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J. M. TOMASSETTI - F. L. TORRES - A. M. MARTÍN - S. AYALA - R.

ÁLVAREZ

HORNOS DE IVLIA TRADVCTA


(ALGECIRAS, CÁDIZ): LA FIGLINA
GARAVILLA Y SU ENTORNO PALEOGEOGRÁFICO
JOSÉ MARÍA TOMASSETTI GUERRA, Arqueotectura S. L.
FRANCISCO LUIS TORRES ABRIL, Licenciado en Ciencias Geológicas, UCA.
JOSÉ SUÁREZ PADILLA, Arqueotectura S. L.
ANTONIA MARÍA MARTÍN ESCARCENA, Arqueotectura S. L.
SONIA AYALA LOZANO, Arqueotectura S. L.
RODRIGO ÁLVAREZ GONZÁLEZ, Arqueotectura S. L.

RESUMEN ABSTRACT

Estudiamos los restos de un alfar romano del We have studied the remains of a roman pottery
cambio de Era sobre la orilla derecha del paleo- from around the time of Christ found on the right
estuario del arroyo Saladillo y la evolución de su bank of the paleo-estuary of the Saladillo river
medio natural circundante entre el Pleistoceno and the evolution of the surrounding area from
Medio y el Holoceno Reciente, con muestras de Pleistocene to recent Holocene. Also finding
industria musteriense asociada a los depósitos samples of musterien industry associated to the
más antiguos. Igualmente, correlacionamos los oldest deposits. At the same time, we correlated
procesos geomorfológicos evidenciados con the geomorphological processes demonstrated
la interpretación geoarqueológica actual de la with the present geoarchaeological interpretation
desembocadura del Río de la Miel, exponiendo of the mouth of the Río de la Miel, exposing the
las similitudes de sus caracteres paleogeográficos similarities of its paleogeographical characters
especialmente para los siglos I a VI d.C. especially from the I to the VI century A.D.

PALABRAS CLAVE KEYWORDS

Alfar, romano, pleistoceno, holoceno reciente, Pottery, roman, Pleistocene, recent Holocene,
musteriense, geoarqueología. Musterien, Geoarchaeology.

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HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

1. INTRODUCCIÓN

La iniciativa privada de Desarrollos Inmo-


biliarios Campotejar S. L. ha permitido, al hilo
de su promoción en el solar de la antigua fábrica
de conservas Garavilla, acometer la actividad
arqueológica preventiva que, contratada con Ar-
queotectura, Estudios de Patrimonio Arqueológico
S. L., autorizó la Dirección General de Bienes
Culturales a nombre de Rodrigo Álvarez el
pasado 11 de abril de 2008 y llevó a término el
equipo firmante entre los días 5 de mayo y 4 de
julio del mismo año.

El solar ocupa la parcela catastral


0104003TF8000S0001JL, con fachada principal
al Paseo Victoria Eugenia nº 13 (Fig. 1). Sobre
su superficie de 17.355 m2, el diagnóstico
arqueológico se ha centrado en un espacio
poligonal de 3.796 m2, donde se pretende el
levantamiento de tres edificios de viviendas. Las
instalaciones de la conservera se encontraban
demolidas y sus cimientos removidos y
retirados, circunstancia que ha condicionado la
conservación del subsuelo en buena parte de la
zona de trabajo, cuya rasante, en el momento de Figura 1. Entorno histórico-arqueólogico. Fisiografía,
camino y murallas según AGS MPD X-94 (1726);
iniciar la excavación, presentaba un leve descenso topografía según JÜRGENS (1926). Círculos: hallazgos
hacia el Noreste con pendiente aproximada del casuales; solares con relleno sólido: excavaciones;
5% (entre los 3’00 y los 5’00 m.s.n.m.). solares con relleno de trama: controles de movimiento
de tierras; triángulo: hallazgo casual de pieza lítica;
Su ubicación coincide con una amplia ladera línea gruesa discontinua: perímetro de protección
en la confluencia entre el arroyo Saladillo y arqueólogica del PGMO. Parcelario catastral y base
informativa: Carta Arqueológica Municipal de Algeciras
la primitiva línea de costa (antes de que las (JIMÉNEZ-CAMINO y TOMASSETTI, inédito).
instalaciones portuarias ganaran terreno al mar),
en tierras formadas sobre una secuencia de terrazas empresarial de constructores y arqueólogos el
fluviales y acúmulos detríticos cuaternarios que esfuerzo económico y profesional que hacen para
cegaron un antiguo estuario en la desembocadura poner en pie, más o menos airosamente según
del arroyo, como se demostrará en adelante. cada caso, la gran mayoría de las actuaciones
sobre el patrimonio histórico y arqueológico
La proyección de objetivos de nuestra andaluz, con la tutela, eso sí, de sus gestores en
intervención, por supuesto, se atenía a los las instituciones de la Junta de Andalucía y, en
condicionantes derivados del contrato de esta ocasión, del Ayuntamiento de Algeciras1.
prestación de servicios que la ha posibilitado,
1.- Casi todas las excavaciones de que se trata en este volumen de la
no siendo una investigación sensu stricto, como revista Caetaria se han generado, precisamente, en el marco de esa
en general se suele entender, sino un conjunto actividad empresarial. Desde aquí reconocemos el esfuerzo que los
arqueólogos implicados en ella hacen al añadir a sus obligaciones
de actuaciones enfocadas, en última instancia, legales la de “investigar” sobre los resultados obtenidos, tarea a la que
a la liberación de la parcela de sus cargas se someten voluntariamente sumando horas a sus jornadas laborales
patrimonial-arqueológicas. No dude nadie que o restándoselas a sus periodos de descanso. Cuestión aparte es la
calidad del trabajo de cada cual, para cuya atinada valoración están
esto es así en todos los casos derivados de la quienes nos leen. No obstante, por mucho que les faltase profundidad
promoción inmobiliaria en zonas cauteladas o información, sigue siendo por su parte un derroche de generosidad
hacia el común de la ciudadanía y hacia lo que se ha dado en (auto)
por la normativa municipal y/o autonómica. denominar “comunidad científica”, que tanto se nutre de nuestras
En este sentido, hemos de agradecer a la labor aportaciones (y a menudo, ingrata o envidiosa, infravalora).

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Figura 2. Planta general de ubicación de sondeos, zanjas, hornos y excavación en extensión, con propuesta de linea
de “paleocosta”.

Todo ello no ha evitado, sin embargo, que El modo de aproximarnos a la consecución


