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SEMANA N° 01
ÍNDICE
Pág.
1. INTRODUCCIÓN.................................................................................................................................... 3
3. DESARROLLO ....................................................................................................................................... 3
4. ACTIVIDADES Y EVALUACIÓN......................................................................................................... 9
5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.................................................................................................... 11
1. INTRODUCCIÓN
En la formación del Ingeniero, además de otras asignaturas es imprescindible el estudio de los recursos
hídricos. Es por ello que la presente guía tiene por objetivo brindar al estudiante de Ingeniería una
síntesis de las generalidades de los recursos hídricos.
Encontrándonos en la era del conocimiento y primacía del saber, donde las fronteras se han
desvanecido permitiendo el acceso a la información y haciendo más simple la adquisición de
conocimientos, se presenta esta guía que sintetiza los aspectos más significativos de los recursos
hídricos Inspirados en los grandes proyectos que necesita el Perú, para su desarrollo.
2. CONTENIDO TEMÁTICO
3. DESARROLLO
El agua se incorporó a la tierra desde las tempranas fases de formación, al colisionar cuerpos
planetarios formados por hielo de agua y otros gases, con otros formados por silicatos y metales.
Continuó incorporándose agua hasta la fase cataclísmica, terminada hace aproximadamente tres mil
millones de años, cuando la superficie del planeta sufrió un intenso bombardeo cósmico al caerle una
ingente cantidad de materiales (meteoritos, asteroides y cometas), resultantes de la formación del
sistema solar. Los efectos de esas fases aún se conservan sobre la superficie de la luna o mercurio, al
carecer estos de una dinámica cortica que borrara las huellas de los impactos.
El vapor de agua aportado por la colisión de cuerpos planetarios helados (por ejemplo, cometas), junto
con la desgasificación del agua atrapada en el manto en las etapas primigenias, y la feliz circunstancia
de un efecto invernadero moderado en la atmósfera, hacen de este planeta el único que se conozca en
el Sistema Solar en el que físicamente es posible la existencia de agua sobre su superficie en los estados
sólido, líquido y gaseoso. La cantidad de agua en la Tierra se ha mantenido constante a lo largo de los
tiempos geológicos, aunque la distribución sobre su superficie ha variado.
Figura n°1: Distintos modelos de ciclo del agua en la hidrosfera terrestre. Las elipses indican ciclos
del agua
Fuente: Modificado de Lopez-Vera, 1996
El tiempo de residencia para las aguas subterráneas, incluidas las aguas salinas con un volumen mucho
menor que el de los océanos, es de aproximadamente 20 mil años, lo que da idea de la lentitud de su
flujo; es una de las principales características que las definen. Sin embargo, este flujo es muy variable
pues las aguas dulces poco profundas pueden tener un tiempo de residencia más corto que la media,
mientras que las aguas profundas tienen flujos de miles de años. Otro aspecto importante del ciclo del
agua es el conocimiento de su fenomenología, esto es, cómo se produce esta transferencia de agua y
qué fenómenos incluye.
Un factor que se debe tener en cuenta es que una gota que participe del ciclo del agua no tiene por qué
recorrer todos los reservorios, pues existen cortocircuitos, de forma que no toda el agua de la atmósfera
procede del mar, también puede proceder de la evaporación y transpiración por las plantas. No toda el
agua que se infiltra a través de la superficie del suelo se incorpora a los acuíferos, una parte importante
es retenida como humedad del suelo y evaporada a la atmósfera, y así sucesivamente. El conocimiento
preciso de los diversos procesos que se producen en el ciclo del agua se abordará en capítulos
ulteriores. No obstante, el indudable interés científico por el ciclo del agua, para efectos prácticos lo
más importante es su cuantificación en un espacio geográfico determinado, y esto constituye el ciclo
hidrológico.
