
-Estoy en el coche, con Oliver, me llevara a mi casa. ¿Pasa algo?
Jake tapó su boca con la palma de su mano, recordó que Louis había estado toda
la mañana con Oliver, tenía que saber qué había pasado. – ¿Sigues con él?
¡Mierda Louis! ¡Vas por todo!- dejó salir una carcajada, pues le parecía demasiado
gracioso que su amigo enserio estuviera haciendo eso. –Para mí que si eres
homosexual y utilizas todo esto de Harry para cubrirlo.
-Imbécil, ¿Qué quieres?- Louis hablaba mediante susurros, al parecer no quería
que el chico con el que se encontraba lo escuchara.
-Necesito verte, ve a la cafetería que está a dos calles de la escuela, nos vemos
ahí en 15 minutos.
-¿es necesario ahora? ¿No puede ser después?- Jake comenzó a reír
escandalosamente.
-¿Por qué? ¿Van a seguir cogiendo o qué?- la recepcionista lo miraba confundida,
pues no moderaba para nada su tono de voz. –ya Louis, calma tus hormonas y
concéntrate.
-no imbécil, tengo que volver a casa como de costumbre, mi madre me espera
para comer.
-anda, yo le llamo para decirle que comerás conmigo y con “mi familia” nos vemos
ahí en 15 minutos, bye.- colgó el teléfono antes de que Louis pudiera mencionar
algo más.
Se acercó hacia la recepcionista y la miró con una sonrisa coqueta.
-Hola Jake.- mencionó ella divertida, ese niño le causaba mucha gracia.
-hola hermosa.- esperó por unos segundos. – ¿Podrías llamar de nuevo al idiota
de Harry y decirle que llevo aquí 20 minutos esperándolo?- la chica comenzó a
reír. –por favor, dile que baje inmediatamente.
-bien, le diré que lo esperas.- sonrió y después tomó el teléfono para marcar a la
oficina del rizado. – ¿Joven Styles? El joven Jake está aquí abajo esperándolo
desde hace rato. ¿Lo atenderá?- se quedó en silencio mientras escuchaba a la
persona del otro lado de la línea. –De acuerdo, ya le digo.colgó el teléfono y volvió
a mirar al chico. –viene para acá.
Jake sonrió y se dio la vuelta, alejándose del lugar. Tenía que aceptar que se
estaba divirtiendo demasiado con esa situación, realmente le parecía cómico lo
que Louis estaba por hacer.
También le parecía justo, es decir, Harry se merecía lo que le pasaría, merecía
que alguien llegara y le dejara una lección, era necesario, tal vez eso lo cambiaria
y dejaría de ser tan mierda de persona.
Esperó unos cuantos minutos más antes de ver como el elevador se abría,
dejando ver al rizado salir de él. –Hola, querido amigo.- mencionó Harry siendo
sarcástico. – ¿Cuánto tiempo sin verte?
-demasiado, ¡te extrañe mucho amiguito!- su sarcasmo fue mil veces más grande,
se lanzó contra Harry y le dio un gran abrazo.
-Quítate imbécil.- lo alejó rápidamente de él. –sube, vamos a mi oficina,
necesitamos hablar.
-No puedo.- contestó rápidamente.
Harry lo miró extrañado. – ¿Por qué no puedes? ¿Tienes que volver a tu casa
temprano? Vamos Jake, son las tres.
-Pero tengo hambre, dame comida.
Harry rodó los ojos. –No te daré comida, sube ya.- se dio la vuelta y comenzó a
caminar hacia el elevador.
-si no me alimentas no contestare ninguna de tus preguntas.- sabia las razones de
Harry para haberlo mandado a llamar, era obvio que quería saber sobre las fotos
de Louis que se encontraban en las revistas pornográficas.
-¿Qué clase de juego es este?- se giró para mirarlo de nuevo. – ¿A qué mierda
están jugando tu y el muerto de hambre ese?
-Llévame a comer o no lo sabrás.- sonrió, estaba logrando exactamente lo que
quería.
Harry se quedó en silencio, pensando en lo que Jake le proponía. En realidad
tenía mucha curiosidad de saber de qué se trataba todo ese asunto, pero también
había quedado con Ashley de comer con ella. –Tengo que ver a mi novia, lo siento,
no me interesa enterarme de la mierda de niños que ustedes tienen.- mintió.
-¡invítala a comer con nosotros!- mencionó entusiasmado. –Es más, yo mismo le
llamo.- sacó su móvil y comenzó a buscar entre la lista de contactos.
-¿¡Que mierda haces idiota!?- Harry trató de quitarle el teléfono, pero ya era
demasiado tarde.
-¿Ashley? ¡Hola!- el rizado barrió los ojos hacia otro lado. –habla Jake, si, ese, el
mejor amigo de Harry. Queríamos invitarte a comer con nosotros, no sabes las
ganas que tiene Harry de verte.- miraba al chico divertido, mientras que este solo
le hacía señas molesto. -¡Hablo enserio! No sabes lo emocionado que esta de que
tu vayas a comer con nosotros, pasaremos por ti a tu casa en unos minutos más,
¡adiós hermosa!- colgó el teléfono. –listo Styles, problema resuelto, vamos con tu
noviecita ya.- le guiñó el ojo y comenzó a caminar hacia la salida.
Harry estaba más molesto, pero igual ya no valía de nada, pues el idiota de Jake
ya había invitado a la chica, ahora tendría que comer con dos personas totalmente
molestas para él.
Y esa era la verdad sobre su vida. En eso se basaba, en tener que hacer cosas
totalmente de su desagrado, tener que salir con personas que no le hacían sentir
bien, es decir, tenía todo lo que probablemente deseaba, pero en realidad, no era
nada de lo que realmente necesitaba.
En realidad no estaba ni siquiera viviendo, solo dejaba que los días pasaran y
pasaran, cada día mas viejo, cada día más aburrido.
Era estúpido darse cuenta como alguien que lo tenía todo, en realidad no tenía
nada.
Salía de fiesta, tenía amigos y una novia que muchos hombres morirían por
tenerla aunque sea por una noche, pero aun así se sentía molesto con su vida.
Todo era jodidamente absurdo, estaba viviendo sin siquiera saber para que lo
hacía.
Siguió a Jake hasta la salida y estando ahí indicó al hombre encargado que le
trajeran el automóvil. Ya ni siquiera quería hacer el coraje por lo que el chico había
hecho, igual, ya estaba hecho y tendría que hacerlo queriendo o sin querer.
-¿Te has molestado Harry?- preguntó Jake siendo sarcástico. El rizado solo lo
miró molesto. –oh vamos, no te enojes Styles, todo esto lo estoy haciendo por tu
diversión, créeme que en unas cuantas semanas me lo agradecerás.
-¿Por qué tendría que agradecerle YO algo a alguien tan patético como tú?Harry
solía pensarse el mejor de todos.
-Lo harás, estoy seguro, tal vez… te ayudare un poco a que tu vida deje de ser tan
perdedora.- sonrió, en su interior sabía que no era mentira, haría que Harry tuviera
un poco de diversión.
-------------------------------
Louis llevaba casi 20 minutos esperando en el lugar donde Jake lo había citado.
Pero en realidad ni siquiera se había dado cuenta. Su mente estaba totalmente
perdida en los recuerdos de esa mañana.
Habia actuado como una puta resbalosa, pero aún así no sentía
remordimiento alguno. No se sentía nada de culpable en estar utilizando a Oliver
sólo para experimentar algo que después haría en grande.
Realmente quería terminar con toda la situación que estaba pasando su familia.
No quería que ni padre ni su madre siguieran preocupándose por cosas que el
mismo podía resolver.
Así era como él lo veía. Que todo eso podía resolverlo fácilmente. Porque en
realidad no era consciente de lo difícil que estaba la situación. A su edad, los
jóvenes tienden a entender que la cosas más complicadas son estúpidas y sin
sentido, pero también suelen ahogarse con cualquier problema menor.
Por ejemplo, en esos momentos Louis sólo estaba preocupado en como
conquistar a Harry, en vez de buscar otra alternativa para su familia que no
involucrara terceros.
Estaba sentado en una mesa de la cafetería, aún no pedía nada de beber o
comer, pues si a Jake se le ocurría dejarlo plantado no tendría dinero para cubrir la
cuenta.
Cada segundo se sentía más mierda, se sentía como un muerto de hambre que
no tenía absolutamente nada. Y en realidad, eso era exactamente lo que él era.
Escuchó la puerta del lugar abrirse, era un lugar pequeño, así que todo estaba
conectado. Se giró para mirar de quien se trataba y se encontró con una sorpresa.
Su amigo, Jake, iba acompañado de una chica muy guapa y el imbécil que lo
había molido a golpes tiempo atrás, el mismo estúpido que había echado a la calle
a su padre, el mismo hombre por el cual toda esa situación estaba ocurriendo.
-¿Estás seguro que quieres comer aquí Jakie? ¿No prefieres que vayamos a un
restaurante un poco menos... Juvenil?- habló la chica que los acompañaba. Louis
se asombró de lo guapa que era. Tenía una belleza poco común, un cuerpo
espectacular y un cabello precioso. Le hablaba a Jake como si se tratara de un
niño.
-si Ashley, te aseguro que te encantará este lugar, la comida es deliciosa.Harry ni
siquiera había mencionado palabra alguna. Sólo se encontraba tras ellos en
silencio, sin mirar el lugar o quejarse, como comúnmente solía hacerlo.
-está bien, confió en ti.- le dio una sonrisa y se adentraron más al lugar, buscando
una mesa disponible.
Jake rápidamente cruzó miradas con Louis y fingió asombro. – ¡Louis! ¡Amigo!
¡Qué extraño encontrarte aquí hombre!- la forma en la que decía las cosas era tan
exagerada que se notaba que estaba fingiendo.
-Si... qué raro...- Louis sonrió falsamente, pues estaba verdaderamente molesto
por lo que Jake estaba haciendo. Llevar a Styles, junto con la novia, eso era una
estupidez. En primera, no quería verle la cara a ese idiota, mucho menos tener
que convivir con él.
Harry miró hacia Louis, se quedó mirándolo por unos segundos, aún en silencio.
No tuvo que pasar mucho tiempo para darse cuenta que todo eso era un plan de
esos chicos. Miró a su novia –vámonos de aquí.- susurró muy bajo para evitar que
Jake lo escuchara.
-¿él es tu amiguito Jake?- comentó la chica acercándose a Louis y sentándose en
su mesa. –Hola querido, ¿como estas?- no había escuchado al rizado, o al
parecer lo había ignorado.
Harry rodó los ojos y se acercó hacia su novia al igual que Jake, este último
también tomó asiento.
-hola, soy Louis.- intentó decir sin balbucear, pero de alguna manera, tener la
mirada de Harry sobre él le ponía nervioso.
-oh, vaya, que suerte tuvimos al encontrarte aquí, ahora podremos comer
TODOS JUNTOS.- mencionó Jake y al terminar miró a Harry. – ¿No te da
emoción?
-¿me puedes explicar que es esto? ¿A qué mierda estás jugando?- se escuchaba
molesto, ahora sí, ya no quería seguir fingiendo, quería aniquilar al chico.
-ay, Harry, no seas tan grosero, mejor siéntate, vamos a comer con Jake y su
amiguito.- habló la chica jalándolo de la manga del traje hacia una silla.
-si Harry, hazle caso a tu novia y siéntate, vamos a comer todos juntos, como una
gran familia.- no pudo evitar lanzar una carcajada ante eso.
El rizado se sentó, en todo ese tiempo no dejó de observar a Louis. Podía notar
que había algo, podía darse cuenta que esos chicos quería hacer algo con él.
Pero no lograba comprender qué.
Louis también le mantenía la mirada, retándolo, no dejaría que Harry lo viera como
alguien débil, que al final, el más fuerte sería que el ganaría el juego, y él estaba
dispuesto a ganar.

Capítulo 7
La incomodidad de todos era demasiado notoria.
No había ningún tema del cual hablar, la comida que habían ordenado había
llegado hacia más de 5 minutos y aun así nadie la había tocado.
Harry continuaba mirando a Louis detenidamente, sin importarle una mierda si lo
hacía sentir incómodo o no.
El rizado lo observaba de una manera poco discreta, intentaba adivinar qué era lo
que esos chicos estaban planeando y para qué habían hecho toda esa mierda
sólo para que ellos se encontraran.
Ashley hablaba con Jake sobre algunos temas sin importancia, Louis intentaba
entrar en la plática, pero simplemente no podía concentrarse bajo la mirada de
Harry, decidió que haría lo mismo, le sostendría la mirada hasta que alguno de los
dos se cansara.
Lo miró directamente a los ojos y esperó. Comenzó a notar detenidamente las
facciones del joven, sus ojos color verde, sus labios carnosos con un color fuerte,
su rostro aún continuaba teniendo piel de adolescente, pues tenía unas cuantas
imperfecciones sobre la frente.
Harry por su parte hizo exactamente lo mismo. Louis era, en su opinión, un niño.
Debía tener menos de los 16 años, su piel aún continuaba muy tierna, como la de
los bebés. Sus ojos resaltaban demasiado, porque aparte de tener un color muy
intenso, su mirada mostraba soberbia, justo como la del rizado.
-¿Y tu Louis? ¿Cómo va todo en la escuela? Tus calificaciones y esas
cosas.preguntó la chica cuando notó en la extraña situación que se encontraba el
chico junto con su novio.
Louis la miró saliendo de sus pensamientos, después miró a Jake, este le recordó
con la mirada que podía decir lo que quisiera para provocar que Harry sintiera
pena por él. –Mal, en realidad, muy mal.- bajó la mirada fingiendo tristeza. El
rizado continuaba mirándolo directamente, aún en silencio. –me han suspendido y
dudo que pueda volver. Creo que tendré que dejar de estudiar.
-¿pero por qué corazón? ¿Qué ha ocurrido?- Ashley no era una mala persona, en
realidad por lo poco que Louis llevaba junto a ella, se había dado cuenta que era
linda y agradable.
-Lo han suspendido por falta de pagos, su padre se ha quedado sin empleo y no
pueden pagar las colegiaturas.- Jake intervino para después mirar a Harry y notar
su reacción, este parecía que aún no lograba deducir que era su culpa.
-Sí, mi padre se ha quedado desempleado y aún no sabemos qué hacer.- en
realidad, la falta de empleo no era la única razón por las cuales no pagaban las
colegiaturas. El padre de Louis era diabético, así que tenían que mantener
controlada su enfermedad con medicinas bastante costosas. Medicinas que pronto
comenzaría a escasear y tendrían que comprar de nuevo.
-¿es en serio Louis? Esto está muy mal, tú no puedes dejar de estudia sólo por
eso.- hizo una pausa y pensó por unos segundos. –amor, ¿en tu empresa no
podrían darle empleo al papá de Louis?- se dirigió hacia Harry.
Louis y Jake se miraron de reojo, al parecer habían conseguido lo que quería
lograr.
-oh, ya entiendo todo.- mencionó el rizado mientras comenzaba a reír
sarcásticamente, su estúpida actitud engreída molestaba, su mirada desafiante
sólo lograba que Louis le tomara más odio, más ganas de verlo caer a sus pies
para después pisarlo fuertemente.
Los chicos se quedaron en silencio, fungiendo no entender a lo que él se refería.
-te hice una pregunta Harry, ¿existe la posibilidad de que el papá de este chico
pueda trabajar en tu empresa?
-¡No! ¡Claro que no!- se mostró molesto, como si de alguna manera sintiera que lo
estaban engañando todos en el lugar. –El padre de este niño no volverá a mi
empresa, no volveré a contratar a una persona que ya no sirve.miró a Louis con
una sonrisa, demostrándole que él mandaba y que no conseguirían las cosas tan
simples.
Louis sentía su sangre hervir, no podía permitir que ese idiota hablara así de su
padre, pero tampoco podía mostrarse alterado, sabía que tenía que lograr ganarse
a Harry, y volver a armar una pelea en público no era la mejor manera. Bajó la
mirada para no tener que verlo, pues controlarse era cada vez más difícil.
-¿De qué hablas Harry?- Ashley aún no había logrado comprender el asunto. Jake
sólo miraba la escena divertido, rogando en su interior porque Louis golpeara a
Harry frente a todos.
-que este chico es el hijo del ex empleado que trabajaba de velador en la
empresa, ¿Lo recuerdas?- la chica pensó por unos segundos, después asintió con
la cabeza. – esto está planeado, Jacob quiere que le tengamos lastima a este
niño.- En realidad las palabras de Harry eran dolorosas para Louis, la forma en la
que decía todo, con tal cinismo que hacía pensar que en realidad le importaba una
mierda cualquier persona que no fuera él.
El chico se quedó en silencio, Styles había logrado darle exactamente en su punto
débil, lo había humillado frente a la chica, frente a Jake y lo peor de todo, frente a
él mismo.
-¿Qué ocurre contigo ah? ¿Tienes motivos para hablar así de este chico?- la chica
se sintió avergonzada por la actitud que Harry había tomado, intentó hablar muy
bajo para evitar que Louis los escuchara. –esas cosas no se dicen Harry.
-No te preocupes Ashley, todos aquí estamos acostumbrados a que Harry diga
cosas sin usar el cerebro, supongo que Louis pronto se dará cuenta de eso.- habló
Jake dándole una sonrisa al rizado.
-Yo solo digo la verdad, primero las revistas pornográficas con fotos de este chico
y ahora esto, ¿Qué mas sigue? ¿Qué se venga a vivir a mi casa?- Louis subió la
mirada rápidamente y miró a Harry confundido por lo que acababa de escuchar.
-¿Revistas pornográficas? ¿De qué carajo estás hablando riquito de mierda?ya no
le importaba tener que guardar la cordura frente a él, no permitiría que ese tipo
continuara hablando así de él.
Jake y la chica se quedaron en silencio, esperando la respuesta de Harry.
-No finjas que no sabes de lo que hablo, sabemos que esto ha estado planeado
por ustedes dos.- rodó los ojos y sacó su móvil dispuesto a ignorar las palabras de
Louis.
-¿Cuáles putas revistas? ¡Dime carajo!- se levantó de la mesa alterado, todos en
el restaurante miraban la escena, pues el tono de voz que utilizaba Louis no era
muy bajo para pasar desapercibido.
-¿Puedes sentarte y dejar de gritar? Con una mierda, aprende como actuar en
público, niño sin educación.- Harry continuaba mostrándose muy tranquilo, en
realidad le estaba divirtiendo la situación.
Louis respiró profundo, Harry tenía razón, se estaba mostrando como un estúpido
sin educación. Se dio la vuelta y se retiró hacia el baño del lugar, antes que
cualquier cosa tenía que tranquilizarse, no podía arruinar las cosas más de lo que
ya lo había hecho.
-¡HARRY! ¿¡Te has dado cuenta de lo que hiciste!? ¡No puedes tratar a ese nene
de la manera en la que lo trataste!- La chica se mostró verdaderamente molesta,
Jake observaba todo en silencio desde su asiento, tenía una idea en mente.
El rizado dio un gran respiro, cerró los ojos y apretó su sien con sus dedos,
comenzaba a sentir un dolor de cabeza por toda esa situación. –Mira Ashley, esto
es cosa de dos personas, no te metas en el problema, por favor.- Ahora no quería
pelear con nadie más.
-¡Es un chico Harry! ¿¡Como demonios vas a tener problemas con UN CHICO!?
-Yo opino que tiene que ir a disculparse con Louis.- mencionó Jake con una gran
sonrisa, mirando al rizado. –ha sido muy grosero con él.
-¡Deja de estar jodiendo Jacob!
-¡No! Él tiene razón, discúlpate con el pequeño, hazlo Harry.- Jake comenzó a reír
escandalosamente, pues había logrado exactamente lo que quería.
El rizado se levanto de la mesa, sacó su billetera y dejó unos cuantos billetes junto
al salero. –no planeo seguir aquí, ya me han hartado, si tanto quieren que el
estúpido ese se sienta bien, discúlpense ustedes.
-Harry, haz lo que te pido, No puedes ponerte así solo por esta estupidez, ¡Que tu
empezaste!
-¿¡Yo la empecé!? ¡Mierda! Yo ni siquiera quería venir a este puto lugar, no sé a
qué mierda está jugando este imbécil, pero están colmando mi paciencia.ahora él
era quien gritaba, los clientes comenzaban a molestarse por eso.
Una mesera se acercó hasta su mesa, algo avergonzada por lo que estaba
sucediendo. –Joven…- llamó la atención de los chicos. –los clientes se han
quejado de su tono de voz, les pido que por favor lo controlen o tendré que llamar
a seguridad.
Eso solo provoco que Harry se sintiera más molesto, pues no estaba
acostumbrado que lo trataran de esa manera. – ¡Pues dígale a TOOODOOOSS
ESTOS MUERTOS DE HAMBRE que se pueden ir si les molesta mi estúpido tono
de voz!
-Joven, hablo enserio, por favor, intente controlarse.- la mesera estaba
acostumbrada a lidiar con clientes como Harry, así que no hubo tanto problema
con eso.
-Sí, no se preocupe, ya lo calmamos, perdón.- Ashley se levantó de la mesa
alterada para tranquilizar a Harry y dejar de pasar el ridículo que estaban viviendo.
-“Calmar a la bestia”- Jake comenzó a reír al termino de mencionar esa frase,
Harry lo miró aniquilándolo con la mirada, todo lo que ocurría era su culpa.
Antes de que Harry pudiera replicar, la chica lo miró a los ojos, esta vez mostrando
que se encontraba verdaderamente molesta. –Vas a ir a disculparte del chico, ¿de
acuerdo?- tenía que aceptarlo, era odioso tener que hacer todo lo que esa mujer le
ordenaba, pero por desgracia tenía que mantenerla feliz, pues de su relación
dependían la mayoría de los negocios de la empresa, la familia de Ashley era de
los mayores clientes para los Styles. Además, tenía ganas de hablar con Louis a
solas, sin nadie que los estuviera escuchando, así podría dejarle claro las cosas,
lo obligaría a darle respeto, pues comenzaba a colmarle la paciencia en solo dos
veces que se habían visto en persona.
-De acuerdo, ese chico me escuchara.- dio una falsa sonrisa y se fue en dirección
hacia los baños del restaurante
-Creo que ahora estoy más preocupada.- mencionó la chica volviendo a sentarse
sobre su asiento, mirando como Harry se dirigía hacia donde se encontraba Louis.
-No te preocupes, todo está controlado.- Jake seguía sonriendo, en esos
momentos se sentía un genio por haber ejecutado su plan de la manera perfecta,
ahora Louis y Harry se encontrarían solos en el baño y Louis tendría que saber
actuar para darle a entender que quería algo con él, lo cual era muy estúpido, pero
ellos aun no lo razonaban.
---------------------
Louis se encontraba recargado sobre el lavamanos del baño, echaba agua a su
cara intentado controlar sus pensamientos, no quería que su cabeza ardiera más
de lo que ya ardía. Sabía que lo que quería lograr sería muy difícil, pero también
estaba consciente de que el resultado valdría la pena.
Harry Styles había demostrado ser un maldito cerdo en solo cuestión de minutos,
lo odiaba, Louis lo odiaba demasiado, odiaba que personas como él tuvieran todo
lo que tenia, odiaba que ese imbécil se burlara de él y de su papá, odiaba tener
que depender del dinero de su estúpida familia para tener, al menos, una
oportunidad de seguir estudiando.
Cada vez estaba más convencido, lo derrotaría, lo haría caer, lo llevaría al mismo
infierno disfrazado de placer y ternura. Si tenía una esperanza, era pensar que
tenía la oportunidad de enamorarlo, de cualquier manera, pero lo tenía que lograr.
Se reincorporó y miró su rostro reflejado en el espejo, se arregló un poco el
cabello, se acomodó la ropa y cuando estuvo a punto de salir del lugar la puerta se
abrió golpeándolo en la nariz. –mierda…- susurró mientras colocaba su mano
sobre ella para evitar que la sangre saliera.
-oh, discul…- Harry se encontró con Louis del otro lado de la puerta. –ah, eras tú,
entonces no importa.- sonrió de oreja a oreja y entró al lugar por completo,
cerrando la puerta tras él.
-no, espera, eso enserio ha dolido.- se recargó contra la pared, pues el dolor le
había aturdido por completo la cabeza. Ni siquiera se había dado cuenta de que
se trataba de Harry Styles.
Harry esperó a que este se repusiera. –Lo siento, no quería golpearte, fue un
accidente.- pensó que eso ya había sido demasiado excesivo, no quería quedar
como un golpeador de menores, además, por más estúpido que fuera Louis, no
merecía ningún golpe. Louis lo miró al reconocer su voz, se recuperó rápidamente
y trató de nuevo de salir del lugar ignorando las palabras del rizado. –hey, te estoy
hablando, al menos di algo.- lo detuvo por el brazo antes de que él pudiera abrir la
puerta.
Louis lo miró con desprecio. –suéltame, quiero salir de aquí.
-A ver Louis, vamos a dejar las cosas claras de una vez.- lo tomó aun más fuerte,
haciendo que sus dedos quedaran marcados en la piel del menor.
-Suéltame carajo, me vas a dejar marcado.- intentaba soltarse del agarre de Harry,
ahora no quería hablar con él. No quería hacerlo porque no estaba bien, aun se
encontraba muy alterado y solo quería volver a su casa.
-¿Marcado?- elevó las cejas fingiendo sorpresa. – ¿Incluso más de lo que ya
estás?- Louis cambio su mirada a confundido, no tenía ni idea a lo que él rizado se
estaba refiriendo. –La próxima vez que te pongas de caliente, fíjate que no te
dejen chupetones en zonas visibles.- lo soltó del brazo y subió la mano hacia el
cuello del chico, comenzó a tocarlo lentamente por la piel marcada que Louis
tenia.
Sintió un calambre recorrer su cuerpo, no entendía por qué, pero el tacto de Harry
era extraño de alguna manera. – ¿Qué es lo que tengo?- no se quejó porque lo
estuviera tocando, como era de esperarse. Solo se quedó quieto, sintiendo las
manos del mayor recorrer su cuello.
-Evidentemente son besos, ¿te has dado con alguien esta mañana?- dejó de
tocarlo y se alejó sonriendo. –mira, quien diría… ¿no eres muy pequeño para esas
cosas?
-¿Qué te importa?- le rodó los ojos y se giró hacia otro lado para no mirarlo. Pensó
que ese era un buen momento para arreglar las cosas con el chico, aunque
deseara matarlo, lo mejor era fingir amistad. –En realidad te sorprendería todo lo
que puedo hacer a “mi edad”- tragó saliva y cerró los ojos fuertemente, para él
tener que hablarle así a alguien quien realmente le molestaba era un sacrificio.
Abrió los ojos y se giró para mirarlo. –No, para mí es muy intenso que un chico me
haga un oral en el estacionamiento de un centro comercial.- dijo sin vergüenza
alguna, Harry abrió los ojos como plato, pues definitivamente no se esperaba eso.
–además, por si no recuerdas, me has dejado sin escuela.
-No es mi problema que tu padre sea un viejo bueno para nada.- Louis tuvo que
hacer su mayor intento por no golpearlo, ese chico había demostrado ser un
perfecto idiota sin valores.
-Si tal vez.- pasó saliva tragándose las palabras que deseaba decir.
-¿Si? Supongo que para ti debe ser muy intenso un faje con una chica puta de la
escuela…
Harry se quedó sorprendido, esperaba que ese chico le diera guerra por eso
último. –bueno, al menos te queda claro que no debes de replicarme, así me gusta
Louis… sumiso ante mi…- tal vez Harry no lo había dicho en la manera
interpretada por Louis, pero era una buena situación para insinuársele.
-Cualquiera querría ser sumiso ante ti… Harry Styles.- lo dijo mirándole
directamente a los ojos. Su mente estaba inundada en comentarios de odio,
mientras que sus palabras mostraban algo totalmente diferente.
Se quedaron en silencio después de esa última frase, Harry trataba de
interpretarla de una manera que no implicara lo sexual, pues le parecía imposible
que ese chico que diera ese tipo de indirectas.
-bien, creo que has entendido quien soy y que debes de respetarme.- salió de sus
pensamientos y se dirigió hacia la puerta del baño para salir. Pensó que
seguramente algo estaba mal con su mente al no poder sacar la última frase del
chico de su cabeza. –Dile a tu padre que lo siento mucho y que…. Feliz navidad.-
era febrero. Abrió la puerta y antes de salir se quedó unos segundos ahí,
pensando. Louis lo miraba por la espalda, esta vez si podía mostrar todo su odio.
– Ve mañana a mi oficina.- se giró para mirarlo. –mañana te espero en la empresa
a las nueve.
-¿Qué? ¿Para qué?
-Si enserio necesitas el dinero, puedo ofrecerte un trabajo durante la mañana. No
lo pienses, me estoy arriesgando mucho en ofrecerte esto por caridad, ¿De
acuerdo?
-De acuerdo.- lo miró hasta que el rizado salió del lugar. Dio un gran suspiro y
comenzó a negar con la cabeza, eso era una mierda, pero al menos se había
logrado controlar, al parecer, lo había engañado lo suficientemente para que Harry
aceptara darle un empleo.

Capitulo 8
–Listo, he hablado con él, ya puedes subir a su oficina, el joven Harry llegara en
unos minutos más– mencionó la recepcionista de la enorme empresa de los Styles
cuando terminó su llamada telefónica, había avisado que el chico había llegado.
Louis no estaba muy feliz al tener que estar ahí, pero sabía que sería la única
manera de lograr algo con Harry.
El día anterior había regresado a su casa inmediatamente después de que Styles
le ofreció el trabajo. No quería seguir pasando el tiempo con esa gente, solo
quería regresar y darse cuenta de cómo estaba su familia en esos momentos. La
verdad que estaba igual. Su padre demasiado alterado, su madre gritando enojaba
porque su hermanita no quería hacer la tarea, la casa sucia y todo hecho mierda,
como siempre.
Tampoco quería hablar con Jake, por eso había evitado todas sus llamadas en lo
que restó de la tarde, no quería hablarle sobre lo que había hecho con Oliver,
tampoco quería contarle sobre lo que Harry le había ofrecido. Quería hacer eso
solo, quería que eso fuera un secreto y utilizar a Jake solamente cuando fuera
realmente necesario.
Por la mañana había salido de su casa con la misma escusa de siempre “iría a la
escuela”, por eso llevaba su horrible y obligatorio uniforme escolar. Aun no tenía la
necesidad de decirle a su padre sobre la situación en la escuela. Había decidido
dejarlo así, pues preocupar mas no servía de nada, igual, no tenían dinero para
pagar esas deudas.
No dudó por ningún momento en aceptar el trabajo que Harry le ofrecía, es decir,
era la escusa perfecta para pasar tiempo con él.
Por ahora su mente estaba totalmente ocupada pensando en cómo arruinaría a
Styles, lo más importante era tenerlo a sus pies, gustarle, hacer que él quisiera
sexo con el pequeño. En realidad Louis estaba encantado con toda esa situación,
tener que provocar a un joven mayor sonaba muy divertido, algo fuera de lo que
pensó algún día hacer, pero aun así divertido.
–De acuerdo, muchas gracias, ¿Qué oficina es? – preguntó amablemente
mientras caminaba hacia el elevador que lo llevaría al piso donde se encontraba el
lugar de trabajo del rizado.
–Será fácil que la encuentres, está en la zona de presidencia, en la puerta dice su
nombre. – elevó las cejas y comenzó a reír en silencio, Harry Styles tenía una
oficina con su nombre y en realidad no servía para nada en esa empresa. –
Gracias de nuevo. – entró al elevador para dirigirse al lugar donde tenía planeado
hacer tantas cosas.
Observaba todo detenidamente, tantos lujos, tanto dinero desperdiciado en
inmobiliaria de marca, tantos empleados que vestían lujosos trajes. Eran
demasiadas cosas que solo estaban diseñadas para mostrar la gran fortuna que
esa familia poseía.
Cuando llegó al área de presidencia, solo había unas cuantas secretarias fuera de
las oficinas, muchas de ellas ni siquiera notaron la presencia del chico, mientras
que otras solo le dieron una sonrisa amablemente.
Buscaba en todas las puertas el nombre de Styles, había demasiados ejecutivos
en esa zona, vicepresidentes, gerentes, contadores, muchos cargos grandes.
Cuando por fin dio con la de su nueva conquista, entró sin tocar la puerta o sin
pedir permiso para hacerlo, era la oficina más escondida del piso, no tenia
secretaria y probablemente era una de las más grandes de la empresa en general.
Todo estaba muy grande, adornado a la perfección, había cuadros hermosos
colgados en la pared, la arquitectura del lugar era hermosa, la oficina de Styles
solo reflejaba la personalidad del mismo, elegancia y mucho, mucho dinero.
Comenzó a caminar a través del lugar, mirando todo detenidamente. Eso era
probablemente todo lo que él algún día había deseado tener, tal vez ser como
Harry era uno de sus sueños. Se acercó hasta el escritorio y tomó la placa que
tenia grabado el nombre de Styles, era una placa dorada con sus iniciales, en la
parte de abajo tenía la palabra “vicepresidente”. Ahora lo sabía, Harry era el
vicepresidente en esa empresa. Eso quería decir que cuando subiera de puesto se
haría el dueño totalitario de toda esa fortuna.
¿Cómo es que alguien tan idiota como Styles podía tener todo eso? Es decir, él
nunca había tenido que luchar por eso. Simplemente había nacido en una cuna de
oro, listo para heredar fortunas por las cuales nunca había trabajado. Muchas
veces la vida se comportaba injusta, pero para Louis, eso era mierda pura, nada
de injusticias, solo mierda.
–¿te gusta cómo suena? –escuchó una voz a sus espaldas, dejó la placa
rápidamente y se giró para mirar de quien se trataba. – a mí me gusta, es decir, mi
nombre junto con la palabra “Presidente” suena muy bien. –Harry lo miraba desde
el marco de la puerta, llevaba un traje negro junto con una camisa blanca,
demasiado formal comparado con el horrible uniforme escolar que Louis portaba.
–Lo siento, la puerta estaba abierta y he entrado pensando que estarías aquí
dentro. –se mostraba nervioso por una razón que ni él podía comprender, pero
había tendido a ponerse nervioso sobre la presencia de ese chico.
Harry lo miró por unos segundos en silencio, de arriba hacia abajo, después entró
a la oficina y cerró la puerta. – ¿te gusta o no? –caminó hasta él y tomó la placa
entre sus manos.
–Si, supongo, suena bien. –balbuceó un poco. – Harry, he pensando en lo que
dijiste ayer y… –el rizado no le dejó terminar la frase.
–¿Harry? –Sonrió sarcásticamente en busca de hacerlo enojar– Lo siento, pero tu
ahora eres mi empleado, además, ni siquiera somos amigos, dime joven Styles.
Louis se giró elevando las cejas, por unos segundos había olvidado lo pesado que
era ese hombre. Tendría que acostumbrarse, hacer exactamente lo que él le pedía
le ayudaría, sería una gran ventaja. Volvió a mirarlo – De acuerdo, lo llamaré como
usted desee. –dio una sonrisa falsa y después mordió su propio labio, en busca de
llevar la atención del rizado hasta esa zona.
Al tener su edad, realmente le importaba una mierda tener que comportarse así
frente a un hombre mayor, y hetero. Realmente le valía una mierda lo que pudiera
pensar de él por hacer ese tipo de cosas.
Harry lo miró, miró sus labios y se sintió un poco extraño con eso, salió de sus
pensamientos y caminó hasta su asiento frente al escritorio– Siéntate Louis,
vamos a hablar. –señaló los asientos frente a él para que el menor tomara asiento
de igual manera.
Louis se sentó, aun lo miraba con una actitud poco inusual, intentaba mantenerle
la mirada siempre, dejando que sus ojos hablaran por él. – lo escucho, señor. –
hizo un énfasis notorio en la última palabra.
–Espera… ¿Por qué mierda estas vistiendo un uniforme escolar? –habló
refiriéndose al atuendo del pequeño.
–Lo siento, a partir de mañana no vendré vestido de esta manera. –estaba algo
apenado por eso, pero aun no podía encontrar alguna forma de que su madre no
sospechara que no estaba asistiendo a la escuela.
–De acuerdo Louis, veras…– él también le mantenía la mirada, ahora era una
especie de competencia por ver quién lo soportaba durante más tiempo– yo puedo
darte empleo aquí, pero realmente no sería un puesto fijo, tu tendrías que hacer
todo lo que yo te pidiera, como un asistente.

Harry aun no terminaba de hablar cuando el menor lo interrumpió. – ¿Todo lo que


usted me pida? –sonrió fingiendo sorpresa, era obvio a lo que se estaba refiriendo.
Harry frunció el ceño, pensó que todas esas insinuaciones eran obra de su
imaginación, que ese chico no estaba refiriéndose a nada sexual. – sí, todo lo que
yo te pida. –afirmó y después desvió su mirada hacia uno de los cajones de su
escritorio, comenzó a buscar algo. – entonces, si yo te pido que chupes el suelo,
tendrás que hacerlo. –dijo con tal naturalidad, como si lo que estuviera diciendo
fuera algo común en su vida.
Louis lo miró con odio, aprovechando que el rizado estaba ocupado en otros
asuntos. – entonces chuparé lo que me pida.
–Bien, por ahora no quiero que chupes nada. –Se volvió para mirarlo y le entregó
unos papeles.– necesito que leas esto y después me cuentes sobre que trata. –
sonrió ampliamente.
–¿Qué? ¿Esto es enserio? –notó que los papeles se trataban sobre asuntos
internos de la empresa.
–Eso supongo… léelos, me urge entregarlos firmados, pero realmente no quiero
perder mi tiempo leyendo. –se cruzó de brazos y subió los pies sobre el escritorio.
Louis continuaba mirándolo sorprendido.– ¿Qué ves? ¡Hazlo! Te voy a pagar por
eso niño.
–¿Me has contratado para que lea lo que tú no quieres leer? –se sintió algo
ofendido, como siempre que hablaba con Harry. Este solo afirmó con la cabeza
cínicamente– ¿Qué clase de empleo es este?
–pues tu eres el que necesita el dinero, eso es lo que hay, si quieres tómalo, sino,
pues déjalo y sigue muriendo de hambre, aquí al que le urge tener algo del otro es
a ti. –Louis pensó esa frase por unos segundos. Harry tenía razón, pero al final,
todo seria al revés, él seria quien moriría por tener algo de Louis, de eso estaba
seguro y probablemente era lo único que le mantenía en ese lugar, soportando al
estúpido ese.
–Tiene razón. –Dijo y trató de sonreír– yo soy el que necesita algo de usted, así
que estoy de acuerdo con todo esto.
–Bien, entonces, puedes leerlo ahí. –señaló una puerta que se encontraba dentro
de la oficina.
Louis se levantó y caminó hacia la puerta que el rizado le había indicado, abrió y
se encontró con un armario muy reducido, lleno de papeles y cosas que al parecer
no servían en la empresa. Cada vez sentía más su sangre hervir, era como si
Harry solo estuviera buscando humillarlo. – joven Styles, esto es un armario.
–Lo sé, pero da igual, no planeo tenerte aquí conmigo todo el tiempo mientras
lees, necesito privacidad, ahora esa será tu oficina. –Al parecer Harry estaba muy
divertido con esa situación, se levantó de su asiento y caminó hacia él. – mira,
ahora puedes decir que tienes una oficina en una de las empresas más grandes
de Londres. Ya eres todo un ejecutivo. –su sarcasmo era demasiado ofensivo.
-seria más divertido decir que me tiré al dueño, ¿no lo crees Harry? –dijo muy
bajo, el rizado lo miró sorprendido, pero antes de poder decir algo Louis cambio de
tema. – entonces, este será mi lugar de trabajo. Me pondré a leer si no te molesta.
–esta vez le dio una sonrisa real y se sentó sobre el piso, junto a un librero lleno
de documentos muy empolvados.
–si… –aun continuaba confundido con lo que el menor acababa de decir.– de
acuerdo, espero te diviertas, adiós. –cerró la puerta dejando a Louis en ese
horrible lugar, sin ventanas, sin espacio, sin nada de aire extra, con un pequeño
foco que apenas alumbraba, una mierda.
Cuando estuvo completamente solo intentó dar un golpe sobre el piso para dejar
salir su frustración, pero no podía hacer ningún ruido extraño, tenía que actuar
exactamente como el idiota ese quería que actuara. Dio un gran respiro y trató de
relajarse, toda esa mierda tendría una recompensa.
----------------------------
Narra Louis.
Llevaba más de una hora en ese estúpido armario y aun no lograba terminar de
leer los papeles que Styles me había dado. Eran contratos de la empresa, solo
eso, contratos y más contratos que él tenía que firmar para darles valides.
Hacía demasiado calor, mi cabeza estaba a punto de explotar, me dolía el trasero
por estar sentado en el piso, el polvo se me había metido a la nariz, haciéndome
estornudar cada dos estúpidos segundos.
Odiaba todo. Odiaba al estúpido de Styles y su estúpido empleo. Odiaba tener que
estar ahí, odiaba cada palabra que tenía que leer en esos papeles. Estaba por
soltarme a llorar y mandar todo a la mierda.
Harry ni siquiera había preguntado nada desde que yo entré a ese lugar. Se
escuchaba en su oficina, a veces hablando por teléfono y otras solo riendo como
estúpido.
Por cada segundo que pasaba en ese lugar lo odiaba mas, era como si fuera algo
que crecía dentro de mí con una velocidad increíble.
Cuando no pude soportarlo más, saqué mi móvil y mandé un mensaje al idiota de
Jake, esperando que me contestara rápido para lograr entretenerme en algo.
Recargué la cabeza contra la pared
“Hey, enfermo, ¿Dónde estás?”
No pasaron más de 2 minutos cuando obtuve su respuesta.
“En la escuela, eso es obvio, ¿tu?”
“Estoy en la oficina de Styles… trabajando para él”
“¿A qué te refieres con “trabajando”?, ¿le estás haciendo un oral?”
Reí muy bajo para evitar que Harry escuchara, Jacob era un idiota.
“No animal, me ha ofrecido trabajo, soy su asistente ahora, hasta me dio una
oficina”
“¿Es enserio? ¿Cómo mierda lo has obtenido? Ayer casi se agarran a golpes en el
restaurante…”
Cuando estaba por contestarle el mensaje a Jake escuché una voz femenina
entrar a la oficina, me pareció reconocerla, era la misma voz de la chica del día
anterior. Dejé el móvil y me concentré en escuchar lo que decían fuera de donde
me encontraba.
–Hola amor.
Harry tardó unos segundos en contestar. –Hola Ashley, ¿Cómo estás? –su voz no
se escuchaba muy feliz.
Me levanté del suelo y me recargué contra la puerta para poder escuchar mejor.
Saber la situación en la que se encontraba su relación era importante, tenía que
saber contra que estaba compitiendo y lo que estaba por arruinar. –Bien Harry, he
estado toda la mañana con el diseñador del vestido de la boda, está quedando
hermoso.
Bueno, por lo que acababa de escuchar, ellos estaban comprometidos.
–Bien, me alegro bebé.
–Si mi amor, estoy muy feliz… no sabes cuánto.
Se hizo silencio por unos segundos. Habían dejado de hablar. Pronto comencé a
escuchar el sonido de sus besos, era obvio, se estaban besando.
Intenté concentrarme en otra cosa para no pasar por ese momento incomodo.
Tomé de nuevo los papeles y comencé a leer de vuelta, sin embargo los sonidos
que ellos emitían eran poco comunes. Al parecer el estúpido de Styles se había
olvidado de que yo estaba dentro de esa oficina, junto con ellos.
Es decir, seguramente él estaba acostumbrado a eso, a fajarse con cualquier
chica que subiera a su oficina, estaba alejada de todas, sin ninguna secretaria
afuera, él podía hacer lo que quisiera en ese lugar sin problema alguno.
Continuaban los suspiros acompañados del sonido que hacen los labios al
besarse. Pronto tuve una idea, algo extraña y arriesgada, pero de alguna manera
muy buena. Era la forma perfecta de comprobar si Styles estaba dispuesto a tener
algo conmigo, o al menos, darme cuenta si había algo en mí que le gustaba.
Di un enorme respiro, pues estaba por hacer algo realmente arriesgado, pero al
mismo tiempo me sentía bien con eso, sentía demasiado bien sabiendo que
estaba arriesgando algo, que estaba haciendo situaciones poco sanas.
Abrí la puerta muy lentamente para evitar que ellos me escucharan. Cuando
estuvo lo suficientemente abierta para mirar lo que pasaba en ese lugar, los
observé detenidamente.
La chica estaba sentada en las piernas de Harry, dándome la espalda, y lo besaba
apasionadamente. Él se veía de una forma agobiado con todo eso,
apenas le regresaba el gesto y mantenía sus manos quietas sobre la cintura de la
chica.
Quería reírme, realmente quería lanzar una carcajada por la situación tan patética
que estaban viviendo.
Harry abrió los ojos y me miró sorprendido, intentó parar a la chica, pero yo le hice
una seña para que no se detuviera, colocando mi dedo índice sobre mis labios.
Ambos nos mirábamos a los ojos, Ashley ni siquiera tenía idea de que eso estaba
pasando.
Sonreí y pronto comencé a tocar mi abdomen sin dejar de verlo. El gran riesgo
que estaba tomando había provocado que sintiera demasiada excitación por la
situación. Tocaba mi abdomen mientras veía como ellos se besaban.
Harry aun continuaba mirándome sorprendido, pero aun así no hacía nada para
frenar eso.
Mordía mi labio al mismo tiempo que deslizaba mi mano dentro de mis pantalones,
dirigiéndome hacia mi miembro.
Él comenzó a tocar a la chica, pero sin dejar de mirarme, como si con eso le
ayudara a excitarse mas, tal vez pensaba que a quien estaba tocando era a mí.
Abracé mi pene con mis manos y comencé a masturbarlo perdido en los ojos de
Harry.
Definitivamente no había situación más extraña que esa, pero aun así me estaba
gustando demasiado y al parecer a él también.
No dejaba de tocar a la chica sin quitar sus ojos de encima de mí, mientras yo me
masturbaba para él.
El juego había comenzado, ya no había vuelta atrás, Harry Styles seria mío,
estaría en mis pies y terminaría llorando mi nombre.
Fin de la narración.
Capitulo 9
Harry movía sus piernas de arriba hacia abajo, muy rápidamente. Se encontraba
sentado sobre su escritorio fingiendo escuchar a Louis, mientras este le hablaba
sobre lo que decían aquellos papeles que le había puesto a leer.
La situación era demasiado incomoda después de lo que había pasado esa
mañana. No habían hablado del tema, sin embargo era obvio que Harry no podía
estar tranquilo con eso.
Después de que Louis comenzó a masturbarse para él, no pasaron más de 5
minutos cuando volvió a encerrarse en aquel armario, sabiendo que así podía
dejar con ganas de más al rizado. Al parecer él estaba actuando demasiado bien,
pues estaba logrando que Harry sintiera una extraña frustración hacia él.
La novia de Harry no había notado en lo más mínimo la situación. Se quedó con
Harry por unos momentos más, hasta que notó que él se veía incomodo. Pensó
que se trataba por lo agobiado que lo tenía el trabajo, así que decidió parar la
escena e irse del lugar, dejando asi a su novio aun mas frustrado.
-¿Me estas escuchando? -preguntó Louis divertido por la actitud que su "jefe"
había tomado. Era demasiado obvio con su nerviosismo. Ni siquiera había
prestado un poco de atención a las palabras del menor-. ¿Ocurre algo Harry?
mordió su labio para evitar reír, sabía perfectamente lo que ocurría.
Estaba demasiado orgulloso de sí mismo con todo eso. Ahora estaba seguro de
que sería fácil conseguir lo que quería. Ver a Harry torturándose con sus propios y
enfermos pensamientos le hacía sentir satisfecho.
El rizado reaccionó y lo miró confundido. -¿Me hablaste? -ni siquiera había
escuchado la pregunta anterior.
Louis comenzó a reír, después le mantuvo la mirada al mismo tiempo que mordía
sus labios. -Pregunté si te ocurría algo, te ves muy perdido Harry. -se levantó de
su asiento y se acercó hacia él, pudo notar como Harry lo miraba con temor
mientras más se acercaba. Llegaba a ser gracioso lo obvio que era con toda esa
situación-. ¿Estás bien?
Lo miró por unos segundos. Louis era un niño, no podía permitir que un nene
como él le estuviera atormentando "inconscientemente" la cabeza. No entendía
una mierda del por qué había hecho lo que hizo esa mañana, pero no estaba
dispuesto a seguirle el juego. -Te he dicho que no me llames Harry, soy tu jefe
niño, ten respeto. -Decidió imponer su autoridad-. Vuelve a tu asiento y continúa
con lo que estabas haciendo.
-De acuerdo. -elevó las cejas irónicamente y comenzó a reír mientras volvía a su
lugar inicial.
-¿De qué te ríes? -Harry se notaba muy irritable, aun continuaba moviendo
demasiado sus piernas y ni siquiera era capaz de mirarlo a los ojos.
-De ti. -contentó mientras enmarcaba una sonrisa traviesa.
-¿De mi? ¿Y por qué mierda te estás riendo de mí?
-Pues me pareces gracioso.
-¿Gracioso? -ahora se mostraba enojado, miraba a Louis retándolo-. Aquí el que
se debería de reír soy yo, así que déjate de estupideces y ubica tu lugar en esta
empresa.
-No es mi culpa que tú hayas tocado a tu novia pensando en mí. -lo dijo tan
naturalmente que provocó que Harry se ahogara con su propia saliva y comenzara
a toser. Quería salir de ese lugar y llamar a Jake para contarle todo, después
reírse juntos de la situación y de lo fácil que había sido conseguir la atención de
Styles. Probablemente no era nada más que un gay de closet.
Harry no supo que contestar, intentó inventarse alguna historia que justificara lo
que había pasado, sin embargo su mente se hizo mierda y no lo dejó pensar
abiertamente. -¿Tocar a mi novia pensando en ti? ¿Quién te crees que eres o
qué?
-Soy la persona que estaba parada en la puerta masturbándose mientras tú me
veías babeando. ¿Lo recuerdas? Era yo. -Louis continuaba con una sonrisa en su
boca, intentaba ser sutil al hablar, fingir que no le importaba la situación, que era
algo "común" o algo así-. Pero bueno, da igual, supongo que estabas tan caliente
por el cuerpo de tu novia que no te diste cuenta de lo que estabas haciendo.
Vamos a olvidarlo, ¿De acuerdo? -por ahora no le convenía hacer que Harry le
tuviera miedo. Lo mejor sería que él sintiera que se estaba volviendo loco, que
Louis no le daba ninguna clase de insinuación sexual y que tendría que olvidar el
asunto.
-Sí, vamos a olvidar que eso pasó, tienes razón, estaba muy perdido, no me he
dado cuenta de lo que hacía, pero ¿por qué mierda hiciste eso? -Louis tomó esa
pregunta por sorpresa. No había pensado nada relacionado con la respuesta,
pensaba que Harry evitaría el tema lo más posible-. Digo, no es normal que los
niños se masturben cuando ven a una pareja besándose, esta es mi oficina Louis,
mi empresa. Puedo hacer lo que quiera aquí dentro.
-Lo sé, lo siento, yo tampoco estaba consciente. -De nuevo la necesidad de
arriesgarse se apoderaba de su cuerpo-. Pero me ha puesto muy caliente ver
como besabas a esa chica. -ahora su corazón palpitaba demasiado fuerte. Harry
lo veía sorprendido, lo que había dicho era demasiado excesivo.
-Pues la próxima vez que "te pongas caliente" te lo guardas, porque a mí no me
importa una mierda. Espero te quede claro. -intentaba no mostrarse nervioso, sin
embargo las últimas palabras de Louis habían sido demasiado perturbadoras para
su cabeza.
-De acuerdo, enserio disculpa. Te prometo que no volverá a pasar. Enserio
necesito el dinero, no quiero perder el trabajo.
Se miraron por unos segundos más, Harry seguía tratando de comprender qué era
lo que intentaba hacer ese chico. Definitivamente su actitud no era normal.
Era un niño de 15/16 años. Vestía un uniforme escolar viejo. Tenía una voz
extremadamente molesta, una actitud bastante pesada y soberbia. Pero aun así,
lograba despertar interés en Harry, un interés demasiado extraño y probablemente
incorrecto.
-De acuerdo, por ahora no lo perderás. Pero por favor, evitemos estas situaciones.
-le dio una sonrisa obligado, estaba demasiado confundido para continuar
discutiendo, además, que Louis le hubiese dicho que realmente necesitaba el
trabajo le daba algo de tranquilidad, así sentía que él era quien tenía todo el
poder-. Entonces, ¿tengo que firmar esos papeles o no?
Louis sonrió y volvió a concentrarse en explicarle lo que había leído en aquellos
contratos. Por ese día ya había sido demasiado, no podía ir tan rápido, el punto
estaba en torturar a Harry, y por lo que había notado, lo estaba logrando.
---------------------
No pasó mucho tiempo más para que Harry le ordenara a Louis volver a su casa.
Por ese día ya habían terminado con lo que tenían que hacer, así que no
necesitaba nada más. Además, la situación seguía siendo extremadamente
incomoda. Louis había dejado de insinuársele, pero aun así le mantenía la mirada
lo más posible, divertido porque el rizado no podía concentrarse gracias a eso.
Aun no habían hablado sobre sueldos y cosas por el estilo, pero aun así Louis ni
siquiera lo había pensado, pues el sueldo que le pagarían en esa empresa no
sería nada comparado con lo que tendría al final de la jugada.
Haber pasado toda la mañana junto con Harry solo le había demostrado que él era
más idiota de lo que pensaba. Utilizaba su actitud grosera para esconder toda
clase de inseguridad que sintiera en el cuerpo. Por otro lado, Louis solo se
dedicaba a conseguir su objetivo, sin siquiera fijarse que el rizado no era tan mala
persona al final del día.
Salió de la empresa para volver a casa. Tomó el primer bus que pasó y cuando ya
se encontraba abordándolo sacó su móvil para llamar a Oliver. No había hablado
con él desde el día anterior y aunque no fuera, en definitiva, nada importante,
quería fingir que lo había sido. Esa sería una buena forma de tener al chico a sus
pies.
Había aprendido a vivir de la conveniencia. Hacer amistad con personas que
pudieran ayudarlo en algo era su principal propósito al momento de conocer gente.
Oliver le servía demasiado, es decir, era obvio que estaba loco por él y con eso
Louis podía conseguir lo que quisiese de su parte. Además tenía que admitirlo, el
polvo que habían tenido el dia anterior habia sido demasiado bueno.
-¿Hola? -se escuchó la voz del chico por del otro lado de la línea. Se podía
escuchar algo confundido, tal vez nervioso.
-Hola Oli. -Marcó una sonrisa-. Habla Louis.
-Ah, ah, Hola Louis. -balbuceó nervioso. Louis comenzó a reír discretamente para
evitar que este lo escuchara, era gracioso que el chico actuara nervioso después
de que un día anterior había actuado como puta urgida-. ¿Cómo estás?
-Bien, supongo... -en realidad no tenía ningún tema en específico para hablar. -Me
alegro.
Se quedaron en silencio, esa era una llamada incomoda para ambos. Louis
decidió dejar de perder el tiempo y comenzar a actuar. -¿Cómo ha estado la
escuela hoy?
-Pues, bien, nada nuevo.
-¿Y me has extrañado? -últimamente se le daba demasiado bien actuar asi, tal vez
solo era que comenzaba a gustarle, sentir a alguien rogando por su presencia,
alguien quien realmente estaba dispuesto a hacer lo que fuera por tenerlo. De una
manera se sentía... apuesto, algo que le perturbaba demasiado la cabeza ya que
sabía que su físico era lo único que tenia para ganar.
Oliver tardó unos segundos más en contestar. -Definitivamente lo he hecho.
-Eso me pone feliz. Entonces, ¿Hablamos después?
-Sí, espero verte mañana. -Louis pensó por unos segundos, sabía que al día
siguiente seria la fiesta de aniversario de los padres de Jake, en donde asistiría
Harry y toda su familia. Era la oportunidad perfecta para llevar a Oliver y así
provocar más al rizado. Sabía que si Harry lo veía con otra persona se daría
cuenta de que Louis no era ningún angelito inocente con el cual no podía tener
fantasías sexuales. Era como una manera de abrir el camino para que ellos
terminaran juntos.
-Yo también quiero verte, ¿estarás libre por la noche? Hay una cena en casa de
Jake y me gustaría que fueras.
-¿En casa de Jacob? -Si había una persona a la que Oliver realmente detestaba
era a él. Durante su estancia en el colegio se había dedicado a molestarlo cada
día de su vida, al igual que Louis, pero ahora la situación entre ellos era distinta.
Realmente quería verlo, así que haría el sacrificio de ir al lugar donde Louis lo
citaba-. De acuerdo, ¿quieres que pase por ti o allá nos vemos?
Louis sonrió de oreja a oreja al escucharlo. -No, allá nos vemos, hasta entonces.
-Adiós Louis.
Colgaron la llamada. Rápidamente marcó al número de Jake, pues tenía que
contarle sobre todos los avances que había logrado en un solo día.
-Contesta imbécil, contesta. -mencionaba mientras esperaba que recibieran su
llamada.
Las cosas estaban saliendo de maravilla. Realmente estaba demasiado feliz con
todo lo que ocurría. Necesitaba descargar su felicidad con alguien y quien mejor
que un idiota como Jake para hacerlo.
-¿Qué quieres Louis? -dijo cuando por fin contestó el teléfono.
-¿Qué son esas formas de contestarle a tu gran amigo, Jacob?
-De acuerdo, déjame volver a intentarlo. -hizo silencio por unos segundos-. ¿Qué
quieres gran amigo?
Louis comenzó a reír escandalosamente, provocando que las personas en el
autobús lo miraran con desprecio, en realidad le importó una mierda. Adivina quien
se pajeó frente a Styles... -mencionó con orgullo, esperando ansioso la reacción
de su amigo.
-¿¡QUÉ!?
-yo, Jake, yo.
-¿¡CÓMO MIERDA!? ¿¡Louis estás hablando enserio!? -Dio un respiro y calmó su
tono de voz-. Mierda, siempre supe que Styles era un homosexual reprimido, pero
no sabía que sería TAN fácil descubrirlo.
-En realidad lo fue. No hizo nada para detenerme, además, era obvio que le gustó
lo que vio, porque pasó el resto del día intentando evitarme, ni siquiera se atrevía
a mirarme a los ojos. Es un idiota pervertido, seguro tuvo que masturbarse en el
baño para terminar después de la enorme calentada que se dio al mirarme.
-Yo tenía que haber visto eso. -Jake estaba riendo como loco, contagiándole la
risa a Louis-. Debió ser genial, la próxima vez que ocurra algo así tienes que
grabarlo.
-Obvio idiota, voy a sacar una cámara de video y lo grabaré sin que él se de
cuenta. -fue sarcástico, después recordó que tenía que avisarle sobre lo que
pasaría en la cena de sus padres-. Oye Jake, he invitado a Oliver mañana a tu
casa.
-¿A Oliver? ¿Para qué mierda has invitado a ese nerd?
-Porque ese "nerd" es el idiota indicado para follármelo en la habitación de tus
padres y tú eres el idiota indicado para hacer que Styles nos vea "por error".
-¿Estás hablando enserio? ¿Planeas tirarte a Oliver en la habitación de mis
padres? ¡Louis esa es una falta de respeto!
-Jake... por dios, no me hables de respeto.
-Ah, tienes razón. Estoy de acuerdo contigo, además, será extremadamente
gracioso que Styles te vea con Oliver, me imagino su cara y me doy cuenta que
realmente vale la pena.
El autobús ya iba llegando a la calle donde Louis vivía. -Sí, mañana llegaré en la
mañana a tu casa, ¿De acuerdo? Ahí planeamos todo a la perfección, tengo que
irme.
-Está bien Louis, sueña con Harry.
Comenzó a reír irónicamente mientras se ponía de pie y caminaba hacia la puerta
del vehiculo. Pidió la parada y esperó. -Uy, no sabes, eso es lo que más deseo,
hasta luego. -colgó la llamada y bajó para después dirigirse hacia su casa.
El solo hecho de imaginar la situación le hacia reír como idiota. Estaba totalmente
consciente que eso sería lo más divertido que haría en mucho tiempo. La tensión
sexual que se crearía entre Harry y él sería enorme, pronto el rizado comenzaría a
volverse loco y eso era justo lo que esperaba.
Cuando llegó hasta casa se encontró el lugar en completo silencio. Su hermana
estaba sentada en el sillón frente al televisor, sin embargo este no estaba
encendido.
Todo estaba muy sucio, la cocina se encontraba exactamente igual a como había
estado en la mañana que Louis salió de ahí.
Odiaba tanto eso. Odiaba con toda su fuerza llegar a casa y darse cuenta de
su triste realidad. De la mierda de familia que tenia, de la mierda de casa que
tenia, de la mierda de persona que era, de todo. Odiaba cada espacio que había
en su vida y rogaba por cambiarla pronto.
Eran casi las 5 de la tarde y su madre aun no había hecho nada por lograr que su
hogar se viera "decente."
-¿Dónde está mamá y papá? -habló dejando las cosas que cargaba sobre la mesa
y cerrando la puerta tras él.
-¡SSSSSSSHHHHHHHHH! -Habló la pequeña muy alterada, colocando su dedo
índice sobre su boca-. ¡No hagas ruido Louis!
-De acuerdo, pero ¿qué ocurre?
-Papá se ha puesto mal esta mañana, mamá ha dicho que es porque se ha bajado
la azúcar, creo que es porque no come muchos caramelos. -la niña se estaba
refiriendo a la diabetes de su padre, al parecer se había puesto mal.
Louis se preocupó demasiado. Sabía que eso ocurriría cuando su padre
comenzara a sentirse demasiado preocupado por el dinero, pero no sabía que eso
ocurriría tan rápido. Dejó a sola a su hermana y rápidamente subió hacia el
dormitorio de sus padres. Tocó la puerta y esperó impaciente a que le abrieran.
-Pasen. - se escuchó la voz de su padre por dentro de la habitación.
Louis rápidamente abrió y lo miró. Estaba recostado en su cama con un pedazo de
tela húmedo sobre la cabeza. -¿Qué ha ocurrido papá?
-Nada hijo, solo he tenido una pequeña decaída, nada importante. -su padre no
buscaba preocuparlo.
-¿Y has tomado tu medicina?
Tardó unos segundos en contestar. -No, se ha terminado. Tu madre ha ido a la
farmacia para pedir que le den la medicina y pagarla después, pero dudo que lo
consiga. -De nuevo esa horrible sensación al no poder hacer nada por la situación.
Era demasiado patética la situación en la que se encontraban. Tenía que lograr
algo, tenía que conseguir dinero lo más pronto posible. No permitiría que su padre
se pusiera grave solo por falta de dinero.
Sin decir más salió de la habitación de su padre y se dirigió hacia la suya. Ahora
tenía el tiempo encima, tenía que lograr conseguir dinero rápido y Harry era la
persona ideal para eso.

Capitulo 10
Había personal de la casa por todos lados, llevando decoraciones y otras cosas
para preparar el lugar en motivo a la fiesta que darían esa noche.
Los padres de Jake siempre habían celebrado su aniversario en grande,
repartiendo champagne a todos sus invitados, dando los patillos más lujosos y
sofisticados. De eso se trataba ese mundo, de sorprender a un montón de
personas que en realidad solo iban para criticar todo.
Eran apenas las doce del día cuando Louis llegó a casa de Jake. No quería estar
más en su casa, quería distraerse un poco después de haber pasado toda la
noche mortificándose sobre cómo haría para conseguir el dinero que necesitaba
para las medicinas de su padre.
Estaba tan preocupado que ni siquiera se había puesto a pensar sobre lo que
haría ese día. Oliver llegaría en la noche al igual que Harry, Jake se encargaría de
hacer que el rizado los encontrara en una situación incómoda y eso era todo. Por
ahora solo quería dejarle muy claro hasta donde era capaz de ser.
Esperaba en la terraza de la casa mientras que la sirvienta lo anunciaba con su
amigo. Observaba todo y no dejaba de pensar en lo grandioso que sería cuando él
pudiera tener todo eso. Porque lo haría, si estaba seguro de algo era que él no
sería pobre toda la vida.
La casa de Jake era muy bonita, tenía grandes jardines con una piscina en el
jardín delantero. Tenían demasiadas flores y adornos de cantera para dar más
sofisticación. Jake era hijo único, así que prácticamente era el único heredero de
toda la fortuna que poseía su padre.
–Joven Louis, puede pasar ahora. –Habló una chica tras él que vestía el típico
uniforme de sirvienta.
Louis se giró hacia ella y agradeció con una sonrisa para después caminar dentro
de la casa y dirigirse hacia la habitación de Jake.
Por la parte de adentro también estaba lleno de servidumbre que arreglaba todo
detalladamente para el evento.
Llegó hasta la habitación de Jacob y se adentró a ella sin haber tocado la puerta.
Se encontró con su amigo, que aun dormía profundamente, lo cual era bastante
raro porque se suponía que la sirvienta ya había anunciado a Louis. Además, eran
las 12 del día, ¿Quién mierda dormía a esas horas?
–Jake, despierta Jake. –mencionó Louis mientras llegaba hasta él para después
comenzar a moverlo–. Vamos animal, es tarde y tenemos demasiadas cosas que
planear. –Continuaba intentando despertar a su amigo pero este parecía
totalmente muerto–. ¡JAKE! ¡Despierta de una vez!
Cuando el chico por fin lo escuchó se cubrió con la sabana hasta la cabeza y se
giró para evitar que Louis continuara molestándolo. –Cállate Louis, le he dicho a
Ana que te deje en la terraza hasta que yo despierte, largo de aquí. – mencionó
con una voz adormilada.
–Pues “Ana” me ha dejado subir antes, con una mierda ya levántate. Tenemos que
planear lo que le haremos a Styles esta noche. –Jake se levantó automáticamente
al escuchar esas palabras, miró a Louis con una enorme sonrisa y esperó–. Sabía
que eso funcionaria. –Rodó los ojos y se acercó hacia un sofá poof que había en
la habitación. Se sentó sobre este y continuó–. Bien, ¿y has pensado algo sobre
cómo hacerlo Jake?
–Pues no, se supone que tú ya tenías todo “fríamente calculado”. –tallaba sus ojos
para poder despertar mejor–. ¿Hablabas enserio con lo de tirarte a Oliver?
–No, por dios. –Hizo una risa irónica–. No voy a tener sexo con ese tío. Solo le
haremos pensar a Harry que lo estoy teniendo.
–¿Pero cómo mierda? Y no me digas que fingirás penetrarlo durante los segundos
que Harry los vea, para después decirle a Oliver “gracias por participar, ahora
vuelve a casa” No Harry, Oliver no es tan idiota para eso. –se levantó de cama y
caminó hacia el closet mientras acariciaba su abdomen y se estiraba por
completo. Comenzó a buscar algo de para vestir, pues el chico tenía la costumbre
de dormir desnudo.
Louis lo miraba con una expresión de asco. –¿Por qué mierda estas desnudo
frente a mi?
–¿Tiene algo de malo? Ah, cierto, olvidaba que ahora te gustan los penes.
Tranquilo Louis, intenta no excitarte, seria incomodo. –tomó los primeros
pantalones que encontró y se los colocó encima.
–Cabrón de mierda, nunca tendrías esa suerte. –le lanzó un cojín en la cara y este
lo evitó riendo–. Sobre el plan. Obviamente no pienso hacer eso idiota, por ahora
quiero que Oliver piense que a mí me gusta él o algo así. Es bueno tenerlo a
nuestra merced siempre.
–¿Entonces? –Volvió a lanzarse sobre la cama, esta vez quedó mirando a Louis.
–Voy a calentarlo con besos y algún faje sin sentido, después, cuando la cosa
comience a ponerse “caliente” voy a seguir, como si realmente quisiera tener sexo
con él. Es ahí cuando Harry tiene que encontrarnos, lo cual va a ser una situación
“demasiado” vergonzosa para mí y eso hará que yo ya no quiera seguir.
–De acuerdo, suena bien. Pero… ¿Qué pasará si a Harry realmente le importa
una mierda y finge no haber visto nada?
Louis se quedó pensándolo por unos segundos en silencio. –Eso no pasara Jacob.
–Afirmó seguro y lo miró con una gran sonrisa–. Harry Styles está loco por lo que
yo le hago querer hacer. Estoy completamente seguro que después de esto, no
pasara mucho tiempo para que él haga algo para tenerme.
Jake lo miraba algo confundido, realmente podía notar el odio que había en la
mirada de Louis al decir eso. Era obvio que las cosas iban muy enserio. – Todo
esto es demasiado serio ¿Cierto?
–Es demasiado serio Jake. Lo necesito, necesito hacer que Styles pague, no solo
por lo que le hizo a mi padre, sino también por todas las humillaciones que me
está haciendo pasar. Él no merece tener una linda vida feliz, y para eso existo yo,
para encargarme de que no lo sea.
Jake elevó las cejas sorprendido y comenzó a reír, en esos momentos ninguno de
los dos era consciente del daño tan grande que podrían llegar a causar con ese
“jueguito”. O tal vez si lo eran, pero les importaba una mierda.
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Los invitados comenzaban a llegar vistiendo sus mejores vestidos de coctel. La
casa había quedado extremadamente hermosa y arreglada. El sol comenzaba a
esconderse tras las montañas y las luces eran encendidas. Todo estaba listo para
lo que pintaba seria una hermosa fiesta.
Había muchos fotógrafos en la entrada, pues al tratarse de un evento en donde
asistían las mejores familias de Londres necesitaban dar un reportaje a la prensa.
Eran como celebridades de los negocios. También asistían muchos políticos, y
algunas cuantas celebridades de los espectáculos.
Así era la elite de Londres con las mejores y más ricas familias del país.
Louis y Jake se encontraban en el jardín principal, observando a los invitados
llegar, riéndose de algunas señoras y de cómo iban vestidas.
También observaban a las chicas que llegaban y se lamentaban porque ese día no
podrían estar ligando, bueno, al menos Louis no podría y con eso obligaba a Jake
a tampoco hacerlo, pues eran un “equipo”.
Ambos vestían un lujoso traje. Jake le había prestado uno a Louis. Se veían muy
bien, guapos y sofisticados. Pero eso no quitaba el hecho de que las personas los
miraran raro por estar sentados frente a la puerta, riéndose de todos.

Louis se encontraba algo nervioso. Temía por que algo saliera mal, aunque
también le atormentaba que Harry no asistiera a la fiesta. –¿Estás seguro de que
Styles asistirá?
Jake frunció el ceño y lo miró algo confundido. –Tranquilo viejo, si vendrá, sus
padres lo obligaran.
–Mierda, necesito tranquilizarme. Estoy nervioso.
–¿Por qué? Cálmate Louis, tu olor extremo a pompis de bebé lo volverá locoooo.
Louis comenzó a reír escandalosamente con eso. Jake siempre sacaba
comentarios demasiado extraños en las situaciones menos esperadas. – Bueno,
tal vez tienes razón. Activara sus sentidos pedófilos.
Los chicos continuaron un tiempo más en ese lugar, después entraron hacia la
casa y Jake comenzó a saludar a algunos familiares por educación.
Definitivamente ese no era el mundo de Louis, pero era exactamente a donde
quería pertenecer.
Diamantes por todos lados, vestidos y trajes de diseñador. Champagne siendo
repartida como si se tratara de soda. Servidumbre encargándose de mantenerlos
muy bien atendidos, chefs profesionales preparando los mejores platillos. Todo era
una maravilla.
Cuando regresó a la realidad después de haberse perdido en los lujos, se dio
cuenta de que Jake ya no se encontraba por ningún lado. Había muchas personas
dentro de la casa y no pudo encontrarlo entre la multitud.
Tomó una copa de champagne y salió al jardín para tomar algo de aire. Realmente
estaba demasiado nervioso con todo eso. Tomó asiento en una de las bancas del
jardín y pensó en su padre.
Realmente necesitaba conseguir el dinero pronto y aun no tenía ni idea de cómo
lograría que Harry se lo diera. Podía pedirle un adelanto de sueldo, pero no quería
humillarse a eso. También tenía que ser consciente de que el tiempo estaba
corriendo y por mas minutos que pasara su padre sin conseguir esa medicina,
seria aun más peligrosa la situación, pues la diabetes es una enfermedad crónica
que se agrava fácilmente si no es controlada.
Miró hacia la entrada cuando comenzó a escuchar demasiados flashes por parte
de los fotógrafos. Al parecer había llegado alguien importante para que hicieran
tanto esfuerzo por obtener las mejores fotos.
Era la familia Styles. Una de las familias más poderosas en el mercado. Sin
embargo, la prensa no estaba tan interesada en eso, sino, en fotografiar a la
pareja Styles-Hamfried y su recién anunciado compromiso. Se trataba de Ashley y
Harry, pues esa noche sería la primera vez que ella saldría a la calle con el anillo
que confirmaba que estaban comprometidos. Esas dos eran las familias más
sofisticadas, así que era obvio que se haría mucho escándalo por todo el
compromiso.
Al entrar al jardín los flashes disminuyeron, pues los fotógrafos no tenían permiso
de entrar a propiedad privada.
Louis miró como ellos entraban agarrados de la mano, la chica vestía un hermoso
vestido rojo que hacía que su cabello negro luciera más fuerte. Harry se veía
agobiado, pero intentaba sonreír. Estuvieron a punto de entrar dentro de la casa
cuando el rizado lo miró y por su reacción dejó claro que se sorprendió
demasiado.
–Adelántate tu amor, iré a saludar a un conocido. –mencionó mientras le daba un
beso sobre la frente y caminaba hacia Louis. La chica solo sonrió y se adentró
hacia la casa sin problema.
Louis sintió demasiados nervios al verlo caminar hacia él, pero intentó
tranquilizarse. No podía entender por qué se ponía tan nervioso. –Hola joven
Styles. –mencionó con una sonrisa cuando Harry llegó hasta él.
–¿Tú qué haces aquí? ¿No deberías estar en un comedor para necesitados o algo
así? –como siempre, siendo demasiado grosero en cuestión de segundos.
Louis lo miró con odio. –Pues no. ¿Tú no deberías estar mirando pornografía para
calmar tus deseos sexuales? –Harry se quedó en silencio, mirándolo con
desprecio–. ¿Por qué te molesta que esté aquí? Créeme, no he venido por ti. –
mintió. Harry era la única razón por la cual él estaba ahí.
Lo miró de arriba hacia abajo, detenidamente y sin importarle que Louis se
intimidara por eso. –¿De dónde has sacado ese Hugo Boss? –Se refería al traje–.
¿A quién se lo has robado?
–A quien sea, pero a ti no. –dio un sorbo a su copa y después continuó. –Ya
enserio Harry, yo no he venido aquí por ti, así que no veo el por qué tu estés
molesto. Ni siquiera planeo hablarte.
–Oh que triste, yo estaba deseando que te la pasaras toda la noche junto a mí. –
fue demasiado sarcástico, sin embargo su comentario fue bueno para ser usado
en su contra.
–Pues de eso estoy seguro. Ayer me has dejado claro que lo deseas. –Le dio una
última sonrisa antes mirar hacia la entrada y encontrarse con Oliver llegando al
lugar. Agradeció en sus adentros por eso, pues comenzaba a sentirse
extremadamente incomodo junto a Harry–. Si me disculpa señor jefe, tengo que
atender a alguien. –dio una palmadita sobre su hombro y se dirigió hacia el chico.
Oliver también se veía demasiado bien esa noche, llevaba un traje ajustado color
rojo tinto. Su cabello rubio peinado hacia atrás. Ese también era su mundo, así
que no le era difícil adaptarse.
Miró a Louis caminar hacia él y sonrió ampliamente. –Hola Louis.
–Hola Oliver. –se colgó de su cuello descaradamente, pues sabía que Harry
estaba observando todo–. Me alegra demasiado que hayas asistido. Me has
salvado de este infierno, al menos sé que contigo aquí no será tan malo. –le
importaba una mierda lo que las demás personas pudieran pensar, por ahora solo
estaba concentrado en que Harry mirara todo.
–¿Enserio? Pues a mí me alegra muchísimo que tú me hayas invitado. –abrazó a
Louis por la cintura y lo acercó hacia él. Era extraño porque ese chico actuaba
totalmente diferente al estar fuera de la escuela.
–Es un placer tenerte aquí. –lo miró sonriendo por unos segundos antes de juntar
sus labios y comenzar a besarlo húmedamente. Reía durante el beso al estar
imaginando la cara que tendría Styles en esos momentos.
Se besaron por unos segundos más antes de separarse. Oliver relamió sus labios
para quitar los excesos de saliva que Louis había dejado. –ahora sé que importa
una mierda estar aquí. –sonrió y le dio otro beso, esta vez muy corto y seco.
–¿Te molesta tanto que esta sea la casa de Jake? –se separaron del abrazo y
comenzaron a caminar hacia dentro de la casa. Louis miró hacia donde había
dejado a Harry y este ya no se encontraba allí.
–No, pero la familia de Jake es muy cercana a mis tíos y no quiero que me
vean…. Tú sabes, en una situación como esta. –Louis se sorprendió por completo,
estuvo por decir algo cuando una voz los interrumpió por detrás.
–¿Qué carajos ha sido eso? –Era Harry y se notaba muy alterado.
–¿Te molesta en algo? No, así que no molestes Styles. –Louis tomó la mano de
Oliver y trató de irse del lugar.
–Cállate mierda, no te estoy hablando a ti. –Rodó los ojos y miró hacia Oliver–.
¿Qué mierda ha sido eso?
-Mierda Harry no sabia que estabas aquí- Oliver miraba a Harry sorprendido.
- Te has besado con este frente a todos idiota. ¿Quieres que tus padres se
enteren, que los paparazzis te fotografíen o que?
- Esperen.. ¿Ustedes se conocen?
- No te metas Louis- Harry estaba demasiado molesto.
- Si Lou, Harry es mi primo- Menciono Oli, mostrándose avergonzado. Louis se
quedo completamente sorprendido. Defnitivamente eso era algo que no tenia
previsto.

Capitulo 11
–¡Louis! Que gusto verte amigo, ¿Dónde habías estado? –Jake observaba
detenidamente la barra de ensaladas mientras que en sus manos sostenía un
plato lleno de comida–. Espero que no te moleste que me haya servido sin
esperarte, pero te has perdido y tenía mucha hambre.
Louis lo observaba con pánico. Aun seguía sin poder creer lo que había pasado
con Harry. El hecho de que él y Oliver fueran parientes complicaba excesivamente
las cosas. –¡Jake! ¡Deja de pensar en comida! ¡Tenemos un problema grave! –le
quitó el plato de las manos y lo dejó sobre la barra para después tomar a su amigo
del brazo y sacarlo de la casa a la fuerza.
–¡Hey! ¿Qué ocurre? ¿Por qué estas tan alterado? ¡Al menos me hubieras dejado
traer el plato! –caminó junto con Louis hacia el jardín.
Los invitados de la fiesta veían la escena un poco extrañados por el volumen que
usaban.
–¡ESO! ¡Eso es lo que pasa! –señaló hacia una esquina del lugar, en donde Oliver
y Harry se encontraban aun discutiendo después de la escena que Louis había
provocado frente a él.
Jake los observó por unos segundos, pero no logró entender a lo que Louis se
refería. –¿Qué tiene? No me digas que están peleando por ti…
–¡No idiota! –dio un gran respiro y trató de calmarse–. Oliver y Harry son primos,
Jake. ¡PRI-MOS! ¿Entiendes la gravedad del asunto?
Se encogió de hombros aun completamente tranquilo. –¿Y?
–¿Cómo que “Y”? ¡JAKE NO PODEMOS UTILIZAR A OTRO STYLES EN EL
PLAN! ¡ESO LO COMPLICARIA TODO!
–En realidad Oliver no es un Styles, él es primo de Harry por parte de su madre,
es un Cox.
–¿¡QUÉ!? ¿¡Tú lo sabías!? –aun gritaba y caminaba de un lado a otro intentando
bajar su nerviosismo.
–Sí. –movía su cuerpo al ritmo de la música que se escuchaba dentro de la casa.
No estaba mostrando nada de interés a las preocupaciones de su amigo–. Que
gran canción, ¿Podemos volver a la casa? Tengo demasiada hambre. – Louis
cerró los ojos fuertemente y colocó sus dedos sobre su sien–.
Oh, ¡Vamos viejo! No me digas que esto te afecta….

–¡Pues claro que afecta! –levantó la mirada para mirar a Jake y después se desvió
hacia donde se encontraban Oliver y Harry. El mayor se veía demasiado molesto y
Oliver solo asentía con la mirada baja.
Probablemente era demasiado arriesgado meter a ese chico en el asunto. Si Louis
quería que al final Harry quedara como el culpable, lo mejor sería hacer que así
pareciera. Que su imagen se viera como la de un joven inocente y sin malas
intensiones para esa familia.
Jake también observaba hacia donde los chicos se encontraban. –Se ve
realmente molesto…
–Claro que va a estar molesto. Me he comido a besos a su primo frente a todas
estas personas importantes… –Jake miró a Louis con los ojos muy abiertos.
Acababa de llegar a su cabeza una idea demasiado buena.
–¡Eso Louis! ¡Su primo! –se veía emocionado por lo que pasaba por su mente.
Louis lo miró confundido. –¿Qué ocurre? –era obvio que él había tenido una idea,
solía emocionarse demasiado cuando eso pasaba.
–¡Pues es obvio! ¡Harry morirá por ti, simplemente porque ahora sabe que eres
propiedad de su primo! Créeme, si algo sé de esas familias es que compiten por
todo.
Lo que decía Jacob no era tan estúpido. Tal vez que Louis fuera “novio” de Oliver
ayudaba demasiado a lograr que Harry lo deseara más. El simple hecho de querer
robar lo ajeno era tentador, y más si lo que Jake decía era cierto.

Se quedó en silencio, pensando la idea detenidamente. Si hacia lo que su amigo


proponía tenía que ser demasiado cuidadoso con Oliver, asegurarse de que este
también lo tuviera como un ángel incapaz de hacer lo que en realidad estaba
haciendo. Tenía que ser muy inteligente al momento de actuar, siempre intentando
ser el más inocente.
Además, la idea de Harry intentando conseguir a la pareja de su propio primo
sonaba bien. Eso serviría demasiado al momento de ser juzgado. Obviamente
provocaría que su propia familia se pusiera en su contra por abusar del pobre e
indefenso “novio” de Oliver.
–Al final del día no eres tan imbécil como pareces. Entonces el plan sigue en pie.
Tienes que asegurarte que Styles nos encuentre en una situación
comprometedora. Después le diré que estoy saliendo con su primo y fingiere
mostrarme avergonzado.
Jake sonrió de oreja a oreja. –Eso será un placer, hermano. No puedo esperar a
que todo esto comience.
–Muy bien, entonces espera la señal, iré por Oliver. Tú puedes regresar a tu
comida. –dio un golpecito sobre su hombro para después dirigirse hacia donde se
encontraban los chicos. La decisión ya estaba tomada y no pasaría nada que
impidiera que Harry terminara a sus pies.
El futuro no se pintaba tan complicado. Él pensaba que mantener una relación en
secreto con Styles sería suficiente para después poder acusarlo frente a la ley. El
punto que mas tenía a su favor era que aun continuaba siendo menor de edad, y
eso ayudaba demasiado.
Cruzó el jardín para llegar hasta ellos. Harry dejó de hablar cuando notó su
presencia acercarse. Aun continuaba mostrándose demasiado molesto.
Oliver lo miró y dio una sonrisa algo nervioso, debía ser muy vergonzosa la
situación para él. –Lo siento Louis, no quería dejarte solo tanto tiempo. – Louis
llegó hasta él y tomó su mano, asegurándose que Harry se diera cuenta. Oli
escondió sus manos tras su cuerpo, esperando que nadie más lo notara, pues
Harry le había dejado demasiado claro que nadie en ese lugar podía enterarse
que ellos estaban saliendo. Era demasiado importante conservar la imagen de
familia perfecta que tenían frente a la prensa y los socios familiares.
–No te preocupes, sé que no has sido tú el que se ha demorado. –Le dio una
sonrisa y después se dirigió hacia Harry–. ¿Has terminado ahora? ¿Ya me lo
puedo llevar?
El rizado elevó las cejas y comenzó a negar con la cabeza, impresionado por la
actitud tan molesta de ese chico, ni siquiera quiso dirigirle la palabra, se dirigió
hacia su primo. –Sabes qué hacer, ¿Cierto Oliver? Puedes hacer lo que quieras
con este muerto de hambre, pero cuídate de que nadie te vea, ni siquiera yo.
–¿Puedes callarte? Nada te da el derecho de ofender… –mencionó defendiendo a
Louis de la forma en la que Harry se había referido de él.
Eso había sido lo único que faltaba para que Louis se convenciera demasiado de
lo que estaba haciendo. –Si Oli, no te sientas mal por todo esto, igual, no eres el
único que quiere hacer cosas con este “muerto de hambre” –habló Louis
refiriéndose a lo que había pasado en la oficina tiempo atrás.
Harry continuaba siendo demasiado molesto y grosero, pero antes que hacerlo
porque realmente su personalidad era así, lo hacía porque comenzaba a sentirse
bastante confundido con la atracción que sentía hacia ese chico.
–Prometo que me encargare de que nadie se dé cuenta de esto Harry, lo siento si
cometí una indiscreción antes. –se veía bastante avergonzado, tal vez la situación
era más grave de lo que Louis pensaba.
–Eso espero. No me gustaría ver los periódicos llenos de noticias sobre esto. Más
vale que te controles Oliver. –Hizo una pausa y miró hacia Louis–. A ti también…
espero que sepas como actuar, sabes lo que está en juego y no creo que lo
quieras perder.
Al parecer Harry no quería que Oliver se enterara que Louis trabajaba para él, así
que decidió guardar el secreto para después utilizarlo en su contra. “El que no
teme en decir las cosas, no tiene nada que esconder”. –Nadie se enterará de esto
entonces, señor Styles. –lo miraba con una sonrisa mientras que Harry continuaba
siendo demasiado serio. –Vamos Oli, dejemos de perder el tiempo, aun tenemos
demasiadas cosas por hacer.
Los chicos se dieron la vuelta y comenzaron a caminar hacia dentro de la casa.
Harry esperó un tiempo más en el jardín, mientras que lograba calmar su humor
por todo lo que estaba pasando. Era demasiado temprano y ya estaba harto de
ese lugar.
No quería estar con todas esas personas materiales. No quería tener que saludar
amablemente a personas que en realidad solo deseaba ver bajo 3 metros de
tierra. No quería pasar la noche entera junto a su estúpida y aburrida novia,
fingiendo que eran la pareja perfecta. Tampoco quería ver a Louis ahí, no quería
que su primo estuviera con él. Louis no pertenecía a ese mundo y lo único que
lograba con su presencia era arruinar más las cosas.
Ni siquiera se había interesado en mirar a las demás mujeres que paseaban por la
reunión. Su cabeza ahora estaba hecha mierda como para prestar atención a esos
asuntos. Talló un poco sus ojos con las palmas de sus manos y decidió
adentrarse a la casa para buscar a su novia y con eso mantener feliz a sus
padres.
Oliver y Louis llegaron hasta el lugar en donde Jake comía unos bocadillos
acompañado de otros chicos de su edad. Todos se conocían entre ellos, a
excepción de Oliver, que era demasiado reservado al momento de socializar, no
porque fuera tímido, sino porque evitaba hacer relaciones con personas poco
inteligentes y molestas, como lo era Jake para él.
–¡Hey chicos! ¿Cómo han hecho para librarse de Styles? –habló acercándose a
ellos, cerrando a los demás chicos en el grupo para evitar que escucharan.
–Nada difícil, él solo está nervioso, no quiere que la prensa se entere de todo esto.
–Louis actuaba demasiado bien frente a Oliver. Intentaba mostrarse comprensible
para evitar que el chico lo viera como un factor de riesgo. Además, seguro que
Harry le había dicho miles de cosas negativas sobre él para evitar que estuvieran
juntos.
–Pero ha sido demasiado vergonzoso. Yo no quería que él se enterara, mucho
menos de esa manera. –hablaba bajo y miraba hacia los invitados de la fiesta,
nervioso porque algún otro conocido se encontrara en el lugar.
Jake y Louis se miraron entre ellos con una enorme sonrisa, la hora de ejecutar el
plan había llegado. Jake sabía perfectamente qué hacer. –¿Por qué mejor no
suben a mi habitación? Ahí es el mejor lugar para evitar que alguien más los vea.
No pueden seguir arriesgándose y mucho menos pasar toda la noche así de
incómodos.
Louis bajó la mirada para evitar reír por lo “natural” que había sonado la propuesta
de su amigo. –Creo que es lo mejor, ¿tú qué opinas Oli? Ahí podemos estar juntos
sin temor a ser vistos.
–No creo que sea buena idea Lou, no quiero que nadie se dé cuenta de que nos
hemos perdido juntos.
Louis miró a Jake y este solo le indicó con la mirada para que él insistiera. –
Vamos Oli…. –se colgó de su cuello sin importar que estuvieran en público, era
una buena forma de hacer presión–. Yo quiero estar a solas contigo… para eso te
he invitado, no dejemos que Harry nos arruine la noche.
–De acuerdo, de acuerdo, vamos a donde tú quieras. –mencionó y lo alejó de él
rápidamente. El chico se veía fatigado y al parecer lo que menos quería era que
Louis se pusiera de insistente frente a todos.
–Genial, vamos. –le dio una última mirada a su amigo, indicándole que el plan
estaba hecho. Comenzó a caminar hacia las escaleras para después subir a la
planta alta, donde se encontraba la habitación de Jake.
–Mierda… –susurró Oliver y lo siguió sin tener otra opción.
Ahora Jake tenía que encontrar a Harry para llevarlo al lugar y asegurarse de que
todo se cumpliera como estaba previsto.
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Harry se encontraba con su prometida y un grupo de amigos de la familia,
tomando champagne y bocadillos. Hablaban sobre negocios, como era de
costumbre en su ambiente. En realidad, los negocios era el único tema que
tomaban esas personas, nunca hablaban sobre cosas diferentes.
Uno de los jóvenes les explicaba a los demás acerca del nuevo hotel que estaban
por abrir en una de las ciudades más importantes de los Estados Unidos. Harry
solo fingía interés y sonreía constantemente cuando todos los demás reían.
No podía creer que enserio estuviera desperdiciando su vida en ese lugar. Quería
levantarse e irse hacia cualquier otro lado. Quería embriagarse y bailar hasta que
sus piernas no pudieran mantenerse de pie. Perderse en el alcohol y las
sustancias que la noche le ofrecía. Quería divertirse, no estar en una estúpida
reunión donde todos eran falsos.
Elevó la mirada para buscar a su primo entre la multitud y así asegurarse que no
estuviera haciendo nada indebido. Sus padres se encontraban en esa reunión y lo
que menos quería que pasara era que Oliver les hiciera pasar un ridículo, pues
todos ahí sabían que era su sobrino.
Al no encontrarlo entre los invitados se sintió algo seguro, al menos sabia que ya
no había tantas posibilidades de que las demás personas lo notaran. Volvió hacia
la plática de sus amigos y antes de que lograra prestar atención sintió un dedo
llamarlo por la espalda.
–Harry… –Jake le picaba la espalda para obtener su atención. El chico que
hablaba hizo silencio por educación para que Harry pudiera atender a Jake–.
Siento interrumpir su interesante plática, necesito hablar con Harry.
Lo miró molesto y confundido. –¿Qué quieres Jacob?
–¡Hola Jake! –mencionó Ashley, feliz por ver al chico que tan adorable le parecía.
–Hola Ashley. –Se cruzó entre todos para depositar un beso sobre la mejilla de la
chica y después volvió a su lugar inicial–. Harry, necesito que me ayudes a bajar
unas botellas de champagne de mi habitación.
Los jóvenes se sorprendieron al escuchar eso, Harry negó rápidamente. –¿Por
qué tendría que ayudarte? Para eso existe el servicio Jacob, pídele a los sirvientes
que lo hagan y deja de molestar.
–Si… pero todos están ocupados. Por favor Harry, no te quitaré mucho tiempo.
En realidad el pretexto que estaba utilizando era sumamente estúpido, pues no
había razón para que las botellas se encontraran en su habitación cuando la casa
contaba con una bodega especial para eso.
Harry estaba por negar de nuevo, pero Ashley le robó la palabra. –Vamos Harry,
ayuda al pequeño Jake, no seas mala persona. Ve.
Jake bajó la mirada y comenzó a reír al notar la reacción del rizado. Le parecía
demasiado gracioso como su novia lo controlaba en todos los sentidos. Además,
no podían armar ninguna escena frente a todos los invitados, Harry necesitaba
hacer lo que la chica le pedía para quedar bien.
–De acuerdo “Pequeño Jake”, te voy a ayudar. –rodó los ojos y se levantó de su
asiento para terminar con eso de una vez.
Jake dio una sonrisa hacia los jóvenes y después se fue tras Harry, que caminaba
directo hacia las escaleras.
--------------------------------------------------
La habitación de Jake tenía una luz muy baja, Oliver estaba mirando los
portarretratos que el chico tenía allí dentro. Louis se encontraba sentado en la
cama, mirándolo y esperando a que él diera la iniciativa sobre algo que era obvio
que iba a pasar.
–Al menos aquí podemos estar en paz. Sin la molesta presencia de tu primo. –
habló para atraer su atención.
Oliver lo miró y sonrió nervioso, dejó el portarretratos que observaba sobre la
cómoda y se acercó hacia él. –Louis… lo siento muchísimo por lo que pasó con
Harry, enserio que estoy demasiado avergonzado por lo que ha dicho de ti. Te pido
una disculpa. –se sentó junto a él y esperó.
Eso lo tomó por sorpresa, no esperaba que Oliver se disculpara por las palabras
de su primo, ni siquiera tenía idea de que abriría el tema de nuevo. – No importa
Oli, lo que diga ese imbécil me da completamente igual.
–Hablo enserio, yo no quería que te ofendiera. –bajó la mirada.
El tiempo estaba corriendo y podía ser que Jake y Harry llegaran a la habitación
en cualquier momento. Louis no podía darse el lujo de escuchar las idioteces que
el chico decía. –Si quieres recompensarlo con algo, cállate y bésame. – se juntó a
su boca y comenzó a besarlo húmedamente, tomando a Oliver de sorpresa.
Tomó el control de la situación por completo. Si quería que todo funcionara tenía
que calentarlo rápido.
Lo besó por unos segundos más antes de comenzar a acostarlo sobre la cama
para posicionarse arriba de él. Tomó las manos del chico y las colocó sobre su
cuerpo, incitándole para que lo tocara. Besaba su cuello, desesperado por calentar
más la situación.
Se escucharon unas voces fuera de la habitación y Oliver intentó frenarlo. –
Vamos Louis, aquí no, hay demasiadas personas que podrían entrar. – intentaba
alejar al chico de su cuerpo, pero Louis se mostraba muy insistente.
–No importa Oli, eso lo hace más caliente, recuerda el estacionamiento. –
succionaba la piel de su cuello y pronto bajó las manos para tocar su entrepierna.
La puerta de la habitación se abrió, pero Louis no le permitió a Oliver separarse. –
¡DEMONIOS! ¡NO PUEDO CREER QUE ME OLVIDE DE QUE USTEDES
ESTABAN AQUÍ! –el tono de voz de Jacob había sido demasiado sarcástico y
fingido. No pudo controlarse y comenzó a reír como loco por la situación.
Los chicos se separaron rápidamente y lo miraron. Harry también se encontraba
con él, mostraba demasiada sorpresa y molestia a la vez.
–Lo siento Jake, no pensé que ustedes vendrían. –Bajó la mirada fingiendo
vergüenza–. Solo quería estar un tiempo a solas con mi novio, eso es todo.
Oliver en realidad si estaba demasiado avergonzado. Se levantó de la cama y
tomó rápidamente la mano de Louis. –Lo siento Jake, nosotros ya nos vamos. –
intentó salir de la habitación sin darle ninguna explicación a su primo, pero este
rápidamente lo frenó del brazo, actuando algo violento.
–No Oliver, tú no te vas. El que se va de aquí es él. –Miró hacia Louis–. Ya has
ocasionado demasiados problemas Tomlinson, es tiempo de que vuelvas a tu
vecindad, vámonos, yo te llevaré. –Tomó a Louis del brazo y lo obligó a caminar
junto con él.

