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Título del sermón: La oración de fe

Versículo de la Biblia: Santiago 5:13-16


Fecha: 12 de enero, 2020

¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre?
Cante alabanzas. 14 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los
ancianos de la iglesia para que oren por él, ungiéndolo con aceite en el
nombre del Señor. 15 Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo
levantará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados. 16 Confesaos
vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros, para que seáis sanados.
La oración eficaz del justo puede mucho

Hoy quiero compartir la palabra de Dios en Santiago capítulo 5, versículo 13 a


16, bajo el título “La oración de fe”, repita después de mí “La oración de fe”.

La oración es un regalo y una gran bendición de Dios para los cristianos. Al


mismo tiempo es un instrumento espiritual muy poderoso. A través de las
oraciones poderosas podemos influenciar al mundo positivamente y
solucionar los problemas. Deseo que sean reconocidos por sus oraciones
delante de Dios.

Podemos diferenciar entre los cristianos y los incrédulos por medio de las
oraciones. Los cristianos contamos con el privilegio y poder para clamar
delante de Dios, pero no así los incrédulos.

Conviértase en hombres y mujeres de oraciones poderosas para que disfruten


de la victoria diariamente. Los problemas, sean ellos grandes o pequeñas,
debemos vencerlos por medio de las oraciones, dice en Santiago que oremos
en las aflicciones

1. Ore en las aflicciones


Recuerde siempre que en las aflicciones, en tiempos difíciles, en problemas
debemos orar. Dice en Santiago 5:13 “¿Está alguno entre vosotros afligido?
Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas”

Las aflicciones azotan a nuestra vida sin previos avisos. Todos enfrentamos
aflicciones en la vida sean grandes o pequeñas. En tiempos de aflicciones
equipados con la palabra de Dios y fe atravesemos las situaciones. Muchos
decepcionados, se quejan y murmuran, porque las aflicciones lastiman y
oprimen nuestros sentimientos. Así algunos están airados o resentidos contra
Dios. Otros se quejan de sus padres, de su marido, de su mujer o tal vez de sí
mismo.
No podemos solucionar los problemas a través de las quejas y las
murmuraciones, más empeorará las situaciones. Santiago confesó en su libro
que en los días de aflicciones, se regocije. Es decir, que guarde el corazón y
una actitud de fe positiva, porque después que apruebe las tribulaciones será
ricamente bendecidos, por tanto, mirando las bendiciones venidera regocíjese.
Así dice en Santiago 1:2 “Hermanos míos, gozaos profundamente cuando os
halléis en diversas pruebas”

Después que apruebe las tribulaciones será perfeccionado a una imagen sin
necesidad, de manera que estemos gozosos. Dice también en Santiago 1:4
“Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales,
sin que os falte cosa alguna”

En situaciones muy dolorosas y tribulaciones irresistibles, guarde la fe y


resístalo con fe, entonces las tribulaciones serán transformadas a bendiciones.
Las aflicciones no terminarán en aflicciones. Porque para los cristianos las
tribulaciones son un proceso para alcanzar las bendiciones de Dios. A través
de las tribulaciones recibirá las grandes bendiciones que Dios tiene guardado
para sus hijos. Dice en Romanos 5:3-4 “Y no sólo esto, sino que también nos
gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4
y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza”

Por medio de las tribulaciones aprendemos la paciencia. Y por medio de la


paciencia, somos probados, preparados para alcanzar el sueño y la esperanza
del Señor. Dice en Salmos 119:67 “Antes que fuera yo humillado, descarriado
andaba; pero ahora guardo tu palabra”

También en Salmos 119:71 “Bueno me es haber sido humillado, para que


aprenda tus estatutos”

El salmista está confesando que antes de enfrentar las aflicciones, vivimos


sujetos a nuestra propia voluntad, pero en medio de las tribulaciones
aprendemos a humillarnos y entender cuál es la voluntad de Dios. Para vencer
las aflicciones necesitamos la sabiduría de Dios, debemos humillarnos delante
de Dios en oraciones. Solamente las oraciones poderosas nos fortalecerán
para vencer las tribulaciones. Sin oraciones, se llenará de quejas,
murmuraciones, heridas, rencor y resentimientos, rebosando de tristeza,
dolores y desesperanza.

Por otro lado, si clama de todo corazón sujeto a la promesa de Dios, se


llenará de la paz, de gozo y de acción de gracias. En tiempos de tribulaciones
clame delante de Dios humildemente, clame de todo corazón y clame sin
cesar. Es muy importante la oración personal, al mismo tiempo la oración de
intercesión. Porque la unión de una o dos personas en oraciones serán de
gran ayuda. En tiempo crítico es muy importante las oraciones unidas, cuando
oremos unidos por los demás, la gracia de Dios nos ungirá de una manera sin
igual.

