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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES


ESCUELA DE ESTUDIOS DE POSTGRADO

MAESTRIA EN DERECHO PROCESAL PENAL


SECCIÓN “A”, MAZATENANGO,
SUCHITEPÉQUEZ

DERECHO PROBATORIO PENAL

REVISTA JURÍDICA DIGITAL


JUNIO 2021
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
FACULATAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES

ESCUELA DE ESTUDIOS DE
POSTGRADO

MAESTRIA EN DERECHO PROCESAL PENAL


Sección “A”, Sede Mazatenango, Suchitepéquez

Docente del curso:


Dra. Blanca María Chocochic Ramos

REVISTA JURÍDICA DIGITAL


Cohorte 2020-2021 de la Maestría en Derecho Procesal Penal de la Escuela de
Estudios de Postgrado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la
Universidad de San Carlos de Guatemala,
Sede Mazatenango, Suchitepéquez.
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES
ESCUELA DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
MAESTRÍA EN DERECHO PROCESAL PENAL
SECCIÓN “A”
MAZATENANGO, SUCHITEPÉQUEZ

REVISTA DE LA MAESTRÍA EN DERECHO PROCESAL PENAL

DERECHO PROBATORIO PENAL

Mazatenango, Suchitepéquez, junio de 2021.


UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES
ESCUELA DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
MAESTRÍA EN DERECHO PROCESAL PENAL
SECCIÓN “A”, MAZATENANGO, SUCHITEPÉQUEZ

MIEMBROS DE LA JUNTA DIRECTIVA

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

DECANA EN FUNCIONES: Licda. Astrid Jeannette Lemus Rodríguez

VOCAL II: MSc. Henry Manuel Arriaga Contreras

VOCAL III: MSc. Juan José Bolaños Mejía

VOCAL IV: Br. Denis Ernesto Velásquez González

VOCAL V: Br. Abidán Carías Palencia

SECRETARIO: MSc. Luis Renato Pineda

CONSEJO ACADÉMICO DE ESTUDIOS DE POSTGRADO

DECANA EN FUNCIONES: Licda. Astrid Jeannette Lemus Rodríguez

DIRECTOR: Dr. Luis Cáceres Rodríguez

VOCAL: DR. Carlos Estuardo Gálvez Barrios

VOCAL: Dr. Nery Roberto Muñoz


UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES
ESCUELA DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
MAESTRÍA EN DERECHO PROCESAL PENAL
SECCIÓN “A”, MAZATENANGO, SUCHITEPÉQUEZ

COHORTE 2020-2021

ARDIANO VELÁSQUEZ, MISRAIN ABIDÁN


BATZIBAL ESPINOZA, GLORIA REBECA
BONILLA GONZÁLEZ, LUIS ESTUARDO
BONILLA JUÁREZ, KEVIN ANTONIO
CHÁVEZ ALFARO, KEVIN ALEIKO
CHÁVEZ ALFARO, LAURA MANUELA
CONTRERAS LEMUS, LUIS MARIANO
CRUZ HURTADO, MARÍA DEL CARMEN
DE LEÓN PÉREZ, MIRNA AZUCENA
ESTRADA PAR, CONCEPCIÓN DE MARÍA
FINKELSTEIN LEONARDO, MARIO ALFREDO
FIORINI SOBERANIS, JOSÉ MANUEL
GIRÓN MEOÑO, NOE DAVID
HERNÁNDEZ ARMAS, SONIA ORQUIDEA
HERRERA VILLAGRÁN, KIARA VERONISSI
KESTLER PAZ, LETICIA JUDITH
LAPOP SOSA, DALIS ANABEL
LEIVA MORALES, STEFANY LICELY
LÓPEZ Y LÓPEZ, NAZARIO
LÓPEZ PÉREZ, LILIAN GRISELDA
LÓPEZ VILLATORO, JOSÉ GILBERTO
MARTÍNEZ GARCÍA, THAMARA ELIZABETH
MEJÍA LÓPEZ, DENNIS ARMANDO
COHORTE 2020-2021

MENÉNDEZ AGUILAR, CRISTIAN DANIEL


ORELLANA LEPE, JUAN JOSÉ
PAPPA MUÑOZ, LUIS MIGUEL
PÉREZ MÉNDEZ, AARÓN ANTONIO
PÉREZ RIVERA, MARCO VINICIO
PUAC PELICÓ, FLORIDALMA
RAMÍREZ DOMÍNGUEZ, DOUGLAS RAMÓN
REGIL MONROY, NANCY MISHELL
RODRÍGUEZ CASTRO, KARIN ROSSANA
ROSALES HERNÁNDEZ, KEVIN TORIBIO
SACBAJA MARTÍNEZ, DAFNE MARISOL
SAY, LILIAN YANETH
SUN XETEY, ESNA SURAMA
TOHOM LÓPEZ, ALLAN RONALDO
VICENTE RAMÍREZ, MARTHA LETICIA
VILLATORO RODRÍGUEZ, JULIA ISABEL
VILLEGAS CANCINOS, HOMERO
XIVIR SUNUM, WILMAR JOSÉ AMILCAR
ÍNDICE GENERAL

Pág.

PRESENTACIÓN…………………………………………………………………………………i-ii
1. Antecedentes del Derecho probatorio……………………………………………….…… 1-9

2. Principios generales y específicos del Derecho probatorio penal…………………....10-21

3. Generalidades de la prueba penal…………………………………………..…………. 22-30

4. La verdad procesal en materia penal....................................................................... 31-38

5. Presunción de inocencia ……………….................................................……………..39-48

6. Nociones de la prueba y libertad probatoria y sus límites.........................................49-59

7. Actividad probatoria y medios coercitivos auxiliares de la actividad probatoria....... 60-68

8. La peritación y las peritaciones especiales.............................................................. 69-77

9. El testimonio y el careo............................................................................................. 78-87

10. La confesión y el hecho notorio................................................................................ 88-99

11. Los documentos o prueba documental.................................................................100-109

12. La inspección y registro........................................................................................ 110-121

13. El reconocimiento de documentos, de personas y cosas......................................122-130

14. La reconstrucción de hechos y su diligenciamiento..............................................131-139

15. La prueba indiciaria en el proceso penal.............................................................. 140-149

16. Medios auxiliares de prueba..................................................................................150-161

17. Medios extraordinarios de prueba (Ley contra la Delincuencia Organizada) ...... 162-168

18. El anticipo de prueba............................................................................................ 169-176

19. La prueba ilegal o irregular, prueba ilícita y prueba prohibida..............................177-187

20. La valoración de la prueba en el proceso penal....................................................188-196

21. El escenario del delito, la recolección de evidencias y la cadena de custodia.... 197-204


PRESENTACIÓN

La prueba constituye uno de los temas torales en el Derecho procesal porque de ella depende
la adecuada aplicación del Derecho al caso concreto; principalmente en el proceso penal, en
el que son las pruebas las que condenan y no los jueces; de ahí la importancia de su estudio,
mismo que ha sido sistematizado por el Derecho probatorio penal, el que no solo se centra en
el análisis de las normas reguladoras de la prueba, sino también, en el estudio de los
principios, instituciones, teorías y doctrinas que fundamentan y explican la razón de ser de la
prueba penal.

Partiendo de lo anterior, a continuación, se presentan una serie de ensayos relacionados al


Derecho probatorio penal, los cuales fueron elaborados por los estudiantes de la Maestría en
Derecho Procesal Penal, Sección “A”, Mazatenango, Suchitepéquez, dentro del Programa de
Maestrías de la Escuela de Estudios de Postgrado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y
Sociales de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Los ensayos relacionados tienen como propósito contribuir con los estudiosos del Derecho
Procesal Penal; particularmente con los que se dedican al litigio penal, quienes
constantemente buscan materiales bibliográficos que les sirvan de apoyo y les orienten en
temas relacionados al proceso penal y a la prueba, por lo que deseamos que esta revista sea
un recurso que contribuya en su quehacer profesional, principalmente en su práctica forense,
porque todo juez, fiscal o abogado defensor (público o privado), debe conocer los principios,
normas, instituciones y teorías que integran el Derecho probatorio penal, pues solo así harán
el uso adecuado de la prueba en la actividad probatoria (ofrecimiento, diligenciamiento y
valoración), lo que redundará en una efectiva labor judicial y en una correcta aplicación de
justicia.

La revista que les presentamos cuenta con el aporte de todos los estudiantes de la Sección
“A” de la Maestría en Derecho Procesal Penal, quienes apoyándose en la doctrina, la
legislación nacional e internacional y la jurisprudencia explican algunas generalidades del
Derecho probatorio penal, la teoría de la prueba penal (nociones de la prueba, la libertad
probatoria, la actividad o procedimiento probatorio y los sistemas de valoración de la prueba)
y los medios de prueba en particular (el testimonio, el careo, la confesión, la peritación, la

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prueba documental, la inspección judicial, el reconocimiento judicial, la reconstrucción de
hechos, la prueba indiciaria, los medios auxiliares de prueba, los medios extraordinarios de
prueba, entre otros).

Cada ensayo fue elaborado en un lenguaje sencillo y resume los aspectos esenciales de los
temas en cuestión, a manera de hacerlo comprensible y aprehensible para los profesionales y
estudiantes de Derecho, quienes podrán auxiliarse de esta revista que contiene doctrina y
legislación relacionada al Derecho probatorio penal, así como teoría, normativa,
jurisprudencia, ejemplos y experiencias profesionales de los ensayistas, todos relacionados a
la prueba penal.

Esperamos que esta revista cumpla su objetivo, se convierta en un aporte para la Academia y
motive a los profesionales del Derecho para que continúen su profesionalización, porque
Abogado que no se actualiza es cada vez menos Abogado.

Dra. Blanca María Chocochic Ramos


Docente del curso

ii
ANTECEDENTES DEL DERECHO PROBATORIO

Lic. Misrain Abidan Ardiano Velásquez


Licda. Gloria Rebeca Batzibal Espinoza

INTRODUCCIÓN
El presente trabajo tiene como finalidad entender los orígenes del Derecho Probatorio y las
definiciones que varios estudiosos del Derecho le han dado al mismo, de esa cuenta, se
mencionará y entenderá que la palabra prueba a través de la historia ha mantenido
uniformidad en su significado, sin olvidar que todo surge en el Derecho Romano y para ello
será necesario aclarar que existen dos fases para su mejor interpretación, siendo la fase
étnica, dominada por empirismos para llegar a la conclusión sobre la existencia o no de
ciertos hechos, procedimientos que variaban de acuerdo a cada lugar en que se aplicaba y la
fase religiosa: el cual alcanzó un desarrollo científico importante, mismo que puede verse
presentada en los estudios de Aristóteles, como retórica en la que se encontraba una
concepción lógica, ajena a los perjuicios de orden religioso para valorar la prueba, en cuanto
a las definiciones del Derecho Probatorio, cabe mencionar que se hará referencia a lo
indicado por varios autores, siendo uno de los juristas más reconocidos en materia de
Derecho Probatorio Emanuelli Jiménez, quien de forma clara lo define como “el que establece
las normas para la presentación, rechazo, admisión evaluación y suficiencia de la evidencia
que presentan las partes en un proceso judicial, con el fin de descubrir la verdad y hacer
adjudicaciones justas, rápidas y económicas” definido también como “El conjunto de normas
jurídicas que regulan la actividad demostrativa en el proceso” según lo describe Séntis
Melendo, definiciones que serán ampliados por otros autores en el presente trabajo.

Orígenes del Derecho probatorio


Queremos iniciar manifestando que al hablar sobre el originen del Derecho Probatorio
debemos remontarnos, en casi todas las disciplinas del ordenamiento jurídico a la antigua
Roma, reconociendo que tanto el Derecho Probatorio como el Derecho Procesal son
complementarios y simbióticos, conviene que armonicemos el desarrollo del procesalismo con
el del Derecho probatorio, pues es definitivamente cierto que para analizar la evolución
histórica del Derecho probatorio no podemos limitarnos a enunciar los medios de prueba y el
examen aislado de cada medio de prueba. De esa cuenta, así, en el ámbito del proceso civil
se conocieron tres tipos de procedimiento y en cada uno de ellos se articuló un específico tipo
de prueba.

De esta manera, se conoció el proceso denominado actionis legalis; a continuación, se


instauró otro proceso que perduró aproximadamente entre mediados del siglo VI a. C y el
siglo II d. C. conocido como procedimiento formulario. Posteriormente, en plena vigencia del
Imperio llegó el proceso de la cognitio. a. Legis Actionis: el procedimiento de las acciones de
la ley. Había dos fases: in iure: en la cual la decisión estaba a cargo del pretor apud iudicem:

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en ella tiene lugar la actividad probatoria y la decisión está a cargo de un particular. b. El
proceso formulario: Se mantienen las dos fases de las actio legis.

Debemos aclarar que la reiteración del procedimiento, fue generando una especie de
vademécum de fórmulas en las que el pretor concluía la posibilidad de conceder o no la actio
al demandante y además, se le informaba al iudex cuál era el tema de la controversia, la regla
de derecho aplicable y las pruebas que deberían ser atendidas para tomar una decisión,
contenida en la misma fórmula, bajo la condición de que las condiciones probatorias se
ajustaran y c. Cognitio: Ocurre a partir del siglo II de nuestra era. Desaparece el iudex privado
característico de las etapas anteriores y la labor probatoria y de juicio se centra en el pretor o
magistrado. Con esta etapa, el proceso civil pasa a ser competencia exclusiva del Estado.

En materia penal es necesario considerar la diferenciación que los romanos hacen entre el
delito crimina (delito contra los intereses públicos) y la privata o maleficia (delito privado o
contra intereses privados); específicamente, en un delito privado como la injuria o en los
delitos menores, el tratamiento tenía lugar a través de un proceso de carácter civil, en el que
el afectado pedía la indemnización para lo cual era necesaria la intervención de parte, no se
iniciaba oficiosamente como no se puede iniciar en el ámbito del derecho privado; el afectado
acudía a la justicia civil en busca del resarcimiento del daño, se tiene el procedimiento se
determinaba por lo que denominan norma y orden, que significaba la costumbre de los
mayores, el proceso era oral y privado y luego público.

No debemos de olvidar que, en este proceso, el particular debía formular la acusación;


cuando la pena era muy drástica el acusado podía hacer uso de un recurso conocido como la
procurati ad populis, según la cual, el juicio lo hacía el pueblo el cual profería la sentencia a
través de votación. Este es el origen del jurado de conciencia que se instituye por primera vez
en el derecho romano. La cuestio: en ella, una persona formula la acusación, el magistrado
dirige el debate y la comisio senturial o tribal se pronuncia también por votación (entre 40 y 50
personas conformaban el jurado) decidiendo sobre la responsabilidad o la inocencia de la
persona. Este tipo de proceso tiene como características de carácter procesal: la publicidad,
la oralidad y la inmediación de la prueba.

Se estableció también en Roma el llamado procedimiento extraordine previsto para el


juzgamiento de los delitos políticos, hacia el siglo II; para entonces, desaparece el juicio con
los jurados, y así como en el derecho civil, en el penal, los medios de prueba fueron muy
reducidos: la confesión no tenía la connotación determinante que llegó a tener posteriormente
en ambos procesos; el testimonio; por influencia del derecho griego la prueba documental, y
de una manera muy incipiente la prueba pericial. Queremos aclarar que en ninguna de las
épocas del derecho romano existió una jurisdicción administrativa, por tal manera que las
controversias que tenían los particulares con el Estado Romano.

Necesario y oportuno es aclarar que este estado de cosas se extendió hasta los siglos XI y
XIII, época en que las grandes fortunas instauran las monarquías en que aparecen conceptos
como poder público, con el que resurgen los sistemas procesales y probatorios, durante

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mucho tiempo olvidados. En el período feudal las formas arcaicas de la prueba están
impregnadas por la presencia de supersticiones místicas y supersticiones religiosas, es por
esto que se presentan tres clases de prueba: verbales, físicas (ordalías) y las religiosas.

Nos permitimos indicar que, siguiendo un camino teórico diverso, en el contexto anglosajón la
llamada tradición racional de la prueba judicial, cuyos inicios coinciden con la época moderna,
también desarrolló textos doctrinales, teóricos y prácticos de inestimable valor para el derecho
probatorio, una de cuyas expresiones normativas más logradas son las Federal Rules of
Evidence estadounidenses de 1975.

Ahora bien, queremos dejar claro que al hacer referencia sobre la fase primitiva llamada
también época primitiva, muchas veces se confundía la religión con el Derecho y por ende al
hablar del concepto de norma era reconocido como Tabú que significa algo que está
prohibido y todo el que faltara a las normas del tabú ofendía a Dios, de esa cuenta surge la
ley del Talión, donde se origina el código de Hamurabi con la reconocida frase (ojo x ojo,
diente x diente), esta Ley establece el principio de proporcionalidad entre el daño y la pena, el
cual consistía que a nadie se le podrá aplicar una pena mayor al daño que ocasionó.

Dentro del origen del Derecho Probatorio, se puede indicar que existen fases del Derecho
Probatorio, siendo los siguientes: Fase étnica: considerada también fase primitiva, el cual era
dominada por empirismos para llegar a la conclusión sobre la existencia o no de ciertos
hechos, procedimientos que variaban de acuerdo a cada lugar en que se aplicaba. Fase
religiosa: Durante el apogeo de Grecia y Roma, el derecho probatorio alcanzó un desarrollo
científico importante, mismo que puede verse presentada en los estudios de Aristóteles, como
retórica en la que se encontraba una concepción lógica, ajena a los perjuicios de orden
religioso para valorar la prueba.

Ahora bien, el Derecho Romano hace referencia a Tres etapas: La Monarquía, la República y
el Imperio. Con el inicio de la vida social romana, se dieron las primeras organizaciones
políticas del naciente Estado y entre ellas, la justicia. Actionis Legalis, In iure: En la cual la
decisión estaba a cargo del pretor. Apud iudice. En ella tiene lugar la actividad probatoria y la
decisión está a cargo de un particular. Cognitio: Ocurre a partir del siglo II de nuestra era,
desaparece el Iudex privado, característico de las etapas anteriores y la labor probatoria y de
juicio, se centra en el pretor o magistrado.

Nos permitimos hacer referencia al concepto de carga, según Goldschmidt la necesidad de


una actuación para prevenir un perjuicio procesal y en último término una sentencia
desfavorable representa una carga procesal la cual podría definirse como un imperativo del
propio interés frente al cual no existe un derecho del adversario o del Estado, cada parte
procesal tiene la carga de aprovechar la posibilidad de probar a objeto de prevenir su pérdida,
así tenemos que hay una carga de fundamentar la demanda, de probar, de comparecer, de
contestar, etc. Para Couture, carga de la prueba es una situación jurídica de realización
facultativa normalmente establecida en interés del propio sujeto y cuya omisión trae
aparejada una consecuencia gravosa para él. Debemos mencionar también que el asunto de

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la subjetividad de la prueba es conocido como “onus probandi” o incumbencia del probar y
“onus probandi incumbi actori” lo cual significa, que la carga de la prueba incumbe al actor.

En Derecho Romano se ejercía la acción de que “prueba el que afirma no el que niega,
Micheli realiza un análisis referente a la carga de la prueba y manifiesta en primer lugar que la
afirmación en juicio pone al agredido en la situación de deber disculparse o defenderse,
manifiesta también que el juez establece cuál de las partes debe producir la prueba en juicio
tomando como base las reglas de la experiencia que le indican cual es la parte que se
encuentra en mejor posición para aducirla.

Importante es mencionar que conforme las garantías establecidas en todo Estado


democrático de derecho, un proceso sin prueba no puede arribar a ninguna verdad, ni mucho
menos a una conclusión lógica de lo acontecido, sino a meras falacias, de esa cuenta el
derecho probatorio en Guatemala ha sido descuidado en general, pues la falta de legislación
y actualización ha formado una errónea tesis de que forma parte del derecho procesal,
cuestión que está fuera de toda realidad, y que pretende ser desmentida por medio de la
investigación Introducción al derecho probatorio, del Instituto de Investigación y Estudios
Superiores en Ciencias Jurídicas y Sociales (IIJ) de la Universidad Rafael Landívar.

Auscultar en el tiempo el génesis y procesos de desarrollo de una institución jurídica es de


trascendencia por medio de una investigación histórica acerca de la prueba lográndose
recopilar ancestrales piezas jurídicas del proceso en lejanas épocas, lo que resulta de
bastante utilidad práctica a fin de conocer o interpretar el porqué de la existencia de
instituciones conocidas y utilizadas en la actualidad con mucha frecuencia en los foros
jurídicos de todo el mundo, como es el caso de la institución de la prueba que hoy nos ocupa.

En el ámbito específico del derecho procesal, la realización de la justicia implica, por lo dicho
anteriormente, la modelación estructural de todo el procedimiento; por ello no sorprende que
esta idea se encuentre presente tanto en los requisitos y condiciones para el ejercicio de la
judicatura como en el diseño de las reglas que han de disciplinar los procesos particulares. En
el contexto del derecho probatorio, una condición sine qua non de la realización del fin
primordial de los juicios es el de la averiguación de la verdad. En tal sentido, como telón de
fondo al establecimiento y regulación de los diferentes medios de prueba se halla la búsqueda
de la verdad de los hechos. La averiguación de la verdad en lo inmediato y la realización de la
justicia en lo mediato demandan, a su vez, otros principios.

Definición de Derecho probatorio


Uno de los juristas más reconocidos en materia de Derecho Probatorio lo define como: “Es el
que establece las normas para la presentación, rechazo, admisión evaluación y suficiencia de
la evidencia que presentan las partes en un proceso judicial, con el fin de descubrir la verdad
y hacer adjudicaciones justas, rápidas y económicas” (Emanuelli Jiménez, 2015).

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La definición de este autor es sumamente completa, pues en la misma incluso nos detalla las
etapas y estadios de la prueba, es decir, nos ilustra en una sola frase lo que se hace con la
prueba en juicio.

El artículo 343 del Código Procesal Penal regula: “Ofrecida la prueba, se le concederá la
palabra a la defensa y demás sujetos procesales para que se manifiesten al respecto. De
igual forma se procederá para el ofrecimiento de prueba de los otros sujetos procesales. El
juez resolverá inmediatamente y admitirá la prueba pertinente y legal y rechazará la que fuere
abundante, innecesaria, impertinente o ilegal”.

El concepto y el artículo anterior nos manifiestan e indican que en el derecho procesal la


prueba debe ser ofrecida y presentada; que el juzgador puede rechazarla, admitirla y si fuera
el caso evaluarla. Que al ser suficiente la prueba aportada, se puede establecer la verdad
histórica de los hechos, y por tanto, con base en esta, tomar una decisión que permita poner
fin al litigio o al menos darle curso a una siguiente etapa (etapa de los medios de
impugnación, por ejemplo).

En general, se entiende por derecho probatorio “el estudio de las pruebas” (Silva Melero,
1963, pág. 46) También se dice que es: “El conjunto de normas jurídicas que regulan la
actividad demostrativa en el proceso” (Sentis Melendo, 1967, pág. 549). La denominación de
Derecho Probatorio comprende: “todo el conjunto de normas jurídicas relativas a la prueba
(entendida en su amplio sentido), sin perjuicio de que su estudio debe partir necesariamente
de la teoría general de la prueba” (Ovalle Favela, 1994, pág. 13).

Para tener una mejor comprensión de esta definición es importante establecer que la teoría
de la prueba es el conjunto de doctrinas, teorías y legislación que permiten estudiar con
mayor énfasis la prueba, sus principios, etapas y características en el derecho procesal.

El artículo 5 del Código Procesal Penal determina: “El proceso penal tiene por objeto la
averiguación de un hecho señalado como delito o falta y de las circunstancias en que pudo
ser cometido; el establecimiento de la posible participación del sindicado; el pronunciamiento
de la sentencia respectiva y la ejecución de la misma”. Es para alcanzar los fines que
establece la ley procesal que la prueba es necesaria y determinante, ya que con la inclusión
de esta se da la posibilidad de averiguar las circunstancias en que pudo ser cometido un
hecho delictivo, permitiendo establecer la posible participación de la persona imputada de su
comisión.

En la especialidad y especificidad del derecho procesal penal se ha hecho necesario el


planteamiento pero especialmente el estudio de cada uno de los componentes que se
desarrollan en el mismo, y en el caso de la prueba no puede faltar la relevancia de su análisis
jurídico, toda vez que de la prueba depende obtener la información veraz, oportuna y
pertinente que permita alcanzar la comprensión y evaluación de la misma, pues la prueba es
el corazón del proceso, de cualquier clase de derecho procesal que se esté administrando. En
el Derecho Procesal Penal, la prueba es el medio que va a permitir establecer la verdad de

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los hechos y también permitirá llegar a la conclusión del grado de participación del o los
sospechosos, ya acusados, probar la existencia de los hechos y también el grado de la
sanción a imponer o en su defecto, establecer con total plenitud la libertad de los sujetos
señalados.

El Artículo 147 de la Ley del Organismo Judicial, estable que las sentencias se deben
redactar, expresando: a) Nombre completo, razón social o denominación y domicilio de los
litigantes; en su caso, de las personas que los hubiesen representado, y el nombre de los
abogados de cada parte. b) Clase y tipo de proceso, y el objeto sobre el que versó, en
relación a los hechos. c) Se consignará en párrafos separados resúmenes sobre el memorial
de demanda, su contestación, la reconvención, las excepciones interpuestas y los hechos que
se hubieren sujetado a prueba. d) Las consideraciones de derecho que harán mérito del valor
de las pruebas rendidas y de cuales de los hechos sujetos a discusión se estiman probados,
se expondrán, asimismo, las doctrinas fundamentales de derecho y principios que sean
aplicables al caso y se analizarán las leyes en que se apoyen los razonamientos en que
descanse la sentencia. e) La parte resolutiva, que contendrá decisiones expresas y precisas,
congruentes con el objeto del proceso.

La Teoría General de la Prueba entre los principales temas que la conforman se puede
señalar: el concepto de prueba, el fin de la actividad probatoria, el objeto, la necesidad y la
carga de la prueba, los medios de prueba, el procedimiento probatorio y la apreciación de la
prueba.

El concepto “Derecho Probatorio” no es utilizado con frecuencia en la practica procesal por


las partes que conforman un litigio, por tanto, requiere de algunas acotaciones como el hecho
de que es una disciplina, pues tiene una metodología, pasos, principios, características y
acepta la diversidad de formas (científica, material, personal, oral, escrita, etc.).

Esta disciplina se hace cargo de varios campos que incluyen:

- Conjeturas sometidas a contrastación en procesos adjudicativos, es decir se refiere a


los hechos a probar
- Prácticas de producción de pruebas en contextos jurídicos, incluso especializados, es
decir la rendición de pruebas
- Modelos que pueden o deben utilizarse para evaluar las pruebas rendidas en distintos
casos, es decir las formas o métodos que permitan la valoración de la prueba. En
Guatemala, en materia penal se tiene el sistema de la “sana critica” que se basa en el
modelo científico, pero que también implica la lógica y la experiencia común del
juzgador.
- Hechos que institucionalmente son posibles de considerar como probados o no
probados, es decir, al recibir y valorar la prueba el juzgador no puede simplemente
decir esta prueba es útil, sino que debe justificar las razones por las cuales la
consideró útil y le otorga cierto grado o nivel de aprobación, sino también las razones y

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motivos por las cuales no utilizó la prueba, no la tomó en cuenta o las razones por las
que la conoció, pero no le dio valor, es decir, por qué la demeritó.

La naturaleza del derecho probatorio se dirige a que sea la autoridad judicial quien se cerciore
plenamente de los hechos, como acto indispensable para la aplicación de la norma jurídica
pertinente, en las diversas áreas del ámbito jurídico, tales como: civil, penal, administrativo,
laboral, etc.

Debemos tener presente que los sujetos de la actividad probatoria son el juzgador; los sujetos
procesales (para la rama penal (víctima y sospechoso); los terceros (como los testigos y los
peritos) y los órganos de autoridad. Podemos afirmar con precisión que el juicio corresponde
al actor, y a la víctima y sospechoso; dar hechos probados al juzgador, para que él dicte la
resolución que en derecho proceda.

Así pues, mediante la prueba judicial, se va a integrar la convicción de certeza del juzgador
sobre las situaciones fácticas indispensables, para la decisión que resolverá la controversia
sometida al proceso. En la práctica, es de vital importancia tener presente que el derecho
para ofrecer y objetar las pruebas, precluyen si no se ejerce en tiempo y forma.

El área específica de estudios en el ámbito penal exige el conocimiento específico y técnico


del derecho probatorio.

Frente al abandono de las prácticas inquisitivas, el proceso penal basado en un modelo de


garantías exige, entre otros elementos, la comprobación jurisdiccional de la desviación
punible que tiene como condicionantes:

a) la verificación de la hipótesis acusatoria y;


b) la prueba empírica en procedimiento que permitan la verificación y refutación.

De tal cuenta, el proceso penal guatemalteco, enmarcado en un Estado democrático fundado


en los derechos humanos, exige un ejercicio del ius puniendi que garantiza la decisión
jurisdiccional como producto de una actuación basada en la comprobación de un hecho, en
donde, las partes han podido verificar y refutar la hipótesis acusatoria.

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CONCLUSIONES

El Derecho probatorio es una disciplina del Derecho Procesal, puesto que permite desde su
ámbito de especialidad estudiar; y, por tanto, regular la prueba, para que esta sea el principal
medio por el cual el litigio se resuelva.

El Derecho probatorio se encuentra estrechamente vinculado y promueve el respeto a los


derechos humanos de las personas, en el sentido que les permite presentar toda prueba
obtenida de forma legal para ejercer el legítimo derecho de defensa y poder con ello generar
la certeza de los hechos que necesitan ser probados para establecer si ocurrieron o no.

El Derecho probatorio comprende todo el conjunto de normas jurídicas relativas a la prueba,


pero el estudio de la prueba necesariamente debe partir de la teoría general de la prueba.

La legislación guatemalteca en general, y específicamente la Ley del Organismo Judicial


Decreto No. 2-89, establece que el juzgador para emitir una sentencia, debe explicar los
hechos probados, expresar su razonamiento sobre el valor de la prueba, con lo que queda
establecido dentro del sistema de justicia guatemalteco la importancia y la necesaria
implementación de la especialidad del Derecho Probatorio, ya que la prueba siendo el
corazón del derecho procesal, merece una especial atención, estudio y abordaje en materia
del Derecho aplicado a los casos concretos (Derecho procesal).

8
REFERENCIAS

Calle Posada, Carlos, Evolución Histórico Conceptual del Derecho Probatorio.

Mirjan R, Damaska, El Derecho Probatorio a la Deriva.

Aguilar Moreno, Deisy Tatiana, Historia del Derecho Probatorio.

Instituto de Investigación y Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Sociales (IIJ) de la


Universidad Rafael Landívar.

Giraldo, Consuelo y Escudero Carmenza, Derecho Probatorio.

Emanuelli Jiménez, Rolando, Prontuario de Derecho Probatorio Puertorriqueño, San Juan


Puerto Rico, 2015, SITUM Editorial, edición digitalizada.

Ovalle Favela, José, Teoría General de la Prueba, México, UNAM, Biblioteca virtual UNAM.

Sentis Melendo, Santiago, Introducción al Derecho Probatorio, Buenos aires, Argentina, 1967,
Editorial Ejea.

Silva Melera, Valentín, La Prueba Procesal, Madrid, España, 1963, Biblioteca virtual UNAM.

Legisgrafía

Constitución Política de la República de Guatemala, Asamblea Nacional Constituyente.

Código Penal, Decreto 17-73 del Congreso de la República de Guatemala

Código Procesal Penal, Decreto 51-92 del Congreso de la República de Guatemala

Ley del Organismo Judicial, Decreto 2-89 del Congreso de la República de Guatemala.

9
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROBATORIO PENAL

Lic. Luis Estuardo Bonilla González


Lic. Kevin Antonio Bonilla Juárez

INTRODUCCIÓN
Al referirse a prueba, se hace referencia al centro de todo juicio no importando a la materia
que se denomine, la prueba es sin duda alguna, el vehículo que conduce a la realización de
un hecho y las circunstancias que el mismo fue cometido, no se puede hacer referencia
dentro de un juicio a un hecho, si el mismo no se hace constar o evidenciar a través de una
prueba; específicamente en materia penal, el derecho probatorio lleva implícito probar un
hecho constitutivo de delito o contrario sensu, el medio de prueba puede establecer la
inocencia de una persona.

Dentro cada uno de los momentos de la realización de la prueba debe ir implícito una gama
de principios, que dentro sus funciones es establecer las bases o lineamientos a observar
para que el derecho probatorio se realicen en estricto cumplimiento de las garantías que le
asisten a cada una de las partes que intervienen en el proceso penal, principios que los
jueces controladores y garantistas en cada una de las fases del proceso deben de velar su
estricto cumplimiento para la aplicación de una tutela judicial efectiva dentro del proceso
penal.

Principios del Derecho probatorio


Sabemos que esta rama del Derecho procesal se refiere al estudio de los principios y normas
que regulan la prueba judicial, que va desde su naturaleza y características hasta el
procedimiento y valoración de las pruebas.

Es por ello que es necesario comenzar desde los principios del Derecho Probatorio para
poder aplicarlo en todo momento y no importando la rama procesal a la que nos enfoquemos.

Principio de necesidad de la prueba


Tenemos bien entendido que, si aseguramos una tesis, esta debe de ser comprobada por
medio de pruebas que lleven a la certeza de dicha tesis, porque caso contrario, estaríamos en
una idea sin fundamento y llena de falencias incomprobables. Por lo tanto, es de vital uso
para la demostración de los hechos en un proceso, para llevar al juzgador al convencimiento
intelectual para dictar una sentencia.

Principio de adquisición de la prueba o comunidad de la prueba


Por este principio debemos de entender que toda aquella prueba que adquiramos debe de
cumplir con las formalidades necesarias sobre el modo, tiempo y lugar; y que la misma debe

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de estar exenta de vicios como error, fuerza, violencia entre otras. A lo que recuerdo de la
teoría del fruto envenenado, a que se refiere a que toda esa prueba ilegal debe de ser
desechada y no debe de ser apreciada por el juzgador en su momento de resolver.

Menciona Álvarez Mancilla que todos los medios de prueba que se diligencien por ambas
partes durante la dilación probatoria, al incorporarse al proceso, se adquieren para el proceso.

Principio de igualdad de oportunidades de la prueba


A las partes incumben probar todos aquellos supuestos de hechos descritos en normas
jurídicas en cuya aplicación están solicitando, es pues la igualdad de armas probatorias que
debe de poseer tanto el acusador, como la persona acusada, con la única necesidad de
probar lo que se dice o contradecir lo dicho; dando de esta forma igualdad a las partes de un
proceso y encontrar un equilibrio en el mismo.

Rifa Soler en su libro Derecho Procesal Penal, menciona que este principio busca dar un
equilibrio en las armas dentro de un proceso penal para garantizar las mismas posibilidades
de ataque y defensa.

Este principio lo vemos en nuestra Constitución en el artículo 4 que dice: libertad e igualdad.
En Guatemala todos los seres humanos son libres e iguales en dignidad y derechos. Es en
este artículo que se observa en todo tipo de proceso.

Principio de eficiencia de la prueba


Este principio hace referencia a que toda aquella prueba incorporada al proceso debe de ser
suficiente en cuento al tema que se está discutiendo, eso quiere decir que incorporar pruebas
que no demostraran nada de las pretensiones, es inútil e innecesario.

Principio de publicidad de la prueba


Toda prueba dentro de un proceso debe por mandato constitucional ser de libre apreciación
por cualquier persona ya que una vez ingresada en el proceso tiene un carácter social, esto
con la intención de un control no solo de las partes sino también del público en general para
velar y controlar las pruebas y su apreciación por el juzgador, de esta forma da certeza que el
proceso se realiza de manera transparente y apegado en ley.

Matta Consuegra indica que el principio de publicidad de las actuaciones procesales es una
conquista del pensamiento liberal, frente al procedimiento escrito o justicia de gabinete del
antiguo régimen; el movimiento liberal opuso la publicidad del procedimiento como seguridad
de los ciudadanos contra el arbitrio y eventuales manipulaciones gubernamentales.

Este principio lo encontramos en el artículo 30 constitucional que indica: Publicidad de los


actos administrativos. Todos los actos administrativos son públicos. Los interesados tienen
derecho a obtener, en cualquier tiempo, informes, copias reproducciones y certificaciones que
soliciten y la exhibición de los expedientes que desee consultar.

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Principio de lealtad probatoria
La lealtad la podemos definir como el sentimiento de respeto y fidelidad a los propios
principios morales, a los compromisos establecidos hacia alguien. Por lo tanto, al referirnos a
la prueba, es que en todo proceso debemos de darle respeto a los principios morales para el
momento de incorporar, diligencias y valorar un medio probatorio, con esto sabremos que le
estamos demostrando respeto a las partes y sujetos procesales y sobre todo, respeto al
cliente y a uno mismo como conocedor del Derecho.

Principio de preclusión probatoria


Se hace referencia que la preclusión, son aquellas etapas procesales en la que una vez se
haya concluido una etapa; no podemos nuevamente regresar a ella, en la parte probatoria es
de igual manera, tenemos un momento específico para poder incorporar medios probatorios,
otro momento del proceso para diligenciado y un último para valorarlo, y por ellos no
podemos solicitar al órgano jurisdiccional se sean aceptado medios probatorios fuera del
lugar procesal que le corresponde.

Álvarez, en su libro Teoría General del Proceso, hace referencia a este principio, en el cual se
entiende por precluir, a aquello que se cerró, por lo que su objeto es ordenar el proceso y
posibilitar el desarrollo del mismo, pues de lo contrario en cualquier momento puede volverse
a una etapa anterior.

El artículo 64 de Código Procesal Civil y Mercantil, refiere que los plazos y términos
señalados a las partes para realizar los actos procesales, son perentorios e improrrogables…
vencido un plazo o término procesal, se dictará la resolución que corresponda al estado del
juicio, sin necesidad de gestión alguna.

Principio de unidad de la prueba


En todo proceso en el que se utilizan pruebas para asegurar o desvirtuar las pretensiones de
las partes; el juzgador al momento de apreciar su valor probatorio las debe de analizar y
apreciar de manera conjunta ya que es normal que en todo proceso aparezcan variedad de
medios probatorios y uno pueda depender del otro, es por ello que debe de haber relación y
apreciarlas como un todo.

Recinos Ávila, menciona que todos los elementos de prueba introducidos en el proceso son
comunes a todos los sujetos de la relación procesal.

Principio de apreciación de la prueba


Es el principio que hace referencia que tanto el juez, como las partes, en el momento de la
reproducción de la prueba se deben de diligencias con toda la atención y respeto debido, ya
que el diligenciamiento debe de ser apreciado mediante nuestros sentidos, como lo es el
tacto, olfato, vista y audición, para poder apreciar de manera correcta las pruebas que en todo
proceso se observaran.

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Principio de interés público
Este principio está muy inmerso a un tipo de proceso penal especialmente ya que en todo
proceso de ramas del Derecho público debe de estar el interés de todo guatemalteco en que
se cumplan las normas inherentes a toda persona para establecer el bien común y que se
cumplan las normas y garantías constitucionales.

Conforme a este principio podemos hablar del artículo segundo de la constitución que refiere
a que son deberes del Estado: el garantizarles a los habitantes de la república la vida, la
libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona.

Sobre todo, hay que hacer referencia a la justicia, donde todo habitante del Estado tiene
derechos constitucionales que toda persona puede garantizar en cualquier proceso.

Principio de la función de la prueba


Toda prueba aportada por las partes dentro de un proceso tiene la función de llevar a la
convicción de lo que se intenta establecer o probar para llegar a la veracidad o no de las
pretensiones de las partes, teniendo la funcionalidad teórica y práctica ligada a un proceso en
específico.

En el libro de Teoría de la Prueba del Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia (Varios


Autores) indica que la prueba entendida como medio de prueba puede ser constituida por
cualquier persona, cosa, hechos, grabaciones, reproducciones, documento, los cuales
aportan informaciones útiles para establecer la verdad o la falsedad de un enunciado factual.

Principio de contradicción
Toda prueba admitida en el proceso debe de conocerse por la parte contraria y esta debe si
así fuere el caso, contradecirla por su ilegalidad o por medio de otra prueba aportada. Se
entiende de igual forma que toda prueba no debe de ingresar al proceso a espaldas de la otra
parte y por ello, la contradicción se da en tres momentos: al momento de asumirse el medio
probatorio, en el momento de presentar alegaciones y en el momento de la formulación de
recursos.

El libro de Derecho Procesal Penal del instituto de Navarro de Administración Pública (Varios
Autores) indica que viene del latín audiatur et altera pars y es un principio procesal se rige
como el derecho del acusado a contradecir las pruebas de la acusación y efectuar su
pertinente defensa, tanto en la fase de instrucción como, especialmente, en el acto del juicio
oral que debe celebrarse con audiencia y publicidad.

Este principio tiene mucha relación con el contenido del artículo 12 de la Constitución, el cual
dispone el derecho de defensa ya que a quien se le imputa un hecho probable como delito
tiene que tener igualdad de armas y poderse defender para que lograr la imparcialidad e
igualdad dentro de un proceso.

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Principio de legitimación de la prueba
Toda prueba incorporada al proceso debe de ser legítima en cuanto a la pretensión que se
desea probar, careciendo de error, nulidad o dolo para la alteración de la convicción del
juzgador y dando un resultado espurio y sombrío.

Podemos mencionar que dentro de nuestra Constitución se encuentra algunos artículos que
si se viola lo establecida, daría lugar a una prueba ilegitima, como ejemplo: el allanamiento se
realice fuera de los horarios establecidos en éste (Art. 23). De igual manera el artículo 24
sobre si se obtiene documentos o correspondencia de manera ilegítima, esta prueba será
descartada en todo proceso.

Principio de valoración
El juzgador que llevó a cabo la reproducción de los medios probatorios en un proceso debe
de realizar un razonamiento que debe tener en cuenta los hechos aportados al proceso y con
uso de la sana critica razonada para dar un resultado apoyado en los medios probatorios.

El Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia, en el libro de Teoría de la Prueba (Varios


Autores) da a conocer que, dentro del resultado de un procedimiento, que puede ser también
muy complejo y que tiene su momento fundamental en la valoración de la prueba, ósea el
juicio del juez al considerar todas las pruebas.

Como ejemplo podemos citar, la Casación No. 215-2014 Sentencia del 18/08/2015 "... Con
base en lo anterior, esta Cámara concluye que del análisis efectuado a los documentos
denunciados y confrontarlo con el planteamiento del submotivo denunciado, se establece que
el mismo adolece de deficiencias, que obstaculizan el conocimiento del fondo de la
impugnación planteada, debido a que la recurrente pretende que se le atribuya un valor
probatorio distinto al que legalmente le corresponde a los documentos que se denuncian,
pues de su descripción se advierte que por su naturaleza no se pueden clasificar dentro de
los documentos a que hace referencia en el primer párrafo del artículo 186 del Código
Procesal Civil y Mercantil..."

Principio de imparcialidad
Este principio radica su importancia en que el juez en todo momento del proceso y en el de
reproducción de la prueba debe de ser imparcial y dotando de manera equitativa las
oportunidades de probar los hechos que pretenden, pero este estado de imparcialidad
comienza desde que el juzgador debe de desconocer la intención del proceso y no tener
afinidad alguna con las partes para que desde cero se pueda llegar al estado intelectual de la
certeza de su juzgamiento.

Principio de disponibilidad
También llamado de libertad de los medios probatorios ya que dependiendo del tipo de
proceso al que debemos de probar nuestras pretensiones, deben de estar los medios
descritos de forma taxativa dentro de la propia ley procesal de la materia del derecho o sea

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que la propia ley enumero los medios prueba disponibles para poder utilizar y probar dichas
pretensiones con el fin de no violentar derechos fundamentales.

Principios específicos del Derecho probatorio penal


Para partir de lo general, es menester señalar que es un principio, sus funciones respecto a la
institución en la cual son fundamento o guía, es por ello que se cita lo expuesto por
Aristóteles quien consideraba a un principio como: “la parte esencial y primera de donde
proviene una cosa.” Pero lo que ocupa es saber sobre un principio jurídico, para ello se cita lo
que algunos prescriben al respecto.

Villatoro Toranzo prescribe respecto a los principios jurídicos: “los principios jurídicos son
conocidos como axiomas, brocados, aforismos o estándares jurídicos, muchos de ellos con
origen en el antiguo Derecho romano y que prestan un valioso auxilio en la función
jurisdiccional en general.”

Con respecto a la clasificación de los principios jurídicos en generales o especiales según que
se apliquen a todo el ordenamiento jurídico o solo a un parte de él, no es la única
clasificación. Guastini los clasifica en expresos o implícitos, según este autor: “son expresos
aquellos que explícitamente están formulados en una disposición constitucional o legislativa y
que se califican como principios positivados. Y son implícitos aquellos que no están
formulados en ninguna disposición constitucional o legislativa, son elaborados o construidos
por los intérpretes.”

Teniendo una idea de lo que es un principio, un principio jurídico, principio general y


específico, se debe centrar la presente investigación en los principios del derecho probatorio
penal, los cuales se mencionan a continuación:

Principio de libertad de prueba


En materia penal, todo hecho, circunstancia o elemento, contenido en el objeto del
procedimiento y, por tanto, importante para la decisión final, puede ser probado y lo puede ser
por cualquier medio de prueba.

Existe pues, libertad de prueba tanto en el objeto (recogido en el Código en su artículo182)


como en el medio (arts.182 y 185 del CPP). Sin embargo, este principio de libertad de prueba
no es absoluto, rigiendo las siguientes limitaciones:

En cuanto al objeto
Se debe distinguir:
a) Limitación genérica: Existen unos pocos hechos, que por expresa limitación legal, no
pueden ser objeto de prueba: Por ejemplo, no puede ser objeto de prueba la veracidad de
la injuria, según prescribe el artículo. 162 del Código Penal. Tampoco podría ser objeto de
prueba el contenido de una conversación, sometida a reserva, entre un abogado y su
cliente, según prescriben los artículos de código procesal penal 104 y 212.

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b) Limitación específica: En cada caso concreto no podrán ser objeto de prueba hechos o
circunstancias que no estén relacionados con la hipótesis que originó el proceso, de
modo directo o indirecto (prueba impertinente). Con respecto que una prueba es
pertinente es uno de los supuestos que permiten su admisión en la audiencia señalada
para el efecto según el artículo 343 del Código Procesal Penal en el último párrafo; se
trae a colación la sentencia de fecha 19 de marzo del año dos mil diecinueve del Tribunal
de Sentencia Penal de Delitos de Femicidio y Otras Formas de Violencia en Contra la
Mujer y Violencia Sexual del Departamento de Suchitepéquez, Causa Penal C-09011-
2018-00793, Tribunal que al momento de dar valor probatorio a la prueba recepcionada
para su diligenciamiento a una planimetría propuesta como prueba por el Ministerio
Publico no lo otorgó valor probatorio porque a criterio del tribunal la misma no era útil ni
pertinente porque no se refería a ninguna circunstancia incluida en la acusación; pueda
entonces que durante la audiencia de ofrecimiento de prueba por desconocimiento o por
un error de parte de la defensa de no manifestarse en contra de un medio de prueba que
tiene características de impertinente e inútil para la averiguación de la verdad y que el
juez sin hacer análisis de las mismas la admita y sea incorporada al debate para su
diligenciamiento, es evidente que el juez que controla la audiencia de ofrecimiento de
prueba fue el mismo que llevo a cabo la audiencia intermedia donde se admitió la
acusación y la petición de apertura a juicio y como efecto emite resolución a través del
auto de apertura, tiene claro el juez contralor de los medios de investigación utilizados en
la etapa preparatoria y por efecto determinar en el ofrecimiento de prueba si los medios
de prueba propuestos tienen vinculación con la acusación y si los mismos son pertinentes
o útiles, con respecto el tribunal al momento de valorar puede no otorgarle ningún valor
probatorio, el tribunal no es que haga una réplica de la audiencia de ofrecimiento de
prueba, esta facultad de no darle valor probatorio tiene estrecha relación con el principio
de congruencia que es la necesaria correlación entre acusación y sentencia. Nadie puede
ser condenado por hechos distintos a los contenidos en la acusación (Art 332 bis) su
ampliación (art 373) haciendo la aclaración que la ampliación no es un medio para
corregir errores del ente acusador, sino su finalidad es la adhesión de un nuevo hecho o
circunstancia (atenuante o agravante) o en el auto de apertura a juicio (art 342). Sin
embargo, la principal motivación de este principio no es asegurar la imparcialidad del
juez, sino evitar la indefensión que generaría el ser condenado por hechos sobre los que
uno no ha podido defenderse.

En cuanto a los medios


a) No serán admitidos medios de prueba que vulneren garantías procesales o
constitucionales, por ejemplo: un allanamiento ilegal que vulnera la garantía constitucional
establecida en el artículo 23 Inviolabilidad de la vivienda, la omisión de esta garantía no
solo declara un medio de prueba ilegal sino que su inobservancia también es constitutiva
de delito según lo regula el artículo 436 Allanamiento ilegal del Código Penal o una
confesión obtenida mediante tortura o malos tratos, el artículo 16 de la Constitución
Política de Guatemala establece la garantía de la no declaración contra sí y parientes, el
articulo 183 especifica “que los elementos de prueba obtenidos por un medio prohibido

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tales como la tortura, la indebida intromisión en la intimidad del domicilio o residencia”
Figueroa Sarti expone al respecto: “ Dada la inclinación a la búsqueda de la aceptación de
los hechos atribuidos mediante métodos coactivos o violentos o que en un estado de
derecho deben rechazarse como formas de averiguación de la verdad, la declaración del
imputado es un medio de defensa, más que un medio de prueba.
b) El estado civil de las personas solo podrá probarse a través de los medios de prueba
señalados en los códigos civil y procesal civil y mercantil según artículo 182 del Código
Procesal Penal. El artículo 184 señala que no será necesario probar hechos que se
postulen como notorios.

La Doctrina de “el fruto del árbol envenenado”


La limitante a la libertad de prueba con respecto a los medios tiene estrecha relación con la
doctrina del fruto del árbol envenenado o venenoso, tiene su origen en los Estados Unidos de
Norteamérica, en donde recibe el nombre “fruit doctrine”. Específicamente se remonta a la
resolución de algunos casos, por ejemplo: el de Weeks contra Estados Unidos en donde la
Corte Suprema conformó la regla de exclusión de prueba obtenida ilícitamente. Esta regla
permite al acusado solicitar al tribunal que excluya el uso de las pruebas obtenidas con
violación de sus derechos si cree que se van a utilizar en su contra.

En dicho caso, a Weeks lo arrestaron sin orden judicial. Los agentes federales registraron su
vivienda, también sin orden judicial, y se llevaron documentos y cartas que luego se utilizaron
como pruebas durante el juicio, cuando lo condenaron, Weeks apeló el fallo por ser resultado
de una transgresión de sus derechos.

La Suprema Corte estuvo de acuerdo con el argumento de Weeks, en dicha sentencia, el


Juez William R. Day, explicó que la exclusión de esas pruebas era necesaria para desalentar
prácticas ilegales, por parte de los agentes ejecutores de la ley.

Otro caso importante para conformar esta doctrina es Silverthorne Lumber Co. Versus United
States, 251 US 385 del año 1920. En dicho caso, la Corte Suprema de Justicia
estadounidense decidió que el Estado no podía intimar a una persona a que entregara
documentación, cuya existencia había sido descubierta por la policía a través de allanamiento
ilegal.

Hay que tomar en cuenta que en Estados Unidos existen los antecedentes que sirven de
precedente para resolver un caso, de tal manera que en el año 1939 la misma Corte Suprema
de Justicia hizo uso nuevamente de esta medida denominándola por primera vez como fruto
del árbol venenoso, en el caso Nardone versus United States, 308 US 338 del año indicado.
En este caso, se resolvió que no solo debía excluirse como prueba en contra de un
procesado, grabaciones de sus conversaciones efectuadas sin orden judicial, sino
igualmente, otras evidencias a las que se había llegado aprovechando la información que
surgía de tales grabaciones ilícitas. De tal manera que la doctrina que se iba asentando
indicaba que no podía beneficiarse la Policía y por ende el encargado de la persecución penal
de “información” obtenida con violaciones a las garantías Constitucionales como son: a) en el

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primer caso, la inviolabilidad de la vivienda a través de un allanamiento ilegal y b) en el
segundo caso, el derecho a su intimidad como es la intromisión y grabación de sus
conversaciones.

Principio de Oralidad en la prueba


La oralidad es la utilización de la palabra hablada como medio de comunicación entre las
partes y el juez y como medio de expresión de los testigos y peritos. Más que un principio, es
el instrumento mediante el cual se garantiza la efectiva vigencia de la inmediación y la
publicidad, principios básicos del derecho procesal penal. Si se usa la palabra,
necesariamente las partes deben estar presentes (inmediación) y se estarán expresando a
través de un medio de comunicación fácilmente controlable por terceros (publicidad). Si bien
el proceso penal busca a lo largo del proceso favorecer la oralidad sobre la escritura, ello se
acentúa en el momento del debate.

Respecto a la oralidad como principio especifico del derecho probatorio penal el artículo 362
del Código Procesal Penal prescribe: “Oralidad. El debate será oral. En esa forma se
producirán las declaraciones del acusado, de los órganos de prueba y las intervenciones de
todas las personas que participan en él. Como ejemplo de la oralidad en la prueba se señala
lo que regula el artículo 375 del Código Procesal Penal respecto a la recepción de prueba,
que fue ofrecida en la audiencia señalada para el efecto en el artículo 343, referido el ejemplo
con respecto a un órgano de prueba como lo son los testigos, el testimonio de los mismos se
basa en la palabra hablada, quien lo propone lo examina, de forma oral con respecto a su
idoneidad, sobre el hecho que relatara y lo interrogará según sus estrategias de litigio, los
demás sujetos procesales los contrainterrogarán según estrategias predeterminadas en su
teoría del caso, todo se lleva a través de la palabra hablada; es decir, la oralidad dentro de la
actividad probatoria que se realiza en el debate a la cual se le puede denominar
diligenciamiento, practica o producción de la prueba. Las resoluciones del tribunal se dictarán
verbalmente, quedando todos notificados por su emisión, pero constarán en el acta del
debate. Asimismo, también podrá proceder de acuerdo al párrafo tercero del artículo 142 de
este Código, en lo que fuere aplicable.

Quienes no pudieren hablar o no lo pudieren hacer en el idioma oficial formularán sus


preguntas o contestaciones por escrito o por medio de intérpretes, leyéndose o relatándose
las preguntas o las contestaciones en la audiencia.

El acusado sordo y el que no pudiere entender el idioma oficial deberá ser auxiliado por un
intérprete para que le transmita el contenido de los actos del debate. Asimismo, también
podrá precederse de acuerdo al párrafo tercero del artículo 142 en lo que fuere aplicable.

La oralidad se manifiesta en todo el proceso, pero se manifiesta en el juico, tomando en


cuenta que es uno de los principios propios del mismo; de una manera superflua se señala
algunos diligenciamientos de las pruebas admitidas donde la palabra hablada prevalece.
De la prueba pericial (Articulo 376 CPP)

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 La identificación que hace el juez o presidente del tribunal del Perito (con su nombre y
documento que lo identifica).
 La protesta de ley (artículo 219 C. P.P).
 La ratificación del dictamen y su contenido hecha por el perito y la expresión que es su
firma la que calza el dictamen.
 La lectura del dictamen por parte del secretario y el señalamiento que el dictamen se
tiene incorporado al debate mediante su lectura.
 El momento en que se le otorga la palabra al abogado que propuso al perito para el
interrogatorio.
 El momento que se le da a los demás sujetos procesales para que le formulen las
preguntas que le formulen (artículo 376 del Código Procesal Penal)

De la prueba testimonial (Articulo 377 CPP)


 Identificación por el juez o presidente del tribunal del testigo con su documento de
identificación personal que lo identifique.
 Se advertirá al testigo respecto al falso testimonio y la pena que conlleva según el
artículo 460 del CP.
 La protesta de ley (artículo 219 del CPP)
 Se le concede la palabra a la parte que lo propuso para examinar sobre su idoneidad,
hechos y comparecencia al tribunal.
 Se concede la palabra a las partes para que lo examinen o contra examinen.

Principio de recepción de prueba


Durante el procedimiento preparatorio, la prueba (elementos de convicción), se introducen al
proceso a través de la investigación del Ministerio Público. Cuando el imputado o sus
defensores o a quienes se le haya dado intervención en el procedimiento desean introducir
elementos de convicción, deben de solicitar al Ministerio Público que los incorpore artículo
315 del Código Procesal Penal. Tan sólo en el caso de que este se oponga, recurrirán al juez
artículo 115 y 316 Código Procesal Penal para que ordene la práctica de diligencia. En ningún
caso se podrá admitir que las partes recurran directamente al juez a presentar sus pruebas.
Por ejemplo, no debe admitirse en la audiencia de revisión de una medida sustitutiva que la
defensa presente un testigo que no fue previamente presentado a la fiscalía. Los elementos
de convicción reunidos servirán para fundamentar el pedido del Ministerio Público (acusación,
sobreseimiento, etc.) así como para resolver sobre las medidas de coerción propuestas. En el
juicio oral, la prueba se introduce a través de lo que regula el artículo 343 del Código Procesal
Penal que regula la audiencia de ofrecimiento de prueba donde se puede dar admisión a la
misma o se rechace por ser impertinente, abundante, innecesaria o ilegal y excepcionalmente
en el mismo debate según lo que regula el artículo 381 del Código Procesal Penal que regula
lo referente a nuevas pruebas. Tan solo la prueba válidamente introducida al juicio oral podrá
ser valorada para fundamentar la sentencia.

Con respecto al principio de recepción de prueba, específicamente a lo que se refiere al


ofrecimiento de prueba regulado en el artículo 343 del Código Procesal Penal, se hace
mención de ciertos criterios de la Corte de Constitucionalidad respecto a que fase del proceso

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ubican la audiencia de ofrecimiento de prueba, se trae a colación las sentencias de la Corte
de Constitucionalidad de fecha 25 de octubre del año dos mil dieciséis expediente 5225-2015
y la sentencia de fecha treinta y uno de agosto del año dos mil dieciséis expediente 2175-
2016. Las sentencias señalada prescribe criterios que con respecto a la audiencia de
ofrecimiento de prueba y su ubicación dentro del Proceso Penal: “ Mediante el citado Decreto
18-2010 del Congreso de la República de Guatemala, que introdujo reformas al Código
Procesal Penal, se trasladó el desarrollo de la audiencia de ofrecimiento de los medios de
prueba ante el Juez contralor de la investigación y dejó de ser competencia del Tribunal de
Sentencia, por lo que siguió siendo parte de la preparación para el debate, para reforzar el
principio de imparcialidad y evitar crear juicios de valor anticipados en los sentenciadores. Por
esa razón, los legisladores trasladaron la función de recepción o rechazo de medios de
prueba al Juez de Primera Instancia Penal, lo que, a criterio de esta Corte, no significa que en
su esencia este acto haya dejado de ser parte de los actos propios de la fase de preparación
del debate y, como tal, le son aplicables las reglas relativas a la fase del juicio.” (Expediente
5225-2015 Págs. 10-11 y Expediente 2175-2016).

Principio de concentración
Implica que todo el diligenciamiento de la prueba en el juicio debe realizarse en la medida de
lo posible en un solo acto; por ejemplo, si se deben diligenciar las pruebas ofrecidas por el
Ministerio Público estas tienen que ser en un solo acto con el fin de evitar la contaminación
entre testigos y tener el control de la prueba en un solo bloque; posteriormente la prueba del
querellante y por último la de la defensa. La concentración de los actos procesales permite
tener un adecuado manejo por parte del juzgador de las audiencias y de los sujetos
procesales también.

Este principio tiene sus limitantes según lo que regula el artículo 360 del Código Procesal
Penal, el cual se refiere a la continuidad y suspensión.

Principio de pertinencia
Cafferata Nores expone sobre la pertinencia de la prueba el cual prescribe: “El dato probatorio
deberá relacionarse con los extremos objetivos (existencia del hecho) y subjetivo
(participación del imputado) de la imputación delictiva, o con cualquier hecho o circunstancias
jurídicamente relevante en el proceso.” Es pertinente entonces el medio de prueba que tiene
una relación directa o indirecta con un hecho en litigio y permite demostrar o fundamentar una
posible conclusión sobre la probable existencia o inexistencia de ese hecho.

Poroj Subuyuj se refiere a la prueba impertinente como: “Aquella que en lo absoluto pretender
demostrar o refutar el o los hechos acusados” resulta preciso lo que regula el Código
Procesal Penal que se rechace la prueba que es impertinente, según lo prescrito en el art 343
en el último párrafo.

Respecto a este principio cabe resaltar que algunos autores no lo señalan como principio,
sino a la pertinencia la señalan como características de la prueba.

20
REFERENCIAS

Caffareta Nores, J. (1998) La prueba en el Proceso Penal. Ediciones de Palma Buenos Aires

Calderon Maldonado, L. (2011). Manual del Proceso Penal. Textos y Formas Impresas.

(2005). Manual del Fiscal.

Martínez. C. (2020). Derecho Procesal Penal Guatemalteco Completo.

Poroj Subuyuj, O. (2013). El Proceso Penal Guatemalteco. Imprenta y Litografía Simer.

Villegas Lara, R. A. (2019). Tendencias Epistemológicas en la Ciencia Jurídica. ESGER.

Álvarez Mancilla, E. (2009). Teoría General del Proceso. Centro Editorial Vile.

Rifá Soler, J y otros (2006). Derecho Procesal Penal. Instituto Navarro de Administración
Pública.

Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia (2012). Teoría de la prueba.

Legisgrafía

Código Penal Guatemalteco. Decreto Ley número 17-73.

Figueroa Sarti, Raúl. Código Procesal Penal. Decimoquinta edición. Guatemala. FyG
editoriales, 2012.

Constitución Política de la República de Guatemala.

Sentencias de la Corte de Constitucionalidad de fecha 25 de octubre del año dos mil dieciséis
expediente 5225-2015.

Sentencia de la Corte de Constitucionalidad de fecha treinta y uno de agosto del año dos mil
dieciséis expediente 2175-2016.