Oliver intentó replicar contra su primo, pero Jake rápidamente lo frenó. – Déjalo,
ellos tienen muchas cosas que arreglar y un tiempo juntos les caerá de maravilla.
–sonrió satisfecho. El plan había salido a la perfección.

Capitulo 12.
–Si no me sueltas comenzaré a gritar que me quieres llevar a la fuerza. – susurró
Louis mientras bajaban las escaleras de casa de Jake.
Harry lo tenía sujetado fuertemente por el brazo mientras lo obligaba a caminar
junto con él. Se veía demasiado molesto para solo tratarse de “querer evitar que
los invitados se enteraran que su primo Oliver salía con un hombre”. El asunto
tenía que estar mezclado con alguna otra cosa, tenía que haber otra explicación a
la actitud del rizado, pues definitivamente no estaba actuando muy normal.
–Cállate, harás lo que yo te digo y más vale que no hagas ningún escándalo. –
llegaron a la parte de abajo y Harry relajó su agarre para evitar que los invitados
notaran algo extraño.
–Yo no me iré contigo, tengo que volver arriba.
Pasaban atreves del lugar intentando no llamar mucho la atención, Harry
caminaba muy rápido obligando a Louis a hacerlo de igual manera. Temía porque
su novia lo mirara y no pudiera salir de ahí como planeaba. –Te he dicho que te
llevaré a tu casa y no lo volveré a discutir contigo.
–¿Por qué? Ese no es asunto tuyo, no estamos en la oficina ni en horarios de
trabajo, aquí yo soy un invitado mas. Igual que tu. –Louis solo fingía estar molesto.
En realidad no podía esperar a estar a solas con Harry, era lo que llevaba
esperando toda la noche y era justamente lo que había planeado desde el
principio.
–Porque me molesta tu simple presencia, no sé qué carajos es lo que tienes, pero
me pareces molesto con solo estar respirando. –lo que él decía era verdad. La
presencia de Louis lograba sacarlo de sus casillas fácilmente, sin embargo había
una razón más fuerte que no lograba comprender aun.
Lograron atravesar de la casa sin que nadie los notara. Salieron a la calle y Harry
se dirigió hacia el portero para pedir que le trajeran su automóvil. Esperaron en la
cera de la calle a que el coche llegara.
–No tienes derecho de sacarme de aquí como si fueras mi dueño. Ni siquiera nos
conocemos. –Se encontraba cruzado de brazos y lo miraba molesto.
–Soy tu jefe, eso me da el derecho. –mencionó el rizado desentendido, ignorando
que Louis estuviera “molesto” por todo eso–. Te dije que te controlaras, que
estaban en una situación demasiado peligrosa y aun así hiciste lo que quisiste
arriesgando el legado de mi familia.

–¿Tú crees que a mí me importa una mierda el puto legado de tu familia? Mierda,
tu destruiste todas las esperanzas de la mía y aun así yo no puedo hacer nada
contra eso.
El portero llegó con el automóvil y lo estacionó frente a ellos. Entregó las llaves a
Harry y este le entregó una propina por su labor. –Muchas gracias señor, tengan
una buena noche. –se despidió amablemente y volvió hacia dentro de la
residencia.
–Súbete. –ordenó el rizado abriendo la puerta del copiloto y mirando hacia el
menor. El carro de Harry era demasiado hermoso y lujoso, justo como él.
Louis continuaba mirándolo con los brazos cruzados, demostrando su enojo por
todo eso. –No me voy a ir contigo, ya te lo dije. No arruinaras mi noche sin razón
alguna.
Rodó los ojos. –Súbete de una vez. No voy a continuar discutiendo contigo.
–Pues no lo hagas, vete tú, yo volveré con Oliver. –Se dio la vuelta y comenzó a
caminar de nuevo hacia la casa.
Harry se acercó hasta él y lo frenó violentamente del brazo. –Te he dicho que tu
estancia en el mundo de los ricos ha terminado, sube de una puta vez. –Lo llevó
hasta el auto y lo obligó a entrar.
Sonrió satisfecho cuando ya se encontraba dentro del auto, Harry estaba siendo
agresivo y eso era la mejor parte. Solo demostraba que podía empeorar y sería un
gran punto a su favor, porque así podía provocar que lo golpeara o actuara
violento con él. El punto era conseguir volverlo loco frente a la corte judicial.

Harry dio la vuelta al automóvil y entró para después prenderlo rápidamente y


arrancar a toda velocidad de ahí.
–¿A dónde vamos? –Preguntó Louis después de varios minutos en silencio. Harry
conducía verdaderamente rápido, sin importarle pasarse los semáforos en rojo o
provocar que los demás conductores hicieran un gran intento por no estrellarse
por su culpa. Eso le recordó a Louis cuando se encontraba en la parada del
autobús y lo vio por primera vez, cuando por su culpa casi ocasiona un accidente
automovilístico–. ¿Que nunca te enseñaron a conducir? ¿O por qué lo haces tan
mal?
Pasaron unos segundos para que el rizado respondiera. –Te llevaré a casa, Dime
hacia dónde ir.
–No, no me llevaras a casa. Detén el auto y me bajo, prefiero irme yo solo.
–Ya es muy tarde, no soy tan hijo de puta para permitir que estés solo por la calle
a estas horas. –desvió su vista del caminó y miró hacia el menor–. A veces me
gusta hacer caridad por los que menos tienen. –Dio una sonrisa burlesca y volvió
hacia el caminó.
–Pues tienes que saber que prefiero estar solo en la calle que estar contigo,
cabrón de mierda. –se giró hacia la ventana al terminar de decir eso y le fue
imposible no reír por lo que acababa de decir.
Harry lo miró molesto. –¿De qué te ríes? ¿De tu falta de educación y de que por
eso utilizas esas palabras?
–¡Ja! –gritó irónico–. Ahora tú me vas a venir a hablar de educación.
–Al menos yo terminé la escuela, algo que tu no porque no tienes dinero para
pagarla. –Ahora se había convertido en una especie de pelea por orgullo,
descubrir quién era el que lograba ofender más al otro.
Harry continuaba conduciendo a toda velocidad sin algún destino fijo.
–Pero eso da exactamente lo mismo, de todas maneras eres inútil para tu padre,
acéptalo. –Esa última frase había sido la manera perfecta de dejar callado al
rizado. Louis ni siquiera estaba enterado que la aprobación del padre de Harry
para él era demasiado importante. Al notar que se quedó en silencio continuó con
su pelea–. Prefiero ser un maldito pobre que ser tú. Al menos a mi alguien me
quiere por lo que soy y no por lo que tengo.
–Si te refieres a mi primo, créeme que estás perdiendo tu tiempo. En cuanto los
padres de Oliver se enteren de esto harán lo posible por deshacerte de ti.
–No me refiero a él. Me refiero a ti. –sonrió de oreja a oreja y esperó la reacción
del rizado.
Harry lo miró confundido y salió de la avenida dirigiéndose a una calle algo
solitaria para poder conducir más lento sin problemas. –No sé qué mierda has
querido decir con eso, pero sea lo que sea ha sonado sumamente estúpido.
–Vamos, sabemos a lo que me refiero. ¿Le has mencionado a alguien que el otro
día me has visto tocándome?
Ahora el ambiente se había tensado para el mayor, Louis hablaba de ese tema sin
problemas y eso solo provocaba ponerlo nervioso. –¿Por qué tendría que decirle a
alguien eso? Importa una mierda Louis. –intentó no sonar nervioso, sin embargo
su voz había balbuceado un poco.
Se encontraban en una calle muy sola y callada, donde los faros eran escasos y la
única luz que había era la que provocaba el carro del rizado. Era estúpido porque
ni siquiera tenían un rumbo fijo, pero aun así no tenían prisa por saberlo. Tenía
que aceptarlo, a ambos les gustaba la compañía del otro.

–¿A que le tienes miedo Harry? –comenzó a reír escandalosamente–. Mira que yo
pensaba que tú al ser el rey del mundo hacías lo que quisieras sin importarte
nada.
–Hago lo que quiera. Por eso estas aquí conmigo y no con es maricón de mi
primo. –Esas palabras salieron de la boca del mayor sin ser consciente de lo que
estaba demostrando con eso. Estaba celoso.
–¿Así que tú me prefieres aquí contigo que con Oli? ¿Eh? –comenzó a acercarse
hacia él. Harry solo miraba hacia enfrente y se mostraba indiferente al menor.
Detuvo el automóvil dejándolo en medio de la calle y se giró hacia Louis. –No te
quiero cerca de mi familia, eso es todo. –Lo obligó a regresar a su asiento, pues
ya se había acercado demasiado hacia él.
–¿Qué daño podría hacerle yo a una familia tan poderosa como la tuya? ¿Qué no
te has dado cuenta que aquí el malo eres tú y no yo?
–Si te refieres a que despedimos a tu padre, eso no fue nada personal. Pero lo
que yo veo es que tú, junto con el imbécil de Jacob, están haciendo lo posible por
joderme, eres demasiado obvio.
–¿No era personal? Tal vez para ti no lo fue, pero a mí me has quitado el único
recurso que tenía mi familia, mi padre está enfermo y ni siquiera tenemos dinero
para comprar las putas medicinas que necesita. No me digas que esto no es
personal, porque yo me lo he tomado demasiado personal Harry. Y no, no estoy
intentando hacerte daño. –Había sentido la necesidad de decir todo eso. Era
justamente todo lo que sentía. Sentía ese asunto demasiado personal y por eso se
estaba encargando de él, porque necesitaba hacer justicia de cualquier manera.
–¿Y por qué no me has dicho eso antes para adelantarte tu sueldo? Louis, mierda.
No soy un demonio, puedo ayudarte si es lo que necesitas.
–¡PORQUE NO NECESITO TU PUTA LIMOSNA! –en realidad si la necesitaba, y
demasiado, pero darse cuenta de eso lo alteraba demasiado. Necesitar de Harry
Styles para poder ayudar a su padre era lo peor que podía sentir.
–¿¡Entonces!?
–Entonces, vete a la mierda. Me iré solo a casa. –abrió la puerta e intentó bajar del
coche, sin embargo la mano de Harry lo detuvo tomándolo por la cadera.
–Te he dicho que soy yo quien te va a llevar. Deja tus niñerías de una vez y cierra
la puerta. –Louis se acomodó de nuevo sobre su asiento y cerró la puerta enojado.
Se estaba tomando demasiado enserio lo de “fingir”–. Entonces, ¿Me dirás a que
dirección llevarte?
Se quedó en silencio mientras pensaba en cómo llevar la situación. No quería que
Harry lo llevara tan pronto a casa. Quería que esa noche pasara algo entre ellos,
cualquier cosa, pero algo que demostrara que tenían química sexual dispuesta a
ser liberada. –Te propongo un trato. –mencionó y lo miró con una sonrisa.
–¿Qué clase de trato Louis? –los chicos continuaban estacionados a la mitad de la
calle. Ningún otro coche transitaba por ahí, eso les daba toda la comodidad y
privacidad posible.
–Si tú admites que te has excitado viendo como me masturbaba, yo te doy mi
dirección. –Harry lo miró con los ojos muy abiertos, pero de alguna manera se
esperaba eso, pues ya se estaba acostumbrado a la falta de pudor de ese niño.
Comenzó a reír. –Ay, Louis, Louis, Louis. No sabes nada de mí. ¿Tú crees que yo
no he probado de todo antes? ¿Qué te hace pensar que quiero algo contigo o que
me gustas?– había dicho eso para no parecer nervioso, en realidad Louis si le
atraía y probablemente mucho mas después de saber que su primo era quien
salía con él.
–Vamos a ver entonces si no estás mintiendo… –se levantó de su asiento y de
una extraña manera subió encima de Harry, quedado sobre su cintura, con las
piernas alrededor de la cadera del rizado y la espalda recargada en el volante del
coche. El automóvil era deportivo, entonces era muy pequeño para lograr que la
situación fuera cómoda.
Harry comenzó a reír. –¿Qué mierda haces?
–Quiero asegurarme de que lo que dices es cierto. Necesito comprobarlo. –
Colocó sus brazos alrededor del cuello de Harry y comenzó a mover la cintura
muy pesada y lentamente, haciendo fricción en la entrepierna del rizado–. Esto
debe de darte lo mismo si es que yo no te gusto… –Lo miraba a los ojos y se
movía aun más fuerte.
Harry también le mantenía la mirada al mismo tiempo que sonreía. Louis
definitivamente podía ser un hijo de puta la mayoría del tiempo, pero también
sabía perfectamente cómo conseguir lo que quería. Colocó sus manos alrededor
de la cintura del menor y decidió seguirle el juego. –¿Qué diría mi primo si te viera
“probándome” de esta manera?
–Nada, porque yo solo estoy asegurándome de algo. Nada importante. –le giñó el
ojo y continuó frotándose contra el rizado, que comenzaba a dejar salir leves
gemidos.
–No te importa ¿Cierto? No te importa una mierda lo que yo pueda pensar de ti.
Dices y haces lo que quieres sin importarte como lo tome yo. Haces lo que quieras
por conseguir lo que quieres, no sé qué es lo que quieres de mí, pero mientras
averiguo voy a aprovecharme de esto. –bajó su mano por la espalda del menor
hasta llegar a su trasero y comenzó a tomarlo sin importarle que estuviera
comprometido y que Louis fuera apenas un niño.
–¿Quieres saber qué es lo que quiero de ti? –Se acercó aun más hacia el rostro
de Harry–. Quiero esto… –terminó con el espacio que los separaba y comenzó a
besarlo húmedamente, metiendo su lengua rápidamente a la boca del mayor
separándose constantemente para dar leves mordiscos en sus labios.
Harry subía y bajaba sus manos por toda la parte trasera del chico mientras
disfrutaba sus besos. Louis le estaba comiendo la boca demasiado pronto y lo
hacía metiendo demasiado la boca. Se separó de él y comenzó a reír. –Mierda
Louis, al parecer estabas demasiado urgido por un beso, ¿Que Oliver no te da lo
que necesitas?
Se avergonzó un poco y bajó la mirada. –Estas muy viejo para esto, no sabes
cómo se besa en la época moderna.
–Claro que lo sé… ¿Quieres que te enseñe? – Subió su mano y lo tomó de la
barbilla para después acercarlo lentamente hacia su boca y parar al quedar
separados por milímetros–. Tienes que masajear mi lengua con la tuya, pero sin
hacerlo violentamente… hazlo como si estuvieras chupando un helado de
chocolate. –volvieron a juntarse y Louis hizo por un largo rato exactamente lo que
el rizado le había ordenado–. Ahora quiero que muerdas mis labios, justo de esta
manera. –expresó entre el beso para después apretar el labio inferior del menor
con sus dientes y separarse de él suavemente sin soltarlo–. Ahora hazlo tú.
Louis siguió los pasos al pie de la letra y en menos de dos minutos ya estaban de
nuevo comiéndose ambos la boca. Harry lo tocaba por todo el cuerpo mientras
que Louis solo se movía para delante y atrás, haciendo más fricción.
Se escuchaban demasiados suspiros y risas dentro del coche. Mantenían las
ventanas cerradas y eso provocaba que los vidrios se empañaran.
Tenía que admitirlo. Louis había besado a Oliver y muchas chicas antes, pero
nada se comparaba con los besos que Styles podía dar. Definitivamente no sería
tan insoportable hacer todo lo que tenía planeado.
Comenzaron a perderse en sus pensamientos, perdieron el sentido de la razón y
dejaron de contar el tiempo que había pasado desde que comenzaron a besarse.
Alguien dio unos cuantos golpes a la ventana que se encontraba de lado del
asiento de Harry. Reaccionaron rápidamente y miraron hacia la ventana para ver
de quien se trataba. Era un hombre de aproximadamente 40 años, vistiendo un
uniforme policial.
–¡MIERDA! –quitó a Louis rápidamente de encima de él, lanzándolo de vuelta
hacia su asiento. –puta mierda, puta mierda, puta mierda….
Louis comenzó a reír escandalosamente al notar lo alterado que estaba Harry. –
baja la ventana, el señor policía quiere hablar con nosotros. – continuó riendo
locamente.
Harry respiró hondo y se acomodó un poco la ropa que Louis había
desacomodado. Bajó la ventana y dio una sonrisa nerviosa hacia el policía. –
Buenas noches. –Louis dejó salir una carcajada aun más fuerte.
–Buenas noches joven… –el hombre miraba hacia dentro del auto, revisando
todo–. ¿Está todo bien?
–Estaba antes de que usted interrumpiera. – mencionó Louis haciendo que Harry
lo mirara amenazándolo para que guardara silencio.
–Sí señor, todo bien.
–No puede estar estacionado a media calle joven, no sé si ya estaba enterado de
eso.
–Oh, sí, lo siento, ya nos íbamos. Disculpe enserio.
–¿Puedo ver sus identificaciones?
–En realidad yo soy menor de edad. –Louis aun continuaba tomándose el asunto
con demasiada gracias.
–No, digo, si. –Balbuceaba demasiado, no quería que ese hombre se enterara que
era un Styles–. Él es mi hijo, digo, mi hermano, ya témenos que irnos, es tarde.
–¿Ahora te podré decir “papi”? me agrada…
–Buenas noches oficial. Siga haciendo su trabajo así de bien como lo hace. Adiós.
–prendió el automóvil y arrancó antes de que el hombre pudiera decir algo más.
Louis continuaba riendo demasiado escandaloso al ver la cara de susto que el
rizado mantenía. –¡ESO HA SIDO GENIAL!
Harry se dio cuenta de lo mucho que estaba arriesgado y de lo grave que podrían
haber sido las consecuencias si ese policía hubiera sido mas estricto. –Bien Louis,
es tiempo de que vayas a casa, demasiadas tonterías por hoy. – seguía temblando
por el susto que se había llevado.

Capitulo 13
El sonido de su móvil lo despertó a altas horas de la madrugada. Miró el
identificador de llamadas y notó que se trataba de su amigo Jake.
–¿Qué mierda te pasa animal? ¡SON LAS 5 DE LA MAÑANA! –mencionó apenas
despertó completamente. Se levantó quedando sentado sobre la cama y encendió
la luz que se encontraba sobre su mesa de noche–. Mas te vale que sea algo
realmente importante o te voy a matar Jake.
–¿Estabas dormido? –la voz de Jake se escuchaba demasiado despierta, como si
el chico tuviera todas las energías posibles.
–¡Pues claro que si imbécil! –Talló sus ojos y dejó salir un suspiro de frustración–.
Pero ya dime, ¿para qué me has llamado?
–Necesitaba saber cómo te fue con Styles. Después de que ustedes se fueron
Ashley se puso como loca porque Harry ni siquiera se despidió y Oliver le inventó
la historia de que te había llevado a tu casa de urgencia porque te sentías mal.
–¿Oliver ha dicho eso? Creí que se molestaría con Harry por llevarme a la fuerza.
–hablaba mediante susurros para evitar molestar a su familia que dormía en las
habitaciones de alado.
–No, en realidad ha hecho lo posible por cubrirlo. Él también se fue muy pronto.
Pero eso importa una mierda, ya dime cómo te ha ido con Harry.
Louis sonrió rápidamente al recordarlo. –De maravilla. Lo tenemos.
–Han follado, ¿Cierto?
Comenzó a reír escandalosamente pero al instante tapó su propia boca para evitar
hacer más ruido. –No.
–¿Entonces? ¿Se la has mamado? ¿¡TE HIZO UN ORAL!?
–No idiota. Pero con esa boquita que tiene no me molestaría que lo hiciera… sabe
mover la lengua. –mordió sus labios y esperó ansioso por la reacción de su amigo,
pues con lo que acababa de decir era de esperarse que Jake entendiera lo que
había pasado.
–Espera… ¿Te ha penetrado con la lengua? –su voz se escuchó confundida–.
Mierda Louis, eso sí que es raro, no me lo esperaba.
–Imbécil… –suspiró pesadamente y se resignó–. Nos hemos besado, y en realidad
creo que es muy bueno. Al final no será tanto sacrificio arruinarle la vida.
–¿Pero solo se han besado? Mierda, pensé que ibas a tratar de todo esta noche.
–Y lo traté, pero un estúpido policía nos interrumpió justamente cuando Styles ya
había metido sus manos dentro de mi pantalón.
–Wow, eso es genial viejo, te dije que esas revistas pornográficas que le enseñé el
otro día servirían de mucho.
–Si Jake, obvio… si no fuera por ti no habríamos logrado nada. Eres un genio. –
fue sarcástico–. El punto es que ya tengo a Styles a mis pies. Ahora solo tengo
que lograr que se vuelva posesivo y para eso tengo a Oliver que será quien le de
celos al imbécil ese.
–Oliver estúpido. No sé por qué mierda aun no se ha dado cuenta de que lo estas
utilizando.
–Tal vez es porque no he convivido tanto con él. Pero supongo que comenzará a
notar mi indiferencia pronto, así que debo de darme prisa.
–Pues sí, eso supongo. En fin, tengo que dormir Louis, apenas se ha terminado la
cena y todos los invitados se han ido. Hablamos después, intenta follar con Styles
en el escritorio de su oficina, he oído que es de esos que les gusta la adrenalina
Louis rió muy bajo. –Lo intentaré Jake. Está en mi lista de “Lugares en lo que
tengo que follar con Harry”.
–Bien, adiós.
–Adiós. –colgó la llamada y se quedó unos minutos más en esa posición antes de
volver a recostarse.
Tal vez él pensaba que tenía todo el terreno ganado, o que Harry solo pensaría en
él a partir de esa noche. Pero realmente no habían tenido nada más que un simple
faje que se había presentado por la calentura que cualquier persona sentía por la
noche.
Apagó la lámpara y volvió a dormir.
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El fin de semana pasó demasiado rápido para Louis. Su padre comenzó a mejorar,
ya se sentía mejor y las molestias por la diabetes estaban disminuyendo. Habían
conseguido que les entregaran las medicinas sin pagarlas, pero tendrían que
reponer el dinero pronto o no volverían a venderles nada en esa farmacia.
Para Louis esa era una situación demasiado denigrante, pero por ahora era mejor
a nada.
Había recibido unos cuantos mensajes provenientes de Oliver, sin embargo ni
siquiera se había tomado el tiempo de leerlos simplemente porque no le
interesaban. Por ahora no lo necesitaba en lo más mínimo.
Su padre había estado hablando toda la tarde del domingo sobre un empleo que
ofrecían en una empresa muy cerca de su casa, que a pesar de que el sueldo no
era tan bueno, daban buenas prestaciones.
No había nada más que hacer por su familia. Louis estaba haciendo lo que más le
convenía. Quería que sus padres dejaran de preocuparse por esas situaciones,
también quería dejar de preocuparse él. Quería poder disponer del dinero como le
fuera en gana.
Estaba por cumplir las dos semanas desde que había sido suspendido de la
escuela, y si eso pasaba sería expulsado automáticamente, pues solo daban un
tiempo máximo de 15 días para arreglar la situación financiera en la que se
encontraba.
Aun no quería decir nada a sus padres. Ellos ya estaban lo suficientemente
preocupados como para agregar más problemas. Pero tampoco quería perder el
año escolar. No quería que todo el esfuerzo que había hecho para poder
conservar la media beca que tenia se fuera a la mierda por cuestiones
económicas.
Decidió hablarlo con su madre. Al menos le avisaría lo que pasaba para que
después no la tomara por sorpresa. Aprovechó después de la cena para decírselo
cuando su padre se encontraba distraído mirando la televisión con su hermana.
Entró a la cocina mientras su madre lavaba los platos de aquella noche y se
recargó contra la nevera mirándola.
Después de unos minutos en silencio su madre notó que algo ocurría. –¿Te vas a
quedar parado ahí toda la noche o me vas a decir qué te pasa?
Louis dejó salir un suspiro y se acercó hacia ella. –Hay algo que tengo que decirte,
pero no lo he hecho porque no quiero preocuparlos más.
La mujer cerró el grifo del agua para después secarse las manos en su propia
ropa y mirar a su hijo, esperando a que este prosiguiera. –Aja Louis, ¿Qué es?
–Me han prohibido seguir en el colegio por falta de pagos. –Su madre elevó las
cejas y prestó aun más atención–. Están por cumplirse las dos semanas y quería
que ustedes supieran que me darán de baja del colegio.
–¿Dos semanas? ¿Hace dos semanas que no te dejan entrar a clases y no habías
dicho nada? –lo miraba molesta, pero intentaba moderar su tono de voz para
evitar que su esposo notara que algo estaba pasando–. Debiste decírmelo
inmediatamente, ¿Dónde has estado todos estos días que me dices que te vas a
la escuela?
–Aun no pasan las dos semanas, pero este jueves se cumplirán. Y estaba en otro
lugar, aun más importante.
–¿¡Mas importante!? ¡Por Dios Louis! ¿¡Donde carajos has estado!?
–¡TRABAJANDO MADRE! –mencionó y al instante se dio cuenta que ese no era el
tono adecuado, dio un gran respiro y continuó–. He estado arreglando la situación
económica para la familia, me estoy haciendo cargo de esto.
–¿De qué hablas Louis? ¿Te has metido a trabajar?
–Sí, es una buena forma de ayudar mientras mi padre consigue un trabajo. –
Obviamente no le diría nada a su madre sobre lo que estaba haciendo junto con
Jake. Nadie podía enterarse de eso, ni siquiera su propia familia, tenía que ser un
secreto solo entre su amigo y él.
–No me gusta eso Louis, tu eres apenas un niño y no quiero que por nuestra culpa
dejes de estudiar.
–Pero yo quiero ayudarles, créeme que esto servirá de mucho, ahora cualquier
tipo de ayuda económica nos viene de maravilla. Después intentaré recuperar el
semestre escolar, pero por ahora no nos encontramos en la mejor situación.
Su madre se acercó hacia él y acarició su rostro, echando el cabello del chico
hacia atrás. –Oh Louis, esto me apena tanto, no quiero que te sientas presionado
a ayudar, esta no es tu responsabilidad.
–Lo sé, pero quiero hacerlo, además, Jake me ha conseguido un trabajo rápido y
nada de pesado, solo tengo que trabajar como asistente para un joven
empresario. –“Y follar con él, pero eso es la mejor parte del trabajo” pensó y
comenzó a reír muy bajo.
–Eres un gran chico Louis, no sabes lo orgullosa que estoy de ti, eres tan bueno y
honesto. Te mereces todo y nosotros no te lo hemos podido dar… – se acercó
hacia su frente y depositó un beso sobre esta.
–No importa madre, yo aprecio lo que me han dado. –Pensó por unos segundos
en lo que su madre decía. Él realmente no era como ella lo pensaba, tampoco
estaba conforme con lo que tenia, pero no quería que su madre lo dejara de ver en
esa manera.
Su familia era lo único que tenia. Nada más. Su familia era lo único valioso que le
había tocado obtener, a pesar de la que mayor parte del tiempo la pasara
quejándose de ellos, realmente esas personas eran la única razón por la que
Louis estaba haciendo todo. Porque quería darles todo lo que merecían, quería
que sus padres tuvieran una buena vida, de alguna manera quería regresarles
todo lo que les había quitado al nacer.
Otra cosa que tenía que admitir que poseía era su belleza. Su físico era
probablemente lo único bueno en él. Por eso comenzaba a preocuparse tanto por
mantenerlo. Se sentía demasiado presionado al tener que conservar su abdomen
muy plano, sus muslos firmes y su piel muy suave. No permitiría que por una cosa
tan simple como lo era la comida, perdiera todo lo que tenia para ganar más. Si
eso implicaba comenzar a tener porciones de comida más reducidas, lo haría.
Se despidió de su madre para después subir a su habitación a dormir. A la mañana
siguiente tendría que ir a la oficina de Harry desde muy temprano y tenía que
prepararse para lo que estaba por venir.
-------------------------------
–Gracias, ahora retírate por favor. –mencionó Harry a la chica que dejaba una taza
de café sobre su escritorio. La chica le dio una sonrisa y salió de la oficina.
Era lunes por la mañana y como era costumbre él tenía una enorme resaca
gracias a que la noche anterior se había ido de fiesta con un grupo de amigos. Las
fiestas lograban hacer que su cerebro se desconectara del mundo real y lo
mantuvieran divertido.
Ni siquiera había pensado en lo más mínimo en lo que había pasado con Louis
aquella noche que lo llevó a su casa. Había pasado todo el fin de semana rodeado
de mujeres que habían mantenido su mente concentrada totalmente en ellas.
Dio un sorbo al café al mismo tiempo que miraba su reloj, dándose cuenta que ya
iba a ser la hora de entrada máxima para los empleados y Louis aun no llegaba.
Comenzó a revisar todos los papeles que tenia sobre su escritorio, pero dentro de
unos minutos sintió su cabeza colapsar y lo dejó. Sacó su móvil y comenzó a
buscar entre sus contactos a alguna persona que pudiera entretenerlo y matar su
aburrimiento.
La puerta de la oficina fue golpeada, pidiendo permiso para entrar.
–Adelante. –mencionó Harry sin prestar mucha atención, aun con la mirada sobre
su móvil.
La puerta se abrió y Louis entró algo alterado. –Lo siento Harry, se me ha hecho
algo tarde, no volverá a pasar.
–Aja Louis, cierra la puerta y entra. Tienes mucho que leer. –sin siquiera mirarlo
levantó los papeles mostrándoselos al chico y volvió a dejarlos sobre el escritorio.
Louis no esperaba que la actitud de Harry fuera exactamente de esa manera. –De
acuerdo… –Lo miró buscando que él hiciera lo mismo, sin embargo este aun
seguía prestando demasiada atención a su móvil–. ¿Qué es exactamente lo que
quieres que haga? –se sentó en la silla frente al escritorio y tomó los papeles para
comenzar a ojearlos.
–Que los órdenes, son los últimos contratos que ha recibido la empresa, solo
léelos y acomódalos por fecha.
–Está bien… –miró de nuevo a Harry, quería llamar su atención de alguna manera.
Era ilógico que unas noches atrás se habían comido a besos y ahora ni siquiera lo
había mirado por unos segundos–. Aun no comprendo por qué piensas que yo sé
de contratos y estas cosas.
–Yo tampoco comprendo por qué mi padre lo piensa de mí, pero ni tú ni yo
podemos hacer nada. –Levantó la mirada y le dio una sonrisa–. Además, los dos
salimos ganando con esto, yo me dejo de preocupar por esas cosas y tu ganas
dinero por leer contratos inútiles. –recibió un mensaje de texto que al instante
atendió y comenzó a reír al leer el contenido.
Louis continuaba confundido por la actitud tan indiferente que el rizado había
tomado. Él esperaba que este lo recibiera con un beso y un gran faje en la oficina,
sin embargo Harry apenas lo había mirado. –¿Ocurre algo? – preguntó
refiriéndose a su actitud.
Harry continuó riendo por un rato mas, después le mostró el teléfono a Louis. –
¿Ves a esta chica de aquí? –El móvil mostraba la fotografía de una chica con poca
ropa. Louis la miró y asintió con la cabeza–. Pues este fin de semana me he
follado a esa puta y ahora piensa que estoy enamorado de ella o algo así, lleva
desde el día de ayer enviándome mensajes amorosos. –Hablaba orgulloso
mientras reía, esperando a que Louis se asombrara por lo “Genial” que era.
–Pues pobre chica, primero tiene que aguantar una follada tuya y ahora tiene que
soportar tus faltas de respeto… –Louis no decía eso porque realmente lo pensara
así, sino porque quiera que con eso entraran en un tema de conversación que los
llevara a una situación comprometedora.
–¿Qué sabes tú? –Alejó el teléfono de la vista de Louis y continuó mandando
mensajes–. Seguro nunca has tenido sexo, así que no opines sobre el tema.
–Solo digo lo que pienso Harry. Y a mí me parece que tú eres de esas personas
que se vienen muy rápido mientras tienen sexo. –Dijo con toda naturalidad
mientras fingía leer los contratos–. Seguro que eres muy precoz.
Harry dejó de prestar atención hacia su móvil y miró a Louis. –¿Qué dices?
–Pues lo que escuchaste. –ojeaba los contratos fingiendo que estaba concentrado
en ellos.
–Puedo asegurarte que tengo más experiencia que la que algún día tú vas a tener.
–Louis había golpeado su ego y tenía que defenderlo de cualquier
manera–. Tengo el número telefónico de miles de chicas que te lo pueden
comprobar.
–Pues no lo se… esas chicas podrían haber sido vírgenes sin experiencias ypor
eso les has parecido algo “bueno”….
–Si claro, habla el chico que tiene sexo todos los días de su vida…. –fue
sarcástico–. ¿No me digas que follarte al pasivo de mi primo es muy satisfactorio?
Louis dejó los contratos sobre la mesa y lo miró. –No lo sé, a tu primo aun no logro
quitarle la virginidad.
Harry también comenzó a reír. –¿No me digas? –Elevó las cejas fingiendo
sorpresa–. Bueno, te recomiendo que se cuiden mucho y busquen un momento
especial… tú sabes, la primera vez nunca es fácil. –era demasiado irónico y se
burlaba de la situación.
–Claro Harry…. ¿Sabes donde sería un gran lugar para follar con alguien? –lo
miraba directamente a los ojos.
Harry le mantenía la mirada, esperó unos segundos más para contestar. –
¿Dónde?
–En esta oficina, en este escritorio y en este momento. –Se encogió de hombros y
mordió su labio sin dejar de mirarlo. Había declarado la guerra con esa última
frase.

Capitulo 14.
–Claro Harry…. ¿Sabes donde sería un gran lugar para follar con alguien? –lo
miraba directamente a los ojos.
Harry le mantenía la mirada, esperó unos segundos más para contestar. –
¿Dónde?
–En esta oficina, en este escritorio y en este momento. –Se encogió de hombros y
mordió su labio sin dejar de mirarlo. Había declarado la guerra con esa última
frase.
Se hizo un largo silencio en la oficina, Louis continuaba mirándolo, pero
comenzaba a intimidarse demasiado gracias a que Harry aun no decía nada. El
rizado comenzó a reír escandalosamente después de unos largos segundos. –
Mierda Louis, estas muy mal de la cabeza, enserio. –se levantó de su asiento y
caminó hacia donde se encontraba el aparato del aire acondicionado. Lo encendió
y se quedó justamente en ese lugar mirando a Louis por la espalda–. Me parece
muy cómica la manera tan descarada en la que dices las cosas.
–¿Decir qué cosas? –Se giró hacia el mayor aun desde la silla–. Creí que habías
comprendido que suelo decir lo primero que me viene a la mente, sin importarme
lo que sea.
–Claro que eso me ha quedado claro, pero aun así me da risa. ¿No es más fácil
decirme que quieres dinero? –se encontraba recargado contra la pared y miraba a
Louis con una gran sonrisa de burla.
–¿Dinero? ¿Qué tiene que ver el dinero en todo esto?
Volvió a reír. –Vamos Louis, no soy estúpido. Sé perfectamente lo que quieres
conseguir de mí con todo este asunto del sexo. Déjame decirte que estas
actuando como toda una prostituta.
A pesar de que lo que Harry decía era cierto, Louis se sintió extremadamente
ofendido con eso. –¿Quieres decir que yo estoy tratando de sacarte dinero a
cambio de sexo? –elevó las cejas y esperó una respuesta por parte del rizado.
–Eso es lo que parece. Estos últimos días te la has pasado dándome indirectas
sexuales, me has besado en mi coche, te has masturbado frente a mí, muchas
cosas que no son comunes en una relación jefe-empleado.
–¿Entonces piensas eso, eh? –aunque estuviera molesto no permitiría que eso
arruinara el momento. Sabía que era una buena situación para enredarse con él,
pero antes que cualquier cosa tenía que dejarle claro que su dinero no le
interesara, (aunque el dinero era la única razón para que él estuviera ahí). Se
levantó de la silla y comenzó a caminar hacia Harry–. No puedo creer que no te
hayas dado cuenta que el dinero no es lo único interesante que posees Styles… –
llegó hasta él y se colgó de su cuello sin descaro alguno–. Tienes tan bajo el
autoestima que piensas que por lo único que vales es por tus grandes cantidades
en el banco… pero no te has dado cuenta de que tienes un físico extremadamente
sexy, que cualquier mujer… –se acercó a su odio y mencionó mediante un
susurro–. U hombre desearía tener.
Harry continuaba riendo para evitar que Louis se diera cuenta de que sus palabras
habían logrado moverle algo dentro de su cuerpo. Toda su vida había pensado
justamente lo que ahora el menor mencionaba, y que alguien le dijera que tenía
algo mas valioso era satisfactorio en cierta manera. Pasó sus manos alrededor de
la cintura de Louis y lo juntó hacia su propia cintura. –Igual tengo todo el dinero
que podrías desear, te podría dar todo el dinero que me pidieras… –mencionó de
la misma manera que el menor había utilizado, directamente a su oído y mediante
un susurro–. ¿Estás seguro que no quieres nada de eso?
–Lo único que quiero de ti está entre tus piernas. –Hizo su mayor esfuerzo por no
comenzar a reír exageradamente, había sonado como una prostituta barata. Lo
mejor de todo es que en realidad lo único que podía a llegar a interesarle de Harry
Styles era su dinero.
Las manos del rizado comenzaron a subir por su espalda, de manera lenta,
metiéndolas dentro de la camisa de Louis para poder sentir su piel. –¿Estás
seguro que es eso lo único que quieres de mi?
–Si Harry, te lo prometo. –Cerró los ojos y recargó su rostro contra el cuello del
mayor, este lo tomó aun más fuerte por la cintura y se giró para esta vez hacer que
Louis fuera el que quedara recargado contra la pared.
–Entonces vamos a darte lo que quieres… –se notaba tal vez muy excitado, pero
la verdad era que las palabras y la actitud de Louis lograban volverlo loco.
Además, no era el primer hombre con el que estaba en esa situación, pero si el
primero que le gustaba lo suficiente para continuar. Lo tomó de la barbilla y
comenzó a besarlo.
Durante todos los segundos que estuvieron besándose, Louis solo pensaba en lo
estúpido que era ese chico, el hecho de que realmente pensara que alguien podía
interesarse por el aparte de por su dinero era estúpido. Nadie en el mundo iba a
querer pasar su tiempo con una persona tan molesta como él. ¿Por qué Louis
tenía que ser diferente a los demás?
Harry lo levantó subiéndolo a su cadera y recargándolo contra la pared para poder
sostenerse mejor. Louis mantenía sus piernas alrededor de la cintura del mayor y
se sostenía de su cuello mientras sentía las manos del rizado tocar sus glúteos
por encima del pantalón. Estaban en una oficina expuestos a que cualquier
persona los encontrara y aun así no hacían ni el menor intento por detenerse.
Aun sin bajarlo de su cuerpo comenzó a dirigirse hacia el escritorio y al llegar
hasta allí se aseguró de lanzar al suelo cualquier cosa que se encontrara sobre
este para después sentar a Louis en ese lugar y colocarse entre sus piernas, sin
dejar de besarlo.
–Te dije que era un buen lugar para follar. –mencionó entre el beso logrando que
el rizado marcara una sonrisa en sus labios.
Se separó él y lo miró por unos segundos. –Espero que no te equivoques, vamos
a comprobar que sea el mejor lugar. –comenzó a levantar la camisa del chico y al
retirarla por completo la lanzó lejos de ellos, volvió a juntarse a sus labios y Louis
comenzó a desabrochar la camisa del mayor.
Harry bajó sus manos hacia la entrepierna de Louis y comenzó a desabrochar su
cinturón, en el momento en que abrió el pantalón metió su mano dentro de la ropa
del chico, incluyendo su ropa interior, y comenzó a acariciarlo bruscamente.
–¡MIERDAAA! –lanzó un gemido demasiado fuerte, pues no se esperaba sentir
eso por parte del rizado tan pronto.
–¡SSSSHHHHHHH! –Subió su otra mano y tapó la boca del menor para evitar que
continuara haciendo ruido–. Contrólate Louis, no sería buena idea que alguien nos
escuchara… –mencionó pero al mismo tiempo acarició mas fuerte el miembro de
Louis, para así lograr ponerlo más loco.
–Lo siento, sigue… –Hace unos segundos Louis era el que mandaba en esa
situación, pero ahora Harry estaba logrando controlarlo por completo, no permitiría
que eso pasara. Tenía que admitir que eso le hacía sentir extraño, es decir, la
manera tan rápida en la que estaba calentándose con apenas unas simples
caricias.
Comenzó a besar sus mejillas descendiendo hacia su cuello, dejando marcas por
todo este y logrando que Louis solo se hiciera más sumiso a sus besos. Llegó
hasta su pecho y se acercó hasta sus pezones para chuparlos como si se trataran
de caramelos. Louis comenzó a suspirar demasiado, echando su cabeza hacia
atrás.
Harry miró hacia arriba sin dejar de besarlo en esa zona. –¿Te gusta?
–Mmhmm… –habló mediante gemidos y sintió como Harry descendía más hacia
su entrepierna.

–Hagamos que te guste más entonces. –dejó de besarlo y lo levantó un poco del
escritorio para poder bajarle los jeans junto con la ropa interior hasta las rodillas,
miró el miembro de Louis y se lamió los labios–. De esto era de lo que estaba
hablando…
Louis se dio cuenta de que la situación iba demasiado enserio. Comenzó a sentir
como su corazón palpitaba demasiado fuerte gracias a los grandes nervios que
sentía ante todo eso. No quería que Harry se diera cuenta de que por dentro se
estaba muriendo de miedo por sentir dolor al ser penetrado, tampoco quería parar
porque eso solo dejaría aun más claras las cosas. Cerró las piernas y volvió a
besar al rizado, estúpidamente pensando que con eso él se olvidaría de lo que
estaba por hacer.
Harry volvió a tocar su miembro, pero esta vez lo hizo bajando su mano hacia la
entrada de Louis y acariciando esa zona suavemente.
–Mierda Harry, no hagas eso. –volvió a cerrar las piernas.
–¿Por qué? ¿Te pones nervioso? –Sonrió al mismo tiempo que lamia sus propios
labios y metía su mano a la fuerza entre las piernas de Louis–. No te pongas
nervioso, yo me encargare de que no te duela…
Louis pudo notar a la perfección el tono de voz tan burlesco con el que Harry
había mencionado esa última frase, pero decidió no decir nada y dejar que las
cosas continuaran. –No son nervios. –Lo miró fingiendo una sonrisa–.
Continua.
Se juntó de nuevo a su boca y esta vez comenzó a besarlo de una manera más
agresiva, mordiéndolo constantemente y provocando que el labio del menor
sangrara levemente. –Avísame si esto te duele… –mencionó entre el beso y antes
de que Louis pudiera darse cuenta de lo que se trataba sintió un dolor demasiado
exagerado entre sus piernas.
Harry había comenzado a meter su dedo anular a la entrada de Louis y a pesar de
que lo estaba haciendo con cuidado casi provoca que Louis lanzara un grito de
dolor.
Se separó de la boca del rizado y recargó su rostro contra el cuello de este,
buscando que así el dolor fuera más fácil de contener al tener la facilidad de
respirar mejor, sin embargo por cada vez que Harry movía su dedo dentro de él
solo lograba hacer que quisiera gritar de dolor.
Lo alejó de él violetamente para evitar que continuara tocándolo. –Espera… –bajó
rápidamente del escritorio y comenzó a colocarse de nuevo el pantalón.
–¿Qué? ¿Qué pasa? –lo miró confundido, no esperaba en lo mas mínimo que
fuera Louis quien frenara ese asunto, cuando en realidad era él quien había
comenzado con todo.
–Estamos en una oficina Harry, tus empleados pueden escucharnos. – mantenía
la mirada baja y evitaba verlo directamente. Se sentía extremadamente estúpido al
no poder terminar eso, pero realmente un solo dedo le había dolido a sobre
manera y no quería continuar sintiendo ese dolor.
–Tú eres mi empleado, así que importa una mierda. –Intentó acercarse de nuevo
hacia él, sin embargo Louis rápidamente dio un paso hacia atrás–.
¿Qué carajos te ocurre?
–Es que… no puedo, no aquí. –si no quería que su nerviosismo se notara ahora
era demasiado evidente. Buscó su camisa con la mirada y cuando la encontró
corrió hacia ella para colocársela encima.
Harry comenzó a abrochar los botones de su camisa al mismo tiempo que lo veía
fijamente, notó algo que antes no había podido apreciar. –¿Cuántos años tienes?
–preguntó logrando que Louis lo mirara sorprendido.
–¿Acaso eso importa? –Se mostró aun más nervioso–. Igual vamos a follar, tenga
5 años o 20.
–No. –Negó con la cabeza–. Tú y yo no vamos a follar, dime qué edad tienes.
–Estoy por cumplir los 16. –Suspiró profundo y trató de hacer algo para que Harry
se olvidara del asunto–. Vamos, solo olvida lo que pasó, podemos seguir después,
en cualquier otro lugar donde no tenga miedo a que alguien nos descubra. –se
acercó hacia Harry e intentó volver a colgarse de su cuello.
–Tienes 15 años. Yo no te volveré a tocar sabiendo que tienes esa edad, olvídalo.
–lo alejó de él–. Vete a tu casa, vuelve mañana cuando estés preparado para
ganar el dinero de una forma correcta. Más vale que te olvides de todo este
estúpido asunto, sería una pena que tuviera que hablar con tu padre sobre como
su hijito busca follar con millonarios.
–Vete a la mierda imbécil. –esta vez Harry había sido demasiado grosero, Louis ni
siquiera había podido controlar su boca y evitar faltarle al respeto–. Al final vas a
ser tu el que vas a rogarme por un poco de atención, vas a rogar para que sea yo
el que te toque. –se dio la vuelta y caminó hacia la puerta de la oficina.
–Claro niño, nos vemos mañana, y bájale a tus humos de adolescente molesto
con la vida. –Louis salió de la oficina cerrando la puerta fuertemente tras él.
Ahora si estaba demasiado molesto. Por una muy extraña razón lo estaba. Ahora
no solo necesitaba lograr que Harry perdiera todo físicamente por él, también
quería que lo perdiera todo emocionalmente, quería romperle el corazón (si es que
existía alguno).
Se dirigió hacia el elevador ignorando a todas las secretarias que lo saludaban
amablemente. Sacó su móvil y marcó a su amigo Jake.
Esperó unos cuantos segundos hasta que alguien contestó el teléfono. – ¿Hola?
¿Louis? ¿¡Que mierda de “Yo si estudio, estoy en la puta escuela” no entiendes!?
– hablaba muy bajo, como si estuviera evitando que lo escucharan, al parecer
estaba dentro de un salón de clases.
–Necesito verte, sal de ahí y ven a buscarme a la empresa de los Styles. –
comentó ignorando por completo las anteriores palabras de su amigo.
–¿Para qué? ¿Eres consciente de que no puedo salir de esta cárcel?
–Tengo que enamorar a Harry, Jake. No sé como mierda lo voy a lograr, pero
tienes que ayudarme a hacerlo.
–¿Cómo carajos vamos a lograr eso? No sabemos nada del amor.
Bajó del elevador y caminó hasta la salida de la empresa. –Conseguiremos a
alguien, cualquier persona que sepa de eso puede ayudar por ahora.
–¿Oliver?
–No, a él no quiero hablarle nada sobre ese tema, lo que menos quiero es que
piense que estoy enamorado de él.
–¿Entonces? No podemos preguntarle a nadie más sobre esto, nuestros amigos
son aun mas imbéciles, nuestras amigas pensarían que estamos enamorados de
alguna de ellas y seria aun peor.
–No sé Jacob, ya pensaras en algo.
La línea se quedó en silencio por unos segundos. –¡Espera! ¡Tengo una idea!
Conozco a alguien que sabe demasiado sobre el amor y no tendrá problemas en
hablarnos sobre ello…
–De acuerdo, haz lo que tengas que hacer y ven por mi ya mismo, te espero. –
colgó la llamada antes de que Jake pudiera negarse.
Ahora estaba más que seguro de lo que hacía. Era una lástima saber que el joven
Styles se quedaría sin corazón.

Capitulo 15.
-Idiota, has tardado demasiado en llegar. -Abrió la puerta del automóvil en que
viajaba su amigo y entró. La verdad era que Jake no había tardado tanto, pero
Louis estaba tan desesperado en irse que eso le había parecido una eternidad. No
quería que Harry saliera de la empresa y lo encontrara ahí parado, estaba tan
molesto con él que sabía que si lo veía de nuevo durante ese día, probablemente
no ocurriría nada bueno.
-Te dije que estaba en la escuela, sabes que no es tan fácil salir "discretamente"
de ahí sin que los prefectos se den cuenta de que estas huyendo. -El coche iba
manejado por un chofer, Louis y Jake se encontraban en la parte de atrás.
Dio un suspiró y se relajó, ahora ya no estaba en la empresa y estaba más seguro.
-De acuerdo, lo entiendo, dime, ¿Has pensado en algo de lo que hablamos por
teléfono?
-Lo he hecho. -rascó su nuca y habló después de unos segundos-. Pero
sinceramente lo veo muy difícil.
Louis rodó los ojos y se mostró algo alterado. -¡Hoy estuvimos a punto de follar!
Ese idiota me trae demasiadas ganas...
-Pero es muy diferente a que él quiera follarte a que esté enamorado de ti, Louis.
-Lo sé imbécil, y obviamente no está enamorado de mí, pero puedo lograrlo,
puedo enamorarlo poco a poco.
Jake talló su rostro con las palmas de sus manos y se recargó contra la ventana
aun sin dejar de mirar a Louis. -¿Sabes en lo que nos estamos metiendo con eso?
¡Enamorar a Styles solo va a complicar las cosas!
-¡Mierda! ¿Qué te ocurre este día? Jake, estamos hablando del imbécil que se
burló de mi papá y lo echó a la calle como si se tratara de una mierda, acuérdate
de eso.
-Lo sé, pero no veo la necesidad de "enamorarlo", además ya te había dicho
antes, somos estúpidos, no sabemos absolutamente nada sobre el tema, Harry es
un imbécil que ni siquiera sabe lo que la palabra "amor" significa, por dios Louis,
¡eso será demasiado difícil!
-Me ha preguntado mi edad, ¿De acuerdo? Harry me ha preguntado mi puta edad
y yo estúpidamente le dije la verdad. -Jake lo miró con los ojos muy abiertos, sabía
que eso significaba que el plan se fuera hacia abajo-. La única

manera en la que él se enrede conmigo es con el pretexto de que está


enamorado, ahora sabe que no me puede tocar porque soy menor de edad, pero
si se enamora de mi le será imposible controlarse. Es la única opción.
El automóvil se dirigía hacia algún lugar, los chicos ni siquiera prestaban atención
en el camino. Estuvieron un largo rato en silencio, pensando las cosas, hasta que
Jake decidió mencionar algo. -¿Y qué pasará si tu también te enamoras de él? -su
pregunta había sido seria, sin embargo Louis lo tomó como una broma y comenzó
a reír-. Estoy hablando en serio Louis, así como existe la posibilidad de que tú lo
enamores, él también te puede enamorar.
Louis dejó de reír y se puso serio. -En tu vida has dicho demasiadas estupideces,
pero de todas ellas creo que esta ha sido la más grande...
-No sé, yo no estaría tan confiado, te recomiendo que te vayas con cuidado en
esto del amor.
-¿Y tú que sabes? Lo único que tienes relacionado con esa palabra es el porno al
que eres adicto, supéralo Jake, es imposible que me "enamore" de alguien tan
estúpido como Styles.
-De acuerdo, solo tenlo en cuenta, no sabemos cómo puede terminar todo esto.
-Terminará de lo mejor, créeme, nos reiremos juntos de ese idiota cuando él este
en todos los periódicos como "El millonario pedófilo", valdrá la pena esperar para
eso.
-Espero que sea así Louis... -aun no se veía muy confiado, pero decidió cambiar el
tema para no terminar en alguna discusión, igual sabia que diga lo que diga no
convencería a Louis de no actuar de esa manera-. Y dime... ¿Por qué no han
follado?

Tardó unos cuantos segundos en contestar gracias a la vergüenza que le daba


contarle a su amigo lo que había pasado. -No sé, Harry actuaba como un animal y
me daba miedo, además estamos en su puta oficina, cualquier persona podía
escucharlos o entrar y vernos. No me puedo arriesgar así, quiero que todo sea
súper discreto para que al final me crean todo.
Jake lanzó una carcajada. -¿¡Entonces si has tomado en cuenta mi consejo de
follar en el escritorio!?
Louis se contagió de su risa. -Si imbécil, y eso casi arruina el plan.
-Pero si estaban por follar, ¿Para qué mierda te ha pedido tu edad?
-Lo hizo porque me vio algo asustado. -confesó algo avergonzado-. He sido yo
quien ha tenido demasiado miedo a continuar, ese imbécil me metió los dedos y
casi me parte en dos. -Jake mordía su labio excesivamente para evitar las risas-.
Ríete estúpido, quiero ver cómo te podrías tú si te hacen eso.
Comenzó a reír escandalosamente. -¡Mierda Louis! ¡Me imagino tu cara!
continuaba riendo al grado de doblarse por la mitad.
Louis rodó los ojos y se giró hacia la ventana. El automóvil se estacionó y él notó
que los habían llevado a su casa. -Oye Jacob, ¿Que no se supone que iríamos
con alguien que nos enseñará del amor? ¿Qué mierda hacemos en mi casa?
-ah, sí, Yo le he pedido a mi chofer que nos traiga aquí. -Mencionó después de
tranquilizarse de su carcajada.
-¿¡Para qué carajos, imbécil!?
-Porque aquí está la persona que más sabe sobre el amor que conozco. -Le dio
una sonrisa y bajó del automóvil.
Louis imitó la acción tratando de alcanzarlo para evitar que hiciera una estupidez.
-No podemos hablar sobre esto con mi madre, sospechará que estamos haciendo
algo extraño.
-Lo sé, pero no hablaremos con tu madre, ni con tu padre. Hablaremos con Mini.
-Le dio un leve golpecito en la mejilla y tocó el timbre antes de que Louis pudiera
reaccionar.
-¿Mini? ¿Mi hermana, imbécil? ¡Tiene 5 años, por dios!
-Pero ella ha visto más películas de amor que nadie en este mundo, podrá
decirnos exactamente qué debemos hacer.
Louis se quedó sorprendido, realmente no esperaba que la cabeza de Jake fuera
tan estúpida para pensar en su pequeña hermana para ayudarlos a resolver esa
situación. Estuvo por decir otra cosa cuando la puerta de la casa se abrió.
-¿Louis? ¿Jacob? Chicos... ¿Qué hacen aquí? -su madre fue quien abrió la
puerta, se encontraba muy confundida al verlos a esas horas ahí-. ¿Por qué han
tocado la puerta? ¿No era más fácil que entraran y ya?
-Buenos días señora Tomlinson. -Mencionó amablemente al mismo tiempo que se
acercaba hacia ella y dejaba un beso sobre su mejilla-. Hemos venido hasta aquí
para hablar con alguien que nos ayudará a resolver unos problemas personales
que tenemos. -Louis mantenía los ojos muy abiertos mientras observaba la
cantidad de tonterías que Jake estaba diciendo-. Necesitamos hablar con Mini.
-¿Mini? De acuerdo... -aun continuaba totalmente extrañada con su visita-. Iré a
hablarle, pasen...
-Gracias señora Tomlinson. -dio una sonrisa y entró a la casa.
Louis lo siguió y aprovechó que su madre había subido a hablarle a su hermana. -
¡¿MI HERMANA?! ¿¡No pudiste haber pensado en alguien mejor!?
-Ella es la persona ideal, cállate Louis. -se sentó sobre la vieja sala y esperó
felizmente.
-Mierda Jacob, enserio que no comprendo por qué carajos continuo pidiéndote
ayuda para esto... -respiró profundamente y se recargó contra la pared.
-¡Chicos! ¡Dice Mini que suban a su habitación! -Se escuchó la voz de la madre de
Louis desde la planta alta.
Jake se levantó del sofá y rápidamente comenzó a subir las escaleras. Louis no
tuvo otra opción más que seguirlo.
Llegaron hasta la habitación de la niña, las paredes estaban llenas de dibujos de
princesas y príncipes, demasiados castillos y flores. No tenía juguetes más que
una muñeca vieja que su madre le había hecho unos años atrás. Mantenía su
cama perfectamente tendida con unas sabanas color rosa.
-¿Qué es lo que quieren chicos? -se encontraba sentada sobre el suelo mientras
peinaba a su muñeca con el mismo cepillo que ella utilizaba para cepillar su propio
cabello.
Jake se sentó junto a ella y después señaló a Louis que hiciera lo mismo. Él
continuaba aun molesto con todo eso, pero lo único que podía hacer era hacer
caso a lo que Jake decía, igual no tenía una mejor idea.
-Veras Mini... -comenzó a hablar intentando conseguir la atención de la chica que
se veía más interesada en su muñeca que en ellos-. Quería preguntarte sobre tus
películas de princesas, es que tengo muchas dudas sobre ellas. -Con esa última
frase logró captar por completo la atención de la niña.
Lo miró emocionada, pues no estaba acostumbrada a que nadie se interesara de
hablar sobre ese tema con ella. -¿Has visto las películas?
-¡Si! -Louis lo miró confundido con eso-. Las he visto toooodaaaasss, pero hay
algo que no he logrado comprender.
-¿Qué es, Jake?
-¿Por qué los príncipes se enamoran de las princesas? -Louis rodó los ojos y
comenzó a reír muy bajo, ahora comprendía el plan de Jake, pero continuaba
pareciéndole totalmente estúpido.
-Pues porque ellas son hermosas.
-Lo sé Mini, pero debe haber algo mas para que ellos las quieran tanto...
-Los príncipes se enamoran de ellas porque quieren protegerlas de algo, muchas
veces tienen que salvarlas de alguna bruja mala o algún dragón, entonces ellos
tienen que cuidarlas y protegerlas porque ellas son frágiles y muy delicadas.
-¿Frágiles y delicadas? -Mencionó elevando las cejas y mirando hacia Louis-. Tal
vez la única manera en la que los príncipes se enamoran es porque ellas no
actúan como putas urgidas por su pene.
-¡¿HAS DICHO "PENE"?! -La niña tapó su boca sorprendida.
-¡No! No Mins, él ha dicho "urgidas por un lente"... si, un lente. -Fue lo primero que
se le ocurrió decir para calmar a su hermana.
Jacob comenzó a reír. -Lo siento.
-Gracias Mini, ahora sabemos cómo es que los príncipes se enamoran, creo que
Jake ya va a estar más tranquilo, no sabes lo curioso que estaba por saber eso.
-se levantó del suelo y tomó a Jake de la camisa obligándolo a levantarse de igual
manera.
-Si hermosa, no sabes, estaba demasiado mortificado por eso. -continuaba
riendo-. Pero creo que ahora la princesa ya sabe qué es lo que tiene que hacer.
-Miró a Louis refiriéndose al asunto de Harry.
-Claro, ahora lo tiene claro. -le devolvió la sonrisa y se despidieron de la niña para
después salir de ahí y poder planear mejor todo.
Definitivamente la palabra "frágil" no estaba relacionada en lo mas mínimo con
Louis, pero pensándolo bien, él era mucho más chico que Harry y eso ayudaba
demasiado a que el rizado lo mirara como algo pequeño y delicado. También
podía actuar de esa manera, así como había actuado como una puta. Ahora podía
fingir que Harry le intimidaba, que sentía la necesidad de sentirse protegido por él,
para así lograr que el rizado también la sintiera.
Al final del día el plan de Jake no había sido tan estúpido como lo pensaban.
-----------------------------
DIA 1.
Louis llegó hasta la oficina de su jefe al día siguiente de que ellos se habían
encontrado en la situación comprometedora. Había hecho exactamente todo lo
que Harry le había pedido, ordenó todos los papeles que le entregó, llevó a la
zona de edición unos discos que necesitaban, fue hacia el área de administración
para entregar el recibo de las tarjetas del rizado, todo.
Estaba actuando como todo un buen empleado, le había comenzado a hablar de
nuevo de "usted" y se mostraba demasiado respetuoso hacia él, tocaba la puerta
antes de entrar a la oficina, entre otras cosas.
Harry se encontraba sentado en su escritorio, observando detalladamente como
Louis ordenaba por orden alfabético todos los archivos que se encontraban en un
gran estante. Le parecía tan extraño que Louis se encontrara tan tranquilo, sin
replicar contra nada que él le había ordenado, simplemente hacia todo lo que
Harry le pedía.
-¿Qué es lo que te pasa hoy? ¿Te encuentras bien Louis? ¿Eres Louis? -Quería
divertirse un rato, quería que Louis se molestara y pelear con él, en realidad le
divertía demasiado pelear con Louis.
-Claro que me encuentro bien, joven Styles. -le dio una sonrisa falsa y continuó
con su trabajo. En realidad quería matarlo por la cantidad de estupideces que le
había puesto a hacer ese día.
-Me parece extraño que estés tan tranquilito, ¿Qué te ha pasado? ¿Ya has
decidido dejar de provocar sexualmente a millonarios?
Louis tragó saliva y tardó en contestarle al rizado, antes tenía que controlar su
cabeza para evitar arruinar el trabajo de todo un día. -Lo siento mucho por lo que
ha estado pasando entre nosotros Harry, te prometo que no lo volveré a hacer, me
siento muy avergonzado con todo esto, no quiero que tengas una mala imagen de
mi... -mantenía baja la mirada y hablaba muy lento-. Es sólo que me has
sorprendido por completo... Tú, tu forma de ser, tu mundo, todo en ti me ha
parecido fascinante y por eso he actuado así, porque realmente quería que tu me
miraras como alguien importante para ti...
Las palabras de Louis sorprendieron por completo a Harry, definitivamente eso era
lo que menos esperaba. -¿De qué estas hablando Louis?
Continuaba mirado hacia abajo, fingiendo encontrarse muy avergonzado con todo
eso. -Que yo pensé que la única manera en la que podía tenerte era por medio del
sexo, pero me he dado cuenta que ni así voy a poder llamar un poco tu atención...
Harry pensó en que la situación se trataba de algo serio, no quería que Louis se
sintiera mal con todo eso, además, tenía que aceptarlo, eso era demasiado tierno
de su parte. -¿Has estado actuando así sólo por llamar mi atención? -se levantó
de su silla y comenzó a caminar hacia él.
-Si Harry, perdón.
hasta Louis y se quedó a una distancia prudente de él. -Entonces no lo vuelvas a
hacer, no necesitas mostrarme el pene para llamar mi atención. comenzó a reír un
poco, contagiando a Louis-. De hecho no necesitas hacer nada más que estar
respirando para que todos en un lugar centren su atención en ti.

Louis elevó la mirada y lo miró a los ojos. -¿Hablas en serio?
-Si. -Asintió con la cabeza sin cortarle la mirada-. Eres hermoso de una manera
muy extraña, Louis.
Eso fue algo completamente extraño para el menor. Nunca nadie le había dicho
eso, sabía que era atractivo, pero nadie nunca se lo había mencionado con esas
palabras. Harry siempre lo sorprendía con todo lo que decía, pero definitivamente
esta vez había sido increíblemente extraño.
Se miraron por unos segundos más hasta que el menor reaccionó. -De acuerdo,
creo que iré a llevar estas carpetas al área de diseño, con permiso. tomó las
carpetas y huyó prácticamente del lugar. No había estado consciente de lo difícil
que sería mantener ese jueguito con Harry sin quedar atónito por sus palabras.

Capitulo 16
Día 2.
Probablemente lo que más le hacía odiar a Harry era tener que servirlo con una
gran sonrisa en la boca. Tener que llevar ese asunto actuando de la mejor manera
era mil veces peor a como era cuando actuaba como puta con él.
Harry no había cambiado su actitud. Continuaba actuando como el mismo hijo de
puta de siempre, sin embargo ahora probablemente lo hacía en mayor potencia,
pues buscaba molestar a Louis por diversión.
El día de trabajo estaba muy bien, Louis había logrado controlarse a la perfección,
Harry apenas había tenido tiempo de estar en la oficina, ese día habían dado una
junta de consejo, y él por obligación tenía que estar ahí.
El día pasaba rápido y ellos ni siquiera habían estado juntos por más de 10
minutos. Louis se encontraba en la oficina de Harry, organizando su agenda y
llamando a cada una de sus citas de trabajo para intentar posponerlas una
semana. No sabía por qué Harry le había pedido eso, pero el punto era que el
rizado no estaría disponible todo el fin de semana.
Harry entró a la oficina frotando sus manos contra su cara. Dio un suspiro
quejándose y se lanzó a uno de los sofás que se encontraban ahí dentro. Cerró
los ojos y se quedó en silencio por mucho tiempo, actuaba como si estuviese
cansado y fatigado. –¿Cómo va el asunto que te encargué? – preguntó después
de un tiempo, aun con los ojos cerrados.
–Bien, todas las personas han accedido a verlo hasta la siguiente semana, solo
hay uno que mencionó que después acordaban una nueva fecha, porque estaría
ocupado esos días. –habló Louis con un tono de amabilidad que podía sonar
hipócrita.
–Muy bien… tengo que admitir que me tienes impresionado Louis, estos dos días
que han pasado has hecho todo muy bien.
Sonrió enormemente, al menos ya se había logrado ganar su confianza. –Y lo
haré mejor si es lo que usted quiere, tengo que reponer un poco todo lo que pasó
los días pasados.
Harry abrió los ojos para mirarlo y comenzó a reír. –Te he dicho que eso está
olvidado, deja de preocuparte por eso, no eres especial, créeme que cientos de
empleadas han intentado eso antes.
“Cientos de empleadas” –Si, pero la diferencia es que yo soy hombre, tal vez eso
me hace especial. –dejó de mirarlo y volvió a dirigirse hacia la agenda algo
molesto por la comparación que Styles le había hecho.
Simplemente le molestaba demasiado que Harry se hubiera referido hacia él como
si fuera una mujer, era como una especie de degradación muy grande, no porque
él fuera machista o algo así, sino porque el hecho de que Harry lo mirara de esa
manera no ayudaba en mucho.
–¿Te has molestado, princesa? –Mencionó con una sonrisa que casi lograba
salirse de sus mejillas. Había encontrado la forma perfecta de hacerlo enojar.
Louis lo ignoró por completo y continuó “revisando” la agenda, en realidad no
hacía nada, solo quería tener un pretexto para ignorarlo–. ¿No me vas a
contestar? –Volvió a insistir al mismo tiempo que se levantaba del sofá y
comenzaba a caminar hacia él.
Llegó hasta donde Louis se encontraba sentado y antes de que él pudiera hacer
algo le arrebató la agenda de las manos. –¡¿Qué!? –lo miró molesto.
–No me gusta que la gente me ignore, cuando te hable procura siempre mirarme,
¿De acuerdo, princesa? –volvió a sonreír enormemente.
Louis ya había entendido a la perfección lo que Harry buscaba con todo eso, no le
daría el gusto de lograrlo. Sonrió falsamente –De acuerdo joven Styles,
discúlpeme por no haberle contestado.
Lanzó una carcajada al aire y después lo miró negando con la cabeza sin dejar de
reír. –Esto deja de ser divertido cuando tú actúas como si no te importara. –¿De
qué habla, joven Styles? –también lo miraba con una sonrisa, quería demostrarle a
Harry que su jueguito no funcionaria con él.
–Ay Louis, eres tan cómico. –Dejó la agenda sobre la mesa y volvió hacia el sofá–.
Ve a la cafetería y tráeme un jugo de naranja. –ordenó al mismo tiempo que
volvía a cerrar los ojos.
Louis se sorprendió demasiado con la última petición del rizado. Ese era el trabajo
de las secretarias y Harry lo sabía. Incluso la empresa contaba con meseras que
podía hacerlo. Pensó que lo más probable era que había entendido mal, así que
tomó el teléfono y marcó hacia la cafetería de recepción para ordenar lo que su
jefe le pedía. –Bueno días, hablo de la oficina del joven Styles, quiero ordenar… –
Harry llegó hasta el teléfono y colgó la llamada, Louis respiró lo mas profundo que
pudo, ese día el rizado estaba actuando peor que nunca–. ¿Por qué ha hecho
eso?
–Porque te lo he pedido a ti. Quiero que tú bajes por él y me lo traigas, ¿De
acuerdo? –su actitud había sido tan arrogante que Louis decidió levantarse de la
silla y al instante salir de la oficina.
Sabía que los próximos días serian así, que Harry intentaría hacerlo explotar de
cualquier manera, que tenía que empezar a controlar su ira, guardarlo todo hasta
el final, o al menos cuando Harry ya estuviera tan enamorado de él que no pudiera
negarle ningún capricho.
Cuando regresó a la oficina con el estúpido jugo, entró y se encontró con su jefe
recostado sobre el sofá, mantenía los ojos cerrados y respiraba pasivamente,
como si estuviera dormido. Sonrió enormemente, acababa de tener una gran idea.
Caminó hasta Harry cuidando que sus pasos fueran muy silenciosos para evitar
despertarlo. Se quedó a un costado suyo y sin dudarlo por un segundo le vació el
vaso de jugo frio en la cara y al momento se lanzó al piso para fingir que había
sido una caída cero intencional.
El rizado abrió los ojos excesivamente y se levantó de golpe del sillón. –¿¡QUE
MIERDA LOUIS!?
–Perdón, perdón joven, he tropezado, perdón. –habló fingiendo dolor en una de
sus piernas.
–Mieerrrddddaaaa Louis, este traje vale más que tu y lo has arruinado con el puto
jugo. –el liquido le escurría desde arriba del cuerpo, todo su rostro se encontraba
empapado, Harry solo intentaba limpiarse el jugo de la ropa, pues lo que vestía
era un “Ferragamo” de los más costosos de la colección.
–Enserio discúlpame Harry, me siento muy avergonzado, perdón, enserio, perdón.
–continuaba fingiendo culpa mirándolo desde el piso.
Harry lo miró y pensó en una buena forma de vengarse. –Oh, déjame ayudarte. –
se agachó hasta Louis y lo abrazó por la cintura juntándolo por completo a su
cuerpo, haciendo que Louis gritara al sentir el liquido frio que empapaba a Harry
sobre él.
–¡Harry! ¡Déjame! ¡Estas helando! –intento alejarlo de él, sin embargo el rizado lo
abrazó aun más fuerte y lo levantó del piso.
–Oh, lo siento, lo he hecho sin querer. –lo soltó del abrazo y le guiñó el ojo con
una sonrisa, al parecer se había dado cuenta que lo del “tropiezo” del menor había
sido falso–. No te extrañe que cualquier día de estos yo sin querer te amarre a una
silla y te deje ahí hasta que mueras seco. –había tomado el asunto con diversión.
–Enserio lo siento, prometo que no vuelve a pasar. –se dio la vuelta e intentó
dirigirse hacia el escritorio, sin embargo el piso estaba empapado con el jugo y
tropezó al instante, tomándose de lo primero que encontró para no caer, se
sostuvo del brazo del mayor y eso solo provoco que ambos cayeran al suelo y se
mojaran aun mas.
Harry cayó encima de Louis y en vez de levantarse al momento comenzó a reír
excesivamente. –Mierda Louis, hoy estas mas imbécil que nunca.
Tragó saliva e intentó levantarse, sin embargo el cuerpo de Harry se lo impedía. –
Con permiso, Harry quiero levantarme. –él no estaba nada de divertido con la
situación, a pesar de que él había sido quien la había comenzado, odiaba que el
rizado lo estuviera disfrutando.
Harry dejó de reír, aun sin levantarse de encima de Louis se quedó mirándolo
directamente a los ojos. Sus rostros se encontraban muy juntos y cualquier
movimiento podía provocar que se besaran. –No tienes una idea de las ganas que
tengo de quedarme aquí en el suelo y hacerte un millón de cosas. –sus palabras
solo provocaron que Louis se tornara completamente colorado–. Quiero besarte
hasta que tus labios se irriten de tanta fricción…
Harry frotó su nariz contra la de Louis y con eso lo estremeció por completo – ¿Y..
y por qué no lo haces? –balbuceó para después acercarse lentamente hacia la
boca del mayor, buscando que fuera él quien lo besara.
–Porque tienes 15 años, por eso. –se levantó de Louis con una sonrisa y le
extendió su mano para ayudarlo a levantar.
Louis se levantó junto con la ayuda de Harry y no supo que mas decir ante esas
palabras. Por lo que veía sería muy difícil conseguir que Harry lo tocara sabiendo
su edad, pero haría lo posible, tenía que conseguirlo de cualquier manera.
Ambos decidieron dejar ese asunto incomodo y volver a trabajar.
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Día 4
A mitad del día la tensión continuaba siendo muy fuerte entre ambos chicos.
Desde el incidente que habían tenido días atrás, sus tratos eran mínimos.
Evitaban a toda costa mirarse, y cuando lo hacían sin querer la única manera en la
que reaccionaban era regalándose una sonrisa incomoda y volviendo a trabajar.
La empresa Styles estaba entrando a un nuevo proyecto, probablemente uno de
los más grandes que habían tenido en mucho tiempo. Costaba en hacer varios
comerciales para una campaña política para las nuevas elecciones de Estados
Unidos.
Harry sentía todo el peso de la presión sobre él. Su padre le había encargado
personalmente ese trabajo, quería que Harry fuera quien visitara el país para
firmar los últimos contratos, que a pesar de que no fueran un trabajo complicado,
era realmente importante.
Llevaba todo el día en su escritorio, haciendo miles de llamadas que preparaban
su viaje programado para ese fin de semana. El chico estaba tan estresado que
evitaba lo más posible hablar con Louis, así le sería menos probable ser grosero
con él.
Louis se encontraba en el pequeño armario dentro de la oficina de Harry, donde
estaban todos los papeles antiguos de la empresa. En realidad ese día Harry no le
había asignado trabajo, pero sabía que no era un buen momento para molestarlo.
Se mantuvo en ese lugar hasta que escuchó la voz de una chica fuera de la
oficina. Se trataba de Ashley, la novia de Harry, que al parecer había ido a visitar a
su novio para bajarle el estrés.
–Hola Harry. –Se escuchó por fuera del lugar. Louis rodó los ojos al deducir lo que
probablemente pasaría, así que para evitar situaciones incomodas decidió salir a
saludar a la chica, de igual manera ella se había comportado muy amable en
situaciones pasadas.
Salió de la oficina y se dirigió hacia ella con una enorme sonrisa. –Hola señorita
Ashley.
–Hola mi amor, ¿Cómo estás? –se acercó hasta él y depositó un beso sobre su
mejilla.
Harry continuaba en su escritorio, sin siquiera haber prestado atención a la
situación entre su novia y su asistente.
–Muy bien, ¿Y tú?
–También muy bien, intentando convencer a tu obsesivo jefe de que se tome un
descanso del trabajo. –ambos miraron hacia Harry y se encontraron con una
persona demasiado estresada.
–No creo que logres nada, él lleva así desde ayer, ni siquiera habla. Es por eso
que he decidido no salir de la oficina en todo este tiempo, para evitar que me mate
o algo así. –fue demasiado irónico, buscando así conseguir la atención del mayor.
–Tal vez deberías volver ahí dentro. –Mencionó Harry aun apretando el teclado de
su computadora–. Así te evitas ver una situación incómoda. –¿De qué hablas? –
podía imaginar sobre lo que estaba hablando, pero se negaba a pensar que fuera
verdad, Harry no acostumbraba a actuar de esa manera.
–De que quiero estar un tiempo a solas con mi novia, ¿Te molestaría dejarnos
solos durante unos… 30 minutos? Puedes entrar a al armario ese, o salir, como
quieras. –Se levantó de su escritorio y caminó hasta su novia para tomarla entre
sus brazos y comenzar a besarla húmedamente, sin importarle una mierda que
Louis se encontrara ahí.
–Harry, creo que no es el momento. –mencionó la chica intentando alejarlo.
–No, está bien. –Habló Louis con una sonrisa–. Me iré al “armario” tengo que
hacer muchas cosas, no se preocupen por mí. –se dio la vuelta y caminó hacia el
lugar.
Harry sonrió como ganador, sabía que eso le molestaba aunque no lo mostraba,
pero había sentido la necesidad de dejarle claro que él tenia una novia a quien
“amaba y deseaba” demasiado.
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DIA 5
Louis se molestó tanto con lo que había hecho Harry el día anterior que había
planeado detalladamente una forma de devolverle el mismo acto, pero
probablemente enfrente de él para que le molestara mas.
El día de trabajo estaba por terminar y los chicos no habían cruzado palabra
alguna. Harry sabia que Louis estaba molesto, pero aun así no quería mencionar
nada sobre el tema, no quería que se molestara mas, ni mucho menos que
terminaran teniendo una pelea en la oficina.
El día anterior había tenido relaciones con su novia afuera del lugar donde Louis
se encontraba. Lo había hecho con todo propósito, pero ahora no se sentía muy
bien con eso. Se sentía culpable y deseoso de disculparse con él.
El teléfono de la oficina del rizado comenzó a sonar. Harry se encontraba en su
escritorio revisando unos papeles. –Diga. –respondió el teléfono mirando como
Louis llevaba libros de un lado a otro, acomodando todo para poder irse a casa,
era hora de salir del trabajo.
–Buenas tardes joven Styles, hablo de la recepción. Su primo Oliver se encuentra
aquí abajo. –mencionó la recepcionista del otro lado de la línea.
–Aha, déjalo pasar. –ni siquiera había prestado atención a lo que la chica había
dicho por estar mirando la forma en la que Louis caminaba, lo hacía con
demasiada elegancia, como si se tratara de una persona de sociedad.
Colgó el teléfono y continuó observándolo. –Louis…
El menor lo miró atentamente. –¿Si, dime? –preguntó amablemente, como solía
hacerlo esos últimos días.
–Creo que tenemos que hablar…
Louis frunció el ceño y lo miró confundido. –Pues estamos hablando…
–Creo que te mereces una disculpa después de lo de ayer, debió haber sido una
situación muy incómoda para ti. Perdón. –sus disculpas eran sinceras, sin
embargo ya era demasiado tarde, Louis ya tenía todo controlado.
–Ah, eso. –Rodó los ojos y le dio la espalda–. No me importa, esta es tu oficina y
tú eres solo mi jefe. Puedes hacer lo que quieras.
Harry se levantó de su escritorio y caminó hacia él. –Eso lo sé, pero aun así
siento la necesidad de disculparme contigo, disculpa.
–Pues, entonces disculpas aceptadas, no te preocupes, todo bien. –le dio una
sonrisa y se alejó de él. La verdad era que tenerlo cerca lograba ponerlo nervioso.
La puerta de la oficina fue golpeada por alguien. Louis rápidamente aprovechó el
momento y atendió abriendo la puerta–. Oh, qué gusto verte aquí Oli. –se lanzó a
sus brazos abrazándolo por el cuello.
–Hola Lou. –el chico también lo abrazó, esta vez por la cintura.
Harry raspó la garganta. –¿Oliver? ¿Qué mierda haces aquí? –su tono de voz no
había sido nada amable, en realidad se notaba molesto.
El chico entró a la oficina aun abrazado de Louis, cerró la puerta y se dirigió hacia
su primo. –¿No te ha avisado la recepcionista que estaba aquí?
–Lo ha hecho, pero aun así ¿Qué mierda haces aquí? ¿Te puedo ayudar en algo?
–se acercó hasta ellos y los separó, colocándose frente a Oliver para evitar que
Louis se acercara.
Oliver lo miró molesto. –He venido a ver a mi novio, no a ti. –Miró hacia Louis–.
¿Nos vamos?
–No, Louis no se puede ir. Aun tenemos mucho trabajo. –mentía, pero en realidad
no quería que el chico se fuera con su primo.
–En realidad… ya es mi hora de salida, ¿Te molestaría si me voy con mi novio,
Harry? –en su interior estaba cantando victoria. No era necesario hacer mucho
para lograr que Styles se mostrara celoso.
Harry se giró hacia Louis. –Louis, estamos ocupados. No sé si tu estas enterado
de que no se permiten noviecitos a la hora del trabajo. –Pero ya es la hora de
salir… no entiendo por qué no quieres que me vaya con Oli…
–Mierda, vete entonces. –se hizo hacia un lado para dejar que los chicos se
encontraran. Con eso esperaba que Louis notara su molestia y le dijera a Oliver
que no podía irse con él. Sin embargo ocurrió todo lo contrario.
Louis llegó hasta Oliver y volvió a colgarse de su cuello. Esta vez dándole un gran
beso justo en frente de la cara de Styles.
Todo había estado planeado. Si Harry quería jugar sucio, él también jugaría de la
misma manera.

