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DIA 1 - Por qué tus oraciones deben ser peligrosas

Como muchas personas, luché por años para orar consistente y efectivamente. Aún con
buenas intenciones, me distraía o aburría al orar. Como pastor joven, un amigo mío me ayudó
a convencerme de que era momento de un cambio. Por demasiado tiempo, había tolerado
oraciones sin fe, pero sabia que Dios quería más de mí y yo quería conocerlo más íntimamente.

"Hey Craig ¿crees que Dios todavía hace milagros?"

“Por supuesto” dije.

"¡Qué bueno porque tus oraciones son tan patéticas!"

Traté de reír con él, pero su broma dolió, porque él tenía razón.

Sin palabras, no ofrecí defensa mientras procesaba la verdad de su observación. No podia


negar que él expresó un secreto que ya conocía, pero no quería admitir: mis oraciones eran
patéticas.

Este plan es para cualquiera que se siente estancado en una rutina de oración, haciendo
oraciones repetitivas, predecibles y seguras.

Servimos a un Dios que hace más de lo que podemos pedir o imaginar. Así que es hora de dejar
lo seguro. No fuimos creados para una vida de comodidad. ¡Somos apasionados y poderosos,
encargados de cambiar el mundo de maneras radicales! Creo que esto te motivará romper los
límites, te inspirará a orar peligrosamente y vivir con valentía.

Conforme estudiaba más la Biblia, me maravillaba con la variedad de oraciones del pueblo de
Dios. No sólo oraban sobre cosas increíblemente personales -como concebir un hijo (1 S 1:27) -
sino también tan prácticas - como por comida y provisión (Mt 6:11) y escapar de sus enemigos
(Sal 59:1-2). A veces susurraban gentilmente a un Dios amoroso, otras veces gritaban a Él en
agonía y frustración.

Sus oraciones eran honestas, desesperadas, ardientes, valientes, reales. Y ahí me encontraba
yo orando para que Dios me mantuviera seguro y bendijera mi hamburguesa con papas.

Mi amigo estaba en lo correcto.

Mis oraciones eran patéticas.

Quizás puedes identificarte. No es que no creas en la oración, crees, pero estás estancado en
una rutina. Oras por las mismas luchas y peticiones, de la misma manera, a la misma hora, si es
que lo intentas. Probablemente sabes que debes orar más y con más pasión, más fe. Quieres
hablar con Dios y escucharlo, compartir conversaciones íntimas con Él como lo harías con tu
esposo, esposa o mejor amigo. Realmente lo deseas, pero no estás seguro de cómo lograrlo.
Así que tus oraciones se mantienen seguras.

Planas, aburridas, predecibles, añejas, aburridas.

La llamada de atención de mi amigo me convenció de que era tiempo de cambiar mi vida de


oración. Por demasiado tiempo había tolerado oraciones mediocres, faltas de fe y
mayormente vacías. Sabía que Dios quería más de mí y yo quería conocer más de Él, más
íntimamente, a pesar de mis dudas sobre lo que eso requeriría de mí.
Cuando buscamos hablar con Dios real, vulnerable e íntimamente, no nos envuelve en una
burbuja de seguridad espiritual. En lugar de eso, rompe con el "qué obtengo de esto" y nos
invita a confiar cuando no sabemos qué hará. Algunos días nos sentiremos bendecidos, otros
enfrentamos desafíos, oposición y persecución. Pero cada momento de las oraciones
peligrosas estarán llenos de Su presencia.

¿Estás listo para más? ¿Estás cansado de jugar a lo seguro? ¿Estás listo para orar oraciones
desafiantes, llenas de fe, que honran a Dios, cambian vidas y transforman el mundo?

Si lo estás, este Plan es para ti.

Pero te advierto, habrán tropiezos. Cuando oras cosas como "escudríñame, quebrántame,
envíame" puedes experimentar ataques, pruebas, dolor, dificultades, desánimo, angustia; pero
también el gozo de la fe, la maravilla de los milagros, el alivio de rendirse y el placer de agradar
a Dios.

Es momento de dejar de orar seguro.