nuestra implicación con el proceso de construcción de tales objetivos ha pasado, obviamente, por
de la historia local haya guiado el desarrollo la intervención de campo. En Garavilla se ha
de esta intervención, de manera que, desde diseñado en tres fases, marcadas como dos en
planteamientos teóricos personales, diversos
y sin necesidad de una formulación expresa, la 2.- Además hemos contado con la inestimable ayuda de Vicente
colaboración entre Arqueotectura y Paco Torres Castañeda Fernández (UCA) y su equipo del grupo de investigación
ha dado el fruto inicial que ahora sometemos a Primeras ocupaciones humanas y sus inferencias socioeconómicas
en el extremo Sur de la Península Ibérica (HUM-831), a quienes
la consideración pública de los lectores de esta hemos cedido gustosamente los materiales paleolíticos recogidos
revista2. para incluirlos como parte de sus estudios sobre los más antiguos
pobladores de la Bahía de Algeciras. A Vicente en concreto debemos
la primera valoración de ese conjunto lítico, que se incorporó como
Por tanto, sí que teníamos objetivos anexo a la memoria de resultados.
“intelectuales” definidos desde un principio. 3.- Para Garavilla en concreto, se pretendía además saber de un
supuesto cementerio medieval islámico imaginado en su día por Antonio
Los mismos y amplios que, mutatis mutandi, Torremocha (por ejemplo, en TORREMOCHA y otros, 1999: 56),
exponemos una y otra vez en nuestros proyectos cuando se esperaba que la excavación en “Huerta del Carmen” aportaría
datos en ese sentido, cosa que lógicamente no podía ocurrir y no ocurrió,
algecireños, y que se resumen en pocas palabras: como puede apreciarse en la memoria que elaboramos NAVARRO y
identificación de la paleotopografía de la ladera TOMASSETTI (1999) y se publicará en breve (TOMASSETTI y otros
e. p.). A pesar de ello, esa idea, que ahora no ha sido viable afirmar o
donde se encuentra el solar afectado; elucidación negar dado el arrasamiento del cerro por la fábrica de conservas, en
de la secuencia diacrónica de ocupación humana su día sirvió a los técnicos municipales para incluir en el polígono de
protección arqueológica del PGMO la zona más meridional del núcleo
desde sus orígenes; constatación de la presencia urbano tradicional. La maqbara en cuestión debía ser, según opinión del
o ausencia de estructuras arquitectónicas en las citado autor, el sector extramuros conocido por la Crónica de Alfonso
XI como “fonsario”, lo cual, a la vista de la nueva geografía urbana de
distintas épocas y horizontes3; explicación de las villas medievales (JIMÉNEZ-CAMINO y TOMASSETTI 2006),
las discontinuidades del poblamiento entre las resulta ya imposible de defender pues se ubica al Norte de las murallas
recién puestas en valor en la prolongación de la avenida Blas Infante
distintas fases históricas; y valoración del grado (SUÁREZ y TOMASSETTI 2009); puede leerse una breve reseña de
de afección de las modificaciones urbanísticas nuestros trabajos en ellas en este mismo volumen y la síntesis de las
cinco campañas en el cementerio “correcto” -el del Fuerte de Santiago-
sobre la estratificación subyacente. en TOMASSETTI y otros (2006).

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el texto del proyecto pero modificadas por los estrato de vertido de alfar estudiado en el perfil
resultados iniciales, dado que trabajamos en norte de la zanja B (reconocido como B5 y C4 en
continua revisión de la sencilla metodología (por sus respectivos sondeos). El objetivo puntual de
muy complejos que sean los procedimientos) esta actuación era obtener información suficiente
que da cuerpo a la técnica arqueológica actual, para valorar una cronología relativa ante quem
en cuya escrupulosa aplicación consiste nuestro del abandono de la figlina ya que se encuentra
trabajo 4. decapitada y seccionada verticalmente por las
obras de instalación de la fábrica de conservas.
Así, comenzamos con el replanteo topográfico
de veintidós sondeos cuadrados y con lados La excavación de los hornos (para cuya
de metro y medio, nombrados con letras denominación se ha usado la letra V) se ha
mayúsculas, desde la A a la U (evitando la CH), desarrollado siguiendo criterios de conservación y
y distribuidos en cinco columnas, cada una de ubicación. Así, V1, localizado durante la apertura
las cuales contenía un número variable de ellos de la zanja C (y levemente afectado por los dientes
por su adaptación a la morfología del polígono del cazo de la máquina), sólo ha requerido su
dentro del que trabajábamos (ver Fig. 2 para limpieza superficial para liberarlo de escombros
ubicación de sondeos, zanjas y excavación de recientes y definir su planta conservada, de apenas
los hornos). Terminada su excavación manual, medio metro cuadrado. Hemos documentado su
han sido la guía, en segunda fase, de dieciséis sección en el perfil norte de la zanja C. Por su
zanjas organizadas en tres baterías, con su parte, V2, al Sur del anterior, ha sido integrado en
misma anchura y longitudes diversas (entre diez un sondeo rectangular de cuatro con cuarenta por
y cuarenta metros), abiertas con una máquina nueve con ochenta metros que también incluye
retroexcavadora. Sus denominaciones coinciden los restos de una “atarjea” embutida en las arenas
con las de los sondeos a partir de los que se de base. Por último, V3, al Oeste de V1, había
abrieron o las de los que unen (de la A a la M, perdido parte de su volumen por la instalación de
NÑO, PQR y STU). una riostra de hormigón que lo seccionó por la
mitad; lo conservado, tras su limpieza superficial,
quedó inscrito en un sondeo de tres por cinco
metros. Este horno queda en parte fuera del
espacio destinado a aparcamientos de los edificios
promovidos; sin embargo, la superficialidad de
los restos y la escasa entidad de lo conservado
aconsejaban su estudio ya que el gasto necesario
era asumible por el presupuesto económico.

4.- Arqueotectura siempre acomete sus excavaciones manuales mediante


procedimiento estratigráfico (tal como lo han formulado los autores de
referencia obligada, especialmente E. Harris y A. Carandini), despejando
las unidades estratigráficas y, una vez identificadas y caracterizadas,
Lámina 1. Panorámica general desde el Oeste del con- levantándolas en el sentido inverso al de su deposición, si es posible.
junto excavado, con indicación de zanjas. El rebaje mecánico siempre ocurre bajo control presencial directo y
permanente de un técnico experimentado. La información se registra
El rebaje mecánico se ha completado con la en formatos desarrollados por nosotros mismos, equivalentes a tantos y
tantos otros que utilizan nuestros colegas y algunas instituciones, y que
apertura de un amplio rectángulo de quince metros se agrupan en un inventario de campo para materiales muebles, fichas
y medio por catorce que integra los restos de tres normalizadas de unidades estratigráficas, un diario de excavación (no el
oficial de la Junta, que es meramente un libro de incidencias y, por tanto,
hornos localizados durante el zanjeado, entre las debería cambiársele el nombre, evitando así que algún novato -como ha
mitades occidentales de las zanjas B y D. Con ocurrido- requiera de la Delegación Provincial varios ejemplares al tratar
de verter en ellos las notas de campo) y, coyunturalmente, estadillos de
ello se removieron los niveles contemporáneos toma de profundidades o de triangulación de puntos y ejes de dibujo. La
que sobremontaban las estructuras romanas, documentación gráfica se pretende siempre completa (pero huyendo de
la exhaustividad inoperante y cara, aparte de inútil en las ocasiones en
dejando el espacio expedito para su excavación que no se tienen criterios adecuados para seleccionarla, lo cual se traduce
manual, que ha sido nuestra tercera fase de en gigabytes de fotografías desde que es común el formato digital), y se
concreta -aparte la fotografía- en dibujos a escala de plantas, secciones y
trabajo de campo. Hemos excavado en extensión perfiles significativos. El recurso puntual a restituciones fotogramétricas,
los niveles arenosos holocenos que amortizan al que tan buenos resultados ofrece, no ha sido necesario en esta ocasión.

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Figura 3. Planta general de la figlina.

2. ESTRATIGRAFÍA cia, han proporcionado los elementos necesarios


para comprender la sucesión de acontecimientos
Hemos individualizado 85 unidades estra- en su conjunto. La fasificación realizada, por
tigráficas, cuya síntesis descriptiva consta en los tanto, combina todas las informaciones y propone
Anexos 1 y 2. El análisis de sus relaciones físicas una distribución en cuatro grandes fases, que se
e indicadores cronoculturales, en correlación con explicarán a continuación.
la estratigrafía geológica, ha permitido el montaje
ordenado de la secuencia de acciones y fases, así
como el diagrama estratigráfico de la figlina (Fig.
5).

En la estratificación estudiada se imbrican los


procesos naturales y las acciones humanas dando
a la secuencia un carácter geoarqueológico muy
marcado. La ordenación de los datos procesados
ha requerido, por ello, una interpretación cruzada
entre los resultados de ambos diagnósticos Lámina 2. Panorámica general desde el Oeste de la
-arqueológico y geológico- que, en última instan- excavación de la figlina.