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GENERALIDADES DE LA PRUEBA PENAL

Licda. Laura Manuela Chávez Alfaro


Lic. Kevin Aleiko Chávez Alfaro

INTRODUCCIÓN
Cuando se tiene la sospecha que una persona ha participado en la comisión de un delito, la
Constitución Política de la República de Guatemala impone al Estado la obligación de
demostrar la culpabilidad o de manera objetiva la inocencia de esta persona, utilizando una
serie de etapas, mismas que son establecidas para la averiguación de la verdad material de
los hechos atribuidos, en la normativa legal a esto se le denomina proceso penal. En el
proceso penal los sujetos procesales deben de probar cada uno de los hechos ya sea para
afirmar o descartar las hipótesis planteadas y para ello se valen de una herramienta
fundamental llamada prueba penal, esta misma le es ofrecida al órgano jurisdiccional para
que pueda ser valorada y que pueda llegar a emitir una sentencia sobre el caso expuesto.

Por ello es necesario conocer de manera más profunda lo relativo al tema de la prueba penal,
comenzando con sus orígenes, es decir de cómo nace la figura jurídica de la prueba y la
forma en que ha evolucionado en las sociedades a través del tiempo, así también es
importante tener en claro una definición concreta de lo que se denomina prueba en el proceso
penal guatemalteco, y de las características que el juzgador por ordenamiento jurídico
procesal tiene el deber de verificar antes que estas sean aceptadas como pruebas.

Generalidades y evolución
Conforme ha transcurrido el tiempo, la historia de la prueba penal se basa en la satisfacción
de las necesidades que surgen con las condiciones de supervivencia de la sociedad y de
diferentes tipos de población.

Periodo místico: En este periodo de evolución de la prueba la sociedad y todo su


funcionamiento se encuentran íntimamente ligados con la divinidad y por tanto la prueba se
dejaba encomendada a un Dios supremo por medio del cual se resolvían los conflictos
empleando sus poderes divinos, es decir, los actos de los seres vivos tenían íntima relación
con lo divino y por tanto no existía la necesidad de una investigación y menos la de aportar
pruebas que pudieran probar los extremos de cada hecho. Este ente supremo podía conocer
la verdad ante cualquier conflicto, en este periodo de la humanidad la prueba tenía una base
ficticia o mágica la cual dejaba un vacío legal y emanaba una decisión sin fundamento o
sustento legal y menos podría hablarse de una de decisión basada en elementos científicos,
así mismo destaca que no existía un sistema de ofrecimiento y valoración ni tampoco un
sistema que garantizara la aplicación de las normas jurídicas, pues las mismas tampoco se
encontraban en un marco legal establecido. (Asencio, p. 1)

22
Periodo dogmático: En este periodo la sociedad tiene una evolución cultural, haciendo a un
lado todo lo anterior referente a lo místico. Destaca en este periodo el empleo de la prueba,
pues se hace uso de la razón como fundamento y de la prueba como un medio apropiado que
conduce a conocer la verdad.

Periodo de escolasticismo: Una característica de este periodo radica en que se empieza la


sistematización del orden jurídico y además fijaba a los juzgadores algunas normas legales
que ayudaban a fundamentar sus fallos dándoles racionalidad y por tanto quedaban ante la
sociedad como jueces de rigidez y precisión.

En el reinado de Carlos V, se dicta la ley Carolina para el imperio romano, introduciendo el


Sistema Inquisitivo, estableciendo su teoría legal probatoria, y haciendo la división de la
prueba en plena y en semiplena. La confesión es fundamental para que el tribunal dicte el
fallo, llegando incluso a obtenerla por medios actualmente prohibidos como la tortura.

En el periodo crítico y científico, las sociedades empiezan a adquirir la verdad basadas en su


experiencia y razonamiento.

A partir del siglo XX colapsa el sistema inquisitivo en su variedad de puro y mixto y se adopta
el sistema acusatorio, pues en los primeros sistemas inquisitivos se presentaban graves
violaciones a los derechos de las personas pues los procesos eran secretos, la prueba era
tasada y el tribunal se constituía en parte oficiosa en búsqueda y aporte de prueba sin
importar la forma de obtención de estas, para llegar al fin perseguido.

El sistema de la prueba tasada se caracterizó por el establecimiento por parte del legislador
de un conjunto de reglas vinculantes para el juez, mediante las cuales se limitaban los medios
de prueba útiles para formar la convicción. En este sistema de prueba, aunque realmente
normado, el juzgador establecía el valor que podría alcanzar cada uno de los medios de
prueba. (Asencio, p. 2)

Con la creación del sistema judicial acusatorio se crea un organismo especializado en la


búsqueda de la prueba, siendo este el Ministerio Público, mismo que aporta la prueba al
órgano jurisdiccional, para lo cual la ley establece que debe ser obtenida de forma legal, debe
ser idónea y que no esté prohibida, pudiendo aportar cualquier clase de prueba aplicando el
principio de libertad de prueba siempre y cuando, la misma se encuentre dirigida a la
obtención de la verdad. (Mónzon, 2010, p. 3)

Definición
La prueba puede definirse como “todo medio que produce un conocimiento cierto o probable
a cerca de cualquier cosa, y en sentido más amplio significa la fuente de motivos que nos
suministran conocimiento. Por lo tanto, prueba puede ser cualquier objeto o dato del que se
pueda obtener algún conocimiento acerca de los extremos de la imputación penal” (Baquiax,
2012, p. 192 a 194).

23
Osorio (2019) define “prueba: conjunto de actuaciones que dentro de un juicio, cualquiera que
sea su índole, se encaminan a demostrar la verdad o la falsedad de los hechos aducidos por
cada una de las partes, en defensa de sus pretensiones litigiosas. Prueba es toda razón o
argumento para demostrar la verdad o la falsedad en cualquier esfera y asunto” (p. 791).

Prueba es todo lo que pueda servir para el descubrimiento de la verdad acerca de los hechos
que en el proceso penal son investigados y respecto de los cuales pretende actuar la ley
sustantiva. La prueba es el único medio para descubrir la verdad y a la vez, la mayor garantía
contra la arbitrariedad de las decisiones judiciales (Ministerio Público, 2001, p. 125)

También puede definirse la prueba como “demostración de la verdad de una afirmación, de la


existencia de una cosa o de una realidad de un hecho, cabal refutación de una falsedad.
Comprobación o convencimiento que se origina en otro y especialmente en el juez o en quien
haya de resolver sobre algo dudoso” (Torres, 1979, p. 263-264)

La importancia de la prueba radica en que por medio de ella se emplea todo conocimiento o
razón para demostrar la verdad histórica del hecho delictivo cometido, por lo que, los
procedimientos que se utilicen para demostrarla deberán ser valorados con objetividad para la
motivación de la sentencia objetiva dictada por el órgano jurisdiccional.

Ese conocimiento puede ser directo o indirecto, positivo o negativo, probable o improbable,
toda vez que puede servir tanto para afirmar la existencia del hecho y la participación del
acusado, como para desvirtuar uno o ambos extremos. Por otra parte, para que la prueba
pueda ser útil y cumplir su finalidad, es muy importante que se obtenga se haya producido por
los medios legales establecidos y que sea incorporada al juicio observándose las normas
procesales establecidas por ley. La prueba es la parte más primordial de todo el sistema de
justicia, pues mediante esta se pretende encontrar la verdad objetiva de los hechos, de tal
forma que para su aporte se deben observar los principios constitucionales y procesales.

Características
En el Código Procesal Penal guatemalteco, encontramos una gran diferencia entre dos
términos que comúnmente son entendidos como uno solo, pero a continuación observamos la
diferencia entre prueba y elementos de convicción. Se entiende como prueba solo lo que se
ha presentado y admitido en el juicio oral, mientras que los elementos de convicción
corresponden a todo el material reunido durante la investigación. Aun así, para los elementos
de convicción se debe realizar la valoración y establecer la legalidad de ellos. Por ejemplo, un
juez para fundamentar una orden de captura no podrá basarse en un elemento de convicción
ilegalmente obtenido y así debe de hacerlo para cualquier tipo de resolución que emane de él.
Es por esto que de igual forma la prueba en el proceso penal debe reunir características para
que pueda ser admitida por el juzgador, siempre respetando los principios del proceso penal
tales como la legalidad, la objetividad, etc.

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El Código Procesal Penal guatemalteco establece las características que tiene que cumplir
cada uno de los elementos propuestos como prueba, para que sea legalmente adquirida,
valorada y sirva de fundamento en el fallo emitido por el órgano jurisdiccional.

El artículo 186 del Código Procesal Penal es de suma importancia pues establece que debe
de utilizarse un procedimiento que se encuentre permitido para la obtención de cualquier
elemento de prueba que se presente y que se pretenda incorporar al proceso penal, así
también establece la sana critica razonada como un procedimiento necesario que debe
utilizar el juzgador para valorar estos elementos de prueba.

Respecto a la figura del sistema de valoración de la prueba, refiriéndonos a la sana critica


razonada debemos de entender que utiliza los principios de la recta razón siendo estos: Las
leyes de la coherencia y la derivación, los principios de la lógica, la experiencia o sentido
común, las reglas de la psicología, esto aplicado al caso en concreto sobre el cual dictará un
fallo respecto a su convicción de forma absolutoria o condenatoria.

Las características establecidas en nuestro código procesal penal para que el juzgador pueda
admitir las pruebas son las siguientes:

La prueba penal tiene que ser legal


De acuerdo con el Código Procesal Penal, los motivos fundamentales que evitan la legalidad
en los medios de prueba son: la obtención ilegal y la incorporación ilegal. Respecto a la
incorporación de la prueba la ley exige que deba hacerse respetando determinadas
formalidades que son indispensables para asegurar tanto el derecho de defensa como su
veracidad. El artículo 281 del Código Procesal Penal establece una barrera que impide a los
juzgadores de fundamentar su fallo judicial tomando como fundamento las pruebas obtenidas
sin tener en cuenta las condiciones y formas que se establecen en este normativo legal,
únicamente podrán ser tomados en cuenta los elementos de prueba cuando hayan sido
subsanados o cuando no exista una protesta sobre estos.

El artículo 23 de la Constitución establece como garantía constitucional, la inviolabilidad de la


vivienda y la obtención ilegal de medios probatorios. El artículo 190 del Código Procesal
Penal regula que se debe realizar una distinción entre: medios probatorios con prohibición
absoluta (regla de exclusión) y medios probatorios que requieren de autorización judicial (al
afectar algún derecho fundamental para ser válidos requieren la orden de juez competente,
caso contrario será ilegal). En este caso pondremos de ejemplo que para recabar pruebas por
medio de allanamiento, el Ministerio Público tiene que solicitar una autorización emitida por un
juez competente para poder llevar a cabo esta diligencia de investigación pues es un derecho
constitucional fundamental el que se estaría violando como es el derecho de intimidad de la
morada y por tanto, le corresponde al juzgador verificar si existen elementos de convicción
suficientes, tales como denuncias de personas en la cuales se tiene información que en el
interior de la propiedad existen ilícitos por ejemplo: drogas, vehículos robados, armas de
fuego que han sido utilizadas para robar o privar de la vida a personas, etc. esta información
es fundamental para que el juzgador autorice la diligencia al Ministerio Público.

25
Los medios probatorios obtenidos ilegalmente en primera instancia, volviendo al ejemplo
anterior, llevar a cabo un allanamiento, pero sin contar con la autorización judicial, hace que
este sea nulo ipso iure, por no haber solicitado la autorización judicial correspondiente,
violando así el derecho fundamental a la propiedad privada e intimidad de la morada, dando a
la vez un valor ilegal a las pruebas obtenidas para ser presentadas dentro del proceso penal.

La prueba penal tiene que ser útil


La prueba es la que de forma directa, insustituible e independiente, acredita un extremo de la
proposición fáctica de la imputación de cargos, de tal cuenta que si el hecho que se pretende
acreditar con una prueba, puede ser demostrado por una prueba más amplia en su contenido,
aquella resulta inútil; también será inútil la prueba que complementa innecesariamente otra
prueba, pretenda acreditar un hecho procesal no controvertido o actuación administrativa
irrelevante a la imputación de cargos (Baquiax, 2012, p. 71)

En esta característica de la prueba destaca la plataforma fáctica que corresponde al hecho o


conjunto de hechos que se tienen por objeto probar si realmente fueron realizados o no por la
persona a la cual se le acreditan, de tal forma que las pruebas tienen que estar enfocadas
específicamente en probar estos hechos planteados en la plataforma fáctica y por ningún
motivo serán aceptadas pruebas que no tengan una relación íntima con esta, o que por
ejemplo que una prueba contenga a otra, en cuyo caso se tendrá en cuenta para el análisis y
valoración solamente la prueba más amplia, es decir, la que se encuentre con mayor fuerza
enfocada.

La prueba tiene que ser pertinente


Se refiere a que la prueba debe de tener una relación ya sea de forma directa o indirecta con
el hecho imputado y la participación de la persona a la cual se le imputa el hecho, esto nos
deja en la necesidad de despejar las incógnitas de cuándo donde y por qué; ya que estas
incógnitas tendrán como objetivo probar los diferentes extremos de la plataforma fáctica. En
cuanto a la pertinencia de la prueba puede calificarse en que debe ser objetiva: aquí nos
referimos a que la prueba que sea propuesta debe tener relación con el tema objeto de
debate y en sus aspectos, tanto de hecho como de derecho; es decir, la prueba tiene que
tener relación absoluta con los hechos establecidos tanto en la plataforma fáctica como en la
plataforma jurídica y no deben plantearse pruebas cuya relación esté fuera de estas. Además,
debe tener carácter funcional lo que se refiere a que la prueba debe poder repercutir en el
resultado final del juicio, pues el objeto de la prueba es dar sustento a las tesis y antítesis
planteadas por los sujetos procesales y se verá reflejada en la sentencia emitida por el
órgano jurisdiccional.

La prueba no tiene que ser sobre abundante


Los medios probatorios no deben ser abundantes ya que se considera más que suficiente que
la prueba debe tener por objeto comprobar un hecho y la participación de un sujeto en el
mismo, es decir, lo importante a analizar en este punto no es la cantidad de elementos
probatorios presentados sino evitar que los mismos sean sobreabundantes y con ello evitar

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también el desgaste del proceso y los sujetos que intervienen en el mismo como también
evitar que se distorsione la objetividad del juez. (Baquiax, 2012, p. 72).

El juzgador puede incurrir en una violación a los derechos constitucionales de los sujetos
procesales si admite prueba que sea sobreabundante y en este caso los sujetos procesales
cuentan para defender su derecho con el recurso de apelación especial por motivo de forma
en contra del auto emitido por el juez de admisión o rechazo de prueba. Los sujetos
procesales cuentan con varios medios probatorios para una cuestión que se ventila en el
proceso penal, pero es necesario y obligatorio que elijan el que sea el más adecuado y
oportuno para demostrar el hecho.

El artículo 181 del Código Procesal Penal regula la objetividad, que es unos de los principios
que deben observar el Ministerio Público y los tribunales de justicia, los que deben utilizar los
medios permitidos dentro de la ley para averiguar la verdad material de los hechos. Este
artículo se refiere a que los jueces en la audiencia de ofrecimiento de prueba deben de ser
objetivos en la valoración de los medios de pruebas ofrecidos por los sujetos procesales y
cada uno de ellos tienen la carga de demostrar sus respectivas proposiciones de hechos, así
como también en el momento de contradecir la pretensión del adversario se han de probar los
hechos que permitan la extinción de las circunstancias las cuales pretende demostrar la parte
contraria.

El artículo 182 del Código Procesal Penal establece la segunda característica de la prueba
que es la libertad probatoria, la cual se refiere a que cada uno de los sujetos procesales
puede probar ante el juez cualquier hecho y circunstancia que se encuentre enfocada a la
solución del caso y esto lo realizara por cualquier medio de prueba cuyo objetivo sea el
mismo y que se encuentre dentro de ley.

Por último encontramos en el artículo 183 del mismo código que se refiere a la prueba
inadmisible, indicando que para que un medio de prueba pueda ser admitido, debe referirse
directa e indirectamente, a lo que se pretende averiguar, es decir debe estar enfocado en el
descubrimiento de la verdad material de los hechos planteados y por tanto, estos medios de
prueba deben de haberse obtenido de una forma legal cumpliendo lo establecido en el Código
Procesal Penal, además cuando los medios de prueba resulten sobreabundantes el tribunal
podrá declararlos inadmisibles.

Fines
La prueba penal debe versar sobre los hechos que se pretenden probar con el único fin de
llegar a la verdad de los mismos y convencer al juzgador para que este pueda emitir un
veredicto o sentencia objetivamente de acuerdo a su convicción sobre la participación del
acusado.

En la prueba se debe realizar consideración tanto en sentido abstracto como en concreto. En


el sentido abstracto se examinara que es lo que puede ser probado en cualquier proceso
penal como por ejemplo: La confesión, la inspección, la reconstrucción, peritos, testigos,

27
careos, documentos y todo lo que se ofrezca como medio de prueba siempre que conduzca
a la verdad y no vaya contra el Derecho, aquí pueden ser tomados en cuenta los hechos que
provienen de la naturaleza pues estos no pertenecen a ningún ser humano sino
explícitamente a la naturaleza pero tienen consecuencias jurídicas que solventar, por ejemplo
las catástrofes naturales, también en este sentido de prueba encontramos a las personas y
sus cualidades humanas por ejemplo la narrativa que el testigo puede brindar como luz sobre
la verdad de los hechos, tomando en cuenta su capacidad de decir la verdad, estableciendo
la forma, el lugar, tiempo, arma homicida con la que se ha cometido el delito, entre otras
sumamente importantes para llegar a la conclusión de los hechos. En concreto: La prueba
siempre debe enfocarse en establecer la existencia del hecho delictivo, circunstancias
agravantes, atenuantes, que justifiquen o influyan en la punibilidad, individualización de
autores, y cualquier otro extremo que coadyuve al esclarecimiento de la verdad.

El juzgador es el encargado de vigilar que la prueba cumpla con las características


establecidas en la ley, pues en este se ha delegado por ley la responsabilidad de la
averiguación de la verdad con el objeto que pueda impartir justicia pronta y cumplida, por esta
misma razón le corresponde al juzgador establecer que las pruebas presentadas tanto por el
Ministerio Público como de las partes sean acordes a las peticiones formuladas ante el
órgano jurisdiccional, así mismo podrá establecer la ampliación o la restricción del periodo de
investigación.

Siendo el objeto de la prueba establecer la culpabilidad o inculpabilidad del acusado en los


hechos que se le atribuyen. La sociedad demanda conocer la verdad material sobre los
hechos constituidos como delito y es por ello que el estado delega la actividad probatoria a
las instituciones públicas, esta se encuentra investidas de la potestad otorgada por el Estado
para ejecutar la acción penal en los delitos tanto de acción pública, como en los delitos de
acción pública dependientes de instancia particular y en algunos casos especiales también en
la acción privada. Tanto los órganos de justicia como el Ministerio Público tienen asignada la
tarea de reconstruir el hecho histórico para la averiguación de la verdad con el fin de impartir
justicia de manera objetiva. En forma muy particular también el acusado y las partes civiles
que se encuentren reconocidas en el proceso penal pueden aportar pruebas, pero estas
únicamente les resultan de utilidad particular y no en forma objetiva y enfocada a la sociedad.

Por lo tanto, la carga de la prueba le es atribuida de forma imperativa a quien afirma el hecho,
en el cual basa su pretensión de acreditar también su existencia, pues de no ser de esta
manera su inactividad producirá el rechazo de la acusación del hecho imputado (Vega, 2007,
p. 15). En la legislación guatemalteca se le reconoce a las personas el estado jurídico de
inocentes mientras no se demuestre lo contrario y por lo tanto, el imputado no tiene la
obligación de probar su inocencia más bien le corresponde al estado por medio de los
órganos competentes el demostrar la responsabilidad penal e investigar lo relativo a
circunstancias atenuantes y agravantes.

El Ministerio Publico tiene el deber de investigar, también debe examinar, al igual que corregir
el objeto de prueba y también debe introducir por sí mismo, en el proceso, los hechos y

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circunstancias necesarios para encaminar sobre ellos los respectivos elementos de
convicción, iniciativa de oficio que puede verse reflejada en la acusación que formula y en la
de la defensa, aun cuando el imputado confiese su culpabilidad en el delito.

CONCLUSIONES

La prueba penal es de vital importancia dentro del proceso penal guatemalteco ya que a
través de ella se pueden probar los hechos, estableciendo la forma, el tiempo y el lugar en
que se han suscitado estos y la posible participación de las personas en la comisión del
delito, así mismo, las circunstancias agravantes y atenuantes. Cada uno de los elementos de
prueba que se presenten durante el debate tienen que cumplir ciertas características para
poder ser incorporados al mismo y que tengan validez, dentro de estas características
destacan que las pruebas tienen que ser obtenidas de forma legal, es decir con los
procedimientos que la ley establece en el Código Procesal Penal y respetando las garantías
que la Constitución política de la República de Guatemala otorga a todo habitante de la
república, la prueba penal debe ser útil pues tiene que emplearse para probar la plataforma
fáctica es decir los hechos que se le imputan al acusado y a su vez entrelazar esta con la
plataforma jurídica que se refiere a la normativa legal que corresponde al delito cometido por
las acciones que se le acreditan al acusado. Necesario es hacer mención que el juez se
encuentra obligado por la normativa legal a calificar la prueba penal en su recepción
verificando que esta no sea sobre abundante, pues esto produce un desgaste procesal que
afecta no solo a los sujetos procesales sino que puede en un momento determinado
desvirtuar el objeto del proceso el cual es la obtención de la verdad material de los hechos
para lograr emitir una sentencia que sea apegada al Derecho, libre de vicios y lo más
importante que pueda emitir una sentencia ya será absolutoria o condenatoria fundamentada.
La fundamentación de las sentencias emitidas por los órganos jurisdiccionales no es mero
capricho, sino que es la exigencia que la sociedad y la ley establecen a los juzgadores tanto
en el Derecho interno como en el Derecho internacional que las resoluciones judiciales tienen
que tener fundamentación que sustente la decisión y por ello la importancia del papel que
juega la prueba penal dentro del proceso.

29
REFERENCIAS

Asencio, J. M. (s.f.). Revistas de Ciencias Jurídicas. Revistas de Ciencias Jurídicas, 2.

Baquiax, J. F. (2012). Derecho Procesal Penal Guatemalteco, etapas preparatoria e


intermedia. Guatemala.

Ministerio Público. (2001). MANUAL DEL FISCAL. GUATEMALA.

Mónzon, M. A. (Noviembre de 2010). Teoria de la Prueba en Materia Penal. Tesis de grado,


3. Guatemala, Guatemala.

Osorio, M. (2019). Diccionario de Ciencias Juridicas Politicas y Sociales. Guatemala:


DATASCAM S.A.

Torres, G. C. (1979). Diccionario Jurídico Elemental. HELIASTA S.R.L.

vega, M. a. (2007). La Prueba y su Valoración en el Proceso Penal.

Legisgrafía

Código Procesal Penal. (1992). Diario de Centro América. Guatemala: Congreso de la


República de Guatemala.

Constitución Política de la República de Guatemala. (1985). Diaria de Centro América.


Guatemala, Guatemala: Congreso de la República de Guatemala.

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LA VERDAD EN EL PROCESO PENAL

Lic. Luis Mariano Contreras Lemus


Lcda. María Del Carmen Cruz Hurtado

INTRODUCCIÓN
El presente documento contiene reflexiones acerca de la verdad material que se genera
dentro de un proceso penal. Las ideas se encuentran desarrolladas bajo la estructura de un
ensayo académico en el que los autores plantean su postura frente al tema central que es la
verdad en el proceso penal. Los argumentos se encuentran debidamente fundamentados en
las ideas de otros autores citados en el documento.

El proceso penal guatemalteco es meramente acusatorio en el cual el sindicado de algún


delito no debe probar su inocencia, es la parte acusadora la que debe probar la culpabilidad
del sindicado, esto se logra a través de la prueba, la que permite convencer al juez de que lo
manifestado desde los primeros actos introductorios del proceso es verdadero, he ahí la
importancia de obtener elementos de prueba que sean recabados como lo establece la ley sin
vulnerar los derechos de los sujetos procesales.

La verdad procesal en materia penal busca no solo que el juzgador forme su propia
convicción de los hechos, también busca la manera de ser imparcial entre las partes,
garantizando un debido proceso, pues si no se llega a tener plena certeza de los hechos y le
causan duda al juzgador lo correcto es absolver como resultado de la duda razonable.

La verdad en el proceso penal


La verdad ha tomado un especial protagonismo en el proceso penal, pues hay un interés por
conocer qué sucedió, como sucedió y quién lo hizo, y el proceso penal con sus diferentes
etapas, es el método para llegar a esta verdad que tanto se busca, con un solo fin, tener una
seguridad jurídica para las partes involucradas en un hecho.

Podemos decir que la verdad es uno de los elementos de la justicia, conjuntamente con el
respeto de los derechos humanos y principios procesales. Se suele argumentar que, en un
proceso judicial, la fijación de los hechos tal y como ocurrieron permite la realización de la
justicia, esto confiere legitimidad a la decisión final y genera confianza en el público sobre el
sistema judicial, todo esto logrado por un sistema institucional que no solo asegura el
resultado buscado, sino que además, lo procurase por medios legítimos respetando los
derechos del procesado (Chedraui, 2013)

Nuestro sistema procesal contenido en la legislación es el sistema acusatorio, en el cual la


investigación se le confiere al ente acusador y la valoración de las pruebas se realizan
conforme a la sana crítica razonada por parte del ente juzgador. (Avila, 2016)

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El fin del proceso penal es la averiguación de un hecho señalado como delito o falta y la
posible participación del sindicado, para la realización de ese fin se contempla que al juez se
le manifiesten los hecho de una forma ordenada y clara, que es básicamente la plataforma
fáctica en la que se basa todo proceso penal, toda esa estructura fáctica tiene que tener
medios idóneos de comprobación que la sustente y que funcionan como forma de
convencimiento al juez de que tal hecho es constitutivo de delito y que sucedió de tal o cual
manera.

El proceso penal está diseñado para que finalice en cuatro etapas, estas son la etapa
preliminar, la etapa preparatoria o de investigación, etapa intermedia y el debate, en estas
etapas los medios de comprobación de los hechos se deben presentar de forma lógica y
razonable, con el fin de que el juzgador tenga la certeza aunque no sea absoluta, de que los
hechos sucedieron, es decir el juzgador tendrá acceso a poder descubrir la verdad material
por medio de los medios de convicción que se le presentan.

La verdad material consiste en la probabilidad más razonable que responde a cómo


sucedieron los hechos fundamentados por los medios de comprobación.

La etapa preliminar inicia a partir de los actos introductorios y la realización de las diligencias
preliminares encaminadas a realizar la recopilación de indicios para presentarle al juez y
persuadirlo de que existen motivos racionales de la existencia de un delito y de quien lo
cometió

En la etapa preparatoria, el Ministerio Publico debe realizar la investigación de los hechos


señalados como delito y recabar los elementos de convicción suficientes para probarle al juez
contralor de la investigación que efectivamente se ha cometido un hecho delictivo, probando
así la plataforma fáctica que el ente investigador expone. (Avila, 2016)

La etapa intermedia tiene por objeto que el juez evalué si existe o no fundamento para
someter a una persona a juicio oral y público por la probabilidad de su participación en un
hecho delictivo o para verificar la fundamentación de las otras solicitudes del Ministerio
Publico. Esta etapa procesal es garantista, pues tiene la función de ser un filtro, que impide
llevar a juicio a una persona sin que medie un mínimo de probabilidades de que la imputación
sea cierta, teniendo como objeto que el juez evalué si existe o no fundamento serio para
someter a una persona a juicio oral y público, dicha evaluación la realiza el juzgador con los
medios de investigación aportados en el proceso y que estos puedan sostener el fundamento
de la solicitud fiscal, sin llegar a darle valor probatorio pues eso solo se puede dar en el
debate.

La etapa del juicio oral y público es la etapa procesal cuya finalidad es recibir la prueba que le
presenten a los juzgadores para demostrar los hechos de los cuales le acusa al sindicado y
con base a dichas pruebas determinen si el acusado es responsable o no de la comisión de
un delito, pues es en este momento procesal en donde se le da un valor a los órganos y
medios de prueba.

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Todos los elementos de prueba para ser valorados deben haber sido obtenidos por un
procedimiento permitido e incorporado al proceso conforme a las disposiciones del Código
Procesal Penal. Esto se refiere a que desde la etapa preliminar del proceso debe obtenerse
indicios de una manera legal y no recabados por medios inadecuados o que contravengan lo
dispuesto en la ley.

Ya al momento de valorar la prueba en el debate esta debe hacerse según las reglas de la
sana critica razonada, esto quiere decir que el juzgador utilizara los conocimientos adquiridos
a través de la experiencia, la lógica y la psicología, los juzgadores deben explicar los motivos
por los cuales le otorgan valor a los medios de prueba.

Mantener una unidad fundamental en el proceso en lo que afecta a la prueba, ya tanto en el


civil como en el penal, se trata de convencer al juez de la verdad o falsedad de los hechos
que han de servir de base a la aplicación de la norma jurídica pertinente, y tanto da que se
emplee la expresión de valoración conforme a conciencia, del proceso penal, como de la sana
critica pues la conciencia del juez no puede estar ausente en cualquier proceso. (Favela,
2000).

La verdad en el proceso penal es poder persuadir al juzgador de que lo manifestado es lo


más próximo a la realidad, esta verdad procesal la buscan tanto el agraviado como el
sindicado en un litigio, esto da certeza al proceso penal, pues se garantiza que los derechos
de las partes serán respetados.

Es bueno aclarar que la verdad que se procura en el proceso penal es la verdad sobre la
existencia de un hecho tipificado como delito y la culpabilidad del imputado: su inocencia se
tiene por verdadera hasta que se pruebe lo contrario, lo cual no excluye el derecho de aquel a
acreditarla, ni la obligación de los órganos públicos de no ignorar (ni ocultar) pruebas de
descargo y de atender las circunstancias eximentes o atenuantes que hubiere invocado.

Cuando esta percepción es firme, se dice que hay certeza, a la cual se la puede definir como
la firme convicción de estar en posesión de la verdad.

La certeza puede llegar a tener una doble proyección: positiva (firme creencia de algo que
existe) o negativa (firme creencia de que algo no existe); pero estas posiciones (certeza
positiva y certeza negativa) son absolutas. El intelecto humano, para llegar a estos extremos,
debe generalmente recorrer un camino, debe ir salvando obstáculos en procura de alcanzar
esa certeza. En este tránsito se van produciendo estados intelectuales intermedios, los cuales
suelen ser denominados duda, probabilidad e improbabilidad. (Cafferata Nores, José I 1998).

Entre la certeza positiva y la certeza negativa se puede ubicar a la duda, en sentido estricto,
como una indecisión del intelecto puesto a elegir entre la existencia o la inexistencia del
objeto sobre el cual se está pensando, derivada del equilibrio entre los elementos que
inducen a afirmarla y los elementos que inducen a negarla, todos ellos igualmente atendibles,
o más que equilibrio, quizá sea una oscilación, porque el intelecto es llevado hacia el “si” y

33
luego hacia el “no”, sin poder quedarse en ninguno de estos extremos, sin que ninguno de los
dos polos, ni el positivo ni el negativo, lo atraiga suficientemente como para hacerlo salir de
esta indecisión pendular. (Cafferata Nores, 1998).

Como lo establece el Código Procesal Penal, en su artículo 14, el procesado debe ser tratado
como inocente durante el procedimiento hasta tanto una sentencia firme lo declare
responsable y le imponga una pena o medida de seguridad. Por lo tanto, es importante
valorar la probabilidad, lo que se debe realizar a través de los medios de prueba, los cuales le
llevan certeza al juzgador sobre el acaecimiento de los hechos, si estos son relevantes,
probados y favorables a un acontecimiento, su probabilidad se convierte en certeza, en
consecuencia, podemos decir que la probabilidad mide la mayor o menor posibilidad de que
se dé un determinado resultado.

Habitualmente se formula la presunción de inocencia como una regla de carga de la prueba.


En caso de duda, hay que absolver. Es decir, en caso de insuficiencia de prueba, el juez
optara por la inocencia.

El sindicado no tiene que aportar ninguna prueba, y de hecho puede guardar completo
silencio durante todo el proceso y permanecer totalmente inactivo sin que ello vaya a
significar que sea condenado. Los casos de ausencia de prueba no llegan nunca a juicio,
porque o bien no generan diligencias policiales de investigación, o bien no son considerados
por el ministerio fiscal para presentar una acusación. Es decir, concluyen con una salida
alterna.

Las situaciones excluyentes de certeza benefician al imputado. La duda (lato sensu), que al
comenzar el proceso tiene poca importancia, va cobrándola a medida que se avanza,
aumentando el ámbito de su beneficio, hasta llegar a la máxima expresión de su alcance en el
dictado de la sentencia definitiva (en la cual, la improbabilidad, la duda stricto sensu, y aun la
probabilidad, impedirán la condena del imputado). (Cafferata Nores, 1998)

Este último momento es cuando se evidencia con toda su amplitud este principio, pues, como
ya se vio, el sistema jurídico vigente requiere que el tribunal, para poder dictar una sentencia
condenatoria, logre obtener, de la prueba reunida en el juicio la certeza acerca de la
culpabilidad del acusado. De ello se sigue que en caso de incertidumbre este deberá ser
absuelto: “In dubio pro reo”

De esa cuenta, es que este principio lo tenemos contemplado en el artículo 14 del Código
Procesal Penal, último párrafo: "La duda favorece al imputado". Dicho principio obtiene su
máxima expresión, en el momento de la deliberación de la sentencia, cuando el tribunal al
analizar y valorar la prueba se da cuenta que existen en la misma proposición de prueba a
favor y en contra del imputado.

La honorable Corte de Constitucionalidad en relación a la valoración de la prueba en el


proceso penal ha señalado:

34
Sentencia de fecha diecisiete de julio del año dos mil trece dentro del expediente 4988-2012:

(…) La Sala de apelaciones de mérito revocó el fallo absolutorio del Tribunal sentenciador, en
cuanto al delito de tenencia ilegal de armas de fuego bélicas o de uso exclusivo del ejército de
Guatemala o de las fuerzas de seguridad y orden público del Estado, explosivos, armas
químicas, biológicas, atómicas, trampas bélicas y armas experimentales, basado en que el
hecho de que el perito no compareciera al debate a ratificar su dictamen, no impedía que este
proporcionara el elemento probatorio necesario para la condena y, por tal circunstancia, le
impuso la pena de diez años de prisión inconmutables al ahora amparista. Ello provocó el
planteamiento del recurso de casación por motivo de fondo, invocando como caso de
procedencia el contenido en el artículo 441, inciso 1) del Código Procesal Penal, con el
argumento de que el hecho que se le atribuyó no fue debidamente acreditado por el Tribunal
sentenciador, pues era necesario que el perito en balística hubiera ratificado su dictamen.

Respecto de dicho agravio, Cámara Penal estima que el recurrente no le asiste la razón
jurídica, por cuanto que la existencia e incautación del arma de fuego atribuida al acusado, es
un hecho acreditado que se desprende de la valoración positiva de la declaración testimonial
del oficial de la Policía Nacional Civil, quien expuso que en el allanamiento realizado en la
residencia del acusado se localizó un arma Mini Uzi. A dicho allanamiento, el Tribunal de
Sentencia le otorgó valor probatorio, indicando que se trataba de un documento pertinente,
necesario y útil, que contribuye con la averiguación de la verdad material e histórica de los
hechos sub-judice…

El amparo se interpuso en torno al argumento que un medio de prueba no había sido


presentado, esa prueba acreditaba la verdad procesal, sin embargo, la Corte de
Constitucionalidad le dio más valor a la verdad material, pues le dio credibilidad a los demás
medios de prueba y que el hecho que no compareciera el perito a ratificar su informe no
demeritaba la prueba aportada.

Sentencia de fecha diecisiete de julio del año dos mil trece dentro del expediente 46-2012:
… Al efectuar el análisis legal correspondiente, se establece que la Sala denunciada, al emitir
el acto señalado de agraviante, efectuó un estudio del contenido del fallo de primer grado y
concluyó que el Tribunal de sentencia incurrió en el vicio de forma denunciado por vía del
recurso de apelación especial interpuesto por el Ministerio Público, argumentando que el fallo
absolutorio emitido en primera instancia carecía de fundamentación, específicamente, en lo
concerniente a que los pensamientos esgrimidos no son derivados de deducciones
razonables de lo manifestado por los propios testigos, por lo que llevó a cabo el examen
relacionado con la aplicación del sistema probatorio que se realizó sobre determinados
medios de prueba de carácter testimonial, lo cual evidenció que el tribunal sentenciador no
aplicó las reglas de la sana crítica razonada al realizar la valoración de las pruebas; en
concreto el principio de razón suficiente, constituido por inferencias razonables deducidas de
las pruebas, ya que su motivación no fue concordante al emitir el pronunciamiento respectivo.
Ello condujo al Tribunal de alzada a estimar que en la citada resolución se habían

35
inobservado las disposiciones legales antes relacionadas, invocadas por el recurrente y que,
con ello, se produjo el vicio denunciado por éste.

En este expediente se hace ver que se vulneró la regla del sistema de valoración de la
prueba, vulnerando a su vez el derecho de defensa y presunción de inocencia, argumentando
la parte pendiente que no se les dio valor probatorio a los testimonios de los testigos y que los
peritajes no aportaron ningún elemento útil para la averiguación de los hechos, pero no
explican por qué no fueron útiles. En este sentido prevaleció el criterio de los jueces y su
autonomía para valorar la prueba.

36
CONCLUSIONES

La verdad procesal en materia penal es el resultado de los indicios, medios de investigación,


medios de convicción y la prueba que se produzca en todas las etapas del proceso penal, la
verdad procesal es relativa, en virtud que, no se puede tener la certeza absoluta de la
exactitud de cómo sucedieron los hechos, por lo que la verdad material puede ser
considerada como las probabilidades objetivas y subjetivas que el juez obtenga luego de la
aplicación de la sana crítica razonada para valorar la prueba.

Todas las etapas del proceso penal tienen como objetivo la búsqueda de la verdad y tienen
como fin primordial que el juzgador evalué los medios de prueba que le presentan las partes
en litigio, para que tenga la plena certeza de cómo sucedieron los hechos que se le
presentan. La prueba debe ser valorada por el juzgador, quien le dará una ponderación
según lo que se quiera demostrar dentro del proceso.

La presunción de inocencia es una garantía que está reconocida universalmente, prueba de


ello es que se ha materializado en casi todas las constituciones de muchos países. El
derecho de inocencia es de igual forma, inherente a la persona en virtud que desde el
momento en que es aprehendido le perjudica en su honorabilidad. Este derecho está
plasmado en nuestra Constitución y específicamente en nuestro ordenamiento procesal
penal, ya que el artículo 14 del Código Procesal Penal afirma que “el procesado debe ser
tratado como inocente durante el procedimiento, hasta tanto una sentencia firme lo declare
responsable y le imponga una pena o medida de seguridad y corrección”. De tal manera que
cuando no exista certeza y probabilidad, no se puede derribar la presunción de inocencia de
la cual goza el sindicado.

37
REFERENCIAS

Avila, H. M. (2016). Introduccion al estudio del proeso penal Guatemalteco. Guatemala:


Talleres de E.H. Litografia.

Chedraui, A. M. (2013). Verdad Procesal y Derechos Humanos. España.

Favela, J. O. (2000). La teoria General de la Prueba. Mexico.

Cafferata Nores, José I. La prueba en el proceso penal. Buenos Aires, Argentina: Ed.
Depalma. 2003.

Nieva Fenoll, Jordi. La razón de ser de la presunción de inocencia. Publicación REVISTA


PARA EL ANALISIS DEL DERECHO. Barcelona España. Enero de 2016.

Legisgrafía

Congreso de la Republica de Guatemala. (28 de septiembre de 1992). Decreto 51-92. Codigo


Procesal Penal. Guatemala.

Jurisprudencia

Sentencia de la Corte De Constitucinalidad, 46-2012 (CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD


ocho de mayo de 2012).

Sentencia de la Corte de Constitucionalidad, 4988-2012 (CORTE DE


CONSTITUCIONALIDAD 17 de julio de 2012).

38
PRESUNCION DE INOCENCIA

Licda. Mirna Azucena De León Pérez


Licda. Concepción de María Estrada Par

INTRODUCCIÓN
El principio de presunción de inocencia es una garantía constitucional en la defensa de los
principios procesales que deben garantizarse ante los juzgados durante el desarrollo del
proceso y la persona no puede ser declarada culpable hasta que se demuestre lo contrario,
aquí se evalúa la conducta que tiene el acusado ante un hecho que se le imputó. En el
proceso penal deben apartarse las pruebas necesarias que logren o determinen la
culpabilidad y el juez dicte una sentencia que esté relacionada con los hechos que le fueron
atribuidos a través del órgano competente.

Es importante establecer los antecedentes que enfoca el estudio del principio de presunción
de inocencia como una garantía constitucional. El principio de presunción de inocencia
determina una garantía fundamental que posee toda persona que es juzgado de un hecho
delictivo que se le acusa en un proceso penal.

El principio de presunción de inocencia permite esclarecer en todo proceso penal si no se


violentaron algunas garantías procesales que goza toda persona durante el proceso que se le
sigue en relación al hecho que se le imputa, siendo un derecho fundamental que garantiza
nuestra Constitución Política, donde la persona sea tratada como inocente hasta que no sea
comprobada su culpabilidad en sentencia.

Generalidades del principio de presunción de Inocencia


En 1753, donde los abogados defensores empezaron a emplear esta afirmación Stumer
(2009) “Todo hombre, Señoría, debe por ley ser presumido inocente, hasta que se demuestre
su culpabilidad” (p. 24) en aquella época tardaron bastante en aceptar el principio de
presunción de inocencia como beneficio que sea relativo a la duda que exista en cuanto a la
culpabilidad del acusado.

Algunos tratadistas determinan que el principio de presunción de inocencia surge durante la


revolución francesa, donde se declara los derechos del hombre y del ciudadano en el año
1789, en el artículo 9 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano señala:
“Puesto que cualquier hombre se considera inocente hasta no ser declarado culpable, si se
juzga indispensable detenerlo, cualquier rigor que no sea necesario para apoderarse de su
persona debe ser severamente reprimido por la ley”. El principio de presunción de inocencia
es una garantía procesal que goza toda persona que es sindicada de un hecho delictivo, está
garantía procesal permite que las personas no sean tratadas como criminales, como se venía

39
haciendo desde siglos anteriores, evitando el abuso de autoridad o de la sociedad que la
persona sea tratada como criminal sin haber una sentencia definitiva.

En los siglos XIX y XX existieron corrientes que rechazan la existencia de una presunción de
inocencia a favor del imputado, establecen que este principio debilita la acción procesal que
tiene el Estado, las resoluciones en contra de los imputados. La Convención Americana de
Derechos Humanos en su artículo ocho numeral dos establece: “Toda persona inculpada de
delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su
culpabilidad”, por eso es una garantía protectora en todo proceso judicial siendo garante ante
cualquier arbitrariedad en el proceso.

Definición
La presunción de inocencia es un principio fundamental dentro del derecho procesal como
actividad probatoria. Según el Diccionario Jurídico de Ossorio (1987) al respecto expresa “La
que ampara, en los enjuiciamientos de tipo liberal, a los acusados, cuya responsabilidad debe
probar el acusador, para fundar la condena” (p. 385), quien debe probar que es culpable del
hecho que se imputa tiene que ser la parte que demanda.

Aguilar García cita a Maier (2013), quien refiere: “El imputado goza de la misma situación
jurídica que un inocente. Se trata en verdad de un punto de partida político que asume —o
debe asumir— la ley de enjuiciamiento penal en un Estado de Derecho, punto de partida que
constituyó, en su momento, la reacción contra una manera de perseguir penalmente que,
precisamente, partía desde el extremo contrario. El principio no afirma que el imputado sea,
en verdad, inocente, sino, antes bien, que no puede ser considerado culpable hasta la
decisión que pone fin al procedimiento, condenándolo” (p.13). Al imputado de un hecho goza
de una situación jurídica como inocente, siempre y cuando el procedimiento ponga fin al
proceso para que este sea condenado del hecho que se le impute.

Ferrajoli respecto de la presunción de inocencia expone que el principio de jurisdiccionalidad


exige que la acusación penal en contra de una persona sea sometida a prueba en un juicio
regular; el objeto del proceso penal es la prueba de la culpa, no la prueba de inocencia, en
todo momento del proceso penal debe ser tratado como inocente hasta que se tenga el
veredicto que determine a través de los medios aportados que es culpado del hecho que se le
imputa.

La presunción de inocencia según Aguilar García (2013) “El imputado goza de una misma
situación jurídica que un inocente. Donde trata de dar un punto de parte que debe asumir la
ley en un Estado de Derecho, que constituye en su momento la reacción contra una manera
de perseguir penalmente” (p.12), este principio afirma que el imputado debe ser considerado
culpable hasta existir una sentencia firme en cuanto al hecho imputado.

García Ramírez “Uno de los postulados básicos de los sistemas penales contemporáneos
establece que nadie puede ser considerado culpable mientras una sentencia firme no lo
declare como tal, es decir, antes y durante todo el proceso penal previo a la resolución

40
definitiva, se considera a la persona como inocente y precisamente mediante el juicio penal
se determinará si el imputado mantiene ese estado de inocencia o si, por el contrario, se
demuestra su culpabilidad. Hasta ese momento, para el Derecho, el indiciado debe ser
considerado inocente. (p. 75)

Características de la presunción de inocencia


Se puede observar dentro nuestro ordenamiento jurídico que existen elementos que
caracterizan al principio de presunción de inocencia.

a. Es un principio de carácter obligatorio, nuestro ordenamiento establece que a la persona


debe ser tratada como inocente durante el proceso.
b. La garantía de presunción de inocencia solo puede ser desvirtuada en sentencia
condenatoria, esta debe basarse en cosa juzgada.
c. Para la aplicabilidad del principio de presunción de inocencia debe existir un proceso
penal donde se establezcan todas las garantías procesales que implique el proceso penal.

La presunción de inocencia en el ámbito internacional


El origen del principio de presunción de inocencia como principio positivo se encuentra en la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 señalando que es en ese
instrumento normativo donde es consagrado por primera vez dicho principio como una
garantía procesal para los inculpados. A todo hombre se le presume inocente mientras no
haya sido declarado culpable.

Con dicho instrumento internacional se logró impedir que los sometidos a procesos fueran
tratados como verdaderos reos del delito imputado. Fortaleció la idea de inocencia presumida
de todo acusado podía ser desestimada a través de una imputación fundada en pruebas
fehacientes que no dejan duda de la responsabilidad, esa prueba debía ser aportada por los
órganos de la acusación.

Para la jurisprudencia guatemalteca se trata de una presunción “iuris tantum” que conlleva las
siguientes implicaciones:

1.- En cuanto al “indubio pro reo”, el imputado sólo podrá ser condenado mediante la
previa declaración de certeza a cerca de la existencia del hecho punible y del grado de
participación del imputado, en caso contrario deberá fallarse a favor del procesado.

2.- En cuanto a la carga de la prueba por razones de garantía constitucional, el


procesado no necesita demostrar su inocencia, el Estado a través del Ministerio Público o en
su caso, el querellante adhesivo tiene la obligación de demostrar la culpabilidad del
procesado, o en su caso, desvanecer el estatus constitucional de inocencia.

Presunción de inocencia como garantía constitucional


En el artículo 14 de la Constitución Política de la República de Guatemala se regula:
“Presunción de inocencia y publicidad del proceso” Toda persona es inocente, mientras no

41
haya sido declarado judicialmente en sentencia que debe ser ejecutada. Aquí la duda
favorece, donde la persona se encuentra sobre la verdad de un hecho, aquí se pretende
conocer y resolver ante un órgano jurisdiccional la duda en cuanto a la inocencia o
culpabilidad de una persona.

El principio de presunción de inocencia en nuestra legislación Procesal Penal


El artículo 4 establece: Juicio Previo. Nadie podrá ser condenado, penado o sometido a
medida de seguridad y corrección sino en sentencia firme, obtenida por un procedimiento
llevado a cabo conforme a las disposiciones de este código y a las normas de la constitución,
en observancia estricta de las garantías previstas para las personas y de las facultades y
derechos del sindicado o acusado.

La inobservancia de una regla de garantía establecida en favor del imputado no se podrá


hacer valer en su perjuicio. Se deben observar todos los procedimientos establecidos dentro
de nuestra legislación para que se lleve a cabo un procedimiento adecuado y no se violenten
las garantías constitucionales.

El artículo 14 del Código Procesal Penal establece: “el tratamiento como inocente durante
todo el procedimiento hasta que exista una sentencia y sea declarado responsable del hecho
que se le acusa”. El proceso penal guatemalteco nadie puede juzgarse sin un juicio justo y
sobre todo siempre observando las formalidades del proceso, toda persona es tratada como
inocente, se respetan los derechos, se establece un debido proceso, para que goce de todas
las garantías procesales necesarias hasta que se obtenga una sentencia firme sobre el hecho
que se le imputa.

Principio de Presunción de inocencia como garantía en el proceso penal


En el debido proceso se deben desarrollar todas las garantías y derechos fundamentales que
se encuentra regulado en la Constitución, códigos, leyes, reglamentos y sobre todo tratados y
convenios internacionales debidamente aceptados y ratificados por Guatemala, teniendo
relación con el principio de presunción de inocencia donde a nadie debe tratarse como
culpable.

En cuanto al derecho penal se refiere, constituyen un conjunto de garantías que aseguran la


legalidad, regularidad y eficacia de toda la actividad jurisdiccional dentro del proceso, siempre
protegiendo al ser humano.

Afirman unos autores que en el Derecho Procesal menciona Manzanera (1968) ni la


presunción de inocencia ni la culpabilidad deberían existir como supuesto básico en el
procedimiento penal, se pretende la verdad real y la aplicación de la ley en la justicia sin que
exista ningún perjuicio. (p. 175). Al no existir ningún perjuicio, es el momento de no juzgar a
una persona por simple vista sino lo contrario debe demostrarse con cada uno de los
elementos aportados como medios de pruebas, siendo estos analizados de manera detallada,
sobre la participación del sindicado en el hecho que se persigue averiguar su culpabilidad o
inocencia.

42
Actividad probatoria de la presunción de inocencia
La presunción de inocencia resulta ser una carga de la prueba, donde el juez debe resolver a
favor del sindicado cuando existan insuficientes medios probatorios que lo declaren culpable.

Aguilar López (2015) dice “que la presunción de inocencia tiene como fin encontrar el justo
equilibrio entre esos dos intereses contrapuestos, esto, por un lado, el interés del Estado en la
represión de la delincuencia y, por otro, el interés del imputado en la salvaguarda de su
libertad y la dignidad.” (pág. 155), este derecho pretende tratar al ser humano como inocente
sin que se vulneren sus derechos en cuanto a ser juzgados de manera justa en el debido
proceso.

Aguilar García (2013) al respecto expone: “La perspectiva de regla probatoria del principio
indica una visión orientada hacia el resultado. Esto quiere decir que tanto la autoridad que
acusa como los jueces deben estar abiertos siempre a la evidencia que se presenta durante
el juicio, la cual puede cambiar su opinión personal sobre la culpabilidad de la persona
acusada” (p. 16). Es muy certera la afirmación que hace Aguilar, porque muchas veces solo
se juzga de manera superficial a las personas por el tipo de hecho que se comete, sin ver
realmente las circunstancias o la manera de actuar de la persona acusada.

El derecho reglamenta la presunción de inocencia como una de las principales funciones


dentro de la carga de la prueba, al existir una vulneración de este derecho fundamental sería
perjudicial para la persona que es sindicada de un delito. Esto afirma Asencio Mellado (2000)
“La presunción de inocencia ha llevado a concluir que es la acusación quien soporta por
completo la carga de la prueba de la culpabilidad” (p. 46), ofreciendo al acusado la posibilidad
de permanecer inactivo, el acusado exigiría la prueba de su inocencia lo que resultaría
imposible.

La presunción de inocencia incorpora otra dimensión como regla del juicio, que desenvuelve
su eficacia como materia probatoria, arrojando sobre la parte acusadora, la carga de la
prueba de la culpabilidad del imputado. La culpabilidad debe quedar establecida más allá de
toda duda razonable, de tal modo que si no existe ese grado de certeza se impone la
absolución del hecho que se había imputado, como una consecuencia del principio de
inocencia.

La presunción de inocencia impone al acusado la obligación de probar su inocencia, ya que,


en principio, se presume cierta. De ello resulta que la actividad probatoria encaminada a
demostrar la actividad del imputado corresponde, en exclusiva, a la acusación y,
consiguientemente, toda acusación debe ir acompañada de las pruebas en que se basa la
acusación. En materia probatoria, del principio de inocencia resulta también que no basta con
que la culpabilidad resulte establecida, sino que ha de estarlo “conforme a la ley”.
Consecuencia de ello, es el principio general de que los medios de prueba se produzcan ante
el acusado, en audiencia pública y en el curso de un debate contradictorio.

43
Para Aguilar López 2015, “la actividad probatoria suficiente para destruir la presunción de
inocente debe ser encaminada a fijar el hecho incriminado que constituye el delito y por la
otra, la participación del acusado; la prueba pueda ser considerada de cargo, debe recaer
sobre la existencia de los hechos delictivos y sobre la participación en ellos del acusado” (p.
156)

Durante la prueba la presunción de inocencia resulta siendo indispensable como lo manifiesta


Nieva Fenoll (2016) “En esta fase, el juez va a ir perdiendo poco a poco la neutralidad de su
juicio en favor de la hipótesis que le parezca más plausible, siguiendo el estándar de la duda
razonable y la probabilidad inductiva, ciertamente, por ser el que tiene mayores posibilidades
de acercarle a la realidad. Pero nuevamente hay que cuidar que el juez no se escore
prematuramente hacia la opción de la culpabilidad. En el momento de la práctica de la
prueba, teniendo en cuenta que la actividad del ministerio fiscal en este sentido acostumbra a
ser acusatoria y, además, el ministerio fiscal es un sujeto con la misma o al menos similar
formación que el juez, existe el peligro cierto de que se vea más inclinado al seguimiento de
sus tesis, nuevamente en favor de la culpabilidad, pese a que el juez deba ser
necesariamente imparcial”. (p. 15).

Es importante establecer que en la fase probatoria el juez tiende a tener su propio criterio
construyéndose a base de todas las pruebas que se aporten dentro del proceso y acercarse a
la realidad de los hechos, aquí es donde se establece con claridad la presunción de inocencia
de una persona en el cometimiento de un hecho delictivo

Presunción de inocencia como regla de trato


Según Aguilar (2013) La presunción de inocencia, que es fundamental para la protección de
los derechos humanos, impone la carga de la prueba a la acusación, garantiza que no se
presuma la culpabilidad a menos que se haya demostrado la acusación fuera de toda duda
razonable, asegura que el acusado tenga el beneficio de la duda, y exige que las personas
acusadas de un delito sean tratadas de conformidad con este principio. Todas las autoridades
públicas tienen el deber de abstenerse de prejuzgar los resultados de un juicio, por ejemplo,
absteniéndose de hacer comentarios públicos en que se declare la culpabilidad del acusado.”
(p. 25)

Esto mismo menciona Aguilar (2013) La Corte Interamericana de Derechos Humanos recalca
la importancia del principio de presunción de inocencia como fundamento de otros derechos
humanos, en particular los relativos al derecho de defensa. Por ejemplo, en el caso de
Ricardo Canese vs. Paraguay la jurisprudencia interamericana señaló que “el derecho a la
presunción de inocencia es un elemento esencial para la realización efectiva del derecho a la
defensa y acompaña al acusado durante toda la tramitación del proceso hasta que una
sentencia condenatoria que determine su culpabilidad quede firme. (p.26).

Cuando se habla de una regla de trato se refiere a la manera de como nuestro ordenamiento
jurídico permite que sea tratada una persona, teniendo en cuenta no juzgar a la persona solo
por su físico o por el hecho que se le señala, debemos recordar que la presunción de

44
inocencia debe ir acompañada al derecho de defensa que goza toda persona acusada de un
hecho delictivo. Debiendo aplicar todos aquellos principios y derechos procesales que goza
el acusado

La vulnerabilidad al principio de presunción de inocencia en la justicia guatemalteca


El Ministerio Público ejerce la función de persecución penal como lo establece la Constitución
Política de la República de Guatemala, también el artículo 3 de la Ley Orgánica del Ministerio
Público, tiene como función la averiguación de la verdad, debe encontrar evidencias que
fundamente la acusación en cuanto al hecho que se investiga. Al momento de tener sospecha
de la posible participación que se tiene de un hecho debe solicitar la apertura a juicio
actuando de manera adecuada.

Algunos abogados litigantes al igual que algunas instituciones que se encarga de la


protección de los derechos humanos, encuentran al Ministerio Público como un ente que solo
llena estadísticas para cumplir sus objetivos, sin tener la objetividad propia que los debe
caracterizar al momento de solicitar la apertura a juicio, cuando no se tengan los indicios
adecuados sobre el hecho que se pretende evidenciar que existió conductas inadecuadas
que permitieron la transgresión a una norma penal. El principio de presunción de inocencia no
está haciendo efectivo si los entes encargados de investigar un hecho no respetan los
principios procesales que rigen el proceso penal.

Los juzgados en Guatemala en su mayoría son objetivos en la resolución de los casos que
llegan su conocimiento, la preparación constante y sobre todo el análisis que se tienen sobre
los medios de prueba que muestran antes los órganos jurisdicciones, realizan su teoría del
caso determinando si realmente la persona sindicada de un hecho es responsable o no del
hecho. Existen otros órganos jurisdicciones en donde el personal que administra la justicia
trata a la persona como la responsable que cometió el hecho, sin haber sido vencido en juicio,
se hacen prejuicios que afectan la integridad y equidad de las personas, existiendo
vulnerabilidad en su trato como inocente.

Sin olvidar a los agentes captores como lo es la Policía Nacional Civil, se podría establecer
que la mayoría de las estaciones policiales que existen en nuestro país, existen abuso de
poder, esto sucede por la facultad que el Estado les confiere en cuanto a sus funciones
puesto que están facultados para ejercer la aprehensión ya sea por ordenamiento judicial o
por iniciativa propia, cuando exista flagrancia en un hecho delictivo. Se ha podido evidenciar a
través de medios de comunicación como: televisión y redes sociales en donde se comparten
videos de la vulnerabilidad de un trato como culpable antes de que se haya llevado un
proceso, donde este firme una sentencia que determine su culpabilidad dentro del hecho
delictivo.

Jurisprudencia de la Corte de Constitucionalidad en cuanto al principio de presunción


de inocencia
La garantía de presunción de inocencia se refiere, concretamente, al derecho fundamental de
toda persona a la que se le impute la comisión de hechos, actos u omisiones ilícitos o

45
indebidos a que se presuma su inocencia durante la dilación del proceso o expediente en el
que se conozca la denuncia, y hasta en tanto no se le haya declarado responsable
judicialmente en sentencia debidamente ejecutoriada.” Corte de Constitucionalidad.
Expediente 3383-2008. Fecha de sentencia: 15/6/2009.

“La norma constitucional establece ‘una presunción iuris tantum’, dirigida a garantizar al
sindicado que no podrá sufrir pena o sanción que no tenga fundamento en prueba pertinente,
valorada por un tribunal con eficacia suficiente para destruir la presunción y basar un fallo
razonable de responsabilidad, porque, en caso contrario, el principio constitucional enunciado
prevalecerá en su favor.” Corte de Constitucionalidad. Expediente 288-2001. Fecha de
sentencia: 02/05/2001.

Se puede decir que el principio de presunción de inocencia garantiza a la persona que está
sindicada de la comisión de un hecho ilícito, no sufrir una sanción sin que existan medios de
prueba que demuestre la responsabilidad que tiene dentro de un hecho que está penado por
nuestra legislación guatemalteca.

46
CONCLUSIONES

La presunción de inocencia es una garantía constitucional fundamental, donde el sistema de


justicia debe establecer principios que garanticen el debido proceso penal desde el inicio
hasta que se obtengan una sentencia firme. Resulta interesante destacar que el Derecho en
un principio culpaba a la persona antes de haberse comprobado su culpabilidad dentro del
hecho que se le atribuye, debía probarse su inocencia.

Existen violación a este principio, esto sucede cuando una persona es detenida porque es
requerida ante un órgano jurisdiccional para que resuelva su situación jurídica. Los agentes
captores muchas veces los tratan como culpables sin que exista una sentencia que los
declare culpables.

El principio de presunción de inocencia sólo puede ser destruido, cuando la prueba que
establezca lo contrario y cambie su estado de ser inocente a ser culpable del hecho que se le
imputa, la persona acusada de un hecho no tiene la carga de la prueba sino esta corresponde
al ente acusador.

47
REFERENCIAS

ASENCIO MELLADO, José María. Cien años de Derecho Procesal en España. Marcial Pons,
Madrid-Barcelona, 2000.

AGUILAR LÓPEZ, Miguel Ángel. Presunción de Inocencia, Derecho Humano en el Sistema


Penal Acusatorio, México Distrito Federal, Primera Edición 2015.

Aguilar García, Ana Dulce, Presunción de Inocencia. Comisión de Derechos Humanos México
2013

CLARIA OLMEDO, Jorge. Las garantías constitucionales en cuadernos de los institutos.


Córdova, Argentina. (s.e.) 1974.

GONZÁLEZ, Daniel. Principios y garantías del sistema procesal penal. Guatemala: Ed.
Universitaria. 2001

GARCÍA RAMÍREZ, Sergio Proceso Penal Editorial 2009

OSSORIO, Manuel. Diccionario de ciencias jurídicas, políticas y sociales. Buenos Aires,


Argentina: Ed. Heliasta B.A. 1987

MANZANEDA, J. La Presunción de inocencia: un mito (1968) Anuario de Ciencias Penales y


Criminológicas. Caracas.

NIEVA FENOLL, Jordi, La razón de ser de la presunción de inocencia, InDret, Barcelona,


enero 2016. Véase en: http://www.indret.com/pdf/1203_es.pdf, (Consulta: marzo 2021).

Legisgrafía

Constitución Política de la República de Guatemala, Asamblea Nacional Constituyente y su


interpretación de la Corte de Constitucionalidad 2011

Código Procesal Penal, Congreso de la República de Guatemala Decreto número 51-92

Convención Americana de los Derechos Humanos (Pacto de San José) 1969

48
NOCIONES DE LA PRUEBA Y LIBERTAD PROBATORIA

Lic. José Manuel Fiorini Soberanis


Lic. Mario Alfredo Finkelstein Leonardo

INTRODUCCIÓN
La prueba en el proceso penal a través del tiempo ha ido evolucionando, de tal manera que
coadyuva a esclarecer los hechos delictivos que la misma sociedad genera día tras días.
Además, año tras año y por motivo de la actualización de los actos criminales de la sociedad,
de las estructuras criminales ha ido quedando a un ritmo lento para ir cubriendo esos vacíos
que ayuden a esclarecer a la prontitud los actos delictivos cometidos por los particulares. Es
por ello que el presente trabajo aborda distintos temas con el objeto de establecer la finalidad
y valoración de la prueba y de las necesidades que actualmente se necesita para dar una
pronta respuesta a la sociedad en general.