Capitulo 17.
El rizado tenía que pensar en algo rápido, en algo rápido pero creíble. Tenía que
conseguir que Louis no se fuera con Oliver. No entendía por qué lo quería así,
pero realmente le mataba la idea de pensar que ellos pasarían tiempo a solas
juntos.
–Louis, aun te necesito aquí, no puedes irte. –habló ya desesperado cuando los
chicos estaban por salir de la oficina, tomados de la mano.
Louis sonrió discretamente, como siempre, estaba logrando exactamente lo que
quería. –¿Para qué, Harry? –se dio la vuelta para mirarle–. Ya he terminado con
todo lo que tenía que hacer por hoy.
–Nee…necesito que me ayudes a organizar unos últimos contratos, unos que
tengo en mi departamento, por eso no te los he dado hoy. –mintió y fue demasiado
obvio gracias a su balbuceo.
–Vamos Harry, puedes hacerlo tú solo, no me arruines esta noche con Louis. –
habló Oliver cuando notó las extrañas miradas que Louis y Harry se hacían–. No
creo que sea tan importante como para que te lo lleves a tu departamento.
Harry cada vez sentía más nervios. Nervios que lo hacían sentir como un completo
imbécil. –Es muy necesario en realidad, Oliver. Mañana temprano salgo de viaje y
necesito que este joven deje todo muy bien organizado. Es un negocio grande.
Louis se mantenía en silencio observando cómo ambos chicos se peleaban por su
compañía. Era un puto cielo.
–Mierda, Louis… No sé cómo carajos es que has decidido meterte a trabajar con
mi primo… ¿Qué necesidad había? –Lo miró y Louis rápidamente bajó la mirada.
Lo que menos quería era que Oliver se enterara de la situación que estaba
pasando su familia gracias a los Styles.
El rizado elevó las cejas. Había encontrado un punto a su favor. –¿No te lo ha
dicho? –Fingió sorpresa y después se dirigió hacia Louis–. Anda chico, te pagaré
horas extra, sabemos que te vendrán de maravilla.
–Vámonos Louis, creo que Harry comienza a ponerse de pesado. –en realidad
Oliver tomó esa última frase de su primo como una ofensa, pues no tenía ni la
menor idea de que eso era verdad.
–No Oli, no le quites la oportunidad a tu primo de asegurarle un mes más a su
padre de medicamentos. –Louis lo miró con odio. Harry se estaba pasando
demasiado.
–De acuerdo Harry, iré contigo. –Mencionó esperando que con eso él dejara de
mencionar esas cosas que prefería mantener ocultas.
Oliver lo miró confundido. –¿Qué? ¿No me digas que este imbécil dice la verdad?
–Louis bajó la mirada al mismo tiempo que negaba con la cabeza–. ¿O sí?
–Claro que digo la verdad, primo. Si Louis trabaja conmigo es porque necesita el
dinero… digamos que su familia está pasando por un mal momento. –En esos
momentos se sentía como el ganador de la noche.
–Cállate Harry. –repitió, esta vez acercándose hacia él y amenazándolo con la
mirada.
–¿Por qué lo niegas? Dudo que este imbécil te deje de querer solo porque se
entere de que eres un muerto de hambre… –él también lo miró retándolo.
–Bien chicos, es momento de olvidarlo. –Oli trató de calmar la situación que
claramente se estaba saliendo de control.
–¿O qué me vas a hacer, niño? –dio un paso más, quedando apenas separado de
su boca.
–Sabes perfectamente qué es lo que puedo hacer para arruinarte por completo…
–Louis desvió sus labios hacia la oreja del mayor y susurró muy bajito para evitar
que Oliver escuchara–. Solo haría falta desnudarme frente a ti para que pierdas la
cabeza y termines con un menor de edad.
Harry comenzó a reír escandalosamente. –Eres un hijo de puta, Louis. –Se alejó
de él y caminó alrededor de su oficina–. Ya te he dicho, puedes ganar el doble de
lo que ganas en la semana si esta noche me ayudas a organizar esos contratos.
Louis lo pensó. No era tan mala idea, pasar parte de la noche en el departamento
de Harry le daba muchas oportunidades para conseguir lo que tanto quería.
–Lo siento Harry, él está conmigo esta noche, tendrás que hacerlo tu solo. –lo
tomó de la mano y lo jaló hacia fuera de la oficina, sin embargo Louis no caminó ni
se movió en lo mas mínimo.
–Creo que lo mejor es que vaya con él, Oli. No quiero después tener problemas
gracias a esto… mejor nos vemos mañana…. ¿De acuerdo? –Se acercó hacia el
chico que lo miraba muy confundido y se colgó de su cuello–. Guardaré todas las
ganas que tengo de hacerte cositas para mañana… así aumentaran y todo será
mejor… –mentía, solo decía eso porque sabía que Harry estaba escuchando.
El rubio lo abrazó fuertemente por la espalda, regalándole una sincera sonrisa con
las palabras que solo decían mentiras. –Mierda, yo también me muero por estar
contigo… pero mañana no te salvas… –se acercó a su boca y Louis lo besó antes
de que él tomara el control.
Lo besó de forma caliente, sin importarle una mierda que su jefe estuviera mirando
toda la escena. Lo besó por unos largos segundos antes de separarse de él y
lamer sus labios para quitar el exceso de saliva. –Entonces nos vemos mañana.
–De acuerdo… –su cara de enamorado era demasiado notoria, su voz se barría al
mirar a Louis, era demasiado evidente que estaba loco por él.
Harry raspeó la garganta para tener la atención de los chicos. –¿Nos vamos?
Podemos llevarte a tu casa si quieres, Oliver.
–No, gracias. –Dejó de mirar a Louis para dirigirse a Harry–. Mi chofer está abajo
esperándome, pero los acompaño al estacionamiento.
Harry se encogió de hombros. Caminó hasta su escritorio y tomó sus cosas para
poder irse de aquella oficina. Louis ya se encontraba listo, así que no pasó mucho
tiempo cuando los chicos se encontraban en el ascensor que los llevaría hasta el
estacionamiento.
Realmente estaba evitando no mirar como esos chicos se comían a besos
mientras descendían al último piso. Intentaba controlar su mente y sobre todo sus
celos, pero le parecía increíble la manera tan cínica en la que Louis se comía con
su primo frente a él, sin descaro alguno, sin pudor y mucho menos vergüenza.
El camino al estacionamiento le estaba pareciendo eterno. Louis se encontraba
colgado del cuello de Oliver y al besarse hacían demasiado ruido. Odiaba esa
situación, pero en el fondo sabia que todo eso era una venganza de Louis por lo
que él había hecho con su novia el día anterior.
Las puertas del ascensor se abrieron, Harry bajó apresurado, dejando a los chicos
solos para despedirse. –Te espero en el auto, date prisa. –mencionó a Louis y
caminó hasta su coche, que se encontraba en los lugares marcados como
“preferentes” del estacionamiento.
No tardó mucho tiempo en despedirse de Oliver. Ahora que Harry no estaba
mirando no le interesaba en lo mas mínimo ser cariñoso con él. Le importaba una
mierda, así que pronto se despidió de él caminó hasta el coche de Harry y subió
con una gran sonrisa.
Harry lo miró y trató de no mostrar su enojo. –¿Has terminado, o quieres que les
deje el auto un tiempo solo para que hagan sus “cositas”?
–He terminado en realidad. Por hoy tengo demasiado de él. –habló sin pena
alguna al mismo tiempo que se abrochaba el cinturón de seguridad y le miraba
con una sonrisa.
–Oh bueno, al menos estoy más tranquilo. –rodó los ojos y arrancó el automóvil.
Tenía que admitirlo Louis. Estar tan controlado por Harry le hacía sentir bien, lo
hacía sentir importante y sobre todo como un ganador.
“Los príncipes se enamoran de las princesas porque ellas son dulces y delicadas”
Recordó las palabras de su pequeña hermana. Era momento de poner en práctica
todo eso, hacerle saber a Styles que él era delicado, frágil y que de alguna manera
necesitaba de sus cuidados.
Harry conducía muy rápido, llevaba la música demasiado alta acompañado del
aire acondicionado muy frio. Al parecer quería distraer su mente de lo que
acababa de pasar, distraerse un poco para no terminar reclamándole.
En el tiempo que llevaban de camino ninguno de los dos había mencionado
palabra alguna. Durante los semáforos en rojo era aun mas incomodo, se miraban
de reojo y después volvían a su posición inicial. Había tanta tensión entre ellos
que apenas se podía controlar.
–Creo que debería llamar a mi madre para avisarle que volveré tarde… – susurró
después de varios minutos. Harry sacó su móvil de sus jeans y se lo entregó al
menor, sin haber dejado de observar la carretera–. Yo tengo un móvil, no es
necesario.
–Ya lo sé, pero quiero que le llames del mío. –se lo aventó a las piernas y continuó
manejando.
Louis dio un suspiro, esta vez no se opondría a nada, su plan esa noche era ser
completamente sumiso a Harry. Tomó el móvil del mayor y marcó el numero de su
madre, realmente se estaba helando con el aire acondicionado tan potente que el
rizado mantenía dentro del auto.
–¿Hola? –habló su madre algo insegura, pues el numero era totalmente
desconocido para ella.
–Madre, hola. Habla Louis. –habló un poco nervioso–. Solo quería avisarte que
llegaré un poco tarde. Mi jefe me ha pedido ayuda extra y no quería negarme, el
dinero siempre cae de maravilla.
–De acuerdo, mi amor. Ten mucho cuidado. ¿Tu jefe te regresara a casa?
–Eso supongo mamá, te llamaré luego, ¿De acuerdo? –sintió un escalofrío
recorrer su cuerpo, estaba muriendo de frio.
–De acuerdo, adiós Lou. –colgó la llamada y le extendió el móvil al mayor.
Harry tomó el móvil y al momento rozó su mano con la de Lou, dándose cuenta de
lo helado que él se encontraba. –¿Tienes frio? Estas muy helado. – le miró por
primera vez en todo el viaje.
–Bueno, es una noche fría y creo que el aire acondicionado que llevas no ayuda
en mucho. –se abrazó a si mismo encogiéndose de hombros.
–Ten esto. –Bajó la velocidad mientras se quitaba el saco para después
entregárselo a Louis–. Lo que menos quiero es que tu madre me culpe si te
enfermas de neumonía o algo así.
Louis abrió los ojos sorprendido y tomó el saco. –Gracias Harry… –bajó la mirada
fingiendo inocencia–. Esto es muy amable de tu parte. –se colocó el saco y pudo
aspirar perfectamente todo el aroma del rizado que inundaba a la prenda. Era a un
olor de perfume costoso, combinado con su olor natural a hombre. Era delicioso.
–No hay problema, aunque debiste haberle pedido su abrigo a tu noviecito, ese
burberry que llevaba se te hubiera visto muy bien. –mostró con eso que aun
continuaba molesto.
Pasaron el resto del caminó en silencio completo. Ambos solo pensaban en el
otro, pero de formas distintas, Harry en cómo controlar su atracción hacia él y
Louis en cómo despertarla.
Llegaron hasta un lujoso edificio donde solo tuvieron que bajarse en la entrada y
entregar las llaves al portero del lugar. No había necesidad que ellos estacionaran
el automóvil. Louis siguió a Harry, que no mencionaba palabra alguna, solo
caminaba directamente a su piso.
El lugar donde él vivía era increíble, parecía un hotel de 5 estrellas, con una
recepcionista que los saludó amablemente cuando los vio entrar. Tomaron el
elevador que los llevó hacia el piso del rizado, ni siquiera era necesario utilizar una
llave, todo se abría por medio de cámaras de seguridad que ejercían las 24 horas.
Entraron al departamento y a Louis le fue imposible ocultar su asombro. –
Woooww… –susurró observando todo como si se tratara de un niño en una
enorme juguetería.
La forma de vida que Harry llevaba era exactamente la misma que Louis quería
llevar.
Harry sonrió al verlo tan maravillado. –Toma asiento, iré por algo de comer, muero
de hambre. –se dio la vuelta y se perdió entrando a una habitación que al parecer
se trataba de la cocina.
Caminó atreves del departamento hasta llegar a la sala principal, donde tomó
asiento y no dejó de observar todo. Mierda, eso le parecía fascinante.
–Louis, ¿Te gusta el jamón serrano? –se escuchó la voz del mayor desde dentro
de la cocina.
–Claro, está bien. –en realidad nunca antes lo había probado, tampoco quería
hacerlo.
–Bien, este te encantara, lo he traído de España la última vez que fui, no sé, a mi
me gusta demasiado. –habló mientras salía de la cocina con una charola que
contenía aceitunas, queso cortado en cuadritos y rollos de jamón serrano.
–Eso supongo. –le devolvió la sonrisa.
Harry llegó hasta él y se sentó a su lado. Colocó la charola sobre la preciosa mesa
de cristal que adornaba el centro y cayeron en un silencio incomodo. Tomó un
pedazo de queso y lo convino junto con el jamón. –Mierdaaaaa, esto es la gloria…
–susurró sin haber pasado la comida en su boca.
Louis sonrió levemente. –supongo que debe ser muy bueno.
Tragó la comida y pronto volvió a tomar una misma porción. –¿Quieres? Abre la
boca. –acercó el jamón hasta Louis.
–Ah, gracias Harry, pero no acostumbro a cenar nada. –echó su cuerpo hacia
atrás evitándolo.
–Oh, ¿Y eso por qué? –terminó comiéndose lo que planeaba darle a Louis.
–Engorda al triple que si lo comiera durante el día y creo que ya estoy demasiado
obeso. –Esa última frase le había salido con mucha naturalidad, sin embargo
pronto se dio cuenta que no debió haberla dicho. Ahora tendría que aguantar las
miles de preguntas del rizado sobre eso.
Harry lo miró confundido, sacudió sus manos de los resto de comida y se dedicó a
prestarle intensa atención. –No sé por qué eso te preocupa. Tu cuerpo está
perfecto.
Louis estaba acostumbrado a esos comentarios, pero en realidad nadie podía
entender lo incomodo que se sentía con todo eso. –Lo sé, solo me gusta
cuidarme.
–No te estás cuidando, saltarte comidas solo te hará daño. –lucia y hablaba de
una manera seria.
–No importa eso Harry, olvídalo.
–Claro que importa, porque tú importas. –lo tomó de la barbilla obligándolo a
mirarle–. Júrame que solo es eso, que solo te estás saltando las cenas pero nada
más.
–Ss, si Harry. Lo prometo, te lo juro. –mentía.
–De acuerdo… –aunque no sonó muy convencido, decidió cambiar el tema–.
¿Por qué mi primo desconoce todo lo relacionado con tu familia?
Louis bajó la mirada y se mantuvo en silencio. Tenía que idealizar algo que le
justificara de alguna manera, algo que lo hiciera ver como alguien débil. –No
quería que Oli se enterara de la situación con mi familia, creo que te has pasado,
pero no importa, supongo que tu no sabias eso.
Harry tardó unos segundos en contestar. –Sí, lo siento, creo que me he pasado.
Pero si él es tu novio deberías contarle lo que pasa. Se supone que en eso se
basa una relación, en la confianza.
Le fue imposible no pensar en que Harry era un maldito hipócrita. Él sabía
perfectamente que era un infiel, sobre todo porque le había sido infiel a su novia
con él. –Claro… “la confianza” –susurró.
Harry lo miró frunciendo el ceño. –¿A qué viene eso?
–Nada. –Se levantó del sofá–. ¿Dónde están los contratos que quieres que
organicemos?
Lo miró por unos segundos, después se levantó de igual manera y comenzó a
caminar hacia su habitación. –Espera aquí, ya los traigo.
Obviamente Louis no obedeció, lo siguió sin que el chico se diera cuenta, para
cuando el rizado se encontraba dentro de la habitación, entrar y cerrar la puerta
tras él, quedando ambos encerrados en esa habitación, con una cama de por
medio que prometía muchas cosas.
Esa noche Louis estaba decidido a sacar todo lo que tenia, a conseguir lo que
llevaba intentando conseguir todo ese tiempo.

Capitulo 18.
–¿Qué haces aquí? Te he dicho que me esperes afuera. –mencionó Harry cuando
salió de su cuarto de baño con los contratos en las manos y se encontró con el
menor sentado sobre su cama.
–Esto es muy cómodo… creo que ahora te envidio más. –Habló mientras
acariciaba la cama con las palmas de sus manos y miraba al rizado directamente
a los ojos–. Deberías venir y sentirlo por ti mismo… –corrió su mano lentamente
de la cama hacia su pierna, para después posarla sobre su entrepierna.
Harry elevó las cejas sorprendido y entonó una sonrisa. –¿En serio quieres que
volvamos a esas patéticas situaciones? ¿No se supone que te sentías muy
avergonzado por tu antiguo comportamiento? –Decidió que lo mejor sería
mantenerse lo más alejado posible del menor, así le sería más fácil controlarse,
Louis era un maldito dios cuando se comportaba así.
Louis lo miraba con una sonrisa un poco traviesa, sabía que mantener la mirada
directamente a los ojos le funcionaba demasiado, más cuando era tan evidente
que Harry le temía. –Tú tienes la culpa. –mordió su labio y bajó la cabeza hacia su
entrepierna, pasó sus dedos por esa zona y volvió hacia Harry.
–¿Es mi culpa? –comenzó a reír, estaba haciendo el mayor esfuerzo por no bajar
su mirada hacia donde las manos de Louis se encontraban. El chico se estaba
tocando a sí mismo en la cara del rizado. Harry se sentó en un sofá que se
encontraba algo alejado de su cama, pero lo suficientemente cerca para mirar a la
perfección lo que hacia el menor–. ¿Y por qué debería ser mi culpa?
–Tú me has obligado a venir aquí, cuando lo único que yo quería hacer era follar
con mi novio. –la manera en la que miraba a Harry era demasiado agresiva en el
sentido sexual. Sus ojos le decían todo, quería que lo follara en esa cama.
–Ese no es mi problema Louis. Que tú y Oliver quisieran follar es una de las cosas
que menos me importan en este mundo. –Mintió, evidentemente eso le hacía
sentir celos, sin embargo no estaba dispuesto a mostrarlos.
Se mantuvieron un tiempo en silencio, Louis lo miraba directamente a los ojos
mientras paseaba su mano por su abdomen y cadera. Tenía que concentrarse en
lo que estaba haciendo, tenía que lograr que Harry no pudiera controlar más su
moral y terminara follándolo a pesar de que fuera un menor de edad.
Cuando notó los ojos del mayor centrados en su cuerpo decidió que era momento
de comenzar. Esa noche los consejos de su pequeña hermana no servirían de
nada. –¿Quieres acercarte? –preguntó al mismo tiempo que comenzaba a
desabrochar sus jeans.
–No, muchas gracias, prefiero solo mirar. –Contestó el mayor con toda naturalidad,
aun mirándolo con una sonrisa en la boca, embobado en lo que hacía Louis–.
Puedo ver todo lo que quiera, pero no puedo tocar, lo sabes, sería ilegal, bebé. –
remarcó la última palabra para hacer notar que su edad era el problema.
–¿Estas seguro? –Adentró su mano dentro de sus jeans–. Me gustaría mucho
mostrarte las cosas que planeaba hacer con Oli… –Louis estaba logrando
encontrar las palabras perfectas para tenerlo comiendo de su mano. Si había cosa
que realmente le prendía a Styles era saber que ese chico era propiedad de su
primo, y que podía robárselo sin problema alguno.
–Muéstramelas entonces… no me acercaré a ti. –el mayor lamía
excesivamente sus labios al mirar como el pequeño se tocaba para él–. Pero no
pienses en Oliver, piensa en mí.
Era viernes, después de una terrible semana llena de estrés, lo único en lo que
ambos pensaban era en alguna manera de liberar el estrés y relajarse un poco.
Louis comenzó a masturbarse manteniendo su mano dentro del pantalón, aun no
le mostraría nada a Harry. Lo miraba y esperaba a que este le diera otra
indicación. –Tal vez sea que cuando estoy con Oliver solo pienso en ti… porque
sabemos que tú y yo no podemos hacer nada, viejo. –Comenzaba a lograr una
erección, sobre todo lo que más le excitaba era la forma en la que Harry lo miraba.

Harry fingió sorpresa al escucharlo. Recorría todo el cuerpo del menor con su
mirada e intentaba imaginar lo maravilloso que sería tocar a ese niño. Hasta ese
momento nunca se había percatado de lo mucho que lo podía llegar a excitar el
cuerpo de un hombre. –¿Haces eso? ¿Le tocas a él pensando en mí?
–Le beso, le abrazo y hasta le miro pensando en ti. –Dejó salir una oleaba de
gemidos y aceleró la velocidad de su mano al masturbarse–. Me has vuelto loco
desde el día que te vi por primera vez…
Eso era demasiado, Harry comenzó a sentir que no se podía controlar más, pero
necesitaba hacerlo. Tampoco quería terminar con esa situación, era demasiado
placentera a pesar de que ni siquiera lo estaba tocando por sí mismo. –Lo noté
cuando vomitaste en mis zapatos… seguro eso haces cuando alguien te gusta,
vomitarle encima para llamar su atención.
Detuvo su mano y lo miró con pena. No recordaba que eso había pasado y ese
había sido el peor momento para recordarlo. –No… –susurró y pensó que la
vergüenza le haría abandonar el plan y salir corriendo de ahí.
–No te detengas, sigue… –habló Harry con la mirada directa hacia su
entrepierna–. Quítate la ropa para mí, muéstrame tu piel, quiero poder imaginar su
tacto mejor. –Louis dio un respiro. Tenía que continuar sin pena alguna, él podía
lograrlo, Harry Styles comenzaba a perder la cabeza. Se levantó de la cama y
comenzó a caminar hacia él–. Detente. –fue claro con sus palabras, no permitiría
que Louis se le acercara en ese estado.
–Vamos, quiero que tú me desnudes… quiero sentir tus manos sobre mi piel, no
que solo lo imagines… –rogó y volvió a caminar hacia él.
–Te he dicho que no. Detente y vuelve a la cama, no arruines esta hermosa
función tan pronto. Haz lo que yo te pida y te prometo que te gustara. –En realidad
Louis no tenía ni idea de lo que el rizado planeaba hacer, pero
decidió hacerle caso.
Volvió hacia la cama y sin dejar de mirarlo comenzó a quitarse la camisa. –
Acércate Harry, por favor… –rogó de nuevo cuando su abdomen ya se encontraba
completamente descubierto.
–Shhhhhh…. Anda, ahora el pantalón, quítatelo. –La lujuria se estaba apoderando
de su cabeza y lo único en que pensaba en esos momentos era en las miles de
maneras en las que podía follar a ese chico.
Louis hizo exactamente lo que este le pedía. Se desnudó por completo y al sentir
la mirada tan controladora de Harry sobre él sintió un poco de inseguridad por sí
mismo, por su cuerpo. –No quiero que solo me veas, quiero que me toques… –
cubrió discretamente su abdomen cruzándose de brazos.
Harry estaba deleitándose con esa escena tan erótica que tenia frente a sus ojos.
Le amaba a la manera en la que la piel de Louis se erizaba al sentir el frio, la
manera en la que este se había vuelto ingenuo frente a él, sin saber qué hacer o
cómo moverse para lograr excitarlo. Al parecer Louis no era tan genio como se
sentía. –No te cubras, déjame mirarte.
Quitó sus manos lentamente de su abdomen y se mostró por completo. Lo que
menos quería era comenzar a temblar frente al rizado. Se quedó quieto mientras
Harry lo miraba atentamente, recorriendo todo su cuerpo con la mirada.
Él también aprovechó el momento para examinar al rizado. Era evidente que este
se encontraba con una erección bajo su ropa. Mordía sus labios y miraba a Louis
como si se tratara de una maravilla, esto le ayudó a darse más confianza a sí
mismo, Harry también estaba muriendo por poder sentirlo.
Volvió a comenzar a masturbarse para él, esos ojos verdes le estaban haciendo
un mal inhumano, le estaban quemando el cuerpo de una manera deliciosa. –Si no
me tocas me voy a volver loco… necesito sentirte y sabemos que tu también
quieres tocarme. –aceleró su mano.
–Yo soy el que te está tocando en estos momentos… cierra los ojos e imagina que
son mis manos las que te masturban, no las tuyas. –Ese joven tenía demasiada
experiencia en el sexo, así que no le era difícil mantener controlada la situación.
Louis cerró los ojos y se recostó sobre la cama. Hizo lo que el rizado le había
indicado y comenzó a pensar solo en él. Aumento la velocidad de sus movimientos
y con la otra mano comenzó a acariciar su abdomen. –Mierda, Harry… –gimió
mientras arqueaba la espalda y sentía un millón de sensaciones recorrer todo su
cuerpo.
El rizado se levantó del sofá y caminó hacia la cama, ahora que Louis estaba
concentrado en su mente no se le insinuaría tanto y él podría controlarse mejor.
Su miembro latía fuerte bajo su ropa, quería liberarlo pero sabía que no podía
hacerlo frente al chico. La única manera en la que eso no sería ilegal era que
hubiera cero contacto físico entre ellos, y que Harry no le mostrara nada.
Llegó hasta la cama y se quedó muy cerca de esta. –¿Te gusta lo que te estoy
haciendo…? –susurró. La manera en la que Louis se tocaba era fascinante, todo
lo hacía con demasiada elegancia, pero al mismo tiempo desespero.
–Ssiii… –la excitación apenas le permitió hablar. Aun continuaba lo
suficientemente consciente para recordar su plan y lo que tenía que lograr. Abrió
los ojos y lo miró–. Quiero sentirte dentro de mi… quiero que me tomes y me des
tan duro que mañana no me pueda levantar. –sus palabras hacían sido algo
exageradas, pero por lo que había notado, al rizado le gustaba que le hablara
sucio.
–Metete la mano a la boca, rápido. –ordenó sin hacer mucho caso a las últimas
palabras del menor. Louis lo miró confundido, sin embargo lo hizo. Lamió sus
dedos mirándolo directamente–. Ahora imagina que tus deditos son mi pene… –
Eso había sido totalmente inesperado.
Sintió miedo, pero no quería parar, necesitaba ser atendido en esa zona de
cualquier manera y a pesar de que la propuesta del mayor fuera algo extraña, no
quería desperdiciarla. Bajó su mano algo dudoso hacia su entrepierna. La última
vez que había tenido unos dedos ahí le había dolido demasiado.
Una parte de su cabeza no dejaba de recordarle que hacia eso por su familia y por
él mismo.
–Hazlo tú, te lo ruego… –decidió intentar por última vez, no tenía el suficiente valor
para adentrar sus dedos a su propio cuerpo. Eso era extraño y retorcido, al menos
para él que nunca antes lo había hecho–. Anda, déjame demostrarte que puedo
hacerte sentir en el cielo.
–¿A si? ¿Y qué me harías? –Había llegado el momento, Harry acababa de morder
el anzuelo. Se acercó más hacia Louis, sentándose sobre la cama y comenzando
a desabrocharse el pantalón–. ¿Cuál sería tu manera de mostrarme el cielo? –bajó
su pantalón dejándolo a la altura de sus rodillas.
Tenía que actuar rápido, atraparlo de alguna manera en la que después no pudiera
soltarse. Se acercó hasta Harry y se subió sobre su cadera, abrazando la espalda
del mayor con sus piernas. Harry dejó salir un gemido cuando sintió como la
entrada de Louis se rozaba con su erecto miembro. –Tócame y descúbrelo tú
mismo.
Las manos del rizado rápidamente se posaron sobre su cadera y pronto comenzó
a recorrer todo su cuerpo, llegando hasta sus glúteos y apretándolos
ansiosamente. Esa era definitivamente la parte más caliente de Louis. No pudo
controlarse más y lo besó.
Fue un beso demasiado húmedo. Ambos abrían excesivamente la boca y trataban
de tener lo más posible del otro. Sus lenguas se acariciaban entre ellas y su saliva
se combinaba con rapidez. –Hazlo de una puta vez Harry, fóllame ya. Déjame
montarte. –movía ágilmente las caderas provocando mas fricción entre el
miembro del mayor y su entrada.
–Eres un príncipe Louis, te trataré como un príncipe, te voy a hacer mi PUTO
PRINCIPE en este momento. –ya no quedaba nada de cordura en su cuerpo.
Pensó que Louis quería eso tanto como él y que no habría problema en que él
fuera un menor de edad. Lo levantó un poco por la cadera y acomodó su miembro
en la entrada del chico.
Louis sintió muchos nervios, pero sabía que era necesario soportar el dolor que
ese estúpido estaba por provocarle. Algo que quitaba un poco el problema era que
él era quien lo estaba montando, así que él seria quien controlaría la velocidad de
las embestidas. –No seas duro conmigo, Harry…
Negó con la cabeza. –Te prometo que te trataré como el príncipe que eres… –
volvió a juntar su boca hacia la del menor y lo besó apasionadamente–. Siéntate
en él cuando te sientas preparado, hazlo lento y te dolerá menos…
Abrazó el cuello del mayor muy fuerte y recargó su rostro sobre su hombro.
Respiró profundo y poco a poco comenzó a sentarse sobre el pene del mayor.
Harry le ayudaba con las manos para que la penetración fuera más rápida y
menos dolorosa. Lo hacía muy lento y a pesar de eso le estaba doliendo horrores.
–Nnnoo, no, me está partiendo en dos. –gimió de dolor cuando el miembro de
Harry ya se encontraba dentro de él.
–No pares, tranquilo. –Lo miró directamente a los ojos.
Comenzó a subir y bajar, haciendo fricción dentro de su cuerpo. Dolía demasiado,
pero mantenía la esperanza de que el dolor pronto disminuyera para convertirse
en placer. Él tampoco dejó de mirar a Harry, mantenían los ojos abiertos mientras
hacían todo eso. –Hazlo tú, yo no puedo, no sé cómo hacerlo.
Harry lo tomó de la cintura y sin salir de él se las ingenió para recostarlo sobre la
cama. Ahora él estaba arriba de Louis y podía controlarlo todo.
Louis confió en Harry, sabía que él sabría como hacer las cosas algo placentero. –
Ahora si, empieza el cielo. –comenzó a embestirlo, primero lento y poco a poco
acelerando la velocidad.
Sintió como el miembro del mayor tocaba un punto demasiado placentero de su
cuerpo, volvió a penetrarlo y volvió a tocarlo. –Ahhh… –esta vez había sido un
gemido de placer. Harry había encontrado su punto rico.
Continuaron con las penetraciones por un largo tiempo, una y otra vez. Eso se
estaba convirtiendo en un viaje de placer absoluto.
–¿Te gusta?... –susurró Harry volviendo a besarlo. Louis solo asintió con la cabeza
mientras le seguía el beso–. Dímelo, dime que esto te gusta.
–Me encanta… me encantas Harry, me encantas, me encantas….
–¿Te gusto? ¿Más que Oliver? –él sabía que estaba a punto de llegar a su
orgasmo y lo único que necesitaba era escuchar esa afirmación de parte de Louis.
–Si Harry, más que todos, tú me gustas más que cualquier persona, eres el
único que me gusta en realidad–Louis terminó antes que el mayor.
Viniéndose sobre el abdomen del rizado y dando un fuerte grito por esa magnifica
sensación.
Harry salió rápidamente del menor y estimuló su miembro unas cuantas veces
para terminar sobre las piernas de Louis.
Tardaron tiempo en recuperarse del orgasmo y cuando lo hicieron comenzaron a
besarse de nuevo, Harry lo abrazó por la cintura y sonrió ampliamente entre el
beso para después besar su cuello. –Gracias por esto, has estado increíble,
pequeño.
Louis comenzó a reír mientras se dejaba acariciar por la lengua del rizado. – Así
que… ¿No haríamos nada porque yo mayor de edad…?
Harry lo miró y comenzaron a reír –Mierda Louis, por fin te he encontrado. –
Mencionó exactamente lo que su mente le decía.
Al final Louis había ganado esa noche.

Capitulo 19.

La cama de Harry era demasiado cómoda para ser real. Las sábanas de seda y la
calefacción levemente encendida era lo que hacían que la situación fuera mil
veces más satisfactoria.
Louis llevaba despierto aproximadamente 10 minutos, mirando como Harry dormía
a su lado, sin hacer ningún movimiento o ruido que no fuera el de su respiración.
Miró el reloj que se encontraba en la cabecera de la cama. Eran las 3am y él tenía
que regresar a casa antes de que su madre se alterara y terminara llamando a la
policía.
Se levantó intentando no despertar al rizado. Lo hizo lento y delicadamente.
Además de que su cuerpo estaba algo adolorido por la ruda sesión de sexo que
acababan de tener.
Cuando ya se encontraba fuera de la cama notó su cuerpo desnudo y buscó con
la mirada algo para colocarse encima. Encontró la camisa de Harry y la miró por
unos segundos.
Era una camisa muy costosa, de la marca Louis Vuitton, la llevó hasta su nariz y
olfateó todo el olor del rizado. Era delicioso su aroma, era tan sofisticado y varonil
que lograba que Louis sintiera la necesidad de impregnarse ese olor.
Se colocó la camisa encima, por obvias razones le quedaba demasiado grande,
tanto que las mangas lograban rebasar sus manos y el largo de la camisa llegaba
por debajo de sus glúteos.
Salió de la habitación, mirando todo a su alrededor, las fotografías, las pinturas,
los lujosos muebles del lugar, todo.
Le parecía muy injusto como una persona tan mierda como lo era Harry tenía todo
eso. Como una persona que no servía para nada más que para gastar dinero era
tan privilegiado.
Lo que había pasado con Harry había sido exageradamente bueno. No sólo había
logrado conseguir su objetivo, sino que también había disfrutado demasiado ese
sexo.
La casa de Harry estaba muy silenciosa, sola y sin nada importante que hiciera
que a él le llamara la atención.

Louis entró de regreso a la habitación y se encontró con el rizado ya despierto


sentado en la cama, aun con las sabanas cubriendo su cuerpo. Este lo miró y
rápidamente entonó una sonrisa. –Esa camisa te queda muy bien, pero creo que
te quedaría aun mejor si no te cubriera tanto… –lo recorrió por completo con la
mirada.
Louis se sonrojó un poco y sonrió. –Eres muy grande, es obvio que tu ropa me
quedaría tan floja.
Lo miró por unos segundos más. Louis realmente le parecía hipnotizante, su
rostro, su piel, su cuerpo, todo en sí le parecía increíble. –Vuelve a la cama Louis,
es tarde. –habló Harry volviéndose a recostar y abriendo espacio junto a él para
que el menor se recostara.
–Ya lo has dicho tú. Es tarde, Harry. Tengo que volver a casa. –Se acercó hasta la
cama y se sentó sobre un costado–. ¿A qué hora tienes que estar por la mañana
en el aeropuerto? –recordó que su jefe saldría hacia América esa mañana y utilizó
eso como un pretexto.
Harry pensó por un tiempo. –A las 7 de la mañana… –dejó salir un quejido y se
giró dándole la espalda al menor–. Ya metete, vamos a dormir, mañana seguimos
hablando.
–Harry, son las 3 de la mañana, mi madre me matará si no llego a dormir, le
prometí que regresaría esta misma noche. –La verdad era que no estaba muy
cómodo con todo eso. Durante el sexo Harry había mencionado algunas palabras
que le habían dejado pensando por mucho tiempo y definitivamente eso no estaba
bien.

“Al fin te he encontrado, Louis”


¿Por qué Harry había dicho eso? ¿A qué se refería? ¿Qué había querido decir con
esa frase? Es decir, su principal estrategia para joder a Harry Styles era colocando
una demanda por abuso a un menor, pero cómo mierda iba a lograr demostrarlo si
Harry lo trataba como si él fuera alguien delicado. Su hermana había dicho que
para enamorar a alguien se tiene que ser frágil, y tal vez Louis lo estaba logrando,
pero realmente sentirse bajo el cariño de Styles le intimidaba, le hacía sentir
nervios y sobretodo le hacía dudar sobre lo que estaba haciendo.
–Louis, quédate a dormir esta noche. –Se giró para mirarlo y lo dijo de una manera
poco común, como si realmente él quisiera tenerlo durante toda la noche–. Anda,
tu madre sabe que estás conmigo “trabajando”, seguro lo entenderá.
–Harry… Te juro que no puedo quedarme… ¿me llevaras a mi casa o no? Dímelo
de una vez, porque si no entonces puedo tomar un taxi y listo. – Esperó una
respuesta del rizado.
–¿Quieres que te lleve a casa entonces? –elevó las cejas y preguntó con
diversión. Louis asintió con la mirada–. Pues entonces lo haré si antes te vuelves a
acostar conmigo, me has dejado con ganas de hacerte mil cosas más. –comenzó
a reír y volvió a hacer espacio sobre a la cama.
Louis se levantó de la cama fingiendo molestia. En esos momentos lo único que
sentía era confusión y algo de satisfacción porque sabía que su plan estaba
funcionando a la perfección. –Bien, entonces creo que me iré en taxi, adiós. –tomó
su pantalón del suelo y se lo colocó rápidamente, después hizo lo mismo con sus
zapatos y trató de salir de la habitación.
Harry se levantó rápidamente de la cama y corrió hasta él, deteniéndolo con un
fuerte abrazo que cubría todo su cuerpo y le impedía el movimiento. –No te vas a
ir solo. –susurró mientras Louis forcejeaba para soltarse y poder salir.
–Suéltame Harry, tengo que volver a casa. –intentaba soltarse de los brazos del
rizado, pero al mismo tiempo buscaba maneras de que este le rogara mas. Ahora
sabía algo totalmente correcto; Harry Styles había caído en su trampa.
Dejaron de forcejear aun sin soltarse del abrazo. El mayor bajó la mirada y le
dedicó una sonrisa. –¿En serio quieres irte tan pronto? ¿Soy tan malo en la cama
para que no quieras hacer nada conmigo de nuevo? –preguntó fingiendo un
puchero. Le robó un besito sobre los labios a Louis y después tomó su mano para
comenzar a caminar de nuevo hacia la cama.
Louis tenía que aceptarlo. Cuando Harry no estaba ocupado siendo un hijo de
puta, era demasiado encantador. Se dejó controlar por sus manos hasta llegar a la
cama. Harry lo tomó de la cintura y lo recostó sobre el colchón para después
colocarse encima de él. En esos momentos Louis llevaba toda la ropa mientras
que Harry solo llevaba los bóxers.
–¿Así eres con todas las personas con las que te echas un polvo? –preguntó
mirándolo por debajo de él. Harry lo tenía totalmente dominado con su cuerpo–.
No me digas que finges cariño con todas las putas que te traes cada fin de
semana.
–No, solo con esta puta soy así. –Dio una sonrisa traviesa mientras Louis le daba
un golpe sobre el abdomen–. Mentira, lo que pasa es que tú me causas ternura,
porque eres chiquito y no sé. Bonito tal vez. –lo decía con demasiada naturalidad,
sin pena alguna.
Louis se quedó sin palabras después de eso. En su interior quería reír como loco y
burlarse por lo estúpido que podía llegar a ser Styles, sin embargo había algo en
él que le hacía sentir un cosquilleo en el estomago ante esas palabras. Harry notó
la reacción de Louis y decidió agregar más al momento. Se agachó hasta su cara
y sin haber pedido permiso adentró su lengua a la boca del mayor, regalándole un
beso demasiado húmedo, pero al mismo tiempo tranquilo.
–Mierda Styles, pareces una niña enamorada. –le negó el beso corriendo la cara
hacia otro lado. Harry comenzó a reír y continuó besándole esta vez el cuello y las
mejillas.
–El día que yo actué como niña enamorada, ese día será el mejor de tu vida. –
Louis comenzó a reír y se dejó mimar por el mayor.
Las manos del rizado comenzaron a bajar por su cuerpo, lo acariciaba mientras le
dejaba decenas de chupetones sobre la piel del cuello. Llegó hasta el cinturón de
Louis y se detuvo, lo miró esperando a que este le otorgara el permiso para
continuar.
–Harry, detente, llévame a mi casa, son las 3 de la mañana. –volvió a decir cuando
en realidad rogaba porque este siguiera.
–Voy a mostrarte algo que aprendí a hacer cuando tenía tu edad– comenzó a
desabrocharle el cinturón para después intentar adentrar su mano dentro del
pantalón del menor.
–Mejor me voy, enserio que no puedo quedarme. –lo alejó de él negándole el
permiso, después se levantó de la cama y comenzó a acomodarse la ropa. Harry
dejó salir un suspiro, rindiéndose ante Louis. –ya no recordaba lo que es tener que
volver a casa por obligación, por unos momentos me olvidé de que tienes 15 años.
–también se levantó y caminó hasta su closet para sacar un pantalón deportivo y
colocárselo encima.
–¿Eso fue durante el tiempo que me rompías el culo? Porque yo supongo que
durante esos momentos no te pasaba por la cabeza que soy un menor de edad. –
habló dándole la espalda, gastando una pequeña broma sobre lo que había
pasado.
–No Louis, mientras te estaba metiendo el pene hasta el estómago sólo pensaba
en que tienes un cuerpo de puta madre y que el hecho de que seas un nenito te
hace más caliente. –le devolvió la "bromita" y terminó de colocarse la ropa.
Louis lo miró molesto. –No me has metido el pene hasta el estómago, no seas
exagerado, es demasiado pequeño para entrar tan profundo. –no pudo controlarse
la risa y dejó salir una carcajada exagerada.
–Aún así te hice gritar de placer. –se acercó hasta él con una sonrisa y volvió a
abrazarlo por la cintura, esta vez sin ser agresivo u obligarlo–. Niégame que te
haya vuelto loco...
Louis lo miraba con una sonrisa al mismo tiempo que mordía su labio inferior. –lo
has hecho, me has hecho decir cosas que pensé que sólo decían en las películas
porno.
Ambos comenzaron a reír, Harry terminó el momento dándole un beso por unos
segundos, después entrelazó sus dedos para caminar fuera de la habitación. –Es
hora de llevarte a casa, príncipe.
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El camino de regreso a casa era algo incómodo. Los chicos no habían
mencionado ni una sola palabra después de haber subido al automóvil.
A casi las 4 de la mañana las calles de Londres estaban totalmente vacías. No
había ni un sólo carro que no fuera el de ellos.
Louis le daba indicaciones a Harry, diciéndole cómo llegar a su casa.
Ese era el momento en el que la cruda moral se hacía presente en sus cabezas.
Sobre todo en la del rizado, que no dejaba de perturbarse pensando en todas las
estupideces que había dicho y hecho esa noche. Es decir, Louis era un maldito
dios, todo en él le llamaba demasiado la atención, le volvía loco. Pero era
demasiado pequeño y a pesar de que él estuviera de acuerdo al tener relaciones
con Harry, la ley podía castigarlo por eso.
Por un tiempo había pensando que lo que Louis le hacía sentir se trataba sólo de
alguna frustración sexual que terminaría en cuanto ellos tuvieran relaciones, pero
ahora eso se había vuelto peor. Quería que Louis fuera suyo, no sólo sexualmente
hablando, sino que también en sentimientos. Quería que Louis sólo pensara en él,
que sólo existiera Harry en su vida y nada más. Ya no quería seguir con el jueguito
de "follarse al novio de su primo", ahora quería que su primo estuviera lo las
alejado de Louis posible.
También se sentía algo extrañado por el nivel de excitación que había conseguido
estando con Louis. Increíblemente ese niño le había regalado uno de los mejores
sexos de su vida. Harry había dicho algunas cosas que al
mismo tiempo temía demasiado porque fuera real.
"Por fin te he encontrado"
–En la siguiente esquina tienes que dar vuelta a la derecha y te sigues todo
derecho, la última casa de la calle es la mía. –habló Louis interrumpiendo los
pensamientos del rizado.
–De acuerdo. –Pensó que después de eso el silencio volvería, sin embargo no
pudo controlar su lengua, tenía que dejar clara su situación con Louis–. Oye, creo
que lo mejor es que hablemos sobre lo que pasó entre nosotros. –Dio vuelta
donde Louis le había indicado tiempo antes.
–Sólo fue sexo, ¿no fue así? –no le dio mucha importancia a las palabras de
Harry, en esos momentos él sólo quería llegar a su casa y tomar un baño para
limpiar cualquier residuo del rizado sobre su piel.
–No sé Louis, y eso me preocupa. –Louis lo miró confundido, el mayor continuaba
manejando, intentando no mirarlo–. Tú sabes que yo tengo una novia, y que me
voy a casar.
–Ya lo sé, y me da igual, igual que a ti. Porque si no te diera igual no me hubieras
follado de esa manera.
–Eres mi empleado. –volvió a poner otro pretexto.
Louis no comprendía el cambio de actitud del mayor, tenía que hacer algo que no
cambiara las cosas. –Pues si tengo que renunciar a mi trabajo para meterme a tu
cama, lo haré. –Se acercó a su boca y lo besó sin importarle que Harry estuviera
manejando.
–Mierda Louis, me estas enloqueciendo. –le pasó la mano al rededor de la cintura
y lo acercó más hasta él–. Mañana no vas a ver a Oliver.
Louis lo miró confundido. –¿Perdón?
Harry tardó demasiado en contestar, llegó hasta el final de la calle y paró en
la última casa, suponiendo que ahí era donde vivía el menor. –No me parece
correcto. –confesó cuando el auto se encontraba estacionado.
–¿Qué es lo que no te parece correcto? ¿Que salga con alguien de tu nivel
económico mientras que yo no tengo nada? ¿Es eso? –al parecer Louis no estaba
captando la idea de Harry.
–No seas imbécil, obvio no es por eso. –rodó los ojos y no quiso seguir con el
tema. Sacó su billetera del bolsillo de su pantalón y tomó 300 libras de ella–.
Olvídalo, ¿Quieres? Mejor hablamos cuando regrese de América. Ten. –Le
extendió el dinero a Louis–. Es el pago de esta semana que pasó.
Louis no tomó el dinero. No estaba dispuesto a olvidar lo que Harry había dicho,
pues lo había tomado como una ofensa. –¿Por qué no te parece correcto que me
vea con tu primo? Dímelo.
–Toma el dinero y baja del auto. No hablaré más sobre esto.
–¡Dímelo, carajo! ¡Te sientes demasiado solo porque te cagas en dinero, pero en
realidad no tienes ni una mierda! ¡Si yo quiero salir con alguien igual o más rico
que tú, lo haré! –se escuchaba demasiado molesto, lo empujó hacia atrás y
después intentó salir del auto.
–No. –Harry lo sostuvo fuertemente por el brazo y lo obligó a mirarlo a los ojos–.
No quiero que lo veas porque no quiero que veas a nadie más, no quiero que
nadie más que no sea yo te toque. Porque me estoy pudriendo en los celos que tú
y el imbécil de mi primo me hacen sentir. Porque cada que los veo juntos siento
ganas de matarlo a golpes. Porque no quiero remover nada de lo que él deje
sobre tu cuerpo. –Lo acercó violentamente a su boca y comenzó a besarlo
demasiado alterado, después se separó, lanzó el dinero sobre las piernas del
menor y miró hacia la ventana–. Ahora ya lo sabes, toma el dinero y sal de aquí.
Nos veremos el miércoles cuando regrese.
Louis no supo cómo reaccionar ante eso. Hizo lo que Harry le había pedido y salió
del auto sin decir nada más. Encontró a su casa corriendo y cerró la puerta de un
golpazo. Tenía la respiración demasiado agitada, necesitaba hablar con Jake
urgentemente.
Sacó su móvil y marcó el número rápidamente.
–¡¿QUÉ MIERDA TE PASA, LOUIS!? ¡¿No eres consciente de la hora que es? –se
escuchó una voz molesta por del otro lado de la línea.
Louis no pudo controlar más su risa y comenzó a carcajearse sin importar
despertar a su familia con eso. –Lo tenemos Jacob, Harry Styles está en mis pies,
ese hijo de perra ha mordido el anzuelo, ahora es mío.

Capitulo 20.
Eran exactamente las 9 de la mañana cuando su madre lo despertó. Jacob
acababa de llegar a su casa.
–Vamos, Louis. Tu amigo está en la puerta y me ha dicho que es muy importante
que se vean. –mencionó la señora Tomlinson moviendo suavemente a su hijo, que
dormía como un bebé.
Louis intentó sentarse sobre la cama, pero sentía demasiado dolor en la cadera
gracias a lo que había hecho la noche anterior. Llevaba unas bolsas enormes de
agua bajo los ojos, no había dormido más de 4 horas esa noche. – ¿Jacob está
aquí? –“Hijo de perra, lo mataré” pensó mientras se tallaba los ojos para poder
despertar mejor.
–¿A qué hora has vuelto anoche, Louis? Me he quedado dormida a las 3 y tú aun
no llegabas. –Su madre se veía seria, mas no molesta.
–No sé, como a las 3:30. Teníamos mucho trabajo. –mintió. Se sentía tan mal
como si la noche anterior hubiera bebido una botella entera de Vodka–. ¿Está
Jacob aquí? –volvió a preguntar.
–Sí, lo haré pasar. –se levantó de la cama de su hijo y salió dirigiéndose hacia la
puerta.
Aunque la familia de Louis fuera muy humilde, su padre había hecho lo posible por
darles una vida digna, sin un solo lujo, pero con un hogar decente donde vivir.
Louis presionó su cadera con sus dedos. Le dolía horrores y no entendía por qué,
si la noche anterior había gozado cada segundo con ese chico.
Jake entró a la habitación con toda confianza. Llevaba ropa deportiva y estaba
muy sudado. –Mierda, no pude esperar más. Tenía que venir para que me
contaras qué mierda ocurrió anoche. –cerró la puerta tras él y se sentó en el suelo
de la habitación, recuperando el aliento. Al parecer había estado corriendo.
–¿De donde vienes? –preguntó el castaño observándolo raro por su aspecto.
–Del gym, salí de ahí y se me ocurrió venir a visitarte.
–Son las 9 de la mañana, imbécil. Además es sábado y no sé si te acuerdas que
anoche estuve con el imbécil de Styles hasta altas horas de la madrugada. –La
falta de energía le ponía del peor humor. Estaba tan estresado por sentir tanto
dolor físico que quería golpear a Harry por haberlo penetrado con tal dureza.
–Es una venganza por todas las veces que tú me has llamado en los momentos
menos indicados. Me la debes. Además, ¡quiero que me cuentes qué pasó
anoche! No he podido dormir en toda la noche por estar pensando en eso. Eres un
hijo de puta. –Comenzó a reír, parecía tan emocionado que se podía pensar que
Jake tenía algún interés personal en derrotar a Harry, pero después podía recordar
que Jake era un enfermo y siempre se comportaba así.
–Y tú pareces una niña adicta al cotilleo. –Rodó los ojos y se giró como pudo
sobre la cama.
–¿Me lo dices tú a mi? ¡Por dios Louis, tú eres él que se acostó con Styles! – gritó
aun actuando demasiado interesado por la situación.
Louis lo miró molesto. –¿Puedes dejar de gritar? Tengo la cabeza a punto de
explotar.
–Entonces dime de una vez, ¿Qué pasó anoche? ¿Lo has conseguido al final o
no?
–¡Pues claro que lo he conseguido! ¡Ese chico está loco por mí! –Miró a su amigo
con una gran sonrisa, pero no de felicidad, sino de maldad. Estaba demasiado
satisfecho y orgulloso con lo que estaba logrando–. Es increíble la manera tan fácil
en la que ese idiota cayó en nuestro plan. Verdaderamente no sé si su autoestima
está tan baja que con cualquier muestra mínima de “amor” se pone como loco.
Jake elevó su mano hasta su boca impresionado. –¿Te ha dicho que te ama? –No,
y tampoco creo que lo esté. Pero lo que sí me ha dejado claro es que se muere de
celos cuando me ve con el pesado de Oliver. Seguro que está tan acostumbrado
a que sus putas lo respeten, que quiere hacerse el “dominante” conmigo, imbécil.
–¿Pero no se supone que ese era el plan? ¿Hacerte el sumiso con Styles?
–Sí, pero si quiero actuar sumiso será por mi propia voluntad, no porque ese
imbécil así me lo imponga. –Louis mantenía su dedo índice en su sien. Parecía un
anciano molesto.
–Bueno, pero al menos ya follaron, supongo que eso era lo impórtate. ¿Te ha
dicho al menos algo “cursi”?
–Lo ha hecho, demasiado, pero no solo me ha dicho, me ha tratado como su
estúpido. Como un “príncipe”. No sé. A veces pienso que está enfermo mental o
algo así. Me enferma con su actitud domadora.
Comenzó a reír como loco. –Oh, Louis. Hablas como si fuera una niñata
quejándose de su novio celoso. Vamos viejo, estas logrando todo lo que querías,
Harry Styles terminará demente por ti y eso te conviene.
Louis estuvo a punto de decir algo cuando su móvil comenzó a vibrar. Miró el
localizador de llamadas. –Mierda… Es el puto de Oliver, no sé qué quiera a estas
horas.
–Seguro follar. –Guiñó el ojo divertido. Si había alguien que se estaba matando de
risa con esa situación era Jacob–. Vamos, contéstale a tu noviecito.
–¿Para qué mierda? Harry no está en la ciudad, no me servirá de nada tenerlo
cerca estos días. Además, ayer le dije que quería hacerle “cositas” solo para celar
a Styles. Seguro que si quiere follar. –rechazó la llamada y al instante volvió a
sonar–. Mierda, este maricón no ha comprendido que no quiero hablar con él. –
Volvió a rechazar la llamada y esta vez apagó el móvil al instante.
–¿Por qué no le coges las llamadas? Será mejor que lo tengas de tu parte.
–No, no me interesa por ahora. Harry me ha pedido que no lo vea este fin de
semana.
–¿Ha hecho eso? –se veía impresionado–. ¡MIERDA LOUIS! ¡ERES UN PUTO
GENIO! –lanzó una carcajada, Louis se contagió de la risa de su amigo.
–¡Si, imbécil! No sabes cómo me comporto frente a esos dos, parezco una perrita
caliente. –siguieron con las carcajadas por un largo rato.
Louis no sentía remordimiento alguno al hablar así de Harry o de Oliver. No sentía
nada más que gracia y satisfacción. No le importaba una mierda que dentro de
esos chicos estuviera creciendo algo por él. Solo quería lograr su objetivo. Tenía
muy claro que no tenía que mezclar los sentimientos con los negocios, y por
desgracia, Harry Styles para él era un negocio.
–¿Entonces? ¿Ahora que sigue? –preguntó Jake poniéndose serio.
Lo pensó por unos segundos más. –Creo que por ahora le haré pensar que me
tiene a sus pies, fingiré que solo pienso en él, que solo lo quiero a él y esas
estupideces que me pidió anoche, tengo planeado algo para hoy, esta noche
intentaré algo diferente. –Elevó las cejas como todo un ganador–. Porque enserio
creo que me revisará el culo para asegurarse que no he estado con nadie más
durante su ausencia. –Los dos amigos explotaron en risas de nuevo.
La manera en la que se estaban burlando de Harry podía incluso a llegar a ser
demasiado cruel, pero a ellos no les importaba, nada en realidad, les importaba
una mierda robarle el alma a ese chico para después pisotearla y tirarla a la
basura.
Pronto cambiaron de tema a cosas aun más estúpidas. Les parecía una pérdida
de tiempo hablar sobre algo que ya tenían “ganado”.
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Nueva York, Estados Unidos.
Harry llevaba todo el estúpido día asistiendo a estúpidas reuniones con estúpidas
personas que decían cosas en un estúpido acento estadunidense. Desde que
había bajado del avión no había descansado ni un poco.
Odiaba que su padre lo hubiera mandado justamente a él para encargarse de
asuntos tan importantes y pesados.
Durante todas las reuniones del día había tenido que leer cientos de contratos
enormes. En esos momentos se lamentaba demasiado que Louis no estuviera con
él para que leyera los contratos y luego se los sintetizara con palabras más
simples.
En realidad no solo lamentaba no tener a Louis para eso. También estaba deseoso
de verlo, de tocarlo y de repetir las cosas que habían pasado una noche anterior.
No había podido dejar de pensar en él durante todo el día, lo cual le parecía muy
extraño, pero tampoco le molestaba, pensar en Louis se había convertido en su
mejor hobby.
Incluso no había pensando, ni siquiera le había pasado por la cabeza, seducir a
alguna ejecutiva neoyorkina para llevársela a la cama esa noche y poder relajar
los deseos sexuales tan elevados que tenia. Solo pensaba en lo mucho que
deseaba que fuera miércoles para volver a Inglaterra y ver a Louis, y si este se lo
permitía, volver a acostarse con él.
Cuando se hizo de noche regresó a su hotel sin siquiera salir a cenar. Pidió
servicio al cuarto y prendió la televisión para mirar el noticiero. Era sábado y
estaba en Nueva York, pero aun así no le pasaba por la cabeza salir a divertirse.
Comenzó a revisar sus correos, después sus mensajes del móvil para comprobar
que nadie importante (Louis) le hubiera mandado algo. Por desgracia, solo tenía
mensajes de su novia y de algunos cuantos amigos del club deportivo.
Estaba recostado en la cama, mirando la televisión sin poner nada de atención.
Una vez más, estaba maravillado por como Louis lograba manipular su cabeza, al
grado de no poder dejar de pensar en él a pesar de encontrarse tan lejos.
Se rindió por completo. Tomó su móvil y le mandó un mensaje de texto. Sabía que
eran las 4 de la mañana en Londres, pero eso era lo que menos le importaba.
Necesitaba comprobar que Louis no estuviera con su primo.
“Hola, espero que estés despierto porque quiero hablarte”
No habían pasado más de 2 minutos cuando recibió una respuesta de parte del
menor.
“Son las 4 de la mañana, obviamente estaba dormido. ¿Necesitas algo?
“Si, a ti.” Sonrió como imbécil y mandó el mensaje.
“Creo que me pasa igual ¿Por qué no tomas un avión, regresas a Londres y te
metes a mi cama?
“No me pidas eso porque terminaré haciéndolo, y no quiero pasar las próximas 15
horas lamentándome haber dejado NY solo por ti.”
“¿Te lamentarías? Yo podría recompensarte, tengo la manera perfecta de lograr
que tu pienses que ha valido la pena.”
“¿Ah, sí? Si sigues así tendré que pajearme, y será muy incomodo porque será
pensado en ti”
“¿Por qué no mejor me llamas? Quiero escuchar tu voz.”
Harry suspiró impresionado al mismo tiempo que marcaba el número de Louis
para hablar directamente con él. Era un maldito loco, si, pero valía la pena.
–Hola. –se escuchó aquella voz chillona que tanto añoraba escuchar. Harry sonrió
en automático.
–Hola, príncipe. –Relamió sus labios, buscó el control remoto para después
apagar el televisor y optó una posición más cómoda sobre la cama–. ¿Qué has
hecho hoy? –se había olvidado de la caliente conversación que tenían por
mensajes, ahora solo lo quería escuchar hablar, mucho, mucho.
–Nada interesante. –Bostezó sin poder evitarlo, realmente si estaba dormido
cuando Harry le envió el mensaje–. En la mañana vi a Jacob y lo demás del día lo
pasé mirando la televisión con Mini, mi hermana.
–¿Eso quiere decir que no has visto a Oliver?
–Exactamente. –Se había quitado un peso de encima, al menos sabia que Louis
no había estado follando mientras él trabajaba–. ¿Y tú? ¿Por qué no te estás
tirando a una turista o a alguna estadunidense?
–Porque hoy solo tengo ganas de un británico de 15 años.
–Eres un maldito enfermo, pedófilo. –Harry comenzó a reír
escandalosamente–. Pero sabes que así me gustas, y demasiado. –Había dos
opciones:
1. Louis actuaba muy bien.
2. Louis no mentía y realmente le gustaba Harry.
–Dime que tú también te has quedado con demasiadas ganas desde lo de
anoche… –susurró el rizado con un tono de voz seductor.
–Ni tantas. Me has dejado inmóvil el día de hoy. Tuve que inventarle a mi madre
que me había caído de la escalera de tu casa.
–Seguro fue porque no te lo hice correctamente, no te traté con la fragilidad que te
mereces… –hablaba mediante susurros que más bien parecían gemidos–. La
próxima vez que te vea, te lo haré tan rico que llegaras al orgasmo en menos de 5
minutos.
–No, yo no soy tan precoz como tú. –Por otro lado Louis se encontraba
maravillado con lo que estaba pasando del otro lado de la línea. Sabía
exactamente lo que haría esa noche para mantener a Harry aun más loco por él.
Louis no sentía ni un poco de excitación, pero fingiría que lo estaba. –En estos
momentos desearía poder verte a los ojos y que me estés tocando… – había dado
en el blanco perfecto, ahora Harry estaba demasiado caliente por sus simples,
pero efectivas palabras.
–Prende la computadora, guapo. Muéstrame como te tocas por skype. –Louis tuvo
que tapar su boca para no comenzar a reír escandalosamente. Harry actuaba
como un maldito cerdo cuando estaba excitado.
–No tengo computadora, Styles. –No mentía, no tenía una pc para poder hacer lo
que le pedía, en realidad lo único que tenía era su simple celular que apenas
funcionaba.
–Bueno, que bien qué me dices, mañana te compraré una para evitar estas
situaciones. Realmente necesito tenerte en estos momentos.
–Entonces, vamos a emplear tu juego… Tócate pensando en mí, justo de la
manera en la que ayer me obligaste a hacerlo a mí.
Harry comenzó a hacerlo, en realidad ya lo hacía desde antes de que el menor se
lo pidiera. Estaba actuando como un animal adicto al sexo, pero realmente Louis
lo ponía mal. –¿Qué me harías si estuvieras aquí conmigo?
Louis sabía cómo tratar a Harry. Le gustaban las palabras sucias escondidas bajo
la ternura e ingenuidad que un chico de 15 años podía darle. –Te besaría la boca,
lo haría muy húmedo. Te besaría hasta que no pudieras continuar respirando.
Harry sonrió mientras se acariciaba el abdomen para después comenzar a frotar
su mano sobre su miembro por encima de la ropa. –¿Solo eso, bebé? Vamos,
toma las riendas de la situación.
–También te besaría todo el cuello, te dejaría mil marcas en esa piel, miles de
chupetones. Descendería por tu abdomen hasta llegar a tu cadera y ahí, me
detendría.
–No, no te detengas… –gimió y Louis pudo deducir que Harry ya se estaba
masturbando para él.
–Somos unos malditos enfermos.
–La puta madre, Louis, sigue…. –rogó el mayor.
–Te daría un perfecto blowjob, te besaría esa zona como si su sabor realmente me
encantara, te haría vibrar por solo mi lengua sobre tu miembro. –La respiración de
Harry contra el auricular era demasiado fuerte. Debía estar pasándola genial.
–¿Me dejarías follarte? –Preguntó empuñando más su mano alrededor de su
miembro, y acelerando sus movimientos–. ¿Me dejarías hacerte mío otra vez?
–Ya soy tuyo. –Ni siquiera se explicaba por qué había dicho eso–. Me estés
follando o no, yo ya soy tuyo.
–Te mato Louis, me encantas…. –volvió a gemir y se quedaron en silencio.
Estuvieron más de 5 minutos sin mencionar ninguna palabra. Louis estaba muy
concentrado en las respiraciones del mayor, escuchando
detalladamente y tratando de imaginarse la escena que ocurría del otro lado de la
línea. Si Harry se hubiera encontrado con él, obviamente le habría dejarlo que lo
follara, es más, en esos momentos él también sentía la necesidad de tocarse por
los gemidos del mayor.
–¿Te gusta?
–Si… Pero ya no hables mas, estoy por terminar…
Pasaron unos minutos más hasta que el mayor dejó claro que había llegado al
orgasmo por los gemidos acelerados que había emitido. Louis sonrió como si
realmente hubiera sido él quien le había provocado tanto placer.
–¿Mañana me volverás a hablar a estas horas solo para pajearte escuchandomi
voz? –gastó una broma cuando sintió que el mayor ya se había recuperado.
–Claro que sí. –Dejó salir una risita–. Mañana iré de compras, y tendrás que
aceptar que si veo algo que me gustaría verte puesto, te lo compraré.
Los ojos del menor se iluminaron al escucharlo decir eso. –Y yo lo modelaré para
ti.
–Mierda. Te odio, ahora mismo tengo el abdomen lleno de semen. Tengo que
tomar un baño.
–Está bien, yo también tengo que dormir.
Se hizo un silencio incomodo.
–De acuerdo. Mañana intentaré llamarte cuando sea de temprano allá, para que
no te desveles tanto.
–Sí, está bien.
–Okay.
–Okay.
–De acuerdo.
–Creo que ya tienes que colgar, Harry.
–Mierda, lo sé. Pero creo que voy a extrañar tu voz, y demasiado. –la llamada se
cortó.

Capitulo 21.
Los días pasaron demasiado rápido para Louis.
Después del fin de semana donde Louis había tenido que atender las constantes
llamadas del rizado a cualquier hora del día, o leer sus estúpidos mensajes
eróticos y uno que otro empalagoso, tener que volver a la oficina y que ésta se
encontrara sin Harry era placentero. Él podía hacer todo lo que quisiese, podía
pasar el día entero durmiendo en el sofá, tan solo era necesario estar ahí para
contestar las llamadas y anotar los recados para el rizado.
No lo extrañaba, no lo necesitaba y mucho menos sentía la necesidad de verlo.
Estaba tan asqueado de todas las llamadas acosadoras que recibía de parte de
Harry, que el hecho de pensar que tenía que verlo pronto le molestaba. Eso era
así. Harry le llamaba con cualquier estúpida escusa durante todo el día.
Era miércoles, día en el que Harry estaría de regreso en la ciudad.
Se arregló lo mejor que le fue posible, colocándose sus mejores ropas y un poco
de perfume detrás de las orejas, que aunque no fuera de marca, olía muy bien. Se
acomodó el cabello de una forma que le colgaba un poco hacia la izquierda. Se
miró al espejo antes de salir de casa, notó como su estomago había crecido
levemente, sintió su cabeza comenzar a palpitar, eso no podía estar pasando,
había evitado todas las cenas y varios desayunos para no engordar.
Se miró por mucho tiempo, tomando diferentes posiciones frente al espejo,
tratando de encontrar un ángulo que lo hiciera lucir más delgado.
En realidad todas aquellas cosas eran imaginaciones de Louis, él estaba cada vez
más delgado.
Cuando no supo qué hacer para esconder su abdomen, solo se colocó una
chaqueta y salió hacia la oficina. No podía dejar que algo así le arruinara el día. El
plan continuaba, Harry tenía que seguir cayendo.
Tomó el autobús de todos los días y durante el camino pensó en las cosas que se
aproximaban; Harry estaba cada vez más cerca su fin.
Tampoco había hablado con Oliver todos aquellos días, simplemente porque
quería evitarlo, quería evitar tener que cumplir aquello que Louis le prometió el día
que Harry escuchaba acerca de todo lo que hablaban.
No había vuelto a la escuela, así que suponía que ya había perdido el año escolar.
Lo único que le quedaba era cumplir su objetivo con los Styles, a su padre ya
comenzaba a faltarle el dinero para las medicinas del próximo mes.
Llegó a la oficina saludando a todos los empleados a su paso. Llegó hasta Ana, la
recepcionista, y le dio los buenos días como era de costumbre. –Hola Ana, buenos
días.
La chica lo miró con una gran sonrisa. –Hola, Louis, ¿Cómo va todo?
–Bien, muy bien. ¿Ya ha llegado Harry del aeropuerto? –Rogaba porqué la
respuesta fuera un “no”.
–Sí, está en su oficina. –Louis barrió los ojos y maldijo la situación. Pero bueno, no
quedaba otra opción, tenía que seguir con su plan.
–De acuerdo. –Le dio una sonrisa falsa–. Entonces subiré para comenzar a
trabajar, ten un buen día.
Subió al elevador y aprovechó el momento para acomodarse la ropa. Dio un
suspiro pesadamente y se resignó. Aunque Harry no lo tratara mal, le enfermaba
tener que verle la cara, tener que besarlo y fingir que le gustaba, odiaba, y cada
vez más, tener que fingir amor por él.
Cuando llegó hasta la oficina tocó la puerta pidiendo permiso para entrar.
–Adelante. –Escuchó aquella voz ronca y gruesa por dentro de la oficina. Se le
revolvió un poco el estomago.
Abrió la puerta y fingió una sonrisa. –Bueno días. –El señor Styles, es decir, el
padre de Harry, se encontraba hablando con su hijo.
–Bueno días. –contestó el hombre sin siquiera voltear a mirarlo. Él era el pez
gordo de la familia, era el saco de dinero más grande de los Styles, pero ahora
Louis no tenía ningún interés en él, sino en su hijo.
En cuanto los ojos de Harry se posaron en Louis, le fue imposible ocultar la gran
emoción que sentía al verlo. Una sonrisa se formó en su rostro y tuvo que desviar
la mirada para que su padre no notara algo extraño. –Hola, Louis, adelante.
–Esperaré afuera hasta que termines de hablar con el señor Styles, no hay
problema. –prefería estar afuera que tener que vivir el incomodo momento de
soportar las miradas acosadoras de Harry frente a su padre.
–No, no hay problema. –Mencionó el señor Styles al mismo tiempo que se
levantaba de su asiento–. Ya hemos terminado, chico.
Louis asintió y entró a la oficina. Harry volvió a mirarlo con una sonrisa.
–De acuerdo padre, nos veremos en la noche entonces, ten un buen día. –
acompañó a su padre hasta la salida de la oficina, ansioso porque se fuera para
quedarse a solas con Louis.
–Hasta luego, Harry. Espero que llegues puntual, sabes que esta noche es
importante para toda la familia. No todos los días le pides la mano a alguien para
casarte con su hija, seguro los padres de Ashley quedaran encantados con la cena
que tu madre está preparando. –Louis sintió un nudo en su estomago al escuchar
esas palabras, sin embargo fingió no haber escuchado nada, tan solo comenzó a
ordenar todos aquellos papeles que se encontraban sobre el escritorio de rizado.
–Sí, claro… –Mencionó Harry sabiendo que las palabras de su padre no habían
sido buena idea. Mucho menos con Louis dentro de la oficina escuchando todo.
Cerró la puerta tras el hombre y antes de poder mencionar algo Louis lo detuvo
sacando otro tema.
–Tienes demasiados pendientes para esta semana, tengo todo anotado, cuando
me lo indiques comienzo a explicarte tus compromisos. –Ni siquiera le había
mirado al hablar, solo fingía estar muy concentrado en lo que ordenaba.
No sentía molestia por las palabras del padre de Harry, sino, sentía miedo y algo
de traición. Mientras que Harry lo hacía pensar que pensaba todo el tiempo en él,
en realidad estaba planeado pedir la mano de su novia.
Pero bueno, al final era un juego que los dos estaban jugando, el problema era
que cada quien llevaba y seguía sus propias reglas.
–¿No me vas a saludar primero? –habló Harry recargado contra la puerta de la
oficina. Sabía que probablemente Louis estaba molesto, sin embargo no quería
disculparse con él, ni nada por ese estilo. Harry aun se consideraba libre de tener
los amantes que él desease, y Louis era uno de ellos.
–Te he dicho “buenos días” antes. Eso para mí es un saludo. –contestó cortante
aun sin mirarlo.
Harry comenzó a reír en forma de burla. –¿No me vas a dar un beso?
–No. Pídeselo a tu novia. –No sabía por qué hacia eso, pero realmente necesitaba
reclamarle–. Yo soy tu puto asistente, no tu maldita novia. –Lo miró con desprecio
y volvió a darse la vuelta, esta vez dirigiéndose hacia el pequeño armario en
donde se guardaban todos los papeles.
–No, Louis, no te equivoques. –Dijo el rizado con todo de voz molesto, se acercó
hasta él y lo tomó por la espalda fuertemente, abrazándolo después por la cintura
y girándolo para que lo mirara–. Tú eres mi amante, ¿Acaso eso no era lo que
querías desde un principio? –le habló al oído, cada vez apretándolo más hacia su
cuerpo.
–Yo no he visto a Oliver todo el puto fin de semana, me la he pasado solo cada
minuto, como para que tú me llegues con la noticia de que pedirás la mano de tu
novia. Vete a la mierda. –intentó alejarlo de él, sin embargo Harry se lo prohibió
sosteniéndolo más fuerte.
–¿Ahora me dirás que no sabías que me iba a casar? ¡Por Dios, si tú lo sabías
perfectamente y aun así te encargaste de seducirme! Deja de hacerte el indignado
y dame un maldito beso, que me muero de ganas por volver a sentir tu saliva en
mi boca. –Hablaba mientras miraba directamente hacia los labios del menor. No
mentía, realmente había anhelado esa boca durante sus días de viaje.
Louis respiró profundo, lo que menos le convenía era armarle una escenita de
celos para que después Harry se molestara y terminara corriéndolo de la oficina.
No lo quedó otra opción más que actuar como éste quería que actuase. –Perdón.
–bajó la mirada tragándose su orgullo, de igual manera sabia que al final seria
Harry quien lloraría por él–. Tengo que aceptar el papel que llevo en tu vida y dejar
las estupideces sobre celos absurdos.
¿Por qué Harry si podía celarlo y Louis no? Simple, Harry era el poderoso, pero
solo durante un tiempo.
–No te preocupes, príncipe. –lo tomó de la barbilla obligándolo a mirarle–. Ya te
acostumbraras de cómo funcionan las cosas entre nosotros, ¿De acuerdo, bebé?
–Le acariciaba las mejillas y lamia sus propios labios, ansioso por besar a Louis–.
Dame un beso, por favor.
Louis le dio una sonrisa falsa, se acercó más hacia él y comenzó a besarlo de
manera lenta y suave, permitiéndole al rizado disfrutar de su sabor.
Para Louis eso se sentía como un simple beso, mientras que para Harry se sentía
como algo que quemaba sus labios, de manera que sentía miles de cosquillitas en
esa zona. Era como si los labios de Louis contuvieran alguna sustancia aun más
adictiva que la droga.
–¿Has tenido suficiente ahora? –se separó de él y lo miró.
Harry volvió a besarle. –No, quiero más, muchísimo más. –esta vez profundizó el
beso. Lo levantó un poco cuando la estatura de Louis fue un obstáculo para
besarlo más húmedamente, bajó las manos hacia el pantalón del chico y comenzó
a tocarle los glúteos por encima de la ropa.
Louis se alejó rápidamente. –Aquí no Harry. –Quitó los excesos de saliva sobre
sus labios–. Estamos en la oficina, no es el momento. –En realidad eso le
importaba una mierda. Pero el hecho de saber que Harry se comprometería de
manera formal con su novia le hacía no querer ni siquiera besarlo, mucho menos
sentir sus manos sobre él.
–Mierda, déjame tenerte, no te resistas, no quiero tener que rogarte. –rodó los ojos
y volvió a acercarse hacia él, Louis lo detuvo.
–Aquí no. Es enserio. –se mostró molesto.
Harry suspiró y pensó la situación. –¿Hay mucho trabajo para hoy? –preguntó
mientras tomaba su abrigo y las llaves de su auto del escritorio.
–No, no sabía exactamente a qué hora regresabas, así que dejé todos tus
pendientes para a partir de mañana. Puedes irte si quieres.
–No, vámonos. –Lo tomó de la mano y entrelazó sus dedos–. Te he traído algunas
cosas de América que quiero entregártelas en privacidad, están en mi casa,
vámonos.
Eso era perfecto, justamente lo que Louis quería escuchar, comenzar a sacar
provecho del sacrificio que hacia teniendo que lidiar con Styles. –De acuerdo, iré
contigo. –Sus ojos brillaban por la ambición. Si de algo estaba seguro era de que
Harry no era ningún tacaño.
–Tendrás que agradecerme todo lo que te compré, creo que he gastado más en ti
que en mí. –depositó un beso sobre su mejilla y abrió la puerta de la oficina al
mismo tiempo que soltaba la mano del menor.
–No te preocupes, sé cómo agradecerte todo. Y tú también lo sabes…
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Esta vez el departamento de Harry no asombró a Louis. Tampoco le siguió el
juego cuando durante el camino en coche Harry lo tocaba “jugueteando". Estaba
molesto y no tenía por qué ocultarlo.
Entraron hasta la habitación del mayor, Harry lo tenía agarrado de la mano para
llevarlo hasta donde él deseara. –Míralo, ahí lo tienes. –Señaló hacia la cama, que
se encontraba forrada en bolsas de tiendas de marcas reconocidas y muy
costosas.
Louis ni siquiera traía ánimos para alegrarse por eso. Por unos segundos la
estúpida idea de que preferiría que Harry no le hubiera traído nada, pero que
simplemente no pidiera la mano de su novia, pasó por su cabeza. Se sentía tan
estúpido que lo único que quería era salir de ahí y encerrarse en algún lugar
donde nada le recordara que Styles existía.
–Enséñamelo tú. –susurró.
Harry lo observó detalladamente. La actitud de Louis no era normal, y sabía
perfectamente por qué estaba actuando así. Lo abrazó por la cintura para
acercarlo hacia él. –¿Qué ocurre? He llegado de Nueva York y tú apenas has
hablado, ¿estás enojado por lo de mi compromiso?
“¿Estar enojado?” Pensó Louis. “¿Por qué mierda tendría que estar enojado, si él
ni siquiera quería a Harry Styles por otra cosa que no fuera su dinero?” – No. No
me pasa nada. –Desvió la mirada para no tener que mirarle a los ojos.
Harry decidió dejar ese tema como estaba, no complicaría más las cosas.
Mucho menos permitiría que la actitud de ese niño le perturbara la cabeza.
¿Acaso Louis estaba celoso porque Harry se iba a casar?
–Bueno. –sonrió–. Ven para que te enseñe lo que te compré. –Lo jaló hasta la
cama junto con él y llegó hasta una bolsa de la marca Gucci–. Esta es una camisa
que en cuanto la vi pensé en ti. –le entregó la bolsa.
Gucci era una marca italiana bastante reconocida de la que Louis había
escuchado algo, sin embargo nunca en su vida le había pasado por la cabeza
tener algo para él. Sacó lo que contenía la bolsa y se encontró con una preciosa
camisa formal color azul rey. Era de manga larga y llevaba los típicos botones
marcados con el nombre de la marca. –Mierda, Harry. Esto es hermoso. –parecía
que la ropa lo había hipnotizado. Se había olvidado por completo del odio que
sentía hacia Harry.
Harry se sentó sobre la cama y se dedicó a mirarlo detalladamente. –¿Te gusta? –
Sonreía sinceramente. Ver a Louis tan impresionado con sus regalos le hacía
feliz–. Pruébatela, quiero vértela puesta.
Louis asintió rápidamente y comenzó a quitar las etiquetas a la camisa, como si se
tratara de un niño en la mañana de navidad. Sabía que el punto de todos esos
regalos era que él se desnudara frente a Harry, así que no lo haría esperar.
Comenzó a quitarse la ropa mirándolo directamente a los ojos.
Harry se divertía con la situación mientras que su mente se llenaba de
pensamientos, ninguno era algo sexual, todos estaban relacionados con frases
como “que perfecto es” “Es hermoso” “Su cuerpo me encanta” “Su
maldita sonrisa es más perfecta que cualquier orgasmo”
Al momento de descubrir su abdomen recordó lo que había notado esa mañana;
había engordado. Se puso algo nervioso pero intentó actuar lo más normal posible
para evitar que Harry lo notara. Se colocó la camisa torpemente y cerró los
botones de ésta, la camisa le quedaba demasiado grande.
–A ver, espera. –Mencionó el rizado notando algo extraño–. Quítate la camisa. –
parecía muy serio.
–¿Para qué? ¿No querías vérmela puesta? –Balbuceó.
–Te he dicho que te quites la camisa. Hazlo. –volvió a ordenar.
Louis hizo lo que éste le indicaba. Su cabeza estaba muy caliente y su corazón
palpitaba a mil por hora. El miedo al rechazo por su cuerpo lo estaba volviendo
loco.
Harry lo miró con los ojos muy abiertos. Lo acercó hasta él y observó el abdomen
de Louis de una manera poco común, como si tuviera alguna sospecha de una
infección o un tumor que brotaba de su piel.
–¿Qué mierda haces? ¿Qué tengo?
Harry subió la mirada para verle a los ojos. –Louis, esta camisa es talla 0, es la
más chica que maneja el mercado mundial.
El rostro del menor se iluminó como si le hubieran dado la mejor noticia de su vida.
–¿Es en serio? ¡Oh por dios! ¡Eso es genial! –se dio la vuelta y corrió hacia el
baño de la habitación para mirarse frente al espejo.
Harry lo siguió y observó como Louis intentaba jalar la mayor cantidad de piel de
su abdomen, parecía atontado. –¿Por qué carajos estas tan delgado? –
mencionó casi con un grito molesto. Louis se estaba pasando, no era normal que
quisiera estar tan delgado.
–No estoy delgado, seguro que la camisa estaba defectuosa. –Intentó justificarse y
siguió mirándose al espejo–. Harry… –dudó unos segundos en si preguntar era
buena idea–. ¿Harry a ti te gusta mi cuerpo? –Esperó nervioso por la respuesta.
Mantenía la mirada baja.
Harry lo comprendió todo. Se acercó hasta Louis y lo abrazó con una fuerza
excesiva, como si quisiera protegerlo de los demonios que vivían dentro del chico.
Encajó su rostro sobre el cuello del menor y dio un besito sobre esta piel. Tardó
algunos segundos en contestar. –Tú eres hermoso, perfecto. Eres lo más hermoso
que he visto en años, Louis Tomlinson.
Louis poco a poco comenzó a devolverle el abrazo, hasta terminar completamente
abrazado del mayor. Las palabras de Harry le hacían sentirse seguro de sí mismo,
algo que llevaba demasiado sin sentir. –Júramelo…
–Lo eres. Te lo prometo. –recorrió su rostro hasta la boca del menor y se quedó a
unos cuantos milímetros de ella. Estuvieron así por un largo tiempo, tan solo
respirando el aliento del otro al estar tan cerca–. No te lastimes a ti mismo
pensando cosas estúpidas de tu cuerpo, porque si lo haces me lastimas a mí,
ahora estas dentro de mi alma. –terminó con el espacio y comenzó a comerle la
boca, desesperado por hacerle sentir su cariño.
Era oficial, ya no había vuelta atrás.

Capitulo 22.
“Fotografía enviada” “¿Lo ves? Es todo lo que el idiota de Styles trajo de Nueva
York para mí. Envídiame perra.” Envió el mensaje utilizando el nuevo iphone que
Harry le había obsequiado.
Después de la empalagosa escena que Harry le había montado a Louis en el
baño, en donde le decía acerca de lo mucho que amaba su cuerpo, Louis continuó
abriendo todas las bolsas que le pertenecían. No solo le había regalado ropa, sino
que también zapatos, una computadora y un teléfono móvil nuevo, al cual solo
había sido necesario colocarle el chip del teléfono de Louis para que comenzara a
trabajar efectivamente.
Harry había gastado mínimo 7.000 mil euros en regalos para Louis. Y eso era
demasiado evidente gracias a las marcas que llevaba la ropa. Coach, Burberry,
Valentino, Ferragamo, Louis Vuitton, y muchas más de ese mismo nivel. Al fin
todos los esfuerzos de Louis por obtener dinero de parte de Harry estaban dando
resultado.
“Mierda, ¿Qué le has dado para tenerlo tan idiota? ¡Te ha traído mas cosas de las
que yo tengo en mi armario!”
Leyó el mensaje de su amigo y comenzó a reír en voz muy baja, Harry se había
quedado dormido a los pocos minutos después de que Louis comenzara a jugar
con su nuevo teléfono. Para él los días pasados habían sido agotadores, y aun no
lograba acostumbrarse al cambio de horario entre América y Europa. Louis se
encontraba acostado junto a él, enredando sus dedos en los rizos del chico.
“Mi culo. Literalmente. Además, él ya era idiota, yo solo le di una motivación para
gastar sus millones en algo productivo, en mi”
“Pues espero que lo estés gozando, eso solo es una pequeña probadita de lo que
después tendrás, ¿Ahora que sigue?”
Louis no había podido quitar de su cabeza el hecho de que esa noche Harry
pediría la mano de su novia. Era demasiado arriesgado. Para él, esa chica era una
competencia, pero no por Harry, sino por sus cuentas bancarias. Es decir, si Harry
se casaba con Ashley antes de que Louis metiera la demanda, podrían proteger la
fortuna Styles bajo el apellido de la chica, y más si se trataba de compromisos por
bienes mancomunados.
Además de todo, no estaba dispuesto a ser la segunda opción de alguien, la
diversión. No, su plan era ser la única persona en la vida de Harry Styles, y por
mucho que le molestara tener que aceptarlo, tampoco quería que Harry tocara a
nadie que no fuera él.
En esos momentos no se le ocurría otra opción mejor que no fuera pedirle ayuda a
Jake. Él podía ayudarle en cuanto el compromiso de Styles.
“¿Sabes algo del compromiso de Harry con su novia?”
Esperó ansioso por la respuesta. Miró a Harry dormir y le fue imposible no
perderse en su boca, había algo en ese pedazo de carne que lograba controlarlo
por completo, desde las palabras que pronunciaba, hasta los besos que le
regalaba.

“Según tengo entiendo esta noche habrá una cena en casa de los Styles, donde
ellos anunciaran su compromiso formalmente.”
“Necesito que me metas a esa cena, realmente necesito estar ahí adentro.”
“¿¡Qué!? ¡¿Para qué mierda!? No Louis, eso es demasiado. No puedes meterte
ahí con Styles, lo arruinarías todo si la familia te ve como “amigo” del idiota, sería
una prueba para desmentirte al momento del juicio.”
“No me refiero a eso imbécil, sino, a entrar como tu amigo, tengo que hacer algo
para convencer a Harry de que no se case, o de que al menos alargue su
compromiso por un tiempo.”
“Igual yo no puedo hacer nada, esa cena es solo para la familia. Yo no estoy
invitado.”
Louis no tuvo problema con eso. Como siempre, tenía un plan B, que aunque
fuera más arriesgado, podía ser más efectivo.
“Oh, gracias a Dios existe un rubio maricón el cual está dispuesto a llevarme a
donde le pida, y lo mejor de todo… él si es parte de la familia.”
“¿Oliver? Carajo Tomlinson, eso es demasiado peligroso, mira que entrar al elite
de los Styles como el novio del sobrino, no estará nada bueno”
“Claro que estará, será una lástima para los Styles darse cuenta que su adorado
hijo, decidió meterse con el novio de Oliver, su sobrino, y que no nada más eso,
sino que también lo obligaba a hacerle favores sexuales a cambio de dinero.”
Sonrió de oreja a oreja, volvió a mirar a Harry dormir y esta vez se agachó hasta él
para depositar un besito sobre sus labios.
“Puta madre, eres un genio, cabrón.”
Cortó la conversación. No podía seguir perdiendo el tiempo, ahora necesitaba
hablar con Oliver para que éste lo filtrara a la cena de esa noche. Podía decirse a
sí mismo una y otra vez que todo lo hacía por simple miedo de perder todo lo que
hasta ese momento tenía ganado, sin embargo no existía otra razón que no fueran
los celos que sentía al saber que Harry no lo tomaba lo suficientemente enserio
para dejar su compromiso por él.
Se levantó de la cama evitando hacer el menor ruido posible. No quería
despertarlo. Salió de la habitación para poder hablar con más confianza.
Marcó el número de Oliver y esperó paciente por su respuesta.
–¿Hola? ¡Louis! ¡Qué gusto recibir tu llamada! Estaba preocupado por ti,
¿Dónde mierda te has metido? –Escuchó la voz del rubio muy entusiasmado.
Rodó los ojos y preparó su voz para fingir ternura y aprecio hacia el chico.
–Hola mi amor. –Ese niño estaba hecho de hipocresía y manipulación. No sentía
ni un solo remordimiento al tener que destruir personas ajenas solo para conseguir
su objetivo. Oliver era una de ellas–. Sé que me he perdido, enserio que lo siento.
Pero tu primo me ha tenido demasiado ocupado con el trabajo, apenas he tenido
tiempo de respirar. –mentiras, mentiras y mas mentiras.
–Ese maldito, si me imagino cómo has de tener la agenda, seguro te carga todo el
trabajo a ti. Pero no te preocupes, ¿Cómo has estado? –Louis sonreí ampliamente
al darse cuenta de lo fácil que era mentirle a ese chico. Caminaba por todo el
departamento de Harry al mismo tiempo que observaba todas las fotografías del
lugar. –Extrañándote, como siempre. Quiero verte… –Yo también Louis,
demasiado.
–¿Qué harás esta noche? –mordió su labio inferior y rogó porqué el chico no le
mintiera, él era su única esperanza de asistir a esa cena.
–Tengo una reunión en casa de mis tíos, una mierda. Quisiera zafarme para poder
estar contigo, pero tengo que asistir.
Lo tenía. –¿En serio? ¿Y no te gustaría que yo te acompañara? Digo, sería una
buena forma de matar el aburrimiento…
Oliver tardó unos segundos en contestar. –No lo sé Lou. No creo que sea buena
idea, estará toda mi familia ahí… y no me gustaría que se enteraran esta noche de
que tengo novio.
–¿Por qué? –Fingió indignación–. ¿Te avergüenzo? ¿Eso es lo que pasa? –
estaba haciendo sus mayores intentos por no romper en carcajadas.
–No, no. Claro que no es eso. –Contestó Oli rápidamente–. Pero… es que tengo
miedo, no lo sé, no me gustaría que mi familia te hiciera alguna grosería.
–Y no lo harán… vamos, estate tranquilo que ya sabré como asegurarme de que
ellos me acepten. ¿Pasas por mí en la noche?
–Ay Louis… –aun no se escuchaba muy convencido, pero una vez más, estaba
totalmente sumiso a la palabra de Tomlinson–. De acuerdo, pasaré por ti a las 8.
Ponte guapo.
–Ya soy guapo, solo me arreglaré un poco. –colgó la llamada y suspiró de alivio.
Ahora solo tenía que encontrar una manera de hacer explotar de celos a Harry
frente a toda su familia, que no sería nada de difícil, con tan solo tomarle la mano
a Oliver frente a él seria suficiente para que éste se ponga como loco.
Se dirigió hacia la cocina para tomar una botella de agua cuando la puerta de la
habitación principal se abrió. Por un momento sintió miedo de que Harry hubiese
escuchado algo de la conversación que había tenido con Oliver por teléfono, pero
después se dio cuenta que estaba más dormido que despierto.
–Mierda, ¿Cuánto tiempo he dormido? –tallaba sus ojos con las palmas de sus
manos y caminaba lentamente hacia Louis.
–No sé, como 2 horas. Te veías tan cansado que no te he querido despertar. –
Louis caminó hacia él y lo tomó de la mano. Algo que tenía que hacer antes de
salir de esa casa era hacerle creer a Harry que era totalmente suyo, así cuando lo
viera con Oliver sentiría mas celos y enojo.
–Ay Dios, discúlpame Louis, no me he dado cuenta de cuando te dejé de prestar
atención, perdón. –lo abrazó por la espalda aun bostezando–. Te he traído a mi
apartamento y me he quedado dormido como idiota, sin siquiera haberte hecho
nada antes.
Ese día los chicos no habían hecho nada más fuerte que acariciarse levemente.
Ni siquiera lo habían intentado, ahora a Harry solo le bastaba con tenerlo ahí para
él, con sentir su presencia cerca. Tenía que admitir que se moría de ganas por
hacerlo suyo, sin embargo pensaba que lo mejor sería esperar a tener un
momento donde dispusieran de mucho tiempo, pues no quería hacer las cosas
apresuradas, quería tomarse su tiempo para examinar cada milímetro de la piel de
Louis.
–No importa, me ha gustado mucho verte dormir. –Le dio un beso corto sobre los
labios y lo miró con una sonrisa–. Gracias por todos tus regalos, Harry. Eres
increíble.
–¿Te han gustado? –Louis asintió–. ¿Mucho? –volvió a asentir con una sonrisa, al
parecer disfrutaba de los momentos “Románticos” que Harry tomaba–. ¿Y cómo
me lo vas a agradecer?
–Tú dímelo… ¿Qué quieres que haga por ti? –preguntó con una mirada traviesa,
al mismo tiempo fingiendo ingenuidad y ternura.
Jake tenía mucha razón, Louis era un maldito genio.
Sonrió y lo abrazó aun más fuerte. No quedaba mucho tiempo para que sus
padres comenzaran a llamarlo para preguntar dónde estaba y cuándo llegaría a la
casa. Esa tarde no podría estar con Louis, a pesar de que lo deseara con todo su
cuerpo. –No voy a poder quedarme contigo toda la tarde, príncipe. Pero te juro
que después te voy a cobrar todo. ¿De acuerdo?
Fingió un puchero y asintió con la cabeza. –Eso espero.

Harry se acercó a su boca y comenzó a besarlo mientras lo cargaba levemente


por la cintura, pegándolo más hacia su cuerpo. Lo besó durante mucho tiempo,
pues le costaba demasiado trabajo separase de ese niño. – Vamos, anda a mi
habitación y recoge tus cosas, te llevaré a tu casa. Tengo algunas cosas que
hacer, tú sabes…
Louis asintió sin renegar, en su mente solo pensaba en lo magnifica que sería
aquella noche, y que por más que Harry se contuviera por no tocarlo, Louis se
encargaría de que esa noche tuvieran relaciones. De eso estaba seguro. –Está
bien Harry, lo que tuuu digas.

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La hora cada vez se acercaba más y más. Sabía que la hora de hacer
formalmente oficial su compromiso estaba llegando. Y en realidad todo eso le
importaba una mierda.
Se encontraba en su habitación que conservaba en la casa de sus padres. Estaba
frente al espejo arreglándose la corbata y el peinado. La planta baja de la casa
Styles comenzaba a llenarse de familiares, Harry tenía que bajar a hacer acto de
presencia, sonreír falsamente y fingir que le agradaba demasiado verlos.

Llevaba puesto un traje completamente negro, una camisa blanca y una corbata
negra. Lucía muy bien, como era de costumbre.
Llevaba toda la tarde pensando en un millón de cosas que al final solo se
centraban en una sola persona, Louis Tomlinson. Y si, no tenía ningún problema
en aceptar que se niño le estaba robando mas suspiros de los pensados. Era
extraño, porque a pesar de saber que no podría llegar a ningún lado con esa
aventura, tenía la esperanza de que así fuera, de que Louis le durara por mucho
tiempo.
Le resultaba extraño como podía pasarse el día entero pensando en ese chico, y
aun así no aburrirse. Y ya no importaba que Louis fuera menor de edad, igual ese
era un delito en el que ninguno de los dos era inocente. Para Harry, Louis lo
deseaba tanto como él lo hacía.
Realmente lo que menos quería era tener que bajar y verle la cara a toda esa
gente. No quería ni siquiera tener que mirar a Ashley y caminar agarrado de su
mano, fingiendo ser la feliz pareja que estaba por contraer matrimonio, pero por
desgracia, tampoco quería volver a escuchar el sermón de su padre, diciéndole
que los 25 ya era la edad suficiente para formar una familia y sobre todo, que el
matrimonio con Ashley sería una buena inversión.
Él no quería hacer eso.
Él no quería jugar con los sentimientos de la chica, no quería atarse a una persona
a la cual no quería, ni mucho menos hacer todo eso por dinero. Si, el dinero era
importante, pero al final del día solo era eso, dinero.
No le quedó otra opción que hacer lo que tenía que hacer; bajar a darles la cara a
sus padres, a su novia y a sus suegros. Ese era su compromiso y tenía que
cumplirlo.
La casa estaba arreglada muy hermosa. Había mínimo 70 personas, todas
pertenecientes a la familia Styles-Cox. Esas eran personas que vestían las
mejores marcas, los jóvenes eran perfectos, al igual que las señoritas, y los
adultos parecían sacados de un libro de política en grandes niveles.
En cuanto Harry bajó al salón, su padre se acercó rápidamente con una sonrisa
sincera, lo abrazó dando unas palmaditas sobre su espalda. –Oh, hijo, por fin esto
está pasando. No sabes lo orgulloso que estoy de ti. –Harry le devolvió el abrazo
con algo de rencor, sabía que para su padre eso era un negocio antes que
cualquier otra cosa.
–Si padre, lo entiendo. –Sonrió y bajó un poco la mirada, esperando pasar
desapercibido por la multitud–. ¿Y Ashley?
–Aun no llegan, no creo que tarden mucho.
La madre de Harry llegó hasta ellos y fingió extrema sorpresa al ver a su hijo. –
¡Harry! ¡Dios mío, te ves increíble, hijo! –le dio un beso sobre la mejilla, dejando
marcado su lápiz labial sobre la piel del joven.
El timbre de la puerta sonó y rápidamente dedujeron que se trataba de Ashley y su
familia. –Vamos hijo. –Mencionó el señor Styles–. Tenemos que recibir a tus
suegros y a tu futura esposa. –lo tomó del brazo y los tres se dirigieron hacia la
puerta antes de que la servidumbre atendiera.
Harry llevaba una actitud pesada, ni siquiera se había molestado en observar
quién había asistido a su cena de compromiso.
Su padre abrió la puerta y se confundió un poco con lo que miró. –Ah, Hola, Oliver.
–le hizo espacio para entrar.
–Hola pequeño Oli, me alegra que hayas venido. –habló la señora Styles
acercándose al chico y dándole un beso sobre la mejilla.
Harry rodó los ojos y miró hacia su primo para saludarlo. –ho… –La sorpresa ni
siquiera le dejó terminar la frase.
Oliver iba tomado de la mano de Louis, y éste vestía uno de los trajes
Ferragamo que le había obsequiado esa mañana. –Buenas noches tíos, es un
honor para mi estar aquí con ustedes, les presento a mi novio. –dijo mientras
–Sí, gracias mamá, tu igual. –No se notaba muy feliz, sin embargo intentaba
disimularlo. 
miraba a Louis.
Los padres de Harry se sorprendieron, pues no era algo que se esperaran, pero
intentaron ser amables. –Hola. Bueno, yo soy Anne Cox, tía de Oliver. – extendió
su mano hacia Louis.
Louis la tomó con una sonrisa y la estrechó por unos segundos. –Buenas noches
señora, soy Louis Tomlinson.
Harry continuaba sin saber qué decir. Parecía que en cualquier momento
explotaría.
–Bueno Louis, tú y yo ya nos conocemos, pero al menos ahora sé que tenemos a
un miembro de la familia trabajando en la empresa. Me alegra que Harry te haya
escogido como su asistente, eres de confianza por ser el novio de Oliver,
bienvenido. –Mencionó el señor Styles con toda elegancia y profesionalismo
posible.
Louis sonrió por educación y después miró hacia Harry. –Buenas noches Harry,
espero que esta noche sea muy especial para ti y para tu novia, les deseo mucha
suerte y bendiciones.
Harry estuvo a punto de matarlo, no entendía por qué Louis estaba haciendo eso.
Justo en ese momento llegó la familia de Ashley y Oliver aprovechó el momento
para sacar a Louis de ese incomodo momento.
Harry solo los siguió con la mirada, intentando no dejar muy claro los malditos
celos que le estaban carcomiendo el cuerpo.