Es momento de realmente hablar con Dios y escucharlo.

Es momento de oraciones peligrosas.

Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí.

1 Samuel 1:27 RVR1960

Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro
de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos
a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el
reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

S. Mateo 6:9-13 RVR1960

Claman los justos, y Jehová oye, Y los libra de todas sus angustias.

Salmos 34:17 RVR1960


DIA 2 - Que se haga Tu voluntad

En lugar de oraciones largas, fuertes y ostentosas, las que mueven el corazón de Dios son
sencillas, auténticas y sentidas. Más sencillas no significa seguras y por eso me siento
impulsado a escribir esto. El mayor error que cometí en mi vida de oración, la razón de mis
oraciones patéticas, era que oraba por lo seguro. Estaba en mi zona de confort con Dios, ni
caliente ni frío. Mis oraciones eran tibias, pero las oraciones seguras y tibias no nos acercan a
Dios ni nos ayudan a revelar su amor a este mundo.

Las oraciones son inherentemente peligrosas. Caí en cuenta de esto mientras leía se Jesús
hablando con Su Padre en el jardín de Getsemaní, poco antes de entregar Su vida en la cruz.
Sabiendo lo que venía, preguntó si había otra forma. Entonces Jesús, no cualquier discípulo o
personaje de la Biblia, sino J-E-S-Ú-S, Hijo de Dios, hizo una oración de sumisión vulnerable y
peligrosa: “pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42).

Jesús nunca nos pediría hacer algo que Él no haría. Nos llama a una vida de fe, no de
comodidad. En lugar de venir a pedir una vida más segura, fácil o libre de estrés, el Hijo de Dios
nos reta a amar a otros más que a nosotros mismos. En vez de complacer nuestros deseos
diarios, nos llama a negarnos a ellos por lo eterno. En lugar de vivir por lo que queremos, nos
dice que carguemos nuestra cruz y sigamos su ejemplo.

Me preocupa que para mucha gente orar es como comprar un billete de lotería, la
oportunidad de vivir aquí en la tierra sin problemas, sin estrés y sin dolor. Para otros es sólo
una rutina sentimental, como cantar las canciones favoritas o una amada canción infantil de la
infancia. Sin embargo, otros oran solo porque se sienten aún más culpables si no lo hacen.

Pero ninguna de estas oraciones reflejan la vida que Jesús nos llama a tener.

En su lugar, nos llamó a dejar todo y seguirle.

Jesús no sólo retó a otros a renunciar a su voluntad, también vivió una fe peligrosa. Tocó a
leprosos, mostró gracia a las prostitutas y se mantuvo firme frente al peligro. Entonces, nos
dijo que podíamos hacer lo que Él hizo y más.

Y por eso no podemos conformarnos sólo con pedir que bendiga nuestra comida y “esté con
nosotros hoy”.
Se nos dice en la Biblia que podemos “venir confiadamente delante del Trono de la gracia de
Dios” (Heb. 4:16ª). No tenemos que venir tímidamente o sentirnos raros, podemos venir con
confianza, seguridad y audacia. Cuando oramos así, entonces “recibiremos Su misericordia y
encontraremos gracia para ayudarnos cuando más lo necesitamos” (Heb. 4:16b).

Tus oraciones importan.

Cómo oras importa.

Lo qué oras importa.

Tus. Oraciones. Mueven. A Dios.

Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y
en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su
recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre
que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no
uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No
os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad,
antes que vosotros le pidáis.

S. Mateo 6:5-8 RVR1960

Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto
eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

Apocalipsis 3:15-16 RVR1960

diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

S. Lucas 22:42

Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios,
retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda
compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra
semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para
alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

Hebreos 4:14-16 RVR1960


DIA 3 - Examíname

¿Te atreves a orar en una manera que nunca antes has orado?

¿Con todo tu corazón, alma, mente, y la extension completa de tu ser?¿Que pasaría en tu vida
y las vidas de aquellos alrededor tuyo si tu comenzaras a orar oraciones peligrosas?

¿Te atreves a averiguarlo?