Nuestro Código Procesal Penal desarrolla una serie de procedimientos que van desde una
orden de allanamiento, el secuestro de evidencia consistente en documentos, armas de fuego
y otros, vehículos, declaración testimonial de testigos presenciales, referenciales, declaración
de peritos en materia de cualquier tipo desde la tanatología, médico forense, balísticas,
genética y otros. Además de ello la adquisición de la prueba penal año tras año ha ido
innovándose de manera lenta, pero con el objeto de no dejar esos vacíos que den lugar a la
impunidad.

Por ende, es necesario su estudio rigurosamente, debido a que se deben reunir requisitos
legales para su obtención, por tal motivo el presente trabajo aborda una serie de subtemas
que tienden por objetivo ampliar el panorama del tema de la prueba, la adquisición de la
misma y las limitantes que el propio Código Procesal Penal le confiere. Es de enriquecimiento
y de importancia el presente tema para que en su momento se tenga conocimiento por parte
del maestrando en los vicios que se puede incurrir en cuanto a la obtención e inclusive
diligenciamiento de la prueba.

En Guatemala, existen acciones meramente arbitrarias que limitan la libertad probatoria, y es


por ello, que se vulneran una serie de principios y garantías que afectan a uno de los sujetos
procesales, sea éste víctima o acusado, dejando sin ninguna validez el valor que exista en la
jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia o de la Corte de Constitucionalidad, para darle
una debida fundamentación.

¿Qué es la prueba y para qué es utilizada dentro del proceso penal?


La prueba son los actos mediante los cuales los órganos jurisdiccionales, motivados por un
juez o las partes que intervienen dentro de un proceso, que tienen por objeto producir un

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hecho o una cosa del cual se infiere la existencia y la inexistencia de los hechos
controvertidos, en otras palabras, es la búsqueda de la verdad por parte de un juez dentro del
proceso por medio de los instrumentos que las partes puedan aportar dentro del mismo.

También puede decirse que probar es evidenciar algo, esto es, lograr que nuestra mente lo
perciba con la misma claridad con que los ojos ven las cosas materiales. Aunque los términos
probar y demostrar son sinónimos, con más frecuencia se usa la palabra demostrar para
referirse a la actividad que tiene como término la falsedad o verdad de una proposición. La
prueba de los hechos concierne principalmente a las ciencias experimentales, mientras que la
demostración predomina en las ciencias deductivas y en la filosofía. Casi todo acervo de las
verdades se obtiene mediante la deducción.

En resumen, la prueba es la que se lleva a cabo ante los órganos jurisdiccionales, consistente
en actividades procesales promovidas ya sea por el juez o las partes que intervienen en el
proceso penal y que tienen por objeto producir un hecho u otra cosa de la cual se infiere la
existencia o inexistencia de los hechos controvertidos.

Así podemos indicar que el término prueba tiene varios significados, es decir, existen varias
nociones de la prueba que se refieren a cosas diferentes, por ejemplo: fuentes de la prueba,
elementos de la prueba, órganos de la prueba, medio de prueba y objeto de la prueba.
Entonces, la prueba es toda razón o argumento para demostrar la verdad o la falsedad en
cualquier hecho que se proponga, por lo que los procedimientos que se utilicen para
analizarla, deberán ser valorados con objetividad para la motivación de la sentencia, siendo
esta el único medio para descubrir la verdad y, a la vez, la mayor garantía contra la
arbitrariedad de las decisiones judiciales, ello ya que el tribunal no puede condenar a ninguna
persona si no ha tenido a la vista las pruebas que indiquen que esta persona es responsable
de la comisión de un ilícito que se le acusa haber cometido, así mismo tampoco puede
valorarse una prueba que haya sido viciada o presentada al debate, habiéndose violado
garantías constitucionales del procesado. Por lo que la prueba es utilizada dentro de un
proceso para poder demostrar la culpabilidad o inocencia de una persona.

Fuentes de prueba
Dentro de la prueba encontramos a las fuentes que son elementos que existen en la realidad,
es lo sustancial y lo material, por lo que no puede existir medio de prueba sin que exista una
fuente, dentro de las cuales podemos enunciar que tenemos a las personas y las cosas, es
decir, estas fuentes son el lugar de donde emanan los hechos dentro de un proceso, de
donde nace la prueba. En términos más sencillos, el lugar de donde proviene lo que se va a
utilizar para demostrar al juez la veracidad o no de lo que se intima a un juez.

Las fuentes de prueba son los elementos que existen en la realidad, es un concepto
metajurídico, extrajurídico o a-jurídico, que corresponde forzosamente a una realidad anterior
y extraña al proceso, la cual existirá con independencia de que se siga o no el proceso, en fin,
la fuente es lo sustancial y material.

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Para responder a la pregunta con qué se prueba, es necesario hacer la división conceptual
entre lo que ya existe en la realidad o sea fuente y el cómo se aporta al proceso llámese
medio, con el fin de obtener la certeza del juzgador; en este sentido, expresa que la relación
existente entre ambos niveles es la siguiente: medio de prueba es esencialmente, la
actuación procesal por la que una fuente se introduce al proceso, es un hecho supuestamente
verdadero que se presume debe servir de motivo de credibilidad sobre la existencia o
inexistencia de otro hecho, la prueba consiste ante todo en un medio que se utiliza para
establecer la verdad de un hecho; la fuente de la prueba puede provenir de las personas o de
las cosas, es decir, prueba personal, prueba real, siendo la prueba personal aquella que está
suministrada por un ser humano y comúnmente se llama testimonio o declaraciones
testimoniales, en tanto que la prueba real es aquella que se deduce del estado de las cosas.

En este mismo orden de ideas, lo que debe tenerse presente es la calidad de la fuente de la
cual emana la prueba y la información sobre hechos, ya que es justamente esa información la
que interesa para los fines de la prueba judicial, pues constituye el dato concreto con el cual
puede practicarse la comprobación de las hipótesis fácticas planteadas en un conflicto.

Elemento de prueba
Estos elementos son sobre los cuales deben establecerse que hechos fueron demostrados y
cuáles no, así el medio probatorio denominado prueba testimonial genera como elemento un
testimonio, prueba pericial un peritaje, actas, etc.

El elemento de prueba es todo dato objetivo que se incorpora legalmente al proceso, capaz
de producir un conocimiento probable acerca de los extremos de la imputación delictiva, tal es
el caso de los indicios que el delito ha dejado en los bienes como por ejemplo roturas en las
puertas o paredes, machas de sangre u otros fluidos diseminados en el piso o en las paredes
o en el cuerpo como por ejemplo las equimosis, excoriaciones, entre otras que establezcan el
grado de las lesiones mortales o no inferidas a la víctima o en la psiquis percepción de los
hechos por el agraviado o testigos, así como el resultado de experimentos u operaciones
técnicas que se practican sobre los indicios, también la información que se encuentra dentro
de un documento.

Es necesario, sin embargo, que el elemento posea fuerza conviccional y que se incorpore al
proceso a través de los medios previstos en la ley. El dicho del testigo, sus manifestaciones y
respuestas sobre lo que se le interroga, por ejemplo.

Objeto de la prueba
El objeto de la prueba es determinar lo que se investiga dentro del proceso, es la
circunstancia o acontecimiento cuyo conocimiento se requiere en el proceso que es
indispensable para la resolución del proceso, dentro de los cuales podemos mencionar los
hechos que son las manifestaciones de las partes, así también las máximas de la experiencia
que son los juicios hipotéticos de cualquier contenido del caso concreto y de los hechos que
lo componen obtenidos de la ciencia y de la experiencia.

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Es de tomar en cuenta que los mecanismos de valoración de la prueba que el tribunal de
sentencia tomará en cuenta al momento de emitir la sentencia deberán tener el mayor grado
de objetividad, mismos que se observarán en los argumentos vertidos en la motivación de la
sentencia, utilizando para ello la sana crítica, de acuerdo a los principios propios de ésta, así
como al correcto entendimiento humano, llegando a un total convencimiento de carácter
objetivo de los miembros del tribunal. Si afirmamos que el fin de la actividad probatoria es el
esclarecimiento de los hechos y actos jurídicos debatidos podemos tener a estos como el
objeto de la prueba precisamente.

El objeto de los medios de prueba es todo aquello susceptible de ser probado, sobre lo que
debe o puede recaer la prueba. Son objeto de prueba, la experiencia común, usos y
costumbres locales, regionales y universales y el derecho extranjero, siempre y cuando todos
estos aspectos sean objeto de la controversia. También podemos decir que no son objeto de
prueba los hechos notorios y evidentes ni el derecho vigente y positivo o aquellos hechos
sobre los cuales las leyes prohíben en forma expresa que sean objeto de prueba, por
ejemplo, la prueba sobre la veracidad de las injurias.

En el proceso penal, la prueba ha de versar sobre la existencia del hecho delictivo objeto de
la acusación, así como las circunstancias cualificantes, agravantes, atenuantes o justificantes
que tengan relevancia en la punibilidad o tiendan a probar la extensión del daño causado,
todo aquello que constituye materia de la actividad probatoria, que requiere ser averiguado,
conocido y demostrado, debe tener la calidad de real o probable o posible. Considero que el
objeto de la prueba es aquello sobre lo cual debe o puede recaer la prueba; es decir hechos
naturales y humanos, cualidades de la persona, cosas, lugares y calidades jurídicas, estos
deben recibir vigor y eficacia de la actividad de la prueba pues sirve para muchos fines, se
expande en varias direcciones, y por lo mismo sus manifestaciones son diversas y complejas.

El objeto de la prueba en el proceso penal está constituido por el material fáctico, incierto en
cuanto a su conocimiento y que como tal se puede declarar la existencia o inexistencia sobre
la cuestión sometida a decisión. Esta noción, cuando se la refiere al proceso penal, queda
íntimamente ligada al principio de la libertad de la prueba según el cual todo objeto de prueba
puede ser probado y por cualquier medio de prueba.

Ahora bien, qué puede probarse en el proceso penal, cuál es la materia sobre la que puede
actuar la prueba. En la respuesta a estas preguntas se resume la determinación del objeto de
la prueba. La sentencia del juez, que es la síntesis que pone término al proceso, en cuanto
resuelve el conocido problema del sometimiento de un hecho concreto a una incriminación
abstracta de la ley penal, es decir, el problema de la aplicación de esta ley a aquel hecho, se
apoya sobre elementos de hecho y de derecho. aquello que se investiga y sobre lo cual se
interroga al testigo para que diga lo que sabe al respecto del hecho que se tipifica como un
ilícito penal.

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Medio de prueba
Casi siempre suele confundirse con los medios con que se prueba la prueba, cuando nos
referimos a los medios de prueba estamos hablando de la prueba en sí, pero usada en un
determinado proceso judicial, es decir, la prueba existe por sí y al ser ofrecida y admitida
dentro de un proceso judicial adquiere el nivel de medio, no siendo medio de prueba sino solo
cuando se cumpla el requisito de ser ofrecida y admitida como tal en un proceso. El medio de
prueba su existencia es posterior a la fuente de prueba en el proceso penal sea aceptada y
desahogada como tal.

No serán admitidos como medios de prueba los que vulneren garantías procesales y
constitucionales, por ejemplo: Un allanamiento ilegal o confesión prestada mediante torturas.

A menudo se emplea la terminología "medios de prueba" para aludir a los antecedentes en


los que se apoya la dinámica probatoria. En este sentido, los medios son definidos como toda
cosa, hecho o acto que sirve por sí solo para demostrar la verdad o falsedad de una
proposición formulada en juicio; se dice que son los elementos que en un sistema jurídico se
consideran idóneos para producir la convicción del juzgador; nuestra jurisprudencia los ha
descrito como instrumentos destinados a proporcionar al juez conocimiento sobre los hechos
de que depende el derecho que debe declarar en la sentencia. El medio de prueba nacerá y
se formará en el proceso es lo adjetivo y formal.

Constituye el canal o el conducto a través del cual se incorpora el elemento de prueba al


proceso penal. Este mecanismo se encuentra regulado de modo expreso en la ley, de tal
suerte que encontraremos medios de prueba documental, testimonial o pericial es la
regulación legal acerca del testimonio, la obligación de atestiguar, citación, forma de
declaración, etc.

Órgano de prueba
Es la persona, documento u objeto que lleva al juez el conocimiento del medio de prueba
siendo el intermediario entre los hechos y el juez con lo cual se obtiene el esclarecimiento de
la verdad logrando el convencimiento del juez y fijación formal de las afirmaciones de las
partes.

Este será, entonces, el sujeto intermediario entre el objeto de prueba y el juez, que no son
otros que el testigo de conocimiento accidental de los hechos que juzgan y el perito que
conoce de los hechos por mandato jurisdiccional, la persona del testigo que aporta el
elemento de prueba, y lo transmite al proceso mediante sus dichos mediante sus
declaraciones.

Libertad probatoria y sus límites


Caferatta Nores (1998) citando a Vélez Mariconde manifiesta que la libertad probatoria “ha
sido caracterizado diciendo que en el procesal penal todo puede ser probado, y por cualquier
medio de prueba”. (p. 21)

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La libertad probatoria es la columna fundamental en el proceso penal acusatorio en la
actualidad. Se debe de entender que la libertad probatoria es el derecho que tiene las partes,
sea de acusar (en el caso de la Fiscalía) y de defenderse (prueba de descargo) para el
acusado dentro de un proceso penal, misma que puede considerarse de cualquier tipo de
prueba toda vez sea obtenida de manera legal y lícita y no contraria a las formas establecidas
en la normativa penal. La importancia de la libertad probatoria permite que las personas sean
juzgadas de manera correcta e imparcial.

La libertad probatoria nos permite que los sujetos procesales ofrezcan, proponga y se
diligencie cada uno de los medios probatorios que la ley faculta hacer uso, siempre y cuando
sea obtenido de manera lícita. En la práctica, se limita la libertad probatoria, es decir, que la
carga de la prueba y la libertad la tiene exclusivamente el Ministerio Público, y por
desconocimiento de los abogados que ejercen la defensa técnica, dejan en estado de
vulnerabilidad los derechos del acusado contemplados constitucionalmente.

En caso contrario, existen órganos jurisdiccionales en donde los derechos son vulnerados
hacia la víctima. En un caso particular suscitado en el departamento de Quetzaltenango, el
Juez contralor de garantías rechazó sin fundamento el dictamen pericial genético, en virtud
que éste último no se encontraba debidamente identificado, tal como lo establece el artículo
343 del Código Procesal Penal. Por ende, este tipo de acciones limitan la libertad probatoria,
la cual debe ser discutida y valorada en la etapa del juicio oral y público.

La libertad probatoria finalmente se traduciría en la intención de demostrar en el proceso


penal todo los hechos y circunstancias de interés para la adecuada resolución del caso
mediante cualquier medio de prueba permitido por la ley.

El Código Procesal Penal establece claramente cómo obtener, adherir y diligencias cualquier
clase de prueba, consistente en documentos, declaraciones testimoniales, peritajes científicos
al proceso penal, a efecto que el juez de garantías le confiera un valor probatorio.

De tal cuenta, la finalidad del proceso es establecer la verdad material sobre los hechos
delictivos, en pocas palabras, llegar a la verdad de los hechos, esto además de una serie de
métodos de investigación, de una hipótesis que debe ser respaldada por medio de la prueba.

El Código Procesal Penal en el artículo 182 establece que “(…) se podrán probar todos los
hechos y circunstancias de interés para la correcta solución del caso por cualquier medio de
prueba permitido”. Esto nos autoriza indicar que no cualquier medio de prueba o cualquier
método para su obtención son permitidos por la ley procesal.

Por ende, existen diversas limitantes que en cuanto al objeto, a los medios, a los órganos de
prueba y por último al método de adquisición de la prueba, desarrollándose de la siguiente
manera:

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Límites en cuanto al objeto
Dentro de esta limitante, el Módulo de la Prueba en materia penal del Instituto de la Defensa
Pública Penal establece que se debe entender que es inadmisible todo medio de prueba que
tenga como materia hechos distintos a los señalados en la acusación. El medio de prueba
debe referirse directa o indirectamente al objeto de la averiguación, (Art. 183 CPP).
(Menéndez, 2013)

Con base en lo señalado, damos un ejemplo: En el parricidio es pertinente la prueba que se


refiera al acto homicida o, a la filiación (prueba directa), o bien a las huellas dactilares del
acusado (prueba indirecta). En cambio, son ajenas al objeto de la averiguación penal, en
cuanto a la calificación del homicidio, otras relaciones de parentesco, no comprendidas en el
Art. 131 CP. (Menéndez, 2013)
Recordemos que la finalidad de la prueba, tal como lo indica Escobar Cárdenas en su obra
Derecho Procesal Penal en Guatemala, “creemos que el proceso penal en el Estado
democrático y social de Derecho y de Justicia debe servir en lo posible para hallar la verdad
material –histórica- de los hechos de manera que en juicio acusatorio sobre un delito
existente la condena recaiga en quien efectivamente es culpable y, que sea absolutoria
cuando la verdad se corresponda con la no culpabilidad del imputado”

Esta limitante concluye que la prueba debe encaminarse en cuanto a su objeto, es decir, que
debe de tener un fin, ¿qué es lo que probará en cada una de las etapas del proceso penal?
¿Es necesaria su incorporación y diligenciamiento para esclarecer el hecho objeto de la
investigación?

Límite en cuanto a los medios


Esta limitante no determina medios específicos para la prueba de materias determinadas. Es
por ello que en el artículo 185 del Código Procesal Penal establece que “además de los
medios de pruebas previstos en este capítulo, se podrán utilizar otros distintos, siempre que
no supriman las garantías y facultades de las personas reglamentadas en este Código o
afecten el sistema institucional.”

En el caso, de la Ley contra la Delincuencia Organizada, establece otro tipo de medio de


pruebas que no son contradictorias al Código Procesal Penal, tales son: la interceptación de
llamadas telefónicas y otros medios de comunicación. Esta limitante detalla que no existirá
limitante alguna si fuese contraria a las establecidas en la ley procesal, toda vez, que los
procedimientos estén plenamente establecido en ley.

Límites relacionados con los órganos de prueba


El Código Procesal Penal establece una serie de limitantes siendo esta la de los testigos,
perito e inclusive, el sindicado. Una de las excepciones es la que establece el artículo 212 del
Código Procesal Penal en el caso que los parientes en grados de ley tienen la potestad de
declarar o no por motivo de existir un lazo parental con uno de los sujetos procesales.

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En cuanto a los peritos, no pueden fungir como tales los que deban o puedan abstenerse de
declarar como testigos, (Art. 228. inc. 3º del Código Procesal Penal), esto al momento que
deban ratificar, modificar o ampliar el dictamen pericial emitido por el perito. Además, a estos
se les aplican las mismas reglas de excusa y recusación que a los jueces, reguladas en la
Ley del Organismo Judicial.

En cuanto al sindicado, ya conocemos de su derecho a guardar silencio, pero no hay que


olvidar que puede, si esa es su voluntad, convertirse en órgano de prueba y aportar al juez el
conocimiento que tenga del hecho que se le imputa.

En el caso de los testigos presenciales o referenciales, existe la limitante de carácter


constitucional de declarar dentro del proceso penal en contra de pariente, si lo deseare
previamente de hacerle de su conocimiento, el artículo 16 de la Constitución Política de la
República de Guatemala otorga ese derecho.

Límites en cuanto al método de adquisición de la prueba.


Entre los límites legales a la libertad probatoria, el que se refiere a los métodos de
averiguación de la verdad, debido a que nuestro proceso penal guatemalteco es garantista a
los derechos individuales, en virtud que en cuanto a la adquisición de la prueba debe basarse
en cuanto a una serie de principios que van desde la inmediación, contradicción, publicidad,
legalidad, unidad e idoneidad, esto con efecto de que las pruebas recolectadas no sean de
carácter ilícito y se vulneren varios derechos fundamentales de la persona, la cual es
sometida al proceso penal por parte del ente investigador (Ministerio Público).

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CONCLUSIONES

En los elementos de la prueba sirven para que los hechos afirmados o articulados en la
demanda o proceso que se ventila sean admitidos por un juez para que con ellos se busque
la convicción verdadera del juzgador sobre los acontecimientos; permitiéndole decidir a través
del raciocinio dentro de un proceso. Teniendo las partes la libertad para poder ofrecer dichos
medios para la demostración de sus pretensiones siempre y cuando sean adecuados para
producir la convicción del juzgador.

La importancia de la prueba en el proceso penal es trascendental, porque si bien es una


utopía afirmar que llegamos a conocer la verdad del hecho en toda su plenitud, si podemos
aproximarnos a una verdad real que nos permita tener indicios de que una persona acusada
de un hecho delictivo es responsable o inocente del delito que se le atribuye. Por otra parte,
es lógico también que, quien acusa a otro de haber cometido un hecho ilícito, deba probar su
afirmación; luego, una investigación cuidadosa en torno al hecho y sus circunstancias, sobre
la voluntad del autor o partícipe en relación al resultado e intención, proporcionará los
elementos de convicción necesarios, primero para dar pie al procesamiento, luego a la
acusación y por último a la absolución o en su caso a la condena de quien resulte
responsable de un delito. Sin investigación no podemos hablar de prueba y sin prueba nunca
habrá juicio donde se absuelva o condene al culpable de la comisión de un hecho delictivo
que se pretenda juzgar.

Podemos entender entonces, que todos los elementos de la prueba sirven para que los
hechos afirmados o articulados en la demanda o proceso que se ventila sean admitidos por
un juez para que con ellos se busque la convicción verdadera del juzgador sobre los
acontecimientos; permitiendo decidir a través del raciocinio dentro de un proceso.

Teniendo las partes la libertad para poder ofrecer dichos medios para la demostración de sus
pretensiones siempre y cuando sean adecuados para producir la convicción del juzgador. La
importancia de la prueba en el proceso penal es trascendental, porque si bien es una utopía
afirmar que llegamos a conocer la verdad del hecho en toda su plenitud, si podemos
aproximarnos a una verdad real que nos permite tener indicios de que una persona acusada
de un hecho delictivo es responsable o inocente del delito que se le atribuye. Por otra parte,
es lógico también que, quien acusa a otro de haber cometido un hecho ilícito, deba probar su
afirmación; luego, una investigación cuidadosa en torno al hecho y sus circunstancias, sobre
la voluntad del autor o partícipe en relación al resultado e intención, proporcionará los
elementos de convicción necesarios, primero para dar pie al procesamiento, luego a la
acusación y por último a la absolución o en su caso a la condena de quien resulte
responsable de un delito. Sin investigación no podemos hablar de prueba y sin prueba nunca

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habrá juicio donde se absuelva o condene al culpable de la comisión de un hecho delictivo
que se pretenda juzgar. Por lo que prueba es el conjunto de razones que resultan del total de
elementos introducidos al proceso y que le suministran al juez el conocimiento sobre la
existencia de los hechos que conforman el objeto del juicio y sobre el cual debe decidir.

De esa cuenta, órgano de prueba es aquella persona que actúa como elemento intermediario
entre el objeto de prueba y el Juez; el medio de prueba el procedimiento a través del cual se
obtiene la prueba y se ingresa en el proceso, el objeto de prueba lo que puede ser probado,
aquello sobre lo cual debe o puede recaer la prueba, incluyéndose dentro de estos los hechos
o circunstancias, así como las evidencias materiales. Cabe mencionar que la confesión del
sindicado en el actual proceso penal vigente en Guatemala no tiene pleno valor probatorio, ya
que constituye únicamente un indicio que no puede ser sometido a ninguna clase de
coacción, amenaza o promesa para que declare contra sí mismo. Por lo que resulta de suma
importancia poder dentro de un proceso penal aportar acorde a la ley todos los elementos que
puedan coadyuvar como medios probatorios para que el juez condene o absuelva.

Se concluye que, a través del estudio sobre la prueba, se trata de definir qué es la prueba, su
finalidad y su valoración dentro de un proceso penal, las cuales conlleva respetar una serie de
principios y garantías fundamentales que van desde lo constitucional a lo procesal, esto con
el fin de esclarecer los hechos ilícitos que una persona realizó en contra de la ley penal.

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REFERENCIAS

Cafferata Nores, J. I. (1998). La Prueba en el Proceso Penal. Buenos Aires – Argentina.


Ediciones De Palma. 4ª edición actualizada y ampliada.

Cafferata Nores, J. I., Maier, J. B., Ibáñez, P. A., & Guariglia, J. E. (1996). Valoración de la
Prueba. Ciudad de Guatemala: F&G Editores

Cárdenas, F. E. (2018). El Derecho Procesal Penal en Guatemala. Ciudad de Guatemala:


Litografía e Imprenta Optima.

Florian, E. (s.f.). Pruebas Penales.

Herrarte, A. Derecho Procesal Penal, el Proceso Penal Guatemalteco. Guatemala; Ed. Centro
Vile 1,989.

Mixán Mass, F. Teoría de la Prueba. Trujillo – Perú. Editorial BLG. 1992. p. 180.

Menéndez, R. A. (2013). La prueba en materia penal. Ciudad de Guatemala: UNIFOCADEP.

Palacio, L. E. (2000). La Prueba en el Derecho Penal. Buenois Aires, Argentina: Editorial


Abeledo-Perrot.

Probatoria en el Proceso Penal. Barcelona – España. José María Bosch Editor. 1997. P. 17.

Legisgrafía

Constitución Política de la República de Guatemala

Código Procesal Penal

Diccionarios
Diccionario de Derecho Procesal Civil

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LA ACTIVIDAD PROBATORIA Y LOS MEDIOS COERCITIVOS AUXILIARES DE LA
ACTIVIDAD PROBATORIA

Lic. Noé David Girón Meoño


Licda. Sonia Orquídea Hernández Armas

INTRODUCCIÓN
Todo sistema de justicia penal conlleva dentro de sus funciones principales y auténticas, “la
actividad probatoria,” considerada esta como una actividad de los sujetos procesales que
intervienen en el proceso penal, principalmente en esta actividad se destaca la recepción,
producción y valoración de los elementos que componen la prueba material. En nuestra ley
penal adjetiva esta actividad es desarrollada especialmente por el Ministerio Público, jueces,
policías, abogados, peritos.

La actividad probatoria como su nombre lo indica, tiene la finalidad de arribar al


descubrimiento de la verdad de un hecho imputado como delito, por ello, la justicia es un
producto cultural establecido por las condiciones históricas y socio-políticas que se
encuentran en la comunidad jurídica que la práctica.

Anteriormente, en Guatemala (sistema inquisitivo) no existía una actividad probatoria, en


virtud de que la mayoría de los casos solo con los medios de investigación recabados se
dictaba sentencia, desde la reforma del nuevo Código Procesal Penal esta actividad es
concebida como una función muy importante dentro del proceso penal, toda vez que
representa el esfuerzo que los sujetos procesales realizan e intervienen en un determinado
juicio.

En la actualidad, en el proceso penal guatemalteco, la fase de la investigación preliminar le


corresponde al Ministerio Público, como ente encargado de la persecución penal, le asiste
recabar toda clase de evidencias con la finalidad de fundamentar una buena acusación o
solicitar en su caso un sobreseimiento, o un archivo.

Actividad probatoria
Dentro del campo del Derecho, la actividad probatoria tiene sus inicios en el Código Procesal
Penal a partir del capítulo quinto en donde se desarrolla las disposiciones generales, en
consecuencia, el proceso penal guatemalteco está desarrollándose en un contexto puramente
de procedimientos en la obtención de la prueba como medio material para establecer la
verdad de hechos considerados como delictivos.

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A criterio de Vélez Mariconde, prueba es “todo acto objetivo que se incorpore legalmente al
proceso, capaz de producir un conocimiento cierto probable acerca de los extremos de la
imputación” (p. 201)

La actividad probatoria contiene dentro de su ámbito jurídico principios procesales que la


hacen más efectiva, entre estos, el de inmediación procesal como lo establece el artículo 354
de la ley procesal guatemalteca, indicando que el debate se efectúa con la presencia de los
jueces, fiscales y defensores y demás partes y sus mandatarios; el de publicidad, sin
embargo, el tribunal puede decidir que el juicio se realice a puertas cerradas; el de oralidad
que establece que sólo tendrá valor probatorio para fundamentar la sentencia lo producido en
el debate ante el tribunal de sentencia.

En torno a esta actividad puramente procesal, para que un elemento pueda ser considerado
como prueba, hace falta que efectivamente se haya realizado una mínima actividad probatoria
de la que pueda deducirse culpabilidad del acusado o su inocencia, desarrollándose dicha
actividad dentro del tribunal penal.

A criterio de Cafferata Nores, en materia penal,


“La actividad procesal probatoria debe “procurar la verdad sobre la culpabilidad;” o sea
“La verdad sobre los hechos de la imputación” sobre ciertas condiciones personales del
imputado relevantes para la calificación legal o individualización de la pena y sobre la
falsedad de las circunstancias eximentes o atenuantes de la responsabilidad penal
invocadas por aquel” (p. 122)

Dentro del contexto de la actividad probatoria giran diferentes teorías, por ejemplo:

Que la actividad probatoria en el proceso penal está constituida por la actuación que realizan
dentro del proceso todos los sujetos procesales, entre estos: El Ministerio Público, el
imputado, las partes civiles, querellante adhesivo, abogados defensores y la realizada por el
órgano jurisdiccional.

Además, el principio de libertad probatoria determina que todos los hechos se pueden probar,
así como las circunstancias que por cualquier medio de prueba permitido legalmente se
constituya en el proceso penal.

Para el efecto Jáuregui señala que: “La actividad probatoria está constituida por la actuación
que realizan dentro del proceso todos los sujetos procesales, (Ministerio Público, imputado,
partes civiles) con el fin de establecer la exactitud o inexactitud de los hechos objeto del
proceso.” (p. 302)

El Ministerio Público como ente de la persecución penal actúa en defensa de la sociedad,


procurando ante los tribunales el interés social, no detenta con exclusividad la acción penal ni
la monopoliza, simplemente la comparte con la ciudadanía y las víctimas. En la actividad
probatoria su actuación se rige por el principio de legalidad.

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Como parte sui generis tiene facultades de solicitar o requerir al juez o tribunal, pero siempre
estará sometido a la decisión del juez. Por ello, el Ministerio Publico dentro de la actividad
probatoria es considerado un promotor de la justicia encargado de acusar.
Momentos de la actividad probatoria

Los momentos de la actividad probatoria son: el ofrecimiento, la admisión, el diligenciamiento


y la valoración.

Ofrecimiento
Una de las actividades propias del debate es el ofrecimiento de la prueba, la que consiste en
la indicación concreta de los medios de prueba que las partes presentarán para fundamentar
sus respectivas tesis dentro del juicio oral y público, sin embargo, el Código Procesal Penal
en el artículo 348 puede ordenar de oficio o a pedido de parte una investigación
suplementaria dentro de los ocho días señalados a fin de recibir declaración a los órganos de
las partes.

Admisión
Refiere cuando el tribunal examina las pruebas ofrecidas y luego las admite, disponiendo las
medidas para su recepción, ejemplo: la citación de testigos, peritos, interpretes, pudiendo en
todo caso dicho tribunal rechazar pruebas que sean ilegitimas, impertinentes o
sobreabundantes.

Diligenciamiento
El diligenciamiento o producción de la prueba se da en el debate, sin embargo, este se puede
adelantar como en el caso del anticipo de prueba, en el que se lleva a cabo la práctica de la
prueba que no es posible diligenciar en el debate porque las personas que, por algún motivo
u obstáculo difícil de superar, se presuman que no pueden asistir al debate, como sucede en
el caso de algunos testigos.

Según el Código Procesal Penal, el diligenciamiento de la prueba dentro del debate obedece
a la observancia de los principios fundamentales de la prueba como lo son: la inmediación,
publicidad, contradicción y oralidad.

Valoración
La valoración de la prueba comprende un momento procesal importante para el tribunal y
para las partes, pues es en este momento donde los juzgadores aplican la sana crítica
razonada, resolviendo por mayoría de votos, cuya resolución será sobre una condena o una
absolución.

El ofrecimiento de la prueba
Es una de las actividades propias de la preparación del debate, que consiste en la indicación
concreta de los medios de prueba y que las partes usarán para fundamentar y comprobar sus
respectivas tesis dentro del juicio oral y público.

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Es necesario señalar que el Código Procesal Penal admite el anticipo de prueba, regulado en
el artículo 348 que estipula que el tribunal puede ordenar de oficio o a pedido de parte, una
investigación suplementaria a efecto de recibir la declaración a los órganos de prueba, que
por algún obstáculo difícil de superar, se presuma que no podrán concurrir al debate,
adelantar las operaciones periciales necesarias para informar en él, o llevar a cabo los actos
probatorios que fueren difícil de cumplir en la audiencia.

En la actividad probatoria dentro del debate el objeto de la prueba está constituida por el
material fáctico, incierto en cuanto a su conocimiento y que como tal puede y debe probarse,
cuya finalidad es la de declarar la existencia o inexistencia sobre el asunto que se somete a
decisión.

Por ello, en el ámbito del Derecho, la actividad probatoria está íntimamente ligada al principio
de la libertad de la prueba, que significa que todo hecho puede ser probado, por cualquier
medio de prueba.

Recepción de la prueba
Dentro del desarrollo del debate después de la declaración del acusado, el presidente del
tribunal procede a recibir la prueba en el orden señalado, salvo que considere oportuna su
alteración, entre ellos a peritos, testigos.

Es oportuno señalar que dentro de la actividad probatoria el tribunal podrá limitar los medios
de prueba ofrecidos para la demostración de un hecho o una circunstancia, en virtud de que
resultasen manifiestamente abundantes.

Medios coercitivos auxiliares de la actividad probatoria


Los medios coercitivos no son más que instrumentos jurídicos que utiliza el juez para
asegurar una actividad probatoria acorde al momento procesal que se está desarrollando, en
estas fases se producen restricciones de derechos personales al imputado, un ejemplo de ello
lo constituye la restricción que sufre un imputado que elude la acción de la justicia o bien que
entorpezca las acciones judiciales.

Dentro del ámbito de la actividad probatoria el Ministerio Publico como ente encargado de la
persecución penal tiene una relevante participación en cuanto a diligenciar medios coercitivos
tales como lo establece el artículo 319 del Código Procesal Penal en la que puede exigir
informaciones de cualquier funcionario o empleado público, emplazándolos conforme a las
circunstancias del caso y practicar por si o hacer practicar por funcionarios y agentes
policiales cualquier clase de diligencias.

Citación del sindicado


Otro de los medios coercitivos de la actividad probatoria lo constituye la citación del sindicado
cuando este se declara en rebeldía, el artículo 255 de la Ley procesal establece que cuando
fuere necesaria la presencia del sindicado se dispondrá su citación o conducción.

63
Aprehensión policial como medio coercitivo de la actividad probatoria.
También la aprehensión por parte de la policía cuando se sorprende a alguien en flagrancia
en la comisión de delitos, buscándose que al momento de cometerse el delito se pueda
obtener resultados como huellas, instrumentos que coadyuven al proceso.

Prisión preventiva
Se podrá ordenar la prisión preventiva del sindicado cuando exista información sobre la
existencia de un hecho delictivo y motivos racionales suficientes para creer que el sindicado
lo ha cometido o participado en él. Por ello, la ley también señala que la libertad es un
derecho que no debe restringirse, sino en los límites indispensables que aseguren la
presencia del imputado en el proceso.

Si bien podemos observar la actividad probatoria marca diferentes restricciones y medios


coercitivos para desarrollar un trabajo acorde al proceso penal y al servicio de la justicia.

Sin embargo, en la legislación procesal guatemalteca existen medios de prueba que


necesitan autorización judicial, algunos de ellos lesionan derechos fundamentales de los
ciudadanos y son admitidos por juez competente.

La Constitución Política de la República contiene los derechos individuales, entre estos


tenemos la inviolabilidad de la vivienda, de correspondencia y documentos, protección al
derecho de propiedad. Sin embargo, el juez tiene la facultad de afectar estos derechos
cuando se encuentran vestigios de delitos que afecten a la sociedad.

A criterio de Bedoya: “Es conveniente resaltar que las exigencias argumentativas no


obedecen a un capricho del legislador sino a la intención de brindar una protección más
amplia a los derechos fundamentales que pueden verse afectados con este tipo de
procedimientos” (p. 47)

Al tenor de lo que dicta la ley procesal y para asegurar los resultados de los esfuerzos que
realizan las distintas autoridades y en común acuerdo con la actividad probatoria se realizan
restricciones a las personas con la finalidad de mantener y garantizar la conservación de las
pruebas.

Consecuentemente, la actividad probatoria trae momentos procesales como cuando durante


el juicio los sujetos procesales pueden presentar sus pruebas y contradecir su sentido y valor
(principio de contradicción) produciéndose la prueba de manera concentrada, realizando de
manera tal que el público en general puede presenciarlo (principio de publicidad) Entonces, la
actividad procesal comprende momentos procesales donde se prueban los hechos y la
responsabilidad penal del procesado.

Es oportuno destacar que los medios coercitivos de la actividad probatoria persiguen dentro
de sus objetivos fortalecer el proceso penal y por ende ser un mejor instrumento o
procedimiento para facilitar la realización de una justicia pronta y cumplida.

64
En relación al uso de sus facultades coercitivas el Ministerio Público tiene la potestad de
exigir a cualquier funcionario público, emplazándolos conforme a las circunstancias del caso,
y a practicar por si o hacer practicar por funcionarios y agentes policiales cualquier clase de
diligencias.

Jurisprudencia de la Corte de Constitucionalidad en relación a la actividad probatoria.


La Corte de Constitucionalidad en relación a la actividad probatoria ha emitido diversas
sentencias, como se expone a continuación:

Expediente acumulado No. 3669-2012


Dentro de los antecedentes del Amparo, la actividad probatoria se determina a través de su
interposición, y dentro de estos el acto reclamado en la que la autoridad objetada en la
audiencia de ofrecimiento de prueba, se rechazaron los medios probatorios ofrecidos en el
proceso incoado en contra de los sindicados por el delito de Maltrato contra personas
menores de edad y agresión sexual con agravación de la pena en forma continuada.

En dicho expediente en relación a los hechos que motivan el amparo y de lo expuesto por el
postulante y las constancias procesales se resume la actividad del juez de Primera Instancia
Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de Guatemala, en cuyo
proceso el postulante ofreció una serie de elementos de prueba.

Expediente No. 244-2019 Apelación en Sentencia de Amparo.


En este expediente se examina la sentencia dictada por la Corte de Apelaciones del ramo
Penal en materia tributaria y aduanera, constituida en tribunal de Amparo.

Dentro de los antecedentes y en relación al Acto reclamado, el juez de Primera Instancia del
Ramo Penal en materia tributaria y aduanera declaró sin lugar el recurso de reposición
instado contra el auto que denegó el señalamiento de audiencia de discrepancia promovida
por el postulante dentro del proceso penal tramitado en defraudación tributaria.

Como se puede apreciar dentro de las violaciones que se denuncian están los derechos de
defensa y una tutela judicial efectiva y el debido proceso, por lo que los hechos que motivan
en amparo vemos que la actividad probatoria se manifiesta a través de la producción del
hecho reclamado, pues ante él donde se tramita dicho proceso y dentro de la fase de
investigación el ente investigador (Ministerio Público) solicito realizar una pericia contable y
financiera del auto de mérito.

Ante la decisión el amparista interpuso recurso de reposición y de los agravios que reprocha
el acto reclamado señalo que la autoridad cuestionada vulneró los principios enunciados.

Caso Mirna Mack Chang


Otro caso de actividad probatoria es en relación al delito de asesinato en el caso Mirna Mack,
donde quedo establecida la responsabilidad del encausado en los hechos del proceso, donde

65
los litigantes y Ministerio Público presentan pruebas (directas e indirectas,) en los que se
infiere los hechos probados.

Acá la actividad probatoria se circunscribió a la existencia del delito que quedo establecido en
el reconocimiento post morten con el protocolo de la necropsia y la certificación de defunción
y las declaraciones testimoniales de muchos testigos en la cual el tribunal de Segunda
Instancia confirmó en su totalidad la sentencia condenatoria apelada. El Juzgado Tercero de
Sentencia Penal declaró que Noel de Jesús Beteta Álvarez, es penalmente responsable como
autor del delito de asesinato en contra de la vida de Mirna Mack Chang.

Como se puede apreciar para arribar a una conclusión los órganos jurisdiccionales
correspondientes hicieron una serie de análisis de los medios probatorio los cuales se
traducen en una actividad probatoria, cuya averiguación lícita de la verdad garantizó una
sentencia penal justa.

66
CONCLUSIONES

La actividad probatoria dentro y fuera del debate constituye un eje fundamental y se considera
un momento importante del proceso penal en el cual los sujetos procesales en conjunto con el
órgano jurisdiccional deben realizar un análisis razonable y crítico sobre los elementos
probatorios. En consecuencia, la actividad probatoria es la columna vertebral del proceso
penal.

El examen de mérito si bien es cierto lo realiza el respectivo juez o tribunal al momento de


tomar la decisión, siempre estará presidido de la actividad probatoria que las partes
presenten, traducidos en los alegatos sobre la veracidad o falsedad de las mismas.

Jueces y fiscales tienen distintas funciones en la actividad probatoria, el Ministerio Público


como auxiliar de la justicia propone elementos para facilitar los fallos judiciales, los jueces o el
tribunal facilitan y controlan la investigación, y elementos de prueba y deciden con base en los
requerimientos fiscales.

Una de las formas más trascendentales de la actividad probatoria es determinar de qué


manera el tribunal debe valorar las pruebas, siendo reconocidas por nuestra legislación el
sistema de la sana crítica razonada. Dentro de la misma actividad probatoria el juez puede
rechazar aquellas que considere súper abundantes, sin incurrir en prejuzgamiento o
arbitrariedad.

En la actividad probatoria, el objeto de la prueba está constituido por el material fáctico e


incierto en cuanto a su conocimiento y que como tal puede y debe probarse. Al Ministerio
Público como sujeto procesal le corresponde recabar elementos de prueba, determinar si
debe o no iniciarse proceso penal, solicitar la acusación, sobreseimiento o alguna manera de
desjudicializar el proceso.

La actividad probatoria dentro y fuera del debate es un presupuesto fundamental para el


ejercicio de la función jurisdiccional, debiéndose propiciar las condiciones que la garanticen.
Además, cualquier elemento de prueba que permita aportar información sobre los hechos que
se juzgan debe de estimarse que constituye parte de la actividad probatoria.

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REFERENCIAS

Álvarez, E. (2005) Teoría General del proceso. Guatemala. Ed. Centro editorial Vile.

Bedoya, L. (2008 ) “La Prueba en el Proceso Penal Colombiano” Colombia. Ed. Galería
Gráfica Compañía de Impresión.

Cafferata, J. (sin fecha) Proceso penal y verdad histórica en “cuestiones actuales sobre el
proceso penal, Buenos aires, Argentina.

Cafferata, J. (1998) La Prueba en el Proceso Penal. Buenos Aires. Ed. De Palma.

Jauregui, H. (2003) Manual de Derecho Procesal Penal, Tomo I. Guatemala. Ed. Serviprensa,
S.A.

Poroj., O. (2012) El Proceso penal Guatemalteco. Guatemala, 3era edición. Ed. Imprenta y
Litografía SIMEA

Poroj, O. (2003) Manual de Derecho procesal Penal. Guatemala. Ed. Serviprensa, .S.A.

Vivas, G. (1999) Manual de Derecho Penal 2. España. Ed. Alveroni

Vélez Mariconde, A. (1986) Tratado de Derecho Procesal Penal. Argentina. Ed. Lerner

Legisgrafía

Constitución Política de la República de Guatemala

Código Procesal Penal, decreto 51-92 del Congreso de la República

68
LA PERITACIÓN Y LAS PERITACIONES ESPECIALES

Licda. Kiara Veronissi Herrera Villagrán

INTRODUCCIÓN
Los avances tecnológicos, la ciencia y los descubrimientos científicos permiten un aumento
significativo de los peritajes y peritajes especiales en el procedimiento penal guatemalteco,
ofrecen grandes perspectivas probatorias y son de gran utilidad para valorar y explicar un
elemento de prueba, demostrar el nexo o vínculo que puede tener una prueba con el
supuesto responsable de la comisión de un hecho punible, precisar si los documentos son
alterados o falsificados, o en un caso de lesiones o muerte permite aclarar las causas que lo
provocaron; además constituyen un medio de prueba distinto, separado e independiente del
testigo. Los peritajes pretenden proporcionar al Juez los conocimientos científicos y
tecnológicos suficientes para resolver el juicio tomando en cuenta que en los peritajes el juez
encuentra su mayor grado de convicción para dictar una sentencia, pero sin que dicho
dictamen pericial le dé la sentencia misma, dado que estos no son vinculantes en virtud de
que el método de valoración de la prueba es con base al sistema de la sana critica racional y
de la misma, el juez no debe apartarse. Como bien se sabe, el juez es un jurista y no un
técnico o científico, por lo que únicamente tiene la obligación de tener conocimientos
eminentemente jurídicos lo que tiende a justificar, fundamentar o respaldar que el juez pueda
auxiliarse de un experto llamado perito, para que se pronuncie respecto a cuestiones de
hecho, mas no de cuestiones jurídicas. Cabe aclarar que el papel del perito no es el de
sustituir al juez, más bien es de asistirlo y ser un auxiliar de la justicia.

Noción general
Los peritajes y los peritajes especiales son trascendentales para determinar la
responsabilidad penal del sindicado y orientar al juez por medio del dictamen, a obtener una
sentencia. Actualmente son realizados y se han ido perfeccionando en función del gran
desarrollo, los avances y descubrimientos tecnológicos y científicos, por lo que cabe destacar
que a medida que la tecnología avanza y evoluciona permiten mayor objetividad a la prueba y
la posibilidad de que otros medios de prueba puedan ser utilizados y analizados permitiendo
así que en la actualidad se diluciden crímenes que en el pasado no se pudieron probar. En el
ámbito penal, la tecnología junto con conocimientos jurídicos, pueden aportar indicios para
encontrar culpables o salvar inocentes y con ello se resuelva la mayor parte de crímenes.

Antecedentes de la prueba pericial


Es importante destacar que la prueba pericial tiene sus antecedentes en el Derecho Romano,
y era utilizado para lograr la persuasión del juez y se hizo necesaria para el asesoramiento
del juez sobre áreas que este desconocía, pues la preparación del juzgador no puede
alcanzar todos los ámbitos del conocimiento científico y de la técnica. Hoy día, la prueba
pericial utiliza tanto novedades técnicas como científicas, por tal razón no pueden ser

69
realizadas sino por personas con pericia al respecto. En los últimos años se han venido
perfeccionando pruebas científicas como, por ejemplo: las de carbono 40, las de ADN, grupos
sanguíneos, entre otros, que son importantes en el campo del Derecho penal.

La pericia, el perito y la prueba pericial


Es menester previo a continuar con el desarrollo del presente ensayo tener una idea de estos
conceptos para una mejor comprensión del tema; en ese sentido, Muñoz Sabate, (1997)
indica que pericia proviene del latín peritia que a su vez significa experiencia, habilidad,
sabiduría, conocimiento en una determinada materia, (pág. 210) con dicha base en términos
generales puedo decir que es el medio de prueba a través del cual se procura obtener un
dictamen fundado, elaborado por personas especializadas en conocimientos determinados,
con la finalidad de descubrir y valorar un elemento de prueba. Por otra parte, quien cuenta
con esa pericia, recibe el nombre de perito, Jauchen (2000), agrega que no es más que la
persona física, especializada versada en una materia el cual es consultado para la resolución
de conflictos. No olvidemos que éste es auxiliar del juez en la administración de justicia.
Seguidamente, en cuanto al concepto de peritación, Cabanellas (1976) indica que no es más
que el trabajo o estudio que hace un perito. Florián (1982), agrega que se separa al testigo
del perito, pero este último se le considera casi como un juez.

Finalmente, como prueba pericial, Alvarez (1992), agrega que no es más que la
reconstrucción histórica o la aproximación de los hechos que constituyen el objeto del
proceso penal.

Efectivamente la prueba pericial como medio de prueba es trascendental en el proceso penal


toda vez que permite determinar con bastante certeza mediante previo análisis de indicios, si
una persona es o no responsable de la comisión de un hecho delictivo, por ello se puede
deducir que el fundamento de la existencia de la prueba pericial tiene su origen en que el juez
no puede saberlo todo por lo que generalmente dentro del proceso para esclarecer la verdad
de los hechos se requiere la intervención de una tercera persona, el cual por medio de un
dictamen pone de conocimiento al juez lo que este último desconoce. Es importante agregar
que no siempre se va a necesitar la intervención de un perito sino cuando existan extremos
que necesiten comprobarse mediante una ciencia, arte, técnica u oficio, al respecto Cafferata
Nores (1994), manifiesta que aun cuando el juez sepa sobre el tema, aunque esté, por sus
particulares conocimientos científicos, técnicos o artísticos, en condiciones de descubrir o
valorar por sí solo un elemento de prueba, únicamente si el común de la gente estuviera
también en condiciones de hacerlo podrá prescindir del perito. Ello debe ser así como
resultado de la vigencia de dos principios: el del contradictorio y el de la sociabilidad del
convencimiento judicial.

Procedencia de la peritación
En este sentido el artículo 225 del Código Procesal Penal establece que el peritaje puede ser
ordenado por el Ministerio Publico o por el tribunal de oficio o a petición de parte cuando para
obtener o valorar o explicar un elemento de prueba fuere necesario o conveniente poseer
conocimientos especiales en alguna ciencia, arte, técnica u oficio.

70
No rigen las reglas de la prueba pericial para quien declare sobre hechos o circunstancias
que conoció espontáneamente, sin haber sido requerido por la autoridad competente, aunque
para informar utilice las aptitudes especiales que posea. En este caso, rigen las reglas de la
prueba testimonial. Si se analiza detenidamente el primer párrafo se emplea el imperativo
“podrá ordenar” lo que se debe interpretar como una facultad, sin embargo, con la finalidad de
lograr obtener la verdad histórica de los hechos lo lleva a ordenar el peritaje y cuando el
examen requiere conocimientos especiales sin duda es un deber ordenar el peritaje, en virtud
de que el perito domina cuestiones empírico científicas de las cuales los jueces carecen. En
el primer párrafo también la ley faculta al juez, al Ministerio Publico, o a pedido de parte a
ordenar el peritaje, pero debe de tomarse en cuenta que la designación de los mismos es una
facultad exclusiva del órgano jurisdiccional y del Ministerio Publico. Como antecedente cabe
agregar que el sindicado tenía derecho a nombrar a su propio perito para que este llevara a
cabo el examen de la materia encomendada en colaboración con el perito que también
habían nombrado oficialmente. Con posterioridad nace la figura del perito contralor quien era
escogido por el sindicado y era llamado a defender el interés del sindicado al momento de
realizar la práctica pericial y al momento de conocerse el dictamen dentro del juicio.

Es de notar y resaltar que en dicha figura ya no hay imparcialidad y crean confusiones


respecto si podía ser recusado o no o si se le aplican los mismos impedimentos que a los
peritos oficiales. En la actualidad, el Código Procesal Penal para evitar las confusiones
mencionadas respecto al perito contralor, crea la figura del consultor técnico, que tiene
generalmente las mismas funciones asignadas al perito contralor, pero con la notoria
diferencia que se le cambia el nombre y sus funciones son más precisas lo que evita
confusiones con respecto al perito nombrado. En cuanto a la figura de los consultores
técnicos, el artículo 141 del Código Procesal Penal regula que si por las particularidades del
caso, alguna de las partes considera necesario ser asistida por un consultor en una ciencia,
arte o técnica, lo propondrá al Ministerio Publico o al tribunal, quien decidirá sobre su
designación, según las reglas aplicables a los peritos, en lo pertinente, salvo que sea
legalmente inhábil conforme a este código.

El consultor técnico podrá presenciar las operaciones periciales y hacer las observaciones.
En los debates podrá acompañar a quien asiste, interrogar directamente a los peritos,
traductores e intérpretes, y concluir sobre la prueba pericial, siempre bajo la dirección de
quien lo propuso. Bajo ese artículo es evidente que, el consultor técnico juega un papel
limitado y que además no es un órgano de prueba, pues la responsabilidad del dictamen
únicamente la tiene el perito. Es evidente que lo que busca la ley es cumplir con el principio
de igualdad procesal. Otro aspecto que cabe destacar es que históricamente los peritos se
colocaban en el mismo plano de los testigos, puesto que ambos cumplen su labor mediante
un diálogo con el juez; éste pregunta y tanto el perito como el testigo responden, a ello agrega
Carnelutti (1998), que la diferencia radica en que el testigo narra hechos y el perito expone
juicios. Se puede decir entonces que el testigo narra juicios formados fuera del proceso y el
perito juicios formados en el proceso.

71
Número de peritos aceptados en el proceso penal guatemalteco
Al respecto Devis Echandía (1976) indica que acerca del número de peritos es mejor un perito
único designado por el juez, que dos escogidos por las partes, y cuando el negocio sea de
poco valor es preferible un solo perito, para que el costo de la prueba no resulte
desproporcionado. A su vez, Cafferata Nores (1994), expone: Es posible, asimismo, la
designación aún de oficio, de otros expertos en caso de que haya informes, con discrepancias
fundamentales. Estos peritos nuevos podrán reexaminar y valorar los dictámenes, o hacer de
nuevo la pericia, si a criterio del juez fuera factible y necesario. A su vez, cada parte podrá
proponer otro perito legalmente habilitado a su costa”. En ese orden de ideas, en principio se
establece que bastará con que el juez designe un perito, salvo que estime que por la
naturaleza e importancia del caso o del examen sean más de uno. En ese sentido se puede
dar el caso que una vez practicada la pericia, en el supuesto de haberse designado más de
un perito, los informes discrepen fundamentalmente sobre las cuestiones esenciales relativas
a la solución de los puntos propuestos en este caso el juez podrá nombrar nuevos peritos, en
cantidad de uno o más según la complejidad del caso, los que renovarán el examen de ser
posible o en caso contrario emitirán su dictamen en base a los resultados de los informes
anteriores. El nombramiento de nuevos peritos se notificará a las partes, las que
nuevamente cuentan con el derecho de proponer perito a su costa para que asista al nuevo
examen. En cuanto al número de peritos es de notar que la norma es bastante flexible en
cuanto a la cantidad de los mismos, pudiendo para cada caso y dependiendo la complejidad
del caso proponer cierto número de peritos, siempre que sea razonable y suficiente para la
realización del estudio objeto del peritaje, caso contrario puede limitarse el número de los
mismos, cuando lo situación no lo amerite.

Condiciones para ser perito


Deberán ser titulados en la materia a que pertenezca el punto sobre el que han de
pronunciarse, siempre que la profesión, arte o técnica estén reglamentados. Si por obstáculo
insuperable no se pudiera contar en el lugar del procedimiento con un perito habilitado, se
designará a una persona de idoneidad manifiesta. Al respecto Cafferata Nores (1994) indica:
“Para ser perito se exige capacidad, idoneidad y conducta, y estar inscrito en las listas
oficiales”. (p. 49)

Hoy día, en mi corta experiencia he tenido la oportunidad de verificar que en la práctica


algunos peritos son empíricos tal es el caso de los peritos que emiten dictámenes técnicos en
balística, planimetría, personas que sin lugar a duda por la práctica que tienen, los diplomas
conferidos en el extranjero, tiene respaldo toda vez que Guatemala no hay un grado
académico o título que lo faculte y algunos no siempre pertenecen al Instituto Nacional de
Ciencias Forenses, en este sentido, la Corte de Constitucionalidad en cuanto a la condición o
idoneidad para ser perito en el expediente 1320- 2020 ha manifestado que un perito no
necesariamente tiene que ser parte del Instituto Nacional de Ciencias Forenses para que
pueda dársele intervención dentro del proceso, lo que se debe establecer es que pueda ser
titulado en la materia a que pertenezca el punto sobre el que ha de pronunciarse y que para
poder establecer la idoneidad y los conocimientos del perito se debe establecer sobre qué
puntos se desea que verse concretamente.

72
Actuación del perito, obligaciones y derechos
Seguidamente para que la peritación tenga validez se tendrán que tomar en cuenta algunos
pasos tal como la aceptación y toma de posesión del cargo, así también tener capacidad para
poder asumir el cargo de perito, tal como se detalla a continuación.

En cuanto a la actuación del perito éste tendrá el deber de aceptar y desempeñar fielmente el
cargo, salvo que tuviere legítimo impedimento, en cuyo caso deberá ponerlo en conocimiento
del tribunal al ser notificado de la designación. Los peritos aceptarán el cargo bajo juramento;
es de agregar que en virtud que en la aceptación del cargo los peritos ya han prometido
desempeñar el cargo con apego a la ley, es que no se les juramenta con posterioridad. Es
importante que el perito tenga presentes y claras sus obligaciones y derechos como tal y así
garantizar que en su intervención se dirigirá con seriedad, rectitud, y siempre teniendo en
cuenta que quien sea designado como perito tendrá el deber de aceptar el cargo, el perito
tiene la obligación de desempeñar fielmente el cargo y si a consecuencia de su mal y
deficiente desempeño en la pericia no fuere apegado a las obligaciones, el juez está facultado
para corregir con medidas disciplinarias dicha negligencia u omisión. Tiene derecho al cobro
de honorarios por su actuación de acuerdo a lo acordado por la Corte Suprema de Justicia,
salvo que labore en un organismo oficial. En ese caso, el técnico que realiza la pericia ya está
remunerado en su salario ordinario.

Incapacidad o impedimento para ser perito


El artículo 228 del Código Procesal Penal establece las incompatibilidades siguientes:
quienes no gocen de sus facultades mentales o volitivas, los que deban o puedan abstenerse
de declarar como testigos, quienes hayan sido testigos del hecho objeto del procedimiento,
los inhabilitados en la ciencia arte o técnica de que se trate, quienes hayan sido designados
como consultores técnicos en el mismo procedimiento o en otro conexo. El Código Procesal
Penal establece que los peritos podrán excusarse o ser recusados por los impedimentos
citados, así como por las causas de excusa, impedimento o recusación fijadas para los
jueces.

Dictamen pericial
Un aspecto muy importante dentro del tema del peritaje una vez realizado este, es lo relativo
al dictamen pericial, el cual es definido por Nieva Fenoll, como “el acto procesal emanado del
perito designado, en el cual, previa descripción de la persona, cosas o hechos examinados
relaciona detalladamente las operaciones practicadas, sus resultados y las conclusiones que
de ellos derivó conforme a los principios de su ciencia, arte o técnica”. (p. 19) Es de agregar
que es el dictamen lo que constituye el medio probatorio que viene a representar la
declaración de conocimiento que hace el perito. En la práctica es de notar que la ponderación
de los dictámenes suele pesar, aunque no debiera de ser así, según las diferencias de grado
facultativo o académico de los peritos y ello aumenta el grado de convicción del dictamen
emitido.

73
Forma del dictamen pericial
Se presentará por escrito, firmado y fechado. Si la presentación del mismo se da en
audiencia, podrá presentarse oralmente, según lo disponga el tribunal o autoridad ante quien
se ratifique. En cualquier caso, no hay impedimento para que el dictamen se dé en ambas
formas. El dictamen efectivamente podrá ser expresado oralmente o por escrito. La primera
modalidad corresponderá cuando la pericia sea sencilla y pueda hacérsela inmediatamente
de ordenada, aunque su utilidad se advertirá quizá con mayor nitidez en el caso de
ampliación o aclaración de las conclusiones originarias. El dictamen escrito en cambio, es
propio de las pericias más complicadas, que requieren un tiempo de elaboración. Es factible
combinar ambas formas cuando, por ejemplo, los peritos que dictaminaron por escrito en la
instrucción son citados a declarar en el juicio.

En este último caso, si se tratara de una causa de prueba compleja o el tribunal lo estimare
conveniente el secretario resumirá en el acta del debate, la parte sustancial del dictamen que
se deba tener en cuenta. También podrá ordenar su grabación versión taquigráfica. En caso
de concurrencia de varios peritos, el acuerdo entre todos autoriza un dictamen común, en
caso contrario, lo harán por separado.

Peritajes especiales
Estos dependerán de la evidencia física encontrada en una determinada escena del crimen
que se tenga que analizar con el fin de individualizar al delincuente, a la víctima, autores,
coautores o coparticipes y reconstruir la forma en que ocurrieron los hechos. Dado lo
anterior, habrá tantos tipos de peritajes como clases de evidencias existan en un hecho
determinado. En ese sentido, el Código Procesal Penal guatemalteco considera peritaciones
especiales las siguientes: a) Autopsia; b) Peritación en delitos sexuales; c) Cotejo de
Documentos; y, d) Traductores e intérpretes.

Autopsia
Para determinar la causa de la muerte violenta o sospechosa de criminalidad, es necesaria
que se practique la necropsia, aun cuando de la simple inspección exterior del cadáver pueda
resultar evidente. Al ordenarse esta diligencia, también se puede requerir que en la misma se
determinen otras cuestiones adicionales tales como: la oportunidad y circunstancia del
deceso, sin embargo, de forma excepcional y bajo su responsabilidad, el juez podrá ordenar
la inhumación sin autopsia cuando aparezca de forma manifiesta e inequívoca la causa de la
muerte. La orden de la autopsia puede ser emitida tanto por el juez como por el Ministerio
Público. Las autopsias pueden practicarse en los hospitales y centros de salud del Estado, así
como en los cementerios públicos o particulares. En casos urgentes y especiales, el juez, de
oficio o a pedido del Ministerio Público, puede ordenar que se practique en otro lugar
adecuado. No bastará para el fiscal que se establezca la causa final de la muerte, es
importante determinar el estado en el que se encontró al occiso, si presentaba lesiones o no,
como se produjeron estas y quien pudo haberlas producido y con qué instrumento. Para que
la autopsia, proporcione la mayor cantidad posible de información es necesario que el fiscal o
investigador que participó en la diligencia del levantamiento del cadáver ponga en
conocimiento del médico forense los datos que ha logrado tomar en la escena del crimen y la

74
noticia que tiene acerca de la forma como ocurrieron los hechos, así como darle una
orientación sobre qué información requiere. (Ministerio Público, p. 143).