Capitulo 23.
Las cosas no estaban saliendo tan fáciles como Louis lo había planeado. Se
encontraba sentado junto a Oliver y otros familiares, mientras todos hablaban de
sus recientes viajes y compras, Louis ni siquiera intentaba entrar en la plática, tan
solo miraba a su alrededor, buscando al rizado para poder comenzar su plan para
darle celos.
Después de que llegaron al lugar, Harry ni siquiera se había acercado para
reclamarle algo, o al menos para saludar, Nada. Tan solo continuaba saludando a
cada uno de los invitados de la mano de su novia.
Definitivamente nada estaba saliendo como lo tenía planeado. La atención de
Harry hacia él era nula, al grado de hacerle pensar que ya le importaba una
mierda si Louis estaba con Oliver o no, como si después de habérselo follado
hubiera perdido todo su interés en él.
Louis había estado bebiendo cada una de las copas que ofrecían los meseros aun
sin saber qué era.
Cuando los meseros comenzaron a servir la cena, Harry, su novia y sus padres
tomaron asiento en la mesa principal que se encontraba junto a la de Louis. Éste
aun continuaba buscándole la mirada, pero Harry tan solo fingía que no existía.
–Amor… ¿Me has escuchado? –Preguntó Oliver captando su atención. Todos en
la mesa lo observaban.
Estaba sentado con los primos jóvenes de la familia Cox. Un montón de herederos
presumidos que no se habían ganado ni un solo centavo por el sudor de su frente,
o por acostándose con gente desagradable, como ahora lo hacía Louis con Harry.
–Oh, no, discúlpame. –Sonrió nervioso volviendo a prestar atención a esas
personas–. ¿Qué decías?
–Les contaba a los chicos que trabajas como el asistente de mi primo, de Harry.
–Sí, sí. Trabajo para él. –Mencionó desinteresadamente y volvió la mirada hacia el
rizado. Esta vez él si lo miraba.
–Pobre de ti…. Que desafortunado has sido por tener que trabajar para ese
cabrón. –dijo una chica con una sonrisa traviesa, todos en la mesa rompieron en
risas.

–Si… Pero paga muy bien y eso es lo que importa. –Los chicos continuaron
hablando, pero Louis ya no los escuchaba, ahora tenía una pelea de miradas junto
con Harry.
Harry miraba a Louis de una manera extraña. Como si estuviera molesto, pero al
mismo tiempo feliz de que él se encontrara ahí.
Parecía que todos a su alrededor habían desaparecido. Como si de repente ellos
fueran los únicos en el mundo. Los ruidos, las voces de las personas, la música.
Había dejado de importar porque ellos tan solo prestaban atención en el otro.
Sin dejar de mirarlo Louis deslizó su mano por la pierna de Oliver,
asegurándose de que Harry se diera cuenta de eso. Alcanzó la mano del chico y
entrelazó sus dedos. Oli lo miró con una sonrisa y le dio un pequeño beso sobre
los labios.
Harry sabía que Louis estaba haciendo eso solo para vengarse de que él se fuera
casar. Era obvio, era demasiado notorio que todas esas actitudes eran con el solo
propósito de que el mayor se diera cuenta que Louis también tenía otra persona
aparte de él.
Harry movió la cabeza en forma de “NO”.
Louis sonrió, se giró hacia Oliver y sin avisar comenzó a besarlo húmedamente,
de una forma vulgar para la situación.
Harry desvió la mirada, sin embargo no le devolvería la mierda a Louis, no
utilizaría a Ashley para celarlo. Tan solo decidió ignorarlo, no le quedaba otra
opción.

–Para Lou… –mencionó Oliver alejándolo suavemente de sus labios–. Has bebido
suficiente, estamos frente a toda mi familia, no es el momento para esto. –Louis
asintió con la cabeza y miró hacia Harry, éste ya no le prestaba atención.
Suspiró pesadamente. Todo era muy complicado y algo dentro de su estomago
crecía con la rabia que le provocaba mirar al rizado con su novia, fingiendo ser
una feliz pareja, cuando en realidad Harry se acostaba con Louis sin
remordimiento alguno. –Creo que voy a salir a tomar aire. –se levantó de su
asiento dejando la servilleta de tela sobre la mesa.
–¿Quieres que te acompañe?
–No, está bien, Oliver, vuelvo enseguida, es solo que estoy algo fatigado con todo
el ruido, ya vuelvo. –volvió a sus labios y está vez apenas se rozaron al momento
de besarse. Después se encargó de pasar junto a la mesa de Harry para
asegurarse que éste lo mirara salir del lugar.
La casa de los Styles era muy grande, había muchos lugares en donde sin duda
ellos podían esconderse sin que nadie se diera cuenta de que el “Novio” estaba
con un chico de 15 años que ni siquiera pertenecía a la familia.
Antes de salir hacia el jardín pasó por el bar y pidió un vaso de whiskey puro, tan
solo con mucho hielo. Sabía que el alcohol le bajaría un poco la rabia. Volvió a
mirar hacia la mesa de Harry y se dio cuenta que él estaba disculpándose con las
personas para salir junto al menor. Justo lo que Louis quería.
Tomó el vaso de whiskey sin dar las gracias y salió dirigiéndose a la esquina más
escondida del jardín, ahora sabia que Harry lo estaba siguiendo, así que no
tendrían problema en encontrarse.
Caminaba directamente hacia una habitación extra muy escondida, que al parecer
era de alguien del servicio.
–Les habíamos dado la orden a los meseros de que no sirvieran alcohol a
menores de edad. Como siempre te has salido con la tuya. –escuchó la voz de
Harry a sus espaldas, sin embargo no dejó de caminar hasta llegar a una pequeña
fuente escondida tras un rosal.
Lo miró con una sonrisa traviesa y después dio un sorbo al whiskey. –La casa de
tus padres es hermosa. –ignoró por completo lo anteriormente dicho por el mayor.
Harry negó con la cabeza, sonriendo por la forma tan descarada que Louis tenía
para comportarse. Se acercó un poco más hacia él gracias a que la falta de luz no
le permitía verlo muy bien. –¿por qué estás aquí?
Se encogió de hombros y fingió naturalidad. –Tu primo me ha invitado, no sabía
que se trataba de esto. –Comenzó a reír de manera que el mayor se dio cuenta
que había tomado lo suficiente.
–Mientes. Sigues molesto porque me casaré con Ashley. Por eso haces todo esto.
Por eso te expones frente a toda mi familia con el imbécil de mi primo, porque sólo
estas buscando celarme.
Louis comenzó a reír exageradamente. –Vamos, Harry. ¿Por qué buscaría celarte?
–Porque te estás muriendo de celos. –Comenzó a acercarse hacia Louis, sabía
que nadie podía verlos en ese lugar–. Al parecer te causa satisfacción verme
enojado. ¿No es así? –Quedó lo bastante cerca del menor para acorralarlo contra
un arbusto.
Louis bebió todo el líquido del vaso. Esa noche no se sentía lo
suficientemente bien para poder hacer las cosas totalmente consciente, o tal vez
sólo necesitaba perder su mente de los pensamientos que últimamente Harry le
hacía tener. –De hecho sí. Me gusta mucho verte enojado conmigo. Es lo que más
me gusta de ti.
Estaban muy cerca del otro, pero había algo que no les permitía besarse, como si
supieran que controlarse era una buena manera de perturbar al otro.
–Pues siento decirte que esta vez no me voy a enojar porque te estés exponiendo
con mí primo. –Habló Harry elevando las cejas–. Esta noche no haré nada de eso.
No te armaré un escándalo, no pelearé con Oliver, y mucho menos contigo.
–¿Entonces qué vas a hacer?
–Te lo voy a pedir de una buena manera. No quiero que estés aquí con Oliver.
Vete a tu casa, por favor, hazlo por mí. –No utilizó un tono de voz autoritario, más
bien había parecido que se lo estaba pidiendo como un favor–. Si lo que querías
con todo esto era que yo te dijera que me muero de celos al verte con ese idiota,
lo sabes. Sabes que no lo soporto.
–Él es mi novio. Tú tienes tu novia, yo tengo mi novio. Todo está en paz. – Sonrió y
dio un leve golpe sobre la mejilla del mayor.
–Tú eres mío. –Harry se acercó más hacia él y lo abrazó por la cintura, pegándolo
a su cuerpo y metiendo las manos dentro del saco del menor.
Louis sabía que eso era lo que había estado buscando desde que llegó a ese
lugar. El principal objetivo de estar ahí era demostrarle a Harry que él podía darle
más que cualquier otra persona, en especial que su novia.
Recargó su frente sobre la barbilla del rizado, depósito un besito sobre el cuello
del mismo y se quedó ahí. –Demuéstramelo. Demuéstrame que soy tuyo. Hazlo.
Harry entrecerró los ojos y se contuvo lo suficiente para no hacer lo que Louis le
pedía en ese mismo lugar, sus brazos se acalambraban por las ansias que sentía.
–Cuando se termine el brindis ve hasta la habitación que se encuentra hasta el
fondo de la planta alta. Hazlo sin que nadie se dé cuenta de que te vas. –Se
separó de él sin siquiera haberle dado un beso antes.
Louis también respiraba agitadamente. Ese día no estaba actuando, realmente
necesitaba a Harry.
Harry sonrió y después se dio la vuelta para volver a la casa. No podía seguir
cerca de Louis, sentía que terminaría mandado todo a la mierda y se lo llevaría de
ahí para poder estar juntos.
–No. –Habló Louis con voz muy alta–. No pienso esperar. Te necesito ahorita.
Harry lo miró confundido. –¿De qué hablas Louis? Sabes perfectamente que
necesito volver ahí dentro, no me puedo desaparecer así de la nada.
El alcohol que había tomado le ayudaba a decir las cosas más fácilmente. –No te
vayas con ella. Quédate conmigo. No lo hagas. –Tragó saliva y bajó la mirada. Esa
noche no estaba mintiendo o actuando, todo lo que le decía al rizado salía
directamente de su corazón–. Tal vez tú soportes ver como estoy con otra
persona, pero yo no soporto verte a ti.
Al haber intentado jugar con la cabeza del mayor, solo se había terminado de
darse cuenta quién era el que realmente necesitaba al otro, Louis.
El rizado volvió a negar con un movimiento de cabeza. –Vamos dentro Lou, ellos
me buscaran si me desaparezco, mi padre me matara. –Caminó hasta el menor y
lo tomó de la mano intentando hacerlo caminar.
–Si tú vuelves ahí dentro… –paró algunos segundos, respiró profundo y subió la
mirada para verlo directamente a los ojos–. Si tú vuelves a esa casa, tendrás que
olvidarte de mí. –Estaba arriesgando demasiado y lo sabía, sabía que existía la
posibilidad de que Harry lo dejara y entonces todo su plan se iría a la mierda por
culpa de su estúpido orgullo.
Harry frunció el ceño y esperó para mencionar algo más, como si estuviera
pensándolo seriamente. –No estarás hablando en serio. –Louis no respondió–.
Mierda, por favor Louis, sabes que no puedo hacer nada.
–Entonces vete. Hazlo, quiero ver que lo hagas, quiero ver que te vayas con esa
zorra. ¡Yo no seré tu segunda opción! ¿¡De acuerdo!? –gritó molesto. Sentía hervir
su sangre y aun no lograba comprender su actitud. Realmente estaba mandando
todo a la mierda por un estúpido berrinche.
–Shh, ssshhh. –Harry le tapó la boca con su mano para evitar que siguiera
gritando–. Cállate, nos escucharan.
Lo empujó hacia atrás. –¡ME IMPORTA UNA MIERDA SI NOS ESCUCHAN! ¡Toma
una puta decisión de una vez! ¡O estás conmigo esta noche o te olvidas de mí!
Harry no tuvo otra opción que callarle la boca a besos. Lo tomó violentamente por
las mejillas y lo acercó hasta él para comenzar a darle aquel necesitado beso que
ambos estaban esperando. Le estaba devorando la boca, plasmando toda la
ansiedad que había sentido durante toda esa noche. Lo abrazó por la cintura y
Louis rápidamente saltó a su cadera, abrazándolo con sus piernas para
sostenerse.
Se besaban las mejillas, los labios, el cuello y después volvían a repetir el orden.
Parecían desesperados por el otro. El mayor aprovechó cuando Louis le besaba el
cuello para abrir los ojos y poder conducirse hacia un lugar más privado. Estaban
en el jardín y se exponían a que cualquier persona pudiera verlos.
Sin bajar a Louis de su cuerpo caminó hasta la habitación donde dormía el portero
de la casa, que en esos momentos se encontraba trabajando ateniendo a los
invitados. Entró sin antes asegurarse que no hubiera nadie ahí y cerró la puerta
tras él.
Ahora si tenía toda la confianza para hacer con Louis lo que él quisiese.
Llegó hasta la cama y recostó a Louis, se colocó sobre él y continuó besándolo.
–¿Cómo logras esto? –habló entre el beso al mismo tiempo que bajaba su mano
hacia el pantalón del menor y comenzaba a desabrocharlo–. Me estas volviendo
loco Louis, me enloqueces, me pones mal…
Louis bajó hacia el cuello de Harry y comenzó a succionar su piel con el simple
propósito de marcarlo. –Mío, mío, mío. –susurraba al momento de separarse para
hacer otro chupetón.
–No Lou, no hagas eso, quedaran pruebas de que estuve con alguien. –Se alejó
un poco.
–No me importa, ven aquí. –Esta vez volvió hacia su boca. Louis comenzó a
quitarle el saco a Harry mientras él intentaba desabrocharse la corbata, después le
quitó la camisa y se separó de su boca para besarle el abdomen.
Harry jadeaba constantemente. Sabía que era demasiado arriesgado lo que
estaban haciendo, pero no podía controlarse. Louis se había convertido en todo lo
que necesitaba. Bajó sus manos para desnudarlo de igual manera. Comenzó
quitándole la corbata, después el saco y al final la camisa. –Tengo que ser
rápido… –susurró y lo separó de su abdomen echándolo hacia atrás. Louis quedó
completamente recostado. El mayor se levantó de su cuerpo, le desabrochó el
pantalón y lo bajó por completo junto con la ropa interior. Estuvo un tiempo
contemplando la desnudez de Louis.
–Vamos, tócame. –Elevó las caderas rogando por atención en su erección–. Anda
Harry, has tu magia…
Harry lamió sus labios antes de agacharse hasta el miembro de Louis y tomarlo
con su boca. El menor dejó salir un gemido ante la sensación de calor que
envolvía a su pene. Continuó chupándolo desde la punta hasta los testículos. Le
estaba haciendo el mejor sexo oral que había recibido en su vida.
Le besaba toda esa zona y después se desviaba hacia la cadera para morderle los
huesos de la pelvis al grado de dejarle grandes marcas, lo tenía totalmente sumiso
con su boca, Louis estaba gimiendo como loco.
–¿Te gusta? –Preguntó mirando hacia sus ojos y volviendo a besar su miembro.
Louis tan solo asintió. Continuó con el oral para asegurarse que estuviera perdido
en la excitación y no le doliera tanto la penetración. Bajó sus dedos hacia la
entrada de Louis, juntó un poco de saliva y después la escupió en esa zona,
comenzó acariciándolo leventemente por ahí, paseando sus dedos y
presionándolos justo en la entrada–. ¿Puedo enseñarte algo nuevo?
Louis sabía lo que se aproximaba y aun así estaba ansioso porque Harry
comenzara. –Hazlo, sorpréndeme. –gimió y al momento sintió la lengua del mayor
penetrarlo. Abrió la boca y los ojos excesivamente cuando le falto demasiado el
aire. Eso se había sentido como el cielo.
Harry comenzó a hacerlo más rápido, ayudándose con los dedos para tener más
espacio. Louis elevó sus piernas y las colocó sobre los hombros del mayor.
Lamia toda su entrada para estimularlo. Le gustaba darle placer, besarlo de la
manera que más lo satisficiera, metía los dedos dentro del cuerpo de Louis y
después su lengua.
Louis se retorcía sobre la cama, mordía sus propios labios y mantenía una de sus
manos sobre el cabello de Harry.
Cuando el mayor supo que estaba listo para la penetración, se separó de él y
comenzó a bajarse el pantalón con desespero, su erección comenzaba a
lastimarlo. Liberó su miembro y comenzó a estimularlo.
Louis llegó hasta su boca y metió la lengua profundamente, comenzó a moverla
buscando que el rizado se calentara más.
–Es tiempo, bebé. –habló separándose y mirando hacia su propio miembro.
Louis no comprendió a lo que se refería. Se agachó hacia el miembro de Harry y
trató de devolverle el oral.
Harry rápidamente se lo impidió. –No hagas eso. –lo tomó de las mejillas y
volvió a recostarlo sobre la cama. Se colocó entre sus piernas y comenzó a rozar
su pene con la entrada de Louis–. Los príncipes no hacen eso… –Se
frotaba contra el menor haciéndolo vibrar–. Los príncipes nacieron para ser
príncipes, ellos solo disfrutan. Déjame hacerte disfrutar.
Louis lo abrazó por la espalda y encajó su rostro en el cuello del mayor. – Hazlo de
una maldita vez… –susurró. Harry sonrió y obedeció las órdenes del chico.
Comenzó a penetrarlo lentamente, pero Louis parecía ansioso por más y comenzó
a moverse más rápido.
Eso era el cielo, definitivamente estar con Louis significaba el cielo.
Las embestidas se hicieron más constantes y rápidas. Ahora los dos gemían
excesivamente.
–Sabes algo… –susurró Louis mediante gemidos, apenas podía mencionar las
palabras–. Me gustaría que en la próxima vida nos encontremos, para así poder
enamórame de ti, porque definitivamente en esta no se va a poder.
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Oli buscaba a su novio por toda la casa. Louis había salido ya durante mucho
tiempo y él pensó que lo más probable era que se hubiese perdido, pues era la
primera vez que visitaba la casa de los Styles.
Salió hacia el jardín y buscó con la mirada. No lo lograba encontrar por ningún
lado.
Notó a lo lejos la casa del portero. Pensó que tal vez Louis había terminado ahí.
No perdía nada en buscarlo allí, ya había buscado en todos lados antes y no había
rastro del chico.
Cruzó el jardín, llegó hasta el lugar y antes de tocar la puerta miró hacia la ventana
y se encontró con algo que no pudo creer al instante. Abrió y cerró los ojos varias
veces para comprobar que su visión no fallara. Louis estaba en la cama con Harry.

Capitulo 24.
Dedicado a Aldo Valle
El camino de regreso a casa de Louis estaba inundado en la incomodidad que
ambos sentían al estar solos.
El afecto del alcohol ya se había evaporado dentro del cuerpo de Louis, ahora
estaba totalmente consciente de lo que había pasado en casa de Harry, pero
tampoco le preocupaba demasiado, igual, todo había salido bien, nadie los
encontró.
Oliver no mencionó nada cuando encontró a su novio en la cama con su primo. Ni
una sola palabra. Solo se retiró del lugar y cuando Louis apareció 15 minutos
después, intentó actuar como si nada hubiese pasado. No pasó mucho tiempo
cuando Oliver le dijo que era tiempo de regresar a casa, pues no quería seguir en
ese lugar.
Louis miraba al rubio conducir, podía notar perfectamente que estaba molesto. No
le hablaba, no le miraba, tan solo lo ignoraba. Tampoco podía comprender el
porqué de la actitud de Oliver. Solo buscaba las formas de que él se comportara
normal.
Se detuvieron frente a un semáforo en rojo y Louis aprovechó la oportunidad para
abrir una conversación y matar a ese incomodo momento que pasaban. –¿A
dónde iremos ahora? –preguntó mirándolo con una sonrisa fingida. Tal vez si se
enrollaba con él esa noche dejaría de actuar de esa manera.
No le importaba tener que hacerle sexo oral al chico, o alguna otra cosa más
fuerte, el punto era mantenerlo feliz.
Oliver no contestó hasta después de varios segundos. –Te llevaré a casa. Es
tarde. –contentó sin siquiera mirarlo. Llevaba una actitud seria, dejando claro que
estaba molesto.
Louis elevó las cejas sorprendido por los desaires del chico, tenía que volver a
intentarlo. –¿Seguro? Podemos ir a tu casa si quieres…
El semáforo cambió a verde y Oliver arrancó el auto. –No. En realidad no quiero.
–¿Y a ti que carajos te pasa? –habló Louis esta vez dejando de fingir. No
permitiría que ese chico lo tratara de esa manera.
–Me sorprende que no estés cansado, o que no te duela el culo lo suficiente para
controlarte y no querer follar. –Solo miraba hacia enfrente, conducía lento. Si no
había dicho nada al momento en que los encontró juntos fue porque no quería
armar un escándalo por respeto a sus tíos. Pero ahora estaba a solas con Louis y
tenía que reclamarle.
–¿De qué hablas, imbécil? –sabía perfectamente a lo que Oliver se refería. Pero
se negaba rotundamente a aceptar que él supiera sobre su relación con Harry.
–Creo que sabes perfectamente a qué me refiero. Deja de actuar como si fueras
un puto ángel. Ya me has engañado demasiado. –Desvió la mirada de la carretera
y miró a Louis a los ojos–. Dime algo, ¿Mi primo te ha follado como te mereces?
¿Te gustó?
Antes que sentir pánico porque Oliver supiera eso, sintió rabia. No permitiría que
ese imbécil arruinara todo lo que había logrado con Harry. Bajó la mirada y
comenzó con su rutina de mentiras, manipulación e hipocresía. –No sé de qué
hablas.
El rubio comenzó a reír irónicamente. –Qué raro, creí haberte escuchado gemir
mientras tenias sexo con Harry.
–No me digas que estás viendo cosas por celos….
–Sabes perfectamente lo que pasó cuando te fuiste a “tomar aire.” Deja de
mentirme, con una mierda. No soy estúpido, tienes que saberlo.
Louis no estaba seguro de lo que estaba por hacer. Es decir, sabía que era parte
del plan, pero no esperaba que todo se adelantara tanto, no esperaba tener que
comenzar a actuar contra Harry tan rápido.
“–Tú eres hermoso, perfecto. Eres lo más hermoso que he visto en años, Louis
Tomlinson.
–Júramelo…
–Lo eres. Te lo prometo. No te lastimes a ti mismo pensando cosas estúpidas de
tu cuerpo, porque si lo haces me lastimas a mí, ahora estas dentro de mi alma.”
–Lo fingí todo, Oliver. Es decir, fingí placer. –tragó saliva y sintió como su corazón
se aceleraba demasiado. La traición que estaba por hacerle a Harry superaba
todo, absolutamente todo lo que antes había hecho–. Acepto que me acosté con
él. Pero lo hice porque necesitaba el dinero que me ofrecía.
Oli lo miró totalmente sorprendido, reaccionó y comenzó a negar con la cabeza. –
¿Qué dices?
Louis no quería continuar hablando. Una parte de su cabeza sólo le recordaba que
tenía que hacer eso, pero otra parte se negaba por completo a hacerlo. –Lo que
escuchaste.
Una parte del plan consistía exactamente en eso, en que Oliver se enterara de
que Louis y Harry mantenían relaciones sexuales, para que así Louis pudiera
convencerlo de que Harry era malo y lo obligaba a hacerlo y con eso el chico
declarara a su favor en el momento del juicio. Sin embargo no se estaba sintiendo
bien, Louis no sentía bien al mentir sobre Harry.
–Explícame por favor. –Su tono de voz había cambiado, ya no gritaba pero se
notaba demasiado preocupado.
–Creo que le gusto a Harry. –Confesó sintiendo como las palabras quemaban al
salir de su boca–. Le gusto y él me ha ofrecido dinero a cambio de relaciones
sexuales.
El chico se veía totalmente sorprendido. No mencionó una palabra, continuó
manejando en silencio mientras intentaba razonar aquello que su novio le acababa
de decir.
Louis tenía que parar, quería parar y desmentir lo dicho.
–Tienes que estar mintiendo… –habló Oliver después de algunos segundos–.
Harry es un hijo de puta, pero nunca haría eso.
“–Llévenselo de aquí, llamen a la policía, no lo quiero volver a ver por aquí.
–Puto asqueroso, ¡espero que te pudras en el puto infierno!
–Y yo espero que te pudras en la pobreza.”
–Lo hizo. –Tenía que ser hombre y terminar con lo que ya había empezado. No
podía permitir que las estúpidas palabritas de amor de Harry le hicieran olvidar la
mierda de persona que él en realidad era. No tenia que pensar solo en su
beneficio, sino en el de su familia, en su padre y en como esa familia de mierda
que eran los Styles lo habían echado a la calle como perro–. ¿Recuerdas la
semana pasada que Harry mencionó algo sobre la situación de mi familia? –Oliver
asintió con la cabeza–. Harry lo sabe todo. Mi familia estoy pasando por un
momento económico muy malo. Mi padre se está muriendo por la diabetes y no
tenemos el suficiente dinero para comprar sus medicinas. Por eso me he salido de
la escuela y para trabajar. Por eso Harry me pide que trabaje con él hasta tarde,
porque me pide sexo y me paga muy bien.
Ya lo había dicho. No podía echarse para atrás.
–¡Puta mierda! –Gritó al mismo tiempo que golpeaba el volante con una mano–.
¿¡Por qué mierda no me dijiste nada!?
–¡Pues es obvio!
–¡Pero pudiste pedirme el dinero a mí!
No estaba dispuesto a continuar con esa mierda. No le daría más explicaciones a
ese imbécil que solo servía como puente a Harry Styles. Negó con la cabeza y
desvió la miraba hacia la ventana. –No te pediría el dinero a ti, eso es obvio, tú
sólo eres mi novio.
–¡Por eso! ¡Soy tu novio y no has tenido la confianza de decirme que mi primo
está abusando de ti!
–Deja de gritar, mierda. –escondió la mirada entre sus brazos. Solo rogaba llegar
pronto a su casa para no tener que seguir dando falsas explicaciones–. Yo lo he
aceptado Oliver, ese dinero extra me sirve demasiado a mí y a mi familia.
–No me parece, Louis. Ese hijo de puta me las pagara…
Louis lo miró rápidamente preocupado. No podía permitir eso. –¡NO! No hagas
eso. No, no le puedes mencionar a nadie sobre esto.
–¿¡Entonces quieres que me quede como estúpido sabiendo que mi puto primo te
trata como prostituta!?
–Te prometo que no volverá a pasar. Pero por favor mantente en silencio, por
favor. –se acercó hacia el chico y quedó muy cerca de su rostro. Tenía los ojos
cristalizados, pero eso simplemente se debía a la culpa que sentía.
Llegaron hasta la casa de Louis. Estacionó el auto, suspiró pesadamente antes de
poder mirarlo a los ojos. –¿Sabes que tu “trabajo” es exactamente el mismo que
hace una prostituta? –Louis no mencionó ni una palabra, bajó la mirada baja y
fingió arrepentimiento, cuando en realidad lo único que quería era mandar a ese
chico a la mierda–. Espero que lo sepas.
–Tú no lo entiendes porque nunca has tenido la necesidad de conseguir dinero de
cualquier forma. Harry me ofreció una buena cantidad. No me podía negar. –
Estaba por explotar. Sentía demasiada rabia consigo mismo, al igual que con
Oliver. Se sentía humillado, estaba quedando como un chapero frente a los ojos
de ese chico, pero no podía hacer nada, tenía que soportar hasta el final, tenía
que lograr su plan sin arrepentirse en el camino.
No supo qué mas decir, se alejó de Oliver cuando él no contestó. Abrió la puerta
del auto para salir y dirigirse a su casa.
–No, tienes razón. –Lo frenó por el brazo–. No puedo entenderlo porque nunca he
estado en una situación así. Pero si me prometes que no volverás a hacerlo, no
diré nada. –Oliver estaba enamorado de Louis, y ese amor que sentía era
probablemente la banda que le negaba mirar la realidad. Louis sólo era un
manipulador–. Por favor prométeme que no volverá a pasar.
Louis sonrió de alivio antes de mirarlo. Se giró hacia él y fue directamente hacia
sus labios. Comenzó a besarlo al mismo tiempo que acariciaba sus mejillas. –Lo
prometo. –expresó entre el beso–. Eres el mejor, lo eres, gracias por entenderlo–.
Comenzó a dar besitos sobre las mejillas de Oliver–. Nunca más me acostaré con
Harry.
Se estaba tragando todo su orgullo, y claramente estaba mintiendo, pero por
ahora solo necesitaba tenerlo controlado.
Oliver le devolvió el gesto, lo abrazó por la espalda y juntó sus frentes. – Siento
tanto que estés pasando por esto… Veras que encontraré la forma de ayudarte.
Se separó del rubio y le dio una sonrisa falsa. –Te amo. –Le era fácil mencionar
esas palabras, tan solo eran un montón de mentiras sin importancia, al menos
para él.
Sonrió con emoción, tomó su mano y dio un beso corto sobre ésta. –Yo te amo
más.
Se miraron por un tiempo antes de que Louis saliera del auto. Oliver esperó hasta
que él se hubiera metido a la casa para arrancar.
Entró a su casa. Se quitó el abrigo y lo dejó sobre una mesita junto a la puerta. Su
cabeza palpitaba, sentía ganas de llorar por la rabia, quería aventar todo, destruir
todo, terminar con todo.
Se estaba dejando enredar por los encantos de Harry Styles y tenía que hacer
algo para evitarlo.
–¡Mamá! ¡Ya estoy aquí! –Gritó limpiando cualquier especie de humedad sobre su
rostro. Comenzó a subir las escaleras para encerrarse en su habitación.
Su madre entró del patio secándose las manos sobre el mandil. –Hola mi amor,
¿Cómo te fue? –preguntó sonriente por ver a su hijo.
Louis la miró. Su madre vestía ropa vieja y rota, pasaba la mayor parte de su día
lavando ropa ajena, pues era una buena manera en la que ganaba dinero extra.
Y fue entonces cuando se dio cuenta que al seguir con su plan no solo cobraba
venganza, sino que también le daría una mejor vida a toda su familia.
–Muy bien mamá. –Caminó hasta ella y dio un beso sobre la frente de la mujer–.
Creo que si sigo trabajando así no tendrá que pasar mucho tiempo para que tú
dejes de lavar cosas que no te corresponden.
–Oh, Louis, sabes que a mí no me importa. –Tomó sus manos con la ternura que
solo una madre podía dar–. No sabes lo orgullosa que me siento de ti, de tener un
hijo tan trabajador…
No podía seguir escuchando eso. Solo le hacía sentir más culpa. Le dio una
sonrisa y volvió hacia la escalera. –Te amo mamá. Tengo que dormir.
–Buenas noches, amor.
Subió hasta su habitación con el solo propósito de dormir, sin embargo su cama
estaba ocupada por todos los regalos de Harry. Esa tarde no había tenido tiempo
de ordenarlo todo. Cerró la puerta para quedar en total privacidad y antes de
comenzar a limpiar su habitación miró su móvil para revisar cualquier mensaje que
pudiera haber recibido.
Tenía varios de Jake.
“Llámame cuando regreses a tu casa, tienes que contármelo todo para reírnos
juntos.”
“No utilices condón, eso le pone más caliente a Styles, lo he leído en una revista
de mujeres” “LLÁMAMEEEEEEE”
Rodó los ojos y cerró los mensajes sin responder. No tenía ánimos de hablar con
el animal de su amigo.
Pronto notó que Harry también le había mandado un texto.
“Aun no puedo entender cómo es que un niño logra darme todo lo que tú me das.
Gracias por esta noche, Louis. Será inolvidable. x”
Negó con la cabeza. No quería que Harry continuara hablándole de esa manera.
Decidió contestar el mensaje.
“Solo hemos follado. No exageres.”
Lanzó el teléfono hacia la cama y antes de que pudiera hacer otra cosa, comenzó
a sonar por una llamada entrante. Estaba seguro de que sería Harry.
Volvió a tomar el móvil, contestó la llamada estando seguro de que era Styles
quien llamaba. –¿Qué paso, Harry? –talló su rostro con sus palmas y después
quitó algunas cuantas cosas de la cama para hacer espacio y poder recostarse.
–¿Ya estás en casa? –La voz de Harry le parecía deteriorante para su cabeza,
pero tampoco quería colgar. Ahora lo único que necesitaba era su voz.
–¿Por qué te importa? –Mencionó con un tono suave de voz–. No soy tu novio, ni
nada. No deberías preocuparte por mí.
Se escuchó la risa de Harry tras la línea. –Te siento mío, y eso es lo único que
necesito para sentirme preocupado por ti cuando no estoy contigo.
Cada palabra mencionada por ese chico era como un golpe que dolía de manera
satisfactoria. –No sabes lo que dices. –dijo el menor.
–Lo sé, Louis. Recuerda que yo no soy como tú, yo no soy un niño, yo sé lo que
quiero.
–¿Y qué es lo que quieres? –Quería escuchar esa respuesta, aunque supiera que
solo complicaría más las cosas.
–A ti. Te quiero a ti. –Confesó y ese fue motivo suficiente para terminar de joder la
mente del pequeño.
–No me quieras. Harry. No lo hagas. –Su voz se hacía delgada. Quería regresar el
tiempo, quería alejarse de Harry, ya no quería lastimarlo, pero sabía que tenía que
hacerlo–. Soy destructivo, todo lo que toco siempre se destruye. Y es raro, porque
ya no siento la necesidad de destruirte.
–No me importa.
–Tiene que importante, no seas tan masoquista, Harry. Deja de decir mierdas. Me
confundes y me estás volviendo loco. Cambias mis ideas, me perturbas.
–Me gusta perturbarte. Tú también me perturbas a mí, pero me gusta esa
sensación.
–Harry lo sabe todo. Mi familia está pasando por un momento económico
muy malo. Mi padre se está muriendo por la diabetes y no tenemos el suficiente
dinero para comprar sus medicinas. Por eso me he salido de la escuela y para
trabajar. Por eso Harry me pide que trabaje con él hasta tarde, porque me pide
sexo y me paga muy bien.”
–Tienes que alejarte de mí. Te voy a lastimar mucho. –Ya no podía ocultar lo que
era evidente.
Harry se quedó en silencio por un tiempo. Solo se escuchaba su respiración pegar
contra la bocina del teléfono. –¿Estás bien, Lou? ¿Por qué me dices todo esto?
–Porque quiero que dejes de hablarme como si estuvieras enamorado de mí.
Solo me complicas la vida. –Harry no supo qué decir, se mantuvo en silencio–.
Tenemos que detenernos, ambos.
–Entonces… –habló el rizado con nerviosismo en la voz–. ¿Qué pasaría si te digo
que me estoy enamorando de ti?
Louis sintió como su estomago se enredaba por completo, quiso gritar, pero no
podía hacerlo. –Estarías escribiendo tu carta de suicidio. Mejor ándate con
cuidado, no queremos que mueras tan joven.
–¿Y tú, Louis? –el menor sabia a lo que refería Harry con esa pregunta, pero no
podía ser sincero.
–¿Yo? Yo si soy inteligente.

Capitulo 25.
Para mi bebé hermoso precioso, mi amorrrrr, Jean Carlos, te amo xx
Louis despertó al día siguiente y lo primero que miró fue un mensaje de texto de
parte de Harry.
“Buenos días, es hora de trabajar, pasaré por ti a las 10am. Príncipe xx”
Se asqueó y lanzó el teléfono lejos. Era tarde, Harry llegaría por él en menos de
treinta minutos. Se levantó de la cama y rápidamente tomó un baño.
No quería pensar en nada de lo que había pasado la noche anterior, así que
decidió olvidarlo. Se cambió, se peinó y en poco tiempo ya estaba listo.
Bajó las escaleras y miró a su madre en la cocina, estaba calentando agua para
hacer té.
–Hola mamá. –se acercó a la mujer y besó la mejilla de ésta.
Su madre sonrió débilmente. –Bueno días, amor.
Louis la miró al notar su actitud, parecía que ella no había dormido en toda la
noche, se veía muy cansada y como si hubiera llorado. –¿Ocurre algo? –ella
negó–. Claro que ocurre algo, ¿Qué pasa? –no era difícil adivinarlo, era obvio que
se trataba de algo sobre su padre.
La mujer lo miró y negó con la cabeza. –No sirve de nada preocuparte, Louis.
–Dime qué ocurre, intentaré ayudar.
–Ayer no quise decirte nada cuando volviste, pero…. –se detuvo, parecía que le
costaba trabajo mencionar lo que estaba por decir–. Ayer por la mañana fuimos
con tu padre al doctor, le hicieron estudios para evaluarlo, como mensualmente.
–¿Y qué pasó? –interrumpió alterado. Era muy temprano para estar recibiendo
esa mierda.
–Pues que el riñón de tu padre cada vez está peor gracias a la maldita diabetes
que lo está consumiendo. Necesitan operarlo pronto, pero no conseguiremos el
dinero ni aunque trabajemos sin descanso los próximos meses, son casi 2,000
libras. –Los ojos de su madre se aguaron.
Louis estaba harto de eso. Pero esta vez no estaba dispuesto a permitir que la
falta de dinero afectara la salud de su padre.
–Está bien mamá. –Se acercó hasta la mujer y la rodeó con sus brazos–.
Encontraremos una solución, no te preocupes, te juro que no dejaré que papá
sufra más. –intentó mostrarse lo más fuerte posible, tenía que hacerlo, tenía que
ser fuerte por todos ellos.
----------------------------------------
Harry tocó el claxon de su auto para hacerle saber a Louis que había llegado por
él. Estaba tan ansioso por verlo que se miraba una y otra vez al espejo del auto
para asegurarse que luciera bien.
Después de la conversación que habían tenido la noche anterior, estaba casi
seguro de que Louis llevaría una actitud diferente, es decir, tal vez se había dado
cuenta que Harry realmente lo quería para mucho tiempo.
Mientras esperaba a que el menor saliera de su casa, comenzó a observar el
barrio donde Louis vivía. Era horrible, patético. No podía entender cómo era que
alguien con la elegancia que portaba Louis viviera en ese horrible lugar.
Las banquetas estaban levantadas, las casas era casi del tamaño de su habitación
en casa de sus padres, llevaban pintura desgastada y de colores horribles, los
jardines estaban secos y sin flores. Era una mierda.
–Bueno, por lo visto este es un mundo nuevo para ti. –mencionó Louis abriendo la
puerta y entrando al automóvil. Había notado antes desde la ventana de su casa
como Harry observaba todo con cara de disgusto. Harry lo miró y sonrió
automáticamente, se acercó hacia él y trató de besarlo–. No Harry, mis padres
pueden verlos. –señaló con la cabeza hacia su casa y lo alejó de él.
Louis se veía bastante serio. Giró su cabeza hacia la ventana al mismo tiempo que
se abrochaba el cinturón de seguridad. Parecía perdido, pero es que en realidad
tenía demasiado miedo por la situación de su padre. Además de todo ver a Harry
solo le preocupaba aun mas, todo lo que él le hacía sentir le hacía daño.
El rizado lo observó y pudo darse cuenta de que Louis no estaba bien. Tomó su
mano y entrelazó sus dedos para después prender el auto y salir de esa horrible
colonia. –No es un mundo nuevo. –habló.
El menor no logró entender a lo que se refería. –¿Eh?
–Que no es un mundo nuevo para mí. Tu mundo solo es muy diferente al mio,
pero no nuevo. –Le dio una sonrisa, elevó sus manos entrelazadas y dio un besito
sobre los dedos de Louis–. ¿Te pasa algo? –El menor se mantuvo en silencio, ni
siquiera miraba a Harry, tan solo miraba hacia la ventana con el rostro escondido–.
Príncipe, te estoy hablando. –volvió a insistir.
Harry manejaba sin prestar mucha atención a la carretera.
–Todo bien, “Rey”. –hizo énfasis en la última palabra. Harry comenzó a reír y
aprovechó que el semáforo cambió a rojo para besar al menor. Ésta vez no se lo
prohibió, de hecho recibió los labios del rizado con demasiada necesidad–. Todo
mal, Harry. –confesó entre el beso para después separarse y ocultar su rostro
dentro del cuello del mayor.
Se sorprendió por la actitud de Louis, tan solo lo abrazó por la cintura y cuando el
semáforo cambió a verde se las arregló para conducir a pesar de tener al pequeño
sujeto fuertemente a su cuello–. ¿Qué pasó?
Resulta que para Louis todo se había revuelto. Oliver, su padre, Harry, todo.
Necesitaba mantener a Oliver callado por lo que había visto, necesitaba conseguir
el dinero para la operación de su padre, necesitaba que Harry

dejara de actuar como un maldito encanto para poder ser tan hijo de puta con él
como solía serlo.
–Nada. –no podía pedirle el dinero a Harry, sin embargo sabía que era su única
oportunidad de tener esa cantidad. Se separó del mayor y trató de actuar como
era necesario, no como un maldito débil–. Es solo que tengo problemas en casa.
–¿Qué clase de problemas? –se acomodó mejor en su asiento y continuó
manejando. Ese día Harry se veía muy bien, no llevaba traje formal, llevaba una
camisa polo roja junto con jeans negros ajustados color negro.
–Problemas de adolescentes. –Quería decírselo, realmente quería contarle lo que
pasaba con su padre, pero temía tanto que Harry se burlara de él como lo había
hecho en un pasado, que prefería tragarse sus palabras–. ¿A dónde vamos?
–Tenemos que trabajar bebé, a la oficina. ¿O a dónde querías ir? –Lo miró con
una sonrisa traviesa que Louis intentó regresarle.
–Está bien. Tienes razón, hay mucho trabajo. –buscó la mano del mayor y volvió a
entrelazar sus dedos. Sentía bonito cuando hacia eso.
Harry siguió manejando por un largo rato. Sus manos entrelazadas se
encontraban justo en el espacio que separaba sus asientos. Louis sentía su
corazón latir muy fuerte, también sentía como si sus ojos se entrecerraran
constantemente ante la sensación de cosquilleo que inundaba su estomago.
¿Qué estaba pasando y por qué se sentía así al estar tomados de la mano?

Comenzó a acariciar con la yema de su dedo la mano de Harry. Él lo miró de reojo


y sonrió, también le gustaba demasiado la sensación de tener a Louis junto a él.
–¿Tienes hambre? –preguntó Harry desviándose hacia el estacionamiento de un
centro comercial. Louis negó con la cabeza–. ¿Ya desayunaste? –preguntó con
tono de voz serio. Seguía preocupándole bastante la forma en la que Louis se
saltaba las comidas.
–Sí, desayuné en casa. –Mintió, sin embargo no tuvo que hacer mucho para que
Harry le creyera.
–¿Me lo prometes? –No buscó algún lugar disponible, tan solo se dirigió
directamente a la zona de valet parking. Louis asintió y le regaló una sonrisa–. De
acuerdo, bebé. Acompáñame a comprar un café. –apagó el auto y salió de él
entregando las llaves al hombre del servicio.
Louis imitó la acción y esperó a Harry para caminar dentro del centro comercial.
Mientras caminaban por el lugar, Louis observaba como Harry miraba los
mostradores de las tiendas de marca, paraba constantemente y miraba
detalladamente alguna prenda en especial. Louis tan solo lo observaba a él, y a su
hermosa manera de morder constantemente sus labios al caminar. Quería tomar
su mano, pero sabía que era imposible con tanta gente cerca de ellos.
–¿Qué vas a comprar? –preguntó cuándo comenzó a aburrirse. Harry miraba todo
detalladamente, como si realmente fuera un aficionado de la moda.
–Solo quiero un cappuccino, vamos a Starbucks. –Por fin desvió su mirada de las
tiendas y fueron directo hacia el área de comida.
Al llegar al lugar Harry ordenó lo que quería y después preguntó a Louis si quería
alguna cosa, él se negó y mientras esperaban la orden del mayor, Louis se dio
cuenta que necesitaba hablar con Harry sobre lo de su padre, sin importar su
orgullo o lo que pudiera pasar, necesitaba sanar a su padre y Harry era la única
persona que podía ayudarlo.
–Harry… –susurró con la mirada baja, mantenía el ticket del pedido en sus manos
y lo arrugaba con nerviosismo.
–Dime. –habló sin prestarle mucha atención, miraba algo en su móvil.
–Necesito pedirte algo. –Harry bloqueó su móvil y lo miró.
–Sí, dime, haré lo que me pidas. –Se veía preocupado, pues dedujo que era algo
relacionado con los “problemas adolescentes” de lo que Louis había hablado esa
mañana.
–Es que… no sé cómo decirlo, pero –La mujer del Starbucks los interrumpió
llamando el nombre de Harry para que recogiera su pedido.
Caminó hasta el mostrador y tomó su café, dio las gracias y volvió rápidamente
hacia Louis. –Perdón, bebé, sigue. –dio un sorbo a su café e hizo una mueca al
quemarse la lengua.
Louis respiró profundo y continuó. –Necesito que me prestes 2,500 libras.
Harry comenzó a toser cuando escuchó sus palabras. No era una cantidad
excesivamente grande, pero si lo suficiente para que fuera extraño que Louis le
pidiera eso. –¿2,500? ¿Para qué necesitas tanto dinero?
Comenzaron a caminar fuera de la cafetería, Louis parecía bastante nervioso y
para él eso era frustrante, antes podía pajearse frente a Harry en la oficina sin
sentir temor, pero ahora todo era diferente, le temía aun más al rechazo del rizado.
–Mi papá. –Bajó la mirada–. Mi papá está enfermo y necesitan operarlo antes de
que se agrave más su situación. Tú sabes que mi familia no es como la tuya, que
nosotros no tenemos el dinero suficiente ni siquiera para cubrir un mes de
medicinas. Esto es una mierda, sabes, una mierda, una horrible mierda. –
Comenzó a hablar inconscientemente, sintiendo la confianza suficiente para
descargar la frustración que todo eso le hacía sentir–. Y no es justo, porque tu
familia está sana, tienen todo lo que alguien puede necesitar, son felices a pesar
de lo mierda que son todos los Styles. Mientras que mi familia está en lo más
denigrante, hemos llegado a estar en situaciones donde no sabemos si vamos a
poder comer al día siguiente, y luego llegas tú, y me muestras aun más lo
malditamente injusta que es la vida. –parecía que estaba molesto con Harry, le
hablaba elevando la voz, reclamándole como si él fuera el culpable de algo.
–Hey, cálmate, te daré el dinero. –intentó tomarlo entre sus brazos. Louis lo aventó
hacia atrás.
–Todo esto es una mierda, me haces sentir como una mierda cuando estoy junto a
ti y me doy cuenta de lo fácil que te es gastar el dinero a lo estúpido.
–Louis, relájate, ven. –lo tomó de la mano a la fuerza y lo jaló hacia una dirección
en especial. Louis estaba muy enojado, había comenzado a descargar todo su
coraje, y aunque Harry no fuera culpable, Louis lo sentía así, para él Harry era el
culpable de que la enfermedad de su padre hubiera agravado. Y es que si no lo
hubieran despedido de esa manera no estaría pasando nada de eso.
–Eres un hijo de puta, asqueroso, maldito, cerdo, hijo de papi, estúpido, animal,
ojala te pudras. –continuó diciendo mientras caminaba junto con Harry.
–Ya cállate. –Rodó los ojos y no paró de caminar hasta llegar a un banco dentro
del centro comercial–. Ten, detenme esto. –entregó su café al menor y entró al
cajero automático para demostrarle a Louis que le daría el dinero sin ningún
problema.
Louis respiró profundo para tranquilizarse y sonrió al darse cuenta de que había
logrado lo que quería. No era exactamente de la manera que quería hacerlo, pero
al fin y al cabo lo había conseguido. Si Harry le entregaba el dinero de forma tan
rápido, era obvio que haría cualquier otra cosa que le pidiera.
–Lo siento, “amorcito”. –mencionó y entró al banco junto con el rizado.
Harry había metido su tarjeta de crédito a un cajero, marcó su clave de seguridad
y Louis a su espalda miró cuál era “2202”, se la memorizó, no podía olvidar algo
tan importante. –Te pones como fiera en un ratito, controla tus hormonas de niño
bebé. –mencionó mirando la pantalla de la maquina, marcó la cantidad que Louis
le pedía y esperó a que saliera el dinero.
Louis comenzó a reír escandalosamente. –Así te gusto. –susurró y se dio la vuelta
para observar su alrededor, dio un sorbo al café de Harry y se percató de unos
hombres que los observaban de manera sospechosa.
Los hombres llevaban gorras y lentes obscuros y parecían muy atentos en lo que
los chicos hacían, Louis estuvo a punto de decirle al rizado cuando éste lo
interrumpió.
–Mierda. –Dio un leve golpecito a la maquina.
–¿Qué pasa?
–Me indica que tengo que pasar con un ejecutivo para cobrarlo personalmente, es
una fuerte cantidad de dinero y no me la quiere dar esta máquina.
–Pues hagámoslo. Ya estamos aquí. –Retiraron la tarjeta del mayor y entraron a
las oficinas del banco. Louis se olvidó de los hombres que los observaban.
Entraron al lugar y fue un alivio para el rizado darse cuenta que no había mucha
gente, rápidamente una ejecutiva los atendió. –Adelante, pasen conmigo, yo los
atenderé. –sonrió ella de manera amable.
–Buenos días… –susurró Harry mirándola de arriba hacia abajo. La chica era una
rubia joven de cabello rizado y largo, muy alta y con cuerpo precioso.
Louis notó la actitud de Harry, pero se quedó en silencio. Pasaron al escritorio de
la chica y Harry le explicó la situación de manera lenta y jugando a ser el seductor.
–No hay problema, joven. Ya le traigo el dinero en efectivo. –Mencionó la chica
mirándole a los ojos, sonriendo “tímidamente” y enredando su cabello en su dedo
índice.
–De acuerdo, guapa. –Habló el mayor sin despegarle la mirada–. Solo que no
tardes, no me quites el placer de verte.
Louis estaba sorprendido. Harry le estaba coqueteando a esa zorra frente a sus
ojos.
La chica se levantó para traer el dinero y él solo la siguió con la mirada, con ojos
lujuriosos por la chica. Parecía un animal que solo actuaba por instinto.
–Bésame. –mencionó Louis con tono de voz molesto. Estaba por golpearlo por la
humillación que sentía al verlo coquetear con esa chica.
Harry lo miró confundido. –¿Qué?
–Bésame. Cuando vuelva esa zorra quiero que me beses. –no lo miraba, miraba
hacia enfrente y movía su pierna de arriba hacia abajo, intentando controlar sus
celos excesivos. Harry comenzó a reír–. No estoy bromeando imbécil. –Lo miró
molesto–. Bésame cuando vuelva esa zorra o yo te besaré para que se entere a
quién le perteneces.
–¿Puedes tranquilizarte? –Susurró para evitar que los demás ejecutivos
escucharan, ya que comenzaban a mirarlos de forma extraña–. No seas celoso,
sabes que tú eres al que más deseo. Pero tienes que admitir que esa tía está
buenísima.
Louis sintió un nudo formarse en su estomago, quiso decir algo mas cuando la
ejecutiva volvió hacia ellos con un sobre amarillo. –Aquí está su dinero, joven
Styles. –entregó el sobre al rizado y continuó con el jueguito de los ojos
seductores.
–Muy bien, ¿Le firmo algún recibo?, o prefiere que le firme cualquier otra cosa –
Parecía que Harry no había comprendido los celos de Louis.
La chica comenzó a reír y le entregó un papel, Harry lo tomó, sin embargo sostuvo
la mano de la chica al mismo tiempo sin soltarla.
Louis ya no podía soportarlo más. –Amor, puedes darte prisa, quiero que nos
vayamos ya, tengo ganas de que me folles. –mencionó mirando directamente a la
rubia, que pareció completamente sorprendida al escucharlo.
Harry se coloró por completo. –Mierda, Louis. No digas estupideces. – comenzó a
reír nerviosamente, intentando arreglar algo.
–¿Estupideces? –preguntó sintiendo su corazón latir muy fuerte. Mandó todo a la
mierda y se acercó hasta él para comenzarlo a besar húmedamente, metiendo su
lengua sin pudor a la boca del rizado.
La chica bajó la mirada aun sorprendida.
Harry lo empujó lejos. –¡Mierda! ¿¡Qué carajos te pasa!? –gritó molesto limpiando
la saliva del menor que yacía sobre su boca.
–Vete a la puta mierda, imbécil. –se levantó del asiento y salió del banco
rápidamente.
Harry se dio cuenta de lo que acababa de hacer, maldijo en sus adentros y firmó
los recibos lo más rápido que pudo, agradeció a la chica al mismo tiempo que
tomaba el sobre y salía del lugar intentando alcanzar a Louis. – ¡Hey! ¡Espérate! –
gritó comenzando a correr, ya que Louis ya iba muy lejos.
Cuando llegaron hasta el estacionamiento Harry logró detenerlo tomándolo del
brazo. –Cálmate, bebé. Aquí está el dinero que me pediste. –se lo entregó, pero
Louis lo dejó caer al piso y trató de soltarse–. Mierda, esto me pasa por
enamorarme de niñitos de tu edad…. –bufó agachándose para rejuntar el dinero
sin darse cuenta de lo que acababa decir.
Louis se quedó congelado por lo que escuchó de parte de Harry, lo miraba con los
ojos muy abiertos. De nuevo se activaron esas maripositas que vivían en su
estomago. Harry reaccionó de igual manera quedándose en silencio y maldiciendo
por lo imbécil que era,cuando estuvo a punto de decir algo unos hombres los
tomaron por detrás, cubriéndoles la boca y sosteniéndolos fuertemente
Louis sacó el dedo de en medio en dirección hacia Harry sin parar, caminaba
directo al estacionamiento. –¡Muérete! –se sentía humillado y no quería verlo ni
hablar con él. 
para evitar su movimiento, eran aproximadamente 4 y estaban armados.
–Hagan lo que les pedimos y nadie saldrá herido, caminen. –susurró uno de ellos
mirando a su alrededor apara comprobar que nadie los estuviera viendo, los
apuntaron con las armas y los obligaron a caminar junto con ellos.
Eran los mismos hombres que Louis había visto afuera del banco unos minutos
antes.
Y ahora los tenían.

Capitulo 26.
Louis mantenía la cabeza agachada y temblaba demasiado. Podía escuchar su
respiración a toda velocidad. Los nervios y el terror estaban por matarlo.
Harry estaba mas preocupado por Louis que por sí mismo. Los hombres lo tenían
obligado a mantener la cabeza baja para evitar que alguien por la calle notara que
los llevaban raptados.
Los hombres conducían por la carretera, sin embargo había unos cuantos
automóviles que pasaban constantemente cerca de ellos.
Después de que los agarraron en el estacionamiento del centro comercial, los
obligaron a subir al propio auto de Harry para llevarlos a una dirección a la que
ambos desconocían. Harry estaba muy inquieto y con eso solo lograba que los
hombres se molestaran más.
–¡¿Qué mierda es lo que quieren de nosotros!? –gritaba mientras le amarraban las
manos en la espalda cuando no pudieron controlarlo más. El hombre que
conducía el auto era especialmente el que les daba las indicaciones a los otros
tres–. ¡Díganme si lo que quieren es dinero! ¡Pero háganlo rápido, les daré lo que
me pidan pero suelten al chico! –Lo que más le desesperaba de la situación era
mirar lo asustado que Louis se encontraba.
El menor elevó la mirada un poco, tan solo para alcanzar a mirar al rizado.
Cruzaron miradas y Louis comenzó a sollozar. Él nunca antes se había encontrado
en situaciones peligrosas como un asalto, secuestro, o lo que sea que eso fuese.
–Ya te he dicho que cierres la boca… –habló el hombre que lo sostenía de manera
agresiva. Harry estaba acabando con toda su paciencia–. Este chico no tiene nada
que ver con esto, es tan solo un imbécil que estaba en el lugar y con la persona
equivocada.
Harry intentó mirarlo pero con eso solo provocó que el hombre lo detuviera por el
cuello más fuerte. –¿Entonces esto es por mi? –dio un gemido por el dolor que le
provocaba el hombre.
–Exactamente, niño inteligente. –respondió el hombre con una risita irónica.
El automóvil dio vuelta en una terracería (Camino para autos sin pavimentar,
comúnmente dirigen a rancherías o casas de campo) de la carretera, alejándose
aun más de la sociedad.
–Suéltenlo a él, llévenme a mí, Louis no tiene nada que ver en esto. –Rogó
cuando se dio cuenta que probablemente las cosas que volverían más violentas, o
que esos hombres tenían indicaciones de lastimarlo– Si esto es un secuestro les
aconsejo que llamen a mi familia de una vez.
Los hombres comenzaron a reír. –No niño, nadie aquí quiere secuestrarte… esto
no es un secuestro.
La sangre de Louis se heló por completo. Si de algo estaba seguro era que esos
hombres no querían dinero de Harry porque probablemente tenían indicaciones de
un tercero para hacerle daño. Mantenía los ojos muy cerrados. –Harry… –susurró
buscando con su mano la mano del mayor. No pudo encontrarla gracias a que las
manos del rizado estaban sujetas–. Está bien Harry, estoy bien. Tranquilízate. –Lo
importante en esos momentos críticos era cooperar.
–Te prometo que no dejaré que nada malo te pase, mientras estés conmigo nadie
te hará daño, te lo juro por mi maldita vida. –mencionó Harry e hizo lo que Louis le
pedía. Se tranquilizó y esperó hasta que los hombres dieran alguna otra
indicación.
Les habían quitado las baterías a los móviles de los chicos, con eso impedían que
la policía los rastrara de alguna manera.
Harry estaba consciente de que eso podía pasar cualquier día, es decir, al venir de
una familia con tanto dinero hay muchas personas que quieren hacerte daño y
sacar provecho con eso. Pero no podía soportar la idea de que Louis sufriera algo
por su culpa. Escuchaba los sollozos del menor y con eso solo lograba que su piel
se erizara más y más.
El teléfono de uno de los hombres comenzó a sonar. Era el del líder, el que
conducía el auto. Contestó rápidamente y Harry intentó concentrarse por completo
en la conversación, podía ser una pieza clave para adivinar quién era quién los
había mandado.
–Todo salió bien. Nadie los vio, lo hemos agarrado en un centro comercial. –
Guardó silencio por unos segundos mientras escuchaba la respuesta por el otro
lado de la línea–. Claro que si, esto es con demasiada discreción. El único
problema es que el joven estaba con un chico y lo hemos tenido que agarrar a él
también–. De nuevo el silencio–. Es un chico como de 16 años, pelo castaño y
ojos azules. –De repente el ambiente se tensó. El hombre parecía molesto por lo
que estaba escuchando del otro lado de la línea–. Joven, no podía dejarlo, él nos
vio desde antes, podía avisar a la policía.
–¿¡CON QUIÉN ESTÁ HABLANDO!? –gritó Harry ya desesperado.
El hombre lo ignoró por completo. –El chico mayor ha mencionado que su nombre
es “Louis”. Nos ha pedido varias veces que “Soltemos a Louis”.
Louis tenía una sospecha sobre quién podía estar atrás de todo ese asunto, sin
embargo no dejaba de rogar porqué solo fueran suposiciones suyas.
–Si joven, entendido. A él no lo tocaremos.
Confirmó sus sospechas. Se puso aun más nervioso.
El hombre colgó el teléfono al mismo tiempo que lanzaba una maldición al aire. Al
parecer Louis les había complicado el plan.
–Dígame quién les ha pagado. Les daré el doble de lo que les ofrecieron. –
Encontró que su última salida era ofrecer más dinero. A pesar de que haber
escuchado al hombre mencionar que no tocarían a Louis, continuaba temiendo por
su propia seguridad.

Louis rogaba porqué esos hombres no rebelaran el nombre de la persona quien


los había enviado.
El coche se detuvo cuando se habían alejado lo suficiente de la carretera. Parecía
que todo estaba pasando en cámara lenta, era como si el sonido de los latidos de
sus corazones fuera el único sonido en el lugar.
Los hombres comenzaron a bajar. Tomaron a Harry del cuello y lo obligaron a
bajar del auto. A Louis no le permitieron bajar, tan solo le dieron la indicación de
subir la cabeza, pues ya no había problema si miraba a través de la ventana.
Harry bajó del auto y se dio cuenta que había una camioneta mas con ellos.
Seguramente era de los hombres. Se habían detenido en un terreno baldío, sin
nada de población o campo cerca de ellos. Miró hacia Louis y se sintió menos
preocupado cuando notó que a él aun lo mantenían dentro del auto, tan solo con
una persona por fuera cuidando que éste no se escapara.
–¡Camina! –gritó el hombre que aun lo mantenía sujeto con las manos sobre la
espalda–. ¡Anda, hazlo rápido para que pueda irme de una maldita vez!
Harry caminó sin dejar de mirar a Louis, que lo miraba de igual manera con
lágrimas en los ojos. –¿Por qué hacen esto? –preguntó por última vez antes de
sentir un puñetazo estrellarse con fuerza casi inhumana sobre su abdomen. Cayó
al suelo sofocado.
Louis gritó al ver lo que comenzaban a hacerle al rizado, sin embargo no podía
hacer nada dentro del auto.
–¿Hacer qué? –Preguntó el hombre que lo había golpeado agitando su puño en el
aire–. ¿Esto? –volvió a golpearlo fuertemente en cuanto el rizado logró ponerse de
rodillas.

Todos comenzaron a reír y a tirarle patadas. –Vamos Styles, has que tu dinero te
salve de esta golpiza. –Mencionó otro de ellos al momento que juntaba todas sus
fuerzas para descargarlas con una fuerte patada en el estomago del chico.
El menor miraba la escena desesperado. Rogaba a los hombres para que lo
soltaran, pero su voz ni siquiera se escuchaba por fuera del auto.
Harry trató de reponer fuerzas. No podía defenderse, pero al menos podía recibir
la golpiza con la cara en alto. –Díganme quién los ha mandado… – volvió a pedir
con la ultima fuerza que le quedaba para hablar. –Al momento recibió una patada
en el rostro que logró tirarlo completamente al suelo con la nariz chorreando de
sangre.
–Oh, cierto, casi lo olvido… –habló un hombre para después darle la indicación a
los demás para que pararan de patearlo. Se agachó hasta el chico y lo tomó del
cuello, obligándole a mirarlo–. Este momento es cortesía de tu primo Oliver. –Abrió
los ojos y miró al hombre impresionado–. Te manda a decir que la próxima vez que
pienses en pagarle a su novio para que te haga tus favores sexuales, te la pienses
mejor.
–¿Qué?.. Yo no he… –intentó decir pero al momento recibió el golpe más fuerte de
todos sobre el ojos. Cayó al suelo y se dio por vencido.
Lo golpearon por unos minutos más, después dieron indicaciones para irse.
Dejaron las llaves del auto, los móviles y todas las pertenecías de los chicos sobre
el suelo. Todos los hombres subieron a la camioneta que los acompañaba y antes
de irse pasaron junto a Harry, que apenas estaba consciente para escuchar ruidos
en su mente. –Quedas advertido, Styles. Vuelve a tocar al chico de tu primo y
amaneces muerto. –Arrancaron la camioneta y se fueron a toda velocidad del
lugar.
Louis salió en cuanto vio que los hombres se habían ido. Corrió hacia Harry lo
entró en completo pánico al verlo tan mal. –¡MIERDA! ¿¡Harry estás bien!? – gritó
hincándose junto al rizado y tratando de levantarle la cabeza del piso. Harry no
contestó, pero su pecho subía y bajaba indicándole al menor que seguía
respirando–. Contéstame Harry, vamos, contesta… –continuó llorando y recargó
su cabeza contra la del mayor.
–Suéltame… –susurró Harry con un hilo de voz. Louis lo miró sorprendido, con los
ojos y los labios muy hinchados–. Aléjate de mí. –Lo empujó lejos de él, después
se levantó del piso como pudo, limpiando la sangre que corría por su nariz. Fue
directo hacia donde se encontraban los móviles y las llaves del auto.
–¿Harry, qué pasa? –Preguntó Louis con miedo, podía imaginar la respuesta–.
Ven Harry, aun no te levantes, estás muy herido…
Harry colocó la batería de su móvil y esperó a que éste se prendiera. Caminó
hasta el auto y se dejó caer ahí dentro en cuanto abrió la puerta. Bajó la mirada e
hizo su mayor intento por no llorar. Realmente no quería hacerlo, no quería perder
toda su dignidad, pero el enojo tan grande que sentía le impedía estar bien. –Toma
tu móvil del suelo y deja de llorar. – Indicó a Louis señalando al aparato.
Louis lo miraba esperando alguna explicación a su actitud. –¿No llamaras a la
policía? –habló con un puchero en la boca. Estaba tan asustado en esos
momentos que lo único que deseaba era un abrazo del mayor–. Mierda, Harry. No
actúes así, al menos dime que estás bien.
Harry negó con la cabeza. Aun miraba hacia el suelo. –Fue Oliver. –confesó.
Louis tragó saliva y comenzó a temblar más que antes. Estuvo unos momentos en
silencio antes de atreverse a preguntar lo siguiente. –Ha sido por nosotros,
¿Cierto?

Harry lo miró impresionado. –Sabes… tenía la esperanza de que tú no entendieras


por qué había hecho esto Oliver, quería pensar que él nos había visto y había
llegado a sus propias conclusiones, pero me has demostrado que tú lo sabías
todo, y que probablemente has sido TÚ quien le dijo que yo te daba dinero a
cambio de sexo. –No tenía fuerzas para gritar, pero en su mirada podía notarse la
rabia que sentía.
–No, no. Harry tuve que hacerlo, Oliver nos vio anoche y me pidió una explicación,
tenía que explicárselo de alguna manera. –En su cabeza se repetía una y otra vez
que tenía que hacer algo para arreglar las cosas.
–¿¡Diciéndole que te he pagado!? ¡Mierda Louis! ¡Ambos queríamos esto, tanto tú
como yo! –Sus ojos se cristalizaron. No entendía por qué exactamente quería
llorar, pero necesitaba hacerlo–. Todo esto se termina aquí y ahora. Ya no seguiré
arriesgándome contigo de esta manera.
Louis se acercó hacia él, pero quedó a una distancia prudente del mayor. –
Harry… yo te quiero. –Pensó que esa era su última alternativa para lograr que el
rizado no terminara con él–. No puedes dejarme.
Harry lo miró y permitió que una lágrima recorriera su mejilla. –Puta madre, Louis.
Enserio que puta madre. –hizo un esfuerzo para levantarse del asiento del auto y
salió. –Tu manera de querer me da asco. –lo miró con desprecio y comenzó a
mandar un mensaje por su móvil cuando éste por fin prendió.
Louis volvió a intentar. –Hace rato has dicho que estabas enamorado de mi,
segundos antes de que nos raptaran–. Estaba perdiendo todo lo que había
logrado hasta ese momento, además de todo, Harry aun no le

entregaba el dinero para la operación d su padre. Así es, los hombres no les
habían quitado ni un centavo. –Mírame a los ojos y dime que ha sido una mentira,
dime que no me quieres.
–Si… si lo hago. Y no tengo ni un puto problema en admitirlo. –Habló mirándole de
frente–. Pero realmente no estoy dispuesto a trabajar para que esta relación
funcione. No lo quiero. –Se encogió de hombros y negó con la cabeza–. No
necesito complicarme la vida con chicos como tú. No necesito nada de ti, no
necesito tu maldito amor falso. ¿De acuerdo?
–No lo harás. Yo si te necesito. –No mentía, necesitaba a Harry, pero no
exactamente en el sentido amoroso, sino en el lucrativo.
–¿Sabes manejar? –preguntó sacando un tema completamente nuevo. Louis
asintió confundido–. Llévate el auto, yo ya he avisado a un chofer de la empresa
para que venga a buscarme por el rastreador del móvil. Vete ya.
Louis sintió su cabeza colapsar. Harry estaba hablando enserio, estaba terminado
con él. –Te lo ruego…. No lo hagas…
–Toma las llaves y vete. Mañana vas a la oficina a devolver el auto y... Y a que te
dé tu liquidación, esto se ha dado por vencido, lo siento. –Se dio la vuelta dándole
la espalda y esperando a que el menor se fuera. Le dolía hacer eso, pero lo
encontraba realmente necesario.
–De acuerdo. –Tomó las llaves del suelo y limpió las lágrimas que corrían por sus
mejillas–. De acuerdo. –volvió a mencionar con la esperanza de que Harry lo
detuviera, pero él no lo hizo.
No tuvo otra opción que subir al auto e irse de ahí dejando al rizado. Cuando se
alejó lo suficiente del lugar, detuvo el automóvil y se recargó contra el volante para
comenzar a llorar con todas sus fuerzas. El rechazo de Harry le había dolido de
una manera extraña, poco común y devastadora.
Ahora que todo se había terminado no podía mirar hacia un futuro. Lo
primero que pensó fue en que probablemente su padre moriría al no poder
operarse por falta de dinero. Pensó en su madre, en su hermana y le dolió aun
más el corazón.
Tomó su móvil y mandó un mensaje a la persona culpable de todo eso.
“Eres un hijo de perra, esto me las vas a pagar, maldito maricón de mierda.
Entérate que para lo único que te quería era para estar cerca de tu primo.
Vete a la mierda.”
Lanzó el móvil al asiento trasero, limpió las lágrimas de su rostro y volvió a
prender el auto. Era tiempo de dejar el drama y buscar soluciones.

Capitulo 27.
“Sé que estás molesto, pero estoy dispuesto a esperar a que el coraje se te baje.
Siento mucho que hayas tenido que vivir esa experiencia, nunca pensé que Harry
estaría contigo al momento de la levantada. Te amo x”
“Tienes que aceptar que Harry se merecía lo que le mandé a hacer, se comportó
como un hijo de puta contigo, yo solo quería protegerte y dejarle claro que tenias
alguien a tu lado.”
“Al menos contesta los mensajes, me siento ignorado y también muy apenado
contigo, ¿puedo ir a verte?”
“Louis, mierda, contéstame las llamadas.”
“No sabes lo mal que me haces sentir, no quiero que sigas molesto conmigo.”
“Te amo, no lo olvides, por favor”
Louis miraba los mensajes que Oliver había enviado a su móvil en las últimas
12 horas, sin embargo no contestaba ninguno. Después de lo que pasó con Harry
no quiso esperar hasta el día siguiente para llevar a la empresa el auto, solo
condujo hasta el lugar y le entregó las llaves a la recepcionista, pidiéndole que se
las diera a Harry de su parte. Después volvió a casa sin ánimo alguno para hablar
con alguien. Tan solo se encerró en su habitación y durmió gran parte del día.
Todo su plan se había ido a la mierda, estaba tan realmente jodido que su cabeza
ni siquiera quería pensar.
Su madre le preguntó varias veces sobre cómo se encontraba, o sobre qué había
pasado y por qué llevaba esa actitud tan decaída. Él le mencionó que lo habían
despedido del trabajo por un malentendido que había tenido con Harry, estaba
convencido que ese rompimiento había sido el fin de sus constantes idas a la
oficina del mayor, así que tenía que decírselo a su madre de una vez. Ella solo le
dijo que no se preocupara, que encontrarían alguna otra manera de sostener la
economía de su familia, sin embargo su rostro al decirlo mostró su evidente
preocupación por lo que se veía venir.
El padre de Louis estaba cada vez más preocupado con el asunto de no lograr
conseguir trabajo en absolutamente ningún lugar, ni siquiera de conserje en algún
colegio, ya que los jefes de los lugares no querían contratar gente vieja antes que
a algún joven. Mientras más se hacía grande su preocupación, mas empeoraba
su diabetes, y eso solo le traía grandes consecuencias a su salud.
Por otro lado, Harry volvió a su apartamento después de que el chofer de la
empresa lo recogiera en el lugar del ataque. Le dolía todo el cuerpo gracias a los
golpes que había recibido, sin embargo nada se podía comparar con el maldito
nudo en la garganta que sentía al darse cuenta de su “aventura” con Louis había
terminado, y lo peor de todo, había terminado de mala manera.
Su novia lo esperaba ahí, y por desgracia se dio cuenta de los moretones y la
sangre seca que yacía en su cara. Harry le mintió diciendo que se había peleado
con un conductor gracias a un comentario ofensivo que él le había hecho mientras
conducía. La mujer le creyó y tan pronto se olvidó del tema comenzó a contarle al
rizado todo los detalles que estaba preparando para su boda, que sería en pocos
meses.
Harry sabía que estaba a punto de casarse con una mujer hermosa, pero aun así
no podía dejar de pensar en lo diferente que podría ser su vida con otra persona,
una persona que le diera felicidad al mismo tiempo que deseo, alguien que le
demostrara el amor de formas distintas, sin tanta miel y cosas típicas de una
relación.
Al final, todo se resumía a una sola persona, Louis.
No quiso saber nada relacionado con trabajo, ni tampoco darle explicaciones a su
padre sobre por qué un chofer lo había tenido que ir a recoger en medio de la
carretera. No le importaba que estuviera cargado de trabajo, simplemente no
quería regresar a esa oficina, que claramente todo le recordaría al menor.
Lo que más le frustraba de la situación era no poder hacer algo contra Oliver,
porque claramente él sabía sobre lo que tenía con Louis y si abría la boca, toda su
reputación se iría a la mierda. Harry era un hombre hecho, no podía permitir esos
escándalos dentro de su familia.
Pasó lo que restó del día con Ashley, la acompañó a decidir cuál sería el banquete
para la fiesta, qué sabor de pastel llevaría el de su boda, todo. Le regaló a la chica
una tarde soñada para después terminar en su departamento fingiendo caricias y
palabras para Ashley que en realidad todas eran robadas por Louis.
No era difícil darse cuenta que ambos estaban deseosos por arreglar las cosas
entre ellos, sin embargo los motivos de cada uno eran diferentes.
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Al día siguiente Louis despertó hasta tarde. No sentía la tediosa presión de tener
que ir a trabajar temprano. Pero quería sentirla de vuelta, realmente quería sentir
toda esa maldita presión que Harry Styles le provocaba de vuelta.
–¡Louis! ¡Es hora de desayunar, cariño, levántate! –Escuchó el grito de su madre
desde la parte de abajo. Suspiró pesadamente, no quería dejar la cama y mucho
menos quería desayunar.
Miró hacia su mesita de noche y tomó su móvil para revisar cualquier mensaje que
pudiera haber llegado. Deseaba tanto encontrar alguno del rizado, sin embargo no
fue así. Tan solo había decenas de mensajes y llamadas de Oliver, junto con
algunas cuantas de Jacob.
Jacob.

Jake sería perfecto para esos momentos, su enferma y retorcida mente siempre
encontraba solución para las situaciones más jodidas. No perdió el tiempo, se
levantó de la cama y mientras se quitaba el pijama para colocarse ropa casual, lo
llamó.
–¡Hasta que te reportas, mariposita! –Jake hablaba tan alto que Louis tenía que
alejar el auricular de su oído para no aturdirse–. ¿Dónde carajos has estado? No
me digas que follando con Styles porque eso será increíblemente
raro…
–No, imbécil. Bueno, sí, pero ese no es el tema. –Se escuchó una carcajada de
parte de Jake por el otro lado de la línea. Louis sonrió al escucharlo, su risa le
ponía de buenas–. Jake, concéntrate, todo se fue al carajo por culpa de Oliver…
–¿De qué hablas? ¿No me digas que está embarazado? –Louis rodó los ojos,
Jacob no solía ser una persona muy seria.
–Idiota, estoy hablando en serio. Harry me ha terminado.
–¿Pero por qué? ¿Qué mierda hiciste, Louis…?
–Oliver nos encontró follando, tuve que decirle que Harry me pagaba por favores
sexuales para calmarlo. Pensé que lo tendría controlado, pero el imbécil contrató a
unos matones para que golpearan a Harry por “Acosador de menores” y esas
mierdas. Todo se fue al carajo.
Jake hacia su mayor intento por no romper en carcajadas. No podía ni imaginar a
su amigo en situaciones tan dramáticas. –Oh, Louis. Eres tan homosexual… –
susurró intentando ser serio.
–Vete a la mierda… no te tomas nada serio. ¡Esto significaba el futuro de mi
familia!

–Ya, pues. Ay, es que mierda, Louis. La cagaste, realmente lo hiciste y dudo que
Styles quiera volver a arriesgarse contigo. Significas mucho riesgo para él
después de lo que le dijiste al imbécil de tu noviecito.
–Ya no es mi “noviecito”, lo mandé a la mierda por entrometido.
–Vaya mierda, estas metido en una grande. Y mira, hagas lo que hagas, lo tienes
que hacer rápido, Harry es de esos que olvida pronto a un “capricho”.
–¡Louis! ¡Baja a desayunar de una vez! –se escuchó de nuevo un grito de su
madre interrumpiendo la conversación, esta vez un poco más molesta.
Louis se apresuró con lo que hacía, no quería dar más problemas. –Créeme, Jake.
Yo no soy un simple capricho para Harry, y de eso estoy seguro. –Salió de su
habitación dirigiéndose hacia el comedor.
–Eso esperemos, perra. Cada vez eres menos hetero, ¿Hace cuanto no te follas a
una tía?
Louis llegó hasta el comedor donde su madre, su padre y su pequeña hermana se
encontraban desayudando. –Ay, querido Jacob, hablamos después, saludos a tu
familia, suerte en la escuela amiguito. –colgó la llamada y miró a su madre con
una sonrisa.
–Hasta que bajas, jovencito. Pensé que tendría que subir por ti. –Comentó
molesta al mismo tiempo que le servía un vaso de leche y colocaba una pieza de
pan sobre su plato.
Louis miró la comida con despreció, pero hizo su mayor esfuerzo por comerla.
Su padre se veía bien esa mañana. Estaba aseado y afeitado. Leía el periódico,
como todas las mañanas. –Louis, ¿Qué haces aquí? ¿No se supone que los
viernes también tienes clases? –preguntó el hombre sin dejar de mirar
el periódico.
El menor miró a su madre con preocupación. Sabía que no podía mencionarle
nada a su padre sobre que había dejado de estudiar. –No papá, hoy no he tenido
clases. –dio una sonrisa y llevó un trozo de pan a su boca. Lo tragó con dificultad y
miró a su madre asegurándose de que ésta lo haya visto comer.
–Oh, qué extraño. ¿Y por qué? –dejó el periódico sobre la mesa y comenzó a
prestar completa atención a su familia.
Louis se puso aun más nervioso. –Es semana de exámenes, ya los he terminado
todos. –Balbuceó levemente.
Mini comía el pan con la boca abierta, sin embargo eso solo la hacía lucir
adorable. Miró el nuevo teléfono de Louis y se sorprendió por completo. – ¡Wow,
Louis! ¿Eso es tuyo? –gritó señalando el aparato.
Toda la atención de su familia se centró sobre el Iphone de Louis.
–¿De dónde has sacado eso? –Preguntó su padre, algo impaciente por la
respuesta. Ese aparato costaba lo mismo que gastaba en medicinas para tres
meses.
–Lo he conseguido por parte de la empresa. –Habló sin siquiera pensar en lo que
estaba diciendo, tan solo quería dar explicaciones rápidas que no relacionaran
nada a Harry–. Es como una herramienta de trabajo.
Su madre lo miró con los ojos muy abiertos. Había cometido un terrible error.
–¿Empresa? ¿De qué hablas, Louis? –dejó todo lo que estaba haciendo, parecía
bastante confundido.
–Mierda. –susurró Louis y miró a su madre en busca de una salida para la
situación.
Ella intervino de manera rápida. –Louis está trabajando por las tardes, por eso
llega de noche últimamente. Es asistente de un empresario mediano de la ciudad.
–Obviamente no mencionarían nada sobre los Styles, eso solo provocaría que el
señor Tomlinson se sintiera peor.
–Louis, ¿Por qué tú puedes dejar de ir a la escuela y yo no? –Preguntó Mini
empeorando mil veces más la situación–. Yo también puedo trabajar, ¡No es justo!
–¡¿Qué!? ¿¡HAS DEJADO LA ESCUELA POR TRABAJAR!? –gritó su padre
completamente alterado.
Louis bajó la mirada. –No ha sido mi culpa. No podía seguir asistiendo, se debían
demasiadas mensualidades.
Era como si el mundo se hubiera puesto en su contra, de modo que todo le hacía
extremadamente mal.
–¿¡Y POR QUÉ MIERDA NO ME LO HABIAS DICHO!? –se levantó de la mesa
dando un golpe sobre ésta. Parecía bastante enojado.
–Amor, cálmate, sabes que esto no te hace bien. –intentó decir la señora
Tomlinson. Si el padre de Louis se enojaba en su estado solo provocaría que se le
elevara el azúcar en la sangre de manera excesiva, y eso lograría empeorar el
estado de su riñón.
–¡Por esto mismo! ¡Porque sabía que te molestarías conmigo como si fuera mi
maldita culpa que nos estemos pudriendo en la pobreza! –Louis reaccionó
agresivo ante los gritos de su padre. Le parecía molesto que lo culparan de algo
que él solo intentaba reparar.
Definitivamente eso fue lo peor que pudo haber dicho.
A su padre se le bajó la presión rápidamente, se tornó completamente blanco y
tuvo que sentarse de nuevo cuando pensó que caería al piso.
Después de eso todo pasó demasiado rápido. El hombre se desmayó, Mini
comenzó a gritar como loca, su madre le gritó a Louis que llamara a una
ambulancia, y éste lo hizo. A su padre se le bajado de manera excesiva la presión
gracias a la noticia que acababa de recibir.
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–El señor Tomlinson realmente necesita recibir buena atención médica. Estuvo a
punto de sufrir un infarto, y si sigue sin tomar sus medicinas no durará mucho
tiempo. –Habló un doctor del hospital público al que habían llevado al hombre.
Louis odiaba los hospitales. Realmente los detestaba en grande. Odiaba ir a ahí
porque todas aquellas veces era solo para recibir malas noticias sobre su padre.
Como había dicho el doctor, había estado a punto de sufrir un infarto, y Louis
sabia que todo había sido por su maldita culpa.
Mini estaba dormida sobre una de las sillas de la sala de esperas. Había llorado
tanto al ver a su padre mal, que había perdido todas sus energías.
–Estamos tratando de conseguir el dinero suficiente para cubrir todas sus
medicinas, pero son demasiado costosas y se nos dificulta demasiado. – confesó
su madre sin pena alguna. Louis sentía demasiada vergüenza ante esas
situaciones.
–Lo entiendo señora, pero es realmente necesario que lo hagan rápido, por el bien
del señor Tomlinson. Tampoco lo hagan enojar de esa manera, ustedes saben que
cualquier cambio drástico de humor es demasiado dañino para él. –Louis tenía
ganas de golpear al doctor. Decía todo como si ellos fueran unos ignorantes que
solo buscaban empeorar las cosas. Tenía el estomago revuelto por el asqueroso
olor a fármacos que caracteriza todos los hospitales.
–Muchas gracias, doctor. Le prometo que no volverá a pasar. –Ella estrechó su
mano con la del hombre, éste se despidió con un movimiento de cabeza y volvió
hacia las salas de cuidados intensivos.
Louis quería vomitar, realmente quería hacerlo, pero era aún más grande su deseo
por desquitar su enojo por la vida con alguien.
No permitiría que su padre empeorara, realmente no. Y no le importaba tener que
perder toda su dignidad por conseguirlo, lo haría.
Quería llorar, pero no lo haría, no lloraría porque sabía que lo le serviría de nada.
Tenía que buscar soluciones, encontrarlas pronto antes de que fuera demasiado
tarde para su padre. Probablemente él era la persona a la que más quería en el
mundo, y el solo hecho de pensar que estaba tan cerca de perderlo, le rompía el
corazón en miles de pedacitos.
Su madre lo miró e intentó decir algo, el menor la interrumpió. –Tengo que hacer
una llamada. –sonrió falsamente y se alejó lo suficiente para evitar que su madre
escuchara lo que decía.
Marcó el número de Harry sin pensarlo un segundo más. Él tardó casi 1 minuto en
contestar.
–¿Hola? –se escuchó su voz un poco confundida. Louis no respondió al instante.
Tenía la mente hecha mierda y escuchar la voz del rizado le hacía arder en rabia,
Harry no tenía nada que ver con lo que pasaba, pero Louis había centrado todo su
odio hacia él–. Louis, sé que eres tú. ¿Hablaras de una vez o termino con esta
llamada de una vez?
–Harry. –mencionó al momento. Su voz estaba cortada gracias al nudo que tenía
en la nariz. Respiró profundo y se preparó para la avalancha de mentiras que
estaban por salir de su boca–. Harry, ¿Dónde estás?
–¿Qué es esto, Louis? ¿No te quedó claro que no quiero nada contigo?
Louis mordía su labio inferior muy fuerte. Y ahí estaba una vez más, humillándose
ante el millonario Harry Styles. –Necesito que vuelvas conmigo. –tragó saliva y
cerró sus ojos. Se recargó contra la pared y negó con su cabeza.
–Todo está terminado, acéptalo, Louis.
–No puedes. No lo hagas ahora. Mi padre está en el hospital, se está muriendo y
no sé a quién mas llamar, tú eres la única persona en la que pienso cuando busco
consuelo. Por favor no me dejes ahora… –hizo un puchero sincero, parte de sus
palabras no eran 100% mentiras. Harry se mantuvo en silencio por un largo rato,
como si le hubiera sorprendido la noticia de Louis–. Eres la única maldita persona
en el mundo en quién puedo confiar, eres el único que existe en mi mente, y te
necesito ahora más que lo que pensé alguna vez.
–Mierda… ¿Qué tiene tu padre?
–Sufrió un pre-infarto.
–¿Y tú? ¿Estás bien, príncipe? –la voz de Harry se volvió dulce, como si de
repente se hubiera olvidado de todo.
–Lo estaré si vienes a hacerme compañía. –Utilizar la situación de su padre
para retener a Harry no era lo correcto, pero si lo mas efectivo–. Te lo ruego…
–¿Tú realmente me quieres? –Preguntó el rizado muy firme. Louis no tomó
esa pregunta por sorpresa, sabía que Harry no tardaría en preguntársela–.
Quiero saberlo, necesito saber si estás dispuesto a dar todo lo que yo estoy
dispuesto.
Una vez estaba dispuesto a mentir, sin embargo sabía que esta vez, la mentira
seria en nombre de su padre, y de toda su familia. –No solo te quiero, estoy
enamorado de ti, te amo Harry Styles, mierda, si. Te amo como un maldito
enfermo.

Capitulo 28
–Te has tardado demasiado. –Mencionó el menor llegando hasta Harry–. Por poco
pensé que te habías arrepentido.
El rizado lo miró con ternura, quiso abrazarlo, pero había demasiada gente en
aquel hospital. –He venido en cuanto recibí tu llamada, bebé. No podía hacer nada
más. –habló bajo, asegurándose que nadie lo escuchara.
La madre de Louis los miraba sentada con la pequeña Minie dormida sobre sus
piernas. Ella no entendía exactamente qué hacia el ex jefe de su hijo ahí.
Louis parecía muy cansado, tenía los ojos bastante hinchados y unas ojeras
enormes bajo los mismos. Al mirarlo podía notarse la tristeza tan enorme que
cargaba por la situación de su padre. –Lo importante es que estás aquí. – Hablaba
muy bajo, ni siquiera elevaba lo suficiente la mirada para mirarlo a los ojos. Estar
frente a Harry en ese momento no le hacía bien.
–¿Cómo está tu padre? –se acercó un poco más al menor. Realmente quería
abrazarlo, quería hacerle sentir cariño y aprecio, Louis parecía devastado y Harry
quería sanarlo.
Se encogió de hombros y negó con la cabeza. –Mal, evidentemente mal. Estamos
en un hospital, la respuesta es obvia.
–Disculpa… –Susurró con un tono demasiado honesto.
Louis lo miró confundido. –¿Por qué?
–Esto es mi culpa.
“Si, si es tu maldita culpa, imbécil. Es tu maldita culpa que mi padre se esté
muriendo, si tan solo no hubieras sido tan egoísta y no lo hubieras corrido de tu
sucia empresa, él no estaría así, ¿Pero qué puedes hacer ahora? Nada,
absolutamente nada más que dar tu bendito dinero y ayudar a que se reponga.” –
No lo es, Harry. –tragó saliva para evitar que todos aquellos
pensamientos que inundaban su cabeza salieran–. Te pedí que vinieras para
arreglar las cosas, no para culparte de lo que le pasa a mi padre. –No valía la
pena, igual Louis estaba convencido de que el rizado tenía toda la culpa.
–Vámonos de aquí, ¿de acuerdo? Quiero estar contigo a solas. –Bajó el volumen
de su voz al grado que solo se escuchó un leve susurro–. No tienes idea de las
ganas que tengo de abrazarte y de dejarte claro que yo estoy aquí para ti.
“Claro, mi padre se está muriendo y en lo único que tú piensas es en sexo, maldito
enfermo” –Pero… no quiero dejar a mi mamá sola en estos momentos, tengo que
estar con ella.
–Anda… –rogó, miró hacia la madre de Louis y por primera vez la conoció. Era
una mujer hermosa, pero bastante acabada por la preocupación y el trabajo–.
Puedes decirle a ella que ya no tiene nada de qué preocuparse.
Louis miró hacia donde Harry miraba. –¿A qué te refieres?
–Que antes de llegar, pasé a la administración del hospital y dejé pagada toda la
semana, además de las medicinas de 2 meses. –No pudo controlar más su
impulso por tocar al menor, buscó su mano y la acarició levemente, intentando no
ser tan obvio–. Dile que se tranquilice, que ahora todo estará bien.
Los ojos de Louis se iluminaron, miró a Harry desbordando la felicidad que eso le
hacía sentir y sin pensar en lo que podía pensar la gente se colgó de su cuello
abrazándolo con todas sus fuerzas. Harry le devolvió el abrazo, pero no tocándolo
demasiado. Estaban frente a la madre del menor y no podían ser muy afectuosos.
–Mierda, mierda, mierda. Muchas gracias, Harry. Mierda, esto nunca te lo voy a
terminar de pagar. –susurró en su oído.
–No te estoy pidiendo que me lo pagues, tranquilo. –Lo separó de su cuerpo con
una sonrisa nerviosa–. Estamos en público, Lou. Acuérdate.
–Sí, perdón. –Aún seguía sintiendo la emoción, pero sobre todo la tranquilidad de
saber que no tendría que preocuparse por un tiempo por su padre–. Pero es que
enserio esto es lo mejor que alguien ha hecho por mí.
Harry tardó un tiempo en contestar. Ver a Louis tan feliz le hacía sentir feliz, y de
una forma eso le preocupaba, depender de los sentimientos de otra persona no
era una buena opción, sin embargo, era inevitable. –Anda, ve con tu madre y dile
lo que te acabo de decir. Quiero llevarte a un lugar.
Louis asintió. Harry se había ganado el derecho de tenerlo esa tarde. Porque era
obvio que al pagar el hospital lo único que buscaba era acostarse con Louis. O al
menos eso era lo que pensaba el menor. –Ya vuelo. –Le dijo con una sonrisa
enorme.
Lo miró alejarse y caminar hacia su madre. Le fue imposible sonreír.
Definitivamente estaba haciendo las cosas bien esta vez, una parte de él le decía
que ese niño le daría demasiada felicidad, aunque al mismo tiempo estaba
aterrado por lo que pudiera pasar. Pero el miedo no fue suficiente para frenar lo
que en esos momentos era su “suicidio”.
–¿Para qué ha venido él aquí? –preguntó su madre en cuanto Louis llegó hasta
ella. Miraba a Harry con desconfianza y un poco de coraje porque sabía que ese
chico les había quitado el trabajo a su esposo e hijo.
Louis la abrazó fuertemente. –Mamá, Harry nos ha ayudado.
–¿De qué hablas?
–Luego te explico bien, despreocúpate, papá estará seguro por un tiempo. – Se
separó de ella y depositó un beso sobre su frente–. Pero tengo que ir a pagarle
ahora.
Louis solía decir cosas sin pensar, pero definitivamente esa fue la que marcó el
destino.
–Está bien, amor… Te veo más tarde en casa. –mencionó su madre intentando no
parecer desconfiada. Ella había notado la forma en la que Harry miraba a su hijo, y
ahora Louis llegaba a decirle que tenía que pagarle por ayudarlos. Obviamente no
estaba hablando de dinero. No quiso hacer más preguntas, pensó que
probablemente todo era producto de su imaginación.
–Adiós, te amo. –volvió a besar su frente para después caminar hacia donde Harry
lo esperaba.
–Yo también… –Observó la forma en la que ellos interactuaban, realmente quería
sacar aquella enferma idea de su cabeza, pero había a algo dentro de ella que le
advertía que algo estaba pasando ahí, y que no era nada bueno para su hijo, pues
ella sabía lo mucho que Louis detestaba a Harry Styles.
Estaba preocupada, muy preocupada por su hijo y por lo que él podía estar
haciendo por conseguir dinero. Pero sobre todo, preocupada porque Harry podía
estar aprovechándose de eso.