Las oraciones de intercesión son poderosa porque clamamos de todo corazón


y con amor por aquellos que necesita nuestra oración. Cuando el Apóstol
Pedro estuvo en una cárcel, la iglesia estuvo intercediendo por él toda la
noche. El Señor escuchó las oraciones y sacó a Pedro de la cárcel. Dice en
Hechos 12:5 “Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel, pero la iglesia
hacía sin cesar oración a Dios por él”

Sujeto a la promesa de Dios clame de todo corazón con alabanzas y acción de


gracias, entonces se manifestarán los milagros del Señor. Dice en Colosenses
3:16 “La palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros. Enseñaos y
exhortaos unos a otros con toda sabiduría. Cantad con gracia en vuestros
corazones al Señor, con salmos, himnos y cánticos espirituales”

Los cantos y las acciones de gracias levantan grandes milagros. Las ataduras
del diablo serán desatados, pues hay poder en las alabanzas y en las acciones
de gracias. Pablo y Silas fueron encarcelados injustamente, después que
fueron azotados cuando fueron a Filipo. Pero la Escritura dice que ellos
cantaban y oraban a Dios en lugar de quejarse y murmurarse de su situación.
Dice en Hechos 16:25-26 “Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban
himnos a Dios; y los presos los oían. 26 Entonces sobrevino de repente un
gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al
instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron”

¡Aleluya! Los himnos, las oraciones y las acciones de gracias sacudieron los
cimientos de la cárcel, se abrieron todas las puertas y las cadenas fueron
soltadas. Fueron liberados y ungidos de la paz del Señor, así se levantó la
iglesia de Filipo. Hermanos, en tiempos de aflicciones entregue acción de
gracias al Señor, entonces las desesperanzas serán transformadas a
esperanzas, las tribulaciones a bendiciones, los problemas a gracia de Dios.
Clamemos a Dios en tiempos de tribulaciones.

2. Ore cuando esté sufriendo de dolencias

Dice en Santiago que oremos cuando estemos sufriendo de dolencias.


Santiago 5:14 “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de
la iglesia para que oren por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor”
Hermanos, las enfermedades nos azotan sin previos avisos y padecemos
mucho. Las enfermedades son tribulaciones muy difíciles de resistirlos.
Porque el cuerpo y el corazón están unidos. Por tanto, si el cuerpo está
enfermo, el corazón también se desmoronará. Cuando el corazón está decaído
se llenará de preocupaciones y angustias, oprimiendo así el corazón. Estas
situaciones tensas cambiarán también el temperamento, reaccionaremos
ásperamente por cosas pequeñas.

Mi hermano mayor cuando estaba cruzando tercer año del colegio fue
hospitalizado de pleuritis que comprende de la acumulación de líquido en el
pequeño espacio entre las dos capas de tejido del pulmón y tenía que extraer
el líquido cada vez. Pasó 6 meses hospitalizado. Mi hermano mayor tenía un
buen carácter, mejor que yo, era un hombre manso no se airaba para nada.
Pero como estaba 6 meses hospitalizado y tenía que prepararse para rendir
examen de ingreso a la universidad, estaba muy sensible. Actualmente está
saludable y sirviendo al Señor como anciano de una iglesia en Estados Unidos,
pero en aquel tiempo cuando se percató que no se mejoraba su situación, he
visto cómo cambiaba su temperamento. Le visité al hospital sin faltar un día.
Las dos primeras semanas estaba bien, pero cuando pasaba un mes, dos
meses y seis meses era diferente.

Por tanto, quiero pedirle que cuando visite a alguien hospitalizado o enfermo,
solamente oren y consueles. Comparta la palabra de Dios, gozo y paz del
Señor. Es muy importante que reciban también las oraciones de los siervos de
Dios. Santiago dijo que buscara a los ancianos, es decir a los pastores hoy en
día y que pidiera sus oraciones. En medio de las oraciones de los siervos de
Dios, se llenará de paz y sanidad. Porque Dios derramó una unción especial a
los siervos de Dios, cuando ellos oren y están unidos en la fe, se manifestará
el milagro de Dios.