Peritación en delitos sexuales


Estos integran una de las especies más frecuentes en el contexto social, cuya incidencia
tiende a incrementarse y pese a ello, la legislación dedica nada más un artículo del apartado
peritaciones especiales. Dicho tema es extenso e interesante e involucra indistintamente a
hombres, mujeres y niños, y se identifica con varios enunciados relacionados intrínsecamente
con la medicina forense, tales como: atentados al pudor, a las costumbres, delitos como
violación, las perversiones sexuales, impotencia sexual, esterilización, aborto, embarazo,
paternidad, y todo lo que tiene que ver con el instinto sexual normal o anormal. Para el
examen médico en caso de delitos sexuales, existe un requisito indispensable y es que debe
de contarse con el consentimiento de la víctima, en caso de ser menor de edad el
consentimiento lo otorgarán sus padres o tutores, guardador, custodio. A falta de los
anteriores lo otorgará la Procuraduría General de la Nación. Al respecto Silvia Melero (1970),
agrega que en estos casos es de suma importancia la recolección inmediata de las
evidencias; por lo que será necesario entonces enviar al instante para su análisis los
pantalones, calzones u otras prendas del imputado y de la víctima, con el objeto de establecer
la existencia de restos de esperma, flujo vaginal o manchas hemáticas. Asimismo, se
someterá a peritación la persona de la víctima con el objeto de analizar, lesiones o
excoriaciones en los muslos, ano u órganos genitales, así como las uñas, con el objeto de
localizar residuos de piel del agresor u otros rastros.

Cotejo de documentos
Este debe realizarse por peritos, el cual no sólo abarca la posible atribución a una persona de
manuscritos o firmas, sino también, la clase y calidad de tinta utilizada, su antigüedad o la del
papel. Asimismo, se comprobará que no existan alteraciones sobre el documento (por
ejemplo, aumentar un cero a una cifra o transformar un uno en un siete), tachaduras,
borraduras mecánicas o químicas. Los documentos privados se utilizarán si fueren
indubitados y podrá ordenarse su secuestro, salvo que el tenedor sea una persona que deba
o pueda abstenerse de declarar.

Traductores e intérpretes
Se establece que, si fuese necesaria la traducción o interpretación de un documento, el
Ministerio Público seleccionará el número de peritos intérpretes y se practicará la traducción.
Las partes podrán acudir con consultores técnicos y hacer las aclaraciones que estimen
pertinentes.

75
CONCLUSIONES

Por lo general. el criminal por muy audaz que parezca casi siempre deja algo en el lugar del
hecho y encontrar ese “algo” es el trabajo del grupo de especialistas expertos tales como:
criminalistas, médicos, expertos en balística, entre otros.

Los peritajes y las peritaciones especiales se realizan para poder aportar al proceso
conocimientos científicos, artísticos o técnicos que en cierto modo desconoce el juez o
tribunal, por lo que se incurre a la intervención de un tercero sin interés en el proceso llamado
perito, quien realiza la prueba pericial pertinente y emite el dictamen pericial que no es más
que la conclusión a la que ha llegado conforme a la solicitud de las partes; juega un papel
fundamental en el proceso penal, pues con su ayuda, el fiscal y el tribunal estudian los
hechos en una causa; con el objetivo de obtener aquellos elementos que del estudio de las
pruebas materiales y otros objetos pueda brindar el perito y así establecer nuevas
circunstancias.

Es importante resaltar que la diferencia entre el juez y el perito principalmente será que el
primero manda y el segundo aconseja; posteriormente el juez decide tomar o no el consejo
recibido ya que este no puede renunciar al juicio propio.

76
REFERENCIAS

Alvarez Julia, L. (1992). Manual de Derecho Procesal. Buenos Aires, Argentina: Editorial
Astrea.

Cabanellas, G. (1976). Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Buenos Aires, Argentina:


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Cafferata Nores, J. (1994). La Prueba en el Proceso Penal. Bueno Aires, Argentina: Ediciones
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Gráficos.

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Muñoz Sabate, L. (1997). Técnica Probatoria. Santa Fe, Bogotá, Colomibia: Editorial Temis
Sociedad Anónima.

Nieva Fenoll, J. (s.f.). Fundamentos de Derecho Penal.

Silvia Melero, V. (1970). La Prueba Pericial Tomo I. Madrid España: Revista de Derecho
Privado.

77
EL TESTIMONIO Y EL CAREO

Licda. Dalis Anabel Lapop Sosa


Licda. Stefany Licely Leiva Morales

INTRODUCCIÓN
El presente trabajo se dirige al análisis del órgano de prueba denominado testigo, cuyo
testimonio es fundamental en el proceso penal, así como al careo, los cuales se estudiarán en
el ámbito del proceso penal, tanto desde el punto de vista normativo como desde el doctrinal
y jurisprudencial Integrando los temas del testimonio con el careo, porque el primero es
condición sine qua non del segundo. Con el presente estudio logramos establecer la escasa
atención que los autores han prestado al tema del careo, el cual no es objeto de monografías
o artículos doctrinales, sino tan sólo de escasas menciones en manuales generales de
Derecho Procesal y en obras y artículos de Derecho probatorio, lo que contrasta con el
abundante tratamiento que el careo ha venido teniendo en la jurisprudencia, de la cual hemos
efectuado una selección lo más significativa posible, al objeto de facilitar la deseada utilidad
del presente trabajo, entendiendo el careo como carácter facultativo y oficioso porque el juez
puede no hacerlo por no encontrarlo necesario, debe iniciarse siempre por un medio
probatorio ya establecido como lo es el testimonio y sobre todo una contradicción que tiene
que ser relevante respetándose las garantías procesales y el sistema acusatorio, logrando
con ello las deducciones psicológicas del comportamiento de las personas que se carean y no
solo el testimonio o letra muerta y más aún en los casos excepcionales que establece la ley
de quienes rinden informe o testimonio bajo protesta, bajo esta primicia la información que
presentamos a continuación nos permitirá establecer la relevancia e importancia entre sí del
testimonio y el careo.

Definición de testimonio
Para Moreno Catena, citado por Poroj Subuyuj, testigo es: “La persona física en todo caso
ajena al proceso, citada por el órgano jurisdiccional a fin de que presente declaración de
ciencia sobre hechos pasados relevantes para el proceso penal, en orden a la averiguación y
constancia de la perpetración de los delitos con todas las circunstancias que pueden influir en
su calificación y la culpabilidad de los delincuentes, adquiriendo un status procesal propio.”

En el Manual del fiscal se hace referencia al testimonio, y en este se le define como: “La
declaración de una persona física, recibida en el curso del proceso penal, acerca de lo que
pudo conocer, por percepción de sus sentidos, sobre los hechos investigados, con el
propósito de contribuir a la reconstrucción conceptual del hecho.”
Calderón Maldonado en el Manual del Proceso Penal prescribe respecto al testimonio como:
“La declaración de una persona física recibida en el curso de un proceso penal, en relación a
lo que conoce sobre los hechos que se investigan o juzgan, lo que ha conocido a través de
sus sentidos y con el propósito de contribuir a la administración de justicia.”

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La sentencia de la Corte de Constitucionalidad de fecha dieciocho de mayo de dos mil
diecisiete, cita a La Rosa Sánchez, para definir lo que se debe entender por Testigo: “desde
el punto de vista etimológico proviene del latín “testis” hasta en su aspecto procesal, como la
persona que de manera directa presencia y puede de manera consciente dar testimonio de
los hechos acaecidos. También se designa a las personas que garantizan o comprometen su
palabra, asegurando la autenticidad de un documento o de la condición de una persona y
testimonio, será considerado como la declaración de un tercero sobre los hechos materia de
la Litis que sean de su personal y directa experiencial.”

Según Cafferata Nores, el testimonio por cuanto se trata de una consecuencia natural del
empleo de la palabra hablada como forma de comunicación entre los hombres, el testimonio
es un medio de prueba "tan viejo como la humanidad", y "el más antiguo, junto con la
confesión".

El mismo autor da una definición respecto al testimonio el cual prescribe: “es la declaración
de una persona física, recibida en el curso del proceso penal, acerca de lo que pueda
conocer, por percepción de sus sentidos, sobre los hechos investigados, con el propósito de
contribuir a la reconstrucción conceptual de éstos.”

Clasificación de los testigos


Martínez Carmelo, citado por Escobar Cárdenas expone sobre la clasificación de los testigos
de la siguiente manera: “a) Testigos directos. Son aquellos que conocen el hecho investigado
por conocimiento directo e inmediato, sin personas interpuestas; b) Testigos de referencia.
Son aquellos que conocen al hecho a través de otra u otras personas interpuestas que lo
fueron a su vez testigos directos o también de referencia. Agrega el citado autor que la
presentación de estos testigos puede acarrear ciertos riesgos, siendo estos los siguientes:
Para el descubrimiento del hecho. Por cuanto el testigo de referencia sólo conoce la parte del
hecho que le ha sido comunicada, no la totalidad del mismo toda vez que no lo ha
presentado. Para el control de la veracidad. Ya que el testigo directo que trasmitió la noticia
pudo perfectamente mentir al de referencia.”

Doctrinariamente Calderón Maldonado los clasifica en tres grandes grupos:


 los testigos que tienen algún conocimiento antes de los hechos “ante factum”,
 los que presencian los hechos “in factum o in facto”
 los que conocen circunstancias después de los hechos “post factum”.

Los que se eligen antes de los hechos son los que contribuyen para dar fe de un contrato que
debe llevarse a cabo entre las partes, de un acto que debe ser realizado. Pueden
denominarse instrumentales en cuanto que son llamados para dar fe, pero también incluimos
aquí aquellos testigos que declaran respecto a aspectos anteriores o previos como
antecedentes a los hechos.

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Los in facto son aquellos testigos presenciales de los hechos delictivos y finalmente los post
factum aquellos que declaran en relación a circunstancias que ocurren con posterioridad a los
actos delictivos.

Colin Sánchez, Guillermo citado por Escobar Cárdenas expone sobre el testigo técnico al cual
define diciendo: “Es el que prestan aquellas personas que conocen el hecho en virtud o con el
auxilio de sus conocimientos científicos o técnicos especiales y que, por consiguiente,
fundamentan su narración en esos conocimientos, además de sus percepciones. El
testimonio técnico no es solo posible, sino que en muchas ocasiones es conveniente o
indispensable para probar por ese medio un hecho determinado sin necesidad de recurrir al
dictamen de peritos, como las causas de la muerte de una persona que fueron conocidas por
la observación directa de un médico, o la clase de enfermedad que padeció y la calidad de
grave para excusar el cumplimiento de una situación.”

Respecto a esta clasificación es importante hacer mención un extracto de la sentencia de la


Corte de Constitucionalidad de fecha 18 de mayo del dos mil diecisiete expediente 682-2016
el cual prescribe respecto al testigo técnico de la siguiente manera: “el testigo es técnico
porque puede no solo relatar lo que ha adquirido por percepción de sus sentidos, sino
también incorporar a su dicho, la experiencia personal sobre aspectos técnicos propios de la
profesión u oficio.” Con la aclaración de no confundirse la calidad de testigo técnico con la
calidad de perito.

Con respecto a la citada sentencia se hace alusión a la misma porque se planteó Amparo a la
resolución de la jueza de Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos Contra El
Ambiente del Departamento de Escuintla, dentro de los actos reclamados está el haber
aceptado determinado medios de prueba ofrecidos por el Ministerio Publico referidos estos a
declaraciones testimoniales de ciertas personas con el objeto que expongan la verdad de
cuanto supieren y les fuere preguntado sobre el objeto de la investigación, el postulante en el
momento procesal oportuno planteo el recurso de reposición el cual le fue declarado sin lugar,
al ser declarado sin lugar el recurso acudió a la vida del amparo, interponiendo el mismo en la
sala cuarta de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal, Narcoactividad y Delitos Contra El
Ambiente constituida en tribunal de amparo, resolviendo improcedente el amparo, razón por
la cual se apeló la sentencia de amparo, confirmando la Corte la sentencia venida en grado,
estimando prematuro el mismo porque el recurso a interponer era la apelación especial por
motivo de forma.

Diferencias entre el perito y el testigo experto


Para Caza, citado por Escobar Cárdenas refiere “La distinción quizá más plausible entre un
perito y un testigo experto estriba en el hecho de que el primero posee un vasto conocimiento
sobre una determinada ciencia, arte, o técnica, gozan de una amplia e indiscutible experiencia
en la materia; mientras que el segundo, no obstante poseer conocimientos en una
determinada área, carece de la experiencia suficiente para ser reconocido como perito.”

80
Órgano de prueba
El vocablo prueba tiene varias acepciones es por ello importante señalar sobre que es un
órgano de prueba, qué relación tiene con el testigo y su relevancia dentro del proceso penal,
al hacer referencia a que es un órgano de prueba se cita a Pérez Ruiz quien indica “es el
sujeto que porta un elemento de prueba y lo trasmite al proceso; la persona intermediaria
como elemento entre el objeto de la prueba y el tribunal o el juez; o quien proporciona la
información a este último sobre lo que percibió del hecho o hechos objeto del proceso o del
juicio, la persona pudo haber adquirido el conocimiento de esa información de forma
accidental (testigos) o bien porque se lo requirió el Ministerio Público, el juez o el tribunal que
conociera sobre el mismo y diera su opinión experta sobre determinados puntos del hecho
(peritos).

Dicha declaración implica:


1) Exponer la verdad de cuanto supiere y le fuere preguntado sobre el objeto de la
investigación.
2) El de no ocultar hechos, circunstancias o elementos sobre el contenido de la misma.

Caffareta Nores, hace referencia al órgano de la prueba de la siguiente manera: “Órgano" de


prueba es el sujeto que porta un elemento de prueba y lo trasmite al proceso. Su función es la
de intermediario entre la prueba y el juez (por eso, a este último se lo considera órgano de
prueba). El dato conviccional que trasmite puede haberlo conocido accidentalmente (como
ocurre con el testigo) o por encargo judicial (como es el caso del perito). La ley regula su
actuación al ocuparse de los medios de prueba (al reglamentar la testimonial establece las
normas relativas al testigo)', y admite la posibilidad de que intervengan como tales tanto
aquellas personas que no tienen interés en el proceso (un perito) como las interesadas en su
resultado (el ofendido por el delito)'", sin perjuicio del especial cuidado que se debe guardar al
valorar los aportes de estas últimas.”

Idoneidad del testigo


Para ofrecer, presentar y escuchar a un testigo, es necesario que se investigue por los
medios pertinentes respecto a la idoneidad del testigo, especialmente sobre su identidad,
relaciones con las partes, antecedentes, clase de vida y toda la información al respecto,
según el artículo 211 del Código Procesal Penal, surge la interrogante podrá ser testigo una
persona que tiene antecedentes penales y policiacos, según artículo 22 de la Constitución
Política de Guatemala el cual prescribe: “Antecedentes Penales y Policiales. Los
antecedentes penales y policiales no son causa para que a las personas se les restrinjan en
el ejercicio de sus derechos que esta Constitución y las leyes de la republica le garantizan,
salvo cuando se limiten por ley o en sentencia firme y por plazo fijado en la misma. Dentro de
esta información se contempla aquella relacionada con la capacidad de percepción del
testigo, su visibilidad, su memoria, cuestiones que se relacionan directamente con su
testimonio. Es de gran trascendencia para la defensa en juicio acreditar en juicio la capacidad
de visión que tiene un testigo que afirma haber visto al acusado. Así como también, es
importante preguntar respecto a los estudios y conocimientos que tenga un testigo cuando

81
afirma que a una hora y a una distancia determinada vio al acusado. Estos son datos de
relevancia para acreditar como idóneo a un testigo.

Citación de testigos
La citación ha de realizarse con las formalidades exigidas en el artículo 173 del Código
Procesal Penal y 32 de la Constitución Política de Guatemala. Sin embargo, no será
necesario cumplir estos requisitos:

a) En casos de urgencia: El artículo 215 faculta en estos supuestos la citación verbal,


telefónica o por otras vías, aunque en la misma se debe aclarar el motivo de la
citación.
b) En aquellos supuestos en los que la persona se presente voluntariamente a declarar
(art. 215).
c) Cuando se tema que el testigo se oculte o intente entorpecer por cualquier medio la
averiguación de la verdad, se podrá proceder a su conducción sin citación previa. Sin
embargo, en este caso será necesaria la orden judicial. (art. 175).

Protección sobre el testigo acerca del interrogatorio por parte del juez o tribunal de sentencia
Según lo que prescribe el artículo 378 del Código Procesal Penal en el segundo párrafo: “…el
presidente del tribunal moderará el interrogatorio y no permitirá que el testigo o perito
conteste a preguntas capciosas e impertinentes, la resolución que sobre ese extremo adopte
será recurrible, decidiendo inmediatamente el tribunal.”

A qué se refiere el código procesal penal con relación a las preguntas capciosas, son aquellas
que, bajo el pretexto de indagar sobre un hecho aparentemente sin consecuencia, esconden
la afirmación o negación de una circunstancia decisiva.

Con relación a las preguntas impertinentes, son aquellas que no guardan relación directa o
indirectamente sobre lo que versa el testimonio.

Definición de careo (face to face = cara a cara)


Según el diccionario de la Real Academia Española, consiste en tomar declaración a una
persona en presencia de otra, o a dos personas a la vez, con el fin de desentrañar la verdad
de unos hechos sobre los que han dado versiones contradictorias.

El careo es considerado como un medio de prueba complementario, especialmente empleado


en los supuestos de contradicción y desacuerdo o discrepancia entre quienes han intervenido
en calidad de testigo o encausados y tienen carácter subsidiarios practicándose únicamente
cuando no exista forma adversa de comprobar la veracidad de los hechos, es por eso que la
práctica de careo consiste en la confrontación oral de un cara a cara entre ellos dirigida a
esclarecer la verdad de algún hecho o circunstancia dentro del proceso de donde pesa la
contradicción o discordancia.

82
Etimológicamente, «careo» significa colocar «frente a frente», «cara a cara» a dos o más
personas, habitualmente con finalidad aclaratoria de sus divergencias. En el ámbito procesal
penal, con la referida expresión de «careo» se denomina el enfrentamiento «cara a cara» que
tiene lugar entre dos personas (aunque en ocasiones el número se incremente), para dirimir,
en diálogo abierto, las contradicciones a que hayan llegado en sus respectivas declaraciones
por medio de razonamientos mutuos que aclaren sus divergencias, al objeto de establecer la
verdad de los hechos objeto de la causa

Doctrina jurisprudencial
La doctrina jurisprudencial define el careo como un acto procesal consistente en la
confrontación de dos declaraciones (de imputados o de testigos entre sí, o de unos con
otros), con la finalidad de que se descubra la verdad real o histórica.

Respecto a la naturaleza probatoria del careo, la mayor parte de la doctrina jurisprudencial


señala que la diligencia de careo no es propiamente un medio de prueba autónomo o
independiente, sino un medio de contrastar, depurar y matizar los interrogatorios de los
acusados y las declaraciones de los testigos tratando de armonizarlos y de suprimir las
contradicciones existentes entre ellos o, si esto no fuera posible, contribuir, partiendo de la
actitud de los careados y de la mayor o menor firmeza de sus aseveraciones y
manifestaciones, a formar la convicción del juzgador o juzgadores respecto a la veracidad de
tales manifestaciones en tanto en cuanto no sean coincidentes.

La doctrina jurisprudencial pone de manifiesto la aplicación estricta del principio de


subsidiariedad de la prueba de careo, denegando ésta cuando los demás elementos
probatorios sean suficientes para adoptar la resolución judicial.

Jurisprudencia de la Corte de Constitucionalidad


Respecto al careo la Corte de Constitucionalidad se ha pronunciado dentro de los
Expedientes Nos. 3371-2008, 3143-2012 y 2513-2011.

Condición sine qua non


Al adentrarnos en el estudio del careo como medio probatorio, es obligado poner de
manifiesto la opinión que, sobre el mismo, se mantiene en el campo de la psicología del
testimonio, es decir, que el primero es condición sine qua non del segundo donde se señalan
las dificultades que esta figura presenta para los sometidos a la misma. Así, se afirma que al
esfuerzo de confrontación entre lo que el testigo recuerda haber visto y lo que recuerda que
ha dicho en la declaración precedente, se une el esfuerzo tendente a intuir y prevenir todo lo
que la otra persona con quien es sometido a careo ha dicho o está a punto de decir en
contrario. Todo ello se opone a la premisa que desde la Psicología se apunta como deseable
para llevar a cabo una declaración: que se preste «con tranquilidad de ánimo, con calma, libre
de toda aprensión y de preocupaciones»

83
Valoración del careo
Se da mediante la sana Critica Razonada, mediante los principios de razón suficiente, el hilo
de la derivación y el tercero excluido (385 C.P.P.)

El valor probatorio del careo está unido, indisolublemente, a la apreciación, que en cada caso
concreto y en conciencia, efectúe el juzgador una apreciación en la que, indudablemente, el
careo será puesto en relación con los demás medios probatorios, de forma que sean
«ponderados libremente por el juzgador, a quien corresponde valorar su significado y
trascendencia en orden a la fundamentación del fallo y contenido de la sentencia

Características y reglas a seguir


Diremos que se regula de forma escueta en los artículos 250 del Código Procesal Penal,
Decreto No. 51-92 esto en relación al procedimiento preliminar con referencias en los
artículos 251,252 y 253 de este mismo código por otro lado, diremos que puede celebrarse de
oficio o a petición de parte, aunque la celebración del mismo queda a criterio judicial.

En principio solo podrá celebrarse entre dos personas a la vez cuando excepcionalmente
puede considerarse la intervención de varias personas esto también a criterio del juzgador.

No se practicará con testigos menores de edad salvo que fuese imprescindible y no lesivo
para el interés del testigo previo informe pericial.

El presupuesto previo para su práctica serán las declaraciones previas en las que concurran
contradicciones y discrepancias entre las partes.

En la práctica se evitarán las amenazas, insultos entre los careados limitándose a


observaciones, reproches o desacuerdos y a posicionarse en sus afirmaciones o bien
concretizarlas.

El careo es un medio de prueba como lo son los medios testimoniales, auditivos visuales, y
científicos que evidencian un hecho o un acto que es propio del proceso penal. (Artículos 181
al 186,375, 380, 381 C.P.P) la recepción de la prueba se da después de la declaración del
acusado o los testigos, el presidente procederá a recibir la prueba y decidirá de ser necesario
el careo (careos entre testigos o entre el testigo y el acusado) el cual tendrá valor probatorio.

Objeto y procedencia
Averiguación de un hecho señalado como delito, de las circunstancias en que pudo ser
cometido, establecimiento de la posible participación del sindicado, procede cuando existe
discrepancia entre dos partes, No hay careo cuando son contestes en un mismo sentido, o no
hay testimonio. Surgiendo como PRUEBA NUEVA.

Cuando se solicita el careo


En la audiencia de debate, luego de la amonestación y declaración de las partes
involucradas, cuando exista contradicción y al terminar el interrogatorio de testigos o de las

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partes es cuando se solicita el careo o bien de oficio por determinación del juzgador (juez) las
partes del careo deben ser advertidas que no podrán ausentarse debido a que se realizara el
careo a continuación.

Prueba de careo y procedimiento


Surge como prueba nueva pero se admite como prueba hasta que se desarrolla la diligencia
admitida por el juzgador, se da a través de las advertencias cuando pasaron a dar su
testimonio siendo una versión verdadera y otra falsa se hace la advertencia bajo juramento de
conducirse nada más con la verdad, Se llaman y quedan de frente uno al otro y el presidente
o juez de sentencia les indica cada punto de discrepancia, advirtiéndoles llegando a ponerse
de acuerdo, cuando no se ponen de acuerdo tiende una de las partes a mostrar actitudes
que lo delatan como por ejemplo agachar la cara, nerviosismo, tartamudear, entre otras
actitudes que le permitirán al juez tener una inclinación por la versión más creíble.

Acta sucinta de careo


Se documenta dejando constancia conforme a lo establecido el artículo 146 del Código
Procesal Penal, contando con el equipo de audio y video, o cualquier otra forma de registro
que garantice su fidelidad de lo que se ha grabado constituye todos los efectos del acta,
cuando no se cuente con mecanismos electrónicos, el letrado de la administración de justicia
consigna esa acta por los medios de prueba informáticos transcribiendo según lo regulado en
el artículo 147 del Código Procesal Penal, haciendo constar a su vez las incidencias que no
pudieron constar en el soporte electrónico, si no contamos con ordenadores podrá realizarse
manuscrito, agotando las opciones anteriores, es decir, cuando se carezca de medios
informáticos.

85
CONCLUSIONES

Queda claro que el testimonio es la narración de un hecho histórico que se obtuvo por la
percepción de los sentidos y es de trascendencia cuando el testigo es presencial porque le
constan las circunstancias de tiempo, modo y lugar de como ocurrió el hecho lo cual otorga
valoración en el momento que esta se efectué.

Pero en ese recorrido, para que un testimonio tenga valor probatorio pueden surgir las
contradicciones entre otro órgano de prueba referido este a una declaración testimonial
propuesta por la parte contraria, entre la declaración de imputados o entre testigos e
imputados. La contradicción entre los dichos de quienes serán confrontados que es el
presupuesto básico de la realización del careo podrá recaer sobre la existencia de hechos o
sobre un accidente de modo, tiempo, lugar, etc. El acto perseguirá la superación del
desacuerdo y el esclarecimiento de los puntos controvertidos, para despejar las dudas
derivadas de la discordancia entre los diferentes dichos.

De hecho, el careo es una forma especial de ampliar el testimonio, por lo que la normativa de
este medio de prueba regirá. El careo puede realizarse entre testigos, entre imputados, o
entre testigos e imputados.

86
REFERENCIAS

Almagro Nosete, J. y otros autores,“1992” «Derecho Procesal», Tomo II Proceso Penal,


Tirant lo Blanch, Valencia

Caffareta Nores, J. “1998” La prueba en el Proceso Penal. Ediciones de Palma Buenos


Aires

Calderón Maldonado, L. (2011). Manual del Proceso Penal. Textos y Formas Impresas.

Escobar Cárdenas, Fredy. “2013”. El Derecho Procesal Penal en Guatemala, Tomo I.


Guatemala. Editores Magna Terra.

Fenech M., “1982” El Proceso Penal, Agesa, Madrid.

Gómez Orbaneja, E. y Herce Quemada, V., “1987” Derecho Procesal Penal, Agesa,
Madrid.

Poroj Subuyuj, O. “2013”. El Proceso Penal Guatemalteco. Imprenta y Litografía Simer.

Rubén Aníbal Calderón Menéndez “2008” Módulo de autoformación La Prueba en Materia


Penal, Autor 1ª Edición, Guatemala

Legisgrafía

Constitución Política de la República de Guatemala.

Código Penal. Decreto número 17-73.

Código Procesal Penal. Decimoquinta edición. Guatemala. Figueroa Sarti, Raúl, FyG
editoriales, 2012.

Jurisprudencia

Sentencias de la Corte de Constitucionalidad de fecha 18 de mayo del año dos mil


diecisiete. Expediente 682-2016.

87
LA CONFESION Y EL HECHO NOTORIO

Licda. Lilian Grisselda López Pérez


Lic. Nazario López y López

INTRODUCCIÓN
La confesión y el hecho notorio son de gran importancia para poder esclarecer la veracidad
de los hechos calificados como hechos ilícitos en el proceso penal, es por ello que se requiere
de su efectividad y amplia investigación para garantizarle a la sociedad un debido proceso,
libre de arbitrariedades y que genere la confianza entre los gobernados, es por ello que a la
confesión y el hecho si bien es cierto que no constituye plena prueba, se les deben de aceptar
como parte de las herramientas para el desarrollo del proceso penal, debiendo aceptar así
mismo su existencia y aceptando al derecho como un todo, conjugando la unidad, la
congruencia y la plenitud.

Para su desarrollo y coincidir en la cualidad que debe tener todo conocedor de la ley para la
valoración de la prueba, y tener la capacidad de interpretar y valorar los medios probatorios a
efecto de resolver imparcialmente dictando una resolución con apego a derecho, basándose
por supuesto en el análisis que debe hacerse de los medios de prueba correctamente
aplicados al proceso penal, inspirándose en la agilización para resolver con prontitud un caso
penal. En este caso, es el juez quien debe tener el manejo de los argumentos y tomar en
cuenta la forma de convencionalidad de las partes.

La importancia en el presente ensayo, como un texto narrativo y con género literario de más
uso en el ambiente académico, provoca en el estudiante el desarrollo para establecer el
fundamento en lo que se basan los jueces de sentencia penal para emitir un fallo, en virtud
que la interpretación y la aplicación del medio prueba a quien se le denomina como un hecho
notorio y que llegado el momento procesal oportuno para resolver en definitiva un delito en el
que se hace necesario llevar a cabo una audiencia oral y público, debe de hacerse una
correcta interpretación de los medios de prueba, debiendo tomarse en cuenta las distintas
teorías científicas que hacen una relación entre el Derecho Penal y el Derecho Procesal
Penal.

La confesión y el hecho notorio enriquecen los criterios de valoración de la norma jurídica


como la justicia, la validez y la eficacia; para ello se hace necesario indicar lo que se
establece en el capítulo V del Código Procesal Penal relativo a los Auxiliares de los
intervinientes en el proceso penal.

La Confesión
La confesión es considerada como una declaración que una persona realiza de manera
voluntaria, sobre algunos hechos u omisiones que pueden tener consecuencias jurídicamente

88
relevantes. Según Peláez (2008) la confesión “Es considerada en las ramas del derecho civil,
penal, disciplinario, entre otras, como un medio de prueba pregonable a quien tenga la
calidad de parte en el proceso, o también es posible que provenga de un tercero interviniente”
(p. 6). Por su parte Lessona considera este concepto como una “Declaración judicial o
extrajudicial que puede ser espontánea o provocada, en la que una parte reconoce total o
parcialmente la verdad de una obligación o de un hecho que se refiere a ella y es susceptible
de efectos jurídicos” (Lessona, 2019, p. 19)

De tal manera que la confesión se trata de un conjunto de herramientas que demuestran los
hechos objeto del litigio y conducen al juez a la verdad sustancial, el convencimiento de la
existencia o inexistencia de los hechos, así la confesión resulta ser una de las herramientas
pertenecientes al derecho probatorio y es considerada como un medio de prueba y acto de
voluntad. (Peláez, 2008)

Según el criterio aplicado por la Corte Suprema de Justicia al tenor de lo resuelto en el


expediente 215-2017 de fecha diecisiete de junio del año dos mil diecisiete se considera la
confesión como:

La manifestación que hace una parte sobre hechos que pueden producirle
consecuencias jurídicas adversas o que favorezcan a la parte contraria; confesar, pues,
es reconocer como verdadero un hecho o un acto de índole suficiente para producir
contra el que lo admite consecuencias jurídicas, certeza que puede predicarse tanto de
los hechos trasuntados como fundamento de la demanda o como basamento de las
excepciones propuestas.

De lo anterior se infiere entonces que la confesión es un medio de prueba y es considerada


como una manifestación que realiza el demandado, respecto de los hechos objeto del
proceso, que permiten concluir la culpabilidad o responsabilidad del mismo, de igual manera
se considera como el testimonio que una de las partes hace contra sí misma, es decir, en
reconocimiento que uno de los litigantes hace de la verdad de un hecho susceptible de
producir consecuencias jurídicas a su cargo. También es definida como la declaración
prestada por una de las partes por medio de la cual acepta los hechos que le perjudican.

Definición de confesión

Al respecto, Alsina (2007) agrega que:


-Es cualquier manifestación o declaración de las partes que desempeñe una función
probatoria.
-Tiende a convencer al juez de la inexistencia o existencia de un dato procesal
determinado.
-La confesión es una prueba contra quien la presente y a favor de quien se hace
-Es principio de derecho natural, y
-Por ser prueba tiende a confirmar la existencia de un hecho, mas no una regla de
derecho. (p. 309-310))

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En ese sentido, la confesión se entiende como la admisión tácita o expresa que una de las
partes hace de hechos propios controvertidos en un juicio, reconociendo que son verdaderos,
siendo su función específica la de provocar o intentar provocar el convencimiento del juez
sobre la existencia o inexistencia de ciertos hechos, para obtener un convencimiento sobre
cierta verdad o falsedad, no obstante, por tratarse de una declaración de voluntad, también es
considerada no idónea, pues ninguna luz se obtiene sobre la existencia real de un objeto del
que una persona quiera o no quiera que exista.

Pallares (2010) añade que “La confesión es el reconocimiento del imputado, formulado libre y
voluntariamente ante la autoridad judicial, acerca de su participación en el hecho en que se
funda la pretensión represiva deducida en su contra.” (p. 3) Premisa doctrinal que coincide
con la mayoría de los autores cuando expone que la confesión es una declaración de
conocimiento sobre hechos que le son imputables a una persona, por lo tanto debe ser hecha
por una de las partes y no por un tercero, de igual manera, ha de versar sobre hechos propios
del confesante, mismos que deben ser de tal naturaleza que sirvan de fundamento a la
decisión del juez sobre el objeto del proceso. (Pallares, 2010)

Naturaleza jurídica
Devis Echandía (2013) considera la confesión como “Declaración de voluntad, de naturaleza
sustancial y negociable, de derecho privado, como consecuencia de exigir para la existencia
de la confesión, que tenga el animus confidenti, entendiéndose como renuncia al derecho
sustancial.” (2013, p. 314) Vista la confesión como tal, se estaría ante un simple contrato y
para que surta sus efectos debe necesariamente mediar la aceptación de ella por el
adversario. La confesión es un instrumento para el convencimiento del juez sobre los hechos
del proceso, prueba el derecho, no lo crea, no lo modifica ni lo extingue, al asignarle esta
teoría, la confesión tiene un carácter sustancial y de derecho privado, por lo tanto, se
considera que le niega su función, su valor y sus efectos.

Peláez (2008) por su parte, considera la confesión “[…] como un acto de voluntad y por lo
tanto, negocio, pero de naturaleza procesal.” (p. 35) ya en esta teoría se da un paso adelante
en cuanto a determinar la naturaleza jurídica de la confesión, porque se le asigna un carácter
procesal, sin embargo, también adolece de los defectos de la primera expuesta y, asimismo,
le son aplicables las mismas críticas. Esta tesis implica exigir el animus confidenti para la
existencia de la confesión, como intención de suministrarle la prueba a la parte contraria, lo
cual a criterio personal se refuta, porque no se puede renunciar a un derecho que no se tiene,
además, la intención de renunciar al derecho es un factor subjetivo, cuando aquella la
intención no aparece claramente definida. Esta podría darse en una confesión falsa, no así en
una confesión seria.

La naturaleza jurídica de la confesión que plantea Alsina (2007), la considera como “una
declaración de verdad, de naturaleza procesal y un medio de prueba” (p. 17) Esta teoría es la
más aceptada en la doctrina procesal moderna, ya que es la que mejor entiende la naturaleza
jurídica de la confesión, ya que prescinde del animus confidenti y exige solamente la

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voluntariedad genérica y evita, además, el defecto de exigir esa conciencia de lo desfavorable
del acto. (Devis, 2013)

Por su parte Cafferata (1998) aporta que “la confesión del imputado si bien es de naturaleza
procesal, más que un medio de prueba es un medio de defensa, porque la confesión no es el
fin de la indagatoria.” (p. 115)

Partiendo que la declaración del imputado es un medio de defensa no un medio de prueba,


por ende la finalidad de la declaración del imputado, no es obtener la confesión, sino permitir
que pueda ejercer su defensa material, eventualmente, el imputado podría confesar el delito,
lo que significaría un resultado casual, permitido pero no buscado por la ley, salvo
excepciones, como el caso de evitar la imposición de la pena de muerte para determinados
delitos, porque lo que se busca es la verdad real y no un imputado confeso.

La confesión no es más que el resultado de la declaración libre, espontánea y voluntaria del


sindicado, ante la autoridad judicial y previa imputación e intimación, por medio de la que
reconoce su participación en la comisión de uno o varios delitos. Por ello en Guatemala la
finalidad de la declaración del imputado no es obtener la confesión, sino permitir que pueda
ejercer su defensa material, una vez esté enterado de la acusación que pesa en su contra.

Anteriormente, a la confesión se le daba un valor privilegiado y se le llamaba la reina de las


pruebas, en la actualidad, la confesión del imputado no dispensa al juez de practicar todas las
diligencias necesarias a fin de adquirir el convencimiento de la verdad de la misma y de la
inexistencia del delito. En tal sentido, es necesario armonizarla con todas las pruebas
rendidas en el proceso por las partes y con las que el juez haya investigado por su propia
iniciativa para formar el convencimiento al momento de dictar sentencia.

En síntesis, se infiere que en la doctrina moderna predomina la idea que la confesión por sí
sola no basta para fundar una condena, para poder hacerlo debe acreditarse por parte del
Ministerio Público la plataforma fáctica que plantea y esencialmente, aportar los elementos
probatorios que la confirmen. Aunado a que, en Guatemala, la declaración que pudiera
prestar el imputado, tanto ante los agentes de Policía Nacional Civil como ante el Ministerio
Público, carece de valor probatorio absoluto, y aún, prestándose ante juez competente, ésta,
se toma como un medio de defensa y no de prueba. Por ello, es que cuando el imputado
declara lo hace en ejercicio de su defensa material, inclusive puede hasta mentir, ya que
simplemente es amonestado y no protestado, como sucede con los órganos de prueba que
eventualmente incurren en la comisión del delito de falso testimonio si faltaren a la verdad.

Elementos de validez

Algunos requisitos considerados para la validez de la confesión son:


- La plena capacidad del confesante, que es la misma capacidad civil general o la
procesal para demandar y ejecutar actos procesales válidamente.

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- La libre voluntad del confesante o ausencia de coacción, en el sentido que no es
posible hablar exclusivamente de la espontaneidad de la confesión, como requisito
para su validez, es mejor hablar entonces de ausencia de coacción.
- El cumplimiento de las formalidades procesales de tiempo, modo y lugar, mismas que
exige la ley y específicamente para las que ese tipo de acto requiera.
- Que no exista otra causal de nulidad que vicie la confesión.

Sin embargo, para que la confesión tenga plena validez jurídica como medio de prueba
también se considera que debe determinarse quién la hace, ante quién la hace y cómo se
produce, esto en virtud que debe ser hecha por una persona capaz, en pleno goce de sus
facultades mentales y volitivas; debe hacerse ante juez competente o ante tribunal que
conozca del asunto preventivamente en el momento de prestarla; el destinatario de la
confesión lo es siempre el órgano jurisdiccional, es decir el juez, quien debe presidir todos los
actos de prueba.

Se considera de igual importancia que debe estar probada la pre-existencia del delito, o sea
que es necesario que existan otros elementos de prueba para comprobar el cuerpo del delito
ya que la confesión por si sola prueba la participación del imputado en el delito que se le
imputa, pero no el hecho en sí. Debe ser verosímil y congruente con las constancias del
proceso, lo cual quiere decir no contrario a las leyes de la naturaleza, ni al orden normal de
las cosas. Para que la confesión sea verosímil, no es suficiente que el Juez tenga certeza y la
convicción que es el confesante quién ejecutó el hecho o los hechos delictivos, sino es
necesario comparar la versión con otras informaciones y medios de prueba. Y finalmente,
como se apuntó en apartados anteriores debe producirse libremente y tener su origen en la
voluntad misma del inculpado para declarar, y estar desprovista de todo elemento que lo vicie
como la coacción, la violencia física o moral y la fuerza.

En consecuencia, de lo analizado se establece que la declaración del imputado, al momento


de reconocer el hecho imputado a él, esta confesión no puede tener valor probatorio dentro
del proceso penal, ya que es un derecho y que de conferirle valor, se estaría trayendo a la
práctica una de las características del sistema inquisitivo, ya que en este sistema, la
confesión del acusado bastaba para determinar su culpabilidad; no es posible que en el
proceso penal guatemalteco, se pueda dar que la declaración del imputado contra sí mismo
constituya un medio de prueba suficiente para determinar la culpabilidad, pese a que la
Constitución Política de la República de Guatemala, regula la prohibición de declarar contra sí
mismo, además doctrinariamente no es posible y este solamente constituye un medio de
defensa material del imputado.

Las normas contenidas en el Código Procesal Penal referentes a la declaración del imputado,
procesado o acusado en el desarrollo del proceso y debate se encuentran reguladas en
términos generales en los artículos 72, 81, 82, 85, 86, 87, 88, 89, 90,91 370, 371, 372, 373
del Código Procesal Penal. Debe tomarse en cuenta que ninguno de estos preceptos
categorizan a la declaración de éste como un medio de prueba, es más, en lo referente a los
aspectos de la primera declaración y sus formalidades por el lugar en que se encuentra

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ubicados hacen referencia al apartado específico de la actuación de los sujetos y órganos
auxiliares, de esa cuenta, en el mismo se incluye la forma de la actividad de jueces, policía,
imputado, defensor, ministerio público, etc., En concreto debe entenderse entonces que la
declaración del imputado o acusado no es un medio de investigación o de prueba, tanto legal
como doctrinariamente es un medio de defensa material.

La confesión en el proceso penal


La confesión si bien es cierto comprende un acto de voluntad, porque debe ser prestada libre
de toda presión, no por ello es una declaración de voluntad en su contenido, pues la misma
se refiere al conocimiento de ciertos hechos y no al deseo que los mismos sucedan. La
confesión puede referirse a uno o varios hechos propios, de donde resulta la clasificación de
la misma en completa e incompleta, según se refiera a todos o algunos de los hechos en
cuestión. Como todo medio de prueba, esta produce efectos jurídicos que influyen en el
proceso, por esa razón al considerar su validez como medio de convicción es necesario que
se refiera a hechos del declarante, cuya existencia se trata de establecer.

Dentro del proceso penal la confesión puede ser vista desde dos perspectivas:
a. Como circunstancia atenuante: La ley sustantiva penal en el Artículo 26, numeral 8, regula
dentro de las circunstancias que modifican la responsabilidad penal, la confesión como
una atenuante conocidas además como elementos accidentales del delito, mismas que al
producirse disminuyen la responsabilidad penal del imputado, el citado artículo preceptúa:
Son circunstancias atenuantes: … Confesión espontánea: La confesión del procesado, si
la hubiere prestado en su primera declaración.

b. En el procedimiento abreviado: Con relación a la confesión, el Código Procesal Penal


contenido en el Decreto número 51-92 del Congreso de la República, en su Artículo 464
regula el Procedimiento Abreviado y establece:

Si el Ministerio Público estimare suficiente la imposición de una pena no mayor a cinco


años de privación de libertad o de una pena no privativa de libertad, o aún en forma
conjunta, podrá, solicitar que se proceda según este título, concretando su requerimiento
ante el juez de primera instancia en el procedimiento intermedio. Para ello, el Ministerio
Público deberá contar con el acuerdo del imputado y su defensor, que se extenderá a la
admisión del hecho descrito en la acusación y su participación en él y a la aceptación de
la vía propuesta.

Del estudio de las citadas normas legales se desprende la eficacia de la confesión, así como
que el espíritu de la misma en el caso del procedimiento abreviado es entre otros el de
descongestionar el trabajo de los tribunales de justicia, así como que la administración de
justicia sea pronta y cumplida, ya que por algún motivo concreto los legisladores dispusieron
regularla como requisito de un procedimiento específico de los denominados medidas
desjudicializadoras.

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El hecho notorio
Cabanellas (2014) define hecho notorio como “El público y de todos sabido.” E incluye varias
definiciones entre ellas: “El que releva de prueba por constituir conocimiento generalizado en
el lugar y tiempo donde se litiga. Los hechos comúnmente sabidos en el distrito, de suerte
que toda persona que lo habita esté en condiciones de conocerlos” (p. 247)

Para el citado autor, el hecho notorio pertenece a la ciencia, al arte, a la vida social, o a la
historia, y en general, en el trato social de la gente, son aquellos hechos tenidos por ciertos
en un conglomerado de personas de cultura media. Y señala otros elementos como reseñas o
noticias y no opiniones o testimonios, de igual manera menciona la necesaria y previa difusión
de estos hechos o eventos por los medios de comunicación social escritos, audiovisuales o
radiales, y la consolidación del hecho en un tiempo prudencial calculado por el juez, es decir,
que el hecho no resulte sujeto a rectificaciones o dudas sobre su existencia, ni a
presunciones sobre la falsedad del mismo, y sobre todo que sean contemporáneos por la
fecha del juicio o de la sentencia que los tomará en cuenta.

Ahora bien, debe tenerse cuidado con los medios de comunicación masiva, que en ocasiones
comunican noticias falsas, atribuyendo la calidad de notoriedad a ciertos hechos que son
falsos y posteriormente no admiten lo relativo a su falsedad. Los hechos notorios no son lo
mismo que los hechos evidentes, de los primeros tan sólo se tiene noticia y en cuanto a los
segundos constituyen una verdad axiomática, de tal manera que a nivel histórico
encontramos hechos evidentes.

El hecho notorio en el proceso penal


El artículo 84 del Código Procesal Penal regula el hecho notorio, figura que fue incorporada
con las reformas a dicho cuerpo legal, incorporando así otra medida desjudicializadora en otra
etapa del proceso penal, con todas sus características, sin embargo, es importante definirlo.

Fairen (2013) indica:


Por lo que respecta a los hechos notorios o del conocimiento general de una comunidad
de personas, no basta el ser conocidos por la generalidad de ciudadanos en un lugar y
momento en que se producen, no siendo el conocimiento efectivo del hecho importante,
sino la normalidad del conocimiento por los miembros de un cierto círculo de personas.
La notoriedad de ciertos hechos se distingue en general, local y del tribunal, pues puede
ser que ciertos hechos sean del conocimiento general de una comunidad, de cierta
localidad o del tribunal que está conociendo del asunto. (p. 438)

Parafraseando a Fairen, se puede decir que es lo mismo notorio que evidente, de lo notorio
se tiene noticia, en tanto que lo evidente constituye una verdad axiomática. Resulta que
tampoco es lo mismo notorio que público, ya que la notoriedad puede aparecer del llamado
del público. Por ello precisa tener mucho cuidado con las fuentes de la notoriedad, ya que los
medios de comunicación masivas algunas veces dan noticias falsas, que luego no rectifican,
una noticia dada por tales medios puede inducir a mover al público a una determinada
reacción y que luego se demuestre que es falsa la información que provocó la noticia.

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Azula (2012) se refiere a los hechos notorios, dice “…puede concebirse como lo público o
conocido.” (p. 28) Si bien el autor propugna que lo notorio queda referido a los hechos
permanentes, se controvierte si es necesario que el hecho sea conocido por la totalidad del
conglomerado social o es suficiente que su conocimiento se concrete a un determinado
número de personas. Por tanto, se puede afirmar que tiene la condición de hecho notorio el
permanente o transitorio y conocido por todos o por un grupo determinado de personas. Lo
esencial es que al juez no le quede duda alguna sobre su ocurrencia y que se invoque por las
partes como fundamento del debate, puesto que es lo que permite controvertirlo.

Calamandrei, como se citó en Cafferata (1998) indica: “Se trata de hechos tan generalmente
conocidos e indiscutidos que el exigir para ellos la práctica de las pruebas no aumentaría en
lo más mínimo el grado de convicción que el juez y las partes deben tener de su verdad.” (p,
270) Definición que se considera importante, ya que refiere que los hechos notorios no
requieren de prueba, pues esta deviene innecesaria en virtud que en el juez se ha creado una
convicción respecto del hecho que se declara notorio, y que estos hechos generalmente no
necesitan discusión. Son hechos que según la definición ni tienen la categoría de probables,
sino de hechos ciertos, notorios.

Otra definición que se considera importante para el presente trabajo es la que proporciona
Ossorio (2012), ya que en su diccionario define el hecho notorio como: “Principio de Derecho,
ciertamente discutido, según el cual no se necesita probar aquellos hechos que son notoria
non agunt probationem o de pública notoriedad.” (p. 208) Se puede observar en la anterior
definición que el autor le da la categoría de principio de derecho, entendiendo por éste, todo
enunciado normativo general, que, a pesar de no haber sido incluido formalmente en el
ordenamiento jurídico, informan la estructura, la forma de operación y el contenido mismo de
las normas, grupos normativos, y del propio derecho como totalidad; coincidiendo con el autor
mencionado anteriormente, que los hechos notorios no necesitan prueba.

Un hecho considerado como notorio debe tener características tales, que no debe existir duda
en cuanto a la existencia del mismo, pero más allá de su existencia, no debe ser necesaria la
prueba y no debe haber la menor duda, ya que dejaría de ser notorio y será necesaria
entonces, la prueba. No obstante, el otro motivo fundamental del reconocimiento legal de esta
ausencia de prueba es, sin duda, el grado de certeza que rodea a estos hechos y que los
hace merecedores de un tratamiento procesal distinto del resto de los hechos alegados.

En el ámbito judicial, debido a que el Código Procesal Penal guatemalteco no regula dicha
figura de manera clara, se recurre a la doctrina para que aclare el panorama al respecto, por
lo que Cienfuegos, citado por Peláez (2008), agrega que:

“También debe señalarse en el ámbito que nos ocupa, la notoriedad es determinada por
el juez. Las partes invocan los hechos notorios, pero es el juez el que determina la
notoriedad de los hechos invocados…éstos no necesitan ser probados porque es al
juzgador a quien corresponde estimar la notoriedad de un hecho, toda vez que ello es
subjetivo y la ley no fija reglas sobre el particular.” (p. 219).

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De lo anterior, se puede decir entonces, que en el ámbito judicial, los hechos no son notorios,
salvo que así sean declarados por el juez de la causa, porque es él quien determina la
notoriedad de un asunto, aunque las partes así lo invoquen, el juez llegará a un estado de
convencimiento tal, que no necesitará de pruebas para un hecho considerado como notorio,
pero esto no significa que todos los hechos postulados como notorios lo son, ya que
dependiendo de la ley, de la interpretación de ésta, y de lo subjetivo que podría ser el caso, el
juez será el único que declarará un hecho como tal.

Otra connotada definición es la que aportan los autores Madrazo (2009), quienes al respecto
del hecho notorio indican lo siguiente:

“Es evidente que no todo punto de la imputación o de cada uno de los hechos exige una
prueba metódica y particularizada, y que no todo posible detalle debe ser verificado
escrupulosamente. Como en la vida ordinaria, también en la demostración judicial
muchas cosas deben suponerse existentes, verdaderas o conocidas. Es aquí en donde
toma importancia el principio notorio non egent probatione”. (p. 65)

De lo indicado anteriormente hay puntos importantes a resaltar, el primero se refiere a al


principio non egent probatione, el cual significa que los hechos notorios no necesitan prueba,
esto coincide con las definiciones analizadas anteriormente, partiendo que un hecho notorio
es conocido de todos y qué si todos o un grupo conoce del hecho, no hay duda al respecto de
su existencia y mucho menos de su verdad, se sabe, concluyendo que lo notorio no necesita
prueba. Otra arista a considerar es la que hace referencia a la diferencia entre notoriedad y
notorio, indicando que ciertos actos del proceso presentan una notoriedad que no se necesita
del análisis exhaustivo de la prueba para llegar a la conclusión de la existencia del hecho,
muy aparte lo notorio, que debe de contar con la notoriedad de tal manera que todas las
partes consideren cierto el hecho para que sea notorio.

Es importante señalar que el hecho notorio no exonera por sí mismo de prueba a los hechos
a que se vincula, al respecto el Código Procesal Penal exime de prueba los hechos que sean
notorios. Ahora bien, completamente distinta es la cuestión de si puede suministrarse la
prueba de que ciertos hechos son notorios si bien el Código Procesal Penal exime de prueba
los hechos notorios, circunstancia que no se da, o mejor dicho, no se debe dar, porque
partiendo de las definiciones y del análisis de esta figura, se concluye que los mismos no
necesitan prueba.

El hecho notorio en la práctica procesal


Como se ha indicado a lo largo del presente trabajo, el Código Procesal Penal regula en su
artículo 184 el hecho notorio, de la siguiente manera: “Hecho notorio. Cuando se postule un
hecho como notorio, el tribunal, con el acuerdo de todas las partes, pueden prescindir de la
prueba ofrecida para demostrarlo, declarándolo comprobado. El tribunal puede, de oficio,
provocar el acuerdo.” Se entiende de lo estipulado en el artículo citado que primeramente se
debe tener claridad en cuanto a quien debe postular el hecho notorio, porque este puede ser
postulado por la defensa, el Ministerio Público o por el tribunal. El presente artículo da la

96
pauta a que se entienda de esa manera, además, solo si el tribunal así lo considera puede
prescindir del diligenciamiento de la prueba para demostrarlo, regulando como requisito el
acuerdo de las partes.

La figura jurídica del hecho notorio para su aplicación no guarda uniformidad toda vez que
según lo preceptuado en el artículo 184 del Código Procesal Penal, que cuando se postule un
hecho notorio, el tribunal, con el acuerdo de las partes, pueden prescindir de la prueba
ofrecida para demostrarlo, declarándolo comprobado, por lo que Tribunales de Sentencia
Penal, lo aplican tanto en el ofrecimiento de prueba como en la audiencia de debate. Al
ofrecerse la prueba puede declararse como comprobada la probanza no controversial,
mientras que en la audiencia de debate puede decidirse resolver el conflicto sometido al
tribunal o juzgador, con aplicación del ente del hecho notorio y poner fin al conflicto. En
ambos casos deberá existir el acuerdo de todas las partes, para poder prescindir de la prueba
ofrecida para demostrar un hecho notorio, declarándolo comprobado.

Como anteriormente se estableció el hecho notorio es todo aquello cuyo conocimiento forma
parte de la cultura normal de un determinado sector social al tiempo de pronunciar la
resolución. Por lo que el hecho notorio no constituye propiamente una prueba, en virtud que
es un elemento sobre el cual, no procede prueba alguna por ser incontrovertible, en atención
a que es un hecho público y notorio, el cual tiene como característica fundamental, que es
aceptado y del dominio general de los miembros de una comunidad; al punto de que un
hecho notorio no será objeto de prueba, ya que, de acuerdo a su naturaleza, constituirá una
circunstancia válida y cierta.

Se considera que al aplicar el hecho notorio en el proceso penal, no se debe conferir valor
probatorio a la declaración del acusado, en virtud que la misma constituye la defensa material
del mismo; ya que corresponde al Estado la comprobación de la participación y
responsabilidad del acusado en el hecho que se le imputa, además, se viola el derecho
constitucional de prohibición de declarar contra sí mismo, dándose esta circunstancia en el
momento en que el acusado acepta los hechos y provocando esto que se declare como un
hecho notorio el delito imputado en la acusación a consideración del juez, dictando
posteriormente una sentencia de carácter condenatorio, vedando con ello el ejercicio del
derecho de defensa.

Dentro del proceso penal, la confesión y el hecho notorio guardan relación toda vez que la
declaración del acusado, o confesión, no pertenecen a la ciencia y al arte, tampoco a la vida
social, ni a la historia y en general en el trato social de la gente, que los hechos de los cuales
él va a declarar no son tenidos por ciertos en un grupo más o menos grande de personas de
cultura media, por lo que no debe ser tomada por parte de los Tribunales de Sentencia como
un hecho notorio en el proceso penal guatemalteco. En ese sentido, el artículo 91 del Código
Procesal Penal, preceptúa en cuanto a la valoración de la declaración del sindicado que la
inobservancia de los preceptos contenidos en esta sección impedirá utilizar la declaración
para fundar cualquier decisión en contra del imputado que podrán ser corregidas durante el
acto o con posterioridad. Quien deba valorar el acto apreciará la calidad de esas

97
inobservancias. Es decir que nuestro Código Procesal Penal, establece que la declaración
puede fundamentar cualquier decisión en contra del imputado, siempre y cuando haya sido
tomada con las observancias de ley, no expresamente como un medio de prueba, sino como
que la misma guarda una relación con los medios de prueba producidos en el proceso, siendo
coherente y concordante con otros medios de prueba.

El derecho fundamental de presunción de inocencia exige la convicción del juzgador, más allá
de toda duda razonable, respecto de la acreditación del hecho ilícito imputado y la
participación del acusado en su comisión. Esa convicción debe basarse y deducirse
exclusivamente de específicos medios de prueba introducidos legítimamente y legalmente a
la causa. Por ende, el derecho a la presunción de inocencia impide que la convicción del
juzgador, sobre la comisión del ilícito y la responsabilidad del sindicado pueda ser suplida o
sustituida por la declaración acerca de la existencia de un hecho notorio.

CONCLUSIONES

Es importante mencionar, que la palabra es la forma de expresión que utiliza una persona
para comunicarse con el mundo exterior; es por ello que la persona en su confesión relata
hechos u omisiones que puede tener consecuencias jurídicamente relevantes y que al
realizarla en forma voluntaria está dentro de los derechos que protegen la dignidad humana.
Es por ello que la persona humana cuando llega el momento de confesar llega a reconocer
como verdadero un hecho o un acto positivo el cual resulta suficiente para producir contra el
que lo admite consecuencias jurídicas, certeza que puede predicarse tanto de los hechos
trasladados a un escrito o acto procesal como fundamento de la demanda o como normas y
principios de las excepciones propuestas.

Derivado de lo anterior, los estudiosos del Derecho como Peláez, dice que la confesión dentro
de las ramas del derecho civil, penal, disciplinario entre otras ramas es considerada como un
medio de prueba pregonable a quien tenga la calidad de parte en el proceso o también, es
posible que la confesión provenga de un tercero interviniente. En otro orden de ideas,
Lessona considera que la confesión constituye una declaración judicial o extrajudicial que
puede ser espontánea o provocada, en la que una parte reconoce total o parcialmente la
verdad de una obligación o de un hecho que se refiere a ella o es susceptible de efectos
jurídicos que concluyen con la culpabilidad y responsabilidad del mismo.

En el ámbito judicial la notoriedad es determinada por el juez, previa invocación de las partes
sobre los hechos notorios; estos hechos no necesitan ser probados porque en este caso es el
juzgador a quien le corresponde estimar la notoriedad de un hecho, toda vez que ello resulta
ser objetivo y la ley no fija reglas sobre el particular. El juez llegará a un estado de
convencimiento tal, que no necesitará de pruebas para un hecho considerado como notorio,
pero esto no significa que todos los hechos postulados como notorios lo son, ya que,
dependiendo de la interpretación de la ley, y de lo subjetivo que podría ser el caso, el juez
será el único que declarará un hecho como tal.

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REFERENCIAS

Alsina, H. (2007). Derecho Procesal Civil. Argentina: Universidad.

Azula, J. (2012). Manual de Derecho Probatorio. Colombia: Temis.

Cabanellas, G. (2014). Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Argentina: Heliasta.

Cafferata, J. (1998). La prueba en el proceso penal. Argentina: De Palma.

Devis, H. (2013). Compendio de prueba judicial. Argentina: Rubinzol.

Fairen, V. (2013). Teoría General del Derecho Procesal. México: Universidad Nacional
Autónoma de México.

Lessona, C. (2019). Teoría general de la prueba. España: Hijos de Reus.

Madrazo, D. &. (2009). El corazón del proceso penal. Guatemala: Magna Terra.

Pallares, E. (2010). Derecho Procesal Civil. México: Porrúa.

Peláez, R. (2008). Manual para el manejo de la prueba. Colombia: Universidad Católica de


Colombia.

Legisgrafía

Constitución Política de la República de Guatemala. Asamblea Nacional Constituyente. 1985.

Código Procesal Penal. Decreto 51-92 del Congreso de la República de Guatemala. 1994.

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LA PRUEBA DOCUMENTAL

Lic. José Gilberto López Villatoro


Licda. Thamara Elizabeth Martínez García

INTRODUCCIÓN
El Código Procesal Penal de Guatemala, regula que el fin del proceso penal es la
averiguación de un hecho señalado como delito o falta y de las circunstancias en que pudo
ser cometido; el establecimiento de la posible participación del sindicado; el pronunciamiento
de la sentencia respectiva, y la ejecución de la misma.

Ahora bien, para la averiguación de la verdad sobre un hecho delictivo, se necesitan pruebas,
estas pruebas pueden ser científicas, periciales, testimoniales y en general, cualquiera que
ayude a la resolución del proceso, siempre que sea obtenida de manera legítima, incluyendo
dentro de las pruebas, los documentos, siendo este último apartado de pruebas, lo que
interesa en este trabajo, por lo que nos dedicamos a desarrollar las generalidades de la
prueba documental dentro del proceso penal.

En este ensayo se presenta la prueba documental en el proceso penal, una clasificación de


los documentos, la regulación de la prueba en el código procesal penal guatemalteco,
algunos ejemplos de lo que es una prueba documental, las formas posibles en que se puede
redargüir de validez un documento y una resolución de la Corte de Constitucionalidad en la
que define a la perfección la prueba en el proceso penal.

Por lo tanto, nos hemos propuesto en este ensayo, presentar además de la doctrina y
legislación, que didácticamente es lo normal en nuestro ámbito, algunos ejemplos, que nos
ayuden a captar la manera en que se plasma en la práctica, las pruebas documentales en
juicios penales.

Definición de documento
Fenech nos dice: “Documento es el objeto material en el cual se ha asentado, grabado,
impreso, mediante signos convencionales, una expresión de contenido intelectual, -palabras,
imágenes, sonidos.” (p, 189).

Clasificación
Según la clasificación más conocida por la doctrina, los documentos se dividen en:

a. Documentos públicos: Los otorgados por funcionarios y empleados públicos en el


ejercicio de su cargo o función.

100
El documento de naturaleza pública puede dividirse en: instrumento público, el cual es
autorizado por notario y el documento público de origen oficial. Los documentos públicos
pueden ser documentos oficiales o informes, los primeros son de diversa índole y pueden
encontrarse en los archivos de la administración pública y los informes son una comunicación
que se presenta ante el Ministerio Público o ante el tribunal, sobre la existencia de datos que
constan en un registro determinado de la administración pública. El artículo 245 del Código
Procesal Penal, establece que el Ministerio Público y el tribunal podrán requerir informes
sobre datos que consten en registros llevados conforme a la ley.

Por ello, los informes y los documentos se diferencian de tal manera que el documento es un
instrumento preexistente al proceso, mientras que el informe se realiza bajo orden de la
autoridad, el que puede ser judicial o requerido por alguna de las partes.

Entre los documentos públicos, se encuentran las actas, que son escritos autorizados por
notarios, por secretarios de instituciones o por secretarios judiciales, por lo que estos últimos
constituyen documentos de naturaleza procesal y que pueden introducirse al proceso como
pruebas documentales, la ley penal adjetiva señala en la actividad procesal, el registro de las
actuaciones y estipula que cuando uno o varios actos deban ser documentados, el funcionario
que las practique, levantara acta correspondiente.

El acta es un documento que inclusive se puede inscribir en registros públicos, como el acta
de representación que se inscribe en registro mercantil o de personas jurídicas, por lo tanto,
el acta, por ley es auténtica por sí misma, esto quiere decir que, con la emisión y la firma
estampada sobre el documento, hay una presunción de su origen y es suficiente para su
inscripción.

b. Documentos privados: Los otorgados entre particulares de conformidad con su libertad de


acción y que no ha sido elaborado por un funcionario o empleado público.