Esa mañana Harry llevaba un carro diferente al de todos los días. Éste era más
lujoso, sin embargo un poco más pequeño. Louis observaba todos los detalles del
automóvil, desde los asientos de piel, hasta la pantalla táctil que sustituía un
estéreo común.
Durante el camino no hablaron nada, sin embargo no había silencios incómodos,
ahora podían estar juntos sin necesidad de hablar, y ambos se sentían bien con
eso.
–¿A dónde iremos, Harry? –preguntó el menor después de 30 minutos de viaje.
Harry claramente no se dirigía hacia su departamento, pues las calles por donde
conducía eran lugares de la zona baja de Londres, donde vivían los más pobres,
incluso más que Louis.

Harry desvió su mirada del camino para mirar al menor. Sonrió y tomó su mano
para sostenerla sobre su pierna. –Quiero mostrarte algo.
–¿Qué? –Harry comenzó a reír.
–Te lo diré hasta que estemos allí. Relájate, Lou.
Louis sonrió y permitió que la mano de Harry se mantuviera en ese lugar durante
todo el viaje. Él sabía que ese día Harry no era el villano, sino, el héroe. Tenía que
agradecérselo de alguna manera, pedirle disculpas por lo que había pasado con
Oliver, y darle una buena tarde haciendo cualquier cosa que el mayor le pidiera. –
Harry… –Lo llamó mostrándose un toco tímido.
–¿Mhhm?
–Quiero pedirte perdón por lo que le dije a Oliver de ti. –bajó la mirada
avergonzado. Esta vez no estaba actuando, realmente se sentía mal por
traicionarlo de esa manera–. Pero te juro que esa fue la única excusa que
encontré. Si le decía que tú y yo llevábamos una relación sería malo para ti,
porque él podía decirle a tu novia, o a tu padre. Yo tenía que quedar como víctima
para después suplicarle que no dijera nada. –La manera en la que Louis decía las
cosas le hacían ver como un pequeño inocente a pesar de que lo que decía eran
puras mentiras.
–Louis, eso estuvo muy mal. –Parecía serio, más no molesto. Giró el automóvil
hacia una avenida rodeada de casas horribles y muy viejas. Se estacionó en un
costado y le restó importancia al lugar continuando con lo que decía–. Tengo
suerte de que Oliver esté haciendo todo lo que tú le pides, porque si hubiera
abierto la boca con eso… no sé que podría pasar, mi padre se encargaría de
quitarme todo, deshonraría a la familia. –Louis asintió avergonzado–. Si yo estoy
dispuesto a arriesgarme contigo, tú también tienes que estar dispuesto.
–Y lo estoy. Realmente esto es muy importante para mí. Pero no sé cómo llevarlo,
tú me tratas como si fueras mi novio, me dices cosas raras que nadie nunca me
dijo, me haces sentir extraño… –Ni siquiera podía mirarle mientras hablaba, pero
no estaba mintiendo, solo que decir la verdad es más difícil que decir mentiras–.
Me haces sentir como si realmente tú pensaras que soy hermoso, y odio creerte,
porque no lo soy. Odio que me toques como si fuera una maravilla, que me mires
de la manera en la que me miras. ¡Yo no soy el único que está mintiendo! Tú
juegas con mi mente, me mientes de una manera hermosa, pero yo no lo quiero,
realmente deseo que dejes de actuar así y me hagas todo más fácil.
Harry lo miraba con una sonrisita, le parecía adorable. –Louis… yo no te estoy
mintiendo cuando te digo eso, y tampoco puedo comprender por qué te molesta, si
lo único que te estoy dando es amor.
–Por eso mismo. Tú amor es el problema. –miró hacia la ventana y tragó saliva.
Hablar sobre ese tema con Harry cada vez era más difícil–. Yo nunca voy a poder
regresarte todo eso, nunca voy a poder quererte de la misma manera en la que tú
me quieres.
–¿Por qué? ¿Qué te lo impide? –lo tomó de la barbilla obligándole a mirarlo, Louis
se soltó y volvió la mirada hacia la ventana.
“Tú, y tu maldita familia, tu manera de tratar a los demás simplemente porque te
sientes superior, cuando en realidad estas más solo que nadie. Tu arrogancia, tu
falta de sensibilidad, tu egoísmo.” –No sé cómo hacerlo. Nunca me vi en la
necesidad de querer a alguien.
–Entonces te enseñaré a hacerlo. –volvió a tomarlo de la barbilla y ésta vez Louis
accedió a mirarlo–. Encuentra pronto el lugar donde se esconde tu amor y sácalo
antes de que se evapore dentro de ti y muera. –juntó sus labios y lo besó por un
largo rato.
De nuevo sentía esa molesta sensación en su estomago que solo Harry le podía
provocar, sin embargo esta vez decidió disfrutarla y dejar que su corazón hiciera lo
que quisiera. –Quiero hacerlo, realmente es lo que más deseo. –susurró entre el
beso.
Harry se separó y le regaló una gran sonrisa. –Vamos, hemos venido aquí por una
razón en especial, quiero mostrarte algo. –Señaló la calle con la cabeza–.
Salgamos de aquí.
Louis asintió y salió del auto. Harry rodeó el carro hasta llegar a su lado, lo tomó
de la mano y caminaron apenas unos metros antes de que Harry frenara. El rizado
miraba hacia el piso de cera peatonal. Ahí había una pequeña lapida con las
iniciales de alguien y los años en los que vivió. No era una tumba, eso estaba
claro, era una especie de tributo a esa persona, que al parecer había muerto en
ese lugar.
Esa colonia era definitivamente una de las más pobres de Londres, y Louis no
podía entender qué tenía que ver Harry con alguien de por ahí.
–¿Quién era? –preguntó y pronto sintió como el mayor apretaba más fuerte su
mano.
–Se llamaba Elissa Brooks. –habló sin dejar de mirar la lapida.
–¿Era tu amiga?
–No, ni siquiera la conocí con vida.
Louis se confundió aún más. –Harry, no entiendo, ¿Qué hacemos aquí?
Harry estuvo un silencio algunos minutos más, parecía que ese lugar significaba
algo, o al menos esa persona había sido especial, pues su mirada mostraba la
tristeza que le traía estar ahí.
El menor se mantuvo en silencio, esperó hasta que Harry estuviera listo para
contarle.
–Hoy cuando hablamos por teléfono y me dijiste que estabas enamorado de mí…
–elevó la mirada y lo miró a los ojos. Louis sintió un calambre en su estomago al
recordar la forma en la que había mentido al decirle eso–. Me di cuenta que lo que
siento por ti no es nada parecido a lo que sentí por nadie antes, y por eso quiero
ser sincero contigo, quiero que no haya secretos entre nosotros. –Louis asintió
nervioso, prácticamente su relación estaba basada en puras mentiras de su
parte–. Yo maté a esta persona.
Elevó sus manos para cubrir su boca por la sorpresa que se había llevado con
eso. Mantenía los ojos muy abiertos, no podía creer lo que Harry le decía. – ¿De
qué hablas?
–Cuando tenía tu edad, hace 10 años, descubrí que mi padre lavaba dinero en su
empresa, y eso me decepcionó tanto que salí de mi casa y esa noche me
embriagué hasta que no pude más. Me corrieron de la discoteca donde estaba, así
que tomé el auto y comencé a conducir a toda velocidad sin saber ni siquiera a
donde me dirigía. –parecía que le costaba trabajo hablar, pero no pararía, tenía
que contárselo todo a Lou para poder sentirse libre de culpa–. Estaba demasiado
ebrio, ni siquiera podía conducir, no veía nada, sin embargo iba a toda velocidad.
No sé ni siquiera cómo llegué hasta esta zona, pero llegué. Elissa iba cruzando la
calle después de haber ido a comprar pan para sus hijos, y yo la atropellé. –Bajó
la mirada y dejó que las lágrimas comenzaran a salir. Louis estaba impactado,
sobre todo por la forma en la que Harry se veía tan afectado–. Ella murió al
instante tras el impacto, murió por culpa de un malcriado niño rebelde y sin
educación. Le quité la vida a alguien que no merecía morir. Ella al menos tenía a
alguien, yo ni siquiera tenía amigos. Mi padre pagó muchísimo dinero para que me
liberaran de culpas, pero eso solo me hizo sentir más culpable…
Louis se mantuvo en silencio. No sabía qué decir. Por primera vez se dio cuenta
de algo: Harry sufría, al igual que todos. Ni siquiera el dinero era capaz de sanar
esa herida dentro su cuerpo. –¿Por qué me has contado todo esto? – preguntó y
se abrazó de su cuerpo para darle consuelo.
–Porque quiero que lo sepas, y que si estas enojado conmigo por eso, me dejes
de una vez antes de que todo esto se haga más grande. Porque aunque no lo
creas, siento que lo que me pasa contigo crece a sobremanera por cada segundo
que pasamos juntos.
–Está bien. Yo también cometo errores, demasiados. –Se refirió a lo que
actualmente estaba haciendo.
–Por eso es porque comencé a tratar tan mal a las personas, por eso discriminaba
tanto a las personas con pocos recursos. Porque todos me hacían recordar a
Elissa, y eso me mataba. Odiaba sentirme culpable, odiaba todo. Mi vida estaba
hecha una mierda, y por eso trató mal a la gente, porque quiero dejar de sentirme
tan miserable, realmente siento que tú has llegado a mí como una esperanza,
porque cuando estoy contigo me siento bien, me gusta tenerte cerca, has salvado
mi vida, Louis. –habló mirándolo con lagrimas en los ojos. Louis seguía
impresionado.
–De acuerdo… –fue lo único que pudo decir y lo abrazó más fuerte. Fue la primera
vez que lo vio llorar de esa manera, y sentía miedo de que cuando explotara la
bomba de su mentira, Harry llorara de esa misma forma–. Mierda…
Ahora todo era más complicado, pero su lado humano no podía arruinar las cosas.
Harry había dicho algo muy importante que podía ser una pieza clave para el
momento de demandar a los Styles. “Descubrí que mi padre lavaba
dinero en su empresa…”
–¿Te quedaras conmigo? –preguntó el rizado manteniendo su rostro encajado al
cuello del menor. –Por ahora sí.
Capitulo 30.
Dedicado a paulina_1d_
–¡Mamá! ¿¡Puedes darte prisa!? –Gritó Louis ya desesperado–. ¡El taxi ya está
afuera y no quiero perder el avión por tu culpa! –rodó los ojos y después trató de
relajarse. No dejaría que nada le arruinara su viaje.
Por fin había llegado el martes, día en el que Harry y él viajarían hacia Colombia.
Su madre se había opuesto totalmente a que viajara con su “jefe”, sin embargo
después de varias horas de insistir, accedió. Era la primer vez que Louis salía de
viaje, y el hecho de que lo hiciera completamente con un desconocido para su
familia solo los hacía sentir más incómodos.
Su padre había salido del hospital días antes, y de igual manera no le agradaba en
lo más mínimo la relación tan estrecha que su hijo comenzaba a llevar con su
antiguo jefe. Sin embargo no pudo hacer nada para negarse, pues Harry había
pagado sus servicios médicos y ahora Louis estaba en deuda con él.
–Deberías tranquilizarte. –Habló la madre bajando las escaleras sin prisa alguna.
Harry había mandado un taxi a la casa de Louis para que los llevaran al
aeropuerto y pudieran despedir a su hijo–. Aún faltan 2 horas para que salga el
avión.
–Lo sé, mamá. Pero Harry me ha pedido que llegue antes porque tenemos que
documentar equipaje. –Tomó su maleta del suelo y se colocó junto a la puerta,
realmente estaba ansioso por irse. No llevaba mucho equipaje, Harry le ordenó
que apenas llevara 2 cambios de ropa, pues planeaban ir de compras en
Colombia y saturar sus tarjetas de crédito.
–¿Te has despedido ya de tu padre y de Minie? –preguntó la mujer terminando de
cepillarse el pelo y tomando su bolsa.
–Sí, lo hice hace como 30 minutos.
–De acuerdo, entonces vámonos. –salieron de la casa y subieron al taxi, que
llevaba indicaciones precisas de Styles para llevarlos al aeropuerto. Obviamente
ya estaba pagado.
Jay miraba a su hijo durante el camino. Parecía bastante emocionado. – Pareces
muy feliz a pesar de que iras solo a trabajar. –Ella sabía que no era así, que
probablemente ese viaje tenía otros propósitos. Podía notarlo fácilmente en la
emoción del pequeño.

–Obviamente estoy feliz. Es la primera vez que viajaré en un avión, no importa a lo


que vaya. –Realmente no prestaba mucha atención a su madre. Iba mandándose
mensajes con Jake–. Además, sabes que siempre quise visitar Colombia.
–De acuerdo. Vamos a suponer que te creo. –habló y Louis la miró algo
confundido. No quiso seguir con el tema así que se mantuvo en silencio lo que
restó del camino al aeropuerto.
Louis sabía que su mamá estaba molesta con ese asunto del viaje, pero no le
importaba. Por primera vez en su vida estaba muy emocionado con algo. Por
primera vez quería ver a Harry y abrazarlo, y besarlo, y jalarle las mejillas, y tocar
sus rizos, oler su cuello, todo con él. Realmente estaba muy feliz de que pasarían
los siguientes días totalmente solos en otro continente.
Se había prometido a si mismo dejar de pensar durante esos días en su estrategia
para vengar a su padre. Ahora solo quería disfrutarlo y después, cuando volvieran
a Londres, continuar con todo. Sabía que ese viaje seria inolvidable, y estaba
dispuesto a disfrutarlo sin prejuicios.
Llegaron al aeropuerto después de 40 minutos en el automóvil. Louis tomó su
maleta y bajó apresurado, esperó ansioso a su madre, que se movía con
demasiada lentitud. Miró hacia todos lados, en busca de Harry, que se suponía
estaría ahí esperándolo.
–¿Puedes tranquilizarte? Parece que estas desesperado por irte. –Mencionó la
madre saliendo del automóvil, después agradeció al chofer y caminó junto con su
hijo dentro del aeropuerto.

–Harry me dijo que estaría aquí. ¿Lo ves? –De nuevo había pasado por alto las
palabras de su madre–. Oh, mira, ahí está. –dijo cuando miró al rizado hablando
por teléfono a lo lejos.
–De acuerdo, ve con él. Yo estaré aquí. –Señaló una banca y tomó asiento.
Louis frunció el ceño. –¿Qué? ¿No iras a saludar a Harry?
–No. –dijo cortante–. Ve tú y avísale que ya estás aquí.
–De acuerdo… –susurró y se alejó de ella. No le importaba lo que su madre
pensara de Harry, realmente era lo que menos le preocupaba. Caminó hasta el
mayor y en cuando éste lo vio sonrió ampliamente.
Harry se apresuró a colgar la llamada para después saludarlo
“profesionalmente”. –Buenos días, joven Tomlinson. –estrechó su mano hacia el
menor.
Louis la tomó con una enorme sonrisa y comenzó a reír. –Bueno días, señor
Styles.
–Bueno. Creo que no era necesario eso de “Señor”. Me haces sentir viejo. – fingió
estar ofendido. Miraba directamente hacia la boca de Louis, estaba deseoso por
besarlo, pero por desgracia no podía hacerlo en esos momentos.
–Eres viejo. Acéptalo. –dio un golpecito en el hombro de Harry y continuó riendo.
–Cállate. –Se contagió de la risa del menor. Miró hacia la madre de Louis y notó la
forma en la que ella lo miraba desde lejos. Parecía que lo amenazaba con la
mirada–.Creo que no le agrado a tu madre… –susurró borrando la sonrisa de su
rostro. Louis miró hacia ella.
–No sé, está molesta porque viajaré contigo. Realmente tuve que rogarle para que
accediera a dejarme ir. Pero no importa, después se le pasará.
Harry continuó mirándola, parecía preocupado. –No me gusta que mi suegra me
odie…
Louis rodó los ojos. –No es tu suegra. Supéralo. –volvió a reír al notar la reacción
de rizado.
–No me gusta que tu madre me odie. Iré a saludarla.
El menor lo detuvo al instante. –No. No es buena idea. Mejor ya vámonos. –No
quería que Harry tuviera contacto con su madre, en realidad no quería que Harry
tuviera contacto con nadie de su familia.
–De acuerdo, pero regresando de Colombia tendrás que presentármela. – Tomó
las maletas del pequeño–. Estaré en la fila para documentar equipaje, despídete
de ella, te esperaré allá.
Louis asintió y fue hacia su madre. Se despidió de ella y después de haber
escuchado las miles de indicaciones que ella le dio acerca de cómo cuidarse y
cómo reaccionar ante una situación de riesgo, volvió hacia Harry.
Documentaron el equipaje y después pasaron a la sala de espera. Hablaban de
cualquier tontería, discutían sobre todo lo que ocurría, Harry reía de Louis y Louis
reía de Harry. Todo pintaba que ese viaje sería el mejor de su vida, para ambos.
Ni siquiera dentro de la sala de espera Harry accedió a besar a Louis. Él se sintió
un poco ofendido por eso, pero no quiso darle importancia, sabía en la situación
en la que se encontraban.
Después de una hora por fin les dieron la indicación para abordar el avión.
–Vamos, Lou. Ese es nuestro vuelo. –Se levantó del asiento y Louis lo siguió. –
¿Cómo estás tan seguro? –Louis parecía un perrito perdido, no tenía idea de
nada, él solo seguía a Harry hacia todos lados.
–Pues porque es obvio… camina. –Por primera vez en el día lo tomó de la mano y
lo jaló junto a él hasta la puerta indicada para los pasajeros con destino a Bogotá.
Entregó los boletos a los hombres de seguridad y éstos les dieron la indicación de
pasar.
–¿En dónde está en avión? –preguntó Louis mientras caminaban por el estrecho
pasillo que guiaba directamente a la puerta del avión.
Harry comenzó a reír. –Lou, abordar un avión no es como se ve en las películas
americanas. Este pasillo nos llevara hasta adentro del avión. Ni siquiera lo veras
por fuera.
–¿No tendremos que subir escaleras y esas cosas?
–Claro que no. –llegaron hasta la puerta del avión y una aeromoza los saludó con
una gran sonrisa. Harry mostró sus boletos para que les indicaran sus asientos.
–Pasen conmigo, los llevaré hasta sus lugares. –mencionó la mujer. Harry la siguió
sin soltar la mano del pequeño, que se encontraba en silencio mirando todo
impresionado–. Es aquí. B24 y B25. Buen viaje. –señaló unos asientos que se
encontraban en la zona de primera clase. Asientos amplios forrados en lujosa piel.
–Muchas gracias, señorita. –habló el mayor con una sonrisa. La mujer se retiró–.
Siéntame, amor. –indicó a Louis cuando él ya se encontraba sentado. Louis
continuaba en silencio sin dejar de observar el lugar–. Lou… siéntate. – volvió a
repetir cuando éste no reaccionó.
–¿Cómo es que subimos al avión? Porque se supone que esto es el avión…
–Lou…. Deja de hacer preguntas extrañas y siéntate. Me estas asustando. – dio
unas palmaditas en el asiento de su lado, indicándole al menor que tomara
asiento.
–Yo no entiendo nada, Harry. –se sentó junto al rizado–. Esto no es como yo me lo
esperaba.
–¿A qué te refieres?
–Es que este avión parece una limosina. No me gusta.
Comenzó a reír, le pareció demasiado tierno y esta vez no se limitó a besarlo. Le
dio un besito sobre los labios, muy corto. –Príncipe, esto es primera clase.
–Pues yo quería un avión común y corriente. –se quejó. Miró a Harry y sintió la
necesidad de besarlo, imitó el gesto del mayor y solo le dio un besito corto.
–Pero es un avión común y corriente, Lou. Solo que compré boletos para primera
clase. Eso es todo.
–Pues no. Estos lujos le quitan la emoción al viaje, yo quería lidiar con los bebés
que no dejan de llorar y las señoras gordas que se sientan a tu lado. Como en las
películas. –Harry comenzó a reír escandalosamente logrando que algunos
pasajeros lo miraran molestos, pues al ser la zona vip tenía que ser tranquilo y
decente. Louis le dio un golpecito sobre la frente–. Compórtate Harry, nos miran
raro por tu culpa.
–Es porque tú me haces reír, idiota. Eso del embarazo te hace decir muchas
estupideces… –continuó riendo, bajó el volumen de voz y recargó su cabeza
sobre el hombro del menor.
–Ay cállate. No me hagas bajar del avión. –Rodó los ojos molesto y miró a su
alrededor–. ¿Y a qué hora despega esta cosa? Ya me quiero ir.
Harry estaba verdaderamente divertido con la actitud de Louis, parecía un viejo
molesto con la vida. –Amor, cuando los todos los pasajeros aborden el avión nos
iremos, tómatelo con calma, viajaremos durante 14 horas.
Louis abrió los ojos impresionado. –¿¡QUÉ!? ¿¡CATORCE HORAS!?
–Aja, así que vete relajando. Ya estas bastante alterado y ni siquiera hemos
despegado. –Estuvo a punto de besarlo de nuevo, pero comenzó a escucharse la
voz del piloto, interrumpiéndolo-
“Buenos días, les habla desde la cabina el piloto William Moss. Les doy una
cordial bienvenida. Yo seré quien se haga cargo del avión durante este vuelo con
destino a Colombia. Les pido que abrochen sus cinturones y se preparen para el
despegue. Favor de mantener los aparatos electrónicos apagados.” –Por fin. –se
quejó Louis y abrochó su cinturón.
–Hoy estás muy raro, bebé. Pareces tonto. –sonrió y se acercó hasta Louis
esperando a que éste lo besara.
–Pero aún así estás loco por mí. –le dio un beso que pronto se convirtió en algo
húmedo. Sintió una mirada sobre ellos, obligándolo a separarse de la boca del
mayor.
Había una señora sentada en la acera de enfrente de sus asientos, ella los miraba
atentamente de una forma extraña y bastante incómoda. La forma en la que iba
vestida dejaba claro que era gitana o algo por el estilo.
–Mierda… ¿Qué nos ve esa mujer? –mencionó Harry algo incomodo.
–No sé, seguro no está de acuerdo en que dos hombres se coman la boca en
público. Digo… no es normal. –se separó un poco de Harry y bajó la mirada.
–Príncipe, no te preocupes por eso. ¿De acuerdo? –Tomó a Louis de la barbilla y
subió su miraba para volver a besarlo.
–Pero nos mira raro.... –mencionó Louis al término del beso, no podía evitar mirar
a la mujer y sentirse demasiado incomodo por la forma en la que ella los miraba.
No parecía molesta porque estuvieran besándose, sino, parecía preocupada, tal
vez asustada por ellos.
El avión comenzó a moverse y Louis se abrazó fuertemente del mayor. Era su
primera vez en un avión y el momento del despegue era el más tenso para él.
Harry lo miró con una sonrisa y lo envolvió con sus brazos. –No te preocupes,
bebé. Cuando estemos volando se dejara de sentir así, no sentirás tanto
movimiento.
–Sí, está bien. Pero abrázame más fuerte. –estrujó aún más al mayor cuando el
avión elevó la velocidad.
El rizado comenzó a reír e hizo lo que Louis le indicaba.
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–Buenos días. ¿Les ofrezco algo de comer o de tomar? –preguntó una aeromoza
llegando hasta los chicos.
Había pasado 2 horas de vuelo y Louis aún no podía dejar de quejarse de todo lo
que pasaba. Durante todo el vuelo habían tenido que lidiar con la mirada de la
mujer vestida raro.
–¿Qué?¿Comida? ¡LO QUE ME FALTABA! –Louis estaba cada vez mas
confundido.
–Cállate, Lou. –Le dio un golpecito con su codo y después se dirigió hacia la
aeromoza–. Por favor traigamos un croissant de pavo y jugo de naranja a cada
uno.
Louis negó rápidamente. –No. Yo no quiero nada. No tengo hambre.
–Nada. Tienes que comer. –Habló Harry fingiendo autoridad–. El bebé tiene que
mantenerse sano. –Colocó su mano sobre el estomago de Louis y lo acarició–. Mi
hijo tiene que nacer fuerte, así que bájale a tu anorexia.
La aeromoza bajó la mirada tratando de no reír.
Louis se tornó completamente colorado. –Harry contrólate, estamos en público y la
señorita se va a asustar por tu culpa.
–¿Por qué? –Miró hacia la chica–. Louis está embarazado, ¿Quiere sentir al
bebé? –señaló la panza del menor.
–¡Harry!
La chica comenzó a reír. –Pues muchas felicidades. Seguro será un precioso niño.
–En realidad es un gato. –habló Harry con toda naturalidad. Después miró a Louis
y se carcajeó por lo molesto que éste se veía–. Tranquilo, mi amor. No tienes por
qué avergonzarte por ser una madre adolescente.
–Ya cállate. Anciano. –Lo alejó de él y se levantó de su asiento–. Iré al baño y
cuando regrese espero que ya te hayas calmado. Con permiso. –Se alejó del lugar
tambaleándose por los movimientos de avión.
Harry continuó riendo. –Lo siento. –Dijo a la mujer–. Solo me gusta molestarlo, me
parece adorable la manera en la que se enoja.
–Lo entiendo. –Mencionó ella con una sonrisa–. Son una bonita pareja… Parecen
muy enamorados.
Lo pensó por unos segundos. Realmente estaba demasiado enamorado de Louis,
demasiado, de manera enfermiza. –Lo sé. –calmó su risa y respiró profundo–. Por
favor tráiganos los croissants.
La mujer asintió son una sonrisa y se retiró.
Aún continuaba sintiendo una mirada sobre él.
La señora gitana que lo miraba desde hacia tiempo continuaba con sus ojos
clavados en él. Comenzaba a ser aterrador, pero sentía que sería una imprudencia
preguntarle por qué lo miraba tanto.
Era extraño, porque parecía preocupada por la forma de mirarlo. Harry cada vez
se sentía mas incomodo y aunque tratara de evitarla, no podía.
Cuando Louis por fin salió del baño, la mirada de la mujer se cambió hacia el
menor. Ahora miraba a Louis, sin embargo no lucía preocupada como con Harry,
sino, parecía molesta.
–¿Te has calmado ya? –preguntó Louis sentándose de nuevo junto al rizado sin
siquiera notar la mirada de la mujer sobre él–. Eres increíble, Styles. Me has
hecho pasar el más grande ridículo de la historia.
–Esa mujer aún continúa mirándonos. Me hace sentir incomodo.
Desvió la mirada y comprobó lo que el mayor decía. –No pasa nada, Harry.
Seguro le pareces guapísimo. –restó importancia y entrelazó sus dedos con los
del mayor.
–No, bebé. Tiene algo raro. Le pediré que deje de mirarnos. –Harry estuvo por
decirle algo cuando ella se puso de pie y caminó hasta ellos–. Carajo…
–¿Podemos ayudarla en algo? –preguntó Louis a la señora, que se encontraba
parada justo a su lado.
Miró a Harry y después miró a Louis. –No lo hagas. –Mencionó con un acento
demasiado extraño, claramente no era británica, era un acento latino, sin
embargo hablaba en ingles–. Tienes que detenerte o lo mataras.
–¿Disculpe? –preguntó Harry confundido por las palabras de la señora.
Ella continuó dirigiéndose hacia Louis. –No le hagas eso, él no soportará el dolor
que le vas a causar. Lo puedo ver…
Louis se asustó demasiado. –¿Qué quiere decir?
–Detente o lo mataras. Detente. –Rogaba como si realmente estuviera muy
preocupada por Harry–. ¡No le hagas eso!
–Basta, Lou. Llamaré a seguridad. –mencionó el rizado apretando el botón que
llamaba a las aeromozas.

–Tienes que alejarte de él, es una mala persona. –dijo esta vez mirando al rizado–.
¡ALEJATE DE ÉL!
–Lou, no la escuches. –tomó al menor y lo escondió entre sus brazos para evitar
que continuara presenciando la escena.
Louis estaba totalmente sorprendido. Sabía que Harry seguramente pensaba que
esa mujer estaba loca, pero también sabia que ella tenía razón, y que por alguna
extraña razón estaba ahí para advertirles de lo que pasaría.
Una aeromoza llegó hasta su lugar y Harry le pidió que alejaran a esa señora lo
más posible de ellos. Llamaron a la seguridad del avión y ella no se detuvo,
continuó gritándole al pequeño que se detuviera.
Todo era demasiado extraño, pero en cierto punto verdadero.

Capitulo 31.

Louis miraba todo a su alrededor, cada vez mas sorprendido de los lujos que
podía comprar el dinero.
–Está bien, la suite que nos ofrece es perfecta. –Mencionó el rizado a la chica que
los atendía en la recepción del hotel.
Habían llegado a Colombia 3 horas antes. De Bogotá tomaron otro vuelo que los
llevó hacia San Andrés, una isla que les ofrecía la típica vida en el Caribe.
Pasarían apenas 4 días en ese lugar, pues Harry no había conseguido que su
padre aceptara que viajara durante más tiempo. La familia Styles pensaba que su
hijo viajaba a Colombia para preparar la perfecta luna de miel con su futura
esposa, Ashley.
–¿Puede entonces llenar estos papeles para confirmar la reservación? – entregó a
Harry los trámites necesarios para hospedarse en el hotel.
–Claro que sí. –sonrió e hizo lo que ella le pedía.
Louis continuaba mirando todo. El hotel era extremadamente lujoso, estaba
adornado con el mejor diseño, tenia enormes jardines que incluían enormes
piscinas, restaurantes y varias tiendas departamentales, la playa se encontraba
justo afuera.
En Colombia el clima estaba extremadamente caliente, al menos para ellos, que
venían del frio de Londres. La gente era morena y muy guapa, parecía alegre y
aunque Louis no pudiera entender ni una palabra de lo que decían, parecían que
bromeaban todo el tiempo. Estaba maravillado con ese lugar, era como un lugar
de sueño, un lugar perfecto para pasar su cumpleaños.
Continuó recorriendo el hotel con la mirada, había unos cuantos turistas en la
recepción. Algunos de ellos hablaban en ingles, mientras que otros ni siquiera
podía saber el idioma que hablaban.
Sintió una mirada sobre él, giró su cabeza hacia donde parecía alguien lo
observaba y notó como un chico aproximadamente de su edad lo miraba de una
manera tímida. Louis elevó las cejas al notarlo y el chico desvió sus ojos
rápidamente, fingiendo que no lo miraba a él.
Louis comenzó a reír y bajó la mirada algo sonrojado.
El chico estaba sentado en la fuente de sodas junto con un niño pequeño, al
parecer su hermanito. Era de cabello rubio obscuro, sus ojos eran verdes y su
nariz muy respingada, era demasiado guapo para ser verdad, incluso llevaba un
leve parecido al vampiro protagonista de aquella película de adolescentes,
“Edward Cullen”.
–Aquí está. –Harry entregó la hoja de vuelta a la recepcionista y después miró
hacia su novio, que parecía atento en otras cosas. Se dio cuenta que Louis
intercambiaba miradas con aquel turista, le parecía adorable y se quedó en
silencio observando la escena hasta que el menor lo notó.
Bajó la mirada avergonzado. –Lo siento por eso. Ese chico me ha estado mirado
desde hace tiempo. –Comentó pensando que a Harry se molestaría–. No lo he
mirado porque me parezca atractivo, solo quería intimidarlo o algo así.
Harry sonreía estúpidamente al mirar a Louis intentando arreglar las cosas. Él
había notado que las mirada que cruzaba con el chico no eran comprometedoras,
incluso parecían dos niñitos que nunca serian lo suficientemente valientes para
hablarse. –Está bien, príncipe. Me parecen adorables. –Comentó mirando él
también al chico, que cada vez estaba más sonrojado ante la mirada de Louis y
Harry–. Está guapo, ¿No lo crees?
Louis lo miró confundido. –¿¡Qué!? –antes que estar molesto por eso, estaba muy
sorprendido por lo relajado que el mayor lucía.
–Pues si, míralo… está muy guapo y creo que le gustas. –Lo abrazó por la cintura
atrayéndolo hacia él–. Vamos a dejarle claro que eres mío… – susurró al mismo
tiempo que comenzaba a besarle el cuello. Louis se sonrojó, pero le gustaba
demasiado la manera en la que Harry lo trataba.
El chico desvió la mirada cuando se dio cuenta que ese acto por parte de Harry
era solo para ahuyentarlo.
–Vamos, Harry. Tú estás mejor. –mencionó Louis colgándose de su cuello y
sonriendo traviesamente.
Definitivamente lo que más le gustaba de Colombia era poder besarse en público
con el rizado.
–Eso es obvio. –Mostró egocentrismo sin ser muy realista–. ¿Recuerdas lo que te
dije la semana pasada? Acerca de la fantasía que tenia contigo…
–Entonces les entrego sus tarjetas para la habitación. Tengan una buena estancia
y disfruten el viaje. –interrumpió la recepcionista sonriendo, su ingles era bueno
comparado con el de las demás personas que los habían atendido antes de llegar
al hotel–.Un empleado se encargará de subir sus maletas ya mismo, su habitación
es la 496.
–Oh, gracias. –soltó a Louis para tomar las tarjetas y después lo tomó de la mano
dirigiéndose hacia el elevador para subir a la habitación.
El elevador se abrió y los chicos se adentraron aun tomados de la mano. – Creo
que si lo recuerdo. –Comentó Louis–. Pensé que lo decías en broma… no entendí
bien lo que querías decir.
Harry solo lo miró con una sonrisa y se mantuvo en silencio hasta llegar a la
habitación. Al entrar al lugar fue de nuevo otra maravilla. La cama era enorme, el
baño contenía una preciosa tina, había una terraza que les mostraba una gran
vista de la playa, allí mismo había un enorme jacuzzi. El mayor suspiró y se dejó
caer sobre la cama. –Muy bien, justo lo que quería. El lugar es precioso.
Louis aún analizaba todo en silencio. Miró hacia Harry y sonrió ampliamente.
–Es hermoso, perfecto. Colombia es increíble. –Lucía demasiado emocionado,
caminó hasta la cama y se subió sobre el rizado, sentándose justo en su cadera.
Comenzó a darle besitos cortos sobre la boca en señal de agradecimiento–.
Gracias, Harry. Esto es increíble, tú eres increíble, te quiero.
Harry lo abrazó por la espalda y se giró para colocar a Louis debajo de él. Atrapó
su boca y no lo dejó separarse hasta robarle un húmedo beso, donde lograron
intercambiar mordidas mediante risas. –Te mereces todo esto, bebé. Sabes que te
daré lo que me pidas, tú eres el increíble aquí. – Susurró al terminar el beso,
mirándolo directamente a los ojos–. Mientras estés conmigo nunca te faltará nada.
Louis sonrió nervioso y quiso cambiar el tema. Aunque le gustaran las palabras de
Harry, no podía evitar sentirse culpable al escucharlas. –¿Ya me vas a decir a lo
que te referías con eso de tu fantasía sexual que tienes conmigo?
–Ah, es simple. –el rizado comenzó a reír al mismo tiempo que desviaba sus
manos hacia el abdomen del menor y comenzaba a acariciarlo lentamente,
intentando excitarlo–. Quiero que te folles a alguien frente a mí. –habló suave muy
cerca de la boca de Louis.
Louis abrió los ojos excesivamente, pero se relajó dejando salir un gemido al sentir
la mano del mayor presionando su entrepierna. –No estarás hablando en serio… –
Harry asintió con una sonrisa–. ¿O sí? –estaba algo preocupado por lo que el
mayor le pedía, era sumamente extraño que él le pidiera que tuviera relaciones
con otra persona.
–Dime que si… –hizo un puchero falso–. No tienes una idea de las ganas que
tengo de ver eso… de ver como tratas a alguien como yo te trato a ti… – comenzó
a besar el cuello del menor lentamente–. Quiero que consigas al chico que estaba
en la recepción observándote. –Louis elevó las cejas aún mas sorprendido–.
Quiero que lo seduzcas y lo traigas aquí, para que después te lo folles frente a
mí… ¿Harías eso por mi? –Harry ya parecía bastante excitado con solo pensarlo,
se frotaba contra la cintura de Louis y lo miraba con demasiada lujuria.
Louis asintió. Tenía que hacer cualquier cosa que Harry le pidiera, tenía que
mantenerlo feliz. Además tenía que aceptar que lo que el mayor le proponía era
demasiado tentador y excitante. Sería como un juego que estaba dispuesto a
ganar. –Lo haré, siempre y cuando tú me digas qué hacer con el
chico…
–Quiero que lo trates como príncipe… –susurró para después meter la mano
dentro de los pantalones de Louis–. Que lo toques como un príncipe… Que lo
beses y lo le hagas el mejor sexo de su vida, bebé.
Louis entrecerraba los ojos por las constantes caricias que Harry le estaba
regalando a su miembro, estaba poniéndose duro con tan solo escucharlo hablar
de esa manera tan sucia. –¿Y no te pondrás celoso?
–No, amor. Es solo sexo, además no lo volverás a ver nunca… Yo sé que eres mío
y de nadie más.
–Sí, solo tuyo, pero demuéstramelo. –Mencionó cuando ya no pudo controlar más
su excitación, necesitaba ser atendido y liberar su miembro–. Quiero que me
hagas el amor ahora. –comenzó a desabrocharse el pantalón rápidamente–.
Mierda, te necesito en mi en este momento.
–¿Sí, bebé? ¿Eso quieres? –Harry también estaba perdiendo la cabeza. Lo
ayudaba a desabrochar los jeans del menor cuando alguien golpeó la puerta de la
habitación cortándoles la inspiración.
–Servicio al cuarto, les traigo su equipaje. –Se escuchó la voz de un hombre por
fuera del lugar.
Louis suspiró pesadamente y comenzó a abrocharse el pantalón. –Puta mierda,
justo en la mejor parte… –se quejó logrando que Harry comenzara a reír.
–No te preocupes, príncipe. Es mejor que nos hayan interrumpido, así podrás
guardar todas tus ganas para el jovencito. –se levantó de la cama, se acomodó la
ropa intentando ocultar su erección y esperó hasta que el menor hiciera lo mismo.
Después abrió la puerta y recibió su equipaje con una sonrisa.
Louis se mantuvo en una esquina de la habitación, intentando controlarse mientras
el mozo se retiraba.
Realmente Harry iba muy enserio con lo que le estaba proponiendo. Mirar a Louis
actuando como activo era algo que le hacía mierda la cabeza, quería verlo,
realmente necesitaba verlo.
Cuando el hombre del equipaje se retiró de la habitación, Harry no quiso seguir
con su sesión de palabras sucias y faje. Le pidió a Louis que se colocara ropa más
fresca para después salir a explorar el hotel y caminar por la playa de San Andrés.
Louis no estuvo muy contento con eso, pero al final aceptó e hizo lo que el mayor
le pedía.
Estaban pasando una grandiosa tarde. Habían paseado por la playa durante
varias horas, después se metieron a la piscina e hicieron su mayor intentó por no
hacer nada indebido frente a los otros huéspedes. Ahora estaban en el restaurante
tomando una pequeña comida.
El restaurante tenia vista a la playa y el sol comenzaba a ocultarse, dándoles una
hermosa puesta de sol. Había demasiada gente a esa hora en el lugar, pero igual
ellos la estaban pasando increíble.
Louis ni siquiera se había preocupado por llamar a su madre durante todo el día,
estaba tan concentrado en Harry que fácilmente podía olvidarse de lo demás y
fingir que su vida era la que siempre había deseado. También hacia su mayor
intento por comer cuando el rizado estaba con él, no quería preocuparlo más,
además de todo, Harry le decía que él era perfecto y con eso le bastaba.
–¿No estás cansado por el cambio de horario y esas cosas? A esta hora en
Londres ya va a amanecer y tú y yo ni siquiera hemos dormido. –Mencionó el
rizado llevando a su boca un trozo de langosta.
Louis negó con la cabeza y bebió de su copa de vino blanco, a Harry no le
molestaba que tomara y en Colombia no hacían tantas preguntas sobre su edad al
servirle alcohol, al menos no porque era turista. –En realidad tengo mucha
energía. Y espero que está noche aproveches que me tienes y no me dejes dormir
hasta asegurarte que no pueda caminar el día de mañana. –mencionó con toda
naturalidad.
Harry comenzó a reír. –Me encargaré de que tengas un gran cumpleaños, te daré
la mejor noche de tu vida.
–Eso espero. –sonrió e hizo su mejor intento por tragar la lechuga que había
introducido a su boca.
–Mira quién está ahí. –habló el rizado aún con comida en la boca. Louis miró hacia
donde éste señalaba y se encontró con el chico de la recepción. Estaba sentado
solo sobre una mesa, comiendo al mismo tiempo que mandaba mensajes desde
su computadora portátil–. Deberías ir a hablarle.
Louis negó al instante. –No, me da pena.
–Anda, amor. Está solo y la noche se acerca, es un buen momento para romper el
hielo.
–Pero no, Harry. Qué pena. –bajó la mirada.
–Ay, Lou. Es un simple chico, anda, vamos los dos. –Se levantó de la mesa
tomando su plato de comida y su copa de vino.
Louis lo miró asustado. –Harry ¿Qué haces? ¡Siéntate! –Harry negó con una
sonrisa traviesa y comenzó a caminar hacia el chico–. Puta madre… –se levantó
de la mesa y lo siguió.
Llegaron hasta el joven y éste se sorprendió demasiado al verlos. Cerró el portátil
y tragó rápidamente la comida que masticaba. –Ho… hola. – balbuceó demasiado
nervioso.
–Hola, chico. –tomó asiento en la mesa y después miró a Louis indicándole que
hiciera lo mismo–. Siéntate, mi amor. Vamos a platicar con el joven.
Louis estaba completamente colorado, se sentó sin levantar la mirada. – Mierda,
Harry, estás loco.
–Cállate. –Sonrió y desvió la mirada hacia el chico–. Bueno, en la mañana noté
que estabas mirando a mi novio y me pareció adorable. –continuó comiendo su
langosta.
El chico estaba muerto en la pena, apenas podía hablar y evitaba mirar a Louis. –
Nnn.. no, es solo que me llamó la atención. Es todo.
–No, no hay problema si te gusta Louis, incluso a él también le gustas. Incluso a
mi también me gustas. –sonrió y buscó la mirada del menor para asegurarse que
éste no estuviera desmayado por lo que acababa de decir.
Louis estaba a punto de explotar, Harry iba demasiado directo y no estaba
preparado para tanto. –Bueno, sí. –mencionó cuando logró hablar.
El chico mantenía la mirada baja y sonreía constantemente al escucharlos. –
Bueno, esto es muy raro… –tenía un acento americano y hablaba perfectamente
el inglés.
–¿De dónde eres? –preguntó el rizado.
–De Nueva York… Estados Unidos. –por primera vez elevó la mirada, aún se
encontraba sonrojado pero un poco más calmado–. ¿Ustedes?
–Londres. –mencionó Louis dándole una sonrisa nerviosa que al instante el chico
regresó–. ¿Cómo te llamas?
–Soy Jett.
–Bueno, yo soy Louis y él es Harry. –Se hizo un incomodo silencio en la mesa, no
se conocían así que claramente no tenían ningún tema de qué hablar–. ¿Y estás
solo aquí? Digo, en el hotel… –preguntó el pequeño.
–No, vengo de vacaciones con mis padres, pero ellos han salido con mi hermanito,
yo preferí quedarme aquí, no sé, es mejor.
–Oh, ya veo. Bueno, ¿Y es tu primera vez en Colombia?
–Sí, nunca antes visité Latinoamérica. Es bonito.
–Lo sé, yo tampoco lo había hecho antes. Amo este lugar.
Harry observaba atontado la manera en la que los chicos interactuaban, en su
cabeza solo estaban las miles de escenas eróticas que ellos podrían tener. –
Chicos… –interrumpió la plática–. ¿Quieren algo de beber? ¿Qué les parece el
“tequila”? sé que es algo mexicano, pero muy latino a la vez.
–¿Tequila? –preguntó Jett algo inseguro–. No sé, no me gustaría que mis padres
me pasaran por aquí y me vieran tomando algo tan fuerte…
–Oh, vamos, no pasará nada. –mencionó Louis haciendo que con su sonrisa el
chico se convenciera.
–De acuerdo, pero salgamos a la playa o algo así. Aquí en el restaurante me
puedo exponer mucho…
Harry sonrió ampliamente. –Mejor subamos a la habitación. Louis y yo tenemos
una suite bastante grande, podríamos divertirnos ahí… –fue una indirecta
demasiado directa.
Jett lo pensó por algunos segundos, no lucía muy seguro, pero después terminó
mandando su sentido común a la mierda. –De acuerdo, vayamos. –Tal vez él ya
sabía lo que pasaría si se iba con ellos, pero estaba dispuesto a hacerlo, ambos
eran hermosos.
Harry tomó su billetera y dejó un el suficiente dinero para cubrir la cuenta de los
tres. Después todos se levantaron de la mesa y subieron a la habitación de los
chicos. Durante el camino Louis y Harry intercambiaban miradas y sonrisas de
complicidad. Pidieron que les llevaran una botella del mejor tequila.
–Adelante. –mencionó el mayor haciendo espacio al abrir la puerta para que los
dos chicos entraran a la habitación.
–Wow, esta suite es más grande que la mía, y eso que ahí somos 4 personas…. –
susurró Jett mirándolo todo impresionado.
El rizado detuvo a su novio y se acercó a su oído para susurrar muy bajo,
aprovechando que el chico se encontraba distraído. –Es todo tuyo, bebé. Hazlo
bien.
Louis mordió su labio inferior mientras miraba al mayor con una sonrisa, entró al
último y cerró la habitación. –Bueno, digamos que a Harry le gusta ser ostentoso,
siempre compra lo más caro.
–No, no es eso. Es solo que me gusta consentirte, príncipe. –Lo miró con ternura y
después bajó la mirada riendo, avergonzado de lo cursi que había sonado frente a
Jett. Tocaron la puerta y aprovechó el momento para romper con el incomodo
momento. Eran las personas del servicio, que llevaban la botella del tequila. La
recibió y agradeció con una enorme sonrisa. Después cerró la puerta y volvió
hacia los chicos–. Vengan, tienen que probar esto. – mencionó mientras dejaba la
charola que contenía la botella, vasitos pequeños donde se tomaba esa bebida y
limones.
–¿Es bueno, Harry? –preguntó Louis llegando hasta él–. Creo que nunca antes lo
probé.
–Es muy bueno, amor. Solo que es muy fuerte y se te sube rápido si no lo tomas
con precaución. –comenzó a servir un vaso, después tomo un pedazo de limón y
lo elevó hasta la boca del menor–. Te voy a enseñar a beberlo de la mejor forma.
Jett estaba en silencio, observándolos detenidamente.
Harry exprimió todo el jugo del limón sobre la boca de Louis, él hizo una
mueca por lo acido. –No lo tragues, bebé, aguanta. –mencionó el rizado al
mismo tiempo que tomaba todo el liquido del vasito para después
comenzar a besar rápidamente al menor, pasándole todo el tequila a su
El líquido les escurría por la barbilla mientras se besaban húmedamente.
Louis comenzó a toser cuando le pareció demasiado fuerte el tequila. – Mierda. –
continuó tosiendo, había sido un gran beso, pero la bebida quemaba su garganta.
Harry comenzó a reír al igual que Jett. –¿Te gustó, bebé?
–Me gustó, demasiado, pero me hubieras avisado, casi me matas… –limpió su
barbilla para después acercarse de nuevo al rizado y esta vez besarlo con más
tranquilidad.
–Hey, tranquilo, príncipe… –mencionó Harry alejándolo de su boca cuando Louis
comenzó a meter su lengua–. Tenemos un invitado no quiero que se sienta
incomodo. Al menos hazle entrar en confianza.
Louis asintió. –Tienes razón. –Sabía lo que Harry quería decir con eso–.
¿Quieres tequila, Jett? –comenzó a servir de nuevo en el mismo vasito.
–Claro. –habló éste y estiró su mano intentando tomar el vaso.
Louis se lo negó al instante. Tomó un pedazo de limón y se lo acercó hacia la boca
del chico.
Jett echó la cabeza hacia atrás algo preocupado, miró a Harry. –¿Está bien? –
preguntó antes de aceptar que Louis le dieran un shot mediante un beso.
Harry asintió. –Está perfecto, está increíblemente perfecto.
Louis exprimió el limón dentro de la boca de Jett, para después echarse todo el
tequila a su boca y besar al chico pasándole todo el líquido. Lo hizo lento y de
forma agradable para evitar que se ahogaran. Ya habían tragado toda la bebida y
seguían besándose.
Harry se preparó, la función estaba por comenzar.

Capitulo 32.
–Espera… Es que esto me incomoda, demasiado. –mencionó Jett echando la
cabeza hacia atrás, evitando que Louis continuara besándolo después de haberle
entregado el shot de tequila. Louis miró a Harry esperando que él lo ayudara, pues
con cualquier rechazo de parte de Jett, Louis ya no quería seguir, también se
sentía extremadamente incomodo–. Digo, me siento raro besándome contigo
cuando tu novio está frente nosotros… –habló mirando a Louis un poco sonrojado.
–Si eso es lo que te preocupa, tranquilízate… –comentó el rizado acercándose
hacia ellos, tomó a Louis por la cintura y lo jaló hacia él de manera violenta para
besarlo húmedamente. El pequeño enredó sus manos sobre el cuello de su novio
y le devolvió el beso.
Después de unos segundos de mirarlos besarse, Jett bajó la mira y negó al
instante. Tenía que salir de ahí, él era un estorbo para que esos dos chicos se
divirtieran esa noche. Raspó la garganta para obtener la atención de los chicos. –
Creo que lo mejor es que me vaya, ustedes podrán divertirse más sin mí.
Harry se separó del menor y pensó algo rápidamente para hacer sentir cómodo al
chico, ya que Louis no tomaba la iniciativa, tendría que hacerlo él. –No, no te
vayas. –Abandonó a Louis y se acercó hacia Jett tomándolo de la misma manera
que sostenía a su novio–. Podemos divertirnos todos juntos… ¿Quieres que te
demuestre cómo?
Para Jett, Harry era demasiado intimidante. Su manera de hablar, su porte, su
carisma, su seguridad al decir las cosas, su rostro, su cuerpo, su olor, todo el
Harry le hacía sentir nervios, le ponía nervioso que una persona tan “sexy” le
hablara de esa manera. Mantenía los ojos muy abiertos y aún lo lograba reunir la
voz para contestar.
–Vamos, Harry. Deja de perder el tiempo y muéstrale tu magia… –susurró Louis
ansioso por lo que se venía.
El rizado tomó al chico de la barbilla y lo juntó a su boca para regalarle un beso
demasiado apasionado, donde Harry era quien mandaba para los movimientos.
Mientras lo besaba incluso comenzó a meter sus manos dentro de la camisa de
Jett.
Louis miraba todo atontado, estaba impresionado con lo que miraba. No sentía
celos, claramente, pero aún así él también quería recibir un beso del mayor. Se
acercó hasta los chicos, se abrazó de la espalda de Harry y comenzó a besarle la
nuca, esperando que con eso éste lo atendiera de igual manera.
Jett miró a Louis entre el beso y le fue inevitable separarse del rizado para besarlo
a él. Unió sus labios con los de Louis, y Harry quedó justo en medio de los dos,
tocando a ambos con cada mano, encargándose de dejarlos lo suficientemente
excitados para no parar. Metía sus manos dentro de los pantalones de los chicos y
rozaba sus miembros con las yemas de sus dedos. Después intentó alejarse de
ellos para dejarlos hacer las cosas solos, sin embargo Louis lo detuvo al instante.
Se separó de la boca de Jett y comenzó a besar a Harry. Esta vez fue Jett quien
se encargó de tocarlos mientras ellos se besaban.

–Esto es malditamente caliente… –Jadeó el menor entre el beso con su novio.


–Sí, mi amor, pero esto no era el trato… –habló de igual manera para después
separarse de Louis, que lo miró algo confundido–. Jett te está esperando...
Después tú y yo podremos pasar todo el tiempo que quieras juntos...
Louis miró a Jett y rápidamente atrapó su boca para volver a besarlo. Esta vez
Harry si logró alejarse de ellos, buscó entre sus cosas su movíl, pues tenía una
gran idea en mente.
Los chicos menores ya comenzaban a tocarse entre ellos al mismo tiempo que
elevaban la velocidad del beso. Louis ya se sentía más seguro, así que tocaba a
Jett sin remordimiento alguno.
Cuando Harry se desesperó por al no encontrar su móvil, tomó el de su novio
notando que le quedaba 20% de batería, sin embargo serviría en ese momento.
Prendió la función de cámara de video y comenzó a grabar a los chicos besarse. –
Jodidamente caliente... –susurró buscando los mejores ángulos para captarlos.
Louis desvío la miraba hacia él cuando Jett descendió a su cuello, y miró cómo
Harry grababa el momento. –jodidamente enfermo, Harry. –susurró con una
sonrisa.
–Concéntrate en lo tuyo, bebé.
–Dime entonces qué hacer... –lo miraba con lujuria mientras entrecerraba
levemente los ojos por los besos sobre su abdomen que recibía por parte de Jett.
–Tócalo, se tú el dominante, no dejes que él te controle.
Louis obedeció al instante, levantó al chico para evitar que continuara besado su
abdomen y esta vez fue él quien comenzó a besar su cuello, para después
descender hacia sus pezones, abdomen y parar a la altura del cinturón, quedando
hincado justo frente al chico. Miró hacia Jett esperando que éste le diera la
indicación para comenzar, Louis realmente quería darle sexo oral. Éste sólo
acercó su cadera hacia el rostro de Louis, rogando para que comenzara.
–Detente. –mencionó Harry sin dejar de grabar. Se acercó un poco hacia ellos y
levantó a Louis del suelo–. Te dije antes que los príncipes no hacen eso.
–¿No me dejarás hacerle un oral? ¿Hablas en serio?
Jett parecía algo incómodo por la situación, bajó la mirada y esperó a que los
chicos arreglaran el asunto.
–Antes te lo negué, igual que ahora. No le harás sexo oral ni a él, ni a mí, ni a
nadie. –le dio un besito sobre la frente al mismo tiempo que tomaba la mano de
Jett y la colocaba sobre el miembro de Louis, que latía ansioso bajo sus jeans–. Él
te lo hará a ti, punto.
Louis no podía comprender la lógica de Harry. Sin embargo no quiso alegar nada,
estaba pasando un muy buen momento para arruinarlo con eso.
Jett se hincó frente a Louis y comenzó a desabrochar su pantalón, para después
sacar el miembro del chico y comenzar a masturbarlo. Miraba hacia arriba y se
encontraba con los ojos de Louis mirándolo ansioso porque comenzara.
Harry volvió a alejarse caminando hacia atrás para evitar darles la espalda.
Grababa cada segundo, pues se aseguraba que la cámara diera directamente
hacia ellos. Se sentó sobre uno de los sillones de la suite y disfrutó del
espectáculo al mismo tiempo que comenzaba a tocarse a sí mismo, pues la
escena que estaba presenciando era justamente la que había llevado en su
cabeza durante días.
–Vamos, inicia de una vez... –susurró Louis cuando no pudo controlarse más,
empujó su cadera contra el rostro de Jett y éste atrapó el pene con su boca. Louis
dejó salir un gemido y se recargó contra la pared para lograr relajarse más.
Jett besaba todo el miembro de Louis, lo metía dentro de su boca y le daba
caricias con su lengua, repetía la acción decenas de veces.
Louis mantenía sus manos sobre el cabello del chico para ayudarse a acercarlo
más hacia él al momento del oral.
Harry parecía hipnotizado con lo que veía. Ya había desabrochado su pantalón
para masturbarse con mayor facilidad al mirarlos. Para él, la expresión facial de
Louis era una maravilla, mordía sus labios y sudaba mientras se tornaba
completamente colorado. Apretaba bastante los ojos cuando Jett metía más
profundo su pene a la boca.
Era increíble lo que estaba pasando en esa habitación.
–¿Te gusta? –preguntó el chico mirando hacia arriba, para después adentrar todo
el pene de Louis a su boca.
–Maldición...sssSÍ... –jadeó mientras sentía su cuerpo vibrar.
–Louis, no te vengas, resiste lo más que puedas. –ordenó Harry con tono
autoritario.
–Mierda, Harry... Intenta soportar esto sin correrte y después hablamos... – acercó
aún más a Jett contra él, estaba al borde de entrar al éxtasis y no estaba
dispuesto a detenerse.
–Dije que lo te vengas ahora. –Se levantó del sofá y caminó hasta ellos para
separarlos.
Jett barrió los ojos y limpió la saliva que chorreaba sobre su boca. Harry
comenzaba a actuar demasiado posesivo con Louis.
–Mierda, Harry. Eso se estaba sintiendo increíble... –se quejó y volvió hacia Jett
pasa seguir besándolo, comenzaron a desnudarse algo desesperados por sentir
su piel.
Harry acercó la cámara hacia ellos para grabar la forma en la que los chicos se
quitaban toda la ropa. Louis estaba tan concentrado en Jett que se había olvidado
por completo de la presencia del rizado.
–Eres extremadamente caliente. –Susurró al chico mientras le retiraba la camisa–.
Quiero entrar en ti, por favor. –volvió a juntarse hacia su boca.
–Hazlo, hazme todo lo que quieras... –mencionó el chico colgándose del cuello de
Louis y subiendo a su cuerpo, abrazando su cadera con las piernas de modo en el
que Louis tenía que sostenerlo.
Continuaron besándose mientras se dirigían hacia un sofá, ni siquiera les dio
tiempo de llegar hasta la cama, la necesidad que sentían por comenzar el buen
sexo era demasiado grande.
El rizado comenzó a reír mientras observaba como los chicos parecían locos por
el otro. –Hey, mi amor, tranquilo, no se te va a escapar… –se quedó muy cerca de
los chicos.
Louis también comenzó a reír, se había sentado en el sofá y Jett había quedado
sentado sobre su cadera mirándolo de frente. –Ven, Harry. – extendió su mano
hacia el rizado, esperando a que éste la tomara.
Harry hizo lo que él le pedía, se acercó hasta ellos y colocó la cámara justo frente
a la cara del menor. –Dinos, bebé, ¿Qué tal está este chico?
Louis negó con la mirada al mismo tiempo que sonreía traviesamente. Jett le
besaba el cuello y se frotaba contra su cadera, en ese momento ya se habían
desnudado por completo. –Está muy bien… ¿quieres probarlo?
–No, príncipe. Quiero que tú lo pruebes… –se acercó y como pudo depositó un
beso sobre la boca del menor. Jett levantó la mirada y de igual manera Harry tomó
su boca. Ahora los tres estaban demasiado cerca de la boca de los otros, así que
no pasó mucho tiempo para que comenzaran a besarse al mismo tiempo, Louis
besaba a Jett, después se corría hacia Harry, Harry besaba a Louis para después
besar al chico–. Bien, sigan ustedes. –se separó de los chicos sin antes
asegurarse que quedaran besándose entre ellos, quedó a una distancia notoria,
pero lo suficientemente cerca para mirarlos a la perfección.
Harry se aseguraba de grabar todo, sin embargo el teléfono de Louis comenzaba
a marcar demasiado la falta de batería, estaba por terminarse.
–Hazlo de una maldita vez… –susurró Jett al oído del menor, se levantó levemente
de la cadera del chico y esperó ansioso porque Louis comenzara. –Sí, mierda,
tengo que grabar eso y se le está terminando la batería a esta mierda, Louis.
¡Date prisa! –comentó desesperado Harry logrando que los dos chicos rompieran
en risas.
–Encantado entonces… –habló Louis mirando directamente al rizado, después
desvió sus ojos hacia el chico–. ¿Qué quieres que te haga? Pídemelo y lo haré. –
mencionó al mismo tiempo que comenzaba a masturbarlo de forma violenta,
logrando que él apenas pudiera hablar.
–Ma... maldición… –jadeó y encajó su rostro en el cuello de Louis–. Mierda,
fóllame de una vez…
Harry mordía su labio dejándolo blanco por completo, lo que estaba mirando le
estaba llevando a lo más alto.
Louis dejó de jugar e hizo lo que Jett le pedía. Lo levantó un poco de su cuerpo y
se aseguró de colocar su miembro en la entrada del chico. Después dejó que él se
hiciera cargo de lo demás.
Jett comenzó a sentarse lentamente, haciendo que el pene de Louis entrara más
profundo a él. –Joder... –gimió sin detenerse.
Louis lo miraba atento, pues le gustaba las expresiones que hacia el chico. Nunca
antes había penetrado a una persona de su mismo sexo, y probablemente lo que
estaba sintiendo era lo mejor que había sentido hasta ese momento. Mantenía sus
manos sobre la cadera de Jett, ayudándolo a subir y bajar a sobre su miembro.
–Oh, Dios... –susurró el rizado levantándose del lugar donde se encontraba
mirándolos y acercándose más hacia ellos, quedando exactamente junto a Louis,
mirándolo todo desde un mejor ángulo, el móvil se apagó por falta de batería y no
le quedó remedio más que disfrutar un poco más la escena para después mirar
directamente hacia el rostro de Louis–. Bebé, eres jodidamente hermoso... –
susurró acariciando su rostro.
Louis gemía y respiraba aceleradamente cada vez que Jett bajaba ayudando a
penetrarlo más profundo. Miró a Harry y sonrió ampliamente. –Eres todo, no
miento, realmente lo eres todo. –mencionó como primeras palabras que le vinieron
a la cabeza. En esos momentos no encontraba otra manera de expresar lo que
sentía, estaba enamorado de Harry y tenía que aceptarlo de una maldita vez, su
dinero no tenía nada que ver con lo que le hacía sentir–. Probablemente sea el
momento más extraño para decirte esto... – hablaba con la voz cortaba por los
constantes gemidos–. Pero haz enamorado cada parte de mi cuerpo, y eso es un
gran problema...
Harry tomó su boca y lo besó de forma lenta, sintiendo todos los gemidos de Louis
contra su boca. Jett se movía cada vez más fuerte y Louis sentía que estaba a
punto de explotar.
Separó a Jett de su cuerpo, lo besó un poco y se acercó hacia su oído para
mencionar algo que Harry no pudo escuchar. –¿Me ayudas con él? –habló
refiriéndose al rizado.
Jett sonrió y asintió con la cabeza.
Miraron a Harry y se acercaron de forma violenta. Jett comenzó a besarlo para
distraerlo mientras Louis se aceraba a su entrepierna y comenzaba a meter sus
manos al pantalón del rizado.
–Esperen. –Mencionó intentando quitar a Jett de sus labios–. Louis, ¿Qué haces?
–preguntó cuándo comenzó a sentir la respiración del menor contra su miembro.
Jett se separó de su boca y descendió hacia donde Louis se encontraba.
–Voy a mostrarte que los príncipes también hacen sexo oral, incluso el mejor. –
susurró y antes de que Harry pudiera negarse envolvió su miembro con su boca,
al mismo tiempo que Jett también se encargaba de besarle esa zona.
Harry dejó salir un gemido ahogado y cerró los ojos fuertemente. Los dos chicos
estaban practicándole un glorioso oral. Miró hacia ellos y se deleitó con la
hermosa escena que tenía sobre su entrepierna.
Louis se encargaba de chupar todo su pene mientras que Jett se hacía cargo de
los testículos, también cruzaban demasiado sus lenguas, besándose por algunos
segundos para después continuar con el oral.
Era como una escena de algún sueño húmedo, pero definitivamente se sentía
mejor que cualquier cosa antes vivida.
Continuaron con el oral hasta que Harry se dio cuenta que no podría controlarse
más. –Chicos, deténganse, estoy por venirme. –gimió esperando a que ellos se
alejaran de su entrepierna.
Louis sonrió ansioso. –Quiero. –habló al mismo tiempo que alejaba a Jett de
Harry, quería que lo que estaba por venir le perteneciera sólo a él. Continuó
chupando y ayudándose de su mano para masturbarlo y con eso
provocar que se corriera más rápido–. Vamos, Harry. Córrete para mí.
–Maldito niño pervertido... –susurró el mayor con una enorme sonrisa en la boca,
disfrutado todo lo que Louis le hacía sentir.

Jett miraba la escena y se masturbaba, pues él también estaba a punto de


terminar.
–¡VAMOS! –ordenó el menor demasiado ansioso, elevando la velocidad de su
mano al masturbar a su novio. Con eso provocó que Harry terminara en su boca y
por primera vez pudo saber exactamente lo que se sentía ser completamente de
una persona.
Sintió el líquido caliente y amargo correrse en su boca, sin embargo no siento
asco o mal sabor, para él eso había sido lo mejor que le había pasado en la
noche. Intentó tragarlo todo al mismo tiempo que continuaba chupando el pene del
mayor, para después detenerse y subir hacia su boca para besarlo húmedamente,
pasando demasiada saliva a la boca de Harry durante el beso, pues quería
compartir lo que acababa de recibir.
–Hey, amor, aún faltan ustedes, date calma. –Lo separó de su boca en cuanto
pudo recuperarse del orgasmo–. Ahora terminen ustedes. –miró a ambos chicos.
Jett se acercó hacia ellos y junto con Louis comenzó a masturbarse buscando
terminar.
El primero en venirse fue Jett, terminó sobre su propio abdomen mientras Harry se
encargaba de besarlo para elevar el éxtasis.
Cuando Louis miró esa escena le fue imposible controlarse más y tuvo el orgasmo
mientras observaba a los chicos. Harry se separó de Jett y abrazó a su novio
juntándolo hacía su pecho. Lo abrazó demasiado fuerte,
asegurándose de agradecerle lo mucho que le había gustado lo que acababa de
pasar.
–Tú también, Louis. –mencionó dejado un beso sobre su frente.
En cuanto Louis logró reponerse pensó en lo que el rizado acababa de decir, sin
embargo no logró entenderlo. –¿Qué quieres decir
–Tú también lo eres todo. Tú también has enamorado todo de mí. Te amo.

Capitulo 33
Sintió un poco de movimiento a su lado, pensando al instante que se trataba del
rizado. Lo detuvo y trató de acercarlo de vuelta hacia su pecho.
Después de la gran experiencia sexual que acababan de tener, los tres quedaron
dormidos sobre la cama principal de la suite. Las luces aún continuaban
prendidas, pero los chicos dormían profundamente.
Volvió a sentir como intentaban alejarse de sus brazos. –No te vayas, Harry… –
susurró Louis apretándolo por el brazo fuertemente.
–No soy Harry… –contestó Jett con un volumen bajo para evitar despertar al
mayor que dormía del otro lado de la cama–. Ya tengo que irme.
Louis abrió los ojos y con sus manos los frotó para poder mirar mejor a Jett. El
chico se levantó de la cama y comenzó a buscar su ropa atreves de toda la
habitación.
–¿Por qué te vas? Puedes quedarte, no hay problema. –mencionó Louis con una
sonrisa nerviosa. El remordimiento moral después de lo que acababan de hacer
comenzaba a llegar a su cabeza. Miró hacia Harry y notó como él dormía
profundamente, elevando su pecho lentamente al respirar.
–Mis padres.
–¿Te han llamado?
–Cientos de veces. –Tomó su ropa del suelo y comenzó a colocársela, Louis lo
miraba aún recostado desde la cama–. Seguro me matan.
–¿Qué les has dicho?
–Aún nada. Pero cuando los vea les diré que me he quedado dormido en un
camastro de la playa. Me aniquilarían si se enteran que estaba con ustedes.
–¿Por qué? Puedes simplemente decirles que estabas con unos amigos. – Poco a
poco fue moviéndose hacia Harry, con el propósito de abrazarlo mientras dormía.
–No puedo. –Terminó de colocarse la ropa y buscó sus zapatos, encontrándolos al
instante–. Mis padres saben sobre... Tú sabes, sobre mi sexualidad, y no me
creerían si les digo que simplemente estaba jugando póker con ustedes.

Tomó la mano del rizado bajó la sábana y la apretó fuerte. –Entonces como
quieras. –Le dio una sonrisa sincera en señal de agradecimiento por lo que
acababa de pasar–. Suerte, espero que la vida te trate bien.
Jett terminó de colocarse los zapatos, se miró frente al espejo que se encontraba
junto el armario de la habitación y después le devolvió la sonrisa. –A ti también.
Espero que sigan divirtiéndose de esa manera. –caminó hasta la puerta y cuando
estuvo a punto de abrirla lo volvió a mirar–. Si algún día terminas con él, búscame,
sería agradable pensar en algo serio entre nosotros.
Louis se tornó colorado, bajó la mirada y apretó fuertemente la mano del rizado. –
Creo que por ahora no puedo pensar en otra persona, es decir, en otra relación.
Estoy con él y me siento muy feliz.
Jett sonrió. –Y se nota, pero aún así nunca olvides que tienes a un neoyorquino
loco por ti. Jett Black, recuerdalo.
Era muy alargador lo que Jett le decía, sin embargo Louis sólo pensaba en que no
podía hacerle eso a Harry, además de todo, no podía pensar en un futuro donde
ellos estuvieran separados. Ahora que había aceptado el amor del rizado, no lo
dejaría ir tan fácil. –Adiós, New York.
–Adiós, Londres. –lo miró por algunos segundos más para después salir de la
habitación.
Louis suspiró, después desvió y mirada hacia Harry y se recostó levemente sobre
el pecho de éste. Cerró los ojos y se dedicó a escuchar atentamente los sonidos
que emitía el rizado al dormir, su respiración, los latidos de su corazón.

Harry no era una mala persona como Louis lo había pensado antes y en todo caso
saber eso le daba demasiada tranquilidad, pues sabía que ya no sería necesario
destruirlo. Ya no quería hacerlo y tampoco tenía la necesidad, pues Harry le daría
todo lo que él le pidiera sin necesidad de demandarlo.
Las cosas por fin se estaban tornando de una buena manera para el menor, y eso
se sentía demasiado bien.
Había perdido el sueño, aún no lograba volver a dormir gracias a que mirar a
Harry dormir le había distraído demasiado. Decidió aprovechar que éste dormía
para hacer unas cuantas llamadas a Londres. Se levantó de la cama intentando no
hacer mucho ruido, o mover mucho la cama. Cuando lo logró tomó su móvil del
sofá y se dio cuenta que no tenía ni un poco de batería. Se dirigió hacia la maleta
del rizado y tomó prestado su móvil, pues lo único que necesitada era hacer una
llamada, obviamente Harry no tendría problema con que lo utilizara.
Abrió la puerta de la terraza lentamente, asegurándose de que Harry no se diera
cuenta que salía. Se encontraba totalmente desnudo, pero igual no importaba
porque era de madrugada y todos los huéspedes dormían, además que se
encontraba en un piso muy alto, y seguramente nadie podría verlo desde ahí.
El clima estaba tibio, la vista que le ofrecía la terraza a esa hora era preciosa. Se
sentó sobre un camastro y marcó el número de Jake.
–¿Harry? ¿Alguien murió, o por qué carajos me llamas? –se escuchó la voz del
chico algo confundido. En Londres eran las 11am y en Colombia las 5am. Louis
rió bajo. –Hola, animal.
–¿Louis?
–Sí, te llamo desde el teléfono de Harry porque el mío se quedó sin batería.
–De acuerdo... –Parecía algo extrañado–. ¿Y dónde está Harry?
–Durmiendo, aquí son las 5 de la mañana.
–¿Y qué mierda haces despierto a esta hora? ¿Te da asco dormir junto a ese
maricón? –Esta vez los insultos de Jake hacia Harry no le causaron ni la más
mínima risa.
Tragó saliva e intentó hacer lo posible para que su enojo no se notara. –No, de
hecho dormir junto a él suele ser muy cómodo. –Se escucharon unas risitas del
otro lado de la línea–. Estoy hablando en serio. Harry es increíble.
Jake era su amigo, y Jake tenía que comprender que Louis comenzara a querer a
Harry. Ya no estaba dispuesto a seguir burlándose del rizado, ni mucho menos a
permitir que Jacob lo hiciera.
Se quedó la línea un tiempo en silencio, Jake intentaba adivinar si Louis estaba
bromeando, o si realmente pensaba eso. –Louis… ¿Qué ocurre? – preguntó en
tono serio.
Se acomodó un poco en el camastro, respiró profundo y se preparó para lo que
estaba por decir. No era tan simple explicarle a su amigo que había decidido
mandar todo a la mierda, pasando por alto las cosas que Harry le había hecho
antes. –Que creo que no quiero lastimarlo, no quiero seguir engañándolo de esta
manera.
–¿Pero por qué? ¿Qué pasó? –sonaba un poco alterado, pero no lo suficiente
para que Louis se preocupara.
–Nada, no pasó nada. Es sólo que me di cuenta que él no merece esto. – Desvió
la mirada y miró hacia dentro de la habitación para asegurarse que Harry
continuara durmiendo–. Jake… realmente es una persona increíble, me gusta, y
me gusta estar con él.

–Homosexual.
–No me importa. Tal vez lo soy, pero realmente no me importa.
–¿Y qué más? ¿Ya te quieres casar con él también? –No parecía burlándose,
sino, parecía molesto–. Mierda, Louis. Eres imbécil.
–¿Por qué? ¿Por no continuar con este estúpido plan de niñitos que teníamos?
¿Porque no lo voy a hacer mierda como tú querías? –Habló elevando la voz,
sintiendo rabia por las palabras de Jake–. Mierda, Jacob, puedo esperar que mi
padre me juzgue por esta decisión de querer estar con Harry, incluso puedo
esperar que mi MADRE me juzgue, pero no que tú, tú no lo hagas por favor.
–¡No te estoy juzgando, realmente no lo estoy haciendo! –dio un respiro para
lograr tranquilizarse–. Mira Louis, quiero que me contestes algo, ¿De acuerdo?
–De acuerdo.
–¿Estás enamorado de Styles?
La pregunta resonó dentro de él. Esa sería la primera vez que se lo admitiría a
alguien que no fuera el mismo Harry, sin embargo no sintió miedo, quería
aceptarlo. –Lo amo, pero está bien porque él me quiere también.
–¿Sí? ¿Y qué te hace pensar eso? –Louis no comprendía la molestia de Jake. Él
solía ser una persona relajada, que realmente le importaría una mierda si su mejor
amigo se enamoraba de un hombre, una mujer, un perro o un edificio.
–Él me lo ha dicho, decenas de veces. –contestó seguro
–¿Y qué más? Mierda, hermano, se te ha volteado todo. Ahora no eres tú quien
terminará burlándose de Harry, será él quien lo haga porque tú como imbécil le
crees todas sus mierdas.
–¿¡Y QUÉ TE HACE ESTAR TAN SEGURO DE QUE ÉL MIENTE!? Sólo porque
fue una mala persona contigo no significa que lo sea con todo el mundo. –Ahora
no sólo estaba enojado, quería cortar la llamada, mandarlo a la mierda y volver a
la cama con Harry.
–Lo fue conmigo, lo fue contigo y ¡Lo fue con tu padre! –Gritó y al instante se dio
cuenta que tenía que tranquilizarse. Jake no hablaba sólo por hacerlo enojar, o
porque estuviera celoso de Harry, tenía razones, tenía ejemplos que sustentaban
su opinión–. Ashley. –mencionó más calmado.
–¿Qué tiene que ver esa zorra en todo esto?
–Ella es la prometida de Harry, y tú lo sabes.
–¿Y? Él está en Colombia conmigo, no con ella.
–Tal vez él si te quiera, REALMENTE espero que él te quiera. Pero tienes que ser
consciente de que estás mandando todo a la mierda por él, de que si algo sale
mal, todo estará perdido, y esta vez sí tendrás que encontrar alguna otra
alternativa para salvar a tu padre de la enfermedad.
–Tengo a Harry, él sabe que mi padre está enfermo y no le molesta ayudarme con
eso. ¡Por dios, Jake! ¡Harry realmente me da todo lo que le pido! No me faltará
nada si me quedo con él, tendré su amor y además de todo tendré todo el dinero
que necesito.
–Es que no sé cómo es que no te das cuenta…. –susurró muy bajo. Louis pensó
en qué decirle, sabía que Jake estaba preocupado por él, pero en esos momentos
se sentía seguro de Harry–. Louis, es que mira la situación en la que te
encuentras… Eres su puto amante.
–¡No es lo mismo, carajo! A un amante no se le quiere, Harry me quiere, Jake.
Compréndelo.
–¿Y entonces qué esperas de él? ¿Que deje todo lo que tiene por ti? ¿Que rompa
su compromiso con Ashley, que ustedes dos se casen y tengan muchos hijitos?
¿Realmente piensas que lo va a hacer?
–Lo hará, si me quiere lo hará.
–Es que no lo entiendes, Louis. –suspiró frustrado y continuó–. Él te compra lo que
le pides para impresionar, te lleva a lugares paradisiacos, te lleva a los mejores
hoteles y restaurantes, te trata como un rey, sí, lo hace. ¿Pero qué hará cuando se
aburra de ti? Porque no sé si te acuerdes, que está engañando a Ashley contigo
porque se aburrió de ella, y así como la ha engañado a ella, también engañó a
muchas más antes.
–No, el que no lo entiende eres tú. Lo que nosotros tenemos es diferente. –
hablaba cada vez más bajito, en su interior sabía que lo que Jake decía era cierto,
pero se negaba a quedar como imbécil.
–Comenzará a buscar otras alternativas, como juguetes sexuales, incluir personas
extra durante sus relaciones sexuales, y después, de la nada, comenzará a
ponerte pretextos para no tocarte, te evitará y pronto descubrirás que se consiguió
otra persona, y que para colmo, esa persona pensará que Harry está enamorado.
Esas últimas frases se le metieron muy dentro de la cabeza, simplemente por lo
que acababan de hacer con Jett. No quería seguir escuchándolo. –Jake, detente.
–No, Lou. Detente tú. Abre los malditos ojos y date cuenta de la situación. Una
persona que engaña una vez, nunca se detiene, se le hará muy fácil hacértelo a ti
también. Y te lo digo porque le he conocido decenas de novias con las que
parecía muy “enamorado”. No permitiré que ese imbécil te destruya.
Sentía un nudo en la garganta que cada vez se hacía más grande. Retenía
demasiado las ganas de soltarse a llorar y eso sólo lograba que su cabeza doliera.
Él tampoco quería que Harry lo destruyera, pero tampoco quería creer en lo que
Jake le decía, aunque supiera que tenía toda la razón del mundo.
–Tengo esperanza de que esta vez sea diferente. –confesó–. Necesito que esta
vez sea diferente.
–Espero que así sea, y que si no, que lo descubras antes de que sea demasiado
tarde.
La ventanilla de la terraza se abrió, Louis miró hacia ella y notó como Harry la
abría mirándolo con una sonrisa. Se acomodó en el camastro y trató de
tranquilizarse para no parecer nervioso. –Bien, después te llamo de nuevo.
Adiós, amigo. –Colgó la llamada rápidamente y le regresó la sonrisa al rizado.
–Hola, mi amor. –habló Harry llegando hasta él e hincándose junto su camastro.
Lo abrazó fuertemente y después le dio un gran beso de buenos días. Tenía los
ojos hinchados y la voz más ronca de lo normal–. ¿Qué haces aquí?
Comenzaba a amanecer, el ambiente estaba rojo y desde ahí podían mirar como
el sol salía, logrando una hermosa vista sobre el mar de Colombia.
–Hablaba con Jacob. –Contestó sin mentiras, pues ni siquiera había tenido tiempo
de borrar la llamada–. Quería obligarlo a que me felicitara porque es mi
cumpleaños, pero mi móvil se quedó sin pila.
Harry lo miraba con una sonrisa algo cansado, tardó algunos segundos en
responder. –Ya no serás tan ilegal como antes. –contestó logrando que Louis
sonriera de oreja a oreja. Se levantó del piso y se recostó sobre el camastro de
alado–. Ahora serás el candidato perfecto para salir en la serie “sixteen and
pregnant”. –comenzó a reír y Louis le dio un manotazo levemente.
–¿Seguirás con eso del maldito embarazo?
–Pues sí, excepto si abortaste o algo así. –Lo miró y fingió seriedad–. ¿No has
abortado, cierto?
–No puedo abortar porque NI SIQUIERA TENGO UN MALDITO BEBÉ EN LA
PANZA.
–¿Quién me asegura eso?
–¿Eh? ¡Obviamente no estoy embarazado, Harry! ¡Soy un hombre!
–Un hombre embarazado.
–Mierda, cada vez estás mas enfermo. –rodó los ojos divertido.
Se miraron en silencio hasta que Harry reaccionó. –Ven aquí, bebé. – mencionó
golpeando levemente sus piernas. Louis se levantó del camastro donde se
encontraba acostado y se sentó esta vez sobre las piernas del mayor, él lo rodeó
por la cintura con sus brazos y lo miró directamente a los ojos–. Te quiero,
demasiado, muchísimo, te adoro.
Sonrió y bajó la mirada. Amaba escuchar esas palabras, pero la maldita voz de
Jake hacía eco dentro de su mente. –Harry… Quiero pedirte algo…
–Lo que quieras, príncipe. ¿Qué necesitas? –juntó su frente con la de Louis y
cerró los ojos.
–Ya no quiero estar aquí. Quiero volver a Londres. –Sabía que estar con Harry lo
hacía más vulnerable, quería volver a Londres y asegurar su situación, quería que
Harry terminara su compromiso y así restregarle en la cara a Jacob que estaba
equivocado.
Harry lo miró confundido. –¿De qué hablas? Amor, acabamos de llegar y no la
estamos pasando genial… espera, ¿dónde está Jett? –miró hacia la habitación,
buscándolo.
–Se ha ido hace rato. Y sí, la estamos pasando genial, pero quiero ir a casa. –
Abrazó a Harry por el cuello y le besó la mejilla–. Quiero hablar con mis padres.
–¿Sobre qué, amor?
–Sobre ti y sobre mí. Sobre nosotros.
–Espera, ¿¡Qué!? –lo alejó levemente de él para poder mirarlo–. ¿Hablar sobre
nosotros? Quieres decir, ¿Sobre que estamos juntos?
–Sí. –sintió miedo por la reacción que Harry había tenido–. ¿Hay algo de malo en
eso?
–Claro que lo hay, mierda, Louis, tú no puedes hacer eso. –El rizado parecía
realmente alterado–. Al menos espera un poco, cuando tengas la mayoría de
edad.
Dos años. Dos malditos años en lo que tendrían que ocultarse como pareja. Louis
bajó la mirada y respiró profundo. –Quiero volver a Londres. –se levantó de las
piernas de Harry y entró a la habitación juntando todas sus cosas para meterlas a
las maletas.

–¡Hey! ¡Lou! ¿Qué mierda te pasa? –corrió hacia él y lo detuvo entre sus brazos.
–Sólo quiero volver a Londres. Nada más. –Tenía el corazón latiendo a mil por
hora. Jake era un maldito hijo de puta que solo lo había dejando dudando.
–Está bien, volveremos a Londres si es lo que tú quieres, pero cálmate, ¿De
acuerdo? –Louis asintió y Harry lo abrazó fuertemente pegándolo a su pecho–.
Todo estará bien, amor. Encontraremos una forma de decírselo a tus padres y que
ellos lo comprendan. Aunque sinceramente, no le veo mucho sentido.
Esa última frase fue suficiente para terminar con todas las esperanzas de Louis.
Tal vez tenía que comenzar a aceptar que sólo era el simple amante del millonario.
–Claro, ¿De qué serviría que hablara con mis padres sobre lo mejor que me ha
pasado en esta puta vida? Que obviamente eres tú.
–No me refería a eso, y lo sabes.
–Sí, te comprendo. Pero basta de dramas. –Lo alejó de él y volvió a comenzar a
juntar todo para irse–. Ayúdame a empacar, quiero irme de aquí ya. Me estoy
derritiendo con el maldito calor, la puta madre…
Harry sabia que Louis estaba muy enojado, pero en esos momentos decidió
no continuar con la discusión, no pelearía con él en su cumpleaños por un
asunto que realmente no tenía mucha importancia, al menos para él.