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Para su comprensión previa conviene, no (CASTAÑEDA 2008). En su conjunto lo hemos


obstante, indicar que hemos utilizado el horizonte considerado como el estrato geológico I (Tabla 1).
romano del alfar y su vertido como organizador No se ha alcanzado durante la excavación manual
del conjunto, de modo que, hasta su instalación, se de ninguno de los sondeos previos, pero se han
reconocen los depósitos como grandes paquetes podido estudiar en los perfiles de las zanjas E, G,
geológicos (pleistocenos los más antiguos, H e I.
holocenos los más recientes; agrupados todos en
la Fase 0); que la Fase I está representada por la Se ha establecido en su análisis que los niveles
propia figlina y que hemos considerado Fase II conglomeráticos pleistocenos se constituyen
a los sedimentos que colmatan la vega fluvial a
en el área fuente de buena parte de los cantos
techo de los restos del alfar; por último, que la
rodados que luego terminan redepositados en los
Fase III está constituida por un conjunto diverso
sedimentos fluviales holocenos (Fase II), bases
de rellenos y afecciones sobre lo subyacente en
época contemporánea relativamente reciente. Una naturales sobre las que se fabricó la industria lítica
primera ordenación de datos se expone en la tabla recuperada en las unidades estratigráficas C4, M3
1, que servirá de guía en su análisis inmediato. y M4, pero, sobre todo, por su abundancia, en las
recogidas superficiales durante la prospección
del terreno sometido a diagnóstico. El estudio
3. FASE 0. CUATERNARIO FLUVIAL morfotécnico de estos elementos líticos realizado
por Vicente Castañeda los atribuye al modo 3,
3.1. Subfase 0a. Pleistoceno musteriense en la terminología clásica, o a la
transición 2-3 (achelense-musteriense), entre
El estudio geológico indica que, en la los estadios isotópicos (oxygen isotope stages)
base de la secuencia conocida, se encuentran OIS5 y OIS3 (hacia 120.000-50.000 años BP)
diversos paquetes de arenas y conglomerados atendiendo a las cronologías propuestas para las
mediopleistocenos equivalentes al nivel de cuevas gibraltareñas.
terraza media o T2 definida para el río Palmones

Figura 4. Perfiles septentrionales de las zanjas B, C, E, H e I.

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La asociación de dicha industria con la fase una redeposición causada por la erosión de sus
pleistocena es compleja. Interpretamos que las contextos originales. A pesar de ello, no plantea
muestras de superficie aparecen en posición dudas tras el reconocimiento de la parcela en su
secundaria por la remoción contemporánea de los conjunto y de la zona inmediatamente colindante
niveles fluviales holocenos en que se encontraban (jardines del Palacio Marzales, al Sur, por
residualmente (horizonte de C4, M3 y M4) tras ejemplo, en cuyo talud occidental ya recuperó

Tabla 1. Síntesis de la columna geológica en la parcela.

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Tabla 2. Cronología de los estratos con cerámicas en los sondeos previos.

nuestra compañera Cibeles Fernández una lasca cerámicos. Entre lo poco reconocible aportan
en cuarcita hace años: marca triangular al Sureste datación las ánforas: una Beltrán IIB (fechadas en
de la Fig. 1). la zona a inicios de época flavia) y posible-
mente una Venta del Carmen I (de momentos
3.2. Subfase 0b. Terraza Superior Holocena inmediatamente anteriores al cambio de Era). Este
estrato, por tanto, queda ubicado en la primera
En contacto discordante sobre la terraza mitad del siglo I d. C. (más concretamente entre
pleistocena se han identificado seis litologías los años -10 y 80, como terminus ante quem),
distintas, básicamente arenas, a veces con aunque los elementos datantes, como se ve, son
limos o cantos, producto de la dinámica fluvial muy escasos.
del arroyo Saladillo (facies de canal principal,
desbordamientos del mismo en su llanura de Ciertamente desconocemos si la excavación
inundación, zonas encharcadas). En los sondeos de las cámaras de fuego y praefurnia cortaron
se han reconocido como tales los estratos G3, H2, otros estratos de formación más reciente,
I2 (arena anaranjada); B6, D6, G2 (arena marrón estando la secuencia decapitada por nivelaciones
con gravas y cantos); E6 (limos grises); E5, O5 contemporáneas de la Fase III, aunque es cierto
(arena limosa anaranjada) y E4 (arena arcillosa que la cronología que se propondrá para el alfar
beige-marrón), con inclusiones cerámicas desde prácticamente coincide con la de E4, impidiendo
E6.
5.- Todos los sedimentos estudiados (excepto las arenas de la barra)
Las arenas masivas amarillas de grano medio son de origen fluvial y, por tanto, continentales. Adelantando y
sintetizando la información para su mejor comprensión, hay que
(estrato geológico V), conjuntamente con otras de indicar que en la última glaciación (OIS2), una gran bajada del nivel
colores abigarrados (amarillos, marrones, grises: del mar originó la excavación por parte del paleo-Saladillo de un
estrato IV), que se corresponden con E4, siendo valle sobre los sedimentos fluviales pleistocenos anteriores que, al
inundarse en la posterior subida del nivel marino, conformarían la
depósitos fluviales de llanura de inundación paleoensenada del Saladillo. A su vez, el encajamiento de la red
por desbordamientos de canal, formarían una fluvial durante el último glacial produjo una serie de capturas por
parte de afluentes de la margen derecha del paleo-río de la Miel sobre
pequeña terraza apoyada sobre el escarpe erosivo cauces que pertenecían a la cuenca del paleo-Saladillo. Debido a esto,
pleistoceno. Es en este paquete arenoso donde se tras la subida del nivel del mar (actual interglacial), la cuenca del
excavará el terreno para instalar los hornos 5. paleo-Saladillo quedaría tan reducida que no acumularía los caudales
suficientes para, en épocas de avenidas, romper la barra arenosa que,
por dinámica litoral, empezaría a formarse en su desembocadura
a partir del máximo Flandriense, lo que provocó la -en términos
geocronológicos- rápida colmatación de la paleoensenada y que,
4. FASE I. FIGLINA ROMANA para época tardorromana, ya fuera un medio mayoritariamente
continental, sin apenas influencia marina constatable en nuestra zona
La cronología de E4 (estrato V de la secuencia de estudio. Al contrario, en el caso del río de la Miel, su estuario
no se colmató totalmente hasta fechas muy posteriores, debido a su
geológica) depende de su contenido en materiales mayor cuenca y por tanto a su capacidad de romper la barra arenosa
en épocas de avenidas.

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Figura 5. Diagrama estratigráfico de la figlina.

que otros paquetes sedimentarios perdidos En esencia, queda un arco de circunferencia


modificaran sustancialmente lo dicho. perteneciente a la pared interior, de arcilla
quemada, que apoya directamente sobre la
En términos generales, esta segunda fase se interfacies de su excavación en el subsuelo (al
compone, en primer lugar, de un conjunto de conjunto se le ha denominado UE-V100). El
acciones constructivas (repetidas para los tres revestimiento arcilloso se extiende igualmente
hornos hallados) que afecta, excavándola, a la por el fondo de la estructura, según se observa en
fase precedente; y, en segundo lugar, un momento el perfil norte de la zanja C.
final representado por los niveles de colmatación
interior de las estructuras tras su abandono. Aún, La excavación de B5=C4 en extensión
en V2, se verá la reutilización de parte de su (recordamos que con la pretensión de obtener un
espacio como calera una vez abandonado su uso. término límite para la cronología de la figlina)
se ha desarrollado al Norte de su posición, pero
El desmonte contemporáneo del terreno y otras -lamentablemente- sin existir contacto físico
afecciones más recientes (explanaciones, derribo con él. De hecho, B5=C4 no tiene relación
y remoción de cimientos) afectaron gravemente estratigráfica directa con ninguna de las
a las ruinas del complejo alfarero, de manera estructuras halladas, sino con el paquete arenoso
que sólo ha pervivido la planta casi completa del en que se excavan (E4=V210).
denominado V2. En ninguno de los casos se ha
conservado más de 70 cm de potencia, siendo
la totalidad de lo excavado parte de las cámaras
destinadas a la carga y quema del combustible
y los niveles más bajos de sus colmataciones
internas.