González Palomino, mencionado por Jiménez Arnáu, asegura que el documento privado
emana de los mismos interesados, por sí solos o con ayuda de peritos juristas o letrados,
técnicos, desde luego, pero sin función de autoridad.

Respecto a su autenticidad, existen ciertos casos señalados en los cuales podemos presumir
autentico un documento privado, estos casos son los siguientes:

Primero, si ha sido reconocido ante el juez o notario, con fundamento en el artículo 186 del
Código Procesal Civil y Mercantil y segundo, si fue reconocido en juicio, de conformidad con
el artículo 184 del Código Procesal Civil y Mercantil.

Por lo tanto, la diferencia del documento privado con relación al documento público es la fe
pública del notario o de la autoridad competente, complementada estas diferencias con la
inexistencia de la permanencia en el protocolo notarial, dando origen a un documento
inseguro.

101
Documento electrónico
Actualmente, se hace necesario estudiar este tipo de documentos, puesto que son de uso
común hoy en día. También son conocidos como documentos digitales y son
documentos cuyo soporte material es un dispositivo electrónico o magnético y en el que el
contenido está codificado mediante algún tipo de código digital, que puede ser leído,
interpretado, o reproducido mediante las redes informáticas que nos ayuda a abrir un
documento electrónico. Este tipo de documentos, están escritos, son visibles, son utilizables,
pero no se pueden palpar físicamente, hasta que se reproducen físicamente mediante la
impresión en papel.

Pueden ser públicos o privados. Es común encontrar información a la población en general,


en páginas de internet de las instituciones estatales, de forma que transparentan sus
operaciones al publicar ese tipo de información interna y funcional. Como documentos
privados encontramos todos los correos electrónicos entre particulares.

Regulación de la prueba documental en el Código Procesal Penal


La prueba documental en el sistema inquisitivo que impero por muchos años en nuestro
sistema procesal guatemalteco era muy utilizada para valorar hechos.

En el sistema actual, sistema acusatorio, las funciones de acusar, defender y juzgar son
ejercidas por diferentes personas (Ministerio Público, Defensa Técnica y Juez) y que en las
diferentes etapas del proceso penal impera el principio de oralidad y contradicción son
tomadas en cuenta por los jueces siempre y cuando cumplan con los requisitos que establece
el C.P.P.

La prueba es de vital importancia para la investigación para probar hechos ya sea por el
Ministerio Público o por la Defensa Técnica o para cualquier otro sujeto procesal que sea
parte en un proceso penal y se encuentra contenida en los artículos 181 al 253 del Código
Proceso Penal y es en el artículo 182, donde se indica, que para probar un hecho o una
circunstancia de interés existe libertad de prueba, con la limitación de la ley relativa al estado
civil de las personas, es decir, que no se puede probar por medio de testigos la muerte de
una persona, debido a que, únicamente es necesario presentar el Certificado de Defunción
emitido por el Registro Nacional de las Personas de la República de Guatemala. Así también
preceptúa en el artículo 183 que no se admitirá prueba si no se refiere directa o
indirectamente al objeto de la averiguación y que sea útil para el descubrimiento de la verdad
y que los tribunales podrán limitar los medios de prueba cuando para probar un hecho o
circunstancia resulten abundantes y de manera absoluta es inadmisible un medio de prueba
obtenido por medio de tortura, la intromisión en la intimidad del domicilio o residencia, la
correspondencia, las comunicaciones o los archivos privados.

Con base en el principio de libertad de prueba en nuestro ordenamiento procesal penal


guatemalteco, se pueden incorporar al proceso penal otros medios de prueba distintos a los
establecidos en el Código Procesal Penal, siempre que no supriman garantías o facultades y
la forma de incorporarlos es de la manera más análoga a otros previos en la ley de la materia.

102
Así también, los jueces al darles valor probatorio a cualquier medio de prueba (documentos),
verificará que el mismo no haya sido obtenido por un procedimiento permitido e incorporado
según las reglas establecidas en los artículos 185 y 186 del Código Procesal Penal.

El juez o tribunal se deben convencer de los documentos cuando la fuente es legítima u


original, esto significa que también se han complementado con otros medios de investigación
que redundará en una excelente información. Por tanto, el Juez Unipersonal o Tribunal de
Sentencia debe fundamentar los fallos emitidos ya sean absolutorios o condenatorios
debiendo tener cuidado de aplicar una buena logicidad en la motivación.

Al estudiar nuestro Código Procesal Penal desde su primer libro se puede observar que en
varias normas procesales se menciona la palabra documentos o prueba documental, siendo
éstos los siguientes: Artículos 11 Bis.- Fundamentación. (Adicionado por el Artículo 1 del
Decreto 32-96 del Congreso de la República), 142, 143, 198, 200, 202, Artículo 218 BIS.
(Adicionado por el Artículo 17 del Decreto 17-2009 del Congreso de la República), 236, 242,
244, 249, 364, 380, 395, 455, 493.

Ejemplos de prueba documental


El término “documento” puede ser muy amplio, debido a que es el objeto material en el cual
se ha asentado (grabado, impreso, etc.), mediante signos, una expresión de contenido
material (palabras, imágenes, sonidos etc.) y aunque algunos consideran que el elemento
fundamental del documento está en su estructura, consistente en un objeto que reproduce
una idea o un pensamiento mediante signos convencionales, lo cierto es que hay muchos
objetos que pueden reproducir ideas, imágenes o pensamientos que en sentido amplio
pueden llamarse documentos.

Este medio de prueba desde hace varios años se le ha dado la connotación de ser la prueba
reina, porque a través de ello se demuestra gráficamente trazos, rasgos, figuras, fotografías,
que ayudan al juez a darle la mayor aproximación a la validez por constar en ellos la
evidencia más confiable, siempre que sean obtenidos de forma legal con autorización judicial,
o que se entreguen a los defensores o a los querellantes adhesivos. Aunque al pasar de los
años, se ha comprobado que son susceptibles de falsificar, de alterar sustancialmente o de
ser creados sin la participación de la persona a la que se le imputa una acción delictiva.

Como ejemplo de prueba documental, podemos citar que al iniciar el proceso penal, puede
constar la aprehensión policial o la detención policial, que son documentos presentados por la
Policía Nacional Civil, además durante el proceso penal se pueden obtener documentos como
contratos, cheques, cartas, anónimos, libros de contabilidad, informes médicos o psicológicos,
papeles privados, diarios, periódicos, conclusiones de consultores, certificaciones de
registros, documentos privados, escrituras públicas, informe de peritos, mensajes, libros de
actas de asociaciones o instituciones, telegramas, faxes, conversaciones electrónicas de
mensajería que deben presentarse impresas; escritos a mano, a máquina o electrónicamente;
documentos que algunos tienen determinada forma especializada y otros en forma libre. En

103
nuestra legislación se prohíbe la utilización como prueba de los documentos que constituyan
secretos de Estado.

También, como experiencia personal, podemos decir que la prueba documental puede servir
para identificar si se cometió un delito, pero en el caso de la falsedad material e ideológica, el
documento es el objeto mediante el cual se cometió un delito y para explicar las dos facetas
de la prueba documental podemos dar los siguientes ejemplos:

En el delito de negación de asistencia económica que los padres cometen contra los hijos al
negarle la pensión alimenticia después de haber finalizado un juicio ejecutivo en jurisdicción
familiar, las certificaciones de nacimiento son necesarias para demostrar que sus hijos son
efectivamente los necesitados, además que tiene la obligación de prestar alimentos y por
medio de la certificación de lo conducente por el juzgado de familia al Ministerio Público, se
establece que hay un delito cometido de negación de asistencia económica, por lo tanto esos
documentos sirvieron para identificar que hubo un delito y sobre los cuales no hay ninguna
duda de su validez y originalidad.

Ahora bien, en los delitos de falsedad material e ideológica, los documentos presentados que
supuestamente fueron firmados por el acusado, son los documentos mediante los cuales se
cometió un delito y ese documento puede ser redargüido de nulidad, debido a que se puede y
debe demostrar que es indubitable, en un principio si el documento es autorizado por notario,
se le da plena validez, pero mediante exámenes grafotécnicos y cotejo de documentos, se
puede demostrar que el documento que contiene falsedad material e ideológica, fue o no
firmado por el acusado, fue o no autorizado por el notario, de manera que se demuestre si
hubo o no falsedad material e ideológica en un documento, por lo tanto, el documento es el
objeto mediante el cual se cometió o no, un delito.

Actualmente, en la informática forense (como disciplina particular de la criminalística) surgen


nuevos soportes (magnéticos, ópticos, etc.) en los cuales se almacena la información, por lo
que para poder trabajar con esta nuevo género de prueba se debe tratar de la misma forma
que una prueba documental clásica, simplemente que se deben tomar los recaudos propios
de un medio informático: realizar el correspondiente digesto matemático que asegure su
integridad y procurar generar una cadena de custodia.

Como pruebas documentales informáticas, se pueden considerar las investigaciones de las


autoridades a los teléfonos móviles inteligentes, donde se encuentran mensajes, fotografías o
correos electrónicos, que existen, pero que deben ser descargados, guardados e impresos
para presentarse como prueba en un proceso penal, por lo tanto, debe existir una cadena de
custodia, una orden del Ministerio Público y judicial que respalde la investigación, es decir, un
proceso exacto para que dichas pruebas tengan validez, información que están plasmadas en
documentos existentes pero no físicos, visibles pero no palpables y que a través de un
proceso de guardado e impresión, pueden presentarse en un proceso como prueba.

104
Documentos privados como prueba documental en el proceso penal
Según lo regulado por el artículo 186 del Código Procesal Civil y Mercantil, los documentos
privados, solo surtirán efectos frente a terceros, desde la fecha en que hubieren sido
reconocidos ante juez competente o legalizados por notario, por lo que se deduce que, este
tipo de documentos en materia de juicio, solamente tienen plena validez erga omnes, si fue
reconocido por juez o legalizado ante notario, por lo tanto, significa esto, que en un proceso
penal, el documento privado para tener plena validez como prueba, es importante determinar
si a la persona o personas, a quien se le atribuye su creación o autoría o suscripción es en
verdad su creador o creadores.

De manera que, podemos afirmar que los instrumentos públicos por las formas de su
elaboración poseen autenticidad por ser expedidos por funcionarios públicos, pero los
documentos privados no, por consecuencia, tal como lo regula el artículo 186 del código
procesal civil y mercantil, deben estar reconocidos ante juez o con firma legalizada.

Nulidad de un documento privado en el debate


La primera forma de alegar la falta de validez de un documento privado como prueba en un
proceso penal es el siguiente:

La ley del Organismo Judicial, en su artículo 13, regula “Las disposiciones especiales de las
leyes, prevalecen sobre las disposiciones generales.”, entonces, en cuanto a documentos
privados como prueba, el Código Procesal Penal, que no es especial sobre documentos
civiles, debe acatar lo regulado por el Código Procesal Civil y Mercantil en su artículo 186,
que regula que los documentos privados, solo surtirán efectos frente a terceros, desde la
fecha en que hubieren sido reconocidos ante juez competente o legalizados por notario, es
decir que como prueba el tribunal penal debe darle plena validez únicamente si cumplen con
estas circunstancias, de lo contrario no tiene plena validez como prueba en ningún proceso.
Complementado esto, con que el artículo 242 regula que los documentos privados se
utilizarán si fueren indubitados, es decir, que deben ser confiables legalmente y la única forma
en la que surten efectos los documentos privados frente a terceros, es la forma regulada en el
artículo 186 del Código Procesal Civil y Mercantil, la cual es: legalizados por notario o
reconocidos ante juez.

La segunda forma de alegar la invalidez de un documento privado como prueba en un


proceso penal, tal y como expone Baquiax Baquiax, si el documento privado no está
legalizado por notario o reconocido ante juez, se puede atacar en la forma siguiente:

a) Que no exista un testigo idóneo que reconozca el documento.


b) Que no se exhiba el documento ante el testigo el cual es reconocido como tal.
c) Que el supuesto signatario del documento privado NO reconozca dicho documento.
d) Que no se pueda confrontar un documento con otro.

La tercera forma de invalidar un documento privado como prueba, es mediante el peritaje


grafotécnico. Dentro de una investigación criminal, surge la necesidad de la intervención del

105
perito grafotécnico, cuando en la recolección de los indicios se encuentren documentos de los
cuales se duda o deba ser identificado su autor.

El peritaje grafotécnico debe entenderse como toda aquella actividad de estudio realizada por
una persona con habilidad y práctica en el tema objeto del expertaje y que posea acreditación
certificada de su conocimiento, con el fin de obtener criterios certeros e indubitados útiles
para los fines de la actividad procesal. (Aguilar, 2010).

La grafotecnia es la ciencia experimental que forma parte de la criminalística, cuya función es


la investigación de la autenticidad, alteración o falsificación de los documentos manuscritos e
impresos, con atención específica de la escritura (Monge, 2011).

Este consiste en el estudio de los medios de convicción materiales que se obtienen durante la
investigación, debiéndose realizar en la forma procesal establecida por la ley. La solicitud de
este examen la puede formular el juez, el fiscal o los sujetos procesales, y éste debe ser
ejecutado por personas que posean el título sobre los conocimientos especiales en
determinada rama de la ciencia, el arte, la técnica, siempre que éstos estén reglamentados.

Esta experticia se encuentra regulada en el Código Procesal Penal, en su artículo 242 y,


como cotejo de documentos. En el desarrollo de la misma, se encuentra el sujeto que realiza
el examen, es decir, el perito, el objeto que es indagado, en otras palabras, las huellas,
sangre, cabello, documentos, escrituras, entre otros, la investigación como proceso y la forma
procesal, que debe ser respetada durante la realización de la investigación correspondiente.

La última forma de invalidar un documento, así como invalidar todo proceso penal, es la
prescripción, como ejemplo podríamos citar los delitos de falsedad material, falsedad
ideológica y falsificación de documentos privados, contenidos en los artículos 321, 322 y 323
del código penal.

De conformidad con el artículo 107 del Código Penal, la prescripción para este tipo de delitos
ocurre cuando transcurre un período igual al máximo de duración de la pena señalada,
aumentada en una tercera parte, no pudiendo exceder dicho término de veinte años ni ser
inferior a tres. Complementado con el artículo 108 que indica que la prescripción empieza a
contarse desde que se consumó el delito.

Por lo tanto, para delitos de falsedad material e ideológica, si han transcurrido más de ocho
años y en el caso de falsificación de documentos privados, si han transcurrido más de cuatro
años, desde que se autorizó un documento con falsedades, o se falsificó el documento, los
delitos estarán prescritos y ya no puede condenarse al delincuente, aunque exista prueba
documental fehaciente.

Jurisprudencia de la Corte de Constitucionalidad


EXPEDIENTE 1237-2015 CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD. En apelación de la sentencia
de fecha dos de marzo de dos mil quince, dictada por la Sala Regional Mixta de la Corte de

106
Apelaciones de Zacapa, constituida en Tribunal de Amparo, en la acción constitucional de
amparo promovida por el Ministerio Publico, por medio de la Fiscalía Municipal de Gualán, del
departamento de Zacapa, contra el Juez de Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos
contra el ambiente del departamento de Zacapa. expediente en el cual la Corte declaró con
lugar parcialmente el recurso y resolvió que era impertinente e innecesaria la prevención
policial como prueba documental, pero aceptó los informes de peritos que en su momento
habían sido rechazados y en sus considerandos, estableció lo siguiente “se considera
pertinente referir que la prueba es el medio por el cual se hace posible la acreditación de cada
uno de los aspectos o circunstancias y modalidades que rodean al hecho que se afirma
delictivo, así como la participación del sujeto a quien se le imputa responsabilidad penal. A
ese respecto, el artículo 5 del Código Procesal Penal determina: “El proceso penal tiene por
objeto la averiguación de un hecho señalado como delito o falta y de las circunstancias en
que pudo ser cometido; el establecimiento de la posible participación del sindicado; el
pronunciamiento de la sentencia respectiva y la ejecución de la misma”. Es para alcanzar los
fines que establece la ley procesal que la prueba es necesaria y determinante, ya que con la
inclusión de esta se da la posibilidad de averiguar las circunstancias en que pudo ser
cometido un hecho delictivo, permitiendo establecer la posible participación de la persona
imputada de su comisión. El artículo 343 del Código Procesal Penal regula: “Ofrecida la
prueba, se le concederá la palabra a la defensa y demás sujetos procesales para que se
manifiesten al respecto. De igual forma se procederá para el ofrecimiento de prueba de los
otros sujetos procesales. El juez resolverá inmediatamente y admitirá la prueba pertinente y
legal y rechazará la que fuere abundante, innecesaria, impertinente o ilegal”. El resaltado es
propio de este Tribunal.”

107
CONCLUSIONES

En el proceso penal, la incorporación de la prueba está regida por el principio de libertad de


prueba, que establece la regla general que cualquier hecho puede ser probado de cualquier
forma. Este principio está regulado en el artículo 182 del CPP y establece que se podrán
probar todos los hechos y circunstancias de interés para la correcta solución del caso por
cualquier medio de prueba permitido.

El ordenamiento jurídico y especialmente nuestra legislación penal establecen en relación a la


prueba, el objeto de la prueba, la actividad de los sujetos procesales, los medios que se utilizan
en la investigación, los órganos de prueba, los elementos de la prueba, el procedimiento que se
desarrolla respecto de la prueba, la valoración de la misma y el resultado.

La finalidad última del proceso penal es la averiguación de la verdad histórica, en otras


palabras, es el estabelecimiento de la verdad en el caso que se dirime, por lo que la teoría del
delito permite al Ministerio Público y al juez de sentencia encuadrar la actividad procedimental y
cuando de prueba documental se trata, no debe ser la excepción a la regla, en virtud de que la
misma se encuentra regulada en la ley penal adjetiva y sustantiva.

Entre las pruebas documentales en el proceso penal encontramos libros, cartas, libros de
contabilidad. Pero en los documentos privados se invierte la carga de la prueba al redargüirlos
de falsedad o nulidad

La ley procesal guatemalteca estatuye que los documentos o prueba documental se rigen por
el principio de legalidad, estableciéndose que todo elemento de prueba debe haber sido
obtenido de un procedimiento permitido. Además, el principio de contradicción que establece la
facultad de demostrar los extremos tendientes a destruir la imputación.

Los documentos constituyen fuente de prueba en el proceso penal porque en él se contienen


elementos de prueba que en su momento el juez considerara como evidencia incriminatoria
para arribar a una convicción de certeza. De ahí que el documento es una fuente de prueba y
un medio de prueba que convencerán o no al juez o tribunal.

108
REFERENCIAS

Álvarez, E. (2005) “Teoría general del proceso”. Guatemala. Centro editorial Vile

Binder, A. (1993) “Introducción al derecho procesal penal” Argentina.

Falcón, E. (1997) “Como hacer una demanda” Argentina. Ed. Buenos Aires

Florian, E. (1933). Elementos del derecho procesal penal. Barcelona: Bosch.

Ferrajoli, L. (1995). "Justicia Penal y democracia," Revista Jueces para la democracia. Madrid.

Fenech, M. (1978). El Proceso Penal. Madrid.

López Salamanca, E., & Cardona Sánchez, M. (2014). La prueba documental en el sistema
penal acusatorio recopilación y presentación en juicio (especialiación en procedimiento
penal constitucional y justicia militar) Universidad Militar Nueva Granada, Facultad de
Derecho. Bogotá D.C.

Martinez, P. (2001) "Filosofía Jurídica de la Prueba" 2da Edición editorial Porrúa, México

Montero, J. (1997) "Principios del proceso penal," España. Ed. Tirant lo blanch. Valencia.

Parra Quijano, J. (2012). "Manual de derecho probatorio, la prueba en los procedimientos: civil,
penal (ordinario y militar), canónico, contencioso-administrativo y en el derecho
comparado", (Librería ediciones del profesional Ltda). 15ª edición. Pág. 535.

Poroj, O. (2011) "El proceso penal guatemalteco". Guatemala, Ed. Magna Terra.

Sentis, S. (1979) "Los grandes temas del derecho probatorio,"Argentina. Ed. juridica Europa-
América.

Vélez, M. (1986) "Tratado de derecho procesal penal,". Argentina. Ed. Lerner

Real Academia Española. (2020). Prueba. En Diccionario de la Lengua Española (Edición del
Tricentenario). Obtenido de https://dle.rae.es/prueba

LEYES:

Código Procesal Penal, Decreto 51-92 del Congreso de la República de Guatemala.

109
INSPECCIÓN Y REGISTRO

Lic. Cristian Daniel Menéndez Aguilar


Lic. Dennis Armando Mejía López

INTRODUCCIÓN
El presente ensayo nos muestra como comprobación inmediata y medios auxiliares la
inspección y registro, los cuales recaen en lugares, cosas o personas, que son los requisitos
fundamentales para llevar a cabo estos medios de prueba, esto sucede porque existen
suficientes motivos de que se encontraran vestigios, indicios del delito y que dentro del
derecho probatorio son de gran utilidad en la investigación del proceso penal, que vienen a
reforzar la tesis del Ministerio Publico como encargado de la persecución penal y así poder
plantearlos y diligenciarlos dentro del debate.

La Constitución Política de la República de Guatemala establece la inviolabilidad de la


vivienda, ya que para su ingreso es necesario la orden de Juez competente por medio de la
figura del allanamiento, todo esto relacionado con inspección y registro, se ha podido
evidenciar que por medio de esa orden se han localizado instrumentos, indicios inclusive a las
personas que se presume que han cometido el hecho delictivo, por eso es importante poder
actuar de manera inmediata como lo establece la ley procesal y que sean medios auxiliares
dentro del proceso penal para obtener una investigación con certeza y pueda averiguarse la
verdad, como fin primordial del proceso.

Es importante mencionar que a la hora de realizar la práctica de la inspección y registro


suceden diferentes cuestiones que tienen relevancia con otros ilícitos penales, por lo que se
demuestra lo fundamental de realizar estas diligencias para poder recabar medios de prueba
que nos servirán a la hora del debate.

La ley adjetiva regula el procedimiento para la inspección y registro y poder llevar acabo esta
diligencia, el objetivo es recabar todo indicio que pueda servir y que pueda identificar ese
lugar, cosas o personas que probablemente formen parte del ilícito penal y que servirán de
trascendencia para buscar un resultado positivo o negativo dentro del proceso penal,
específicamente en el juicio ya que por medio de todos estos elementos probatorios
podremos obtener una sentencia condenatoria o absolutoria.

Generalidades de la inspección y registro


La inspección es el examen u observación junto con la descripción de personas, y lugares. Su
fin es el determinar la existencia, dispersión o alteración de las huellas o vestigios del delito
en relación a las personas, las cosas y los lugares, y la fijación de las características y
particularidades de las personas. De acuerdo con Florián (2001), la inspección puede ser
personal, corporal y psiquiátrica.

110
Corresponde a los actos de investigación de carácter irreproducible, derivado a que se
realizan con un objetivo y fin específico y no al azar, y no se pueden volver a reproducir en
virtud de que no puede ser renovado en las mismas condiciones, para enmendar algo que se
dejó de realizar o bien de apreciar, y que no puede obviarse, que confieren la facultad de
percibir o descubrir elementos de prueba o indicios en el lugar donde se ha llevado a cabo la
comisión de un delito; reproducir lo que ahí pudo haber ocurrido.

Es posible crear el convencimiento necesario en el juzgador provocando llevar a un debido


proceso al imputado, y no existe tal monopolio exclusivo del fiscal investigador, puesto que
pueden ser requeridas las diligencias por las partes procesales y que éstas se realicen, por lo
que se puede mencionar que la inspección viene a ser aquel medio probatorio por el cual el
fiscal o auxiliar fiscal, aprecia directamente con sus sentidos en forma natural, sin
interferencias de terceros, toda aquella materialidad del delito que puede ser útil, para la
reconstrucción conceptual del hecho que se investiga, dejando constancia por escrito, lo que
será valorado en su momento.

Según Cafferata Nores (1998); en cuanto a la inspección existen modalidades que según se
trate el caso, como la inspección de lugares o cosas, podría ser un medio de prueba en
particular o la inspección de personas o cadáveres, puede ser tomada como un medio auxiliar
o vehículo para llegar al objeto del medio de prueba; y se pueden numerar de la siguiente
forma: a) Inspección de lugares (impactos de proyectiles, ubicación, iluminación o estado). b)
Inspección de cosas; muebles, que poseen corporalidad física (un arma, un vehículo); c)
Sobre personas (características anatómicas o mentales); d) Inspección de cadáveres
(identificación, ubicación de lesiones, posición).

Al referirnos a la inspección dentro de una diligencia autorizada por juez se puede indicar la
intimidad, la cual es definida por Castillo González, como “la parte personalísima y reservada
de la persona particular, que obliga a no afectarla con abuso y descaro.” o bien como decimos
la “vida privada de una persona y su familia”. (p. 55)

Concepto y objetivo
De conformidad con el Manual del Fiscal del Ministerio Publico, la inspección es un medio
probatorio mediante el cual, el funcionario que la práctica, percibe directamente con sus
sentidos las cosas que pueden ser útiles por si mismas para la averiguación de los hechos
objeto del proceso (Velásquez, 2009).

De acuerdo con el art. 187 del Condigo Procesal Penal, mediante la inspección se
comprobará el estado de las personas, lugares y cosas, los rastros y otros efectos materiales
que hubiere de utilidad para la averiguación del hecho o la individualización de los partícipes
en él. Los rastros son las modificaciones en el mundo exterior que se han producido a
consecuencia del delito y que su análisis ayudará a descubrir al autor o el modo de
comisión.

111
De acuerdo con el Código Procesal Penal, el procedimiento para diligenciar la inspección y
registro es el siguiente:

a. La orden de allanamiento será noticiada en el momento de realizarse a quien habita el


lugar o al encargado, entregándole una copia;
b. Si quien habita la casa se resistiere al ingreso o nadie respondiere a los llamados se hará
uso de la fuerza pública para ingresar.
c. Al terminar el registro se cuidará que los lugares queden cerrados y, de no ser ello posible
inmediatamente, se seguirá que otras personas no ingresen en el lugar, hasta logar su cierre.
Este procedimiento constara en acta.

La medida de cierre no podrá exceder del plazo de quince días, salvo casos especiales
calificados por el juez.

La inspección y registro “Cuando fuere necesario inspeccionar lugares, cosas o personas,


porque existe motivos suficientes para sospechar que se encontraran vestigios del delito, o se
presuma que en determinado lugar se oculta el imputado o alguna persona evadida, se
procederá a su registro con autorización judicial (Poroj Subujuy. 2013).

Caferrata Nores (1998), refiere que la inspección judicial, llamada también observación
judicial inmediata, es el medio probatorio por el cual el juez percibe directamente con sus
sentidos, es decir, sin intermediarios, materialidades que puedan ser útiles, por sí mismas,
para la reconstrucción conceptual del hecho que se investiga, dejando constancia objetiva de
sus percepciones.

También el referido autor menciona las clases de inspecciones en la cual debe de recaer,
clasificándolas de la siguiente manera: a) Inspección de personas, b) Inspección de
cadáveres, c) Inspección de cosas; y d) Inspección de lugares.

Ahora bien, cuando hablamos de la inspección el Código Procesal Penal lo regula como:
Comprobación inmediata y medios auxiliares en donde podemos decir que la inspección es
un medio probatorio mediante el cual el funcionario que la práctica (Fiscal-Juez) percibe por
medio de ella directamente con sus sentidos materialidades que pueden ser útiles para la
investigación de los hechos objeto del proceso, y el término registro lo usa para la inspección
que se realiza en un lugar cerrado en el que se requiere autorización judicial.

El proceso penal guatemalteco se encuentra estructurado en distintas fases o etapas, dentro


de la presente investigación hablaremos sobre los medios de investigación, convicción o de
prueba en el proceso penal, empezaremos hablando de la etapa preparatoria o fase de
instrucción, ésta consiste en determinar la existencia del hecho, la participación de los
sindicados o búsqueda de ellos, y el daño que se hubiera causado como consecuencia del
ilícito penal.

112
El Código Procesal Penal establece la objetividad en donde el Ministerio Público y los
tribunales tienen el deber de procurar por la averiguación de la verdad mediante los medios
de prueba permitidos, también establece la libertad de prueba en donde menciona, se podrán
probar todos los hechos y circunstancias de interés para la correcta solución del caso por
cualquier medio permitido, además de los medios de prueba previsto se podrán utilizar otros
distintos siempre que no supriman las garantías constitucionales y facultades procesales de
las personas.

Otro aspecto a considerar es que todo medio de prueba debe referirse directa o
indirectamente al objeto de la averiguación y útil para el descubrimiento de la verdad; y serán
inadmisibles los que sean obtenidos por medios prohibidos, tales como la tortura, la debida
intromisión en la intimidad del domicilio o residencia, la correspondencia, las comunicaciones,
los papeles y los archivos privados.

Dentro del proceso penal en Guatemala el sistema de valoración de la prueba debe de


hacerse como requisito esencial por un procedimiento permitido por la ley, de acuerdo con
nuestro ordenamiento jurídico los medios de prueba deben de valorarse por medio del
sistema de la sana critica razonada, es decir un sano criterio, y debe decirse en palabras
sencillas que valor le otorga el juzgador si es a favor o en contra de una persona y porque
produce tal convencimiento al juez.

Los medios de prueba deben de valorarse en la etapa del juicio o debate ya que permitirá al
juzgador examinar los mismos y poder determinar qué grado de participación tuvo el acusado
en la comisión del ilícito penal por el cual está siendo procesado, obteniendo una sentencia
condenatoria o absolutoria, esto de acuerdo con el debido proceso y la tutela judicial efectiva
en donde se puede verificar todas las garantías constitucionales y procesales que garantiza
nuestro código procesal penal dentro del desarrollo del proceso.

Es importante mencionar todos estos aspectos ya que la inspección y registro viene a jugar
un rol importante dentro del desarrollo del debate ya que es en esta instancia en donde se
proponen, ofrecen y se diligencian todos los medios de prueba, de ahí en donde los sujetos
procesales hacen valer sus medios probatorios, resulta entonces que si el Ministerio Publico
no ha formado bien su plataforma fáctica, jurídica y probatoria va a ser complicado poder
lograr el objetivo que sería en este caso una sentencia condenatoria, a manera de ejemplo:
en un delito de homicidio culposo, desde la fecha en que ocurrió, el hecho el Ministerio
Público no realizó una buena investigación, recabando sus medios de convicción, por
ejemplo: álbum de fotografías, declaraciones de testigos, planimetría del lugar del hecho,
documentos en orden o vigentes, en este caso, el Ministerio Publico va a carecer de
fundamento para obtener un sentencia condenatoria.

Ahora, si el Ministerio Público como encargado de la persecución penal ha logrado obtener


medios idóneos que al momento de ser diligenciados dentro del debate pueda comprobar que
la persona que causó el hecho es culpable va ser merecedor de una sentencia condenatoria,

113
es ahí la importancia que juega la fiscalía inspeccionando el lugar, las cosas, y las personas
que en su momento fueron partícipes de cometer el ilícito penal.

Por otro lado, nos vemos en la necesidad como abogados litigantes de solicitar algunas
diligencias que nos puedan servir para demostrar que nuestro cliente es inocente del hecho
que se le está acusando, por ejemplo en el caso de un robo de un vehículo en el cual
tenemos indicios que el mismo se encuentra guardado en una vivienda pero necesitamos la
autorización judicial para entrar y así constatar que el mismo se encuentra en inmueble
determinado, de ahí la importancia de inspeccionar lugares, cosas o personas porque existen
motivos suficientes para sospechar que se encontraran vestigios del delito, tal vez no vamos
a encontrar el vehículo completo pero podemos verificar que existen partes del mismo que
concuerdan y que pertenecen al vehículo que se está localizando, cabe agregar que durante
todas estas diligencias se puede presumir que tienen un horario establecido de conformidad
con la ley para poder practicarlas, y que de acuerdo con la Constitución Política de la
República y el Código Procesal Penal deben de realizarse no antes de las seis de la
mañana ni después de las dieciocho horas.

Si el hecho no dejó huellas, no produjo efectos materiales, o desaparecieron los indicios, se


describirá la manera en que fueron encontrados para poder realizar el informe actual o
reciente por medio de la respectiva acta. Dentro de la inspección se pedirá al momento de
realizarla que esté presente el propietario o encargado que habite en el lugar donde se
efectuará.

Registro
Ossorio (1998) indica que el registro es un examen minucioso que se hace en un sitio para
dar con una persona o cosa.

El Código Procesal Penal establece en el artículo 190: Allanamiento en dependencia


cerrada: Cuando el registro se deba practicar en las dependencias cerradas de una morada o
de una casa de negocio o en recinto habitado, se requerirá orden de juez a excepción de los
siguientes casos:

a) Cuando se trate de incendio, terremoto, inundación, siempre que se haya amenazada la


vida de las personas en el lugar del hecho;
b) Cuando se denunciare que personas extrañas han sido vistas mientras se introducían en el
lugar y existan indicios de que se cometerá el delito,
c) Cuando se persiga a una persona para su aprehensión por participar en un hecho grave;
d) Cuando provengan voces de un lugar cerrado que anuncie que allí se está cometiendo un
delito o desde él se pida socorro.

También en el artículo 193 del Código Procesal Penal se regula: Lugares Públicos, cuando se
trata de oficinas administrativas, militares o similares, o de lugares religiosos, de reunión o de
recreo, abiertos al público, se podrá rescindir de la orden de allanamiento con el
consentimiento expreso y libre de las personas a cuyo cargo estuviere los locales. Cuando se

114
trate de registro en oficina de una de las altas autoridades de los organismos del estado se
necesita autorización del superior jerárquico, caso contrario si no hay consentimiento será
necesario la orden de allanamiento autorizado por juez competente.

En relación al registro se podrá desarrollar a través de las órdenes de allanamiento o en su


caso, cuando no lo requiera, bastaría solo el consentimiento del dueño del lugar o en su caso
cuando se refiera a entidades o instituciones que contengan superior jerárquico, de ahí radica
la importancia de que el Ministerio Público pueda construir una plataforma fáctica que le
servirá como base a la hora de realizar sus argumentaciones en el juicio o debate, así mismo,
servirá también para los demás sujetos procesales, abogado defensor y querellante adhesivo,
ya que también ellos pueden hacer alusión a determinados indicios que en su momento se
recabaron a la hora de la investigación y que pueden beneficiar en este caso a su patrocinado
o al agraviado a la hora del juicio, con la finalidad de poder obtener un resultado que sería
una sentencia condenatoria o absolutoria.

La acción del registro necesariamente conlleva el ingreso a un lugar por lo que “afecta el
derecho de inviolabilidad del domicilio, la entrada y registro constituyen dos medidas distintas:
mediante la entrada se penetra en el domicilio; a través del registro se buscan y recogen, en
caso de ser hallados, datos útiles a la investigación y fuentes de prueba.”

Por lo que puede inferirse en cuanto a la inspección, que el registro presupone la entrada
previa a la vivienda o domicilio, pero también se observa la entrada al domicilio para
realizar la primera, sobre lugares, cosas o personas cuando se encuentra limitado su acceso
en razón del inmueble que los resguarda. (González‐Cuéllar Serrano. p. 117.)

Existe la instrucción general 7-2007 para la solicitud de diligenciamiento de allanamientos,


inspección y registro, del Fiscal General de la República y Jefe del Ministerio Público
reconociendo el derecho de inviolabilidad de la vivienda, y a la intimidad de la persona que
son valores constitucionales tutelados a fin de evitar errores y posibles abusos dentro de
estas diligencias, por lo que se unifican los criterios para la adecuada realización de las
citadas diligencias dentro de la etapa investigativa del Ministerio Público, por lo que se indican
los lineamientos a seguir rigurosamente para protección de los derechos y garantías
constitucionales de los habitantes de la república de Guatemala y sus moradores el cual debe
de estar plenamente justificado y fundamentado para su solicitud y su posterior realización.

La vivienda es inviolable, en virtud de que ninguna persona puede ingresar en morada ajena
sin el consentimiento expreso del morador o moradores según el caso, la vivienda se
encuentra estrictamente protegida por la ley, siempre y cuando para ingresar deberá existir la
orden de un juez que sea competente que autorice la práctica de la diligencia de
allanamiento, habiendo para el efecto un horario específico el cual se encuentra delimitado en
el artículo veintitrés de la Constitución Política de la República de Guatemala que señala
nunca antes de las seis ni después de las dieciocho horas, siendo el caso que deberá de
realizarse la diligencia de allanamiento, inspección y registro en cumplimiento a lo ordenado
por un órgano jurisdiccional ante quien se haya realizado el requerimiento respectivo.

115
Por lo tanto, al momento en que se pone en su conocimiento de un juez competente la
solicitud de allanamiento, inspección y registro en uno o varios inmuebles debidamente
individualizados, se deberá de justificar con claridad y fehacientemente el motivo por el cual
se realiza el requerimiento fiscal y lo que se pretende recabar en el o los inmuebles objeto de
la diligencia que se solicita sea autorizada, y con ello garantizar que efectivamente si hay
probabilidades de encontrar indicios o vestigios del delito que sean de utilidad para el
esclarecimiento de los hechos, o bien que en algún lugar determinado pueda encontrarse
oculto un imputado, se deberá de esta cuenta especificar en forma fehaciente y objetiva que
se ha realizado una investigación previa y es sumamente indispensable el ingreso al inmueble
para encontrar todos aquellos elementos o indicios necesarios que puedan aportar o
contribuir a encontrar aquella verdad histórica de los hechos que son susceptibles de
investigación respetando las garantías constitucionales.

De lo actuado por parte del ente investigador deberá de quedar un registro por escrito,
debiendo de ser faccionada un acta ministerial en el mismo lugar de la diligencia en donde
queda la constancia de lo que fue encontrado en qué lugar específicamente se localizó, y que
procedimiento legal fue realizado sobre el indicio, y con el objeto de garantizar los resultados
del proceso todo indicio al ser recolectado deberá de contar con la respectiva cadena de
custodia la que garantizará en todo momento que lo que fue legalmente recabado en el lugar
del hecho, o bien objeto de la diligencia autorizada por juez competente será el mismo que se
presentará en la audiencia del debate.

Se puede establecer como ejemplo que esa arma de fuego tipo pistola incautada en el
inmueble será la misma que se pone a la vista del abogado defensor y del honorable juzgador
en el tribunal de sentencia en el desarrollo del debate oral y público, debiendo de contar con
su embalaje debidamente sellado y firmado, y en ningún momento violentando y su respectiva
cadena de custodia con la descripción exacta del objeto que se encuentra en el interior del
embalaje, y con ello se puedan realizar los principios legales y respetar las garantías
constitucionales, en observancia de las reglas del debido proceso.

La investigación realizada para justificar el requerimiento del fiscal del Ministerio Público, la
cual deberán de realizar los agentes de la Policía Nacional Civil a través de la División
Especializada en investigación Criminal D.E.I.C. deberá de contar con certeza en la
información recabada y será acorde a lo que se pretende buscar y encontrar dentro de la
diligencia de que se trate, toda vez que debe existir congruencia con el hecho delictivo y con
los vestigios del delito e indicios que se pretende recolectar, se puede hacer mención que
dentro de un homicidio en el cual se utilizó un arma de fuego, el objetivo principal será
localizar el arma de fuego que fue usada en la comisión del hecho delictivo, y naturalmente
cualquier otro objeto que constituya delito, debe de haber una relación lógica y coherente
entre lo que se busca dentro de la diligencia y para que nos va a servir, ya que eso
garantizará un resultado positivo al concluir la diligencia, caso contrario la carencia de una
buena investigación dará como resultado que no se puedan localizar indicios útiles para el
caso, y en consecuencia, el mismo será negativo.

116
El tiempo es un factor preponderante en la investigación, toda vez que inmediatamente de
recibida la solicitud de autorización de allanamiento, inspección y registro, el Ministerio
Público deberá verificar la información suministrada y establecer si amerita realizar el
planteamiento ante el Juez ya que deberá de contar con sustento suficiente para que la
diligencia pueda ser autorizada, y al momento de ser autorizada por parte del juez se tendrán
que realizar las coordinaciones lo más pronto posible ya que se trata de diligencias urgentes
que no admiten dilación, puesto que sin hubiera demora en el proceso se corre el riesgo de
que se puedan perder todos aquellos vestigios del delitos que serán útiles para llevar ante los
tribunales al responsable de participar de un hecho delictivo, y de preferencia no esperar el
plazo máximo que señale el juzgador para la práctica de la diligencia que en algunos casos el
máximo es de quince días, cuando decimos en la tardanza está el peligro deviene en una
acepción muy acertada, el imputado ya ocultó en otro lugar el arma de fuego, ya se retiró del
lugar el imputado, o bien, las condiciones climatológicas ya alteraron o se perdieron los
indicios que se pretendían recabar, el inmueble objeto de la diligencia fue cambiado de color,
o ya no cuenta con el contador de suministro de energía eléctrica, o fue cambiado, impidiendo
ingresar con ello al inmueble debido a que no va a coincidir con las características del
inmueble que fue autorizado, lo que equivale a un atraso mientras se subsanan las
incongruencias encontradas las que deberán de ser superadas.

En relación a lo concerniente al registro de personas y de vehículos, se puede realizar por


delegación de la ley por aquellos elementos de las fuerzas de seguridad cuando medie justa
causa para su realización, respetando la integridad de las personas, su dignidad y
costumbres, no se puede discriminar a nadie por su raza, género, etnia o religión, se le
deberán de respetar a las personas sus derechos en todo momento, por lo que quienes
realicen esas diligencias tienen que estar debidamente uniformados y pertenecer al mismo
sexo, con ello se garantiza que una persona del sexo opuesto no se propase con otra
persona, incurriendo en el delito de agresión sexual, incumplimiento de deberes o bien abuso
de autoridad, debiendo guardarse el respeto a la dignidad, intimidad y decoro de las personas
en todo momento.

Al realizar las diligencias apropiadamente por parte del ente investigador, garantiza la
aplicación efectiva del valor justicia, toda vez que por más que sea atacada por la defensa
técnica del acusado, esa prueba en la audiencia del debate, al ser legal, útil, pertinente e
idónea tendrá certeza jurídica al momento en que esa prueba sea valorada mediante el
sistema de valoración de la prueba de la sana crítica razonada, será irrefutable, toda vez que
mediante la lógica, la razón y la experiencia del juez, éste podrá arribar a la verdad histórica y
se podrán reproducir con exactitud los hechos del pasado, logrando un convencimiento
efectivo del juez y con ello impartir justicia, resolviendo con una sentencia condenatoria,
resolviendo un caso y con ello llenar las expectativas de la población guatemalteca en cuanto
a la aplicación de la justicia pronta y cumplida.

Por lo que esos institutos jurídicos de la inspección y registro deberán de ser utilizados de
forma prudente y consciente, solamente si es sumamente necesario y en respeto y apego
estrictamente a la ley, con responsabilidad y en pleno conocimiento de las consecuencias que

117
conlleva la práctica de una diligencia de tal magnitud, toda vez que se está ante una
delegación de poder del Estado, para que en calidad de un auxiliar en la administración de
justicia se pueda ingresar a una vivienda, y se deben de utilizar los mecanismos menos
gravosos para los moradores o quienes sean objeto de dichas diligencias.

Jurisprudencia
Gaceta 59. Expediente 482-98. Fecha de opinión consultiva: 04/11/1998. Esta Corte estima
que, aunque esta norma se circunscribe a la vivienda la previsión debe extenderse a la esfera
privada de acción de las personas, tales como el de sus actividades profesionales, negocios o
empresas. La protección constitucional del domicilio de las personas implica claramente que
el ingreso por parte de la autoridad no puede hacerse sino con autorización del dueño, y, a
falta de dicha licencia, por orden de juez competente que especificará el motivo de la
diligencia, que nunca podrá practicarse antes de las seis ni después de las dieciocho horas.
De manera que la facultad concedida para realizar investigaciones y practicar
reconocimientos en cualquier local, edificio o establecimiento’ debe entenderse limitada a
cumplirlas como la Constitución dispone. Debe, entonces, tenerse presente que, para
ingresar a la vivienda ajena, salvo orden judicial correctamente emitida, será siempre
necesaria la autorización del morador, y que no es indispensable que la oposición se
manifieste de manera expresa, sino basta que conste o se revele de algún modo.”

Es un derecho fundamental que viene figurando en nuestro sistema constitucional desde la


Constitución Federal de Centro América, en su artículo 168. Se le considera derivado del
derecho a la intimidad y a la dignidad de la persona y guarda relación con el valor seguridad,
reconocidos por la Constitución vigente.” Corte de Constitucionalidad. Expediente 25-88.
Fecha de sentencia: 26/05/1988.

“Asimismo, la Corte ha establecido que la protección de la vida privada, la vida familiar y el


domicilio implica el reconocimiento de que existe un ámbito personal que debe estar exento e
inmune a las invasiones o agresiones abusivas o arbitrarias por parte de terceros o de la
autoridad pública. En este sentido, el domicilio y la vida privada y familiar se encuentran
intrínsecamente ligados, ya que el domicilio se convierte en un espacio en el cual se puede
desarrollar libremente la vida privada y la vida familiar”. Corte Interamericana de Derechos
Humanos. Caso Fernández Ortega y otros Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de agosto de 2010. Serie C No. 215. Párr. 157.

“La protección de la vida privada, la vida familiar y el domicilio de injerencias arbitrarias o


abusivas implica el reconocimiento de que existe un ámbito personal que debe estar exento e
inmune a las invasiones o agresiones abusivas o arbitrarias por parte de terceros o de la
autoridad pública. En este sentido, el domicilio y la vida privada y familiar se encuentran
intrínsecamente ligados, ya que el domicilio se convierte en un espacio en el cual se pueden
desarrollar libremente la vida privada y familiar […]”. Corte Interamericana de Derechos
Humanos. Caso Escupe Zapata Vs. Colombia, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
4 de julio de 2007. Serie C No. 165. Párr. 95.

118
En las diligencias de inspección y registro en la práctica nos encontramos y enfrentamos con
diferentes circunstancias, por ejemplo:

Dentro de una diligencia de allanamiento, inspección, registro y secuestros de evidencias


debidamente fundamentada y autorizada por juez competente, debe de existir una
investigación previa y un seguimiento responsable en el caso de que se trate, ya que por la
naturaleza del delito que es investigado así es lo que se pretende recabar. En un caso de
homicidio con arma de fuego se va tras el arma de fuego utilizada en la comisión del hecho
delictivo, tras de esa evidencia material que luego de una peritación por el INACIF en sus
laboratorios de criminalística reflejara que el arma que los casquillos fueron percutidos y
detonados por esa arma de fuego, lo que en términos comunes se conoce que hizo match
(coincidencia balística) y se deriva el famoso IBIS que determina que se trata de la misma
arma de fuego homicida.

De acuerdo al caso de que se trate si fuera una extorsión se buscan agendas, teléfonos
celulares, satelitales, boletas de depósito, listados de personas afectadas, chips, y
documentación esencial para vinculación con el delito que se investiga, lo que ocurre en la
práctica es que los grupos criminales tienen varias actividades delincuenciales y cuando se
han solicitado las diligencias judiciales como las ya expuestas, en un caso de homicidio se ha
localizado droga, se contacta a la SGAIA quienes al comparecer realizan la prueba de campo
que arroja presuntivo positivo para cocaína o marihuana, o la droga que corresponda, la cual
es debidamente documentada, se fija como indicio, se pesa en una balanza especial, y se
embala por técnicos en investigaciones criminalísticas del Ministerio Público, a efecto sea
remitida a las bodegas de la SGAIA, en la ciudad capital, y siendo una flagrancia ya que se
está legitimado para las diligencias necesarias pero no se puede incurrir en una omisión y
dejar de actuar legalmente, y en algunos casos se secuestran los indicios localizados y por
diligencias de urgencia necesarias que no permiten dilación alguna se informa al juez
contralor de la investigación que autorizó la diligencia para legalizar los nuevos indicios que
fueron localizados en el interior del inmueble objeto de la diligencia practicada y se pone a
disposición de órgano jurisdiccional competente al morador o moradores juntamente con lo
que fuera incautado a efecto que legalmente se inicie un proceso penal en su contra.

119
CONCLUSIONES

La legislación guatemalteca a través de su normativa legal la cual rige su ordenamiento


jurídico, y en atención a su jerarquía partiendo de la propia Constitución Política de la
República de Guatemala, y el Código Procesal Penal regulan lo relativo a la inviolabilidad de
la vivienda, y se delimita el actuar en el marco legal del Ministerio Público y de los tribunales
de justicia que tienen el deber de procurar por la averiguación de la verdad, a través de
aquellos medios de prueba legales, que deberán de ser recabados con estricto apego a la ley,
por medio de aquellos mecanismos establecidos para ese efecto.

Queda entendido que el Estado de Guatemala, debe de garantizar a sus habitantes la vida, la
libertad, la justicia, la seguridad, y de acuerdo a ello el Ministerio Público tiene como fin
principal velar por el estricto cumplimiento de las leyes del país, y le corresponde el ejercicio
de la acción pública penal, por consiguiente es el ente investigador por excelencia encargado
de recabar todos aquellos medios de investigación con el fin de averiguar la verdad, mediante
los medios que sean admisibles contemplados en la ley, respetando en todo momento esas
garantías constitucionales en la búsqueda de esa verdad única, para someter al imputado
ante los tribunales y se pueda impartir justicia pronta y cumplida.

A través de las diligencias de inspección y registro, los indicios que fueron recabados
legalmente, y de manera objetiva, por el Ministerio Público, al cumplir con las formalidades
legales y requisitos necesarios siendo uno de ellos la respectiva cadena de custodia, en su
momento procesal oportuno esos medios de prueba deben de valorarse en la etapa del juicio
o debate, en virtud de que permitirá al juzgador examinar los mismos y poder determinar qué
grado de participación tuvo el acusado en la comisión del ilícito penal, y en base a los
principios legales respetando las garantías constitucionales del acusado, se podrá obtener
velando por un debido proceso y una tutela judicial efectiva una sentencia condenatoria al
demostrarse la culpabilidad del acusado, o bien en su caso absolutoria, si existiera esa duda
razonable dentro del proceso, por falencia o una mala investigación realizada, ya que la duda
opera en favor de él, por lo que una buena investigación garantiza la obtención de justicia
debido a que se demuestra la culpabilidad o la inocencia de la persona, y con ello se
alcanzan los fines del proceso.

120
REFERENCIAS

Cafferata Nores, J. I. (1998). La Prueba en el Proceso Penal. Argentina: Depalma.

Velásquez, J. (2009). Manual del Fiscal. Guatemala: Ministerio Público.

Osorio, M. (1998). Diccionario de Ciencias Jurídicas y Sociales: Editorial Heliasta. Argentina

Florian, E. (2001) Elementos de Derecho Procesal Penal

Poroj, O. (2013). El Proceso Penal Guatemalteco. Guatemala.

López, J. (2001). Instituciones de Derecho Procesal Penal. Argentina: Ediciones jurídicas de


Cuyo.

González, M. (2008). Derecho Procesal Penal. Venezuela: Universidad Católica Andrés Bello.

Legisgrafía
Constitución Política de la República de Guatemala. (1985)

Código Procesal Penal. Decreto número 51-92 Exposición de Motivos Dr. Cesar Ricardo
Barrientos Pellecer.

121
EL RECONOCIMIENTO DE PERSONAS, DOCUMENTOS Y COSAS

Lic. Luis Miguel Pappa Muñoz


Lic. Juan José Orellana Lepe

INTRODUCCIÓN
El proceso penal tiene como uno de sus fines la averiguación de la verdad. En Guatemala a
través del Ministerio Publico (salvo el caso de acción privada) y los Tribunales tienen el deber
de procurar la averiguación de la verdad mediante los medios de prueba legales y permitidos.

Por lo anterior, resulta importante identificar a las personas, cosas o documentos que
posiblemente forman parte de un hecho delictuoso, por lo que son fundamentales los
diferentes tipos de reconocimiento.

El reconocimiento de persona a lo largo del tiempo ha sido de suma importancia en el


proceso penal de nuestro país, anteriormente se le conocía como reconocimiento en rueda de
presos, actualmente también es conocido como reconocimiento en fila de personas, porque
es un acto formal con el que se intenta conocer la identidad de una persona por medio de otra
persona.

Es también fundamental y legal en un proceso penal, el verificar o identificar cosas y


documentos por medio de un reconocimiento.

Esta investigación está fundamentada en doctrina legal y legislación interna vigente. En este
sentido, la presente se centra en su objetivo principal que es la explicación del reconocimiento
de personas, documentos y cosas como medio de prueba en el proceso penal, su importancia
como medio de prueba y su procedimiento.

Definición de reconocimiento
Cafferata (1998) manifiesta: “en términos psicológicos, se puede decir que el reconocimiento
es un juicio de identidad entre una percepción presente y una pasada. Este proceso mental
es habitual en la vida cotidiana. Así, por ejemplo, sólo se saluda en la calle a las personas
conocidas; y se las saluda porque, al verlas, se las reconoce” (p.125)

En este sentido, en el Derecho Procesal Penal se utiliza la capacidad cognoscitiva de las


personas para identificar a otras personas, cosas o documentos que posiblemente forman
parte de un hecho delictuoso.

Lapola (2017) refiere: “El reconocimiento es un acto mediante el cual se comprueba en el


proceso la identidad de una persona o una cosa”. (p. 113)

122
Por medio del reconocimiento se realiza una verificación directa de personas, cosas o
documentos a través de los propios sentidos, con el objetivo de apreciar la realidad de ciertos
hechos controvertidos o la identidad de las mismas, por lo cual deben de tenerse a la vista.
En el Código Procesal Penal de Guatemala son objeto de reconocimiento las personas,
documentos o cosas, referente a las cuales se verificará su estado, sus condiciones e
identidad.

Reconocimiento de personas
Poroj (2012) señala, “Anteriormente se le llamó reconocimiento en rueda de presos, y
consiste en buscar, a través de este acto, individualizar al imputado, a través de su
reconocimiento entre varias personas, y que no deje lugar a dudas quien es el que cometió el
hecho investigado” (p. 272)

Velásquez (2009) lo define: “Es una diligencia a través de la cual se busca determinar si el
testigo puede identificar al imputado como la persona que es citada en su declaración previa”.
(p. 158)

Es un acto procesal mediante el cual se intenta conocer la identidad – incluso nominal - de


una persona a través de la intervención de otra que, al observarla entre varias de condiciones
exteriores semejantes, afirma o niega conocerla o haberla visto con anterioridad y en
determinadas condiciones. (Quirós, 2007, p. 75)

Se estable en tal sentido que es un medio de prueba que procede mediante un acto formal,
por medio del cual se intenta determinar la identidad de una persona a través de la
intervención de otra, quien al verla entre varias personas confirma o niega conocerla o
haberla visto en determinada situación o lugar.

En el proceso penal es importante que se determine de una manera segura la identidad de


las personas, por lo que no se trata solo de conocer de forma precisa el nombre y otros datos
de identificación de la persona, sino también, que ésta quede perfectamente individualizada y
no exista posibilidad de confusión con otras personas.

Se trata de un medio de prueba en el que el resultado puede ser positivo o negativo, según el
caso y si se logra la identificación de la persona. Pero en ambos casos, el dato puede servir
para reforzar y concretar el valor probatorio de un testimonio.

Según su naturaleza (psicológica), es un acto de los denominados "irreproducibles". (Quirós,


2007, p. 127)

El reconocimiento de personas es en sí un acto irreproducible. Si una persona (testigo)


reconoció en una primera diligencia a una persona (imputado), es posible que la siga
reconociendo en las siguientes diligencias que se efectúen; y si la primera diligencia estuvo
viciada, será indiferente que las siguientes se realicen correctamente.

123
Por lo anterior si el reconocimiento se realiza durante el procedimiento preparatorio o el
intermedio, deberá realizarse con las formalidades de la prueba anticipada.

Como se mencionó anteriormente es un acto denominado irreproducible, por lo cual el órgano


de ejecución deberá ser jurisdiccional. Por lo anterior, el artículo 248 del Código Procesal
Penal, Decreto 51-92 del Congreso de la República de Guatemala señala: “Valor como
prueba anticipada. Durante el procedimiento preparatorio deberá presenciar el acto el
defensor del imputado y el juez que controla la investigación, con lo cual dicho acto equivaldrá
a aquéllos realizados según las disposiciones de la prueba anticipada y podrá ser incorporado
al debate”.

El Código Procesal Penal detalla una serie de requisitos formales necesarios para incorporar
la prueba al proceso. Estas formalidades son indispensables para asegurar la veracidad de la
prueba obtenida y el derecho de defensa. Por ejemplo, el artículo 246 establece un
procedimiento en el reconocimiento de personas que deberá respetarse para que la prueba
sea legal y los artículos 317 y 318 que exigen la presencia de la defensa en las pruebas
anticipadas.

En conclusión, su fundamento como anticipo de prueba radica en la imposibilidad de la


práctica de la prueba en el acto del juicio oral, ya sea por la razón de que se trate de actos
definitivos e irreproducibles o cuando deba declarar un órgano de prueba que, por algún
obstáculo difícil se presuma que no podrá hacerlo durante el debate, para evitar que se
pierdan definitivamente aquellos datos probatorios importantes.

Sujetos que intervienen


a) Sujeto activo
Cualquier persona que pueda contribuir a comprobar o perfeccionar la identidad física o la
identificación nominal de otra, o que haya señalado a determinado individuo como
cómplice, testigo o víctima de un delito, podrá ser llamada al reconocimiento. Serán aptos
para actuar como reconocientes tanto los testigos o las víctimas del ilícito como aquellos a
quienes se atribuya alguna participación en él, siempre que accedan a ello. (Cafferata,
1998, p. 128).

Es decir que el sujeto activo puede ser cualquier persona que pueda ayudar a establecer
la identidad física de otra, o que la haya señalado como testigo u ofendido de un hecho
delictivo. Así también pueden ser varias personas.

Si se trata de varios reconocedores de una persona, la diligencia debe practicarse


separadamente con cada uno de ellos, sin que haya posibilidad de que reconocedores y
reconocidos puedan comunicarse”. (Gonzales, 2008. p. 152)

b) Sujeto pasivo
El sujeto pasivo generalmente será imputado, aunque si fuese necesario se podrá realizar
sobre otra persona, o sobre varias personas.

124
Gonzáles (2008) indica: El reconocimiento puede llevarse a cabo aún sin el consentimiento de
quien habrá de ser reconocido. (p. 152)

El imputado tendrá el deber de presentarse al acto, procede aún en contra de su voluntad,


salvo el caso que por decisión del Tribunal por causas justificadas no pudiera presentarse se
podrá usar su fotografía u otros registros.

Si bien en cierto que rigen en el reconocimiento las normas sobre testimonio y declaración del
imputado, el imputado no podrá negarse a la realización del acto por no vulnerar el principio
de no declarar contra uno mismo.

En la medida de lo posible se procurará que el imputado tenga un aspecto semejante al que


supuestamente tenía en el momento de los hechos.

Además del sujeto activo y pasivo, es indispensable y necesario que acuda el juez, el fiscal
del Ministerio Público, el defensor del imputado, y las personas que se van a colocar entre la
persona a ser identificada, el acto no podrá llevarse a cabo en secreto, por lo que
previamente se debe de notificar al fiscal del Ministerio Público y al o los defensores.

Procedencia
Según Cafferata (1998) establece tres casos en los que procede:
a) Cuando sea dudosa la identidad física de una persona:
Es decir, si hay duda sobre el imputado, el reconocimiento tendrá como fin establecer
si la persona sometida al proceso es la misma contra la cual se dirige la acusación.
Si se refiere a la identidad de testigos o víctimas, tendrá como fin verificar si las
personas que se tiene como tal en el proceso son los mismos que se quiere tener, de
esa manera se eliminarán testigos o victimas falsos.

b) Cuando haya dudas acerca de la identificación nominal de una persona:


En otras palabras, cuando el imputado, se niegue a dar sus datos personales, o los
que proporcione no sean completos o sean falsos o comunes para varias personas.
Por medio del reconocimiento se podrá reunir y establecer todos los datos para
distinguirlo de otra persona.

c) Cuando sea necesario verificar si quien dice conocer o haber visto a una persona,
efectivamente la conoce o la ha visto:
Es decir, en este caso tendrá como fin permitir, a quien afirma conocer o haber visto a
alguien, que demuestre con los hechos si en realidad lo conoce o lo vio.

Procedimiento
El acto deberá ser realizado con observancia de varias formalidades impuestas por la ley, el
Código Procesal Penal exige una serie de formalidades para que el reconocimiento tenga
valor como prueba.

125
a) Antes de iniciar la diligencia el testigo tendrá que describir a la persona que va a ser objeto
del reconocimiento. Posteriormente indicará si después del hecho volvió a verlo y bajo qué
circunstancias.
b) Luego, se pondrá a la vista del testigo a la persona a reconocer, junto a personas de
similares características. Si bien la ley no exige un número determinado, es conveniente
que al menos haya tres personas acompañando.
c) Serán puestas en fila y desde un lugar oculto el testigo observará la fila y se le preguntará
si entre las presentes se encuentra la persona que citó en su declaración. En caso
afirmativo, se le invitará para que la ubique clara y precisamente.
d) Por último, quien lleva a cabo el reconocimiento expresará las diferencias y semejanzas
que observa entre el estado de la persona señalada y el que tenía en la época a que alude
su declaración o imputación anterior.
e) Si fueren varios los testigos que van a reconocer, cada uno de ellos deberá intervenir por
separado, cuidando que no se comuniquen entre sí.
f) Si fueren varias las personas a reconocer podrán integrarse en una sola fila, junto a otras.

Finalizada la diligencia se levantará acta de la misma. Se debe controlar que el acta del juez
no contenga vicios formales, se identifiquen a los participantes y se deje bien claro que la
diligencia se realizó respetando todas las exigencias de la ley.

Errores que comúnmente se cometen al hacer el reconocimiento de personas


Según varios autores existen muchos casos en los cuales ocurren constantemente errores en
los reconocimientos de personas por parte de la víctima o testigos, como consecuencia la
condena de personas inocentes.