Capitulo 34
Dedicado a DioselinaLopez dfhjgyudfsyuguyjs <3 Harry cumplió al pie de la letra lo
que Louis le había pedido. Hizo lo que estuvo en sus manos para lograr regresar a
Londres ese mismo día, sin importar pagar extra por los cambios de los boletos. El
viaje soñado se había ido a la mierda, y Harry no podía comprender en lo más
mínimo la actitud de su novio.
Llegaron al aeropuerto y abordaron el primer vuelo hacia España, para de ahí
tomar uno hacia Londres. Louis no mencionaba ninguna palabra, se mantenía
demasiado distante a pesar de que Harry intentaba alegrarlo un poco. Le hablaba,
lo tomaba de la mano, le daba besitos durante el vuelo y aún así no lograba hacer
que el menor volviera a ser el mismo del principio del viaje.
Pensó que tal vez su actitud se debía a lo que había pasado con Jett, sin embargo
sabía a la perfección que Louis lo había disfrutado incluso más que él. Decidió
quedarse en silencio y no presionar a Louis, ese día era su cumpleaños y aunque
estuviera algo apresurado gracias a la decisión de Louis, había conseguido el
mejor regalo y se lo entregaría al llegar a Londres.
El vuelo de vuelta a casa fue demasiado pesado gracias a los horarios y horas de
vuelo. En Madrid habían tenido que esperar 4 horas para que su vuelo a Londres
despegara. Ahora ya estaban aterrizando en el aeropuerto de Londres, y lo único
que Louis realmente deseaba era regresar a su casa y descansar para recuperar
todas las energías que esos vuelos le habían quitado.
El menor había pasado todas aquellas horas pensando en su situación con Harry,
y en lo que Jake había dicho. Quería confiar en Harry, realmente quería hacerlo,
sin embargo Jake tenía demasiada razón. Una persona que engaña una vez,
nunca se detiene, mucho menos una que nunca tuvo consecuencias por sus
engaños, y ese era el caso de Harry. Había en definitiva, una diferencia muy
grande entre ser la pareja de Styles y entre ser su amante. Louis lo sabía, y sabía
perfectamente lo que quería, no sería la segunda opción de alguien, mucho menos
de una persona de la cual estaba enamorado.
Bajaron del avión y sin decir una palabra fueron directamente hacia la zona donde
se recogía el equipaje. Caminaban en silencio mientras Harry observaba
detenidamente a Louis, que iba un poco más adelantado. Aunque el viaje no
hubiera sido lo que deseaba, le había parecido magnifico haber pasado días
seguidos con él, sobre todo porque sabía que ahora sería más difícil poder verse
tan seguido. –Amor. –Lo llamó muy bajo, asegurándose que las personas que
merodeaban por ahí no lo escucharan.
Louis no se detuvo, tan sólo siguió caminando sin prestar mucha importancia. –
Dime.
–¿Qué ocurre? –lo tomó por el brazo haciéndolo frenar.
Louis lo miró fingiendo confusión, se encogió de hombros y negó con su cabeza. –
Nada, no sé por qué lo dices, Harry.
Harry sonrió no muy convencido. –De acuerdo. –continuaron caminando hasta
llegar por su equipaje. Louis parecía que llevaba mucha prisa, pues miraba
atentamente a la espera de su maleta–. ¿Tienes que ver a alguien, o qué ocurre?
–No, es sólo que me desespera lo lento que es todo en los aeropuertos. –Se
distrajo un poco y notó su equipaje junto con el de Harry en una esquina del
lugar–. Mira, ahí están nuestras cosas. –señaló y caminaron hasta éstas para
pronto tomarlas–. Ya vámonos, ¿está bien?
–Como tú quieras, mi auto ya está en el estacionamiento, lo he dejado aquí desde
el día que nos fuimos. –Harry comenzaba a desesperarse demasiado por la
actitud del pequeño. Sentía que no quería estar junto a él, pero tampoco estaba
dispuesto a dejarlo ir tan pronto, tenía preparado algo para Louis y no permitiría
que su pesada actitud lo arruinara todo.
Pagaron la cuenta del estacionamiento y después se dirigieron directamente hacia
el vehículo. Harry le ofreció a Louis comer algo antes de salir del aeropuerto, sin
embargo él se negó al instante. El rizado quería tomar su mano, pero hacer eso en
Londres era como un suicidio social, sobre todo por la persona que él era, por ser
el hijo de quien era.
Llegaron hasta el auto y Louis intentó abrir el maletero para subir su equipaje,
Harry rápidamente se lo negó. –Dámelo, yo lo hago, tú súbete al auto, está
helando aquí afuera y lo que menos quiero que te pase es que te enfermes. –
Había demasiada diferencia entre el clima en Colombia y el clima en Inglaterra,
pasar del calor intenso a la lluvia fría podría ser dañino para su salud.
Louis subió al auto y estando solo ahí dentro dio un suspiro aliviado por volver a
Londres. Era una mierda que gracias a su miedo hubiera echado todo a perder, sin
embargo le parecía mejor estar de vuelta en la ciudad. Harry se había portado de
lo mejor con él, había hecho todo lo posible por darle el mejor cumpleaños posible,
pero por alguna razón extraña, ya no quería que continuara dándole tantos lujos,
tan sólo quería que le demostrara su amor sin tener que meter dinero de por
medio.
–Mierda, ahí afuera está congelado. –habló el rizado al entrar al auto, abrazando
su propio cuerpo para darse calor. Louis comenzó a reír y aprovechó que se
encontraban dentro del carro para besarle por algunos segundos. Harry le acarició
las mejillas durante el beso para después separarse con una sonrisa–. Bebé,
¿Está bien si vamos a mi casa?
Louis quería ir a casa con sus padres, no a casa del mayor. –¿Por qué?
Prendió el auto y comenzó a conducir hacia su departamento. –Quiero darte algo,
y sólo podré hacerlo si estamos en mi casa, a solas.
El menor rápidamente dedujo que se trataba de sexo. Harry nunca se cansaba del
sexo, y en cierta manera eso era bueno porque significaba que no se cansaba de
él. –¿Ahora mismo? Harry, hemos estado juntos 3 días, ¿Es muy necesario que
tengamos relaciones hoy?
–¿Relaciones? No, bebé. Aunque ganas no me faltan. –Comenzó a reír y sin
despegar la mirada del camino buscó la mano de Louis para entrelazar sus
dedos–. Es otra cosa. Tu regalo de cumpleaños- –Elevó las manos hasta su boca
y dio un corto beso sobre la mano del menor.
–Harry… ya me has dado demasiado, no tienes por qué seguir haciéndolo.
–Claro que sí, sí tengo por qué seguir haciéndolo. Y no hablaremos más del tema.
Oye, por cierto, ya no quiero que continúes yendo a la oficina.
Louis pareció muy sorprendido. –¿Qué? ¿Por qué?
–No es nada malo, mi amor. Es sólo que prefiero que no nos vean juntos. Ahora
que lo nuestro se ha vuelto algo más serio, preferiría que ni siquiera piensen que
tenemos algún vínculo, ¿me explico? –Harry decía aquellas cosas con tanta
naturalidad, que ni siquiera se ponía a pensar en el daño que sus palabras le
causaban a Louis. ¿Realmente era tan malo que las personas
los miraran juntos?
–De acuerdo, pero tendré que buscar otro trabajo, necesito conseguir dinero de
alguna manera. –afirmó tragándose sus palabras junto con su orgullo.
–No seas imbécil, sabes que no es necesario. A partir de mañana te voy a sacar
una tarjeta de crédito para que compres lo que quieras.
–Como tú digas… –Se mantuvo en silencio el resto del viaje. Le había mandado
unos cuantos mensajes a su madre para avisarle que volvería esa tarde, pero no
podía ir contra Harry, si él le llegaba a pedir que pasaran la noche juntos, tendría
que hacerlo de cualquier manera.
Había algo dentro de él que le decía que el fin estaba comenzando, y que aunque
él no lo quisiera así, tenía que dejarse llevar por lo que estaba por venir.
Llegaron hasta el departamento del rizado, Louis había retomado su actitud
ausente y callada. Bajó junto a Harry y ambos subieron al departamento con toda
tranquilidad. Ahora el mayor se encontraba hablando por teléfono y parecía que
hacia lo posible para que Louis no escuchara su conversación. Al entrar al
departamento tan sólo le señaló el sofá mientras él se encerraba en su habitación
para poder hablar con mayor libertad.
Louis rodó los ojos y no le quedó otra opción más que sentarse sobre el sofá.
Prendió el televisor y comenzó a cambiar constantemente los canales, en busca
de algo para mirar. Harry claramente comenzaba a dejarlo fuera de sus asuntos y
eso comenzaba a perturbarle.
–¡Amor, ven! –gritó Harry después de casi 10 minutos de haberlo dejado afuera.
Louis se levantó del sofá con actitud molesta, entró a la habitación de Harry y lo
miró enojado. –¿Qué quieres ahora?
Harry comenzó a reír. Se encontraba acostado en su cama, se había quitado los
zapatos y la corbata. –Perdón, bebé. Era un asunto privado. Ven, acuéstate
conmigo. –Sonrió de oreja a oreja y con eso logró que Louis se olvidara por
completo de su enojo. No importaba lo que podría pasar en un futuro, ahora
estaban juntos y eso era lo único importante.
–Muérete. –sonrió de igual manera y se acercó hasta él para después recostarse
sobre su pecho.
Lo abrazó al mismo tiempo que le besaba la cabeza. –Préstame tu teléfono, bebé.
Lo miró algo confundido. –¿Mi móvil? ¿Para qué?
–Grabé un video la otra noche, mientras te tirabas al chico rubio bonito.
–Oh, lo recuerdo, pero no me di cuenta que lo hiciste con mi móvil… –se levantó
levemente para lograr sacar el Iphone de la bolsa trasera de sus jeans–. Ten. –le
entregó el teléfono y volvió a abrazarlo fuertemente.
–Más vale que esta mierda no lo haya borrado al momento en el que se apagó por
la falta de batería. –Comenzó a buscar entre los archivos de Louis y rápidamente
encontró el video–. Mierda, genial, aquí está. –Apretó el video con su mano y
pronto comenzó a reproducirse.
En el video podía verse a Louis y al otro chico a la perfección durante el acto
sexual. También se escuchaba la voz de Harry indicándole a Louis lo que debía de
hacer.
Los chicos se mantuvieron el silencio, observando el video con una enorme
sonrisa sobre el rostro. Había sido una gran noche.
–Carajo, creo que me he dado cuenta que me gustan los rubios…. –susurró Louis
embobado en su móvil.
Harry comenzó a reír. –¿Es una indirecta para que me tiña el cabello de amarillo
banana?
Louis le dio un golpecito aún sin separar la vista del video. –Me gustan los rubios y
los Harrys, así que no tienes por qué preocuparte… Pero ese chico realmente
estaba buenísimo…
–Tienes toda la razón, eres un hijo de puta. Te lo follaste solito y ni siquiera me
pediste ayuda. –El video iba justo por la parte donde Jett se subía sobre Louis en
el sofá–. Míralo, parecía que estaba realmente ansioso por sentirte dentro de él…
–De hecho lo estaba. –Dijo con orgullo–. Vibraba como loco.
–Mierda…. Míralo, carajo, te envidio.
–Ya, amor, cállate o me pondré celoso. –Le arrebató el teléfono y lo bloqueó al
instante sin antes siquiera cerrar la reproducción del video–. Sí, Jett estaba muy
guapo, pero yo estoy más.
–Eso ya lo sé. Tú eres hermoso. –Lo abrazó por la cintura y lo elevó sobre su
cuerpo, Louis quedó acostado sobre Harry–. Y no importa lo que pienses de tu
cuerpo, porque sé que tienes ideas estúpidas sobre éste, tú eres perfecto en todos
los sentidos. –juntó su boca a la del menor y antes de besarlo mencionó–. Nunca
dejes que las opiniones de los demás, o incluso las tuyas mismas arruinen tu
mundo.
–Te amo, Harry. –susurró cerrando los ojos y esperando a sentir el beso del
rizado.
–Te amo. –Comenzó a mover la boca de forma lenta, dándole un tierno beso–.
Eres increíble…
–Shhhh, ya no digas nada más. –separó las piernas colocando cada una en
abrazando la cintura del rizado. Elevó sus manos hasta sus rizos y comenzó a
acariciarlo intentando provocarlo.
Harry lo abrazó más fuerte, haciendo que sus caderas hicieran fricción entre ellas,
Louis comenzó a frotarse fuerte contra el rizado y profundizó más el beso. El
sonido del timbre del apartamento los sacó por completo de su momento de
romanticismo. –Mierda. –susurró el mayor deteniendo a Louis.
–¿Por qué carajos siempre tienen que interrumpirnos? Aquí o en Colombia,
siempre es lo mismo.
–No pasa nada, amor. Es tu regalo de cumpleaños que ya ha llegado. –Sonrió, se
levantó de la cama y se acomodó la ropa para después salir de la habitación–.
Espérate a que te diga que puedes salir, por favor. No hagas ruido.
–Bien. –Bajó la mirada e intentó convencerse a sí mismo que el rizado no lo decía
con ganas de herirlo, que simplemente era lo mejor para los dos. Era como si de
repente, Harry decidiera que absolutamente nadie podía saber algo sobre su
relación, como si estuvieran haciendo algo realmente malo o ilegal.
La pantalla de su móvil se encendió llamando su atención, había recibido un
mensaje de parte de Jake, pronto comenzaron a llegar varios mensajes a la vez,
llenando su pantalla de inicio.
“¡Louis!”
“Louiiissssssss”
“Louis, ¿Dónde estás? ¿Has llegado ya a Londres?”
“Louis necesitamos hablar, tienes que alejarte de Harry. Louis, te está engañando,
Harry se está burlando de ti.”
“Háblame en cuanto leas esto, mi madre me ha dicho unas cosas que nunca
tomamos en cuenta, o al menos que tú no tomaste en cuenta.”
Louis sintió algo de miedo ante esos mensajes, sin embargo antes de poder
desbloquear el móvil para poder responder a Jake, Harry volvió a la habitación.
–Listo, príncipe, ven. –Se acercó hasta él y lo tomó de la mano jalándolo fuera de
la cama hacia la sala principal del departamento.
Quiso detenerlo y llamar en ese mismo momento a Jake, pero algo dentro de él se
negó a arruinar lo que tenía con Harry, además de todo, lo más probable era que
Jacob estuviese exagerando y hablara de algo sin importancia.
–¿Qué es esto? –preguntó Louis cuando notó una caja de regalo sobre un sofá.
–Ábrelo rápido, no quiero que se quede sin aire. –mencionó Harry emocionado.
Louis lo miró confundido, se acercó hasta la caja del regalo y cuando intentó
cargarla se dio cuenta que algo ahí dentro se movía. Soltó la caja de nuevo sobre
el sofá, asustado. –Mierda, ¿Qué carajos tienes ahí dentro?
–ABRELOOOOOOO. –volvió a decir.
Louis suspiró pesadamente e hizo lo que el rizado le pedía. Abrió la caja sin
levantarla del sofá y pronto comenzó a buscar con miedo dentro de ella. –Oh por
dios… –susurró sorprendido tapando su boca con la palma de su mano al mirar lo
que se encontraba dentro.
–Sácalo, bebé. – Habló el rizado con demasiado entusiasmo.
Louis lo miró con una sonrisa demasiado exagerada, en esos momentos pensó
que se soltaría a llorar. Y de repente, todos sus miedos sobre Harry se habían
esfumado… –Es Queso. –Mencionó– ¡Es nuestro bebé! –sacó rápidamente de la
caja a un gatito pequeño, de apenas meses de edad y lo cargó con ternura entre
sus brazos.
–Sí, bueno…. Sobre el nombre…. Podríamos pensarlo mejor, digo, no es que
“Queso” sea un nombre horrible… pero mejor pensémoslo más.
–¡Se llama Queso! ¡Cállate! –Miraba al gatito con demasiada emoción. Era un
Angora Turco color blanco, sus ojos era verdes, como los de Harry, y media
menos de 20 centímetros. Ronroneaba sobre los brazos del menor. (Foto del gato
en la sección de multimedia)
–De acuerdo, lo que tú digas. –Estaba algo asustado por la reacción de Louis ante
el gatito–. ¿Te ha gustado?
–Mierda, ¡Sí! –Lo abrazó fuerte y le dio un beso sobre la mejilla–. Es hermoso,
Harry. Te amo, te amo, te amo, te amo.
–Es raro, sabes…. Pensé que odiabas los gatos.
–Los odio. –Se sentó sobre la alfombra y comenzó a jugar con el animal.
–¿Entonces?
–¡Pero este gatito se parece a ti! ¡Y eso es adorable! ¡Realmente es nuestro hijo!
–Que miedo me das, amor. Se supone que yo era el raro de la relación, pero ya
me doy cuenta que tú eres quien necesita ayuda terapéutica.
–¡Cállate, Harry! –Volvió a pedir Louis.
–De acuerdo… –se sentó en el sofá y se dedicó a mirar al menor jugar con el
pequeño animal. Le era imposible no sonreír excesivamente al ver lo adorable que
era Louis.
Pronto Louis no recordaba ni un poco sobre los mensajes que Jake le había
enviado.
–¡Por fin llegas, Lou! –Gritó su madre entusiasmada cuando miró a Louis entrar
por la puerta–. ¡Te he esperado ansiosa toda la tarde!
Louis sonrió al mirar a su madre, llevaba la maleta en una mano y en la otra
llevaba al pequeño Queso. –Hola, mamá. Te extrañé. –Su madre se acercó hasta
él, le dio un beso sobre la mejilla y después intentó ayudarle con su equipaje.
–¿Qué es eso? –preguntó dando un paso hacia atrás, alejándose del gato.
–Es mi bebé. Déjalo en paz.
–¿Un gato? ¿En serio, Louis? –miraba al animal con desprecio.
–Sí, mamá. –Le besó la frente y dejó su maleta sobre el piso–. ¿Está papá en
casa? Quiero saludarlo.
–Sí… está arriba… –aún miraba con mala cara al animal.
–De acuerdo, subiré con él. Ahora bajo. –Le dio una sonrisa y antes de subir las
escaleras volvió a mirar a su madre–. Oye, ¿puedes tomar mi móvil de la maleta
junto con el cargador y ponerlo a cargar?
Su mamá asintió al momento. –Claro que si, hijo. Yo lo hago.
–Gracias, mamá. –se dio la vuelta y subió hacia la habitación de su padre con el
gatito en manos.
La madre de Louis tomó el móvil de su hijo e hizo lo que éste le había pedido.
“Louis, puta mierda, contéstame o te mato, seguro te estás follando a Harry”
En el momento que conectó el teléfono, notó el mensaje que acababa de llegar,
sin embargo nunca miró quién lo mandaba, desbloqueó el móvil y lo primero que
le apareció fue el video pausado justo en la parte en la que Louis lo había dejado
al arrebatarle el teléfono a Harry aquella tarde.

Capitulo 35

10 Días después.
Louis se encontraba frente el espejo de su habitación, mirándose detalladamente,
intentando encontrar el más mínimo a defecto a sí mismo para después quejarse
sobre él todo el tiempo.
Las cosas no estaban bien, definitivamente que no lo estaban.
Después del viaje a Colombia, su madre, Harry, e incluso Jake se comportaban
demasiado raros.
Su madre ni siquiera lo miraba a los ojos al hablarle. Parecía que estuviera
enojada con él, sin embargo no le reclamaba nada, ni le hacía preguntas como
antes solía hacerlo. Louis intentaba sentarse y hablar con ella sobre cualquier
tema, pero con eso lo único que lograba era que su madre se fuera del lugar para
no tener que hablar con él. Estaba preocupado, pero en esos momentos había
peores cosas en que pensar.
Jake continuaba diciéndole que tenían que hablar sobre Harry, pero incluso
aunque le llamara, Louis no aceptaba que él le hablara mal sobre su novio. No
quería escuchar a Jake, tan sólo quería seguir las cosas como estaban. No estaba
dispuesto a arruinarlo, realmente no quería que nada de su relación terminara.
La situación con Harry era totalmente diferente. EL rizado había comenzado con
un periodo de tiempo en el que tan sólo podía mirar a Louis algunos días. Según
por lo que sabía el menor, en la empresa de los Styles estaban a punto de cerrar
el negocio más grande de su vida, y Harry al ser el futuro dueño, tenía que estar
presente en todas aquellas reuniones. Era por eso que ahora casi no tenían
tiempo para verse, Harry se la pasaba en la oficina, mientras que Louis lo único
podía hacer era quedarse en casa y cuidar al gatito, Queso.
Aquel día era domingo, y Louis ya se encontraba arreglado para salir con Harry,
que le había prometido que pasarían la tarde los tres juntos mirando películas en
su departamento (incluyendo al gato). En realidad, le gustaba más estar en casa
de Harry que con su madre, pues ella se había convertido en una presencia muy
incómoda para él.
Continuó mirándose frente al espejo, se acomodó la ropa y se aseguró de echarse
una vez más un poco de loción. Miró su móvil en busca de la hora, Harry estaba
20 minutos atrasado, y ni siquiera se había dignado de mandarle algún mensaje
para avisarle que llegaría un poco tarde.
El bebé gato dormía sobre la cama de Louis, el menor llegó hasta él y se recostó a
su lado para acariciarlo levemente sin despertarlo. Ese gatito se había convertido
en su única compañía últimamente, y aunque a veces se enojara con Harry, el
gato le seguía pareciendo totalmente adorable.
Pasaron 10 minutos más y ya no pudo continuar esperando. Sacó su móvil y
pronto llamó a su novio para preguntarle acerca de su llegada. El teléfono timbró
por casi un minuto, Louis estaba a punto de colgar cuando la voz de rizado
contestó al otro lado de la línea.
–Lou, perdón, no podía contestarte, estaba en una junta y he tenido que salir.
–¿¡Qué!? ¡¿En una junta a esta hora y en domingo?! –se alteró un poco y su grito
logró despertar al pequeño Queso.
–Sí, ha sido de urgencia, pero qué necesitas, mi amor. –Harry parecía apresurado
por colgar la llamada.
–Mierda, te vas al carajo. –cerró los ojos fuertemente, intentando controlar su
cabeza para que el coraje que sentía no se apoderara de sus palabras.
–¿Qué ocurre, bebé? ¿Le pasa algo a Queso? –Harry se había olvidado por
completo de su compromiso con Louis.
–¡No, imbécil! ¡No le pasa nada! –respiró profundo y continuó–. Hace tres malditos
días que no te veo, te la has pasado en putas juntas y ni siquiera me has tomado
en cuenta últimamente. Ayer cuando hablamos me dijiste que hoy pasarías por mí
hace 30 minutos.
–Ay perdón, amor. –susurró apenado–. Mira, ahora mismo no puedo ir por ti, pero
en cuanto me desocupe voy a tu casa y te vienes a dormir a mi departamento,
¿Está bien?
–No, no está bien. Eres un hijo de puta, te has olvidado de que hoy me verías. –
Estaba realmente molesto, sobre todo porque él tenía la esperanza de que ese día
lo pasarían completamente con Harry, lo extrañaba demasiado–. ¿Y ahora qué
mierda voy a hacer todo el puto día?
–Bebé, tranquilo. Sé que estas molesto, pero cálmate. ¿Por qué no te vas de
compras? Sabes que tu tarjeta no tiene límites y podrás gastar lo que quieras,
anda, príncipe. –Harry le había entregado una tarjeta de crédito días atrás, y ahora
cualquier cosa que hacia intentaba solucionarlo con ella.
–Harry… eso hice ayer. Ya no quiero nada más que a ti. –habló con un puchero en
la boca, abrazó al gatito fuertemente y le dio un beso sobre la cabeza.
–Está bien, pero ahora no puedo zafarme de esto, te busco dentro de unas horas,
¿está bien? –Junto a la voz de Harry, se escuchaban otras voces, ruidos de autos
y un poco de música. Era totalmente imposible que estuviera en la oficina.
–Como tú quieras, igual lo que yo opine importa una mierda, siempre terminamos
haciendo lo que tú dices. –Colgó la llamada y tuvo que respirar muy profundo para
tranquilizarse.
¿Qué haría ahora si sabía perfectamente que Harry le estaba mintiendo, sin
embargo no tenía la fuerza necesaria para reclamarle?
Esa tarde no se quedaría encerrado en casa. No esperaría como un idiota hasta
que al rizado se le diera la gana de pasar por él.

Tomó al gatito, su móvil y su billetera para después salir de su habitación. Bajó las
escaleras y fue directamente hacía la salida de la casa, sin decir una sola palabra
o despedirse de su familia.
–Louis, ¿A dónde crees que vas? –Se escuchó la voz de su madre desde la
concina.
–Iré a buscar a Jake, tengo mucho tiempo sin verlo. –Ni siquiera se detuvo, solo
continuó caminando hasta salir de la casa.
Abrazó más fuerte al gatito, pues la ciudad estaba algo fría y no quería que se
enfermara. Tomó el primer taxi que pasó por la calle y se dirigió directamente a
casa de su amigo.
Jake estaba acostado sobre el sofá en su habitación, mirando la televisión con
actitud algo molesta. Ese día no podría salir con sus amigos porque tendría una
reunión familiar en su casa.
Miraba un programa para niños, pues eso le ayudaba a tranquilizarse después del
coraje que su madre la había hecho pasar al negarle el permiso para salir.
Alguien golpeó la puerta y después de unos segundos una sirvienta entró a la
habitación. –Joven Jake, su amigo Louis está abajo, ha venido a verlo.
Jake se levantó de la cama algo confundido, era totalmente extraño que Louis
estuviera ahí. –Ah, pues, dile que pase, pronto. –apagó la televisión para
asegurarse que nadie se enterara de que le gustaba mirar programas infantiles y
esperó la llegada de su amigo.

Después de unos pocos minutos Louis llegó hasta la habitación. –¿Qué carajos? –
Preguntó al momento en el que lo vio vestido con traje de gala–. ¿Por qué rayos
estás vestido como si fueras a hacer tu primera comunión? – entró a la habitación
y dejó a Queso sobre la alfombra.
–No, espera. Aquí la pregunta es ¿Qué mierda contigo? Y ¿Por qué traes un gato?
–miró a Queso un poco confundido, después se agachó hasta él y lo acarició por
algunos segundos.
–Es mi bebé. Ahora soy madre. –Se sentó sobre la cama de Jake–. Como sé que
no tienes vida social, he venido a tu casa a acompañarte un poco, espero que no
te moleste.
–Claro que me molesta. –tomó a Queso entre sus brazos y se sentó sobre el sofá
sin dejar de acariciarlo–. ¿Por qué tendría que agradarme tenerte aquí? Qué
asco… –Louis comenzó a reír y le lanzó un cojín a la cara–. Imbécil, casi golpeas
al bebé. –mencionó después de haber esquivado el cojín.
–Sí, si lo hubiera golpeado, tendrías que pagar las consecuencias tú. Así que
agradece que tengas buenos reflejos.
–Sí, sí, ya cállate, estoy intentando concentrarme en este bebé. –Le sacó el dedo
de en medio y continuó jugando con el gatito, le acariciaba la panza de forma que
el pequeño ronroneaba en exceso.
–Imbécil. –continuó riendo–. Oye, ya en serio ¿Por qué estás vestido así? Me di
cuenta que tu servidumbre está arreglando la mesa principal, ¿Esperan a alguien?
–Seeehh, unas personas vendrán a comer. –Dijo con demasiado desinterés, sin
embargo después de algunos segundos reaccionó, Louis no podía estar ahí–.
Oye, espera. Mi madre me ha dicho que no podía invitar amigos.
–Yo no soy tu amigo, ew. –Habló con una enorme sonrisa.
Jake dejó al gato sobre el sillón y se levantó, caminó hasta Louis y lo obligó a
levantarse de la cama. –Vamos, Louis. Largo de aquí, no quiero problemas con mi
madre.
–¡Jake! ¡No daré problemas! ¡No quiero regresar a mi casa! –hacía su mayor
intento por agarrarse de la cama para que Jacob no lograra sacarlo.
El timbre de la puerta principal se escuchó. Debían ser los amigos de su madre
que irían a comer. –Mierdaaaaaaaa, Louis, ya han llegado, mi madre me golpeara
por tu culpa, animal.
–No me importa. Ahora tendré que comer con ustedes, pasar la tarde con ustedes,
convivir con ustedes y así. –se lanzó de nuevo sobre la cama y comenzó a reír
escandalosamente.
–Bueno, al menos cállate, compórtate como un niño decente. –susurró algo
preocupado.
–Oye, espera. –Se levantó de la cama rápidamente y buscó a Queso con la
mirada por toda la habitación–. ¿Dónde está el bebé gato?
Ambos comenzaron a buscarlo por todos lados, debajo de la cama, debajo de los
cojines, dentro del closet, en el baño, sin embargo el gatito no estaba. – Mierda,
dejaste la puerta abierta, seguro salió. –se miraron muy preocupados y pronto
salieron corriendo de la habitación buscando al gatito.
Estando fuera de la habitación, Louis se percató de algo que hizo que su corazón
comenzara a latir muy fuerte.
–Buenas tardes, tía. ¿Cómo están? –escuchó la voz de Harry en la planta baja.
Estaba seguro, era Harry.
–¡Mira! ¡Ahí está! –gritó Jake señalando hacia las escaleras, Queso ya iba
llegando a la planta baja de la casa. Louis reaccionó y ambos bajaron las
escaleras corriendo para atrapar al pequeño–. ¡Te tengo! ¡Maldito demonio! –
habló Jake levantando al gatito y acariciando su pancita al instante.
–Emmmm, ¿Jacob, qué ocurre? –preguntó su madre confundida, que se
encontraba junto a la puerta de la casa, recibiendo a unos invitados.
Louis terminó de bajar las escaleras con la mirada baja. –Buenas tardes, señora. –
mencionó y elevó la mirada sabiendo que estaba por encontrarse con algo que
realmente no quería ver.
Harry estaba ahí, acompañado de Ashley. Estaban tomados de la mano, los
analizó con la mirada y se dio cuenta que la chica llevaba en la otra mano una
invitación.
–Oh, hola, Louis. –habló la madre de Jake aún más confundida–. No sabía que
Jacob te había invitado.
Louis ni siquiera le había prestado atención, miraba directamente a Harry a los
ojos, éste estaba totalmente sorprendido de haberlo encontrado ahí.
Jake rápidamente reaccionó, se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo entre
Louis y Harry. –Ah, sí, pero Louis ya se va, ¿Cierto, amigo? –Lo jaló por el brazo
obligándolo a bajar por completo las escaleras y llevándolo hacia la puerta–. Sólo
ha venido a mostrarme su nuevo gatito, el cual es adorable.
Harry bajó la mirada cuando no soportó más los ojos de Louis sobre él. –Bueno, si
quieres puedes quedarte a comer con nosotros. Harry y Ashley han venido a
traernos la invitación de su boda, que será dentro de 3 semanas. –comentó la
madre y con eso terminó con la poca cordura que a Louis le quedaba.
–Vámonos, Lou… –susurró Jacob intentando hacerlo caminar, sin embargo éste
no se movía ni un poco.
–¡Eres una mierda, mentiroso! –Fue como si reaccionara de pronto, se lanzó sobre
Harry y comenzó a golpear su pecho con todas sus fuerzas–. ¿¡Por qué me
mientes!? –Comenzó a llorar por la rabia que sentía.
–Mierda, mierda, ¡No, Louis! ¡Espera! –Jake intentó separarlo del rizado, sin
embargo Louis se movía demasiado rápido.
La madre de Jacob y Ashley miraban la escena completamente sorprendidas, se
alejaron un poco para evitar ser lastimadas.
–Hey, cálmate. –Mencionó Harry haciendo su mayor esfuerzo para detenerlo sin
tener que devolverle los golpes.
–¡Me has mentido! ¡Me has mentido todo este maldito tiempo! ¡Te odio! – seguía
golpeándolo y pronto Harry logró abrazarlo de manera que le impedía el
movimiento, lo cargó como pudo y salió de la casa dirigiéndose hacia su auto.
Jake lo acompañó e incluso le ayudó a abrir la puerta del coche para que Harry
subiera a Louis contra su voluntad. –¿Qué mierda le diré a mi madre y tu novia? –
preguntó preocupado antes de que Harry subiera de igual manera al auto.
–No lo sé, diles que Louis ha tenido un ataque, que son muy comunes en él.
Cuida al gato, por favor. –subió al auto y arrancó a toda velocidad.
Louis mantenía el rostro escondido entre sus brazos y sollozaba constantemente.
Claramente había tenido un ataque, pero tenía toda la razón, se sentía
traicionado, y sobre todo muy dolido.
Harry conducía a toda velocidad, dirigiéndose hacia ningún lugar en específico.
Respiraba agitadamente, parecía muy enojado.
–Tenemos que volver a casa de Jake. –Susurró Louis limpiando sus lágrimas–. He
dejado ahí a mi bebé. –Harry no contestó, apretó con fuerza el volante y elevó la
velocidad–. Llévame de vuelta por mi bebé…
–¡CÁLLATE! –gritó el mayor explotando–. ¡¿POR QUÉ MIERDA HAS HECHO
ESO!? –Louis lo miró sorprendido, Harry nunca antes le había gritado de esa
manera–. ¡ERES UN IMBÉCIL! ¡¿CÓMO SE TE OCURRE ARMARME
TREMENDA ESCENITA FRENTE A MI TÍA Y MI PROMETIDA!?
Sintió que su corazón se rompía en mil pesados. Hizo un puchero y se giró hacia
la puerta. –Detén el auto, voy a salir.
–¡Es que por qué lo has hecho! ¡Louis, me has hecho quedar como un imbécil! –
ignoró por completo las palabras del menor.
–¡Detén el puto auto! –no soportaría ni un segundo más los gritos del rizado, sobre
todo porque él no tenía la culpa, Harry era quien había mentido.
Harry dio vuelta entre unas calles que se encontraban poco transitadas, buscó el
lugar más alejado de la sociedad y se detuvo para bajar al instante junto con
Louis. Sabía que estaba muy enojado para manejar, podía terminar provocando un
accidente y eso era lo que menos deseaba en esos momentos.
Habían terminado en un callejón.
Louis bajó del auto y trató de alejarse del mayor. Harry llegó hasta él y lo detuvo
violentamente.
–¿¡Por qué has hecho eso!? –preguntó mirándolo con rabia.
–¡Cállate! ¡No tienes ningún derecho de gritarme! ¡Eres un mentiroso! ¡Me has
engañado todo este tiempo! ¡Dijiste que me querías y ahora me voy enterando que
te casarás en 3 semanas! –Lo empujó lejos de él, sin embargo Harry sólo lo
sostuvo aún más fuerte.
–¡No eres mi puta esposa para que me reclames! ¡Yo tengo una vida donde tú no
encajas! –Estaba tan enojado por lo que Louis había hecho en casa de Jacob, que
quería desquitarse con él a palabras–. ¡Te he dado absolutamente todo lo que me
has pedido! ¡Todo! ¡Tú eres el que no tiene derecho a gritarme como si tuviéramos
algún compromiso formal!
–¡Me has mentido! –Volvió a dejar que sus lágrimas inundaran su rostro–. ¡Me
dijiste que me amabas!
–¡Y TE AMO! ¡Lo nuestro no tiene nada qué ver con que yo me case! ¡No cambia
nada!
Louis bajó la mirada, respiró profundo e hizo su mayor intento por mantenerse
cuerdo. Nunca antes había sentido tanto dolor reprimiendo su pecho. El nudo que
tenía en la garganta amenazaba con dejarlo sin respiración. El amor le estaba
mostrando su cara más cruel y dolorosa. – ¿Cómo puedes decir eso? Tú te
piensas casar… ¿y yo? ¿Qué planeas que haga durante todo ese tiempo sin ti?
–Por dios, Louis. No seas hipócrita. –mencionó haciendo que Louis lo mirara
confundido–. No vengas a decirme ahora que me necesitas en cada momento a tu
lado… sabemos perfectamente las razones por las cuales te acercaste a mi…
–¿De qué hablas?
–El dinero. Sabias que yo te daría todo el dinero que me pidieras, por eso me
sedujiste. –Harry era cruel con sus palabras, parecía tan tranquilo que dolía aún
más–. No soy estúpido, me di cuenta desde un principio que tú querías sacarme
dinero. Y te deje hacerlo porque realmente me gustabas mucho.
Ahora lo tienes, me has enamorado, y has logrado convertirte en mi amante. Ya no
seas hipócrita y detente con un teatrito de novio ofendido.
–¿¡Qué!? ¡¿En serio piensas que todos los te amo que he dicho fueron solo por
dinero!? –su cabeza pulsaba muy fuerte, parecía aturdido y sentía que caería al
suelo en cualquier momento.
–Claro que no. Yo te amo, y tú también lo haces. Pero admite que al principio lo
único que buscaste en mi fue dinero. –Louis no supo qué contestar, Harry tenia
razón–. Tú has tenido lo que querías, ahora déjame a mí tener lo que quiero. Si
me caso con Ashley no es por amor, obviamente. Ella es la hija de los mayores
clientes de la empresa, y si unimos las familias, tendremos los mejores ingresos
en la historia de nuestra empresa. Es un gran negocio, Lou. Ella nos hará más
ricos aun.
–¿Tu matrimonio es por dinero? –se recargó contra el auto, Harry dejó de
sostenerlo cuando lo vio más tranquilo.
–Sí. Todo es por dinero. El dinero es lo que realmente importa en este mundo.
–Mierda, eres un asco de persona. –en su mente todo estaba colapsando. Él
había dejado su plan de vengarse de Harry por el amor que sentía hacia él, y
ahora descubría que Harry también tenía otro plan, sin embargo que él no estaba
dispuesto a dejarlo por Louis–. Soy un imbécil, soy un imbécil, soy un imbécil…
–Por favor, no me digas que yo soy el único interesado, tú también empezaste
todo este juego por dinero, ahora déjame a mí jugar. Eres igual de interesado que
yo, por eso nos queremos tanto, porque somos igual de mierda.
–No. –Elevó la mirada y negó con la cabeza–. Te equivocas, Harry. –Limpió las
lágrimas de su rostro, se acomodó el cabello y lo miró a los ojos–. Yo soy aún más
mierda que tú. Y aunque no lo creas, el “juego” apenas comienza para mí. Te voy
a demostrar lo interesado que soy, lo avaro que soy y lo mucho que estoy
dispuesto a hacer por conseguir más dinero…. Igual, eso es lo único que importa
en esta vida.
–¿De qué hablas? Ven, cálmate, vamos a mi departamento para poder estar
juntos. –intentó acercarse de nuevo hacia él, Louis se alejó rápidamente.
–No. No quiero estar contigo en tu maldito departamento. Vete a la mierda y de
una vez llévate todo este puto amor que siento por ti, porque ahora ya importa una
mierda. –Se dio la vuelta y comenzó a correr lejos de Harry.
–Espera, ¡Louis! ¿Qué haces? –intentó alcanzarlo.
–Voy a terminar de una vez lo que empecé hace tiempo. –llegó hasta una calle un
poco más transitada, detuvo el primer taxi que pasó y se fue del lugar. Estando
dentro del taxi, sacó su móvil y mandó un mensaje a su madre.
“Mamá, necesito tú ayuda. Estoy asustado y no sé qué hacer. Ya no puedo seguir
con esto. Harry me ha estado pidiendo favores a cambio de dinero, ayúdame”

Capitulo 36
Estar en ese lugar no solo significaba el fin de una época que quedaría marcada
como la mejor en la vida de Louis. Estar ahí también significaba destruir a una
persona que le había dado más amor del que había sentido en su vida por
cualquier persona que no formara parte de su familia.
Harry lo llegó a significar todo para el menor, dinero, amor, felicidad, incluso
significaba experiencias nuevas que Louis nunca pensó que llegaría a
experimentar. Y ahora, ahora estaba arruinándolo, no solo moralmente, sino que
también en todo los sentidos posibles, incluyendo los sentimientos.
La madre de Louis sollozaba mientras el oficial continuaba haciéndoles preguntas
para poder levantar una demanda a nombre del hijo del famoso magnate Styles.
Estaban en una oficina del departamento de oficiales, donde también se
encontraba un abogado asignado por el estado para familias sin altos recursos
económicos.
–Entonces, ¿Usted está completamente segura de que lo que dice su hijo es
verdad? –preguntó uno de los oficiales que los entrevistaban. Otro de ellos
anotaba cada palabra mencionada por ellos en la computadora.
La madre de Louis elevó la mirada ofendida. –Claro que lo estoy. –Afirmó con toda
seguridad– mí hijo ha estado recibiendo dinero por el joven Harry Styles a cambio
de favores sexuales.
Louis mantenía la mirada baja. Estaba totalmente pensativo, ni siquiera prestaba
mucha atención a lo que pasaba en aquella oficina. El dolor que estaba sintiendo
en ese momento no era algo común, ni mucho menos algo que hubiese sentido
antes.
Era dolor de saber que estaba arruinando la vida de Harry al hacer todo eso, y con
eso saber a la perfección que arruinaría gran parte de la suya misma. Sí, Harry lo
había engañado, y sí, Harry también no era la buena persona que Louis pensaba,
pero aún así no podía quitar de su mente aquellos buenos momentos que pasaron
algún día, donde nada importaba una mierda, donde sólo eran ellos dos, y aparte
el mundo.
–¿Y hay pruebas necesarias para comprobar esta acusación, señora? –volvió a
preguntar el hombre.
–La señora Tomlinson me ha comentado acerca de cuentas en el banco que el
joven Styles sacó a nombre de su hijo. –Mencionó el abogado que representaría a
los Tomlinson en ese caso–. También mencionó acerca de un

video donde claramente se puede escuchar que Styles es quien está mandando a
Louis, y es un video pornográfico.
Louis abrió los ojos excesivamente, miró a su madre sorprendido. –¿De qué video
está hablando?
–Tú lo sabes muy bien, Louis. El video de tu móvil. –Respondió su madre para
después dirigirse hacia el oficial–. Harry Styles se llevó a mi hijo a Colombia para
grabar escenas pornográficas con otro chico.
–¿Otro chico? –el oficial se acomodó un poco en su asiento mostrando
demasiado interés en la última frase–. ¿Qué chico?
–No lo sé. –intervino Louis. Él se veía fuerte, miraba a los ojos a los policías al
hablar, había dejado de llorar hacía horas y ahora no mostraba ningún sentimiento
en su rostro–. No recuerdo su nombre. –Obviamente no dejaría que involucraran
a Jett en ese asunto.
–¿Qué edad tenía ese chico?
–No lo sé. –volvió a decir, parecía que no estaba dispuesto a colaborar–.
Aproximadamente mi edad.
–Por lo que yo estoy enterado, Louis grabó ese video mientras tenía 15 años. –
Louis miró hacía el abogado, le dio una mirada de desprecio, ese hombre se
estaba entrometiendo demasiado gracias a lo que su madre le había contado
antes de entrar con los oficiales a levantar la denuncia–. Entonces, si el chico
tenía 15 o 16 años, es considerado como pornografía infantil.
Sintió un dolor pulsante en su cuello. Una cosa era la prostitución con menores y
otra cosa era la pornografía infantil. –No. Yo tenía 16 años en esos momentos, los
acababa de cumplir.
Su madre lo miró confundida.
Los dos policías intercambiaron miradas sospechosas, ellos eran expertos y
podían darse cuenta cuando alguien mentía o hacía lo posible por cubrir a un
tercero. –¿Tienen el video en este momento? –preguntó uno de ellos.
–Sí, mi cliente lo tiene en su teléfono móvil.
–Entonces lo necesitamos. Esa prueba será necesaria para poder levantar la
denuncia y arrestar a Styles por cargos de pornografía infantil.
–Pero Harry no sólo grabó pornografía con mi hijo. Él ha estado abusando de
nuestras necesidades para conseguir que Louis se acueste con él a cambio de
dinero. –Louis sentía muy raro en esos momentos. Ni siquiera toda la rabia que
había sentido horas antes con Harry era suficiente para no sentirse mal con lo que
estaba haciendo.
¿Por qué él tenía que estar sufriendo, si Harry era quien había decidido por los
dos? Él había decidido casarse por dinero, dejar a Louis botado como un amante
sin importancia. ¿Por qué Louis no podía ser tan fuerte como Harry y
hacer exactamente lo mismo, dejarlo todo por dinero?
Él no estaba dispuesto a ser el perdedor. Ya había llegado muy lejos, y aún estaba
a tiempo de sacarle provecho a todo lo que llegó a hacer por destruir a una
persona que durante un tiempo odió, y que ahora, se daba cuenta que merecía
todo ese odio.
–Mi madre tiene razón. –Elevó la voz, era hora de poner en práctica su magnífica
forma de manipular a las personas–. Ese video sólo fue una coincidencia, el
verdadero delito fue que Harry se aprovechó de lo mucho que mi familia
necesitaba dinero, pues él mismo acababa de despedir a mi padre dejándonos en
la calle. Él sabía que estábamos muy mal, y por eso me ofreció trabajo, para
después ofrecerme más dinero cuando mi padre estaba más delicado. Era obvio
que todo eso fue un plan, él ya me tenía en la mira desde mucho tiempo atrás. –
respiró profundo y lo único que logró pensar en esos momentos fue la frase “Aquí
es donde todo termina,
fue un placer destruirte, un verdadero placer.”
–¿Y por qué aceptaste en vez de venir al instante con las autoridades? – preguntó
el policía.
–Porque en esos momentos mi padre estaba muy mal. Sí yo no conseguía dinero
rápido él podía morir a causa de la falta de medicinas. Todo estaba mal y Harry en
cierta manera me dio una esperanza de salvar a mi padre. – bajó la miraba e hizo
un puchero falso–. Yo sé que estuvo muy mal lo que hice, pero es que realmente
lo necesitábamos. –dejó salir una lagrima.
–Tranquilo, hijo. Él No volverá a hacerte daño. Ahora nosotros nos encargaremos
de que él pague por haberse aprovechado de tu situación. – comentó el abogado
apretando su hombro como señal de apoyo.
–Exactamente, de ahora en adelante no tendrás que preocuparte por Styles. – El
policía se puso de pie, caminó hasta un archivero que se encontraba en la parte
de atrás y guardó las anotaciones a mano que había hecho durante la entrevista–.
¿Hay algún testigo de esto? No es que sea muy necesario, pero si podría
adelantar muchos tramites e investigaciones.
Louis lo pensó por algunos segundos. Él tenía planeado desde antes al testigo,
pero ahora no estaba seguro de que Oliver estaría dispuesto a testificar para él. –
Hay una persona, un chico con el que salía, incluso es primo de Harry, y él se
enteró de lo que pasaba y se molesto mucho…
–De acuerdo. ¿Podrás darme los datos del chico? –Louis asintió–. Muy bien,
también necesito que me dejen todos los datos de las tarjetas de crédito que
Styles le entregó a su hijo, los comprobantes de pago del avión hacia Colombia. El
móvil del chico para guardar el video en los archivos. Esas pruebas que serán
necesarias para la detención de Harry Styles.
Louis sacó su billetera y colocó su tarjeta sobre la mesa, también su móvil. – Lo
demás los traeremos después. –susurró aún con la mirada baja.
–Muy bien. Entonces esto es todo por hoy. Y no se preocupen, en cuanto yo tenga
autorización para detener a Harry Styles, lo haré personalmente. – Louis y su
madre se levantaron junto con el abogado–. Después todo dependerá del
acusado, si él niega todo tendremos que irnos a juicio, pero si se declara culpable
podremos darle sentencia rápidamente y todo este proceso terminará muy rápido.
Louis volvió a sentir un nudo en la garganta. Miró al oficial y estrechó su mano
junto a la de él. –Oficial…. Tengo una duda.
–Sí, adelante, dime.
–¿Qué pasaría exactamente si Harry niega todo? –Louis sabía que eso pasaría,
porque claramente el rizado estaría en lo correcto.
–Lo único que necesitaremos será una prueba de que usted tuvo relaciones con el
joven Styles, porque ante la ley, un mayor de edad no puede tener relaciones con
un menor de 16 años ni aunque esa persona quiera, y cuando ustedes comenzó a
trabajar para Harry, tenía 15 años.
Eso fue suficiente para que Louis se diera cuenta de que ya no había vuelta atrás.
La demanda ya estaba hecha, y aunque decidiera retractarse de su acusación, la
ley lo castigaría por tener relaciones con un menor de apenas 15 años. –De
acuerdo.
–De todos modos, joven Louis. –Habló el abogado robando la atención del
menor–. El caso del video es algo muy serio, realmente puede complicarle
bastante las cosas a Styles, porque no sólo era un menor de edad, eran dos. No
se preocupe, Louis. Harry Styles no se salvará de una buena temporada en la
cárcel ni con todo el dinero que tiene.
Ese era un maldito error que ahora no podría arreglar. El asunto del video había
caído en manos de su madre por equivocación y ahora no podría hacer nada para
que no fuera mencionado.
–Muchas gracias, oficial. –mencionó su madre estrechando la mano con el
hombre. Ella aún se veía muy preocupada por lo que estaba pasando con su hijo–.
Le agradezco demasiado su ayuda, y espero que todo esto termine como se
merece, con ese maldito encerrado en la cárcel.
–Así es señora, pero ahora tiene que tranquilizarse. El oficial Westh los llevará a
su casa con todo gusto. –habló refiriéndose al policía que anotaba todo en la
computadora, éste rápidamente asintió poniéndose de pie.
–Muchas gracias de nuevo. –Limpió una lágrima que recorría su mejilla, después
estrechó las manos con el abogado–. Estaremos en contacto, mi hijo y yo
dependemos de usted.
–Claro que sí, señora Tomlinson. Y ya no se preocupe, todo estará bien.
Salieron de la oficina acompañados del oficial que los llevaría a casa. Su madre
abrazó a Louis mientras caminaban hacia el estacionamiento de la comisaria. Ella
lo abrazaba muy fuerte, como si estuviera buscando protegerlo con sus brazos.
Louis tan sólo se sentía incomodo con eso, en ese momento no quería que nadie
lo tocara, ni que le hablaran ni mucho menos que lo miraran.
La bomba ya estaba activada, y explotaría en cualquier momento. Louis se lo
había advertido a Harry tiempo antes, él le haría daño.
Llegaron hasta el estacionamiento, el policía les abrió la puerta de la patrulla
donde viajarían a casa, Louis y su madre subieron aún sin mencionar una sola
palabra. Después su madre dio la dirección de su casa y el hombre comenzó a
conducir hacia la dirección indicada.
El camino de regreso a casa fue doloroso. El silencio en el auto le permitía a
Louis pensar a fondo sobre lo que estaba pasando y sobre lo que pasaría.
Recargó su cabeza contra la ventanilla. Realmente no quería llorar, no quería
derramar una sola gota que saliera de su corazón, no quería llorarle a Harry, pero
recordaba que lo que él le había hecho, Jake había tenido razón durante todo el
tiempo, Harry sólo lo estaba utilizando con un títere sexual del que pronto se
cansaría y desecharía a la basura.
Louis no quería que Harry lo desechara, Louis quería incluso casarse con Harry.
Lo había pensado, y lo había hecho muchas veces cuando estaba solo en su
habitación y podía darse el lujo de imaginar su vida perfecta. Harry era el
significado de vida perfecta, en realidad, la idea que Louis solía tener sobre Harry
era el significado de vida perfecta.
Sintió la mano de su madre apretar la suya aún más fuerte y pudo percatarse de
que ella lloraba demasiado, sin embargo que lo hacía en silencio para evitar que el
oficial y Louis se dieran cuenta.
–¿Qué pasa, mamá? ¿Por qué lloras? –preguntó echando la cabeza hacia el
hombro de su madre y recargándose contra ella.
–Por ti, mi amor. –Dijo y pronto escondió la cara con sus manos–. Porque gracias
a mi tú tuviste que pasar por todo esto.
–¿Qué? ¡No, mamá! Esto que pasó no fue culpa de nadie. No te culpes por ello.
–Si yo no te hubiera preocupado tanto con lo de tu padre, tú no hubieras tenido la
necesidad de salir con ese asqueroso por dinero… me siento tan culpable, Lou. –
Louis sentía un dolor muy grande sobre su pecho. Su madre no podía culparse por
algo que en realidad nunca había pasado.
–No. Mamá. Déjalo, por favor. No digas eso. –la abrazó muy fuerte y se quedó
junto a ella lo que restó del viaje.
Pasaron el camino entero en silencio, cada uno pensando en sus versiones acerca
de lo que estaba pasando.
Cuando iban llegando a la casa de los Tomlinson, Louis miró hacía su casa y notó
el carro de Harry estacionado afuera. Harry se encontraba recargado en la parte
de afuera, y llevaba a Queso en sus brazos. Apretó fuertemente a su madre,
asustado.
–¿Qué ocurre, hijo? –preguntó ella y miró hacia la misma dirección que él
miraba–. Maldición… –susurró al notar a Harry.
–¿Ocurre algo, señora? –preguntó el oficial al notar las reacciones de Louis y su
madre.
–Ese es. –señaló con su dedo hacia el rizado–. Ese es el hombre que ha estado
abusando de mi hijo.
–De acuerdo, tranquila. No tienen por qué bajarse del auto por ahora. Pediré
autorización de detenerlo de una vez. –Llegaron hasta la casa, se estacionaron
tras el coche de Harry.
Louis comenzó a temblar de manera excesiva. Miraba directamente hacia el
mayor y su madre intentaba tranquilizarlo.
El oficial hablaba por radio con otros policías que le darían la autorización para
llevarse a Harry de una vez de ahí.
Harry miró hacia el auto de policía cuando le pareció extraño que se estacionara
también afuera de la casa de Louis. Él llevaba más de una hora esperando al
menor, pues cuando hablaron él se había ido muy alterado y ni siquiera habían
podido arreglar las cosas.
–Mi bebé. –Susurró Louis mirando al gatito en los brazos del mayor–. Tengo que ir
por mi bebé. –abrió la puerta y antes de que el oficial o su madre pudieran
detenerlo, él ya había salido del auto y caminaba directamente hacia Harry.
–¿Qué ocurrió, Lou? –preguntó el rizado muy preocupado cuando miró que Louis
había bajando de aquel auto–. ¿Está todo bien, amor? ¿Qué pasa?
Louis llegó hasta él, le arrebató al gato de las manos e intentó decirle algo, pero
simplemente ni siquiera se atrevía a mirarlo a los ojos. –Necesitaba a mi bebé. –
fue lo único que pudo decir.
–Amor, ¿Qué carajos está pasando? –Harry miraba hacia la patrulla policiaca.
–No soy tu amor. –mencionó y se dio vuelta intentando irse.
–¿No seguirás con tu drama, o si? –Lo sostuvo del brazo de una manera violenta,
de manera que Louis se sintió agredido al instante–. Mierda, Lou, detente de una
vez.
–¡NO! ¡Detente tú y suéltame de una maldita vez! –intentó alejarse de Harry, pero
éste lo tomó con más fuerza y lo estrelló contra su cuerpo, lo tomó fuertemente de
las mejillas y comenzó a besarlo contra su voluntad. Louis hacía su mayor intento
por zafarse, pero Harry lo tenía sujeto con bastante fuerza–. ¡DEJAME! ¡Ya no
quiero que me beses! –comenzó a llorar mientras sentía la lengua del mayor
penetrar su boca con rudeza.
Harry continuó besándolo a la fuerza, intentando así lograr que Louis cediera de
nuevo a él. Pronto la boca del menor se suavizó, comenzó a devolverle el beso. –
Maldito seas, Louis. Te amo con mi puta vida y no estoy dispuesto a perderte–
susurró entre el beso y al momento sintió como alguien lo separaba violentamente
de Louis.
queda usted detenido por los cargos de Abuso infantil,
–Policía estatal,
pornografía infantil, prostitución y trabajos forzados. –mencionó el policía y con
agilidad tomó las manos del mayor colocándola sobre su espalda y esposándolo
antes de que él pudiera reaccionar y se negara.
–¿Qué? No, esto es un error. –habló Harry mirándolo confundido–. Louis, dile que
esto es un error, que nosotros tenemos algo. –Louis bajó la mirada, su madre llegó
hasta la escena y lo abrazó fuertemente llevándoselo del lugar–. ¡LOUIS! ¿¡Louis
qué mierda pasa!? –Gritó cuando el oficial comenzó a obligarlo a caminar hacia la
patrulla–. ¡¿Qué es esto!?
Louis caminaba junto con su madre hacia dentro de su casa y cuando estuvo a
punto de adentrarse al lugar, miró por última vez a Harry y marcó la frase “Que tu
dinero te salve de esta” con esos labios.
Al ver eso, Harry dejó de forcejear contra el policía. Se quedó sin saber cómo
reaccionar ante lo que estaba ocurriendo y dejó que lo llevaran a donde quiera que
lo llevarían.

Capitulo 37
El video terminó de reproducirse y todos en la sala quedaron en completo silencio
por bastantes segundos.
Harry ni siquiera había prestado la más mínima atención al reproductor. Su mente
estaba totalmente perdida, pensando en las probables explicaciones para lo que
estaba pasando.
–¿Qué tan grave es esto? –preguntó el señor Styles a su abogado, uno de los
más prestigiosos de Londres, incluso de Inglaterra.
Harry al ser hijo de una familia de elite, tenía bastantes privilegios que otros
detenidos no podrían gozar ni en mil años. Después de su detención, llamaron a
su padre para dar aviso sobre lo que estaba pasando con su hijo. El señor Styles
había hecho hasta lo imposible para que le permitieran hablar con su hijo. Ahora
se encontraban en la delegación, intentando hacer algo para impedir que llevaran
al rizado a una celda para pasar la noche.
–Bastante… –mencionó el abogado con una expresión preocupada–.Como los
oficiales dijeron, tienen las pruebas necesarias para detener a Harry sin tener que
hacer una investigación previa.
El señor Styles dio un golpe sobre la mesa en donde se encontraban sentados, un
policía se encontraba con ellos para asegurarse que no hablaran o hicieran algo
indebido. –Mierda… ¿Y a qué nos podemos exponer con esto, es decir, qué
cargos?
–Por ahora el más preocupante es el de la prostitución y pornografía infantil. Con
esos dos cargos serán suficiente para que su hijo no salga de aquí en demasiado
tiempo.
Harry continuaba en silencio, no había mencionado una sola palabra desde la
llegada de su padre a la delegación. Aún no podía creer que eso estuviera
pasando.
–¿Entonces? ¿Qué podemos hacer para evitar que se lleven a mi hijo como si
fuera un delincuente? –miró hacía Harry y se dio cuenta de la actitud tan poco
sería que él tenía, el asunto era sumamente grave y el rizado no mostraba la más
mínima preocupación–. ¿Y TÚ POR QUÉ MIERDA NO DICES NADA? ¡¿TE DAS
CUENTA DE LO GRAVE QUE ES EL ASUNTO!?
Harry lo miró saliendo de su mente. Sus ojos parecían muy cansados –Claro que
me doy cuenta, padre. Pero esto tiene que ser un error, Louis nunca haría eso. –
mencionó con toda seguridad.
–¿¡Louis!? ¡Por Dios, Harry! –él parecía demasiado alterado, se levantó de la silla
y comenzó a dar vueltas de un lado a otro–. Pues tu maldito error nos costará una
fortuna, y además de todo el prestigio de la familia entera. Si tan sólo te hubieras
controlado los impulsos sexuales con ese maldito muerto
de hambre…
La forma en la que su padre se refirió a Louis le ofendió demasiado. Louis era el
amor de su vida y no permitiría que se expresara así de él. –Louis, papá. Se llama
Louis.
–¡Pues como se llame! ¡Ese niño nos está complicando demasiado las cosas!
–No fue él, estoy seguro. –Miró al abogado buscando en él una esperanza–. Louis
y yo estamos juntos, él está enamorado de mí, seguro su madre encontró el video
y reaccionó así porque pensó que yo estaba abusando de su hijo. Seguro él no
tuvo tiempo de explicarle, o sintió miedo.
–En realidad, –intervino el policía que los observaba– el chico ya rindió su
declaración. Él fue quien confesó que usted era quien le pedía favores sexuales a
cambio de dinero.
–Sí, joven. Yo ya he leído el reporte, el chico es quien afirma de lo que a usted se
le acusa. –confirmó el abogado.
Esas palabras habían sido como una puñalada en el estomago. De alguna forma
él ya lo sabía desde el momento en que lo detuvieron, cuando Louis no hizo
absolutamente nada por parar lo que sucedía, sin embargo se negaba
rotundamente a aceptar. Sabía que Louis era quien estaba buscando destruirlo,
pero no lo aceptaría tan fácil porque no estaba dispuesto a perder a la única
persona en la tierra que había logrado darle felicidad, aunque fuera en un periodo
tan corto y lleno de mentiras.
Bajó la mirada, dio un respiro profundo para lograr asimilar lo que le decían y
mantenerse fuerte. –No es así. Él me quiere. –miró a su padre. Sus manos habían
comenzado a temblar, su corazón palpitaba muy fuerte y sentía como si los
músculos de su espalda se acalambraran.
–Maldita sea, Harry. ¡Deja de decir estupideces! –Gritó su padre mirándolo con
rabia–. ¡ME IMPORTA UNA MIERDA SI ÉL “TE QUIERE” O NO! ¡ESE HIJO DE
PUTA TE ESTÁ ACUSANDO DE ABUSO SEXUAL Y SI NO HACEMOS ALGO
POR DETENER ESTA MIERDA TERMINARÁS EN LA CÁRCEL!
–¡PAPÁ, YO NUNCA ABUSÉ DE ÉL! ¡Entiende que este es un maldito error!
–¡UNA PERSONA QUE SE SUPONE TE QUIERE NO HACE ESTO! –se dio unos
segundos para respirar y calmarse un poco. Todo se estaba viniendo abajo y tenía
que repararlo antes de que se hiciera un escándalo de talla nacional–. Necesito
que redacte una carta de perdón para mi hijo. –Habló dirigiéndose a su abogado–.
Se la llevaré personalmente a la familia de Louis, les ofreceré una fuerte cantidad
de dinero para que retiren la denuncia contra Harry. Seguro que eso es lo que
quieren, seguro por eso hacen todo esto. Son unos muertos de hambre, seguro al
escuchar la cantidad se retractaran de sus acusaciones.
–¡Cállate, mierda! ¡No te permitiré que hables así de Louis! –gritó Harry
explotando, furioso por las palabras de su padre. Se levantó de su asiento y se
acercó hasta él–. No sabes nada de esa familia, ¡Cállate la puta boca! –al

terminar la frase sintió un puñetazo dar a su boca, su padre acababa de golpearlo.


El policía y el abogado se acercaron rápidamente hacia ellos para detener la
pelea. –Señor Styles, si no se calma tendré que sacarlo de aquí. –mencionó el
policía deteniéndolo para evitar que volviera a golpear a su hijo.
–¡No tienes el derecho de quejarte de nada! ¡Te estoy ayudado a salir de esta
penosa situación! ¡Deja de hacerte el desentendido! ¡Si no detenemos esto todo
mi trabajo de años se irá a la mierda! ¡QUEDAREMOS COMO LA DESHONRA
DEL PAÍS!
Harry mantenía su mano sobre su labio, deteniendo la sangre que salía gracias al
puñetazo. Miraba a su padre con odio. –Realmente me importa una mierda ser la
deshonra de la sociedad, papá. –confesó, después bajó la mirada y se mantuvo
algunos segundos en silencio. Volvió a sentarse sobre la silla y cubrió su rostro
con sus manos–. Me importa una mierda todo, Louis está destruyéndome… –
susurró y pronto se comenzaron a escuchar sus sollozos–. Él está destruyéndome
a pesar de que sabe que yo lo amo con mi puta vida.
–Voy a arreglar esto hoy mismo, Harry. –Mencionó el señor Styles sin saber qué
hacer ante la confesión de su hijo, realmente nunca había imaginado que Harry
estuviera enamorado de un hombre–. Vamos. –habló a su abogado indicándole
que salieran del lugar. Después se acercó al policía y habló mediante un susurró
para asegurarse que su hijo no escuchara nada–. No se lo lleven de aquí, hoy
mismo me encargaré de que lo dejen libre. –Salió de la oficina junto con el
abogado.

En cuanto escuchó la puerta cerrarse, Harry se dio cuenta que su padre ya se


había ido y sintió la libertad de dejar salir su dolor. Comenzó a golpear la mesa
violentamente mientras lloraba con todas sus fuerzas. Ahora podía entenderlo
todo, Louis había planeado todo desde antes, había planeado destruirlo de esa
manera. Él había caído, y no sólo eso, se había dejado enamorar con palabras
vacías que solo significaban venganza. – ¡MALDITO, MALDITO, MALDITO!
¡MALDITO SEAS, LOUIS TOMLINSON! – continuó golpeando con rabia. El policía
que lo vigilaba se mantuvo en silencio, permitiéndole descargarse con libertad–.
¡MALDITO SEAS TÚ Y ESTE PUTO AMOR QUE TE TENGO!
Al final de la partida, Louis había logrado lo que quería desde un principio. No sólo
estaba destruyendo el legado Styles, sino que también estaba destruyendo a
Harry emocionalmente. Estaba rompiendo su corazón en mil pedazos que
probablemente serían imposibles de reparar.
El ser humano es capaz de soportar un grado muy elevado de dolor físico, sin
embargo cuando se trata de dolor al corazón, te rompe en pedazos, de carcome
por dentro y por más que intentas soportarlo, el dolor crece, porque intentar
soportar sólo provoca que recuerdes más las causas de tu sufrimiento.
Harry sabía que tenía que hacer algo para evitar que el dolor lo matara, pues en
esos momentos sentía que sus huesos se carcomían por cada segundo que
pasaba.
Se dio cuenta que su príncipe no era un príncipe, era tan sólo un vil ladrón que
había logrado robar todo de él, incluyendo su alma.
Louis estaba sentado sobre su cama. En sus brazos abrazaba al pequeño Queso,
lo acariciaba lentamente.
Había estado llorando toda aquella tarde desde que miró como se llevaban a
Harry detenido. No sólo lloraba por haber tenido que mirar esa escena, sino que
también recordaba que de cualquier manera su relación ya estaba destruida desde
antes, o que incluso nunca había existido.
Su madre había estado toda la tarde encerrada con el señor Tomlinson, intentando
hablarle de la situación de una manera que evitara que él se alterara y se pusiera
mal. Se venían tiempos muy difíciles y la familia tenía que estar unida.
Louis lo hubiera dejado todo por Harry. Hubiera dejado su rabia, su sed de
venganza y su ambición por tener todo lo que algún día deseó. Lo hubiera dejado
si Harry hubiera sido capaz de dejarlo todo también.
Hubiese deseado que las cosas fueran diferentes para ellos, pero ahora no había
nada que hacer. Tendría que terminar con todo de una vez y obtener una
recompensa por todo el dolor que estaba sintiendo por la mentira de Harry.
–Todo se ha ido a la mierda en tan poco tiempo… –susurró limpiando las lágrimas
de su rostro, respiró profundo y dejó al gatito sobre la cama–. Tu papá nos
engaño… Pero no importa, bebé. A partir de ahora no lo necesitaremos nunca
más. –engañarse a si mismo le servía como consuelo, aunque supiera que olvidar
a Harry le sería difícil, estaba dispuesto a hacerlo, por su bien y por el bien de su
familia.
El amor no desaparece de un día para otro. Tarda bastante tiempo, y aún así no
se va por completo. Se va evaporando poco a poco, y después de un tiempo te
das cuenta que ya no se siente como antes, aunque se conserve en tu interior.
Louis no estaba dispuesto a llorar una lágrima más. ¿Por qué no sólo disfrutaba
de todo lo que estaba por ganar?
Se levantó de la cama y buscó dentro de sus cajones su móvil viejo, cuando lo
encontró lo prendió y mando unos cuantos mensajes que tenía pendientes.
El primero fue para Jacob.
“Todo está hecho. Han detenido a Harry por abuso a un menor de edad esta tarde.
Al final logré lo que quería. Lo destruí, Jake.”
Sintió nostalgia, sin embargo intentó mostrarse feliz en su mensaje, o al menos
orgulloso de lo que había hecho.
El siguiente mensaje fue para Oliver, y éste fue demasiado difícil de enviar, estuvo
un largo rato pensando en detenerse, pero al final terminó haciéndolo.
“Oli… necesito verte.”
Envió el mensaje y lanzó el móvil sobre la alfombra. Estuvo a punto de volver a
recostarse en la cama cuando escuchó el ruido de un auto estacionarse afuera de
su casa. Estúpidamente sintió esperanza de que se tratara de Harry.
Corrió hacia la ventana y miró como el señor Styles bajaba del auto acompañado
de sus dos guardaespaldas.
Su corazón se paralizó. No tenía idea de qué hacia ese hombre ahí, pero era
evidente que no sería nada bueno.
Salió de su habitación y bajó a toda prisa las escaleras para abrir la puerta antes
de que sus padres se dieran cuenta que ese hombre estaba ahí. No permitiría que
sufrieran un mal momento por culpa de un Styles.
–¿Qué hace usted aquí? –preguntó en cuanto abrió la puerta y se encontró con el
papá de Harry.
El señor Styles era un hombre que marcaba su presencia de manera intensa. Era
elegante, con una mirada fría. Era casi tan alto como su hijo, sus ojos eran del
mismo color, al igual que los rizos de su cabello. Louis ni siquiera era capaz de
mirarlo a los ojos, pues le recordaba demasiado a Harry.
–He venido a hablar contigo y con tus padres. –Mencionó al mismo tiempo que
entraba a la casa sin permiso alguno, mirando todo con expresión de asco y
desprecio–. Llámalos, por favor. Y apúrate, niño, que no tengo todo el tiempo del
mundo.
Esta vez no se dejaría pisotear por un Styles sólo porque se sintieran con el
poder de tratar a las personas con la punta del pie. Esta vez Louis era igual de
poderoso que el señor Styles, tenía su empresa, su reputación e incluso a su hijo
en sus manos. –Largase de mi casa. Aquí nadie quiere hablar con usted.
–¿Qué pasa, Louis? ¿Quién ha venido? –escuchó la voz de su madre que bajaba
por las escaleras. Miró hacía ella y notó que su padre se encontraba junto a ella, y
por la expresión que tenía, seguro ya estaba enterado de la demanda a los Styles.
–Nada mamá. Es sólo que el señor Styles ha venido a no sé qué cosa. Igual ya se
va. –miró al hombre amenazándolo con la mirada. Lo que más temía era que él
dijera algo que lograra que su padre sufriera un ataque.
–En realidad aún no me voy. He venido a hablar con ustedes. –Se sentó sobre el
sofá de la sala como si hubiese sido invitado. Los padres de Louis llegaron hasta
el lugar–. Estoy muy apenado con la situación que está pasando entre nuestros
hijos. –Se dirigía especialmente al señor Tomlinson, no lo llamaba por su nombre
porque ni siquiera lo podía recordar–. Pero al final, esos son, problemas de chicos
que se arreglan sin necesidad de armar un escándalo como ustedes lo están
haciendo.
–Lo que pasó entre nuestros hijos no es un simple problema de chicos. – Intervino
Jay–. En primera porque su hijo ya es un adulto, y además de todo, un abuso
sexual a mi hijo NO ME PARECE SIMPLE.
–Exactamente. Si mi familia está haciendo todo esto contra la suya es porque su
hijo merece estar encerrado por lo que le hizo a Louis. –habló su padre.
Louis sentía demasiada culpa ante eso. Sus padres lo defendían como si él lo
mereciera, cuando en realidad era igual, o incluso peor que Harry.
–Pero podemos arreglar las cosas de otra manera. –Sacó de su chaqueta su
chequera junto con una pluma–. ¿Qué les parece si desaparecen las acusaciones
contra mi hijo por 2 millones de libras?
Eso era como un alivio. Si sus padres aceptaban el dinero sería suficiente para
mantener sano al señor Tomlinson, tener fondos para una mejor calidad de vida y
así podría evitar todo el sufrimiento que se venía venir con Harry en prisión por su
culpa.
–¡¿QUÉ LE PASA!? ¡¿USTED PIENSA QUE NOSOTROS NO TENEMOS
DIGNIDAD O QUÉ!? –Gritó el señor Tomlinson ofendido–. Nosotros no tenemos el
dinero que desearíamos tener, pero somos personas honestas, ¡y si hemos
denunciado a su hijo no ha sido para obtener dinero de su familia, sino para que
pague lo que le hizo a mi hijo!
–Mierda, es suficiente, lárguese de aquí. –Louis tomó del brazo al señor Styles y
trató de levantarlo del sofá para sacarlo a la fuerza de su casa.
–Puede llevarse su dinero a otra parte. Aquí no nos interesa. –mencionó su madre,
tomó a su padre del brazo e intentó llevárselo del lugar, pues sabía que si se
alteraba un poco más las cosas terminarían muy mal.
–Su hijo se va a pudrir en la cárcel porque lo merece, y ni siquiera todo el dinero
que tienen los salvará de ésta. –mencionó y después accedió a retirarse junto con
su esposa de vuelta a su habitación. Ahí no quedaba nada más que decir.
–Largo, ¡Ya! –gritó el menor con rabia en cuanto sus padres se retiraron.
El señor Style se levantó violentamente y lo empujó contra la pared. –Quiero
que seas consciente de todo el dinero que tengo, y que aunque ese dinero
no me ayude a liberar a mi hijo, me ayudará a destruirte a ti y a toda tu
familia corriente si no retiras esa acusación contra Harry. –Lo amenazó dejando
claro lo molesto que se encontraba.
–Haga lo que se le pegue la puta gana. –lo empujó lejos de él, después se dirigió
hacia la puerta y la abrió esperando a que el hombre saliera.
–Me encargaré de causarles los suficientes problemas como para que tu padre no
pueda soportarlo más y termine muerto de un infarto. –Volvió a amenazarlo–.
Igual, no tienen ni en que caerse muertos, no podrán pagar un buen tratamiento
para salvarlo.
Dio directamente en el orgullo de Louis, su familia. No dejaría que ese hombre se
expresara así de las personas a las que más quería en el mundo. – ¿A sí?
Entonces vamos a ver quién destruye más la familia del otro. –Si tenía

que aprovechar de la situación con Harry para vengarse del señor Styles, lo
haría–. Por lo pronto, prepárese para que todo el país se entere de que “EL GRAN
MAGNATE STYLES” tiene un hijo abusador de menores. Porque no retiraremos
la denuncia.
–El dinero lo puede todo, y tú no tienes ni un centavo.
–Tal vez porque yo no lavo dinero como usted… –utilizó las confesiones que Harry
le había hecho en su contra. El señor Styles pareció muy sorprendido ante esto–.
Suerte con lo de su hijo, igual no será la primera vez que tendrá que sacarlo de la
cárcel. –Se sentía orgulloso de lo que estaba logrando, ni siquiera pensaba en la
tremenda traición que le estaba haciendo al rizado.
El hombre caminó hasta la puerta sin decir una sola palabra. En esos momentos lo
mejor era quedarse en silencio para evitar que Louis hiciera más declaraciones en
su contra, pues al parecer sabía demasiado. Estuvo a punto de salir de la casa
cuando se detuvo y lo miró. –De todo esto, lo que más me molesta es saber que
mi hijo estará completamente jodido cuando se entere que su “amor” es un hijo de
puta que sólo lo manipuló.
–Salió de la casa y Louis azotó la puerta tras él.
¿Qué acababa de decir el señor Styles?
Louis se quedó congelado al enterarse que Harry le había confesado a su padre
sus sentimientos hacia él.

Capitulo 38
2 semanas después.
Narra Louis.
Me desperté cuando sentí movimiento junto a mí. Abrí los ojos alterado y miré a mí
alrededor para descubrir a qué se debían aquellos movimientos.
Harry se estaba levantando de la cama, notó mi mirada sobre él y me dedicó una
sonrisa. –Hola, mi amor. –Susurró para después acariciar mi rostro con ternura y
posteriormente acercarse a mis labios para besarme.
–¿A dónde vas? –pregunté alterado cuando él volvió a levantarse de la cama y
comenzó a colocarse la ropa. Tenía un sentimiento demasiado asfixiante, como si
algo en mi interior me dijera que no tenía que dejarlo ir. Me levanté rápidamente
de la cama y corrí hasta él para abrazarlo–. Es muy temprano, no te vayas aún. –
Mencioné con la cabeza recargada en su pecho. Lo tenía abrazado con todas mis
fuerzas.
–Oh, Lou… mi Lou. –me devolvió el abrazo y pude respirar el olor natural de su
cuerpo. No sabía exactamente por qué estaba yo actuando de esa manera, pero
realmente no quería que se fuera–. Príncipe, tengo que irme.
–Esta mañana quédate conmigo. –Elevé la mirada para mirarlo a los ojos–.
Quédate conmigo para siempre…
–Pero si fuiste tú quien me sacó de tu vida. –Dijo y me hizo sentir pánico. Ahora
comenzaba a comprenderlo todo–. Tú fuiste quien quiso deshacerse de mí, tú
fuiste quien me denunció injustamente a la policía. –Sus ojos se cristalizaron, me
miraba con demasiada tristeza, parecía un niño asustado–. Qué más quisiera yo
que quedarme contigo siempre, pero tú has decidido por los dos, y decidiste
sacarme del juego de la manera más sucia.

Me alejé de sus brazos retrocediendo. –Pero tú ibas a casarte con alguien más. Tú
fuiste el que me lastimó primero. –mencioné a mi defensa. El pánico que sentía
era cada vez más grande–. Dijiste que me amabas y tu forma más reciente de
demostrarlo fue comprometiéndote con otra persona.
–Cometí un error. ¡Pero nunca intenté lastimarte con eso! –De repente su tono de
voz cambió. Ahora gritaba y me miraba con odio–. ¡Lo único que tú estás tratando
con toda esta mierda es lastimarme!
–¡Quería que sintieras lo que yo sentí!¡Que sintieras lo que es depender de otra
persona, como cuando mi familia entera dependía del salario de mi padre que tu
familia le negó!
Harry continuaba mirándome con odio, sus pupilas estaban muy dilatadas y la
forma en la que respiraba era poco común. Su mirada me estaba destruyendo. –
Yo nunca quise lastimarte, nunca pensé que mi decisión te lastimaría, porque para
mí los dos íbamos a poder gozar de los privilegios que todo ese dinero me
trajera… –volvió a susurrar–. Eres lo mejor que me ha pasado, ¿cómo mierda
pensaste que yo iba a querer lastimar a la persona que más amo en el mundo? –
Me miró esperando una respuesta que obviamente nunca llegó–. Lou… Yo
destruiría a cualquiera que intentara dañarte… pero… ¿sabes qué es lo peor?
Que tú eres la principal persona que busca dañarte…
–Yo te amo, Harry. Perdón. –Me acerqué de nuevo hasta él y traté de abrazarlo, él
me alejó con violencia.

– ¡PUES TU FORMA DE AMAR ES REPUGNANTE! ¡Y SI A ESO ES LO QUE TÚ


LE LLAMAS “AMOR”, YO NO QUIERO QUE ME AMES! –la manera tan fuerte con
la que me había alejado de él me hizo caer al suelo. Lo miré con los ojos hundidos
en lagrimas y antes de que pudiera decir algo más él me interrumpió–. El amor no
se trata de esto… pero no entiendo cómo pude pensar que tú podrías amarme…
si ni siquiera sabes cómo amarte a ti mismo. –me miró por última vez y salió de mi
habitación.
Me levanté rápidamente y corrí hacia la puerta. Intenté abrirla, pero no podía,
parecía que estaba sellada, estaba completamente cerrada y me era imposible
abrirla. Comencé a golpearla con fuerza mientras dejaba que mis lágrimas salieran
con más fluidez, sin embargo eso no me servía de nada.
Me dejé caer al piso, limpié la humedad de mi rostro y me miré sobre el espejo
que se encontraba junto a mí. Mis huesos resaltaban de manera excesiva, mi
rostro estaba totalmente demacrado y mis dientes habían perdido todo su brillo.
Estaba completamente destruido, no sólo sentimentalmente, sino que también mi
cuerpo se estaba apagando poco a poco.
Fin de la narración.

Despertó gracias a los golpes ocasionados por una persona contra la puerta de su
habitación.
Respiró agitadamente y comenzó a buscar entre sus sabanas al rizado. Pronto se
dio cuenta que todo había sido un sueño, Harry nunca había estado ahí.
–Louis, ¿Estás despierto? –escuchó la voz de su madre del otro lado de la puerta.
Limpió las lágrimas que recorrían sus mejillas, se dio un poco de tiempo para
lograr asimilar lo que acababa de vivir. Ese sueño definitivamente había sido una
pesadilla, o al menos una forma de castigarse a sí mismo por todo lo que estaba
ocurriendo por su culpa.
Eran las 6 de la tarde, se había quedado dormido apenas unos minutos atrás,
cuando decidió encerrarse en su habitación para evitar escuchar más sobre el
asunto de Harry y la maldita demanda.
–Sí, mamá. ¿Qué ocurre? –respondió después de varios minutos. Su cuerpo
continuaba temblando, miró sus manos para asegurarse que su cuerpo no
estuviera demacrado como en su sueño.
–Tu padre y yo ya nos tenemos que ir… pero ha venido uno de tus amigos a
visitarte. –Se le revolvió el estomago y tuvo que contenerse las ganas de vomitar.
Sus padres irían a la primera sesión del juicio de Harry.
Así era como iban las cosas. Harry al negarse completamente a las acusaciones
de Louis, tendría que pasar por el proceso de juicio.
Todo se había agrandado de manera tremenda. Ahora todo el país estaba
enterado sobre la situación del millonario y su pequeño prostituto. La familia
Styles estaba pasando por uno de los escándalos más grande en la historia del
apellido. Louis y su familia habían tenido que liderar con las decenas de
paparazzis hambrientos por los detalles de la demanda, sin embargo al tratarse de
una familia decente, habían decidido mantenerse en silencio.
Ese día Harry tendría que enfrentarse al jurado, y gracias a que Louis era un
menor de edad no estaba obligado a estar presente.
–Dile que pase. –Pensó que se trataría de Jacob, pues él era literalmente su único
amigo, o al menos el único que continuaba hablándole después del escándalo.
Su madre abrió la puerta con delicadeza. –Nos vemos después, mi amor. Intenta
mantenerte tranquilo, ¿de acuerdo? –su madre estaba consciente de lo afectado
que Louis estaba por todo lo que estaba pasando.
–Sí, mamá. No te preocupes. –sonrió y la mujer le devolvió el gesto.
–Pasa. –habló a la persona que se encontraba tras ella e hizo espacio entre la
puerta para que el chico pudiera pasar.
–Hola, Lou. –habló Oliver muy nervioso ante la mirada sorprendida de Louis. Ellos
llevaban casi un mes sin hablar, pues el chico nunca devolvió el mensaje donde
Louis le pedía verlo.
–Bueno, los dejo. –Volvió a dirigirse hacia su hijo–. Mantente tranquilo. –cerró la
puerta al momento en el que se fue.
Louis miraba a Oliver muy confundido, pronto desvió la mirada y buscó a Queso
por toda la habitación. –¿Dónde está mi gato?
Oli también lo ayudó a buscar. Ambos levantaron todo, buscaron por todos lados al
pequeño animal.
–Míralo, ahí está. –Mencionó Oliver señalando hacia un montón de ropa sucia en
una esquina del lugar. Queso dormía, como siempre, al igual que Louis. –Oh,
bebé, ven. –Caminó hasta el gatito y lo levantó entre sus brazos. Le besó la
cabeza y después miró a Oliver esperando alguna explicación.
–Me he enterado de todo lo que pasó. –mencionó moviendo sus manos de
manera nerviosa–. Perdón por no haberte devuelto el mensaje de hace días. –
Bajó la mirada como si realmente se encontrara muy avergonzado–. Perdón por
no haberte cuidado, por no haber evitado que Harry hiciera contigo lo que él quiso.
Louis se sentó sobre la cama aún abrazando a Queso. –Tú no tienes la culpa de
nada.
–Claro que sí. Yo sabía lo que estaba pasando y lo único que hice fue mandar a
unos estúpidos matones a golpearlo. –Se acercó hasta él y se sentó a su lado al
mismo tiempo que tomaba su mano–. Lo siento tanto, Lou. En cierta manera sé
que Harry es parte de mi familia y te debo una disculpa de parte de todos los Cox
que estamos realmente muy decepcionados de él y de todo lo que se atrevió a
hacerte.
–Está bien, pero detente. –rogó y bajó la mirada. No quería seguir escuchando
más sobre eso porque sólo lograba perturbarle la cabeza.
–Quiero que sepas que estoy dispuesto a testificar a tu favor. –Louis lo miró con
los ojos muy abiertos, dejó a Queso sobre la cama y prestó más atención a
Oliver–. Lo he hablando con mis padres y ellos se han molestado porque no se los
dije desde un principio, pero ahora están de acuerdo con que yo sea tu testigo.
–¿Lo harás entonces?
–Haré lo que me pidas. –mencionó y apretó más fuerte su manos.
Louis lo sabía, Oliver estaba enamorado de él desde hacía mucho tiempo.
Subió su mano hacia el rostro del chico y le acarició las mejillas con suavidad. –
Harry es parte de tu familia… llevan la misma sangre… –susurró mirando
directamente hacia la boca del chico. Oliver también tenía hoyuelos que se
formaban junto con su sonrisa, en realidad su boca y la de Harry eran casi
idénticas.
–No me importa, tú eres más importante. –susurró acercándose más hacia él.
Oliver no podía notar las verdaderas intenciones del chico.
Louis estaba perdiendo la cabeza al pensar que esa boca le sabría a Harry.
Deseaba tanto sentirle que estaba dispuesto a hacer lo que fuera por recordar un
poco a su rizado. Juntó sus labios junto con los de Oli, sin embargo no lo besó.
Cerró sus ojos y dejó que su imaginación se hiciera cargo de lo demás. –Mierda,
te hecho tanto de menos. –gimió sobre sus labios para después comenzar a
devorarle la boca desesperado.
Claramente Louis estaba imaginando que Harry era quien estaba con él.
Oliver reaccionó rápidamente a sus caricias y le devolvió el beso de igual manera.
Lo abrazó por la cintura y lo acercó lo más que pudo hacia su cuerpo. Louis
rápidamente saltó a sus caderas y comenzó a moverse sobre él como si estuviera
desesperado porque pasaran a otro nivel.
El gatito saltó de la cama y se escondió tras un librero cuando se sintió agredido
por los movimientos bestiales de los chicos.
–Maldición, te necesito tanto. –Mencionó Louis entre el beso al mismo tiempo que
comenzaba a desabrochar la camisa de Oli con sus torpes manos.
Oliver le ayudó a terminar de desabrochar su camisa, después se la sacó por
completo e hizo exactamente lo mismo con la de Louis. Comenzó a acariciar al
castaño por todo su abdomen, bajando rápidamente e introduciendo sus manos
por la parte trasera del pantalón de Louis. Él también llevaba meses deseándolo y
estaba dispuesto a demostrárselo en ese momento. –No permitiré que nadie más
te haga daño. Yo quiero cuidarte, Lou. –Al escuchar esto, los ojos de Louis se
cristalizaron, reconoció la voz de Oliver pero aún así no se detuvo.
–Quiero olvidarlo… –confesó y comenzó a llorar desesperadamente mientras
Oliver se giraba encima de él y lo colocaba recostado sobre la cama. Comenzó a
desabrocharle el pantalón y rápidamente se lo sacó por completo–. Hazme
olvidarlo, Oli. –Lo miró rogando–. Hazme olvidar sus besos, sus caricias,
arráncamelas de la piel y sustitúyelas con las tuyas. –la voz de Louis apenas
lograba entenderse gracias a sus sollozos exagerados.
–Lo haré. Te lo juro que lo haré. –Esta vez retiró sus jeans junto con su ropa
interior y se subió encima de Louis, éste rápidamente abrió las piernas incitándole
a entrar dentro de él–. No quiero que llores más, ni que te lastimes… –Volvió a su
boca para besarlo y poco a poco comenzó a introducir su miembro dentro de
Louis.
–Ah, joder… –susurró Louis recargando su rostro contra el de Oliver–. Harry…. –
gimió perdiendo la cabeza por completo–. Mierda, Harry, no quiero olvidarte, no
quiero que tú me olvides tampoco…
Dentro de la sala donde se llevaría a cabo la primera sesión del juicio se
encontraba una gran cantidad de personas. En su mayoría era parte de la familia
de Harry. Todos estaban sentados murmurando cosas entre ellos mientras
esperaban que el juicio comenzara.
Se encontraban sus padres, sus tíos, amigos de la familia, y una decena de
abogados contratados por los Styles para buscar algún dato que fuera a favor de
su protegido.
Jake miraba por todas partes, buscando con la miraba a Louis, sin embargo a los
únicos que veía era a sus padres, que se notaban muy intimidados antes la
presencia de la poderosa familia Styles-Cox.
–Mamá… ¿Debería ir a saludar a la familia de Louis? –preguntó Jake señalando
con la cabeza a los padres de su amigo, que hablaban con su abogado de algunos
asuntos.
–No, Jacob. Por ahora mantente aquí. Cuando termine la sesión podrás hacerlo.
Hemos venido aquí apoyando a nuestros amigos, no a tu compañero del colegio.
La madre de Louis se encontraba muy nerviosa. Evitaba mirar hacia las demás
personas, mantenía la mirada baja y rezaba en su interior para que todo el asunto
saliera bien y le hicieran justicia a su hijo. Sabía que esa familia poseía demasiado
dinero y hacer un soborno les parecería demasiado simple. –Señor Ferguson… –
llamó al abogado que los acompañaba.
–Dígame señora. –preguntó éste rápidamente.
–¿Qué posibilidades hay de que mi hijo tenga que presentarse en alguna sesión
de estas? –temía por Louis, sabía que él no se encontraba del todo bien y no
quería que lo dañaran aún más.
El abogado la miró con preocupación, sin embargo no quiso mentirle. –En algún
momento, si Harry no admite su culpa, Louis tendrá que dar una declaración frente
al jurado.
La señora Tomlinson bajó la mirada y se mantuvo en silencio después de aquella
respuesta, preocupada por lo que pintaba el futuro.
El juez entró a la sala y todos guardaron silencio en señal de respeto. Después
entró todo el jurado.
Jacob miraba todo confundido. El asunto era realmente serio.
–Buenas tardes. –Mencionó el juez atrayendo la atención de todos en la sala–.
Esta sesión será la primera para determinar el caso del joven Tomlinson contra el
joven Styles. –Jake sintió un dolor en el estomago, culpa–. Traigan al acusado.
Una puerta al costado de la sala se abrió. Dos policías llevaban a Harry sujeto por
cada mano. Él llevaba un uniforme naranja como el de todos los presos. Su cara
de veía muy lastimada, llevaba unas ojeras enormes y su piel había perdido toda
su vida. Caminaba junto con los policías con la mirada baja. Llevaba las manos
esposadas. Cuando lo llevaban al lugar junto a su abogado, él alzó la vista en
busca de su príncipe, que llevaba noches rogando porque ese día llegara y lo
pudiera ver.
Sus ojos se cristalizaron cuando no lo encontró y pronto comenzó a buscar por
todos partes, mirando a cada uno de los presentes con desespero.
Encontró a Jake, y aunque sabía que tenía que controlarse, no pudo hacerlo. –
¡Jacob! –gritó desesperado al chico. Jake abrió los ojos excesivamente–. Jake
tienes que ayudarme. –le dijo mediante llantos, los policías intentaron detenerlo–.
Dile que detenga esto, dile que lo amo y que me estoy muriendo, dile que lo
extraño cada segundo que paso aquí encerrado,
dile que aún podemos salvar todo, que no me abandone aquí. ¡JAKE DILE
QUE MI VIDA DEPENDE DE SU EXISTENCIA!
–Harry parecía haber perdido la razon
–¡Silencio! –gritó el señor juez golpeando la mesa con su matillo.
–¡Por favor, Jake! ¡Al menos dile que yo nunca mentí cuando le dije que era lo
mejor que me pasó en la vida…! –susurró y se dejó derrumbar. Comenzó a llorar
de una manera que conmovió a todos los presentes–. Maldito Louis, maldito.
–Llévenselo y de vuélvanlo cuando se tranquilice. –Ordenó el juez para lograr
orden en la sala. Los policías rápidamente hicieron lo ordenado.
Tanto la madre de Louis como Jacob se sintieron muy extrañados por esa última
escena, y no pudieron sacar sus palabras durante toda la sesión.
Harry parecía sincero con su dolor.

Capitulo 39

Jake no pudo soportarlo más. Terminó saliendo del lugar desesperado, pues notar
lo afectado que Harry se encontraba le perturbaba. Sobre todo porque sabía que
él era por parte culpable de todo eso.
Ordenó a su chofer que lo llevara directo a casa de Louis. Tenía que hablar con él
y explicarle la situación de Harry. Sacó su móvil y mandó una gran cantidad de
mensajes a su amigo, esperando que con eso él le regresara los mensajes para
confirmarle que se encontrara en su casa.
Estaba tan ansioso por las palabras de Harry que tuvo que quitarse la corbata
(que era vestimenta obligatoria para asistir a un juicio) buscando respirar mejor.
Era estúpido ahora querer terminar con todo, echarse para atrás y rogarle a Louis
porque retirara los cargos sobre Harry, pero realmente verlo de esa manera había
logrado moverlo por completo, y si podía hacer algo por el rizado, lo haría.
Llegó hasta casa de Louis aún sin haber recibido una respuesta. Pidió al chofer
que lo esperara dentro del coche y corrió hacía la casa de Louis para
posteriormente timbrar todas las veces que le fue posible.
Louis no contestaba el maldito timbre y Jacob sentía demasiado desespero, tanto
que terminó entrando a la casa a pesar de no recibir respuesta. Fue directo al
patio trasero y entró por la concina.
Dentro de la casa, la parte de abajo estaba en completo silencio, sin embargo se
escuchaba movimiento en una de las habitaciones de la planta alta. Rápidamente
dedujo que se trataría de Louis, o al menos de Minie.
Subió las escaleras y ya encontrándose en la parte de arriba pudo distinguir mejor
los sonidos que se escuchaban; eran gemidos acompañados de embestidas, que
claramente venían directo de la habitación de Louis.

Dudó algunos segundos en sí estar ahí era buena idea o no, sin embargo no pudo
esperar más, tenía que hablar con Louis.
–Louis… –tocó la puerta de la habitación algo nervioso. El sonido se detuvo al
instante–. Louis, soy Jake.
–¿Qué mierda estás haciendo aquí? –se escuchó la voz de Louis demasiado
alterado. Los gemidos y las embestidas habían desaparecido.
Jake cerró los ojos y dejó salir un suspiro frustrado. –Necesito hablar contigo, y
créeme que si no fuera realmente importante preferiría esperar. –La situación no
podía ser más incómoda.
Louis tardó algunos segundos en responder. –De acuerdo, espera en la sala, bajo
enseguida.
–Está bien, pero por favor date prisa.
Bajó hacia el lugar indicado por su amigo, tomó asiento y esperó moviendo
excesivamente sus manos junto con sus piernas. Estaba bastante nervioso para
ocultarlo. No podía sacar de su cabeza los ojos de Harry al mirarlo, el desespero
tan intenso que parecía tener, la tristeza, la rabia y sobre todo el desconcierto por
las acusaciones de Louis.
–Mierda, Jacob. –Habló su amigo mientras bajaba las escaleras
abrochándose la camisa. Aún era notoria su erección–. No sé qué carajos sea lo
que quieres decirme, pero dilo de una maldita vez.
Jake se levantó rápidamente acercándose hacia Louis. –¿Con quién estabas? –
preguntó mirando a través de la escalera hacia la planta alta.
–Importa un carajo, dilo rápido. –Louis parecía molesto por la forma en la que le
hablaba a Jake.