Si el ciclo del agua es un modelo conceptual que supone una abstracción de la dinámica del agua
meteórica, su aplicación a un espacio geográfico concreto y su cuantificación permite obtener un
modelo operativo. Todo estudio o actividad relacionada con el agua tiene que enmarcarse en el
contexto del ciclo hidrológico, para ello, el primer paso consiste en definir el espacio geográfico. Este
puede ser un espacio natural, como una cuenca hidrográfica, o antrópico, como una ciudad, que se
puede considerar como un sistema. En segundo lugar, es importante comprender las diferencias que
se presentan entre los elementos integrantes del ciclo (figura 3) para cada espacio específico.
De acuerdo con Falkenmark y colaboradores (1993), los tipos de acuíferos también pueden ser
distintos. La profundidad del nivel piezométrico es un factor clave para acceder al agua mediante pozos
y puede variar considerablemente entre condiciones húmedas y áridas. En sistemas con un tiempo de
renovación corto esta profundidad puede modificarse con las estaciones del año.
El esquema general de flujo del agua subterránea puede variar entre los distintos dominios geológicos.
Las zonas de descarga pueden tener características muy distintas en diferentes entornos: tierras
pantanosas templadas, lagos salinos poco profundos, playas, oasis, manantiales costeros, etc.
En el planteamiento correcto del ciclo hidrológico también es importante entender la formación de la
escorrentía. En una cuenca localizada en una región húmeda, el modelo es el de una onda de avenida
que se transmite rápidamente a lo largo del río durante el periodo húmedo y un caudal de base constante
producido por la descarga de agua subterránea, que proporciona el caudal asegurado de un río. El
caudal base puede incrementarse mediante contribuciones del almacenamiento en lagos y embalses.
Sin embargo, en zonas áridas no suele existir un caudal base, pues la superficie piezomética está por
debajo del lecho del río. Como consecuencia de las pérdidas por infiltración a través del lecho, el
caudal superficial disminuye aguas abajo y con frecuencia no llega al punto final de la red de drenaje
más que en situaciones excepcionales.
Por último, las aportaciones de un río también pueden clasificarse según su origen, es decir, si
provienen de depósitos de agua sólida como glaciares y neveros, de depósitos líquidos, como lagos y
acuíferos, o depende directamente de las precipitaciones. El efecto principal sobre el caudal de un río
es que su estabilidad aumenta con el incremento del tiempo de renovación del reservorio que lo
alimenta. El segundo efecto se relaciona con los depósitos de hielo y nieve, pues el deshielo debido a
cambios de temperatura estacionales genera inundaciones, o bien variaciones más regulares en el caso
de acumulaciones permanentes como glaciares. Cuando las acumulaciones de hielo y nieve no
constituyen factores determinantes, existe un marcado contraste entre los regímenes perennes de los
ríos en las zonas húmedas y en las zonas áridas. Un caso concreto lo constituyen los ríos de zonas
áridas cuyo origen está en la zona húmeda, o bien en grandes acumulaciones glaciares como el río
Colorado (EE.UU.) o Indo (Pakistán), o en grandes ríos como el Nilo (Egipto).
Las diferencias básicas en términos climáticos, geológicos y grado de alteración antrópica generan
distintos regímenes de agua del suelo, diferencias en la evapotranspiración potencial, distintos orígenes
y comportamientos del agua subterránea, distintos regímenes de aportación a la red fluvial, etc., que
quedan caracterizados en el ciclo hidrológico cuya mejor expresión es el balance hídrico.
El balance hídrico
Realizar un balance hídrico no es más que aplicar el principio de conservación de masas con respecto
al flujo de agua, en un sistema determinado, es decir, en un espacio geográfico en el cual se examina
el ciclo hidrológico. Dado que el agua no puede ser creada ni destruida en dicho espacio, este balance
puede ser expresado en términos de:
Flujo de entrada – Flujo de salida = Relación en el cambio de agua almacenada
Las unidades de cada término de esta ecuación son iguales a la descarga (L3/T). Este es un balance de
volúmenes, pero como el agua es incompresible, es también un balance de masas. Así pues, para
establecer un balance hídrico es imprescindible establecer las condiciones de contorno (entradas y
salidas mediante flujos superficiales o subterráneos), las características del medio (almacenamiento,
volumen) y el tiempo, este factor es de singular importancia pues influye sobre la exactitud con que
tienen que ser valorados los parámetros anteriores.