Por lo anterior, se espera que la forma en que se realice sea como se encuentra regulada en
la legislación y que cumpla con un proceso estricto que ayude a evitar identificaciones
erróneas, pues esto significaría que una persona inocente pueda ser condenada por un delito
que no ha cometido. Los errores que comúnmente se dan:

a) Errores de la memoria
Según Quirós (2007), “los errores de la memoria o falsas memorias son recuerdos de
vivencias o situaciones que no ocurrieron en realidad, o que ocurrieron de manera diversa a
aquélla en la cual son evocadas. (p. 133) En este sentido se debe considerar que, aunque
una persona no presente este, el proceso mental de recuerdos, puede sufrir distorsiones. Por
lo que es esperable que ante situaciones no estables como lo es un evento estresante, se
pueda alterar la memoria de la víctima.

b) Edad, sexo
De acuerdo a la edad puede existir una tendencia a la fantasía o exageración que los llevará
a evocar como ocurridos hechos producto de su imaginación o a colmar con ella las lagunas
existentes respecto de acontecimientos efectivamente ocurridos. Respecto al sexo, si bien los
hombres se encuentran más capacitados para percibir en general un acontecimiento, las
mujeres pueden percibirlo con mayor eficacia en sus detalles.

126
c) Cualidades personales
Las cualidades personales del testigo u ofendido imprimen de contenido al reconocimiento,
dotando o restando credibilidad a su resultado; resulta de interés establecer su profesión u
ocupación, nivel de educación, antecedentes, en cuanto éstos determinan esquemas a través
de los cuales se perciben, aprehenden y evocan las imágenes existentes en su memoria.

d) Errores en el procedimiento
Puede viciarse el procedimiento si no se sigue como está establecido por la legislación, que
no sea notificada la defensa del imputado, que el reconociente no haya descrito antes de la
diligencia al imputado, que el acta final de la diligencia no contenga vicios formales, que se no
identifiquen a los participantes y se deje bien claro que la diligencia se realizó respetando
todas las exigencias de la ley.

La fuerza probatoria de esta diligencia se debilitaría, si el testigo reconociere entre los


presentes al imputado, pero previamente no fue capaz de indicar sus rasgos básicos. (López,
2001. p. 152)

Si la percepción de la realidad fue deficiente, o la transmisión de esas sensaciones o


representaciones ha sido errónea, o falsificada, ello no obsta para reconocer, que el
testimonio constituye un valioso medio de prueba, y en ocasiones el único. (Calderón, 2008 p.
56)

Como se explica anteriormente, la memoria es sumamente sugestionable por lo que no se


recomienda que sea la única prueba a la que se recurra, debiéndose realizar más pruebas
que busquen comprobar la participación de la persona reconocida por la víctima o testigo y si
se lleva a cabo esta diligencia que se tenga cuidado en las formalidades de ley porque se
puede viciar fácilmente.

Reconocimiento de cosas y documentos


El artículo 249 del Decreto número 51-92, Código Procesal Penal establece. “Las cosas que
deban ser reconocidas serán exhibidas en la misma forma que los documentos. Si fuere
conveniente para la averiguación de la verdad, el reconocimiento practicará análogamente a
lo dispuesto en los artículos anteriores”.

Las cosas, los documentos y demás elementos de convicción incorporados al procedimiento


podrán ser exhibidos al imputado, testigo y peritos, invitándoles a reconocerlos y a informar
sobre ellos lo que fuere pertinente (Velásquez, 2009, pág. 160).

Según lo anterior, la ley autoriza que se intente identificar cosas y documentos mediante
aquellas personas que puedan reconocerlas como por ejemplo imputado, testigo, peritos, la
cual será invitada a describir la cosa o documento a reconocer.

Este reconocimiento puede realizarse siguiendo las formalidades establecidas para el


reconocimiento de personas si el tribunal lo considera necesario. Por ejemplo, se podrá

127
exhibir a la persona que va a reconocer, el objeto, cosa o documento a reconocer, junto a
otros tres objetos, cosas o documentos semejantes, posteriormente será interrogada sobre si
reconoce entre las cosas exhibidas a la descrita.

Valoración
El reconocimiento, en particular el de personas puede estar expuesto a errores los cuales
estarán relacionados, por lo general, con las condiciones y la forma en que se desarrolle el
proceso de reconocimiento. Por ejemplo, hay que tomar en cuenta que es diferente la
precisión y extensión de la percepción de cada persona, el tiempo transcurrido, cuando hay
emociones fuertes como horror o dolor, además cuando no se ha podido evitar que el
imputado cambie su aspecto personal.

Se debe considerar que una diligencia de reconocimiento puede viciarse muy fácilmente y
que debe de cumplir cada una de las formalidades descritas anteriormente.
Si el reconocimiento se realiza durante el procedimiento preparatorio o el intermedio, deberá
realizarse con las formalidades de la prueba anticipada, por ser un acto irreproducible se
incorporará al debate mediante la lectura del acta.

Los jueces deberán analizar y valorar los aspectos probatorios de acuerdo a las reglas de la
sana crítica razonada, van a aportar su experiencia, su análisis lógico y dictar el fallo de
acuerdo a las reglas del correcto entendimiento humano en la valoración de los medios de
prueba.

Creemos que dentro del debate es más conveniente que el reconocimiento de personas
cosas y documentos se realicen dentro de esta etapa del proceso, tomando en cuenta el
principio de inmediación que es el conocimiento directo del juez con respecto a las partes y
principalmente a la recepción de la prueba acto propiamente de la oralidad procesal, ya que el
juez los tiene a la vista, porque son incorporados mediante la lectura o puestos a la vista y el
juez le da valor probatorio cuando resuelve en sentencia e indica que medios de prueba son
admitidos por el juez.

128
CONCLUSIONES

El reconocimiento es un acto mediante el cual se comprueba en el proceso la identidad de


una persona o una cosa por medio de la verificación directa de personas, cosas o
documentos a través de los propios sentidos, con el objetivo de apreciar la realidad de ciertos
hechos controvertidos.

El reconocimiento de personas es un medio de prueba que procede mediante un acto formal,


por medio del cual se intenta determinar la identidad de una persona a través de la
intervención de otra, quien al verla entre varias personas confirma o niega conocerla o
haberla visto en determinada situación o lugar.

El reconocimiento de documentos y cosas también está establecido por la legislación


guatemalteca con el fin de identificar cosas y documentos mediante aquellas personas que
puedan reconocerlas.

Si el reconocimiento se realiza durante el procedimiento preparatorio o el intermedio, deberá


realizarse con las formalidades de la prueba anticipada.

129
REFERENCIAS

Cafferata, J. (1998). La Prueba en el Proceso Penal. Argentina: Depalma.

Velásquez, J. (2009). Manual del Fiscal. Guatemala: Ministerio Público.

Calderón, R. (2008). La Prueba en Materia Penal. Guatemala. Instituto de la Defensa Pública


Penal.

Lapola, J. (2017). Código Procesal Penal, comentado, concordado y anotado. Guatemala:


Fénix.

Poroj, O. (2013). El Proceso Penal Guatemalteco. Guatemala: Simer.

Quirós, J. (2007). El Reconocimiento de Personas. Costa Rica: Universidad de Costa Rica.

López, J. (2001). Instituciones de Derecho Procesal Penal. Argentina: Ediciones jurídicas de


Cuyo.

González, M. (2008). Derecho Procesal Penal. Venezuela: Universidad Católica Andrés Bello.

Legisgrafía

 Congreso de la República de Guatemala. (1992). Decreto número 51-92. Código


Procesal Penal.

130
LA RECONSTRUCCIÓN DE HECHOS

Lic. Marco Vinicio Pérez Rivera


Lic. Aarón Antonio Pérez Méndez

INTRODUCCIÓN
La reconstrucción de los hechos dentro del proceso penal tiene como finalidad establecer
hechos que ocurrieron en el pasado y tiene como objetivo averiguar cómo sucedieron (modo,
forma, tiempo, lugar), y en determinar qué normas penales se deben aplicar al caso concreto.
Este medio de prueba debe realizarse con las garantías que establece nuestra norma legal
(Código Procesal Penal), y así garantizar el principio del debido proceso, agregando a este
acto, un valor que protege sin duda a los derechos humanos, los cuales se deben respetar de
forma igualitaria.

Actualmente en Guatemala, es un medio poco utilizado, ya que la mayoría de casos es


imposible poder recrear ciertos escenarios, como por ejemplo, delitos de violación, asesinatos
y de otros tipos, donde se requiera encontrar indicios de aspectos que no es posible recrear.

Este medio probatorio es factible utilizarlo en cualquier momento del proceso, dentro de la
etapa preparatoria se puede solicitar, como anticipo de prueba; dentro de la etapa de juicio,
se puede solicitar su realización antes de iniciar debate; o también se puede realizar en el
mismo debate, ofreciéndose como una prueba nueva.

La reconstrucción de hechos
Dentro del Derecho Procesal Penal guatemalteco específicamente dentro del Código
Procesal Penal Decreto No. 51-92 del Congreso de la República, la diligencia, pesquisa,
medio de investigación, medio de prueba o prueba denominado reconstrucción de hechos no
está expresamente desarrollado, pero la misma sí existe y ha existido dentro de la praxis
judicial y del Ministerio Público, teniendo su origen en el artículo 377 y 380 del Código
Procesal Penal.

Asimismo, existe libertad probatoria, la cual aparece regulada en el artículo 182 del Código
Procesal Penal, esta libertad de prueba tiene íntima relación con el contenido de los artículos
377, 380 y 381 del mismo cuerpo legal, donde nos da la libertad de utilizar la reconstrucción
de hechos como un elemento probatorio en el ámbito procesal penal, ya que por su
naturaleza surge como necesario en el momento que existe ambigüedad u obscuridad en una
o varias prueba o medios probatorios y que estos evidencien contradicción, un ejemplo de ello
es la necesidad de constituirse a un lugar determinado a verificar aspectos físicos, tales como
objetos, topografía, claridad u obscuridad y a tratar de reconstruir el hecho.

131
Definición
Cafferata Nores (1994), en su libro “La prueba en el proceso penal”, establece que la
reconstrucción de hecho es: “es un acto procesal que consiste en la reproducción artificial e
imitativa de un hecho, en las condiciones en que se afirma o se presume que ha ocurrido, con
el fin de comprobar si se lo efectuó o pudo efectuar de un modo determinado.” (p.143). Lo que
pretende esta definición, es determinar que la reconstrucción es un acto procesal, es decir, un
hecho voluntario lícito o hecho revestido de legalidad, que produce efectos jurídicos dentro de
un proceso penal, y que tiene como finalidad la recreación de un hecho ocurrido en el pasado,
y que, a través de éste, se pueda determinar el modo y las circunstancias en que ocurrió el
hecho.

Según Eugenio Florián (1976), la reconstrucción de hechos consiste: “Sustancialmente en la


reproducción artificial del hecho delictivo, o de circunstancias o episodios de éste, o también
de circunstancias y episodios atinentes a ciertos medios de prueba para verificar su exactitud,
posibilidad o verosimilitud.” (p. 539). Lo que el autor trata de definirnos, es que la
reconstrucción de hechos es un medio probatorio, consistente en la recreación artificial de un
hecho delictivo, y que a través de esta recreación se pueda establecer las circunstancias,
modo, y eventos que ayuden a los sujetos procesales a verificar, la exactitud y la posibilidad
de la existencia del hecho a juzgar; también ayuda a determinar si otros medios de pruebas
que obran dentro del proceso penal son verídicos o veraces.

Según Jauchen (1980), la reconstrucción de hechos es: “Una reproducción artificial del hecho
objeto del proceso o de una parte de él o bien de algún otro hecho que, aunque accesorio,
revista la importancia y utilidad tal, que haga procedente su reproducción. Todo con el fin de
comprobar si el hecho se efectuó o pudo efectuarse de un modo determinado.” (p. 305).
Podemos ver que la definición de este autor es similar a la de Eugenio Florián, al decir que la
reconstrucción de hechos es una reproducción artificial, es decir que es un método probatorio,
que consiste en recrear cada paso o circunstancias de cómo pudo ocurrir un hecho pasado,
con la finalidad de determinar el modo, tiempo, lugar en que ocurrió el hecho, estableciendo si
el mismo pudo haber ocurrido de una u otra forma.

Según Osorio, en su diccionario jurídico, establece que la reconstrucción de hechos es una:


“Diligencia judicial que algunos ordenamientos disponen, cuando la investigación sumarial
cuenta con elementos, y con la confesión del responsable o de algún otro implicado, para
reproducir, en lo factible, la comisión delictiva, con el objeto de verificar la verosimilitud y
participación de cada uno de los comprometidos, así como la actitud de la víctima.” (p. 814).
Esta definición agrega otros elementos fundamentales para definir la reconstrucción de
hechos, Osorio la define como una diligencia judicial, es decir, es aquel procedimiento, donde
un juez competente lleve a cabo un acto procesal de trascendencia, mediante el cual se
realiza con todas las garantías procesales, bajo supervisión de juez competente, con la
finalidad de que este acto tenga revestimiento legal, y que el mismo pueda ser usado como
medio probatorio dentro de un juicio.

132
Además, agrega Osorio, que este medio probatorio se puede realizar siempre y cuando
existan elementos suficientes, como declaraciones o confesiones del responsable o de algún
otro implicado; haciendo factible la reproducción o recreación del hecho delictivo, con el
objeto de verificar si el hecho es verídico, y de determinar la participación de cada uno de los
sujetos dentro del hecho recreado, y además de determinar la actitud de la víctima.

Según Santacruz Lima (2017), en su artículo la reconstrucción del hecho en el proceso penal
mexicano: “La reconstrucción del hecho delictuoso en el proceso penal tiene como base
fundamental establecer hechos pasados y averiguar cómo sucedieron, y determinar el caso
sub judice; y también, encontrar cuál es la ley que rige el caso. Es por ello que la
reconstrucción del hecho debe realizarse en el contexto de valores fundamentales que se han
introducido en los ordenamientos jurídicos; valores que se han plasmado a través de los
derechos humanos, los cuales se debe respetar de manera igualitaria.” (p. 160).

Lo que trata de decir Santacruz Lima, es que la reconstrucción de hechos tiene como
finalidad establecer hechos pasados, es decir, trata de reconstruir otra vez un hecho ocurrido
en el pasado, y tratar de establecer cómo sucedió el hecho, y determinar el caso sub judice
(son todos aquellos asuntos que hacen falta por establecerse, como el modo, tiempo, lugar,
elementos que ayudan establecer la veracidad, la existencialidad del hecho reconstruido).

Para Hernández Pliego (2006), la reconstrucción de hechos es: “una forma que puede asumir
la prueba de inspección, para apreciar las declaraciones y peritajes emitidos. Toda
proporción guardada, puede decirse que la reconstrucción de hechos es la inspección, lo que
un video o película es a una fotografía. Es decir, con el medio probatorio que ahora
estudiamos, se pretende captar en movimiento, en acción, el contenido de una declaración
para determinar su grado de veracidad y evaluar también los dictámenes periciales emitidos.
En la reconstrucción, que se practicará a la hora y en el lugar de la comisión del delito, si ello
fuere importante para el éxito de la diligencia, estarán presentes, de ser posible, todos los que
hayan declarado haber participado en los hechos o haberlos presenciado. Es menester que
la naturaleza del delito y las pruebas rendidas permitan la práctica de la reconstrucción,
a juicio de quien la preside, y que previamente hayan sido examinadas las personas que
intervinieron o presenciaron los hechos y se hubiere inspeccionado el lugar, en caso de que
se lleve a cabo la diligencia en el sitio de la comisión del delito. La reconstrucción se lleva a
cabo dando lectura a la declaración respectiva, pidiendo al declarante que la reproduzca
gráficamente, y señale la intervención o participación que, en los hechos relatados, tuvieron
los asistentes, quienes ocuparan los sitios y realizarán las acciones que se describen en la
declaración.” (p. 243 y 244).

Lo que el autor quiere dar a entender es que este medio de prueba es utilizado para
establecer la veracidad, de las declaraciones testimoniales y los peritajes emitidos, dentro de
un proceso penal; es decir que, a través de este medio probatorio, se puede poner a prueba
los movimientos, las acciones y el contenido de una declaración, para así determinar la
veracidad de los mismos.

133
La finalidad de la reconstrucción de hechos es establecer la posibilidad material de las
diferentes hipótesis que se plantean dentro de los procesos penales, con este medio de
prueba, se puede reconstruir las condiciones de visibilidad, audibles, así como encuadrar en
el tiempo y el espacio de los distintos actores.

En los supuestos accidentes de tránsito en la actualidad la vigilancia videográfica ha venido a


sustituir la necesidad de realizar reconstrucciones de hechos ya que una fotografía o video
del momento exacto del acontecimiento del hecho controvertido puede en un momento
solucionar la duda que el juzgador pueda tener ante la oscuridad, ambigüedad o
contradictorio de las pruebas, pero ante la falta de estos elementos de la tecnología moderna
la reconstrucción de hechos aporta una doble utilidad en la medida que puede ser decisiva
para establecer la relación causa/efecto y dar una visión responsable, razonable y
técnicamente fiable, que permita determinar y fijar las eventuales responsabilidades penales
y civiles derivadas del hecho criminal.

No obstante, la importancia de este tipo de prueba, dado que la misma sea elaborada a partir
de otros datos y elementos probatorios preexistentes, su valoración no debe hacerse de
forma aislada, sino que habrá de valorarse conjuntamente con todo el elenco probatorio que
la acompaña y de esta forma llegar a la verdad procesal y certeza de quienes juzgan
necesaria para impartir justicia.

Siguiendo el curso normal y lógico del proceso penal guatemalteco, la reconstrucción de


hechos por sus propias características es una diligencia de investigación propia de la fase de
instrucción; con características especiales en su diligenciamiento y por ende en al acto del
juicio oral, la reconstrucción de los hechos por sus características solo se admite de forma
muy excepcional dada la inmediación y oralidad con que se han de desarrollar las pruebas en
el juicio oral y la gran dificultad de practicar una prueba de esas características en dicho acto,
de esa cuenta se argumenta que esta prueba es materialmente imposible de producirla en el
debate; por esa razón esta diligencia debe practicarse como un acto definitivo y por ende a
través del anticipo de prueba establecido en el artículo 317 y 348 del Código Procesal Penal.

El fundamento jurídico de este medio probatorio lo encontramos en varios artículos del


Código Procesal Penal, en primer lugar lo encontramos en el artículo 317 el cual establece:
“Cuando sea necesario practicar un reconocimiento, reconstrucción (reconstrucción de
hechos), pericia o inspección que por su naturaleza y características deban ser considerados
como actos definitivos que no puedan ser reproducidos, o cuando deba aclarar un órgano de
prueba que, por algún obstáculo difícil de superar, se presuma que no podrá hacerlo durante
el debate, el Ministerio Público a cualquiera de las partes requerirá al Juez que controla la
investigación que lo realice.”

En este precepto legal encontramos que la reconstrucción de hechos puede ser solicitado por
el Ministerio Público, o por cualquiera de las partes, para dos finalidades bien definidos; uno
de ellos cuando la reconstrucción de hechos, es considerado como acto definitivo, es decir,
que a través de su diligenciamiento, éste medio de prueba ayuda de forma directa o indirecta

134
a decidir el fondo sobre un asunto, de manera tal que al juzgador le hace imposible continuar
con las actuaciones; el segundo de ellos, establece que la reconstrucción de hechos puede
ser solicitar para aclarar otro órgano de prueba, del cual se tenga duda o es ambiguo u
oscuro, y que necesita ser aclarado a través de la reconstrucción de hechos, el cual ayudará
a determinar si el órgano de prueba que necesita ser aclarado es verídico o carece de
credibilidad.

La reconstrucción de hechos según el artículo 317 del Código Procesal Penal, establece que
solo puede ser solicitado si no es factible diligenciar dentro del debate; por tanto debe ser
solicitado como Anticipo de Prueba, tal como lo establece el artículo 348 del Código Procesal
Penal, el cual establece: “El tribunal podrá ordenar, de oficio o a pedido de parte, una
investigación suplementaria dentro de los ocho días señalados en el artículo anterior, a fin de
recibir declaraciones a los órganos de prueba que, por algún obstáculo difícil de superar, se
presuma que no podrán concurrir al debate, adelantar las operaciones periciales necesarias
para informar en él, o llevar a cabo los actos probatorios que fueran difícil de cumplir en la
audiencia o que no admitieren dilación…”

Claramente este artículo hace referencia que cuando un medio de prueba (reconstrucción de
hechos) no fuere posible diligenciarse dentro del debate por cualquier obstáculo; éste deberá
ser ordenado, de oficio o petición de parte, con la finalidad de que se diligencie como anticipo
de prueba, es decir diligenciar antes del debate y de esa forma garantizar el acto probatorio,
para que, dentro del debate, se le dé valor probatorio juntamente con los otros medios de
pruebas.

También encontramos fundamento de la reconstrucción de hechos en el artículo 377 en su


último párrafo, del Código Procesal Penal el cual establece: “Si fuere imprescindible, el
presidente podrá autorizar a los testigos a presenciar actos del debate. Se podrán llevar a
cabo careos entre testigos o entre el testigo y el acusado o reconstrucciones.”

En este artículo encontramos que la reconstrucción de hechos si es posible hacerla dentro del
debate, aunque en la práctica es muy difícil poder reconstruir hechos a detalles cuando no se
encuentran en el lugar de los hechos, por tal motivo considero de suma importancia que las
reconstrucciones de hechos sean diligenciadas como anticipos de prueba, ya que pueden
agendarse de manera anticipada, así poder diligenciar con todas las garantías procesales,
que puedan garantizar su efectividad.

El artículo 380 del Código Procesal Penal también menciona la reconstrucción de hechos y
establece: “Si para conocer los hechos fuere necesaria una inspección o una reconstrucción,
el tribunal podrá disponerlo, aún de oficio, y el presidente ordenará las medidas necesarias
para llevar a cabo el acto. Si el acto se realizare fuera del lugar de la audiencia, el presidente
deberá informar sumariamente sobre las diligencias realizadas.”

En este artículo se hace referencia que si las partes necesitan conocer los hechos, o
determinar el modo de su comisión, será necesario una reconstrucción de hechos, este medio

135
de prueba, podrá ser ordenado de oficio y petición de parte, ordenando el presidente del
tribunal, las medidas necesarias para llevar a cabo la reconstrucción de hechos; además este
artículo establece que si el reconocimiento de hechos se debe realizar fuera del lugar de la
audiencia, el presidente del tribunal deberá informar a las partes el día y la hora, y el modo en
que se diligenciara dicho medio prueba. Cuando la reconstrucción de hechos es solicitada en
el mismo debate, porque surgió la necesidad de reconstruir nuevamente los hechos, a esto
podemos llamarle, un nuevo medio de prueba, tal como lo establece el artículo 381 del
Código Procesal Penal.

Este medio de prueba se puede realizar en cualquier etapa del proceso penal; si se realiza
dentro la etapa preparatoria se hará como anticipo de prueba, según el artículo 317 del
Código Procesal Penal. Así también en la etapa de juicio, se podrá practicar antes de iniciar
el debate, tal como lo establece el artículo 348 del mismo cuerpo legal, o podrá surgir también
durante el desarrollo del debate tal como lo establece los artículos 380 y 381 del Código
Penal.

En ese orden de ideas y por ser un acto meramente jurisdiccional, el juez al momento de
recibir la solicitud de reconstrucción de hechos practicará el acto, si lo considera admisible
formalmente, citando a todas las partes, los defensores o mandatarios, quienes tendrán
derecho a asistir con las facultades previstas respecto de su intervención en el debate, tal
como lo establece el artículo 380 del Código Procesal Penal.

Siendo este punto de suma importancia ya que durante la práctica de la diligencia deben
observarse las reglas del debate, en otras palabras pudiéramos decir que es una audiencia
de debate en donde se están diligenciado órganos o medios de prueba, y es de esa cuenta
que todos los sujetos procesales deben estar presentes, para participar en el acto, con su
presencia, haciendo las observaciones y argumentaciones correspondientes y presentando
las protestas por anulación formal que se estimen pertinentes, cabe mencionar que por ser
una audiencia prácticamente de debate el recurso de reposición no sería el adecuado para
impugnar alguna eventualidad dentro de la diligencia sino el recurso de apelación especial el
cual pudiera ser de forma, de fondo o por motivos absolutos de anulación formal.

De acuerdo a la estrategia del litigante se tendría que asentar la protesta antes referida, la
cual puede referirse por ejemplo a que el sindicado no compareció a la diligencia debido a
que se encontraba guardando prisión preventiva, o porque teniendo abogado defensor
previamente constituido no fue citado a la diligencia y se nombra abogado de la Defensa
Pública Penal; existe la posibilidad que el imputado que estuviere detenido sea representado
por su defensor extremo que no compartimos debido a que se lesiona indudablemente la
inmediación procesal y principios como la oralidad, publicidad y el contradictorio necesario.

Aunque la reconstrucción de los hechos normalmente se diligencia en la etapa preparatoria


según el artículo 317 del Código Procesal Penal; si el acto se realizare fuera del lugar de la
audiencia, el presidente deberá informar sumariamente sobre las diligencias realizadas,
aunque si el tribunal lo hiciere de oficio esto sería una extralimitación de conformidad a

136
nuestro sistema acusatorio podemos apreciar que la reconstrucción de los hechos en este
caso ya no se tramita como prueba anticipada sino como una especie de prueba nueva.

La asistencia a la diligencia de reconstrucción de los hechos se lleva a cabo en virtud de una


decisión u orden judicial en la cual deben intervenir el acusado en ese sentido el acusado
debe estar asistido por su abogado defensor previamente nombrado y sólo en el caso que no
haya nombrado abogado podrá el juzgador nombrar uno de la Defensa Pública Penal; uno de
los deberes del abogado es informar a su cliente su derecho a no participar en la diligencia y
ser representado por él, a no declarar y si declara puede no declarar en contra de sí mismo o
de sus parientes dentro de los grados de ley y que esa decisión no puede tomarse en su
perjuicio, respetándose así todas las garantías de defensa, así mismo, argumentar
técnicamente en cuanto a la diligencia e impugnar oportunamente o bien exigir la
subsanación de defectos de forma dentro del desarrollo de la diligencia.

Con la diligencia de reconstrucción de los hechos se trata de reproducir precisamente uno o


varios hechos, de forma artificial e imitativa, teniendo en cuenta la declaración de los que
hayan podido intervenir en los mismos y ajustándose en la medida de lo posible al escenario
concreto, situación y demás circunstancias existentes en el momento en que aquéllos se
produjeron. La principal finalidad de la reconstrucción de hechos es conseguir
una representación de lo sucedido realmente, conocer la mecánica de los hechos y si estos
ocurrieron tal y como han podido declarar los testigos y de lo que se pueda desprender de
otros órganos o medios de prueba preexistentes, valorando la congruencia, verosimilitud y
mayor o menor concordancia de las declaraciones de dichos intervinientes.

En los casos, en los que se haga comparecer a un experto en una ciencia debe discernirse el
cargo previamente a excepción de los peritos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses ya
que estos de conformidad con su ley orgánica tienen discernido el cargo por el mero hecho de
su nombramiento laboral, en el caso de peritos y expertos sean del INACIF o no deberán en
su caso orientar la diligencia y rendir su dictamen pericial en el caso de peritos del INACIF o
informe en el caso de expertos documentos que formarán parte del elenco probatorio que en
su momento procesal deberá ser valorado por el Tribunal de Sentencia posterior a ser
sometido al contradictorio propio del juicio.

Debemos mencionar que los accidentes de tránsito y los accidentes laborales son los
supuestos más habituales en los que la reconstrucción de hechos puede ser decisivo para el
esclarecimiento de los hechos y sus posibles causas, pero esto no excluye que se pueda
utilizar para otros supuestos como asesinatos, homicidios, entre otros.

Concluida la reconstrucción de los hechos, se deberá redactar un acta con todas las
formalidades que determina el artículo 147 del Código Procesal Penal, el cual ordena que las
actas deberán comprender: a) Lugar y fecha en que se efectúe y el proceso a que
corresponde; b) la hora se hará constar cuando la ley o las circunstancias lo requieran; c)
nombres y apellidos de las personas que intervienen y, en su caso, el motivo de la
inasistencia de quienes estaban obligados a intervenir; d) La indicación de las diligencias

137
realizadas y de sus resultados; e) las declaraciones recibidas en la forma establecida para
cada caso; y f) las firmas de todos los que intervengan que deban hacerlo, previa lectura.

Cuando alguno no quiera o no pueda hacerlo, se hará mención de ello. Si alguno no supiera
firmar podrá hacerlo otra persona por él, a su ruego, o un testigo de actuación convocado al
efecto, y colocará su impresión digital. En el acta deberá constar el cumplimiento de las
disposiciones especiales previstas para los casos particulares.

CONCLUSIONES

La reconstrucción de hechos es una herramienta jurídica que nos permite recrear o


reconstruir, a través de simulaciones o imitaciones de hechos, con la finalidad de ilustrar
nuevamente los aspectos ocurridos en un hecho del pasado, ayudando al juez a crear un
panorama más amplio del modo, forma, lugar y tiempo en que ocurrieron los hechos;
identificando de esta manera a objetos, cosas y personas que tuvieron participación directa
en el hecho a juzgar.

Esto quiere decir que la reconstrucción de hechos, es un acto jurídico procesal, que tiene
como finalidad, la reproducción artificial o puramente imitar un hecho ocurrido en el paso, bajo
la supervisión de juez jurisdiccional, con el objetivo de demostrar la veracidad o la falsedad de
una plataforma fáctica, ya sea utilizada por el ente investigador o por la defensa técnica, con
la cual pretender convencer al juzgador que su teoría es la que más se acerca la verdad
histórica del proceso a juzgar. Como sabemos que no es posible repetir dos veces el mismo
hecho, pero su similitud se puede reconstruir, dando la imagen de su posible realidad; lo
importante de este medio probatorio es que no tiene que ser exacto, al hecho original, sino
que simplemente debe demostrar objetos, lugares o personas, con la cual la suplantación no
afecte la eficacia de la reconstrucción, imitando los posibles resultados.

138
REFERENCIAS

Cafferata Nores, José I. (1994) La Prueba en el Proceso Penal. Ediciones Depalma. Buenos
Aires.

Florian, Eugenio (1976) De las Pruebas Penales. Bogotá. Temis. Tomo II.

Hernández Pliego, Julio A. (2006). Programa de Derecho Procesal Penal. Editorial Porrúa,
13ª. Edición. Pág. 243 y 244.

Jauchen, Eduardo M. (1980) La prueba en materia penal. Buenos Aires, Argentina: Rubinzal -
Culzoni Editores. Pág. 305.

Osorio, Manuel. Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Primera Edición


Electrónica, Datascan, S.A. Guatemala, C.A. Pág. 814.

Santacruz Lima, R. Revista Derecho Penal y Criminología. Volumen xxxviii. Número 105.
Julio-Diciembre de 2017 • Pág. 160.

Legisgrafía
Código Procesal Penal Guatemalteco, Decreto No. 51-92 del Congreso de la República de
Guatemala.

139
LA PRUEBA INDICIARIA EN EL PROCESO PENAL

Licda. Floridalma Puac Pelicó


Lic. Douglas Ramón Ramírez Domínguez

INTRODUCCIÓN
En el proceso penal guatemalteco la prueba indiciaria se manifiesta a través de la actividad
probatoria, cuya fuente proporciona datos comprobados, concretándose la misma cuando se
obtienen argumentos probatorios mediante una deducción correcta.

En ese orden de ideas, el indicio como concepto es uno de los elementos ineludibles de la
prueba indiciaria. En consecuencia, esta se considera una particular actividad de
conocimiento, una de las premisas o más bien en regla de experiencia o como se dice en una
regla técnico-científica. Porque el dato indiciario es un antecedente necesario para llegar al
conocimiento exacto de una cosa o para deducir las consecuencias legitimas de un hecho.

En el acontecimiento de los hechos suscitados, la circunstancia de un hecho delictuoso da


origen a la noticia criminal (noticia criminis) y con esto origen a la fase de investigación para
sospechar la participación de alguna persona también existen indicios, presunciones y datos
que servirán a las partes para fundar una excelente labor judicial. La prueba indiciaria no es
excepcional sin embargo aporta conocimientos a las partes para el adecuado desarrollo del
proceso penal.

Origen de la palabra indicio (etimología)


Para adentrarnos al tema es necesario dar conocer algunos conceptos de lo que encierra la
palabra indicio y para el efecto acudimos a las siguientes citas para brindar una perspectiva.

A criterio de Serra, “indicio deriva de “indicare”, equivalente a dar a conocer a manifestar”, (p.
348) nos encontramos ante la primera acepción de indicio que equivale a sospecha o
elemento que permite formar una opinión más o menos fundada sobre determinado particular
de interés para el proceso

Echandia refiere que “La voz latina indicum es una derivación de indicere, que significa
indicar, hacer conocer algo” (p. 601) por lo tanto, proviene de indicar, descubrir, revelar.

Por ende, el indicio es uno de los componentes ineludibles del concepto prueba indiciaria. En
general la mayoría de los autores considera al indicio “hecho cierto”, sin embargo, la
conclusión obtenida para ser tal debe tener significancia probatoria.

A criterio de Serra, “durante un considerable lapso de evolución de la prueba indiciaria, el


indicio fue entendido y explicado como fuente de sospecha, en efecto se consideró indicio a

140
todo elemento o hecho real con aptitud de sugerir una opinión más o menos fundada sobre
determinado particular de interés para el proceso” (p. 347)

El indicio en el derecho de la época medieval


En esa época, el derecho se vio sometido a una relevancia jurídica que estaba preceptuado
en dichas leyes, por lo que se aplicaba el método de la tortura para hacer confesar a los
hechores los delitos cometidos. En ese tormento los imputados confesaban y a los jueces
esto les bastaba para aplicar la condena.

Después se abolió el tormento y los juristas se dieron cuenta que ante la dificultad de obtener
una confesión espontanea, forzosamente debía fundarse la sentencia en aquellas sospechas
motivadas por el ánimo del juzgador por los indicios recogidos en el curso de la investigación
sumarial.

En ese contexto, Manzini afirma: “la fama, el rumor, era un indicio que llevaba a la
tortura…los indicios indudables bastan para la condena, y si son dudosos, sólo son idóneos
para la tortura”.

Ejemplos de datos indiciarios


a) Cuando al imputado se le encuentran rasguños en el cuello, cara, manos y restos en
sus uñas de piel humana
a) Cuando en el levantamiento de cadáver se constata cuerpo caliente sin rigidez ni
livideces
b) En levantamiento de cadáver, cuerpo de la víctima en estado de rigidez, brazos y
piernas en extensión, columna vertebral en arco que aproxima la cabeza a los talones
c) En caso de homicidios al buscar excavaciones en las fosas los restos óseos que
despiden olores fuertes y desagradables.

En ese sentido, quien posee la carga de la prueba debe poner en acción su conocimiento, su
intelecto, experiencia, aptitudes y discernimiento, inclusive su intuición o interés destinados a
encontrar, incorporar en el proceso penal interpretando correctamente datos indiciarios en los
casos y hechos punibles.

Al respecto Manzini, cita la motivación de una sentencia del año 1939, en la cual se lee:

“Mientras las suposiciones constituyen meras conjeturas subjetivas, con las que se trata
de intuir un dato de hecho no contenido en la percepción, y las dudas son estados de
ánimo destituidos de lógica y coherente correspondencia entre circunstancias
directamente comprobadas, los indicios presuponen en cambio la demostración de
circunstancias indispensables por las que se arguye indirecta pero lógicamente el hecho
que hay que probar mediante un proceso deductivo, con la misma certeza que da a la
prueba directa” (p. 483)

141
La prueba indiciaria en los casos de delitos de lesiones u homicidios
Para citar solo un ejemplo, en estos casos al realizar diligencias donde se constata
directamente (inspección ocular) después de sucedido un hecho se encuentran manchas
rojas parecidas a la sangre humana, el dato es auténtico, pero en realidad se ignora si es
alguna mancha que pertenece alguna sustancia química.

Entonces se debe constatar si esa sangre es de origen animal o humana y si fuera sangre
humana establecer el tipo sanguíneo y sus coincidencias con la víctima o el sospechoso, en
efecto para determinar si tiene la calidad de dato indiciario se debe remitir al laboratorio para
su posterior identificación.

En consecuencia, todo acontecimiento, toda cosa, puede convertirse en indicio de otra, en


razón y medida de sus relaciones con esta otra, en esa virtud, existen muchos indicios como
casos imaginables y realizables.

Cuando hablamos de prueba indiciaria tendremos que tener en cuenta es una de las
diferentes clases o fases de prueba en el proceso penal guatemalteco, y en este caso, lo
tomaremos como los indicios o primera noticia de un hecho delictivo. Como objeto principal
de esta prueba es que se quiere tener una averiguación penal o de la verdad, como lo
establece el artículo cinco del Código Procesal Penal, teniendo una gran relación tener una
prueba concreta y una verdad concreta.

Según Desimoni, consiste en la reunión e interpretación de una serie de hechos y


circunstancias relativos a un injusto determinado que se investiga, a efecto de intentar
acceder de lo acontecido por vía indirecta. 4 * Así como también el Parra Quijano, refiere
“Indicio deviene de Indicium o indicare que significa indicar, hacer, conocer algo, mostrar,
hacer saber”. Durante la presente indagación del tema se ha confirmado que el término de
indicio viene de tiempos antiguos, y que tanto la definición como la aplicación o utilización,
tiene su origen de la magia, porque todos los actos se presumían era ciertos, y que posterior
la gente no fue creyendo en tales aseveraciones y fue investigando de donde prevenía como
surgía los actos que se presentaban. Según Desimoni la prueba indiciaria consiste en: "La
reunión e interpretación de una serie de hechos y circunstancias relativos a un injusto
determinado que se investiga, a efectos de intentar acceder a la verdad de lo acontecido por
vía indirecta." Por medio de la prueba indiciaria lo que se hace es probar directamente hechos
mediatos para deducir de éstos aquellos que tienen una significación inmediata para la causa.
En esa misma línea, Belloch Julbe, anota que la prueba indiciaria presupone tres elementos
esenciales: 1) "Una serie de hechos base o uno solo "especialmente significativo o
necesario", que constituirán los indicios en sentido propio. 2) Un proceso deductivo, que
puede ser explícito o implícito (esto último, cuando el valor significativo del o de los indicios se
impone por sí mismo); y, 3) Una conclusión o deducción, en cuya virtud uno o varios hechos
periféricos han pretendido tener por acreditado un hecho central a la dinámica comitiva,
conclusión que ha de ser conforme a las exigencias del discurso lógico."

142
En la prueba indiciaria y específicamente en la fase de acopio de las pruebas los funcionarios
que intervienen en esta fase deben de actuar con suma diligencia, excelente intuición y aguda
observación de los hechos sumado a todo esto la experiencia, y así no perder ningún dato por
tan sencillo que éste parezca.

Los datos indiciarios que se traducen en prueba indiciaria también se manifiestan en las
muertes por envenenamiento, cuando por ejemplo se compran sustancias químicas
peligrosas, en casos de robos en las huellas de pisadas humanas en los vestigios del delito.
Además, en la obtención de cuero cabelludo, semen. Aunque todo esto en realidad no es
prueba indiciaria totalmente comprobada pues aún falta comprobar quién cometió el delito,
cuándo lo hizo, por qué lo hizo, estas interrogantes solo se despejan mediante una correcta
inferencia mediante la aportación del dato indiciario.

Si tomamos como ejemplo en la escena de un crimen donde se encuentran cabellos, esto en


si es un dato indiciario pero incompleto porque aún falta la exigencia de lo inequívoco e
indivisible que sería remitir al laboratorio los restos de cabello encontrados que se convertirá
en el objeto de la prueba determinando a través de cromosomas a quien pertenece dichos
cabellos.

A criterio de Desimoni, la prueba indiciaria es “la reunión e interpretación de una serie de


hechos y circunstancias relativas a un injusto determinado que se investiga, a efecto de
intentar acceder la verdad de los acontecido por la vía indirecta”.

La prueba indiciaria en el derecho penal guatemalteco


En el proceso penal, la prueba indiciaria tiene una objetiva relación con jueces, fiscales y
abogados toda vez que el indicio es también un procedimiento para ser aplicado en el sistema
penal, pero en la práctica tribunalicia, el abogado defensor debe enfrentar a los argumentos
del fiscal en el caso que constituya prueba de esa índole.

A criterio de Valderrama (1995) este tipo de prueba debe tener categoría de principal por ello
arguye: “No ha tenido la fortuna merecida, de ello se quejan algunos especialistas”.

En el derecho penal guatemalteco es considerada prueba indirecta. En la construcción de la


prueba indiciaria o presunción probatoria, se sigue el siguiente procedimiento: a) "De los
medios de prueba se extraen los indicios, b) Los indicios comprobados se constituyen en
elementos de pruebas, y en el primer eslabón de la inferencia lógica, es decir, se constituyen
en el hecho base comprobado, c) Sobre el hecho base comprobado (o hechos base
comprobados) inferencia lógica que se sustenta en el nexo causal que desemboca inferidos o
hechos consecuencia. Dentro de este esquema la presunción es la actividad intelectual del
juzgador que, partiendo del indicio, afirma un hecho distinto, pero relacionado con el primero
causal o lógicamente."

143
Doctrinariamente, existe una diferencia entre la prueba indiciaria y los indicios propiamente
dichos. Muchas veces se ha concebido el término indicio como si se tratara de una prueba
indiciaria. El indicio, como lo refiere Dellpiane, "Es todo rastro, vestigio, huella, circunstancia y,
en general, todo hecho conocido, debidamente comprobado, susceptible de llevarnos, por vía
de inferencia, al conocimiento de otro hecho desconocido." De manera que el indicio, si bien
es cierto constituye fuente de prueba, todavía no es medio de prueba.

Para que ello acontezca, es necesario que éste sea sometido a un raciocinio inferencial, que
permita llegar a una conclusión y que ella aporte conocimientos sobre el objeto de la prueba.
Mittermaier, indica que, por medio de la prueba indiciaria, lo que se hace es probar
directamente hechos mediatos para deducir de éstos aquéllos que tienen un significado
inmediato para la causa. Por su parte Dellepiane, indica que indicio, es todo rastro, vestigio,
huella, circunstancia, y en general, todo hecho comprobado, susceptible de llevarnos, por vía
de inferencia, al conocimiento de otro hecho desconocido.

El indicio sólo será medio de prueba, al ser sometido a un raciocinio inferencial, que permita
llegar a una conclusión y que aporte conocimiento sobre el objeto de la prueba. La diferencia
entre prueba directa y prueba indirecta estriba en la manera en que el medio de prueba capta
la información que aporta al proceso con relación a la comisión del delito; en ese sentido,
para diferenciar si un medio probatorio es directo o indirecto, se debe observar y analizar la
forma en que el medio de prueba pretende demostrar el hecho que quiere probarse. Como
puede apreciarse, la prueba directa tendrá como objeto inmediato el delito, en tanto que la
prueba indirecta o indiciaria tendrá como objeto de probanza un hecho mediato al delito e
incluso distinto del delito mismo, pero útil para probar aquel por su íntima relación con los
hechos.

Presunciones e indicios
Malatesta refiere que la diferencia entre presunción e indicio radica en que la presunción se
basa en razonamientos deductivos, y cita como ejemplo, el artículo 264 del Código Procesal
Penal donde se establece el peligro de fuga a sindicados de delitos graves. Mientras que los
indicios parten de lo particular, y por lo tanto, el proceso del raciocinio es inductivo, aplicando
una norma de la experiencia, sea esta cotidiana o científica. Y cita como ejemplo el robo
donde se aprecia la tenencia de la cosa considerada como un indicio en virtud que el tenedor
de algo robado es el autor de la sustracción del objeto.

La doctrina da cuenta que el indicio solo puede ser medio de prueba al ser sometido a un
raciocinio inferencial, que permita llegar a una conclusión y que aporte conocimiento sobre el
objeto de la prueba, sin embargo, en el curso del proceso penal también existen otros tipos de
pruebas como la directa e indirecta.

La Cámara Penal de la Corte Suprema de Justicia ha sentado doctrina respecto de la


naturaleza de la prueba indiciaria, señalando que es una prueba esencialmente lógica, ello se
explica porque el juez unipersonal o tribunal de sentencia al analizar y valorar la prueba
indiciaria debe ejecutar una operación intelectiva que le permitirá arribar a la constatación de

144
los hechos. Para realizar esta labor es necesario que previamente constate la existencia de
un nexo causal entre los hechos conocidos (prueba indiciaria) y el hecho desconocido que se
pretende probar, si tal nexo no se evidencia, no puede arribarse a la constatación de los
hechos o supuestos fácticos de la acusación ni encuadrarlos en la norma penal que define el
tipo.

La prueba indiciaria versará siempre sobre un hecho que no necesariamente es el que


encuadra en el delito imputado, por lo que su sola acreditación en el proceso no permite la
verificación del supuesto fáctico necesario para determinar la responsabilidad penal del
proceso.

Por consiguiente, la prueba indiciaria es considerada un enlace o nexo causal que debe
versar en el análisis intelectivo del juzgador, lo que implica que la motivación que realice, al
consignar los argumentos de la valoración probatoria, debe explicar la existencia de tal nexo,
si constituye que sí, deberá explicar cómo a partir de los indicios llegó a la convicción de
determinar la responsabilidad del procesado.

A criterio de San Martín Castro, "indicio es todo hecho cierto y probado con virtualidad para
acreditar otro hecho con el que está relacionado el indicio debe estar plenamente acreditado.
Es el hecho base de la presunción, es un dato fáctico o elemento que debe quedar acreditado
a través de los medios de prueba previstos por la ley". Por lo anterior, se ha dicho que la
eficacia probatoria de la prueba indiciaria dependerá de la existencia de un enlace preciso y
directo entre la afirmación base y la afirmación consecuencia, de tal forma que de no existir el
mismo su valor probatorio sería nulo, no por el simple hecho de concatenación de las
presunciones, sino porque faltaría uno de los elementos fundamentales integrantes de su
estructura.

Un último requisito respecto del indicio es que sea periférico respecto al dato fáctico a probar.
Para el defensor el tener conocimiento de los primeros indicios debiera de ser clave ante lo
que el Ministerio Público pueda proponer con su raciocinio. Para que se pueda considerar la
prueba indiciaria, su contenido es que exista un sustento real, porque de lo contrario, sería
una mera sospecha; los indicios deben ser plurales, o excepcionalmente únicos pero de una
singular fuerza acreditativa, además, como algo fundamental en su contenido en sí mismo,
deben ser concomitantes al hecho que se trata de probar, los indicios deben ser periféricos
respecto al dato fáctico a probar, y desde luego no todos lo son, y deben estar interrelaciones,
cuando sean varios, de modo que se refuercen entre sí y que no excluyan el hecho
consecuencia.

Es importante señalar que la construcción de una decisión basada en prueba indiciaria


requiere indefectiblemente de un razonamiento adecuado a las reglas de la sana cítrica
razonada, dentro de las cuales reviste de especial relevancia la regla de la experiencia.

La pieza principal del procedimiento probatorio en relación a la prueba indiciaria es el proceso


mental que realiza el juez para conectar el hecho base con el hecho consecuencia, ello

145
implica que la motivación en la valoración de la prueba indiciaria requiere necesariamente de
un juicio lógico, de una labor intelectual que exteriorice las razones que permitan establecer el
nexo causal entre el primero y segundo elemento de la prueba indiciaria (hecho base y hecho
consecuencia)

Las inferencias y deducciones desde el punto de vista del juez


La doctrina establece que la inferencia es el razonamiento efectuado observando las reglas
lógicas pertinentes, además a este concepto se le conoce como argumento, por ello, la
inferencia es actividad en la que se afirma una proposición sobre la base de otras
proposiciones, aceptadas como punto de partida del proceso. A cada inferencia le
corresponde un argumento, en los que se emplean premisas y conclusiones.

A criterio del Instituto de la Defensa Pública Penal, en su edición La Prueba en Materia Penal,
si la esencia de las pruebas reside en su finalidad de comprobación, esta se refiere a su
verdad concreta y una verdad concreta sobre el hecho objeto de la averiguación penal. (P,
35)

Recasens Siches (1963) dice: “Que lo racional puro de la lógica de la inferencia es


meramente explicativo de los nexos entre causa y efectos”. (p. 51)

El proceso penal tiende a develar la verdad sobre la hipótesis de un hecho delictivo, lo cual es
su objetivo y no existe otro camino legal ni científico que sea el de la prueba, la prueba
impacta en la conciencia del juzgador, sin embargo, al referirnos a la prueba indiciaria
podemos afirmar que el indicio es además un objeto de la prueba, y los indicios en muchas
ocasiones se basan en asuntos ordinarios admiten grados distintos de fuerza.

Por ello, el juez también utiliza el indicio porque puede probar algo que, aunque no venga de
la ley, sino de hechos que tienen grados de complejidad. El sistema legal guatemalteco hace
alusión a las presunciones, es decir, que puede determinar a través del raciocinio una
conducta delictiva. El juez además utiliza por convicción la regla de la sana crítica la que se
apoya además en la experiencia, la lógica y psicología.

Estados Intelectuales del juez respecto a la prueba indiciaria


En el sistema penal guatemalteco la prueba indiciaria tiene una íntima relación con la prueba
pericial, muchos jueces la aplican en sus resoluciones porque va ligada al indicio, lo que
determina el objeto de la prueba, ejemplo: huellas, signos, rastros del delito.

La verdad, la certeza y la duda


Es la que se persigue en el proceso penal a diferencia de lo que ocurre en sede civil, en el
derecho penal se denomina verdad material o verdad real, aunado a ello la existencia de una
certeza que se encuentra fuera del intelecto del juez, pero puede captarla de forma subjetiva,
por ende, la certeza otorga al juez la firme convicción de alcanzar la verdad.

146
En esas circunstancias, el indicio que arrojan los medios de prueba sirve para señalar, no
solo las circunstancias del hecho, sino también las del delito cometido. El hecho indicador
necesita prueba puesto que ésta constituye la materialidad del indicio. El juez en su estado
intelectual es quien analiza la prueba y debe referirse al hecho indicador como al hecho
indicado.

A criterio de Malatesta (2002), el indicio es “el raciocinio probatorio indirecto, que, mediante la
relación de causalidad, deduce lo desconocido de lo conocido” (p. 255)

Para que el juez arribe y capte la certeza y creyendo haberla alcanzado, entonces decimos
que la certeza es la firme convicción de estar en posición de la verdad material, el intelecto
humano para llegar a esos extremos, es decir, de certeza, debe transitar caminos tortuosos,
sorteando obstáculos, esos caminos se les denomina dudas.

Jurisprudencia Corte de constitucionalidad.


A manera de guisa y de forma sucinta el siguiente expediente de la Corte de
constitucionalidad habla sobre el tema de las inferencias.

Expediente 1983-2013. Apelación de Sentencia de Amparo.


Se examina la sentencia dictada por la Corte Suprema de Justicia, Cámara de amparo y
Antejuicio, en la acción constitucional de amparo promovida por el Ministerio Público contra la
Sala Séptima de la Corte de Apelaciones del ramo Penal, Narcoactividad y Delitos contra el
Ambiente del departamento de Huehuetenango-

Dentro de los antecedentes cabe resaltar: La interposición y autoridad, el acto reclamado, las
violaciones que se denuncian, los hechos que motivan el amparo y dentro de estos los
agravios que se reprochan al acto reclamado. En ese orden de ideas, el solicitante asegura
que la autoridad cuestionada vulneró los derechos y el principio jurídico enunciado al emitir el
acto reclamado, extralimitándose en el ejercicio de sus facultades ya que a) No tomo en
consideración que el fallo de primera instancia no se basó únicamente en las declaraciones
de los auxiliares fiscales en cuanto a lo manifestado por la víctima y sus parientes, pues
contrario a lo expresado por la referida autoridad, la sentencia condenatoria emano de
inferencias razonables deducidas de las pruebas diligenciadas en el debate, las cuales fueron
incorporadas de conformidad con lo que establece la ley y fueron valoradas de acuerdo a las
reglas de la lógica, la experiencia y la psicología, por lo que dicha resolución se encontraba
debidamente motivada.

147
CONCLUSIONES

La prueba indiciaria representa una actividad probatoria de naturaleza discursiva e indirecta,


cuya fuente es un dato comprobado, concretándose en la obtención del argumento probatorio
mediante una inferencia directa o correcta.

En la prueba indiciaria juega un papel importante la actividad cognoscitiva siendo una de sus
premisas la experiencia, los datos indiciarios que sirven de punto de partida.

La prueba indiciaria se realiza sobre la base de una inferencia lógica, donde determinados
hechos indirectos que se dan por probados se enlazan a una conclusión unívoca y necesaria
que acredita algún aspecto del objeto material del proceso penal. Así, aunque es considerada
una prueba indirecta de los hechos centrales a probarse en un proceso penal, no por
eso carece de fuerza probatoria capaz de sustentar una sentencia condenatoria y en ello
radica su importancia.

Es una herramienta importante para el juzgador cuando los hechos juzgados no pueden ser
probados por elementos de prueba directos o por pruebas sustentadas en los conocimientos
técnicos o científicos. Dentro del esquema de los principios de libre valoración probatoria y la
sana crítica que informan el sistema de pruebas de nuestro proceso penal, que otorgan al
juzgador un amplio margen para la construcción de una teoría que explique la existencia del
delito y la participación del imputado en el mismo.

Sin embargo, la utilización de la prueba indiciaria no puede ser arbitraria, ya que, la


Constitución Política, y específicamente, el Código Procesal Penal impone al juez
la obligación de explicar el razonamiento lógico – fáctico – jurídico en el que sustenta
su decisión final condenando o absolviendo al imputado, respetando en todo momento
el derecho a presunción de inocencia y el derecho a la contraprueba que le asiste
al imputado.

148
REFERENCIAS

Cafferata Nores, J. I. “La prueba en el Proceso Penal” Ediciones De Palma, Buenos Aires
1998.

Desimoni, L. M. La Prueba Indiciaria. Buenos Aires. Ed. Policial

Instituto de la Defensa Pública Penal. La Prueba en Materia Penal. Guatemala.

Malatesta, Feranando. “Lógica de la Prueba en materia criminal” Bogotá. Ed. Temis.

Manzini, Vicenso. Tratado de Derecho Procesal Penal, tomo III.

Recasens, Siches. Panorama del pensamiento jurídico en el siglo XX. México

Serra, M. Indicios en Nueva Enciclopédica Jurídica.

Villalta, L.“Teoría de la Prueba Penal”. Guatemala 2013.

Legisgrafía

Constitución Política de la República de Guatemala.

Código Procesal Penal Decreto Numero 51-92

E-grafía

http://biblioteca.usac.edu.gt.

https://lavozdelderecho.com/index.php/actualidad-2/corrup-5/item/3491-diccionario-juridico-
medios-de-prueba.

149
MEDIOS AUXILIARES DE PRUEBA

Licda. Nancy Mishell Régil Monroy


Licda. Karin Rossana Rodríguez Castro

INTRODUCCIÓN
En el marco del sistema de justicia penal resurgen voces en torno a los medios auxiliares de
prueba en el proceso penal, situación que se pone de manifiesto para auxiliarse como la
palabra bien lo expresa, de medios y procedimientos para combatir el crimen organizado, la
violencia y la corrupción, responsables de tanta debacle, ciertamente hablar de medios
auxiliares de la prueba, conlleva a relacionar a jueces, fiscales, abogados litigantes.

Para que el sistema penal marche sobre ruedas, se tienen que contar con los medios idóneos
en la actividad del derecho probatorio, en la práctica estos medios son de vital importancia
porque coadyuvaran al mejor desempeño de la justicia pronta y cumplida y por ende para la
ejecución de una técnica jurídica muy asertiva.

Si tomamos en cuenta que la justicia necesita estos medios para desarrollar mejor una
actividad probatoria, y por su medio se investiga, se recolecta elementos probatorios, se
cuestiona y valora por las partes, discutiéndose la culpabilidad o inocencia del imputado,
permitirá que el juez de sentencia u órgano jurisdiccional resuelva con una condena o en su
caso con una absolución.

Los medios auxiliares de prueba


En relación a los medios auxiliares de prueba se les denomina así porque como su literalidad
lo expresa, coadyuvan a auxiliar a la prueba en virtud de que la prueba en si debe versar
sobre hechos alegados en el proceso, y controvertido por las partes.

Para hablar de medios auxiliares de prueba es necesaria hacer una reflexión sobre la
averiguación de la verdad en un proceso y en ese sentido Cafferata (1998) indica: “Es bueno
aclarar que la verdad que se procura en el proceso penal, es la verdad sobre la culpabilidad
del imputado: su inocencia se tiene por verdadera hasta que se pruebe lo contrario, el cual no
excluye el derecho de aquel de acreditarla, ni la obligación de los órganos públicos de no
ignorarla ni ocultar pruebas de descargo y de atender las circunstancias eximentes o
atenuantes que hubiere invocado” (p. 5-6)

Todo proceso penal se realiza sobre la base de un objetivo: La realización del juicio y el
establecimiento de la verdad como la última ratio del Derecho probatorio, de hecho, todas las
etapas son importantes en virtud que van desarrollando con fundamento jurídico,

150
especialmente se van ejecutando con material de la investigación que permitirá plantear una
acusación con lógica para ser aprobado o en su caso desvanecida.

Los denominados medios de prueba están destinados a coadyuvar en la actividad probatoria,


son considerados vehículos para descubrir la verdad histórica de los hechos imputables a una
persona en la comisión de delitos, es por ello que es preciso y necesario para abordar esta
investigación conocer sobre la prueba.

En el Código Procesal Penal, Decreto número 51-92 del Congreso de la República se


encuentran regulados del artículo 187 al 206. Los tribunales podrán tener limitaciones a los
medios de prueba ofrecidos para demostrar un hecho o una circunstancia, sin embargo, los
medios auxiliares de prueba tales como el allanamiento, la inspección y registro en el lugar de
los hechos, el secuestro, el secuestro de correspondencia, el testimonio, la reconstrucción de
hechos, los documentos, la prueba anticipada y la confesión, entre otros, y las escuchas
telefónicas, son valiosísimos instrumentos que colaboran a la realización de un proceso penal
justo y ecuánime.

Además de los medios auxiliares de la prueba, el Código Procesal Penal guatemalteco señala
que pueden surgir nuevos medios de pruebas derivados de los que se practican en el debate
oral y público, siempre y cuando sean en relación a hechos nuevos, que generalmente son
desconocidos entre los sujetos procesales, en ese orden de ideas, el tribunal ordenará
inmediatamente su recepción.

El Código Procesal Penal regula en el artículo 373 la ampliación de la acusación y en esta


establece que, durante el debate, el Ministerio Público podrá ampliar la acusación por
inclusión de un nuevo hecho o una nueva circunstancia que no hubiere sido mencionada en la
acusación o en el caso de apertura del juicio y que modificare la calificación legal o la pena
del mismo hecho objeto del debate.

A criterio de Baquiax, “La admisión de un nuevo medio de prueba en el debate es


responsabilidad del tribunal, pero será excepcional, y deberá evaluarse el factor de
imprevisibilidad del surgimiento del nuevo medio de prueba y su efecto en la ampliación de la
acusación, ya que este mecanismo procesal no debe servir para complementar omisiones en
la técnica y estrategia de la fiscalía ni de la defensa en la preparación del debate. (p. 133,)

Aunque el Código Procesal Penal determina los medios de prueba que deben utilizarse los
medios auxiliares que servirán para la investigación son los siguientes:

a) Inspección y registro de lugares, cosas o personas, o allanamiento en dependencias


cerradas o lugares públicos
b) Reconocimiento corporal o mental del imputado
c) Levantamiento de cadáveres
d) Secuestro de cosas y documentos
e) Clausura de locales

151
A criterio de Poroj (2013), “Los medios de prueba regulados en el Código Procesal Penal de
Guatemala, pueden utilizarse para establecer de forma inmediata los hechos, y circunstancias
en las que pudo haber sido cometido un ilícito penal y si alguno de estos se realizó, pueden
ser medios de prueba para el debate” (p. 33)

Inspección y registro
El Código Procesal Penal en el capítulo quinto, sección segunda, establece en el artículo 187
que, la inspección y registro debe practicarse cuando en algún lugar se oculta el imputado o
alguna persona evadida, siempre que para ello exista una autorización judicial, para el efecto
la autoridad judicial inspeccionara cosas, lugares, personas, siempre que existan sospechas
de la comisión de delitos. Para tal circunstancia se levanta el acta que detallará el
acontecimiento de los hechos, la que debe ser firmada por los concurrentes, conservándose,
además, los elementos probatorios que servirán en el proceso.

La inspección es un acto que establece un examen minucioso de las cosas, por ende, el
tribunal actuará con sentido de conocimiento en virtud de que la prueba material es fuente de
convicción. Existiendo además el poder coercitivo que permite al funcionario quien la práctica,
no permitir que las personas que se encuentran en dicho lugar no se ausenten.

De hecho, la Constitución Política de la República y el Código Procesal Penal establecen


horarios en los cuales deben cumplirse ciertos parámetros que determinan que no podrán ser
practicados dichos registros antes de las seis de la mañana ni después de las dieciocho
horas.

A criterio de Cafferata Nores (1998), “la inspección trata de comprobar los rastros y otros
efectos materiales que el hecho hubiere dejado. Los rastros son huellas que indican
directamente la existencia del delito. Los efectos materiales del hecho son modificaciones del
mundo exterior producidos por el delito, pero que, a diferencia de los rastros, no indican
directamente su comisión. Todo lo percibido se redacta en acta.” (p. 192)

El tema de la inspección o registro tiene una insoslayable relación con la inviolabilidad de la


vivienda, pues el artículo 23 constitucional establece que la vivienda es inviolable, nadie
podrá penetrar en morada ajena sin permiso de quien la habita. Salvo por orden judicial
competente en la que se especifique el motivo de la diligencia y nunca antes de las seis ni
después de las dieciocho horas.

Al respecto, la Convención Americana sobre Derechos Humanos se pronuncia y establece en


el artículo 11 de dicha Convención que “nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o
abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio”.

A través de este medio auxiliar de la prueba se comprobará el estado de las personas,


lugares y cosas, los rastros y cosas que servirán para la investigación. La inspección y
registro de lugares, cosas o personas se realizan cuando existan motivos suficientes donde

152
se sospeche hay vestigios del delito o bien la autoridad presupone que en determinado lugar
una persona yace escondida u oculta. La procedencia de este medio se hace en base a una
autorización judicial.

La finalidad es comprobar si existen huellas, rastros o instrumentos del delito y que servirán
para la investigación e individualización del sindicado, levantándose la respectiva acta para tal
efecto.