–Es sobre Harry, ¿En serio quieres que lo diga aquí? –La expresión del castaño
cambió al instante, pareció sorprendido.
–No, no. Claro que no. Oliver está arriba y lo que menos deseo es que él se entere
de algo. –Tomó a Jacob del brazo y lo jaló hacia afuera de la casa.
–¿Oliver? ¿Por qué mierda estabas follando con Oliver? –Lo miró con desagrado
mientras caminaban directamente a su auto–. Por favor, Mark, espéranos afuera. –
ordenó a su chofer al momento en el que entraron a la parte trasera del coche.
El hombre obedeció al instante.
Louis mantenía la mirada baja, como si sintiera vergüenza de que su amigo lo
mirara de esa forma. –Has dicho que querías hablar, hazlo.
–No has contestado mi pregunta. Hazlo. –ordenó y continuó observándolo con
desagrado.
–Pues porque quiero y puedo. –de pronto su actitud se volvió molesta, claramente
estaba poniéndose a la defensiva sin razón alguna–. Además no has venido a
hablar sobre mi vida sexual, viniste a hablar de Harry, habla ahora.
–Oliver es primo de Harry.
–¿Y? Oliver era mi novio antes de besar a Harry. Es lógico que esté con él.
Jake se quedó boquiabierto tras las palabras de su amigo. Louis ni siquiera
pensaba lo que decía, sólo buscaba justificar estúpidamente sus actos. –No. Lo
que es lógico sería que estuvieras encargándote de otras cosas, como la
demanda que le metiste a Styles. Pero en vez de eso te la estas montando con el
primo. ¿Qué te pasa?
–Lo hecho está hecho. –Rodó los ojos–. ¿Qué tiene de malo que quiera divertirme
un poco? ¿Para qué me deprimo? ¿Para qué me pongo a llorar por algo que ya
pasó? –Louis no estaba dispuesto a mostrarse débil. No estaba dispuesto a
demostrarle que él había tenido razón aquella mañana que le dijo que Harry
terminaría cambiándolo por algo más tentador, en este caso el dinero de la familia
de Ashley. En realidad su estomago estaba revuelto, comenzaba a darse cuenta
de lo que acababa a hacer con Oliver en un momento desesperado.
Jacob se quedó en silencio, mirándolo detenidamente y observando lo que sus
ojos decían; estaba mintiendo. –Soy Jake, Lou. Conmigo no tienes que fingir que
estás bien.
Louis se tensó. –Estoy de puta madre.
–Lo amabas. –Fue directo, sin rodeos–. Lo amabas y es completamente imposible
que estés bien. Me gustaría que lo estuvieras, pero no lo estás y no tiene nada de
malo.
Tenían la libertad de decir lo que quisieran, el chofer estaba por la parte de afuera
y las ventanillas estaban cerradas por completo, o al menos eso era lo que ellos
creían.
–Deja de hacerme mierda la cabeza, ¿Quieres? –lo miró molesto. Ya no
necesitaba la lastima de nadie, tenía suficiente con la sentía el mismo a su
persona–. El amor que tuve por Harry fue más por interés que por otra cosa. Él
me impresionó con todo su dinero, pero continuaba siendo la mierda de persona
de siempre. Si lo que tú quieres es verme llorando o derrotado porque todo
terminó así, estás equivocado y esperas en vano.
–Yo no quiero verte así, es sólo que… –no pudo terminar de decir ya que Louis lo
interrumpió al instante.
–Esto es lo que yo quería, que Harry pagara por lo que le hizo a mi padre. Lo
estoy logrando, Jake. ¡Estoy de puta madre!
–¡No, mierda! ¡No lo estás! ¡Mírate en un espejo y date cuenta! –Jake tenía
razones para decir aquello. Louis estaba cada vez más delgado, incluso su cara
se veía ligeramente demacrada y con ojeras enormes. Sus ojos estaban muy rojos
gracias a las largas horas que pasaba en su habitación llorando.
Sus ojos se cristalizaron mientras lo miraba con rabia. Jake tenía la culpa de lo
que estaba pasando. Jake le había presentado a Harry, Jake le había dado la idea
del plan, Jake lo había ayudado a acercarse al rizado. Jake tenía la maldita culpa
de que el corazón de Louis hubiese dejado de latir al momento en el que
detuvieron a Harry. –Quiero que te vayas de mi vida, que desaparezcas. –
mencionó.
Abrió los ojos excesivamente, sorprendido. –¿De qué hablas?
–Quiero que me dejes en paz. Que te mueras y listo.
Quiso cambiar de tema, no podía dejar pasar lo que había pasado en el juicio. –Y
él también te ama. –mencionó y trató de hablar lo más rápido que le fue posible
para evitar que Louis volviera a interrumpirlo–. Perdona por haberte metido esas
ideas estúpidas a tu cabeza. Yo sólo quise protegerte de que Harry te rompiera el
corazón. Harry está de la misma manera que tú. Él también se está muriendo con
la depresión. Hoy lo vi y me rogó porque te diera un mensaje.
–No me interesa. –No era lo suficientemente fuerte para escucharlo, en realidad.
–Te ama, Lou.
–Vete a la mierda. –Abrió la puerta del automóvil y salió rápidamente.
–Aún no he terminado. –Jake bajó de igual manera y trató de alcanzarlo dentro de
la casa–. Louis, detente, no puedes irte así. Tenemos que hablar, por favor. –subía
las escaleras ignorándolo por completo–. ¡Louis!
Se detuvo en cuanto llegó hasta la habitación donde Oliver se encontraba. Éste
miró a Jake algo apenado, bajando la mirada. –Hola.
–Jacob, si te das cuenta, tengo a alguien a quien atender, por favor vete de mi
casa. –Sabía que frente a Oliver Jake no diría nada sobre Harry. Él también
estaba involucrado en todo eso.
–De acuerdo. –Respondió negando con la cabeza sonriendo irónicamente, estaba
muy decepcionado de Louis–. Pero tienes que saber que fingir que no tienes
corazón no quita el hecho de que lo tengas completamente deshecho. Y no te
preocupes, cumpliré tu deseo, no tendrás que volver a saber de mí. –Se dio la
vuelta y salió de la habitación echando humo por lo molesto que estaba. Louis ni
siquiera le había dejado explicarle lo que había pasado con Harry, pero estaba
bien, él no volvería a meterse en ese asunto.
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Y entonces comenzó a pasar el tiempo, pronto fueron días, semanas, incluso
meses y la vida de Louis no sólo se convirtió en un infierno por la situación de la
demanda. Además de todo, estaba tan hecho mierda por dentro que había alejado
de todos lo que lo rodeaban.
Evitaba a su madre, evitaba a su padre, era grosero y agresivo con su hermana,
Jake había cumplido su palabra, y Oliver era la única persona que le insistía lo
suficiente para que pasaran tiempo juntos. No lo hacía por rogarle, lo hacía porque
lo veía demasiado destruido y temía dejarlo solo. Se veían raramente y Louis
evitaba cualquier tipo de conversación, sólo tenían relaciones y después inventaba
algún pretexto estúpido para correrlo de su casa.
Sus padres pasaban la mayor parte del tiempo con el abogado, en juicios,
entrevistas para noticieros o incluso reportajes sobre el tema.
Quesito era ahora su única compañía.
Por otro lado, Harry seguía en la misma posición, negando todo rotundamente,
todos aquellos cargos de los que se acusaban. Y por esa razón los juicios
continuaban para lograr darle una sentencia.
Esa mañana estaba lloviendo con fuerza, Louis paseaba por la casa en calcetines
y una cobija para calentarse. Su rostro había perdido todo su brillo, ahora su
cuerpo parecía un simple costal de huesos que escondía bajo ropa sobre ropa,
pues no quería que su madre se diera cuenta.
Llegó hasta la sala de abajo, llevaba a Queso en sus manos y lo abrazaba
fuertemente. Se sentó sobre el sofá y prendió la televisión.
Su madre y Minie habían salido a hacer las compras al supermercado y su padre
estaba en la planta alta descansando. Estaban ganando buenas cantidades de
dinero gracias a todos los reportajes que tenían que dar. Además, una asociación
estaba apoyándolos, pues se encargaban de apoyar familias de bajos recursos
contra los abusos de los que los superaban. –¿Tienes frio, mi príncipe? –Escuchó
la voz de Harry a sus espaldas, giró la cabeza emocionado y en cuanto lo miró
parado en una esquina del lugar, corrió hasta él para abrazarlo.
–¡Mi amor! ¡Creí que no vendrías esta tarde! –Lo abrazó con todas sus fuerzas
dejando al gatito de lado, o al menos eso era lo que Louis sentía. En realidad
estaba imaginándolo todo, desde la voz de Harry hasta su presencia.
Así era, Louis estaba tan necesitado del rizado que había comenzado a
autosatisfacerse imaginando cosas y convenciéndose a sí mismo de que eran
reales.
–¿Cómo no iba a venir a verte? ¡Si tú eres todo lo que quiero ver en esta vida! –
Louis cerró los ojos e imaginó el aroma de su antiguo novio, que tenia
exactamente 7 meses sin verle–. Te amo como no tienes idea. –su mente
colocaba las palabras en la supuesta boca de Harry.
–Tú también eres lo único que quiero ver todo el día. –En la sala de su casa sólo
podía apreciarse la escena de un chico hablándole a una pared, fingiendo abrazar
algo inexistente.
–Bebé… Estás muy flaquito. –sintió las manos de Harry acariciar su cuerpo–.
¿Has comido bien estos días?
–Sí. –mintió–. De hecho subí algunos gramos–Elevó su mano hacia el rostro del
mayor e intentó acariciarlo.
–Espera. –tomó su brazo y lo miró detenidamente. Louis tenía cortadas sobre la
piel que se encontraba cerca de la articulación del codo–. ¿Te has hecho esto tú?
–No. –Volvió a decir la excusa que le daba a todos–. Fue Queso, me rasguñó, eso
es todo.
No tenía mucho tiempo desde que había comenzado a cortarse la piel de los
brazos y las piernas. No lo hacía muy seguido, sólo cuando su nivel de
desesperación se salía de control.
El dolor que él solo se provocaba a si mismo era menos doloroso que la realidad.
Las cortadas en sus brazos podían hacerse sentir que aún seguía con vida,
porque aún sentía dolor físico.
Harry comenzó a besar aquellas cicatrices –Eres fuerte, mi amor. No quiero que te
dejes caer por esto. No quiero que destruyas tu vida por no poder estar conmigo. –
A veces su propia creación de Harry le exigía estar bien, como el verdadero Harry
hubiese hecho–. Quiero que recuerdes que para mí, tú eres lo más hermoso del
universo.
–Intento recordarlo… pero no puedo, no quiero olvidarme de nada de ti… – bajó la
mirada haciendo un puchero. Sus ojos estaban cristalizados–. Tengo miedo
porque siento que cualquier día de estos me voy a despertar y no recordaré a qué
olías, o cómo hablabas. –Su voz era tan débil que apenas se podía escuchar.
–Confió en ti, sé que no lo harás, porque yo aún vivo aquí. –Colocó su mano sobre
el pecho de Lou–. En tu corazón.
Limpió las lágrimas que yacían en sus mejillas, quería disfrutar mientras lo tuviera
para él. –Ven. –Lo tomó de la mano y lo jaló hasta el sofá–. Vamos a mirar la
televisión. –Tomaron asiento y Louis se acurrucó contra un montón de cojines
encimados fingiendo que se trataba del rizado–. Tú me das calor… Había días en
los que pasaba horas seguidas imaginando ese tipo de cosas, mientras que otros
el gusto no le duraba más que algunos minutos.
Miró el reflejo de sí mismo que la televisión le daba. Estaba completamente solo.
Un pánico enorme lo invadió, su cabeza comenzó a palpitar y lo único que pudo
hacer fue maldecir una y otra vez la hora en la que se enamoró de esa manera de
Harry.
¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué se había enamorado de alguien que merecía
ser destruido?
Se acorrucó contra el sillón escondiendo su rostro y comenzó a sollozar muy bajo.
No quería que su papá lo escuchara y se preocupara.
A pesar de todo el dolor que estaba sintiendo, la idea de decir la verdad sobre la
denuncia hacia Harry no la consideraba una posibilidad. Estaba tan metido en su
propio dolor, que ni siquiera se había preocupado de buscar una solución.
Atrapó a Queso entre sus brazos y lo estrechó contra su pecho. –Te quiero mucho,
bebito. –susurró llenándolo de lagrimas.
El animal no se separaba de él ni por un segundo. Los gatos tienen un sentido
que los hace saber el estado de humor de una persona. Quesito quería estar con
Lou porque sabía que estaba triste.
Pasó los siguientes minutos en esa misma posición, estaba a punto de quedarse
dormido cuando su móvil recibió una notificación.
Le pareció bastante extraño, así que lo miró al instante. Era una solicitud de
amistad en su red social. Era bastante extraño para ser verdad, Louis había
estado inactivo del internet todos aquellos meses.

Capitulo 40
“Si no te mata, te hace más fuerte.”
Esa frase aplicaba a la perfección con la situación que actualmente Harry estaba
viviendo. Él estaba -teóricamente- bien a comparación con Louis.
Ya había pasado el suficiente tiempo encerrado como para acostumbrarse. Estar
en la cárcel no era tan malo para él, pues su padre daba ostentosas cantidades de
dinero para que recibiera beneficios. Primero, no lo tenían junto con todos los
reos, él se mantenía en la zona donde suelen llegar a los recién llegados antes de
otorgarles una celda. También lo alimentaban mejor que a los demás, le dejaban
usar las duchas cuando no hubiera nadie dentro. Estaba bien, y eso era lo
importante.
Físicamente, Harry estaba incluso mejor que antes, pues en ese lugar lo único
entretenido que podía hacer era ejercicio. Su cuerpo estaba más marcado, sus
brazos más fuertes y su abdomen cada vez se ponía más escultural.
Por otro lado estaba la familia Styles, que junto con su enorme empresa estaban
cayendo por completo. La situación de Harry no sólo había provocado que sus
padres iniciaran el proceso de divorcio gracias a la tensión y estrés que sufrían,
también estaban perdiendo demasiados clientes, ya que nadie quería relacionarse
con esa familia, pues que su hijo fuera un “abusador de menores” los dejaba en la
ruina social.
Lo que Louis había planeado en un principio, se estaba cumpliendo al pie de la
letra. Todo estaba saliendo justamente como el pequeño lo había previsto. Estaba
destruyendo a los Styles por completo.
–Buenas tardes, Leonard. –mencionó el rizado amable mientras entraba a la sala
de visitas acompañado de un policía. Leonard era su abogado, y después de
haber pasado tantos meses trabajando con él, se podían considerar amigos. Llegó
hasta la mesa y saludó al hombre con un apretón de manos.
–Hola, Harry. ¿Cómo has estado?
La sala de visitas estaba llena de reos hablando con otras personas, familiares,
amigos, conocidos, etc.
–Pues, mírame. –Elevó los brazos sonriente, después tomó asiento sin cambiar de
expresión–. Estoy muy bien, no me quejo, bueno sí, sólo de tener que usar este
horrible uniforme.
–Me alegro. –Sonrió intentando parecer sincero, sin embargo Harry pudo notar
que algo le preocupaba. Rápidamente dedujo que se trataría de algo sobre su
caso.
–¿Pasa algo? –preguntó sintiendo un cosquilleo en el estomago. Realmente
prefería no hablar sobre las razones por las que estaba él ahí encerrado.
–Esta mañana recibí una llamada del juez que está llevando tu caso. –Dijo serio,
temiendo por lo que estaba por decir.
Harry bajó la mirada y dio un gran respiro. Sabía que estaban por dictarle
sentencia y eso le preocupaba demasiado. –¿Qué te ha dicho?
–Este viernes es la última sesión del juicio. Después de eso sabes que tendrán
que trasladarte a una celda y dejaras de tener todos los beneficios que ahora
tienes. –Intentaba decir las cosas de una manera que no lo alterara–. Y también
sabremos cuánto tiempo más tendrás que estar aquí encerrado.
Harry se mantuvo en silencio, su sonrisa había desaparecido de su rostro. – Está
bien… –mencionó agarrando valor, miró al abogado y se encogió de hombros–.
Creo que todo está por terminar. Realmente deseo que ya termine. –intentó verse
tranquilo–. Creo que cuando den por concluido mi caso, yo podré sentirme más
tranquilo. Sabré exactamente el tiempo que pasaré aquí, y al menos no tendré que
volver a escuchar el apellido “Tomlinson” en mi vida.
Leonard se tensó haciendo demasiado notorio que ocurría algo especial con ese
apellido. –Hay algo que debo de decirte sobre eso…
–¿Qué es?
–El chico, Louis, tiene que estar presente en esa sesión. Es un requerimiento del
juez obligatorio. –Leonard estaba enterado de la verdadera situación entre Louis y
Harry. Sabía que Harry estaba enamorado del chico, pues había tenido que verlo
llorar todos los primeros meses, cuando comenzaron los juicios.
–De acuerdo. –Aceptó sin problemas. Después de tantos meses él ya había
logrado comprender que Louis había hecho todo eso con el sólo propósito de
encerrarlo–. Sé que podré con eso.
Leonard aún lucia preocupado a pesar de las palabras de su cliente. –¿Estás
seguro? Puedo oponerme, pedir que tú estés fuera de la sala mientras él declara y
viceversa.
–No, está bien. Yo hace mucho tiempo acepté todo esto. Louis ya no me perturba.
–entonó una sonrisa sincera, sin embargo no pudo evitar sentir un poco de
nostalgia.
Los primeros meses Harry había vivido el mismo infierno. Su vida se derrumbó por
completo cuando Louis lo traicionó de aquella manera tan sucia. Pasó noches y
días enteros llorando en su celda, negándose por completo a dar una declaración
ante el jurado. Comenzó a bajar de peso, incluso había enfermado gravemente.
Pasaron semanas y gracias a todo el tiempo libre que tenía en la cárcel, se dio
cuenta que tenía que aceptar a realidad y no dejarse aplastar por ella, sino, luchar
para salir adelante. Aprendió a aceptar que Louis nunca lo había querido, aprendió
a aceptar que había sido muy estúpido al meterse con un niño que le había dado
tantos motivos para no acercarse. Y ahora estaba “bien”.
–Me da muchísimo gusto ver que el Harry que conocí al principio de este caso ha
desaparecido. –llevó su mano hasta el hombro del chico y lo apretó gustoso–. Sé
que todo va a estar bien, y créeme, ese chico se hundirá en el infierno cuando se
dé cuenta que tú estás de puta madre y que no cumplió su objetivo de verte
destruido.
Harry dio una media sonrisa y quedó pensativo. –Eso no me haría sentir mejor, en
realidad. Yo a comparación de él no buscó su sufrimiento. – confesó–. No me
gustaría verlo mal.
Leonard frunció el ceño demasiado confundido. –¿Hablas en serio? Mierda, Harry.
Hasta yo siento que me lanzaré contra él el día que lo vea en el juicio, no puedo
creer que tú digas eso, que no quieras devolverle un poco de todo el daño que él
hizo a ti y a toda tu familia.
–Al principio de todo esto yo deseaba matarlo con mis propias manos, deseaba
molerlo a golpes, destruirlo. Pero después me di cuenta que ese odio sólo me
hacía sentir peor, ese odio que yo sentía por Louis sólo me hacía más infeliz.
Simplemente aprendí a dejar de odiarlo. Un día me desperté y me propuse dejar
de sentir cualquier sentimiento hacia él, el odio es un sentimiento.
–Y… –dudó algunos segundos en sí seguir con ese tema era bueno o no–. ¿Qué
ha pasado con todo el amor que alguna vez sentiste por él?
Harry bajó la mirada cambiando por completo su expresión. Su corazón comenzó
a latir muy fuerte con tan sólo recordar todo eso. –Pues… poco a poco se fue
desvaneciendo. Me di cuenta que el “príncipe” había sido un actor que sólo
buscaba venganza.
–Te entiendo, debió ser horrible para ti todo esto. Pero supongo que ahora te da
igual, que te arrepientes por completo de haberte enamorado de esa mierda de
persona.
Harry negó al instante. –Pues sí, en cierta manera fue un error, pero fue un
hermoso error mientras duró. –Sonrió sintiendo cómo sus ojos se cristalizaban–.
Estoy consciente de que todo su amor fue una mentira, pero mientras estuve con
él fui feliz, no tengo problema en aceptar que ese niño me llenó de amor.
–¿Después de todo lo que pasó, Harry? ¿Estás hablando en serio? –Le era
imposible escucharlo hablar así después de que él mismo había sido testigo del
sufrimiento de Harry y de la condena que tendría que pagar injustamente por culpa
de ese hijo de puta.
Harry comenzó a reír. –No te preocupes. Es simplemente que Louis ahora es
totalmente irrelevante para mí. Y si lo respeto como persona es porque en su
momento él me dio mucha felicidad. Leonard, no te miento, lo que yo llegué a
sentir por ese niño fue tan grande que sentí que ante su traición me moriría. Pensé
que no sobreviviría a todo esto, quise matarme más de una vez. Pero ahora estoy
bien.
–De acuerdo, es sólo que no entiendo cómo eres tan fuerte, cómo puedes decir
eso de ese malnacido hijo de perra.
–Porque mi cabeza continua negándose al verdadero Louis. Este tipo que vendrá
a declarar no es el mismo que me dijo que me amaba, es un simple arribista
muerto de hambre. Me enamoré de la idea que yo tenía de Louis, no del
verdadero, es por eso que ahora éste no me perturba.
–¿Y entonces qué pasó con el otro Louis al que tanto amaste?
–Desapareció junto con mi dolor. –Elevó la mirada para verlo a los ojos–.
Probablemente lo único que me emociona de verlo de nuevo, es saber que tendré
la posibilidad de preguntarle qué pasó con nuestro bebé. –Comenzó a reír al
mismo tiempo que las lágrimas descendían por su rostro. Escondió su cara con las
palmas de sus manos–. Y es que no estoy llorando por tristeza, estoy llorando
porque me da mucha emoción recordar eso. –A pesar de sus lágrimas estaba
riendo.
–¿De qué bebé hablas? –preguntó confundido. En todo el tiempo que había
llevado el caso nunca escuchó hablar sobre un bebé.
–¿Nunca te conté? Tuvimos un bebé. –Limpió un poco la humedad de sus mejillas
y mantuvo una enorme sonrisa–. Hasta estuvo embarazado… Y el bebé se
llamaba Queso, él le puso el nombre, obviamente.
–No te entiendo ni una mierda.
–Y tal vez nunca lo entiendas, no te esfuerces. Sólo es necesario que sepas que
tengo un bebé. O tuve, tal vez el cerdo realista de Louis se deshizo de él como lo
hizo conmigo.
Un policía se acercó hasta los chicos. –Señores, el tiempo de visita se ha
terminado. –mencionó mirando especialmente a Harry.
–Muy bien. –Se levantó de su asiento y extendió su mano hacia Leonard para
despedirse–. Entonces nos vemos el viernes. Estoy seguro de que todo saldrá
bien, hemos luchado mucho por probar mi inocencia y sé que lo lograremos.
–Eso espero yo también, Harry. –Se levantó de igual manera–. Espero que estés
bien.
–Lo estaré, eso es seguro. –Dio una última sonrisa antes de retirarse del lugar
junto con el policía, de vuelta a su celda.
Existen dos maneras de demostrar que sufres:
1. Llorando.
2. Sonriendo.

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Las manos de Louis temblaban al enviar los mensajes. Estaba totalmente
sorprendido de que eso estuviera pasando.
Había aceptado la solicitud de Jett sin pensarlo. Estaba tan emocionado con su
aparición que por esos momentos su corazón se había tranquilizado, dejando de
doler por la ausencia de Harry.
“Casi 8 meses después de Colombia, por fin he podido encontrarte”
Leyó el mensaje de Jett y sonrió al instante. En cierta manera ese chico le
regresaba una esperanza porque significaba una prueba más de que su relación
con Harry había sido real.
“No sé cómo has hecho para encontrarme, sólo sabías mi nombre y creo que hay
más de un millón de Louis en el mundo.”
“Fue raro, seguro pensaras que estoy enfermo, pero hice hasta lo imposible por
saber más sobre ti.”
“¿Cómo qué cosas?”
“Llamé al hotel de Colombia, pero ahí no pudieron darme ningún dato sobre ti.
Después agregué a miles de Louises y esperé que alguno de ellos fueras tú.
Terminé buscando en todos los colegio de paga en Londres tú nombre, pero de
igual manera no obtuve respuesta.”
“¿Entonces? ¿Cómo me encontraste al final?”
“No te lo diré hasta verte en persona, lo siento, pero necesito chantajearte para
que aceptes venir a Nueva York, conmigo”
“No puedo, me sería imposible”
“¿Por qué? ¿Tú novio te lo prohibiría?”
Golpe duro de vuelta a la realidad.
“No, yo ya no tengo novio.” Con todo el dolor del mundo logró enviar ese
mensaje.
“Mejor, sabía que al final terminarías siendo sólo para mí, no tienes idea de todas
las veces que has estado en mis sueños. Louis, me has dejado muy mal.”
“Ahora es todo distinto. Estoy seguro que si me vieras actualmente, dejarías de
tener sentimientos hacia mí.”
“Han pasado sólo 7 meses, ¿qué puede haber cambiado?”
Miró su propio cuerpo antes de responder el último mensaje. Su piel estaba seca,
sus huesos resaltaban demasiado, tenia cicatrices por toda la pierna y parte de los
brazos, sus labios estaban resecos y morados, sus ojos parecían de alguien
muerto en vida.
“Todo, Jett. Absolutamente todo.”
La puerta de su casa se abrió revelando las figuras de su hermana y su madre.
Ellas entraron a la casa sonriendo ampliamente al ver a Louis fuera de su
habitación, ya que eso no era muy normal.
“No puede ser tan malo, tú representabas perfección pura”
–¡Mi amor! ¿Cómo estás? –preguntó su madre acercándose hacia él y
abrazándolo fuertemente. Ella llevaba bolsas del supermercado en las manos–.
Minie y yo te hemos traído tu cereal favorito. –buscó entre las bolsas hasta sacar
una caja de Cherious sabor canela, mostrándosela con alegría.
Louis fingió una sonrisa. –Gracias, mamá. ¿Han traído la comida para Queso?
Minie se acercó corriendo. –Sí, yo le recordé a mamá. Ella casi lo olvida.
–Que bueno, Mins. –Le dio un besito sobre la mejilla.
–¿Estabas hablando con alguien? –preguntó la mujer cuando notó el móvil
encendido de Louis.
–Sí, con un viejo amigo.
–¿Jake? –parecía entusiasmada. Ella pensaba que la ausencia de Jake era la
principal razón de la depresión de su hijo.
–No… Otro, no lo conoces. –Mencionó sin ánimos y después se levantó del sofá.
No quería estar cerca de su familia, le gustaba estar solo porque así nadie le
recordaba la realidad.
–Louis…. –habló su madre frenándolo–. No te vayas. Necesito hablar contigo.
Louis no quería escucharla, sabía que se trataría de algo sobre Harry. –Mamá, es
que estoy muy cansado, necesito dormir.
–Has estado durmiendo los últimos 7 meses, Louis. Por favor, hoy has una
excepción. –Lucía muy seria, miró a Minie–. Hija, ve con tu papá y quédate con él,
cuéntale uno de tus cuentos de príncipes y princesas.
–Esas historias son mierdas. –habló Louis en cuanto escuchó a su madre.
Recordaba que Minie era quien le había hablado sobre el amor relacionando a los
príncipes, forma de la que Harry solía llamarlo–. Las historias de Minie son un
asco, son mentiras puras.
–¡Cállate! –Gritó la niña enojada–. Mamá, dile a Louis que deje de decir eso.
–Louis, por favor. –Lo miró rogando porque parara, después volvió a dirigirse a su
hija–. Anda, nena. Sube con papá.
Minie se fue del lugar sin antes sacarle la lengua a su hermano.
Louis volvió a sentarse sobre el sofá, con la misma actitud antipática de todos los
días. –¿Qué es? Debe ser muy importante si no quisiste decirlo frente a Minie.
Su madre tomó asiento junto a él, intentó alcanzar su mano para darle apoyo, sin
embargo Louis la retiró rápidamente. Ella suspiró. –Mi amor, este viernes tendrás
que acompañarnos al último juicio.
La expresión de Louis cambió por completo. Abrió los ojos excesivamente y la
miró preocupado. –¿Qué? ¡NO! ¡NO, MAMÁ! ¡Yo no quiero hacer eso! ¡Yo no
quiero verlo! –Comenzó a llorar como era de costumbre. Estaba tan acostumbrado
a derramar lágrimas, que ahora lo hacía sin tener que hacer esfuerzos.
–Yo lo sé, mi amor. –Lo abrazó fuertemente intentando tranquilizarlo–. Pero
entiendo que no podemos evitarlo, por ley tienes que estar ahí para rendir una
última declaración.
–Mamá, yo no puedo ver a Harry. –escondió su rostro en el pecho de su madre.
Estaba tan asustado por lo que tendría que hacer que incluso ya había
comenzado a temblar–. Es que no lo voy a soportar.
–No llores, pequeño. –Ella también sufría al ver a Louis de esa manera–. Será
muy rápido, no tendrás que hablar con él, yo estaré ahí contigo, nada malo te
pasará.
–No quiero verlo, no quiero verlo. Por favor, no me obligues a verlo.
–Será la última vez. Después de eso él desaparecerá de nuestras vidas, mi amor.
No volveremos a saber nunca más de Harry Styles.
Era una verdadera mierda. Louis estaba al borde del colapso. No quería
encontrase con Harry porque sabía que lo más probable sería que se desbordaría
al verlo. Seguro Harry le rogaría que se retracte y Louis no podría soportarlo.
–Mamá, él me lastimará. –ese era su mayor miedo. Sabía que Harry le gritaría un
millón de verdades al tenerlo enfrente, que aunque nadie las creyera, Louis sabía
que eran verdad y eso sólo lo harían sentirse peor.
Además de todo, no quería que Harry lo viera en ese estado, delgado y tan
horrible por la falta de nutrientes en su cuerpo.
Pero definitivamente lo que más temía era saber que existía la posibilidad de que
Harry hubiese dejado de quererlo.

Capitulo 41
Y ahí estaba todo. De vuelta al momento en el que la historia había comenzado.
El día del juicio final había llegado, y aunque Louis hubiese hecho todo lo que
estuvo en sus manos para evitar asistir, terminó rindiéndose y aceptando que
tendría que hacerlo.
La sala donde se llevaría a cabo el juicio estaba lleno de personas, la mayoría
pertenecía a la familia Styles, mientras que otros eran reporteros o estudiantes
que hacían sus prácticas para la universidad de derecho.
–Mamá… no quiero estar aquí. –mencionó Louis sintiendo las miradas de todas
las personas sobre él.
En la zona donde se suponía la familia Tomlinson debía estar, no había nadie más
que él, su madre y el abogado. Su padre y Minie no acostumbraran a asistir a ese
tipo de eventos, pues sería muy malo para la salud del señor

Tomlinson y muy aburrido para la nena.


Todos los Styles los miraban de arriba hacia abajo, sobre todo a Louis. Susurraban
cosas entre ellos y posteriormente hacían comentarios en voz alta para hacerlo
sentir mal.
Las únicas caras conocidas que Louis podía reconocer en la sala, eran a los
papás de Harry, los papás de Jacob, Jacob y uno que otro empleado de la
empresa donde había estado trabajando unos meses atras.
–Mantente tranquilo, mi amor. –lo abrazó fuertemente, cubriéndolo por completo
con su cuerpo para evitar que Louis siguiera siendo observado por esos
monstruos millonarios.
–Sí, joven. Tranquilícese. Esto terminará muy rápido y usted podrá salir. –
Intervino el abogado intentando darles todo su apoyo–. No tiene porqué sentirse
mal por las miradas de estas personas, si aquí usted es el inocente.
Jake se encontraba del otro lado de la sala, observando directamente a Louis sin
la intención de intimidarlo. Simplemente estaba sorprendido por lo mal que se veía
su amigo. Estaba completamente cambiado, parecía como si tuviera una
enfermedad terminal que lo estaba matando de una forma rápida. Él no había
hablado con Louis desde aquella pelea que tuvieron en su casa. Cumplió su
palabra, se alejó de él y no lo volvió a molestar.
Estaba tan molesto por lo mal que estaba haciendo Louis las cosas, que no quería
seguir participando, no quería ver cómo su mejor amigo se arruinaba la vida.
Louis había hecho lo posible para evitar verse tan mal ese día. Llevaba un abrigo
de lana muy grueso para darle más volumen a su cuerpo. También llevaba un
beanie cubriendo su cabello. En sí lo único que se le notaba demasiado era la
demacración de su cara.

–¿En cuánto tiempo más me podré ir? –preguntó, ya comenzaba a sentirse


desesperado y lo que menos quería era comenzar a llorar.
–Amor, tranquilízate. Aún faltan 30 minutos para que el juicio comience. –Su
madre intentaba tranquilizarlo, pues los nervios excesivos de Louis amenazaban
con provocarle un desmayo o una crisis nerviosa.
–Está bien. Yo puedo. –Mencionó y desvió la mirada hacia un rumbo donde no
pudiera ver a ningún Styles. Le perturbaban demasiado porque muchos de los
caballeros presentes tenían un parecido notorio con Harry. Cabello ondulado, ojos
verdes y aquellos hermosos hoyuelos sobre las mejillas.
Todos ya estaban sentados en sus lugares, listos para comenzar con la sesión. Lo
único que faltaba, era que llevaran a Harry y la llegada del juez.
Él se había estado preparando mentalmente para ese día desde que su madre le
dio la noticia de que tendría que pasar. Sabía que Harry estaría presente durante
el juicio, y que ambos rendirían declaración frente al otro. Pero ahora estaba tan
asustado que prefería huir lo más lejos posible y que ninguna de esas personas
supiera nada sobre él.
Quería verse fuerte frente a los Styles, pero su corazón palpitaba tan fuerte que no
le permitía estar tan tranquilo como hubiese deseado.
Por otra parte, había comenzado a hablar con Jett demasiado. Ahora no sólo lo
hacían por mensajes, sino que también el chico había comenzado a llamarle
seguido. Jett estaba muy interesado en Louis, y se lo había dejado claro en
muchas ocasiones.
–Hola. –escuchó una voz a sus espaldas. Giró su cuerpo e intentó de sonreír al
mirar a Jake frente a él.
–Hola.
Jake se acercó más hacia él y se sentó a su lado sin dejar de mirarlo. –¿Estás
bien? –le preguntó hablando muy bajito, como si temiera lastimarlo al verlo tan
frágil.
–Claro. –mencionó y dio una falsa sonrisa. No era difícil darse cuenta de la
situación de Louis. Estaba temblando y llevaba los ojos cristalizados–. ¿Y tú?
–Estoy muy bien. –sonrió y pasaron algunos segundos antes de que él volviera a
hablar–. ¿Estás preparado para todo esto?
Louis bajó la mirada. Su madre y el abogado estaban hablando entre ellos, así que
no prestaban atención a la conversación entre los chicos. –Todo salió a la
perfección, Jacob. Nuestro plan se cumplió al pie de la letra. –habló intentando
ser fuerte y no notarse tan afectado.
–Sí… pero aún no es tarde para frenarlo. –Louis lo miró elevando las cejas.
–¿No lo es? ¿Y por qué piensas que yo quiero frenar todo esto? –preguntó
mostrándose orgulloso. Louis siempre había sido una persona que permitía que su
orgullo lo manejara–. ¿Qué te hace pensar que sabes algo de mí, cuando hace
meses enteros no me buscas?
–Tú así me lo pediste. –mencionó mirándolo con tristeza. Ver a su amigo de esa
manera le lastimaba. Deseaba poder ayudarlo a frenar todo, pero por desgracia,
la última palabra estaba en boca de Louis–. No tienes una idea de lo arrepentido
que estoy de haberte metido todas esas ideas enfermas a tu cabeza. Sé que
tengo gran parte de la culpa de esto.
–Tú también odiabas a Harry, ambos lo hacíamos.
–Lo sé. Pero tienes que admitir que hicimos las cosas muy mal.
–No. Conseguimos lo que queríamos.
–No fue así, yo no quería esto. Ni para ti, ni para Harry. –Susurró intentando tomar
a Louis del hombro, éste se lo negó al instante echando el cuerpo hacia atrás–.
Pase lo que pase, decidas lo que decidas hacer, yo estaré apoyándote. Cualquier
decisión que tomes, cualquier verdad que quieras confesar frente al jurado. Yo lo
apoyaré y si me lo pides, testificaré a tu nombre. – Jake estaba convencido de que
Louis diría la verdad. Estaba completamente convencido de que el amor que Louis
sentía por Harry no le permitiría destruirlo estando frente a él.
–Está bien. –mencionó cortante–. Ahora, vuelve con tu familia, no creo que les
agrade ver cómo hablas con el chico que demandó a un Styles. –Se giró dándole
la espalda.
Jacob no pudo decir nada más. Tampoco se molestó por la actitud de Louis. Él ya
había comprendido que su amigo escondía su sufrimiento mostrándose arrogante
frente a los demás. Se levantó y volvió al asiento junto a sus padres y todos lo
que apoyaban a Harry.
Louis miró su móvil para saber la hora. Cada vez faltaba menos para que el juicio
comenzara y aún no llevaban a Harry a la sala. Tenía miedo de verlo, pero tenía
mucho más miedo de no verlo. Miró a su madre y al abogado – Y… ¿Harry estará
aquí? –preguntó muy bajo.
–Se supone que sí tiene que estar. –Contestó el abogado rápidamente–. Pero
puede ser que su defensa haya hecho algo para que él no tenga que asistir, o al
menos no mientras usted esté aquí. –Louis sintió su estomago hacerse nudo. Si
Harry había hecho eso con tal de no verlo, sería como una confirmación de lo que
tanto temía; de que lo había dejado de amar.
Volvió a perderse en su mente, esta vez mantenía la cabeza recargada en el
hombro de su madre. Los segundos pasaban como horas, el maldito juicio estaba
por comenzar y Harry aún no aparecía.
Sintió una mano posarse en su hombro por la parte de atrás, después recibió un
beso en la mejilla y rápidamente se giró para mirar de quién se trataba.
–Hola, Lou. –mencionó Oliver mirándolo con una enorme sonrisa. Se había
sentado justo en la silla detrás de Louis.
–Hola, Oli. –sonrió sincero. Oliver se había convertido en una buena compañía.
–¿Cómo estás? –lo miraba con demasiado amor, no era nada nuevo saber que él
estaba enamorado de Louis.
–Estoy bien, sólo algo cansado. –Llevó su mano hasta la mejilla de Oliver y lo
acarició para agradecerle su apoyo–. Aprecio mucho que estés aquí, conmigo.
Supongo que para ti no es nada fácil que toda tu familia te vea de mi lado.
–No me importa. Ellos saben que yo estaba contigo desde antes. Sé que están
molestos, sobre todo mi tía, pero no me importa. Ya le he avisado que testificaré a
tu favor.
–¿Hablas de la madre de Harry?
–Sí, ella es la más afectada con este asunto. Pero está bien, al igual que Harry. –
Esa última frase lo había desconcertado demasiado. ¿Harry estaba bien? No era
que Louis le deseara estar mal, sin embargo no podía asimilar que Harry estuviera
bien tras todo lo que pasaba. ¿Si Louis estaba mal, por qué Harry estaba bien?
Antes de que pudiera preguntarle algo más, un hombre llegó hasta ellos y se
dirigió directamente a Louis. –Joven, ¿Puedo hablar con usted? –Louis nunca
había visto a esa persona en su vida.
–Es el abogado de Harry… –susurró Oliver a su oído.
Se tensó demasiado. Estuvo a punto de llamarle a su madre para que se hiciera
cargo del asunto cuando el abogado volvió a insistir. –Por favor, es importante.
Miró a Oliver temeroso. –Dile a mi madre que he ido al sanitario, que volveré muy
pronto. –Después se levantó de su asiento para caminar fuera de la sala seguido
del abogado. Sus piernas temblaban y cada vez se sentía más nervioso por lo
que pudiera tratarse el asunto.
Salieron de la sala y se dirigieron hacia un lugar donde no hubiera muchas
personas. Terminaron entrando a los baños para caballeros. Nadie podía mirarlos
juntos, ya que podían acusarlos de fraude, tanto a Louis como al abogado por
encontrarse hablando entre ellos.
Leonard miraba a Louis detenidamente. Era la primera vez que lo veía en persona.
No entendía qué mierda era que a lo que Harry se refería cuando hablaba tan bien
de él, refiriéndose a Louis como si se tratara de un príncipe, de alguien perfecto. El
chico estaba mal, realmente mal físicamente.
Louis notó la mirada del abogado sobre él, intentó nunca dejar en claro lo
asustado que estaba. –¿Entonces? ¿Para qué me ha hecho venir aquí?
Leonard sacó su móvil y marcó un número, esperó un poco a que respondieran la
llamada. Aún no respondía la pregunta del menor. –¿Hola, Harry? –Louis sintió
que su corazón se paralizó ante eso–. Listo, he hecho lo que me pediste, ¿te lo
paso? –preguntó al rizado, que se encontraba del otro lado de la línea.
–Espera, no, ¿¡Qué!? –preguntó el chico alterado alejándose de Leonard. Había
comenzado a temblar a sobre manera. No podía hablar con Harry, no en ese
momento.
–De acuerdo, pero por favor, recuerda que si nos descubren haciendo esto, nos
vamos a la mierda. Habla rápido, Harry. –Leonard y Harry habían sobornado al
policía que se encargaba de cuidarlo para que les permitiera hablar por teléfono
minutos antes del juicio. Extendió el teléfono hacia Louis y esperó a que éste lo
tomara–. Vamos, chico. Harry quiere hablar contigo antes de que comience la
sesión. –mencionó ante la cara de horror que Louis mantenía.
–Nn…no puedo. –Susurró y sus ojos se llenaron de lágrimas–. No puedo hablar
con él.
–Por favor. Si no hablan ahora, nunca más podrán hacerlo, durante el juicio
ustedes no podrán intercambiar palabras. Louis, ¿Cierto? –se acercó hacia Louis
intentando actuar comprensivo para lograr que el chico tomara la llamada. Louis
asintió con la cabeza– No sabes todo lo que hemos tenido que hacer por
conseguir enlazarte con él. Por favor, no hagas esto más difícil, el juicio está por
comenzar.
–Pero… ¿Por qué quiere hablar conmigo? –preguntaba con miedo, estaba a punto
de colapsar y no estaba ni su madre, ni su gatito para tranquilizarlo.
–No es nada malo, sólo quiere hacerte una pregunta.
Louis bajó la mirada, dio un gran respiro y se preparó para lo que estaba por
hacer. Él también deseaba con todo su corazón escuchar la voz del rizado. – De
acuerdo, tomaré la llamada, pero tú tienes que esperar afuera. –Leonard asintió
con rapidez.
–Sí, está bien. Pero por favor no tarden mucho y que nadie se entere de que esto
pasó. –entregó el móvil a Louis y salió del lugar dejando al menor completamente
solo.
Llevó el móvil hasta su oído. Su corazón latía tan fuerte que amenazaba con
salirse de su pecho. Pudo escuchar la respiración de Harry al otro lado de la línea
y le fue imposible no dejar salir un puchero ante eso. Esa maldita respiración era
la razón de su vida. Aún no se atrevía a mencionar nada, sólo lo escuchaba
respirar.
–¿Louis? –Preguntó Harry y con escuchar su voz fue suficiente para que miles de
recuerdos volvieran a su cabeza, llenándolo de nostalgia y desesperación. Sintió
que la voz del mayor se le había metido hasta las entrañas–. ¿Louis, eres tú? –
volvió a preguntar cuando no obtuvo respuesta, pues él podía escuchar los
sollozos del menor.
El pequeño intentó reponerse, respiró hondo y sorbió la nariz. –Sí, Harry, Soy yo.
–Al rizado le pasó lo mismo, escuchar la voz de Louis fue como recibir un montón
de puñaladas en el abdomen, amenazándolo con debilitarlo y no poder continuar.
Tardaban demasiado en responderse, ninguno de los dos sabía cómo tratar a la
persona que había representado su vida meses atrás.
Harry sabía que no podía mostrarse débil, y que a pesar de escuchar a Louis tan
mal, tenía que seguir con lo que había planeado. –Leonard te ha dicho que
necesitaba hacerte una pregunta… ¿puedo hacerla? –le preguntó después de un
tiempo en silencio.
Louis quería convencerse a sí mismo que todo lo que estaba pasando era
producto de su imaginación, como lo había hecho todas las veces anteriores, sin
embargo esta vez estaba seguro de que no era así, y tenía que afrontar la
situación. –Claro que la puedes hacer… –susurró muy bajo y se recargó contra
los lavabos.
Intentó prepararse para lo que él suponía se trataba aquella pregunta “¿Por qué
hiciste esto? ¿Por qué me abandonaste? ¿Por qué me traicionaste? ¿Por qué
destruiste lo más importante de mi vida? ¿Por qué no detienes todo? ¿Me
quieres? ¿Tu amor fue una mentira?” o cualquier otra pregunta relacionada con el
tema. Sabía que Harry estaba en todo su derecho de recibir una explicación, y él
estaba dispuesto a dársela.
–Te parecerá muy extraño esto… –volvió a escuchar la voz del mayor– pero
necesito saber cómo está Quesito.
Su corazón se detuvo y pensó que había escuchado mal. –¿Perdón? –Era
imposible que después de tanto, Harry sólo estuviera interesado en saber sobre el
gato.
–Sí, el bebé. ¿Cómo está nuestro bebé? –mencionó tranquilamente, como si
estuviera hablando con alguien que acababa de ver unas horas atrás.
Louis no supo cómo reaccionar o qué hacer ante eso. Había sido como un golpe
extremadamente fuerte sobre su corazón. –Está bien… –hizo puchero, pero trató
de no llorar–. Cada día más gordo y flojo.
Harry dejó salir una risita. –¿En serio? Oh, mierda, mataría por poder ver una foto
de él, o abrazarlo y apretar su pancita.
Intentó sonreír, pero no lo logró. Quería sentirse feliz por escuchar alegre al rizado,
pero no podía simplemente aceptarlo. –¿Eso es todo? –sintió miedo, no quería
dejar de escuchar su voz.
–Sí, Louis. Gracias por tomar mi llamada.
–¡No! ¡Espera! –rogó antes de que el mayor pudiera colgar. Harry tenía que estar
bromeado–. Harry… estoy muy mal. No cuelgues por favor. –confesó. Había
tenido la esperanza de que él le preguntara cómo estaba, pero no lo había hecho,
y al parecer tampoco pensaba hacerlo–. Siento que me voy a morir, mi cuerpo
está muy débil y cada día me cuesta más trabajo levantarme… Tú siempre me
protegiste, y necesito que lo hagas ahora… –ya no podía seguir fingiendo, ante
Harry no le importaba ser débil.
Tardó demasiado tiempo en responder. Él no quería escuchar a Louis, no quería
entrar a un tema del cual después le sería imposible salir. No había hecho esa
llamada para reclamarle sobre lo que le había hecho, no había buscado la manera
de lastimarlo, ni tampoco de demostrarle que ya no le importaba, pero también
dejarlo claro, no quería que Louis siguiera tratándolo como su títere. –Bueno… no
sé qué sea lo que tengas, pero espero que pronto sanes. Tal vez necesites un
poco de amor de tus seres queridos.
Su corazón se rompía en mil pedazos cada que escuchaba la indiferencia y el
poco interés del mayor. –No es falta de amor, es falta de ti.
–Y yo ya no puedo hacer nada, Louis. Lo siento, pero tú ya no eres mi
responsabilidad. –Sabía que lo lastimaba al decir eso, y aunque su principal
objetivo no era hacer eso, tenía que dejarle claro su situación–. A mí me hubiera
gustado estar contigo todos estos meses que han pasado. Es más, incluso no sé,
te hubiera pedido matrimonio o te hubiera obligado a huir
del país conmigo. Pero tú cambiaste la historia con tu traición, y yo respeto eso.
Me hubiera gustado ser tu héroe, príncipe.
–Y aún puedes hacerlo. –rogó. Su rostro ya se encontraba inundado en las
lágrimas–. Aún no es tarde para salvar nuestro amor, Harry.
–¿Amor? No, Lou. Eso ya no existe entre tú y yo. –El tiempo se detuvo al
escuchar esa frase. Todo comenzó a pasar en cámara lenta–. Existió, de eso no
hay duda. Pero ya desapareció, tú te encargaste de matarlo.
–¿Qué? ¡No, Harry! ¡NO DIGAS ESO! ¡TU AMOR ES LO UNICO QUE ME
MANTIENE CON VIDA! –Entró en pánico y le fue imposible controlarse–. No me
puedes decir eso, el amor no desaparece, tú me has enseñado que es algo fuerte,
por favor Harry… no digas eso… No destruyas la imagen que tengo de ti.
–¡No te puedo mentir! No sé qué carajos te pase, pero recuerda que si estamos
aquí es porque dentro de unos pocos minutos comenzará un juicio donde me
declararán culpable de pedofilia, PORQUE ASÍ TÚ LO DECIDISTE. –había hecho
su mayor esfuerzo por no reclamarle, pero Louis lo estaba tratando como si él
hubiese sido el culpable–Hoy después de que el juicio termine, tu y yo no nos
volveremos a ver nunca más.
–Por favor, déjame salvarte de esto…
–Sálvame de ti, y sálvate a ti mismo. No me importa que me hayas destruido. Me
importa que hayas destruido a todo lo que yo amaba, que básicamente se resume
a ti.
–Entonces… ¿Te estás dando por vencido a nuestro amor? ¿Me estás dejando? –
Su voz se hacía hilo mientras susurraba.
–Ya lo hice hace mucho tiempo, Louis. Fue como debió ser, ¿o lo vas a negar? En
nuestro momento fue hermoso, pero ya terminó.
–¿Quién eres y por qué me dices esto? ¡Tú no eres mi Harry! Harry me quiere, él
me protegía y me decía que yo era hermoso, Harry me hacía sentir bien. No me
gusta este Harry, me lastima.
–Lo siento, Louis. No tengo nada más que decir. Suerte y espero que salgas
adelante, así como yo lo voy a hacer.
–¡NO CUELGUES! ¡POR FAVOR, NO CUELGUES! –gritó, sin embargo ya era
demasiado tarde. La llamada ya había sido terminada por el rizado.
“Y después de todo lo que había pasado, yo sólo comprendí lo fácil que es perder
algo que pensé que nunca se iría.”
Capitulo 42.
“Jett, tienes que venir por mí. Por favor, ven a Londres y llévame contigo.”
“¿Ocurre algo, Lou? ¿Estás bien?
“Es Harry.”
“¿Qué ha pasado con él? ¿No se supone que ustedes habían terminado?
“Tienes que venir por mí.”
“Louis, estamos muy lejos, no puedo viajar de un día para otro.”
“Te lo ruego, ven.”
“Pero dime qué es lo que pasa, seguro tiene solución, no te pongas mal.”
“Eres lo único que me queda en la vida, confió en ti.”
“Dime donde buscarte, haré lo que sea por llegar lo más rápido posible a
Inglaterra.”
Y entonces llegó el final, como todo en esta vida.
El abogado de Louis tuvo que salir de la sala para ir a buscar el chico, pues Harry
e incluso el juez ya habían llegado a la sala. El juicio estaba por empezar y Louis
aún no lograba controlar sus lágrimas después de la llamada del rizado.
Aquella mañana Harry lucía bien, fuerte y sano. Cuando lo llevaron a la sala él se
esperaba encontrarse con Louis, sin embargo éste no aparecía. Ahora estaba
preocupado, porque sabía que gracias a su llamada existía la posibilidad de haber
cambiado la mentalidad del chico.
Leonard miraba lo nervioso que se encontraba Harry con todo eso. Todas las
personas en el lugar susurraban acerca de la desaparición de Louis y con eso sólo
lograban que el rizado se sintiera más nervioso.
El juez comenzaba a molestarse, pues el juicio tenía que haber empezado minutos
atrás.
–¿Estás seguro que él se quedó en el baño cuando tú te fuiste? –preguntó Harry
muy bajo hacia Leonard. Nadie podía enterarse de que ellos sabían dónde estaba
el chico.
–Sí. No sé qué mierda le habrás dicho al niño ese, pero se ha quedado hecho
mierda. Ni siquiera me dejó acercarme, sólo salió, me lanzó el móvil y volvió a
encerrarse en los baños. –La situación era crítica.
–Mierda, él tiene que aparecer. –mencionó el rizado con expresión muy
preocupada.
Leonard notó lo mucho que eso le preocupada, y estaba consciente que no se
trataba nada sobre el juicio, si Harry estaba preocupado por Louis era porque algo
le había dicho. –¿Qué ocurrió durante esa llamada? –parecía muy serio. Cualquier
error de Harry podía costarle demasiados años más de prisión.
Harry dudó algunos segundos en contarle, pero al final sabía que Leonard tendría
que enterarse. –Tenía que hacer que me odiara, era la única manera de que no se
retractara con su acusación, podrían lastimarlo y... yo lo amé. – mencionó sin
mirarlo a los ojos. Eso era como una traición, y Harry lo sabía. Leonard había
estado los últimos meses buscando pruebas que comprobaran que Louis mentía,
sin embargo ahora se enteraba que Harry no quería que eso pasara.
–¿Por qué? –preguntó molesto. Hablaban mediante susurros–. ¿Por qué has
hecho eso? ¿Por qué mierda buscas protegerlo si ese niño sólo ha buscado
dañarte?
–Aún puedo salvarlo.
–¿Estás enfermo? ¿Te está encerrando en la cárcel y tú buscas salvarlo?

–No lo entiendes. Nunca lo entenderás. –Ni siquiera se molestó en darle


explicaciones–. Mira, en todo caso seré yo quien se pudra en la cárcel, así que
relájate.
Al final de todo, Harry nunca dejó de ser su héroe, nunca se dio por vencido.
Probablemente el amor se había deteriorado, pero el recuerdo se mantenía vivo
dentro de él. Ya no le dolía tanto la traición de Louis, pero lo había destruido.
Louis no podía esperar a que éste lo siguiera amando, pero sí que lo recordara
con cariño, con alegría por lo que algún día vivieron.
Harry había analizado la situación; él ya estaba condenado de una manera u otra,
él tendría que pasar tiempo en la cárcel de cualquier manera, pues tener
relaciones con un menor de 16 años era penado por la ley aún si se llevaban a
cabo con el consentimiento de aquel menor. Mientras que Louis podía salir limpio
de eso, si se quedaba callado y no se retractaba de su acusación, no le harían
nada más que intentar darle apoyo moral y económico, mientras que si él llegaba
a retractarse, lo acusarían de fraude y mentir a la ley, y eso podría provocar que
ambos terminaran encerrados en prisión, uno en la formal y otro en el tutelar para
menores.
Harry no quería eso para Louis, a pesar de todo el daño que él le había hecho, no
quería que nadie lo lastimara. No porque aún sintiera amor, sino por respeto a sí
mismo, y a los recuerdos de aquel amor tan verdadero que sintió por ese chico.
Leonard estuvo a punto de mencionar algo cuando el juez ordenó silencio en la
sala y pidiendo a todos que se pusieran de pie. Louis estaba por entrar al lugar. –
Comenzamos esta última sesión del caso Styles-Tomnlinson. –Habló fuerte–.
Como inicio de esta sesión, recibiremos al demandante en el estrado para
escuchar su acusación. Por favor, les pido respeto absoluto y discreción para el
menor de edad.
Harry se levantó de su silla y bajó la mirada. Sentía el corazón latiéndole a mil por
hora. Quería ver a Louis, pero aún no se sentía listo para hacerlo, no al menos
después de aquella llamada que habían tenido apenas unos minutos atrás.
La puerta de la sala se abrió. Todo el lugar quedó en silencio. Louis entró
acompañado de su abogado, le temblaban las piernas al caminar, sentía que sus
rodillas se doblarían en cualquier momento y caería al suelo. No se sentía nada de
bien, pero pensaba que se debía a los nervios.
Todas las personas ahí dentro le prestaban atención, por un lado su madre lo
miraba asintiendo con la cabeza, dándole apoyo para que aguantara testificar
frente a Harry. Jacob también lo miraba, sin embargo él lo hacía de una forma en
la que rogaba para que él parara todo, para que dijera la verdad y no juzgaran
injustamente a Harry. Por otro lado estaba toda la familia Styles, que lo miraban
con asco y odio. Los reporteros y las personas del jurado lo miraban diferente,
como si sintieran lastima del pobre chico que había tenido que pasar por esas
cosas “horrendas e inhumadas” con fin de salvar a su padre de una enfermedad.
El camino al estrado fue eterno para el chico. Aún no tenía el valor para levantar la
mirada, pues temía que la gente notara lo mucho que había llorado. Porque lo
había hecho, había llorado a todo pulmón cuando terminó la llamada de Harry. A
pesar de todo lo que estaba pasando, su orgullo no le permitía mostrarse débil
frente a tantas personas.
–Tranquilo, Louis. –susurró su abogado dando unos golpecitos sobre su hombro.
Faltaba muy poco para llegar hasta el juez–. Sólo cuenta exactamente lo que pasó
y no sientas nervios por Styles, él está esposado y no podrá dañarte de ninguna
manera. –el hombre había tomado el nerviosismo de Louis por miedo, cuando en
realidad su cuerpo temblando se debía a la emoción que sentía de volver a ver a
la persona a la que tanto amaba.
Louis asintió con la cabeza. Miró a Harry por la parte de atrás, él era el único en la
sala que no había volteado para mirarlo. Observó su cabello y estuvo a punto de
detenerse y colapsar. Era Harry, era Harry, su Harry, era el amor en estado físico,
era la persona que tanto le robaba la tranquilidad, era el hombre al que estaba
acusando de abuso cuando en realidad nunca le dio algo que no fuera amor.
Llegó hasta el estrado, saludó al juez estrechando su mano y se colocó sobre el
asiento donde iba a testificar, a un lado del juez, frente a todos los presentes. Aún
mantenía la mirada baja y evitaba a toda costa mirarlo.
–Buenos días, joven Tomlinson. –Mencionó el juez con tranquilidad–. Estamos
aquí para dictar formar sentencia al joven Harry Styles, al cual usted acusa de
abuso sexual, pornografía infantil, pedofilia, entre otras cosas. ¿Estoy en lo
correcto? –preguntó mirándolo a los ojos.
Fue en ese momento en el que Harry levantó la mirada para mirarlo. Quería ver
cuando Louis lo acusara, quería recordar ese momento para siempre y así poder
convencerse de que su amor nunca podría haber sido duradero.
No hizo falta nada más que posar sus ojos sobre él para entenderlo todo; el amor
no muere, se mantiene dentro, aunque a veces se niegue a mostrarse. – Mierda…
–susurró con demasiado terror en el rostro cuando miró su pequeño. Respiraba
pesadamente y no despegaba sus ojos de Louis.
–Sí, está en lo correcto. –habló Louis hacia el juez y posteriormente miró hacia el
publico. Se encontró con la mirada de horror del rizado. Hizo un puchero y al
instante bajó la mirada. No podía continuar mirándolo.
–¿Qué ocurre, Harry? –susurró Leonard al ser el único que había escuchado su
ultima expresión.
–¿Por qué está así Lou? –aún no podía creerlo. Su príncipe estaba demacrado
como si realmente estuviera muriendo por alguna enfermedad.
–Muy bien, señor Tomlinson. Quiero que me cuente exactamente cómo ocurrieron
las cosas. –volvió a hablar el juez.
–¿Así cómo? ¿Delgado? No sé, según yo no está enfermo de nada. No está en su
expediente. –contestó Leonard.
Harry se mantuvo en silencio, aún observándolo. Quería correr hacía él y
abrazarlo, quería llegar hasta Louis y protegerlo de sí mismo. Ya no quería
olvidarlo, ya no quería olvidar nada que ellos habían vivido. No le importaba
perder todo su orgullo, realmente nunca le había importado. Ahora sólo quería
salvarlo.
La impotencia y la rabia que tenía al no poder hacer nada le mataban. ¿Por qué
tenían que encontrarse en esa situación? ¿Por qué Louis había tenido que
arruinar todo con su maldita ambición?
Louis no mencionaba nada. El juez le había pedido que dijera lo que había
pasado, pero no podía ni siquiera hablar al sentir la mirada de Harry sobre él.
Haber llorado tanto le provocaba un tremendo dolor de cabeza. Quería mirar a
Harry y darse por vencido. Quería al menos que él supiera que lo amaba
realmente, que todo había sido una estúpida venganza que se había salido de
control. Levantó la mirada y posó sus ojos sobre Harry.
Escuchó perfectamente el sonido de su corazón romperse. Harry lo miraba de
igual manera, sin embargo él se veía bien, fuerte, estable, con una vida por
delante.
Harry negó con su cabeza, ellos se miraban directamente a los ojos y por algunos
segundos se habían olvidado de la realidad. Ahora sólo existían ellos dos. Se
mantuvieron en silencio y maldijeron la distancia que los separaba, entonces Harry
no pudo controlarse más y mediante un susurró marcó la frase “Todo va a estar
bien” con sus labios, sonrió y esperó con eso tranquilizar a Louis.
Fue demasiado tarde, la cabeza de Louis colapsó al instante de mirar la forma en
la que Harry lo observaba. A pesar de que el rizado lo miraba con amor, Louis no
podía comprenderlo así, para él, Harry lo miraba con desprecio y asco,
reprochándole su engaño.
Al ver que Louis no respondía, el juez volvió a intervenir sacándolos de su mente.
–Joven Tomlinson, estamos esperándolo.
–No puedo… –mencionó mirando al rizado con los ojos inundados en lagrimas–.
No sé por qué me he empeñado en destruirte… –habló a Harry y bajó la mirada.
Louis no podía retractarse, Louis no podía decir la verdad, sería un error. Se puso
de pie e intervino la declaración de Louis. –¡Cállate! –gritó desesperado.
Todos los presentes en la sala estaban confundidos con lo que estaba pasando.
–¡SEÑOR STYLES! ¡VUELVA A SU ASIENTO Y GUARDE SILENCIO! –El juez
golpeó la mesa con su martillo y esperó tener una explicación a lo antes
mencionado por Louis.
Bajó la mirada y reunió todas sus fuerzas para continuar hablando. –Harry… por
favor, ayúdame a detener esto… –rogó con un hilo de voz.
–¡Louis, cállate! –No había hecho caso a las órdenes del juez–. ¡CÁLLATE,
CÁLLATE, CÁLLATE! –sentía rabia a que después de todo, Louis decidiera
echarse para atrás en ese último momento. Él ya estaba jodido y no permitiría que
Louis arruinara también su propia vida.
–Harry, por favor, siéntate. –Leonard intentó tranquilizarlo, sin embargo éste sólo
apresuró sus palabras para evitar que Louis continuara hablando.
La sala estaba tensa. Nadie podría entender lo que pasaba.
–Louis, basta. –Rogó y también no pudo retenerse más las lágrimas. Comenzó a
sacar todo el dolor que se había estado reteniendo los últimos meses, intentando
convencerse a sí mismo que no le dolía todo lo que pasaba–. Si ya me arruinaste
a mi no te arruines a ti mismo…
–Harry no puedo hacerte esto. Perdón, perdóname por haberte traicionado. Tú no
puedes dejar de quererme, por favor no lo hagas, no me odies. –La situación física
de Louis era crítica. Parecía que en cualquier momento caería desmayado, sin
embargo él hacia su mayor intento por mantenerse estable.
– TE ODIARÉ SI CONTINUAS, ¡Detente! Louis, por favor, detente.
–Yo no puedo vivir sabiendo que tú ya no me quieres más, tienes que quererme,
Harry, tú eres la única persona que realmente me quiere, porque tú me quieres y
me niego a aceptar tu rechazo… –parecía que no escuchaba nada de lo que el
rizado le gritaba.
–¿Qué está diciendo, joven Tomlinson? –Intervino el juez intentando poner orden–.
¿Está retirando su acusación contra el joven Styles?
No hubo nada más que hacer. Harry no encontró otra alternativa, sabía que podía
salvar a Louis –ME DECLARO CULPABLE DE TODOS LOS CARGOS QUE ME
IMPONEN. –Mencionó con voz firme antes de que Louis pudiera decir algo más–.
Yo le pagué al joven para que se acostara conmigo, yo lo obligué a grabar ese
video cuando estábamos en Colombia, yo tuve relaciones con él aún cuando él
era menor de 16 años. –tragó saliva sintiendo toda la adrenalina en su cuerpo.
Bajó la mirada y respiró profundamente.
Toda su familia, incluyendo sus padres, lo miraban impresionados. Leonard
mantenía los ojos muy abiertos. No podía creer que Harry se hubiese declarado
culpable.
–¿Qué? –preguntó el menor sintiendo como su vista se nublaba. Todos los
sentimientos que estaba viviendo en esos momentos no eran soportables para
alguien que apenas podía mantenerse de pie–. Harry… no. –esta vez su voz ni
siquiera se escuchó. Sintió muchas nauseas y cuando quiso vomitar no
logró sacar nada, pues dentro de su estomago no había nada que sacar.
Ni siquiera podía ya escuchar las voces de su alrededor, se dejó caer y su cabeza
golpeó fuertemente contra el estrado donde estaba declarando. Eso lo dejó
inconsciente y al instante dejó de respirar.
Tal vez el amor que sentían era tan destructivo, que había logrado destruirlo
físicamente por completo.
No supo nada más sobre lo que pasaba en aquella sala.
Capitulo 43
En cuanto despertó después de esa enorme siesta, sintió demasiada inquietud,
pues ya no escuchaba los susurros de los presentes en la sala del juicio, tampoco
escuchaba la voz del juez exigiéndole que le respondiera sus preguntas, y mucho
menos la voz de Harry rogándole porque parara.
Abrió los ojos con dificultad al acostumbrarse a la luz. Su cabeza aún continuaba
doliendo y le fue bastante difícil despertar por completo. Se dio cuenta que ya no
se encontraba en el juicio, sino, en su habitación.
Fue entonces cuando su corazón se aceleró de manera excesiva, ¿dónde estaba
Harry? Miró a su alrededor desesperado, ¿cómo podía ser que el juicio ya hubiera
terminado?
—¡Mamá! —gritó esperando a que la mujer pudiera darle una explicación. El juicio
simplemente no había podido terminar, él tenía que retirar los cargos sobre Harry
—. ¡MAMÁ! —volvió a gritar esta vez con un hilo de voz gracias al nerviosismo.
Su madre entró corriendo a la habitación en cuanto escuchó a su hijo. —¿Qué
ocurre, Louis? —preguntó preocupada llegando hasta él —. ¿Estás bien? ¿Te
duele algo? ¿Quieres que te llevemos al doctor?
—Mamá, ¿Dónde está Harry? —fue lo primero que quiso preguntar. No le
interesaba si quiera saber acerca de su estado de salud o el porqué de su
desmayo—. El juicio se ha pospuesto, ¿Cierto? —rogaba porque la respuesta
fuera un sí.
Su madre acarició su cabello con ternura, se sentó a un costado de él y esperó un
poco para darle a noticia a su hijo, ella pensaba que él se sentiría feliz con lo
siguiente. —No, Lou. Todo ha terminado. No tendremos que saber absolutamente
nada más de la familia Styles. –abrazó a su hijo sin siquiera haber notado la
reacción que éste tuvo.
Louis se quedó sin palabras y por algunos segundos pensó que volvería a tener
un colapso por el estrés. Lo que decía su madre no podía estar pasando. —
Espera… —la alejó de él intentando no ser violento, aún continuaba débil gracias
a su desmayo—. Pero por qué terminó, si yo aún no daba mi declaración.
La mujer encogió los hombros algo confundida por la actitud de su hijo, ella había
escuchado a la perfección las cosas que Louis y Harry se habían dicho durante el
juicio, sin embargo no lograba entenderlas, o al menos se negaba a creerlas o
entenderlas. —Harry se dio por vencido. Se ha declarado culpable incluso antes
de que te desmayaras… ¿No recuerdas nada, mi amor?
Sintió una presión hacerse presente en su pecho, quería llorar, gritar y maldecir
una y otra vez, pero por desgracia frente a su madre tenía que seguir actuando
como el inocente. —¿Qué? —apenas pudo mencionar sin echarse a llorar.
Realmente no podía recordar nada de lo que había pasado en ese lugar después
de recibir la llamada de Harry.
—Bueno, primero que nada no quiero que te preocupes por la leve pérdida de tu
memoria, te has golpeado muy fuerte contra el estrado y el doctor dijo que sería
normal que olvidaras algunas cosas. —Ella podía notar la desesperación de su
hijo por saber lo que había ocurrido, pero quería descubrir algunas cosas y por
eso comenzaba a actuar de esa manera—. Ese hijo de puta ha aceptado su
culpabilidad, por fin. Ya lo han condenado. —sonrió y se mantuvo firme para
examinar la reacción de Louis.
Simplemente no pudo contenerse. Lo que su madre le estaba diciendo era
demasiado doloroso para poder mantenerse fuerte. —¡No, mamá, no! —gritó y
cubrió su rostro con las palmas de sus manos. No estaba llorando, pero temblaba
demasiado de todo el cuerpo y su corazón latía acelerado—. ¡¿POR QUÉ HA
HECHO ESO!?
—Pues porque así sucedieron las cosas…. ¿Cierto, Louis? —Le dio una última
oportunidad para decirle la verdad. Ella esperaba que Louis no estuviese
mintiendo, sin embargo no podía negar lo que era evidente. Su hijo estaba
enamorado de Harry Styles.
Louis no contestó en varios minutos, mantenía el rostro oculto entre sus manos
mientras intentaba tranquilizarse.
Todo había terminado. Su plan, su venganza, su romance con Styles y sobre todo;
su vida. Él estaba consciente de lo difícil que le sería seguir sabiendo que gracias
a él, Harry estaba encerrado. Por desgracia tenía que afrontar la situación,
terminar con lo que alguna vez empezó. —Cierto… —esperó algunos segundos,
dio respiro hondo y agarró valor—. ¿Y al final cómo quedó todo? ¿Qué sentencia
le ha dictado el juez? —esperó la respuesta con demasiado miedo.
Sintió una puñalada en el estomago, Louis seguía actuando como inocente. —15
años. Eso es lo que dictó el juez. —mencionó al mismo tiempo que se levantaba
de la cama y comenzaba a caminar alrededor de la habitación.
Louis ni siquiera lograba asimilar lo que su madre le estaba diciendo—. Pero
puede salir antes, todo depende de su conducta.
—¿Qué...é? –balbuceó—. ¿A qué te refieres con eso?
—Le han otorgado el derecho a salir bajo fianza. Tendría que pagar una cantidad
millonaria para salir en menos de 4 años, pero eso depende de su conducta en
prisión. Además de eso que le tendría que pagar al estado, a ti te corresponden
más de 1.5 millones de libras por daño a tu persona. Es una ley que te da una
recompensa por el daño que ese chico te hizo. La familia Styles tiene 2 semanas
para depositar la cantidad a tu nombre, sino el chico perderá el derecho a salir
bajo fianza. —Louis tenía que estar feliz por eso. Era lo que había deseado desde
el principio, era lo que siempre deseó desde que los Styles habían echado a su
padre de su empresa. Sin embargo, saber que recibiría dinero de esa familia sólo
lo hacían sentirse perturbado—. Igual no creo que para ese entonces ellos puedan
pagar la fianza de su hijo, están muy jodidos económicamente gracias a este
escándalo, será imposible que su empresa siga en pie después de todo esto que
ha pasado.
Todo, absolutamente todo había salido como él lo había planeado, pero ahora se
estaba muriendo en la rabia que su misma persona le daba. Acababa de arruinar a
Harry, al padre de su bebé y a la persona a la que más quería en el mundo. —
Queso… —susurró y pronto sintió su sangre helarse. Entró en pánico—.
¿¡DÓNDE ESTÁ QUESO!? —comenzó a buscar de manera desesperada, primero
en su cama y después alrededor de toda su habitación, no lograba encontrarlo en
ninguna parte.
—Louis, cálmate. —se acercó a él y trató de tranquilizarlo, sin embargo el chico ni
siquiera hizo el más mínimo caso.
Corrió hasta el armario y comenzó a sacar todas las cosas, desesperado por
encontrar al animal. —¡Bebé! ¡¿Dónde estás?! —gritaba y lanzaba todo hacia
afuera. Ese pequeño era la única prueba de que su amor con Harry había sido real
—. ¡¿QUESO!? ¿¡QUESITO!? —comenzó a llorar tras la desesperación de no
encontrarlo.
Comenzó a buscarlo debajo de la cama, dentro de los cajones, en todos lados.
—Louis, tranquilo, Louis. —volvió a acercarse a él e intentó frenarlo como pudo.
Las reacciones de su hijo cada vez la convencían más de lo que ya sospechaba
—. Louis, Quesito está aquí, ¡tranquilízate! —El gato había estado acostado junto
a Louis todo el tiempo—. Lou, Queso está bien, tranquilo…
El pequeño miró al animal y cuando notó que su madre estaba en lo cierto, corrió
hasta él y lo abrazó con demasiada fuerza. —Mi bebé… —lloraba sobre el gatito al
tenerlo pegado a su rostro—. Perdón por dejarte solito, no volverá a pasar… —Le
hablaba a Queso como si realmente se tratara de un bebé humano, pues después
de la llamada de Harry se había dado cuenta de lo mucho que éste le interesaba
al rizado, así que a partir de ese momento lo cuidaría aún más—. Tu papá te
quiere mucho, igual que yo.
Escuchar eso le había alterado demasiado. Ella sabía que Harry le había
obsequiado ese animal a Louis tiempo atrás, y ahora sabía por qué lo quería tanto.
Miraba a su hijo interactuar con el animal y sentía su sangre hervir. ¿Por qué Louis
los había engañado a todos? –—hijo… –susurró con el propósito de reclamarle, o
al menos pedirme una explicación acerca de lo que estaba pasando.
—Mamá, necesitado dormir. —La miró al mismo tiempo que limpiaba las lágrimas
de su rostro, volvió a recostarse sin soltar a Quesito de sus brazos—. Por favor, te
pido que me dejes descansar, he tenido un día muy duro y la cabeza me va a
explotar. —no mentía, su cabeza le dolía demasiado, pero también quería estar un
tiempo solo para poder descargar todas aquellas lagrimas que le causaba la
situación con Harry.
Su madre tardó en contestar. Louis tenía razón, él ya había tenido lo suficiente en
un día, no podía reclamarle nada en esos momentos. —De acuerdo, mi amor. —
se acercó a él y depositó un besito sobre su frente. Se negaba a aceptar que su
pequeño hubiera hecho eso—. Estaré en la habitación con tu padre y Minie, por si
necesitas algo. —Se dio la vuelta y caminó hasta la puerta del lugar. Lo que
estaba pasando también le afectaba
a ella.
No podía reclamarle nada, no ahora que las cosas comenzaban a arreglarse
para su familia. Louis olvidaría a Harry y ella olvidaría que algún día se dio cuenta
de que estaban enamorados y que probablemente el mayor nunca lastimó a su
hijo. Realmente prefería no saber las razones de todo ese engaño.
—Te amo, mamá. —mencionó, ella lo miró y le dio una sonrisa forzada.
—Yo también te amo, Lou. Ahora todo estará bien. —dijo y finalmente salió de la
habitación.
Era horrible, todo lo que estaba pasando era extremadamente horrible.
Louis intentaba encontrar alguna razón para no llorar, o ponerse algún pretexto
que le convenciera de que todo estaría bien, pero sabía que no lo estaría. Sabía
que sin Harry probablemente la vida se iba a acabar, o al menos se iba a apagar.
Abrazó más fuerte a Queso y cerró los ojos fuertemente cuando sus lágrimas
volvían a comenzar a salir. —Ya no, Harry. —Susurró frustrado, tratando de
retener cualquier liquido en sus ojos—. Mierda… ya detente. Deja de hacerme
llorar. — Estaba harto de lo que estaba pasando, estaba desecho por dentro y se
sentía estúpido al llorar, pues él ya había conseguido todo lo que deseaba; dinero
y venganza.
No quería sentir dolor, quería poder comenzar a disfrutar lo que ahora tenia,
quería que todo eso se acabase, que Harry se desvaneciera en su cabeza y
dejara de dolerle por cada segundo. Cualquier dolor físico era mejor a lo que
ahora él estaba sintiendo.
Cubría su boca con la palma de su mano y trataba de hacer el menor ruido posible
al llorar. Su familia no podía enterarse de que él estaba destruido. Llorar en
silencio puede ser incluso 100 veces más doloroso que hacerlo abiertamente.
De hecho, hacer cualquier cosa en silencio es dolorosa, incluso amar en silencio.
El amor no fue inventado para mantenerlo oculto, sino, para mostrarlo al mundo
sin importar las opiniones de los demás. No existe amor erróneo, sólo opiniones
equivocadas.
Quería que su mente trajera a Harry de vuelta, quería tenerlo en su habitación esa
tarde. Quería llorar con él y decirle todo lo que no pudo decirle por miedo, o
simplemente por orgullo. Pero le era imposible poder imaginar a Harry ahí, su
dolor era tan fuerte que ni siquiera le dejaba poder pensar en otra cosa que no
fueran las palabras de su madre
“15 años. Eso es lo que dictó el juez. … no creo que para ese entonces ellos
puedan pagar la fianza de su hijo, están muy jodidos económicamente gracias a
este escándalo, será imposible que su empresa siga en pie después de todo esto
que ha pasado.”
Dejó a Quesito sobre la cama y corrió hacia su cómoda para sacar su móvil y
hacer lo único que le quedó por hacer. No era lógico, y claramente Harry nunca
podría ver ese mensaje, pero necesitaba descargarse. Era estúpido, eso lo sabía,
pero su situación ya no podía estar más jodida. Ya no tenía nada que perder.
Abrió su correo electrónico y comenzó a escribir el mensaje pensado muy bien en
lo que le podría, él sabía que Harry estaba en prisión, obviamente sin su móvil o
una computadora, pero esa sería una buena manera de cerrar el ciclo que su
relación significaba.
“Te amo. Eso será lo primero que te diga porque simplemente no sé qué pueda ser
más importante que eso.
La verdad es que no sé qué decir aparte de eso.
Siempre olvidé decirte lo que realmente importaba, y sólo me dediqué a destruir lo
que más quiero en la vida, a ti. Pero tú me dejabas sin palabras, me llevabas a un
mundo donde nunca antes había estado. Me deslumbraste con tu belleza, con tu
elegancia y con todo lo que algún día me llegaste a mostrar.
Sé que tú ya no me quieres, y me lo dejaste claro la última vez que hablamos.
Pero yo si te quiero, y mucho.
No me dejes de querer… por favor. Al menos quiéreme poquito, pero no me
olvides.
Siempre sonreiré al recordarte, joven Styles.
Mierda, te amo.”
Envió el mensaje cuando apenas podía ver por las lágrimas que inundaban sus
ojos. Bloqueó su móvil y después lo lanzó lejos. Ya no quería saber nada más
sobre el mundo.
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A la mañana siguiente la casa de los Tomlinson podía sentirse tranquila. Ya no
tenían nada de qué preocuparse, la demanda con los Styles por fin había
terminado.
La señora Tomlinson cocinaba panqueques de desayuno, Minie y su padre se
encontraban sentados sobre la mesa, hablando sobre algunas cosas sin
importancia mientras esperaban su comida. Todo pintaba que el sufrimiento
terminaría en esa familia.
Louis escuchó los gritos de su pequeña hermana y no pudo continuar durmiendo.
Se levantó de la cama, decidido a continuar con su vida, comenzar a volver a ir a
la escuela, o al menos intentar volver a comer como solía hacerlo antes de que
Harry Styles apareciera en su vida. Bajó hacia la concina y los miró a todos con
una sonrisa sincera. Ver a su familia feliz era como una especie de anestesia a su
dolor por la ausencia del rizado.
—Bueno días. —mencionó y se acercó hasta su madre para depositar un beso
sobre la mejilla de ésta. Ella se negó levemente corriendo la cabeza hacia un
lado, sin embargo Louis no lo notó. Aún estaba algo molesta por lo que había
descubierto.
—Hola, Louis. —mencionó Minie con mucha emoción al verlo con esa actitud. Las
sonrisas en Louis se habían convertido en milagros—. ¿¡Vas a desayunar con
nosotros!? —preguntó con demasiada sorpresa.
Fue ahí cuando él lo comprendió todo. Al hacerse daño, no sólo se lastimaba a sí
mismo, también lastimaba a todas las personas que lo querían, su madre, su
padre, Minie, inclusive Oliver. —Sí, Mins, voy a desayunar con ustedes. — haría
un esfuerzo por volver a comer y recuperar la salud que había perdido.
Su padre lo miró con una enorme sonrisa. —Me alegro de eso, hijo. Verás que a
partir de ahora todo mejorará para ti, y también para nosotros. Eres fuerte y
podrás superar esta mala racha. —El señor Tomlinson estaba mejorando en su
salud.
Louis ya no tenía motivos para sufrir, realmente su padre tenía razón. Ahora todo
estaría bien. No valía la pena perturbarse por alguien quien nunca más podría
tener; Harry.
—Les prometo que así será. Voy a estar bien, y ustedes también lo estarán. —
Bajó la mirada y susurró muy bajo—. Y él también lo estará… —nadie logró
escuchar aquella última frase. Estuvo a punto de decir otra cosa cuando el timbre
de la puerta interrumpió el momento—. Oh, yo atiendo. —mencionó y se levantó
rápidamente para ir hacia la puerta y abrir.
Era común que las personas de la colonia los visitaran para darles su “apoyo” por
lo de “el abuso a Louis” pues todo el estado se había enterado, incluso gran parte
del país ahora lo sabía. Harry era una persona importante que frente a los ojos del
mundo estaba como un delincuente.
Cuando abrió la puerta no se imaginaba a quién encontraría esperándolo con una
enorme sonrisa.
—Hola. —mencionó el chico y al instante su expresión cambió, pues ver el
aspecto físico de Louis le había sorprendido—. Louis, ¿Qué mierda te ocurre?
Louis sonrió de oreja a oreja y saltó hacia Jett, abrazándolo por el cuello de
forma excesivamente fuerte. De cierta manera él le hacía recordar los
buenostiempos de su vida. —Mierda, viniste. —lo mantenía abrazado como si Jett
realmente significara mucho para él.
El chico le devolvía el abrazo, sin embargo él lo hizo con cuidado, pues temía
lastimar a Louis al verlo tan débil. —Claro que iba a venir, tú me pediste que
viniera y sabes que estoy a tus pies. —Encajó su rostro sobre el cuello del castaño
—. Ahora será difícil dejarte ir. Esta vez no me rendiré tan fácil.
Louis sintió nostalgia. —¿No te has dado cuenta como estoy? —se separó de sus
brazos para que el chico pudiera mirarlo correctamente—. Estoy hecho mierda, ya
no soy el mismo que conociste en Colombia.
Jett lo observó por algunos segundos directamente a los ojos, nunca bajó la
mirada hacia su cuerpo. —No, Louis, sigues siendo el mismo, ¿y sabes qué? —
Tomó a Louis por las mejillas y lo acercó hacia sus labios—. Juntos vamos a
arreglarte. —mencionó antes de depositar un beso sobre sus labios.
Louis se sintió algo nervioso con eso, pero tampoco quiso parar. Jett lo hacía
sentir seguro, de la misma manera en la que Harry lo hacía. Le devolvió el beso —
Confió en eso. —susurró y estuvieron unos cuantos segundos más besándose.
Cuando sentía la lengua de Jett acariciando la suya, sentía la presencia de Harry,
cuando sentía las manos de Jett tocándolo, sentía la presencia de Harry. Cuando
Jett le hablaba, sentía la presencia de Harry.
Y por ahora eso lo mantendría vivo.

Epilogo 1/3
4 años después.

HARRY
—¡Styles, levántate! ¡Tienes visita! —gritó un oficial mientras abría la celda del
rizado y lo obligaba a levantarse de la cama. En ese lugar solían tratarlo como si
fuera un animal o incluso algo peor—. ¡Date prisa! No tengo tu tiempo. —El
hombre lo tomó por la camisa y comenzó a jalarlo hacia la sala de visitas.
Gracias al dinero de la familia Styles, habían conseguido que Harry tuviera una
celda para él solo, así evitaban riegos mayores con los demás reos.
Harry talló sus ojos para poder despertar mejor y se dedicó a caminar junto con el
hombre. No daría guerra, no se defendería, no daría ni un solo problema. Ahora su
único objetivo era salir de ese horrible lugar, y cualquier problema podría atrasar
su salida.
Pasaban los años y mientras cada segundo avanza el cuerpo se le iba llenando
más de aquellos sentimientos. Harry quería detener su rabia, quería olvidarse de
todo de una maldita vez y poder vivir en paz. Pero tenía tan presente a Louis, que
simplemente no podía pasar ni un segundo de su vida sin pensar en él.
Los años que llevaba en la cárcel no le habían servido de mucho para reflexionar.
Incluso lo único que había conseguido aumentar era un profundo asco por el
apellido Tomlinson, unas ganas enormes de salir de aquel lugar y buscarlo, hacer
lo posible por verlo otra vez, para después matarlo él mismo.
Las cosas estaban así. Harry había dejado de ver la vida como algo bueno.
Había dejado de agradecer en su interior los bellos momentos que pasó con Louis.
Ahora sólo lo pensaba y se daba asco de sí mismo al recordar que había estado
con él. Le daba vergüenza que su corazón estúpido continuara dedicándose sólo a
latir por una persona que lo único que merecía era su odio.
La cárcel era un infierno que estaba viviendo injustamente.
Físicamente, él cada día estaba mejor. Su cuerpo estaba tan formado que incluso
no era necesario hacer fuerza para que su abdomen se mantuviera marcado. El
ejercicio le había servido como una especie de dopamina que lo hacía olvidar el
dolor. Llevaba un poco de barba en las mejillas, algo que lo hacía lucir un poco
más grande de la edad que actualmente tenía, 29 años.
Llegaron hasta la sala de visitas y al entrar Harry se encontró con su viejo amigo,
inclusive su único amigo.
Sonrió sinceramente y se sentó frente a él. Estaban separados por una ventanilla
de cristal, y la única forma de comunicarse era tomando un teléfono que se
conectaba al otro lado de la ventana, donde se encontraba Leonard. —Hola. —
mencionó al tomar el aparato.
—Hola, Harry. ¿Cómo estás? —preguntó el chico, feliz por ver a su amigo.
Leonard continuaba siendo su abogado, y ese día en especial se veía más feliz
que nunca, pues llevaba una gran sorpresa para darle al rizado.

—No sé. Ni siquiera estoy seguro si estoy vivo. —mencionó con naturalidad.
Harry estaba pasando por una etapa donde su vida le importaba una mierda.
Leonard negó con la cabeza al mismo tiempo que elevaba su portafolio para que
Harry pudiera verlo—. ¿Has conseguido lo que te pedí? —preguntó ansioso.
Asintió con la cabeza. —Sí. Conseguí lo que me pediste, no fue fácil, pero al final
conseguí toda la información. —él no estaba totalmente de acuerdo con lo que
Harry le había pedido hacer, pero al final aceptó porque sabía que en cierta
manera era lo justo—. Lo he investigado estas últimas semanas y conseguí la
mayoría de su información.
Los ojos de Harry brillaban al escuchar eso. Llevaba meses enteros sufriendo
ansiedad por saber aunque sea un poco sobre la vida de Louis en la actualidad.
Habían pasado 4 años y él aún no era capaz de sacarlo de su corazón, no porque
el amor continuara intacto, eso ya estaba totalmente destruido por el rencor y la
rabia. —Dime entonces, ¿Qué averiguaste sobre él? ¿Cómo está?
Leonard tardó algunos segundos en responder, pensaba seriamente en ser
honesto o no. Harry no podía seguir perturbándose pensando en una persona que
hacía años se había olvidado de él, después de mandarlo a la cárcel y dejar casi
en la quiebra a su familia. —Mira, Harry… yo no pienso que sea una buena idea
que sigas pensando en ese chico…. Digo, él ya se olvidó de ti por completo, ¿qué
propósito tiene que continúes? Ninguno.
—Lo hay. Al menos quiero escuchar sus razones, el porqué de su horrible engaño.
—hablaba serio, su rostro se había convertido en un tempano de hielo que
algunas veces mostraba sentimientos—. Yo no sólo perdí mi libertad por él, sino
que también le di todo, incluyendo mi juventud. Me estoy haciendo viejo aquí
encerrado, y él está ahí afuera, disfrutando de una libertad que no le pertenece.
—Harry… tú fuiste quien así lo decidió. Tú te declaraste culpable. Tú le regalaste
todo eso, tu libertad, tu juventud, todo.
—¡Pero tenía un maldito motivo! ¡Yo sabía que ese cabrón sólo me quería por el
estúpido dinero! Pero no lo podía aceptar… no estaba dispuesto a perderlo. Por
eso me declaré culpable, para darle una “prueba de amor”. Para dejarle claro que
yo por él era capaz de darlo todo, TODO. Incluyendo mi vida. —Hablar de Louis le
ponía muy mal, mostraba enojo, rabia, miles de sentimientos negativos que nunca
antes había vivido—. ¡¿Y de qué sirvió todo eso?! Llevo 4 malditos años
encerrado aquí, y él no ha sido capaz de buscarme ni siquiera para agradecer lo
que hice por él… —bajó la miraba y respiró profundamente—. Yo no sé qué pasó
conmigo… cómo fue que me deje atontar a tal grado por ese imbécil…
Todo el tiempo que Harry había estado en prisión lo había vivido en espera de la
visita de Louis. Pero ésta nunca ocurrió. Louis se olvidó por completo de él, lo dejó
ahí abandonado y al parecer ni siquiera le había importado saber cómo estaba
Harry o si al menos había sobrevivido a la cárcel.
—¿Y entonces por qué quieres saber de él ahora? ¿Por qué te empeñas de
mantener abierta esa herida? ¡SÓLO OLVIDALO Y YA!
—¡¿Crees que es tan fácil?! ¿¡Crees que yo quiero quererlo, pensarlo a cada
maldito momento!? —Esperó una respuesta de Leonard, éste sólo negó con la
cabeza y bajó la mirada—. No… así no son las cosas… yo necesito saber sobre
él, necesito que me explique las cosas, que me dé la cara y me mire a los ojos
cuando me diga que nunca me amó.
—Y yo puedo ayudarte a que eso suceda… —susurró. Era hora de darle la noticia
que tanto le emocionaba.
Harry elevó las cejas algo confundido. —¿Cómo? ¿Lo traerás aquí?
—No. Tú irás a buscarlo. —abrió su portafolio y sacó un papel que significaba un
requerimiento a la ley para sacar a Harry pagando la fianza fijada años atrás.
Harry había tenido buen comportamiento y había cumplido los 4 años obligatorios
que el juez había dictado.
La miraba de Harry se volvió paranoica, parecía asustado por eso. —¡No! —
Mencionó al instante— ¡Yo no quiero salir de aquí! Al menos no tan pronto.
—¿De qué hablas, Harry? —Leonard llevaba años conociéndolo y aún no era
capaz de entenderlo al 100%. Todo el Harry giraba en torno a Louis, y eso era una
lástima porque Louis no había mostrado el más mínimo interés en él durante todos
esos años.
Harry no contestaba, se mantenía pensante y evitaba mirar a Leonard. Su cabeza
estaba tan llena de desesperación que se negaba a aceptar que eso estuviera
pasando. —Yo no quiero salir de aquí porque antes Louis tiene que reflexionar y
venir… —controló lo más que pudo sus lágrimas. Había llorado tanto que incluso
ya no podía seguir haciéndolo—. Ruego a Dios que él venga… ruego porque él
se arrepienta de todo…
—Han pasado 4 años, amigo. Creo que ha llegado el momento de que lo dejes
ir… —volvió a mirar su portafolio y esta vez sacó un montón de hojas llenas con la
información que había averiguado sobre Louis—. Louis Tomlinson vive
actualmente en Manchester. Nunca volvió al colegio, nunca comenzó a trabajar. —
Hablaba mientras observaba las hojas para decir los acontecimientos más
importantes—. Sus padres continúan viviendo en Londres, pero se han cambiado
de dirección. Pusieron un restaurante de pescado frito y por lo que escuché les va
muy bien.
—¿Louis vive solo en Manchester? —Preguntó desesperado por saber más sobre
aquella persona—. ¿Cómo es que sus padres se lo han permitido? Es muy
pequeño… podría pasarle algo…
—Ya es mayor de edad, Harry. Tiene 20 años ahora. Ya dejó de ser el niñito del
que te enamoraste. —Pensó antes de continuar, sin embargo Harry merecía saber
la verdad, y tal vez eso le ayudaba a superarlo—. Louis no vive solo.
Abrió los ojos sorprendido para posteriormente bajar la miraba. —¿Entonces?
¿Tiene pareja? ¿Se casó? —preguntó balbuceando. Era evidente que eso le
lastimaba.
—No está casado, pero sí, tiene una pareja.
—¿Hombre o mujer?
—Hombre.
Fue un golpe duro. Ni siquiera se atrevía a mirar a Leonard. —Entonces por lo que
escucho él superó su anorexia… —intentó sonreír, sin embargo sentía su corazón
latir muy fuerte. Era como si todo ese amor que había sentido se convirtiera en
rabia, en mucho coraje—. ¿Sabes cómo se llama el chico?
—Jett Black. Es americano, de Nueva York para ser exactos. Su familia es dueña
de una franquicia importante de comida rápida. Es gente de mucho dinero.
“Jett Black” El nombre resonó dentro de la cabeza del rizado. Él lo había
escuchado antes, o al menos recordaba a alguna persona llamada de esa manera,
pero no lograba recordar quién era o qué significaba. —Al menos él consiguió lo
que quería. Al final se quedó con un millonario.
—Exactamente, Harry. Ese hijo de puta no es más que un interesado. Date
cuenta de una vez que dentro de su cuerpo no existe otra cosa que no sea
ambición.
Harry afirmó con la mirada. —Eso lo sé desde hace años.
—¿Y entonces para qué te aferras a su recuerdo?
—Porque me voy a encargar de devolverle toda la mierda que él me dio.
—No pierdas tu vida en eso, olvídalo.
—Ya la perdí. Ahora lo único que me interesa es vengar a mi familia. Él vengó a la
suya, ahora es mi turno. —Miró al policía que se encargaba de cuidarlo y llevarlo a
su celda e indicó que era tiempo de retirarse—. Leonard, te pido que hagas todo lo
posible para sacarme de aquí. Lo más pronto posible. No creo soportar un
segundo más aquí dentro.
Leonard asintió. —Te prometo que lo haré. Pero tienes que pensar en lo que harás
cuando salgas y en si realmente vale la pena
—Verlo valdrá la pena… tú sólo encárgate de conseguir su dirección exacta.
Adiós, amigo. —colgó el teléfono y se levantó de la silla, se despidió de Leonard
con un movimiento de mano y después se fue junto con el oficial, de vuelta a su
celda.
Harry había dejado que el rencor matara sus buenos sentimientos, incluso su
alma. Pero no era para menos, después de todo lo que había tenido que sufrir era
de esperarse que quisiera tomar represalias contra el menor. ---------------------------
LOUIS.
—Mi amor, apúrate, por favor. —Mencionó Jett golpeando la puerta del baño para
apresurar a Louis—. Llevas casi una hora bañándote, vamos a perder la
reservación.
—Ya voy… Jett… —habló sin ánimos desde la regadera.
Jett dejó salir un suspiro y caminó a la cama para recostarse. Durante todos los
años que llevaba siendo pareja de Louis, había aprendido a lidiar con sus
repentinos cambios de humor, sobre todo las bajas que solía tener.
Se habían mudado juntos apenas unos meses atrás. Su relación estaba solida y
mejor que nunca. Louis había logrado reconstruir su vida con él. Lo quería, le
gustaba mucho y él lo trataba muy bien. Jett había logrado que sus padres les
regalaran un departamento en Manchester.