El balance hídrico puede aplicarse a unidades muy diversas y de diferentes escalas (a un acuífero de
extensión variada, un embalse, un lago, etc.). También puede aplicarse a sistemas complejos que
incluyan varias de las unidades anteriores. Todo balance hídrico toma la forma:
Entrada – Salidas + Variaciones en el almacenamiento = Error de cierre
El que un balance normalmente no de cero es debido a que para su realización es necesaria la medida
independiente de cada uno de los términos de la ecuación del balance, en la que inevitablemente se
tendrán errores.
El error de cierre está en función de los errores de los diferentes términos. Por ejemplo, el balance
anual de agua en un lago cuyas entradas se producen por precipitaciones (P), un río afluente (Q 1) y la
descarga de un acuífero (Q2), mientras que sus salidas se deben a la evaporación (EV) y un río emisario
(Q3), se formularía:
P + Q1 + Q2 – EV – Q3 ± Δ = ε
Donde ±Δ es el incremento de almacenamiento o nivel de agua en el lago y ε es el error de cierre.
Cuando se desconoce uno de los términos del balance comúnmente se deduce por diferencia de los
términos restantes; en estos casos hay que tener en cuenta que el error de cierre que se ha considerado
antes puede ser significativamente más importante que el valor obtenido.
En el ejemplo anterior el periodo considerado era de un año, pero puede ser de un periodo de tiempo
variable. Este intervalo de tiempo debe ser seleccionado en función de los resultados perseguidos y de
los datos disponibles, eligiéndose de tal manera que se minimicen los errores de medida. También es
importante establecer claramente todas las condiciones de entorno del sistema donde se aplique el
balance, y preferentemente de tal manera que simplifique el mayor número posible de términos.
Al establecer un balance se deben considerar todos los factores geológicos, hidrológicos y climáticos,
como se ha expuesto en párrafos anteriores. Por ejemplo, en regiones cársticas carentes de una
cobertura de suelo, la infiltración de las precipitaciones puede ser de hasta 70%, sobre todo si las
lluvias son cuantiosas; o bien, prácticamente nula con lluvias de unos pocos l/m2, por lo que es
importante la distribución temporal de las mismas. Algo similar se podría decir de las regiones con
clima extremo, regiones áridas y polares, donde tienen gran importancia las intensidades sobre el total
anual. Lógicamente, en acuíferos cautivos y semiconfinados hay que tener en cuenta que la infiltración
eficaz es nula, excepto en la zona de recarga.
El balance hídrico, aparte de tratar de cuantificar los recursos disponibles y los flujos de agua puestos
en juego en el ciclo hidrológico o en una fase del mismo, son útiles porque permiten establecer
relaciones entre las diferentes variables hidrológicas.
La credibilidad y validez de los resultados obtenidos de los balances hídricos es un tema controvertido,
pero se ha mostrado como una herramienta útil. No obstante, hay que tener en cuenta que se trata de
acotaciones de un fenómeno natural complejo y poco conocido en muchos aspectos. Los resultados de
los balances hídricos suelen expresarse en cifras redondeadas y para su justa valoración deben incluirse
las condiciones de su estimación y de la obtención de los datos de sus elementos.
4. ACTIVIDADES Y EVALUACIÓN
Evaluación de la Actividad 1
• Realizar un informe sobre los temas de la guía, pero relacionado a la ciudad de Jaén
Nota:
• El estudiante será el encargado de enviar el desarrollo de la actividad encargada por Whatsapp,
hasta el 30 de agosto, como máximo hasta las 06:00 pm, el nombre del archivo será enviado de
la siguiente manera: N° ORDEN _ IIA _ APELLIDOS Y NOMBRES_SEMANA 1, en formato
PDF. Ejemplo (10_IIA_facundo frias joaquin_semana 1), Recordar que son guiones bajos
• La presentación será en una hoja sin manchas a mano o computadora, con nombre y firmada
por cada autor.
• Todo alumno que no envié su trabajo con el nombre de la manera que se indicó anteriormente
será calificado con la nota mínima de “0”
RÚBRICA