Recuerde que las oraciones de sanidad, no están sujetos al hombre sino al


Señor Jesús, porque Él es la fuente de la sanidad. Jesús es nuestro sanador.
Porque Jesús murió en la cruz por nuestros pecados, enfermedades, y
maldiciones que podemos orar al Señor sujeto a su promesa y seremos
liberados de las cadenas de las enfermedades. Confiese con fe “Señor creo
firmemente que Jesús hace 2000 años atrás murió en la cruz por mis
enfermedades. Por tanto, quita toda las fuentes de las enfermedades y
fortaléceme” La fe en el Señor le llenará de sanidad. Dice en Marcos 16:17-
18 “Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera
demonios, hablarán nuevas lenguas, 18 tomarán serpientes en las manos y,
aunque beban cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán
sus manos, y sanarán”
Algunas enfermedades son procedentes de la consecuencia del pecado.
Porque nos ama nos castiga con amor para el arrepentimiento. Entonces
debemos humillarnos delante del Señor y buscar su ayuda, y seremos sanados.
Dice en Santiago 5:15 “Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo
levantará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados”

Arrepiéntase de los pecados y humíllese delante del Señor en oraciones y las


enfermedades que les atormentaba huirán de su vida. Refleje a sí mismo en el
espejo de la palabra de Dios. Medite y pregunte si no ha cometido alguna falta
que entristezca a Dios, nosotros podemos pensar que no hemos fallado
delante de Dios, pero no así el Señor. Cuando confesemos nuestros pecados,
Él nos perdonará y sanará también nuestras enfermedades y dolencias.

El pecado de soberbia, terquedad y desobediencia, debemos arrepentirnos y


buscar a Dios para que nos transforme y seamos ungidos de la gracia de la
sanidad. Dice en Santiago 5:16 “Confesaos vuestras ofensas unos a otros y
orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede
mucho”

La oración eficaz del justo puedo mucho. Jesús padeció en la cruz por
nuestros pecados, enfermedades, pobrezas y maldiciones. Dice en Isaías 53:5
“Mas él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. Por
darnos la paz, cayó sobre él el castigo, y por sus llagas fuimos nosotros
curados”

Por su llagas fuimos nosotros curados. Gramaticalmente es pasado perfecto.


Es decir, hace 2000 años atrás cuando Jesús fue crucificado, cuando fue
azotado, cuando derramó su sangre y padeció en la cruz ya recibimos la
sanidad. Por lo tanto, sujétese al poder de la cruz de Jesús. Para
transformarnos debemos recibir el poder de la sangre preciosa del Señor y
sujeto a ella clamar por la sanidad y seremos liberados. Sea cual sea el
problema, las enfermedades clamen delante de Dios y reciba la sanidad.

3. Entregue las oraciones de fe

Tercero, debemos entregar las oraciones de fe. En tribulaciones debemos


orar, en enfermedades debemos orar y en cualquier situación debemos orar
de todo corazón y el Señor responderá. Santiago habla de Elías en Santiago
5:17-18 “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró
fervientemente para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres
años y seis meses. 18 Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia y la tierra”
Dice que Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, pero
cuando él oró se manifestó el milagro. No hubo muchos profetas como Elías
que hizo caer fuego del cielo, que abrió la puerta del cielo y cayó lluvia. Lo
importante es que Elías era un hombre de oraciones y de fe. Cuando oró
delante de Dios de todo corazón, se cerró el cielo por tres años y medio.
Cuando Acab y Jezabel adoraban a los ídolos, Dios cerró el cielo. Después
que Elías enfrentó a los profetas de Baal y Asera en el monte Carmelo, cayó
fuego del cielo y quemó la ofrenda. Todo esto fue la consecuencia de las
oraciones de fe. Cuando Elías clamó por lluvia, el cielo que estuvo cerrado
tres años y medio, se abrió y llovió. Era un hombre de Dios.

Pero dice la Biblia que él era semejante a nosotros. Que era un hombre
ordinario. El gran hombre de fe se desmoronó internamente cuando fue
amenazado de muerte por Jezabel. Momento atrás había hecho caer fuego del
cielo con sus oraciones, matando a todos los profetas de Baal y Asera, y
abriendo la puerta del cielo que estuvo cerrada tres años y medio, pero con
una palabra de Jezabel “mañana a esta hora tú también morirá como uno de
ellos” con esta amenaza se desmoronó y huyó. Sobre toda cosa guardada,
guarda tu corazón porque de él maná la vida, dice la Palabra.

Las palabras pueden vivificar como también matar, algunas palabras animan,
mientras que otros destruyen. Guarde sus labios y hable solamente palabra
edificante y positiva. La amenaza de Jezabel que mañana a esta hora que él
también moriría como uno de ellos, le llenó de depresión que huyó por su vida.
Y debajo de un enebro deseaba morirse. Era un hombre débil, pero cuando
tenía fe en el Dios Todopoderoso, había experimentado grandes milagros.
Deseo que ustedes también tengan fe en el Señor.