A criterio de Poroj (2011), “se pedirá presenciar la inspección en el momento de la diligencia


al propietario o a quien habite en el lugar donde se efectúa cuando estuviere ausente o a su
encargado a falta de éste, a cualquier persona mayor de edad, prefiriendo a familiares del
primero” (p. 245)

Allanamiento en dependencia cerrada


La ley procesal señala que cuando el registro se deba practicar en dependencias cerradas de
una morada o casa de negocio o en recinto habitado, se requerirá para el efecto la orden
judicial. Exceptuándose en los siguientes casos: Por incendio, inundación, terremoto, o
cuando se hallare amenazada la vida e integridad física de quienes habitan el lugar, cuando
se persigue a una persona para su aprensión, porque se le supone participé del delito,
cuando se da el avistamiento de personas extrañas que se introducen a un lugar en los que
hay indicios de cometerse delitos y por último cuando las voces de un lugar cerrado anuncien
que se está cometiendo un delito.

Cafferata Nores (1998), en su obra La Prueba en el Proceso Penal, al referirse a los medios
auxiliares de la prueba indica:

“Para el supuesto de que el titular del derecho de exclusión del lugar que se quiere
registrar, eventualmente, no se preste en forma voluntaria a la realización del acto, la ley
autoriza al juez a disponer de la fuerza pública y ordenar el allanamiento. Esta medida
constituye una excepción reglamentaria respecto al derecho a la inviolabilidad del
domicilio.” (p. 207-208)

En el derecho penal existen diversas acepciones en cuanto a allanar o ingresar a una


dependencia cerrada sin autorización del juez, para el efecto solamente con una orden
judicial podrá realizarse dicha diligencia, sin embargo, hay excepciones a la regla y esto
sucede cuando no habiendo una existencia de orden judicial, la ley establece que se puede
realizar en los siguientes casos:

a) Por incendio, inundación o terremoto u otros estragos semejantes, si se halla


amenazada la vida o integridad física de quienes habitan en el lugar,
b) Si se denuncia que personas extrañas han sido vistas mientras se introducían en un
lugar y existen indicios manifiestos de que se cometerá un delito,
c) Si se persigue para su aprehensión a una persona que se supone es participe de un
hecho grave, y esta ingresa a una morada,

153
d) Si en lugar cerrado provienen voces que anuncien que allí se está cometiendo un
delito, o desde él se pida socorro.

Reconocimiento corporal o mental


Si la investigación así lo determina uno de sus fines primordiales es que si fuere necesario se
debe practicar el reconocimiento corporal del imputado, siendo para el efecto la participación
del perito y del acompañamiento de una persona del mismo sexo.

Además, el Código Procesal Penal establece que se procederá de la misma forma con otra
persona que no sea el imputado, siempre que el reconocimiento fuere de absoluta necesidad
para la investigación. Esta diligencia debe de solicitarse al juez de primera instancia penal de
la causa, al mismo tiempo se debe solicitar la intervención de perito del mismo sexo.

La ley procesal determina que podrá hacerse el reconocimiento corporal o mental del
imputado, cuando ello fuere necesario para los fines de la investigación de un hecho
considerado punible. Es importante resaltar que la misma ley establece que este medio de
prueba deberá realizarse por una persona del mismo sexo de la persona a quien se le
práctica.

Levantamiento de cadáveres
Corresponde al ente investigador, -Ministerio Público- la realización de estas diligencias
judiciales en caso de producirse la muerte violenta o con sospechas de índices de
criminalidad. En el ámbito de la criminalidad existente, este medio de prueba se da por medio
de la violencia o el alto índice de criminalidad desatado, la ley procesal destaca que
corresponde al Ministerio Público acudir a la escena del hecho cuya finalidad es hacerse
cargo de las diligencias de investigación. Para tal circunstancia se levanta el acta respectiva
donde quedará consignado los motivos que ocurrieron del hecho delictivo.

Actualmente, todos los municipios de la República cuentan con sede fiscal por lo que esta
actividad es realizada por fiscales, anteriormente los jueces de paz de cada municipio eran
los encargados de realizar tal diligencia.

Causas más comunes en levantamiento de cadáveres


Muerte por causa de explosivos, por ahorcamiento, estrangulamiento, incendio, levantamiento
de cadáver por lanzamiento al vacío, asfixia por sumersión, envenenamiento, por heridas de
arma blanca, producto de un suicidio, de hechos de tránsito.

Para el efecto se documenta el procedimiento a través de acta, documento en el cual


constarán las circunstancias del hecho punible y los correspondientes datos para su
identificación.

A criterio de Villalta (2002), “En el procesamiento de todo cadáver y o escena del crimen se
debe suscribir un acta o formato en el cual se hace constar a) la posición o forma en que se
encontró el cadáver, b) sus características como color de cabello, color de tez, ojos, talla,

154
cicatrices, tatuajes, c) fichaje de impresiones dactilares, d) documentar la vestimenta y
objetos encontrados” (p. 142)

En nuestro sistema penal se dan los casos de que, si no hubiere representación del Ministerio
Público, le corresponderá al respectivo juez de paz hacer la diligencia judicial.
En nuestra ley adjetiva penal se establece la exposición del cadáver al público cuando por las
circunstancias del hecho no se logra identificar el cadáver de la persona, por lo que se
expone al público antes de ser enterrado, esto con la finalidad de que si alguien tiene
elementos probatorios pueda procederse a contribuir a su reconocimiento y lo haga saber al
tribunal.

Diligencias periciales en levantamiento de cadáveres


En la investigación de los hechos, las diligencias periciales más comunes según la ley son: la
necropsia medicolegal, la determinación del ADN como material genético para la
investigación, (sangre, saliva, semen) marcas de mordeduras, diligencias de heces y orina,
manchas ginecológicas y obstétricas, ropa de la víctima o sospechoso, diligencias de huellas
dactilares, documentos, entre otros.

Entrega de cosas y secuestros


Todo lo relativo a la comisión de un delito que constituya cosas y documentos que puedan
servir para establecer una investigación serán depositados y conservados de la manera más
idónea por el tribunal, quien además los tuviera en su poder tiene harta obligación de
presentarlos ante la autoridad competente que los requiera.

Por ello, la ley regula que si no son entregados se debe proceder judicialmente a su
secuestro, esta orden es otorgada por un juez ante quien se ventila el procedimiento o si se
tratare de un tribunal colegiado será el presidente de dicho tribunal.

El Ministerio Público podrá también ordenar el secuestro en caso de existir una inminente
situación de peligro o de demora, pero antes debe de solicitar ante juez la autorización
respectiva.

El Código Procesal Penal regula que regirán para el secuestro las reglas previstas para el
registro, de tal forma que este procedimiento los efectos secuestrados serán inventariados y
puestos bajo custodia y a disposición del tribunal, específicamente resguardados en el
almacén judicial.

Al producirse este medio de prueba y específicamente cuando se efectúa un registro porque


hay indicios de un hecho delictivo, las autoridades pueden recoger los elementos o enseres
que considere servirán de utilidad para la averiguación de la verdad. La orden de secuestro
es además expedida por un juez ante quien se ventila el proceso penal.

El Código Procesal Penal de Guatemala regula el procedimiento del secuestro y a decir del
artículo 201 de dicho cuerpo legal, para el secuestro rigen en lo que fuere aplicable las reglas

155
aplicables para el registro. La devolución de todo lo secuestrado se realiza porque si las
cosas o documentos secuestrados no estuviesen sometidos a comiso, embargo o restitución
se devolverán a su propietario legítimo.

Declaración testimonial
El testigo es un órgano de prueba fehaciente, el testimonio de una persona es el medio que
más utiliza el proceso penal en las audiencias para comprobar un hecho tipificado como
delito. Y esto se realiza a través de los principios de inmediación y el contradictorio.

Al respecto, Florián expone: “El concepto de testigo es inseparable del testimonio. Testigo y
testimonio aparecen como expresiones de un mismo concepto, como dos aspectos de un
mismo hecho” (p. 83)

El artículo 173 del Código Procesal Penal en su parte conducente señala que los testigos
deben prestar declaración en donde exponga la verdad de todo lo que supiere y le fuera
preguntado sobre la situación de la investigación, y el de no ocultar hechos o circunstancias
sobre el contenido de la misma. El mismo cuerpo legal establece la existencia de
determinadas excepciones de acuerdo a los tratados internacionales suscritos por el estado
de Guatemala.

En lo referente a tratamientos especiales destacan que no están obligados a comparecer en


forma personal, pero si lo pueden hacer testimonio o informe bajo protesta: Los presidentes y
vicepresidentes de los organismos del Estado, los diputados, ministros, los magistrados de la
Corte Suprema de Justicia y Tribunal Supremo Electoral y Corte de Constitucionalidad, los
funcionarios judiciales de superior jerarquía o categoría a la del juez respectivo, así como
también los representantes diplomáticos acreditados en el país.

Secuestro
El artículo 200 del Código Procesal Penal preceptúa: Que la orden de secuestro será
expedida por el juez ante quien penda el procedimiento o por el presidente si se tratare de un
tribunal colegiado.

El ente encargado de la persecución penal –Ministerio Público. - También está facultado para
expedirla, siempre que exista peligro por la demora, pero deberá siempre solicitarla ante el
tribunal respectivo.

El procedimiento para el secuestro son las mismas previstas para el registro, y los efectos
secuestrados serán inventariados, puestos bajo custodia y a disposición del tribunal
correspondiente, específicamente en el almacén judicial.

En la comisión de delitos, generalmente lo decomisado como armas, instrumentos y objetos si


fuere de licito comercio serán rematados o vendidos según los procedimientos judiciales
establecidos. Por el contrario, se existiere ilicitud se envían al Ministerio de la Defensa,

156
ejemplo: armas, las cuales serán incineradas, en todos estos procedimientos se deja
constancia por medio de acta.
Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia le asiste la potestad y podrá acordar el destino de
los bienes los que pueden ser utilizados en cualquiera de sus dependencias. Los valores que
se obtienen del remate establecen la ley procesal. Se tienen como ingresados al fondo
privativo del organismo judicial.

A criterio de Maier, “el secuestro en materia procesal penal viene a convertirse como un
derecho constitucional reglamentado, que afecta la libertad de disposición de los bienes con
fines penales sustantivos o procesales” (p. 284)

En la ley procesal guatemalteca establece en el artículo 198 la entrega de cosas y secuestro


y estipula que las cosas y documentos que se relacionan con el delito o que pudieren ser de
importancia para la investigación y los sujetos a comiso serán depositados y conservados del
mejor modo posible.

Quien los tuviera en su poder estará en la obligación de presentarlos y entregarlos a la


autoridad requirente, si no son entregados voluntariamente, se dispondrá su secuestro.

En la mayoría de los casos en lo que respecta al secuestro si la autoridad encuentra que hay
elementos suficientes para la averiguación de la verdad pueden ser recogidos, y si estuviesen
en poder de otras personas solicitar que sean entregados.

Secuestro de correspondencia
El Código Procesal Penal estipula el secuestro de la correspondencia en su artículo 203, y
para el efecto señala que de ser necesario y de utilidad para la investigación, se podrá
ordenar la interceptación y el secuestro de la correspondencia postal. Telegráfica y tele-
tipográfica, y los servicios dirigidos al imputado o remitidos por él, aunque sea bajo un nombre
supuesto, o de los que sospeche que proceden del imputado o son destinados a él.

El basamento legal también regula que recibida la correspondencia o los envíos


interceptados, el tribunal competente tiene la facultad de abrirlos, examinándolos y leer su
contenido, situación que constara en acta, ordenando el secuestro si existiere relación con el
procedimiento. Por el contrario, si no hubiere alguna relación de mérito lo mantendrá en
reserva y procederá a su entrega.

Clausura de locales
La clausura de los locales se rige al tenor del artículo 206 del Código Procesal Penal que
regula que cuando para la averiguación de un hecho punible grave fuere indispensable la
clausura de un local o la inmovilización de cosas muebles, que por su naturaleza o
dimensiones no pueden ser mantenidas en depósito, se procederá a asegurarlas según las
reglas del secuestro.

157
A criterio de Poroj (2013), “Sin existen locales clausurados o inmuebles inmovilizados, podrá
pedirse sobre ellos para el debate algún tipo de reconocimiento” (p. 38) La clausura de
locales surge cuando se consideran hechos punibles en los cuales se procede a su
inmovilización de cosas o muebles, que por sus condiciones no se pueden tener en depósito.
Para tal circunstancia la ley aconseja seguir las reglas del secuestro.

En la práctica judicial se realiza a través de cerrar y custodiar locales, cuya finalidad es evitar
el acceso a personas, para impedir que se altere la escena del delito, evitando con ello la
destrucción o alteración de las mismas. En caso de que haya ocupantes se procede a su
desalojo.

Interceptación de llamadas telefónicas


Es una valiosa herramienta como medio auxiliar de la prueba toda vez que se utiliza para la
averiguación de la vedad, la interceptación de llamadas se efectúa mediante orden judicial. Es
además una excepción respecto al artículo 24 constitucional que en su parte conducente
señala que se garantiza el secreto de la correspondencia y de las comunicaciones
telefónicas, radiofónicas, cablegráficas y otros productos de la tecnología moderna.

La medida en si consiste en interferir llamadas telefónicas por parte del Ministerio Público, las
que ha realizado el imputado o las que van dirigidas hacia su persona. En la actualidad es un
medio valioso porque sirve de importancia probatoria dentro de un proceso judicial.

A criterio de Calderón, “los jueces reciben lo que los fiscales le ofrecen como prueba, y estos
pueden o no, ser probos, y/o, eficientes, pero sobre todo el sistema no los dota de los
recursos técnicos, humanos y materiales para realizar una investigación completa.” (p. 07)

La finalidad de una interceptación telefónica radica en el propósito de obtener el control que


orienta a la investigación criminal las que contienen valor probatorio. La ley contra la
Delincuencia Organizada, Decreto número 21-2006, establece en el capítulo tercero del
reglamento la interceptaciones telefónicas y otros medios de comunicación, en cuerpo legal
establece que cuando sea necesario evitar, interrumpir o investigar la comisión de delitos
regulados en los artículos del 2 al 11 de dicha ley, podrá interceptarse, grabarse y
reproducirse, con autorización judicial, comunicaciones orales, escritas, telefónicas,
radiotelefónicas, informáticas y similares que utilicen el espectro electromagnético, así como
de cualesquiera de otra naturaleza.

Según la Ley contra la Delincuencia Organizada, los fiscales del Ministerio Público son los
únicos competentes ante el juez para la solicitud de autorización de la interceptación de las
comunicaciones.

Jurisprudencia de la Corte de Constitucionalidad


La Corte de Constitucionalidad ha dictado sentencias en relación a los medios de pruebas,
por lo que tenemos a bien dar a conocer de maneras sucinta algunas de ellas.

158
Expediente 244-2019. Apelación de sentencia de Amparo.
Presentada en la Sala de la Corte de Apelaciones del ramo penal en materia tributaria y
aduanera. Acto Reclamado: Resolución del tres de agosto de 2017, por la que el juez de
primera instancia penal declaro sin lugar el recurso de reposición contra el auto que denegó el
señalamiento de audiencia de discrepancia promovida por el postulante dentro del proceso
penal tramitado por defraudación aduanera. Dentro de las violaciones denunciadas está el
debido proceso y de los hechos que motivaron el amparo. Producción del acto reclamado,
dentro de la fase de investigación, el fiscal solicitó realizar una pericia contable y financiera
del asunto de mérito. En ese orden de ideas la Corte resolvió: sin lugar el recurso de
apelación interpuesto

Expediente 1488-2014 y 1502-2014. Apelación de Sentencia de Amparo.


En dicho expediente en el apartado de antecedentes, acto reclamado: La autoridad
denunciada en el proceso penal incoado contra los amparistas por los delitos de homicidio y
colusión, dispuso admitir los medios de prueba ofrecidos por el Ministerio Público y la
Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, consistentes en: a) declaraciones
testimoniales de colaboradores eficaces en calidad de anticipo de prueba, b) discos
compactos que contienen desplegados de llamadas telefónicas, c) prueba material
consistente en CPU.

Dentro del proceso y de los hechos que motivan el amparo en la producción del acto
reclamado el juez de Tercero de Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el
Ambiente del departamento de Guatemala, -autoridad cuestionada- admitió la acusación
formulada por el Ministerio Público ordenando la apertura a juicio en contra de los acusados.
En la fase procesal oportuna las partes ofrecieron sus respectivos medios de prueba, ante
ello la autoridad denunciada dispuso admitir los medios de prueba ofrecidos por el Ministerio
Público y la CICIG.

En dicho expediente la Corte de Constitucionalidad resolvió: I) Sin lugar los recursos de


apelación interpuestos por el Ministerio Público, otorgando el amparo y restaurando la
situación jurídica afectada, dejando en suspenso en cuanto a los accionantes la resolución
recurrida.

Expediente 2968-2018. Amparo en Única Instancia


Corte de Constitucionalidad en calidad de tribunal extraordinario de amparo, se tiene a la vista
para dictar sentencia. Antecedentes, acto reclamado: delitos de falsedad material y
defraudación tributaria., dentro de las violaciones denunciadas está el principio del debido
proceso, y dentro de los agravios que se reprochan al acto cuestionado están: que solicito la
revisión de la sentencia con base en la presentación de nuevas pruebas preponderantes, con
las cuales demuestra su inocencia y lo erróneo del fallo condenatorio, el cual se basó en
pruebas falsas e inconsistentes, contrarias a derecho. Además dentro de dicho expediente
redunda también como agravio, que las pruebas nunca fueron aportadas o presentadas en el
proceso penal, en ese sentido resulta inoperante la estimación que las mismas debieron ser
un hecho posterior a la emisión de la sentencia, porque esas pruebas hicieron una errónea

159
interpretación de la ley procesal, al estimar que las pruebas aportadas no eran sobrevenidas
a la sentencia, sin realizar ningún razonamiento sobre lo regulado en esa disposición jurídica
en cuanto a la procedencia de la revisión, cuando nuevos hechos o elementos de prueba
sean idóneos para fundar la absolución por aplicación de otro precepto penal distinto al de la
condena. En ese orden de ideas, la Corte de Constitucionalidad denegó el amparo solicitado,
no condeno en costas al postulante, pero impuso multa al abogado.

CONCLUSIONES

Los medios auxiliares de prueba son procedimientos que sirven para asegurar una correcta
aplicación de la justicia, redundan en mayores beneficios para el Ministerio Público, tribunal y
para los abogados litigantes, y funcionan como una garantía para las personas enjuiciadas,
toda vez que lo que se trata en un proceso penal es establecer la verdad de los hechos
basados en métodos científicos.

Los medios auxiliares de prueba practicados en el juicio oral constituyen proposiciones


fácticas que alimentan la teoría del caso en donde se instituyen principios de inmediación,
congruencia, oralidad y celeridad procesal. Son, además, datos objetivos que se incorporan
legalmente al proceso penal, capaz de producir un conocimiento cierto probable acerca de los
extremos de la imputación delictiva.

Los medios auxiliares de prueba representan en algunos casos como el secuestro


limitaciones al derecho de uso, goce o disposición de la propiedad, por decisión de un órgano
jurisdiccional que tiene como finalidad la comprobación de una hipótesis delictiva.

Los medios auxiliares de prueba en su mayoría constituyen vehículos para la obtención de la


prueba, y auxilian las funciones y actividades del derecho probatorio, en virtud de que sin
ellos, el proceso no se desarrollaría de una manera justa, que se aproxime a la verdad
histórica de los hechos.

La finalidad de los medios auxiliares de prueba es buscar y encontrar objetos, cosas o


vestigios del delito, o personas vinculadas al mismo, donde se sospechan situaciones de
hechos violentos o criminalidad.

Los medios auxiliares de la prueba constituyen una garantía contra la arbitrariedad de las
decisiones judiciales, por cuanto las partes procesales deben fundamentar bien sus
actuaciones para descubrir la verdad real.

160
REFERENCIAS

Baquiax, J. (2014) “Derecho Procesal Guatemalteco” 1era Edición, Editorial Servi Prensa,
Guatemala

Cafferata, N. (1998) “La prueba en el proceso penal. Buenos Aires, Argentina. Ediciones de
Palma.

Cafferata, N. (1999) “Introducción al Derecho Procesal Penal” Marcos Lerner. Editora


Córdova, Argentina

Calderón, R. (2008) La Prueba en Materia Penal. (Guatemala), Instituto de la defensa Pública


Penal

Florian, E. (1998). De las pruebas penales. editorial Temis, Bogota.

Maier (2003) Derecho Procesal Argentino. Buenos Aires, Pendiente editor

Poroj, O. (2002) " El Proceso Penal Guatemalteco Tomo I. Guatemala. Ed. Magna Terra.

Poroj, O. (2013). El Proceso penal guatemalteco Tomo II. Guatemala. Ed. Imprenta y
Litografía SIMER. 3era edición.

Villalta L. (2013) Teoría de la prueba penal, Guatemala. 1era Edición.

Legisgrafía

Código Procesal Penal, Decreto 51-92 del Congreso de la República de Guatemala.


Constitución política de la República de Guatemala
Ley Contra la Delincuencia Organizada, Decreto Número 21-2006 del Congreso de la
República.

161
MEDIOS ESPECIALES DE INVESTIGACIÓN

Licda. Dafne Marisol Sacbaja Martínez


Lic. Kevin Toribio Rosales Hernández

INTRODUCCIÓN
En nuestra normativa jurídica los medios de prueba pueden ser testimoniales, documentales y
periciales, sin embargo, el Decreto número 21-2006 en el titulo tercero regula los métodos
especiales de investigación.

Los métodos especiales de investigación son aquellos mecanismos operacionales que se


utilizan en casos muy especiales para contrarrestar el crimen organizado, y así buscar
desarticular todas las arterias de operación que manejan los mismos. Los métodos especiales
de investigación que regula el titulo tercero son: Operaciones encubiertas, entregas vigiladas,
intercepciones telefónicas y otros medios de comunicación.

En este escrito se determina en qué consiste cada uno de los métodos especiales de
investigación, además, se determina si se veda algún derecho constitucional al momento de
la implementación de las mismas y su eficacia.

Ley Contra la Delincuencia Organizada Decreto No. 21-2006


La Republica de Guatemala firmó el 12 de diciembre del año 2000, la Convención de las
Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada, misma que fue ratificada el 18 de
septiembre del año 2003, habiendo sido aprobada por el Congreso de la República de
Guatemala; y mediante el Decreto número 36-2003, entró en vigencia como parte de la
legislación guatemalteca en el mes de septiembre del año 2003.

El Congreso de la República de Guatemala mediante el Decreto número 21-2006 aprobó la


Ley Contra La Delincuencia Organizada en cumplimiento a los compromisos adquiridos ante
la Asamblea General de las Naciones Unidas, para combatir el Crimen Organizado. Fue
declarado de urgencia nacional, entró en vigencia el 28 de agosto del año 2006.

Esta ley tiene por objeto establecer las conductas delictivas atribuibles a los integrantes y/o
participantes de las organizaciones criminales; el establecimiento y regulación de los métodos
especiales de investigación y persecución penal, así como todas aquellas medidas con el fin
de prevenir, combatir, desarticular y erradicar la delincuencia organizada de conformidad y
con lo dispuesto en la Constitución Política de la Republica, los tratados internacionales
suscritos y ratificados por Guatemala, y leyes ordinarias.

162
La delincuencia organizada es un flagelo que actualmente ha colocado a los habitantes de la
república en un estado de indefensión, por su funcionamiento organizacional, lo que hace
necesaria la creación de un instrumento legal para perseguir, procesar y erradicar la
delincuencia organizada.

El Congreso de la República de Guatemala, decreta la Ley Contra La Delincuencia


Organizada la cual tiene por objeto establecer las conductas delictivas atribuibles a los
integrantes y/o participantes de las organizaciones criminales, establecimiento y regulación de
los métodos especiales de investigación y persecución penal, así como todas aquellas
medidas con el fin de prevenir, combatir, desarticular y erradicar la delincuencia organizada.

En la delincuencia organizada existe una combinación de actividades legales e ilegales,


apuntaladas por esquemas criminales con recursos económicos ilimitados. La ley contra la
delincuencia organizada en el titulo tercero regula los métodos especiales de investigación,
siendo estos:

Operaciones encubiertas, entregas vigiladas, interceptaciones telefónicas y otros medios de


comunicación.

Operaciones Encubiertas
Aparecen reguladas en el artículo 21 de la Ley contra la Delincuencia Organizada y
establece: Se entenderá por operaciones encubiertas, aquellas que realizan agentes
encubiertos con la finalidad de obtener información o evidencias que permitan procesar a las
personas que forman parte de grupos delictivos organizados y su desarticulación, mediante el
diseño de estrategias eficaces con estricto control del Ministerio Público.

En la fase de investigación en contra de grupos delictivos organizados u organizaciones


criminales que específicamente realicen los agentes encubiertos con la debida autorización y
supervisión y bajo responsabilidad del Ministerio Publico, quedan prohibidas y excluidas de
las operaciones encubiertas las siguientes actividades:

 La provocación de delitos.
 Las operaciones que se hagan fuera de las acciones y planificaciones en la fase de
investigación.

Para que tales actividades puedan ser permitidas se deberá contar, en todo caso, con la
debida autorización y supervisión del Ministerio Público.

Principios por los cuales se rige: Principio de necesidad, principio de reserva.

El Reglamento para la aplicación de los métodos especiales de la investigación tiene por


establecer la estructura orgánica y los procedimientos para la aplicación de los métodos
especiales de investigación, establecidos en la Ley de la Delincuencia Organizada.

163
Los Fiscales del Ministerio Público son los responsables de la dirección, desarrollo y
coordinación de las operaciones. Estos deberán asegurarse de que este método únicamente
se autorice para investigar la comisión de delitos taxativamente establecidos en el Decreto
21-2006. Artículos del 1 al 11.

La información de las operaciones encubiertas solamente será entregada al fiscal a cargo.


Además de los resultados que obtengan en la ejecución de los procedimientos. La finalización
de la operación encubierta se puede dar de la siguiente manera: deberá ser ordena por el
fiscal encargado del caso, redacción del acta en la que indique el motivo por el cual finaliza la
operación, dicha acta deberá ser notificada al Fiscal General de la República de Guatemala,
se pondrá en conocimiento del acta al Director General de la Policía Nacional Civil, cuando
sea de conocimiento del Director de la Policía Nacional Civil este debe ordenar la
desarticulación de la fachada creada para la realización de la operación, deberá informar al
fiscal a cargo del caso en un plazo no mayor de ocho días que empezará a contar a partir del
día de la desarticulación, una vez concluida la operación el agente de la Policía Nacional Civil
será asignado a sus labores ordinarias.

Tiene como finalidad obtener información y elementos de convicción para descubrir o


identificar a las personas involucradas en la comisión del delito, aporta pruebas al proceso y
en su caso, presta auxilio a autoridades extranjeras para estos mismos fines.

Entrega Vigilada
Regulada el artículo 35 de la ley contra la delincuencia organizada establece: Se entenderá
por entrega vigilada el método de investigación que permite el transporte y tránsito de
remesas ilícitas o sospechosas, así como de drogas o estupefacientes y otras sustancias,
materiales u objetos prohibidos o de ilícito comercio, que ingresen, circulen o salgan del país,
bajo la estricta vigilancia o seguimiento de autoridades previstas en la presente ley.

Este método se utilizará con el fin de descubrir las vías de tránsito, el modo de entrada y
salida del país, el sistema de distribución y comercialización, la obtención de elementos
probatorios, la identificación y procesamiento de los organizadores, transportadores,
compradores, protectores y demás partícipes de las actividades ilegales.

Principios por los cuales se rige: principio de necesidad, principio de reserva, principio de
celeridad.

Se realizan a través de la Policía Nacional Civil, pero es coordinada y supervisada por el


Ministerio Público. El Fiscal General y los fiscales encargados del caso serán responsables
de la autorización de las entregas vigiladas. Cuando el fiscal compruebe que los agentes
encubiertos que participen en la entrega vigilada no están realizando de la mejor manera sus
funciones, este debe suspenderla.

Cuando el agente encubierto solicite al fiscal a cargo poner a circular sustancias o


mercancías de ilícito comercio deberá analizar el expediente, para determinar la necesidad de

164
continuar con la operación y desarrollar la entrega vigilada. Para las entregas vigiladas
únicamente pueden ser utilizadas sustancias que hayan sido incautadas. Cuando el juez
autorice la utilización de dichas sustancias, se la hará directamente al jefe de la Unidad
Especial de Operaciones Encubiertas. Finaliza la entrega vigilada cuando se cuente con la
información documentada para poder poner en evidencia a los miembros de la organización
criminal.

Interceptaciones telefónicas y otros medios de comunicación


Intercepciones, el artículo 48 de la Ley contra la Delincuencia Organizada establece: Cuando
sea necesario evitar, interrumpir o investigar la comisión de los delitos regulados en los
artículos 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 y 11 de la presente ley, podrá interceptarse, grabarse y
reproducirse, con autorización judicial, comunicaciones orales, escritas, telefónicas,
radiotelefónicas, informáticas y similares que utilicen el espectro electromagnético, así como
cualesquiera de otra naturaleza que en el futuro existan.

Ante lo anteriormente expuesto, y por lo que regula en el Decreto No. 21-2006 del Congreso
de la Republica, en relación a las Operaciones Encubiertas, surge la siguiente interrogante: al
ser aplicados o realizados los métodos anteriormente indicados se podrá derivar una violación
a los derechos fundamentales estipulados en nuestra Constitución Política de la República de
Guatemala?, a nuestro criterio, sí, ya que la figura del agente encubierto se justifica por la
necesidad de llevar a cabo investigaciones en el interior de una organización criminal, así
como todo lo que implica, indicándose que es una figura polémica pero a la vez necesaria,
puesto que el fin justifica el medio, sin embargo, es de tomar en consideración que en
Guatemala todavía no se aplica esta figura.

Las intercepciones telefónicas si bien se encuentran reguladas no existe suficiente normativa


que señale de forma clara y adecuada la forma de llevar a cabo la diligencia, lo que dificulta la
aplicación de las mismas.

Es necesaria la implementación de reglamentos o manuales claros que detallen a profundidad


los aspectos operacionales y que se hagan de conocimiento de los órganos jurisdiccionales,
toda vez que se encuentran lagunas legales para la solicitud fundada en las intercepciones
telefónicas y los casos de procedencia, así como también en la autorización y ejecución del
método, lo que hace que los jueces incurran en la autorización injustificada de intercepciones
telefónicas y no existe unidad de procedimientos a seguir. Está poco legislado y nada claro
relativo a las personas que tendrán acceso a las escuchas telefónicas. Podría existir
contradicción cuando la escucha telefónica sea utilizada para condenar a una persona, ya
que a través de lo escuchado por medio de una intercepción telefónica se estaría tomando
como una declaración auto incriminatoria y con ello violentaría los derechos de las personas;
estas escuchas deben ser utilizadas como un método de investigación mas no como una
prueba per se dentro de un proceso.

165
El doce de octubre de 1989 el Estado de Guatemala aprobó por medio del Decreto No. 52-89,
la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes.
Lo cual constituye un límite a la averiguación a la verdad.

Los artículos 24 y 25 de la Constitución Política de la República de Guatemala norman los


límites del Estado en la intromisión de la correspondencia, documentos y libros y los casos de
registro de personas y vehículos.

Por lo tanto, no se está de acuerdo con la sentencia dictada por la Corte de


Constitucionalidad de fecha 15 de enero de 2008 (expediente 2837-2006), cuando señala en
el Considerando II que “…existe un conflicto de derechos fundamentales entre la garantía del
secreto de la correspondencia y de las comunicaciones telefónicas, radiofónicas,
cablegráficas y otros productos de la tecnología moderna, contenido en el artículo 24
constitucional, y la seguridad de la persona, estipulada como deber del Estado y derecho
individual y la seguridad de la persona, estipulada como deber del Estado y derecho individual
en los artículos 2° y 3° constitucionales…”, que la propia Corte de Constitucionalidad resuelve
señalando que “…la interpretación valorativa de la Constitución en orden a los derechos
humanos contenidos en ella debe dar por presupuestos que: a) esos derechos son,
ontológicamente, limitados, porque son derechos “del hombre en sociedad”, y b) esos
derechos son relativos y, por ende admiten limitaciones razonables al tenor de lo que en ese
punto habilita la Constitución”.

Acuerdo Gubernativo relacionado con la Ley contra la Delincuencia Organizada


El Decreto No.17-2009 del Congreso de la Republica, modifica la Ley contra la Delincuencia
Organizada; reforma artículos y adiciona otros. La entrada en vigencia de la Ley de Armas y
Municiones se realizó con el objeto de agregarla en el artículo 2 de la Ley contra la
Delincuencia Organizada. Dicho Decreto en su artículo 1 reformó el artículo 2 de la Ley contra
la Delincuencia Organizada, Decreto No. 21-2006 y adicionó la literal “h” en la cual agrego los
delitos contenidos en la Ley de Armas y Municiones y adiciono el literal h.

En el artículo 2, reformó el artículo 3 de la Ley Contra La Delincuencia Organizada y adicionó


los delitos contemplados en la Ley De Armas y Municiones y agrego la literal i. etc.

166
CONCLUSIONES

En la actualidad los métodos extraordinarios de prueba de la Ley Contra la Delincuencia


Organizada, como lo es la figura del Agente encubierto, Entregas Vigiladas y interceptaciones
telefónicas y otros medios de comunicación, se justifican por la necesidad de llevar a cabo
una operación dentro de una estructura criminal, y que la participación y los medios de
investigación obtenidos por los mismos, sirvan de prueba para la obtención de una sentencia.

En Guatemala no se cuenta con un manual operativo con el cual se puedan establecer la


formación de los agentes encubiertos, esto está establecido en el artículo 19 del Reglamento
para la aplicación de los métodos especiales de investigación contenido en el Acuerdo
Gubernativo No. 158-2009.

El Decreto No. 21-2006 del Congreso de la Republica es una ley vigente pero que no se
aplica, debido a que Guatemala no cuenta con la estructura necesaria para el desarrollo de
dicha institución ya que por obvias razones el agente encubierto debe de ser un miembro de
la Policía Nacional Civil y este debe servir dentro de una estructura criminal con los fines
preestablecidos de persecución penal y al finalizar su labor debe retirarse de su servicio con
una identidad cambiada por su seguridad y la de su familia, de esa cuenta es que en
Guatemala no se aplica, tras la entrada en vigencia de la ley, no se ha empezado a utilizar el
método especial de investigación de agente encubierto.

En cuanto a la interceptación de llamadas riñe con principios y garantías constitucionales que


prohíben la interceptación de dichas comunicaciones y es a través de una ley ordinaria
obviamente de categoría inferior que la interceptación se autoriza, dando a la unidad de
métodos especiales del Ministerio Publico una libertad para poder realizar escuchas
telefónicas sin un fundamento constitucional lo cual pudiera devenir en la obtención de
pruebas ilegales. Además, que se podría estimar auto incriminación que atentaría contra el
artículo 16 de la Constitución Política de la República de Guatemala cuando el objeto de la
prueba no se refiera al sujeto sobre el que se practica la escucha.

167
REFERENCIAS

Carnelutti, F. (1995). La prueba civil. Buenos Aires: Arayú.

Ralda Ortiz, H. R. (2020). Derecho Procesal Penal Guatemalteco. Guatemala: FENIX.

Rodríguez, R. E. (2020). La prueba penal. Quetzaltenango, Guatemala: innova.

(5 de abril de 2021). Obtenido de http://biblioteca.usac.edu.gt/tesis/04/04_8239.pdf


(05 de abril de 2021). Obtenido de http://recursosbiblio.url.edu.gt/tesisjcem/2014/07/01/Rivas-
Alejandro.pdf

Guatemala, C. d. (2000). Codigo Penal. Guatemala: ALENDRO.

Ley Contra La Delincuencia Organizada. (s.f.). Guatemala: AYALA JIMENEZ SUCESORES.

Incostitucionalidad General, 2837-2006 (Corte de Constitucionalidad 15 de enero de 2008).

168
ANTICIPO DE PRUEBA

Licda. Lilian Yaneth Say


Licda. Esna Surama Sun Xetey

INTRODUCCIÓN
En el proceso penal guatemalteco el ofrecimiento de los medios de prueba se realizará en
una etapa posterior y diferente a la etapa intermedia. Sin embargo, cuando el Ministerio
Público o cualquiera de las partes justifiquen que un acto probatorio por su naturaleza urgente
no va a poder ser reproducido durante el juicio oral y público, entonces, se podrá señalar una
audiencia para recibir de forma anticipada dicho medio de prueba.

La realización de esta última audiencia está desarrollada, de tal manera que, provoca
violación al derecho de defensa del sindicado, porque, se establece que cuando no se ha
individualizado al mismo, para salvaguardar sus garantías dentro del juicio se podrá designar
de oficio a un Abogado Defensor Público, quien velará por los intereses de quien en el futuro
resulte señalado dentro del caso penal. Sin embargo, esta simple formalidad en ningún
momento garantiza una tutela judicial efectiva en favor del sindicado. Esta última situación es
la que trata el presente artículo.

Consideraciones introductorias de los medios de prueba


El derecho a la prueba es el soporte esencial del derecho de defensa y comprende el derecho
a la utilización de los medios pertinentes para la defensa de las respectivas pretensiones de
las partes en el proceso penal. (Rifá Soler, 2006, p. 325)

Como se colige, los medios de prueban se refieren a los distintos canales de información que
utilizarán las partes en el juicio penal y con los que tratarán de demostrar y probar sus
hipótesis (tesis y antítesis), es decir, se trata de poner en conocimiento del tribunal de
sentencia (o del juez de paz, según sea el caso), de los medios probatorios que van a ser
utilizados por las partes procesales en el debate, de tal suerte que el órgano juzgador pueda
preparar su producción de la mejor manera posible en la sala de juicios y en caso de que no
fuera posible realizarla en la audiencia, podrá también disponer que se lleve a cabo en forma
anticipada. (De Mata Vela, p. 335)

En Guatemala, la prueba es parte de la actividad procesal que se desarrolla con ocasión de


un proceso penal. Asimismo, su utilización es importante para otro de tipo de procedimientos
penales, como: el debate en los delitos menos graves, en el juicio de faltas, en el juicio de
acción privada, en el procedimiento abreviado, inclusive, en la aplicación de ciertas medidas
desjudicializadoras, es indispensable presentar ciertos medios de investigación para su
autorización judicial.

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El Código Procesal Penal, Decreto No. 51-92 del Congreso de la República, en su artículo
182, otorga libertad probatoria, según, la cual, las partes “…podrán probar todos los hechos y
circunstancias de interés para la correcta solución del caso por cualquier medio de prueba
permitido…” Esto implica, poder emplear cualesquiera otros medios de prueba no previstos
en dicho Código. Empero, para que su utilización sea permitida no deben suprimir las
garantías judiciales reconocidas por la ley adjetiva penal, la Constitución Política de la
República de Guatemala y los tratados internacionales que en materia de Derechos Humanos
ha ratificado Guatemala.

Asimismo, tal libertad probatoria posee otros límites, verbigracia:


a) La prueba debe referirse directa o indirectamente al objeto de proceso. Es decir, debe ser
útil para el descubrimiento de la verdad histórica del caso, caso contrario, será objeto de
rechazo por el juez contralor. (artículo 183 CPP)
b) Los medios de prueba a utilizar no deben ser manifiestamente abundantes. (artículo 183
CPP). Un copioso número de pruebas conlleva la pérdida de objetividad en el proceso
penal.
c) Finalmente, están limitados y prohibidos aquellas pruebas que conlleven una grave
violación a las garantías judiciales y los derechos de las personas, tales como: la tortura,
la indebida intromisión en la intimidad del domicilio, etc. (artículo 183 CPP)

Por su parte, Blanca González, jueza de instancia en materia penal, señala que la base legal
del régimen probatorio del sistema acusatorio guatemalteco se encuentra en:

a) La libertad de prueba, que se consagra en el artículo 182, principio estrechamente


relacionado con la utilización de los medios técnicos y científicos, como fundamento del
descubrimiento y reconstrucción de la verdad. b) La licitud de la prueba (Art. 186) por la
cual, los elementos y medios utilizados en la recolección, práctica y conservación de las
pruebas no deben afectar la dignidad humana (Art. 182), ni contravenir las disposiciones
legales para su producción. c) Que los medios de prueba utilizados se refieran directa o
indirectamente al objeto de la averiguación y sean útiles para el descubrimiento de la
verdad (Art. 186). d) La libre y racional convicción del juez, basándose en cualquier medio
probatorio legalmente introducido en el proceso, sin sujeción a tarifa alguna (sana crítica
razonada, Art. 186). (Audiencia de ofrecimiento de prueba, 2018)

El derecho de contradicción probatoria, como ejercicio del derecho de defensa


La reforma procesal penal acaecida en Guatemala en la década de los años noventa del siglo
pasado, permitió la traslación del sistema inquisitivo al sistema acusatorio. Entre otras cosas,
el sistema acusatorio estableció que la defensa constituye un derecho inviolable en el juicio o
proceso penal. Así, lo estipula la Constitución Política de la República en el artículo 12 “La
defensa de la persona y sus derechos son inviolables. Nadie podrá ser condenado sin haber
sido citado, oído y vencido en el proceso legal ante juez o tribunal competente y
prestablecido…” Ahora bien, el derecho a ser citado y oído ante juez competente está
arraigado al derecho de contradicción (principio contradictorio penal) que tiene el sindicado o
acusado en el proceso penal.

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Es importante acotar que este contradictorio esta dado en aras de la justicia, del Estado de
Derecho y de la Democracia que se enmarca en la Constitución Política. Ahora bien, la
contracción tiene diversas connotaciones al momento de ejercerse en la sustanciación del
proceso penal. Sin embargo, cobra vital importancia cuando la misma se efectúa en contra de
los medios probatorios propuestos por la parte contraria (Ministerio Público). En efecto, es a
través de la contradicción que al procesado se le confiere la oportunidad de defenderse, de
refutar y de oponerse a las afirmaciones realizadas en su contra, así como, de aportar
elementos que le permitan desvirtuar lo dicho en su contra.

Cabe destacar que la contradicción probatoria se ejercita en diferentes momentos durante la


tramitación del proceso penal. Por ejemplo: se ejercita sobre los medios de investigación que
recoge y presenta el ente fiscal en la etapa preparatoria. También, se ejercita sobre los
medios de convicción que son presentados por el ente fiscal en la etapa intermedia. Y,
finalmente, se ejerce sobre los medios de prueba, que son los que se ofrecen, aportan y
diligencian en el debate o juicio oral y público para demostrar la culpabilidad o inculpabilidad
del acusado.

Con relación a este principio, la Corte de Constitucionalidad en el Expediente número 5061-


2018, sentencia de fecha 31-07-2019, señaló:
Todo proceso debe regirse por el principio de contradicción, el cual existe cuando a
ambas partes se les permite, en forma efectiva, acceder al proceso a fin de poder
hacer valer, libremente sus respectivas pretensiones y defensas mediante la
introducción de los hechos que las fundamenten y su correspondiente práctica de
prueba, así como cuando se le concede al sujeto pasivo su derecho a ser oído.

La Corte Suprema de Justicia reunida en Cámara Penal, en Sentencia número 199-2011 de 4


de Julio de 2011, al respecto, refirió:
…las resoluciones judiciales sólo pueden admitir como ocurridos los hechos o
circunstancias que hayan sido acreditadas mediante pruebas objetivas; debidamente
peritadas por expertos, que proporcionen la convicción necesaria al tribunal para
condenar o absolver... en este caso, logró la certeza para condenar, no solo por la
naturaleza de la prueba, sino por haber sido obtenidos, peritados, incorporados y
probados legalmente en el proceso. De esa manera satisface el contradictorio, propio
de nuestro sistema procesal penal. Como condición sine que non para producir prueba.

Como bien lo señala, la Cámara Penal, la observancia del principio contradictorio es


indispensable para que se pueda producirse la prueba en el proceso penal. Todo lo contrario,
implicaría una violación al derecho de defensa del procesado.

El ofrecimiento de los medios probatorios


La manera en la que se ofrece actualmente la prueba se remonta al año 2010 y ello se debe a
una reforma procesal acaecida en este año.

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En efecto, las reformas al Código Procesal Penal que se encuentran contendidas en el
Decreto número 18-2010 del Congreso de la República, publicadas en el Diario de
Centroamérica, el veinticuatro de junio del año dos mil diez y que entraron en vigencia al día
siguiente de su publicación, estableció la modificación de la competencia del órgano
jurisdiccional encargado de conocer de la audiencia de ofrecimiento de pruebas.

Dicha modificación, señalo que dicha audiencia debe verificarse ante el juez contralor de la
investigación, quien a través de un análisis minucioso procederá a establecer los medios de
prueba que se aceptan para su examen y contra-examen en el debate por su pertinencia. En
cambio, deberá rechazar aquellas pruebas que fueran abundantes, innecesarias,
impertinentes o ilegales.

Referido lo anterior se colige que:

la audiencia de ofrecimiento de prueba, en el sistema adversarial, constituye una etapa


de la fase de Juicio que corresponde realizar al Juez de Primera Instancia, contralor de
la investigación que es la preparación del mismo… que tiene (por objeto) que la prueba
que se ofrece debe ser discutida por las partes y el Juez decidir sobre si la misma
reúne los requisitos exigidos por la ley o bien, como lo establece el artículo 343 del
Código Procesal Penal no admitirla por no ser útil, legal, pertinente o abundante.
(González Gálvez, 2018, pág. 32)

Es importante advertir que esta audiencia no es parte de la etapa intermedia, porque la


misma finaliza cuando el juez contralor decide admitir la acusación y abrir a juicio penal, y la
audiencia de ofrecimiento de prueba se celebra al tercer día, o bien, si así se dispone en
consenso antes del tercer día, nunca después de dicho plazo, es una audiencia fuera de la
etapa intermedia, por lo tanto es audiencia de preparación del debate. (González Gálvez,
2018, pág. Ibídem)

El desarrollo y práctica procesal de esta audiencia comprende las siguientes fases:


a) El Juez contralor declara abierta la audiencia, señalando para el efecto día, lugar y hora
de inició, así como el tipo de diligencia a desarrollar.
b) El Juez contralor otorga la palabra al ente fiscal para que ofrezca y proponga los medios
probatorios a diligenciarse y examinarse en el debate.
c) El juez contralor concede la palabra a la parte acusada dentro del proceso penal a efecto
que proceda a ejercer un control sobre dicha prueba, lo cual, es propio de su derecho de
defensa.
d) El juez contralor resuelve sobre la admisión o rechazo de los medios probatorios
propuestos.

El anticipo de la prueba y su vulneración al derecho de defensa


El Código Procesal Penal permite el diligenciamiento de la prueba antes de que se desarrolle
el debate. En efecto, la prueba anticipada se podrá diligenciar antes de la celebración de la
audiencia de juicio, dicha diligencia se lleva a cabo ante juez de control y las razones por las

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cuales se debe diligenciar siempre son con motivo de extrema necesidad y para evitar la
pérdida o alteración del medio probatorio. (Barradas Hernández, 2021)

Respecto del anticipo de la prueba, el Código Procesal Penal, señala en sus artículos 317 y
318 lo siguiente:

Artículo 317.- Anticipo de prueba. Cuando sea necesario practicar un reconocimiento,


reconstrucción, pericia o inspección que por su naturaleza y características deban ser
considerados como actos definitivos que no puedan ser reproducidos, o cuando deba
declarar un órgano de prueba que, por algún obstáculo difícil de superar, se presuma
que no podrá hacerlo durante el debate, el Ministerio Público o cualquiera de las partes
requerirá al juez que controla la investigación que lo realice. El juez practicará el acto,
si lo considera admisible formalmente, citando a todas las partes, los defensores o
mandatarios, quienes tendrán derecho a asistir con las facultades previstas respecto
de su intervención en el debate. El imputado que estuviere detenido será representado
por su defensor, salvo que pidiere intervenir personalmente. En ningún caso, el juez
permitirá que se utilice este medio para la formación de un expediente de instrucción
sumaria que desnaturalice el proceso acusatorio. Cuando se tema por la vida y/o
integridad física del testigo se tomará su declaración testimonial como anticipo de
prueba por videoconferencia u otro medio electrónico, con la presencia del abogado
defensor designado por el imputado y en su defecto por el que designe la Defensa
Pública Penal; y en caso de no existir imputado, igualmente se hará comparecer a un
defensor público de oficio, para garantizar la legalidad de la declaración testimonial en
esta forma; asimismo comparecerán en ese acto probatorio anticipado, el fiscal del
caso, el querellante adhesivo si lo hubiere, y dicho acto será presidido personalmente
por el Juez del proceso. En este caso se observará lo requerido por los artículos 218
BIS y 218 TER del presente Código.

Según lo prescribe el artículo 317, se pueden observar las siguientes formalidades:


a) La solicitud la puede realizar el Ministerio Público o cualquiera de las partes.
b) Que el acto probatorio por su naturaleza (de urgente) sea considerado como definitivo e
irreproducible. Por ejemplo: que deba declarar un órgano de prueba que, por algún
obstáculo difícil de superar, se presuma que no podrá hacerlo durante el debate; o se
tema por la vida y/o integridad física del testigo. Lógicamente, el solicitante ha de
argumentar y demostrar estos extremos.
c) Una vez autorizado el anticipo de prueba, el juez debe de citar a todas las partes, los
defensores o mandatarios, quienes comparecen a la audiencia con todas las facultades
que se les atribuye en el debate.
d) El imputado puede designar abogado defensor y en caso de no hacerlo, el que designe la
Defensa Pública. Asimismo, si lo considera necesario, el imputado, también pedirá
intervenir personalmente en la audiencia.

Ahora bien, el artículo 318 refiere lo siguiente:

173
Artículo 318.- Urgencia. Cuando se ignore quién ha de ser el imputado o cuando
alguno de los actos previstos en el artículo anterior sea de extrema urgencia, el
Ministerio Público podrá requerir verbalmente la intervención del juez y éste practicará
el acto con prescindencia de las citaciones previstas en el artículo anterior, designando
un defensor de oficio para que controle el acto. Cuando existiere peligro inminente de
pérdida de elemento probatorio, el juez podrá practicar, aun de oficio, los actos
urgentes de investigación que no admitan dilación. Finalizado el acto, remitirá las
actuaciones al Ministerio Público. En el acta se dejará constancia detallada de los
motivos que determinaron la resolución. En los actos de anticipo de prueba testimonial
que sean de extrema urgencia, cuando el caso lo amerite y justifique se recibirá la
declaración del testigo por videoconferencia u otro medio electrónico con la presencia
del defensor de oficio. En este caso se observará lo regulado en los artículos 218 BIS y
218 TER del presente Código.

Este artículo, por su parte, autoriza al juez a poder realizar el anticipo de prueba, dada la
urgencia de este, sin el cumplimiento de ciertos requisitos que prevé el artículo 317 del
Código Procesal Penal. Por ejemplo:

a) Que se lleve a cabo la diligencia sin la intervención del imputado, en vista que no se ha
individualizado al mismo dentro del proceso.
b) Que para la legalidad del acto se nombre a un defensor de oficio por parte del juez.
c) Que se pueda prescindir de las citaciones señaladas por la urgencia del asunto.
d) Que dada la urgencia el juez de oficio practique el anticipo de prueba sin requerimiento
alguno. Es de esta forma que el propio juez pueda aportar prueba al proceso,
desnaturalizando así el sistema acusatorio en el proceso penal.

Cabe mencionar que, sí el anticipo de prueba está revestido con todas las formalidades del
sistema acusatorio, no provoca grave violación al derecho de defensa del sindicado, dado
que, se está permitiendo que el sindicado o imputado co-actúe con su abogado, ejerciendo el
contradictorio sobre dicho medio probatorio. De esa cuenta, esta prueba estará revestida de
legalidad y puede producir los efectos deseados quien lo peticionó.

Sin embargo, la violación al derecho de defensa se colige del artículo 318, el cual establece
que cuando se ignore quién ha de ser el imputado se designará un defensor de oficio para
que controle el acto.

En el presente caso, se está ante una grave limitación del derecho de defensa de quien
resulte imputado o acusado en el proceso penal, toda vez que no ha podido ejercer un control
adecuado sobre el medio probatorio que se anticipó, habida cuenta que, nunca se enteró del
diligenciamiento de esta. Además, es de mencionar que, muy posiblemente, el abogado que
acudió a defender sus derechos en la audiencia nunca lo vaya a defender durante el proceso,
porque, no es el abogado de su confianza.

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Asimismo, cabe resaltar que en la práctica el abogado de oficio designado por el juez acude
como un simple espectador a la audiencia de anticipo de prueba, ya que, carece de los
elementos necesarios para poder ejercer un verdadero contradictorio sobre la prueba. Es por
ello, que es indispensable la presencia del imputado, ya que, es él, el que conoce la verdad
histórica del caso y el único que puede aportar elementos a su abogado para que ejerza una
verdadera defensa técnica sobre el medio probatorio.

Como presupuesto de una tutela judicial efectiva, es indispensable que el imputado tenga una
defensa idónea, capacitada y eficaz en este tipo de audiencias, ya que, el solo hecho de
nombrar un defensor público de oficio viene a violentar el derecho de defensa del futuro
imputado.

Con relación a este derecho de defensa la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el


caso Girón y otros vs. Guatemala, sentencia de 15 de octubre de 2019 (Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas, serie C-390) ha señalado:

95 (…) el derecho al debido proceso se refiere al conjunto de requisitos que deben


observarse en las instancias procesales a efecto de que las personas estén en
condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier acto del Estado.

Entonces, es indispensable velar que el imputado no sea sometido a decisiones arbitrarias,


toda vez que se deben observar las debidas garantías que aseguren, según el procedimiento
de que se trate (como el anticipo de prueba), el derecho al debido proceso que le asiste.

Es así, como el Tribunal Interamericano en la sentencia del caso previamente señalado,


indicó:

Desde el inicio de las primeras diligencias de un proceso deben concurrir las máximas
garantías procesales para salvaguardar el derecho del imputado a la defensa.
Asimismo, deben concurrir los elementos necesarios para que exista el mayor
equilibrio entre las partes, para la debida defensa de sus intereses y derechos, lo cual
implica, entre otras cosas, que rija el principio de contradictorio.

En concreto, la permisibilidad a que se refiere el artículo 318, en el sentido de diligenciar la


prueba anticipada sin la presencia del imputado, resulta violatoria a su derecho de defensa,
ya que la jurisprudencia interamericana sostiene que tal derecho debe de salvaguardarse
desde el inicio de las primeras diligencias en el proceso penal. Y, el anticipo de prueba puede
constituirse, según el caso, en la primera diligencia del proceso penal.

175
CONCLUSIONES

Dado el estado actual del artículo 318 del Código Procesal Penal, se puede colegir que el
mismo resulta inconstitucional e inconvencional por ser violatorio al derecho de defensa que
se reconoce en el artículo 12 constitucional y de las garantías judiciales que se reconocen en
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, específicamente en el artículo 8.

En consecuencia, para poder dar cumplimiento a la obligación de deber de adecuación a que


está obligado el Estado de Guatemala, se recomienda efectuar una reforma al artículo 318 del
cuerpo legal citado a fin de ajustar las disposiciones internas a lo que prescribe tanto la
Constitución Política de la República de Guatemala, como la Convención Americana sobre
Derechos Humanos.

REFERENCIAS

Barradas Hernández, A. P. (14 de Marzo de 2021). La prueba anticipada, la repetición de su


desahogo ¿contravención al principio de igualdad en el juicio del sistema penal
acusatorio? Obtenido de
https://app.vlex.com/#search/jurisdiction:GT,MX,CO+content_type:4/anticipo+de+prueb
a/WW/vid/697934317

De Mata Vela, J. F. (s.f.). La Reforma Procesal Penal de Guatemala. Tesis Doctoral.


Barcelona, España: Universidad Autónoma de Barcelona.

González Gálvez, B. E. (2018). Audiencia de Ofrecimiento de Prueba. Revista Discere Magis


Iuris -Aprende más Derecho-, 33-43.

Rifá Soler, J. M., González, M. R., & Brun, I. R. (2006). Derecho Procesal Penal. España:
Graphycems.

Legisgrafía
Congreso de la República de Guatemala, (7 de 12 de 1992). Código Procesal Penal.
[Decreto- Ley Número 51-92]. Guatemala: Editorial Ayala Jiménez Sucesores.

Jurisprudencia
Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Expediente número 5061-2018, Sentencia de 31
de julio de 2019. Apelación de Amparo}

Cámara Penal de la Cortes Suprema de Justicia, Expediente número 199-2011, Sentencia de


4 de julio de 2011.

176
PRUEBA ILEGAL O IRREGULAR,
PRUEBA ILÍCITA Y PRUEBA PROHIBIDA

Lic. Allan Ronaldo Tohom López


Licda. Martha Leticia Vicente Ramírez

INTRODUCCIÓN
La teoría de la prueba ilícita es quizás una de las materias más complejas en el campo de la
dogmática procesal, pero a la vez es una de las más apasionantes, pues presenta una de las
más claras implicaciones y connotaciones constitucionales. Al analizar dicha materia nos
encontramos ya con una primera dificultad derivada de la diferente terminología que vienen
utilizando tanto la doctrina como la jurisprudencia.

Es frecuente que se emplee indistintamente términos como el de prueba ilegal o ilegalmente


obtenida, prueba ilícita o ilícitamente obtenida, prueba ilegítimamente obtenida, prueba
irregular o incluso, el de prueba clandestina, prueba prohibida o prohibiciones probatorias. A
ello se añade que estas diferencias terminologías implican en muchas ocasiones, verdaderas
divergencias conceptuales.

En el Derecho Procesal Penal guatemalteco donde el propósito es el castigo a quien comete


un delito, todos los actos deben ser legales y lícitos, de tal manera que el resultado del juicio
sea la condena del culpable y la absolución del inocente. En este caso ya sea para condenar
o para absolver a alguien debe practicarse muchos actos que al ser evacuados en la
audiencia de medios de prueba y estos aceptados por el Tribunal que va a sentenciar,
tomando el valor de la prueba.

Para adentrarnos en el tema debemos saber cómo una evidencia o un acto toma el valor de
prueba en el proceso penal. La prueba debe ser obtenida, practicada, evacuada y aceptada y
todos estos actos deben ser realizados bajo la ley y la justicia.

La prueba para ser aceptada en el proceso penal debe de ser conducente, pertinente y eficaz.
Es justamente aquí donde entra la difícil distinción entre la ilegalidad y lo irregular, lo ilícito y
lo prohibido de la prueba en el proceso penal guatemalteco.

Prueba ilegal
El término ilegal se define según Ossorio, como contrario a la ley. Prohibido por ella. Delictivo,
aunque el delito constituya, en realidad adaptación a la ley penal en la figura tipificada.

Según Miranda Estrampes por prueba ilegal debe entenderse aquella obtenida y/o practicada
con vulneración de derechos fundamentales.

177
En concreto la ilegalidad de la prueba se refiere a la violación de los derechos y principios
constitucionales y tratados internacionales sobre los Derechos Humanos, que ahora tienen
mayor valor que la Constitución, lo mismo que tienen como fin la defensa de la dignidad de
las personas, que si lo vemos desde otro punto de vista la prueba ilegal penal es la obtenida
con violación de la dignidad humana.

Prueba irregular
El término irregular se define según Ossorio como contrario a regla, norma o principio.
Según Miranda Estrampes, prueba irregular: es aquellas en cuya obtención se ha infringido la
legalidad ordinaria, y/o se ha practicado sin las formalidades legalmente establecidas para la
obtención y práctica de la prueba, esto es aquella cuyo desarrollo no se ajusta a las
previsiones o al procedimiento previsto en la ley”.

Pruebas obtenidas o practicadas con infracción de los derechos fundamentales de las


personas, como lo son las pruebas de carácter inconstitucional. Dentro de este tipo de
pruebas, Serra Domínguez, distingue entre aquellas pruebas cuya realización es por sí mismo
ilegal y aquellas pruebas obtenidas ilícitamente, pero incorporadas al proceso en forma licita.

Prueba ilícita
Es aquella que atenta en contra de la dignidad humana, es necesario recordar que la
Constitución Política de la República de Guatemala, establece que el estado debe velar por la
dignidad de las personas, y los derechos individuales que sean inherentes como fundamento
del orden político y de la paz social.

No se trata de un derecho fundamental autónomo, porque puede crearse un derecho


fundamental por un tribunal. El derecho fundamental ha de tener un soporte constitucional o
internacional. Es una regla, un mecanismo procesal para resguardar derechos
fundamentales, es un límite al ejercicio de poder punitivo del Estado, teniendo como fin
restaurar la dignidad humana.

En tal sentido debemos mencionar parte del artículo 183 del Código Procesal Penal, “Son
inadmisibles, en especial, los elementos de prueba obtenidos por un medio prohibido, tales
como: la tortura, la indebida intromisión en la intimidad del domicilio o residencia, la
correspondencia, las comunicaciones, los papeles y los archivos privados.

El autor Montón Redondo, define a la prueba ilícita, como aquella que se encuentra afectada
por una conducta dolosa en cuanto a la obtención, es decir, aquella que ha sido obtenida de
forma fraudulenta a través de una conducta ilícita.

Devis Echandia, define las pruebas ilícitas diciendo que son aquellas que están expresa y
tácitamente prohibidas por la ley, que atentan contra la moral y las buenas costumbres del
medio social, o coartara la dignidad y libertad de las personas humanas, a tal extremo que
violan sus derechos fundamentales que la propia Constitución y la ley le amparan.

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Cuando la fuente probatoria está contaminada por la vulneración de un derecho fundamental;
o cuyo medio probatorio ha sido practicado con idéntica infracción de un derecho
fundamental, estamos ante una prueba ilícita.

En ese sentido podríamos referir como ejemplo: Si se llegara a practicar un allanamiento sin
la debida autorización judicial, sin el consentimiento del morador o dueño de la residencia, y
se ubicara dentro de la residencia, un arma de fuego, la misma no podría ser utilizada como
medio de prueba, toda vez que ha surgido de un acto totalmente ilegal.

Diferencias entre la prueba ilegal, irregular o ilícita y la prueba prohibida


Existen diferencias entre prueba ilícita y prueba irregular. Para comprender a plenitud las
diferentes teorías sobre la ilicitud de la prueba, es necesario distinguir entre obtención de la
prueba (fuente) e incorporación de la prueba (medio de prueba). La primera se da cuando en
la obtención de la fuente de prueba se transgrede un derecho fundamental del imputado. La
segunda, se produce cuando se viola una norma de carácter procesal al momento de la
incorporación de una prueba al proceso.

La prueba ilegal es aquella que se constituye con ausencia de alguno de los requisitos que el
legislador dispuso para su asunción.

Y la prueba prohibida es aquella que se obtiene con infracción de los derechos


fundamentales, entendiendo por obtención aquella labor tendiente a allegar un resultado
probatorio al proceso, esto es tanto la actividad de búsqueda de investigación de la fuente de
prueba como la labor de obtención del resultado, se somete a consideración del pleno, los
problemas derivados de la obtención de la prueba ilícita y la prueba prohibida, así como sus
efectos jurídicos sobre la valoración de la prueba, sus reglas y excepciones.