Después de lo que pasó con Harry, su familia pasó por una etapa de muy buenos
momentos. Con el dinero que la familia Styles tuvo que pagarles, lograron cosas
que probablemente nunca habrían logrado. Louis estaba feliz porque su padre
estaba recibiendo buena atención medica, Minie estudiaba en uno de los mejores
colegios del país y su madre había tenido que dejar de trabajar por completo.
Se podía decir que tenía una vida “perfecta” a vista de todos.
Esa tarde Jett le había pedido a Louis que se arreglara muy guapo, pues lo
llevaría a cenar a uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Quería darle una
sorpresa importante, algo que marcaria el comienzo de una nueva vida.
—Lou… por favor, date prisa… —volvió a decir. Estaba acostado sobre la cama.
Vestía un traje color negro y una camisa rosa salmón. Llevaba el cabello
perfectamente peinado hacia atrás. Jett era muy perfeccionista con su apariencia
física.
Metió la mano dentro de los bolsillos de su chaqueta formal y sacó una pequeña
cajita de terciopelo. La abrió para asegurarse que todo estuviera en orden. La caja
contenía dos anillos para hombre, claramente eran anillos de compromiso. Sonrió
ampliamente, le emocionaba demasiado la idea de pensar que esa noche le
pediría matrimonio a Louis.
Después de 4 años juntos, Jett ya se había convencido de que Louis era la
persona con la que quería pasar el resto de su vida. Lo amaba, lo adoraba y
agradecía cada segundo que pasaban juntos.
Él estaba enterado de lo que había ocurrido con Harry. Sabía que Louis lo había
denunciado, sin embargo Louis le había mentido diciéndole que lo había hecho
porque el rizado había comenzado a mostrarse como un obsesivo compulsivo
hacia él. Jett sabía que Louis mentía, sabía que Harry no actuaba así, pues lo
había conocido apenas unos meses antes de que lo encerraran en prisión. Pero
nunca quiso preguntar a fondo sobre la situación, sabía lo mucho que eso le
afectaba a Louis, y además de todo, no quería recordarle a Styles, no ahora que
ellos estaban juntos.
Louis se había convertido en una persona… frágil. Ya no era el mismo de antes,
ya no era frio, ni se mostraba sin corazón. Frente a Jett podía mostrarle sus
sentimientos, y aunque fuera difícil de aceptar, él continuaba llorando por Harry.
Salió del baño con una toalla enredada en la cadera. Evitaba a toda costa mirar a
Jett a los ojos, como si sintiera vergüenza de que éste lo mirara. Caminó
directamente hacia el armario para sacar las prendas que vestiría esa noche. —
Perdón, cariño. El agua estaba deliciosa y no quería salir. —mentía y Jett lo notó
en su voz quebrada.
Por desgracia, era uno de esos “días negros”. Así los llamaba Jett, eran días que
solía ocurrir cada 3 o 4 meses, aunque últimamente ocurrían cada semana. Sabía
que tenía que cuidar a Louis, pero ese día no podía aceptar que se pusiera de esa
manera, no el día que le pediría matrimonio.
Se levantó de la cama y se acercó hasta él. Lo abrazó por la espalda y pudo sentir
cómo el castaño sollozaba. —Hoy no, Lou. Te lo ruego, hoy no te pongas mal… —
rogó hablándole con ternura.

Louis se separó rápidamente e intentó volver hacia el baño. —Estoy bien, Jett. Es
sólo que estoy algo cansado.
—No… —volvió a llegar hasta él y lo detuvo por el brazo, lo acercó hacia su
cuerpo, obligándolo a mirarlo. Louis tenía los ojos hinchados y muy rojizos,
claramente había estado llorando mientras se duchaba. El rubio suspiró
pesadamente. Realmente su paciencia comenzaba a agotarse. Louis no podía
continuar sufriendo por algo que había pasado hacia años—. Mi amor... Te lo
ruego... Esta noche no. —lo abrazó fuertemente.
Louis le devolvió el abrazo y comenzó a llorar con más fluidez. —Lo siento. —
susurró al mismo tiempo que sorbía la nariz—. No pasa nada, no sé ni siquiera por
qué me he puesto así. Pero no importa, tú me has invitado a cenar y eso es lo que
haremos. —Se separó del chico, volvió al armario para tomar algunas prendas y
comenzó a colocárselas frente a él.
Jett pensó por algunos segundos. Louis aún no estaba preparado para lo que él le
iba a pedir. No podía tener una vida normal si antes no sanaba todas esas heridas
de su pasado que lo atormentaban tanto. —No, mi amor. Ya no iremos a cenar.
Louis lo miró al instante. —No, no, Jett. No te enojes conmigo, te juro que no lo
hago apropósito. —Corrió hacia el chico y lo abrazó fuertemente. Comenzó a darle
besitos cortos para contentarlo.
Louis estaba muy agradecido con Jett. Él lo había tratado muy bien desde el
primer día que hicieron contacto después de lo de Colombia. Jett le hacía sentir
seguro, le daba la fuerza que había perdido al dejar a Harry. El problema era que
últimamente no podía sacar al rizado de su mente. Lo pensaba todo el tiempo,
pensaba en su rostro, en sus hoyuelos al sonreír enormemente, en sus besos, en
la forma tan delicada en que lo trataba. En "príncipe", en Queso... Que
actualmente vivía con Jett y con él.
Estaba sufriendo lo que no había sufrido en mucho tiempo. Estaba muriendo por
dentro y su única salvación era Harry, él lo sabía.
—Prefiero esperar a que te sientas mejor. Esta noche yo quería que fuera algo
especial. —mencionó Jett alejandose de él. Se le notaba molesto, sobre todo
frustrado.
—Me siento bien. Te lo juro.
Lo miró y le fue imposible no lanzarle una mirada de desprecio. —No quiero me
me mientas. Yo nunca te he mentido. Quiero que seas sincero conmigo. — la
verdad era que él ya estaba cansado. Amaba a Louis con toda su alma, pero no
podía seguir soportando ver como el chico lloraba por otro hombre, un hombre que
ahora estaba encerrado en la cárcel.
Louis fingió no entender a lo que éste se refería. —No te entiendo, mi amor. Dudó
algunos segundos en si hacer esa pregunta era buena idea o no. —¿Lo amas?
¿Después de todo este tiempo, lo sigues amando? —al escucharlo Louis abrió los
ojos excesivamente y bajó la mirada—. Sé que cada vez que lloras pensando que
no me doy cuenta es por él. Sé que Queso era para ustedes como un bebé, y por
eso lo quieres tanto. Sé que mentiste al denunciarlo, pero no logró comprender por
qué. Quiero entenderte, Lou.
Louis no hablaba. Continuaba sollozando y no se atrevía a mirarle. Quería a Jett,
eso lo sabía. Pero Harry era la única persona con la que la frase "para siempre" le
hacía ilusiones.
Cada día lo extrañaba tanto, que comenzaba a temer volver a caer en la anorexia,
volver a comenzar a lastimarse a sí mismo y que esta vez ni siquiera Jett pudiera
detenerlo.
—Harry fue... especial. —mencionó mientras elevaba la mirada hacía los ojos de
Jett—. Tú incluso lo sabes, sabes que lo amé con locura, te lo dije aquella mañana
en Colombia cuando me confesaste que te gustaba y yo te dije que no podía
pensar en nadie más que en Harry. —Jett asintió. No podía evitar sentirse mal con
eso, pero apreciaba la sinceridad de Louis—. Me es difícil asimilar que todo
terminó. A veces me es difícil si quiera pensar en que no lo volveré a ver. Jett... yo
te amo, te lo juro, pero Harry fue ... —se detuvo un poco, dio un fuerte respiro y
continuó— Harry fue el amor de mi vida y es difícil olvidarlo.
Se quedaron en silencio. Jett lo abrazó muy fuerte y pensó en lo que estaba por
decir. No quería perder a Louis, pero si quería que él estuviera bien,
tendría que ayudarlo a curar la herida, y la única manera de hacerlo era cerrando
los asuntos pendientes que Louis tenía con Harry. —Amor... vamos a
ir a ver a Harry a la prisión. —mencionó y al instante Louis se separó de él,
alterado.
—¿Qué? ¿Por qué quieres hacer eso, Jett?
—Tienes que hablar con él. Es lo que te hace falta para poder estar bien. Tienes
que dejarlo ir, tener la despedida que nunca tuvieron.
Louis lo pensó por algunos segundos. Durante esos años había estado evitando
verlo, sin embargo las palabras de Jett le hacían pensar que tal vez eso era lo que
necesitaba. Quería estar bien para su chico, quería poder tener una vida feliz junto
a su nueva pareja y olvidar a Harry. —Gracias, mi amor. — lo besó húmedamente
durante algunos segundos para después separarse y darle una sonrisa sincera—.
Voy a buscar a Quesito, se quedó en la sala de estar. —Jett asistió y Louis salió
de la habitación.
El rubio al quedarse solo dio un gemido frustrado. Sacó la cajita que contenía los
anillos y la miró por algunos segundos. Eso tendría que esperar.

Epilogo 2/3
LOUIS

Pasaron los días y Louis ni siquiera era capaz de salir de casa sin temor a que
terminaran en el reclusorio, pues Jett no dejaba de insistir que ver a Harry y “cerrar
los ciclos” sería lo mejor para su relación.
Después de pasar una noche en vela, pensando en lo que probablemente podría
pasar si realmente visitaban a Harry, estaba totalmente frustrado, no podía dormir,
no podía pensar en absolutamente nada que no tuviera que ver con su rizado.
Cuando Jett despertó, se dio cuenta de las enormes ojeras que su novio tenía, sus
ojos totalmente rojizos y la frustración evidente en su mirada.
Se acercó hasta él dándole un beso de buenos días, lo abrazó muy fuerte y
esperó algunos segundos para comenzar a hablar. —¿Cómo dormiste, bebé? —
preguntó mientras acariciaba su cabello. La cama donde dormían estaba muy
calientita, ambos estaban tapados hasta el cuello con las cobijas, pues
Manchester era incluso más frio que Londres.
Louis intentó sonreírle, tendría que mentir, no le diría que no había logrado pegar
ojo gracias a que no lograba sacar a Harry de su mente. —Bien, es sólo que me
agarró un poco de estrés a media noche y me robó unas horas de sueño. —Sonrió
algo forzado y giró su cuerpo de forma en la que pudiera ver de frente a Jett.
—¿Y eso por qué?... —esperó un poco a que Louis contestara, pero éste no
respondía—. ¿De nuevo Harry?
Asintió lentamente con la mirada y después miró hacia otro lado. —Eso
supongo…
Jett lo miró durante un tiempo y a pesar de que intentó mostrarse comprensivo, no
pudo evitar sentir un poco de coraje. Louis se negaba rotundamente a visitar a
Harry, pero también demostraba que eso era lo

único que necesitaba. —Mi amor, ayer llamé a tus padres. —mencionó captando
la atención del castaño.
Hacía poco que Louis había comenzado a comportarse de esa manera. Antes
incluso había días enteros en los que no pensaba ni por un segundo en Harry.
Estaba bien junto a Jett, se divertía, tenía lo que siempre había querido, tenía
placer, entre otras cosas que le hacían ser candidato de persona con vida
perfecta. Pero ahora que habían ya pasado 4 años, sabía que Harry podía salir de
prisión en cualquier momento, sabía que si eso ocurría sería un caos por
completo.
—¿A mis padres? ¿Para qué? —preguntó y se levantó quedando sentado sobre la
cama.
Jett imitó la acción. —Les hablé sobre la idea de buscar a Harry… Tu madre me
ha pedido que no te presione, y que te deje hacer las cosas a tu manera.
Louis no supo qué contestar ante eso. Estaba cansado de todo y realmente lo
único que necesitaba era olvidar de cualquier manera su pasado.
Odiaba no poder dormir, odiaba estar pensando en una persona que hacía tanto
tiempo que no veía, odiaba querer a Harry a pesar de tener a una maravillosa
persona a su lado, pero sobre todo lo que más odiaba era saber que había sido él
quien decidió no estar con Harry.
—¿Realmente piensas que eso es necesario? ¿Quieres que hable con Harry?
¿Para qué carajos? Lo que teníamos ya terminó, y de alguna manera tendré que
aceptarlo. —No le agradaba para nada la idea de tener que hablar con Jett sobre
Harry. Él era algo sagrado, algo en cierto punto secreto.

El recuerdo de Harry era su mayor secreto, y también el más hermoso.


—Porque sé que es necesario. —Trató de ser comprensible y no levantar la voz,
pero también tenía que exigirle respeto hacia él y hacia su relación—. Porque
comienzo a cansarme de la forma en la que te deprimes por algo que “ya terminó”.
—Guardó silencio por algunos momentos y pensó a fondo lo que estaba por decir.
Jett entendía la relación que Louis había tenido con Harry, y era lo suficientemente
maduro para aceptar las cosas—. Es estúpido, Louis. Porque yo sé que tú sigues
enamorado de él, y aún así estoy contigo, esperando que algún día simplemente
te levantes con la disposición de empezar a quererme de la manera que yo te
quiero.
El chico interrumpió al instante. —No, lo que dices no es verdad. Yo a ti te quiero,
y mucho.
—Pero la forma en la que me quieres no es suficiente. Y tampoco te estoy
exigiendo que me quieras de la manera en la que lo quieres a él, porque a pesar
de todo yo aceptaría perderte, aunque te ame como loco, yo podría aceptar que
estés con otro si es así que serás feliz. Si Harry es tu felicidad, entonces también
será la mía. Aunque eso implique perderte.
La habitación se quedó en silencio, ni Jett ni Louis supieron cómo continuar la
conversación.
Si Jett le estaba diciendo eso, era porque sabía que Louis podía recaer, comenzar
de nuevo a hacerse daño a sí mismo.
—Sólo estoy así porque sé que él saldrá en cualquier momento por derecho de
fianza, pero después se me va a pasar. —Se levantó de la cama algo molesto y
fue directamente hacía el baño de la habitación. Estaba molesto porque sabía que
Jett tenía razón—. ¿¡Y sabes qué!? Yo no quiero vivir así por siempre, estoy
cansado de esta maldita vida de puro sufrimiento. Pero estoy
dispuesto a aprender a quererte y olvidarme del otro imbécil que sólo ha servido
para matarme neuronas. —entró al baño y cerró la puerta con un golpe.
Jett dejó salir un suspiro y volvió a recostarse sobre la cama; Louis no aceptaría ir
a visitar a Harry, y eso estaba claro.
----------------------
HARRY.
El día por fin había llegado. Estaba sintiendo adrenalina en cada fibra de su
cuerpo mientras caminaba junto a un policía a la zona donde le entregarían sus
pertenencias.
Leonard había conseguido lo que le rizado le había pedido. Había conseguido
adelantar el trámite para la libertad bajo fianza, y la familia Styles logró pagar la
cantidad, pues comenzaban a reponerse económicamente después de haber
tenido que vender la mayoría de sus propiedades.
Estaba demasiado ansioso por lo que se venía. Sentía la emoción en la sangre,
sentía que si los oficiales no se apresuraban con la salida, terminaría
golpeándolos y huyendo del lugar. 4 años habían sido los suficientes para que él
viera la libertad como la cosa más adorada en la tierra.
Cuando por fin terminó con todo lo que tenía que hacer dentro de la prisión, lo
llevaron hacía las oficinas administrativas y ahí lo entregaron a su abogado,
Leonard, que sería él quien se haría responsable de mantener a Harry tranquilo
para que no violara de nuevo la ley.
—Mierda, viejo, por fin… —corrió hasta Leonard y lo abrazó fuertemente.
Éste le devolvió el gesto con una enorme sonrisa. Ya había arreglado todo, Harry
era libre, pero tendría que estar haciendo trabajo social por los siguientes 2 años,
y tampoco podía salir del país.
—Por fin, tienes razón. —Mencionó al mismo tiempo que daba unas palmaditas
sobre la espalda del rizado.
Harry vestía una ropa vieja que le habían dado en la cárcel, pues obviamente no
podía salir con el uniforme de reo.
—Entonces está todo listo, señores. —Interrumpió un oficial acercándose hacia
ellos y entregándoles una carpeta que contenía varios documentos—. El señor
Styles puede salir de aquí, pero tienen que ser cuidadosos, cualquier error podría
regresarlo aquí dentro, y esta vez perdería derecho a pagar fianza.
Los chicos asintieron y estrecharon su mano con el policía. Leonard terminó de
firmar los contratos y después salieron aquella oficina dirigiéndose hacia la salida
del lugar.
El rizado caminaba demasiado rápido, como si realmente llevara demasiada prisa
por salir. Leonard lo seguía intentando llevarle el paso. Harry lo miró y se dio
cuenta de lo rápido que caminaba, bajó un poco la velocidad y comenzó a reír. —
Lo siento, debes entender que estoy ansioso de salir de este infierno.
—Me imagino, debes estar muriendo de emoción. —le devolvió la sonrisa y pronto
ya habían vuelto a caminar muy rápido.
—¿Cómo has hecho que me sacaran tan rápido? Apenas han pasado 10 días
desde que te pedí que aceleraras el trámite.
—No fue difícil, simplemente tuve que dar el dinero en efectivo para darles más
confianza. El problema fue con tu padre… —miró al rizado un poco temeroso. El
padre de Harry seguía molesto con él. Ni siquiera se había dignado de visitarlo en
todos esos años. Sólo mandaba cartas de vez en cuando y todas ellas eran
demasiado secas—. Sacarle el dinero para pagar la fianza fue algo difícil.
Harry sonrió con ironía. —El imbécil de Louis no sólo provocó que mi familia casi
cayera en la quiebra, también los hizo odiarme injustamente.
—No te odian, es sólo que ellos no saben la verdad.
Después de eso se mantuvieron en silencio, caminaban por los largos pasillos del
reclusorio, esta vez sin que un oficial los acompañara. Llegaron hasta la salida y
antes de abrir las puertas se miraron con complicidad.
—Adiós, infierno. —susurró Harry con emoción. La puerta se abrió y él esperó
algunos segundos para salir. Ni siquiera podía creer que eso estuviera pasando,
que después de tanto tiempo por fin podría estar libre. Puso el primer pie en la
calle y al instante una oleada de emociones sacudió su cuerpo. El aire que se
respiraba ahí afuera podía llegar a ser muy diferente al de prisión.
—Vamos, Harry. He estacionado el coche por aquí. —Lo tomó por la espalda
haciéndolo reaccionar y pronto el rizado comenzó a caminar junto a él. Leonard
miraba la forma en la que Harry miraba la calle e incluso llegaba a parecerle
gracioso, éste parecía un niño emocionado, como si estuviera mirando las
mayores maravillas de la vida.
Llegaron hasta el auto y abrió la cajuela para que el rizado metiera la bolsa de sus
pertenencias, que en realidad no eran muchas cosas.
Harry miró una maleta dentro del auto y no dudó ni un segundo en lo que eso
contenía. —Carajo, ¿Has traído lo que te pedí? —tomó la maleta antes de que
Leonard contestara y comenzó a revisar lo que contenía.
—Bueno, sí… —comenzó a reír y jaló a Harry hacia las puertas delanteras del
automóvil, pues no podían quedarse parados ahí toda la tarde.
Entraron dentro del coche mientras Harry seguía embobado en lo que contenía la
maleta. —Te juro que esto es lo que más deseaba al estar dentro de la cárcel, te lo
juro. —comenzó a quitarse la vieja y usada ropa que llevaba para después
colocarse una camisa gucci que Leonard le había llevado.
—Normalmente esperaría que alguien al salir de la cárcel lo primero que quiera
hacer fuera comer una hamburguesa, o algo así, pero no ponerse ropa de marca y
ya. —reía al mirar a Harry colocándose todas las prendas de marca que le había
llevado, desde la camisa hasta los zapatos.
—Es difícil de comprender. Para mí esto es el cielo, no sé para otros. —Sonrió
ampliamente haciendo todo tiempo de movimientos extraños para colocarse el
pantalón dentro del auto. Leonard continuó riendo, encendió el auto y comenzó a
alejarse de aquella prisión—. Me encanta esta ropa, es como un vicio que he
tenido desde que nací. —se acomodó en el auto quedando de la manera más
cómoda posible—. ¿Y mis padres? ¿No han querido venir a recibir a su hijo
violador de menores? —dijo con ironía mientras dejaba salir una pequeña
carcajada.
—No podían venir, sabes que tu padre es un hombre muy ocupado. — mencionó
intentando hacer cambiar de opinión al rizado, Leonard ahora era como su mejor
amigo, y quería que él estuviera bien.
—¿Es eso o es que simplemente no quiere saber nada de mí? Vamos, no necesito
más mentiras, sé que él me detesta.
—Pues está muy equivocado.
—Realmente me importa una mierda si él me acepta o no. Por ahora tengo cosas
más importantes de las cuales tengo que ocuparme… —miró a Leonard y antes
de preguntar dio un gran respiro—. ¿Has conseguido lo que te pedí?
—¿Louis?
—Sí.
—Tengo su dirección, pero no sé si sea buena idea que lo visites… —él sabía lo
que Harry sería capaz de hacer cuando estuviera frente a Louis, por eso se
preocupaba tanto, por eso se negaba a que el chico siguiera buscándolo y
pensando en él—. Tienes que comenzar a vivir, tienes que olvidarlo de una maldita
vez, sólo trata de hacerlo. —conducía en dirección de su apartamento, pues
dejaría que Harry viviera ahí por un tiempo, hasta que las cosas con su familia se
arreglara.
—Tienes razón, tengo que dejarlo ir, tengo que olvidarlo de una maldita vez. —
Parecía muy positivo, realmente seguro de lo que decía.
—¡Sí! ¡Tenemos que hacer que olvides a ese malcriado de una vez!
—¡Sí! ¡Por eso iremos esta misma tarde a su casa! ¡Tengo que hablar con él para
poder olvidarlo! —Leonard frenó el auto en seco y lo miró confundido.
—¿Qué? ¿Hoy?
—Sí, hoy. —sonrió y recostó el asiento para estar más cómodo.
—Pero no podemos hacer eso, Harry. Antes tienes que pensar exactamente en lo
que le vas a decir… —lucía muy preocupado, sobre todo porque tendría que ser él
quien se ocuparía de que Harry no hiciera ninguna estupidez. —Llevo 4 años
pensándolo, estoy más que listo. Vamos, Manchester nos espera, esta tarde
vamos a ver al puto príncipe mentiroso. —Continuó riendo, encendió el estéreo y
dejó la estación que colocaba la música más movida. Al menos se veía feliz ese
día.
HARRY Y LOUIS

Jett observaba a Louis, que se mantenía acostado en la cama, acariciando a


Queso y aún sin hablarle después de lo que habían hablado aquella mañana. Él
no quería que Louis estuviera sí de serio con él, no quería estar peleados por una
estupidez.
—Si vas a estar molesto conmigo, al menos dime que no quieres que te vea. —
mencionó algo frustrado—. Llevo más de 30 minutos aquí parado y tú sigues
fingiendo que no existo.
Louis jugaba con el pelito de Quesito, fingiendo que no de daba importancia. —
Estoy ocupado acariciando al bebé, no puedes molestarme mientras acaricio AL
BEBÉ.
—Oh, vamos, Lou. —Se acercó hasta él y se sentó a su lado—. No quiero que
estés enojado conmigo…
—No estoy enojado. —el castaño se levantó de la cama y salió de la habitación
con demasiada indiferencia.
Jett rodó los ojos y lo siguió. —Louis, ven aquí, por favor.
—Déjame en paz, no me sigas. —No estaba enojado, simplemente quería que
Jett le rogara por un tiempo, le gustaba saber que tenía el poder—. Hoy no tengo
ganas de verteeeeeeeeeeeee…
—Ya, amor, madura... —comenzó a seguirlo por toda la casa, de un lado a otro.
—Soy maduro, ya cumplí la mayoría de edad. —Louis lo miró con una sonrisa
enorme.
—No, cariño, a veces actúas como niñito…
—Pero aún así estás enamorado de mí… —lo miraba con picardía. Jett se acercó
hasta él con una sonrisa, pasó sus manos alrededor de la cintura de Louis y
cuando estuvo a punto de besarlo, el timbre interrumpió el momento —. Lástima,
tendré que ir a abrir. —mencionó con sarcasmo y corrió hacía la puerta del
departamento.
Jett suspiró y no le quedó otra opción más que seguir a su novio.
Abrió la puerta y tardó algunos segundos en reaccionar. —Mierda, hoy no, por
favor… —susurró mirando a Harry. Pensaba que la persona a la que veía era la
misma que su mente solía crear cuando la necesidad del rizado era mayor, pues
continuaba imaginando a Harry constantemente, sobre todo cuando estaba solo.
—¿Quién es, mi amor? —preguntó Jett acercándose hacia la puerta y mirando. Él
quedó completamente sorprendido, pues nunca pensó que se trataba de una
imaginación, sabía que Harry estaba ahí.
—Hola, príncipe. —mencionó Harry mirándolo con una sonrisa.

La expresión de Louis cambió por completo, fue como si de repente entrara en


pánico. Miró a Jett buscando ayuda. Comenzó a respirar muy
agitadamente, sintió miedo, sintió rabia, sintió amor, nerviosismo, pensaba que
eso no estaba pasando, pero al mismo tiempo sabía que era así, que Harry estaba
frente a sus ojos.
—Buenas tardes. —Interrumpió Leonard dirigiéndose a Jett—. Hemos venido a
buscar a Louis Tomlinson.
Jett ni siquiera escuchó lo que Leonard había dicho, miraba a Harry impresionado,
éste lo miró y también quedó completamente sorprendido.
—Espera… ¿Tú? —mencionó el rizado—. ¿Tú eres Jett Black? ¿Colombia?
—Así es, Harry. Me da gusto verte. —intentaba ser amable, sabía que su novio se
estaría muriendo por dentro—. Por lo que veo has salido de la cárcel… me alegro
por ti.
—Sí, mi padre me ha pagado la fianza, nada fuera de lo común…
Quedaron en un silencio incomodo. — Y bueno… ¿Puedo ayudarles en algo?
—Sí, de hecho sí. He venido, desde la prisión, —elevó las cejas con ironía— a
hablar con tu… novio. Así que… ¿Puedo hacerlo?
Jett miró a Louis en busca de una respuesta, éste no hacía nada más que mirar
hacía el suelo. Temblaba y no podía sacar las palabras de su boca. —Te juro que
esto es lo más extraño que nos ha pasado… pero supongo que no estás aquí en
un mal plan… ¿Puedo confiar en que no le harás daño? — preguntó.

Louis, Leonard y Harry se sorprendieron al escuchar eso. Era sumamente extraño


que Jett accediera tan fácil. Pero él lo hacía porque sabía que era la única manera
en la que Louis dejaría de pensarlo, tal vez hablar con Harry lo haría darse cuenta
que ya no era la persona de la que estaba enamorado.
—Lo prometo, no tardaré mucho. Sólo sería un pequeño rato.
—Entonces pasa, esperaré aquí afuera. Confiaré en ti, porque sé que no eres la
persona que todos creen que eres. —ni siquiera miraba ya a Louis, no dejaría que
lo detuviera, crear un encuentro entre ellos estaría bien.
—Gracias. —sonrió. En todo ese tiempo no había mirado directamente a Louis,
tan sólo fingía hacerlo.
—Harry… tranquilo. —Mencionó Leonard algo nervioso. Harry asintió—. No
arruines lo que tanto trabajo te costó recuperar, tu libertad.
—Estaré bien. Podré controlarme.
—Te doy 20 minutos, — Mencionó hacia Harry para después mirar a Louis—
estaremos aquí afuera, mi amor. Tranquilo, todo va a estar bien, sabes que yo no
permitiría que nadie te dañara. —salió de la casa dejándole el espacio libre en la
puerta para entrar.
Harry entró a casa de Louis cerrando la puerta tras él, y éste continuaba
temblando de cuerpo completo. El rizado comenzó a pasearse por la casa con
toda confianza, mirando todo a su alrededor, intentando notar hasta el más mínimo
detalle. Actuaba como si realmente no estuviera pasando nada fuera de lo común,
justo como lo había hecho en aquella llamada, donde sólo preguntó acerca de
Queso.
Por otro lado, Louis estaba sufriendo de una convulsión interna, tenía enfrente a la
persona que más amaba en el mundo, al cual no había visto en años. Sentía
extraño dentro del cuerpo, su corazón latía a mil por hora, pero no era por miedo,
ni tampoco por amor exactamente. Lo que ahora sentía al ver a Harry era algo que
incluso no se podía describir fácilmente, como si las palabras que describían ese
sentimiento nunca hubiesen sido inventadas porque era la primera vez que alguien
lo sentía. Le quería, realmente lo hacía, pero ahora no sólo lo veía como su
protector, o como alguien que le daba vida.
Ahora se daba cuenta, al mirar respirar a Harry, le daban ganas de seguir
respirando.
—Esto es increíble…. —susurró el rizado sacándolo de sus pensamientos
mientras abría sus manos y señalaba todo el departamento—. Es magnífico, tu
departamento es increíble, lleno de los lujos que no te corresponden. —Le guiñó el
ojo y lo miró por algunos segundos, después desvió su mirada hacia uno de los
portarretratos que yacían en la mesita de centro en la sala de estar.
Harry se veía muy bien, como si estar frente a Louis realmente no le afectara.
Louis aún no mencionaba ni una sola palabra, buscaba alguna manera de
controlar su cabeza, buscaba algo que le ayudara a mantenerse tranquilo y poder
mostrarse fuerte frente a Harry.
El rizado llegó hasta la foto y la tomó para observarla de cerca. Era una fotografía
de Jett y Louis abrazados, pareciendo muy felices y enamorados. — Él es mucho
más de lo que tú mereces. —Mencionó sin dejar de observar la fotografía—. Es
guapísimo, lo dije desde que estábamos en Colombia. Es precioso, muy sexy y al
mismo tiempo tierno. —miró a Louis y esperó una respuesta, pero éste continuaba
sin hablar—. Me pregunto si este chico sabe la clase de persona que tiene como
novio. Debe ser repugnante vivir con alguien que miente sólo para conseguir
dinero, que no tiene un corazón por dentro.
Hablaba sin culpa, sin remordimiento. Él sabía que Louis no tenía la fuerza para
hablar, y eso le gustaba. Dejó la fotografía de nuevo sobre la mesa y volvió a
caminar alrededor del departamento, entrando a las habitaciones y mirando todo
detenidamente.
Dentro de él, sentía unas enormes ganas de correr hacía Louis y molerlo a golpes,
pero estaba esperando, aún no estaba dispuesto a perder su libertad.
El menor recibía sus palabras, sabía que Harry tenía toda la razón, y en cierta
manera sus insultos lo hacían sentir bien, pues la culpa de su mentira disminuía.
Entró a la recamara principal y antes de poder volver a ofender a Louis con
cualquier pretexto, notó algo sobre la cama, algo que le paralizó el corazón y por
algunos segundos sintió como sus ojos se cristalizaban.
Fue como si de repente el odio se escondiera tras el recuerdo de ese hermoso
amor que había vivido junto a Louis. —Carajo… —su voz se hizo un hilo y tapó su
boca con la palma de su mano.
—Quesito. —mencionó Louis por primera vez en la noche. Harry lo miró con los
ojos muy abiertos y con las lagrimas a punto de salir—. Nuestro bebé, Harry.
El animal, que realmente ya no era ningún bebé, dormía sobre la cama con toda
tranquilidad.
—¿Aún lo conservas? —preguntó sin dejar de mirarlo.
Louis hacía exactamente lo mismo, lo miraba y le costaba demasiado trabajo
hablar, pero necesitaba hacerlo, esta vez no dejaría que sus nervios lo derrotaran
como en aquel juicio, donde había terminado perdiendo a Harry. —Él es mi vida.
—hizo un puchero y bajó la mirada cuando ya no pudo soportarlo más.
Harry reaccionó, respiró muy hondo y caminó hacia la cama para tomar al gatito
entre sus brazos. Lo levantó con mucho cuidado, lentamente y queriendo no
despertarlo. Miraba al animal y sentía como si todos los escudos que se había
creado para no sufrir se derrumbaran. —Es estúpido que esto me siga afectando.
—Habló al mismo tiempo que limpiaba una lágrima de sus ojos y acariciaba la
pancita del animal—. Soy el imbécil más grande del mundo, porque realmente
pensé que sería fuerte y podría hablar contigo sin tener esa tediosa necesidad de
liberar dolor.
Se acercó hacía Harry y quedó a distancia de él. Miraba la forma en la que Harry
interactuaba con el gatito y caía hacia un vacio emocional que apenas estaba
logrando controlar. —No debiste haber venido… no puedes venir aquí y arruinar lo
poco que he podido arreglar después de que te conocí.
El mayor lo miró con rabia, Louis no podía ser tan egoísta para decir eso. —
¿¡Qué!? ¿Por qué no puedo hacerlo? ¡TENGO EL DERECHO DE HACERLO!
¡TENGO EL DERECHO DE DESTRUIRTE A GOLPES SI ASÍ LO DECIDO! —gritó
haciendo que el menor sintiera un poco de miedo, éste dio un pasó hacía atrás y
bajó la mirada apenado. Harry volvió a dejar a Queso sobre la cama—. Si yo
quisiera pudiera asesinarte en este momento…. —Se acercó hacia Louis y lo
acorraló violentamente contra la pared—. Puedo regresarte de una vez toda la
mierda que me diste… puedo acabar con tu vida de la misma manera en la que tú
acabaste con la mía.
Louis temblaba, pero no por miedo, sino porque tenía a Harry demasiado cerca y
su carne lo debilitaba. —No me harías daño… —susurró mirando directamente
hacia la boca del rizado—. Tú no eres tan mierda como yo… Tú no dañarías a la
persona que amas…
—¡Cállate! —gritó de manera que Louis abrió los ojos excesivamente—. Podría
hacerte lo que me plazca, porque realmente lo único que siento por ti es asco.
—Te entiendo perfectamente, —bajó la mirada y comenzó a llorar abiertamente.
En esos momentos no le servía de nada fingir ser fuerte, pues claramente no lo
era— incluso yo también siento asco por mí mismo.
Entonces deja de jugar y mátame de una vez, hazme el maldito favor.
Harry se mantuvo en silencio, observando la manera en la que Louis lloraba. Todo
era extremadamente difícil, confuso y sobre todo doloroso. Miró aquellas pestañas
húmedas por las lágrimas, miró su boca, la piel de sus mejillas, el cabello que le
caía por el rostro. Louis continuaba estando tan hermoso como el primer día que
lo vio. —Maldito amor que no me permite hacerte daño, o causarte algún dolor. —
se separó de él luciendo confundido —. Pero es sólo el recuerdo, porque me
hiciste muy feliz, pero me traicionaste y… —bajó la mirada y apretó su nariz con
su mano para relajarse un poco—. Me rompiste el maldito corazón, me hiciste
pedazos, Louis. No sabes lo mucho que lloré por ti, y eso me mata, porque ahora
estoy aquí, tratando de lastimarte de la misma manera, pero no puedo lograrlo, no
puedo hacerlo porque tienes razón, yo no soy la misma mierda que eres tú.
—Me equivoqué de la peor manera, y quisiera decirte que esto tiene algún
remedio, pero…
—Pero yo ya no quiero remediarlo. —interrumpió el rizado—. A mí no me interesa
volver contigo. Si vine aquí es porque sabía que tenía que despedirme de ti.
Quería hacerlo, no sé, también pensé que lograría gritarte, reclamarte e incluso
golpearte por lo que me hiciste. Pero como ya lo has visto, no puedo estar más de
2 minutos junto a ti sin hacerme débil. —Se sentó sobre la cama más tranquilo,
Louis lo observaba recargado aún contra la pared.
—Lastimé a la persona a la que más amaba en el mundo… —confesó y trató de
acercarse hacia Harry.
—¡DETENTE! —gritó al mismo tiempo que se levantaba de la cama y se alejaba lo
más posible de él—. Eres un hijo de puta, Louis. No entiendo cómo mierda tienes
los pantalones para decir eso. Te juro que el asco que siento por ti cada día crece
más.
—No lo haré, necesito decirte lo mucho que te extraño…
—No necesito escucharte, Louis. Te lo rugo, cállate, detén esto.
—Un beso, por favor. Un maldito beso, dame un beso, Harry… —miraba la boca
de Harry con demasiado desespero, estaba muriendo por volver a sentirlo con él
—. Te juro por Dios que eres lo único que necesito para estar bien…
—¡Louis, detente! —Volvió a alejarse, esta vez corriendo hacia el otro lado de la
habitación—. ¿¡NO TE DAS CUENTA DE LO QUE HICISTE!? ¿¡NO TE DAS
CUENTA QUE ME ENCERRASTE EN PRISIÓN DURANTE AÑOS Y NO
PUDISTE IR NI UNA SOLA VEZ A VISITARME!?
—¡No podía! ¡Tenía mucho miedo de tu rechazo!
—¡Y YO TENIA MUCHO MIEDO DE NO VOLVERTE A VER, DE QUE TÚ NUNCA
APARECIERAS POR AHÍ, DE CONFIRMAR QUE TÚ NUNCA ME HABÍAS
QUERIDO! ¡Y ESO FUE LO QUE PASÓ! ¡ME MANDASTE A LA MIERDA Y
MIENTRAS YO ME MORÍA, TÚ TE LA MONTABAS CON EL CHICO QUE AMBOS
HABÍAMOS TENIDO UNA AVENTURA!
—Te juro que traté… Pero no podía, me quedé deshecho sin ti… Quería olvidarte,
lo acepto. Quería lograr ser feliz sin ti, pero no puedo, Harry.
—¿Y tú crees que realmente eso a mí me importa una mierda ahora?
¿Después de todo?
—No…
—Exacto, ya no. Y sinceramente no sé qué mierda hago aquí. Ahora me doy
cuenta que cuando estamos juntos nos convertimos en una bomba de tiempo que
amenaza con explotar en cualquier momento. —Acomodó un poco su cabello, su
ropa y limpió las pocas lágrimas que corrían por su rostro—. Tengo que irme, estar
aquí me hace mal.
—¿Vas a estar bien? —preguntó Louis. Era lo único que necesitaba saber, que
Harry estaría bien, que lograría rehacer su vida.
Harry negó con la cabeza y no dejó observarlo ni por un segundo. Citó aquella
frase que Louis había dicho alguna vez —En esta vida definitivamente no se
va a poder… pero creo que lograré sobrevivir. Ya pasé por lo más horrible que una
persona puede pasar, no creo que algo más me dañe más de lo que tú lo hiciste.
—Yo necesito que estés bien… —limpiaba las lagrimas de su rostro.
Comenzó a reír muy bajito, miraba hacia el suelo y movía las manos con
nerviosismo. —La primera vez que te vi sólo pensé , quiero follarme a ese tío” —
comenzó a decir, tenía que dejar salir todo el amor que mantenía dentro, tenía que
mencionar todo lo que hubiese deseado mencionar en otra
situación—. Pero después las cosas se hicieron más fuertes… y el día en el que
estábamos recostados en la cama, y me dijiste que mis ojos eran de gatito, lo
único que pensé fue “Esta es la voz, estas son las cosas, este es el
chico con el que quiero pasar el resto de mi vida” Y entonces lo supe, ya no había
vuelta atrás, me habías enamorado hasta los huesos, pero no tenía miedo, porque
de alguna manera yo pensaba que el sentimiento era mutuo. Creo que el amor
que sentí por ti fue tan grande que no puede ser descrito con un simple verbo.
—No quiero que te vayas…. —volvió a intentar acercarse hacia Harry, y esta vez
él no se negó—. Al menos déjame darte un abrazo… te juro que será lo último que
te pida, sé que no merezco nada más que tu odio, pero al menos déjame imaginar
por algunos segundos que todavía me amas.
Harry también se acercó hacia él, muy lentamente, dudando en lo que estaba
haciendo. Pero no podía mentir, él también necesitaba con toda su fuerza
abrazarlo. —Tus brazos son la mejor mentira que algún día sentí… — terminó con
el espacio que los separaba y lo abrazó con toda su fuerza, lo abrazó con todo el
amor que se había quedado en su cuerpo, pudriéndose porque nunca pudo
entregarlo.
Louis también lo abrazaba con todas sus fuerzas y pronto su llanto se hizo tan
ruidoso que llegaba a ser exagerado, pero no podía controlarse. —Perdón por
lastimarte… —susurró entre llantos.
—Pude escoger a cualquiera, pero te escogí a ti…
—Perdón, perdón, perdón, perdón, perdón. —parecía muy desesperado, lo
abrazaba demasiado fuerte, realmente no quería perderlo.

—Tengo que irme, Lou. —lo separó forcejeando, él tampoco quería separarse de
Louis, pero no podía simplemente fingir que él no había hecho lo que hizo.

—Por favor, no te vayas, Harry… te lo ruego. —Se dejó caer al piso cuando no
tuvo la fuerza para mantenerse de pie—. Mierda, perdón, perdón, perdón, perdón.
Harry, no te vayas, Harry, por favor, te amo.
Esas últimas palabras fueron demasiado para su cabeza, sobre todo para su
corazón. Cerró los ojos y se dio la vuelta, todo estaba siendo tan dramático que
realmente dudaba en mandar todo a la mierda y comérselo a besos en ese
instante para que dejara de llorar. —Vas a estar bien. Hasta luego. —sin decir
nada más salió de la habitación y después del apartamento.
Se recargó contra la puerta del lugar y comenzó a respirar demasiado agitado,
pensó que no lo soportaría, que caería al suelo y no despertaría más.
Jett y Leonard lo vieron salir del apartamento y corrieron hasta él.
—¿QUÉ PASÓ? ¿DÓNDE ESTÁ LOUIS!? —gritó Jett claramente alterado por la
forma en la que Harry había salido del apartamento.
—Ve con él, te va a necesitar… —mencionó y al instante el chico entró corriendo
dentro del lugar.
Leonard miró a Harry con mucho temor, éste se veía devastado. —¿Estás bien?
—se colocó frente a él y colocó su brazo sobre el hombro del mayor.
—No…. —Harry lo miró, tenía los ojos inundados en lágrimas—. Vámonos de
aquí, a donde sea, pero vámonos de este maldito lugar. No quiero volver a saber
de él en lo que me queda de vida, que espero que no sea mucho. —lo tomó
fuertemente del brazo y lo jaló lejos del lugar.
Tal vez su amor no había sido lo suficientemente fuerte para soportar todo lo que
el destino había puesto en su camino. Tal vez lo mejor era aceptar que todo había
terminado, que nunca podrían estar juntos simplemente porque las personas como
ellas no nacieron para estar juntos.
O tal vez… la única solución era encontrarse en otra vida.

Epilogo 3/3
Dedicado a Dani. Gracias por estar siempre conmigo, te amo <3
LOUIS
Jett entró corriendo al departamento y no se sorprendió mucho cuando notó a
Louis llorando y tirado en el suelo. Lo miró por algunos segundos, sin acercarse
hasta él. Era evidente el dolor tan grande que Louis sentía por Harry, un dolor que
sólo se resumía a todo el amor reprimido que había estado guardando durante
tanto tiempo.
Louis lloraba con demasiado sentimiento y sin importarle una mierda la presencia
de Jett. La indiferencia de Harry había terminado de romperle el corazón. Tenía
que aceptarlo, ya no tenía ni la más mínima fuerza para no dejarse caer.
—¿Estás bien? —Preguntó Jett después de haber estado un largo rato respetando
en silencio el dolor de Louis—. No puedes dejarte vencer de esta manera… —
caminó lentamente hasta él y se sentó en la alfombra, junto al chico.
Louis tardó en mirarlo, sólo tomó su mano y la apretó muy fuerte mientras
continuaba dejando que sus lágrimas inundaran su rostro. —Lo siento… —
susurró, se acercó un poco más hacia Jett y se recostó sobre sus piernas.
Suspiró y tuvo que hacer su mayor intento para soportar lo que estaba
presenciando. El dolor de Louis le dolía a sí mismo como si se tratara de algo
propio. Lo amaba, amaba demasiado a Louis y lo único que necesitaba era verlo
feliz. —¿Por qué? —comenzó a acariciar la cabeza del castaño con ternura.
—Por esto, por seguir llorando por Harry cuando te tengo a ti, a una persona
maravillosa que me ama. —Sorbía constantemente la nariz y trataba de controlar
su llanto—. Él tiene razón, yo no te merezco, tú mereces algo mejor, no alguien
que apenas puede entonar una falsa sonrisa, porque por dentro su corazón está
hecho mil pedazos.
—¿Qué pasó? ¿ Qué fue lo que te dijo Harry?
—Fui un estúpido… —Ni siquiera era lo suficientemente valiente para elevar la
mirada—. Le dije que lo amaba, que no podía estar sin él… pero no me creyó, y
era de esperarse. No puedo esperar que él simplemente acepte volver conmigo…
—¿Tú quieres volver con él?

—No lo sé… Lo vi y mi corazón volvió a palpitar como lo hacía antes, sentí que
existía la posibilidad de volver a esos tiempos. No me esperaba eso, Jett…
Quiero dejar de amarlo, pero no es justo que tú estés conmigo mientras eso
ocurre.
Cerró sus ojos apretándolos fuertemente. Tenía que soportar todo eso, darle su
apoyo y tragarse todas las palabras de reclamo que quería hacerle. Habían
pasado 4 años juntos y aún no lograba conseguir que Louis olvidara a Harry, a
pesar de que él le había entregado todo su amor día tras día. —Si estoy contigo
es porque yo así lo decidí. Desde un principio sabía a lo que me atenía contigo, y
aún así lo acepté, y lo seguiré aceptando hasta que tú decidas dejarme. —Podía
sonar como un imbécil tras esas palabras, sin embargo él comenzaba a pensar en
algo que sería lo mejor para Louis—. Necesito que confíes en mí. —mencionó con
algo de dolor tras las palabras. Lo que estaba por hacer sería un sacrificio, pero lo
haría.
—Yo confío en ti. —Susurró el castaño retirando las lágrimas de sus ojos y
mirando a Jett—. Te juro por Dios que lo único que deseo es que tú me hagas
feliz, te juro que haré lo posible por olvidarme de Harry, te lo prometo, Jett. — Para
él ya no había otra opción, además de todo, quería a Jett, sabía que era un buen
hombre y que a su lado nunca le faltaría nada.
—Entonces acepta casarte conmigo. —habló y al instante Louis lo miró con los
ojos muy abiertos, su llanto cesó mientras intentaba comprender lo que el chico le
acababa de proponer—. Yo estoy consciente de que no me amas, pero al menos
permíteme hacerte feliz, acepta casarte conmigo.

—¿Lo juras? —Las palabras de Jett al menos servían para darle todas las
esperanzas que Harry le había quitado con su visita—. ¿Vamos a lograr ser felices
algún día?
El chico no respondió al instante, lo pensó por algunos segundos. Su cabeza
estaba comenzando a colapsar por lo que estaba por hacer, pero
simplemente prefería eso a ver a Louis sufriendo toda la vida por un amor que
pudo ser muy grande. —Tú serás feliz, y eso es lo único que importa. —lo abrazó
con todas sus fuerzas e inhaló el aroma de Louis, tenía que tenerlo muy presente,
para así poder tener la valentía de hacer lo que haría—. Tu felicidad será todo lo
que necesite para estar bien.
Louis le devolvió el abrazo. —Entonces hagámoslo, casémonos. —tal vez hacer
eso significaba salvar su vida, aunque muy dentro de él sabía que ni siquiera Jett
tenía el poder de sacarlo de ese oscuro y profundo pozo donde había caído
cuando se enamoró de Harry.
Y es que eso es lo que pasa cuando te enamoras; te dejas caer a un pozo que
amenaza con destruirte y dejarte en la miseria absoluta, tú lo sabes, sabes
perfectamente que al amar a alguien te expones a ser lastimado, pero tampoco
puedes controlarte, ya que el amor no es algo que se pueda controlar, ni mucho
menos prohibir.
El problema no fue enamorarse, sino, saber a lo que se atenía y aun así no haber
frenado todo.
Jett suspiró y trató de sonreír, asintió con su cabeza y miró al castaño. —Vas a
estar bien.
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HARRY
El rizado no había mencionado ninguna palabra desde que salieron del
departamento de Louis. Leonard estaba respetando su silencio, lo había llevado a
una cafetería y ahí tomaban un café en silencio. Harry parecía que estaba enfermo
de un gran resfriado, pues toda su nariz estaba completamente colorada, sus ojos
hinchados con lagrimas en el borde y su cabello totalmente despeinado.
Su cuerpo estaba presente, acompañando a Leonard, sin embargo su alma estaba
completamente perdida mientras pensaba y analizaba lo que acababa
de vivir con Louis. Había dejado de llorar hace tiempo, pero aún así continuaba
lagrimando muy leve y constantemente limpiaba sus ojos con la manga de su
camisa.
Leonard aún no se atrevía a preguntarle nada acerca de lo que había pasado con
Louis. Tan sólo lo miraba preocupado y esperaba algún momento en el que
pudiera hacer algo para animar al rizado.
—Esto es patético… ¿Sabes? —susurró Harry mirándolo por primera vez en la
cafetería. Sorbió la nariz, volvió a limpiar sus ojos y recuperó levemente su postura
—. Siento tan real la sensación de estar insano… Como si hubiese enfermado de
amor desde hace mucho tiempo.
Leonard lo miraba e intentaba encontrar las palabras correctas para ayudarlo, sin
embargo sabía lo dolido que probablemente estaba Harry, y cualquier cosa que él
pudiera decir no funcionaria de mucho. —El amor no es exactamente una
enfermedad, Harry.
—Quiero vomitarlo todo, deshacerme de él. —lucía molesto sin hablar agresivo,
pues apenas tenía las fuerzas para hablar—. Porque no hay mayor enfermedad
que la del amor reprimido, ese que sientes que en cualquier momento va a estallar
en tu pecho y te va a ahogar por dentro, que te va a morir por dentro.
—Puedes lograrlo, sólo tienes que dejarlo ir de una vez, no sé, comenzar a salir
con personas nuevas.
Harry dio un sorbo a su taza con café y después negó con la cabeza. —Qué
efectos causa en mí un pedazo de basura humana, estúpido, que no sabe nada
del amor. “Te amo” esas palabras insignificantes que sólo me confunden, me
ciegan, me hieren y me ejecutan, realmente lo hacen.
Leonard elevó las cejas algo confundido. —¿A qué te refieres? ¿Te ha vuelto a
decir que te ama? —Harry asintió—. Oh, vaya, ese hijo de puta no tiene límites…
—bufó con molestia.
—Me da pavor mirarle a los ojos, me aterra la idea de pensar que yo puedo
recaer a sus redes de mentiras, que aunque me darían felicidad momentánea, al
final sólo terminarían por destruirme más. Tengo que comenzar a ser maduro, y
aceptar que lo que tuve con él fue sólo una fantasía que escondía la avaricia de
Louis.
Se quedaron en silencio, ambos pensaban a fondo sobre la situación. Leonard
había visto claramente la manera en la que Louis miró a Harry cuando abrió la
puerta de su departamento, y por algunos segundos, pensó que tal vez ese chico
sí estaba enamorado de su amigo, pues los ojos no mienten, y los ojos de Louis
no reflejaban otra cosa que no fuera amor.
Era muy estúpido preguntar lo que estaba por preguntar, pero igual serviría. Para
limpiar una herida siempre hay que tallarla, aunque duela más, es la única manera
de sanarla. —¿Qué pasaría si Louis estuviera diciendo la verdad? ¿Si realmente
estuviera enamorado de ti…?
Harry abrió los ojos notoriamente sorprendido por la pregunta de su amigo. —No
lo sé… probablemente… explotaría.
—¿Le dirías algo? ¿Lo buscarías?
—¿Qué podría decirle? —Leonard se encogió de hombros—. Que yo lo amé sin
secretos, sin trampas. Que hay días en los que no necesito otra cosa que no sea
oír su voz y mirar sus fotografías. Que lo olvidaré cada día, cada uno de los días
de mi vida.
Volvieron al silencio y esta vez Harry mantenía la mirada baja. Ese día estaba
marcado oficialmente como el día en el que su historia con Louis se daba por
concluida, y eso hacía que algo dentro de su estomago ardiera a sobremanera.
Y es que era doloroso darse cuenta que algo que había sido lo más importante en
su vida durante los últimos años, ahora estaba terminando, pues ni siquiera
quedaban los restos de un amor, ya que nunca había existido, sólo había sido un
disfraz de una terrible venganza.
—¿Entonces? —Interrumpió Leonard sus pensamientos—. Creo que ya va siendo
hora de seguir adelante y olvidarte por completo de Louis Tomlinson, rehacer tu
vida sin su recuerdo.
—Antes tengo que volver a Londres y hablar con sus padres. —Dijo indiferente, se
movía muy lento y hablaba muy bajo—. Sé que no es lo normal, pero necesito
hablar con ellos y dejar todo claro de una vez.
—¿¡Para qué mierda!? —Se sobresaltó un poco llamando la atención de los
clientes del lugar—. Harry, esas personas quisieron deshacerte de ti y lo lograron,
dudo que ahora quieran tener una simple y amable charla contigo. —Me importa
una mierda. —Confesó—. Si hablo con ellos no es para disculparme o para tratar
de meterles ideas en contra de su hijo. Mucho menos para reclamarles lo que me
hicieron.
—¿¡Entonces!?
—Sólo quiero hablar con ellos y asegúrame de que todo esté bien entre nuestras
familias. Darles la cara después de tantos años y asegurarles de que no volveré a
meterme en su familia.
Leonard rodó los ojos molesto y negó al instante. —Eres un imbécil, te juro que no
te comprendo. Pero bueno, es tu decisión y sabrás por qué lo haces.
—Exactamente. Yo sé por qué lo hago. —Miró a su amigo y le regaló una sonrisa
—. No te preocupes, después de esto ya me detendré. Es sólo que tengo que
cerrar todo, dejar todo claro para poder estar bien.
—¿Y con Louis lograste cerrar todo?
Harry no pudo contestar la respuesta. Sólo encogió sus hombros y se quedó
pensativo.
Era imposible lograr terminar por completo algo que estaba destinado a
permanecer por toda la vida.
Louis permanecería en su corazón por siempre.

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LOUIS
Los días comenzaron a pasar y poco a poco la visita de Harry dejaba de doler
tanto. Ahora su mente estaba ocupada en las miles de actividades con las que Jett
se había encargado de entretenerlo y evitar que volviera a entrar en alguna
depresión.
Nunca faltaban los momentos donde Louis se acordaba de Harry y tenía que
hacer su mayor esfuerzo porque eso no se notara. Evitaba a toda costa mostrarse
triste, pues sabía que Jett estaba haciendo su mayor intento por mantenerlo feliz.
Los planes de su boda seguían en pie, y aún sabiendo que su decisión era
demasiado apresurada, estaban dispuestos a casarse dentro de unos días, para
así poder irse de viaje como “luna de miel” y estar lo más alejados de Inglaterra,
pues temían que Harry volviera a aparecer por sus vidas.
Habían avisado a sus familias, y por ambas partes estaban muy felices con la
decisión de los chicos. Después de la boda ellos se irían a Nueva York a vivir con
la familia de Jett para que él así pudiera hacerse cargo de los negocios.
Louis había notado una actitud extraña en Jett. Siempre solía estar alegre y
tratando de animarlo, pero siempre que tocaban el tema de la boda se ponía
nervioso o muchas veces indiferente, como si él realmente no quisiera casarse y
sólo lo hiciera por salvar a Louis de una depresión.
Esa tarde los chicos se encontraban de camino hacia Londres. Llevarían las
invitaciones a la familia de Louis y también a algunos de sus amigos, que
continuaban enviándole correos electrónicos para saber sobre él.
El mal clima en la carretera era un obstáculo para que ellos pudieran llegar más
pronto a Londres. Nevaba demasiado y mientras más se acercaban a la ciudad,
más fuerte era la tormenta.
Oliver y Jake seguían manteniendo contacto con Louis, pero definitivamente no
era lo mismo que antes. Apenas hablaban una que otra vez durante meses. Sus
platicas solían ser muy incomodas, pues ambos chicos estaban totalmente ligados
a Harry, y Louis siempre evitaba hablar sobre el tema.
Louis les había enviado un último correo avisando sobre su compromiso e
invitándolos cordialmente a la cena donde se celebraría su formal unión.
Realmente no tenía muchas ganas de invitarlos, sin embargo la insistencia de Jett
había sido tan grande que no le había quedado de otra.
Sabía que ver a Jake sería malo, sobre todo verlo exactamente el día en donde
uniría su vida a otra persona que no era Harry, algo con lo que Jake no estaba
muy de acuerdo, pues él había sido consciente de todo el amor que el rizado y su
amigo habían tenido.
—¿Iremos directamente a casa de mis padres al llegar a Londres? —preguntó
Louis saliendo del silencio que se había formado durante todo el tiempo en la
carretera.
Jett tardó en contestar, llevaba la vista directamente hacia el camino y evitaba
mirar a Louis. —Sí. —contestó seco. No parecía molesto, pero sí había algo que
hacía pensar que tenía algún problema.
—¿Y al menos les has avisado a mis padres que llegaremos esta noche?
—No. Pero no creo que haya problema, Louis. Relájate y deja de distraerme, el
camino es peligroso, la nieve está congelando las carreteras.
Louis guardó silencio y se mantuvo así el resto del camino.
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HARRY
Tocó el timbre en la puerta de aquella casa y esperó demasiado nervioso.
Abrazaba su cuerpo con sus manos para darse calor. El clima estaba demasiado
frio y comenzaba a congelársele la nariz. Los copos de nieve caían sobre su rostro
dándole cosquillas.
Había tenido que dejar pasar algunos días para atreverse a ir a la casa de los
Tomlinson y hablar con ellos, pero ese día estaba decidido a enfrentarlos, no por
ellos, sino porque estaba dispuesto a deshacerse de todos los fantasmas de su
pasado que no dejaban de atormentarlo.
Sentía que los segundos que tardaban en abrirle la puerta eran como años. Sus
manos sudaban y por algunos momentos pensó que se echaría para atrás y
saldría corriendo de aquella casa, que claramente mostraba la nueva vida de los
Tomlinson, pues no tenía nada que ver con la vieja casa donde solían vivir antes
de la demanda.
—¡Ya voy…! —Escuchó unos pasos bajar por la escalera y sintió su corazón
acelerarse. Dio un gran y ultimo respiro antes de que la puerta se abriera. — ¿Tú?
—la señora Tomlinson parecía que acababa de mirar a algún fantasma, o al
menos a alguna criatura que fuera totalmente imposible de reencontrar.
Harry intentaba hablar, pero se había quedado sin palabras al mirar de nuevo a
esa mujer, que básicamente le recordaba a todos los juicios y momentos
espantosos que había tenido que vivir años atrás. —Buenas tardes, señora
Tomlinson. —mencionó después de haber juntado la fuerza necesaria.
Temblaba al grado de dejar claro su nerviosismo.
—¿Qué haces aquí? —antes que parecer molesta, parecía demasiado
sorprendida. Miraba a Harry de arriba hacia abajo y lo examinaba detalladamente.
—He salido de la cárcel por buena conducta y por pagar la fianza exigida. —
susurró éste. Le estaba costando demasiado trabajo estar ahí, sobre todo porque
todo en ese lugar le recordaba a Louis por tratarse de su familia.
Ella no le tenía rencor a Harry, incluso sentía un poco de pena por él, pues
continuaba teniendo la idea de que Louis había montado todo ese teatrito del
abuso por parte del rizado. Estaba demasiado confundida y no sabía exactamente
cómo reaccionar ante la presencia del chico. —Me alegro. — Sonrió nerviosa,
falsamente—. ¿Y te puedo ayudar en algo?
Harry se encogió de hombros apenado. —De hecho… sí. Quisiera hablar con
usted y con su esposo.
Eso tomó por sorpresa a la señora Tomlinson, sin embargo no podía negarle la
oportunidad a Harry. Ella necesitaba aclarar algunas cosas y él podría ayudarle.
Durante todos esos años había deseado saber la verdad de todo, que aunque ya
no sirviera de nada, algún día tendría que salir a la luz. —Mi esposo está en
Chesire con Mini, se han ido de casería. Pero yo puedo escucharte. —hizo
espacio en la puerta para que el rizado pasara a la casa. Dudó por algunos
segundos en pasar. Estaba muriendo en el miedo y en el nerviosismo. No tenía
idea de lo que le diría a esa mujer, pero de alguna forma quería hablar con ella y
terminar con todo de una vez—. ¿Vas a pasar o te quedaras ahí congelándote?
Anda, se acerca una tormenta de nieve muy fuerte.

Harry bajó la mirada y sonrió. Pasó a la casa sin pensarlo más y al estar dentro se
quitó el abrigo y lo colgó junto a la puerta. —Tiene usted una hermosa casa,
señora Tomlinson. —mencionó mirando todo detenidamente. Desde los muebles
hasta las fotografías que colgaban en la pared. Había demasiadas de Louis, cosa
que provocó que el chico se sintiera algo incomodo.
—No tienes que ser amable conmigo, Harry. —habló ella mientras llegaba hasta el
sofá de la sala y tomaba asiento. Señaló el otro con su mano, indicándole a Harry
que hiciera lo mismo—. Si de algo estoy segura es que lo que menos sientes por
mi familia es respeto. Así que puedes ahorrarte tus falsos modales.
Harry tomó asiento mientras negaba con la cabeza. —No finjo. —
Aparentemente él se mostraba muy fuerte, si ya estaba en ese lugar, tendría que
terminar con todo con la cara en alto—. Si estoy aquí es porque quiero dejar todo
claro de una vez. Sé que no es necesario, o que tal vez a usted le importa una
mierda, pero a mí no. Todo esto lo hago por mí. Porque quiero comenzar una
nueva vida y el recuerdo de su maldita familia sólo me perturba. Tengo que
dejarlos ir a todos ustedes, incluyendo a su hijo.
La señora Tomlinson lo miró en silencio. El rostro de Harry no mentía, estaba
muriendo por dentro y ella sabía que para él estar ahí era un gran sacrificio. —
¿Sabes?... —comenzó a hablar. Con Harry podría descargar todo aquello que
llevaba cargando desde hacia tanto tiempo y no podía hablarlo con nadie más,
pues nadie era capaz de entender todo lo que había pasado entre esos chicos—.
Cuando fue aquello de la demanda, aquí todo cambió, todos cambiamos.
—Eso está claro. El dinero de mi familia seguro les cambió la vida por completo.
Ustedes no tenían nada y ahora… lo tienen todo. —el rencor podía sentirse en su
voz. No quería molestarse o reclamar nada, pero simplemente no podía
controlarse.
—No me refiero sólo a eso. Me refiero a que todos aquí cambiamos nuestra forma
de ser. Sobre todo Louis. —Harry abrió los ojos con demasiado interés y prestó
toda su atención a la mujer—. Desde el día que levantamos la denuncia, Louis no
volvió a ser el mismo… Pasaba todo el día encerrado en su habitación, llorando en
“silencio” y mimando a su gato, al gato que tengo entendido tú le regalaste.
—¿Por qué me dice todo esto?
—Y yo entendía por qué mi bebé lloraba tanto… —miraba hacia la nada mientras
hablaba, sus ojos mostraban verdadera tristeza—. Yo quería que él estuviera bien,
que volviera a ser el mismo de antes. Por eso te tenía tanta rabia, porque pensaba
que tú con tus “abusos” lo habían dejado así de perturbado. Él lloraba y lloraba, y
cuando no estaba llorando estaba dormido. No comía, no hacía nada. Se estaba
dejando morir, Harry… —sus ojos se habían cristalizado al recordar esos horribles
tiempos donde su hijo había estado tan mal.
—Louis siempre tuvo problemas consigo mismo. —sentía un nudo enorme en la
garganta con lo que la señora le estaba diciendo. Pensar que Louis se había
encontrado tan mal sólo le hacía pensar en un millón de posibilidades diferentes a
que ese asunto sólo se hubiese tratado de una venganza—. Mientras yo estuve
con él pude controlárselos levemente, comía porque yo se lo pedía, pero después,
cuando me alejó… no pude hacer nada. Era de esperarse que cayera.
—¿Usted le pedía que comiera? —parecía bastante sorprendida.
Harry se dio cuenta de lo que acababa de decir. No quería que la señora
Tomlinson se pusiera en contra de su hijo, no ahora que ya habían pasado 4 años
y Harry ya había pagado una condena en prisión. —Ya no importa, realmente.
Cualquier cosa que haya pasado, pasó.
—Louis estuvo demasiado mal, señor Styles. Él tuvo anemia y estuvo a punto de
caer en la anorexia absoluta. Y no le estoy diciendo esto para hacerlo sentir
culpable, porque en cierta manera yo hace mucho comprendí lo que realmente
pasó.
Al escuchar eso Harry se sorprendió demasiado, intentó controlarse pero no lo
logró. —¿Qué comprendió? —preguntó ansioso por la respuesta. La señora
Tomlinson bajó la miraba avergonzada y negó con la cabeza—. ¡Dígame!
¡Dígame qué fue lo que comprendió! —gritó.
—Tú sabes… Lo que hizo mi hijo…
—¡Dígalo! ¡Quiero escucharlo! ¡Necesito escucharlo para recordarme a mí mismo
que soy inocente! —se levantó del sofá alterado y la miró con rabia. Ella no tenía
nada de culpa, pero Harry no podía pensar claramente gracias al enojo.
Ella se levantó de igual manera y lo miró al ojos antes de hablar —¡QUE MI HIJO
ESTABA ENAMORADO DE TI! ¡Que su sufrimiento no era por lo que le habías
hecho, sino por tu ausencia! ¡Que nos mintió a todos y nunca podré comprender
por qué!
Harry se quedó sin palabras y por algunos segundos pensó que no lo soportaría.
Lo que la señora Tomlinson le decía era demasiado confuso. Él sabía que todo
había sido un engaño, sin embargo lo del amor de Louis siempre lo había dudado,
siempre había pensado eso como una pieza más de su mentira, no algo que en
realidad hubiera pasado.
—¿Lou...Louis le dijo eso? —balbuceó y volvió a sentarse sobre el sillón. Tenía la
mirada perdida y los ojos inundados en lágrimas que amenazaban con comenzar
a salir.
—No era necesario que me lo confirmara. —ella también volvió a sentarse—. No
fue necesaria otra cosa más que ver la manera en la que se miraban en el último
juicio, con tanto amor, con tanta desesperación por estar encerrados en una
situación donde alguno de los dos tendría que perder.
Harry no lo soportó más. Escondió su rostro entre sus brazos y comenzó a llorar.
—Ya no podíamos hacer nada… —sollozó—. Yo no quería que él sufriera, y si
detenía la denuncia se metería en problemas por mentirle a la ley. Mi amor por él
era tan grande que me importó una mierda su traición y me sacrifiqué por él…
—Me di cuenta de eso. Y por eso respeté tu decisión. De alguna manera sabía
que mi hijo estaba tan mal que cualquier otro problema terminaría destruyéndolo
por completo. Tenía tanto miedo de que él no lo lograra y decidiera terminar con su
vida…
—Todo este tiempo yo estuve encerrado en prisión, pensando que Louis estaba
disfrutando la vida, riéndose por lo que me había hecho… él me enamoró, me
destruyó física, emocional, y económicamente. —Sus palabras apenas se podía
escuchar por su llanto—. Yo tenía una vida antes de él, tenía una novia con la que
me iba a casar, tenía una familia que me quería, tenía la intención de formar una
familia… tenía muchos sueños que él me arrebató encerrándome en prisión.
—Lo sé… —se acercó hacia Harry y poco a poco fue tomándolo por la espalda. Él
lloraba demasiado—. Pero aún puedes hacerlo—. Se sentó a su lado y Harry se
dejó abrazar por la mujer—. Aún no es tarde para ti, Harry. Podrás encontrar otra
persona que te haga feliz, podrás rehacer tu vida y conseguir todos tus sueños.
Las luces en la casa parpadeaban. Los relámpagos comenzaban a sonar cada vez
más fuerte y la nieve caía en mayor cantidad fuera de la casa.
—Las ganas se han ido. Mi corazón está destruido, probablemente muerto. Él no
pudo soportar tanto, mi cuerpo sigue intacto, pero no me sirve de nada… —¿Tú lo
amas, es decir, todavía?
Harry se separó de la mujer y tardó en contestar, pensó en su respuesta y se dio
cuenta que era muy estúpido seguir negando algo evidente. —Nada, ni siquiera el
odio o el rencor que se acumuló dentro de mi durante todos estos años, fueron
capaz de matar ese sentimiento. Lo amo, lo amo y me duele saber que
probablemente lo voy a amar por siempre.
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LOUIS Y HARRY
—Maldita nieve, maldición. —mencionó Jett acercándose hacia el parabrisas para
poder mirar mejor el camino. La tormenta cada vez estaba más fuerte pero no se
habían detenido porque ya faltaban pocos minutos para llegar a casa de los
padres de Louis.
—Hemos estado en el auto casi toda la tarde, muero por bajar de aquí. —
mencionó Louis estirándose como podía dentro del automóvil. Ya se había hecho
de noche y estaba demasiado cansado. Quería llegar a casa y dormir hasta el día
siguiente.
—Lo sé, mi amor. Pero ya tranquilo. No quedan más de 3 minutos para que
estemos allí.
Louis miraba por las ventanas. Londres estaba forrado en nieve, el pavimento de
las calles estaba completamente blanco y el auto no se había atascado de
milagro.
Esa tarde se sentía bien, sin tantos remordimientos o preocupaciones. Sabía que
faltaban muy pocos días para su boda, pero aún así él estaba convencido de que
era lo mejor, de que realmente no había otra cosa que pudiera hacer para mejorar
su situación.
Miraba a Jett y no le quedaba duda alguna. Ese chico sería la persona con la que
compartiría todo el amor que por desgracia con Harry no podría hacerlo. Lo
olvidaría, o al menos controlaría su recuerdo para poder vivir en paz.
—Qué rápido ha pasado todo… ¿No lo crees? —preguntó el castaño intentando
hacer una conversación entre ellos. Todo el camino habían ido en un silencio que
parecía incomodo.
—¿A qué te refieres?
—A que pareciera que fue ayer cuando viniste a Londres por mí.
—Oh, sí, lo recuerdo. Cuando vine a “salvarte de ti mismo” —El tono de Jett no
había sido el más amable, incluso se había mostrado irónico.
—Y lo hiciste. No sé qué hubiera sido de mí sin ti. Te lo juro.
Rió levemente y continuó conduciendo hasta llegar a la casa de sus suegros.
Louis lo miraba esperando una respuesta. Estacionó el auto y antes de bajar lo
miró. —Creo que no he servido de mucho, pues tú sigues pensando en Harry
cada segundo de tu vida. —Louis se sorprendió ante las palabras de Jett y no
encontró argumentos para negarlo. Era patético intentar si quiera hacerlo—. Pero
eso ya no importa, mi amor. —Sonrió, acarició la barbilla del menor y se inclinó
hacia él para darle un besito sobre los labios—. Vamos, entremos a la casa, aquí
afuera está congelando.
Le devolvió la sonrisa y ambos chicos bajaron del auto para rápidamente correr
hacia la casa y abrir la puerta con la llave que Louis poseía. Ellos eran
bienvenidos en ese lugar a cualquier época del año.
Se limpiaron los zapatos en la alfombra antes de entrar y entraron anunciando su
llegada. —¡Mamá, papá! Estamos aquí, Louis y Jett. —Louis comenzó a quitarse
en abrigo al igual que su novio. La puerta de la casa ya estaba cerrada y ellos aún
no lograban encontrar algo extraño—. ¿Hay alguien en casa?
La madre de Louis salió de la sala, mirándolos con los ojos muy abiertos y con
demasiada preocupación en la mirada. —Louis…
—Hola, mamá. —se acercó hasta ella y dio un beso sobre su frente.
—Louis… ¿QUÉ HACES AQUÍ? —Harry aún se encontraba en la casa y la
presencia de los chicos haría un ambiente demasiado incomodo.
—¿Pasa algo, Jay? —preguntó Jett notando lo preocupada que ella se veía por su
presencia.
Jay no mencionó nada, sólo miró hacia el abrigo de Harry para que los chicos
notaran que había un invitado especial en la casa.
Louis miró hacia la dirección donde su madre miraba y notó el abrigo. —¿De quién
es eso? —Tomó la prenda y la examinó. Su corazón se detuvo cuando notó que
se trataba de una gabardina de Burberry, marca que el rizado solía utilizar mucho.
La llevó directo a su nariz y olfateó todo el aroma. Era el mismo perfume Paco
Rabanne que Harry utilizaba.
—Buenas noches… —se escuchó la ronza voz del rizado salir de la sala y dirigirse
hacia ellos. Louis dejó la prenda de nuevo donde estaba y miró a Jett asustado.
—Buenas noches. —contestó el rubio intentando tomar el control de la situación.
—Ha…Harry ha venido aquí a hablar conmigo sobre algunos asuntos del pasado.
—balbuceó la mujer intentando no entrar en pánico.
Louis estaba en estado de shock y aún no era capaz de mencionar ninguna
palabra. Ver a Harry de nuevo era algo que no esperaba en lo más mínimo, mucho
menos encontrarlo en la casa de sus padres.
—Sí, pero ya me voy. —Se volvió hacia la señora Tomlinson—. Muchas gracias
por recibirme aquí, señora. Espero que esté bien y mucha suerte. —Parecía muy
apurado por irse de aquel lugar. Ver a Louis junto con su actual novio le rompía el
corazón.
—No puedes irte, hay una tormenta muy fuerte ahí afuera. Dudo que consigas
llegar a algún lugar. —mencionó Jett haciendo que todos en el lugar lo miraran
sorprendidos.

—Oh… gracias, pero tampoco puedo quedarme. —Harry se mostraba muy


nervioso y hacia su mayor intento por no cruzar miradas con Louis—. Es una falta
de respeto que yo esté aquí. No quiero hacerles incomodo esto. Tengo que irme.
—No, vamos, Harry. Está bien, al menos espera a que la tormenta baje un poco.
—insistió.
Louis cruzó miradas con su madre y ella le indicó que se repusiera y tomara el
control de la situación. Él dio un fuerte respiro, se relajó y se convenció a si mismo
que nada malo pasaría si Harry se quedaba ahí unos minutos más. — Sí, Harry.
No pasará nada. Jett y yo nos subiremos a descansar y tú no tendrás que lidiar
con nuestra presencia.
Las palabras del menor fueron como un taladro para su cabeza, miró a Louis y le
mantuvo la mirada durante algunos segundos. Sólo se miraban, sin decir nada
más. Se miraban y en sus ojos podía notarse cómo todo el amor seguía intacto.
—De acuerdo, entonces ven conmigo, Harry. —mencionó la señora Tomlinson
rompiendo con la tensión que se había creado entre los chicos.
Harry no hizo caso y continuó mirando a Louis. Lo que se había enterado esa
tarde esa suficiente para que él se sintiera con la necesidad de hablarlo. En su
interior rogaba porque todo fuera cierto, rogaba porque Louis tuviera alguna
escusa que le hiciera mandarlo todo a la mierda y volver con él.
Estaba voluntariamente volviendo a un pasado que le había hecho mucho daño.
Estaba dejándose envolver de nuevo por algo que anteriormente le había
destruido la vida, y no sabía si lo hacía para demostrarse a sí mismo que era
fuerte y no le importaba, o simplemente porque no era lo suficientemente fuerte
para dejar a Louis.

—Louis… —lo llamó haciendo que el chico abriera los ojos excesivamente—.
Quiero hablar contigo, ¿podemos?
Louis sentía que su corazón estaba a punto de salirse de su pecho. Era hermoso
escuchar la voz de Harry decir su nombre, era hermoso saber que él estaba frente
su cuerpo, que compartían el mismo aire y que tenía algo que decirle. Miró a Jett
para que éste le diera alguna indicación. Tenía que respetarlo, él era su novio y no
podía tomar las decisiones por sí solo. Jett asintió con la mirada.
—De acuerdo. —Habló al instante—. Ven, sígueme. —comenzó a caminar hacia
el estudio de televisión.
Harry caminaba tras él y notaba como las rodillas de Louis se doblaban
constantemente, como si estuviera haciendo su mayor esfuerzo por mantenerse
solido pero estuviera muriendo de nervios.
Harry también temblaba, pero no parecía tan nervioso como Louis. Él ya había
pasado por la peor parte y sabía que soportaría todo.
Llegaron hasta una habitación donde Louis le indicó que pasara antes que él.
Después éste también entró y cerró la puerta para tener más privacidad.
—No entiendo cómo es que aún no nos cansamos de lastimarnos tanto. —
mencionó el menor mirando a Harry con indiferencia. Éste se sentó sobre un sofá
y dejó que Louis se descargara—. Hace días fuiste a mi casa y me dijiste que
entre tú y yo ya no podía haber nada. ¿Y ahora estás aquí? ¿Para qué, Harry?
¿Para qué vuelves y me revives todos aquellos sentimientos que llevo tantos años
tratando de olvidar? —hablaba con coraje, sus ojos se
encontraban cristalizados y el miedo que sintió al encontrarlo cuando llegó a la
casa había desaparecido.
—Yo no vine a buscarte a ti. Vine a hablar con tu madre. Ni siquiera sabía que tú
vendrías. —se defendió hablándole de manera lenta y sin mostrarse agresivo. No
podía dejar de mirarlo. La vez pasada que se habían encontrado no había podido
apreciar lo mucho que Louis había cambiado físicamente durante esos años.
Definitivamente ya no era el niño del que se había enamorado. Ahora era un
hombre hecho, pero continuaba desbordando inocencia y Harry continuaba
sintiendo la necesidad de protegerlo del mundo.
—¿Y entonces por qué me pediste que habláramos? —notó la forma en la que
Harry lo miraba y no pudo evitar sentirse intimidado. Él también se dedicó a
observarlo, a observar sus músculos marcados, su rostro que poseía una hermosa
barba que lo hacía lucir más varonil y perfecto.
—Porque quería estar a solas contigo. —Confesó mirándolo esta vez a los ojos —.
Porque necesitaba escuchar de tu boca alguna explicación. Necesito que me
expliques por qué renunciaste a nuestro amor. Por qué nunca fuiste a prisión a
visitarme, por qué te juntaste con ese tío y te olvidaste de mí. — Harry respiraba
agitadamente, ya no quería llorar y estaba haciendo su mayor esfuerzo para no
hacerlo—. ¿POR QUÉ TE OLVIDASTE DE MI TAN FACIL? ¿CÓMO HAS HECHO
PARA CONSEGUIRLO? Ayúdame, Lou… ayúdame a conseguirlo yo también,
porque siento que me estoy muriendo por ti…
Louis estaba muy confundido por las palabras de Harry. Era como si de pronto él
se hubiera olvidado de la demanda, de los años en la cárcel, de todo. Como si de
repente lo único importante fuera su amor.
—No lo sé. —Confesó y bajó la mirada—. Porque pensé que tú me odiarías, que
te olvidarías de mí con el paso del tiempo… —se fue acercando hacia Harry y
cuando llegó hasta el sofá donde éste se encontraba sentado tomó asiento y
buscó las manos del rizado para entrelazar sus dedos. Ya no se controlaría más,
necesitaba tocarlo, sentir su piel para volver a sentirse vivo —. Renuncié a ti
esperando a que cuando salieras de la cárcel rehicieras tu vida y fueras feliz.
Harry también se cansó y fue él quien tomó la mano del menor, entrelazó sus
dedos y miró sus manos por algunos segundos. Embonaban a la perfección,
encajaban la una con la otra haciéndoles saber que habían sido hechos el uno
para el otro. —¿Y tú serias feliz sin mi?
—No. —no dudó ni algunos segundos su respuesta. Comenzó a sentir las
lagrimas recorrer sus mejillas. Por algunos segundos pensó que estaba soñando,
que eso en realidad no estaba pasando—. Pero no merezco ser feliz. Te hice
daño, te destruí y ahora lo estoy pagando… Una persona como yo no merece
nada de felicidad, merezco llorar hasta mi muerte, merezco que tú me olvides y te
salves de mi recuerdo. —Harry lo acercó más hacía su cuerpo de manera violenta.
El rostro de Louis quedó pegado a su cuello y ahí tuvo la confianza para abrazarse
del rizado con la mano que mantenía libre. Comenzó a llorar sobre el cuello del
mayor.
—Tienes toda la razón… Yo soy consciente de que mereces sufrir… —habló éste
mientras acariciaba su cabeza con dulzura, tratando de darle consuelo —. Y yo
merezco ser feliz…
—Lo sé. Por eso me voy a casar con Jett… para dejar de estorbar en tu camino…
—las palabras de Louis lo tomaron por sorpresa, pero en cierta forma lo
comprendió—. Él es muy bueno conmigo, Harry. Me ha cuidado desde que te alejé
de mi lado… y ahora tengo que pagarle todo eso… no puedo dejarlo, no puedo
terminar con él. Le debo mucho y entregándole mi vida será mi forma de pagarle…
Harry lo abrazó más fuerte. —¿Sabes qué es lo peor de todo? Que no puedo
hacerte daño, porque entonces me estaría dañando a mi mismo… no puedo
hacerte pagar por todo lo que me hiciste, porque entonces ese dolor sería mi
dolor… Y yo ya no merezco sufrir. —dio un besito sobre su frente y Louis elevó la
vista para mirarlo. Sus labios se encontraban muy cerca y sus respiraciones se
combinaban—. El “odio” que sentí por ti, sólo fue una escusa que me ayudó a
mantenerme con vida todos estos años, príncipe…
—Por favor, Harry… —susurró el menor apretando fuertemente los ojos—. Te lo
ruego, bésame. Aunque sea la última vez, hazlo…
—Eres un hombre comprometido…
—No me importa una mierda, hazlo…
Y entonces decidieron terminar con el espacio que los separaba. Unieron sus
labios y mediante un beso se mostraron todo el amor que llevaban dentro. Ese
amor que durante aquellos años solo había crecido sin control. Se besaban
desesperados por penetrar aún más la boca del otro. Louis brincó arriba de Harry
quedando sobre su cadera y comenzó a moverse con rudeza sobre él, para así
poder incitarlo a hacer otra cosa, que era lo que realmente necesitaba.
—No, detente. —Mencionó el rizado separándose del beso para agarrar aire y
poder controlarse—. Estamos en casa de tus padres, está aquí tu prometido.
No se puede. —Alejó a Louis de su cuerpo y se levantó del sofá—. Tú tienes una
promesa con Jett y tienes que cumplirla.
—Sí… perdón. —Acomodaba su cabello y hablaba con nerviosismo—. Perdón por
reaccionar así, sólo te pedí un beso y me pasé.
—Tengo que irme. —éste de igual manera se acomodó la ropa, relamió sus labios
y respiró hondo antes de salir de la habitación.
—Harry…. —lo detuvo el menor desde el sofá. Ambos sabían que probablemente
esa sería la última vez que se verían—. Te amo con todo el corazón… —su voz se
hizo hilo al mencionar aquella frase.
Harry llegó hasta la puerta de la habitación y colocó su mano en la manija. — Yo
no te amo con todo el corazón…. —se giró hacia Louis, éste lo miraba confundido
por sus últimas palabras—. Cuando uno muere, el corazón deja de latir, se
marchita y al paso del tiempo se desintegra. Yo te quiero con toda el alma, porque
el alma nunca muere, el alma soy yo, no mi cuerpo, y yo a ti te voy a querer para
siempre, no para toda la vida.
Aquellas fueron sus últimas palabras. Se miraron en silencio por algunos
segundos y después el rizado dio una sonrisa sincera. Se giró y salió del lugar
cerrando la puerta para darle privacidad a Louis.
No pudo seguir manteniéndose fuerte, se recargó contra la puerta y comenzó a
llorar intentando no hacer mucho ruido. Todo ese dolor era real, y aunque sabía
que nadie moría de amor, él estaba seguro de que sería la primera persona en
hacerlo.
Ya no podían hacer nada por salvarse, ahora Louis se casaría y él tendría que
aprender a olvidarlo.
—Harry…. —escuchó la voz de un chico a su lado. Abrió los ojos y se encontró
con Jett.
—¿Qué haces aquí? —preguntó alterado—. ¿Has escuchado algo de lo que
hablamos? —limpió la humedad de su rostro rápidamente.
—Lo hice. Pero no escuché nada que no supiera antes. —Parecía tranquilo al
hablar, como si de alguna manera él ya sabía que eso iba a pasar—. Necesito
hablar contigo.
—¿Para qué? Tú y yo no tenemos nada de qué hablar. —se dio la vuelta e intentó
retirarse del lugar.
Jett lo detuvo sosteniéndolo del brazo. —Le prometí a Louis que lo haría feliz. Y
tengo que hacerlo.
Harry lo miró con confusión, aceptó hablar con Jett y ambos se retiraron del lugar.
No podían exponerse a que el menor los mirara hablando juntos.
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Llegó el día de la boda. Louis estaba en su habitación, arreglándose para bajar al
jardín, donde se llevaría a cabo la ceremonia.
Toda la casa Tomlinson estaba arreglada de manera hermosa, con rosas blancas
por todos lados, con decenas de invitados que esperaban que esa joven pareja
fuera muy feliz.
El traje de Louis le quedaba de maravilla, era color negro acompañado de una
corbata blanca con detalles beige. Ese día tendría que ser el mejor día de su vida,
sin embargo apenas podía entonar una sonrisa sin dejar demasiado claro que
fingía.
No podía dejar de pensar en Harry. No podía dejar de pensar en lo magnifica que
pudo ser su vida juntos. Tenía demasiada nostalgia, pero tenía que seguir
adelante con todo, tenía que hacerlo por Jett.
Se arregló por última vez el cabello, se miró al espejo un par de veces y respiró
hondo. Su vida iba a cambiar ese día y tendría que aceptarlo, afrontarlo e intentar
ser feliz.
Ya era la hora de la ceremonia. Tenía que bajar al jardín con su mejor cara.
—Harry… —susurró y una lagrima recorrió su mejilla—. Quiero que seas feliz…
Volvió a respirar muy hondo, limpió la humedad en su rostro y salió de la
habitación para dirigirse hacia donde los invitados.
Sus rodillas temblaban, su corazón palpitaba muy fuerte y amenazaba con salirse
de su pecho. Por algunos segundos pensó en escapar, pero después se dio
cuenta que no podía continuar decepcionando a sus seres queridos. Tampoco
podía hacerle eso a Jett.
Al llegar al jardín, todos prestaron su atención en él. Muchos susurros se
escucharon y Louis sonrió falsamente para agradecer su presencia. Al final del
lugar se encontraba un juez con el acta de matrimonio.
Miró a Jake a lo lejos, éste lo miraba con una enorme sonrisa y a su lado llevaba
una chica que tenía una pancita de embarazada. Sonrió y lo saludó con un
movimiento de mano.
Desvió la mirada y se encontró con Oliver. Éste también sonrió al verlo, su sonrisa
era igual de sincera que siempre.
Jett se acercó hasta él, y Louis notó que extrañamente no llevaba un traje formal.
Éste sonreía enormemente, llegó hasta Louis y lo tomó del brazo comenzando a
llevarlo hacía donde le juez y los invitados se encontraban.
—¿Jett, qué pasa? —preguntó Louis muy confundido por el atuendo del chico.
Jett no contestó, siguió caminando y cuando llegó al altar lo miró, dio un respiro y
sonrió ampliamente. —Te prometí que te haría feliz. Y lo estoy haciendo. —Lo
abrazó con todas sus fuerzas, le besó la mejilla y aunque le costó mucho trabajo
separase de Louis, lo hizo.
—¿Qué pasa? —volvió a preguntar esta vez muy preocupado. Por algunos
segundos pensó que Jett había decidido cancelar la boda de último momento.
—¿Quieres casarte conmigo, príncipe? —escuchó una voz grave a sus espaldas.
Se giró rápidamente y se encontró con Harry, vistiendo un traje formal y mirándolo
con demasiado amor.
Todo sus vellos de erizaron y entonces lo supo. El amor no se había dado por
vencido, el amor no había decidido esperar a la siguiente vida.
Durante la vida se obtienen bastantes tipos de dolor. Muchos de ellos terminar por
arruinarte, mientras que otros dolores sólo significan la felicidad. La vida es muy
corta para dejar que sentimientos tan inútiles como el rencor y el odio te controlen.

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