4.1. Horno V1

Localizado durante el rebaje mecánico de


la zanja C, se conservan apenas 0’30 m2 de su
superficie con una potencia máxima de 0’70 m.
Tras su limpieza superficial y documentación
gráfica en planta y perfil, prescindimos de su Lámina 3. Horno V1.
excavación interior (un escasísimo volumen
de sedimento en torno a 0’025 m3). Aparte del 4.2. Horno V2
corte que le produjo la apertura de nuestra zanja,
se encontraba previamente seccionado, y casi Así, cortando a V210, se instala también el
destruido, por una gran zanja de unos 4’50 m de segundo horno, mediante el rebaje previo del
anchura (UE-V202=A4), la misma que afecta terreno evidenciado por las interfacies V200 (que
marginalmente al horno V2. alojará la cámara de combustión) y V212 (donde
se encaja el praefurnium).

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Figura 6. Planta sintética de los hornos y planos acotados de unidades estratigráficas.

V2 nos evidencia el tipo de horno de esta aunque consideramos que, por sus dimensiones,
figlina (que suponemos igual a V1 y a V3). Se debió poseerla y perderse posteriormente por
trata de una planta circular de aproximadamente causas desconocidas. Este modelo, el denominado
3’40 m de diámetro (medido en la cara exterior IA por CUOMO (1971-1972), es el más habitual
de la pared: cámara de fuego o de combustión) en las figlinas béticas y, específicamente, en las
a la que se accede por un pasillo de 2’40 m de gaditanas (LAGÓSTENA y BERNAL 2004: 39-
largo y 1’90 m de anchura máxima6 y orientación 123).
NE-SW, siendo éste el prefurnio (sus anchuras
mínimas aproximadas oscilan entre los 0’60 m a
su entrada y 1’00 m en el acceso a la cámara). 6.- Lo irregular de la planta en la zona del prefurnio impide asegurar
No hay evidencias de la columna central que, medidas concretas; téngase en cuenta que sobre él se habilita la
calera V204 en la última subfase de uso, como ocurrió también en el
en la cámara de fuego, debía sustentar la parrilla horno del sector C de Venta del Carmen, en Los Barrios (BERNAL
de separación entre ésta y la cámara de cocción, 1998: 84-86).

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Por su parte, el sistema constructivo de la


cámara consiste en un recubrimiento interior de
las superficies habilitadas por la excavación de
la fosa cilíndrica inicial, creando paredes (V200)
con un grosor de entre 0’10 y 0’15 m, al igual que
se vio en V1, y del mismo modo con evidentes
muestras de rubefacción por efecto del calor. A
falta de otros indicadores, interpretamos que las
UEs V213 y V214 constituyen la base de la cámara,
nivel de uso a partir del cual se superponen los
estratos que provocan su colmatación interior.

Ésta se inicia con las UEs V207 (arcilla rojiza


Lámina 4. Horno V2.
muy compacta sin inclusiones); V213 (arena
marrón rojiza con manchas blancas, verdes, rojas

Figura 7. Restitución teórica de la sección del horno V2.

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y restos de rubefacción); y V214 (arena roja en la primera mitad del siglo I d. C. (BERNAL
compacta con manchas blanquecinas), sobre las y LORENZO 2002: 225); en Lacipo (tipo 10),
que se deposita V206 (arena rojiza semi-compacta donde son muy abundantes (PUERTAS 1982:
con frecuentes inclusiones cerámicas) que, a 224); y en el extremo oriental de Málaga, en los
su vez, recibe a V201 (arena marrón parduzca alfares de Torrox (tipo 2.1 de Beltrán; SERRANO
con manchas rojas e inclusiones cerámicas). 2000: 58), donde se fechan genéricamente en el
Por su parte, el hueco del prefurnio (V212) se siglo I d. C.
encuentra relleno por la V205 (arena arcillosa
marrón verdosa con manchas rojas e inclusiones Con respecto a la vajilla de mesa, destaca
moderadas de fragmentos cerámicos equivalentes un conjunto de piezas incluidas dentro del grupo
en su conjunto a los encontrados en V206). de las sigillatas itálicas, aunque con barnices
exteriores muy oscuros, desde el negro hasta
El análisis de las cerámicas contenidas en tonalidades marrones parduzcas. Las piezas
V201 y V206 arroja los siguientes resultados. presentan cubiertas brillantes al interior y más
mates al exterior. La capa de engobe es muy fina, y
Ánforas. Por un lado, en V201, se ha tiende a descascarillarse en algunos casos, siendo
recuperado un fragmento identificado como más adherente en otros. Se trata de piezas con
Dressel 1A (siglo I a. C.) (Fig. 8.5) y varios pastas muy depuradas, sin desgrasante visible,
de un ejemplar de Gauloise 4 (Fig. 8.4), tipo blandas al tacto, con roturas de perfil redondeado.
de origen gálico que se está produciendo en la El color de la pasta es dominantemente claro, con
tarraconense y la layetania a partir de época tonalidades desde beige a siena o rosáceo.
flavia (LÓPEZ y MARTÍN 2008: 711). Un grupo
de piezas parecidas a esta última se ha descrito Los ejemplares de V201 corresponden a los
como “ánforas de borde almendrado” en Lixus, tipos Conspectus 12 (Fig. 12.5), Conspectus 33
en contextos estratigráficos centrados en época (Fig. 12.7) y un posible tipo Conspectus 20.1 (Fig.
de Augusto (BONET y otros 2005: 122). Por su 12.8). Los identificables de V206 son formas lisas
parte, en V206, junto a otro borde de Gauloise Conspectus 33 (Fig. 12.1), un fondo de posible
4 (Fig. 10.2) se documenta un fragmento de Conspectus 7 (Fig. 12.3) y un trozo de galbo de
posible Haltern 70 (Fig. 10.1). Estas últimas un cuenco decorado con motivos estampillados
son producidas en la propia Bahía de Algeciras, que podría corresponder al tipo Conspectus
concretamente en los alfares de Villa Victoria, R-4.1 (Fig. 12.4), fechado en tiempos de Tiberio
entre el 10 a. C. y el 10 d. C. (GARCÍA y (AA.VV. 2002: 110). En general, por tanto, nos
BERNAL 2008: 668). encontramos con ejemplares producidos en torno
al cambio de Era y al periodo flavio7.
La cerámica común está bien representada
en el estrato V206. Se localizan fragmentos de Acompañan a este grupo otros fragmentos de
cuencos hemiesféricos (Fig. 11.1 y 11.2), con sigillatas importadas: un fragmento en V201 del
paralelos en Lacipo (tipo 53) (PUERTAS 1982: cuerpo de una copa de TSI, tipo Conspectus 22;
251) y cronología del siglo I d. C.; un jarro y, en V206, uno de borde de TSI tipo Conspectus
de cuello corto, trilobulado (Fig. 10.3), con 17.2 (Fig. 9.8) y tres de copas de TSG de las
paralelos en el yacimiento del Castillón (Málaga) formas Dragendorff 24/25 (Fig. 9.6 y 9.7) y
en contextos que van de la segunda mitad del
7.- El hallazgo de estas piezas nos sugirió en principio encuadrarlas
siglo I d. C. a la primera mitad del II (SERRANO en el grupo de las llamadas BRTH-D de Peñaflor (BUSTAMANTE
2000: 240) y jarras (Fig. 10.4 y 10.5) semejantes Y HUGUET, 2008), pero tras consultas con la doctora Encarnación
a otras producidas en los alfares de Cartuja, para Serrano Ramos, de la Universidad de Málaga, reconocida
investigadora de la producción de sigillatas hispanas, descartamos
las que se propone una cronología genérica de esa opción y pudimos identificarlas como itálicas. No obstante,
época imperial (SERRANO 2000: 241). Pero el con el Gabinete de Arqueología del Ayuntamiento de Algeciras,
pretendemos abordar el análisis arqueométrico de las producciones
grupo mejor representado es el de las ollas-orzas alfareras locales romanas y medievales mediante un proyecto de
con cuerpo de tendencia globular, sin cuello, con investigación que incluya tanto la caracterización de las materias
borde entrante, moldurado y labio caído o plano primas como la de sus pastas en el contexto del Campo de Gibraltar,
Ceuta y el Norte de Marruecos, proyecto que, entre otras cosas,
(Fig. 11.3 a 11.6). Estas piezas se documentan en evitará futuras confusiones en la identificación de los conjuntos
yacimientos imperiales de la Bahía de Algeciras menos habituales.