El Rey Saúl falsamente acuso a David de traicionar y envió todas sus fuerzas detrás de David en
repetidos intentos de tomar su vida. Con todo su corazón, David quería agradar a Dios. Él peleo
en contra de su enojo para poder proteger y demostrarle honor al rey. Todavía sabiendo que
sus motivos no eran siempre perfectos, David rindió su corazón ante Dios y oro una de las
oraciones más vulnerables, transparentes y peligrosas que jamas escucharás. Queriendo
honrar a Dios en cada aspecto de su ser, David oró, “Examíname, oh Dios, y conoce mi
corazón; pruébame y conoce mis pensamientos.Ve si hay en mí camino de perversidad y
guíame por el camino eterno” (Salmos 123: 23-24)

No solo es esta oración difícil de orar, pero es incluso más desafiante aplicarla y vivirla. Porque
si tienes el valor de orarla, entonces necesitaras ejercitar el valor para vivir lo que Dios te
muestre en respuesta. Así que no la ores si no lo sientes realmente.

Se advertido, esta oración tiene el potencial de convencerte. De corregirte. De redireccionar tu


vida. De cambiar la manera en la cual te ves a ti mismo. De cambiar como ves a los otros.

Quizás aun están pensando que no es gran cosa. Quizás te estas preguntando porque deberías
de preguntarle a Dios que examine tu corazón cuando el ya sabe todo lo que esta dentro de ti.
Tu sabes lo que esta allí dentro.

El sabe lo que esta allí dentro. ¿Así que para qué preguntar algo tan obvio?
Aquí es donde se vuelve difícil. En la superficie, pareciera que nosotros conoceríamos nuestro
propio corazón. ¿Verdad?Yo conozco mis motivos. Yo sé lo que es más importante. Yo sé
porque hago lo que hago.De por si, tu podrías decirte a ti mismo,yo tengo un buen corazón. Yo
no estoy intentando herir a las personas.Yo quiero hacer lo que es bueno. Mi corazón es
bueno. Estoy orando, ¿o no?

Pero la palabra De Dios revela lo opuesto. Podría ser una conmoción la primera vez que lo
escuches, pero Jeremías nos dice una verdad clara. Jeremías era el hijo de un sacerdote
Levítico que nació alrededor de 650 AC. Durante el reinado del Rey Josias Dios levanto a este
joven profeta para que tomara la Palabra de Dios a Israel y las naciones. Jeremías de plano dice
que usted- junto con él y todos los demás- no tenemos un buen corazón. De hecho, no solo tu
corazón no es bueno, sino que tu corazón es perverso y pecaminosos en todos sus caminos. “El
corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso.¿Quién realmente
sabe qué tan malo es?” (Jeremías 17: 9 NTV)

Sin Cristo, tu corazón es engañoso. Entre más nos acercamos a Jesus, más nos enfrentamos
con nuestros defectos. Orgullo. Egoísmo.Lujuria. Adicción. Un espíritu de critica.

Orar esta oración peligrosa puede abrir un canal de comunicación con Dios. En lugar de
simplemente pedirle a Dios que haga algoporti, pídele que te revele algoati. Este momento de
verdad con Dios puede que no te cambie de inmediato, pero te ayudara a reconocer tu
necesidad espiritual y redireccionará tu vida.

Es por esto que esta oración de David es locamente peligrosa.

“Examina mi corazón, Señor.”

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay


en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.

Salmos 139:23-24 RVR1960

Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?

Jeremías 17:9 RVR196

Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que
entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y
calladamente cortó la orilla del manto de Saúl. Después de esto se turbó el corazón de David,
porque había cortado la orilla del manto de Saúl. Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de
hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él;
porque es el ungido de Jehová. Así reprimió David a sus hombres con palabras, y no les
permitió que se levantasen contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, siguió su camino.
También David se levantó después, y saliendo de la cueva dio voces detrás de Saúl, diciendo:
¡Mi señor el rey! Y cuando Saúl miró hacia atrás, David inclinó su rostro a tierra, e hizo
reverencia.

1 Samuel 24:4-8 RVR1960

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y


limpiarnos de toda maldad.