Algunos dicen que están muy ocupados y no tienen tiempo, pero porque están
atareados deben orar a Dios. Sin oraciones perderá las bendiciones y los
milagros de Dios. Así dijo el Señor que oremos sin cesar. Dice en Mateo 7:7-
8 “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá, 8 porque
todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”

Pida, busque y llame ¿hasta cuándo? Hasta que el Señor les responda.
Ciertamente nos responderá. Hallaremos y se nos abrirá las puertas. Esto es
la fe. No ore a medias, ore hasta que Dios le responda, con la perseverancia
en la oración, experimentará el milagro de Dios. El Señor estará atento a
nuestras oraciones porque por medio de ella valorará nuestra fe y nos
galardonará con grandes bendiciones que tiene preparados. Dice en Mateo
7:11 “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos,
¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que
le pidan?”
¡Aleluya! El pastor, Na Kyum Il, de la Iglesia Presbiteriana Juan de Incheon es
un pastor que yo respeto mucho. Hace 34 años, cuando la iglesia estaba en
pleno crecimiento, un día se sintió mal y fue al doctor, y fue diagnosticado de
cáncer agudo de hígado. Le pidió que fuera a un hospital más grande. Fue a
otro hospital para una segunda opinión y le dijeron lo mismo. Luego fue por
otro hospital y llego al Hospital Severance en donde le dijeron “tiene solo 3
días de vida”, y en el hospital ni siquiera le quisieron internarle. Pero él
insistió que le hospitalizara porque no podía esperar la muerte en su casa.

El viernes por la noche, su rostro se puso negro, sudaba mucho, y empezó a


llenarse de agua la panza. El pastor no tenía miedo de morir, pero al ver a su
esposa y sus dos hijas de 9 y 6 años que estaban llorando, se sintió muy mal
y triste. Y su corazón se desplomó pensando en los miembros de su iglesia
también. El pastor oró “Dios creador del universo y todas las cosas que
existen en ella, tú creaste también mi hígado, si tú trabajas mi hígado se
sanará. Si yo muero no será para tu gloria. Para tú gloria sálvame. Por sus
llagas fuimos nosotros curados (Isaías 55:5) tengo fe en ésta promesa. El
mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias (Mat 8:17),
creo en ésta palabra. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo
levantará (San 5:15) tengo fe en tu Palabra”

Sujeto a la palabra oró, pero la situación se empeoró más. El domingo, los


miembros de su iglesia se enteraron de lo que le pasaba a su pastor y
empezaron a interceder por él desde el 1er culto hasta el 5to culto, pidiendo
y clamando por su sanidad. Luego, en el culto de la noche, de las 19:30, más
miembros llegaron a la iglesia para clamar por la salud de su pastor y oraron
en vigilia hasta el lunes por la madrugada. Sin embargo, la situación de su
pastor no mejoraba.

El pastor tenía una respiración y conciencia muy débil. El domingo por la


noche, la enfermera le dijo a los familiares “Lo máximo que puede vivir son
30 minutos. Cuando muera, cúbranlo”, y les paso una manta blanca. Dos
doctores fueron a verle por última vez y dijeron “Ya llego su fin”.

No obstante, en la iglesia y en la montaña de oración, todos los miembros de


su iglesia estaban intercediendo y orando, y en la madrugada del lunes, se
escuchó un crujido repentino en el estómago del pastor, y comenzó a echar
coágulos negros de sangre. 3 veces al día, durante 4 días, en total 12 veces
echo todos los coágulos y su estómago se desinflamo. Y después de vomitar
todos los coágulos empezó a recuperarse rápidamente.

El Dr. Kim Byung Soo, quien era su doctor de cabecera en ese momento, dijo:
“Nunca he visto un milagro tan maravilloso durante toda mi carrera
profesional. El caso del pastor, no se podía ni siquiera asegurar el 1% de
probabilidad de vida, por lo que desde el principio no se le quiso internarle en
el hospital. Recibir al pastor como paciente del hospital era recibir un cadáver.
Lo que sucedió con el pastor no hay ni tiene explicación médica. Solamente
por el Milagro de Dios fue sanado”.

¡Aleluya! Así se recuperó la salud y dedicó más su vida al Señor y la iglesia


creció grandemente, por lo que se tuvo que construir otro santuario con 8000
asientos. Gloria a Dios.

Ore delante de Dios con fe, cuando esté sufriendo de dolencias y en


problemas y en desesperanza clame al Señor con fe absolutamente positiva y
experimente el milagro del Señor. Dios les bendiga mucho.

Oración
Dios llenos de amor y misericordioso, hemos vividos en problemas y en
dolores por falta de fe. Ayúdanos a recuperar la oración y que por medio de
las oraciones de fe manifestemos la gloria de Dios. Oramos en el nombre de
Jesús. Amén.

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