Elementos y requisitos de la prueba ilícita


Este tipo de pruebas no se producen en el momento de la práctica del medio probatorio, sino
que tiene su lugar de encaje en la fase de obtención de los elementos que posteriormente van
a integrase en un determinado medio probatorio.

Las irregularidades que se producen en la práctica del medio probatorio encajan bien en el
ámbito de aplicación de la presunción de inocencia, o bien a las nulidades a que se refiere la
ley procesal.

Por lo que suponen supuestos de ilicitud de prueba: toda labor de búsqueda e investigación
de fuentes de prueba; así la relativa a los hechos que en ningún caso es posible investigar
por estar amparados al secreto personal como podría ser los diarios íntimos, o por el
profesional; de igual modo, aquellas investigaciones que no respetan los requisitos exigibles
para la restricción de derechos fundamentales en el curso de la investigación penal, por
ejemplo: entrada en domicilio sin orden judicial, ni flagrancia o consentimiento del titular; o
bien, medios probatorios no autorizados por la ley.

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Clases de prueba ilícita
Existen innumerables clasificaciones de prueba ilícita que la doctrina ha venido elaborando;
por lo que utilizaremos dos criterios a) atendiendo al momento de la ilicitud criterio temporal o
cronológico b) a la causa que motiva dicha ilicitud criterio causal o material.

Criterio temporal o cronológico


Debemos distinguir entre ilicitud extraprocesal e intraprocesal. La ilicitud extraprocesal es
aquella producida fuera de la esfera o marco del proceso propiamente dicho, en el momento
de la obtención de las fuentes de prueba. Afecta por lo tanto a la labor de investigación de los
hechos, es decir, a la búsqueda recogida y obtención de las fuentes de prueba, por ejemplo:
los documentos que se han obtenido delictivamente y después son incorporados al proceso.

La ilicitud intraprocesal, es aquella que afecta a un acto procesal, es decir, cuando afecta a la
proposición, admisión y práctica de la prueba durante el proceso, por ejemplo: el empleo de
coacción en los interrogatorios del imputado.

Criterio causal o material


Atendiendo a la causa que origina su ilicitud podemos distinguir entre pruebas expresamente
prohibidas por la ley, pruebas irregulares y/o ilegales y pruebas obtenidas o practicadas con
infracción de los derechos fundamentales de las personas pruebas inconstitucionales.

Consecuencias de una prueba ilícita


Como se deduce de la literalidad de la legislación española al establecer que las pruebas
ilícitas, no surtirán efecto; la consecuencia más relevante de las normas es la prohibición de
otorgarles efecto alguno; esta ineficacia puede manifestarse, en principio en dos momentos
procesales distintos. Uno inicial, en la admisión del elemento probatorio; y otro final, durante
la valoración judicial de la prueba desarrollada en el proceso, esto es, en la emisión del juicio
jurisdiccional.

Prueba prohibida
Existen varios niveles de análisis: primero sobre si se admite o no en el ordenamiento jurídico
la prueba prohibida. Para algunos autores, la prueba ilícitamente obtenida debe admitirse en
el proceso y ser eficaz, pudiendo por lo tanto ser objeto de apreciación por el juez, sin
perjuicio de que se castigue a las personas que obtuvieron de esa forma la prueba.

Para Beling, el medio de prueba prohibido no puede ser en forma alguna utilizado; ni puede
ser tenido en cuenta por el juez en el momento de la sentencia, ya que éste ha de
considerarlo como no realizado.

Por ello es común recurrir a la limitación de la búsqueda de la verdad material, como fin del
proceso penal para fundamentar la exclusión de los elementos probatorios que se obtuvieron
lesionando derechos fundamentales, pues la averiguación de la verdad no es un valor
absoluto en el procedimiento penal, antes bien, el propio proceso penal está impregnado por

180
jerarquías éticas y jurídicas de nuestro Estado, y además no es un principio de la ley procesal
penal que la verdad sea averiguada a cualquier precio.

Por otra parte, si aceptamos que la prueba prohibida no debe admitirse en el proceso, cabe
mencionar la teoría del fruto del árbol envenenado, como postura radical de inadmisibilidad de
este tipo de pruebas y sus excepciones, en realidad no son excepciones porque no existe un
nexo causal entre ellas, sino que son totalmente independientes como la conexión de
antijuridicidad, la fuente independiente.

Teoría del fruto del árbol prohibido


Entre la violación al derecho fundamental, que produce la prueba prohibida y esta, existe una
relación de causalidad; donde la violación al derecho fundamental es la causa y la prueba
prohibida es el efecto. A su vez, existen otros elementos probatorios que se han obtenido
gracias a que se obtuvo la prueba prohibida, por ejemplo: a raíz de la confesión, del sindicado
como autor de un homicidio, realizada bajo torturas se obtiene la ubicación del arma de fuego
utilizada en el hecho, se va al lugar indicado y efectivamente ahí se encuentra el arma de
fuego.

En este caso, la inicial relación de causalidad se extiende a esta nueva prueba, es decir, a la
prueba derivada de la prueba prohibida teniendo como efecto la inutilización de la misma.

En este sentido, la doctrina del fruto del árbol envenenado o prohibido descansa sobre un
argumento relacional, para considerar una determinada prueba como fruto del árbol
envenenado o prohibido, hay que establecer la conexión entre ambos extremos de la cadena
lógica: establecer cuando la ilegalidad primera es condición sine qua non y motor de la
obtención posterior de las pruebas derivativas, que no hubiesen obtenido de no mediar la
ilegalidad originaria.

Legislación comparada
La regla de exclusión de la prueba prohibida en la jurisprudencia internacional sobre derechos
humanos: el caso de la tortura y el juicio de ponderación.

Se analiza un fallo del Tribunal Europeo sobre Derechos Humanos, al alcance de la


prohibición de tormentos, por un lado, y respecto de la operatividad de la denominada regla
de exclusión de las pruebas obtenidas merced a aquella práctica ilegal. Al advertir que se ha
producido una relativización de la prohibición de la tortura, el objeto es analizar si las pruebas
obtenidas con base en confesiones forzadas pueden ser usadas en relación con la entidad de
los hechos endilgados al imputado y cuáles son las formas argumentativas que han permitido
sustentar aquella hipótesis (con especial énfasis crítico en la doctrina de la ponderación). Se
postula que la regla de exclusión, incluso por fuera de los casos más atroces (tortura) resulta
un remedio indispensable para la vigencia de la prohibición de los medios ilegales de
obtención de prueba.

181
Caso Gafgen contra Alemania
Es un hecho que sucedió en Alemania, un niño de 11 años fue secuestrado y se pidió rescate
por su liberación. Se montó un dispositivo de vigilancia en el lugar previsto para retirar el
dinero del rescate y se identificó allí a Magnus Gafgen, a quien se detuvo más tarde en el
aeropuerto de la ciudad alemana de Frankfort, donde habían ocurrido los hechos.

Luego de su detención, a tres días de la desaparición del niño, Gafgen fue llevado a la sede
central de la policía, donde un detective comenzó a interrogarlo respecto de la ubicación del
menor, mientras otros agentes de la policía revisaban su departamento. Allí encontraron parte
del dinero del rescate y anotaciones vinculadas con la planificación del hecho.

Antes de entrevistarse con su abogado, en la madrugada del día de su detención, Gafgen


había insinuado a la policía que el niño seguía vivo y era retenido por otros de sus captores
en una cabaña a las afueras de la ciudad.

Al día siguiente llegó al cuartel el jefe de la policía local, Wolfgang Daschner, quien ordenó a
otro agente que amenazara a Gafgen con someterlo a dolor físico si no revelaba la ubicación
del niño y que, de ser necesario, concretara esa amenaza infligiéndole dolor, pero sin
provocarle lesiones. El agente en cuestión cumplió la orden y amenazó a Gafgen, quien
finalmente confesó que el niño ya estaba muerto e indicó el lugar donde se hallaba su cuerpo.
Aún a disposición de la policía, Gafgen llevó a los agentes al lugar en cuestión donde,
efectivamente, se encontró el cuerpo, así como marcas correspondientes a las ruedas del
auto de Gafgen.

En el viaje de regreso confeso haber sido quien secuestró y mató al niño y, forzado por la
policía, según dijo luego, indicó el sitio dónde encontrar las pertenencias del niño y la
máquina de escribir con la cual había redactado la carta pidiendo el rescate. No fue sino
hasta que regresó al cuartel de la policía que el acusado pudo entrevistarse nuevamente con
su abogado, quien lo había estado buscando infructuosamente durante la mañana de ese día.

El 01 de octubre del año 2002, Daschner agregó al expediente policial una nota con su firma,
en la cual dejaba constancia de que, considerando que el menor aún vivía y que corría gran
peligro al estar sin alimento y a la intemperie ordeno se amenazara a Gafgen con miras a
salvar la vida del niño.

En varias ocasiones ante la propia policía, el fiscal y un juez de distrito Gafgen confirmó su
confesión. Sin embargo, en la audiencia preliminar al juicio ante el Tribunal Regional de
Frankfort, al abogado solicitó la clausura del proceso o, en su defecto que las declaraciones
vertidas por su defendido no fueran tenidas en cuenta, todo ello con base a las amenazas de
tortura que había sufrido. Más aún, solicitó que se aplicara al caso la doctrina del fruto del
árbol envenenado y se prohibiera el uso de la prueba material obtenida con base a la
confesión obtenida forzadamente, ante lo cual el tribunal declaró la inadmisibilidad de las
confesiones, pero no de los elementos obtenidos con base en ellas, especialmente el
hallazgo del cuerpo del menor.

182
El Tribunal Regional consideró que la exclusión de esa evidencia resultaría
desproporcionada, ya que Gafgen solo había sido amenazado con sufrir violencia física,
mientras que la conducta imputada consistía en el asesinato consumado de un niño, continuo
así el proceso, a cuyo fin se condenó a Gafgen a la pena de prisión perpetua por la muerte y
el secuestro extorsivo del menor, declarando además que el hecho era especialmente grave,
lo cual en el derecho alemán imposibilita el cumplimiento de la pena bajo un régimen más
leve.

La particularidad presentada en la instancia de debate fue que Gafgen, ante el panorama que
enfrentaba en virtud del rechazo a sus pedidos de exclusión de la evidencia, admitió en las
audiencias iniciales y conclusivas su responsabilidad por la muerte del menor, como modo de
disculparse por el hecho. Esta confesión, ahora sí, había sido precedida por una información
calificada del Tribunal advirtiéndole que sus anteriores declaraciones obtenidas de modo
ilícito no iban a ser valoradas.

La defensa de Gafgen recurrió ulteriormente la decisión del Tribunal Regional de no concluir


el proceso en su contra, así como la de no excluir la evidencia material fruto de la confesión
obtenida ilegalmente. Tanto la Corte Federal de Justicia, primero, como la Corte
Constitucional, luego, rechazaron estos planteos. El segundo tribunal argumentó que la
exclusión de las declaraciones obtenidas de modo prohibido había sido suficiente remedio
para preservar sus derechos.

Planteado el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la mayoría de ese


Tribunal contempló y se pronunció sobre los siguientes puntos:

a) Si bien no se habían llegado a producir los actos amenazados, ello no impedía que, en
términos generales y según el caso, los hechos pudieran calificarse como tortura, ya que
la amenaza de producir dolor puede implicar la imposición de un sufrimiento mental que sí
resulta cubierto por el concepto en cuestión. Si bien el TEDH declaro que Gafgen no
había sufrido un supuesto de tortura, reconoció que el método de interrogatorio podía ser
calificado como trato inhumano.
b) El Estado alemán alegó que el peticionante había perdido su estatus de víctima, conforme
lo exige el procedimiento ante el TEDH, ya que había existido un reconocimiento suficiente
de la violación de sus derechos por cuanto el proceso penal seguido en su contra se había
excluido la evidencia ilícitamente obtenida y, por otra parte, los agentes policiales
responsables del interrogatorio habían sido juzgados y condenados. Al respecto, el TEDH
consideró que, si bien los autores del tal trato prohibido fueron condenados, la pena que
se les impuso fue demasiada leve, por tratarse de la violación a derechos fundamentales.
c) Luego de tratar los puntos referidos aquí como a y b, el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos, concluyó que el Estado alemán había incurrido en violación al artículo 3 de la
Convenio Europeo de Derechos Humanos, la petición también se había fundado en el
artículo 6 del mismo convenio, que garantiza el derecho a una audiencia justa, no
establece ninguna regla al respecto de la admisibilidad de la evidencia, asunto que es
materia de regulación de cada Estado parte. Por ende, no correspondía al Tribunal

183
Europeo de Derechos Humanos decidir qué tipo de evidencia resultaban o no admisibles,
sino si en su totalidad, incluida la forma en que se había obtenido la evidencia, el proceso
había sido justo o no.

Del análisis del caso, podemos concluir que nuestro ordenamiento jurídico también carece de
normas claras, por lo que si el Código Procesal Penal no regula prueba prohibida con mucha
claridad, es recomendable que a través del procedimiento pre establecido se inserte un
artículo que regule “ las fuentes o medios de prueba obtenidos con violación de derechos
fundamentales carecerán de efectos en el proceso penal” complementado a dicho artículo, los
efectos a los que se refiere son: no podrán admitirse en el curso del proceso, si fueran
admitidos y se descubriera que violan derechos fundamentales no deberán ser tomados en
cuenta para fundamentar la culpabilidad del procesado.

Excepciones a las reglas de exclusión de la prueba prohibida


En el Derecho constitucional de los Estados Unidos, regla de exclusión es un principio legal
que sostiene que las pruebas recogidas o analizadas, en contra de lo establecido por la
Constitución de los Estados Unidos son inadmisibles ante el tribunal en un proceso de índole
penal, es decir, no se pueden utilizar en un juicio penal.

La regla de exclusión se diseñó para remediar y desincentivar, en el proceso penal, tanto al


fiscal como a la policía que obtiene pruebas ilegalmente en violación de la Cuarta y Quinta
Enmienda de la Carta de Derechos de los Estados Unidos, las que proveen protección de las
pesquisas y aprehensiones poco razonables y de la auto incriminación. La Regla de Exclusión
se aplica a los ciudadanos estadounidenses y a los extranjeros (legales e ilegales) que
residen en los Estados Unidos.

Antes de la independencia de los Estados Unidos, las Cortes de Inglaterra habían sostenido
que las confesiones involuntarias eran inadmisibles como evidencia. Entonces, la Corte
Suprema de Estados Unidos sostuvo como tal, en Bram C. Vs. United States, que las
confesiones involuntarias eran inherentes indignas de fiar y por lo tanto, debían de ser
excluidas. En Bram C. Vs. United States, la Corte sostuvo una versión fuerte de la regla de
exclusión que permitiera su aplicación uniformemente para excluir todas las evidencias que
se juntaran cometiendo violaciones a la Carta de Derechos.

La regla de exclusión que se ha desarrollado en los Estados Unidos ha sido siempre criticada,
incluso por reconocidos juristas y comentaristas. Juez Benjamín Cardozo, quien entonces
ejercía en la Corte de Apelaciones de Nueva York y generalmente considerado como uno de
los juristas estadunidenses más influyentes cuyas opiniones en varios casos pronunciando
principios duraderos de la ley estadunidense declaró que en virtud de la regla, “El criminal
está en libertad porque la policía ha cometido un error” Señaló que muchos Estados habían
rechazado la regla, pero sugirió que la adopción por parte de los tribunales federales afectaría
a la práctica en los Estados soberanos.

184
La prueba prohibida en el proceso penal guatemalteco
En este sentido debemos de citar el artículo 183 del Código Procesal Penal, el cual establece:
Son inadmisibles, en especial, los elementos de prueba obtenidos por un medio prohibido,
tales como la tortura, la indebida intromisión en la intimidad del domicilio o residencia, la
correspondencia, las comunicaciones, los papeles y los archivos privados.

El artículo 186 del Código Procesal Penal, regula: Todo elemento de prueba, para ser
valorado debe haber sido obtenido por un procedimiento permitido e incorporado al proceso
conforme a las disposiciones de este código.

Un caso que podría servir de ejemplo es el un fiscal del Ministerio Publico, quien solicitó
autorización para diligencia judicial ante un Juez de Paz de un municipio de Suchitepéquez, el
caso es que el señor Juez otorgó la autorización pero en la misma literalmente decía que se
autorizaba la diligencia de allanamiento, registro e incautación de evidencia consistente en
teléfonos celulares, tarjetas de crédito o débito, chequeras, boletas de depósito bancario y
libretas con anotaciones de personas posiblemente víctimas de extorsión. En la orden nunca
escribieron la frase mágica “y cualquier objeto ilícito” al ejecutar el allanamiento dentro de la
residencia ubicaron una arma de fuego en una de las gavetas de un ropero, el morador no
contaba con la documentación de dicha arma de fuego por lo que la Policía Nacional Civil,
procedió a su consignación junto a lo incautado, en la audiencia de primera declaración ante
el juez de primera instancia, el abogado de la defensa, solicita la falta de mérito,
argumentando que no existía orden judicial para el secuestro o incautación de dicha arma de
fuego, por lo tanto, era un indicio o medio de convicción inexistente, en consecuencia no
había razón de tal imputación, el juez, le dio la razón y resolvió la falta de mérito.

185
CONCLUSIONES

La diferencia entre prueba prohibida, ilícita, irregular, etc., solo tiene sentido en el concepto
restringido de prueba prohibida, pues el concepto amplio, por su propia definición no
diferencia entre las diferentes violaciones a las normas que tiene que ver con el proceso
penal.

La prueba irregular es aquella obtenida, propuesta o practicada incurriendo en una infracción


procesal del procedimiento probatorio, sin afectar directamente a derecho fundamentales.

Mientras que la prueba licita es aquella que se obtiene con la violación de los derechos
fundamentales, así como las garantías del enjuiciado.

Siguiendo a Miranda Estrampes, la prueba prohibida es aquella que infringe derechos


fundamentales. Por tanto, las violaciones de otras normas pueden ser pruebas irregulares,
pero no serán tratadas como prueba prohibida.

En la teoría de los frutos del árbol prohibido la inicial relación de causalidad que existe entre
la violación del derecho fundamental y la prueba prohibida se extiende a la prueba derivada
es decir a la obtenida gracias a la primera.

186
REFERENCIAS

 JIMENEZ MARROQUIN, Juan Alberto. Consecuencias Negativas de Admitir la Prueba


Ilegal en el Proceso Penal Guatemalteco. Guatemala. Año 2013. Pág. 103 – 104.

 MIRANDA ESTRAMPES, Manuel. La Prueba Ilícita: La regla de exclusión probatoria y


sus Excepciones. Año 2010. Pág. 131.

 BARRIENTOS PELLECER, César Ricardo. Derecho procesal penal guatemalteco.


Guatemala: Ed. Magna Terra Editores, S. A., 1997.

 DÌAZ CABIALE, José Antonio y Ricardo Martin Morales. La Garantía Constitucional de


la Inadmisión de la Prueba Ilícitamente Obtenida.

Madrid: CIVITAS, 2001.

Diccionarios

 OSSORIO, Manuel. Diccionario de Ciencias y Sociales. 23. Edición; Buenos Aires:


Edición Heliasta, año 1996. Pág. , 537

Legisgrafía

 Constitución Política de la República de Guatemala. Asamblea Nacional Constituyente,


1986.

 Declaración Universal de Derechos Humanos. Asamblea General de Naciones Unidas,


1948.

 Convención Americana de Derechos Humanos (Pacto de San José). Conferencia de


San José de Costa Rica, 1969. Aprobada por el Congreso de la República de
Guatemala; Decreto número 6-78, 1978.

 Código Procesal Penal. Congreso de la República de Guatemala; Decreto número 51-


92, 1992.

187
LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA EN EL PROCESO PENAL

Lic. Homero Villegas Cansinos


Licda. Julia Isabel Villatoro Rodríguez

INTRODUCCION
El presente ensayo obedece a la importancia del estudio que merece la prueba en términos
generales y en especial dentro del proceso penal, toda vez que es la parte sustancial que
permite orientar la decisión del juez en la determinación que declare la responsabilidad penal
o no de la persona a quien se le atribuye un ilícito y que ha sido sometida a la jurisdicción
penal, esto último, razón de este trabajo.

De igual manera, se considera importante hacer alusión a algunas sentencias en materia civil,
penal y laboral que la Corte de Constitucionalidad, entre otras, ha resuelto lo relativo a la
valoración de la prueba en el material procesal correspondiente, aludiendo a la prueba en
consciencia en material laboral, sana crítica y prueba tasada en material civil, y en material
penal, el sistema de la sana crítica razonada.

Posteriormente se hace alusión a los sistemas de valoración de la prueba destacando los


sistemas de la prueba legal o tasada, de la libre convicción y de la sana crítica razonada.
Aludiendo necesariamente a las reglas y/o principios de la sana crítica razonada, así como los
principios lógicos del pensamiento denominadas también reglas de la lógica, siendo ellos el
principio de identidad, de no contradicción, del tercero excluido y de la razón suficiente.

Creyendo con ello haber aportado a través de este ensayo un contenido enriquecedor para el
lector que se interese en el tema de la valoración de la prueba.

Sistemas de valoración de la prueba en el proceso penal


Se han considerado de relevancia, tres sistemas de valoración de la prueba, a saber: 1)
Sistema de la prueba legal o tasada; y 2) Sistema de la libre Convicción; y 3) Sistema de la
sana crítica razonada.

La transformación del método de valoración probatorio no es una decisión


intrascendente o de escasa relevancia. Se trata, de nada menos, del método elegido
para tomar las decisiones más importantes del procedimiento penal. En consecuencia,
el régimen de valoración es un elemento definitorio del modelo de enjuiciamiento penal
elegido por el poder legislativo de Guatemala. (Bovino, 1996, p. 165)

Los principios que informan el procedimiento penal son: el principio de oralidad, de


inmediación, contradictorio, de concentración, celeridad y publicidad, mismos que permiten

188
obtener un proceso penal democrático y humano, respetuoso de los derechos fundamentales
de las personas, los cuales permiten tener ventajas considerables, en cuanto a la oralidad.
Estos principios “implican una mejor preparación de los jueces y abogados quienes
argumentan, refutan, exponen, analizan, definen produciendo otros principios”. (Villalta, 2008,
p. 154)

Se dice que es de suma importancia, porque efectivamente se trata de un método que se


aplicará mediante la razón o juicio de valor, a los elementos probatorios per se y en relación
con los demás, para arribar a criterio de certeza jurídica por parte del juzgador, quien debe
explicar o motivar su resolución con un explícito razonamiento tanto de lo fáctico y jurídico,
como de los elementos probatorios, en ese sentido, estaremos ante una feliz valoración de la
prueba y solución del caso, puesto que la resolución, ya sea en auto o sentencia está
razonada y sometida a la fiscalización de las partes, para que en caso de inconformidad
puedan ejercer su derecho a impugnar mediante un recurso idóneo.

Veamos, entonces, de manera específica cada uno de los tres sistemas de valoración de la
prueba que se han implementado para la resolución de conflictos sometidos a la jurisdicción
penal.

Sistema de prueba legal o tasada


De acuerdo con este sistema de valoración de la prueba, la propia ley adjetiva le indica al juez
como debe resolver, es decir, a qué elementos probatorios debe otorgárseles valor positivo
de cargo para decidir una condena, aunque el juez no tenga la convicción de que ese
elemento de prueba sea fehaciente para ello, es decir, que la propia ley le indica a cuál medio
o elemento de prueba debe dársele valor probatorio.

El sistema de prueba legal o tasada representa, sin duda alguna, una intromisión
indebida del legislador en un ámbito que solo corresponde a quien aprecia directa y
personalmente los elementos de prueba, y actúa en el procedimiento en el ejercicio del
poder jurisdiccional. (Bovino, 1996, p. 173)

Lo que Bovino advierte, es que no le compete al legislador, al hacedor in abstracto de la ley,


porque no está en la capacidad de decidir en ése ámbito a que elemento de prueba el juez
debe dar valor probatorio o no, porque no es el indicado para valorarlo, toda vez que no solo
no es su función, sino que no está presente al momento de recibir el elemento de prueba
personalmente, está fuera de la realidad material de la jurisdicción y ésta solo compete al
Juez, quien debe decidir si se le otorga valor probatorio o no a algún elemento de prueba,
pues el juez es el indicado porque le compete el ejercicio de la jurisdicción y por el principio
de inmediación así como el contradictorio, además de su juicio de valor, determinará si ese
elemento de prueba tiene valor de cargo o no.

En el mismo sentido, Vélez Mariconde, citado por Bovino, relaciona respecto del sistema de
valoración de la prueba legal o tasada, lo siguiente:

189
Desconfianza inadmisible a sus jueces, el Estado consagra un sistema que repugna a la
justicia que ha de basarse en la verdad real o sustancial de los hechos- y que,
lógicamente, atenta contra el interés represivo de la sociedad. Los jueces tienen la
obligación legal de absolver a los acusados evidentemente culpables. (Bovino, 1996, p.
173)

De lo anteriormente referido por el profesor Vélez Mariconde, se infiere que tasarle o


condicionarle la forma de valorar los elementos de prueba al juez, conlleva un matiz de
desconfianza hacia el juzgador, lo cual no es apropiado jurídico-legalmente para la
administración de justicia, pues la justicia debe administrarse con base o fundamento veraz y
sustancial sobre los hechos, para arribar a criterio de certeza jurídica que solamente los
jueces pueden obtener mediante los principios de inmediación, contradicción y defensa
principalmente, circunstancias que el legislador no puede adelantarse in abstracto a decidir
sobre cual o tal elemento de prueba el juez a ciegas debe dar valor probatorio, aunque le
conste le contrario, lo cual ha adquirido la denominación de prueba legal o tasada.

El juzgador se preocupaba más de cumplir con lo que el ordenamiento jurídico pertinente le


exigía y no de la convicción propia como juzgador, que su racional juicio de valor orientaba
para concederle valor a la prueba producida en el debate o juicio. Este sistema fue
abandonado por la legislación penal guatemalteca, precisamente con el cambio de sistema de
justicia penal, pues el relacionado sistema de valoración de la prueba se practicaba
propiamente en el sistema inquisitivo de justicia penal, tal es el caso que el Código Procesal
Penal anterior, en el artículo 701 regulaba que la confesión lisa y llana, prestada con las
formalidades de ley, hacía plena prueba; de manera análoga el artículo 705 que en el
adulterio no hacía prueba la confesión de uno sólo de los encausados. De estos ejemplos se
desprende que la función interpretativa del juez estaba anulada pues la ley les concedía valor
previo a dichos elementos de prueba, anulando sin duda alguna el ejercicio racional
interpretativo de los jueces, de ahí que deviene inapropiado este sistema de valoración de la
prueba en aras de una justicia cumplida.

Sistema de la íntima convicción


En este sistema el juzgador orienta su criterio libremente, de acuerdo a los medios, elementos
y órganos de prueba que fueron aportados y diligenciados en el juicio, tomando su decisión
sin injerencia en su racional intelecto interpretativo de ninguna regla o norma general y
abstracta de valoración general de la prueba, más bien, de acuerdo a la prueba presentada
en el debate decidirá qué hecho o circunstancia queda acreditada, probada o demostrada. No
se exige la motivación en esta clase de sistema de valoración de la prueba, pues es
característico de los juicios por jurados, quienes son los responsables de la declaración de la
responsabilidad o no del ciudadano sometido a proceso penal. Con este sistema tampoco
estamos de acuerdo, pues al no contar con una fundamentación o razonamiento que sustente
la decisión, no queda plasmada objetivamente la motivación que tuvo el juzgador para
resolver el conflicto y como consecuencia la imposibilidad material de fiscalizar la misma,
derecho que le asiste a las partes de imponerse de dicho razonamiento o motivación,
violentando con ello el derecho a una tutela judicial efectiva y a una resolución motivada, con

190
el objeto, si fuera el caso, de fundamentar una impugnación ante un órgano superior que
revise la decisión del juez a quo.

Sistema de la sana crítica razonada o racional


El cambio del sistema de justicia operado en Guatemala, materialmente a partir de julio de
1994, dio un sentido humano, racional y democrático al proceso penal, dejando al juez en la
valoración de la prueba que de acuerdo a los medios, elementos y órganos de prueba
diligenciados en la audiencia del debate, formará por medio de ese proceso intelectivo
racional el criterio de solución del conflicto, observando las reglas de la lógica, la psicología,
el sentido común, la experiencia tanto común como forense, que permitieron ante la sociedad,
a criterio de los estudiantes que realizan este ensayo, la dignificación del juez, el ejercicio de
la jurisdicción y el valor justicia propiamente dicho.

Al respecto de lo indicado en el párrafo anterior, el artículo 385 del Código Procesal Penal
guatemalteco en su parte conducente, prescribe: “Sana Crítica. Para la deliberación y
votación, el tribunal apreciará la prueba según las reglas de la sana crítica razonada y
resolverá por mayoría de votos. La decisión versará sobre la absolución o la condena...”.
Como podemos darnos cuenta, efectivamente el sistema de valoración de la prueba en
materia penal, acá en Guatemala, es por medio de la sana crítica razonada, esto significa que
los jueces (tribunal colegiado) o el juez (unipersonal) al momento de decidir el conflicto, de
acuerdo a la prueba presentada en juicio, cuidando de que la prueba sea legítima, pertinente
y útil para el esclarecimiento de la verdad, es decir, en observancia del principio del debido
proceso y las garantías fundamentales correspondientes, habiéndose admitido la prueba en
su oportunidad procesal, aportada y diligenciada, decidirá según su convicción que
naturalmente la otorga su inmediación o participación en forma personal, pero esa
apreciación y valoración deberá en su momento hacerla saber a las partes procesales,
mediante un razonamiento, motivación y fundamentación explícita de la decisión adoptada,
cumpliéndose con el principio de una justicia transparente y democrática, donde las partes
participen y fiscalicen dicho razonamiento, motivación y fundamentación, para los efectos de
manifestar su conformidad o inconformidad y recurrir el fallo, si así fuere el caso. Es de hacer
notar que el orden lógico de la deliberación previo a emitir el fallo correspondiente, el
legislador lo dejó plasmado en el artículo 386 del Código Procesal Penal.

Las reglas de la sana crítica son: la lógica, la psicología y la experiencia. Afirma en cuanto a
la psicología, que:

La psicología es la ciencia de los fenómenos psíquicos o sea de las funciones


cerebrales que reflejan la realidad objetiva. El juez intentará conocer la psique del
órgano de prueba. Conocerá las perturbaciones del proceso psicológico, frecuente en
los hombres normales que padecen de las enfermedades de los órganos de los sentidos
y son generadoras de ilusiones, alucinaciones y amnesias productoras de lagunas de la
vida consciente, dudas y errores en la localización del tiempo en el espacio. (Usen, pp
303-304)

191
Continúa este autor, las reglas de la experiencia común, parte de las vivencias iguales o
similares habidas no en ocasión de la prueba que se está valorando, sino anteriormente. En
parte el saber experiencial se apoyará en una vivencia colectiva de todo el pueblo o de
comunidades menores (idiosincrasia). La lógica es la regla más importante de la sana crítica,
estudia nuestros pensamientos expresados en conceptos, juicios y raciocinios, solamente
desde el punto de vista de su estructura, es decir desde el punto de vista de su forma lógica.
(Gorski y Tavans. p.15). Como consecuencia, conforme a esa lógica formal, el juez al valorar
la prueba deberá cumplir con lo exigido por las reglas de la lógica, es decir, aplicar las reglas
a cada medio de prueba que valora, estas son:

Ley de Identidad. El ser de una persona o cosa es la misma que supone es. En lógica se
expresa: A es A.

Ley de no contradicción. Una persona o cosa no puede ser y no ser a la vez; de manera que
no pueden ser válidos dos juicios de los cuales uno expresa que alguien o algo es y el otro
que no es, el juicio sería A es B y A no es B. No podría decirse, por ejemplo, que el imputado
es culpable y luego que es inocente. Que el testigo dice que no conoció al imputado, pero el
juez razona que de acuerdo a su dicho se estableció su identidad.

Ley del Tercero Excluido. Se expresa en el sentido de que toda afirmación debe ser
demostrada o fundamentada.

Bovino (1996) citando al profesor De la Rúa, al hacer alusión a la lógica, advierte que:

Los principios lógicos del pensamiento son: a) de identidad (cuando el sujeto es idéntico
al sujeto predicado, el sujeto es necesariamente válido); b) de no contradicción (dos
juicios opuestos contradictoriamente no pueden ser ambos verdaderos); c) de tercero
excluido (dos juicios opuestos contradictoriamente no pueden ser ambos falsos); d) de
razón suficiente (todo juicio, para ser necesariamente verdadero, necesita de una razón
suficiente, que justifique lo que el juicio afirma o niega con pretensión de verdad). (pp.
185-286)

De ahí se colige que el proceso intelectivo de interpretación que el juez hace de la prueba
aportada y diligenciada en el debate, necesariamente, debe observar estos principios o reglas
básicas de la lógica del pensamiento humano, pues sea confirmada o no, según la forma y
contenido que se presenten ante los sentidos perceptibles del juzgador.

Relación de los sistemas de valoración de la prueba en los procesos de materia civil,


laboral y penal
Hemos de acotar que tanto en el proceso penal, civil y laboral se puede apreciar, que en los
dos últimos todavía en la apreciación de la prueba, se observa legalmente el sistema de
prueba legal o tasada y el de íntima convicción, aunque en el proceso penal es preponderante
la motivación de las resoluciones, cuestión que de conformidad con la Ley del Organismo

192
Judicial en todos los procesos de la índole que sean, los autos y las sentencias deben ser
motivadas.

De lo anterior se colige, a criterio de los ponentes de este trabajo que los tres sistemas de
valoración de la prueba confluyen en la naturaleza o materia procesal que deba resolver el
juez, puesto que tanto en materia civil, laboral o penal debe explicar el juzgador el por qué o
la razón que tuvo para decidir en la forma que lo hizo, lo cual implica concretar esa motivación
que servirá a las partes para fiscalizar si la misma se encuentra arreglada a derecho, caso
contrario podría dar lugar a ser objeto de impugnación, a efecto el tribunal superior revise la
resolución de mérito y resuelva lo que en derecho corresponde.

De acuerdo a lo anteriormente indicado, a continuación, y previo a tratar el asunto de la


valoración de la prueba en el proceso penal, que es el objeto de este trabajo, haremos alusión
de algunos criterios jurisprudenciales, que nos permiten conocer el criterio de la Corte de
Constitucionalidad sobre la valoración de la prueba en los procesos civil, laboral y penal.

Valoración de la prueba en el proceso laboral


De acuerdo con Coniz Contreras, quien fue ponente del tema “La prueba en el contexto de la
doctrina de la Corte de Constitucionalidad” en el Congreso Internacional del Trabajo y de la
Seguridad Social de Guatemala, la prueba es el medio indispensable para que el juzgador
pueda orientar su auto definitivo, fallo, sentencia o laudo arbitral, ya sea en sentido favorable
o desfavorable, asimismo indica que la prueba en el proceso laboral especialmente en
relación a los artículos 361 y 403 del Código de Trabajo, que los sistemas o medios de valor
de la prueba en los procesos laborales son los siguientes:

a) En conciencia;
b) Legal o tasada;
c) Libre convicción, en la resolución de conflictos colectivos laborales por los jueces
legos.

Cuando se hace alusión al sistema de la prueba de libre convicción se alude al artículo 403
del Código de Trabajo, que menciona que el Tribunal de Arbitraje puede resolver con entera
libertad y en conciencia negando o accediendo, total o parcialmente a lo pedido y aun
concediendo cosas distintas de las solicitadas. En cuanto a la prueba legal o tasada, el
artículo 361 del Código de Trabajo indica que con excepción de los documentos públicos y
auténticos de la confesión judicial y de los hechos que personalmente compruebe el juez,
cuyo valor deberá estimarse de conformidad con las reglas del Código De Enjuiciamiento Civil
Y Mercantil (sic) la prueba se apreciará en conciencia, pero al analizarla, el juez
obligatoriamente consignará los principios de equidad o de justicia en que funde su criterio.

A criterio nuestro, en el proceso laboral el sistema de valoración de la prueba de mayor


relevancia que regula el código ya referido es el de consciencia, pero queremos dejar acotado
que no obstante ser apreciada en conciencia e intervenir en los medios específicos ya
relacionados en la prueba legal o tasada, estimamos que de todas maneras los jueces deben

193
razonar su fallo, aunque no lo mencione constituye un juicio de valor (sana critica), el cual
deben hacer concretamente manifiesto a través de una motivación que da lugar a esa razón
por la cual decidieron resolver el caso de esa forma, excepto en la libre convicción que como
valoración de la prueba la ley faculta a los jueces legos, como lo es en el proceso de arbitraje.
En conclusión, diremos que en el caso del conflicto individual de trabajo la valoración de la
prueba preponderantemente es en consciencia y prueba legal o tasa.

Valoración de la prueba en el proceso civil


De acuerdo a la normativa procesal civil y específicamente en relación de la prueba se puede
inferir que predominan en el sistema de valorar la prueba, la denominada sana critica en
conjunto con la prueba legal o tasada, como lo indican los artículos 127 último
párrafo,139,161,170,186,194 y 195 del Código Procesal Civil y Mercantil. De lo anteriormente
relacionado, podemos establecer que ambos sistemas deben ser confluyentes y aportar al
juicio intelectivo del juzgador la convicción de la procedencia o improcedencia de la
pretensión formulada por cada una de las partes. No está de más indicar que los autos
definitivos y las sentencias deben ser debidamente razonadas conforme los artículos 141 y
147 de la Ley del Organismo Judicial.

Criterios jurisprudencias en los procesos de materia civil, laboral y penal


Respeto de lo anteriormente indicado, la Corte de Constitucionalidad, en materia civil, dentro
del expediente 1971-2016 de fecha 13 de octubre de 2016, en calidad de tribunal
extraordinario de amparo en relación al acto reclamado y violaciones que se denuncian
deniega tales como libre acceso a los tribunales, dependencias y oficinas del Estado y a una
tutela oficial efectiva, deniega el amparo solicitado por la Empresa eléctrica de Guatemala,
S.A. resolviendo que la autoridad reprochada al dictar el fallo reclamado, sí motivo su
decisión, pues efectuó análisis lógico-jurídico de las razones por las cuales no acaecieron los
yerros denunciados… cumplió con su obligación de emitir una resolución motivada…
concluyó que no existían los errores denunciados, ya que la pretensión del ente amparista
está dirigida a examinar cuestiones que no son propias de la jurisdicción constitucional. Así
mismo indica en el párrafo IV que la motivación de las resoluciones judiciales, constituye uno
de los elementos importantes sobre los que se erige el principio jurídico de la tutela judicial
efectiva. Por lo que resalta la motivación de la sentencia como consecuencia de una
característica de haberse valorado la prueba por el sistema de la sana crítica razonada.

Con respecto al proceso penal, la Corte Suprema de Justicia conociendo en el expediente


674-2017 de fecha 18 de septiembre de 2017, resuelve que no se violente el artículo 11 Bis
del Código Procesal Penal, confirmando el fallo en virtud de que considero que el juez
observo las reglas de la sana crítica razonada, existe logicidad jurídica en el fallo y estimo que
estaba sustentado en los medios y elementos de prueba respectivos, manifestando que hizo
uso del principio de razón suficiente, además de las otras reglas de la sana critica que
estipula en el 385 del Código Procesal Penal que se refiere a la valoración de la prueba, con
base a las reglas de la sana crítica razonada.

194
CONCLUSIONES

Los tres sistemas de valoración de la prueba de mayor relevancia que se conocen al


momento son: 1) sistema de la prueba legal o tasada; 2) sistema de la íntima convicción; y, 3)
sistema de la sana crítica razonada.

La diferencia entre los cuatro sistemas de valoración de la prueba consiste en: 1) en el


sistema de la prueba legal o tasada, el legislador a través de la norma legalmente promulgada
y vigente, en abstracto le indica al juez a que medio o elemento de prueba debe darle valor
probatorio; 2) en el sistema de la íntima convicción no es necesario emitir una motivación o
razonamiento del por qué se arribó a tal o cual decisión, sino basta únicamente resolver sobre
la culpabilidad o no sin fundamentar la decisión, es propia del sistema de jurados; 3) en el
sistema de la sana crítica razonada de valoración de la prueba, debe motivarse la sentencia
mediante el razonamiento respectivo, fundamentando la decisión sobre el caso, a efecto las
partes se impongan de los motivos que permitieron al juez o tribunal arribar al criterio de
certeza jurídica sobre la responsabilidad o no del ciudadano sometido a la jurisdicción penal,
haciendo uso de las reglas de la lógica, la psicología, el sentido común y la experiencia,
constituyendo una resolución transparente, democrática con respeto a las garantías y
derechos fundamentales.

La valoración de la prueba en materia penal, es el proceso intelectivo analítico-racional y


lógico-interpretativo, que por medio de un sistema metodológico basado en reglas idóneas y
apropiadas, permite inferir de la prueba presentada y apreciada a través de los sentidos por el
juzgador, una certeza positiva o negativa, o bien, duda razonable, con la finalidad de tomar
una decisión con certeza jurídica, de que aquella persona sometida a esa jurisdicción, es
autor responsable o no penalmente de la acción ilícita que se le atribuye.

195
REFERENCIAS

Bovino A. (1996) Temas de Derecho Procesal Guatemalteco. Fundación Mirna Mack, Primera
edición. Guatemala.

Cafferata Nores, J. I. (1998). La prueba en el proceso penal. Buenos Aires.

Manual del Fiscal Ministerio Público. (2001) Segunda edición. Guatemala.

Palacio, L. E. (s.f.). La prueba en el proceso penal. Buenos Aires, Argentina.

Par Usen, J. M. (2005). El Juicio Oral en el Proceso Penal Guatemalteco. Centro 7. Editorial
Vide. Tercera edición tomo I. Año 2005.

Rodríguez, R. E. (2020). La prueba Penal. Quetzaltenango, Guatemala.

Jurisprudencia

Jurisprudencia de la Corte de Constitucionalidad. Expediente 2659-2008.

Jurisprudencia de la la Corte de Constitucionalidad. Expediente 1971-2016.

Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia. Expediente 674-2017.

196
EL ESCENARIO DEL DELITO

Lic. Wilmar José Amilcar Xivir Sunún

INTRODUCCIÓN
Todo hecho revestido de posibles características de delito, materialmente inicia con un lugar o
espacio físico donde se produce el hecho, originándose de ahí nuestro interés en analizar el
escenario del delito, debido a que, solo se tendrá una oportunidad para recabar indicios
directamente del lugar de los hechos, lo que conlleva un alto grado de responsabilidad para el
personal fiscal, debiendo darle cumplimiento al principio de la debida diligencia y a los
protocolos e instrucciones generales ya establecidos para procesar una escena del crimen.

Los fiscales y técnicos en investigaciones criminalísticas deberán poseer los conocimientos


técnicos y básicos para trabajar una escena del crimen, atendiendo a la naturaleza de la
escena (cerrada, abierta, mixta y prolongada) se determinará el método de búsqueda de
indicios, para luego, fijar los indicios mediante fotografías, proceder a su embalaje y dar inicio
así a la respectiva cadena de custodia.

Un procesamiento de escena, debidamente documentado y con la manipulación pertinente y


adecuada de la evidencia, sirve para ilustrar claramente al juzgador con la verdad histórica de
los hechos, lo que coadyuvará a sustentar y demostrar la tesis acusatoria. Ahí la importancia
del procesamiento de la escena del crimen, en virtud que, en ese espacio físico se dan los
hallazgos de la evidencia, que será útil para determinar la posible hipótesis y participación del
hechor en la comisión del hecho delictivo.

Definición de escenario del delito


Escena: según el diccionario de la Real Academia Española es: “un suceso de la vida real
considerado como espectáculo digno de atención.” Un suceso para que ocurra debe
suscitarse en un espacio geográfico, en ese orden, básicamente lo que nos interesa de la
escena, es el lugar donde acaecen los hechos.

De lo anterior, tenemos que para Reyes López (2013), escenario del delito o escena del
crimen es: “el lugar donde los hechos sujetos a investigación fueron cometidos, los rastros y
restos que quedan en la víctima y victimario y en algunos casos en personas (testigos,
cómplices, encubridores, coautores o cualquier otra persona) presenciales de los hechos y
omisiones”. (p. 7)

El escenario del crimen se clasifica en: escena cerrada, abierta, mixta y prolongada.

La escena cerrada: comprende de un espacio físico donde se presume que se ha dado el


acaecimiento de un hecho delictivo, suscitado en el interior de inmuebles destinados a la

197
residencia o bien locales comerciales, es decir, el acceso y locomoción está limitado al
público. Ejemplo: un hecho delictivo acaecido en la sala de una casa de habitación.

La escena abierta: es un espacio físico en el cual se estima que ha acaecido un hecho


delictivo, este lugar tiene libre acceso y locomoción a cualquier ciudadano. Ejemplo: la
carretera, un parque, un campo de fútbol, entre otros.

Escena mixta: posee características de un espacio físico parcialmente limitado en acceso y


locomoción al público, donde se estima se ha producido un hecho delictivo. Ejemplo: El
parqueo de un local comercial, la entrada de una residencia.

Escena prolongada: comprende de dos o más lugares físicos, en los que se considera
realizado parcialmente un hecho delictivo. Tanto el lugar del comienzo del hecho delictivo
como de la finalización, ambos son totalmente distintos, toda vez que, en un lugar ocurre el
inicio del hecho delictivo, posteriormente, puede existir otro u otros lugares más, en los que se
consuma parte del delito y finalmente, el lugar donde desemboca o concluye el hecho
delictivo. Su secuencia inicial, intermedia y final, es el enlace para considerarse relacionados
todos estos lugares.

En este tipo de escena es importante realizar un recorrido y aparte de estimar distancias entre
una y otra, también especificar las características geográficas y que fue lo que ocurrió en
cada lugar, trabajando una planimetría con el recorrido respectivo y generándole un punto de
GPS a cada sitio, para crear a una imagen satelital que comprenda todos los puntos de GPS.
Por ejemplo: una balacera que inicia en un primer lugar, luego, se da una persecución y en
otro lugar diferente al del comienzo, surge otro enfrentamiento y, por último, finalizan en un
lugar distinto a los dos anteriores.

La escena del crimen, según la hipótesis puede ser considera como:

El lugar real de los hechos: es el espacio geográfico donde en realidad se suscita el hecho
delictivo; el sitio de liberación: es donde se localizan cadáveres y vestigios del delito, pero no
es el lugar donde acaeció el delito; y, el lugar prefabricado: es el lugar donde se aparenta que
ocurrió el hecho criminal, cuando en realidad ocurrió en otro sitio.

El lugar del delito, al momento de ser procesado, comprende de diversos registros, entre
estos:

Registro escrito: Se lleva a cabo por medio de diversos documentos, siendo los más
frecuentes:

a) El acta de procesamiento de la escena: comprende de datos de suma importancia, como


la dirección específica del lugar del hecho, la fecha y hora del inicio y finalización del
procesamiento, circunstancias ambientales (soleado, nublado, viento, lluvia), temperatura
ambiente, las coordenadas del sistema de posicionamiento global o también denominado

198
Punto GPS, la identificación del personal fiscal y policial que interviene en la misma, la
descripción de los indicios, la identificación del cadáver así como la descripción de las
heridas que posea, incluyendo características físicas que sirvan para individualizarlo, y
una relación pormenorizada de los hechos.

b) Acta de declaración testimonial: Los testigos son aquellas personas que poseen el
conocimiento de determinados hechos. Según corresponda, pueden ser presenciales o
referenciales. En el caso de los presenciales, de forma directa han obtenido el
conocimiento de los hechos; y, los referenciales, no han presenciado los hechos
directamente, pero poseen información que refiere la consumación de un hecho delictivo,
en ese orden, toda esta información relacionada al tiempo, modo y lugar que se obtenga
de un testigo, se hace constar en un acta ministerial.

Es importante traer a colación, que existen ocasiones en las que una persona se niega a
testificar por temor a exponer su vida y la de sus familiares a presuntas represalias, de esa
cuenta, por seguridad del testigo y de su familia, la declaración testimonial se procede a
recepcionar con datos reservados, esto en apego a lo que para el efecto establece el artículo
217 del Código Procesal Penal, procediendo a ser identificado en acta de declaración
testimonial como testigo A; y, en cuanto a sus datos personales de identificación, dirección
para ser citado y notificado, se anotan en un documento distinto al de su declaración
testimonial y se procede a su embalaje e inicio de cadena de custodia respectiva de los datos
reservados del testigo, esto para efectos de que sea el juez de sentencia quien tenga acceso
exclusivamente a dichos datos personales.

En cuanto a cómo hacer para citar posteriormente al testigo con datos reservados, la fiscalía
procede a llevar una base de datos en los que consta la individualización del testigo, los
cuales son exclusivos del personal fiscal, sin poder ser revelados en el expediente. Es
importante mencionar que este embalaje y cadena de custodia lo realiza el fiscal que toma la
declaración testimonial, siendo él quien inicia la cadena de custodia y responsable de la
guarda y custodia de los datos reservados del testigo.

c) Informes de investigación: Comprende de datos de la escena del delito, las entrevistas de


los testigos, las posibles hipótesis del hecho delictivo, el móvil, la forma de operar o modus
operandi y la posible participación e individualización de los sindicados. Los informes de
investigación son complementados con perfiles, fotografías del lugar de los hechos y
marcajes de residencias, siendo elaborados por Investigadores de la Dirección en
Investigaciones Criminalísticas del Ministerio Público o por agentes de Policía Nacional
Civil de la División Especializada en Investigación Criminal.

1. Registro fotográfico: Todo escenario del delito, deber ser documentado a través de
fotografías desde su inicio hasta su finalización, en las que se ilustra el lugar, cadáver e
indicio por medio de imágenes capturadas desde diferentes ángulos. Las fotografías
comprenden toma panorámica, de mediana distancia y de acercamiento.

199
Previo a iniciar la búsqueda de indicios se documenta la escena tal y como se encuentra,
posteriormente, se debe determinar el método de búsqueda de indicios, pudiendo ser el
de franjas o líneas, espiral, cuadros y por zonas, luego, se procede a la localización de
indicios, debiendo ser fijados e identificados con una cartulina con el número de indicio, y
en cuanto a los cadáveres, son identificados con una letra del abecedario. El resultado de
este tipo de registro es un álbum fotográfico que comprende imágenes fieles del
procesamiento de la escena del crimen.

2. El registro planimétrico: Este tipo de registro siempre complementa la inspección ocular


del lugar del hecho, con el cual se ilustra gráficamente la escena del crimen, fijando a
través de la planimetría o croquis la simbología del cadáver, de los indicios localizados, la
distancia que existe entre un indicio y otro, el recorrido y distancia de un lugar a otro,
asimismo, ilustra las características del lugar.

3. Registro por medio de video: Suele utilizarse este tipo de registro con regularidad en las
escenas de levantamientos de cadáver, con la finalidad de dejar constancia de las
condiciones en las que se encontraba el cuerpo y a la vez, para demostrar fielmente que
pertenencias fueron las que se le hallaron al cadáver en sus prendas de vestir, para luego,
ser entregadas a los familiares del fallecido. Aparte, también procede la grabación de
video en otras diligencias como los registros, inspección y allanamientos domiciliares,
inspección ocular y destrucción de evidencia, documentación de vehículos cuando dentro
del mismo se encuentra una persona fallecida, entre otros.

La importancia de la debida diligencia en la escena del crimen


Antes de iniciar el procesamiento de una escena del crimen, el fiscal a cargo debe verificar
que el acordonamiento del área no esté reducido, por lo que está en la facultad de ampliar el
acordonamiento hasta donde considere necesario, una distancia estándar que se mantiene es
que el acordonamiento debe estar a diez metros desde el último vestigio encontrado.

Si el hecho se suscitó en una calle o carretera, el fiscal puede mandar a bloquear la calle y
limitar el paso vehicular y peatonal en el lugar, lo importante acá es resguardar la escena del
crimen y evitar que la misma sea contaminada. Esto tomando en consideración que la escena
del crimen podrá ser procesada en una sola oportunidad y que este sitio comprende los
vestigios del delito, los cuales deberán ser hallados, fijados, documentados fotográficamente
y por medio de video, recolectados y embalados correctamente, para iniciar así la respectiva
cadena de custodia y ser remitidos a donde corresponda.

En ese orden de ideas, la escena del delito es considerada un rompecabezas, porque debe
armarse pieza a pieza, a fin de determinar qué fue lo que en realidad ocurrió, pero más que
ello, poder establecer con cada indicio la participación del número de sindicados, la
individualización del o los responsables, el móvil del delito y la forma de operar.

Debe tomarse en cuenta, que el resguardo del escenario del crimen es sumamente
importante porque en este espacio físico se encuentran todos los vestigios del delito, que

200
posteriormente pasaran a ser indicios y luego, evidencia, considerados así finalmente en la
etapa del juicio oral y público como elementos de prueba material. Cada indicio puede
contener valiosa información acerca de lo sucedido y en su caso podrán ser objeto de pericia,
remitiéndose al Instituto Nacional de Ciencias Forenses para su análisis.

Las repercusiones de un mal procesamiento de la escena del crimen y falta a la debida


diligencia
Una escena del crimen mal procesada suele ocurrir cuando inicialmente no se realiza
minuciosamente la búsqueda de indicios o en su caso cuando se halla un vestigio del delito y
no se toma como indicio, o cuando el indicio se manipula indebidamente y se pierden huellas,
o puede suceder que el indicio no se embale en el lugar del hecho y por postergar esta
diligencia, se termine perdiendo la evidencia, entre otros supuestos, aunque básicamente
estos son los errores más comunes.

Pensemos en el último supuesto, figurándonos un caso concreto de violación, donde indique


la agraviada que el sindicado al tener acceso carnal con ella eyaculó en su ropa interior, que
le entregue al personal fiscal esa prenda íntima y por no embalarla en el momento, resulten
perdiéndola. No solo se está perdiendo evidencia material del delito sino también, fluidos
seminales que nos pueden servir para que se realice un peritaje genético comparativo con el
ADN del presunto responsable, prueba científica verídica con la que se lograría el
convencimiento del juzgador sobre la responsabilidad penal del acusado.

Un caso ilustrativo de la falta a la debida diligencia es el caso de María Isabel Véliz Franco,
quien fue asesina a la corta edad de 15 años, su desaparición ocurre el 16 de diciembre de
2001, en la zona 1 de la ciudad de Guatemala, y fue hallada sin vida dos días después, con
múltiples señales de abuso sexual y violencia externa.

Durante el procesamiento de escena por ser mujer, el personal fiscal no debía de manipular el
cuerpo, más que para documentar a través de fotografías y video las lesiones que
presentaban y la remisión al Instituto Nacional de Ciencias Forenses, donde debía de
practicarle previo a la necropsia un hisopado en sus partes íntimas, una peinado púbico,
raspado de uñas, asimismo, sus prendas de vestir debían ser embaladas en el INACIF, todo
ello, con la finalidad de establecer la existencia de ADN, cabello y espermatozoides, y así
lograr un futuro cotejo con el ADN de los responsables, entre otras diligencias que se
omitieron antes y después del hecho.

Aparte de lo anterior, se evidenció una mala coordinación de datos entre el acta de


procesamiento de cadáver, el informe del Técnico en Investigaciones Criminalísticas y el
Informe de Policía Nacional Civil. Siendo el Estado de Guatemala sentenciado el 19 de mayo
de 2014, por la Corte Interamericana de Derecho Humanos por no actuar con la debida
diligencia y por las diversas falencias y omisiones realizadas durante Ia desaparición de la
adolescente agraviada, así como en las diligencias forenses, procesamiento y análisis de Ia
escena del crimen. Logrando hacer justicia 20 años después del hecho, mediante la
declaración de testigos.

201
Respecto a la responsabilidad del personal fiscal, la sanción según el Artículo 63 de la Ley
Orgánica del Ministerio Público, puede ser solo administrativa, en atención a la falta cometida,
que va desde una amonestación (falta leve), una suspensión laboral hasta noventa días sin
goce de salario (falta grave y muy grave) o la destitución; y, en caso se determinará la
comisión de un hecho delictivo, se procederá a deducirle responsabilidad penal.

Recolección de evidencias
Los vestigios del delito que comprende los objetos que puedan ser relacionados con la forma
en qué ocurrió el crimen, al ser localizados dentro del escenario del delito, se convierten en
indicios y posteriormente, ya en debate, en evidencia material.

Para la recolección de la evidencia, el personal fiscal, a través de los técnicos en escena del
crimen, determinan el método de búsqueda que más le resulte conveniente, estableciendo
para ello una ruta de acceso y salida dentro del lugar del delito, esto con la finalidad de no
contaminar la escena. Entre los métodos de búsqueda tenemos:

a) Franjas o líneas: consiste en realizar la búsqueda de indicios en línea recta de forma


horizontal o vertical, iniciando en un extremo y finalizando en otro, hasta abarcar todo
el lugar del delito. Es el que se utiliza con mayor frecuencia, no importando el tipo de
escena.
b) Espiral: la búsqueda de indicios se da dando vueltas en forma de espiral desde el
centro de la escena hacía afuera. Se utiliza con frecuencia en escena abiertas, como
carreteras, campos, calles, etc.
c) Cuadros: los indicios se buscan figurando rejas o cuadrículas. Puede ser utilizado en el
interior de un ambiente de una residencia o en una escena mixta.
d) Zonas o cuadrantes: es la búsqueda de elementos del delito en escenas grandes o
cuando se observa en la escena demasiados indicios. Suele utilizarse en escenas
abiertas, dividiendo la escena en zonas.

Para la recolección de indicios que no es más que el levantamiento de los indicios, inicia con
la búsqueda, luego, se procede a fijar los indicios, documentándolos por medio de fotografías
cada uno por separado, debidamente identificado con un número, en cuanto a su
manipulación solo debe ser lo necesario, debiendo utilizar guantes o pinzas según
corresponda, a fin de no contaminar la evidencia o perder elementos vitales que puedan ser
localizados con posterioridad a través de alguna pericia, como la localización de huellas, el
hallazgo de sangre o de algún fluido, como espermatozoides, en ese sentido, el
levantamiento de indicios debe hacerse de forma cuidadosa y por separado, procediendo así
al embalaje, que con regularidad se realiza dentro de sobres manila o cajas de cartón, que
contendrá los mismos datos de la cadena de custodia, seguido, se procederá a sellar cada
embalaje con cinta especial para evidencia, sobre la que se plasmara los sellos y firma del
embalador, así también el embalaje contara con el nombre, firma y sello del fiscal que está a
cargo de la escena del crimen, continuamente, se procederá a darle inicio así a la respectiva
cadena de custodia.

202
Cadena de custodia
Es el documento que comprende el número del expediente fiscal, la firma, sello y nombre del
fiscal a cargo de la escena del crimen, la fecha y dirección del lugar donde da inicio la cadena
de custodia, la descripción del indicio embalado y el número que le corresponde, y en la parte
del reverso, lleva la fecha y hora, el nombre y firma de la persona responsable de la guardia y
custodia de la evidencia.

La cadena de custodia es una garantía procesal y control de la evidencia, desde su


adquisición hasta su diligenciamiento en el debate, con el que se da certeza que los indicios
embalados no han sido suplantados, toda vez que, la descripción de la evidencia en la
cadena de custodia debe coincidir plenamente con la prueba material embalada.

CONCLUSIONES

El escenario del delito o también conocido como escena del crimen: es el lugar físico o
geográfico donde ocurrió un hecho revestido de características delictivas y se encuentran los
vestigios del delito. Según las características de acceso o locomoción, la escena puede ser:
cerrada, abierta, mixta y prolongada.

En cuanto al procesamiento del lugar del delito, se utiliza el registro escrito, fotográfico,
planimétrico y por medio de video.

La recolección de evidencias es parte del procesamiento de la escena del crimen, para llegar
a esta fase, el indicio debe estar fijado a través de fotografías cada uno por separado,
debidamente enumerado y manipulados solo lo necesario, a fin de no contaminar la
evidencia, seguido se procede a su recolección a través de pinzas o utilizando guantes
quirúrgicos, procediendo a su respectivo embalaje, para iniciar así la respectiva cadena de
custodia. En la recolección de indicios se utilizan los métodos de búsqueda, de franjas o
líneas, espiral, cuadros y por zonas.

La cadena de custodia es una garantía procesal y control de la evidencia, desde su


adquisición, guarda y custodia hasta su diligenciamiento en el debate, con el que se da
certeza que los indicios embalados no han sido suplantados, toda vez que, la descripción de
la evidencia en la cadena de custodia debe coincidir plenamente con la prueba material
embalada. Comprende datos de su adquisición y descripción detallada de la evidencia, así
como el nombre de su responsable, quien es el último firmante en la cadena respectiva.

203
REFERENCIAS

Instrucción General del Fiscal General y jefe del Ministerio Público No. 16-2009: Reforma a la
Instrucción No. 7-2006 que contiene directrices generales para la aplicación del manual de
procedimientos para el procesamiento de escenas del crimen.

Instrucción General del Fiscal General y Jefe del Ministerio Público No. 01-2012, instrucción
para la investigación de hechos delictivos relativos al uso de armas de fuego y municiones y
el manejo de evidencia balística.

Manual de Normas y Procedimientos para el Procesamiento de la Escena del Crimen del


Ministerio Público, (2013) Guatemala.

Manual de Normas y Procedimientos para el Procesamiento de la Escena del Crimen del


Ministerio Público. Acuerdo 166-2020.

Manual del fiscal, Ministerio Público, (2000).

Reyes López, Carlos Federico. (2013) El correcto procesamiento y embalaje de la evidencia


Balística en Escenarios de Crimen en Guatemala, Guatemala.

Diccionarios

Diccionario de la Lengua Española (1970) Editorial Espasa-Calpe S.A. Ríos Rosas 26,
Madrid, Decimonovena edición.

Diccionario Jurídico-Consultor MAGNO (2008), Impreso por Panamericana Formas e


Impresos S.A. Colombia, Buenos Aires, Argentina.

Legisgrafía

Constitución Política de la República de Guatemala

Código Procesal Penal Decreto 51-92

Ley Orgánica del Ministerio Público Decreto 40-94

204
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
FACULATAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES

ESCUELA DE ESTUDIOS DE
POSTGRADO

REVISTA JURÍDICA DIGITAL


Maestría en Derecho Procesal Penal de la Escuela de Estudios de
Postgrado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la
Universidad de San Carlos de Guatemala,
Sede Mazatenango, Suchitepéquez.

COHORTE 2020-2021

205

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