1 Juan 1:9 RVR1960

por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,

Romanos 3:23-24 RVR1960

DIA 4 - Revela Mis Miedos

¿Qué es lo que te pone ansioso?¿Nervioso?¿Inestable?¿Asustado?

No estoy hablando de miedos externos como las serpientes, arañas, o el miedo a volar. Me
pregunto que es lo que te mantiene despierto en la noche. Esas cosas que rebotan en tu
mente y se rehusan a mantenerse quietas. Cosas como perder el empleo. No casarte. O tener
un mal matrimonio. Problemas de salud. Tener en la cuenta solo lo suficiente para sobrevivir.

No sabemos exactamente que miedos estaban pasando por la mente de David, pero es claro
que él estaba preocupado sobre su seguridad y quizá por su futuro. Porque después de pedirle
a Dios que examinara su corazón, David oró, “conoce mis inquietudes” (Salmos 139:23). Él
quería compartir sus peores miedos con Dios. Enfrentarlos y darles un nombre. Confiar que
Dios era mas grande que cualquier miedo que David pudiera soñar.

¿Estas dispuesto a orar de esta forma? “Señor, revélame que mantiene mi mente atada.
Déjame ver mi mayor temor. Señor, ayúdame a enfrentar lo que me aterroriza.”

Lo que tememos importa.


Hace años, tuve una revelación sobre este tema que me tocó en manera muy personal. Dios
me mostró que a lo que yo más temía era el área donde yo confiaba menos en Dios. Después
del nacimiento de nuestra tercera hija, Anna, Amy empezó a tener desafíos físicos. Al principio,
pensamos que solo era fatiga, pero cuando la mitad de su cuerpo se adormeció, temimos que
era algo mucho peor. Y Doctor tras doctor no pudieron darnos respuestas. Mientras sus
síntomas empeoraban, mi confianza en Dios se íba debilitando.

Ese miedo llevo a otros, y en la noche mis pensamientos se salían de control como una bola de
nieve. ¿Qué tal si Amy esta terriblemente enferma?¿Qué si la pierdo? No podré criar a
nuestros hijos sin ella. No podré continuar liderando la iglesia. No quisiera seguir adelante sin
ella. Entonces me di cuenta. Las cosas que me mantenían despierto en la noche eran las cosas
que no estaba creyendo que Dios podía manejar. Me estaba aferrando a ellas, rumiando sobre
ellas, tratando de encontrar una forma de controlarlas, de resolver mis problemas, de planear
para cada contingencia. Gracias a Dios y a Su gracia, Amy gradualmente mejoró hasta tener
nuevamente toda su fuerza. Sus retos expusieron una de mis más grandes debilidades.El
miedo me había consumido.

¿Qué pasa contigo? ¿Cuáles son las áreas a las cuáles te estas aferrando de tal forma que les
permites que te aterroricen? ¿Cuáles miedos te están alejando de Dios?

Piensa en esto. Si estas aferrado al miedo sobre el futuro de tu matrimonio, esto es una
indicación de que no estás confiando completamente en Dios, con tu matrimonio. Si estas
abrumado con preocupación sobre cómo vas a pagar tus cuentas, esto revela que no estas
confiando que Dios será tu proveedor. Si estás paralizado con preocupación sobre la seguridad
de tus hijos, ¿Será que no estas confiando que Dios los mantenga a salvo?

Mientras Dios revela tus miedos, también él construye tu fe. Tú lo necesitas. Tú necesitas su
presencia. Tú necesitas su poder. Tú necesitas su Espíritu guiándote.Tú necesitas su Palabra
fortaleciéndote.

Lo que más temes muestra dónde necesitas crecer más con Dios. ¿A qué le temes?¿Cuáles son
tus pensamientos ansiosos?

¿Qué es lo que Dios te está mostrando?

¿En qué área necesitas crecer en fe?


Confía en él.

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay


en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.

Salmos 139:23-24 RVR1960

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda
oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Filipenses 4:6-7 RVR1960

Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores.

Salmos 34:4 RVR1960

Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

1 Pedro 5:7 RVR1960

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