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Figura 8. Cerámica de V201.

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HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

Figura 9. Cerámica de V206.

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En resumen, la cotejación de todas las


inferencias de orden cronológico, a las que se
añaden las mínimas indicaciones del estrato
V211, nos lleva a proponer una cronología para
la figlina en su conjunto entre los últimos años
del siglo I a. C. y los centrales del I d. C., como
queda representado en la tabla cronológica (Tabla
3). Es de suponer que los estratos descritos se
depositaron una vez que el horno ya no estaba
en funcionamiento (aunque tal vez durante su
actividad), de manera que la datación propuesta
debe considerarse prudentemente como terminus
ante quem para una correcta valoración del
Lámina 5. Cerámicas itálicas de la unidad estratigráfica
periodo de uso de las estructuras.
V206.
En clara relación espacial con el horno se ha
27 (Fig. 9.9), que refuerzan una cronología de excavado V209, una sencilla estructura con forma
mediados del siglo I d. C. como fecha tope para de pequeña zanja orientada NE-SW (con longitud
la formación de este depósito. Contiene también conocida de 2’70 m; anchura media c. 0’60 m)
V206 un reducido repertorio de fragmentos excavada en las arenas de base y sin elementos
de “paredes finas”, previsibles producciones interiores de fábrica que complementen al canal
béticas del tipo Mayet XXVII o XXXVIII, con habilitado. Originalmente poseía cubierta de
decoraciones correspondientes a los estilos VII-1 lajas que fue afectada por el rebaje mecánico y
y VII-11 (Fig. 9.1 a 9.4) y cronologías situadas a de la que se conservaron finalmente un par de
partir de Claudio (41-54 d. C.) hasta la segunda elementos (Fig. 6).
mitad del siglo I d. C.

Figura 10. Cerámica de V206.

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HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

Figura 11. Cerámica de V206.

Figura 12. Cerámicas itálicas de V201 y V206.

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Su relleno interior (V211), arena marrón al momento de reutilización del prefurnio como
con algunas piedras, ha aportado muy escasos calera, pero se conocen casos de canalizaciones
restos cerámicos, como ya ha quedado dicho. en otros complejos alfareros que aconsejan
El escaso grupo de ánforas, muy fragmentadas, vincularla con el propio horno.
corresponden a otro borde de posible Haltern 70
(Fig. 13.1) y a uno de una pieza con reducido En efecto, cuando el horno V2 dejó de
diámetro que podría tratarse de una Dressel funcionar, y seguramente después de desmontar
20-A (Fig. 13.2), presente en los alfares béticos la estructura que componía el praefurnium, su
de Carmona en época augustea (GARCÍA y espacio fue reutilizado como calera: UE-V204.
BERNAL 2008: 674). Junto a ellas, el borde Tal como ha sido encontrada consiste en una
de una gran cazuela (Fig. 13.3) con paralelos fosa irregular de algo menos de 6’00 m2 (3’60
en Lacipo del siglo I d. C. (tipo 42; PUERTAS y 1’90 m como longitud y anchura máximas)
1982: 244), y un contenedor de boca ancha y superpuesta al espacio originalmente ocupado
borde vuelto (Fig. 13.4), que también encuentra por el pasillo de acceso al horno (y parcialmente
ejemplares análogos y de semejante cronología al extremo oeste de la cámara de fuego) y
en este último yacimiento. rellenada por un aglomerado de piedras calizas
calcinadas superficialmente (con algunas otras
V209 inicia su recorrido junto a la boca areniscas) incluidas en una matriz compacta
del prefurnio, al Este y a un metro escaso de de arcilla verde con manchas rojizas y algunos
distancia, por lo que suponemos debe relacionarse fragmentos cerámicos8. La datación aportada
funcionalmente con él, pero desconocemos su por dichos fragmentos resta bastante imprecisa,
uso concreto (su interior es permeable: no podía
servir para la canalización de aguas, aunque 8.- Hay que reseñar que la caliza es una roca alóctona en este entorno;
su presencia, por tanto, obedece sin duda a un aporte intencional
tiene pendiente que desciende hacia el NE). Otra desde, como mínimo, la zona de la cantera de Los Pastores, a unos
posibilidad de difícil valoración sería vincularlo 2 km en línea recta

Figura 3. Síntesis de elementos datantes del repertorio cerámico en el horno V2.

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HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

Figura 13. Cerámicas de V211.

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contando sólo con algunos fragmentos de Terra descrita se trata de un nivel muy carbonoso en
sigillata gálica de formas no reconocibles. matriz arcillosa rojiza con restos antracológicos
y fragmentos de cerámica. Posteriormente, la
4.3. Horno V3 apertura de la zanja B permitió su lectura en
perfiles, observándose cómo se adapta a una
Unos 9 metros al Oeste de V2 se ubica topografía en cuesta entre las cotas 4’60 y 3’04
este tercer horno, de similares características m.s.n.m. (a lo largo de 12’48 m, lo que representa
constructivas y en peor estado de conservación una pendiente del 12’50%). Su potencia media de
debido a haber sido seccionado en su mitad 20 cm nos sugiere que forma parte de los extremos
oriental por una correa de hormigón perteneciente de la zona de vertidos del alfar; de hecho, el
al edificio de la fábrica (UE-V303) y al Sur por contenido artefactual procedente de B5 es exiguo
labores de explanación del terreno producidas en y nada significativo desde el punto de visto
el siglo XX (UE-V304). cronológico (abundan los fragmentos de galbos de
ánforas). Ateniéndonos a las dimensiones de los
Se conservan unos 3 m2 de la cámara de hornos y a su posición topográfica, entendemos
combustión (UE-V300), excavada, como en los que la cota mínima original de la ladera en que
dos casos anteriores, sobre el paquete de arenas se excavan se encontraría en torno a 6’00 o 6’50
masivas que componen E4 (aquí UE-V305) hasta m.s.n.m., altura a partir de la cual se iniciaría
la cota superior de V302, que consideramos la la acumulación de desechos procedentes de las
superficie de uso al interior de dicha cámara. cocciones y, consecuentemente, se perderían
Las paredes también se han fabricado mediante casi por completo cuando se explanó el terreno
revestimiento de arcilla, enrojecida por efecto para la instalación de la fábrica de conservas. En
del calor, aunque ha resultado difícil definir su extensión, dentro de la zanja B, ocupaba unos 19
latitud, con valores que oscilan entre 6 y 40 cm. m2, siendo ésta la única precisión que cabe hacer
sobre las dimensiones espaciales del vertedero.
Su posición estratigráfica entre B4 y B6 indica su
deposición sobre un paquete de cantos holoceno
y su amortización en época tardoantigua, como
así se ha comprobado en la lectura de perfiles de
la zanja.

