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Jesús nació de María en la tierra como hombre, pero también existió eternamente en el cielo como el Verbo de Dios. Al encarnarse como Jesús, el Hijo de Dios y el Hijo del Hombre, permitió que los seres humanos se convirtieran en hijos adoptivos de Dios y salvó a la humanidad del pecado. La Virgen María, mediante su maternidad divina, permitió la unión de la naturaleza humana y divina en Cristo y es venerada como la Madre de Dios y de los hijos adoptivos de Dios.
Jesús nació de María en la tierra como hombre, pero también existió eternamente en el cielo como el Verbo de Dios. Al encarnarse como Jesús, el Hijo de Dios y el Hijo del Hombre, permitió que los seres humanos se convirtieran en hijos adoptivos de Dios y salvó a la humanidad del pecado. La Virgen María, mediante su maternidad divina, permitió la unión de la naturaleza humana y divina en Cristo y es venerada como la Madre de Dios y de los hijos adoptivos de Dios.
Jesús nació de María en la tierra como hombre, pero también existió eternamente en el cielo como el Verbo de Dios. Al encarnarse como Jesús, el Hijo de Dios y el Hijo del Hombre, permitió que los seres humanos se convirtieran en hijos adoptivos de Dios y salvó a la humanidad del pecado. La Virgen María, mediante su maternidad divina, permitió la unión de la naturaleza humana y divina en Cristo y es venerada como la Madre de Dios y de los hijos adoptivos de Dios.