Lámina 6. Horno V3.

La colmatación interior de este espacio


substruido-construido ha sido identificada como
UE-V301 (arena marrón parduzca muy compacta
con manchas rojas, incluyendo restos de pared
rubefactada). Su contenido en cerámicas, muy Lámina 7. Vista general de la zanja B y su entorno
escasas y coincidentes grosso modo con la inmediato, con indicación de la posición del vertedero de
procedente de los rellenos de V2, permite afirmar alfar en su perfil norte.
contemporaneidad con el resto de los fornaces.
En otro orden de cosas, se extiende justo en
4.4. Vertedero el límite entre la zona continental más elevada
(ladera de la colina, representada a techo por
El primer indicio detectado de la existencia E4=V210=V305=estrato geológico V) y el
de la figlina fue la UE-B5. Tal como se encuentra espacio más tarde afectado por la nueva dinámica

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fluvial de la Fase II (básicamente el estrato de un estrato arenoso (el XI de la columna


geológico VIII y sus correspondientes muestreos geológica) localizado durante el rebaje mecánico
arqueológicos), de manera que se convierte en de las zanjas PQR y STU, en la zona más cercana
la charnela de inflexión entre fases antrópicas y al mar de la parcela en estudio. Su caracterización
dominios paleoambientales. sedimentológica como arenas de grano medio
de ambiente litoral, probablemente eólico,
interpretable como un depósito asimilable a la
flecha litoral que cerraría lo que pudiera quedar
bajo influencia marina en la parte más distal del
paleo-estuario del Saladillo, lo diferencia del
resto de estratos holocenos de la “terraza inferior”
y queda fuera de la ordenación general al no
conocerse sus relaciones físicas con los demás
estratos ni haberse obtenido de él materiales
arqueológicos datables10.

Lámina 8. Estratigrafía de la zanja B, detalle: 1. Arenas


amarillas de la terraza superior holocena; 2. Vertedero
de alfar; 3. Arenas masivas verdoso-negruzcas de la
terraza inferior holocena; 4. Relleno contemporáneo.

5. FASE II. TERRAZA INFERIOR HOLOCENA:


COLMATACIONES TARDOANTIGUAS

El techo de la secuencia antes de la discordancia


que representan las acciones destructivas previas
a los rellenos contemporáneos es un potente
paquete de acúmulos arenosos que, en la columna
geológica, queda identificado básicamente con
el estrato VIII. Son arenas masivas con cantos
dispersos que empiezan siendo verdosas a
muro para ennegrecerse a techo por efecto de la
acumulación de materia orgánica, lo cual, unido
Lámina 9. Estratigrafía de la zanja STU, detalle: 1.
a su falta de estructura interna, se ha relacionado Facies fluvial holocena; 2. Arenas eólicas de la flecha
con el uso de estos espacios como tierra de litoral.
labor, huertas que se extendieron por las zonas
no habitualmente inundables de la vega del 9.- La mejor evidencia de este uso agrícola nos la proporciona el
Saladillo9. plano del Servicio Geográfico del Ejército numerado como AG-
T9-C2-841, de 1857, donde, entre el camino que dio origen al
actual Paseo de Victoria Eugenia, el trazado del arroyo y la playa,
Durante la excavación los identificamos se indica la presencia de hasta siete parcelas bien delimitadas entre
sí ocupando todo el espacio que nosotros hemos diagnosticado en
como dos niveles distintos: el paquete inicial esta ocasión (ver Fig. 15). Suponemos que en ellas está el origen del
de arenas verdosas, en la base, depositado sobre microtopónimo Huerta del Carmen con que hasta hoy se conoce a la
sedimentos de la “terraza superior holocena”, al zona. Por contra, el plano de 1910 de Oskar JÜRGENS (1926) nos
enseña un edificio de planta poligonal del que no hemos detectado
que corresponden las unidades estratigráficas A5, ninguna evidencia.
B4, C4, D4, E3, E4, M2, M3, M4, O4, Q3 y Q4; 10.- Los sondeos previos R y U deberían haberlo localizado de
haberse podido profundizar hasta los 2 metros previstos. Sin
y el nivel ennegrecido a techo (propiamente el embargo, al ser R2 y U2 rellenos contemporáneos impregnados
mismo que el anterior, insistimos, afectado por la en desechos de pescado de un olor literalmente insoportable que
edafización y el uso humano), correspondiente a hacía insalubre la continuación del trabajo en ellos, fue necesario
abandonar la excavación de ambos al alcanzar poco más de medio
las unidades A3, B3, C3, D3, M2, O3, Q2 y R3. metro de profundidad. No obstante, ni el control presencial directo
del zanjeado ni la cuidadosa inspección de los perfiles para su
lectura evidenciaron fragmentos cerámicos aprovechables para su
Hay que hacer un inciso antes de seguir con clasificación crono-tipológica (moderada cantidad de pequeños
la explicación de esta fase. Afecta a la existencia fragmentos de galbos más o menos rodados, de “aspecto romano”).

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Nuestra experiencia de excavación en el por lo que lo hemos “recolocado” en la posición


sondeo II de la factoría salazonera de C/ San que se ve en la columna geológica.
Nicolás nº 3-5, en Iulia Traducta, es decir, el
cercano recinto sur de Algeciras (JIMÉNEZ- Retomando el orden de exposición de la fase,
CAMINO y TOMASSETTI 2000), indica que las unidades estratigráficas afectadas que han
existe un espeso paquete de arenas (UE-10) proporcionado materiales cerámicos se pueden
interpretado en su día como que “durante unos ordenar como sigue:
dos siglos de abandono (ss. III-IV d. C.), se
produjo la sedimentación gradual de arenas
eólicas que dieron lugar a la formación de una
duna; la lentitud (...) del proceso permitió que los Tabla 4. Síntesis estratigráfica de la fase II: unidades con
materiales procedentes del derrumbe puntual de cerámicas.
partes del edificio quedaran embutidos en este La datación de la base del muro de este paquete
paquete natural, sin diferencias evidentes entre arenoso (M4=Q4), basado en la aparición de
la matriz sedimentaria que los cubre y aquélla ARSW-D (formas Hayes 104A y posible Atlante
sobre la que descansan”. Por otra parte, los 46.1) arroja una cronología en general más reciente
trabajos desarrollados en el solar de La Marina que la derivada de los materiales presentes justo
por Salvador BRAVO (2006) muestran una por encima (B4=C4=D4=M2=M3=O4). Estos
estratificación que se inicia en la base con arcillas últimos incluyen, aparte de fragmentos de ánforas
limosas (ambiente lacustre en el estuario del río no clasificables y de materiales de construcción,
de la Miel) del cambio de Era, sobre las que se algunos ejemplares de producciones africanas de
depositan arenas eólicas (duna) a lo largo de los mesa (formas Hayes 61 -Fig. 14.4-, Hayes 67 -Fig.
siglos I-III d. C., iniciándose un poblamiento 14.9-, posibles Hayes 59/67 -Fig. 14.3-, Hayes
a finales del siglo III al que corresponde una 103A -Fig. 14.2- y Hayes 104 -Fig. 14.4 y 14.6-)
necrópolis de inhumación con cinco fases de y un minúsculo trozo de fondo estampillado con
uso (que terminan a mediados del siglo V d. C.); círculos concéntricos; así como escasos ejemplos
posteriormente se constata “ocupación residual” de cerámicas comunes, caso de un mortero del
entre mediados del siglo V y el VI antes de las tipo Fullford 22 (Fig. 14.5) y un fragmento de
fases medievales. cuerpo de jarra o ánfora con decoración incisa
(Fig. 14.7) que recuerda a modelos de época
Especialmente para lo que afecta al segundo vándala bien documentados en Ibiza (RAMÓN
caso, el de La Marina, en un ambiente parecido 2008: 566). Así, el primer grupo hay que fecharlo
al de Garavilla, vemos cómo su dinámica entre finales del siglo V y el VI d. C., mientras que
geoarqueológica afecta a unos espacios inundados el segundo adelanta su aparición a una fecha de
por la primitiva desembocadura del río de la finales del siglo IV d. C., con dilatación temporal
Miel que quedarían parcialmente desconectados hasta mediados del siglo VI como mínimo.
de la influencia marina por la formación de una
flecha arenosa (duna) sobre la cual se instaló el No merece demasiado esfuerzo la explicación
cementerio bajoimperial. de esta aparente inversión cronológica: primero,
porque no la consideramos realmente significativa,
Con todo ello podemos considerar que ya que los materiales proceden de muestreos
nuestro estrato geológico XI responde a un aleatorios y, en consecuencia, responden a esa
depósito dunar relacionado con la dinámica misma aleatoriedad; y segundo, porque la misma
litoral de la cercana bahía (y probablemente con génesis del estrato VIII, de carácter erosivo, con
un origen relacionado con el de la barra arenosa aportes de los terrenos colindantes más elevados
descrita para La Marina), datable, con la máxima (hoy desmontados) y del propio cauce del arroyo,
prudencia, en el periodo cronológico que iría necesariamente habrá producido la mezcla de
desde el abandono de los hornos (mediados del inclusiones diversas sin orden preciso11.
siglo I d. C.) hasta la fecha mínima posible para
el estrato VIII (finales del siglo IV d. C.), si bien 11.- Es más, al hilo de este argumento podría defenderse que la lógica
de los procesos erosivos provocaran el depósito de lo originalmente
no tiene por qué ocupar todo este vacío de casi más reciente por debajo de lo más antiguo en uno de esos extraños
tres siglos. Atendiendo a estas consideraciones es casos de inversión estratigráfica.

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HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

Figura 14. Cerámica de C4 y M4.

Por último, el techo del estrato, representado en cuatro momentos -subfases- que, de manera
por las cerámicas presentes en M2 y O3, incluye general, y aunque la composición de las unidades
elementos inespecíficos atribuibles en general es relativamente diversa, explican el conjunto de
a los siglos de la Tardoantigüedad pero que no lo excavado.
permiten mayores precisiones. Es indudable al
menos, por la presencia puntual de intrusiones Dividimos las secuencias entre sector
de edad contemporánea (alguna porcelana, por occidental (sondeos A, B, C, D, E, F, G, H e
ejemplo), que las remociones provocadas por el I) y oriental (sondeos J, K, L, M, N, Ñ, O, P,
laboreo agrícola se constituyen como un factor Q, R, S, T y U) pues en esta última no se ha
de alteración postdeposicional muy intenso que conservado ningún estrato inalterado de las
permitiría incluso pasar este nivel estratigráfico nivelaciones correspondientes a la instalación de
a la fase siguiente sin problemas. No obstante, la fábrica demolida. Sí aparecen en la occidental,
lo hemos conservado como el final de la Fase II constituyendo la subfase IIIa, y tratándose de
atendiendo a su origen geológico. rellenos compactados más o menos arcillosos,
a veces de zahorra, que suelen rondar el medio
metro de potencia. Estas unidades sedimentarias
6. FASE III. CONTEMPORÁNEA sobreelevan el terreno por encima de la interfacies
de corte practicada para su explanación previa a
De manera discordante sobre las últimas la construcción de la conservera, momento en
unidades estratigráficas atribuidas a las Fases el que se decapitó la secuencia estudiada en las
0, I ó II, según los casos, se producen una serie fases anteriores, originando las graves erosiones
de acciones muy erosivas que decapitan la sufridas por la figlina.
secuencia previa y, supuestamente, eliminan
todos los depósitos que quizá se sedimentaron La subfase IIIc corresponde ya a los
desde el inicio de la alta Edad Media. Con objeto movimientos de tierra que acompañan al derribo
de ordenar la información, dividimos la fase de la fábrica, considerada ésta como subfase IIIb

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Tabla 5. Síntesis estratigráfica de la fase III.

y sólo representada por V303. Sabemos que una produciría entre esta última fecha y un momento
vez desmanteladas las instalaciones se procedió a indeterminado en torno al siglo IV, cuando
la extracción de todas las cimentaciones, en casos se inicia la colmatación interior del estuario,
muy potentes, que las sustentaban. Para ello, se prolongándose ésta hasta el siglo VI al menos.
profundizó en el terreno hasta extraerlas (grandes Las graves afecciones al terreno motivadas por la
fragmentos de hormigón han sido localizados en instalación de la fábrica de conservas Garavilla en
nuestro zanjeado, residuos de estas acciones), la década de los sesenta del siglo XX decapitan
abriendo potentes zanjas, entre las cuales la la secuencia, constatándose a techo -de manera
detectada en el espacio donde se ubican los discordante- una serie de rellenos que sellan la
hornos (V202=A4), pero sin duda originando la estratificación antes del derribo y remociones de
casi totalidad de las UEs identificadas en el sector cimientos.
oriental por debajo de las capas de acumulación
de arenas de escorrentía, que, en ambas zonas,
componen la subfase IIId.

Incluida en la matriz de las unidades más


superficiales (subfases IIIc y IIId) de la zona
oriental, por efecto de las mismas remociones,
aparecen de forma residual los ejemplares
de industria paleolítica de que se ha hablado
en la Fase 0a y que sirve para valorar la
primera frecuentación humana en el espacio
diagnosticado.

7. CONCLUSIONES

Hemos obtenido una secuencia diacrónica


de la ocupación periurbana con cuatro fases
geoarqueológicas que, desde la perspectiva
histórica, se originan en torno a 120.000-50.000
BP (Paleolítico Medio) y, tras una discontinuidad
de orden geológico, se reanuda con una figlina
datada entre fines del siglo I a. C. y mediados del
I d. C. (altoimperial), con reutilización de parte de
su espacio como calera tras el abandono del horno
V2 (también en el siglo I d. C.). Suponemos que
el cierre total a las escasas influencias costeras
que pudieran tener las zonas más distales de la
ensenada existente en la desembocadura del Lámina 10. Industria lítica de superficie. Areniscas y
paleo-Saladillo (no incluidas en el estudio) se sílex.

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HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

Tabla 6. Síntesis Geohistórica.

Respecto a la industria paleolítica recuperada, Las evidencias arqueológicas conocidas hasta


destaca lo novedoso de un grupo de útiles ads- la fecha se limitan prácticamente a sus cetariae
critos al modo 3 y relacionable con la presencia (factorías de salazón, en torno a C/ San Nicolás)
de Homo sapiens neanderthalensis, con escasos y sus figlinae (alfarerías). No obstante, todas las
yacimientos sincrónicos en la comarca, mejor referencias a alfares en el entorno periurbano
conocido en las cuevas gibraltareñas, pero sin de Traducta, hasta ahora, hacían referencia a
duda vinculados a la frecuentación de entornos hallazgos casuales (antigua playa del Chorruelo,
fluviales de las comunidades humanas que los C/ San Quintín) y a un vertedero (sin que se
produjeron. conozcan los hornos, en C/ Alexander Henderson
16-18; GUERRERO y otros 2007), de modo que
Por lo que respecta a la secuencia post- los ahora excavados son los primeros adscritos a
paleolítica, la historiografía moderna asume la esta población altoimperial.
existencia de una colonia romana denominada
Iulia Traducta en el recinto sur de las Algeciras, El estudio de JIMÉNEZ-CAMINO y
entramado urbano correspondiente más tarde a BERNAL (2007: 179-186) establece, para el
la al-Bunayya tardomedieval, “Villa Nueva” de periodo tardorromano-tardoantiguo cuatro fases
la crónica de Alfonso XI y “Villa Vieja” en su ocupacionales de la ciudad “en función de las
denominación popular desde el siglo XIX. Su grandes reestructuraciones del yacimiento”, a
fundación se estima en torno al 27 a. C., con saber:
emisión de monedas c. 12-2 a. C.12. Su territorium 12.- Remitimos al último artículo publicado sobre la cuestión, el de
queda impreciso, sólo considerándose que el JIMÉNEZ-CAMINO y BERNAL (2007), para la consulta de los
límite con el de Carteia podría situarse en el datos básicos; en su bibliografía se encontrarán todas las referencias
oportunas para la valoración de la ciudad romana. Sobre la ceca local
cauce del río Palmones. véase BRAVO (2004-2005).

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Tabla 7. Síntesis de acontecimientos en “Iulia Traducta” en época tardorromana-tardoantigua.

Según se ve, casi toda la información alude a las con la fisiografía reflejada en el plano de la serie
modificaciones sufridas por las zonas funerarias de Verboom AGS MPD XXXIX-79, fechado en
e industriales, siendo difícil valorar la aparente 1745 (según se aprecia en nuestra Figura 15),
pérdida de pujanza de la ciudad desde los primeros donde aún se reconocen las líneas básicas de una
abandonos en las factorías de salazones hasta el topografía fósil que nos muestra la amplitud de la
total cese de su actividad en época bizantina. A pequeña bahía originaria -en la que debía existir
este marco cronológico pertenece nuestra fase un embarcadero para el transporte de los productos
II y el intermedio representado por la flecha elaborados en los hornos- y la delineación de la
arenosa del estrato XI. Nuestra intervención no flecha que provocó su cerramiento. No obstante,
ha proporcionado ningún material mueble datable hay que valorar la posibilidad de que el muelle se
en época visigoda. situara al otro lado de la barra, a una distancia en
línea recta de apenas cien metros.
Lo que sí hemos conseguido es determinar las
líneas básicas paleotopográficas y su cotejación La geomorfología litoral asociada a deltas
con la cartografía histórica, comprobándose fluviales es bien conocida en su evolución
además la bondad de nuestra estimación -a partir genérica para las costas andaluzas occidentales
de la lectura detenida de perfiles en las zanjas- (OJEDA 1989) y, en concreto para el Campo de
sobre una línea de “paleocosta” al superponerla Gibraltar, se repite el mismo modelo secuencial

Figura 15. Análisis de Cartografía histórica con propuesta geoarqueológica: la figlina Garavilla al borde del
paleoestuario del Saladillo.

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Figura 16. Fotografías aéreas de la desembocadura de los principales ríos del extremo Sur peninsular. Obsérvese la
presencia constante de barras arenosas y marismas.

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Tabla 8. Síntesis geoarqueológica comparativa entre desembocaduras fluviales.

de paleoestuario, cerramiento por barra arenosa los hornos y, aunque los fragmentos anfóricos
y ulterior colmatación del espacio segregado extraídos del vertedero nos orientan un tanto, no
con la consiguiente formación de una marisma cabe hacer más precisiones en ese sentido.
que, según los casos, ha pervivido (caso del río
Palmones en su margen derecha, el Barbate o Los pocos estudios geoarqueológicos
el Guadiaro; ver Figura 16) o se ha perdido por acometidos hasta el momento al Norte del río
intervención humana (casos del río de la Miel o de la Miel, como hemos adelantado, empiezan a
el mismo Saladillo). Se asume sin discusión la diseñar un modelo evolutivo similar (aunque algo
génesis de estas rías en el máximo transgresivo más tardío) a lo visto en el solar de Garavilla. No
flandriense (c. 6000 BP), pero la historia de obstante, aún no han aportado datos suficientes
cada una de ellas hasta su colmatación definitiva con que explicar por completo la secuencia
es tema de los estudios geoarqueológicos litoestratigráfica ni el mapa geomorfológico
cuya publicación, para Algeciras y su entorno de los sucesivos paisajes históricos en su
inmediato, se inaugura con el presente número de desembocadura. La hipótesis de partida
la revista Caetaria. plantea también su origen como paleo-estuario
flandriense, su cierre progresivo por la formación
Cuestión diferente es datar esta sucesión de una barra litoral (al menos existente a fines
de modelados y los usos asociados de los del s. III d. C. y sobre la que se levantará más
grupos sociales sobre ellos. Desde ese punto de tarde el flanco sureste de la muralla islámica)
vista, aportamos ahora nuevos datos sobre la y su lenta colmatación interna (hasta inicios de
paleogeografía humana en el entorno periurbano la contemporaneidad), con ocupación desigual
de Iulia Traducta, confirmándose el hecho, tantas de sus espacios entre la Antigüedad y la Edad
veces observado en el registro arqueológico, Media tardía. En este amplio recorrido temporal
de la asociación entre un centro alfarero y un se observan ya diferentes fases que fluctúan
cauce fluvial que, obviamente, condiciona entre ambientes marinos, fluviales o de marisma,
su ubicación13. En nuestro caso, la natural en una compleja evolución que, a pesar de los
salida a la Bahía de Algeciras, pero también su intentos de correlación entre estratigrafías, impide
cercanía a la colonia traductina, revelan los ejes por el momento encadenar los datos conocidos
económicos que hubieron de regir la actividad de para aportar valoraciones ajustadas. La reciente
la figlina respecto a la comercialización de sus actividad preventiva en el solar de C/ Duque de
manufacturas y a su red de distribución. Queda
13.- Algunas reflexiones al respecto para la Bahía de Algeciras en
sin respuesta la cuestión de qué se producía en TOMASSETTI y BRAVO (2006).

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Almodóvar nº 21 (AYALA y otros 2008) nos ha desgracia, la Fase III de Garavilla ha borrado el
dado ocasión de compendiar parte de los datos registro correspondiente a los últimos ocho siglos
disponibles, valorando las similitudes en la anteriores al abandono de las villas en 1379, lo
evolución de ambas desembocaduras14. que elimina la posibilidad de contrastación de
parte de las hipótesis actuales y futuras sobre
Es evidente, no obstante, que la coincidencia el tramo inferior del río de la Miel, de las que
de los procesos geomorfológicos no implica la esperamos interesantes aportes en los próximos
sincronía de éstos en uno y otro lugar. Ello, unido años.
a la diversidad de facies estratigráficas que se
originan en ambientes tan dinámicos, hace aún
más compleja la equiparación entre los resultados 14.- En el ensayo de síntesis que D. Barragán y J. L. Castro nos
ofrecen en este mismo tomo se incide en las mismas ideas con motivo
de las distintas intervenciones arqueológicas, pero de lo investigado en la Plaza del Coral, donde datan la colmatación
tampoco impide observar las similitudes. Por antes del siglo VI d. C.

ANEXO 1. SÍNTESIS DESCRIPTIVA DE UNIDADES ESTRATIGRÁFICAS DE LOS SONDEOS PREVIOS.

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ANEXO 2. CORRESPONDENCIA ENTRE UNIDADES ESTRATIGRÁFICAS DE LOS SONDEOS.

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ANEXO 3. SÍNTESIS DESCRIPTIVA DE UNIDADES ESTRATIGRÁFICAS DE LA FIGLINA.

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